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Trabajo final sobre el libro de Qohélet

Nombre: Marco Antonio Chamán Choc


Carnet 201819756

UNIVERSIDAD MESOAMERICANA
Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, Universidad Mesoamericana
Centro Salesiano de Estudios Superiores
Licenciatura en Teología

Literatura Bíblica V
Libros sapienciales

Dr. Carlos Morales Lara. F.M.M.

Guatemala, 28 de octubre de 2021

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Índice

Introducción 3
Libro del Qohélet 4
Generalidades del libro 4
Comprensión del libro 4
Temas de fondo 5
Líneas para interpretar Qohélet 6
Aplicación pastoral 7
Bibliografía 8

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INTRODUCCIÓN
En este trabajo se presente muy brevemente algunos datos generales del libro como,
por ejemplo, por qué se le llama Eclesiastés, quien es el autor, fecha aproximada de
composición, etc. También se desarrolla muy brevemente la utilidad que le dieron los
padres de la Iglesia.

Como parte del trabajo describo brevemente los temas que están de fondo y las líneas
para poder interpretar el libro. Hay que ser realista que la misma Iglesia casi que no lee
este texto. Pero al estudiar el libro uno percibe la gran riqueza que posee y es algo que
no se está aprovechando. En la parte final del trabajo presento la aplicación pastoral
del libro y se ofrece la bibliografía de los libros que fueron consultados para dicho
trabajo.

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LIBRO DEL QOHÉLET
1. Generalidades del libro
Las biblias presentan por lo general a este libro con el nombre de Eclesiastés, título
tomado de la Vulgata. En la tradición judía se llamó así: Qohélet. Ocupa una parte de la
tercera sección, llamado los ketubim. El libro se solía leer públicamente con ocasión de
los festivales anuales. Es decir, durante los nueve días de Sukkot, la fiesta de las
Tiendas, en otoño. La redacción del libro se ubica en el período helenista (332-143
a.C.). Se sitúa comúnmente a mediados del siglo III, debido a su lenguaje y a su
contenido.

La aceptación de Qohélet en el canon judío de las Escrituras no dejó de plantear


dificultades. Qohélet fue acogido finalmente en el canon, como atestigua el Talmud de
Babilonia: “Los sabios quisieron ocultar el libro de Qohélet porque sus ideas se
contradicen. ¿Y por qué no lo ocultaron? Porque su comienzo son palabras de la Torah
y su final son palabras de la Torah”.

En cuanto al autor se ha pensado que es Salomón. Esta opinión se basa en parte


en la tradición sobre la singular sabiduría salomónica, pero se apoya sobre todo en la
propia afirmación del autor: “Yo, Qohélet, fui rey de Israel en Jerusalén” (1,12) y en el
título del libro: “Palabras de Qohélet, hijo de David, rey de Jerusalén”. No hay duda, sin
embargo, de que la autoría salomónica es una ficción.

Resumen. El libro del Eclesiastés fue objeto de muchos debates entre sus
estudiosos, sea en aquellos aspectos que se refieren a su autor, cuanto a aquellos que
se refieren a su lenguaje, a su forma y a su contenido, y muchos de estos aspectos se
constituyen hoy en preguntas abiertas. Su autor, que se llama a sí mismo Qohélet, fue
probablemente un sabio. Probablemente, fue escrito en el año 250 a.C., aunque la
fecha sigue siendo motivo de debate.

2. Comprensión del libro

El libro era leído por los padres de la Iglesia, como una exhortación a la
superación de las realidades materiales. Así Gregario de Nisa, en sus Homilías al
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Eclesiastés, dice: “La enseñanza de este libro no tiene otro fin más que regular la
conducta de los miembros de la Iglesia, indicando cómo han de conforma su vida a la
virtud. La finalidad de lo que se dice es elevar el espíritu por encima de los sentidos,
aplacarlo despegándolo de todo lo que parece grande y brillante en este mundo, llegar
a lo que es inaccesible a la percepción sensible y concebir el deseo de las cosas que
los sentidos no captan” (XLIV, 620).

Lutero considera a Qohélet como un libro de consolación que tiene sobre todo una
finalidad práctica, apoyándose en textos como 3,12-13 Y 9,7-10. Qohélet desea
enseñarnos a gozar de los bienes presentes con paz, alegría y gratitud hacia Dios.
Predica por tanto una especie de eudemonismo tranquilo, religioso, por otro lado, muy
distinto de lo que se ha dado en llamar epicureísmo.

3. Temas de fondo

Comparándolo con los demás libros sapienciales de la Biblia, Qohélet muestra un


punto de vista peculiar. Parece que el autor fue educado en la sabiduría tradicional,
pero luego da un paso adelante para criticarla y oponerse a ella. Qohélet afirma que
todo sucede por voluntad de Dios, nadie puede comer o beber si Dios no se lo permite
(2,24; 3,13); el autor atribuye a Dios las tareas pesadas dadas al hombre (1,13), la
fatiga del trabajo (3,9-13) y la autoría de los días aciagos (7,14).

