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l. INTRODUCCiÓN
Como consecuencia del desarrollo de la Edad Media, los títulos valores surgieron
y se convirtieron en herramientas que permitieron transferir créditos, facilitando así
la transmisión de los derechos que representan e incorporan mediante su
circulación.
Los fines económicos que se persiguen con los títulos valores, solo pueden
cumplirse mediante la transmisión de los derechos en ellos contenidos, con la
mayor simplicidad posible, y por supuesto con la seguridad suficiente de que la
persona que adquiere el derecho expectaticio sepa que es invulnerable frente al
acreedor.
En efecto, si bien las ventajas de estas modernas tecnologías son notorias para
las entidades de crédito y también, aunque en menor medida, para los usuarios,
por razones de tiempo y dinero, debemos señalar que el sistema bajo esos
parámetros no estaría exento de algún tipo de inconvenientes pudiéndose generar
tal vez para algunos falta de seguridad jurídica como consecuencia de un sistema
electrónico de circulación cambiaria.
Pero esa intención (como elemento subjetivo que es) y la entrega (como elemento
material y objetivo) son apenas el negocio de emisión, porque la circulación
empieza cuando el beneficiario moviliza o negocia cambiariamente el título
conforme a su respectiva ley.
Existen diferentes puntos de vista para clasificar a los títulos valores ya sea
atendiendo a su origen natural, calidad del emitente, forma de emisión, modo de
circular, entre otros. Así tenemos algunas formas de clasificarlos recogidas de la
doctrina:
Desde el punto de vista del nacimiento del derecho incorporado, hay títulos
constitutivos (la emisión determina el nacimiento del derecho incorporado) y títulos
declarativos (el derecho ha nacido con anterioridad a la emisión del documento).
Según la naturaleza del documento, se puede afirmar que existen hasta tres
grupos diferentes:
Títulos cambiarios: Incorporan un derecho de crédito de carácter pecuniario.
Títulos de participación: Atribuyen a su dueño una serie de derechos de
participación, deberes y obligaciones en el ámbito de una persona jurídica.
De igual forma, algunos consideran además que las clasificaciones de los títulos
valores están en función de la vinculación que existe entre el título y el acto
jurídico que les dio origen, en cuyo caso nos encontraremos frente a títulos valores
causal es o abstractos. Podrán ser también propios e impropios dependiendo si se
necesitan para ejercer la prestación inherente en el documento; o públicos y
privados, emitidos por las entidades de derecho público, tales como bonos del
estado o aquellos emitidos como consecuencia de la voluntad de personas
naturales o jurídicas de derecho privado.
Existen muchas más formas de clasificar a los títulos valores, sin embargo, los
títulos valores circulan en el mercado en relación a la designación del titular o del
beneficiario del mismo, lo que nos lleva a establecer e identificar la ley de
circulación de estos.
Sometido el adquirente a las normas para el traspaso de los títulos valores, los
deudores (obligados principales y secundarios) no pueden entrar a controvertir la
posesión del documento, pues para ellos la posesión se confunde con la titularidad
del derecho, lo que en la vida práctica facilita las negociaciones y descargos de
tales documentos, así como la contingencia de hacer pagos a indebida persona,
con las secuelas de volver a efectuarlo. Claro está que terceras personas, de mala
fe, pueden adquirir ilícitamente el título y ponerlo a circular, pero esta contingencia
o riesgo no puede separarse en unos casos y otorgarse en otros, como lo dice
Vivante, porque lo que interesa es la forma objetiva de traspasar el título y ejercer
el derecho que él contiene, aun con la posibilidad de caer en manos de
inescrupulosos, situación regulada en las legislaciones.
Son aquellos que contienen la cláusula "al portador", lo que significa que
simplemente el poseedor (tenedor) está facultado para exigir al deudor el cum
plimiento de la obligación contenida en dicho título valor. Es la forma traslativa
más sencilla y eficaz.
En esta clase de títulos valores, el deudor está obligado a realizar la prestación a
quien acredite la posesión del título, y para transmitirlo a terceros es suficiente la
propia entrega (traditio), lo que implica que su ley de circulación no solo transfiere
los derechos inherentes, sino también las garantías que representa o confiere. Ello
significa que no podrá ser transferido mediante endoso, ni cesión de derechos,
que constituyen los medios por los que se transfieren los títulos valores a la orden
y nominativos, respectivamente, como se verá más adelante.
