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8.13. En caso de separación de hecho, separación legal, divorcio de los padres o nulidad
del matrimonio, el niño tiene derecho a mantener contacto directo y permanente con
los padres, teniendo ambos las mismas obligaciones, incluso si alguno de ellos viviese
en otro país, salvo si el órgano competente en el Estado miembro afectado lo declarase
incompatible con la salvaguardia de los intereses del niño. Se deberán adoptar pronto las
medidas oportunas para impedir el secuestro de los niños – su retención o no devolución
ilegal perpetrada por uno de los padres o por un tercero- ya tenga lugar en un estado
miembro o en un tercer país. Los procedimientos legales adoptadas deberán ser aptos para
resolver las discrepancias de manera económica y expedita y deberán ser fácilmente
aplicables en toda la Comunidad.
Es importante recordar que la ley recoge las condiciones mínimas que deben
cumplirse, pero ello no excluye que los propios padres/madres lo amplíen en aras de
aumentar las interacciones para favorecer el contacto de los hijos/as con sus padres
Las preferencias de los hijos/as muestran que éstos eligen sistemas de visitas
flexibles y sin restricciones. Cuanto más pequeños son los hijos demandan mayor
duración de las visitas y a medida que crecen, quieren más flexibilidad y visitas más cortas
(Neugebauer, 1988). En general, el adolescente siente necesidad de desvincularse e
independizarse de sus padres en familias intactas y en familias monoparentales.
Los estudios sobre las interacciones y contacto entre padres separados y sus
hijos/as, evidencian que las relaciones con el padre ausente caen drásticamente, sobre
todo cuando se analizan desde una perspectiva longitudinal. En general, y en España la
pérdida de contacto con los hijos es una consecuencia sufrida por el padre
mayoritariamente y por los hijos/as.
EL RÉGIMEN DE ESTANCIAS
Algunos cambios legislativos (Anteproyecto de Ley elaborado por el gobierno en
2013) han eliminado la excepcionalidad de la custodia compartida amparando a aquellos
padres que desean pasar de meros visitadores a padres activos. Permitiendo interpretar
que el deseo de aumentar la relación con el hijo no fuese interpretado más que como un
compromiso de participar activamente en la vida del hijo y un indicador del grado de su
responsabilidad.
Las cifras nos indican una evolución favorable hacia la adjudicación de custodias
compartidas y una disminución de las custodias exclusivas hacia la madre en los últimos
años a la madre.
A veces uno de los padres sólo ve problemas o destaca los aspectos negativos de
la estancia del hijo con el otro: “no se ocupa de los niños, no juega con ellos, los deja en
casa de la abuela …” tras estas quejas encontramos una forma encubierta de invalidar al
padre o a la madre. Incluso en las ocasiones en las que un progenitor carece de habilidades
para relacionarse con su hijo, el objetivo no sería eliminarlo, sino de enseñarle habilidades
y estrategias para tener la relación que sus hijos/as necesitan.
En ocasiones y por razones socioculturales son los familiares (abuelos, tíos o cuñados)
los que aconsejan a la madre que limite el acceso del padre. “Bastante le dejas verlo”,
“ya lo ve bastante durante la semana”. Algunas de estas frases pueden reflejar la idea de
que la madre le hace un favor al padre porque deja que vea a sus hijos. Estos consejos
evidencian la creencia generalizada de que es la mujer la que debe “permitir” o
“autorizar” la relación, y sobre esta idea aconsejan que limite o reduzca los contactos.
Pocos son los que se plantean que esta reducción a quien más afecta es al niño/a, porque
éste necesita justo lo contrario. Necesita estar seguro de que su padre lo quiere y desea
estar con el /ella.
También hay situaciones en las que el contacto del menor con su padre/madre ha
sido prácticamente inexistente, de tal modo que el progenitor es un desconocido para el
niño. En estos casos es evidente que el niño se mostrará reacio irse con una persona con
la que no tiene un vínculo. Y en estas circunstancias, en las que el padre manifiesta su
deseo de reanudar la relación con el hijo, lo mejor es que el otro progenitor le ayude, que
al principio las visitas se realicen en presencia de él o de sus familiares y que éstas sean
cortas al principio y se amplíen con el tiempo.
