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Ley de Amparo.

Artículo 107. El amparo indirecto procede:

I. Contra normas generales que por su sola entrada en vigor o con motivo del primer acto
de su aplicación causen perjuicio al quejoso.

Para los efectos de esta Ley, se entiende por normas generales, entre otras, las siguientes:

a) Los tratados internacionales aprobados en los términos previstos en el artículo 133 de


la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; salvo aquellas disposiciones
en que tales tratados reconozcan derechos humanos;

b) Las leyes federales;

c) Las constituciones de los Estados y el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal;

d) Las leyes de los Estados y del Distrito Federal;

e) Los reglamentos federales;

f) Los reglamentos locales; y

g) Los decretos, acuerdos y todo tipo de resoluciones de observancia general;

Artículo 17. El plazo para presentar la demanda de amparo es de quince días, salvo:

I. Cuando se reclame una norma general autoaplicativa, o el procedimiento de extradición, en


que será de treinta días;

Artículo 78. Cuando el acto reclamado sea una norma general la sentencia deberá determinar si
es constitucional, o si debe considerarse inconstitucional.

Si se declara la inconstitucionalidad de la norma general impugnada, los efectos se extenderán a


todas aquellas normas y actos cuya validez dependa de la propia norma invalidada. Dichos efectos se
traducirán en la inaplicación únicamente respecto del quejoso.

El órgano jurisdiccional de amparo podrá especificar qué medidas adicionales a la inaplicación


deberán adoptarse para restablecer al quejoso en el pleno goce del derecho violado.

Ley Federal del Procedimiento Contencioso Administrativo.


ARTÍCULO 2o.- (…).

Asimismo, procede dicho juicio contra los actos administrativos, Decretos y Acuerdos de carácter
general, diversos a los Reglamentos, cuando sean autoaplicativos o cuando el interesado los
controvierta en unión del primer acto de aplicación.
Artículo 13. (…).

La demanda deberá presentarse dentro de los plazos que a continuación se indican:

I. De treinta días siguientes a aquél en el que se dé alguno de los supuestos siguientes:

a) Que haya surtido efectos la notificación de la resolución impugnada, lo que se


determinará conforme a la ley aplicable a ésta, inclusive cuando se controvierta
simultáneamente como primer acto de aplicación una regla administrativa de carácter
general.

b) Hayan iniciado su vigencia el decreto, acuerdo, acto o resolución administrativa de


carácter general impugnada cuando sea auto aplicativa.

ARTÍCULO 52.- La sentencia definitiva podrá:

V. Declarar la nulidad de la resolución impugnada y además:

(…).

c) Declarar la nulidad del acto o resolución administrativa de carácter general, caso en que
cesarán los efectos de los actos de ejecución que afectan al demandante, inclusive el
primer acto de aplicación que hubiese impugnado. La declaración de nulidad no tendrá
otros efectos para el demandante, salvo lo previsto por las leyes de la materia de que se
trate.

ARTÍCULO 6o.- En los juicios que se tramiten ante el Tribunal no habrá lugar a condenación en
costas. Cada parte será responsable de sus propios gastos y los que originen las diligencias que
promuevan.

(…).

La autoridad demandada deberá indemnizar al particular afectado por el importe de los daños y
perjuicios causados, cuando la unidad administrativa de dicho órgano cometa falta grave al dictar la
resolución impugnada y no se allane al contestar la demanda en el concepto de impugnación de que
se trata. Habrá falta grave cuando:

I. Se anule por ausencia de fundamentación o de motivación, en cuanto al fondo o a la


competencia.

II. Sea contraria a una jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en materia de
legalidad. Si la jurisprudencia se publica con posterioridad a la c ontestación no hay falta grave.

III. Se anule con fundamento en el artículo 51, fracción V de esta Ley.

La condenación en costas o la indemnización establecidas en los párrafos segundo y tercero de


este artículo se reclamará a través del incidente respectivo, el que se tramitará conforme lo previsto
por el cuarto párrafo del artículo 39 de esta Ley.

Ley de Amparo

Artículo 170. El juicio de amparo directo procede:


I. Contra sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictadas por
tribunales judiciales, administrativos, agrarios o del trabajo, ya sea que la violación se cometa
en ellos, o que cometida durante el procedimiento, afecte las defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del fallo.