Para Lisandro Peña Nossa(6) el título valor al portador es aquel que con la
autorización de la ley, se expide a persona indeterminada, pero determinable, y
que se negocia con la mera entrega del mismo.
Queda claro que el tenedor de un título al portador goza de acción ejecutiva frente
al obligado al pago desde el momento en que la obligación estávencida, no
pudiendo argumentar por ejemplo que en el título aparece un nombre distinto a
quien pretende cobrar, porque se entiende que el poseedor es el legítimo tenedor,
siendo irrelevante alguna indicación contraria que se incluya en él.
Por ello se dice que los títulos valores al portador son un buen reflejo del principio
de irreivindicabilidad, ya que el legítimo dueño del título no podrá entablar
reclamación frente a quien hubiera adquirido su posesión de buena fe. En
consecuencia, si un título valor al portador hubiere entrado en circulación contra la
voluntad de su emisor u obligado principal, este queda obligado a cumplir la
prestación a favor del tenedor de buena fe, conforme lo prescribe el artículo 24 de
la Ley de Títulos Valores N° 27287.
Los títulos valores a la orden son aquellos que si bien es verdad determinan el
beneficiario de los mismos, permiten la fácil circulación del documento en forma
típica a través de un acto jurídico que conocemos como endoso, que es
justamente el que determina su ley de circulación.
Son, pues, títulos-valores a la orden los que se expidan con cláusula "a la orden" a
nombre de una persona determinada, natural o jurídica, que es su legítimo titular,
y se trasmiten por endoso y consiguiente entrega del título, salvo pacto entre
endosante y endosatario. Esta medida responde a la necesidad de evitar el
desplazamiento físico de los documentos entre instituciones financieras por
ejemplo, cuando se trata de títulos valores sujetos a pago mediante el cargo en
cuenta corriente u otras cuentas que se mantengan en empresas del Sistema
Financiero Nacional.
En este sentido, nuestra legislación dispone que las empresas del Sistema
Financiero Nacional podrán utilizar medios y procedimientos mecánicos o
electrónicos para el truncamiento del cheque y demás títulos valores en el proceso
de sus cobranzas, debiendo para tal efecto acordar procedimientos especiales o
sustitutorios del endoso en procuración. El denominado pacto de truncamiento es
un mecanismo por medio del cual se puede detener en poder de una empresa del
Sistema Financiero Nacional un título valor, prosiguiendo su trámite de cobranza o
pago de derechos que el título represente, así como las constancias de rechazo o
incumplimiento total o parcial por medios mecánicos, electrónicos u otros,
prescindiendo de su entrega física, previo los acuerdos que al efecto adopten las
empresas involucradas.
Es importante también tener presentes los efectos del título valor nominativo frente
al título valor a la orden, ya que en el primero el cedente no asume obligación
personal de pagarlo, mientras que en el segundo el endosante asume la
obligación personal y solidaria de responder por su importe.
El endoso debe constar en el reverso del título o en hoja adherida, no hay forma
de concebir un endoso verbal; además, debe indicar el nombre del endosatario, la
clase de endoso, fecha del endoso, el nombre, número del Documento Nacional
de Identidad y la firma del endosante. Las dos primeras indicaciones pueden ser
omitidas, pues el endoso puede hacerse en blanco, caso en el cual cualquier
tenedor puede lIenarlo con su nombre o con el de un tercero, o transmitir el título
en forma manual endosado en blanco; o al portador, con los mismos efectos que
el endoso en blanco; de otro lado, la omisión de la clase de endoso hace presumir
que el endoso fue pleno, o sea, que transmitió en propiedad.
El endoso debe ser puro y simple, y toda condición se considera no puesta, o sea
el endoso no está sujeto al acontecimiento futuro e incierto que no se sabe si
sucederá o no, salvo la excepción del endosante que indique un plazo para la
aceptación tratándose de la letra de cambio.
