Una visión diferente de la

Artículo del Mes

custodia compartida
Isabel Escudero
Abogada. Directora del Departamento de Derecho Penal y de Familia de BROSA

Cuando se produce una crisis de pareja, cada vez con más frecuencia los padres
solicitan la guarda y custodia compartida por motivos diversos. Es bien sabido también
que sobre esta materia abundan todavía los estereotipos, por lo que sería necesario un
análisis pormenorizado como el que sigue y es que el presente artículo aborda la cuestión de la custodia
compartida desde una óptica diferente, contando los motivos por los que es recomendable su adopción
y hablando muy claro de lo que suele subyacer en un pleito familiar de ruptura conyugal, teniendo como
telón de fondo la custodia de los hijos menores. ¿Por qué es importante para el abogado conocer los
motivos por los que un padre pide la guarda y custodia compartida? Esta y otras cuestiones de interés
como la de a quién beneficia o perjudica esta medida son resueltas en este artículo.

01 “Démariage” y co-parentalidad Por supuesto, en esta evolución legislativa hacia la co

La Ley 15/2005 se la ha llamado, a veces despectiva-
mente, como la ”ley del divorcio exprés”. Pero lo que
muestra esta ley no es tanto un fenómeno de banali-
zación como de descasamiento (o “démariage” de
acuerdo con el término francés en boga) consistente
en una mayor facilidad en la disolución del matrimo-
nio, sin entrar en el análisis de causas (abandono
injustificado del hogar, alcoholismo, toxicomanía,
etc.). No obstante y correlativamente al “démariage”,
esta ley refuerza la seguridad del vínculo filial a través
de la co- parentalidad y la guarda y custodia compar-
tida. Y este hecho precisamente no la hace una ley
banal.
No hay que olvidar que el derecho de familia en
España refleja la misma evolución que los demás sis-
temas legales de nuestro entorno, al fijar la protección
jurídica, no tanto a través de un modelo familiar clá-
sico centrado en los padres (juntos o separados),
como en un modelo parental, donde el centro son los
hijos y acentuando el principio de interés supremo del
menor. Esto ha tenido como consecuencia una regu-
lación jurídica muy vigilante de los efectos que el
divorcio o la separación generan en los hijos, a fin de
que queden protegidos y se vean afectados lo menos
posible por la crisis de pareja de sus progenitores.
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- parentalidad han tenido mucha influencia las direc-
trices de la psicología infantil que los jueces han ido
adoptando cada vez más en sus decisiones.
Recordemos que desde 1992 existe un libro pionero
sobre esta materia en España, titulado “Los hijos no
se divorcian” de Beatriz Salzberg, que ha servido
también de slogan en manifestaciones de padres
separados que exigen, a través de la guarda y custo-
dia compartida, un espectro más amplio de derechos
en la educación de sus hijos.
02 Concepto de guarda y
custodia compartida
A diferencia de otros países occidentales, la guarda y
custodia compartida es una modalidad de responsabili-
dad parental relativamente nueva en España, consisten-
te en que el padre y la madre (en proceso de divorcio o
de separación) se reparten por igual el cuidado de los
hijos, por semanas alternas, o quince días alternos, o
meses alternos, dependiendo de la edad de los hijos y de
la proximidad de los domicilios de ambos progenitores.
Este reparto por igual del tiempo con los hijos tiene
unos efectos correlativos en otras medidas que son
los siguientes:

