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MINISTERIO DE EDUCACIÓN

C.E.B.G COLEGIO INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA

PORTAFOLIO DIGITAL

ASIGNATURA
ESPAÑOL

ELABORADO POR
GABRIELA SOLANO

NIVEL

PROFESORA
SEBASTIANA MIRANDA

FECHA DE ENTREGA 8 DE NOVIEMBRE DE 2021


Poema al estudiante

Autor: Anónimo

Todos en esta vida somos

Estudiantes,

Porque vivir es aprender.

Aprendemos cada día,

de nuestras experiencias,

de un niño, de un libro,

de un amigo, de nuestros padres…

Pero existe un día especial para

el escolar y el universitario: el

estudiante.

No es fácil ni sencillo porque es

un largo camino por recorrer,

un camino que nunca termina.

Pero tiene sus recompensas.

Es uno de los caminos que más

recompensas y satisfacciones

brinda.

Mientras más estudies y te

Esfuerces, muchos más frutos

Verás al recoger la cosecha.

Por eso te exhorto a que no

Mires al camino, ni los tropiezos

Que tengas en él, sino que mires

Adelante hacia donde están las

Metas y sueños que te has

Propuestos.

El éxito te espera. ¡Adelante!


Himno al Maestro

Autor: Letra: Octavio Fábrega.

Música: Santos Jorge

Gloria al ser abnegado que cuida

con amor de la patria salud!

Al que pone la luz de la vida

en el alma de la juventud.

En sus manos no luce y destella

ni la espada marcial ni el cañón

sino el libro, la bíblica estrella

que conduce hacia la redención.

El combate que mancha la tierra

no es el teatro de su heroicidad

es la escuela su campo de guerra,

y su espada mejor, la verdad.

El error, enemigo siniestro

va borrando su denso capuz,

cuando pasa triunfante el maestro

esparciendo torrentes de luz.


Lo que puede el dinero
Autor: Juan Ruiz Arcipreste de Hita.

Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar;


al torpe hace discreto y hombre de respetar;
hace correr al cojo y al mudo le hace hablar;
el que no tiene manos bien lo quiere tomar.

También al hombre necio y rudo labrador


dineros le convierten en hidalgo doctor;
cuanto más rico es uno, más grande es su valor,
quien no tiene dinero no es de sí señor.

Y si tienes dinero tendrás consolación,


placeres y alegrías y del Papa ración,
comprarás Paraíso, ganarás la salvación;
donde hay mucho dinero hay mucha bendición.
Él crea los priores, los obispos, los abades,
arzobispos, doctores, patriarcas, potestades,
a los clérigos necios da muchas dignidades,
de verdad hace mentiras, de mentiras hace verdades.

Él hace muchos clérigos y muchos ordenados,


muchos monjes y monjas, religiosos sagrados,
el dinero les da por bien examinados,
a los pobres les dicen que no son ilustrados.

Yo he visto muchos curas en sus predicaciones


despreciar al dinero, también sus tentaciones,
pero, al fin, por dinero otorgan los perdones,
absuelven los ayunos y ofrecen oraciones.

Dicen frailes y clérigos que aman a Dios servir


más si huelen que el rico está para morir,
y oyen que su dinero empieza a retiñir,
por quién ha de cogerlo empiezan a reñir.

En resumen, lo digo, entiéndelo mejor:


el dinero es del mundo el gran agitador,
hace señor al siervo y siervo hace al señor;
toda cosa del siglo se hace por su amor.
Poesía tu siempre respondes si
Autor: Demetrio herrera sevillano
Paisano mío,
panameño;
tú siempre respondes: «sí».
Pero no para luchar.
Que no para protestar
cuando te ultrajan a ti.

Paisano mío,
panameño:
tú siempre respondes «sí».

Si te dan un peso diario,


«Sí, sí, sí.»
Si te gobierna un tirano,
«sí, sí, sí.»

