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MITOLÓGICAS

**
DE LA MIEL A LAS CENIZAS

CLAUDE
LÉVI-STRAUSS

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
Primera edición en francés: 1966
Primera edición en español: 1972

A MONIQUE

Scriptorum ch.orus omnis amat nemus


ct fugit urbes, rite cliens Bacchi, somno
gaudentis et umbra.
Horacio , Epístola 11, 1. 11, A Julio
Floro

Título original:
Mythologiques* * Du miel aux cendres
© 1966 by Librairie Plan
8, Rue Garanciére, París-Se

cultura Libre
Traducción al español:
JUAN ALMELA

D.R. © 1971, FONDO DE CULTURA ECONOMICA


Av. de la Universidad 975, México 12, D.F.
Impreso en México
PREFACIO

SEGUNDAS con tal título, estas Mitológicas prolongan la indagación


inaugurada con Lo crudo y lo cocido. Por lo demás, hemos cuidado de
recapitular al principio, y poniéndolas bajo nueva luz, las informaciones
indispensables para que, sin conocer el volumen precedente, sea posible
penetrar audazmente en éste, que pretende demostrar que la tierra de la
mitología es redonda; así, no remite a un punto de partida obligado.
Comenzando no importa por dónde, el lector tiene la seguridad de hacer
entero el itinerario, con tal de que dirija sus pasos siempre en la misma
dirección y que adelante con paciencia y regularidad.
Tanto en Francia como en el extranjero, el método seguido y los resul-
tados enunciados en el primer volumen han alzado no pocas discusiones.
No parece llegado el momento de responder. En vez de dejar que el
debate adquiera un sesgo filosófico que pronto lo tornaría estéril, prefe-
rimos continuar nuestra tarea y enriquecer los testimonios. Adversarios y
defensores dispondrán así de más pruebas convincentes. Cuando la em-
presa se acerque al término y hayamos exhibido todos nuestros testimo-
nios, presentado todas nuestras pruebas, podrá realizarse el proceso.
Nos contentaremos, pues, por el momento, con agradecer a las perso-
nas que nos han ayudado. El señor Jesus Marden dos Santos, director
del Servico de Meteorologia do Brasil, el señor Djalma Batista, director
del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazonia, el señor Dalcy de
Oliveira Albuquerque, director del Musen Paraense Emilio Goeldi, y la
señora Claudine Berthe, del Muséum National d'Histoire Naturelle, han
proporcionado inapreciables informaciones meteorológicas o botánicas.
La señorita J acqueline Bolens nos ha ayudado a recopilar, y ha tradu-
cido, las fuentes en lengua alemana. La señorita Nicole Belmont nos ha
asistido en la documentación, la ilustración, la confección del índice y la
corrección de las pruebas, releídas asimismo por mi esposa y el señor I.
Chiva. El servicio de mecanografía del College de France se ha encargado
de copiar el manuscrito. La señora Henri Dubief, conservadora en el
departamento de manuscritos de la Bibliotheque Nationale ha encon-
trado el documento que figura en la cubierta.

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PARA AFINAR

Et encore estandi l'angre sa main tierce


foiz et toucha le miel, et le feu sailli sus
la table et usa le miel sauz faire a la
table mal, et J'oudeur qui yssi du miel et
du feu fu tresdoulce. *
"Ystoire Asseneth", p. 10; en Nouve-
lles [rancoises en prose du x/ve siecle,
Bibl. elzévirienne, París. 1858.

* "Y entonces el ángel tendió la mano por tercera vez y tocó la miel, y la lum-
bre brotó sobre la mesa y consumió la miel sin dañar la mesa, y el olor que des-
pidieron la miel y el fuego fue dulcísimo,"
LAS METAFORAS inspiradas por la miel se cuentan entre las más anti-
guas de nuestra lengua y de otras que la precedieron en el tiempo. Los
himnos védicos gustan de asociar leche y miel, que manarán, según la
Biblia, de la Tierra Prometida. "Más dulces que la miel" son las palabras
del Señor. Los babilonios hacían de la miel la ofrenda a los dioses por
excelencia, pues éstos exigían un alimento que no hubiese tocado el
fuego. En la Iliada, jarras de miel servían de ofrenda a los muertos. En
otras partes, se usaron aquéllas para conservar los despojos de éstos.
Hace varios milenios que locuciones como "todo miel", "dulce como
miel" vienen corriendo en nuestra civilización. En cambio, las metáforas
inspiradas por el uso del tabaco son recientes y fáciles de fechar. Littré no
quiere saber más que de dos: "cela ne vaut une pipe de tabac" [veste no
vale una pipa de tabaco"]: esto no vale nada; y "tomber dans le tabac"
[vcaer en el tabaco"}, o sea, dicho con otras palabras, en la miseria. Estas
locuciones de argot, de las que podrían citarse múltiples variantes [cf.
Vimaítre), están atestiguadas asimismo en otras lenguas: en inglés, "not to
care a tobacco foro .. '. ["no dar un tabaco por. .. "1, cuidarse bien poco de
alguien o de algo; y, en portugués, "tabaquear", burlarse de alguien, o
embromarlo (Sébillot). Entre gente de mar, las expresiones "il V aura du
tabac" ["habrá tabaco"], "coup de tabac" ["golpe de tabaco"], connotan
el mal tiempo. "Coquer, fourrer, foutre, donner du tabac" [vmeter, joder,
dar tabaco"}, y más recientemente "passer a tabac" [vpasar a tabaco 1,
"tabasser", quieren decir maltratar, tratar brutalmente, aporrear (Rigaud,
Sainéann, Lorédan-Larchey, Delvau, Giraud, Galtier-Boissiere y Devaux).
La miel y el tabaco son sustancias comestibles, pero ni la una ni el otro
participan, propiamente hablando, de la cocina. Pues la miel es elaborada
por seres no humanos, las abejas. que la suministran lista para ser consu-
mida; en tanto que la manera más común de consumir el tabaco lo pone, a
diferencia de la miel, no más acá sino más allá de la cocina. No es absor-
bido en es!,.ado crudo, como la miel, ni previamente expuesto al fuego para
cocerlo, como se hace con la carne. Se incinera, a fin de aspirar su humo.
Ahora' bien, la lengua familiar (de la que tomamos sobre todo los ejem-
plos, en francés, con la seguridad de que podrán hacerse en otras partes
observaciones análogas, de modo directo o simplemente traspuesto) ates-
tigua que las locuciones "de miel" y "de tabaco" forman una pareja, y
sirven para expresar ideas antitéticas que residen en varios planos. Sin
olvidar en lo más mínimo que las locuciones "de miel" comprenden casos
13
PARA AFINAR PARA AFINAR 15
14

límite en que la connotación se torna peyorativa --"discurso meloso", • ltamada Pan dora hiere a su amante de una estocada y, presa del
"palabras melifluas" y aun la interjección" lmiel J ", no solamente fun- ..mordimiento, manda a buscar simples para curarlo:
dada en una homofonía para las damiselas que se creen bien educadas (con
el participio derivado "emrniellant:" ["enmielante"l): 1 vueltas de sentido Gather me balme and co oling uíolets,
de las que, lejos de no hacerles caso, mostraremos la razón-.-, no parece And of our holy herb nicotian .
dudoso que, en nuestra civilización, las locuciones "de miel" y "de taba- And bring withall p-ure honey from the htve2
co" se opongan. A pesar de ciertos traslapamientos, lo que quisiéramos To heale the wound of my unhappy hand. ~
llamar sus puntos de equilibrio semántico caen en sitios distintos: unas son
sobre todo laudatorias, las otras más bien despreciativas. Connotan, respec- Hay en este texto de qué agradarnos, ya que subraya de manera imt: re-
tivamente, la abundancia y la escasez, el lujo y la pobreza; sea la dulzura, vista la continuidad del vínculo que, pasando por Lo crudo y lo cocido,
benevolencia y serenidad -HManare poetica mella" ["manar mieles poéti- cSel que es continuación, une el presente libro a El pensamiento salvaje. . .
cas't j-., sea la turbulencia, la violencia y el desorden. Tal vez inclusive, si se Atestigua asimismo la existencia antigua, en tierra i~gles~, ~e una aso-
dispusiera de otros ejemplos, habría que decir que unas se conforman al tiación de la miel con el tabaco que nos parece seguir existiendo en el
espacio ("todo miel"), las otras al tiempo (" siempre el mismo tabaco"), plano técnico. A los franceses, los tabacos i~gleses nos p~recen más 'próxi-
La frase que hemos puesto de epígrafe a esta introducción muestra mos a la miel que los nuestros. Solemos explicar esta afinidad suponiendo ,
que la relación de oposición en cuestión es, en cierto modo, anterior a con razón o sin ella, que las hojas rubias del uno se han macerado en la
las cosas opuestas. Antes incluso de que el tabaco fuera conocido en otra.
Ocidente, el "fuego de miel" encendido por el poder sobrenatural del A diferencia de Europa, América del Sur ha «onocido y consumido
ángel se pone en el sitio del término ausente y adelanta sus propiedades, desde siempre el tabaco. Así que para el estudio semántico de su oposi-
que deben ser las de un término antitético y correlativo de la miel flui- ción ofrece un terreno privilegiado, ya que de manera diacrónica y sin-
da, a la que corresponda punto por punto en el registro complementario crónica a la vez son all í observables la miel y el tabaco, uno junto al
de lo seco, lo quemado y lo aromático. Que la Ystoire Asscneth, donde otro, por largo tiempo. Desde este punto de vista, la América del Norte
figura dicho ejemplo, sea probablemente obra de un autor judío de fines parece ocupar una situación simétrica de la del Viejo Mundo, ya que
de la Edad Media, es cosa que torna aún más curiosa la interpretación pudiera ser que en época reciente no hubiese P?seído más que el tabac?,
medieval, judía también sin embargo, de la prohibición del Levítico que habiendo perdido la miel casi por completo, mientras que Europa pose la
afecta a la ofrenda de miel en los altares, en virtud del olor desagradable plenamente la miel en el momento de adquirir el tabaco. Volveremos en
de la miel quemada. En cualquier caso, tal divergencia revela que, bajo la otro lugar a este problema (volumen 111). Es pues, en América tropical,
relación del humo y de su olor, que serán esencialmente los modos del donde una obra anterior nos había permitido estudiar la oposición de las
tabaco, desde la Edad Media, acaso desde antes, la miel era, como dicen dos categorías fundamentales de la cocina, las de lo crudo y lo cocido,
los lingüistas, un término intensamente "marcado", constitutivas de la comida, donde conviene ir a analizar otra oposición:
Esta prioridad de la relación de oposición sobre las cosas opuestas, o al la de la miel y el tabaco, como preparados que ofrecen los caracteres
menos sobre una de ellas, permite comprender que, no bien conocido el complementarios de ser infraculinaria la una, me taculinario el otro. Pro-
tabaco, se haya unido a la miel para formar con ella un par dotado de seguimos así nuestra indagación sobre las representaciones. míticas del
virtudes soberanas. En una obra teatral inglesa que data de fines del siglo tránsito de la naturaleza a la cultura. Desarrollando la pnmera y am-
XVI (1597) Y se debe a William Lilly, y cuyo propio título, Thc Woman pliando el dominio de las segundas, podremos interrogarnos, después de
in the Moone ["La mujer en la luna"], no deja de tener eco en la mito- la investigación anterior, concerniente al origen mítico de la coci.na, acerca
logía del Nuevo Mundo, corno se verá en el próximo volumen, la hero i- de lo que ahora pudiéramos denominar los alrededores de la com~da.
Al hacer esto nos limitaremos, como de costumbre, a seguir un pro-
grama que nos impuso la materia mítica m~s~a, Ni el ~abaco ni la miel,
I "Miel (e 'est un) ['es una miel'], Frase del argot d~ los arrabales, dicha a propósito
ni la idea de relacionarlos en los planos lógico y sensible surgen aqul
de todo, sobre todo en mala parte. Una cosa parece buena o bonita: e'est un miel, Se como hipótesis especulativas. Al contrario, estos tema~ nos son propor-
entra en un lugar que huele mal: c'est un miel. Se asiste a una riña a puñetazos o a cionados explícitamente por ciertos mitos que de carruno hemos encon-
cuchilladas y corre sangre: e 'cst un miel" (Delvau). "C'cst un miel: es muy agradable trado y estudiado parcialmente en una obra anterior. Para que el lector no
y (por ironía) es muy desagradable" (Lorédan-Larchey). Esta amplia oscilación tenga la obligación de recurrir a ella, los resumiremos brevemente.
semántica es dada ya, al menos implícitamente, en la creencia griega y latina, sin duda
de origen egipcio, de que se engendrará sin falta un enjambre de abejas por el cadáver
putrefacto de un ternero asfixiado en un recinto cerrado, obstruvéndole lal víal * "Traedme bálsamo y rc trcscantcs violc tas.j y nuestra bendita hierba nicociana,f
respiratorias, y después de magullarle las carnes para disgregarlas, sin dañar la piel y también miel pura de la colmenaf para curar la herida de mi mano infeliz." [T.]
2 Citado por B. Lauter, p. 23.
(Virgilio, Georgicas, IV, vv. 299-314, 554-558).
16 PARA AFINAR PARA AFINAR 17

El punto de partida de las consideraciones con que se abría Lo crudo y Esta doble transformación repercute también en el plano etiológico, ya
lo cocido, primer volumen de estas Mitológicas, era un relato de los que uno de los grupos de mitos concierne al origen de la cocción de los
indios Bor oro del Brasil central que se refería al origen de la tempestad alimentos, y el otro al origen de la carne, es decir, el medio y la materia
y de la lluvia (MI). Comenzamos por demostrar que, sin postular una de la cocina, respectivamente:
relación de prioridad entre este mito y otros, se podía reducirlo a trans-
formación, por inversión, de un mito del cual se conocen distintas va-
e) [fuego jw [carne]
riantes, provenientes de tribus del grupo lingüístico ge, geográfica y cul-
turalmente próximas a los Bororo, y que explican el origen de la cocción
de los alimentos (M 7 a M 1 2 ) . En efecto, todos estos mitos tienen por A más de ofrecer construcciones simétricas, los dos grupos están tam-
motivo central la historia de un desanidador de pájaros, bloqueado en lo bién, por tanto, en relación dialéctica: tiene que existir la carne para que
alto de un árbol o de una pared rocosa a consecuencia de una disputa el hombre pueda cocerla; esta carne, traída a cuento por los mitos con
con un aliado por matrimonio (cuñado -marido de la hermana-e, o la forma privilegiada de la carne de queixada, será cocida por vez pri-
padre en una sociedad de derecho materno). En un caso el héroe castiga mera gracias al fuego obtenido del jaguar, del cual los mitos cuidan de
a su perseguidor enviando la lluvia, extinguidora de los hogares domés- hacer un cazador de cerdos.
ticos. En otro, trae a sus padres la tea encendida que era del jaguar: llegados a este punto de nuestra demostración, quisimos verificarla por
procura a los hombres, por tanto, el fuego de cocina, en vez de sus tr aér- una de sus consecuencias. Si un mito bororo (MI) era transformable en
selo. mitos ge (M 7 a MIZ) sobre un mismo eje, y si estos mitos ge eran a su vez
Notando entonces que en los mitos ge y en un mito de un grupo transformables en mitos tupí (M¡ s . 16) sobre otro eje, este conjunto no
vecino (Ofaíé, M 1 4 ) el jaguar amo del fuego ocupa la posición de un podría constituir un grupo cerrado, como lo habíamos postulado, más que
aliado por matrimonio, por haber recibido de los hombres su esposa, a condición de que existiesen otras transformaciones, situadas eventual-
establecimos la existencia de una transformación que ilustran, en su mente sobre un eje más, tercero, que permitieran retornar de los mitos
forma regular, mitos procedentes de tribus tupí limítrofes con los ge: tupí a mitos bororo que fuesen por su parte transformación de aquel del
Tenetehara y Mundurucú (MI s , M I 6 ) . Como en el caso precedente, que se partió al principio. Fieles a una regla de método que aplicamos de
estos mitos sacaban a escena un cuñado -o, esta vez, varios, "tomadores manera sistemática, había por tanto que someter los dos mitos tupí a una
de mujeres". Pero en vez de que se trate de un cuñado animal, protector especie de filtración, a fin de recoger los residuos de la materia mítica que
y nutricio para el héroe humano que, personifica el grupo de sus aliados, hubiesen permanecido inutilizados en el curso de las operaciones prece-
los mitos ahora en cuestión cuentan un conflicto entre uno o varios dentes.
héroes sobrehumanos (demiurgos y emparentados con ellos) y sus aliados Resultó de inmediato que tal residuo existía, y que consistía en el
humanos (maridos de las hermanas) que les niegan el alimento; en conee- conjunto de procedimientos empleados por el demiurgo para tranformar
cuencia, son transformados en cerdos salvajes, más precisamente en a sus malos cuñados en cerdos. En MI s ordena a su sobrino que encierre
tayasu idos de la especie queixada (Dicotyles labiatus), que no existían a los culpables en una prisión de plumas, a la que pega fuego, cuyo
todavía y que los indígenas consideran la caza superior, que representa la humo asfixiante provoca la transformación. Todo empieza lo mismo en
carne en la más alta acepción del término. M i 6 , salvo que el demiurgo es asistido por su hijo, y que es el humo de
Al pasar de un grupo de mitos al otro, por consiguiente, se ve que tabaco proyectado en el recinto de plumas el que desempeña el papel
sacan a escena ora un héroe humano y su aliado (por matrimonio) -el determinante. Un mito kayapó-kubenkranken sobre el origen de los
jaguar, animal dueño del fuego de cocina-.-, ora héroes sobrehumano. y cerdos salvajes (MIS) -del cual demostramos previamente que derivaba
sus aliados (por matrimonio): los cazadores humanos, dueños de la por necesidad de los otros dos o de uno de ellos- ofrecía una variante
carne. Aunque animal, el jaguar se conduce civilmente: alimenta a su débil de la transformación mágica, explicada esta vez por el empleo de
cuñado humano, lo protege contra la maldad de su propia mujer, se deja un encantamiento hecho de plumas y espinas. Proponíamos entonces
arrebatar el fuego de cocina. Aunque humanos, los cazadores se compor- (CC*, p. 104) ordenar los medios mágicos como sigue:
tan salvajemente: conservando toda la carne para ellos y gozando inmode-
radamente de las esposas recibidas, sin ofrecer compensación en forma I(humo de tabaco, M16), 2 (humo de plumas,MIS)' 3 (encantamiento de plumas, MIS)
de prestaciones alimenticias:
Aparte de que esta disposición es la única lógicamente satisfactoria, ya
a) [Héroe humano/animal]::::> [Héroes sobrehumanos/humanos] que tiene en cuenta a la vez el carácter derivado .de MIS con respecto a

b) [Animal, cuñado cortés --+ come crudo]=:} [Humanos, cuñados salvajes -e-comidos-cocidos]
• Las citas de páginas de Lo crudo y lo cocido remiten a la edición en español
Fondo de Cultura Económica, México; 1968).
18 PARA AFINAR PARA AFINAR 19

MI S Y M 16• Y la presencia simultánea del humo en MI s, Mió Y de las mitiendo, si no el mismo mensaje, al menos este mensaje transformado.
plumas en MIs. M 18• encuentra confirmación en un célebre mito de los Hemos identificado dicho mito (M2 o). Sus protagonistas son antepasados
indios Carirí, recogido a fines del siglo XVII por el misionero francés que vivían otrora en cabañas de plumas, a alguna distancia de su cuñado
Martin de Nantes. Este mito (M'25) explica también el origen de los cerdos (marido de su hermana), de quien obtenían todo lo que deseaban
salvajes,. atribuido a la glotoner ia de los primeros hombres, que suplicaron enviándole a uno de los menores, adelantado al papel de comisionado
al dem~urgo que les diera a gustar esta caza, descenocida entonces. (compárese: MIS, sobrino pensionado IM I 6, hijo comisionado).
El demiurgo lleva a los niños al cielo y los muda en jabatos. En ade- Un día que querían miel, lo que recibieron fue una sustancia espesa y
lante, los ho~bres podr~n cazal los cerdos salvajes, pero estarán privados espumosa, impropia para el consumo, lo cual se debía al hecho de que al
de la companra del demiurgo, Este decide permanecer en el cielo, y hace irla a recolectar el cuñado había copulado con su mujer, violando inter-
que en la trerra lo ~ reemplace el tabaco. En este mito, por consiguiente, dicciones. A esta primera afrenta, la propia mujer añade otra cuande
el rabaco desempeña también un papel decisivo, pero en forma aún más espía a sus hermanos que están inventando y fabricando los pinjantes y
fu~r~e que en .la, ver~ión mundurucú (MI 6): pasa, de simple sustancia cuentas de concha. Los héroes ofendidos encienden una pira y se entre-
magrea, a la hipóstasis de una divinidad (d. M 33S). Así que existe en pn a las llamas, de donde renacen con formas de pájaros portadores de
efecto una sene tal que el humo de tabaco sea la forma débil del tabaco plumas ornamentales. Más tarde sus cenizas engendrarán el algodón, las
personificado, y el humo de plumas la forma débil del humo de tabaco calabazas y el urucú (CC, p. 96).
así como el encantamiento de plumas la forma débil de su humo. ' Las funciones etiológicas de este mito son a la vez más restringidas y
Establecido esto, écómo relatan los Bororo el 'Origen de los cerdos más vastas que las de los mitos tupí que tienen asimismo como punto de
salvajes? Uno de sus mitos (M2 I ) explica que estos animales fueron arranque una querella entre aliados por matrimonio. Más restringidas
~om~res, a los que, para vengarse de una afrenta, sus mujeres hicieron puesto que, como tantas veces se observa entre los Bororo, el mito se
tnger~r una compota de frutos espinosos. Con el gaznate desollado por propone explicar el origen no ya de una o varias especies vegetales o
los pinchazos, los hombres gimieron -"ú, ú, ú, ... "- y se transformaron animales, sino de variedades o subvariedades. Al principio del mito, los
en cerdos salvajes, que tienen tal voz.
pájaros existían ya, que si no los héroes no habrían podido habitar en
Este ~it.o merece atención por partida doble. En primer término, el chozas de pluma y plumón. Los que nacerán de su sacrificio tendrán
papel ~agt.co de las ~spinas remite ,al en~antamiento hecho de plumas y sóiamente plumas de colores "más vivos y más bonitos". Igualmente,
de espinas que aparecra en MIS. ASI considerado, se coloca pues a conti- precisa el mito, las plantas que nacerán entre las cenizas pertenecerán a
nuacion de MI 8 en la serie de las transformaciones mágicas, que enri- variedades de calidad superior: así el urucú, cuyo tinte rojo será iniguala-
quece con ~na nueva variante, sin modificar el orden en que las dem.is ble para teñir los hilos de algodón. Esta primera restricción del campo
quedaron dispuestas. Pero desde otro punto de vista, el mito bororo etiológico va acompañada de otra. El mito bororo no pretende explicar
provoca un movi~i~nto de báscula: en vez de que, como en MIS, M , cómo una especie animal o vegetal se ha tomado disponible para la
16
MI S, el ac::onteclmIento se remonte a una querella entre aliados, es humanidad entera, ni siquiera para el conjunto de la tribu, sino por qué
consecuencia de una querella entre conjuntados. * Para la discusión de tales variedades o subvariedades son herencia de un clan o subclán deter-
esta transformación nos contentaremos con remitir al lector al volumen minado. A este respecto, el mito se manifiesta particularmente diserto,
p:ecedente (CC, pp. 94-96), donde se demostró que es típica de la mitolo- no sólo a propósito de las plantas, sino también de los atuendos inventa-
g ia bororo. En el caso que nos ocupa, resulta por tanto de la aplicación de dos por los héroes y que, antes de morir, reparten entre las estirpes que
la ley canónica que la rige:
constituyen su clan.
Más. estrecho a este doble respecto, el mito bororo puede permitirse
a) Para un mensaje invariante (aqu i," el origen d e 1os cerd
os I
sa " ):
vajes ser más vasto desde otro punto de vista, ya que su función etiológica
está, en cierto sentido, redoblada. Los mitos tenetehara y mundurucú
Mundurucú, etc. [ Bororo que deseamos comparar con él aluden a un origen único: el de los cer-
dos, es decir, de la buena carne, en tanto que el mito boraro concierne
J=> por una parte al origen de ciertas aves de bellas plumas, por otra al de
varios productos vegetales, excepcionales también por la calidad. .
Dando un paso más, había que preguntarse entonces si existía entre No es esto todo. La especie animal cuyo origen descubren los mitos
los B~roro un mito ,que reprodujera la coyuntura familiar ilustrada por tupí es exclusivamente calificada desde el punto de vista del alimento.
los mitos mundurucu, etc. acerca del origen de los cerdos salvajes, tras- Por el contrario, los animales y vegetales que trae a cuento el mito boro-
ro están calificados exclusivamente desde el punto de vista de la técnica.
* No se nos ocurre otro modo de traducir aquí (yen otros lugares en adelante) Los nuevos pájaros se distinguen de los otros por la riqueza ornamental
conjoints. "Conjuntos" sería exacto, pero confuso. [T.] , de sus plumas, y ninguna de las nuevas plantas tiene valor alimenticio:
21
20 PARA AFINAR PARA AFINAR

sólo sirven para hacer objetos útiles y adornos. Aunque los tres mitos,
MIS. M 16• M20. tengan indiscutiblemente el mismo punto de partida, se
desenvuelven de manera contrapuntística (tabla anexa), conforme a la sobrino del dona-I maltratado por los
segunda ley. complementaria de la dada en página anterior y que pode- dor, tomadores de ...
mos ahora formular así: Donador{es) de sufre rechazo de la

b) Para una armadura invariante (aquí:


,.-11--,
(.6. O =.A)):
MI6
mujer estabiecido(s) Papel de interme- MI: hijo del donador.
: a alguna distancia
del (de. los) cuña-
do{s)
diario confiado al
6
Icarne por los toma-
dores,

M2 o: hermano menor de \ obtiene mala miel

Mundurucú, etc. l origen de la carne


] :::>
Bororo [
origen de los bienes culturales
]
los donadores. del tomador,

Podemos resumir el conjunto de nuestros recorridos. Los mitos sobre


el origen de los cerdos salvajes se refieren a una carne que el pensa- MIS:
MIS: l (hombres) que los encierran entono
\ ces en una pn"sión de plumas,
miento indígena clasifica entre la caza de categoría superior y que, por
MI 6: ... previamente a
consiguiente, suministra la materia prima por excelencia para la cocina.
Desde un punto de vista lógico es pues legítimo tratar estos mitos como el abuso sexual
funciones de los mitos sobre el origen del hogar doméstico, que recuer- de la(s) mujer(es)
redbida(s) de ... hombres que vivían antes en un pela-
dan el medio, como aquéllos la materia, de la actividad culinaria. Ahora,
M2o: ..• consecutivamen- cio de plumas,
lo mismo que los Bororo transforman el mito sobre el origen del fuego
de cocina en mito sobre el origen de la lluvia y la tempestad -es decir, " a
del agua-, verificamos que entre ellos el mito sobre el origen de la carne
se vuelve mito sobre el origen de los bienes culturales. O sea, en un caso,
una materia bruta y natural que cae más acá de la cocina; en el otro, MIS: Culpables,pasi-
una actividad técnica y cultural situada más allá. vamente ahuma-
Es fácil demostrar que con esta transformación la cadena se cierra y dos por fuego
teatro de una con- de plumas transformados en
que el grupo de los mitos considerados hasta aquí ofrece, así visto; un
ducta bestial: cópula inmodera- cerdos salvajes
carácter cíclico. En efecto, al principio transformamos: da con las esposas. comestibles,
M l6 : I MI 6: Culpables, pasi-
vamente ahuma-
a) Ce [Origen (fuego de) cOcina] => Bororo [ Origen anti (fuego de) cocina = agua] d os por tabaco
proyectado

Transformamos entonces: Víctimas voluntaria- transformadas en


teatro de la inven- indiscretamente
mente entregadas a las pájaros de plumas
ción de las artes de: espiada por la ornamentales,
b) Ce [ T"p; [ hermana. llamas de una pira
la civili¡r;ación
Origen del fuego (= medio) de la cocina ] => Origen de la carne (=materia)

de la cocina]

Por último, la tercera transformación, que acabamos de obtener, puede


escribirse de la siguiente manera: MI S : ~ Origen de la carne, alimento de ongen ANIMAL
M16 . \
C) Tupi [ ] Bororo [
Origen de la carne: (materia de la cocina) => Origen de los atuendos I (anti- [ M20 Origen 1) de: los atuendos de ongen ANIMAL,
2) de productos no alImentICIOS de onge:n VEGE.TAL.
materia de la cocina) ]
22
PARA AFINAR PARA AFINAR 23

M2 0: por la ob- cuando se le compara con el grupo tupí-ge sobre el mismo tema, el men-
tención de los saje aparece idéntico y la armadura invertida, una mala compota (llena
== CULTURA de espinas) ocupa el lugar de la mala miel (grumosa, en vez de suave).

I
atuendos, más
siu de la Los medios mágicos de los mitos bororo, que caen del lado de lo moja-
que tiene acceso par-
cocina
cialmente a la cultura.•. do, se oponen así a los medios mágicos de la serie ge-tup í (humo de
M¡ S etc.: por la
tabaco o de plumas, encantamiento de plumas y de espinas), que corres-
obtención de ponden al lado de lo seco, oposición congrua con la que nos ha servido
la ~arne, más :::;:: NATURALEZA de punto de partida, entre mito bororo sobre el origen del agua y mitos
en tanto 'u,
¡ r.MIS se ref~e.r~n a
oca de la
Cocina ge-tup í sobre el origen del fuego.

i
-M:zo' una fisión de En realidad las cosas son un poco más complejas, pues uno solo de los
la humanidad.

que retorna par ~


.,.
M2 0 ; convirtiéndose en
P Jaros
= CIELO
rcr, MI: agua
dos mitos bororo es enteramente "húmedo"; M2 1 , donde el conflicto entre
esposos surge a propósito de la pesca (peces: caza acuática, que forma
cialmente a la natu-
celeste) triángulo con los pájaros -caza celeste de M 2 0 - Y los cerdos -caza terres-
raleza, MIS, etc.. mudándose tre de M 1 6 , etc.] y se resuelve a favor de las mujeres gracias a una
:::;::TIERRA
en cuadrúpedos
(Cf. M7_12: fuego compota de frutos {compota > vegetal U agua/pez ::= animal U agua). En
/ terrestre) compensación, lo seco desempeña un papel esenciai en M2 o. con la pira
en que se hacen incinerar voluntariamente los héroes y que parece
homóloga (si bien aún más intensamente marcada) del brasero de plumas
Ya. que también, como se ha visto, 1 de MIS y del brasero de tabaco de M 1 6 • Mas si los términos son efecti-
animales no comestibles (e h os atuendos provienen de partes vamente homólogos, se oponen por las finalidades respectivas de su
onc
algodón, urucú) que no dese _as, plumas] y de plantas (calabaza, empleo. La incineración en una pira -y de los héroes mismos, en vez de
~a o~osición inicial, que era :~~;a~ ~~~lon(inguno en. la alimentación. un producto destinado al consumo- constituye un procedimiento doble-
no, solo se ha transformado ues en u d.e . ~a cocina] y su contra- mente "ultraculinario", que mantiene así una relación suplementaria con
la cocina) y su contrario P 'PI ' na oposrcron entre la materia (de IU resultado: la aparición de los atuendos y los adornos, igualmente
. . or o que respecta a estas do ..
mitos bororo se sitúan siempre de Ia mi s OpOSICIOnes, los "ultraculinarios", por estar del lado de la cultura, en tanto que la cocina
e a misma manera.
el una actividad técnica que establece el puente entre la naturaleza y la
cultura. Por el contrario, en MIS y M 1 6 , la incineración de las plumas y
del tabaco, también de tipo "ultraculinario", aunque en menor grado,
Todo lo que hemos recordado hasta a ' interviene a manera de un procedimiento complementario de su resul-
crudo y lo cocido p I ' . qUI estaba demostrado ya en Lo
, or e rmsmo cammo o '. tado, que es la aparición de la carne, objeto doblemente "infraculinario"
ra concentraremos nuestra al ., por carmnos diferentes. Aho-
encron en otro aspe t d . como condición a la vez natural y previa de la existencia de la cocina.
no fue necesario entonces considerar ca, e .est.os mitos que
Quedó establecido antes que en 1 .' da c¡uando mas mCIdentalmente. Una vez resuelta esta dificultad, podemos hacer hincapié con más liber-
a sene e os medí ,. . tad en la oposición de la miel y el tabaco, que emerge aquí de los mitos
por los mitos carirí mundurucú t en e t h os magrcos ilustrados
car la transformaci6n de lo 'h e ara y kubenkranken para expli- por primera vez y que nos entretendrá hasta el final del libro. La perte-
" s seres umanos en cerd 11 b . nencia de estos dos términos a una misma pareja de oposiciones resul-
tUla el termino pertinente L . . os, e a aco cons tr,
en el mito bororo del ori~en ~ alsen~.la de cuaiquíer referencia al tabaco taba ya de la presencia exclusiva de uno u otro término en mitos (M2 o
e s, y M 1 6 ) de los que establecimos, por razones independientes, que estaban
puesto que, análogo a los mitos t: Ienet culturales no debe sorprender
saje inverso que ésto pr por a a~madura, transmite un men, invertidos en el plano del mensaje. Conviene añadir ahora que un tér-
s, que SUpone otro léxic A" mino correlativo de la mala miel -la mala compota- aparece en M 2 1 ,
recer un nuevo término que falt 1 o,, sírmsmo, vemos apa-
deneca.-íé •
enegacíon -o mejor el oí . . a en os demás casos:. 1a rmei,
. 1 cuya idéntico en cuanto al mensaje a M 1 6 (origen de los cerdos salvajes), pero
dad- desem efta el a recrrmento en forma de miel de baja cali- j IS' I
de los héro~s en p~a;oel de factor determinanre en la transformación invertido en cuanto a la armadura (O # 6. / 6. 0=6.) y dos veces
tuosa" de su hermana d;' 1en COI nCIur~nCIa con la indiscreción "inces- invertido (en cuanto a la armadura y en lo tocante al mensaje) en rela-
. , ,
sImetrica, en forma de coito inmoderado
°
clla e rruto mundurucú f .
. o rece una Imagen
ción con M 2 0 . La miel y la compota son sustancias clasificadas como
(que son las hermanas del héroe). de los mandos con sus esposas vegetales (la cosa es evidente para la compota; en lo que respecta a la
miel, el punto será establecido más tarde), y que participan una y otra
Se recordará igualmente que, en el mito de la categoría de lo mojado. La mala miel se define por lo espeso y la
cerdos salvajes, simétrico Con respecto al bororo sobre el origen de los
otro puesto que esta vez, y contextura grumosa, en oposición con la buena miel, que sería por
24 PARA AFINAR PARA AFINAR 25

consiguiente fluida y suave;3 la mala compota, por la presencia de espí-


nas, que la hacen espesa y áspera igualmente. Miel y compota son, por
10 tanto, análogas y sabemos por otro lado que la compota llena de
espinas aparece, en la serie de los medios mágicos, después del encanta-
miento de plumas y de espinas de MIs. transformación debilitada del
-,----- - t-- -_ - - - ]
S_2