a) Desaparece el régimen de visitas y la guarda y cus-
todia exclusiva ejercida por un solo progenitor, en
la mayoría de los casos, la madre;
b) Se debilita la atribución automática del uso del
domicilio familiar a la madre, al dejar ésta de ser
custodia exclusiva;
c) No se establece una pensión de alimentos o se
establece una pensión de alimentos mucho más
reducida y limitada a los gastos del colegio y ropa.
El resto, esto es, vivienda, suministros de la misma
y alimentos, cada uno de los progenitores corre
con ellos.
 Es importante saber el horario
de trabajo que tiene el padre o su
flexibilidad horaria o si puede trabajar
en casa mientras cuida de los hijos o si
viaja mucho, porque si no es
imposible cumplir con la guarda y
custodia compartida y sería una
irresponsabilidad 
Por tanto, la guarda y custodia compartida pone en
crisis todo un modelo clásico de guarda y custodia y
de ahí tantos miedos y tantas resistencias.
03 Motivos para pedir la guarda
y custodia compartida
Hay cuatro: uno auténtico; otro innoble; otro snob y
otro egoísta, inducido por un tercero, ajeno a la rela-
ción paterno-filial.
¿Por qué es importante para el abogado conocer los
motivos por los que un padre pide la guarda y custo-
dia compartida? Porque el abogado necesita saber la
verdad, para no equivocarse en la defensa de los
derechos. El problema muchas veces está en que el
cliente no dice toda la verdad por pudor o porque
pretende manipular.
a) Motivo auténtico: el padre no quiere perder el con-
tacto con los hijos y desea corresponsabilizarse de
su cuidado por igual que la madre. Pero además
quiere repartir más equitativamente las cargas
familiares, sobre todo, en los casos en que la ex -
mujer rehace su vida con otra persona y el marido
entiende que la nueva pareja debe asumir el coste
de la vivienda dejando de pagar dos casas. Es
Artículo del Mes
Sumario
1. “Démariage” y co-parentalidad
2. Concepto de guarda y custodia compartida
3. Motivos para pedir la guarda y custodia
compartida
4. Regulación legal
5. ¿A quién beneficia o perjudica la guarda y
custodia compartida?
6. La opinión de los psicólogos forenses
sobre la guarda y custodia compartida
7. El futuro de la guarda y custodia
compartida y la co-existencia pacífica
con la custodia exclusiva y régimen
amplio de visitas
importante saber que esta situación suele consi-
derarse de abuso de derecho y cada vez se palia
más en los tribunales, según la tendencia generali-
zada de los últimos años.
Este es el caso de prácticamente la mitad de los
hombres y que configuran un grupo de lo que se
denomina “padres pro-activos” que llevan a los hijos
al médico, o al colegio; acuden a la reuniones del
colegio y ayudan a los hijos a hacer los deberes;
hablan con los tutores y siguen muy de cerca la evo-
lución de los hijos en los estudios, etc.
b) Motivo innoble: lo configura una porción de hom-
bres que sólo quieren vengarse de la ex–mujer,
porque no acaban de aceptar la separación o el
divorcio y se creen traicionados. Entonces la hosti-
gan pretendiendo apartarla más tiempo del con-
tacto con los hijos, aunque luego no disfruten de
ellos y tengan que llamar a cuidadores, además de
querer reducir considerablemente los alimentos,
con lo que obtienen un placer quizás de tipo neu-
rótico sometiendo a la ex -mujer a una intensa y
perpetua zozobra.
c) Motivo snob, de una minoría de padres que consi-
deran que queda muy “chic” solicitar la guarda y
custodia compartida y en sus encuentros sociales
presumen que han negociado este tipo de modelo
de co-responsabilidad parental, aunque luego ten-
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 Isabel Escudero
Efectos de la custodia compartida en otras medidas
