Las creencias del cristianismo varían de acuerdo a la secta específica y existen
diversas interpretaciones y valoraciones de la mitología cristiana, pero las diversas iglesias suelen converger en los siguientes puntos:
El universo y todo lo que existe fue creado y se sostiene por la palabra
de Dios Padre. La naturaleza divina es triple: Padre, Hijo y Espíritu Santo son una misma persona, con misiones diferentes. Esto se conoce como la “Doctrina de la Trinidad”. Dios se reveló a la humanidad y la custodia durante los siglos y ofreció la salvación y la vida eterna a quienes perseveren en sus buenas acciones. Jesucristo fue quien reveló a la humanidad la verdadera naturaleza de Dios y anunció la venida del Espíritu Santo, luego de que Dios hablara anteriormente con los diversos profetas del Antiguo Testamento.
ISLAM
El Islam surgió cuando Mahoma recibió, de parte del arcángel Gabriel,
un mensaje divino. Tras este mensaje, Mahoma supo que debía promulgar la religión y que éste sería protegido por el mismo Alá. Así, escribió el Corán, libro sagrado de 114 capítulos. Existen 5 pilares de fe para el Islam. Estos son:
Aceptar la shahada, declaración de fe escrita por el mismo Mahoma
como un mensaje proveniente de Alá. Orar diariamente a Dios. Esta oración se efectúa frente a la meca. Obrar con caridad. Ayunar. Peregrinar hacia la Meca. Este episodio debe suceder al menos una vez en la vida de todo musulmán. A éste se le conoce como hach o hajj.
JUDAISMO
as creencias del judaísmo son las descritas por el Antiguo Testamento de
la Biblia. Allí se describe la formulación del culto, de las leyes y de la sociedad misma de los hebreos, bajo la tutela rigurosa de su Dios, cuyos 10 mandamientos componen el código ético del pueblo judío.
Según estas creencias, el pueblo israelí, definido no tanto por su lugar de
nacimiento sino por su adhesión a la fe verdadera, sería el elegido de Dios, quien les prometió la Tierra Prometida para su florecimiento. Dicho territorio es considerado “Tierra Santa” por los judíos, y el resto del mundo es simplemente “diáspora”.
El pacto entre los judíos y Dios es expresado mediante sus ritos
iniciáticos, sobre todo la circuncisión, y la atención a sus prohibiciones alimenticias (el cerdo, las carnes no kosher) y deberes sociales (de acuerdo al calendario hebreo).
La lengua sagrada y litúrgica de los judíos es el hebreo, idioma que estuvo
dado por muerto durante siglos y fue recuperado en épocas modernas. Hoy en día es la lengua oficial del estado de Israel.
El dios de los judíos no tiene nombre, o más bien, tiene un nombre que no puede ni debe ser pronunciado.
Por eso se lo llama Yahveh o Yahvé, proveniente de la
antigua escritura hebrea (que anotaba sólo las consonantes) y del tetragrámaton “YHWH” o “JHWH” (del alfabeto fenicio), cuya pronunciación aproximada sería ésa.
De allí proviene también el nombre Jehová, que usa el cristianismo. Este
nombre judío de Dios carece de traducción o significado, pero entrañaría el sentido de la eternidad.
DIFERENCIAS
A diferencia de sus otras dos religiones hermanas, el judaísmo continúa a la
espera de la revelación del mesías, el hijo de Dios que vendrá al mundo a revelar sus verdades a la humanidad y a someternos a todos a juicio.
El cristianismo, por su parte, comprende que Jesús de Nazaret fue ese
mesías, y por ende espera su segundo retorno. El cristianismo por eso entiende el Nuevo Testamento como la renovación del pacto del antiguo pueblo judío con Dios, y lee ambos libros en un conjunto llamado la Biblia.
El islam, asimismo, comprende a Muhammad (Mahoma) como el último
mensajero de Alá, el nombre con que llaman al mismo dios de Abraham. Jesús de Nazaret, llamado “Isa” para los musulmanes, sería apenas un profeta más como lo fue Adán, Noé, Abraham o Moisés.