Se entenderá por sentencias definitivas o laudos, los que decidan el juicio en lo principal;
por resoluciones que pongan fin al juicio, las que sin decidirlo en lo principal lo den por
concluido. En materia penal, las sentencias condenatorias, absolutorias y de sobreseimiento,
podrán ser impugnadas por la víctima u ofendido del delito.
Párrafo reformado DOF 17-06-2016

Para la procedencia del juicio deberán agotarse previamente los recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la materia, por virtud de los cuales aquellas sentencias definitivas o
laudos y resoluciones puedan ser modificados o revocados, salvo el caso en que la l ey
permita la renuncia de los recursos.

Cuando dentro del juicio surjan cuestiones sobre constitucionalidad de normas generales
que sean de reparación posible por no afectar derechos sustantivos ni constituir violaciones
procesales relevantes, sólo podrán hacerse valer en el amparo directo que proceda contra
la resolución definitiva.

Para efectos de esta Ley, el juicio se inicia con la presentación de la demanda. En materia
penal el proceso comienza con la audiencia inicial ante el Juez de control;
Párrafo reformado DOF 17-06-2016

II. Contra sentencias definitivas y resoluciones que pongan fin al juicio dictadas por
tribunales de lo contencioso administrativo cuando éstas sean favorables al quejoso,
para el único efecto de hacer valer conceptos de violación en contra de las normas
generales aplicadas.

En estos casos, el juicio se tramitará únicamente si la autoridad interpone y se admite el


recurso de revisión en materia contencioso administrativa previsto por el artículo 104 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El tribunal colegiado de circuito
resolverá primero lo relativo al recurso de revisión contencioso administrativa, y únicamente
en el caso de que éste sea considerado procedente y fundado, se avocará al estudio de las
cuestiones de constitucionalidad planteadas en el juicio de amparo.

Artículo 73. (…).

En amparo directo, la calificación de los conceptos de violación en que se alegue la


inconstitucionalidad de una norma general, se hará únicamente en la parte considerativa de la
sentencia.

Clasificación de normas generales para efectos del amparo:


Suprema Corte de Justicia de la Nación

Registro digital: 2006963


Instancia: Primera Sala
Décima Época
Materias(s): Común
Tesis: 1a. CCLXXXI/2014 (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 8, Julio de 2014, Tomo I, página
148
Tipo: Aislada

INTERÉS LEGÍTIMO Y JURÍDICO. CRITERIO DE IDENTIFICACIÓN DE LAS LEYES


HETEROAPLICATIVAS Y AUTOAPLICATIVAS EN UNO U OTRO CASO.

Para determinar cuándo una norma general causa una afectación con su sola entrada en vigor y
cuándo se requiere de un acto de aplicación, existe la distinción entre normas heteroaplicativas y
autoaplicativas en función de las posibilidades de afectación de una norma general. Desde la Novena
Época, el criterio de clasificación de ambos tipos de normas gira alrededor del concepto de
"individualización incondicionada", con el cual se ha entendido la norma autoaplicativa como la
que trasciende directamente para afectar la esfera jurídica del quejoso, sin condicionarse a
ningún acto. Si su contenido está condicionado, se trata de una norma heteroaplicativa. Así, el
criterio de individualización incondicionada es formal, esto es, relativo o dependiente de una
concepción material de afectación que dé contenido a ambos tipos de normas, pues sin un concepto
previo de agravio que tome como base, por ejemplo, al interés jurídico, interés legítimo o interés
simple, dicho criterio clasificador no es apto por sí mismo para determinar cuándo una ley genera
perjuicios por su sola entrada en vigor o si se requiere de un acto de aplicación. Por tanto, dada su
naturaleza formal, el criterio clasificador es adaptable a distintas concepciones de agravio. Así pues,
en el contexto de aplicación de las nuevas reglas reguladoras del juicio de amparo se preserva la
clasificación de normas autoaplicativas y heteroaplicativas, para determinar la procedencia del juicio
de amparo contra leyes, ya que dada su naturaleza formal, es suficiente desvincular el criterio rector
-de individualización incondicionada- del concepto de interés jurídico y basarlo en el de interés
legítimo. Un concepto de agravio más flexible, como el de interés legítimo, genera una reducción del
espacio de las leyes heteroaplicativas y es directamente proporcional en la ampliación del espacio de
leyes autoaplicativas, ya que existen mayores posibilidades lógicas de que una ley genere afectación
por su sola entrada en vigor, dado que sólo se requiere constatar una afectación individual o colectiva,
calificada, actual, real y jurídicamente relevante, siempre que esté tutelada por el derecho objetivo y,
en caso de obtener el amparo, pueda traducirse en un beneficio para el quejoso. No obstante, si se
adopta el estándar de interés jurídico que requiere la afectación a un derecho subjetivo y excluye el
resto de afectaciones posibles, ello lógicamente generaría una ampliación del ámbito de las leyes
heteroaplicativas, pues reduce las posibilidades de afectación directa de esas normas con su mera
entrada en vigor y las condiciona a un acto de aplicación que afecte un derecho subjetivo del quejoso.
De esta forma, los jueces de amparo deben aplicar el criterio clasificador para determinar la
procedencia del juicio constitucional, siempre y cuando hayan precisado previamente si resulta
aplicable la noción de interés legítimo o jurídico.