 Desaparece el régimen de visitas y la guarda y custodia exclusiva ejercida por un solo progenitor, en
la mayoría de los casos, la madre;
 Se debilita la atribución automática del uso del domicilio familiar a la madre, al dejar ésta de ser cus-
todia exclusiva;
 No se establece una pensión de alimentos o se establece una pensión de alimentos mucho más
reducida y limitada a los gastos del colegio y ropa. El resto, esto es, vivienda, suministros de la
misma y alimentos, cada uno de los progenitores corre con ellos.
gan que acudir a canguros, porque sus obligacio-
nes laborales no les permiten dedicar su tiempo a
sus hijos. Por tanto, es importante saber el horario
de trabajo que tienen o su flexibilidad horaria o si
pueden trabajar en casa mientras cuidan de los
hijos o si viajan mucho, porque si no es imposible
cumplir con la guarda y custodia compartida y
sería una irresponsabilidad.
d) Motivo controlador de la segunda pareja del padre,
que configura también una minoría de casos y que
esconde un interés egoísta de la nueva partenaire
de fortificar su posición, a expensas de la ex –
mujer, invadiendo la relación paterno-filial del mari-
do y su ex –mujer y causando un daño psicológico
a la madre y a los hijos.
Aquí la nueva pareja es una persona más bien fría
y egoísta, pero disimulada. Va de “colega” de los
hijos y de pareja “moderna”, haciendo “campaña
por la guarda y custodia compartida”, con comen-
tarios aparentemente inocuos como que los hijos
podrán vivir otra vez en familia, dando una visión
edulcorada, pero ocultando el alto precio a pagar,
basado en el sufrimiento de la madre custodia que
empieza a oír comentarios de sus hijos del tenor
de: “quiero estar más con el hermanito de la otra
familia”; “la otra mamá no me riñe tanto”. O del ex
- marido: “en el fondo es que estás celosa”, o “te
estás volviendo paranoica”. Y todo esto por el solo
deseo de la segunda pareja de asegurar su nuevo
proyecto de vida, para lo cual empieza a decir al
marido que “ya tiene otra familia y no tiene que
pagar dos casas ni dos veces alimentos” o que “la
ex -mujer tiene unas ventajas económicas despro-
porcionadas”. etc. En suma, que la reducción de
cargas familiares establecidas a favor de la ex -
mujer quiere que revierta en su favor. Esta sería su
única intención. Y como la madre invadida reaccio-
84
na a estos embates con lógica desconfianza,
empieza a ser tildada de que no está “equilibrada
emocionalmente”. Es una estrategia clásica de “luz
de gas”.
 Se puede acordar la guarda y
custodia compartida si ambos
progenitores la piden de mutuo
acuerdo y prácticamente el juez o el
fiscal no ponen objeciones, porque en
esta petición conjunta ya se vislumbra
que la pareja no está enfrentada,
garantía fundamental para el buen
funcionamiento de la
co-parentalidad 
En este supuesto, no hay un caso legal en estricto
sentido porque se es el abogado del padre, no de
un tercero que actúa por control remoto. Y si el
padre no está convencido personalmente para pedir
la guarda y custodia compartida, se le debe hacer
ver las posibilidades de fracaso legal que tiene su
asunto, así como el daño psicológico que puede
producir a sus hijos, a los que puede alienar de un
afecto fundamental como es el de su madre, quien
a su vez tiene unos derechos legítimos, que no se
pueden discutir.
04 Regulación legal
La guarda y custodia compartida se regula en el
artículo 92.5 a 92.8 del Código Civil. De todos
modos, es bien sabido que, antes de la reforma
legal de 2005, ya existía la posibilidad de acordar la
guarda y custodia compartida por convenio, dentro
del principio de libertad de pactos del derecho civil,
pero con la limitación tuitiva del derecho de familia
de proteger sobre todo al menor o al cónyuge más
desfavorecido.
 Artículo del Mes