Otra de las razones que sustentan la negativa del niño puede ser que éste se
encuentre bajo interferencias parentales, que en casos extremos pueden dar lugar a la
alineación parental. La presión de un padre alineador es razón suficiente para que el niño
manifieste esta negativa. Las razones que el niño argumenta para negarse al contacto con
un progenitor deben ser valoradas y analizadas en cada caso.
Esta situación emocional del niño puede ser utilizada” cuando uno de los padres
no acepta la separación y acepta y valida el rechazo de su hijo al ex. El progenitor acepta
y tolera permisivamente ese rechazo y lo utiliza porque sirve a sus intereses, reforzando
al hijo/a y permitiendo una salida desadaptativa y disfuncional.
Algunos menores sienten que sus razones son propias y no cedidas por los adultos.
En otras muchas ocasiones, los hijos no son conscientes de los argumentos que han ido
interiorizado de sus padres.
1. Dar oportunidades a los niños de decidir sobre las visitas, permitir o propiciar que los
hijos decidan cuando hay dictada una sentencia, es colocarlos en un conflicto de
lealtades. Además, el niño va a culpar al progenitor no custodio por no darle lo
oportunidad de decisión sobre cuándo realizar las visitas. De esta forma, el progenitor
no custodio es rechazado.
2. Cuando los padres dan toda la "información" a los hijos sobre la relación matrimonial
o las razones “auténticas del divorcio”. El progenitor normalmente asegura que sólo
intenta ser honesto con sus hijos y que sus hijos sepan “la verdad”. Esta práctica es
destructiva y quizás busca devaluar la imagen del padre o la madre.
3. No aceptar el hecho de que los niños tienen sus propias cosas y que en muchas
ocasiones les gusta llevarlas consigo cuando se trasladan a la casa del otro progenitor.
5. Culpar al otro por los problemas financieros, por romper lo familia, por el cambio en
el estilo de vida, por tener una nueva pareja, etc...
6. No aceptar la flexibilidad con las visitas en beneficio de los hijos. Algunos padres
podrían programar tantas actividades que el otro progenitor nunca tendría tiempo para lo
visita. Por supuesto, cuando el padre/madre protesta, es descrito/a como egoísta y poco
comprensivo.
7. Preguntar a un niño para que elija a uno u otro progenitor provoca en los niños una
angustia considerable.
8. “Tranquilizar al niño” diciéndole que cuando sea mayor podrá decidir con quién quiere
vivir.
9. Quejarse a los hijos sobre la relación de pareja hasta conseguir que sean ellos los que
aconsejan a sus padres que se separen.
Cuando los padres trasmiten a su hijo/a que debe ser él/ella el que elija con quien
desea vivir se le coloca ante un conflicto de lealtad. Es responsabilidad de los padres
tomar las decisiones sobre los NNA aunque se hayan separado. Son los padres los que
deben acordar cuál será la situación que mejor conviene al menor. No se debe delegar
una responsabilidad de este tipo en el niño/a por el hecho de que la pareja sea incapaz de
llegar a un acuerdo. Si a ellos les resulta muy difícil por el conflicto abierto que
mantienen, también lo es para un hijo/a, aunque por una razón bien distinta, porque los
quiere a los dos, y elegir puede ser interpretado como una preferencia.
No es conveniente preguntar al hijo: ¿con quién prefieres vivir, con papá o con
mamá? Esta pregunta se formula a veces en el entorno familiar e incluso abogados y
jueces abordan directamente esta cuestión. Supone una presión psicológica que le coloca
ante un conflicto de lealtades que supone una presión psicológica perjudicial para los
hijo/as. Los hijos deberían quedar al margen de tal decisión.