..._--............
SI

........---_......
... ...... .............
..._----~

~- ..._ ------
S2

humo de plumas de MI s que guarda la misma relación con el humo de


tabaco de M 1 6 Por último, acabamos de ver que ampliando esta serie se
0
.--- ...- » - > :-

bienes culturales
--- fuego de carne
verifica la correlación y oposición de la miel y del tabaco. cocina
Así se confirma, de nueva manera, el papel de pivote que toca al taba-
co en el sistema. Sólo el tabaco digno de este nombre reúne atributos Limitémonos por un instante a considerar qué pasa en el campo m m-
generalmente incompatibles. Un mito bororo (M 2 6) que se refiere al ca "a la derecha" de 51' Vemos 52, que caracterizamos antes de dos
origen del tabaco, o más exactamente de diferentes especies de hojas maneras: es un sistema mítico que se propone como fin explicar el
olorosas que fuman los indios, cuenta que éstos, al probarlas por vez origen de los cerdos salvajes, y que recurre, como medio, a diversas
primera, proclamaban buenas unas y malas otras según fuese o no "pican- sustancias, que hemos demostrado ser variantes combinatorias del humo
te" su humo. Los términos de la serie de los medios mágicos, que trans- de tabaco. De manera que el tabaco emerge en S2 en forma de término
forman los hombres en animales, están vinculados, por lo tanto. El instrumental. Pero, lo mismo que SI (nacimiento de la cocina) supone
humo de tabaco y el humo de plumas tienen en común ser picantes, necesariamente S2 (existencia de la carne) -puesto que la una es materia
pero el uno apesta y el otro es aromático; las compotas de frutos son de la otra-, el uso del tabaco a título de medio en S2 supone por nece-
sabrosas (pues son comidas en todos los casos), pero están mejor o peor sidad su existencia previa. Dicho de otro modo, ha de haber a la derecha
preparadas: resbalan por el gaznate cuando se han quitado las espinas, o de 52 un sistema mitológico S3 en el que el tabaco desempeñe el papel
son picantes; la miel también puede ser suave o grumosa. Hay, pues, dos de fin, y ya no sólo de medio; que consista, por tanto, en un grupo de
humos, dos compotas, dos mieles. Por último, en los mitos homomorfos mitos sobre el origen del tabaco; y que, transformación de 52 como S2
(los que tienen igual armadura), la miel y el tabaco están en relación de lo fue de SI, deberá, al menos sobre un eje, reproducir SI para que por
simetría invertida. este lado pueda considerarse cerrado el grupo. Si no, habrá que reiterar
Nos encontramos entonces ante un interesante problema. La América la operación y buscar un sistema S4 a propósito del cual deberemos
tropical nos ha entregado primero un sistema mitológico relativo al ori- interrogarnos parecidamente, y así por el estilo, hasta que se obtenga
gen de la cocina que, según los grupos, nos apareció en forma recta {ori- una respuesta positiva o hasta que, perdida la esperanza de parar en nada,
gen del fuego) o con forma invertida (origen del agua). Convengamos en se resigne uno a ver en la mitología un género desprovisto de redundancia.
llamar 51 a la forma recta de este primer sistema, y S_l a su forma En tal caso, cualquier intento de dotarla de una gramática procedería de la
invertida, que dejaremos a un lado por el momento. Volviendo SI sobre ilusión.
sí misma a partir de uno de sus elementos (aparición episódica de un De hecho, ya hemos aislado el sistema S3 en nuestra obra anterior y
cerdo salvaje), en Lo crudo y lo cocido restituimos otro sistema mitoló- hemos verificado que reproducía SI. Conformémonos con recordar aquí
gico relativo al origen de los cerdos salvajes o, en otras palabras, de la que se trata de un grupo de mitos del Chaco (M 22' Mz 3, MZ4) relativos al
carne: materia y condición de la cocina, como medio e instrumento de origen del jaguar (problema planteado por SI, donde el jaguar figura en
ella era el fuego del primer sistema. Este segundo sistema, que llama- calidad de dueño del fuego de cocina) y del tabaco (problema planteado
remos 52, lo pondremos arbitrariamente a la derecha del otro (para por S2)' Sin más, la unión de estos dos términos en un mismo campo
respetar una disposición esquemática ya adoptada en Lo crudo y lo etiológico sería ya reveladora. Pero sobre todo, S3 reproduce efectiva-
cocido, fig. 6, p. 102). Habrá entonces que poner a la izquierda de SI un mente SI, puesto que la fábula es idéntica en los dos casos: historia de un
sistema más, el tercero, relativo al origen de los bienes culturales, y simétri- desanidador de pájaros (guacamayos o loros) que se las ve con un jaguar,
co con S2 en relación con SI (ya que la carne y los atuendos están, sea macho o sea hembra (o primero macho y hembra después); y amigo u
respectivamente, más acá y más allá de la cocina, de la cual explica SI el hostil; por fin, cuñado o esposa, o sea aliado(a) por matrimonio. Además,
origen). Este sistema inverso de 52 será designado como 5~2: los mitos de 51 tienen por fin la cocina, gracias al medio del fuego "cons-
tructor" cuya función es hacer la carne propia para el consumo humano.
Paralelamente, los mitos de S3 tienen por fin el tabaco, merced a un fuego
3 La invocación a la miel de los Umutina, primos cercanos de los Bororo, subraya destructor (la pira en que perece el jaguar, de cuyas cenizas nacerá la
que la fluidez es una de las principales cualidades requeridas: "Para dar mucha planta). Este fuego es constructor, solamente, teniendo en cuenta eltaba-
miel. .. miel blanda, dulce, líquida... como agua. Para dar miel que corra como co, que -a diferencia de la carne-e- debe ser incinerado (= destruido) para
agua de río, dulce como agua con , arcilla, para no dar miel pastosa (polen)"
(Schultz 2, p. 174). que pueda consum irselo.
26 PARA AFINAR
PARA AFINAR 27
Se ve así que 52 está flanqueado a la derecha por un, .sistema 53 que lo
transforma ~ explica, reproduciendo de paso SI • Y que por consiguiente la miento religioso. Como sus parientes Tembé, los Tenetehara de Maran-
cadena se cierra por este lado. eQué haya la izquierda de SI? Hallamos hao consagraban a la miel la más importante de sus fiestas. Era cada
año, al acabar la estación seca, es decir, en los meses de septiembre u
5_2 • cuyo fin es explicar el origen de los atuendos utilizando como medio
la miel, término del cual de manera independiente establecimos la simetría octubre. Aunque no se celebrase desde hacía largos años, los indios visi-
con respecto al tabaco. Si el grupo es de veras cerrado, podemos postular tados por Wagley y Galváo (p. 99) entre 1939 y 1941 se negaron categó-
no, sola~ente que ~xista a la izquierda de 5_2 un sistema 5_3 que funde la ricamente a hacerles escuchar los cantos de la fiesta de la miel porque,
exratencra de la miel -ccomo en el otro extremo del campo hacía ya S según decían, era la estación de las lluvias y cantar fuera de estación era
para ~l tabaco-.' ~ino t~mbién, en lo que concierne al contenido, qu~ arriesgarse a un escarmiento sobrenatural.
deberá reproducir S 1 -SI con otra perspectiva-. de una manera simétrica La fiesta propiamente dicha duraba solamente unos días, pero empe-
con resp~cto a aquella con que 53 reproducía SI' De suerte que 53 y 5~3, zaban a prepararla con 6 a 8 meses de anticipación. Desde los meses de
reproduciendo cada uno por su cuenta 51, se reproducirán entre ellos: marzo o abril había que recolectar miel silvestre y guardarla en recipien-
tes que se suspendían de las vigas de una cabaña ceremonial, construida
especialmente para la ocasión. Hay quien habla de 120 a 180 calabazas,
s., 5, cada una con más de un litro de miel, atadas una junto á otra en seis a
ocho hileras. Durante todo el tiempo que duraba la recolección, los del
pueblo se reunían cada noche para cantar: las mujeres en la cabaña
ceremonial, "debajo de la miell'{Ios hombres en el lugar de las danzas,
afuera. Parece que los cantos aludían a los distintos tipos de caza y a las
técnicas prescritas para cada uno. En efecto, la fiesta de la miel tenía
por fin principal asegurar caza fructífera durante el resto del año.
La iniciativa de la recolección y de la celebración tocaba a cualquier
miembro importante de la comunidad, que adoptaba el título de "pro-
pietario" de la fiesta. Luego de cerciorarse de que las cantidades recolec-
tadas eran suficientes, invitaba mediante mensajeros a los pueblos veci-
nos. Para alimentar a los visitantes, se preparaba mucha sopa de man-
dioca y se acumulaba la caza. La acogida era ruidosa por ambas partes,
'(~-----------. - ---- ----------.------- pero en cuanto los recién llegados penetraban en la cabaña ceremonial,
(ji~dio) (medio) ".'[rin) sucedía un silencio absoluto a los gritos y toques de trompa. Los hom-
~ bres se agrupaban entonces por pueblos y cantaban sucesivamente. Los

''''\"j~ . . ._..
TABfco del pueblo acogedor terminaban el ciclo. Entonces descolgaban las
,

ATUENDOS <,
----- -- -----/~ ...._~-
/'/
/ j
.-,,/

CARNE
.» calabazas, cuyo contenido, antes de ser bebido, se diluía con agua en
una gran jarra. La fiesta duraba hasta que se acababa la miel. La mañana
del último día había una cacería colectiva seguida de un festían de carne
asada (Wagley-Galvao, pp. 122-125).
Un mito explica el origen de la fiesta de la miel:
.., .., .. ,"' .... ' " Tenetehara: origen de la fiesta de la miel.
""
MI 88.
COCINA Un célebre cazador llamado Aruwé descubrió un árbol cuyas
simientes acudían a comer los guacamayos. Se subió a él, cons-
truyó un escondrijo y se puso al acecho. Luego de matar muchos
pájaros, quiso descender. pero tuvo que volver precipitadamente al
escondrijo porCl,ue llegaban jaguares. Aquellos jaguares acudían con
frecuencia al arbol, donde recolectaban miel silvestre. Cuando
acabaron, Aruwé retornó al pueblo con sus presas. Al día siguiente
fue a cazar al mismo sitio, cuidando de estarse escondido hasta
Partamos pues en pos de S_3' que los jaguares llegaron y se fueron.
Que se sepa, es entre algunos Tupí septentrionales donde la miel pare- Un día el hermano de Aruwé trepó al árbol, pues necesitaba
ce haber tenido más importante lugar en la vida ceremonial y el pensa- plumas caudales de guacamayo rojo para un atuendo de fiesta.
Estaba advertido de que fuese prudente a causa de los jaguares,
PARA AFINAR 29
28 PARA AFINAR
procedencia de la miel, que en M I 8 9 no es quitada a las abejas sino que
pero tuvo la ocurrencia de matar uno. La flecha no dio en el blan- se obtiene por expresión directa de las flores amarillas del árbol fazy-
co y traicionó su presencia. La fiera atacada se abalanzó sobre el waywaf, que acaso sea faiuuá-iwaf y en tal caso una Laurácea. Cual-
torpe cazador y lo mató. quiera que sea la especie, esta lección es tanto más instructiva cuanto
Aruwé esperó en vano a su hermano hasta el siguiente día. Per-
que, a diferencia de nuestras mieles, las .de América tropical no parecen
suadido de que había sido muerto por los jaguares, se dirigió al
lugar y allí observó rastros del combate. Guiado por la sangre de provenir principalmente de las flores. Pero los indios sudamericanos, que
su hermano, llegó a un hormiguero, donde consiguió penetrar encuentran casi siempre la miel dentro de los troncos huecos donde las
-pues era un charnán-. convirtiéndose en hormiga. Dentro, vio el abejas hacen sus nidos, la clasifican, por esta razón, dentro del reino
pueblo de los jaguares. Tras de recuperar la forma humana, se puso vegetal. Varios mitos tacana (M 1 8 9b, e tc.] se refieren al percance de un
a buscar ir su hermano. Pero una hija de los jaguares le gustó; se mono, cruelmente picado por haber mordido un nido de avispas que
casó con ella, se instaló en casa del padre de ésta,que era el jaguar
homicida, y que supo convencerlo de que su acto estuvo justifi-
cado.
Durante su permanencia con los jaguares, el héroe asistió a los
preparativos y a la celebración de la fiesta de la miel; aprendió
todos los detalles del ritual, los cantos y las danzas. Pero añoraba
su tierra y languidecía por su esposa humana y por su hijo. Los
jaguares compadecidos le permitieron volver con los suyos, a con-
dición de que se llevara a su nueva esposa. Cuando estuvieron bien
cerca del pueblo, Aruwé le recomendó que esperase afuera, mien-
tras él ponía al tanto a su familia. Pero lo acogieron tan calurosa-
mente que tardó largo tiempo en volver. Cuando se decidió al fin,
la mujer jaguar había desaparecido en el hormiguero, cuya entrada
cerró. Pese a sus esfuerzos, Aruwé no volvió jamás a dar con el
camino que llevaba al pueblo de los jaguares. Enseñó a los Tene-
tehara los ritos de la fiesta de la miel, que desde entonces se cele-
bra tal como él la observara (waglev-Oalváo, pp. 143-144).

Arites de emprender la discusión de este mito, daremos la versión


tembé (los Tembé forman un subgrupo de los Tenetehara}:

MI 8 9. Tembé: origen de la fiesta de la miel.


Había una vez dos hermanos. Uno se hizo un escondrijo en la
copa de un árbol fazywaywaf, cuyas flores iban a comer los guaca-
mayos. Había matado ya muchos pájaros cuando aparecieron dos
jaguares portadores de calabazas que llenaron del néctar de las
flores exprimidas del árbol. Durante varios días consecutivos el
Eig, 1. El cazador de guacamayos. (Dibujo de Riou, según J. Crevaux, Voyage dans
cazador observó a los animales sin matarlos, pero, a pesar de sus
t'Amérique du Sud, París, 1883. p. 263.)
consejos, su hermano fue menos prudente. Tiró a los jaguares, sin
figurarse que eran invulnerables. Las fieras alzaron una tempestad
que sacudió el árbol hasta que cayó el refugio, con el ocupante, tomó por un fruto (Hissink-Hahn, Pp- 255-258). Un mito karajá cuen-
muerto del golpe. Entonces se llevaron el cadáver al mundo subte-
ta (M 7 o) que los primeros hombres, salidos de las profundidades de la
rráneo, cuya entrada era tan pequeña como un agujero de hormi-
gas, y lo pusieron sobre una cruz de madera levantada a pleno sol. tierra, recogieron "frutos en cantidad, abejas y miel". Según los Umuti-
Vuelto hormiga, el héroe llegó hasta la cabaña de los jaguares, na, la primera humanidad fue creada a partir de frutos silvestres y miel
donde estaban suspendidos recipientes llenos de miel. Aprendió los (Schultz 2, Pp- 172,227,228). Aparece la misma asimilación en la antigua
cantos rituales, recuperando su forma humana cada noche para Europa; como prueba, este pasaje de Hesiodo: "El roble porta en su cima
danzar con' los jaguares; por el día volvía a hacerse hormiga. bellotas, abejas en medio" (Trabajos, vv. 232-233), y diversas creencias
De vuelta a su pueblo, instruyó a los compañeros acerca de todo latinas: en la Edad de Oro, las hojas de los árboles segregaban miel y aun
lo que había visto (Nim. 2, p. 294). hoy las abejas nacen del follaje y de las hierbas por generación espontánea
(Virgilio, Geórgicas, 1, vv. 129-131; IV, v. 200).
Las dos versiones no difieren más que por su desigual riqueza y por la
30 PARA AFINAR PARA AFINAR 31

Así tal vez se explique el hecho de que los Tupí designasen la abeja
con una locución /iramanha/ que, siguiendo a Ihering, Nordenskiold (5,
p. 170; 6, p. 197) entiende como "guardiana de la miel" (y no pro- REGíMENES
ductora). Pero según Chermont de Miranda, el término Jira-royal signi- I
ficaría más bien "madre de la miel". Barbosa Rodrigues da sin comen- I I
vegetariano carnívoro
tario {iramaña/, que Tastevin y Stradelli, por su parte, remiten también a
lira-ma¡a/, teniendo la segunda palabra por préstamo tomado al por- I I
tugués {mae/. "madre" -si bien no sin vacilaciones por parte de Stradelli s, cocido crudo
(cf. arto "maia, manha"}, cuyo vocabulario menciona una raíz fmanha
,-----'-----(
(na)! con el mismo sentido que el propuesto por Ihering.
Volveremos a esta cuestión. Por el momento, es preciso sobre todo s, carne carne
animal humana
subrayar el parentesco de los mitos tenetehara y tembé con los del
grupo SI, que confirma nuestra hipótesis de que mitos con la miel por
tema principal deben reproducir los que conciernen al origen del fuego
A pesar de esta estructura aparentemente "abierta", el grupo se cierra
de cocina, reproducidos ellos mismos por los mitos sobre el origen del
en S3 y S-3' En efecto, de los tres sistemas, sólo SI ofrece carácter
tabaco (S3). En los tres casos vemos a un desanidador (aquí cazador) de
estático: al principio el hombre es un "comecrudo", el jaguar un "come-
guacamayos o de loros, que descubre la presencia de uno o varios jagua-
cocido", y al final han intercambiado sus papeles, simplemente. Al
res al pie del árbol o de la roca a que se ha subido. En todos los casos el
contrario, al principio de S-3 el hombre es carnívoro, el jaguar vegeta-
jaguar es un aliado por matrimonio: consorte de una mujer humana en
riano, y si consigue iniciar al hombre a su régimen es a condición de
SI, esposa primero humana en S3, padre de una esposa-jaguar en el caso
haberse transformado previamente él mismo de vegetariano en caníbal
que ahora nos ocupa. En SI y S3 el jaguar come los guacamayos; en S-3
como la mujer mudada en jaguar de S3. Simétricamente, en S3 el
es el hombre quien los come. Los dos jaguares de SI: uno macho y
"canibalismo" de la mujer (devoradora de pájaros vivos) anticipa y
protector, otro hembra y hostil, observan conductas diferenciadas
anuncia su transformación en jaguar; y, como precio por haber hecho
hacia el mismo hombre. El jaguar único de 8_3 adopta, hacia dos hom-
del hombre un alimento (en vez de un consumidor de alimento), este
bres, conductas igualmente diferenciadas: se come a uno,. da su hij.a al
jaguar sufrió su propia transformación en tabaco, o ,sea un al~mento
otro. En 53, donde no hay más que un jaguar y un hombre, la dualidad
vegetal (posición congrua con respecto a la de consumidor de alimento
es restablecida en el plano diacrónico, ya que el jaguar era primero una
vegetal que ocupa en S_3), que debe ser incinerado para ser consumido,
esposa humana, que se transforma después en fiera caníbal. Los tres sis-
y es así antisimétrico con respecto a la miel que el jaguar de 5- 3 con-
temas tienen, pues, la misma armadura, que consiste en la triada: hom-
sume mojada. El cierre se realiza, sí, pero está subordinado a tres trans-
bre(s), guacamayos, jaguar(es), cuyos tipos de conducta contrastados (+,
formaciones, situadas por su parte sobre tres ejes; una transformación
-) unen dos a dos los términos:
idéntica: jaguar caníbal ~ jaguar caníbal; y dos transformaciones no
idénticas, tocantes ambas al régimen vegetariano: alimento consumido
s, s, S, => consumidor de alimento. y quemado => mojado.
Después de haber establecido la unidad del metasistema constituido
hombresjguacamavos: (-)
l,umm,yo, (-) (esposa hurnanaj j hombre: (+)
por el conjunto t SI, S3, S_3 r
podemos permitimos considerar más
iogUMI¡
hombre 1: (-)
jaguar t{
hombre: (+)
~
jaguarf
1
guacamayos: (-) especialmente las relaciones entre 8 I Y S_3; en efecto, nuestro propósito
inicial era descubrir 8_3 tal como reprodujera S l . Con esta perspectiva
hombre 2: (+)
jaguar 2/hombre: (-)
hombre: H restringida haremos tres observaciones:

1) Del hombre es ser a la vez vegetariano y carnívoro. Con el aspecto


Cada sistema mitológico está inspirado en una oposrcton -podríamos vegetariano es congruo respecto a los guacamayos (siempre definidos en los
decir- dietética: la de lo crudo y lo cocido en S 1 (mas siempre al res- mitos como aves vegetarianas, y por esto constituyentes de una pareja de
pecto de la alimentación con carne); la de canibalismo y otro régimen oposiciones con los pájaros de presa, cf. CC, p. 312). Con el aspecto
carnívoro (los loros devorados por la mujer) en S3; en fin, en S_3, la del carnívoro, el hombre es congruo con respecto al jaguar. De esta doble
régimen carnívoro (definido el hombre como matador de guacamayos) y el relación de congruencia, S_3 deduce una más, que une directamente jagua-
régimen vegetariano (ya que hemos visto que la miel es clasificada entre las res y guacamayos, análogos por lo que toca a la miel, ya que frecuentan el
sustancias vegetales). Desde este punto de vista, los sistemas se ordenan mismo árbol, sea con fines diferentes (forma débil de la competencia en
como sigue: MI ts 8)' sea con el mismo fin en MI 89, en el cual los guacamayos se comen
32 PARA AFINAR PARA AFINAR 33

las flores y los jaguares les exprimen el néctar. Esta congruencia directa el joven héroe que ha tomado. como hijo adoptivo (CC, pp- 85-87). ~sta
entre los guacamayos y los jaguares (derivada de las otras dos congruencias "profesión de indiferencia" halla exacto paralelo en S~3, donde el heroe
entre hombres y guacamayos, hombres y jaguares, por aplicación de un se deja convencer con facilidad de que el jaguoo: matador ~e su h.ermano
razonamiento del tipo: nuestros amigos son los amigos de nuestros ami- había actuado en legítima defensa (MISS)' o, SI no, se deja cautlv.ar por
gos]" teóricamente podría establecerse de dos modos, ya transformando los cantos y danzas de la fiesta de la miel hasta el punto de olvidar la
los guacamayos míticos en carnívoros, ya transformando los jaguares míti- razón primera de su visita a los jaguares. que era encontrar a su hermano
cos en vegetarianos. La primera transformación sería contradictoria con la o vengarlo (M I 8 9 ) :
posición unívoca ocupada por los guacamayos en otros mitos. La segunda,
con la de los jaguares sólo en caso de que, en S-3, éstos fuesen presentados
sencillamente como Jos dueños y originadores de un alimento vegetal: la jaguar S·3 jaguar
SI
víctima matador
miel. Pero precisamente los mitos de este grupo no dicen nada parecido. indi feren te
A
M I 8 9 incluso se esmera en distinguir dos maneras antitéticas de consumir
la miel: la de los guacamayos, que es natural, puesto que se conforman con
comerse las flores (en cierto modo, "crudas"), en tanto que los jaguares
A n A
I
A
I
O
hombre víctima
recolectan la miel con fines culturales: la celebración de la fiesta de la miel.
matador
De modo que no son los "dueños de la miel" que los guacamayos consu-
men también (y asimismo los hombres, sin duda. aunque de manera aún no
ritual en aquel tiempo), sino más bien los "dueños de la fiesta de la miel": 3) Por último, existe entre SI y 8_3 un parecido final que, e~ este
iniciadores de un modo cultural (vinculado a la caza, por añadidura); lo caso también, se acompaña de otra diferencia. El jaguar desempeña por
cual no contradice, antes confirma, el papel del jaguar como dueño de otro doquier el papel de iniciador ~e la cultura: .sea en form~ de cocma que
modo de la cultura -el fuego de cocina- en SI' requiere el fuego, sea como fiesta de la miel que requiere agua. A la
2) Desde el punto de vista de las relaciones de parentesco, aparece una primera corresponde el alimento cocido, consumido en modo profan~. a
transformación cuando se pasa de 8 1 a 8_3 : la segunda el alimento crudo, consumido en modo sacro. Puede decirse
también que con la cocina (acompañada, en SI, del arco y las flechas: y

A =
jaguar
O
r-o A
humanos
A
humano
Or-o] A
jaguares
de los hilos de algodón) el jaguar da a los hombres la cultura material.
Con la fiesta de la miel que, entre los Tupí septentrionales. es la más
importante y sagrada de las ceremonias religiosas, les conc;~e la cultura
espiritual. Tránsito decisivo en los dos casos. pero a propostto del cual
no es ocioso señalar que, realizándose en un caso de lo crudo a lo
cocido (paso constitutivo, de una vez por todas, de la cultura), en otro
de lo crudo profano a lo crudo sagrado (así, superando la oposición
Dicho de otra manera, los hombres están en poslclOn de donadores de entre natural y sobrenatural. pero de manera no definitiva, puesto que la
mujeres en SI, en posición de tomadores en S_3' celebración de los ritos ha de ser renovada cada año), corresponde al
Esta transformación va acompañada de otra, que concierne a las actitu- franqueamiento de intervalos más o menos grandes:
des. Un notable rasgo de SI consiste en la indiferencia con que el jaguar
acoge ostensiblemente la noticia de la muerte o lesión de su esposa por
cocina

4 Se ve aquí que el pensamiento mítico recurre simultáneamente a dos formas cultura


distintas de deducción. La congruencia del hombre y el guacamayo desde el ángulo
vegetariano, y la del hombre y el jaguar desde el ángulo carnicero, se deducen a fiesta de la miel
partir de datos suministrados por la observación. En cambio, la congruencia del
guacamayo y del jaguar, inferida de las otras dos, tiene un carácter sintético: no
descansa en la experiencia, y aun la contradice. Muchas anomalías aparentes en
etnozoología y etnobotánica se aclaran en cuanto se tiene en cuenta que seme-
jantes sistemas de conocimientos yuxtaponen conclusiones extraídas de lo que Nos falta considerar el último aspecto del metasistema, que resaltará
pudieran denominarse, inspirándonos en estas observaciones, deducción empírica y mejor si empezamos por una breve recapitulación. .
deducción trascendental. (CL nuestro artículo reciente "The Deduction of the Después de haber obte,nido 52 volviendo. SI; ~emos apreciado que el! ~2.
Crane", en American Anthropologist.) según los grupos, padecía la armadura sociológica que" para un mensaje m-
34 PARA AFINAR 35
PARA AFINAR

variante (origen de los cerdos salvajes) tiene la forma 1/¿ O::;


f:j, entre
rnaron en nutrias a los hombres glotones de tabaco. Por lo que toca a
M2 6, hemos demostrado (CC, pp. 107-108) que era rigurosamente simé-
los Tenetehara y los Mundurucú, pero la forma O # b. entre los Bororo. Al

buscar entonce,s 3; qué mensaje corresponde la armadura sociológica


=!::. en este ultimo grupo, encontramos que era el origen de los atuendos
r: trico con respecto a los mitos del Chaco sobre el origen del tabaco (M2 3,
M:24)' No menos significativas son las relaciones que vinculan este mito al
que los Bororo dedican al origen de los cerdos salvajes (M:2 1 ), del cual se
y adornos, es decir, de los bienes culturales (8_2 ) , conocen dos versiones: la ya resumida y otra más antigua, puesto que fue
Dejando de momento a un lado este resultado, abordamos la tercera recogida en 1917. A pesar de oscuridades y vacíos, resulta de esta versión
etapa observando que el jaguar. como animal y como cuñado benévolo en que las mujeres, celosas del éxito de sus maridos en la pesca, aceptaron
SI, era correlato de los cerdos -cuñados (convertidos en) animales (por) prostituirse a las nutrias cuando les prometieron abastecerlas de pescado.
malévolos- de 8 2 , Pero 82 se refería al origen de los cerdos; éexist ia, pues, Pudieron así las mujeres pretender que pescaban mejor que los hombres
un sistema 8 3 que explicase el origen de los jaguares, protagonistas de SI? [Ronden, pp- 166-170). La trama es idéntica a la otra versión, salvo que
Mitos del Chaco (83) satisfacían esta exigencia, y era particularmente signi- esta última vela púdicamente la relación entre las mujeres y las nutrias, que
ficativo que confundiesen en la misma historia el origen del jaguar y el parecen responder a móviles menos disipados.
origen del tabaco, pues así se cerraba el círculo: en SI el jaguar es el medio Si el tema del animal seductor es frecuente en la mitología sudameri-
del fuego de cocina ("fuego constructor"); en S2 el fuego de tabaco es el cana, no se conoce más caso en que este papel esté confiado a las nu-
medio de los cerdos (ya que determina su aparición); en fin, en S3 la pira trias; suele tocarle al tapir, al jaguar, al caimán o al serpiente. Los Boro-
crematoria (fuego destructor) es el medio del tabaco, que proviene del ro utilizan el tapir seductor, pero humanizándolo (hombre cuyo epó-
cuerpo del jaguar, del cual es -esin juego de palabras- el "fin". Ahora, el nimo ciánico es el tapir, M:2), y apreciamos que, en M'26, emplean
fuego de tabaco ocupa una posición exactamente intermedia entre el fuego serpiente, pero debilitando en extremo su carácter seductor, ya que se
de cocina y la pira crematoria: produce una sustancia consumible, pero por trata de un reptil muerto y no vivo, de un trozo y no de un animal
incineración (CC, pp. 87.110). entero, y que la fecundación de la mujer es accidental y sin que ella 10
Al mismo tiempo que se verificaba la transformación de S2 en S3 sepa, por efecto de la sangre (líquido contaminante y no fecundante)
hacíamos tres verificaciones. En primer lugar, S3 reproducía SI en lo que escurre del pedazo de carne transportado. O sea que aqu Í es desviri-
tocante al código (historia del desanidador de pájaros; triada del hombre, lizado un animal normalmente seductor; y, paralelamente, su víctima
los guacamayos y el jaguar); en segundo, S3 transformaba SI desde el femenina queda exculpada de una falta que, en este mito, parece más
~ bien debida a la fatalidad. Por el contrario, en su mito del origen de los
punto de vista de la armadura, vuelta O # 6. en vez de 1::. 0= 1::.; cerdos salvajes, los Bororo recurren a un seductor excepcional -la
finalmente, esta transformación era idéntica a la que observamos al pasar nutria-, cuyo papel es eminentemente activo hacia las mujeres, que por
de los mitos tupí al mito bororo consagrado parecidamente al origen de su parte hacen gala de perversidad por partida doble: haciendo un trato
los cerdos salvajes. inmundo con las bestias para triunfar sobre los hombres en la pesca,
Ya aqu í se plantea un problema. Si entre los Bororo la armadura cuando que, en una sociedad organizada, son los hombres los que pes-
, ;'( I can, en tanto que las mujeres se conforman con cargar el pescado.
O # D.. es ya movilizada en S2, Y en S-2 la armadura b. O # 1::., ¿a ¿Por qué las nutrias? El grupo de mitos bororo que estamos exami-
qué tipo de relaciones familiares recurrirán estos indios para explicar el nando las hace intervenir dos veces. Según M 2 7 , una partida de pesca,
origen del tabaco? De hecho, presenciamos en su caso un nuevo ensan- masculina, descubre el tabaco por medio de un pez oculto a los demás
chamiento, puesto que se conocen dos mitos diferentes relativos al ori- hombres; y la ingestión del humo del tabaco acarrea la transformación
gen de especies de tabaco, diferentes ellas mismas. de los hombres en nutrias. De acuerdo con M 2 1 , la transformación de
Ya analizados (Ce, pp. 106-112), bastará con apenas repasar estos las nutrias en hombres (= seductores de las esposas humanas; la versión
mitos aquí. Uno (M 2 6 ) hace nacer una variedad de tabaco (Nicotiana de Rondan dice, en efecto, "hombres") es causa de una partida de
tabacum) de las cenizas de una serpiente parida por una mujer, después pesca, femenina, que sustrae los peces a los hombres y que determina la
de ser accidentalmente fecundada por la sangre de un boa que su marido transformación de los hombres en cerdos salvajes por ingestión de una·
había matado y cuya carne ella le ayudaba a llevar. El otro mito (M 2 7) compota llena de espinas. Existe pues una relación entre el sentido de
se refiere a una Anonácea cuyas hojas fuman también los Bororo y que una transformación -sea de hombres en nutrias o de nutrias en hom-
designan con el mismo nom bre que el verdadero tabaco. Estas hojas bres (en un caso metonímica: una parte de los hombres; en el otro
fueron descubiertas por un pescador ~n el vientre de un pez; empezó metafórica: las nutrias copulan con las mujeres como hombres)- y el
fumándolas de noche a escondidas, pero sus compañeros le obligaron a contenido de la otra transformación que afecta a una sustancia tragada
compartirlas. Para castigarlos por tragarse el humo en vez de exhalarlo, cuando hubiera debido ser rechazada hacia afuera -tabaco o compota->;
privando así a los Espíritus de la ofrenda que se les debe, éstos transfor- pero sea con fin metafórico (para que el humo del tabaco desempeñase
PARA AFINAR 37
36 PARA AFINAR
pesca: las mujeres se niegan a colaborar con sus maridos en el papel de
el papel de ofrenda a los Espíritus), sea de manera metonímica (escu-
portadores de pescado que normalmente les otorgan las normas de divi-
piendo las espinas que eran parte de la compota).
sión sexual del trabajo, y pretenden pescar por su cuenta, como los
Si ahora recordamos que en el mito mundurucú (M 16) acerca del
hombres y mejor, 10 cual las lleva a convertirse en amantes de las nu-
origen de los cerdos salvajes el humo de tabaco ingerido (que entre los
trias. Todo ocurre al revés en M 2 6: se trata de caza, no de pesca, y las
Bororo convierte los hombres- en nutrias) es el operador de su transfor-
mujeres se apresuran a colaborar con sus maridos, ya que responden a
mación en cerdos (en tanto que, entre los Bororo, es la 'compota con
los silbidos con que llaman los cazadores detenidos a cierta distancia del
espinas la que desempeña esta segunda función), comprenderemos la
pueblo y acuden para ayudarlos a. llevar los pedazos de carne. Como
razón de la intervención de las -nutrias, dueñas de los peces como los
hemos dicho, estas esposas dóciles carecen de toda perversidad. Sólo la
cerdos lo son de la caza terrestre (por lo que toca a esta demostración, ef.
fatalidad será responsable de que una de ellas, en circunstancias exclu-
ce, pp. 110-112). Las dos especies son simétricas, so reserva de las transfor-
yentes de cualquier erotismo, sea contaminada, y no seducida, por car-
maciones, homólogas entre sí, de lo seco en mojado, del tabaco en compo-
ne." Que esta carne sea de serpiente, animal fálico y seductor activo en
ta, de la caza en la pesca y finalmente del fuego en agua. Todo lo anterior
innumerables mitos de América tropical, refuerza aún más la neutrali-
puede ser resumido, por lo tanto, en las dos fórmulas siguientes:
zación de estos caracteres, en la que se esmera M 2 6'
Ahora bien, se observa en M 2 7 la misma neutralización del conflicto
f
a) M 16 [ entre esposos que forma la armadura de M 2 1, aunque se exprese de otra
hombres => cerdos ].M:z 7 [ hombre, :::>- nutrias ] [ humo ingerido ];
manera. Digamos que si, en M 2 6' los cónyuges subsisten y el conflicto
desaparece, pasa al contrario en M 2 7, donde subsiste el conflicto en
b) M1 1 [ hombre, => cerdos humo => compota ]. [ nutria, => hombres ]. tanto que los cónyuges desaparecen. En efecto, se trata por cierto de un
conflicto, pero entre compañeros del mismo sexo -hombres- cuyos
papeles en la pesca son semejantes en vez de complementarios. Y sin
Después de haber reducido, gracias a M 1 6 , los códigos de M 2 7 Y M2 I embargo, uno de ellos intenta reservarse el producto milagroso de una
a la unidad utilizando sus propiedades comunes -que son, para M I 6 y empresa colectiva, y no se decide a compartirlo hasta que es descubierto
M 2 1, ser mitos sobre el origen de una misma especie animal, los cerdos y no le queda otra cosa que hacer:
salvajes; y para M I 6 y M 2 7 recurrir al mismo operador, el humo de
tabaco ingerido, para efectuar la transformación de hombres en especies
animales díferentes-. , podemos emprender la misma reducción a partir
de M 2 6 que, como M 2 7, es un mito del origen del tabaco. Este mito
transforma evidentemente M2 7 Y M2 I en lo concerniente a lo seco y 10
mojado: el tabaco proviene de un cadáver de animal metido en el fuego
en vez de ser, como en M2 7 • sacado del agua. Y la sustancia resultante
colaboración

:antagonismo
\ M,,, ¡
entre mandos y mujeres

consiste en un humo, bueno a condición de ser picante,5 y que contras-


ta así con la bebida de M 2 t, que los hombres cometieron el error fatal ( M27: entre compañeros
de creer buena, porque, precisamente, no se figuraron que fuese picante.
Ésta doble transformación, (juera de-agua}=> [en-fuegol, y [bebida] =:)o
{humo l, invierte manifiestamente, en el seno de la mitología bororo, la Henos aquí, pues. en condiciones de responder a la pregunta que
transformación que rige el tránsito de los mitos ge y tupí sobre el origen acabamos de plantear. Para explicar el origen del tabaco, los Bororo que
del fuego al mito bororo correspondiente {M 1}. que sabemos que es un están, si puede decirse, "escasos" de armadura, vuelven a emplear la que
mito sobre el origen del agua. Por quedamos en el conjunto bororo ya les sirvió para el origen de los cerdos salvajes, y que es la misma
{M2 1, M 2 6' M 2 7 } . objeto de la presente discusión, son las transfor- empleada por las tribus del Chaco para el origen del tabaco, es decir
maciones correlativas de la armadura sociológica las que deben retener O # lJ.. que puede ser generalizada con la forma O I tJ. oponiéndose a
nuestra atención. ~ 1 evoca un conflicto entre esposos a propósito de la O U 6.. Pero como para ellos esta armadura desempeña ya otro papel, la
varían llevándola al extremo en las dos direcciones posibles; ya sea que
mantengan los términos y anulen la relación: (O I f¿.) => (O U 6.); ya que
5 Maravillosamente explícito sobre este punto, M 2 6 precisa, en efecto, que, al conserven la relación y anulen la diferencia entre los términos: (O I tJ.) =>
hallarse por vez primera en presencia del tabaco, "los hombres arrancaron' las hojas,
las pusieron a secar y las enrollaron en cigarros que encendieron y empezaron a
fumar. Cuando el tabaco era fuerte, decían: '{Este es fuerte, es bueno!' Pero 6 Acerca de la repulsión que experimentan los Bororo hada la sangre, d. ce,
cuando no era fuerte. decfan: '¡Es malo! ¡No pica!'" (Colb. 3, p. 199). p. 152,. n. 6.
38 PARA AFINAR PARA AFINAR 39

(..6./6). De suerte que conciben ora una colaboración entre esposos sociológica [O # 6.}, que explican el origen del tabaco en general. a
alterada desde fuera, por la fatalidad, ora una colaboración entre indivi- beneficio de toda la humanidad (desde este punto de vista el envío de
duos de igual sexo, alterada desdevdentro , por la perversidad de uno de mensajeros a los pueblos vecinos, de que hablan los mitos, es revelador
ellos. Como hay dos soluciones, hay dos mitos del origen del tabaco, y de una visión "abierta" al exterior); y más allá de estos mitos, los de los
como estas soluciones son inversas, lo mismo pasa con los mitos en el Bororo, cuya armadura sociológica ofrece una imagen doblemente refrac-
plano del léxico, puesto que una especie de tabaco procede del agua y la tada de la precedente, y que concierne al origen de especies particulares
otra del fuego. de tabaco a beneficio de clanes determinados de una sociedad tribal. Por
Por consiguiente, la transformación de la armadura sociológica que partida doble, por consiguiente -c-del objeto y del sujeto-, los mitos
caracteriza al conjunto de los sistemas míticos {SI (origen del fuego), bororo guardan con los mitos del Chaco una relación de sinécdoque:
S_l (origen del agua), 52 (origen de la carne), 8- 2 (origen de los bienes consideran partes del todo (parte del tabaco, y parte de los fumadores).
culturales), 83 (origen del tabaco), 8_3 (origen de la fiesta de la miel) } en lugar de considerar el todo.
r-H--o Pero si, en este extremo del campo, disponemos de demasiados mitos,
no queda por completo agotada por su expresión canónica [~ 0=~1. prevalece la situación inversa en el otro extremo, donde no tenemos
o:::;> [O # 6.1. Más allá de [O # ~l. posee aún cierto rendimiento. Según bastantes. Los mitos (M l 8 8 , MI 89) que hemos empleado para amueblar
lo hemos establecido, los mitos consideran la disyunción de los cón- esta región no son, propiamente hablando, y como se habría esperado,
yuges desde dos puntos de vista: uno tecnoeconómico, ya que en las mitos acerca del origen de la miel: son mitos sobre el origen de la fiesta
sociedades sin escritura reina generalmente una división del trabajo se- de la miel: un rito social y religioso, y no un producto natural, aunque
gún los sexos que confiere su sentido pleno al estado matrimonial; y tal producto natural intervenga necesariamente. O sea que nos falta aquí
un aspecto sexual. Eligiendo alternativamente uno u otro de estos dos un grupo de lHÍl;)5 acerca .del origen de la miel cuyo lugar, leyendo de de-
aspectos y llevándolo al límite, se obtiene una serie de términos socio- recha a izquierda el esquema de la p. 26, sería precisamente antes de S.3,
lógicos escalonados desde el personaje del compañero perverso hasta o al lado. Si postulamos la existencia de semejante grupo a título de
el del seductor apático, que desmienten parejamente, el uno, un vínculo hipótesis de trabajo, se sigue pues que el sistema S_3 concerniente a la
entre individuos cuya significación entera es de orden tecnoeconómico, miel se desdobla de manera simétrica con respecto al sistema 83 que
el otro, una relación de la que toda la significación reside en el plano atañe al tabaco. Finalmente, esta simetría debe cubrir una disimetría
sexual puesto que, por hipótesis, el personaje del seductor no tiene manifiesta en otro plano: los dos grupos de mitos sobre el origen del
otra calificación; que están. por consiguiente, uno más allá de la alianza, tabaco están, hemos dicho, en relación de sinécdoque que, tomando los
otro más acá del parentesco. términos en sentido lato, participa de la metonimia. En tanto que. si
Aho~a, esta armadura sociológica doblemente refractada, por lo cual se existen mitos sobre el origen de la miel propiamente dicha, guardarán
enturbia un tanto, aunque persiste discernible a través de los mitos con los mitos sobre el origen de la fiesta de la miel una relación de
bororo ~cerca del origen del tabaco (sin comprometer la relación de significado a significante, adquiriendo la miel real una significación
transformación en que se hallan con respecto a los mitos del Chaco que le falta en tanto que producto natural, cuando es recolectada y
sobre el mismo tema), reaparece igualmente en los mitos situados en el consumida con fines sociales y religiosos. La relación así concebida entre
otro cabo del campo semántico, es decir los de los Tembé y Tenetehara los dos grupos de mitos participa pues, esta vez, del orden metafórico,
relativos al origen de (la fiesta de) la miel (M 1 8 S ' M 1 8 9 ) . En las dos ver- Tales consideraciones dictan el programa de la indagación que vamos a
siones el héroe tiene un hermano, que resulta ser un compañero per- emprender ahora.
verso: falta que provoca su disyunción. El héroe parte entonces en busca
de dicho hermano, pero casi en seguida lo olvida, que hasta tal punto lo
cautivan (= seducen) los cantos y danzas de la fiesta de la miel. Ulterior-
mente seducido por la acogida de los suyos, olvida a su mujer-jaguar y
ya no la encuen tra más cuando se echa a buscarla.
Llegados a este punto del análisis, podríamos declararnos satisfechos y
considerar que hemos conseguido "acordar", "coafinar" todos nuestros
mitos -ccomo instrumentos que, después del primer tumulto de la or-
questa, vibran ahora al un isono-.., si no fuera porque subsiste una discor-
dancia. en el metasiatema que nos hemos impuesto. a guisa de orquesta,
para ejecutar la partitura que constituye este libro, a su manera. En efec-
to, en Un extremo del campo semántico no hallamos un grupo de mitos
sobre el origen del tabaco, sino dos: los mitos del Chaco, de armadura
PRIMERA PARTE