Paisano mío,
panameño:
tú siempre respondes «sí».

Aprende a decirle «no»,


aprende a decirle «no»
a lo que le dices «sí».

Pero no, que dices «no»


cuando necesitas «sí».
Y al decir «sí» cuando «no»
y «no» cuando debes «sí»,
resulta que tu «sí» es «no»,
lo mismo que tu «no» «sí».

¡por favor!
Que no se diga
Que tú no tienes conciencia.
¡No, no, no!
Ni que sólo dices «sí»
aunque necesites «no».
Ni que te gusta el ultraje.
¡No, no, no!
Ni vagar en la miseria...

Pero no, que dices «no»


cuando necesitas «sí».
Y al decir «sí» cuando «no»
y «no» cuando debes «sí»,
resulta que tu «sí» es «no»,
lo mismo que tu «no» «sí».

Tú siempre respondes: «sí»,


paisano mío,
panameño;
tú siempre respondes: «sí».
Pero no para luchar.
Y menos para ultrajar
cuando te ultrajan a tí,
paisano mío,
panameño;
tú siempre respondes: «sí».
Ñatore May
Autor: María Olimpia de Obaldía

"¿Comuniyó?" pregunto
a la india macilenta
que en pos de su hombre adusto
marcha con lento andar.

"Ñatore may" contesta


sin levantar los ojos:
-tan sólo mira el polvo,
remedo de su faz.

"Ñatore"... y la doblega
la mochila a la espalda
y la agobia la curva
de su misión fatal...
Y su hijo cuando nazca
acaso muera inerme,
que sólo puede darle
el jugo maternal;

su leche macerada
con golpes del marido;
caldeada por la piedra
en donde muele el pan:
mezclada con fermentos
de incógnitos rencores,
de anhelos subconscientes
inmensos como el mar...

¡"Ñatore"... y sus vestidos


son sucios, harapientos;
su hogar húmeda choza,
su lecho un pajonal...
"Ñatore"... y nunca supo
de mimos ni de besos...
Descanso jamás tuvo
su cuerpo de animal...!

¡Y la llaman "hermana"
los que siguen a Cristo
y "camarada" dicen
los que en vanguardia van,
pero ella no comprende
ni aquél ni el otro idioma,
ella tan sólo sabe
decir: "Ñatore may"...!

Prosigue con sus fardos


sin que el "hermano" diga:
"he de aliviar tu carga,
he de calmar tu mal";
sin que llegue tampoco
activo "camarada"
y logre en noble esfuerzo
su vida humanizar.

Continuará su marcha
doblada sobre el polvo
que pisaron caciques
del nativo solar,
diciendo a su Destino:
"Ñatore may, ñatore"
porque piensa que es éste
su círculo fatal...

Los cuatro siglos fueron


sobre su casta humilde
cuatro hojas desprendidas
del árbol secular;
las humanas reformas
no han rozado su vida,
en ella se hizo carne
todo el zumo ancestral.

Retornará a la tierra
sin saber que vinieron
hombres de gran espíritu
su raza para libertar:
¡Colón con sus navíos
Bolívar, con su espada,
y, sobre todo ellos,
Jesús con su verdad...!

Y al caer a la tumba
cual bestia fatigada,
gozará las caricias
de la madre eternal
y entonces, sólo entonces
será justa su frase
al decir resignada
a Dios: "Ñatore may"...!
JUAN RUIZ, ARCIPRESTE DE HITA
(1283-1350)

Pocos datos se conocen del escritor del


“Libro Del Buen Amor”, y los que se
conocen vienen principalmente derivados
de las propias estrofas de su obra.

Parece ser que Juan Ruiz nació en el año


1283 en una localidad llamada Alcalá,
suponiendo algunos que se trata de Alcalá
de Henares (Madrid) y otros de Alcalá la
Real (Jaén). Incluso se baraja
Guadalajara como su posible lugar de
nacimiento.
Su padre puso ser el palentino Arias
González de Cisneros, aunque esta hipótesis no está confirmada.