Dado el papel protagonista del progenitor que aliena, es interesante conocer las
estrategias que este utiliza para llevar a cabo la manipulación y cuáles son las
motivaciones que pueden subyacer a su modo de actuar (Junco M.T., 2008). Esta autora
recopila las diversas estrategias utilizadas por el progenitor alienador para impedir la
relación entre los hijos y el progenitor alienado y para inducir en los hijos rechazo hacia
él/ella:
• Impide el contacto telefónico de los hijos con el otro progenitor: bien no coge el
teléfono, bien le hace creer al niño/a que el otro progenitor no llama por teléfono.
• Intercepta el correo y/o paquetes enviados por el otro progenitor para sus hijos
• No informa al otro progenitor sobre las actividades, salud, colegio, etc. de los
hijos comunes.
• Impide las visitas: son disculpas típicas alegar que el niño está enfermo o
sencillamente que no quiere ir a las visitas, está en casa de un amigo, tiene un
examen y necesita que se le expliquen las materias, tiene un cumpleaños o una
actividad escolar…
• Busca un cooperante para la alineación (su nueva pareja, sus padres, etc.)
• Toma decisiones importantes sin consultar al otro progenitor, como por ejemplo
cambiarlo de colegio, apuntarlo a campamentos, actividades extraescolares…
• Intenta cambiar los apellidos del niño, omite el apellido al escribir el nombre en
libros o cuadernos escolares..
• Reprender a los hijos por contactar con el otro por teléfono., mail, correo, etc.
• Amedrentan a los niños con que el otro progenitor les va a causar algún daño
Algunas motivaciones que subyacen a los progenitores que alienan y cuyo objetivo
principal es anular la relación entre los hijos/as y el ex son:
• Mantener el vínculo psicológico primario con sus hijos. Algunas madres sienten
amenazada su preferencia para ejercer la custodia y por tanto el mantenimiento
del vínculo primario con sus hijos. Se convierte en primordial para la mujer hacer
prevalecer esta condición sobre el ex y en el contexto social, sobre todo si el
• Necesidades del ego: “el amor escenificado” por los hijos que muestran algunos
progenitores que alienan encubre una estrategia subyacente y hostilidad
encubierta. Ese amor que exhiben hacia sus hijos es una forma de presentarse
como una figura ideal en contraposición con la figura del ex.
Son ocho los criterios descritos por Gardner para identificar este proceso.
1) Campaña de denigración
El niño está alineado con el progenitor alienador y por ello habla despectivamente
del alienado sobre su comportamiento. Se realizan descalificaciones, se vierten injurias,
se alega cualquier argumento que sirva para justificar el rechazo.
Un hijo/a con rabia por la ruptura de pareja de sus padres puede canalizar estos
sentimientos a través de una denigración sin piedad del progenitor.
Ejemplos: “no quiero ver a mi papa porque él no se ocupa de que haga los
deberes”, “no me gusta ver a mi papá porque siempre me hace pollo para comer”
Siente que debe elegir y quien tiene el poder y de quien depende su supervivencia,
es el progenitor alienador.
El niño expresa desprecio sin manifestar culpa por los sentimientos de odio, no
siente remordimiento de experimentar este tipo de sentimientos hacia el padre/madre.
Justifica su animadversión, su enfado, su rabia y no expresa conexión emocional con el
sufrimiento que esta actitud pueda ocasionar en su padre o en su madre. Se interpreta que
el deseo del progenitor de tener una relación es malintencionada, se devalúa su necesidad
emocional y se desprecia el cariño que intentan ofrecer.
El hijo se niega a mantener relación con la familia extensa del progenitor alineado.
Los abuelos, tíos, primos… son rechazados y se anula la relación con ellos. El hijo niega
vínculos emocionales y cuestiona la veracidad de los sentimientos de dichos familiares.