LO SECO Y LO HÚMEDO

Si quando sedem augustam seruotaque mella


thesauris retines, prius haustu sparsus aquarum
ora [oue, fumosque manu praetende se qua ces. *
Virgilio, Geórgicas, IV, vv. 228-230

* Si alguna vez la augusta mansión y las mieles guardadas I en arcas, destapas,


antes, rociado, con un trago de agua I cuida tu boca, y con la mano ten delante
humos espesos. [Trad. de R. Bonifaz Nuño.]
DIÁLOGO DE LA MIEL Y DEL TABACO

I. Diálogo de la miely del tabaco LAS ABEJAS, como las avispas, son insectos himenópteros, de los que
43
H. El Animal árido 58 en América tropical hay unas 700 especies agrupadas en 13 familias o
Ill. Historia de la chica loca por la miel, de su vil seductor y de su subfamilias, y que son solitarias la mayoría de las veces. Pero sólo las
tímido esposo 87 abejas sociales producen miel en cantidades que ofrezcan interés alimen-
ticio: pais de mel, "padres de miel", dice bonitamente el portugués;
pertenecen todas a la familia de las Melipónidas, géneros Melipona y
Trigana. A diferencia de nuestras abejas, las meliponas, de menores
dimensiones, carecen de aguijón y de veneno. Sin embargo, a veces
molestan mucho con una conducta agresiva que da nombre vernáculo a
la especie denominada torce cabellos, "tuercecabellos": o, acaso de
manera aún más ingrata, adhiriéndose por docenas, si no por centenas, al
rostro y al cuerpo del viajero para chuparle el sudor y las secreciones
nasales u oculares. De ahí el nombre vernáculo de Trigona duckei: lambe
olhos, "lameojos".
Pronto resultan insoportables estas titilaciones en puntos particular-
mente sensibles: interior de las orejas y de la nariz, ángulos de los ojos y
la boca, cosquilleo que no desaparece con los movimientos bruscos que
suelen hacerse para espantar los insectos. Las abejas, pesadas y como
embriagadas de alimento humano, parecen haber perdido la voluntad y
acaso la facultad de volar. Su víctima, harta de agitar en vano el aire, no
tarda en golpearse el rostro: gesto fatal, pues los cadáveres atiborrados
de sudor y aplastados fijan en el sitio a los insectos sobrevivientes e
incitan a otros a acudir, atraídos por una nueva comida.
Esta experiencia trivial basta para atestiguar que el régimen alimenticio
de las meliponas es más variado que el de las abejas del Viejo Mundo, y
que no hacen ascos a sustancias de origen animal. Hace más de un siglo,
Bates había observado ya (p. 35) que las abejas de las regiones amazó-
nicas no obtenían tanto alimento de las flores como de la savia de los
árboles y de las deyecciones de los pájaros. Según Schwartz (2, pp.
101-108), las meliponas se interesan por las más diversas materias, del
néctar y el polen a las carroñas, la orina y los excrementos. No es sor-
prendente así que sus mieles difieran considerablemente de las de Apis
43
44 LO SECO Y LO HÚMEDO DIÁLOGO DE LA MIEL Y DEL TABACO 45

también, "la mayor distracción y el más vivo placer que conoce c.l peón
mellifica en color, consistencia, sabor y composición química. Las mieles de los campos es recolectar miel. Para obtener una ca~tidad de ~lel que
de meliponas son a menudo muy oscuras, siempre fluidas y difíciles de cabría en una cuchara, siempre está dispuesto a trabajar en un arbol el
cristalizar a causa de su gran contenido en agua. Sin una ebullición que día entero, a menudo arriesgando la vida. Pues no son imaginables los
acaso asegurara su conservación, fermentan y se acidifican muy rápida- peligros a los que se expone en las montañas a causa de la miel. Si
mente. descubre en un tronco una puertecita de cera o una hendidura, corre por
Ihering, a quien debemos estas informaciones (art. "abelhas sociaes un hacha para abatir o dañar un árbol magnífico de especie preciosa"
indigenas "] precisa que la sacarosa, que contienen las mieles de A pis (Spegazztní, cit. por Schwartz 2, p. 158). Antes de partir a recolectar
mellifica en proporción media de 10%, está com- miel, los Ashluslay del Chaco se sangran encima de los ojos a fin de
pletamente ausente de las mieles de melipona, mejorar su suerte {Nordenskióld 4, p. 49). Los viejos Abipones, que
donde la reemplazan levulosa y dextrosa en pro- vivían en los confines del Paraguay y el Brasil, y de los cuales los Cadu-
porciones mucho más altas (30 a 70% y 20 a 50% veo del sur del Mato Grosso son los lejanos descendientes, explicaban
respectivamente). Como el poder edulcorante de otrora a Dobrizhoffer (11, p. 15) que se depilaban cuidadosamente las
la levulosa es considerablemente mayor que el de cejas a fin de tener libre la mirada para seguir hasta el nido el vuelo de
la sacarosa, las mieles de meliponas , cuyos aromas una abeja aislada: técnica de señalamiento "a simple vista" que no tarda-
son muy variados pero siempre de riqueza y com- remos en encontrar en un mito de una población vecina (P·59).
plejidad indescriptibles para quien no las haya La observación de Ihering concierne más especialmente a la "miel de
gustado, ofrecen sabores tan exquisitos que casi madera", mel de pau, que se encuentra en dos formas: en nidos pegados
acaban por volverse intolerables. Un disfrute más a la superficie del tronco o colgados de una rama -pintorescamente
delicioso que cualquiera de los que proporcionan designados, según su aspecto: "galleta de mandioca", "carapacho de
de ordinario el gusto y el olfato trastorna los armadillo", "vulva de mujer", "pene de perro", "calabaza", etc. (Rodri-
umbrales de la sensibilidad y confunde sus regis- gues 1, p. 308~ n. 1)-, o bien en e~ interior de. árbole~ huecos, do~de
tros. Ya no se sabe si se saborea o si se arde de ciertas especies, sobre todo la abeja mandassaia (Meltpona quadrifas-
amor. Este matiz erótico no ha pasado inadvertido data), hacen, mezclando la cera que secretan y la arcilla que j~ntan cO,n
al pensamiento mítico. En un plano más material, esta intención una especie de vasijas redondeadas cuya capacidad vana
el tenor en azúcar y en aroma de las mieles de entre 3 y 15 ~m3, en número suficiente para dar una recolección .que a
meliponas, que les confiere un estatuto que no veces es de varios litros de una miel deliciosamente perfumada [Eig. 2).
puede compararse con el de los demás alimentos, Estas abejas, y tal vez algunas otras, han empezado a ser domestica~as
obliga en la práctica a diluirlas con agua para aqu í y allá. El método más sencillo y más divulgado consiste en deja:
poder consumirlas. miel en el árbol hueco para incitar al enjambre a retomar. Los Paressi
Ciertas mieles alcalinas. por lo demás, son laxan- recogen el enjambre en una calabaza que ponen cerca de la choza, y
tes y peligrosas. Tal ocurre con algunas especies varias tribus de la Guayana, de Colombia y Venezuela, hacen otro tanto
de meliponas pertenecientes al subgénero Trigona, o se traen el árbol hueco, previamente cortado, que suspenden horizo~~
y sobre todo con las mieles de avispas (Véspidos], talmente del maderaje, a menos que preparen un tronco con este fin
Fig.2. Abeja mandas- que llaman "embriagantes", como la de una abeja
s ai a (Melipona anthi- (Whiffen, p. 51; Nordenskiold 5, 6).
Trígono que por esta razón es denominada feiti- Menos abundante que la miel de madera, la miel llamada "de tierra" o
dioides quadrifasciata)
ceira, "hechicera", o uamo-nos-embora, "vámonos "de sapo" (Trigona cupira) se encuentra en nidos subterráneos provistos
y su nido. (Según Ihe-
Ting,loc. cit .• art. "man. pues", en el estado de Sao Paulo (Schwartz 2, de una entrada tan reducida que sólo puede entrar un insecto a la vez, y
dassaia" .) p. 126). Otras mieles son decididamente veneno- que a menudo está alejad isima del nido. Después de horas y días de
sas; así la de una avispa llamada en Amazonia observación paciente para localizar esta entrada, hay que ex~av~r horas
sissuira (Lecheguana colorada, Nectarina leche- en teras antes de obtener una mezquina cantidad: cosa de medio litro,
gi.< ma),_ a la que hay probablemente que atribuir la intoxicación que Resumiendo todas estas observaciones se aprecia que las mieles de
padc -ió Saint-Hillaire (111. p. 150). Esta toxicidad ocasional se explica América tropical se encuentran en cantidades insignificantes o aprecia-
sin duda por visitas a especies florales venenosas, como se ha sugerido bles (y siempre muy desiguales) según provengan de especies terrícolas o
en el caso de Lestrimelitta límiio [Schwartz 2, p. 178). arborícolas; que las especies arborícolas comprenden abejas y. avispas de
En cualquier caso, la miel silvestre ofrece para los indios un atractivo miel generalmente tóxica; por último, que las mieles de abejas, por su
no igualado por el de ningún otro alimento, y que, como señala Ihering, lado, pueden ser dulces o embriagantes. I
tiene un carácter verdaderamente pasional: "O Indio . . . (e) fanatico pelo
mel de pau" ["El indio es fanático de la miel de madera"). En Argentina 1 Quizá convendría decir estupefacientes, paralizantes y deprimentes, en con-
46 LO SECO Y LO HÚMEDO DIÁLOGO DE LA MIEL Y DEL TABACO 47

Demasiado sencilla, sin duda, para traducir fielmente la realidad zooló- Mandó abrir una fosa en el suelo limpio y pidió que la enterraran,
gica, este triple distinción tiene la ventaja de reflejar categorías indf- pero cuidando de no andar encima de ella.
genas. Igual que otras tribus sudamericanas, los Kaingang-Coroado Algunos días después, el sobrino de Karuebak advirtió que las
oponen las abejas, creadas por el demiurgo, y las avispas, obra del enga- plantas anunciadas por su tía estaban naciendo de donde ella se
ñador junto con las serpientes venenosas, el puma y todos los animales tendiera, pero por descuido pisó el suelo consagrado: en el acto las
plant~s dejaron de crecer. Así quedó fijo el tamaño que luego
hostiles hacia el hombre (Borba, p. 22). No hay que olvidar, en efecto, tendr ian.
que si las meliponas no pican (aunque a veces muerdan), entre las avis-
.Un brujo, d~s~ustad~ por no hab~rsele ~formado del prodigio,
pas de América tropical hay especies muy venenosas. Pero en el seno de hiZO. q':le la vI~Ja munese. en el agujero. Privados de sus consejos,
esta oposición principal entre mieles de abeja y mieles de avispa, existe los Indios comieron /mamkuera/ cruda, ignorantes de que en esta
otra, menos absoluta puesto que comprende una serie de términos me- forma dicha variedad de mandioca era emética y tóxica. Murieron
dios; entre mieles inofensivas y mieles embriagantes, ya se trate de mie- todos. Al siguiente día subieron al cielo, donde se volvieron las
les de especies distintas o de la misma miel, según se consuma fresca o estrellas.
fermentada: el sabor de la miel varía con la especie y la época de la Otros indios, que habían consumido la /manikuera/ primero
recolección, del sabor más dulce al ácido y el amargo (Schultz 2, p. cru~a y luego cocida, se volvieron moscas de la miel. Y quienes
lamieron los restos de /manikueral cocida se convirtieron en abejas
175). de aquellas cuya miel es agria y provoca vómitos.
Como veremos más tarde, las tribus amazónicas emplean sistemática- Los primeros Mundurucú que comieron sandías murieron tam-
mente las mieles tóxicas con fines rituales para inducir el vómito. Los bién porque estos frutos los había traído el diablo. Por eso los
Kaingang del Brasil meridional otorgan a la miel valores intensamente llaman "plantas del, diablo". Los otros guardaron las semillas y las
contrastados. Para ellos la miel y los vegetales crudos son alimentos plantaron. Las sand ias que maduraron entonces resultaron inofensi-
fríos,2 únicos permitidos a las viudas que, si comieran carne o cualquier vas.
otro tipo de alimento cocido, correrían peligro de padecer calentamiento Desde entonces son consumidas con gusto [Kruse 2, pp. 619-621.
interno seguido de muerte [Henrv 1, pp. 181-182). Sin embargo, otros Variante casi idéntica en Kruse 3, pp. 919-920).
grupos de la misma población distinguen y oponen dos variedades de
cerveza de maíz: una simple, llamada /goifa/, la otra denominada /qui- La versión recogida por Murphy en 1952-1953, y que utilizamos en el
quyl ya la que se añade miel (que entre ellos sólo sirve para esto). "Más volumen precedente, ofrece con respecto a las de Kruse una analogía y
embriagante" que la otra, la beben sin comer, y provoca vómitos (Barba, una diferencia notables. La analogía consiste en una oposición entre dos
pp. 15 Y 37). tipos de alimento, uno que abarca las plantas comestibles pura y simple-
Esta bipartición de las mieles, divididas casi por doquier en dulces y mente, el otro una o dos plantas consumibles solamente después de
agrias, inofensivas o tóxicas, hasta en grupos que desconocen las bebidas transformación. En la versión Murphy esta segunda categoría se reduce
fermentadas o que no emplean la miel para prepararlas, se aprecia bien al timbó, es decir al veneno de pescar que los Mundurucú cultivan en sus
gracias a un mito mundurucú ya resumido y discutido (CC, pp. plantaciones y que, sin ser directamente consumible, lo es, con todo,
264·265), pero a propósito del cual indicábamos entonces que reservá- indirectamente a su manera: en forma de peces que permite capturar en
bamos una versión para examinarla en otro contexto. Hela aquí: enormes cantidades. Las versiones Kruse citan el timbó en la lista de las
plantas cultivadas que nacieron del cuerpo de la vieja Karuebak, pero
MI s 7b. Mundurucú: origen de la agricultura. falta el desarrollo particular que le consagra la versión Murphy. En
En otro tiempo los Mundurucú no conocían la caza ni las plan- compensación aparece un desarrollo doble: a propósito de las sandías,
tas cultivadas. Se alimentaban de tubérculos silvestres y de hongos que no se volverán comestibles hasta la segunda generación, luego de que
de árbol. los hombres mismos las hayan plantado y cultivado, y a propósito de la
Fue entonces cuando llegó Karuebak, la madre de la mandioca, manikuera, tampoco comestible más que en segundo estado: previamente
que enseñó a los hombres el arte de prepararla. Un día ordenó a sometida a cocción para eliminar la toxicidad.
su sobrino que desmontase un trecho de bosque, y anunció que no Dejemos a un lado provisionalmente las sandías, que volveremos a
tardarían en nacer allí plátanos, algodón, caras (Dioscorea), maíz, encontrar más tarde, y procedamos como si la manikuera de MI s 7b
las tres especies de mandioca, sandías, tabaco y caña de azúcar.
reemplazase al timbó de MI 57, Los primeros hombres consumieron esta
manikuera de tres modos; cruda, cocida y en estado de sobras de cocina,
traste con las mieles de avispas, que provocarían una excitación nerviosa de es decir, sin siquiera solicitar el texto, rancia y participante de la cate-
carácter alegre [Schwartz 2, p. 113). Pero los problemas planteados por la toxíci- goría de las cosas podridas. Los comedores de mandioca cruda se con-
dad de las mieles sudamericanas están lejos de haber sido resueltos.
virtieron en estrellas. Conviene saber que en aquella época "no había ni
2 A diferencia de los mexicanos, que clasifican la miel entre los alimentos cielo ni Vía Láctea ni Pléyades", sino solamente niebla, y casi nada de
"calientes" [Roy s 2, p. 93).
48 LO SECO Y LO HÚMEDO DIÁLOGO DE LA MIEL Y DEL TABACO 49

agua. En virtud de la ausencia de cielo, las almas de los muertos vegeta- que su riqueza y suavidad colocan por encima de todos los demás, y
ban bajo la techumbre de las chozas [Kruse 3. p. 917). propio para inspirar una viva concupiscencia; sea veneno tanto más pér-
A este respecto haremos dos observaciones. Primero, el consumo de la fido cuanto que, según la variedad, el lugar y el momento de la recolec-
mandioca cruda y venenosa acarrea simultáneamente la aparición del ción, y las circunstancias del consumo, la naturaleza y gravedad de los
cielo y la primera disyunción de muertos y vivos. Esta disyunción en accidentes que puede causar no son jamás previsibles. Ahora bien, este
forma de estrellas resulta de un acto de glotonería, ya que, para no paso casi insensible de la categoría de lo delicioso a la de 10 venenoso no
morir los hombres hubiesen debido diferir, y no precipitar, su comida. sólo 10 ilustran las mieles sudamericanas, en vista de que el tabaco y
Topamos aquí con un mito bororo (M34) que explica el origen de las otras plantas de acción igualmente estupefaciente pueden ser caracteri-
estrellas por la transformación de niños que fueron glotones. Ahora -y zadas de la misma manera.
ésta es la segunda observación-e, hemos dado en otro lugar (Ce, pp,
238-241) algunas razones para creer que estas estrellas son las Pléyades.
La mención expresa de las Pléyades al principio del mito mundurucú Empezaremos por señalar que con la miel y el veneno de pescar, los
refuerza esta hipótesis que la continuación de este trabajo acabará de indios sudamericanos cuentan el tabaco entre los "alimentos". Colbac-
confirmar. Veremos, en efecto, que si las Pléyades figuran como primer chini (2, p. 122, n. 4) observa que los Bororo "no utilizan un verbo
término de una serie cuyos otros dos están representados por la miel especial para designar la acción de fumar un cigarro, dicen lokwage
dulce y la miel agria, ciertos mitos amazónicos asocian directamente a mea-gil, 'comer el cigarro' (lit. 'con los labios gustar el cigarro '), en tanto
las Pléyades la miel tóxica que ocupa aquí una posición intermedia (de que el cigarro mismo es llamado Ikél, 'alimento ' ." Los Mundurucú tienen
envenenadora) entre el avatar de los consumidores de mandioca cruda un mito cuyo episodio inicial sugiere la misma aproximación:
(envenenada) y el de los consumidores de mandioca cocida que no repre-
sen tan un peligro ni para ellos mismos ni para el pró~mo y que ocupan
M 1 9 o. Mundurucú: el paje insubordinado.
así una posición neutra entre dos posiciones marcadas.
Como el veneno de pesca, por consiguiente, la miel ocupa en el sis- Un indio tenía varias mujeres, una de las cuales vivia en otro
tema general de los alimentos vegetales una posición ambigua y equ i- pueblo, a donde iba a menudo a visitarla. Llegó una vez a este
vaca. El timbó es simultáneamente veneno y medio de alimentación, pueblo cuando todos los hombres estaban ausentes. El viajero se
directamente inconsumible en una forma, pero consumible indirecta- dirigió a la casa de los hombres, donde, por azar, había un mucha-
mente en otra. Esta distinción, que MI s 7 enuncia de manera explícita. chito, a quien pidió fuego para encender un cigarro. El chico se
negó con insolencia, pretendiendo que los cigarros no eran comida
está reemplazada, en MIS 7b, por otra más compleja, donde la miel está, (que hubiera sido su deber proporcionar al huésped, de haberla
a la vez, asociada y opuesta al veneno. Esta sustitución del veneno de éste pedido). El viajero se puso a explicarle que, para los hombres,
pescar por miel, en dos variantes muy cercanas del mismo mito, podría los cigarros eran cabalmente un alimento, pero el muchacho se
tener fundamento empírico, ya que en una región del Brasil -el valle del mantuvo en sus trece. El hombre se encolerizó, cogió una piedra y se
río Sao Francisco- el nido machacado de una melipona agresiva y pro- la tiró, matándolo en el acto... (Murphy 1, p. 108; d. Kruse 2, p.
ductora de una miel escasa de gusto desagradable (Trigona ruficrus) sirve 318).
corno veneno para pescar, con excelentes resultados [Ihering, arto "ira-
poan"). Pero, además de que esta técnica no está atestiguada entre los A pesar de su desigual distribución, las dos especies de tabaco culti-
Mundurucú, no hay por qué suponer que en otro tiempo haya estado vado, Nicotiana rustica (de Canadá a Chile) y N. tabacu.m: (limitado a la
más difundida para comprender que el valor atribuido a la miel por los cuenca amazónica y a las Antillas), parecen ser las dos originarias de la
mitos fluctúa constantemente entre dos extremos: sea el de un alimento América andina, donde el tabaco doméstico se habría obtenido por
3 El orden adoptado por el mito: envenenados > neutros >envenenadores, no es hibridación de especies silvestres. Paradójicamente, parece que el tabaco
problema a menos que se olvide notar la doble oposición que respeta: no era fumado en esta región antes del descubrimiento, y que, mascado
o aspirado al principio, muy pronto cedió el lugar a la coca. La paradoja
crudo: mortal
f, eseo (+) se repite en la América tropical donde, aun hoy en día, se observan,
cocido: no mortal contiguas, tribus aficionadas al tabaco y otras que no le hacen caso o
{ rancio (-) proscriben su uso. Los Nambikwara son fumadores inveterados, pocas
veces vistos sin un cigarro en la boca a menos que, apagado, se lo hayan
Es notable, sin embargo, que en este sistema lo podrido aparezca como un termi- metido bajo un brazalete de algodón o atravesado en el lóbulo perforado
nus ad quem de lo cocido, en vez de que, como en la mayor parte de los mitos de
de una oreja. Pero el tabaco inspira tan violenta repulsión a sus vecinos
América tropical, lo crudo sea el terminus a quo. Acerca de esta transformación,
sin duda correlativa de ciertas técnicas de preparación de las bebidas fermentadas, Tup í-Kawahib, que miran de mala manera al extraño que osa fumar en
d. CC, pp. 161-162. su presencia, y hasta a veces le ponen las manos encima. Observaciones
50 LO SECO Y LO HÚMEDO
DIÁLOGO DE LA MIEL Y DEL TABACO 51
tales no son raras en América del Sur, donde el uso del tabaco era sin
duda aún más esporádico en el pasado. De regreso al pueblo, el héroe ofreció el mal tabaco a su perse-
guidor, que fue víctima de aturdimiento y se mudó en oso hor-
Inclusive donde el tabaco es conocido, las formas de consumirlo ofre-
miguero. El héroe lo cazó, lo sorprendió dormido a pleno día y lo
cen gran diversidad. Cuando lo fuman, es a veces en pipa y otras como mató. Invitó a su bienhechor, el urubú, a cebarse en el cadáver
cigarros o cigarrillos cuyo extremo encendido, en Panamá, se metía en la descompuesto (Maura, pp. 52-53).
boca un fumador que soplaba el humo hacia afuera, a fin de que los
compañeros pudiesen inhalarlo canalizándolo con las manos juntas. Desde varios puntos de vista este mito, del cual sólo poseemos una
Parece que en la época precolombina el uso de las pipas era periférico versión oscura y elíptica, ofrece considerable interés. Es un mito del
con respecto al de cigarros y -cigarrillos. origen del tabaco que, como lo postulamos (y verificamos en el caso de
Asimismo, el tabaco era reducido a polvo y aspirado, individualmente los mitos del Chaco sobre el mismo tema), refleja los mitos del origen
o por parejas (gracias a un instrumento menudo, de tubo acodado, que del fuego: el héroe es un recolector de frutos (homólogo del desanidador
permitía insuflar el tabaco en las ventanas de' la nariz de un compañero, de pájaros), abandonado en la copa de un árbol y salvado por un animal
solo o mezclado con otras plantas narcóticas, como la piptadenia}; o si temible (sea feroz, el jaguar; sea repugnante, el urubú), pero en el cual el
no, comido en polvo, mascado, lamido -en forma de jarabe pegajoso, héroe se atreve a depositar su confianza, y que le dona un bien cultural
espesado por ebullición seguida de evaporación. En varias regiones de la del que hasta entonces era dueño y que los hombres desconocían: allá el
Montaña y de la Guayana, beben el tabaco previamente hervido, o senci- fuego de cocina, aquí el tabaco, del cual sabemos que es un alimento
llamente macerado. como la carne cocida, pese a que el modo de consumirlo lo ponga más
Si las técnicas de aprovechamiento del tabaco son muy diversas, 10 allá de la cocción.
mismo ocurre con el resultado esperado. El tabaco es consumido de En todo caso, los mitos del Chaco que utilizamos para construir el
manera individual o colectiva: en soledad, a dos, o entre varios; sea por sistema S3 (origen del tabaco) reproducían principalmente los mitos de
placer, sea con fines rituales que pueden ser mágicos o religiosos, ya sea SI (origen del fuego), y ahora MJ 9 I viene a enriquecer nuestra demos-
tratar a un enfermo administrándole fumigaciones de tabaco, o purificar tración reflejando, más fielmente aún, 5_J , es decir el mito bororo sobre
un candidato a la iniciación, a las funciones del sacerdocio o a las de el origen del agua (M 1 ).
curandero, haciéndole ingerir cantidades más o menos considerables de Empecemos por establecer este punto. Se recordará que a diferencia de
zumo de tabaco para provocarle vómitos seguidos a veces de pérdida de la los mitos ge sobre el origen del fuego, el mito bororo sobre el origen del
consciencia. En fin, el tabaco sirve para hacer ofrendas de hojas o de viento y de la lluvia (MI) arranca de un incesto cometido por un ado-
humo gracias a las cuales se espera atraer la atención de los Espíritus y lescente que violenta a su madre y de quien su padre quiere vengarse. El
comunicarse con ellos. mito iranxé no habla ex profeso de incesto, pero la fórmula empleada
Como la miel, por consiguiente, el tabaco, cuyo uso profano permite por el informador en su portugués rústico -"Um h omem féz desonesti-
clasificarlo entre los alimentos, puede, en sus demás funciones, adquirir dade, o outro ficou [urioso"-: bien parece aludir a una falta de orden
un valor exactamente opuesto: el de emético y aun de veneno. Hemos sexual, pues tal es en el interior de Brasil la connotación corriente de la
verificado que un mito mundurucú sobre el origen de la miel distingue palabra "desonestidade", que califica ante todo un acto contrario a la
cuidadosamente estos dos aspectos. Lo mismo ocurre con un mito sobre decencia.
el origen del tabaco, procedente de los Iranxé o Münkü, pequeña tribu El episodio del mono auxiliador de MI 9 I no corresponde a nada en
cuyo hábitat cae al sur del de los Mundurucú: los mitos ge del origen del fuego; en cambio recuerda la serie de los tres
animales auxiliadores que en M 1 ayudan al héroe a triunfar en la expedi-
MI 9 1. lranxé (Miinkü): origen del tabacv ción al reino acuático de las almas. Esta correspondencia es confirmada
Un hombre se había comportado mal con otro, que quiso cuando se advierte que se trataba en M I de triunfar de la presencia del
vengarse. Con el pretexto de ir a recolectar frutos, el segundo hizo agua (consiguiendo cruzarla), aquí, de triunfar de la ausencia de agua, ya
que su enemigo se subiera a un árbol, donde lo abandonó después que el mono trae al héroe sediento un fruto roto lleno de un zumo
de retirar la percha que sirvió al primero para subir. refrescante. Comparando MI con un mito sherenté (MI 24) cuyo héroe
Hambriento, sediento y escuálido, el prisionero descubrió un es precisamente un sediento, y en el cual intervienen asimismo animales
mono y le pidió socorro; el mono consintió en traerle agua, pero auxiliadores, hemos demostrado en otra parte (CC, Pp- 204-206) que
declaró ser demasiado débil para ayudarlo a descender. Un urubú existe una transformación que permite pasar del mono al palomo, que
(buitre de la carroña), flaco y maloliente, consiguió sacarlo del ocupa el puesto 'central entre los tres animales auxiliadores de MI'
apuro y se lo llevó a su casa. Era el dueño del tabaco. Pose ía dos
El jaguar, que desempeña el papel principal en el sistema SI (~17 a 12)
especies, una buena y la otra tóxica, y las regaló a su protegido a
fin de que aprendiese a fumar la primera y utilizase la segunda está ausente en MI y M 1 9 1 ' En los dos casos está sustituido por el uru-
para vengarse. bú o los urubú es que acuden a socorrer al héroe.
Aquí, no obstante, las cosas se complican. Los urubúes de MI adoptan
52 LO SECO Y LO HÚMEDO DIÁLOGO DE LA MIEL Y DEL TABACO 53

una conducta ambigua: implacables primero (hasta comen la carne al lustituye a una o a otra en S]): sea en la diacronía (ya que los cérvidos
héroe), luego sólo piadosos (lo llevan a tierra). Esta conducta ambigua míticos eran jaguares caníbales), ya en la sincronía (puesto que el oso
reaparece en M I 9 1, pero atribuida al mono: compadecido primero (lleva hormiguero es lo contrario de un jaguar). Sobre esta doble demostración,
agua al heroe}, despiadado luego (al negarse a llevarlo a tierra). Simétri- cf CC, pp. 142-143 Y 191-192.
camente, el urubú de M l 9 1 recuerda tanto más el palomo de MI (uno Que la versión iranxé de S3 y la versión bororo de S_1 exhiban estruc-
con relación al aire, el otro al agua) por la no ambigüedad de sus con- turas tan cercanas, plantea problemas etnográficos que nos contentare-
ductas respectivas cuanto que si el urubú da el tabaco al héroe, el mos con esbozar. Hasta los últimos años, la vasta zona que se dilata al
palomo le regala la maraca, y que, como estableceremos más adelante en noroeste del antiguo territorio bororo, entre los formadores del Tapajoz
este trabajo, tabaco y maraca están vinculados. y los del Xingu, era una de las peor conocidas de Brasil. En 1938-1939,
Existe, por cierto, tránsito de un mito al otro, pero se realiza merced a época en la cual andábamos por los formadores del Tapajoz., era impo-
una serie de quiasmas: sible llegar al territorio de los Iranxé, poco alejado del de los Nambik-
wará, y aunque sus disposiciones fueran tenidas por pacíficas, a causa de
1.- M, la hostilidad de otra población, los Beícos de Pau, que impedían el
acceso (L.-S. 3, p. 285). Desde entonces se ha entrado en contacto no
(pájaro mosca) sólo con los Iranxé sino también con varias tribus: Caiabi, Canoeiro ,
Cintalarga" (Dornstauder, Saake 2), cuyo estudio, si consigue realizarse
episodio del agua palomo ...................... mono compadecido \ antes de la extinción, probablemente revolucionará las ideas que hoy
(saltamontes) mono despiadado
podemos tener acerca de las relaciones entre la cultura de los Bororo y
la de los Ce, y sobre todo de los Tupí, más al norte. Se ha tomado
demasiado la costumbre de considerar los Bororo desde el exclusivo
ángulo de sus afinidades occidentales y meridionales, pero ante todo
porque las culturas establecidas en las lindes septentrionales nos eran
urubú despiadado
episodio del aire desconocidas. A este respecto, la afinidad, cuya prueba acabamos de
urubú compadecido •••• . . . . .. . . . . . . . . . . urubú ofrecer, entre sus mitos y los de los Iranxé, sugiere que la cultura bororo
también estaba abierta hacia la cuenca amazónica.
Como por desgracia tenemos que conformarnos con un análisis formal,
II. -
nos limitaremos a hacer resaltar aún dos propiedades comunes de la
compadecido 4 Que hoy día llegan hasta a los periódicos, como atestigua este artículo
aparecido a tres columnas en Franee-Soir (número del 14-15 de marzo de 1965):
despiadado
"120 brasileños asediados por indios ávidos de carne humana"
"(De nuestro enviado especial permanente [cun-Gérard Fleury.) Río de Janeiro,
13 de marzo (cable). Alerta en Brasil: armados de flechas, indios de la temible tribu
antropófaga de los 'cinturones anchos' asedian a los 120 habitantes del pueblo de
Vilh Na [nc: ¿Vilhcna?] en el camino Bclem-Brasilia [?].
despiadado "Ha partido un avión de las fuerzas aéreas para volar sobre el rumbo y lanzar con
paracaídas antídotos contra el curare, con el cual los indios impregnan la punta de
compadecido sus flechas.
"Golosos de carne humana por "tradición", los indios de los 'cinturones anchos'
han ensayado recientemente una nueva receta culinaria: capturaron un gaucho, 10
Finalmente, se advierte una última semejanza entre MI v I Y MI: en
untaron de miel silvestre y lo asaron."
estos dos mitos (y a diferencia de los del sistema SI) el héroe se venga Sea o no de origen local esta fábula, subraya admirablemente el carácter de
de su perseguidor sea transformándose en animal (cérvido, MI)' sea alimento extremo que ofrece la miel en el pensamiento indígena (sea de los cam-
transformándolo en animal (oso hormiguero, M[ <J 1): metamorfosis pesinos del interior de Brasil, sea de los indios), ya que su conjugación con el otro
asumida o infligida pero que siempre conduce a la muerte del advcr- alimento extremo que es la carne humana lleva el horror a un colmo que el caniba-
sario y a su devoración, fresco o podrido, por un /caníbal/acuático/ lismo trivial acaso no bastaría para inspirar. Los Guayakí del Paraguay, que son
(MI), o por un /canonero/aéreo/ (M I 9 1 ). Mucho habría que decir sobre antropófagos, declaran demasiado fuertes a dos alimentos para ser comidos puros:
la oposición cérvido/oso hormiguero, ya que hemos establecido indepen- la miel, a la que añaden agua, y la carne humana, obligatoriamente guisada con
corazones de palmera [Clastres, ms.].
dientemente que estas dos especies hacen pareja con el jaguar (que las
54 LO SECO Y LO HÚMEDO
DIÁLOGO DE LA MIEL Y DEL TABACO 55
armadura de M¡ y M 1 9 1 , que contribuyen a explicar que se desenvuel- Por último, si se recuerda la distinción, congrua con las precedentes,
van de la misma manera. Los dos mitos ofrecen manifiestamente un que el mito bororo M 2 6 introduce de manera subsidiaria entre el buen
carácter etiol,ó~co. Se refiere~ al origen del agua celeste que apaga los tabaco, que pica, y el malo, que no pica, se obtiene la confirmación
h.oga~es dom~suco~ y hace as i regresar a los hombres a un estado precu- final de que, como la miel, el tabaco ocupa una posición ambigua y
Iinorio 0,. meJ?T aun, pue.sto que el, mito no pretende explicar el origen equívoca entre el alimento y el veneno:
de la cocma, ínfraculinario ; y al origen del tabaco, o sea de un alimento
que~ad.o para poder ser consumido y cuya introducción implica, por
consiguiente, un empleo ultraculinario del fuego de cocina. De modo TABACO
qu;: si ~ 1 trae la humanidad más acá del hogar doméstico, MI 9 I la lleva
mas alta.
Descentrados con respecto a la institución del hogar doméstico, los dos sano venenoso
mitos se parecen también de otra manera, que los distingue parecida-
mente de los mitos reagrupados en S l . En efecto, sus recorridos etioló-
gicos respectivos siguen vías paralelas y complementarias. M explica 1
sim.ul~áneamente cómo el héroe se hace amo del fuego (por se/ su hogar M..,: flojo y fuerte y
el uruco que la tempestad no apaga), y su enemigo (así como todos los malo bueno
demás.• habitantes del •pueblo) victima
• del a(FJla
,..,- . Por su lado ,M
1 9 expl
1- i
ca sI":lultan;a~ente como el heroe se hace dueño del buen tabaco y su
enemigo Vt.ctlma dt¡l r:ralo. Pero en los dos mitos la aparición y las Al principio de este libro subrayábamos la naturaleza doblemente para-
consecuencias del terrruno negativo son las únicas comentadas y desarro- dójica de la oposición, real sin embargo, del 'tabaco y la miel en nuestras
lladas (acarreando la~ d_os veces la muerte del adversario) ya que, en MI, sociedades occidentales. En efecto, entre nosotros un término es autóc-
el pantano de las prranas es una función de la estación de las lluvias, tono, exótico el otro, uno muy antiguo, el otro de apenas más de cuatro
com? en M I 9 1 la transformación del culpable en oso hormiguero es una siglos. Ahora bien, si en América del Sur existe también un vínculo de
función del tabaco embrujado, en tanto que el término posítivo práctica- correlación y oposición entre la miel y el tabaco, al parecer viene de las
mente no es traído a cuento. razones exactamente inversas: allá miel y tabaco son indígenas, el l
No es esto todo. Pues si la oposición agua(-)/fuego(+) de Mi corres- origen tanto de la una como del otro se pierde en un lejano pasado. La
ponde, como se acaba de ver, a la oposición tabaco(-)/tabaco(+) de miel y el tabaco no son, pues, acercados como entre nosotros en razón
M I 9 1 , sabemos ya que esta última oposición existe también entre los de un contraste externo que pone aún mejor de relieve sus valores
Bororo, ya que distinguen en sus mitos un tabaco bueno de uno malo si complementarios, sino más bien en virtud de un contraste interno entre
bien la distinción se funda no en la naturaleza del producto sino en' la valores opuestos que la miel y el tabaco conjugan cada cual por su
técnica de su consumo: 5 el tabaco cuyo humo es exhalado establece una cuenta y solidariamente uno del otro puesto que, en registros y planos
comun~cac~?n benéfica con los Espíritus (cuando que resulta de tal diferentes, cada uno parece perpetuamente oscilar entre dos estados: el
comumcacion en M 1 9 1 ); aquel cuyo humo es ingerido acarrea la trans- de alimento supremo y el de veneno extremo. Además, entre estos
formación de los humanos en animales (nutrias de ojos pequeñísimos en estados existe toda una serie de formas intermedias, y las transiciones
M~ 7), lo cual es precisamente la suerte reservada por MI 9 1 al consu- son tanto menos predecibles cuanto que salen de diferencias exiguas, a
midor de mal tabaco (convertido en oso hormiguero, animal que, del sur menudo imposibles de descubrir, resultantes de la calidad del producto,
al norte de Brasil, los mitos se complacen en describir como animal de la época de la recolección; de la cantidad ingerida o del tiempo que
"tapado": sin boca, o sin ano). Ahora, en los mitos bororo el buen transcurre antes del consumo.
tabaco está vinculado al. fuego (procede de las cenizas de una serpiente), A estas incertidumbres intrínsecas se agregan otras. La acción fisioló-
el malo al agua {descubierto en el vientre de un pez y provocador de la gica del tabaco cae entre la de un estimulante y la de un narcótico. Por
transformación de sus víctimas en nutrias, animales 'acuáticos). Así que su parte, las mieles pueden ser estimulantes o estupefacientes. En Amé-
la correspondencia entre los mitos queda íntegramente verificada:
6 Por el momento nuestras consideraciones se limitan a la América tropical. La
1,"""[ ] Bomm [ ] posición de la miel en el pensamiento y en los mitos de América del N arte pla~tea
tabaco (+) : (-} :: (MI , Iuego (-t): agua ( -)) : . (M-z /o ·M-z 7, tab aco (+) ctabacot _)) problemas que serán abordados en otro contexto. En cuanto a la América central y
a México, donde la apicultura estaba muy desarrollada antes del descubrimiento,
~ ce ~c, donde se ha subrayado repetidas veces (pp. 146,195,269-270) que la todo está por hacer, observando y analizando ritos aún vivos, pero cuya riqueza y
mirologia bororo se pone gustosa del lado de la cultura. complejidad permiten presentir algunas escasas indicaciones dispersas en la biblio-
grafía antigua y contemporánea.
DIÁLOGO DE LA MIEL Y DEL TABACO 57
56 LO SECO Y LO HÚMEDO

rica del Sur la miel y el tabaco comparten tales propiedades con otros lado la "buena" miel es dulce en tanto que el "buen" tabaco ce fuerte, y.
productos naturales o alimentos preparados. Consideremos primero la por 'otra parte, la "miel" (de miel) puede consumirse cruda, en tanto
miel. Ya hemos señalado que las mieles sudamericanas son inestables y que en la mayoría de los casos la "miel" (de tabaco). resulta de haber
que su consumo, con agua, retrasado unos días, a veces hasta unas horas, sido previamente cocida, hay que esperar que las relaciones de transfor-
puede convertirlas espontáneamente en bebidas fermentadas. Un obser- mación entre los diversos tipos de mitos "con miel" y "con tabaco"
vador lo ha notado bien durante una fiesta de los indios Tembé: "La tendrán el aspecto de un quiasma.
miel, mezclada con la cera de los panales y con agua, fermenta al calor
del sol. .. Me hicieron probar (esta bebida embriagante); a pesar de mi
repugnancia inicial, le encontré un gusto azucarado y acidulado que me
pareció muy agradable." (Rodrigues 4. p. 32). ~.