Sus estudios los llevó a cabo en la ciudad de Toledo, ocupando con


posterioridad el cargo de Arcipreste en Hita, una población situada
actualmente en la provincia de Guadalajara.
Estaba bajo la diócesis de Toledo y la disposición del arzobispo Don Gil de
Albornoz.

Se cree la posibilidad de que el escritor estuviese en prisión entre los años


1330 y 1343 por mandato del citado Arzobispo de Toledo, como así se indica
en sus propios textos.

Fue en la cárcel en donde Juan Ruiz redactó el famoso “Libro De Buen Amor”,
una obra escrita mayoritariamente en cuaderna vía que narra las divertidas
aventuras eróticas del propio Arcipreste.
A través de estas diversas peripecias autobiográficas se aprecia la amplia
cultura y la perspicaz sátira detentada por su autor, convirtiendo a este libro
en una de las cimas de la literatura española.

La fecha exacta de su fallecimiento se desconoce, pero se supone que debió


de morir en 1350, ya que en ese año ocupó el cargo de Arcipreste de Hita un
clérigo llamado Pedro Fernández.

En el año 1998, Manuel Criado de Val publicó “Historia De Hita y Su


Arcipreste” (1998).

En el 2018, Rubén Caba publicó “Por La Ruta Serrana Del Arcipreste” (2018),
un volumen de viajes con el recorrido del Arcipreste por tierras castellanas.
En el año 2020, Rita Sturam Wirkala publicó el ensayo “Huellas Del Sufismo
En El Libro Del Buen Amor” (2020).
Octavio Fábrega López

(1906-1973)

Nació en la ciudad de Panamá, el 10 de marzo


de 1906. Hijo de Alfonso Fábrega y Eusebia
López de Fábrega. Licenciado y Doctor en
Derecho de las Universidades de Harvard y de
Georgetown, Estados Unidos. Fue uno de los
hombres públicos más eminentes de nuestra
era republicana. Varias veces Diputado a la
Honorable Asamblea Nacional 1936-1940,
ministro de Relaciones Exteriores 1941-1944,
Negociador por Panamá para los Tratados con
los Estados Unidos de Norte América;
Embajador en diversos países, Representante
en la Corte Internacional de La Haya, Miembro
de la Comisión Codificadora 1936-1938 y miembro de importantes
asociaciones nacionales e internacionales, director de "El Panamá América".

Con motivo de su deceso en "selecciones Literarias", del domingo 11 de


febrero a cargo de don Leónidas Escobar en La Estrella de Panamá, fueron
publicados algunos poemas suyos incluyendo el Himno al Maestro, cuya
música fue obra de Santos Jorge A., porque el Dr. Fábrega fue escritor de
múltiples excelencias que ha dejado huellas luminosas en el trayecto vital de
su existencia terrena. Es autor de: La posición jurídica de la Zona del Canal,
La cláusula de calvo en derecho internacional, Evolución del concepto del mar
territorial. Condecoraciones: Gran Cruz de los siguientes países: México,
Chile, Perú, Panamá, Venezuela, Ecuador, Paraguay, Honduras. Visitó los
siguientes países: Francia, Inglaterra, España, Norte América, Centro y Sur
América.
Santos Jorge

(Peralta, Navarra, 1870-Panamá, 1941)

Compositor español. Formado en el conservatorio de Madrid, vivió desde


1889 en Panamá, donde compuso el Himno istmeño (1897), declarado himno
nacional cuando Panamá se separó de Colombia.

Santos Jorge estudió en Escuela de Música y


Declamación de Madrid (dirigida entonces por el
compositor Emilio Arrieta), donde pronto destacó por
sus condiciones naturales para el canto y por su
virtuosismo en la ejecución de piezas musicales para
instrumentos de teclado. En 1889 se afincó en la ciudad
de Panamá. El obispo de Panamá, Alejandro Peralta,
apreció su voz de barítono y su maestría al órgano y lo
nombró Maestro de Capilla de la Iglesia de la Catedral.