Como señala Peña Nossa, "vale decir, que por este se produce la mutación
de la legitimación nominal -indicación en el endoso de la persona del
endosatario- por la legitimación innominada y real, en donde la posesión del
título determina la persona del legitimado. En el endoso en blanco la sola
firma del endosan te es elemento suficiente como signo de legitimación
plena"(10).
Por su parte, el endoso al portador se caracteriza porque no solo lleva la firma del
endosante sino que incluye la cláusula al portador, atribuyéndosele a esta clase de
endoso, los mismos efectos que un endoso en blanco, y las mismas posibilidades
que las que se confieren a quien hubiere recibido un título valor con un endoso en
blanco.
b. Endoso en propiedad
Ello significa que el tenedor podrá dirigirse vía acción de regreso contra el
endosante del propio título valor de manera conjunta o sucesiva con el obligado
principal, por lo que la firma del endosante, a diferencia de la cesión, no solo
garantiza la existencia del crédito sino también la solvencia del deudor.
c. Endoso en fideicomiso
Esta forma de endoso resulta ser una novedad en nuestra legislación. Como
sabemos, mediante el fideicomiso se transfiere la propiedad de determinados
bienes con el encargo que se administren o enajenen a efectos de que los
beneficios que se obtengan, tengan una finalidad establecida a favor de un tercero
que puede ser incluso el propio transferente.
Desde el punto de vista jurídico, podemos afirmar que este endoso no es otra cosa
que un mandato cambiario, siendo el endosante el mandante y el endosatario el
mandatario.
El tratadista Luis Muñoz(12) afirma que este endoso transfiere los derechos en el
título, dado su carácter literal; pero no el dominio, sino la mera tenencia,
limitándose los poderes del endosatario que puede ejercitar por poder todos los
derivados del título, como el de la legitimación, el aval, las acciones cambiarias y
también las garantías, menos el de endosar, ya que si endosa solo vale el endoso
a título de mandato.
De manera concordante con la doctrina, nuestra legislación en esta clase de
endoso faculta al endosatario para actuar en nombre de su endosante; presentar
el título a su aceptación; solicitar su reconocimiento; cobrarlo judicial o
extrajudicialmente; endosarlo solo en procuración; protestarlo y obtener la
constancia de su incumplimiento de ser el caso.
En ese orden de ideas, el endosatario por el solo mérito del endoso cuenta con
facultades generales y especiales de orden procesal, pero no se extingue el
e. Endoso en garantía
Peña Nossa refiere que es aconsejable que los títulos valores dados en garantía
tengan un vencimiento coetáneo o posterior al vencimiento de la obligación
garantizada, pues de lo contrario la garantía sería inocua e ineficaz, ya que si se
venciera el título antes de la obligación principal, una de estas situaciones podría
presentarse: que en el título dado en garantía prescribiera su acción cambiaria
La realización del títúlo valor afectado en garantía implica que el titular del mismo
o, en su defecto, el juez o el agente mediador efectuará el endoso en propiedad a
favor del adquirente del título. Aquí resulta oportuno hacer referencia a los
alcances del artículo 1069 del Código Civil cuando hace referencia a la venta del
bien prendado en la forma pactada cuando no se cumple la obligación por parte
del deudor. Siguiendo este razonamiento, el artículo 42.3 de la Ley de Títulos
Valores N° 26287 prescribe que si el acuerdo para su realización extrajudicial
consta en el mismo documento, dicho endoso en propiedad podrá ser realizado
por el acreedor garantizado. Estas referencias nos hacen considerar que en todos
los casos se requiere de una prueba documental dérivada de una relación causal
entre acreedor y deudor.
Es aquel que realiza un juez civil a favor de una persona, quien justifica su
derecho mediante el proceso judicial, al habérsele transferido un título a la orden,
dejando constancia el juez en hoja adherida al título de la transferencia del mismo,
lo que equivale al endoso.
b) Endoso en retorno
Existe cuando el título valor a la orden retorna a uno de los endosantes anteriores.