Consumida fresca o espontáneamente fermentada, la miel se relaciona, i~


pues, con las innumerables bebidas fermentadas que saben preparar los
indios sudamericanos, con mandioca, maíz, savia de palmeras o frutos de ~
. . .... .h ..
~.~dC::>.".·.
especies muy diversas. A este respecto es significativo que la preparación .'\
intencional y metódica de una bebidá fermentada a base de miel -diga- !! • =~--------
mos hidromel para simplificar-e- parezca no haber existido más que al
oeste y al sur de la cuenca amazónica, entre los Tupí-Guaraní, Ge meri-
dionales, Botocudo, Charrua y casi todas las tribus del Chaco. En efecto, fmitc mert ion
aproximado de la
esta zona en forma de creciente corta aproximadamente los límites CERVEZA DE
meridionales de la preparación de cervezas de mandioca y de maíz, en MANDIOCA

tanto que en el Chaco coincide con el área de la cerveza de algarroba


(Prosopis sp.), que constituye una creación local (Fig. 3). Podría ser, así,
que el hidromel apareciese como solución de sustitución de las cervezas
de mandioca y, en menor grado, de las de maíz. Por lo demás, el mapa
revela otro contraste entre el área meridional del hidromel y las áreas
discontinuas, pero todas septentrionales, de lo que podrían denominarse
"mieles" de tabaco, o sea del tabaco macerado o cocido para ser con-
sumido en forma líquida o siruposa. En efecto, lo mismo que hay que
distinguir dos modos de consumo de la miel, en estado fresco o fermen-
tada, pueden reducirse a dos formas principales los modos de consumo
Area aproximada
del tabaco, no obstante su gran diversidad: aspirado o fumado, el tabaco ea aproximada de la (pero no continua)
es consumible en forma seca y se emparienta entonces con varios narcó- CERVEZA DE del HIDROMEL
ticos vegetales (con alg-unos de los cuales a veces es mezclado): Pinta- ALGARROBA
denid, Banisteríopsis, Datura, etc.; o bien, en forma de confitura o de
poción, es consumido en estado húmedo. Resulta que las oposiciones
que empleamos al principio para definir la relación entre la miel y el
tabaco (crudo/cocido, mojado/quemado, infraculinario/supraculinario,
Límite meridional
etc.] no expresan más que una parte de la realidad. De hecho, las cosas aproximado de la
son mucho más complejas, ya que la miel es susceptible de dos condi- CERVEZA DE MAíz
ciones, fresca o fermentada; y el tabaco, también, de varias: quemado o
mojado y, en este último caso, crudo o cocido, Puede predecirse enton-
ces que en los dos extremos del campo semántico objeto de nuestra
investigación los mitos sobre el origen de la mielo del tabaco, en los
cuales ya hemos postulado y verificado parcialmente un desdoblamiento
en función de una oposición entre "buena" y "mala" miel, "buen" y
"mal" tabaco, sufrirán otra escjsión, en otro eje, determinada esta vez
no por diferencias que afecten a las propiedades naturales, sino por Fig. 3. Cerveza, hidromel y bebida de tabaco en América del Sur, (Basado en el
diferencias que recuerden usos culturales. En fin, y puesto que, por un Handbook of Soulh American lndians, vol. 5, pp. 53;' Y 540.)
EL ANIMAL ÁRIDO 59

entregada en cuerpo y alma al festín, el lobo hizo que sus hijos


juntaran madera muerta y la encendieron alrededor de la tortuga
con la esperanza de comérsela cuando estuviera cocida. Empeño
vano: la tortuga seguía atiborrándose de miel. Al lobo era al que le
molestaba el brasero. Vacía la calabaza, la tortuga se levantó tran-
quilamente, dispersó las brasas y dijo al lobo que ahora tenía que
dar la miel a todos los animales.
El lobo huyó. Capitaneados por la tortuga, los animales lo cer-
caron y el prea encendió las malezas alrededor del lugar donde se
había refugiado. El círculo de fuego se cerraba, los animales se
preguntaban si de veras el lobo estaría allí: sólo una perdiz había
escapado de las llamas. Pero la tortuga, gue no había quitado los
11 ojos del lugar donde huyera el lobo, sabia que era el lobo que se
había convertido en perdiz.
Así que continuó sin quitarle el ojo de encima hasta que desapa-
reció. A una voz de mando de la tortu~a, los animales se abalan-
EL ANIMAL ÁRIDO zaron en la dirección tomada por el pájaro. La persecución duró
varios días. Cada vez que alcanzaban la perdiz, echaba a volar de
nuevo. Subida a la cabeza de otro animal para ver mejor, la tor-
tuga columbró la perdiz que se transformaba en abeja. La tortuga
clavó una estaca para señalar la dirección que había tomado. La
Venit enim tempus quo torridus aestuat aer caza comenzó, mas sin resultados. Los animales estaban entera-
incipit et sicco [ernere terra Caneo mente desanimados. -No, no -c-dijo la tortuga-, sólo llevamos tres
meses andando y casi hemos hecho la mitad del camino. Mirad la
Propercio, Elegías, n, XXVIII, vv. 3-4 estaca allá, detrás de nosotros: señala la dirección debida. Los
animales se volvieron y vieron que la estaca se había convertido en
palmera p in do (Cocos sp.).
Anduvieron, anduvieron más. Al fin, la tortuga anunció que lle-
garían a buen término al día siguiente. En efecto, vieron la "casa"
de las abejas, cuya entrada defendían avispas venenosas. Uno tras
TAL COMO 10 hemos constituido provisionalmente, el conjunto 5_3 no
otro, los pájaros intentaron acercarse, pero las avispas los atacaban
comprende más que mitos sobre el origen de la fiesta de la miel. Para "echándoles esa agua que tienen" y los pájaros caían aturdidos y
tener un mito que se refiera explícitamente al origen de la miel como morían. El más pequeño, un carpintero Uo un pájaro mosca?)
producto natural, hay que dirigirse a una población del Mato Grosso logró, con todo, evitar las avispas y coger la miel. -Bien, hijo mío
meridional, los Ofaié-Chavanté que, cosa de un millar al comienzo del -dijo la tortuga-, ahora tenemos miel. Pero es bien poca; si la
siglo, no eran en 1948 más que unas decenas de individuos que habían comemos se acabará en seguida. Cogió la miel, dio a cada animal
perdido casi por completo el recuerdo de sus costumbres y de sus creen- un esqueje (uma muda) para que se hiciesen casas y plantaran.
cias tradicionales. Contados en portugués rústico, sus mitos ofrecen Cuando hubiera bastante, volverían.
numerosas oscuridades. Mucho después, los animales comenzaron a inquietarse por sus
plantaciones de miel, y pidieron al "mari taca" que fuera a ver qué
pasaba con ellas. Pero el calor que hacía por allá era tan ardiente
M19 2 . Ofaié: origen de la miel. que el "mari taca" no pudo acercarse. Los animales que aceptaron
a continuación probar la aventura hallaron más cómodo detenerse
En otro tiempo no había miel. El lobo era el dueño de la miel. en el camino: el loro en un árbol con frutos (mangaba: Hancomia
De mañana se veía a sus hijos pringados de miel, pero el lobo la speciosa) , el guacamayo jacinto en un agradable bosque, y habla-
negaba a los demás animales. Cuando le pedían, les daba frutos de ban de la temperatura tórrida para explicar su fracaso. Finalmente
araticu m, pretendiendo no tener otra cosa. la cotorra se elevó tan alto, volando casi hasta el cielo, que con-
Un día la pequeña tortuga terrestre anunció que deseaba cpo~ siguió llegar a las plantaciones. Estaban henchidas de miel.
detarse de la miel. Después de haberse ajustado bien el carapacho al Informado, el jefe de los animales decidió ir al lugar, para ver
vientre, penetró en el antro del lobo y pidió miel. El lobo empezó aquello con sus propios ojos. Inspeccionó las casas: mucha, gente
por negar poseerla pero, como la tortuga insist ía, le permitió había comido la miel que recibieran para plantar, y no ten ian ya;
echarse panza arriba, con la boca abierta, y beber hasta saciarse la otros tenían bastante, a ras de tierra y fácil de extraer. Ssto no
-c

miel que escurría de una calabaza colgada arriba. va a durar mucho -dijo el jefe-. ; nos vamos a quedar sin miel.
Era sólo una treta. Aprovechando la distracción de la tortuga, Hay muy poca, o nada, por así decirlo. Esperad un poco y habrá
58
60 LO SECO Y LO HÚMEDO EL ANIMAL ÁRIDO 61

miel para todo el mundo. Mientras tanto, había soltado las abejas 80S de árbol y de madera podrida, antes de que una mujer celeste,
en el bosque. mudada en zarigüeya, les revelase la existencia del maíz. Este maíz tenía
Más tarde reunió a los habitantes y les dijo que empuñaran sus la apariencia de un árbol y se daba, silvestre, en el bosque. Pero los
azuelas y fueran a buscar miel: -Ahora el bosque está lleno, hay hombres cometieron el error de abatir el árbol y tuvieron que repartirse
de todo, miel bora, mandaguari, jau, mandassaia, caga-Cago -todo 105 granos, roturar y sembrar, pues el árbol muerto no bastaba para sus
en verdad. Sólo tenéis que poneros en camino. Si no queréis necesidades. Así aparecieron, por una parte, la diversidad de las especies
alguna clase de miel, pasad al árbol siguiente, que aHí habrá de cultivadas (al principio estaban todas reunidas en el mismo árbol), y por
otra. Podéis sacar toda la que queráis; no se acabará, a condición otra la de los pueblos, lenguas y costumbres, resultante de la dispersión
de que sólo toméis la que podáis llevar en las calabazas y otros
recipientes que tendréis que llevar. Pero la que no os podáis llevar
de la primera humanidad.
En M I 9 2 todo ocurre igual, pero al revés. Los hombres no tienen
deberá quedar en el lugar. después de haber cerrado bien la aber-
tura (hecha en el tronco a hachazos), en espera de la siguiente vez. necesidad de aprender la agricultura, puesto que ya la poseen en su
Desde entonces tenemos suficiente miel, a causa de aquello. condición animal, y saben aplicarla a la producción de miel desde el
Cuando la gente descuaja montes, encuentran. En un árbol hay instante en que ésta les cae en las manos. Pero esta miel cultivada tiene
miel bora, en otro mandaguari, en otro jati. Hay de todo (Ribeiro dos inconvenientes: sea que los hombres no resistan a la tentación de
2, pp. 124-126). devorar su "miel en hierba", sea que ésta se dé tan bien y se recolecte
tan fácilmente -a la manera de las plantas cultivadas en los campos-
A pesar de su longitud hemos traducido este mito casi literalmente, no que un consumo inmoderado agote la capacidad de producción.
sólo a causa de su oscuridad que, si nos pusiéramos a abreviar, lo tor- Como el mito se dedica entonces a demostrar metódicamente, la trans-
naría en seguida incomprensible, sino también en razón de su impor- formación de la miel cultivada en miel silvestre suprime estos inconve-
tancia y de su riqueza. Constituye el canon de la doctrina indígena en nientes y proporciona a los hombres una seguridad triple. En primer
materia de miel y rige, como tal, la interpretación de todos los mitos lugar, las abejas, vueltas silvestres, van a diversificarse: habrá varias espe-
que serán examinados luego. No hay que asombrarse, pues, si resulta cies de miel en vez de una sola. Además, la miel será más abundante.
difícil su análisis, obligándonos de momento a descuidar ciertos aspectos Por último, la gula de los recolectores estará limitada por las cantidades
y a realizarlo por aproximaciones sucesivas, un poco como si hubiera que es posible llevarse; quedará excedente de miel en el nido, y ahí se
que volar a gran altura sobre el mito y reconocerlo sumariamente antes conservará hasta que vuelvan por él. El beneficio se manifestará, pues, en
de explorar cada detalle. tres planos: calidad, cantidad, duración.
Vayamos pues antes que nada a lo esencial. ¿De qué habla el mito? Se ve dónde reside la originalidad del mito: se sitúa, por así decirlo, en
De una época en que los animales, antepasados de los hombres, no una perspectiva "antineolftica" y aboga por una economía de recolectar
poseían la miel; del modo como la obtuvieron al principio, y de su y recoger. a la cual presta iguales virtudes de variedad, abundancia y
renuncia a esta forma a favor de la que los hombres conocen hoy. larga preservación que la mayoría de los otros mitos ponen a favor de la
Nada tiene de sorprendente que la adquisición de la miel se remonte al perspectiva inversa que, para la humanidad, resulta de la adopción de las
periodo mítico en que los animales no se distinguían de los hombres, ya artes de la civilización. Y es la miel la que da ocasión a este notable
que la miel, producto silvestre, participa de la naturaleza. A este título, giro. En este sentido, un mito sobre el origen de la miel alude también a
debió incorporarse al patrimonio de la humanidad cuando ésta vivía su pérdida.' Vuelta silvestre, la miel queda perdida a medias, pero tiene
todavía en "estado de naturaleza", antes de que se introdujera la distin- que perderse para salvarse. Su atractivo gastronómico es tal que el hom-
ción entre naturaleza y cultura, y al tiempo entre hombre y animal. bre abusaría hasta agotarla si la tuviera a su alcance con excesiva facili-
No es menos normal que el mito describa la miel original como una dad. "No me encontrarías -dice la miel al hombre por mediación del
planta que germina, crece y madura. Hemos visto, en efecto, que la sis- mito- si no hubieras empezado por buscarme."
temática indígena coloca la miel en el reino vegetal; MI <) 2 aporta nueva Así que aquí hacemos una curiosa verificación que se repetirá a propó-
confirmación. sito de otros mitos. Con M 1 8 11 y M I 8 9 dispusimos de verdaderos mitos
De todas maneras, no se trata aquí de un vegetal cualquiera, ya que la de origen pero que no nos contentaron por referirse a la fiesta de la miel
primera miel era cultivada, y el curso que relata el mito consiste en y no a la miel misma. Y henos aquí ahora ante un nuevo mito que
hacerla silvestre. Aquí tocamos lo esencial, ya que la originalidad de
MJ 92 es hacer un recorrido exactamente inverso al de los mitos relativos 1 Comparar con este pasaje (M I nb) del mito de la creación de los Caduveo:
"Cuando el caracara (una falconiiformc, encarnación del engañador) vio la miel que
a la introducción de las plantas cultivadas, de los que constituimos y
se fonnaba en las grandes calabazas, donde bastaba con meter la mano para obte-
estudiamos un grupo en CC. con los números M/n a M 9 2 (ver también nerla, dijo al demiurgo Có-noéno-hódi: - i No , no está bien; no hay que hacer eso,
M¡ OH. y MIlo a MIl Il)' Estos mitos traen a cuento el tiempo en que no! Pon la miel dentro del árbol para que los hombres tengan que escarbar. Si no,
los hombres ignoraban la agricultura y se alimentaban de hojas, de hon- esos perezosos no trabajarán" (Ribc¡rc 1, p. 143).
62 LO SECO Y LO HÚMEDO EL ANIMAL ÁRIDO 63

concierne a la miel propiamente dicha pero que, pese a las apariencias, Hemos visto que para su fiesta de la miel los Tembe y los Tenetehara
no es tanto un mito de origen cuanto de pérdida 0, más exactamente, empezaban a aprovisionarse desde marzo o abril, o sea al final de las
que ~; apresura ~ trans.fon:nar un ori~en ilusorio (ya que la primera lluvias, y que la recolección duraba todo el tiempo de la estación seca
p~seslOn de la miel equival ia a carencia de miel) en una pérdida ven- (antes, p.27). El presente mito es menos explícito, pero contiene no
tajosa (por quedar los hombres seguros de tener miel con sólo consentir obstante dos indicaciones de igual sentido. Dice al final que es cuando la
en deshacerse de ella). Este libro aclarará más adelante esta paradoja, en gente va a descuajar el monte cuando encuentra miel. Ahora, en el inte-
la cual hay que ver una propiedad estructural de los mitos que tienen rior de Brasil los trabajos de esta índole se realizan después de las llu-
por tema la miel. vias, para que los troncos derribados puedan secarse dos o tres meses
~etornemos al texto de MI 92. Las plantaciones en que los animales antes de ser quemados. Se siembra y planta en seguida, a fin de aprove-
pnmordiales cultivaban la miel exhibían un carácter notable: reinaba un char las primeras lluvias. Por otra' parte, la temperatura tórrida que
calor intenso que impedía el acceso; sólo después de varios intentos impera en el lugar donde se da la miel cultivada es descrita en términos
in~ruc~uosos consiguieron penetrar los animales. Para interpretar este de estación seca: la tem secca brava, "la sequía es atroz". Así nos vemos
episodío es ten.tador proceder por analogía con los mitos de origen de conducidos a concebir la miel pasada y la presente menos como térmi-
las plantas cul tívadas, que explican que antes de que los hombres cono- nos contrarios que como términos de desigual potencia. La miel culti-
ci~ran el uso de los alimentos vegetales, cocidos según la cultura, se vada era una supermiel: abundante, reunida en un solo lugar, fácil de
alimen taban de vegetales podridos según la naturaleza. Si la miel cultivada recolectar. Y así como estas ventajas acarrean los correspondientes
~e los tiempos heroicos es lo contrario de la miel silvestre actual y inconvenientes -se come demasiado, demasiado de prisa, se agota-, así
SI, como hemos establecido ya, la miel actual connota la categoría de lo aquí la evocación de la miel en forma hiperbólica acarrea condiciones
mojado en correlación y oposición con el tabaco que connota la de lo climáticas igualmente hiperbólicas: siendo la miel artículo recolectado en
quemado, ¿no habrá que invertir la relación y poner la miel de antaño estación seca, la supermiel necesita una hiperestación seca que, como su
del lado de lo seco y lo quemado? hiperabundancia y su hiperaccesibilidad, impide prácticamente el aprove-
Nada en los mitos excluye esta interpretación, mas nos parece imper- chamiento.
fecta ~orque descuida un aspecto del problema hacia el cual, por el En apoyo de esta otra interpretación, puede rccurrirse al comporta-
con trario, los mitos de la miel no dejan de llamar la atención. Como miento del loro y del guacamayo. Enviados por sus compañeros en pos
h.emos subrayado ya, la miel es un ser paradójico desde varios puntos de . de la miel, prefieren detenerse, uno en un árbol de mangaba (fruto de la
Vista. Y no es la menor paradoja el que teniendo, en su relación con el sabana que madura en la estación seca), el otro a la sombra refrescante
tabaco, la connotación húmeda, la asocien constantemente los mitos a la del bosque, de suerte que los dos se entretienen por disfrutar de los
estación seca, por la sencilla razón de que, en la economía indígena, es últimos beneficios de la estación lluviosa. Así, la actitud de estos pájaros
sobre todo durante dicha estación cuando, como ocurre con la mayoría recuerda la del cuervo del mito griego sobre el origen de la constelación
de los productos silvestres, la miel es recolectada y consumida fresca. del mismo nombre, en el cual también un ave se entretiene junto a
No faltan indicaciones en este sentido. Igual que los Tupí septentrio- granos o frutos (que no madurarán hasta fines de la estación seca), en
nales, los Karajá celebraban una fiesta de la miel que caía en la época de vez de traer el agua que Apelo pide. Resultado: el cuervo sera conde-
l~ cosecha, es decir, en el mes de agosto (Machado, p. 21). En la provin- nado a eterna sed; antes tenía hermosa voz, en adelante su gaznate
cia de Chiquitos, en Bolivia, la recolección de la miel silvestre duraba de apergaminado emitirá un agrio crascitar. Pero no olvidemos que, según
j~~io a septiembre (d'Orbigny, cit. por Schwartz 2, p. 158). Entre los los mitos tembé y tenetehara sobre el origen (de la fiesta) de la miel, los
Sirionó de la baja Bolivia, la miel "abunda sobre todo durante la esta- guacamayos se alimentaban otrora de miel, y que la miel es una "bebi-
ción seca, después de que florecen los árboles y las plantas; asimismo las da" de estación seca como lo es, en el mito griego, el agua de pozo
fiestas de la bebida (hidromel con cerveza de maíz) se realizan durante (ctónica). por oposición con el agua celeste, que participa de otro perio-
los meses de agosto, septiembre, octubre y noviembre" (Holmberg, p. do del año. Podría ser, pues, que en este episodio el mito ofaié explicase
37-38). Los indios Tacana recolectan la cera de abejas durante la esta- por preterición por qué el loro y el guacamayo, aves frugívoras, no
ción seca (Hissink-Hahn, pp. 335-336). El territorio de los Guayaki, en consumen (o no consumen ya) la miel, aunque se la considere como un
el Paraguay oriental, carece de estación seca bien señalada: se trata más fruto.
bien de una estación fría, al principio de la cual, en junio y julio, la Si no vacilamos al cotejar el mito indio con el mito griego es porque
abunda~cia ,de miel es anunciada por una coloración especial de un beju- en Lo crudo y lo cocido establecimos que este último era un mito de la
co (el timbo), planta a la que entonces se denomina "encinta de miel" estación seca, y porque, sin invocar contactos antiguos entre Viejo y
(Clastres, ms.). Para celebrar a principios de abril su fiesta Oheokoti, los Nuevo Mundo, de los que no hay ninguna prueba, conseguimos demos-
Tereno del Mato Grosso meridional recolectaban durante un mes grandes trar que el recurso a una codificación astronómica imponía al pensa~
cantidades de miel (Altenfclder Silva, pp. 356, 364). miento mítico constreñimientos tan estrictos que, en un plano pura-
EL ANIMAL ÁRIDO 65
64 LO SECO Y LO HÚMEDO

mente formal, podía comprenderse que los mitos del Viejo y el Nuevo SECO HÚMEDO
Mundo debiesen, según los casos, reproducirse unos en otros en forma
recta o invertida. maitáca loro guacamayo cotorra
Antes del fracaso del loro y del guacamayo, el mito ofaié pone el del (sabana) (bosque) I (miel)
"maritaca". Es problemático el sentido de esta palabra, ya que pudiera
ser abreviatura de "maritacáca", que designa la mofeta, o una deforma-
ción rústica de "maitáca", torito del género Pionus, Tanto más se vacila
(calor)

(estación de las lluvias) --------


(estación seca)

cuanto que existe una forma amazónica del nombre de la mofeta, "mai- En fin, adoptando otro punto de vista, el ~er~e:o, el del .r~sul~~do de
tacáca" (Stradelli n, idéntica al nombre del pájaro salvo por la la misión de los pájaros, se discierne otro pnncrpto de clasl~lCaclOn. En
repetición de la última sílaba. En apoyo de una deformación de "mai- f t sólo el primer pájaro y el último aportan informaciones r~ales,
táca" puede insistirse en que para designar la mofeta los Ofaié parecen aunque se trate de información de carácter negativo (el fuego ardle~te
utilizar un término cercano pero levemente distinto, "jaratatáca" (1\:17 S), que impide el acceso a las plantaciones) en un ~as~, y en otro ~e carac-
bien atestiguado en Brasil (cf. Ihering, arto "jaritacaca, jaritatáca"), y en ter positivo (la abundancia de miel que debe 1?C1tar a los animales ~
que los otros animales que figuran en la misma serie son también loros. enfrentarse al obstáculo). En cambio, los dos pajares que ocupan POSI-
Como se verá más adelante, la interpretación por la mofeta no sería ción media (en cuanto al tamaño yen cuanto al orden del relato) no se
>
inconcebible, pero el tránsito maitáca mari taca se explica mejor, desde toman la pena de ir a ver con sus propios ojos, y se contentan con repe-
el punto de vista fonético, que la caída de la sílaba repetida, y nos tir lo ya dicho: no aportan información, pues:
quedaremos con esta lección.
Admitamos, entonces, que se trata de cuatro loros. Se advierte en maitáca loro guacamayo I cotorra

-------- -----
seguida que pueden ser clasificados de distintas maneras. El mito subraya (O) (O) (+)
que la cotorra, que triunfará en su misión, es el más pequeño de todos: H
"A í [oi o periquitinho, este pequeno, voóu bern alto para cima, quasi información nula información real
chegou no céu ..." voló altísimo, casi llegó al cielo"]. Así, es gra-
Í" •••

cias a sus dimensiones menudas y a su ligereza como la cotorra vuela Nos hemos demorado en la sucesión de los cuatro pájaros con u~a
más alto que sus congéneres y logra evitar el calor tórrido que reina en intención precisa. Su análisis, en efecto, permi:c deci?ir un punto met?-
las plantaciones. En contraste el guacamayo que la precede inmediata- dico. Muestra que una serie en la que la ~~t~gua ~I~ografla no habr ia
mente es, precisa el texto, un "arára azul" (Anodorhynchus hyaeinthi- visto más que redundancia semántica y artificio retonco debe ser toma-
nus): pertenece por tanto al género más grande de una familia que da, como todo el mito, completamente en serio • .No se trata de ~n~
comprende por su parte las mayores psitaciformes (d. Ihering, art. "ará- enumeración gratuita que pueda uno quitarse de enc~ma record~ndo ra~l­
ra-una"]. El loro que, a su vez, precede al guacamayo, es de menor talla; damente el valor místico del número 4 en el pensamiento amencano. Sl~
y el maitáca, que interviene en primer lugar, es más pequeño que el loro, duda existe tal valor, pero es explotado metódicamente para con.stru~r
aunque sea mayor que la cotorra que cierra el ciclo. Así, los tres pájaros un sistema de varias dimensiones que permite integrar atributos smcro-
que fracasan son absolutamente más grandes, el que triunfa absoluta- nicos y atributos diacrónicos, unos de los cuales atanen al orden de la
mente más pequeño, y los tres primeros se ordenan por dimensiones estructura y los otros al del acontecimien.t,o, propiedades absoluta~ y
crecientes, de suerte que la oposición mayor se establece entre el guaca- relativas, esencias y funciones. La demostración que acab~~os de realizar
mayo y la cotorra: no solamente ilumina la naturaleza del pensamiento m rtico y el meca-
nismo de sus operaciones, realzando la manera como pr~ce~e para
más grandes: más pequeño:
integrar modos de clasificación entre los cuales algunos se inspiran en
maitéca < loro < guacamayo / cotorra « maitáca) una idea de continuidad y de progreso (animales dispuestos po~ orde~ d:
tamaño, información más o menos grande, etc.), otro.s en la ~scontmUl.
Observemos ahora que, en la serie de los pájaros más grandes, el loro y dad y la antítesis (oposición entre más grand~ y mas pe9~eno, s~co y
el guacamayo forman una pareja funcional: ni siquiera intentan cumplir húmedo, sabana y bosque, etc.): comprueba e Ilustra también una. ínter-
su misión y prefieren refugiarse, uno en la sabana, el otro en el bosque, pretación. 'En efecto, la serie cuyo desciframiento hemos e~prendldo ha
junto a testimonios de la estación de las lluvias pasada: frutos jugosos y resultado más rica de lo que parecía al principio, y esta rlqu~za ha per·
frescas sombras; en tanto que los otros dos pájaros son los únicos que se mitido comprender que pájaros de la misma familia, ~ue erronea~e~te
enfrentan abiertamente a la sequía y atestiguan, el uno, de su aspecto se habrían tenido por distinguidos sólo por el t~",1ano, con la um~a
"seco", el calor insoportable, el otro, de su aspecto "húmedo", la abun- intención de crear un efecto dramático no poco trivial (el menor y mas
dancia de miel. débil triunfa donde fracasaron los mayores y más fuertes), se encargan
66 LO SECO Y LO HÚMEDO EL ANIMAL ÁRIDO 67

también de traducir oposrcrones pertenecientes a la armadura misma del pectivas del zarigüeya y de la mofeta se invierten. E.n los mitos suda~e.­
mito, según se mostró con otros fundamentos. ricanos, ambos figuran como bestias podridas o pudrientes. Pero las afini-
De suerte que es con la misma intención de análisis exhaustivo como dades del zarigüeya se establecen con la estación seca y el arco iris (que
emprenderemos el estudio de los papeles de otros dos protagonistas, el instaura una estación seca en miniatura, ya que anuncia el fin de la llu-
prea y la tortuga. Pero antes de resolver el problema que plantean, con- via), de donde debiera resultar, si el sistema global es coherente, que las
viene llamar la atención hacia un punto. afinidades sudamericanas de la mofeta la pusieran del lado de la estación
El episodio de los cuatro pájaros, que trata de la recolección de la miel de las lluvias.
cultivada, reproduce el escenario de un episodio anterior que aludía a la ¿Podría ser que la mitología de la miel tomase por ~u cuenta, esta
plantación de la miel silvestre: aquí y allá, una o varias tentativas, in- oposición muy general entre zarigüeya y mofeta, remodelandola segun el
fructuosas primero, acaban por ser coronadas por el éxito. "Tuda que é tipo de una oposición más restringida entre abeja y avispa que, por razo-
passarinho", pájaros también, por consiguiente, han intentado conquistar nes evidentes, traduciría mejor sus preocupaciones? ,
la miel silvestre, pero se lo impidieron las avispas que la defendían y los De ser exacta esta hipótesis, tendríamos la clave de la anomalfa que
mataban ferozmente. Sólo vencerá el último y menor de los pájaros: descubrimos en el papel que el mito asigna a las avispas, y que consiste
"este. . . b ern pequeno, este menorzinho déles", acerca de cuya identidad en el hecho de que tal papel está codificado en términos de agua, y no
por desgracia es imposible pronunciarse, ya que la única versión de que de fuego. En efecto, la anomalía resultaría de la ecuación implícita:
disponemos vacila entre el carpintero y el pájaro mosca. Sea como fuere,
los dos episodios son manifiestamente paralelos. a} avispasl·¡)::::; mofeta
Ahora bien, en el segundo episodio el acercarse a la miel cultivada lo
impide pasivamente el calor, como en el primero las avispas impiden Para que sea respetada la oposición zarígiievafmofeta, haría falta
activamente aproximarse a la miel silvestre. Pero el ánimo belicoso de las entonces que la mitología de la miel contuviese implícitamente la ecua-
avispas tiene en el mito una forma muy singular: "atacaban echándoles ción complementaria:
esa agua que tienen (largavam aqueta agua déles) y los pájaros caían
aturdidos y morían". Por partida doble este episodio puede parecer
paradójico. Por una parte, efectivamente, hemos sacado a luz (Ce, p.
b} abejal-¡ ) =- zarigüeya
308) una oposición entre alimañas e insectos venenosos, congrua con la
significando esta vez -c-puesto que las abejas son las productoras O las
que hay entre podrido y quemado, y desde este punto de vista las avis-
guardianas de la miel (antes, p. 30)- que el zarigüeya debe ser el consu-
pas no debieran aparecer bajo el modo del agua sino bajo el del fuego 2
[cf. el término vernáculo "caga fogo" correspondiente al tupí totoira, midor o el ladrón.
Como veremos más tarde, esta hipótesis, a la cual hemos arribado al
"miel de fuego", nombre de una abeja agresiva, sin aguijón pero que
fin de un razonamiento deductivo y a priori, será íntegramente verifi-
segrega un líquido cáustico: Oxytrigona, Schwartz 2, pp. 73-74). Por
cada por la mitología. Desde ahora, permite comprender por qué, en
otra parte, esta manera particular de describir el ataque de las avispas
M l 9 2 , las abejas son puestas dellad~ de 10 seco (su .pr.oxim:,dad.e~, "que-
recuerda directamente cómo los mitos de la misma región describen la
mante"), las avispas del lado de lo humedo (su proximidad moja"}.
conducta de un animal harto distinto, la mofeta, que proyecta sobre sus
Sobre todo estos resultados provisionales eran indispensables para
adversarios un líquido hediondo y al que los mitos atribuyen nocividad
poder adelant~r en el análisis del contenido ~e MI92 .. No apare~e ahí el
mortal (Ce,. p. l56~ n . 10, y M 7 5 que es otro mito ofaíé: cf'. también M s ,
zarigüeya en persona, pero el papel de ladran ?e miel que, s~ ~,uestra
M I 24 ) · hipótesis fuera exacta, debiera atribuirle el rmto por .pretenclOn, es
Recordemos entonces algunas conclusiones tocantes a la mofeta a las
desempeñado por otros dos animales: a) el prea (Cavt~ aperea), que
que llegamos en Lo crudo y lo cocido. 1) Tanto en América del Sur
incendia las malezas (cf. M s 6)' Y del cual ya hemos sugerido sobre bases
como en la del Norte, este mustélido forma con el zarigüeya una pareja
muy distintas que su función pudiera reducirse a la de variante combina-
de oposiciones. 2) Los mitos norteamericanos asocian expresamente el
zarigüeya a lo podrido, la mofeta a lo quemado. Por lo demás, la mofeta 2 En CC, passim, hemos sacado a luz la posición semántica del zarigüeya como
presenta una afinidad directa con el arco iris, y tiene el poder de resuci- animal que ensucia y hiede. Según ciertos testimonios discutidos por Scbwartz 2,
tar a los muertos. 3) En América del Sur, al contrario, es el zarigüeya el pp. 74-78, pudiera ser que varias meliponas dispusi~ran, pa:a atacar o .defende,rse,
que tiene afinidad con el arco iris (hasta el punto de recibir el mismo de una técnica de ensuciar o enviscar a sus adversarios mediante secreciones mas o
nombre en la Guayana); y así como en América del Sur el arco iris posee menos malolientes. Sobre el olor de las meliponas, sobre todo las del subgénero
potencia letal, una de las funciones míticas atribuidas al z arigüeya es Trígono, d. ihid, pp- 79-81. Advirtamos, finalmente, que las melíponas practican,
de modo principal u ocasional, lo que los propios entomólogos denominan "ban-
abreviar la duración de la vida humana. didaje". Trigona limáu acaso no recoja el néctar y el polen de las flores, sino que
Al pasar de un hemisferio a otro parece, pues, que las funciones res- se contente con robar la miel de otras especies (Salt, p. 461).
EL ANIMAL ÁRIDO 69
68 LO SECO Y LO HÚMEDO
importante en su mito del origen de la m~el. S~ se ,;iene en cue~t~ la
toria del zarigüeya (ce, pp. 172, 194 n. 17), uno y otro encontrándose observación de Gilmore (pp. 371-378), segun .~Ulen todos los ~anIdo~
del lado del fuego y de la estación seca, si bien uno activamente como .de la América tropical son zorros, con excepción del perro salvaje (Icti-
incendiario, pasivamente el otro, como incendiado (Ce, pp. 132 Y 218 .&yon venaticus)", tanto mayor atención se prestará. a mitos q.ue hace,n d~
n. 2). b) El segundo animal es la tortuga terrestre (jabot i}, que desen- un zorro el dueño de la miel y a aquellos que, casi en los rmsmos terrm-
mascara al lobo dueño de la miel, descubre sus :sucesivos disfraces y nos, confían tal papel a otros animales, pero preserv~ndo casi s.ie.~pre
consigue alcanzarlo a fuerza de tenacidad donde, mudado 'en abeja, ha una relación de oposición entre el animal amo de la miel y el zangueya:
ocultado toda la miel.
Es ocasión de recordar que un importante grupo de mitos, de proce-
dencia sobre todo amazónica, correlacionan y oponen la tortuga y el
zarigüeya como imputrescible y putrescible: amo y víctima de la podre-
dumbre, respectivamente (Ce, pp. 176-178). Enterrada en el suelo, cena-
goso por las primeras lluvias, privada de alimento, la tortuga puede
sobrevivir durante varios meses en un calor húmedo que el zarigüeya no
resiste, ya esté sepultado en la tierra o en el vientre de un pez, de donde
sale definitivamente impregnado de hedor (ibid.). Como el prea, por
consiguiente, la tortuga ocupa el polo activo de una oposición en la que
el zarigüeya ocupa el polo pasivo: desde el punto de vista de lo seco, el
prea es incendiario y el zarigüeya incendiado; desde el punto de vista de
10 húmedo, la tortuga triunfa de la podredumbre a la que sucumbe el
zarigüeya, o de la cual, por lo menos, se tornará vehículo. Un detalle de
MI 92 confirma aún esta relación ternaria, ya que calificando también a
la tortuga desde el punto de vista de lo seco, utiliza con este fin una
nueva transformación: la tortuga no puede ser incendiada (se trata, así,
del triángulo incendiario/incendiado/no incendiable), propiedad que la
etnografía confirma de manera objetiva, ya que la táctica del lobo, que
pretende cocer la tortuga mientras está panza arriba, se inspira en un
método corriente en el interior de Brasil, pese a su barbarie: la vida de
la tortuga es tan tenaz, que prefieren ponerla panza arriba, viva, sobre las
brasas, y cocinarla en su carapacho, como cacerola natural: operación que
puede requerir varias horas, por el tiempo que el pobre animal tarda en
sucumbir.
Poco a poco hemos agotado la materia de nuestro mito. Sólo falta
elucidar el papel del lobo, dueño de la miel y de los frutos de araticum.
Esta anonácea (Anona montana y especies próximas, a menos que se Eig, 4. El lobo do mato o guará (según Iheríngv Icc. cít: art, "guara"),
trate de Rollinia exalbida, conocida con el mismo nombre) da grandes
frutos de pulpa harinosa y sabor acidulado que figuran, como la miel,
entre los productos silvestres de la estación seca, por lo cual es compren- M 9 7 - Mundurucú: Zarigüeya y sus yernos (detalle).
sible que en el mito desempeñen el papel de Ersatz de la miel. Trátese El zarigüeya va de desdicha en desdicha con los yernos suces}vos
de los mismos frutos o de otros, este doblete secundario constituye un que elige. Un día el último, que es el "zorro co:nedor de miel",
rasgo frecuente de la mitología de la miel, y veremos que a este título invita a su mujer a coger una calabaza y a~OI:npana.r1~. Trepa a ';ln
su interpretación no plantea dificultad. Por desgracia es imposible decir árbol donde hay una colmena, llama: - ¡Miel, miel! Y la miel
otro tanto del lobo. escurre de la colmena y llena las calabazas. Zarigüeya trata de
hacer otro tanto, pero fracasa; despide al,.zorro (Murphy 1, p. 119.
En otra versión, la paloma, y luego el paJaro mosca, reemplazan al
El animal llamado "lobo" (lobo do mato) parece ser. casi siempre, una zorro, Kruse 2, pp. 628-629).
especie de zorro alto de patas y peludo, Chrysocion brachiurus, jubatusi- M 9 8 . Tenetehara: Zarigüeya y sus yernos (detalle).
Canis jubatus, cuya área de distribución en Brasil es central y meridio-
nal, incluyendo así el territorio de los Ofaié, que le atribuyen un papel El "mono de miel" se paseaba por el bosque, donde se hartaba
70 LO SECO Y LO HÚMEDO EL ANIMAL ÁRIDO 71