Al cabo de tres años se le ofreció la oportunidad de


sustituir al maestro Lucio Bonell al frente de la Banda
de Música Militar, cargo que aceptó sin renunciar a su
puesto de Maestro de Capilla. En 1896, tras cuatro años como director de la
Banda, hubo abandonar este puesto para poder atender las numerosas
ocupaciones que absorbían su tiempo: lecciones de música y canto, comercio
de instrumentos y partituras y contratación y organización de veladas
musicales. Cedió la dirección al maestro Arturo Dubarry y en 1897 fue
nombrado profesor de música de la Escuela Normal de Institutoras y de las
Escuelas Municipales.

Fue en esa época cuando se enfrascó en la composición del denominado en


un primer momento Himno Istmeño, una emotiva y emblemática composición
que, sometida luego a unas leves modificaciones, fue adoptada en 1903 por
el gobierno de Panamá como Himno Nacional. Volvió a colaborar con la Banda
de Música Militar, esta vez como director interino y en reemplazo del maestro
Egisto Luchesi. En 1903, la Banda quedó desvinculada del servicio militar y
pasó a denominarse Banda Departamental; Santos Jorge fue nombrado
director de la renovada agrupación musical.

El favor popular de que gozaba en su faceta de compositor se debía a su


extraordinaria capacidad para asimilar los aires específicos de la tradición
panameña y adaptarlos a los abundantes valses, pasillos y danzas con que
enriqueció el acervo musical del pueblo istmeño, al que cautivó también por
su humildad y cercanía, manifiestas en las numerosas retretas que se
complacía en ofrecer en las plazas urbanas y los parques públicos. Tanto
estas creaciones originales (en las que supo cifrar la idiosincrasia y los gustos
musicales del pueblo panameño) como su ingente labor al servicio de la
cultura y la educación le convirtieron en una de las figuras más reconocidas
y homenajeadas del panorama intelectual.

En 1937 la Unión Musical de Panamá le rindió tributo nombrándolo presidente


honorario de la institución. Y en 1939, con motivo del medio siglo desde su
llegada a Panamá, la ahora conocida como Banda Republicana le dedicó un
concierto en la Plaza de la Independencia de la capital panameña, bajo la
batuta de su director, el maestro Pedro Rebolledo. Su ejemplar trayectoria
fue además reconocida con el nombramiento como Hijo Predilecto que le
otorgó el Consejo Capitolino y con la entrega de la Orden Vasco Núñez de
Balboa en el grado de caballero (máximo reconocimiento oficial del gobierno
panameño) que le fue impuesta por el propio presidente de la República.
DEMETRIO HERRERA SEVILLANO

(1902-1950)

De padre colombiano y madre oriunda de La Chorrera, nace


en Panamá. Es un hombre pobre, que vive en esta capital,
salvo algunas ausencias en San Blas y David. Sólo hizo
estudios de escuela primaria. Pero en las lecturas y en la vida
encontró su verdadera formación. Fue de oficio
encuadernador. Se casó joven, y tenía hijos. Con uno de ellos
vivía, en una habitación sórdida, cuando le sorprendió la
muerte durante la siesta. Al regresar su hijo de la escuela, lo
encontró muerto. Vivía cerca de la plaza de Santa Ana,
verdadero centro popular de Panamá. El -como antes
Demetrio Korsi- fue cantor de la plaza y de sus aledaños de
pobres. Sus poemas, según Pedro Rivera, son «radiografías del alma
popular».

Se inspira en sus lecturas -Vicente Huidobro, García Lorca, Rafael Alberti,


Nicolas Guillén y Julio Flóres-. Se le ha considerado como el verdadero poeta
del pueblo que ha tenido Panamá.

