Si bien la historia más conocida de Panamá es la que comienza a finales de 1903 cuando

decide separarse de Colombia, después de una serie de circunstancias muy difíciles que
incluyeron la intervención de intereses extranjeros como los de Estados Unidos y Francia, y se
inicia la construcción del canal con la firma del tratado Hay- Bunau Varilla, hay una crónica
mucho más antigua, que se inicia en 1519 con la fundación de “Nuestra Señora de la Asunción
de Panamá” por Pedro Arias Dávila (Pedrarias) un ambicioso y cruel conquistador segoviano
que para la fecha era Gobernador y Capitán General de Castilla de Oro (integrada por
territorios de la actual Nicaragua, Costa Rica, Panamá y parte Norte de Colombia), llamada hoy
en día Panamá la vieja, porque fue destruida en el año 1671 por el pirata Morgan, siendo
posteriormente ubicada al suroeste, por autorización de la Corona Española, y reconstruida
en el año 1673. Las ruinas de Panamá vieja son a partir del año 2003 patrimonio de la
humanidad según lo ha declarado la UNESCO.

La Panamá de hoy en día, moderna, metrópolis, multicultural, tampoco está exenta de

increíbles historias, tan trágicas y violentas como las del pasado, en ellas se cuentan las de la
construcción del primer canal, que dejó un elevado número de personas muertas por fiebre
amarilla, malaria, disentería, tuberculosis, entre otras enfermedades. O los sucesos del 9 de
enero de 1964 (Día de los Mártires) cuando el reclamo por la presencia de la bandera
panameña en la base militar estadounidense del canal, dejó un número indeterminado de
víctimas. Mas reciente aún son los sucesos del General Noriega (ex hombre fuerte de Panamá)
y el operativo militar de 1989 “Causa Justa” cuyos protagonistas principales fueron los marines
y la División Aerotransportada, que pusieron fin a los sombríos días de la dictadura.

Los tratados “Torrijos – Carter” y la entrega del canal de Panamá a los panameños, han dejado
atrás aquellos momentos de conflicto social y militar, abriendo un amplio espectro de
posibilidades para Panamá. Su economía (una de las de más rápido crecimiento a nivel
mundial según cifras del Banco Mundial en 2019) y el desarrollo social de los últimos años la
convierten en el país emergente de América Latina. Aparte del Canal, el sector de servicios
como la banca, turismo, hotelería, proyectos inmobiliarios, entre otros, se han erigido como la
columna vertebral de la actual Panamá.

No obstante, aun tiene que sortear algunos obstáculos, como la dependencia del tráfico por el
Canal (que fue ampliado exitosamente en el 2016) y la desigualdad (la pobreza aun permanece
en áreas rurales en su mayoría habitada por poblaciones indígenas). Otro factor a tomar en
cuenta es mejorar la educación y la gestión pública (siguen denunciando casos de corrupción
de funcionarios gubernamentales)