Qohélet admira la obra divina (3,14-15; 7,13), sin embargo, sostiene que el hombre
no puede comprenderla (3,11). Él aconseja tener cuidado a la hora de dirigirse a Dios o
de hacer votos; invita al temor a Dios (5,1-6); recuerda la trascendencia de Dios y su
distancia con relación al hombre (5,1).

Qohélet niega la retribución cuando afirma la igualdad de destino para todos (2,14)
y la suerte inversa de buenos y malos (8,14); también cuando afirma que “el destino es
uno solo para el justo, para el impío, para el bueno, para el puro o para el impuro, para
el que se sacrifica o para el que no se sacrifica” (9,2), que “todos vinieron del polvo y
todos regresan al polvo” (3,20). Pero, a veces, parece esperar una retribución cuándo
dice que “para el hombre que es bueno delante de Dios, Él le da sabiduría,
conocimiento y felicidad, y para el pecador, Él le da la ocupación de acumular para el

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bueno” (2,26) y cuándo afirma que una vida larga es buena para el que teme a Dios
pero que no lo es para el impío (8,12-13), y también cuándo dice que “al justo y al impío
Dios juzgará” (3,17), porque “Dios traerá el juicio” (11,9; 12,14). ¿Estaría el autor
oscilando entre lo tradicional y lo innovador? Cuándo él hace estas declaraciones,
aparentemente contradictorias, ¿apenas está citando el contenido de la sabiduría de su
época para luego criticarla?

En resumen, Qohélet interroga a la experiencia humana y está convencido de que


la vida es un don de Dios, pero que el hombre no posee el secreto de su existencia. El
autor cree que se puede caminar todos los días bajo la mirada de Dios, siguiendo su
ley.

4. Líneas para interpretar Qohélet

Primera línea. Qohélet hace un análisis racional de la vida consigue encontrar un


sentido que se sostenga: “todo es vanidad”; Dios determina todo lo que ocurre; el
hombre no puede llegar a conocer “la obra de Dios” en el mundo.

Segunda línea. Qohélet condena la rigidez y lo excesivo, sea cual sea el objeto al
que se aplique: sabiduría, placeres, trabajos, deseo de cambiar el curso de la
Providencia y de los acontecimientos, o la sociedad humana, o los reveses de los
hombres, las preocupaciones relativas a la muerte, e incluso la práctica de la virtud.

Tercera línea. Qohélet quiere enseñar un arte de vivir. El sentido de la vida no está
ni en la riqueza, ni en el trabajo, ni en el placer: todo esto es tan fugitivo. El vivir, es un
don gratuito ofrecido a todos.

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5. Aplicación Pastoral

El libro del Qohélet enfrenta valientemente las contradicciones de la vida. Su


equilibrio mental y su descubrimiento de Dios como único punto de apoyo, absoluto y
firme en medio de una realidad incongruente, lo mantienen a flote contra toda
esperanza y lógica. Este texto podría ser de mucha utilidad para animar a las personas
que han perdido la fe ante las contradicciones de la vida. Una persona que pierda algún
ser querido a causa de la violencia o de la pandemia puede perder la fe en Dios.
Qohélet enseña que hay que confiar en Dios, aunque las cosas marchen mal.

Enseñar a las personas que las cosas materiales son buenas pero que tampoco eso
haga para que las personas se afanen solo en ella, olvidando de esa manera a su
familia. Cuantos padres y madres de familias se olvidan de sus hijos y se afanan tanto
en el trabajo para darles una mejor oportunidad a los hijos y en ocasiones los hijos no
valorizan. Lo que la familia necesita es la parte afectiva. El cristiano debe tener un
equilibrio, los extremos no son nada bueno. Estas cosas se tendrían que explicar en las
charlas prematrimoniales.

La felicidad no está en las cosas materiales sino en aprender a vivir en el temor de


Dios. Temor de Dios entendido como el respeto a Dios y no como tenerle miedo. Dios
quiere ver a sus hijos felices y disfrutando cada momento de la vida. Porque una
persona que se afana tanto en lo material no vive feliz y tampoco se disfruta. Cuantas
familias que si tienen los medios necesarios y no viven feliz.

Incluso este libro podría servir para educar a los jóvenes ya que nos encontramos
en una sociedad que nos enseña a acaparar las cosas materiales. Una persona que no
posee mayores bienes materiales es una persona que no vale. El libro viene a enseñar
que la felicidad no está en este mundo. Los jóvenes necesitan ser educador
correctamente ya que muchas veces llegan a creer lo que la sociedad les dice.

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Biografía

Bonora, A. (1994). El libro de Qohélet. Editorial Herder.

Dorá, D. (1997). Eclesiastés y Eclesiástico. Editorial Verbo Divino

Morla, V. (1994). Libros sapienciales y otros escritos. Editorial Verbo Divino.

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