Estos acuerdos, en un principio, contaban con la

oposición de fiscales, basada en estudios de psi-
cología infantil que consideraban que la guarda y
custodia compartida desorganizaba a los hijos y
les alteraba su estabilidad emocional, al carecer
del punto fijo de una sola casa. Con el tiempo, no
obstante, se fue ablandando esta oposición frontal
de fiscales, jueces y equipos psicosociales, si se
cumplían tres requisitos y que hoy subsisten juris-
prudencialmente. A saber: a) Que padre y madre
tengan una relación personal fluida, sin enfrenta-
mientos y con criterios parecidos en la educación
de los hijos; b) Que ambos tengan estabilidad
laboral y un horario adecuado que les permita
cumplir con la custodia; c) Que los domicilios de
ambos padres estén cerca, para evitar la sensa-
ción traumática en los hijos de peregrinaje conti-
nuo, pues los niños necesitan un espacio físico fijo
y propio.

Hoy, según el a rtículo 92.5 del Código Civil, se

puede acordar la guarda y custodia compartida si
ambos progenitores la piden de mutuo acuerdo y
prácticamente el juez o el fiscal no ponen objecio-
nes, porque en esta petición conjunta ya se vis-
lumbra que la pareja no está enfrentada, garantía
fundamental para el buen funcionamiento de la
co-parentalidad.
Pero si la madre se niega, ¿es posible pedir la guar-
da y custodia en un procedimiento contencioso y
obtenerla? Es posible pedirla de acuerdo con el artí-
culo 92.8 del Código Civil, pero difícil obtenerla. ¿Y
por qué? Porque tiene que haber un informe favora-
ble del equipo psicosocial y otro del Ministerio Fiscal.
En estricto sentido, la ley habla sólo del informe favo-
rable del fiscal, pero éste no estará a favor la mayo-
ría de las veces, si antes no lo está el psicólogo del
Juzgado. Es decir, los psicólogos forenses deben
aconsejarla, si no, es difícil que obtenga el voto favo-
rable del fiscal y el juez será reacio a establecerla.
Además, el juez debe oír previamente a los hijos
mayores de 12 años o aquellos que, por debajo de
esta edad, tengan suficiente madurez, a criterio de la
autoridad judicial.
Esta falta de acuerdo previo de la madre también
ha propiciado el abuso o el mal uso del derecho,
en el caso de mujeres egoístas que utilizan a los
hijos de rehenes para obtener ventajas económi-
cas y una cesión de uso de la vivienda familiar
casi perpetuo y financiado por el padre, asfixiado
con el coste de dos casas. N o obstante, si se
acredita en el proceso judicial un sentimiento
auténtico del padre de seguir vinculado a los
hijos y de re-equilibrar las cargas familiares, así
como una oposición de mala fe de la madre, se
puede tener éxito, pues ya existen resoluciones
judiciales que ponen cierto coto a esta negativa
sistemática.
Finalmente, el artículo 92.7 del Código Civil estable-
ce que la guarda y custodia compartida no se adop-
ta nunca cuando alguno de los progenitores está
incurso en proceso penal por haber atentado contra
el cónyuge o pareja o sus hijos. En este punto existe
cierta polémica, porque algunos juristas opinan que
debe exigirse sentencia firme porque si no se vulne-
raría el derecho constitucional a la presunción de ino-
cencia. Pero en derecho de familia no suele darse
esta opinión rigorista, sino que más bien se analiza si
la relación de los progenitores es conflictiva, en el
sentido de si se cruzan inconsistentemente denun-
cias. En ese caso, la guarda y custodia compartida
no puede establecerse por falta de madurez de los
padres y, en la medida de lo posible, se atribuye la
guarda y custodia exclusiva a favor del progenitor
más estable emocionalmente (padre o madre) y
siempre teniendo en cuenta el interés supremo de los
menores.
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 Isabel Escudero
05 ¿A quién beneficia o
perjudica la guarda y custodia
compartida?
En puridad, beneficia a los hijos, porque ellos no se
“divorcian” y tienen derecho a seguir contando con el
padre y la madre por igual, así como a notar los
menos cambios posibles en sus vidas, tras la ruptura.
No porque sus padres se hayan divorciado, deben
dejarlos de querer o distanciarse del padre, mientras
la madre intenta hacer los roles de padre y madre,
para lo que no está preparada, haciendo un flaco
favor a sus hijos, porque no acaban de formar ade-
cuadamente su personalidad interiorizando positiva-
mente la figura paterna y la materna.
¿En qué perjudica a los hijos? Posiblemente, en la
estabilidad emocional que da una sola casa, como
punto fijo de referencia. Se pueden volver seres tras-
humantes, sin raíces físicas y por tanto psicológicas.
La guarda y custodia también beneficia a los padres,
porque no pierden el contacto con los hijos y experi-
mentan un sentimiento muy positivo que es disfrutar
de la paternidad: hacer actividades con los hijos; ayu-
darles a hacer deberes; acudir a las reuniones del
colegio y hablar con los tutores. En suma, estar pre-
sentes en sus vidas y verlos crecer.
Los tiempos han cambiado y los varones cada vez
se resignan menos a jugar el triste papel de padres
visitantes o a perder definitivamente el contacto con
sus hijos, si la madre tiene éxito en alienarlos en su
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contra. ¿Y por qué? Porque, en el fondo, el senti-
miento de paternidad, aunque parece distinto, es