d~ mi~l. De regreso a su choza, pidió un cuchillo a su suegro y se Los Tacana de Bolivia conceden al irára gran importancia en sus mitos.
pinchó la garganta, de donde salió miel que llenó una calabaza. Lo oponen a un zorro ladrón de miel en un relato (M 193) en el que este
Z:uigiieya quiere imitar a su yerno y muere de la herida, pues, a último animal arranca un trozo de carne al irára, con lo cual le aparece
diferencia de los "monos de miel". las zarigüeyas no tienen saco la mancha amarilla que corta su pelaje negro (H.-H., pp. 270-276),3
en la garganta (waglev-Galváo, p. 153). Como a este "zorro" le acaban de arrancar la cola, podría confundirse
con el zarigiieya, llamado zorro con frecuencia, y del cual varios mitos
M 9 9. Vapidiana: Zarigüeya y sus yernos [detalle}. norte y sudamericanos relatan cómo se le peló la cola. Un grupo de
.El mosquito chupó la miel y ordenó entonces a su mujer que le mitos (M 194 -MI 97) refiere las aventuras de una pareja dioscúrica, los
pinchase el cuerpo con una aguja; de la panza le escurrió la miel. Edutzi, entre demonios animales, y allí toman consorte. El irára desem-
Mas del vientre del zarigüeya no salió más que sangre... (Wirth 2, p. peña un papel, sea como padre de las dos mujeres, que son hermanas,
208). sea como segundo marido de una de ellas, y el otro es entonces el vam-
piro. Para sustraer sus hijas a la venganza de los Edutzi, el melero las
Conformémonos con estos ejemplos de un tipo de relato muy difun- convierte en guacamayos (H.-H .• pp. 104-110). Volveremos a estos
dido. Bastan, en efecto. para iluminar tres aspectos. Primero, la persona- mitos en otro contexto. Acabaremos con los Tacana señalando un grupo
lidad del animal amo de la miel es muy variable, va del zorro al mosqui- de mitos (MI9s-M2o 1) que reparte los animales en dos bandos: oruga/
to, pasando por el mono y los pájaros. En segundo lugar, el dominio de grillo. monoljaguar, J?:T'illo/jaguar, zorro/jaguar, grillo/melero. Pese a la
la miel ofrece a menudo un carácter tautológico, los animales son definí- inestabilidad de los términos, que exigiría, para interpretar correcta-
dos como funciones de la miel, en vez de ser al contrario, de donde mente los mitos, una preparación preliminar, en los planos sintagmático y
resultan dificultades de identificación: dquién será exactamente ese paradigmático, del enorme corpus reunido por Hissink, parece que las
"z orro-corne-rniel"? y dquién es ese "mono-de-miel" con un receptáculo oposiciones pertinentes residen entre animales, respectivamente, grandes
en la garganta, si no un alter ego del mono guaribá, cuyo hueso hioides, y pequeños, terrestres y celestes (o ctónicos y celestes). Generalmente el
hueco, tiene aspecto de cubilete? De modo que al parecer cualquier jaguar manda al primer bando y el grillo al otro. El melero interviene
animal es bueno para desempeñar el papel de dueño de la miel, a condi- dos veces en este grupo de mitos, ora como parlamentario entre los dos
ció n de que se le reconozca aptitud de atracarse: en los mitos la paloma bandos, ora como antagonista principal del grillo (en lugar del jaguar).
o palomo se hincha de agua (CC, p. 204); Y la observación revela que el Es entonces el jefe de los animales ctónicos. Salvo en el caso de la oru-
pájaro mosca chupa el néctar de las flores, el mosquito la sangre de ga, el grillo vence siempre, gracias a la ayuda de las avispas, que pican
otros animales, y que el mono aullador posee un hueco (caja de reso- cruelmente a su rival ávido de mie1. 4 Entre los adversarios del jaguar se
nancia, en realidad) en la garganta. Así, el palomo, el pájaro mosca, el ve figurar, aparte del grillo y el mono, al zorro y al ocelote; estos dos
mosquito, se llenan la panza, y el mono se llena el buche. En todos los últimos poseen un tamborcillo chamánico que. en el grupo M194~1 97'
casos, el órgano real o supuesto crea la función (de dueño de la miel). también cuenta cuando el conflicto de los dióscuros con el melero.
Sólo el zorro, del que partimos, constituye un problema, ya que no se Sahagún (loe. cit.) confronta con el ocelote una variedad mexicana de
advierte cuál pudiera ser el fundamento anatómico de su función. Y no melero.
obstante, el mito se las arregla para justificarla recurriendo a un medio La presencia del irára o melero en gran número de mitos de Bolivia
externo, y ya no interrio, cultural en vez de natural: las calabazas que el oriental es tanto más digna de atención cuanto que los mitos brasileños
zorro pone al pie de la colmena y que se llenan cuando él lo ordena. y de la Guayana se muestran bastante discretos a propósito de este
La dificultad que plantea el papel de los cánidos como dueños de la animal. Si se exceptúa un mito taulipang (MI 3S) sobre el origen de las
miel aumenta aún por el hecho de la ausencia, en los mitos considerados Pléyades, al final del cual un padre y sus hijos deciden convertirse en un
hasta ahora, de un animal al que convendría mucho mejor esta misión, animal /araiuag/, "cuadrúpedo parecido a un zorro, pero con pelo negro,
entendiéndola en el sentido propio y no ya -como en todos los casos lustroso y .suave, con cuerpo esbelto, cabeza redonda y hocico alargado"
que hemos revisado- en sentido figurado. Pensamos en el irára (Tayra (K.-G. 1, pp. 57-60), que bien pudiera ser el irára, ya que "le gusta la
barbara) cuyos nombres vernáculos en portugués -s-papa-mel-: y en miel y no teme a las abejas", otras referencias escasean. Descendiendo
español -melero- hablan por sí mismos. Este animal de la familia de los hacia el sur, nos detendremos primero en Amazonia. Un pequeño mito
mustélidos es nocturno y habita en el bosque. Aunque carnívoro, le
3 De una variedad de cabeza clara (Tayra barbara senex) decían los antiguos
encanta la miel, como indica su nombre en lingua geral, derivado del
mexicanos que, en caso de tener la cabeza amarilla, anunciaría la muerte del cazador,
tupí /irá/, miel; ataca las colmenas instaladas en los árboles huecos pene- pero, de ser blanca, sería presagio de una vida larga y miserable. Era un animal de mal
trando por las raíces o desmenuzando el tronco con las garras. Una plan- agüero [Sahegún, 1. u, cap. 1, bajo "Tzoonlatac"}.
ta que los Bororo llaman "del irára" les sirve para fines mágicos, para
asegurarse buena recolección de miel (E. B. 1, p. 644). 4 Cf, los enemigos derrotados por avispas y abejones en el popoí Vuh.
EL ANIMAL ÁRIDO 73
72 LO SECO Y LO HÚMEDO

(M 2 0 2 ) opone el corupira, Espíritu de los bosques y caníbal, al irára El irára quiso correr también. Dicen que lleva la miel sobre el
lomo. El ema (Rhea americana) le ?ijo: -Pero i te vas a mo~ir.! Tú
comedor de miel. El irára salva a un indio de las garras del corupira, des-
comes miel. Quieres correr. Aqu i no hay agua. Te morrras de
pués que la rana cunauarú (d. ce, pp. 261-262) hizo otro tanto a favor sed... Yo no bebo agua, todos mis camaradas puede~ correr, no
de una india que, como su congénere, robara la comida del ogro. En les daré. Después de correr y estar a p~~to de monr d~ sed, el
adelante, éste no comerá ya ni pescado ni armadillo. Comerá carne perro rompió el recipier:t: que l!e~aba el rrara y s~ derramo toda la
humana, en tanto que el irára seguirá alimentándose de miel (Rodrigues miel lo cual puso frenético al irara. El ema le dIJO entonces: ~De
1, pp. 68-69). nada te sirve hacer el malo; era en broma. Aquí na se pelea. Vete.
A propósito del irára, los Botocudo del río Doce, en Brasil oriental, y le quitó toda su miel (Schaden 1, p. 117).
cuentan dos mitos:
También aquí, por consiguiente, el irára es un animal rabioso e insat~s­
M 2 0 3 • Botocudo: origen del agua. fecho, porque tiene miel pero no agua. Es, por tanto, un amo de la miel
El pájaro mosca poseía otrora toda el agua del mundo, .Y los
animales no tenían de beber más que miel. El pájaro mosca iba a
bañarse cada día, los animales envidiosos hicieron que lo espiara el
pavo salvaje (mutum: Orax sp.), que fracasó. \ "~o
,'- ".
Un día toda la población se reunió alrededor de una hoguera. El '{,o. ..'-.
irára llegó con retraso porque había ido a recolectar miel. Pidió
agua en voz baja. -No hay -cle contestaron. Entonces el irára ofre-
ció al pájaro mosca su miel a cambio de agua, pero el pájaro no
quiso y anunció que iba a darse un baño. El irára lo siguió y llegó
casi al mismo tiempo que él al agua, contenida en un agujero en la
roca. El pájaro mosca se tiró al agua, el irára hizo otro tanto y
resopló tan fuerte que el agua saltó en todas direcciones, haciendo
nacer los arroyos y los ríos (Nim. 9, p. 111).

El autor al que debemos este mito observa que la misma historia se


-r.:,.>:;
encuentra entre los Yámana de la Tierra del Fuego, con inversión del
papel del pájaro mosca, que descubre el agua celosamente guardada por
_"~O,.

el zorro.
Fig. 5. El irára (1ayra barbara). (Según A. E. Brehm, La vie des animaux, Les
M 2 0 4 • Botocudo: origen de los animales. mommiféres, vol. 1, París, s. f., p. 601.)
En otro tiempo los animales eran como humanos, y todos ami- pero incompleto, ora ansioso de ganar el agua a un adversario que la
gos. Tenían suficiente que comer. Fue el irára el que tuvo la ocu- posee (M 2 o 3), ora expuesto a perder la miel que tiene, para provecho d,e
rrencia de excitar a unos contra otros. Enseñó a la serpiente a un rival capaz de pasársela sin esa agua que tanta falta le h~ce a e~
morder y a matar a sus víctimas, dijo al mosquito que chupara la
(M 6 2 ) . De todas maneras, para él las cosassno pueden quedar as u de ah i
sangre. A partir de aquel momento, todos se volvieron animales,
contando el irára, para que nadie pudiera reconocerlo. Impotente su papel de demiurgo engañador en M2 04·
para poner las cosas en su lugar, el brujo que daba el alimento a
los animales se transformó en pájaro carpintero, y su hacha de S Que es entretenido cotejar con el de Júpiter, en el mismo papel de dios enga-
piedra pasó a ser su pico [Nim. 9, p. 112). ñoso, pródigo en veneno y avaro de miel:

Estos mitos requieren varias observaciones. El primero opone el irára, Ille malum uirus serperuibus addidit atris
dueño de la miel, al pájaro mosca, dueño del agua. Ahora, hemos notado praedarique lupos iussit pontumque moueri
que en América del Sur la una no va sin la otra, ya que la miel es siem- meilaque decussit [oliis ignemque remouit.
pre diluida antes de consumirla. La situación primordial evocada por el (Virgilio, Geórgjcas, 1, v, 129-131.)
mito, en la cual los que tienen la miel carecen de agua, y recíproca-
mente, es pues una situación "contra natura" o, más exactamente, [El añadió a las negras serpientes el virus maligno I y ordenó que depredaran los
"contra cultura". Un mito de los Kayuá de Brasil meridional (M 6 2) lobos y el mar se agitara,! y las mieles derribó de las hojas, y el fuego echó fuera.
cuenta que lo. animales compitieron corriendo: Trad. de R. Bonifaz Nuño.]
74 LO SECO Y LO HÚMEDO EL ANIMAL ÁRIDO 75

Nuestra segunda observación tocará precisamente este último mito en el ritualmente utilizada con tal fin, y el buen tabaco que los Tucano de
que el irára da a las serpientes el veneno, resultado que mitos del Chaco Colombia dicen surgido de vómitos divinos. La primera aparece así como
(M 2 0 S ' M 2 0 6 ) atribuyen a la operación del fuego o del humo de chile la causa de vómitos destinados a establecer una comunicación entre los
(Métraux 3, pp. 19-20; 5, p. 68). Estimulados por la observación de hombres y los dioses, en tanto que el segundo aparece como resultado
Cardus (p. 356) de que entre los Guarayo el tabaco es un contraveneno de vómitos que constituyen ya, por sí mismos, una comunicación entre
de las mordeduras de serpiente, planteemos a título de hipótesis la ecua- los dioses y los hombres. En fin, se recordará que en M 2 0'2, hecho de
ción: dos episodios superponibles, el irára interviene como variante combina-
chile fumado = tabaco fumado (-1 ) toria de la rana cunauarú, dueña de un veneno de caza, es decir, de una
sustancia incomible que, como el timbó (más arriba, p.47), se "trans-
forma" en caza, sustancia comestible, en tanto que el irára posee la miel
Si admitimos ahora que la miel sin agua ("'" demasiado fuerte) tiene,
pura, incomible, pero transformable también (por dilución) en sustancia
con respecto a la miel diluida, el mismo valor de límite que el humo de
comestible.
chile en relación con el tabaco, comprenderemos que el irára, dueño de
Al término de esta discusión, la posición mítica del irára se ha acla-
la miel sin agua, pueda desempeñar en el mito botocudo un papel que
rado un poco. Dueño de la miel en sentido propio, el irára es incapaz de
tiende a confundirse con el que los mitos del Chaco atribuyen a un
asumir plenamente esta función con respecto a los hombres, ya que
humo, ardiente ya en sentido propio (fuego), ya en el figurado (chile),
difiere de ellos en que come la miel sin agua, lo cual le impone una
en un sistema global que puede representarse de la manera siguiente:
carencia que explica que otros animales lo desplacen para encargarse de
lo mismo en los mitos, aunque no puedan aspirar a ello más que de
CIIlLE manera figurada. En primera fila de estos animales están los cánidos. Es
H éste el lugar de recordar un mito bororo (M 4 6 ) cuyo episodio inicial
correlaciona y opone el irára a otros cuadrúpedos, algunos de los cuales
son cánidos. Este mito trata del origen de los héroes Bakororo e Ituboré,
nacidos de la unión de un jaguar con una humana. Dirigiéndose al cubil
de la fiera, esta mujer encuentra sucesivamente varios animales que pre-
tenden hacerse pasar por el esposo al que su padre la ha prometido a
TABACO cambio de salvar la vida. Estos animales son, en orden, el irára, el gato

(+)===------+---==~~
salvaje, el lobo pequeño, el lobo grande, el jaguatirica u ocelote, el
puma. La mujer los desenmascara uno tras otro y llega por fin al jaguar.
MIEL DILUIDA
A su manera, este episodio da una lección de etnozoología, ya que hay
(+)
siete especies dispuestas a la vez por orden de tamaño y en función de
su parecido mayor o menor con el jaguar. Desde el punto de vista de las
dimensiones, es claro que:

1) gato salvaje <ocelote <puma <jaguar;


MIEL PURA 2) lobo pequeño < lobo grande.
H
Desde el punto de vista del parecido, el irára y el jaguar son los más
Fig. 6. Tabaco, chile, miel. opuestos, y asimismo el irára es mucho menor que el jaguar. Lo más
notable de esta serie es su aire heteróclito desde el punto de vista de la
Este modelo analógico" es confirmado indirectamente por una oposi- taxonomía moderna, ya que reúne un mustélido, dos cánidos y cuatro
ción amazónica entre la mala miel, conocida por provocar vómitos y félidos, o sea familias muy diferentes en anatomía y género de vida. Para
6 Si subrayamos este carácter, es porque Leacb nos ha reprochado desdeñar los quedarnos en la más superficial de estas diferencias, algunas especies
modelos de este tipo y recurrir exclusivamente a esquemas binarios. Como si la
noción misma de transformación, que empleamos tan constantemente después de como los gráficos o diagramas fig, 5, p. 94; ñg. 6, p. 102; fíg. 7, p. 110; fig, 8, p.
tomarla de d'Arcy Wentworth Thompson, no participase por entero de la analo- 196; fig. 20, p. 329, Y las fórmulas de las pp- 165, 199, 247, 248, etc. Lo mismo
Ría... ocurre con todos los cuadros en que los signos + y - connotan no la presencia o
En realidad, recurrimos constantemente a los dos tipos, como se ha podido seña- ausencia de ciertos términos, sino el carácter más o menos marcado de ciertas
lar a propóelto de otro análisis (pp. 65-66), donde inclusive tratamos de integrarlos. Lo oposiciones que varían, en el seno de un grupo de mitos, en razón directa o inversa
crudo y lo cocido ofrecía ya ejemplos no equívocos de modelos analógicos, tales unas de otras.
76 LO S ECO Y LO HÚMEDO
EL ANIMAL ÁRIDO 77

tienen pelaje manchado, otras color uniforme y, en este último caso, apariencia de guapo mancebo. Una muchacha se prenda de él y se
claro ti oscuro. hace su amante. Pero lo araña tan fuerte en sus transportes amoro-
Pero una clasificación heteróclita para nosotros no lo es por fuerza sos, que Zorro gime y grita. Sus lamentos traicionan su naturaleza
para el punto de vista indígena. A partir de la radical jiawal el tupí animal, y la chica Id abandona.
forma por sufijación los nombres /iawara/, "perro", liawaraté/. "jaguar", Seduce entonces a una muchacha más tierna. Empieza el día.
Jiawacaca/. "nutria", /iawaru/, "lobo", /iawapopé/. "zorro" (Montaya), Zorro va por provisiones. Llena su saco de frutos silvestres /sacha~
sandial y de panales de cera vacíos y se lo ofrece a su suegra como
agrupando así en una misma categoría fétidos, cánidos y un mustélido.
si contuviese miel. Contentísima, ésta anuncia que va a diluir la
Los Caribes de la Guayana conocen una clasificación de las especies miel con agua y a fermentarla para hacer hidromel destinado a su
animales cuyo fundamento está lejos de resultar claro, pero en la que al familia. El yerno podrá beber lo que quede. Zorro se escapa antes
parecer el nombre del jaguar, larowa/. completado con un determinante de que sus suegros descubran lo que hay en el saco, y la identidad
-"de tortuga", "de pájaro jacamin", "de agutí", "de rata", "de cér- del sobornador (Métraux 5, pp. 122-123).
vido">; etc. servía para denominar varias clases de cuadrúpedos [Schom-
M 2 0 8 . Toba: Zorro en busca de miel.
burgk, 11, pp- 65-67). Por consiguiente, y como hemos mostrado en Lo
crudo y lo cocido a propósito de los ungulados y de los roedores, a los Cuen tan que un día Zorro se echó a buscar miel de avispa
cuales el pensamiento indígena aplica el mismo principio de clasificación /lecheguana/. Marchó largo tiempo sin resultado y encontró al
fundado en la oposición relativa de lo largo y lo corto (animales "con pájaro /celmot/ que buscaba también miel y que aceptó su com-
cola" [animales "sin cola"; hocico largo/hocico corto, etc.], se diría que pañía. El ave hallaba miel en cantidad. Se subía a los árboles,
un mustélido como el irára no debe ser separado radicalmente de anima- segu Ia con la mirada a las avispas para dar con el nido, que no
les pertenecientes a otros órdenes zoológicos. En estas condiciones, la tenía más que vaciar entonces. Zorro procuraba hacer lo mismo,
pero sin éxito.
atribución por los mitos del papel de amo de la miel a cánidos se haría El pájaro decidió entonces embrujar a aquel lastimoso compa-
menos por referencia a talo cual especie determinada, y a su comporta- ñero. Murmuró palabras mágicas: - j Que aparezca una astilla que
miento empírico, que a una categoría etnozoológica muy amplia que hiera a Zorro, para que ya no pueda andar! Apenas había dicho
comprendiese no solamente el irára -dueño de la miel según enseña la aquello, Zorro, al saltar del árbol al que se había subido, se empa-
experiencia-e, sino también los cánidos, acerca de los que nos falta ló en un pico puntiagudo. Murió. El pájaro /éelmot/ fue a refres-
demostrar que, adoptando el punto de vista semántico, son aún más carse a una charca y volvió sin decir a nadie lo que había ocurrido.
indicados que el irára para desempeñar tal papel, aun si las confirma-
ciones empíricas -que sin duda no están del todo ausentes- no los cali-
fican de modo tan decisivo como ocurrir ia con aquél. Pero hay también
que tener en cuenta que, en los mitos, la miel no interviene a simple
título de producto natural: está cargada de múltiples significaciones que,
en cierto sentido, le son añadidas. Para dominar esta miel tornada su
propia metáfora, un dueño real pero incompleto conviene menos que un
dueño tanto más apto para cumplir su cometido con toda la autoridad
deseable cuando que los mitos dan a este empleo una acepción figurada.

Para elucidar la posrcron semántica de los cánidos, indudablemente es


hacia el Chaco hacia donde conviene volverse. En los mitos de esta
región, el zorro ocupa un puesto de primer plano como encarnación
animal de un dios engañador que a veces tiene forma humana. Ahora
bien, existe en el Chaco un grupo de mitos en los que Zorro tiene con la Fig. 7. Un zorro sudamericano. (Según Ihermg, loco cit., arto "cachorro do mato".)
miel una relación positiva o negativa, pero siempre muy acentuada. Son
estos mitos, todavía no considerados desde este punto de vista, los que Lloviznó y Zorro resucitó. Se zafó del palo y consiguió dar con
miel, que guardó en su saco. Como tenía sed, se dirigió a una
vamos ahora a examinar.
charca y se tiró sin mirar. La charca estaba seca y se desnucó. Allí
cerca, una rana abría un pozo. Tenía el estómago lleno de agua.
M 2 o 7. Toba: Zorro toma esposa. Después de mucho tiempo apareció un hombre que quería beber.
Después de varias aventuras, al término de las cuales Zorro mue- Advirtió que la charca se había secado, que Zorro estaba muerto y
re pero resucita en cuanto llueve un poco, llega a un pueblo con que el estómago de la rana estaba lleno de agua. Se lo pinchó con
una espina de cacto, brotó el agua, que se derramó por doquier,
EL ANIMAL ÁRIDO 79
78 LO SECO Y LO HÚMEDO
por caer de arriba abajo como en los dos primeros episodios, s~no int~n-
mojó a Zorro, y este resucitó otra vez. sta vez saltar de abajo arriba. Cuando Zorro cae de arnba abajo,
Un día que Zorro esperaba invitados y preparaba cerveza de d
t anoe , bai (1
algarroba, divisó a Lagarto que dorm ia en la 'cima de un árbol está sin miel (primer episodio). Cuando cae de abajo ~ m.as a aJo, ~
¡yuchan! (Chorisia insígnisí, Zorro abandonó la cerveza y rogó a fondo de la charca desecada), está sin agua (segundo episodio}. Por ulti-
Lagarto que le hiciera un Iugarcito. Explicó que le gustaba trepar a mo cuando salta de abajo arriba (tercer episodio), determina a altura
los árboles y que si no vivía habitualmente en las copas es porque media la aparición no de miel ni de agua, sino de cosas que se les apro-
prefería tener compañía. Lagarto pronunció un conjuro: - IQue ximan singularmente en el sentido de que, sin ser una ni. otra, ilustran de
Zorro se reviente al próximo salto! Zorro saltó para acompañarlo y, manera aproximada la conjunción de la una y la otra, disyuntas .antes: la
se destripó en las espinas que erizan el tronco del /yuchan/. Cayó miel arriba, en los árboles, el agua abajo, en la charca o en el vientre de
dejando las tripas, que se engancharon en el árbol y 10 retuvieron una rana entretenida abriendo un pozo. Esta conjunción adopta la forma
suspendido. -Hagamos que estas entrañas crezcan -cdijo Lagarto-
de legumbres o frutos silvestres, que son vegetales como la miel (según la
a fin de que los hombres las recolecten y se las coman. Tal es el
origen de un bejuco llamado "tripas de zorro", que consumen los clasificación indígena) y que, a diferencia de la miel, contienen agua.
indios (Métraux 5. pp. 126-127)_
pájaro, sin encont rar
trepa a la miel
En la versión matako del mismo mito (M2 0 9 a ), el engañador, que se la cima
llama Takjuaj (Tawk'wax) cuelga él mismo sus intestinos de las ramas de 1, 3, acuvamcntc ( \ 1, 3. de un animal
lagarto.
de un
renunciando a
los árboles, donde se convierten en bejucos. Entierra a poca profundidad árbol
la cerveza
su estómago, que se vuelve una especie de melón lleno de agua. Su reyu- ,n
Zorro
no 7 y su corazón hacen nacer el !tasi! liso y el !tasi! espinoso; y, en la compañia
cae al
fondo de
I habiendo
tierra, su intestino grueso se muda en mandioca (Palavecino, p. 264).
Métraux corta este grupo de mitos en tres relatos distintos, pero basta 2, pasivamente 12, de un hombre un agujero, encontrado miel

superponerlos para ver aparecer un esquema común. Una empresa de


orden alimenticio, búsqueda de miel (sin duda para preparar hidromel,
d. M 2 o 7) o preparación de otra bebida fermentada, fracasa porque { de arriba la lluvia cae
Zorro no sabe subirse a los árboles, o sólo va bien después de que Zorro \ abajo; 1, se empala abajo; [ (agua celeste)
se ha caído, pero entonces porque está sediento y el engañador, actuan- 2, cae ,
do siempre de manera desconsiderada, va a aplastarse al fondo de una
charca sin agua: esa agua siempre indispensable para que recupere la
vida. A Zorro que se empala en el primer episodio responde en el segun-
Zorro
\ 1,
I
'1
de ab«io
amas
abajo; 2, se rompe el espinazo f más abajo
b ro ta el manantial
aún; [ (agua teTTestre),

do (mas con efecto inverso: tierra mojada en lugar de tierra desecada)


una rana de vientre pinchado, y en el tercero un Zorro reventado, no ya ( 3, salta
de ,abajo
I arriba 3, se destripa a altura media; los vegetales
refrescantes
salen
(agua media),
7 Igual que Métraux (5, p. 128), que renuncia a traducirla, no hemos conseguido
descubrir el sentido dado a esta palabra española por el habla local. Designa mani-
fiestamente una parte del cuerpo. Pero la anatomía del engañador matako reserva
sorpresas, como atestigua esta otra versión (M209b) del mismo mito: "Tawkxwax
quiso subirse a un árbol /yuchan/ y cayó de cabeza. Al caer, las espinas del tronco
despedazaron su cuerpo. Sacóse el estómago y lo enterró; de él nació una planta
/iletsáx/, cuya raíz, muy gorda, está llena de agua. Sus intestinos se volvieron beju-
l SOBRE Zorro I \ zorro 1/ [rnicl , agua],

cos. Como la vaca, Tawkxwax tiene dos estómagos; del otro hizo una planta llama- 2. DE rana .' PiJ1Chados) (Zorro. miel) 11 agua,

I ti
da /iwokanó/" (Métraux 3, p. 19).
Se advertirá que en América del Norte mitos muy próximos a los del Chaco aso- [
cian parecidamente al engañador, personificado por Visón o Coyote, el uso inmo- 3. DE Zorro Zom'U("mid", ....u... )1-
derado sea de partes del cuerpo, sea de árboles, de plantas o de frutos silvestres, y
el origen de estos últimos (Menomini: Hoffman, p. 164; Pawnee: Dorsey, pp.
464-465; Kiowa: Parsons, p. 42). Entre los Iroqueses (Hewitt, p. 710), diversas Para apoyar esta reducción puede hacerse valer el que ciertos motivos
trepadoras de frutos comestibles nacieron de los intestinos de Tawiskaron, dios del que figuran en los tres episodios.~ corresp~ndan exa~tament~: !al es
invierno. En la misma América del Sur, el personaje de Zorro como pretendiente sobre todo el caso de lo que podr ia denominarse motivo del p in cha-
inepto y comilón reaparece entre los Uitoto (Preuss 1, pp- 574-581), Y se le vuelve
a encontrar entre los Uro-Cipaya de la meseta andina (Métral1x,ll). zo": Zorro se empala en un palo puntiagudo, el estómago de la rana es
80 LO SECO Y LO HÚMEDO EL ANIMAL ÁRIDO 81

pinchado con una espina de cacto, Zorro se abre el vientre pinchándose corporales una avispa o abeja de la cual demostr~t;t0s, por vías muy. dife-
con las espinas que erizan el tronco del árbol jyuchanj. Más adelante se rentes, que era una rana transformada por inversión de las ~onnotaclOnes
verificará que estamos ante un motivo fundamental de los mitos de la respectivamente seca y húmeda que poseen esto~ d~s animales. Ahora
miel, y evidentemente habrá que buscar la razón. Por el momento nos bien, está claro que a este respecto el segundo epIS?~O de. M 2 o 8 es un,a
limitaremos a subrayar tres puntos. retransformación de M 1 7 5 por medio de una oposicion triple: seco/~u,
En primer lugar, el "pinchazo" afecta cada vez a un vaso natural: cuer- medo, cerrado/abierto, activo/pasivo, que puede condensarse en la for-
po del zorro o cuerpo de la rana, es decir -cpuesto que el zorro es el mula siguien te:
héroe del mito- un cuerpo propio o un cuerpo otro. En el primer episo-
dio, el cuerpo propio es un continente sin contenido: nada escapa del
cuerpo de Zorro empalado, ya que está en ayunas (sin miel) y sediento
(sin agua). Resucitado por la lluvia que humedece por fuera su cuerpo
desecado, vacío aún y en busca de agua, Zorro se desnuca, introdu-
correspondiendo al hecho de que, en M 1 7 5 , Zorro tiene toda el agua
ciendo así, por medio de su propio cuerpo, el segundo término de una
que pueda desear (exteriorizada por la abeja: en jarros) pero la desdeña,
oposición: »(sceras pinchadas/huesos rotos, cuyo primer término es re-
en tanto que, en M 2 0 S ' está privado del agua que codicia por el hecho
presentado por un cuerpo otro -c-el de la rana- que, a la inversa de
de hallarse esta agua interiorizada por la rana (en su cuerpo).
Zorro, aparece entonces en forma de continente dotado de un conte-
Otro mito toba propone una variante del último episodio de M 2 os-M 2 0 9 :
nido: está llena de agua. Esta realización externa del continente, cuando
su realización interna está excluida, proporciona una nueva ilustración de
un esquema hacia el cual ya hemos llamado la atención (p. 70 ) a propó- M 2 1 o. Toba: Zorro atiborrado de mieL.'
sito del episodio de la miel en el ciclo "Zarigüeya y sus yernos", donde, Zorro pesca en la laguna mientras Carancho busca miel de avispa
en tanto que el mono, el pájaro mosca y el mosquito se llenan activa- Ilecheguana/. Encuentra mucha, pero Zorro no atrapa peces. Toda
mente el buche o la panza de miel (cuerpo propio continente U conteni- su contribución al desayuno consiste en dos malos pájaros Ichumu-
do), el zorro se contenta con asistir pasivamente al llenado de recipientes col. 8 Molesto de que su camarada no aprecie esta caza, Zor::o
de calabaza (cuerpo propio continentettcontenidos, rechaza la miel, pretendiendo que es mala. Carancho lo embruja:
En los dos primeros episodios de M2 08, por consiguiente, el cuerpo - l Que el estómago de Zorro segregue miel! En efecto, Zorro se
propio (el del zorro) es seco, el cuerpo otro (el de la rana) es húmedo, da cuenta de que sus excrementos están llenos de miel, que su sali-
La función del tercer episodio consiste en resolver esta doble antinomia: va apenas expectorada se vuelve miel, y que suda miel por todos
transformándose de cuerpo propio en cuerpos otros (legumbres y fru- los poros.
tos), Zorro opera la conjunción de lo seco y de lo húmedo, ya que los Hecho esto, Carancho , que ha pescado en abundancia, invita
fru tos y las legumbres henchidos de agua son secos por fuera y húmedos a Zorro a comer los peces. Zorro al principio tiene gran apetito,
por dentro. pero cuando Carancho le revela que .10 que cree pe~~ado es en ~ea­
lidad miel mágicamente disfrazada, Sle?te tal repulsión que v~mlta.
Nuestra segunda observación atañe a un punto de detalle cuya impor- No sin orgullo, advierte que las matenas que expulsa se convierten
tancia quedará más de relieve adelante. Si, en el segundo episodio de en sandías: - lSe dijera que soy un brujo: nacen plantas donde
M 2 0 S ' la rana es dueña del agua, es que la ha obtenido abriendo un devuelvo! [Métraux 5, pp. 138-139.)
pozo. Esta técnica está bien atestiguada entre los indios del Chaco, re-
gión donde el agua llega a escasear: "Durante la estación seca, el proble- Esta variante ofrece doble interés. Primero, ilustra una conexión ya
ma del agua es uno de los que tienen para los indígenas importancia observada, en el caso de los I Mundurucú, entre la miel y las sandías
vital. Los antiguos Lule y Vilela, que se hallaban establecidos al sur del (antes, p.4 7). Se recuerda que, para estos indios. las sandías proceden
Bermejo, abrían pozos profundos o constru ían grandes cisternas. Los "del diablo" y que, venenosas primero, hace falta que los hombres las
Lengua actuales tienen pozos profundos de 4.50 a 6 m y de unos 75 domestiquen cultivándolas para poder consumirlas sin peligro. Ahora, el
cm de diámetro. Están hechos de tal suerte que un hombre puede bajar Zorro, divinidad engañadora, desempeña por cierto el papel de un "dia-
por ellos metiendo los pies en entalladuras practicadas en las caras blo" en la mitología de 105 Toba. Los indios Goajiro que habitan en el
opuestas de la pared." (Métraux 14, p. 8) extremo septentrional de la América tropical, en Venezuela, también
Por último, es imposible traer a cuento el motivo del "pinchazo" sin tienen al melón por un alimento "diabólico" (Wilbert 6. p. 172). Lo
remitir a su forma inversa que ilustran, siempre a propósito de Zorro, mismo ocurre con los Tenetehara (Wagley-Galvao, p. 145). Atestiguada
otros mitos del Chaco procedentes de los Toba y los Matako. Estos mi- varias veces en tribus alejadas y diferentes en lengua y cultura, esta natu-
tal {diacutldos en CC, pp. 300-305; M 1 7 5 ) relatan cómo al engañador
'rawkxwex, o IU equivalente toba, Zorro, le tapó todos los orificios 8 Acerca de los pájaros como forma inferior de caza, cf CC, p. 204.
82 LO SECO Y LO HÚMEDO EL ANIMAL ÁRIDO 83

raleza diabólica de las sandías plantea un problema cuya solución habrá Es claro que aquí las sandías son un Ersatz de la miel y el pescado.
que hallar.
¿Qué hay, pues, en común y qué hay de diferente entre estas tres fuen-
. ~?r otra parte, M 2 I o restituye con forma más neta y vigorosa la opo- tes de alimento? Por otra parte, ¿qué hay de común entre las sandías
sicron ya presente en M208_209. entre el zorro desventurado y un com- ,(Citrullus sp.) nacidas de los vómitos de Zorro y las plantas engendradas
pañero mejor dotado que era entonces el pájaro ¡telmat!. y luego el por sus vísceras en M 2 0 8 - 2 0 9 = bejucos comestibles, /tasi/, mandioca, y
lagarto. En efecto, el compañero de que ahora se trata no es otro que entre las que figura ya la sandía? Por último, dqué relación existe con los
Carancho, es decir, el demiurgo (por oposición a Zorro el engañador) que frutos de sachasandia, de los que Zorro es el dueño en M 2 O7 ?

Fig. 9. Pájaros carácará (Milvago chimachima). (De Iheríng.Jcc. cit., arto "carácará".)

