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DERECHOS HUMANOS Y DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

CONVENCIÓN CONTRA LA TORTURA Y OTROS TRATOS O PENAS CRUELES,


INHUMANOS O DEGRADANTES.

Grupo 4:
Carlos Eduardo Duarte Parra
Michael Alexander Muñoz Cabezas
Hansson Reina Carvajal

Docente:
Ariza Tovar Andrea

Universidad Cooperativa de Colombia


Facultad de Derecho
Ibagué
2021

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Introducción

“Se entenderá por el término “tortura” todo acto por el cual se inflijan intencionalmente a
una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de
obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto
que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa
persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando
dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona
en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o
aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia
únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas”

El presente trabajo tiene como finalidad reconocer los elementos fundamentales de la


convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, que
busca erradicar este tipo de flagelos en todo el mundo, siendo este uno de las más cometidos
desde épocas remotas, golpeando fuertemente aquellos estados que atraviesan por guerras
armadas de muchas décadas, los derechos humanos y derecho internacional humanitario
como herramienta efectiva para atacar a través de sus diferentes organizaciones y
convenciones este tipo de acciones que atentan contra la vida y la dignidad de los seres
humanos, el análisis de su estructura y composición de la actual convención nos permite
entender de manera concreta la razón del mismo y cual es so posición frente a los nombrados
actos, por otro lado el estudio y la investigación de un caso real en el cual se vulneraron
derechos nos brindara herramientas para entender y así mismo, lograr encuadrar la
convención con el mismo caso dando una comprensión más practica a través de la
jurisprudencia internacional.

“Tenemos que romper con las cadenas de la tortura”

Art 5. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

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1. CONVENCIÓN CONTRA LA TORTURA Y OTROS TRATOS O PENAS CRUELES,


INHUMANAS O DEGRADANTES

La convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes es


uno de los principales tratados internacionales en materia de derechos humanos contra la
tortura. Fue adoptada por la asamblea general de las naciones unidas el 10 de diciembre de
1984 y entro en vigor el 26 de junio de 1987, al haber sido alcanzado el número de
ratificaciones necesario, su antecedente inmediato fue la declaración sobre la protección de
todas las personas contra la tortura, aprobadas por la asamblea general de la naciones unidas
el 09 de diciembre de 1975.

La tortura, los tratos crueles, inhumanos y degradantes se encuentran universalmente


proscritos a través de la ratificación casi universal de los diversos instrumentos internacionales
que la prohíben. Muchos países han contraído obligaciones al respecto en la Convención
contra la Tortura y su protocolo facultativo y numerosos instrumentos regionales como la
Convención Europea de Derechos Humanos, la Convención Europea contra la Tortura
contienen normas similares. Además, de los comités responsables de monitorear el
cumplimiento de algunos de estos tratados, ha surgido una gran gama de instrumentos
interpretativos al respecto.

La prohibición de la tortura se considera absoluta, en el sentido de que no admite


derogaciones por razones de seguridad nacional u otras emergencias. Por otro lado, la tortura
está prohibida en el régimen de derecho internacional humanitario, aplicable en situaciones de
conflicto armado. La tortura también está prohibida por el derecho penal internacional, por
ejemplo en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

En atención a los valores que busca preservar, el derecho a no ser sometida a tortura ha
evolucionado como una norma perentoria de derecho internacional, contra la que no se
admiten pactos en contrario. A pesar de su proscripción universal, la tortura y los tratos
crueles, inhumanos o degradantes son una práctica viva y en algunos países, extendida o
generalizada. Quizá esto se explica porque paradójicamente, el ejercicio del poder público en
el estado moderno implica el control sobre el uso de la fuerza: el poder se ejerce a través del
control de la fuerza. En la historia del control social, la práctica de la tortura no siempre ha
estado prohibida. Existe una sanción moral, religiosa o social para la práctica de ciertas
formas de tortura, vista como una práctica que beneficia la comunidad. Además, la sujeción a
actos de tortura se ha asociado también con efectos religiosos de limpieza y bienestar social.
La tortura se distingue por las perspectivas culturales, religiosas o ideológicas de élite
operativa del poder que a menudo la aprueba. En la actualidad, la práctica de la tortura se
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sostiene al ejercerse en favor de fines públicamente sancionados, como la seguridad o el


orden público. Las prácticas de tortura han estado históricamente incorporadas al diseño de
los mecanismos de justicia en las tradiciones jurídicas de occidente.

La convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, de


1984, contempla muy parecida a la de la declaración, pero agregar que la tortura puede ser
cometida no solo para obtener una confesión o información para castigar a una persona o
intimidarlo o coaccionarla, sino también por cualquier razón basada en cualquier tipo de
discriminación, cabe destacar que la declaración y la convención, contempla únicamente las
torturas realizadas por funcionarios públicos o por otras personas a instigación de dichos
funcionarios y no a aquellos realizados por particulares ya que estas deberán ser penalizadas
en cada estado, de acuerdo con su legislación.

La prohibición internacional de la tortura después de la Segunda Guerra mundial se ha


incluido en instrumentos universales y regionales generales sobre derechos humanos hasta
que en 1975, Amnistía Internacional logró promover la Declaración sobre la Protección de
Todas las Personas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes, de la Asamblea General de Naciones Unidas. En 1984, se aprobaría la
Convención de Naciones Unidas contra la Tortura. Antes de la década de los 80, la tortura
estaba prohibida en el derecho internacional de los derechos humanos como cualquier otro
derecho: se reconoció el derecho a ser libre de tortura en los instrumentos internacionales
más prominentes. En 1984, la Convención de Naciones Unidas contra la Tortura emprendió
un camino novedoso para la época, al elegir como medio de implementación la prohibición de
la tortura, su criminalización en el derecho interno.

El paso de una prohibición genérica en tratados de derechos humanos universales o


regionales, a la Convención de 1984 marca un cambio de estrategia en la comunidad
internacional para crear un tipo penal universal aplicable en el derecho común, es decir, un
delito nacional, además de un crimen internacional como los crímenes de lesa humanidad.
Este cambio de estrategia vino acompañado de la creación de un sistema de extradición
donde los países miembros de la Convención se comprometen a juzgar o a ceder su
jurisdicción penal sobre la persona acusada de cometer tortura, en favor de algún Estado
miembro que desee ejercerla. La estrategia de criminalización de ciertos actos se siguió
también en el caso de la desaparición forzada de personas. La estrategia de criminalización
implica la obligación de sancionar con penas que reflejen la gravedad del acto, a cualquier
persona que ejecute, incluso en grado de tentativa, y que actúe en cualquier grado de
participación. Por otro lado, se enfatiza el deber del estado de ejercer sus facultades en
casos donde la persona acusada se encuentre en su territorio. La estrategia de
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criminalización, tradujo los deberes generales de promoción en obligaciones concretas de


perseguir penalmente los actos, como una cuestión de derecho interno. Este método fue
innovador en su momento, por la selección de medios de cumplimiento en el derecho interno.
Sobresale también la facultad del Comité de la Convención de realizar investigaciones
proprio motu cuando exista una situación de tortura sistemática en alguno de los países
miembros. Aunque es una disposición controversial en el momento de su adopción, pocos
países han expresado reservas sobre la aplicación de esta regla.

Además de la estrategia de criminalización, la Convención de Tortura prevé la obligación de


los Estados Parte de adoptar todas las medidas para prevenir la tortura. Las implicaciones del
deber de prevención se han concentrado en el pasado en el deber de sancionar. Con la
aprobación del Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura, las obligaciones de
prevenir se hicieron visibles en la forma de visitas a lugares de detención. Las obligaciones de
prevención han sido quizá menos estudiadas, o estudiadas en el marco de las acciones para
investigar y sancionar los actos de tortura. El desarrollo de la naturaleza autónoma de las
obligaciones de prevención, La obligación de impedir los actos de tortura, estipulada en el
artículo 2, tiene gran alcance. Las obligaciones de prevenir la tortura u otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes, son indivisibles, interdependientes e interrelacionadas. La
obligación de impedir los malos tratos coincide en la práctica con la obligación de impedir la
tortura y la enmarca en buena medida.