Amparo en revisión 152/2013. 23 de abril de 2014. Mayoría de cuatro votos de los Ministros Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Olga Sánchez
Cordero de García Villegas; el Ministro José Ramón Cossío Díaz formuló voto concurrente en el que
manifestó apartarse de las consideraciones relativas al tema contenido en la presente tesis. Disidente:
Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien formuló voto particular. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Secretarios: Karla I. Quintana Osuna y David García Sarubbi.
Esta tesis se publicó el viernes 11 de julio de 2014 a las 08:25 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Artículo 61. El juicio de amparo es improcedente:

XIV. Contra normas generales o actos consentidos tácitamente, entendiéndose por tales aquéllos
contra los que no se promueva el juicio de amparo dentro de los plazos previstos.

No se entenderá consentida una norma general, a pesar de que siendo impugnable en amparo desde
el momento de la iniciación de su vigencia no se haya reclamado, sino sólo en el caso de que tampoco
se haya promovido amparo contra el primer acto de su aplicación en perjuicio del quejoso.

Cuando contra el primer acto de aplicación proceda algún recurso o medio de defensa legal por virtud
del cual pueda ser modificado, revocado o nulificado, será optativo para el interesado hacerlo valer o
impugnar desde luego la norma general en juicio de amparo. En el primer caso, sólo se entenderá
consentida la norma general si no se promueve contra ella el amparo dentro del plazo legal contado a
partir del día siguiente de aquél al en que surta sus efectos la notificación de la resolución recaída al
recurso o medio de defensa, si no existieran medios de defensa ordinarios en contra de dicha
resolución, o de la última resolución recaída al medio de defensa ordinario previsto en ley contra la
resolución del recurso, aún cuando para fundarlo se hayan aducido exclusivamente motivos de
ilegalidad.

Si en contra de dicha resolución procede amparo directo, deberá estarse a lo dispuesto en el capítulo
respectivo a ese procedimiento;

DEFINITIVIDAD.

Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción
de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley reglamentaria,
de acuerdo con las bases siguientes:

(…).
III. Cuando se reclamen actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, el amparo
sólo procederá en los casos siguientes:
a) Contra sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, ya sea que la
violación se cometa en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte las defensas
del quejoso trascendiendo al resultado del fallo. (…)

Para la procedencia del juicio deberán agotarse previamente los recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la materia, por virtud de los cuales aquellas sentencias definitivas,
laudos y resoluciones puedan ser modificados o revocados, salvo el caso en que la ley
permita la renuncia de los recursos.

IV. En materia administrativa el amparo procede, además, contra actos u omisiones que
provengan de autoridades distintas de los tribunales judiciales, administrativos o del trabajo,
y que causen agravio no reparable mediante algún medio de defensa legal. Será necesario
agotar estos medios de defensa siempre que conforme a las mismas leyes se suspendan los
efectos de dichos actos de oficio o mediante la interposición del juicio, recurso o medio de
defensa legal que haga valer el agraviado, con los mismos alcances que los que prevé la ley
reglamentaria y sin exigir mayores requisitos que los que la misma consigna para conceder
la suspensión definitiva, ni plazo mayor que el que establece para el otorgamiento de la
suspensión provisional, independientemente de que el acto en sí mismo considerado sea o
no susceptible de ser suspendido de acuerdo con dicha ley.

No existe obligación de agotar tales recursos o medios de defensa si el acto reclamado carece
de fundamentación o cuando sólo se aleguen violaciones directas a esta Constitución;

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