Si el endosatario en retorno coincide con el girador, aceptante u otorgante, según
sea el caso, la obligación cambiaria se extingue de pleno derecho.
c) Endoso bancario
Se distinguen dos formas. El endoso que se hace de un banco a otro, y
únicamente con su sello, sin necesitar la firma del representante legal, sea
gerente, director o presidente del mismo; el otro caso simplemente es el
reconocimiento que hace la ley de que lo que en los usos mercantiles se conoce
con el nombre de sello de canje, es una facultad legal que se da a los bancos en
caso de que a un cuentacorrentista suyo le entreguen títulos valores para ser
abonados en su cuenta. En este a su vez se presentan dos aspectos: uno, la firma
electrónica, que está dada por el sello de canje colocado al respaldo del cheque;
el otro, un endoso sin responsabilidad y en procuración, ya que el banco se
compromete a cobrar el valor del cheque en su totalidad o por lo menos hasta la
cantidad disponible, y su responsabilidad se limita a cobrar el cheque sin
garantizar su pago.
Esta cláusula limita los efectos cambiarios de los títulos a la orden, pues su
circulación se ve abocada a la forma de la cesión ordinaria de derechos.
Parte de la doctrina ha interpretado que el documento librado en esas condiciones
no es un título valor, porque al ser transmisible solamente con la forma y los
efectos de una cesión de derechos, quien lo reciba no será un endosatario ni
recibirá un derecho literal y autónomo. Frente a ello, otros autores sostienen lo
contrario: ya un título valor girado con ese tipo de cláusula mantiene su naturaleza
cambiaria, es decir, no afecta la esencia ni la existencia de este como tal.
Compartimos la segunda opinión, toda vez que el título valor emitido con una
cláusula como esta, sigue siendo tal, aun cuando pueda ser calificado de
"desnaturalizado" por generar los efectos de la cesión de derechos en su
transmisión.
Esta cláusula que surte efectos desde la fecha de su anotación en el título valor,
no tiene como finalidad evitar que se transfiera el título valor a la orden, sino que
como consecuencia de su transferencia, se desprenden efectos propios de la
cesión de derechos y no los inherentes a un endoso. Ello conlleva a que quien la
incorpore se liberará de toda responsabilidad cambiaria frente a los sucesivos
tenedores del título valor, no siendo responsable cambiario.
Tratándose del cheque intransferible existe por su naturaleza la prohibición de
transferirlo a una tercera persona, ya sea por tradición, endoso o cesión de
derechos, y la incorporación de la cláusula tiene el carácter de irrevocable, es
decir, que una vez puesta no puede invalidarse con tarjaduras, ya que de
efectuarse estas se anularían los efectos cambiarios del título valor.
2.6. Transferencia de los títulos valores a la orden por medio diferente del endoso
Tal como se ha explicado, la ley de circulación propia y típica de los títulos valores
a la orden es el endoso. Sin embargo, existen otras formas de transmitir los
derechos incorporados en un título valor, tal es el caso de la cesión de derechos.
canje colocado al respaldo del cheque; el otro, un endoso sin responsabilidad y en
procuración, ya que el banco se compromete a cobrar el valor del cheque en su
totalidad o por lo menos hasta la cantidad disponible, y su responsabilidad se
limita a cobrar el cheque sin garantizar su pago.
Esta cláusula limita los efectos cambiarios de los títulos a la orden, pues su
circulación se ve abocada a la forma de la cesión ordinaria de derechos.
Esta cláusula que surte efectos desde la fecha de su anotación en el título valor,
no tiene como finalidad evitar que se transfiera el título valor a la orden, sino que
como consecuencia de su transferencia, se desprenden efectos propios de la
cesión de derechos y no los inherentes a un endoso. Ello conlleva a que quien la
incorpore se liberará de toda responsabilidad cambiaria frente a los sucesivos
tenedores del título valor, no siendo responsable cambiario.
2.6. Transferencia de los títulos valores a la orden por medio diferente del endoso
Tal como se ha explicado, la ley de circulación propia y típica de los títulos valores
a la orden es el endoso. Sin embargo, existen otras formas de transmitir los
derechos incorporados en un título valor, tal es el caso de la cesión de derechos.
Pueden cederse toda clase de derechos, aun créditos litigiosos, sea que se trate
de controversias judiciales, arbitrales y administrativas. Es evidente que el
cesionario tendrá igual posición jurídica que el cedente, quedando su derecho a
resultas del proceso pertinente.