En el artículo 16, en el que se indican los medios para impedir los malos tratos, se subrayan,
las medidas señaladas en los artículos 10 a 13, aunque no se limita la prevención efectiva a
tales artículos, como ha explicado el Comité, por ejemplo, con respecto a la indemnización
prevista en el artículo 14. En la práctica, no suele estar claro el límite conceptual entre, los
malos tratos y la tortura. La experiencia demuestra que las condiciones que dan lugar a malos
tratos suelen facilitar la tortura y, por consiguiente, las medidas necesarias para impedir la
tortura han de aplicarse para impedir los malos tratos. Por consiguiente, el Comité considera
que la prohibición de los malos tratos tiene también carácter absoluto en la Convención, y que
su prevención debe ser efectiva e imperativa.

La gama amplia de acciones que podría distinguirse en la obligación de prevenir la tortura, en


ocasiones se subsumen en los deberes explícitos del Protocolo Facultativo de la Convención
contra la Tortura, cuyo énfasis está en las visitas a los lugares de detención. El deber de
sancionar penalmente los actos de tortura, a juicio de algunos autores, ha opacado las
obligaciones positivas del Estado en torno de la prevención de los actos en cuestión.

Además del deber de abstenerse de cometer actos de tortura o de impedir que otros lo hagan,
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el Estado tiene también “una obligación positiva de garantizar la posibilidad de ejercer el


derecho de estar libre de tortura, sin considerar la naturaleza inminente de una amenaza
existente. Las medidas positivas pueden incluir, desde luego, la visita a centros de detención,
pero también de dar aviso a un tercero sobre la detención de una persona, darle acceso
inmediato a un abogado y darle acceso a un examen médico independiente. Otras medidas,
pueden incluir la reducción del empleo de la detención como medida cautelar o de castigo, la
creación de mecanismos alternos al internamiento forzoso para personas con discapacidad.

La Convención Americana sobre tortura reconoce como sujetos activos a empleados o


funcionarios públicos, que ordenen, instiguen, induzcan a su comisión, lo cometan
directamente o que, pudiendo impedirlo, no lo hagan o en el caso de inducción por agentes
públicos, las personas que lo cometan directamente o sean cómplices, La implicación de este
método de interpretación es que los instrumentos jurídicos están vivos, admiten una lectura
dinámica y se pueden interpretar en las circunstancias actuales. Este principio de
interpretación se suma a la característica inherentemente casuística de la prohibición de la
tortura, los tratos crueles, inhumanos y degradantes.

Con la aplicación de ambas estrategias, se puede identificar un abanico extenso de prácticas


que jurídicamente se han considerado cubiertas por los términos del tratado. La identificación
de los indicadores, supone la identificación de los garantes de derechos, es decir, las
instancias cuyas acciones implican el ejercicio de facultades relacionadas con el derecho en
cuestión.

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2. CONVENCIÓN CONTRA LA TORTURA Y OTROS


TRATOS O PENAS CRUELES, INHUMANOS O
DEGRADANTES

Instrumentos Internacionales de los Derechos Humanos


DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS ARTÍCULO 5:
DERECHOS HUMANOS Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos
crueles, inhumanos o degradantes. La cual

Enuncia que

PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS


CIVILES Y POLÍTICOS ARTÍCULO 7:
Nadie será sometido a torturas ni a penas o Hay diez principales tratados internacionales sobre derechos humanos. Cada uno de estos tratados
tratos crueles, inhumanosEsoadoptada
degradantes. En a la firma, ratificación y adhesión por
y abierta han establecido un comité de expertos encargados de supervisar la aplicación del tratado por los
particular, nadie será sometido sin su libre
la Asamblea General en su resolución 39/46, de 10 de Estados Partes. Algunos de los tratados se complementan con protocolos facultativos relativos a
consentimiento a experimentos médicos o diciembre de 1984 preocupaciones específicas.
científicos.