parecido al de maternidad: cuando uno es padre
(como cuando es madre) deja de pensar en uno
mismo. Es un signo de madurez pero al mismo tiem-
po, una fuente de satisfacción, porque el padre ha
aprendido a dedicar la vida a sus hijos, a buscar su
bienestar y hacerles felices y eso también le hace
feliz. Ha conseguido la habilidad de dar y recibir. Y la
compañía de otros y darles afecto y recibirlo es tam-
bién uno de los grandes placeres que puede tener la
vida. Por eso las madres vengativas saben que aquí
hacen daño, porque frustran este deseo de los ex
–maridos o ex parejas.
 La mitad de los psicólogos
forenses aconsejan la guarda y
custodia exclusiva con un régimen de
visitas amplio 
¿En qué perjudica a los hombres la guarda y custodia
compartida? En nada. En lo económico, les posibilita
establecer más equitativamente las cargas familiares
y evitar abusos. Y en lo personal, les hace seres más
adultos y con mayor madurez emocional. Dejan de
ser meros “machos” y se convierten en personas
mucho más completas psicológicamente.
Finalmente, la guarda y custodia compartida puede
también beneficiar a las madres, sobre todo, a
aquellas muy ocupadas profesionalmente, pues
dejan de hacer el durísimo papel de “superwoman”,
 Isabel Escudero
con explosiones a veces de stress con los hijos, que
pueden terminar por cogerles manía. En la guarda y
custodia compartida, la madre, al sentirse más ayu-
dada por el ex – marido o ex – pareja en el cuidado
de los hijos, puede programarse mucho mejor su
agenda laboral, sin que además este sistema de co-
parentalidad tenga un efecto negativo en la cuantía
de la pensión de alimentos, ya que la misma se esta-
blece en proporción al nivel de ingresos de uno u
otro progenitor, de acuerdo con recientes criterios
judiciales.
¿En qué perjudica la guarda y custodia a las muje-
res? En poco, porque las hace más independientes
y les permite desarrollar más su carrera profesional,
así como su propio espacio personal. No volcarse
tanto en los hijos, sino quererse ellas un poco más,
ganar en auto-estima y en apertura a otras personas
y a otras cosas. Económicamente, las podría perju-
dicar, si la guarda y custodia compartida se pide de
mala fe por el padre, pero están bien protegidas por
jueces, fiscales y psicólogos. Por tanto, es un riesgo
controlado.
06 La opinión de los psicólogos
forenses sobre la guarda y
custodia compartida
A pesar de que parece que está muy en boga la guar-
da y custodia compartida, aproximadamente la mitad
de los psicólogos forenses aconsejan la guarda y
custodia exclusiva con un régimen de visitas amplio,
porque dicen que los niños no son maletas y necesi-
tan un punto de referencia fijo, haciendo hincapié en
que el cambio continuo no es bueno para el desarro-
llo integral de los hijos.
Además, las rutinas son importantes en la educación
de los hijos. Por ejemplo, padre y madre pueden ser
ambos muy buenos padres, pero la madre puede ser
Circunstancias que favorecen la custodia compartida y su adopción por
los Jueces
 Que padre y madre tengan una relación personal fluida, sin enfrentamientos y con criterios pareci-
dos en la educación de los hijos;
 Que ambos tengan estabilidad laboral y un horario adecuado que les permita cumplir con la custodia;
 Que los domicilios de ambos padres estén cerca, para evitar la sensación traumática en los hijos de
peregrinaje continuo, pues los niños necesitan un espacio físico fijo y propio.
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más rigurosa en los hábitos (cena a una determinada
hora, baño o ducha, hora de acostarse y de levantar-
se; vigilancia en la realización de los deberes; orden
en las habitaciones y reparto de las tareas domésti-
cas, etc.) Y el padre demasiado permisivo: los niños
comen lo que quieren a cualquier hora, se van a dor-
mir cuando les apetece; se levantan por la mañana
con el tiempo justo para ir al colegio, y no se han
duchado, la ropa sin lavar ni planchar, los deberes sin
hacer, etc. O viceversa, el padre es más organizado y
la madre más laxa. Pues bien, en estos casos en que
ambos progenitores no mantienen un criterio pareci-
do en la educación de los hijos (lo que se conoce
como “consensos básicos”), es más aconsejable un
custodio primario (generalmente la madre), pero sin
que quede impedida una relación continúa con el
padre (con un régimen de visitas amplio), para que los
niños interioricen positivamente las dos figuras (padre
y madre) que les equilibra mucho y más en la edad
crítica de los 2 a los 7 años, en que están formando
su personalidad.
 ¿En qué perjudica a los hijos?
Posiblemente, en la estabilidad
emocional que da una sola casa, como
punto fijo de referencia. Se pueden
volver seres trashumantes, sin raíces
físicas y por tanto psicológicas 
No obstante, también hay signos positivos: en las
guardas y custodias compartidas ya constituidas por
mutuo acuerdo, casi la mitad de los psicólogos dan
una opinión favorable, diciendo que funcionan bien.
Pero ¿por qué funcionan bien? Porque los padres son
responsables, con una actitud adulta, en la que sólo
buscan el beneficio de los hijos ¿Y cómo lo consi-
guen? No enfrentándose, consultándose las decisio-
nes sobre ellos y hablando con normalidad cuando
ejercen la co - parentalidad.
 Artículo del Mes