En los casos de transmisión de títulos valores a la orden por cesión u otro medio
legal distinto del endoso, el cesionario tiene el derecho de exigir no solo la entrega
del título, sino además que el juez, vía proceso sumarísimo, se haga constar la
transmisión en el documento mismo o en hoja adherida a él.
De las normas contenidas en los artículos 1435 al 1439 del Código Civil podemos
concluir que la cesión de la posición contractual es un contrato trilateral (en
relación al número de partes que intervienen en ella: cedente, cesionario y
cedido). Además, no cambia el contrato originario en cuanto a su objeto, sino se
verifica únicamente la modificación subjetiva de la relación obligacional contenida
en aquel.
Son aquellos que se expiden señalando como titular del derecho a una persona
determinada. La seguridad que se persigue con los títulos valores nominativos es
que la circulación del documento sea formal, a tal punto que se requiere del
registro pertinente para el perfeccionamiento de la misma(19).
Nuestra legislación coincidente con la doctrina, señala que los títulos valores
nominativos carecen de cláusula a la orden y son aquellos emitidos a favor o a
nombre de persona determinada, quien es su titular. Su transferencia es mediante
cesión de derechos y la consignación de cláusula a la orden no los convierte en
títulos valores sujetos a endoso. Como ejemplos típicos de títulos valores
nominativos tenemos a las acciones de sociedades anónimas, los certificados de
suscripción preferentes y el pagaré bancario, como valores representativos de
derechos de participación.
Pero fue Vivante quien al definirlos como "títulos de crédito emitidos a nombre de
una persona determinada, cuya transmisión no es perfecta sino cuando se registra
en los libros del deudor (entidad emisora)", abatió las censuras expuestas por
quienes le han negado esa calidad.
La triunfante tesis viventiana que halló eco favorable en los mejores tratadistas, se
fundamenta en: a) son títulos de crédito (léase títulos valores), porque son
El que adquiere un título valor nominativo adquiere todos los derechos que
confiere el mismo, incluyendo garantías reales o personales y cualquier derecho
accesorio de este. Además, el cesionario también adquiere el derecho de solicitar
al cedente la entrega del título valor, aun cuando no es requisito para que opere la
cesión y también puede exigir la certificación de la autenticidad de la firma del
cedente ante notario o juez de paz: sin perjuicio de exigir a su vez al emisor del
título que registre la transferencia.
De los requisitos señalados, los mencionados en los incisos 'a' y 'd' son de
carácter esencial, conforme señala el artículo 30.3 de la Ley de Títulos Valores N°
27287, por lo que la falta de los mismos determina la ineficacia de la cesión. La
falta de indicación de la naturaleza de la transferencia, que señala el inciso 'b', la
ley presume que el cesionario adquiere la propiedad plena del título, y si es que no
se indicó la fecha de la cesión se presume que la cesión se efectuó en la fecha de
la comunicación de ella al emisor.
"Con la introducción del endoso y sobre todo con la autorización de los endosos
múltiples en una misma letra, esta escapa del dominio de los"bancos. Pero más
tarde ese mismo endoso de la letra va a poner, por la vía del descuento, de nuevo
la letra de cambio en manos de los banqueros al servir la letra de garantía al
anticipo de dinero del banco a sus clientes. La posibilidad de volver a endosar la
letra recibida va a permitir al banquero entrar de nuevo en posesión del capital
anticipado mediante la cómoda vía del redescuento".
VI. CONCLUSIONES
Los títulos valores nacen para circular, pero el hecho de que no lo hagan por
alguna circunstancia, no significa que pierdan su condición de tales, por ello es
que su ley de circulación determina el alcance en cada caso de sus efectos
jurídicos cambiarios.
Por su parte los títulos valores a la orden, con cláusula a la orden y con indicación
expresa del nombre de persona determinada, quien se considera como su legítimo
titular, permiten adquirir los derechos inherentes a este mediante su ley de
___________________________________________
(1) TRUJILLO CALLE, Bernardo. "De los títulos valores". Tomo 1. Editorial Temís
SA Bogotá, 1996. Pág. 50.
(2) MUÑOZ, Luis. "Titulos valores crediticios". Editorial Tea. Buenos Aires, 1956.
Págs. 204 y sgtes.