Los cuales son:


Y rige
ICERD: Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las Formas de
Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Discriminación Racial. 21/12/1965 ICCPR: Pacto Internacional de Derechos Civiles
Crueles, Inhumanos o Degradantes y Políticos. 16/12/1966
Entrada en vigor: 26 de junio de 1987, de conformidad con el
artículo 27 (1)
ICESCR: Pacto Internacional de Derechos CEDAW: Convención sobre la eliminación de
Económicos, Sociales y Culturales. todas las formas de discriminación contra la
16/12/1966 mujer 18/12/1979
Se origina Está conformada por
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes 10/12/1984

ORGANIZACIÓN MUNDIAL CONTRA LA


TORTURA Los Estados
Partes en la CRC: Convención sobre los Derechos del Niño
presente 20/121/1989
Convención

Creada en 1985, la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) fue creada en 1985 y constituye la ICMRW: Convención internacional sobre la
principal coalición internacional de organizaciones no gubernamentales (ONG) que luchan contra la tortura, protección de los derechos de todos los protección de todas las personas contra las
las ejecuciones
Se origina sumarias, las desapariciones forzadas y cualquier otro tratamiento cruel, inhumano o trabajadores migratorios y de sus familiares desapariciones forzadas
degradante. Con 311 organizaciones distribuidas en todo el mundo, asociadas a la Red SOS-Tortura, y con 18/12/1990
miles de corresponsales en todos los países, la OMCT es la red activa más importante de organizaciones no
gubernamentales en el campo de la protección y la promoción de los derechos humanos en el mundo.

CRPD: Convención sobre los derechos de las ICESCR-OP: Protocolo Facultativo del Pacto
personas con discapacidad 13/12/2006 Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales 10/12/2008
NACIONES UNIDAS - DERECHOS HUMANOS – OFICINA DEL ALTO COMISIONADO

ICCPR-OP1: Protocolo Facultativo del Pacto


Internacional de Derechos Civiles y Políticos ICCPR-OP2: Segundo Protocolo Facultativo del
En base a 16/12/1996 Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, destinado a abolir la pena de
muerte15/12/1989
Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes
OP-CEDAW: Protocolo Facultativo de la
Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer OP-CRC-AC: Protocolo facultativo de la
10/12/1999 Convención sobre los Derechos del Niño
Resolución de la Comisión de Derechos Humanos 2005/39 relativo a la participación de niños en los
conflictos armados 25/05/2000
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ICESCR-OP: Protocolo facultativo de la Convención
contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, OP-CRC-SC: Protocolo facultativo de la
Inhumanos o Degradantes 18/12/2002 Convención sobre los Derechos del Niño
relativo a la venta de niños, la prostitución
infantil y la utilización de niños en la pornografía
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3. ESTUDIO DEL CASO

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Conclusiones
El presente trabajo tuvo un resultado positivo ya que nos permitió hacer un estudio acerca de
la convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes,
comprendiendo de manera efectiva sus elementos, para así comprender la importancia que
tiene los derechos humanos y derecho internacional humanitario para todas las personas y los
estados, siendo este último quien garantiza los derechos, más aun si hablamos de ese tipo de
delitos que ha golpeado fuertemente el estado Colombiano, desde las diferentes posiciones y
a lo largo de la historia de este, por otro lado, se tiene claro que los estados partes son
responsables de hacer cumplir los tratados ratificados o de los que se han adherido de lo
contrario se estaría violando los indiscutibles derechos humanos que los protegen como seres
iguales ante la ley, finalmente se hace un análisis de un caso particular donde se condena al
estado Colombiano por la violación de normas y tratados que van en contra de la vida y la
dignidad humana.

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