MANIFESTACIÓN
LIGERO MODERADO SEVERO
SINTOMÁTICA
Campaña de denigración Mínima Moderada Formidable
Múltiples justificaciones
Justificaciones para el desprecio Mínimas Moderadas
absurdas
Ambivalencia Normal Ausencia Ausencia
Fenómeno del "pensador
Normalmente ausente Presente Presente
independiente"
Apoyo reflexivo al progenitor
"alienante" en el conflicto Mínimo Presente Presente
parental
Culpa Normal Mínima o ausencia Ausencia
Argumentos prestados Mínimos Presentes Presentes
Extensión a red social Mínima Presente Formidable, a menudo fanática
Dificultades en la transición a las Formidables o visitas
Normalmente ausentes Moderadas
visitas imposibles
Si hay visitas, comportamiento
Intermitentemente
Conducta durante las visitas Buena destructivo y continuamente
antagonista y provocativa
provocativo
Fuerte. Leve a
Vínculo con el progenitor Severamente patológico. A
Fuerte, saludable moderadamente
"alienante" menudo vinculación paranoide
patológico
Fuerte, saludable, o
Vínculo con el progenitor Fuerte, saludable, o Fuerte, saludable, o
mínimamente
"alienado" mínimamente patológico mínimamente patológico
patológico
En el tipo moderado, la alineación es más importante, los hijos están más negativos e irrespetuosos
y la campaña de denigración puede ser casi continua, especialmente en los momentos de
transición, donde los hijos aprecian que la desaprobación del padre es justo lo que la madre desea
oír. Los ocho síntomas suelen estar presentes, aunque de forma menos dominante que en los
severos. El padre es descrito como totalmente malo y la madre como totalmente buena. Los hijos
defienden que no están influenciados. Durante las visitas tienen una actitud oposicionista y
pueden incluso destruir algunos bienes paternos.
En el tipo severo las visitas pueden ser imposibles. La hostilidad de los hijos es tan intensa que
pueden llegar incluso a la violencia física. Gardner describe a estos hijos como fanáticos
involucrados en una relación de folie a deux con su madre. Los ocho síntomas están presentes con
total intensidad. Si se fuerzan las visitas, pueden escaparse, quedarse totalmente paralizados o
mostrar un abierto y continuo comportamiento oposicionista y destructivo.
Para Bone-Wolsh, (1999) hay cuatro criterios que permiten predecir que el proceso de
alienación está en curso:
1) Obstrucción a todo contacto: la razón más alegada es que el otro progenitor no es capaz
de ocuparse de los hijos, por lo que éstos no se sienten bien cuando vuelven de las visitas.
Suelen alegar que los niños necesitan tiempo para adaptarse al cambio. De igual modo,
cualquier cambio en los planes de visita del progenitor ausente se aprovechan como
disculpa para anular las visitas
Los mensajes que el niño ha oído suelen ser: "él/ella ya no es miembro de esta familia”,
"se ha marchado porque no nos quiere", "nos ha abandonado "...
El objetivo es excluir al otro progenitor de la vida de los hijos ignorando que cada uno de
los padres debe favorecer el desarrollo positivo de la relación entre los hijos y el otro
progenitor.
3) Reacción de miedo por parte de los hijos: el hijo puede mostrar una reacción evidente
de miedo, de desagrado o de estar en desacuerdo con el progenitor alienado.
El progenitor alienador puede amenazar al hijo con abandonarlo o mandarlo a vivir con
el otro progenitor, por lo que el hijo se pone en una situación de dependencia y está
sometido regularmente a pruebas de fidelidad. Para sobrevivir, estos hijos aprenden a
Un padre alienador nunca va a estar interesado en llegar a algún acuerdo que pudiera
permitir al otro progenitor recuperar la relación con sus hijos.
En ocasiones, con ayuda de sus abogados, los progenitores alienadores retrasan los
procedimientos de los tribunales, ignoran deliberadamente las órdenes judiciales y los
consejos de los terapeutas y mediadores que pudieran de alguno manera reparar el daño
que se está haciendo o los hijos, acabando de nuevo el proceso en los tribunales y todo
ello con el objetivo de llegar a la edad en la que los hijos puedan decidir.
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