Algunas obras de Demetrio Herrera Sevillano

Título Año

Mis Primeros Trinos. Panamá, Imprenta Nacional. - 1924

Kodak (sin pie de imprenta). - 1937

La Fiesta de San Cristóbal. Panamá (sin pie de imprenta). - 1937

Los Poemas del Pueblo. Panamá, Botello, impresor. - 1938


MARIA OLIMPIA DE OBALDIA

(1891-1985)

Nació en Dolega. Provincia de Chiriquí, el 9 de


septiembre de 1891. Fué maestra de escuela
primaria hasta 1918, en que contrajo
matrimonio con Don José de Obaldía.

Es la máxima representación femenina de los


poetas de inicio de la república. En un medio
remiso al reconocimiento de sus valores, su
aparición va seguida de inusitado éxito. En
solemne velada, organizada por el Instituto
Nacional de Panamá, fue coronada en el Teatro
Nacional, en 1930.

Sus poesías "no siguen ninguna escuela, ni se


ciñen a reglas". Lo que no es de extrañar. El
modernismo, y a María Olimpia no podemos
situarla fuera de la órbita modernista, más que
escuela fue clima, ambiente dentro del cual
proliferaron poetas de muy diverso acento y
contenido. No pertenece a ninguna escuela,
pero es dueña de su oficio, conoce el secreto
de la artesanía poética. De otra manera no es
posible explicar la ponderación de su verso, el
equilibrio de su mejor poesía.

En la Antología de Panamá, de Demetrio Korsi, de 1926, se dice: "Poetisa de


arte sencillamente delicado. Reside en el interior de la República, en David,
repartiendo su cariño entre su esposo y sus hijos."

Murió en el año 1985.

Obras de María Olimpia de Obaldía

Título Año

Orquídeas. Panamá, Imprenta Nacional. - 1926

Breviario Lírico. Panamá, Imprenta Nacional. - 1930

Parnaso Infantil. Panamá, Ediciones del Departamento de Cultura. –


1948
Amelia Denis De Icaza

Nace en la ciudad de Panamá, el 28 de noviembre de 1836 y muere el 16 de


julio de 1911. De pequeña tenía mucha afición a la literatura y elaboraba
poesías. Es la primera mujer poetisa y la única figura femenina en el período
romántico.

Amelia Denis De Icaza se distingue en la era romántica, por el contenido de


sus poesías. En su obra hay amor por la patria, a la juventud y la melancolía,
entre otros. Se considera poetisa del grupo de la primera generación poética,
porque nace entre 1830-1836.

A esta primera generación pertenecen: Gil Colunje, Tomás Martín Feuillet,


José María Alemán, Manuel José Pérez y Amelia Denis. Éstos tienen en común
la educación, el ambiente cultural y político similar; que influyen en la
formación cultural y espiritual de esta generación.

Es en la poesía donde el sentimiento romántico encuentra la mejor forma de


expresar el espíritu nacionalista y el amor por lo propio, la naturaleza.
Compone poemas sencillos, llenos de sentimiento, emoción y un profundo
sentido social.

En su juventud se casa y vive en Nicaragua muchos años, a su regreso se


entera que su país está en manos de los norteamericanos, esto crea en la
poetisa sentimientos de tristezas y rebeldía, escribe los versos más bellos, Al
Cerro Ancón, en 1906.

A través del poema, Al cerro Ancón, es recordada. En


sus poemas hay un especial patriotismo y sinceridad;
con un fuerte contenido político y denuncia social donde
muestra su enojo por la creación del área de la Zona
del Canal, donde a los panameños les estaba vedado
entrar.

Obras: Hojas secas (1926). Poemas: Dejad que pase,


Al Cerro Ancón, Patria, Amor de madre, A la muerte de
Victoriano Lorenzo, El llanto de una hija, Un ramo de
reseda, A panamá entre otros.

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