Fig. 8. El pajaro carancho (Polyborus plancus). En este conjunto conviene poner en lugar especial la mandioca, que es
(Según Ihering, loco cit.,art., "carancho".) la única planta cultivada. Pero, asimismo, de toda~ las plantas cultiva~,as
es la que requiere menos cuidados y no tiene tiempo de maduración
encarna entre los Toba una falconiiforme depredadora y carroñera, bien señalado. Plantan la mandioca desquejando al principio de la esta-
amante de larvas y de insectos, Polyborus plancus: "Prefiere las regiones de ción lluviosa. Basta con escardar de manera intermitente para que las
sabana y los terrenos descubiertos. Su marcha es un poquito solemne y plantas estén maduras unos meses más tarde: de 8 a 18. según el tipo.
cuando levanta el moño de plumas no carece de cierta prestancia nada En adelante, hasta agotarse, darán raíces comestibles ~n todo ,momento
afín a un género de vida harto plebeyo" (Ihering, art. "caranchovjf del año. 1 o Poco cuidada, capaz de prosperar en las tierras mas pobres,
~n el mito, el demiurgo es un amo de la pesca y de la búsqueda de
miel, y Zorro se pone rabioso al no poderlo igualar. Asqueado de miel 10 Es posible, en efecto, generalizar la observación de Whiffen (p. 193) en el
como el corupira del mito amazónico M 2 0 2 , tendrá que conformarse noroeste amazónico: "Por regla general, se planta la mandioca precisamente antes
con ser amo de las sandías. de las mayores lluvias, pero no hay periodo del año durante el cual no sea posible
recolectar unas cuantas raíces."
En apoyo de las consideraciones precedentes, citemos también estas observaciones
9 El carancho es más grande que el carécará, otra falconiifonne (Milvago chima- de Leeds (pp. 23-24): "Así, pues, la mandioca no tiene periodicidad señalada, su
c"I"'4I). que desempeña el papel de engañador en la mitología caduveo , cf. más producción es regular en el curso de los años ... Puede conservarse cruda o prepa-
lIIIh, p. tilo n, l. rada ... ni siquiera exige esfuerzo especial o concentración de mano de obra en una
84 LO SECO Y LO HÚMEDO EL ANIMAL ÁRIDO 85

siempre disponible ~inclusive, pues, en el mismo tiempo que las plantas Desde principios de abril hasta mediados de junio, los bancos de peces
silvestres en los periodos en que las demás plantas cultivadas ya han sido suben por los ríos anunciando un periodo de abundancia. En junio y
recolectadas, ,si no, ~s que hasta consumidas-, la mandioca representa julio los cursos de agua se van secando, es difícil la pesca y hay de nue-
una fuente alimenticia no marcada y que se halla citada al mismo tiem- vo que recurrir a los frutos silvestres: /tasi/ ya citado, y /tusca/ (Acacia
po que las ~lantas, silvestres qu~, ofrecen valor alimenticio, ya que su aroma), que maduran desde abril hasta septiembre.
~onsumo ?oslb!e ~un en la e~taCl?n ,de los frutos silvestres- tiene mayor Agosto y septiembre son los verdaderos meses de escasez, durante los
importancia practrca, en la dieta indígena, que su inclusión teórica entre cuales se consumen las reservas de frutos secos, complementados por la
las plantas cultivadas. naranja del monte (Cappart's speciosa), las cucurbitáceas, las bromeliá-
En cuanto al sachasandia (Capparis salidfolia), al menos para los Mata- ceas, los tubérculos silvestres, un bejuco comestible (¿Phaseolus? ) y, en
ka, acerca de los que estamos bien informados, se trata de frutos de fin, los frutos de sachasandia de que hemos hablado. En virtud de su
connotación siniestra, ya que son para los indios el medio habitual de sabor amargo, algunos frutos de los ya citados -poroto, naranja del
suicidio, p~es parecen particularmente propensos a abreviar sus días. El monte- deben también ser hervidos en varias aguas y después secados al
envenenamiento por s,achasandia provoca convulsiones, la boca se llena sol, luego de machacados en un mortero. Cuando falta el agua, se recoge
de ~spuma, el corazon late irregularmente con breves interrupciones la que se acumula en la base de las hojas de /caraguata/, una bromeliá-
seguidas de recuperaciones, se contrae la garganta, el enfermo emite soni- cea. y se mastica el tubérculo carnoso de una euforbiácea.
dos ah?g~dos, e~ cuerpo es agitado por sobresaltos, hay contracciones Durante los meses de sequía, las grandes reuniones de población, que
espasmódicas aSI como intensa diarrea. Finalmente el enfermo cae en señalan el tiempo de las fiestas alrededor de la cerveza de algarroba y el
com~ y muere ~~s o menos pro~t~. Por intervención rápida, inyectando de la pesca a lo largo de los ríos, ceden el lugar a una vida nómada y
~or.fIna y administrando un emetrco, Se ha conseguido salvar a varias dispersa. Las familias se separan y andan errantes por los bosques en
Vlctlm~~. que luego describieron los síntomas experimentados: profunda busca de plantas silvestres y de caza. En efecto, todas las tribus cazan,
depresión seguida de vértigos. "como si el mundo se volcase" que obli- sobre todo los Matako, que no tienen acceso a los ríos. Las grandes
gan a tenderse (Métraux 10). ' cazas colectivas, a menudo quemando la maleza, se realizan principal-
Es, cornpreusible .e~tonces que los /rutos de sachasandia no figuren en mente durante la estación seca, pero también se caza durante el resto del
el regrmen alimenticio del Chaco mas que en los periodos de hambre. Y año.
hay qu.e ~ometerlos ,a, cinco ebulliciones sucesivas, cambiando el agua, Los Toba, que denominan /káktapigá/ a este periodo, subrayan en sus
para eliminar la t~xICldad. Pero lo mismo es cierto, si bien en menor relatos que entonces los animales están delgados y desprovistos de esa
grado, de la mayorra de las plantas silvestres que hemos enumerado grasa tan necesaria a la alimentación de los cazadores. Es el tiempo del
,Varios autores (Métraux 14, pp. 3-28; 12. pp. 246-247; Henry 2'; Sus- "mal de hambre"; la boca desecada carece de saliva y la carne de ema
nik, pp., 20-21, 48~49, 87, 104) han descrito bien el ciclo de la vida /nandu/ asegura apenas la subsistencia. Cunde entonces la gripe, mueren
eco no mica en el Chaco. Desde el mes de noviembre hasta enero o febre- niños de pecho y viejos; se consumen armadillos y se duerme muy cerca
ro, los indi?s del Pilcomayo consumen como cerveza ligeramente fermen- de la lumbre y cubriéndose bien...
tada las vamas de algarroba (Prosopis sp.) y los frutos alimenticios del Por lo que precede se ve que. aunque no exista verdadera estación de
chanar (Gourleia decorticans) y ?el, mis tal (Zizyphus mistol). Es la época las lluvias en el Chaco, donde puede' haber intensas precipitaciones en
que los Toba lIa:nan,/kotap/, aS,lmtlada al "bienestar", cuando abunda la cualquier momento del año, las lluvias tienden, sin embargo, a concen-
c~~ne ~asa d~ pecan y de coatr: tiempo de las fiestas y regocijos, de las trarse de octubre a marzo (Grubb, p. 306). Todas las plantas del zorro
VISItas mt~rtnbales, de los sacos llenos de carne ofrecidos como presente aparecen pues como alimentos de estación seca, lo cual es también el
por el novio a su futura suegra. caso para el pescado y la miel, recolectada principalmente durante el
En febrero-marzo, otros productos silvestres reemplazan a los prece- periodo de nomadismo. Pero esta estación seca se presenta alternativa-
dentes: poro~o del monte (Capparis retusa), tasi (Morrenia odorata) mente con dos aspectos: el de la abundancia y el de la escasez. Todos
tunas (Opu,ntza) se agregan. en las tribus agrícolas, al maíz, a las calaba. nuestros mitos se relacionan con la estación seca, considerada ora con su
zas y sandias. En cuanto cesan las lluvias, en abril, se ponen a secar al aspecto más favorable, caracterizado por abundancia de pescado y miel
sol los excedentes .de frutos silvestres, pensando en el invierno, y se (que les gusta particularmente a los indios del Chaco, según subraya
preparan las plantaciones. Métraux, loe. cít., p. 7), ora con su aspecto más pobre y angustioso, ya
época ~eterminada, ni aun para la recolección, que se hace de cuando en cuando, que la mayoría de los frutos silvestres de la estación seca son venenosos
en cantidades pequeñas. Por consiguiente, los caracteres de este cultivo y sus exi- o amargos y exigen un tratamiento complicado antes de que puedan ser
gencias de mano de obra no implican organización centralizada alguna, que no consumidos sin peligro. Productos del principio de la estación seca, las
sería necesaria ni para la producción ni para la distribución. En conjunto se puede sandías deben el no ser ya venenosas al hecho de ser cultivadas. Ocultan-
decir lo mismo de la caza, de la pesca y de la recolección de productos silvestres." do bajo su dura corteza abundante agua y perpetuando así, hasta la
86 LO SECO Y LO HÚMEDO

estación seca, los últimos beneficios de las lluvias que acaban, ilustran al
maxrmo y en forma paradójica el contraste entre el continente y el con-
tenido: el uno seco, el otro húmedo;ll y pueden servir de emblema a
un dios engañador. también él paradójicamente diferente por dentro y por
fuera.
Por lo demás, a su manera, el árbol {yuchan/. cuyas espinas destripan a
Zorro, dno es comparable a las sandías y otros frutos suculentos de la
estación seca? En la mitología de los Matako y de los Ashluslay (MIlI)
el ¡yuchan/ es el árbol que otrora contenía en su tronco inflado toda el
agua del mundo, donde los hombres se abastecían de pescado durante el
año entero. Así que interioriza el agua terrestre y neutraliza la oposición
III
entre la estación de la pesca y la estación sin pescado, como los frutos
silvestres interiorizan el agua celeste y neutralizan así, aunque de manera
relativa pero empíricamente verificable, la oposición de la estación seca
y la estación lluviosa. Volveremos a encontrar, en los mitos de la Guaya- HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL, DE SU VIL
na, árboles pertenecientes como el ¡yuchanl a la familia de las bomba- SEDUCTOR Y DE SU TÍMIDO ESPOSO
ceas, y casi ni habrá que mencionar que su papel de árboles de la vida
está atestiguado hasta en la mitología maya antigua. Pero que el tema
exista también en el Chaco, y con la forma particular del árbol lleno de
agua y de peces, atestigua que, en esta región, posee un vínculo original a) EN EL CHACO
con la infraestructura tecnoeconómica: en forma alegórica, la sequedad
espinosa del tronco encierra el agua y los peces, como la estación seca
EL PRIMERO de los mitos "con miel" del Chaco que hemos discutido
encierra el periodo privilegiado en que los peces se toman abundantes en
(M2 0 7 ) , donde Zorro desempeña el principal papel, permite presentir la
los ríos, y como incluye en su duración el periodo de maduración de
intervención de una pareja femenina: muchacha que seduce a Zorro
los frutos silvestres, que encierran agua en en el espacio circunscrito por
después de que ha adoptado apariencia de buen mozo y con la que se va
su dura corteza.
a casar. Un mito pequeño vuelve a este detalle; concisamente, anticipa
Finalmente, como los peces, la miel supone al tiempo el agua (con la
un importante grupo de mitos que es posible aislar en cuanto se reco-
que se la diluye para confeccionar el hidromel) y la sequía. Son media-
noce en él, diversamente transformado, el esquema fundamental del cual
ción de lo seco y lo húmedo, y al mismo tiempo de lo alto y lo bajo,
M2 1 1 evoca los contornos:
ya que, durante la estación seca lo seco es de orden atmosférico, o sea
celeste, y en ausencia de lluvia el agua sólo puede proceder de la tierra: M2 1 1• Toba: Zorro enfermo.
de los pozos, de hecho. La mediación que ilustran la miel y el pescado
es pues la más ambiciosa por lo que a alcance toca, en razón del aparta- De regreso de una fructuosa recolección de miel, en la que había
miento de los términos que aproxima, y la más remuneradora en conse- participado con la demás gente del pueblo, a Zorro le picó una
araña venenosa. Su mujer llamó a cuatro célebres curanderos para
cuencias, ya calificadas desde el punto de vista de la cantidad (los peces cuidarlo. En aquel tiempo, Zorro tenía forma humana. Como
que constituyen el alimento más abundante), o desde el de la calidad (la deseaba a su cuñada, que era más bonita que su mujer, exigió y
miel, que es el más exquisito de los alimentos). El zorro logra operar la consiguió que le sirviera de enfermera. Contaba con la cercanía
misma mediación, aunque a un nivel mediocre: suculentos y todo, los para seducirla. Pero ella se negó en redondo y lo denunció a su
frutos silvestres no reemplazan al agua, y exigen gran cuidado para ser hermana que, de rabia, abandonó a su marido. Una conducta tan
recolectados y tomados propios para el consumo. Por último, esta poco acorde con el mal que pretendía padecer acabó por despertar
mediación al buen tuntún la realiza el zorro a igual distancia de lo alto y sospechas, y Zorro fue desenmascarado (Métraux 5, pp. 139-140).
lo bajo -a la mitad de la altura del árbol y sacrificando sus partes me-
dias: que en el plano anatómico las vísceras están también a medio He aquí ahora variantes del mismo mito, pero con formas mucho más
camino entre lo alto y lo bajo. desarrolladas:
M 2 1 2 • Toba: la chica loca por la miel (1).
11 La versión Kruse de M I S7 (antes, p.46) se explaya muy elocuentemente
Sakhé era la hija del amo de los espíritus acuáticos, y tanto le
sobre este particular: "Cuando los frutos estén duros -anunda la madre de las
plantas cultivadas- serán buenos para comer." gustaba la miel, que no hacía más que pedir. Fastidiados por su
87
88 LO SECO Y LO HÚMEDO HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 89

insistencia, hombres y mujeres le respondían: ~ j Césatet Hasta su cazador, y sabe encontrar miel. .. No me regañes nunca, o me iré.
madre, cuando la importunaba para obtener miel, le decía que más La abuela protesta diciendo que no tiene semejante intención, y
le valdría casarse. que está encantada. El niño consiente en ir por su padre.
De suerte que la joven decidió casarse con Carpintero, afamado A su suegra, que prodiga las amabilidades, Carpintero le dice que
buscador de miel. Precisamente estaba en el bosque con otros pája- no necesita nada, que no quiere cerveza de algarroba y que sabe
ros ocupados, como él, en abrir con el pico los troncos para llegar arreglárselas él solo. Que sea buena la vieja con su nieto. Heredará
a los nidos de abejas. Zorro fingía ayudarlos, pero se limitaba a de su padre, que se promete tener otros hijos.
dar bastonazos a los árboles. Ahora Carpintero va a vengarse. Acusa a Zorro de haber mentido
Sakhé se enteró del lugar donde estaba Carpintero. Yendo en la a propósito de su mal. lPor causa de él, la mujer ha estado a pun-
dirección indicada se encontró con Zorro, que trató de hacerse to de perecer de sed en la maleza! Zorro protesta, incrimina el
pasar por el pájaro. Pero no tenía roja la garganta, y en vez de pudor excesivo de su víctima que -dice- se ha asustado sin moti-
miel no llevaba más que tierra en el zurrón. La chica no se dejó vo. Ofrece regalos que Carpintero rechaza. Ayudado por su hijo,
engañar. siguió su camino y al fin encontró a Carpintero, a quien éste ata a Zorro y el niño se encarga de cortarle el pescuezo con el
propuso matrimonio. Carpintero manifiesta poco entusiasmo, cuchillo de su abuelo. Pues el hijo era más valiente que el padre
discute, declara su certidumbre de que los padres de la muchacha (Métraux 5, pp. 146-148).
no lo querrán. Entonces ella insiste y se disgusta: - ¡Mi madre vive
sola, y ya está harta de mí! Felizmente, Carpintero tiene miel y A continuación de este mito, Métraux señala algunas variantes obteni-
Sakhé se sosiega comiendo. Por último dice Carpintero: -Si es ver- das de sus informadores, algunas de las cuales reproducen M 2 o 7 en tanto
dad que tu madre te envía con tal intención, me casaré contigo sin
que otras se acercan a la versión publicada por Palavecino. En esta ver-
temor. Pero si mintieras, ecómo casarme contigo? INo estoy lo-
co! Diciendo lo cual desciende del árbol al que se había subido, sión, la heroína reconoce a Zorro por su característico hedor (cf. M 1 03)'
con su saco lleno de miel. Por tanto, Zorro hiede como un zarigücva, pero, de creer a los mitos
Por lo que respecta a Zorro, el muy perezoso se había llenado el toba, menos que la mofeta, que caza y mata a los cerdos con sus pedos
zurrón de frutos de sachasandia y de tasi, que es 10 que se con- hediondos, en tanto que Zorro fracasa al pretender hacer otro tanto
sume cuando no se ha encontrado otra cosa. No obstante, los días (M 2 1 2b, Métraux S, p. 128). Casada con Carpintero y ricamente abaste-
siguientes Zorro se abstuvo de volver a la miel con los que no esta- cida de miel, la heroína se la niega a su madre. Sorprendida mientras se
ban satisfechos de la primera recolección. Prefería robar la miel y baña por Zorro, antes que ceder a él se transforma en capivara. A partir
comérsela. de este momento la versión Palavecino toma un sesgo claramente dis-
Un día Carpintero había dejado a su mujer sola en el campa-
tinto:
mento y Zorro quiso aprovechar la ocasión. Pretendió que tenía en
el pie una aatillita que le impedía seguir a sus compañeros y retor-
nó solo al campamento. Apenas llegado, trató de violar a la mujer. M2 1 3• Toba: la chica loca por la miel (2).
Pero ésta, que estaba encinta, se escapó a la maleza. Zorro fingió
dormir. Estaba tremendamente humillado. Tras el fracaso de sus iniciativas amorosas, Zorro no sabe cómo
Cuando Carpintero retornó, se inquietó por su mujer, y Zorro lo escapar de la venganza del marido ofendido. En vista de que la
engañó. pretendiendo que precisamente acababa de partir acompa- mujer ha desaparecido, cp or qué no hacerse pasar por ella? Adop-
ñada de su madre. Carpintero, que era jefe, ordenó que la fuesen a ta pues la apariencia de su víctima y cuando Carpintero se lo pide,
buscar. Pero la madre no estaba en casa y la mujer había desapare- se pone a despiojado, servicio que habitualmente presta la mujer al
cido. Carpintero disparó entonces flechas mágicas en varias direc- marido. Pero Zorro es torpe: hiere a Carpintero con la aguja,
ciones. Las que nada veían volvían a él. Cuando la tercera flecha intentando matar los piojos. Lleno de sospechas, Carpintero ruega
no retomó, Carpintero supo que había caído en el sitio donde a una hormiga que pique a su pretendida mujer en la pierna. Zorro
estaba su mujer y se puso en camino para alcanzarla. lanza un aullido poco femenino que lo traiciona. Carpintero lo
Mientras tanto, el hijo de Carpintero (hay que suponer que había mata y se pone a buscar el refugio de su mujer por medio de las
nacido y crecido en el intervalo) reconoce la flecha de su padre. flechas mágicas. Enterado por una de éstas de la transformación en
Con la madre, sale a su encuentro; se besan, lloran de alegría. La capivara, renuncia a buscarla, pensando que en adelante no le fal-
mujer cuenta a su marido lo que ocurrió. tará nada. Desecado y momificado por el sol, Zorro resucita bajo
La mujer y el niño son los primeros en llegar al campamento. la lluvia y sigue su camino (Palavecino, pp. 265-267).
Distribuyen alimento a todos, y la madre hace reconocer al niño.
Pero la abuela, que desconoce el matrimonio de su hija y su mater-
nidad, se pasma. -Pues sí -explica esta última-, me regañabas, Antes de pasar revista a las variantes matako de la historia de la chica
partí y me casé. La vieja no responde palabra, y la hija también le loca por la miel, introduciremos un mito sobre el origen nade la miel
tenía ojeriza por haberla regañado y echado cuando le pidiera sino del hidromel, que atestigua la importancia de esta bebida fermen-
miel. Interviene el niño: -Mi padre es Carpintero, gran jefe, lucido tada entre los indígenas del Chaco.
90 LO SECO Y LO HÚMEDO HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 91

M2 14' Matako: origen del hidromel. carse y comer toda la miel que quiso. Se celebró la boda. Tawkx-
wax sintió celos, pues codiciaba a la muchacha; ésta lo despreciaba
En el tiempo en que todavía se desconocía el hidromel, un viejo y se lo dijo. Todas las noches, cuando Carpintero volvía al d.omici-
tuvo la idea de diluir la miel con agua y dejar el líquido fermentar lio conyugal, ella lo despiojaba delicadamente, con una espma de
toda la noche. Llegado el día, bebió un poco y le pareció deli- cacto.
cioso, pero nadie más quiso probar aquello, temiendo que fuese Un día que estaba con la regla y se había quedado en el pueblo,
veneno. El viejo dijo que haría la experiencia, pues a su edad la Tawkxwax la sorprendió bañándose. Ella huyó, abandonando sus
muerte tendría poca importancia. Bebió y se desplomó como vestidos. T. se los puso y adoptó el aspecto de una mujer, que
muerto. Pero durante la noche volvió en sí y explico a todos que Carpintero tomó por la suya. Le rogó, pues, que lo despiojara
no era veneno. Los hombres abrieron una artesa más grande en un como de costumbre, pero a cada movimiento T. le desollaba la
tronco y bebieron todo el hidromel que pudieron preparar. Fue un cabeza. Esto encolerizó a Carpintero y le inspiró sospechas. Llamó
pájaro el que labró el primer tambor y lo batió toda la noche; al a una hormiga y le rogó que se metiera entre las piernas de T. -Si
día siguiente se convirtió en hombre (Métraux 3, p. 54). ves vulva, bien, pero si ves pene, muerde. Sorprendido por el
dolor, T. se levanta la falda y se expone; recibe buena paliza.
El interés de este breve mito es establecer una equivalencia doble: Entonces Carpin tero se echa a buscar a su mujer.
entre la miel fermentada y el veneno por una parte, entre la artesa para Pero no vuelve, y Sol se inquieta. Sigue las huellas de su yerno
hidromel y el tambor de madera por otra. La primera confirma nuestras hasta una charca, donde desaparecen. Sol cC,ha su lanza a la charca,
observaciones anteriores; la importancia de la segunda aparecerá mucho que se deseca en el acto, En el fondo habla dos pe.ces flaguf, u.."o
más tarde, y por el momento la dejaremos a un lado. Finalmente, se pequeño y otro grande. Sol consigue hacer que vomite el pequeno,
advertirá que la invención de la artesa-tambor acarrea la transformación pero tenía el estómago, vacío. ~i~o lo mis~~ c~~ el grande:. que
de un animal en ser humano y que, por consiguien te, la invención del devolvió a Carpintero. Este resucrto y se volvió pájaro. A la hija de
hidromel opera un tránsito de la naturaleza a la cultura, como se des- Sol no se la volvió a ver más (Métraux 3, pp. 34-36).
prendía ya de nuestro análisis de los mitos sobre el origen (de la fiesta)
Otra variante de la misma compilación (M 2 1 7) relata que Sol tiene dos
de la miel (MISS, M I 8 9 ) ; en cambio, un mito botocudo ya discutido
hijas y que se alimenta de animales acuáticos flewof parecidos a cai~~­
(M 2 04) imputa al irára, dueño de la miel sin agua [anhidromel, por con-
nes, amos del viento, de la tempestad y el aguacero, y que son arco ms
siguiente), la responsabilidad de la transformación inversa: humanos en
encarnados. El relato continúa casi idéntico a la versión precedente,
animales. Otro mito matako lo confirma (M 2 I s); quien come demasiada
salvo que Sol recomienda a su hija que se case porque él es incapaz de
miel sin beber se ahoga y corre el peligro de perecer. La miel y el agua
suministrarle miel de la calidad que ella prefiere. Después de desenmas-
se implican mutuamente, se intercambia una por otra (Métraux 3, pp.
carar al engañador, Carpintero 10 mata y después encuentra a s~ muj~r
74-75). Después de haber subrayado la importancia de esta correlación
en casa de su padre, donde entre tanto ha dado a luz. Dos dias mas
en el pensamiento matako, podemos abordar los mitos esenciales.
tarde Sol ruega a su yerno que vaya a pescar flewof en el agua de un
lago. 'Carpintero lo hace, pero uno de los monstruos acuáticos se lo
Mz I 6' Matako: la chica loca por la miel (1). traga. La joven suplica al padre que le devuelva su marido. Sol descubre
La hija del Sol adoraba la miel y las larvas de abeja. Como era al culpable, le ordena devolver la víctima. Carpintero se escapa volando
muy blanca de piel y bonita, decidió no casarse más que con un de la boca del monstruo íibid., pp. 36-37).
hombre consumado maestro en la recolección de miel de la varie- Una versión más, la tercera, procede también de los Matako pero difie-
dad falesf, muy difícil de extraer de los árboles huecos, y su padre re sensiblemente de las precedentes.
le dijo que Carpintero sería un esposo ideal. Así que se puso a
buscarlo y penetró en el bosque, donde sonaban hachazos. M2 1 8' Matako: la chica loca por la miel (3 J.
Encontró primero un pájaro que no supo ahondar lo bastante
para encontrar miel, y ella siguió su camino. En el momento de En los primeros tiempos los animales eran hombres y se alimen-
dar con Carpintero, pisó por azar una rama seca, que crujió bajo taban de miel de abeja exclusivamente.
su paso. Asustado, Carpintero se refugió en la cima del árbol que La hija menor del Sol aborrecía a su padre, que era un gran jefe
estaba perforando. Desde arriba preguntó a la muchacha qué que- y vivía a la orilla de un lago, porque no le daba de com~r bastan-
ría. Ella explicó. Aunque fuese bonita, Carpintero le tenía miedo. tes larvas. Aconsejada por él, se puso en bU,s.ca de Carpintero, el
Cuando ella le pidió de beber (pues no ignoraba que Carpintero mejor buscador de miel entre todos los pajaros. El pue~lo de
siempre llevaba una calabaza llena de agua), él empezó a descen- Carpintero estaba muy alejado del de su padre. Cuando dio con
der, pero volvió a entrarle el miedo y retornó a su reíu$io. La Carpintero, se casó con él.
chica le dijo que lo admiraba y deseaba tenerlo por mando. Al Al principio de la tercera luna, Takjuaj (=- Tawkxwax) apareció
final persuadió a Carpintero para que bajara con ella y pudo refres- en el pueblo de Carpintero con el pretexto de participar en la
LO SECO Y LO HÚMEDO HISTORIA DE LA CmCA LOCA POR LA MIEL 93

recolección de la miel. Un día que los recolectores trabajaban a Zorro es perforado antes de ser tapado (M 2 1 9), o tapado antes de ser
poca distancia del pueblo, se hirió a propósito el pie con una perforado (MI 7 s ): ya continente sin contenido propio (cuando se le
espina y pidió a la hija del Sol que 10 transportara a la espalda escapa el alimento del cuerpo), ya contenido de otro continente (el
hasta el pueblo. Así, a horcajadas, intenta copular por detrás con árbol hueco donde es aprisionado). Retornamos así a consideraciones
la joven. Furiosa, ella lo deja caer y se va con su padre el Sol. anteriores a propósito de un mito mundurucú (M 9 7 ; cf. antes,
Takjuaj está perplejo. d Qué dirá Carpintero cuando no encuentre
a su mujer? dAcaso querrá vengarse y lo matará? Decide, pues, pp. 69-70) y de otros mitos del Chaco (M 2 0 8 ; ~L pp. 77-81).,
adoptar la apariencia de su víctima [var.: se modela senos y una Ni duda cabe de que a este respecto los mitos mundurucú y los del
vulva de arcilla]. Carpintero retorna, da toda la miel que ha reco- Chaco se iluminan mutuamente. En los primeros, los cánidos desem-
lectado a la que cree su mujer, pero, por el modo desacostum- peñan igualmente un papel: como héroe mundurucú (M 2 20)' Zorro ata
brado de Takjuaj para comer las larvas de abeja (pinchándolas en su enemigo Jaguar a un tronco de árbol, so pretexto de protegerlo con-
una aguja) [var.: por el modo como T. lo despioja], Carpintero tra un viento violento (comparar con M 2 19: Zorro es aprisionado, él, en
reconoce la superchería y hace que se la confirme una hormiga, un tronco de árbol -árbol = prisión interna/prisión externa-e de donde
que envía a inspeccionar el fundamento de su mujer [var.: mor- será liberado por un viento violento); una avispa no consigue liberar a
dido por la hormiga, T. da un brinco y pierde sus atributos posti-
Jaguar (M 2 1 9: una abeja consigue aprisionar a Zorro). Después de lo
zos]. Mata entonces a Takjuaj a bastonazos y oculta su cadáver en
un árbol hueco. Parte en busca de su mujer. cual Jaguar, para atrapar a Zorro, se esconde en un árbol hueco d?nde
La encuentra en casa de Sol, que ruega a su yerno que vaya por Zorro le obliga a traicionar su presencia haciéndole creer que el árbol
un flewool. pues tal era su único alimento. El monstruo devora al hueco habla cuando está vacío, pero se calla cuando aloja a un ocu-
pescador. La mujer exige la devolución de su marido. Sol va al pante: o sea una trasposición a código acústico de la oposición entre
flewoof, le hace vomitar, el alma de Carpintero escapa volando; en continente propio sin contenido (caso del árbol locuaz) y contenido otro
adelante Carpintero ha quedado convertido en pájaro. Tal es el en continente (caso del árbol mudo). Esta simetría entre mitos del
origen de los pájaros carpinteros, tal como los vemos hoy (Palave- Chaco y un mito mundurucú se prolonga, de manera significativa, en el
cino, pp, 257-258). uso que hace este último del motivo bien conocido del "bicho enfol-
hado": el zorro acaba de engañar al jaguar untándose miel (uso externo!
El motivo del engañador aprisionado en un árbol hueco, cuya impor- uso interno) y revolcándose en hojas muertas que se le pegan al cuerpo.
tancia saldrá a relucir más adelante, está también en otro mito de la Disfrazado así, consigue llegar a la orilla cuyo acceso quería impedirle el
misma colección: jaguar (Cauto de Magalháes, pp. 260~264; Kruse 2, pp. 631-632). Gracias
a la miel (de la cual, sin embargo, hace un uso no alimenticio), Zorro
M2 19- Matako: el engañador tapado y embotellado. mundurucú consigue pues beber, en tanto que en los mitos del Chaco,
Zorro, que tiene mucha sed (por haber consumido demasiada miel), no
En el curso de sus peregrinaciones, Takjuaj halla un mistol (Zizy-
lo logra, por estar desecadas las charcas. Otro mito mundurucú (M 2 2 1)
phus mistol) cuyos frutos caídos cubren el suelo. Comienza a
comer y aprecia que el alimento le sale intacto por el ano; remedia cuyos protagonistas son el zorro y el buitre de la carroña (o sea el
tal inconveniente por medio de un tapón de "pasto" (épasta? come-crudo contra el come-podrido] transforma el motivo del "bicho
dpaja? Cf. MI). Después de engordar un poco, T. encontró a la enfolhado": víctima en lugar de perseguidor, Zorro se unta el cuerpo de
abeja /nakuó/ [;::: moro moro, cf. Palavecino, pp. 252-253] Y le pidió cera (/miel) a fin de pegarse plumas (lhojas). Así ataviado, pretende
miel. La abeja fingió estar de acuerdo y le hizo entrar en un árbol volar por los aires (lnadar en el agua) para seguir al buitre (¡para huir
hueco, que estaba efectivamente lleno de miel, pero cuya entrada del jaguar). Pero el sol derrite la cera y Zorro se mata estrellándose en el
ella se apresuró a tapar con barro. T. quedó prisionero durante una suelo, en vez de que, en M 2 2 O, el agua disuelva la miel y Zorro consiga
lunación hasta que un violento viento destroza el árbol y lo libera sobrevivir escapando a nado (cf. Farabee 4, p. 134). Todas estas trans-
(Palavecino, p. 247). formaciones atestiguan que nos las vemos con un sistema coherente
cuyas fronteras lógicas coinciden con las geográficas de la cuenca del
Este mito recuerda otro (M 17 s : cL ce, pp. 301-305), donde el mismo Amazonas y del Chaco, pese a la distancia que separa a las dos regiones.
-engañador se las ve también con una abeja o avispa que tapa todos sus Pero de ser así, acaso tengamos derecho de intentar aclarar un detalle
orificios corporales. Sea con apariencia humana (matako) o animal (to- de los mitos del Chaco por un detalle correspondiente de un mito mun-
ba), el zorro aparece así, en los mitos del Chaco, como un personaje durucú. Se recordará que una variante matako de la historia de la chica
cuyo cuerpo es argumento de una dialéctica de lo abierto y lo cerrado, loca por la miel (M 2 16) la pinta como "blanca de piel y muy bonita".
del continente y el contenido, de fuera y de dentro. La perforación puede Ahora, la cosmogonía mundurucú tiene a la luna por metamorfosis de
ser externa (adjunción de atributos femeninos). la obturación interna una virgen joven de piel muy blanca (Farabee, ibid., p- 138; otras versio-
(obturación de los orificios, por exceso en 1\.1 I 7 S , por defecto en 1\.1 2 1 v ). nes en: Kruse 3, pp. 1000-1003, Murphy 1, p. 86). La confrontación es
94 LO SECO Y LO HÚMEDO HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 95

tanto más sugestiva cuanto que existe una creencia generalizada, de la alma de una vieja no pudo atrapar nada y las otras almas se nega-
Guayana, según la cual la miel falta en periodo de luna llena (Ahlbrinck, ron a darle la menor limosna. Entonces el alma de la vieja se enfa-
arto "nuno" § 5, Y "wano" § 2). La historia de la chica loca por la miel dó. Mudada en capivara, se puso a roer el pie del árbol hasta tirar-
pudiera pues admitir una lectura en términos de código astronómico en lo, para gran perjuicio de toda la población (Guevara, p. 62, cit.
por Lehmann Nitsche 6, pp. 156·157).
que la heroína (que como sabemos tiene al Sol por padre) encarnaría la
luna llena, y su avidez de miel sería tanto mayor cuanto que en presen-
cia suya la miel falta por completo. También aquí, por consiguiente, se trata de una mujer frustrada. Mas
En apoyo de este precedente negativo citaremos una variante de M 2 18, en este último avatar se reconoce fácilmente la hero ína de un mito
muy alejada por cierto, pues procede de los Pima de Arizona (M 2 1 8 b); matako sobre el origen de las Pléyades (M 1 3 1 a): vieja responsable de la
Coyote pretende haberse herido y exige que su cuñada se lo cargue a la pérdida de los peces y de la miel, otrora disponibles durante todo el año
espalda; aprovecha para copular por detrás. Este atentado acarrea el y cuya estación será en adelante anunciada por la aparición de las Pléya-
aprisionamiento de todos los animales: o sea la caza perdida, en vez de des (CC, pp. 239ss). Así que es ciertamente del carácter estacional de la
la miel perdida, como en América del Sur. Pero la versión norteameri- recolección de la miel de lo que se encarga, por decirlo así, la heroína
cana parece conservar el recuerdo de la afinidad entre los dos temas de nuestros mitos, y cuya responsabilidad asume.
hasta el punto de utilizar metafóricamente uno para describir el otro: En estas condiciones no podría dejar de citarse que los Vapidiana,
liberador de la caza, Coyote abre de par en par la puerta de la prisión establecidos en la frontera de la Guayana y Brasil, llaman a la constela-
"y los cérvidos y los demás animales que se cazan salieron en multitud ción de Aries -o sea el Carnero- "el Capivara", y que su aparición
(swarmed out: en enjambre) como se escapan las abejas de una colmena anuncia para ellos el tiempo de las plantaciones, que es también el de los
que se acaba de abrir" [Russell, pp. 217-218). Con o sin referencia a la saltamontes y de la caza del capivara [f'arabee 1, pp. 101, 103). Sin
miel, los mitos del Chaco que acabamos de repasar reaparecen en Amé- duda esta región septentrional está muy alejada del Chaco, tiene dife-
rica del Norte, de California a las cuencas de los ríos Columbia y Fraser. rente clima, y el calendario de las ocupaciones difiere entre un lugar y
Es aquí el lugar de otra observación. En M 2 I 3, la chica loca por la otro. Volveremos a esto cuando tratemos de demostrar que a pesar de
miel se convierte en capivara. Otra versión matako (M2 2 2) cuenta la estas diferencias los ciclos de la vida económica tienen algo en común.
transformación de una muchacha loca por la miel de la avispa /leche- El orto de Aries precede dos o tres semanas al de las Pléyades, cuya
guanaj en un roedor nocturno no identificado (Métraux 3, p. 57 y n. 1). importancia para la vida económica y religiosa de las tribus del Chaco es
Es sabido que el capivara (Hydrochoerus capibara), nocturno también conocida. Entre los Vapidiana, la triple connotación de Aries sugiere
(Ihering, art. "capivara"), es el mayor roedor conocido, del cual otro también la estación seca, que es la de los desmontes, de los grandes
roedor, más pequeño pero de buen tamaño, así y todo, y con las mismas enjambres de saltamontes y también de la caza de los capivaras: más
costumbres (vizcacha según el informador: cl.agostomus maximus?), fáciles de descubrir cuando están bajas las aguas, ya que estos animales
podría tanto mejor ser una variante combinatoria cuanto que la lengua viven prácticamente inmersos durante el día y esperan la noche para
bororo, por ejemplo, forma el nombre de otros roedores sobre el modelo aparecer en las riberas.
del nombre del capivara; /okiwa/ da /okiwareu/, "parecido al capivara" No hemos hallado referencia a la constelación de Aries en la astrono-
;z rata. mía de las tribus del Chaco, con todo y haber sido estudiada minuciosa-
El capivara desempeña un papel bastante borroso en los mitos de mente por Lehmann-Nitsche. Pero si pudiera admitirse, fundándose en la
América tropical. Al final de este libro discutiremos un mito tacana afinidad hartas veces verificada entre los mitos del Chaco y los de la
(M 3 0 2 ) que atribuye el origen de los capivaras a la glotonería de una Guayana, que la metamorfosis en capivara contiene una alusión implícita
mujer ávida de carne, no ya de miel. Según los Warrau de Venezuela a una constelación anunciadora de la estación seca, sería ya posible
(M 2 2 3)' este origen se remontaría a la transformación de mujeres inso- integrar los dos aspectos, astronómico y meteorológico, que hemos reco-
portables y desobedientes (wílbert 9, pp. 158-160), calificativos igual- nocido en los mitos del Chaco relativos a la recolección de la miel.
mente aplicables a la chica loca por la miel que no cesa de importunar a Vistas así las cosas, la oposición diurno/nocturno de M 2 2 2 traspondría,
los suyos para obtener la golosina apetecida. . a escala de periodicidad aún más corta que las otras dos (es decir, coti-
En el Chaco mismo, un mito cosmológico termina con la transforma- diana en vez de mensual o estacional), la oposición fundamental entre
ción de una mujer en capivara: las dos estaciones que es, a fin de cuentas, la de lo seco y lo húmedo:

M2 2 4. Mocovi: origen de los capiuaras.