Jurisprudencia de interés

A FAVOR DE la custodia compartida

 Audiencia Provincial de Asturias, Sección 5ª, sentencia de 13 de Junio de 2006;

 Audiencia Provincial de Madrid, Sección 22ª, sentencia de 31 de Octubre de 2006;

 Audiencia Provincial de Valencia, Sección 10ª, sentencias de 26 de Mayo de 2008 y 8 de Septiembre de 2008

EN CONTRA DE la custodia compartida

 Audiencia Provincial de León, Sección 3ª, sentencias de 12 de Mayo de 2006 y de 13 de Octubre de 2006;

 Audiencia Provincial de Madrid, Sección 22ª, sentencias de 24 y 27 de Octubre de 2006;

 Audiencia Provincial de Jaén, Sección 3ª, sentencia de 19 de Noviembre de 2007.

www.bdigrupodifusión.es

Mi opinión personal también coincide con la de la de los horarios laborales de los padres, de la proxi-
mayoría de los psicólogos forenses: un solo custo- midad de sus domicilios, de sus consensos básicos
dio (generalmente la madre) pero un régimen de sobre los hijos, etc. Tampoco soy contraria a la
visitas amplio, dependiendo de la edad de los hijos, guarda y custodia compartida y en su día defendí
 Isabel Escudero

en artículos de opinión su introducción sin cortapi-

sas en la reforma del Código Civil del año 2005.
Pero sigo creyendo que para adoptar la guarda y
custodia compartida se tienen que dar esos ele-
mentos de madurez en los padres y, sobre todo,
cierta edad de los hijos. Si no, podría ser perjudicial
para ellos en algunos casos. Por ejemplo, cuando
los hijos están por debajo de los 10-12 años, me
parece un poco traumático y prefiero el régimen de
visitas amplio del padre, con un reparto más equi-
tativo de las cargas familiares.

07 El futuro de la guarda y custodia

compartida y la co-existencia
pacífica con la custodia exclusiva
y régimen amplio de visitas
Han cambiado mucho los roles en el ejercicio de
la responsabilidad parental y ya no son tan nítidas
las funciones tradicionales de madre nutricia y
padre proveedor, sobre todo con la plena incor-
poración de la mujer al mundo laboral y las carre-
ras profesionales.
podría incluso caer en alguna depresión. Pero una
Se va a un cambio de tendencia y sorprendentemen- vez superan el “síndrome de nido vacío”, la guarda
te la guarda y custodia compartida no la van a pedir y custodia compartida tiene efectos positivos en
tanto los padres como las madres, cuando superen las mujeres, porque logran desligarse de la depen-
también sus propios miedos, a veces arcaicos y muy dencia de los hijos y ganan en flexibilidad y distan-
fijados en el inconsciente. cia con ellos.

 Cuando los hijos están por
debajo de los 10-12 años, la custodia
compartida me parece un poco
traumática y prefiero el régimen de
visitas amplio del padre, con un
reparto más equitativo de las cargas
familiares 
En efecto, al principio la gran mayoría de las
madres en un régimen de visitas amplio o de guar-
da y custodia compartida suele sufrir el “síndrome
de nido vacío”, o estado psicológico de intensa
soledad y tristeza; de vacío existencial y sentimien-
to de inutilidad (“los hijos no están conmigo porque
ya no me necesitan o porque no valgo para nada”).
Es decir, lo que el psicoanalista Viktor Frankl llama-
ría “el sufrimiento de la vida sin sentido”.
Generalmente este síndrome se supera pronto,
sobre todo, si la mujer es una persona muy activa.
Si sólo se ha dedicado a las labores del hogar y al
cuidado de los hijos lo superará más difícilmente y
90
Pero el hecho de que la guarda y custodia com-
partida tenga un futuro prometedor no es óbice
para considerar que la guarda y custodia exclusi-
va de la madre, con un régimen de visitas amplio
de dos días intersemanales, siga siendo muy
atractivo y el que prefieren muchos padres muy
responsables y pro-activos, porque les permite ver
a los hijos más continuadamente sin cortes largos,
que se suele producir en las guardas y custodias
compartidas de meses alternos o quince días
alternos, en tanto que los ven un mes seguido o
quince días, pero los dejan de ver un mes o quin-
ce días. Y tampoco les gusta a las madres, por los
mismos motivos.
Por tanto, posiblemente en un futuro co-existan
ambos regímenes sin que ninguno de los dos se
imponga al otro, en una proporción del 50% cada
uno. Un poco como el mundo de ayer que cede el
paso al mañana, pero sin que este mañana acabe de
abarcar totalmente nuestro presente.