. En otro. tiempo, un árbol llamado Nalliagdigua se elevaba de la
tierra al cielo, Las al,mas lo escalaban de rama en rama y llegaban así
halta lagol y un no donde pescaban en abundancia. Un día el
96 LO SECO Y LO IIÚMEDO HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 97

Periodicidad estacional:
I
húmedo
las estaciones y la unión paradójica, durante la estación seca, de los
seco alimentos "húmedos" (miel y frutos silvestres) y la ausencia de agua.
I En todas las versiones la heroína puede elegir entre dos términos
mensual:
I
bma l/eTUl
I
luna nueva conjuntados potenciales: el pájaro carpintero, novio vergonzoso pero que
I
posee el secreto de la conjunción de lo seco y lo húmedo: aun durante
I la búsqueda de miel de la estación seca sigue siendo dueño de un agua
cotidiana: noche inagotable que lleva en la cantimplora de la que nunca se separa; de
hecho, hasta ofrece el agua antes que la miel. 1 A todos estos respectos
Por lo demás, entre los Toba el vizcacha (en el cual hemos propuesto el zorro se opone al carpintero: seductor descarado, privado de miel
ver una variante combinatoria del capivara} da su nombre a una constela- (que pretende reemplazar por tierra o por frutos silvestres de la estación
ción no identificada (Lehmann-Nitsche S, pp. 195-196), de suerte que seca). y privado de agua. Incluso cuando llega a procurarse miel. le falta
pudiera ser que cada nivel preservase los caracteres de los otros dos y el agua y esta carencia acarrea su pérdida. La relación de oposición del
difiriese solamente en el orden jerárquico que impone a los tres tipos de zorro y el carpintero puede escribirse por lo tanto de manera simplifi-
periodicidad. Estos se hallarían presentes en cada nivel, uno solo de cada: {seco-caguajjfseco-j-agua],
manera patente y los otros dos en forma disimulada. Entre los dos, la chica loca por la miel ocupa una posición ambigua.
Podemos entonces intentar contemplar sintéticamente el conjunto de Por un lado, es zorra, por privada de miel y por mendiga, si no es que
los mitos del Chaco cuya heroína es una chica loca por la miel. Esta ladrona; pero por otro podría ser carpintera, abundantemente provista
heroína tiene por padre al amo de los Espíritus acuáticos (M 2 1 2) o al de miel y de agua si llegase a estabilizar su matrimonio con el pájaro.
Sol. (M 2 L6) que se alimenta de animales acuáticos, originadores de la Que no lo consiga, plantea un problema que será resuelto más adelante
Iluvia y la tempestad (M 2 17, M 2 1 8), Y que se confunden con el arco íris en este trabajo. De momento nos limitaremos a señalar un parecido de
(M 2 17). Esta oposición inicial recuerda un célebre motivo mitológico de nuestra heroína con un pequeño mito amazónico de procedencia incier-
la región de los Caribes (América central, Antillas y Guayaría]: conflicto ta, que ilumina un aspecto de los que acabamos de considerar. En dicho
entre el Sol y el huracán representado de día por el arcoíris y de noche mito (MI 03) una chica joven y linda, empujada por el hambre, se echa a
por la Osa Mayor. También aquí se trata de un mito con carácter esta- buscar marido. Llega primero a casa del zarigüeya, al que rechaza por
cional puesto que, en esta región del mundo, los huracanes se producen hediondo; despide asimismo al cuervo (buitre carroñero) comedor de
de mediados de julio a mediados de octubre, periodo durante el cual la gusanos. y por el mismo motivo. Por fin llega a la residencia de una
Osa Mayor desaparece casi completamente detrás del horizonte (Leh- pequeña falconiiforme, el inajé, que la alimenta con pájaros y con quien
mann-Nitsche 3, passim). se casa. Cuando el buitre de la carroña o urubú acude a reclamar a la
Provistos de esta confrontación, planteemos que al principio de nues- joven, el inajé le parte el cráneo y su madre le lava la herida con agua
tros mitos lo seco de la persona del Sol gana a lo húmedo representado demasiado caliente, que lo escalda. Desde entonces los urubúes tienen la
por los animales acuáticos, amos de la lluvia, de los que se nutre el Sol. cabeza calva (Couto de Magalbáes, pp. 253-257).
Estamos, por tanto, enteramente en el modo de la sequía, de donde la En este mito como en los del Chaco, el hambre de una muchacha
doble insatisfacción de la heroína: diacrónicamente hablando, es la luna joven soltera desempeña, en cierto modo, el papel de primer motor. Es
llena, o sea lo h~medo en lo seco, la ausencia de miel en su presencia; la carencia inicial de que habla Propp , a la que se encadena la continua-
pero por lo demas, desde un punto de vista sincrónico, la presencia de la ción del relato. La conclusión es también la mismarmagulladura, mutila-
miel, ligada a la estación seca, no basta; hay también que tener agua, ya ción o muerte infligida al seductor descarado y maloliente (d. M 2 1 3).
9u e la miel se bebe diluida y, así vista, aunque presente, la miel está 1 La posición del carpintero como amo de la miel está empíricamente fundada:
Igualmente ausente. En efecto, la miel es un mixto: participa diacrónica-
..Aun cuando la corteza del árbol está perfectamente sana y de esta suerte no
mente de 10 seco y exige sincrónicamente el agua. Esto es verdad como podría alojar larvas, los carpinteros la atacan no lejos del agujero por el que salen
consideración culinaria, pero no lo es menos visto desde el calendario: volando las abejas. Bastan unos cuantos picotazos para provocar la salida en masa
en los tiempos míticos, dicen los Matako (Mi 31 a), los hombres se de los insectos, con los que el pájaro sacia entonces su apetito. Hasta existe una
alimentaban exclusivamente de miel y de pescado, asociación que se especie de abejas que fue identificada gracias a numerosos individuos encontrados
explica por el hecho de que en el Chaco el periodo en que la pesca es en el estómago de un pájaro carpintero, Ceophloeus lineatus, y esta nueva especie
abundante va de principios de abril al 15 de mayo, más o menos, o sea ha sido bautizada teniendo presente el nombre del ave: Trigona (Hypotrigona)
que cae en el centro de la estación seca. Pero, como hemos visto más ceophlo ei, Se dice que la abeja jatv (Trigona [Tetragona]jaty) obtura la entrada de
arriba (p. 86), hubo un tiempo en que toda el agua y todos los peces del su nido con resina para que los carpinteros y otros pájaros no puedan dar con ella"
mundo estaban disponibles permanentemente en el tronco hueco del (Schwartz 2, p. 96). El carpintero figura en calidad de amo de la miel en la mitolo-
gía de los Apinayé (Olíveíra, p. 83), de los Bororo [Colb. 3, p. 251), de los Kain-
árbol de la vida. Así se hallaban neutralizadas, a la vez, la oposición de gang (Henrv 1, p. 144), y sin duda en otras más.
98 LO SECO Y LO HÚMEDO
HISTORIA DE LA CmCA LOCA POR LA MIEL 99

Es cierto que, en MI 03.los términos conjuntados potenciales son tres en


miendo definitivamente su naturaleza de pájaro, pero de un pájaro que
vez de dos; pero también es tal el caso en M 2 16, donde un pájaro inca-
es el carpintero, es decir, según fue ya demostrado en CC (pp. 203-204),
paz, llamado en matako /Citani/. pretende primero la mano de la heroí-
Y como se desprende directamente de sus hábitos, que busca su alimento
na; yen M 2 1 3 • donde lo mismo hace un pájaro llamado en toba {ciñiñi¡,
debajo de la corteza de los árboles y vive, pues, a medio camino entre lo
en español "gallineta" (Palavecino, p. 266), acaso una gallina silvestre. 2
alto y lo bajo: ave no ya terrestre como las gallináceas, ni frecuentadora
Sobre este frágil fundamento intentaremos llevar más adelante la compara-
del cielo empíreo, como los depredadores, sino vinculada al cielo atmos-
ción:
férico y al mundo medio donde se consuma la unión del cielo y el agua
Zitri¡.;U"y'l lTrubú l najc (alto + húmedo). En todo caso, resulta de esta transformación, que es

.\fU)]: ¡ CRtIDO/PODRIDO:

AIRE/TIERRA: +
+
+
también una mediación, que ya no habrá dueño humano de la miel. Han
pasado los tiempos en que "los animales eran hombres y se alimentaban
de miel de abeja exclusivamente" (M 2 1 8)' De nuevo se verifica la obser-
vación, hecha ya a propósito de otros mitos, de que, más que a su ori-
Zorro (;;.¡lJineta Carpint. gen, la mitología de la miel alude gustosa a su pérdida.
\ .'HEL (= CRUDO) {FRUTOS SILVESTRt:S (== PUDR.): +
:-'1 2 1 2 : (
AIRE/TIERRA:
+ +
b) EN LAS ESTEPAS DE BRASIL CENTRAL
En los cuadros anteriores, los signos + y - se atribuyen, respectiva-
mente, al primero y segundo término de cada oposición. Para justificar
la congruencia: frutos silvestres espodrido, bastará advertir que el zorro Si no hubiéramos ya constituido, con ayuda de ejemplos procedentes del
no trepa a los árboles (salvo en M 2 0 B pero es su perdición) y que los Chaco, el grupo de los mitos cuya heroína es una chica loca por la miel,
mitos lo describen alimentándose de los frutos silvestres caídos al suelo probablemente seríamos incapaces de descubrirlo en otra parte. Con
(cf. M 2 1 9 ), y así ya estropeados, que deben ser también el alimento de todo, tal grupo existe también en el interior de Brasil y particularmente
la gallineta, ya r-ue las gallináceas (si de veras se trata de una de éstas) entre los Ce centrales y orientales, pero con una forma curiosamente
viven sobre todo en tierra, y ésta en particular es incapaz de recolectar modificada y empobrecida, de suerte que ciertas versiones permiten
la miel y parecida, por tanto, al zorro en lo tocante a la búsqueda de apenas adivinar el motivo de la muchacha loca por la miel, reducido a
alimentos (mas diferente de él por ser ave que puede volar, y no cuadrú- breve alusión. O, si no, está envuelto en un contexto tan diferente que
pedo inseparable del suelo). se vacila antes de reconocerlo hasta que un análisis más hondo no ha
La comparación de MIo 3 Y M 2 1 3 confirma que, sobre dos nuevos ejes alcanzado, detrás de las intrigas superficialmente divergentes, el mismo
-el de lo crudo y lo podrido, y el de arriba y abajo- el zorro y el esquema fundamental, gracias al cual recuperan su unidad.
pájaro carpintero están asimismo diametralmente opuestos. Ahora bien, En Lo crudo y lo cocido hemos traído a cuento la primera parte de
dqué ocurre en nuestros mitos? La historia del matrimonio de la heroí- un mito conocido por los Apinayé y los Timbirá que bastará con recor-
na se despliega en tres episodios. Puesta, como hemos visto, en una dar brevemente, pues es la continuación la que nos ocupará ahora. El
posición intermedia entre las de los dos pretendientes, intenta capturar a mito se refiere a dos águilas gigantes 'y caníbales que perseguían a los
uno y luego es objeto de un intento parecido por parte del otro. Final- indios y que dos hermanos heroicos se encargan de destruir. Una versión
mente, después de su desaparición o metamorfosis, es Zorro, usurpando apinayé donde no figura más que un águila se cierra con esta feliz con-
el papel de la heroína" quien intenta ganar a Carpintero: o sea una unión clusión (Oliveira, pp. 74.75).3 Pero hay otra en que no queda ahí la
ridícula y no mediatizada que necesariamente tiene que abortar. En cosa.
adelante, las oscilaciones entre los términos polares adquieren amplitud.
M 1 4 2 • Apinayé: el pájaro asesino (continuación; d. CC, pp.
Puesta en fuga por Zorro, que es lo seco en estado puro, la heroína -al
256-257).
menos en una versión- se convierte en capivara, es decir, se va del lado
del agua. Por un movimiento inverso, Carpintero se va del lado del Sol Después de haber muerto la primera águila, los dos hermanos
(alto + seco), que lo envía a pescar monstruos subacuáticos (bajo + hú- Kenkutan y Akreti proceden a la segunda. Intentan la misma tác-
medo), de los que sólo escapará perdiendo la forma humana y asu- tica, que consiste en exponerse alternativamente, a fin de fatigar al
pájaro, que se abalanza cada vez sobre una presa elusiva y debe
2. Adelantamos la interpretación siguiente con la mayor reserva, pues el diccio- acto" seguido volver a cobrar altura ante un ataque en vista. Pero
nano tob~. de Tebboth. da, por Ichiñiñi¡, "carpinteiro (ave)". Habría, pues, que ver
en este paJaro un carpintero de otra especie, que 5e opondría a su congénere por
razones desconocidas. 3 Pasa otro tanto con las versiones mehin (Pompeu Sobrinho, pp. 192-195; cf.
CC, p 256).
100 LO SECO Y LO HÚMEDO HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 101

Kenkutan, torpe o exhausto, no se quita a tiempo: el pájaro le por parte de ellos, si se piensa que él los libró de los monstruos. En
siega la cabeza de un aletazo y recupera su aguilera, que no volverá resumen, parece tenue el vínculo con los mitos cuya heroín~ es. una
a abandonar. chica loca por la miel, como no sea porque la miel desempena Cierto
Obligado a suspender el combate, Akreti recoge la cabeza de su papel en el relato. . . . .
hermano, la pone en una rama y parte a buscar a sus compatriotas, Advirtamos, no obstante, que la historia de una mujer retenida pnsio-
que han huido para escapar de las águilas caníbales. Vaga por la nera por un brazo que no puede retirar del árbol lleno de miel, y que
sabana, donde encuentra primero la tribu de los sariema (Can"ama
muere en tan incómoda posición, reaparece no lejos del Chaco, en la
cristata), que ha incendiado las malezas para cazar lagartos y ratas.
Se da a conocer y sigue su camino. Halla los guacamayos negros," región del rio Beni (Nordenskibld 5, p. 171), Y entre los Quechua ~el
que parten y comen nueces de palmera tucum (Astrocaryum tucu- noroeste de Argentina [Lehmann-Nitsche 8, pp. 262-266): la mUJer,
man) en la sabana incendiada. Respondiendo a su invitación, abandonada en la cima de un árbol cargado de miel, se convierte en
comparte su comida y los deja. Penetra entonces en el bosque, chotacabras, pájaro que sustituye a veces al águila en versiones del mito ge
donde monos recolectan nueces de sapucaia (Lecythis ollaria) , de (M2 2 7 ) .
las que le dan una parte. Después de recuperarse con los monos y Pero el cotejo será mejor si nos remitimos a otra versión de este mito,
averiguado de ellos el camino por seguir hacia el pueblo de los procedente de los Kraho, que son un subgrupo de los Timbirá orientales,
suyos, Akreti llega por fin al manantial donde los del pueblo acu- vecinos cercanos de los Apinavé. Entre los Kraho, en efecto, los dos
den a sacar agua.
episodios consolidados en un solo mito por los Apinayé --el de la des-
Escondido detrás de un árbol jatoba (Hymenea courbaril), sorpren-
trucción de las águilas y el del matrimonio del héroe- tocan a mitos
de a la linda Kapakwei que sale del baño. Se presenta, narra su
historia y los dos jóvenes convienen en casarse. distintos. ¿Explicaremos entonces por la confusión accidental d~ dos
Llegada la noche, Kapakwei quita la paja de la choza, junto a su mitos la contradicción entre el servicio eminente prestado por el heroe a
yacija, para que su amante pueda juntársele en secreto. Pero es tan sus compatriotas y su carencia de piedad? Sería pasar por alto una regla
grande y tan fuerte que destruye casi del todo la pared Sorpren- absoluta del análisis estructural: un mito no se discute; siempre debe ser
dido por las compañeras de Kapakwei, Akreti divulga públicamente recibido tal como es. Si el informador apinayé de Nimuendaju reúne en
su identidad. Cuando anuncia que va a cazar pajarillos para su un solo mito episodios que corresponden por otros lados a mi~os dife-
suegra, mata en realidad cuatro "avestruces" que trae cogiéndolos rentes, es que existe entre estos episodios un enlace que nos Incumbe
del cuello, como si fueran simples perdices. descubrir y que es esencial para la interpretación de los dos.
Un día parte con su mujer a sacar la miel de un nido de abejas
He aquí pues el mito kraho que corresl?onde clara~ente a la segu~da
silvestres. Akreti abrió el tronco y le dijo a Kapakwei que extrajera
los panales. Pero ella metió tanto el brazo que se le quedó tra- parte de M 1 4 2 . pintando de paso a la hero ína como chica loca por la miel:
bado. Con el pretexto de agrandar la abertura con el hacha, Akreti M 2 2 5' Kraho: la chica loca por la miel.
mató a su mujer, la cortó en pedazos y los puso a asar. Vuelto al
pueblo, ofreció aquella carne a sus aliados. Uno de los cuñados Un indio va a buscar miel con su mujer. No bien cae el árbol en
descubrió de súbito que se estaba comiendo a su hermana. Conven- que se encuentra el nido cuan~o .la mujer, presa de. un súbito
cido de que Akreti era un criminal, siguió sus huellas hasta el lugar apetito de miel, se lanza sobre el SIn atender a su mando, empe-
del homicidio y descubrió los restos de su hermana, que reunió ñado en que lo deje acabar su faena. Se enfurece, mat~ a la gol<;>sa,
para darles sepultura de acuerdo con los ritos. despedaza el cadáver y pone a asar los pedazos sobre pierlras calien-
Al siguiente día, aprovechando que Akreti quiso cocer Cissus tes. Después trenza un cuévano de paja, guar~a ~os pedazos
(una vitácea cultivada ~or los Ce orientales) en las brasas de una de carne y retorna al pueblo. Llega por la noche e rnvrta a su su~­
gran hoguera colectiva, las mujeres le dieron un empujón y lo gra y cuñadas a comer lo que pretende que es carne de oso hormi-
echaron allí. Surgió un termitero de las cenizas [Nim. 5, pp. guero. Llega el hermano de la víctim~, qu~ ~rueba la. carne y
173-175). reconoce en el acto su origen. A la manan~ SIguiente entierran los
trozos asados de la joven y llev~n al ase~mo a la saban~, ~onde
encienden una gran hoguera debajo de un arbol, ~l que lo .InVItan a
A primera vista esta historia parece incomprensible, pues no se sabe subir para arrancar un nido de abejas arapuá (Tngona rufícrusv. El
por qué el joven casado trata tan brutalmente a su bonita esposa, de la cuñado le dispara entonces una flecha y lo hiere. El hombre cae,
que se había enamorado a primera vista poco antes. Asimismo, el fin lo rematan a mazazos y queman el cadáver en la lumbre (Schultz
ignominioso que le reservan sus compatriotas denuncia gran ingratitud 1, pp. 155-156).

4 Nirnuendaju, siguiendo sin duda a sus informadores, designa así al guacamayo Empezamos a comprender por qué el héroe d.e M 1 4 2 mató a su~r:nujer
jacinto (Anodorynchus hyacinthinus); d. Nim. 7, p. 187. en una expedición de recolección de miel. Sin duda ella tam?ien se
5 "A diferencia de los Sherenté y los Canel1a, los hombres apinayé participan en manifestó demasiado ávida y exasperó al marido con su glotonena. Pero
la cocción de carnes". Nim. 5. p. 16. otro punto merece atención. En los dos casos los parientes de la mujer
102 LO SECO Y LO HÚMEDO HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 103

comen. sin saberlo carne de su hija o su hermana, lo cual es exactamente destruir los monstruos. El abuelo construye con esta intención una
el cast~go reservado por otros mitos (MISO, M I S6' M I S9) a la mujer o plataforma sumergida para que se tiendan a dormir; cada día les
las mujeres seducidas por un tapir y forzadas a comer carne de su aman- lleva batatas, que comen los dos héroes [en una versión kayapó
te: ¿Qué qui~re esto decir sino que en el grupo de la chica loca por la muy cercana a la versión kraho, pero más pobre, la reclusión es
miel es la miel, ser vegetal en vez de animal, quien desempeña el papel también en el fondo de las aguas [Banner 1, p. 52)}.
Después de un aislamiento prolongado, reaparecen grandes y
de seductor?
fuertes, en tanto que su abuelo celebra los ritos que señala~ el !in
Sin duda, el itinerario del relato no puede ser exactamente igual en los de la reclusión de los jóvenes. Entrega a cada uno una jabalina
dos casos. El grupo del tapir seductor juega sobre el doble sentido del aguzada. Armados así, los hermanos resultan ser caza~ores prodi-
consumo alimenticio: tomado de modo figurado recuerda el coito, o sea giosos. En aquella época. los animales eran mucho mas grandes y
la .falta, pero en se~tido propio connota el castigo. En el grupo de la pesados que hoy, pero Kengunan y Akrey 1,C?s mataban y cargaban
chica loca por la miel estas relaciones están invertidas: por dos veces se sin dificultad. Arrancan y transforman en pajares las plumas de los
tr~ta de. un consumo alimenticio, pero el primero -de miel- posee al volátiles que matan [id., versión kayapó, Banner 1, p. 52].
mismo tle~po una connot,ación erótica, como ya sugerimos (p 44) Y Aqui entra el episodio de la guerra contra los pája:os caníbales;
que no difiere nada del resumen ya hecho a proposrto de M 1 4 2 •
como confirma, por otra vra, la comparación a que nos vamos a dedicar..
salvo que es Akrey y no su hermano el que .su~umbe al segund?
La culpable no puede ser condenada a comer su "seductor" metafórico' pájaro, que lo decapita; y la cabeza, puesta asrrmsmo en la horqui-
sería darle gusto,. pues no de~ea otra cosa; evidentemente no pued~ lla de un árbol, se transforma en nido de abeja arapuá [cf. M 2 2 5)'
c,o~ular con un alimento (ver sm embargo M 2 6 9 , que lleva hasta ahí la Kenkunan venga a su hermano matando al pájaro homicida.
lógica]. Es pr~c.iso entonces que la transformación seductor propio ~ se- Decide 110 volver junto a sus abuelos y correr mundo, hasta hallar
ductor m.etafonc? acarree otras dos: mujer ~ parientes, y mujer comien- muerte a manos de un pueblo desconocido: .. De camino encuen-
do ~ mujer comida. Que los parientes sean castigados a través de la tra sucesivamente la tribu de los emas (Rhea americana, un aves-
persona de su muchacha, sin embargo, no es cosa que resulte de una truz pequeño de tres dedos) que incendian la maleza para recoger
mejor los frutos caídos de la palmera pati (Orc~s sp.: Ast~ocaryu~
simple ope~ación formal. Veremos más tarde que el castigo es directa-
según Nim. 8, p. 73) Y luego la tribu de los sanemas (Canama cns-
mente motivado y que, a este respecto, la forma y el contenido del tata: pájaro más pequeño que el anterior), que hacen otro tanto
relato se i.mplic.an mutua~ente. De momento limitémonos a subrayar para cazar. saltamontes. El héroe abandona entonces la sabana. y en
que. estas mvers~ones sucesivas traen otra: las esposas seducidas por el el bosque'' la tribu de los coat íes (Nasua socialis) enciende fuegos
tapir y escarnecidas por sus maridos (que les hacen ingerir la carne del para que salgan de la tierra los gusanos de que se alimentan. Los
am~nte) se vengan convirtién?ose voluntariamente en peces (MI so); los fuegos siguientes son de los monos, que limpian el suelo para reco-
panen tes de la esposa seducida por la miel, escarnecidos por el yerno ger frutos de palmera pati y de árbol jatobá (Hymenea courbaril),
(que les da de comer carne de su hija) se vengan transformándolo a él a y de los tapires buscando frutos de jatoba y hojas comestibles.
pesar suyo en termitero o en cenizas, o sea echándolo del lado de lo Finalmente el héroe descubre un rastro que lo conduce hasta el
seco y de la ti~rra" y no del lado de lo húmedo y del agua. lugar donde toma agua una población desconocida (llamada "pue-
Como .se vera mas adelante, esta demostración de la posición semántica blo del coatí" -los indios Mehín-, igual que el nombre de los
Kraho significa "pueblo del paca"). Escondido, asiste a una carrera
de l~ .~I~I como. seductor, hecha por medio de mitos, constituye una "con tea". Un poco más tarde sorprende a una joven acudida a
adq~~slclOn esencial. Pero antes de avanzar más, conviene agregar a la sacar agua, traba conversación con ella, de una,I?anera qu~ re~uer­
versron kraho del segundo episodio del mito apinayé la otra versión da, cosa curiosa, el encuentro de Golaud y Mélisande: - ¡SOIS un
kraho, que remite directamente al primer episodio, y considerar las tres gigante! -Soy un hombre como los otros... K~nkunan cuenta su
versiones en sus relaciones recíprocas de transformación. historia: ahora que ha vengado a su hermano, solo espera la m~~r­
te a manos de un pueblo enemigo. La muchacha lo tranquiliza
M 2 2 6' Kraho: el pájaro asesino.
sobre las disposiciones de los suyos, y Kenkunan la pide para
casarse.
Para escapar de los pájaros caníbales, los indios decidieron una Después del episodio de la visita nocturna, 9ue como en M 1 4 2
vez refl;lgiarse ~n el e¡e.lo:. que en aquel tiempo no estaba tan lejos realza la gran estatura y la fuerza del héroe, este es descubierto
de la tierra. Solo un vIeJo y una vieja, que descuidaron la partida, por los del pueblo, que lo acogen bien. Mejor les vale: armado sólo
se quedaron abajo con sus dos nietos. Por miedo de los pájaros con su jabalina, Kenkunan demuestra sus dotes de cazador. Retor-
decidieron vivir ocultos en la maleza. ' naremos más adelante sobre esta parte del relato.
Los dos mu~hachos se llaman Kengunan y Akrey. El primero no Solo Kenkunan rechaza asimismo a un pueblo enemigo que ha
tarda en manifestar poderes mágicos que le permiten metamorfo- invadido los territorios de caza de su pueblo de adopción. Respe-
searse en toda clase de animales. Un día los dos hermanos deciden 6 La oposición entre chapada y mato, subrayada por el informador, es más exac-
quedarse en el río hasta llegar a ser bastante fuertes y ágiles para tamente la que hay entre terreno descubierto y densa vegetación de arbustos.
104 LO SECO Y LO HÚMEDO 105
HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL

t~do por todos,. llega. ~ edad tan avanzada que ni siquiera se supo a Después del incidente de la visita nocturna, durante la cual el
fm de cuentas SI muna de enfermedad o de vejez... [Schultz 1 pp héroe derriba la pared -tan grande y fuerte es-, escapa a la hosti-
93-114). ' .
lidad de los hombres del pueblo gracias a su flamante suegra, que
lo ha reconocido.
Durante este tiempo, los abuelos, solos, erraban sin rumbo por la
Repetidamente compara esta version las infancias de Akrey y Kenku- sabana. Detenidos por una montaña, deciden rodearla, el hombre
nan con los ritos de iniciación de los muchachos. Inclusive el informador por la derecha, la mujer por la izquierda, y reunirse en el otro
se toma la molestia de explicar que hoy por hoy los adolescentes pasan lado. No bien se separan, se convierten en osos hormigueros. El
su periodo de reclusión en chozas y no ya en el fondo del agua, pero viejo es muerto por cazadores, que no lo reconocen con su nueva
que su h~rmana y su madre se ocupan de ellos: los lavan con agua saca- apariencia. La mujer, deshecha en llanto, lo espera en vano. Acaba
da del no cuando hace calor, y los alimentan en abundancia para que por continuar su camino y desaparece [Nim. 8, pp. 179-181)).
engorden, con batatas dulces, caña de azúcar y ñames (loe. cit., pp.
93.9.9). Entre los Apinayé y los Timbirá, la estrecha conexión del mito y Si se comparan todas estas versiones del mismo mito, se aprecia que
el ntual se desprende del comentario de Nimuendaju, quien inclusive Ion más o menos ricas en conjunto, pero asimismo que se contradicen
observa que el ritual timbirá de los jpepyéj, es decir la iniciación de los en puntos precisos. Esto nos da oportunidad de zanjar una cuestión de
m';lchachos, es el único que es explicado por un mito de origen. En este método acerca de la cual acaso el lector se haya interrogado. En efecto,
rruto reaparecen casi textualmente los contornos esenciales de la versión recordamos no hace mucho una regla del análisis estructural afirmando
kraho, y nos contentaremos con advertir las divergencias. que un mito debe siempre ser tomado tal como es (p. 102). Pero dno
contradecíamos esta regla desde la misma página, donde nos propo-
M 2 2 7. Timbirá: el pájaro asesino. níamos colmar lo que declarábamos ser un vacío de la versión apinayé
(M 1 4 2 ) con ayuda del texto más explícito de la versión kraho (M 2 2 5)?
Primero, el mito es más explícito acerca de las relaciones de Para ser consecuentes, dno hubiéramos debido aceptar la versión apinayé
parentesco. El viejo y la vieja son respectivamente el padre y la "tal como es", y dejar el carácter rotundo al episodio, inexplicable en el
n:t a d re de una mujer, devorada por el pájaro caníbal al mismo contexto, de la muerte de la joven por su marido? Para apartar esta
tiempo que su mando. Los abuelos, pues, han recogido a los huér-
fanos, mientras los demás indios huían lejos. objeción hay que distinguir dos eventualidades.
Akrei y Kenkunan no se aislan en el fondo del agua, sino en una Se da el caso de que mitos procedentes de poblaciones diferentes tras-
pasarela natural formada por dos grandes troncos caídos de través mitan el mismo mensaje sin traer igual cúmulo .de detalles o sin ofrecer
en un arroyo. Sobre estos troncos el abuelo construye un enta- igual claridad. Se encuentra entonces una situación comparable a la de
blado y una cabaña bien cerrada donde se encierran los dos quien tiene teléfono y recibe varias llamadas consecutivas de alguien que
muchachos (~; este. respecto la versión timbirá reproduce, .por le dice y le repite la misma cosa, por temor de que una tormenta u otras
tanto,,la versron apinayé}. Cu~nd~ reaparecen después que el viejo conversaciones hayan interferido con sus primeras comunicaciones. Entre
efectuo solo todas las ceremomas, incluyendo la carrera ritual "con todos estos mensajes, algunos serán relativamente más claros, otros relati-
tea", les ha crecido tanto el pelo que les llega a las rodillas. Arma- vamente más confusos. Lo mismo en ausencia de cualquier ruido, si un
dos de poderosas mazas, los hermanos matan al primer pájaro,
mensaje es desarrollado en tanto que el segundo está abreviado telegráfi-
pero el segundo (que es un chotacabras, Caprimulgus sp.] decapita
~ Akrei, cuyo hermano deposita su cabeza en la horquilla de un camente. En todos estos casos, el sentido general de los mensajes seguirá
ar~ol, cerca, de un nido de abejas borá (Trigona clavipes), que siendo el mismo aunque cada uno contenga más o menos información, y
amdan en arboles huecos de poca altura (Ihering arto "verá el oyente que haya recibido varios podrá legítimamente rectificar o
borá"). ' , completar los malos con ayuda de los buenos.
. Kenkunan retorna con sus abuelos, a los que relata el dramático Muy distinta cosa será si se trata no de mensajes idénticos que tras-
fin de su hermano, y se pone en camino para tratar de dar con sus miten todos más o menos información, sino de mensajes intrínsecamente
compatriotas. Los animales que encuentra le indican exactamente distintos. Entonces la cantidad y calidad de la información contarán
el camino. Son.. en e~te orden, los emas que cazan saltamontes, mucho menos que su sustancia, y cada mensaje deberá ser tomado tal
lagartos y serpientes Incendiando la maleza; las sariemas , que le
como es. Pues sería exponerse a los peores yerros creer, recurriendo a la
o~recen un plato ~e .lagartos mac~acados con mandioca, _que el
heroe rechaza; por último, otras sanemas que pescan con "veneno" insuficiencia cuantitativa o cualitativa de cada uno, que el remedio fuera
y cuya comida consiente en compartir. consolidar mensajes distintos, dando un mensaje único que estaría des-
Oculto junto al manantial donde los del pueblo acuden a sacar pojado de todo sentido, como no fuera el que el receptor quisiera darle.
agua, Kenkunan reconoce-a la joven de la que era novio desde la Retornemos ahora a los mitos. ¿Cuándo y cómo podemos decidir si
infancia. Le ofrece carne de cérvido; ella corresponde dándole representan mensajes idénticos, que sólo difieren en lo tocante a canti-
batatas. dad o calidad de la información que trasmiten, o si son mensajes car-
106 LO SECO Y LO HÚMEDO HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 107

garlas de informaciones irreductibles y que no pueden completarse uno a cual el mito ni siquiera puede describir concretamente el término, consti-
otro? La respuesta es difícil y no podemos disimular que en el estado tuye una transformación idéntica (a sí misma)- y en completa oposición
actual de la teoría y del método a menudo hay que decidir de manera también (mas sobre otro eje) con lo que ocurre entre los Timbirá, donde
empírica. hay por cierto transformación diferente (como entre los Apinayé), que
Pero en el caso particular que nos ocupa disponemos felizmente de un afecta no al héroe mismo sino a sus antepasados, convertidos en osos
criterio externo que elimina la incertidumbre. Sabemos, en efecto, que hormigueros (que se comen los termiteros) en vez de en termitero
los Apinayé por una parte, por otra el grupo Timbirá-Kraho, muy cer- (donde los osos hormigueros comen). Entre estas dos transformaciones,
canos aún en lengua y cultura, no son pueblos realmente distintos, pues la idéntica y la diferente, la pasiva y la activa, cae la seudotransforma-
su separación data de un periodo suficientemente reciente para que los ción de la mujer asesinada de M 2 2 s • ofrecida a su madre y a sus herma-
Apinayé la recuerden en sus relatos legendarios (Nim. 5, p. 1; 8, p. 6). nas como si fuera carne de oso hormiguero.
Por consiguiente, los mitos de estos Ge centrales y orientales no sólo Cuanta vez los mitos precisan la posición genealógica de los abuelos,
merecen tratamiento formal que permita descubrirles propiedades comu- los asignan a la línea materna. Pero por todo 10 demás, las versiones
nes. En lo que a ellos toca, estas afinidades estructurales tienen un siguen sistemáticamente cursos contrastados.
fundamento objetivo en la etnografía y la historia. Si los mitos ge for- En la versión apinayé (M t 4 2 ) , después de la muerte de su hermano, el
man lógicamente un grupo, es primeramente porque pertenecen a la héroe abandona a sus abuelos sin volverlos a ver; se echa a buscar a los
misma familia y podemos establecer entre ellos una red de relaciones suyos y, habiéndolos encontrado, se casa con una compatriota que resul-
reales. ta ser mujer calamitosa.
Resulta pues legítimo completar unos mitos con otros que, a lo más En la versión kraho (M2 2 6)' el héroe abandona parecidamente a sus
hace unos siglos, estaban confundidos aún con los primeros. Pero inver- abuelos sin volverlos a ver, pero es para buscar un pueblo de enemigos
samente, las divergencias que se manifiestan entre ellos adquieren asimis- de cuyas manos espera la muerte; y aunque al fin case con una de sus
mo más valor y significación. Pues si se tratase de los mismos mitos en hijas, resultará ser perfecta compañera.
una fecha históricamente reciente, podrían explicarse pérdidas o vacíos En fin. en la versión timbirá (M2 21) el héroe cuida de volver con sus
por el olvido de ciertos detalles o por confusiones; pero si son mitos que abuelos para despedirse, antes de partir en busca de los suyos, entre
se contradicen, por algo tendrá que ser. quienes encontrará y desposará a aquella que, desde la infancia, era su
Después de haber completado mutuamente nuestros mitos gracias a los prometida. Por consiguiente, desde todos los puntos de vista esta versión
que se les parecen, pongámonos ahora a descubrir los puntos en que es la más "familiar" de las tres:
difieren.
Todos concuerdan en reconocer la superioridad de un hermano sobre M226 M2 2 7
el otro: este hermano es más fuerte, más diestro, más rápido: en M 2 ¿ 6 abuelos: revisítados (+)fabandonados (-) +
incluso posee poderes mágicos que le permiten metamorfosearse en matrimonio con: compatriota (+)fextraña (-) + +
animales diversos. En las versiones kraho y timbirá, el hermano superior esposa: buena (+)fmala (-) + +
se llama Kengunan o Kenkunan; y el que por fatiga o torpeza sucumbe
al segundo pájaro lleva el nombre de Akrey. Sólo la versión apinayé De manera concomitante, es variable la suerte de los restos del herma-
invierte los papeles: desde el principio del mito Akreti se manifiesta no del héroe, o sea de su cabeza: puesta en la horquilla de un árbol en
cazador prodigioso y buen corredor; es él quien sobrevive al combate M 1 42; puesta en la horquilla de un árbol y transformada en nido de
contra los monstruos, en tanto que Kenkutan es decapitado. abejas arapuá en M 2 2 6; puesta en la horquilla de un árbol cerca de un
Esta inversión resulta de otra, consecutiva a su vez al hecho de que los nido de abejas borá en M 2 2 7, Es difícil interpretar M 1 4 2 a este respec-
Apinayé sean los únicos que asimilan el héroe del mito al marido de una to, ya que nada permite decidir si se trata de una divergencia o de un
mujer loca por la miel que no aparece entre los Timbirá y a la cual los vacío: dla cabeza no sufre ninguna 'metamorfosis, o el informador delibe-
Kraho consagran un mito enteramente distinto (M 2 2 5). Así que si los ra~amente ha omitido o ~escuidado este detalle? Nos conformaremos,
Apinayé invierten los papeles respectivos de los dos hermanos, es porque as t, con comparar las variantes M 2 '2 6 Y M 2 '2 7, que en sus relaciones
entre ellos, a diferencia de los Kraho y de los Timbirá, el vencedor de respectivas se pueden comparar de dos maneras. Primero, la transforma-
los pájaros caníbales estará destinado a un fin lamentable: asesino de su ción en nido de abejas es un tema más fuertemente marcado de lo que
mujer, muerto y quemado por sus aliados, mudado en termitero; en indicaría una simple proximidad de una cabeza y un nido. Luego, el
completa oposición con lo que ocurre entre los Kraho, donde el héroe nido de las arapuá difiere del nido de las hará: el uno está suspendido y
disfrutará de una vejez larga y gloriosa -"tal como en sí mismo, al se encuentra así en el exterior del árbol; el otro está en el interior, en el
fin... "* dan ganas de decir, para mejor subrayar que esta vejez, de la fin, la eternidad lo cambia..." ("Tel qu'en Lui-méme en fin l'éterníté le chan-
>!' Alusión al soneto de Mallarmé a la tumba de Poe: "Tal como en sí mismo, al se... "l. [T.]
lOS LO SECO Y LO HÚMEDO HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 109

tronco hueco; además el nido de arapuá ocupa una pOSIClOn relativa- La oposición parece constante entre sabana y bosque, y entre alimento
mente más alta que el nido de las abejas hará, llamadas también "abejas animal y alimento vegetal, salvo en M 2 2 7, donde cae entre alimento
de pie de árbol" porque anidan cerca del suelo. En fin, las arapuá son terrestre y alimento acuático:
una especie agresiva y hacen poca miel, de calidad inferior y de gusto
desagradable (d. Ihering, arto "irapoñ", "vora").
Desde todos los puntos de vista, por consiguiente, M 2 2 6 aparece como sabana M2 2 7: tierra \ agua
una versión más dramática que M 2 2 7, Por lo demás, dno es asimismo en (sabana)
bosque
esta versión, en que todas las oposiciones parecen ampliadas, donde los
indios escapan hasta el cielo, los dos hermanos se aislan en el fondo de
las .aguas y el héroe demuestra poderes mágicos excepcionales? Se adver- Esta divergencia nos lleva al fondo, o sea a la transformación que
tirá igualmente que, en M 2 2 5. el nido de arapuá tiene una función ocurre en M 2 2 7 (y sólo en M 2 2 7): la de los abuelos en osos hormigue-
intermedia: medio de la muerte propia del héroe en lugar de ser un ros, pese a las excepcionales consideraciones que les muestra el héroe.
resultado de la de su hermano. En el subgrupo formado por los dos Por consiguiente, aun cuando el joven iniciado no quiere romper con sus
mitos "de muchacha loca por la miel", este medio fatal hace pareja con viejos, son ellos quienes se separan de él. Que sobreviva la abuela, ella
el que utiliza M 1 4 2 : sola, con la apariencia de un oso hormiguero, se explica sin duda por la
creencia, atestiguada desde el Chaco [Nino, p. 37) hasta el noroeste de la

Medio de la muerte del héro('; MI"[ el.'iSUS I cultivado


cocido 1]
1::;' M
22,
[A .¡ rapua
silvestre
crudo 1]
cuenca amazónica (Wallace, p. 314), de que los grandes osos hormigueros
(Myrmecophaga jubata) son todos de sexo femenino. Pero équé significa
la aparición, en nuestro grupo, de un ciclo que se cierra de tan curiosa
manera en torno alosa hormiguero? En efecto, los osos hormigueros se
alimentan de termiteros, en que se transforma el héroe en M 1 4 2 ; en
Terminemos este inventario de las divergencias considerando rápida-
M 2 2 S este mismo héroe ofrece a sus suegros la carne de su mujer, que
mente el episodio de los encuentros del héroe. que se pueden enfocar
pretende ser de oso hormiguero, y los convierte así en comedores de
de varias maneras: animales que encuentra, productos de que se alimen-
este animal, en el cual. en M 2 2 7, se transforman sus propios antepa-
tan, aceptación o rechazo de su alimento por el héroe o, por último,
sados.
afinidad (a menudo precisada por los mitos) de las especies animales con
Para resolver este enigma, conviene introducir aquí un pequeño mito:
medios naturales que son, según los casos, la sabana o el bosque:

M 2 2 8. Kraho: la vieja corivertida en oso hormiguero.


medio animales
alimento actitud del Una vieja llevó un día a sus nietos a coger frutos Ipu<;al (no
natural encontrados héroe identificado; d. Nim. 8, p. 73).7 Tomó su cesto y les mandó que
subieran al árboL Cuando los niños hubieron comido todos los
sariema frutos maduros, se pusieron a coger los verdes, que arrojaron a la
1) M I 42 ......... sabana guacamayo lagartos.raras; O
» abuela a pesar de sus reproches. Al ser regañados, los niños se vol-
negro nueces de tucum; + vieron cotorras. La vieja, que ya no tenía dientes, se quedó sola
bosque mono nueces de sapucaia; + abajo y se interrogó: -¿Qué irá a ser de mí? dqué vaya hacer
ahora? Se transformó en oso hormiguero y se marchó, abriendo
2) M 2 2 b . ........ sabana <m • nueces de paú; O termiteros (cupim). Entonces desapareció en el bosque (Schultz 1, p.
, sariema saltamontes; O 160. cr, Métraux 3, p. 60; Abreu, pp. 181-183).
.
bosque coatí
I O
lombrices;
, mono patio jatobá; O Este mito está en relación manifiesta de transformación con el de los
, tapir jatobá, hojas; O Sherenté (M2 2 9) sobre el origen de los osos hormigueros y de la fiesta
Ipadil (frutos silvestres ofrecidos con liberalidad por los osos hormigue-
3) M 227 .. ....... <m • lagartos, serpientes, - ros, en lugar de series negados; d. Nim. 6 pp. 67-68). Volveremos más
saltamontes;
adelante a la fiesta Ipadil y consideraremos aquí otros aspectos.
sariema (1) lagartos con mandioca; - Igual que en M 2 2 7, la vieja mudada en oso hormiguero es una abuela
sariema (2) peces. +
7 Según Correa (vol. 11), pussa designaría en el estado de Piauhy una apocinácea,
Rauwolfia bahiensís.
HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 111
110 LO SECO Y LO HÚMEDO
;,que asombrarse de que una oposición fundada en la an.~tomía y la
abandonada por sus nietos. Por otra parte. los niños glotones que abusan itecnología se preste a explotación metódica. La transformación en uno u
de los frutos y los cogen verdes todavía ofrecen una llamativa analogía otro animal es función de una glotonería imputable a sí mismo o a otro,
con la esposa loca por la miel, que consume asimismo su "trigo en espi- y de la que se hacen culpable" parientes o aliados. Acarrea asimismo una
ga". puesto que devora la miel antes de que el marido haya acabado de
triple disyunción en los ejes d~ lo alto y lo ~aj?, de 10 seco y. de 10
recolectarla. Los niños glotones hacen pensar asimismo en los que un "húmedo, de la juventud y la vejez. Desde este último punto de Vista, la
mito bororo (M 3 4 ) castiga por haber cometido el mismo pecado. En este versión timbirá traduce admirablemente lo que ocurre en el momento de
mito los niños se escapan al cielo y se vuelven estrellas. no cotorras. cada iniciación: la nueva clase de edad toma el lugar de la que la pre-
Pero las estrellas en cuestión son verosímilmente las Pléyades, llamadas a cedía inmediatamente y otro tanto pasa con las demás, hasta el punto
veces "las Cotorras" por los indios sudamericanos. Además. la suerte de
de que la clase más vieja queda definitivamente ~uera del juego, es f?r-
los niños matako es idéntica a la que un mito bororo (M3 s ) reserva a
zada a instalarse en el centro del pueblo, donde pierde todo papel activo
otro niño glotón, cambiado en loro por haber tragado frutos ardientes:
y sólo conserva el de consejera [Nim. 8, pp. 90-92).
"demasiado cocidos", pues, en vez de verdes = "demasiado crudos". En
fin, M22 8 precisa que la abuela está desdentada, como parece ocurrir
también con los viejos de M 2 2 9 antes de que se conviertan en osos
hormigueros: en efecto, dan a su hija toda su recolección de frutos de
palmera y explican que no pueden masticarlos por duros. Por su lado, la
abuela de M 3 s tiene la lengua cortada, lo cual la hace muda como un
oso hormíguero,"
No es esto todo. La vieja víctima de la glotonería de sus deseen-
dientes, y que se transforma en oso hormiguero, puede colocarse parale-
lamente a la heroína de los mitos del Chaco que hemos estudiado en
la primera parte de este capítulo: joven en lugar de vieja, mudada en
capivara y no en oso hormiguero, víctima de su propia glotonería de
miel, que ha de entenderse en sentido propio, y de la glotonería metafó-
rica (ya que traspuesta al plano sexual) de un pretendiente que fue
despedido. Si, como lo sugerimos, el mito kraho M 2 2 8 es una forma
débil de un mito del origen de las estrellas del que M 3 s ilustra la forma
fuerte, puede considerarse demostrativo el hecho de que M2 2 8 exista en Fig. 10. El combate del jaguar
el Chaco, pero esta vez como forma fuerte de un mito del origen de las con el oso hormiguero. (Basado
estrellas y más particularmente de las Pléyades, como se desprende de en Nim.12, fig, 13, p. 142.)
MI 3 1 a Y sobre todo de M 2 24, donde la víe¡a heroína, víctima ella tam-
bién de la glotonería de los suyos, se vuelve capivara. El ciclo de las La oposición del capivara y el oso hormiguero es confirmada cuando
transformaciones se cierra con otro mito del Chaco, procedente de los se advierte que a los ojos de los MocovÍ la Vía Láctea representa las
toba (M 2 30). que cuenta cómo los hombres pretendieron huir al cielo para cenizas del árbol del mundo, quemado después de ser abatido por la
escapar de un incendio universal. Algunos lo lograron y se convirtieron vieja capivara (los Bor oro llaman a la Vía Láctea "Cenizas de estreJlas"~.
en estrellas. otros cayeron y pudieron refugiarse en grutas. Cuando se En efecto, los Tukuna tienen un mito (M2 31) en el cual el oso hormi-
apagó el fuego, salieron al aire libre convertidos en animales diversos: un guero aparece con la figura de un "saco de carbón" en la Vía Láctea, o
viejo se había vuelto caimán, una vieja oso hormiguero, etc. [Lehmann- sea una Vía Láctea en negativo: oscuro sobre fondo claro en lugar de
Nitsche 5, pp. 195-196). claro sobre fondo oscuro. Sin duda el territorio de los Tukuna está muy
En efecto, de lo anterior resulta que la transformación en oso hormi- alejado del de los Ge, y más aún del Chaco. Pero los Kayapó del norte,
guero y la transformación en capivara funcionan como par de oposicio- que son Ce centrales, y los Bororo que estaban por un lado en con:acto
nes. ¿No es un desdentado el primer animal, en tanto que el otro, el con los Kayapó y por otro con las tribus del Chaco, conocen el mismo
mayor de los roedores, tiene largos dientes? En toda la América tropi- mito sobre el combate del oso hormiguero y el jaguar, con exactamente
cal, los incisivos afilados del capivara sirven para hacer cepillos de carpin- los mismos detalles (M 2 J 2 a, b ; Banncr 1, p. 45; Colb. 3, pp. 252~253):
tería y buriles. en tanto que, a falta de los dientes de que carece, la sólo está ausente la codificación astronómica. Mas si detrás de la histo-
lengua del gran oso hormiguero sirve de escofina [Susnik, p. 41). No hay ria del combate del oso hormiguero y el jaguar puede suponerse que
8 Los Kaingang-Coroado tienen a los osos hormigueros, grandes y pequeños, por sigue operando un código astronómico latente, de suerte que dos zonas
viejos mudos (Barba, pp. 22, 25).
112 LO SECO Y LO HÚMEDO HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 113

de la Vía Láctea ayunas de estrellas corresponden a los animales que se ción ineluctable en sociedades donde la iniciación precede al matrimonio
enfrentan, el jaguar encima poco después de la puesta del sol y -al y a la residencia matrilocal, sino para acomodarse a ello, a condición, en
invertlrse las posiciones durante la noche- sucumbiendo antes del alba todo caso, de bien casarse: que tal es la lección de los mitos, como
debajo del oso hormiguero, no podría excluirse que el mito iranxé sobre veremos más adelante. ¡

el origen del tabaco (M 1 9 1 ) . en el cual el buitre carroñero reemplaza al Empecemos por esbozar los contornos del metagrupo del que partici-
jaguar como adversario del oso hormiguero, participara de una interpre- pan los mitos ge consagrados al pájaro asesino, y los del Chaco relativos
tación análoga. Igual para el mito timbirá (M2 2 7) que describe al viejo y a la chica loca por la miel. En estos últimos nos hallamos ante una
a la vieja cambiados en osos hormigueros mientras rodean una montaña heroína ávida de miel, que es la hija del Sol amo de los Espiritus de las
por vertientes opuestas -uno de ellos es muerto por cazadores en tanto aguas; de esta suerte los polos de disyunción son el cielo y el agua y,
que la otra continúa su vida errante. En efecto, en este caso también se más particularmente (puesto que hemos demostrado que se trata de una
piensa en una evolución nocturna que modifica la visibilidad y la posi- mitología de la estación seca), 'o seco y lo húmedo. La heroína está
ción respectiva de objetos celestes. Por último, si se tuviera derecho de entre dos pretendientes: Zorro y Carpintero, demasiado urgido el uno, el
generalizar la asimilación de la constelación de Aries a un capivara, como otro demasiado reticente, y que respectivamente llegarán a ser seductor
hacen los Vapidiana, resultaría aún más significativo que el oso hormi- pérfido y esposo legítimo. Desde el punto de vista de la búsqueda de
guero celeste sea una "no constelación" próxima al Escorpión, en oposi- alimentos, caen sin ebargo del mismo lado: el de la recolección de frutos
ción de fase con Aries, con aproximación de tres horas. silvestres, pero ilustrando el uno el aspecto generoso -la miel y el
Esta discusión muestra que los mitos ge relativos al pájaro homicida si agua-, y el aspecto miserable el otro: frutos tóxicos y falta de agua. El
perte.nece~ ~istóricamente a la misma familia, participan desde el pu~to mito concluye con la neutralización (temporal) de Zorro, la disyunción
de VIsta lógico de un grupo del que ilustran diversas transformaciones. de Carpintero del lado del cielo (donde asume definitivamente su natura-
Este grupo constituye él mismo un subconjunto de un sistema más leza de ave), y la de la heroína que desaparece no se sabe dónde en
vasto, donde tienen cabida también los mitos del Chaco relativos a la plena juventud, o se vuelve capivara, que cae del lado del agua,
chica .loca por la miel ".En efecto, hemos verificado que, en los mitos ge, De este sistema los mitos apinayé (M 142) Y kraho (M2 z s l ofrecen una
la chica loca por la miel cumple una función lógica; donde aparece, es imagen invertida. La chica loca por la miel permuta su papel de heroína
para personificar el mal matrimonio del héroe, pese a haber elegido por el de comparsa del héroe. Este último concilia las funciones antitéti-
esposa entre los .suyos, o sea una combinación particular en el seno de cas de Zorro y de Carpintero, ya que los dos personajes del seductor
una permutación cuyos otros factores son un buen matrimonio contraí- descarado y del esposo tímido se funden en uno sólo, que es el del
do entre los suyos, y un matrimonio aún mejor, aunque contraído entre marido audaz. Pero la dualidad se restablece en dos planos: el de las
extraños que inclusive son presuntos enemigos. Así que esta combina- funciones económicas," ya que los mitos ge hacen intervenir simultánea-
toria descansa en las nociones de endogamia y de exogamia locales; mente la caza y la búsqueda de miel; y el de las relaciones de parentes-
implica siempre una disyunción. co, pues, a los dos aliados de M2 I 3, etc., uno tímido, el otro descarado,
Mal casado entre los suyos (M 1 4 2 , M Z 2 s ), el héroe queda disyunto corresponden ahora dos parientes: un hermano tímido y otro audaz,
por aquellos ~ismos que lo asesinan para vengar la muerte de la mujer A la heroína convertida en capivara (sujeto acuático de largos dientes)
loca por la miel y que provocan la transformación del culpable en ceni- corresponde un héroe mudado en termitero (objeto terrestre de un
zas o en termitero, alimento del oso hormiguero: un [objetoiterrestre], desdentado), del cual un pariente, su hermano (que hace juego con el
y si, en Mz z 6, el héroe se echa a buscar enemigos a manos de quienes marido de la heroína: un aliado), sobrevive, después de haber sido devo-
s?lo la muerte espera. es porque los suyos han empezado por hacerse rado por un monstruo celeste (cuando el marido lo ha sido por un
dIs~untos de él huyendo al cielo; transformándose ellos, por tanto, en monstruo acuático), bajo la forma de un cuerpo esférico (su cabeza)
ísujetoslcelestes], Finalmente, en Mz 2 '1 el héroe actúa 10 mejor que puesto en una rama, donde recuerda un nido de abejas (alimento, situa-
puede para no quedar disyunto de los suyos: se muestra nieto atento do a media altura, de un pájaro -el carpintero de los mitos del Chaco-
fiel a sus compatriotas y a la muchacha que desde la infancia era su que participa él mismo del mundo medio).
prometida. Pero nada c~enta, ya que ahora son sus abuelos, a los que a Entre estas dos versiones simétricas y parejamente catastróficas, el
pesar de. todo demo~tro ap~go con su conducta respetuosa, quienes se mito kraho (M2 Z 6) define un punto de equilibrio. Su héroe es un caza-
hacen disyuntos de el mudandose en osos hormigueros, o sea en [suje- dar perfecto, que ha triunfado en su matrimonio y llega a edad avan-
tos/terrestres/o Que el eje de disyunción esté así definido por polos "cie- zada. Su "no-metamorfosis" es atestiguada por su dilatada vejez y por la
lo" y "tierra" respectivamente, es cosa que explica que las versiones más incertidumbre que deja el mito a propósito del verdadero fin del héroe:
fu.ertes P?ngan la iniciación en el seno de las aguas, y las más débiles ..y Kengunan pasó toda la vida en este pueblo hasta no tener conciencia
(VIS~~S as i] a ras de agua. ~s en efecto la iniciación la que ha de dar a de nada, nada, nada. Entonces se extinguió. Y entonces, en el pueblo
los Jovenes la fuerza necesarra, no por cierto para oponerse a una disyun- mismo, nada más se supo de Kengunan, ni si fue de enfermedad o de
114 LO SECO Y LO HÚMEDO HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 115

vejez de lo que muna. Desapareció, y allí quedó el pueblo" (Schultz 1, El territorio ocupado por los Ce centrales y orientales constituye, en
p. 112). Esta permanencia indeterminada se opone así a las transforma- Brasil central, un área aproximadamente continua que se dilata más o
ciones irrevocables que afectan a la heroína (M 2 1 3 ) o al héroe (M 1 4 2 ) . menos de So a io« lato sur, y de 400 a 550 long. oeste. En esta vasta
o bien a la desaparición prematura de la heroína, que de este modo no región las condiciones climáticas no son rigurosamente homogéneas: la
alcanza edad avanzada. parte noroeste confina con la cuenca amazónica, y la nordeste con el
Por su parte, la versión timbirá (M 2 2 7) sirve de bisagra entre el mito famoso "triángulo" de la sequía, donde pueden llegar a faltar por com-
kraho (M 2 2 6) Y los mitos apinayé-kraho (M 1 4 2 , Mz 25): pleto las lluvias. A grandes rasgos, sin embargo, el clima es por doquier
el de la meseta central, caracterizado por contraste entre estación de las
CHACO BRASIL CENTRAL lluvias y estación seca. Pero las diversas tribus ge no se adaptan siempre
del mismo modo.
M Z I 3• e t c.
Disponemos de algunas informaciones sobre las ocupaciones estacio-
nales de los Kayapó septentrionales. Entre ellos la estación seca se
i.. ....1 extiende de mayo a octubre. Los indígenas desmontan al principio y
hacen artigas al final, cuando la madera se ha secado. Como los Kayapó
pescan sólo con "veneno", dependen del periodo de aguas bajas: de fines
. I del mes de julio a las primeras lluvias. Y "como la operación... destruye
de golpe casi todos los peces, sólo puede realizarse una vez al año en el
mismo río. De modo que el pescado cuenta poco en la alimentación y
su escasez hace que sea aún más apreciado" (Dreyfus, p. 30). La caza
tampoco abunda: "a veces hay que ir muy lejos para encontrar carne,
que a los Kayapó les gusta y de la que carecen" (ibid.).
El eje de disyunción es vertical en M 2 1 3 , etc. (cielo/agua). Es horizon- Al fin de la estación seca, la caza escasea todavía más y a veces faltan
tal en M 1 4 2 (búsqueda de los indios que han huido lejos), vertical en los productos agrícolas. Es la recolección la que suministra el alimento
M 2 2 S pero muy débilmente marcado (nido de arapuá en el árbol, bra- complementario. En noviembre y diciembre los miembros efectivos del
sero abajo) e invertido con respecto a M 2 1 3 (sol en lo alto, monstruos pueblo se dispersan para recolectar frutos de piqui, que por entonces
subacuáticos abajo). Y en tanto que M 2 2 6 recurre a dos ejes -uno verti- maduran. Los meses secos (julio a septiembre) corresponden pues a una
cal (disyunción de los indios en el cielo; los protagonistas quedan en vida nómada que se prolonga hasta muy entrada la estación lluviosa,
tierra), el otro horizontal (disyunción horizontal del héroe en busca de para la recolección del piqui. Pero esta vida nómada no anuncia necesa-
un pueblo lejano y enemigo )-, no tenemos en M 2 2 7 más que un eje riamente la escasez: la expedición anual que hay siempre en agosto-sep.
horizontal de disyunción, pasando el eje vertical a estado latente (si, tiembre tiene por intención "reunir las vituallas necesarias para las gran-
como creemos, la transformación de los abuelos en osos hormigueros des fiestas de clausura de los rituales celebrados antes de que caigan las
participa de una codificación astronómica). y a posición final, cuando primeras lluvias y se reanuden los trabajos agrícolas". Cuando llega una
que está en posición inicial en M 2 2 6. Queda confirmado, pues, que la epidemia al pueblo, los indios piensan que el mejor remedio es retornar
versión timbirá ocupa en el subconjunto ge un lugar intermedio entre las a la vida errante, y que la enfermedad será expulsada permaneciendo en
otras versiones, lo cual explica la suerte particular que reserva a la cabe- el bosque: "por ser más abundante el alimento... recuperan fuerzas y
za del hermano decapitado. Se recordará que esta cabeza es puesta en retoman en mejor condición física" (ibid., p. 33).
una rama baja, cerca de un nido de abejas borá, a diferencia de las
demás versiones, donde un nido de abejas arapuá, suspendido mucho . . . DE LAS LLUVIAS ESTACIÓN SECA ESTACIÓN ...
más arriba, es conectado, con el héroe mismo (M 2 2 5) o con su hermano
(M 2 2 6) a título de medio de la muerte de uno o de resultado de la
ene. febo mar. ,1><. mayo jun. juL ago, sep. oct. nov. dic.
muerte del otro, como hemos explicado.
11 11
L-J
Los mitos del Chaco relativos a la chica loca por la miel, y los de Brasil recolecciones desmontes artigas
central, donde el mismo personaje interviene más discretamente, son
pues parte del mismo grupo. Si, como ya sabemos, los primeros ofrecen pesca recolección
un carácter estacional en el sentido de que evocan ciertos tipos de activi- de plqui
dad económica y un periodo del año, tal debe ser también el caso con
los segundos. Conviene mostrar esto ahora. vida nómada, caza
116 LO SECO Y LO HÚMEDO
HISTORIA DE LA CHiCA LOCA POR LA MIEL 117
A;~.rca del clima que f?ina en la comarca: timbirá, Nimuendaju observa
que es. notabl.emente mas seco que en las regiones amazónicas adyacen- Si esta reconstitución de las costumbres antiguas fuera exacta, nos las
tes. A diferencia de los territorios del este y el sudeste, el país está exen- veríamos pues con un nomadismo de la estación de las lluvias, ya que,
t~, de las amenazas de sequía, pero posee no obstante una franca esta- en Brasil central, se planta al final de la estación seca y las cosechas
Clan
. seca que. dura
. de julio a diciembre" (Nim . 8 ,p. 2) . Es t as In . di ca- maduran algunas semanas o meses después. Así los Sherenté roturan en
c~o?-es no coinciden exactamente con las del calendario ceremoníal que junio-julio, queman y plantan en agosto-septiembre para que la germina-
divide el año en dos mitades: una corresponde teóricamente a la estación ción goce de las primeras lluvias, que no tardarán en caer {Oliveira, p.
seca~ desde la recolecci?n del ,maíz en abril hasta septiembre; la otra 394). Este nomadismo de estación lluviosa, del cual hemos descubierto
comienza e_oo los t~abaJos agncolas de antes de las lluvias, y ocupa el también indicios entre los 'I'imbirá, no excluye el nomadismo de estación
resto del an~ .(d. Ním, 8, pp. 62, 84, 86, 163). Todas las fiestas impor- seca, cuando la caza tiene también importante lugar, pero la pesca
tantes se verifican durante
, . el periodo ritual ' llamado de la es t aClon
.• seca, representa una actividad mucho menos importante que en el Chaco.
que es por, tanto ~Imlsmo, el de la vida sedentaria. Por esta razón y Todo esto sugiere que la oposición, tan marcada entre las tribus del
aunque las mfo~aClones dísponibles no sean siempre claras, parece que Chaco, entre periodo de abundancia y periodo de escasez (mucho mejor
durante las lluvias hay expediciones colectivas de caza (Nim 8 que entre dos tipos de estaciones) es formulada por las tribus de Brasil
85 86) S' b .• . • pp. central en términos socioeconómicos: ora como periodo sagrado (cere-
- • ,In em argo, también se mencionan cazas de aves de la sabana
(em~. s~nema, falconiiformes) durante la estación seca, y cazas colectivas monial) y periodo profano (sin ceremonias), ora como periodo de
al termino de cada gran ceremonia (ibid., pp- 69-70). Casi no se sabe nomadismo -cconsagrado solidariamente a la caza y la recolección- y perio-
n~.da de la~ antiguas condiciones de vida, pero pudiera ser que la oposi- do sedentario. puesto bajo el signo del trabajo de los campos. Entre los
C10n espacial entre la sabana seca y el bosque-galería que bordea los Apinayé, donde parece que las operaciones agrícolas y las de la vida
cur~os de agua (donde se ~esc.a y están asimismo las plantaciones) haya nómada eran en 'los mismos meses, no dejaban por ello de oponerse, ya
tenido e,n el pesnarmento indígena un lugar igual al de la oposición de que unas, sagradas, incumbían a un colegio religioso, en tanto que las
las estaciones en el tie~po. En todo caso, parece que la primera ha lla- otras, profanas, ocupaban al bulto de la población. Las cosechas crecían
y maduraban durante el tiempo consagrado a la recolección y la caza,
mado l' mucho la atención de los observadores (Nim . 8 , p . 1) . A' sIse
exp rca acaso_que la oposición entre animales del bosque y animales de pero los dos tipos de actividad no dejaban de estar separados.
la s~?ana: se?~lada ~penas por los mitos apinayé y kraho, se borre en la No obstante, no parece dudoso que, igual que los mitos correspon-
v~rslOn tímbirá detrás de otra, más compleja, en función de la cual los dientes del Chaco, nuestros mitos ge aludan a la estación seca. - El
alimentos respectivos de los animales encontrados pasan a ser: inventario de los alimentos que recolectan los animales encontrados por
el héroe es la primera señal. Trátese de serpientes, lagartos y saltamon-
Ema: tes, que son animales de la sabana, de peces pescados en" periodo de
Sariema (1): Sariema (2): aguas bajas, de nueces de palma y sapucaia o de vainas de jatobá, todos
I I \ I estos productos animales o vegetales son típicos de la estación seca, de
lagartos, serpientes, saltamontes; lagartos + mandioca; peces; la cual es sabido, por ejemplo, que para los Botocudo de Brasil oriental
era la de la recolección de las nueces de sapucaia, que ocupaban lugar
cazados en la sabana cultivada, pescados en importante en su alimentación.
bosque-galería Tanto en el pensamiento de los Timbirá cuanto en el de los Apinayé,
la recolección y el recogimiento de los productos silvestres estaban
Pase~os ahora a los Apinayé. "En otro tiempo no bien acabadas las asociados al periodo de la vida nómada en la sabana. Con todo, una
plantaclOn~s: los Apinayé partían a la sabana, donde vivían de la caza y transformación señala el tránsito de los mitos del Chaco a los mitos ge.
~a rec~lecclOn ha~ta que las cosechas estaban maduras. Sólo de manera En el primer caso, miel y frutos silvestres son los alimentos de la vida
mtermítente volvía al pueblo talo cual familia" {Nim 5 89) D nómada, y el mismo papel incumbe a la caza y a la miel en el segundo.
t . dov nacerd- I • ,p. . uran- Pero se discierne en seguida la razón de semejante sustitución: la recolec-
e. este peno o, sacerdotes especializados velaban celosamente el creci-
miento, de las plantas, a las que llamaban "sus hijos". La mujer que ción de los frutos silvestres era una ocupación sobre todo femenina entre
pre~endie.ra ,:ecoger cualqui~r cosa en su campo antes de ser levantada los Ce, con excepción de la miel, recogida por los hombres (Ním. 5, p.
la interdicción, se expondr ia a un severo castigo. Maduras las cosechas 94; 8, pp. 72·75). En la jerarquía de las ocupaciones masculinas puede
I?s sacerdotes, ~lamaban a los errantes, Después de una caza colectiv~ afirmarse, pues, que en el Chaco la recolección de la miel contaba más
final, l~s familias retornaban c:t pueblo, libres al fin de explotar sus que la de los frutos silvestres, como, en Brasil central, la caza contaba
p~ant~c~ones. Este momento senalaba la iniciación del periodo ceremo- más que la recolección de la miel:
mal íibid. p. 90).
HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 119
118 LO SECO Y LO HÚMEDO

rastras de su choza materna y lo conducían a la de ellos, donde esperaba


CHACO BRASIL CENTRAL la prometida. El matrimonio era siempre monógamo Y se tenía por
indisoluble si la joven esposa era virgen. Cada familia se encargaba de
meter en razón al cónyuge que manifestase intención de recuperar la
miel> frutos silvestres uua caza > miel libertad. De este modo, la enseñanza impartida cada noche a 1.os n~vicios
tenía un neto cariz premarital: "Era cosa sobre todo del matrrmomo; los
Hemos considerado la estructura del grupo desde un punto de vista instructores explicaban cómo había que elegir esposa para no correr el
formal y hemos vinculado ciertas transformaciones que se manifiestan a riesgo de quedar encadenado a una perezosa y a una infiel. .. " (Nim. 5.
los caracteres ecológicos de cada región y a varios aspectos de la cultura p. 60). . .
material de las poblaciones en cuestión. En estos dos planos hemos Lo mismo entre los Timbirá: "Otrora un Joven no padIa casarse antes
logrado así resolver dos dificultades ya apreciadas por Nimuendaju a de haber pasado el ciclo de los ritos de, iniciación y alcanzado así el
propósito de la versión apinayé (M I 4 2 ) : "/Pebkumre'dy/ (segunda fase estado de /pftnp/, "guerrero". Al final de la última ceremonia, las ~~turas
de la iniciación) representa la verdadera iniciación de los guerreros... suegras desfilaban, llevando atados al extremo de cuerdas ~ los Jovenes
Los Apinayé vinculan su origen al mismo motivo tradicional que los guerreros destinados a ser sus yernos" (~im. 8, P: 200 y lamo 40a). ~l
Canella (=Timbirá) asocian a su propio ritual de iniciación de los /pep- final de la iniciación había una -elebracíón colectiva de todos los matrr-
yé/: el combate entre dos hermanos y un halcón gigante. Pero parece monios (ibid., p. 112). Las exhortaciones dirigidas a los novicios. subra-
que los papeles de los hemanos están invertidos, y pienso que el episodio yaban constantemente la doble finalidad de los ritos., ReclUldo.s y
final se ha difundido hasta los Apinayé desde el norte Y que ha sido cebados los jóvenes cobraban fuerzas para las competencias deportivas,
añadido posteriormente: me refiero a la historia del hombre que asa a su para la' caza y la guerra; constantemente adiestrados durante t~do el
esposa" [Nim. 5, p. 56). Sabemos sin embargo que esta historia perte- tiempo que duraba la reclusión, merced a pruebas de carrera a p~e y a
nece al patrimonio ge, puesto que existe entre los Kraho en estado de expediciones colectivas de caza, también eran dotados, por vez pr~mera,
mito aislado. En realidad, donde Nimuendaju veía dos problemas distin- del /kopó/, instrumento entre jabalina y maza que, en todo Brasil cen-
tos, hemos demostrado que no hay más que uno, cuyas faces se ilumi- tral, representa el arma de guerra por excele~óa. . . .
nan mutuamente. Es por estar destinado a un fin ignominioso por lo que El otro aspecto de la enseñanza se refer ia al mat~l.momo: evitar .1?S
el papel del héroe apinayé (a diferencia del héroe kraho o del timbirá) querellas y las disputas que dan mal ejemplo a los hI~OS,. pero también
debe ser cumplido por los dos hermanos que las otras versiones hacen saber descubrir los defectos femeninos tales como la fnvoltdad, la pereza
perecer en su lugar. Falta comprender por qué esta variante requiere la y el gusto por la mentira. Al fin, se enumeraban los deberes de un
intervención de una chica loca por la miel, vuelta esposa del hermano hombre hacia sus suegros (Nim. 8, pp. 185-186). ,.
condenado. Luego de entregarnos a un análisis formal de estos mitos, y De estos aspectos del ritual los mitos ofrecen, por a~l decirlo, _un
después a su crítica etnográfica, debemos ahora considerarlos desde otro comentario en acción. Pero, según las versiones, son retemdos selectiva-
punto de vista: el de su función semántica. mente determinados aspectos, y tratados en función de tal o cual even-
Hemos dicho varias veces, y' acabamos de recordarlo, que los Ce tualidad. Consideremos primero el mito kraho sobre el combate con el
centrales y orientales ven, en el combate de los dos hermanos contra los' pájaro homicida (M 2 2 6)' Está entero centrado en la caza y la guer~a '. Su
pájaros homicidas, el origen de la iniciación de los jóvenes. Esta inicia- héroe, Kengunan, es maestro consumado en estas dos art~s, que práctrca-
ción ofrecía un carácter doble. Por una parte, señalaba la llegada de los mente se confunden en una, ya que no emplea jamas ~l arco y las
adolescentes al estatuto de cazadores y guerreros; así, entre los Apinayé, flechas para cazar, sino solamente la jabalina-maza /kopo/ que es ~n
al final del periodo de reclusión los inciados recibían de sus padrinos arma de guerra, pese a que los Timbirá la empleen de manera. excepcio-
mazas ceremoniales a cambio de piezas de caza [Nim. 5, pp. 68-70). nal para cazar el oso hormiguero (Nim. 8, p. 69), uso muy hgado a la
Pero, por otro lado, la iniciación servía de preludio al matrimonio. Al conclusión original de su mito (Mz 27).
menos en principio, los iniciados eran aún célibes. La muchacha que De hecho, la mayor parte de la versión kraho consiste en una enume-
sintiese debilidad por alguno antes de la iniciación era despiadadamente ración complaciente de las virtudes de un buen cazador. Sin arco y sin
castigada: sometida por los hombres a una violación colectiva el día que perro, halla caza donde nadie; mata cantidades prodigiosas de anirr:ales
su amante entrase en reclusión, y en adelante reducida al estado de y, por pesadas que sean las piezas de su marco de caza, las lleva sm la
prostituta. Al salir de la iniciación, los jóvenes se casaban todos el mis- menor dificultad. No obstante, es modesto, pretende no haber matado
mo día, no bien concluida la ceremonia (Nlm. 5, p. 79). pieza alguna, o traer una caza insignificante, a fin de dejar a sus aliados
Para un hombre, el acontecimiento era tanto más señalado cuanto que, la sorpresa y el mérito del descubrimiento. A sus aliados nada más: pues
como la mayor parte de los Ce, los Apinayé practicaban la residencia está casado y reside en un pueblo ajeno, donde carece de parientes.
matrilocal. El día de la boda los futuros cuñados sacaban al desposado a Sobre todo, Kenkunan enseña por su ejemplo el respeto a las prohibicio-
120 LO SECO Y LO HÚMEDO mSTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 121

nes de que depende una caza fructífera. El cazador no debe comer él podían aspirar a participar más que luego de un plazo: después de haber
mismo la caza que ha cobrado; o, si come, debe diferir por lo menos el cambiado de ..e statuto.
acto del consumo, y de dos maneras complementarias: en el tiempo, De estas conductas diferenciales, los Kaingang de Brasil meridional
dejando primero que se enfríe la carne; y en el espacio, cuidando de no ofrecen una ilustración más directa. Un informador ha descrito de
cogerla a mano limpia, sino de ensartarla en una vara puntiaguda: "Los manera muy reveladora un recorrido por 'el bosque, con dos compañeros,
Kraho -comenta el informador- no se comen el primer animal que en busca de miel. Localizado el árbol, lo rodean de hogueras para aturdir
matan, sino apenas si han matado muchos de la misma calidad (= espe. a las abejas, lo derriban y abren el tronco con el hacha. En cuanto
cíe); aun entonces, no cogen la carne con la mano; la pinchan con un aparece el nido de las abejas, "sacamos los panales y, hambrientos como
palo y la dejan enfriar antes de comerla" (Schultz 1, p. 108). estamos, comemos su contenido como está: es algo azucarado, rico,
Entre los Ge, por lo tanto, los ritos de caza que enseñan a los novicios jugoso. Entonces encendemos fueguecillos para asar las celdas llenas de
durante la iniciación consisten esencialmente en la práctica de la discre- larvas y de ninfas. No recibo más que lo que me puedo comer allí
ción. El cazador casado piensa antes que nada en abastecer a sus aliados, mismo". Los dos compañeros se reparten el nido, y quien lo descubrió
de quienes. en virtud de la residencia matrilocal, recibe hospitalidad. Lo recibe la mejor parte. Pues -comenta quien conduce la indagación-, "la
hace con generosidad y modestia, cuidando de depreciar sus piezas de miel constituye una especie de platillo gratuito ('free food's, Cuando es
caza. De esta caza se abstiene de comer, o come con mesura, mantenien- descubierto un nido, les toca a todos los presentes... A nadie se le
do la carne a distancia por interposición de una duración y un espacio ocurriría hacer con miel una comida completa, pero se disfruta en cual-
mediadores. quier momento del día" (Henry 1, pp. 161-162).
Ahora, este retraso del consumo, por decirlo así, ya nos había pare- De los Suyá del río Xingu se dice también que consumían la miel en
cido caracterizar los ritos de la fiesta de la miel entre los Tupí septen- el sitio: "Todos los indios metían las manos en la miel y la lamían;
trionales: Tembé y Tenetehara, que son vecinos de los Ge. En vez de comían los panales con las larvas y las pellas de polen. Se reservó un
consumir de inmediato la miel, la acumulan, y está miel, fermentada poco, muy poco, de miel y de larvas, que fue llevado al campamento"
durante la espera, por este solo hecho se torna bebida sagrada y compar- (SehuItz 3, p. 319).
tida. Compartida con invitados acudidos de los pueblos cercanos, y que A este consumo inmediato de miel fresca, repartida en el sitio y con-
permite estrechar la alianza entre los grupos. Pero sagrada también, ya sumida a la pata la llana, se opone sin embargo, entre los Kaingang, un
que la fiesta de la miel es una ceremonia religiosa que tiene por fin consumo diferido en forma de hidromel destinado ante todo a los alia-
asegurar caza abundante durante el año; o sea que su finalidad es la dos: "Un hombre decide con sus hermanos o primos preparar cerveza
misma que la de los ritos de caza entre los Ge. para sus parientes políticos. Derriban cedros, abren los troncos dándoles
Podría ser que haya existido igual distinción en el Chaco, entre la miel forma de artesas y se ponen a buscar miel. Al cabo de unos días tienen
recolectada durante la estación seca e inmediatamente consumida y la bastante. Envían entonces a sus mujeres a buscar agua para llenar las
destinada a la preparación del hidromel del cual hay algunas señales de artesas. Echan la miel en el agua, que hacen hervir metiéndole piedras
que acaso fuera conservado, ya que, según el testimonio de Paucke muy calientes... Entonces hay que deshacer en agua los tallos leñosos
(1942, pp. 95-96), entre los Mocovf "la fabricación del hidromel era de un helecho denominado /nggign/ y verter en las artesas la infusión
sobre todo a partir del mes de noviembre, cuando aumentaba el calor. roja así obtenida, 'para enrojecer la cerveza', pues los Kaingang dicen
La bebida a base de miel y frutos la bebían tanto de día corno de que sin /nggign/ la cerveza no fermentaría. La operación dura varios
noche, y los indígenas vivían entonces en estado permanente de ebrie- días, al cabo de los cuales cubren las artesas con placas de corteza y
dad. Estas fiestas congregaban a más de un centenar de participantes y a dejan que la cerveza repose durante algunos días más. Cuando comienza
veces degeneraban en pendencias. a hacer espuma, los indios declaran que está Ithó/, o sea embriagante o
"Para preparar el hidromel, se conformaban con suspender por las amarga, lista para ser bebida..." (Henry 1, p. 162). Esta larga elabora-
esquinas un cuero seco de jaguar o de cérvido y verter allí, revuelto ción, cuyos detalles hemos abreviado, parece aún más compleja cuando
todo, miel y cera, añadiendo agua. En tres o cuatro días la mezcla se tiene presente que la fabricación de las artesas requiere árboles enor-
fermentaba espontáneamente al calor del sol. A menos que fueran no- mes cuyo derribo constituye, por sí solo, un trabajo largo y laborioso. Y
bles, los hombres jóvenes y los solteros estaban excluidos de los bebedo- sin embargo había a veces que cortar varios árboles así, hasta dar con un
res y debían contentarse con escanciar" (ibid. 1943, pp. 197-198). tronco sin grietas por donde se escapara la cerveza. Un grupo entero
De julio a septiembre hace frío en el Chaco. Los textos sugieren, 'pues, padecía arrastrando el tronco perfecto hasta el pueblo. Otro tanto para
que el consumo colectivo y ceremonial de hidromel era también acaso hacer la artesa con utensilios rudimentarios, y no sin riesgo de abrir un
un consumo diferido. En todo caso, los ritos excluían a ciertas catego- resquicio durante la operación o, peor aún, después de puesta a fermen-
rías de hombres que, como los cazadores ge aunque de otro modo, no tar la cerveza (ibid., pp. 169-170).
Entre los Kaingang había así dos modos de consumo de la miel: inme-
122 LO SECO Y LO HÚMEDO HISTORIA DE LA CHICA LOCA POR LA MIEL 123

mato, sin atribución preferente, en estado fresco; o bien largamente Siquiera tener un buen marido; hombre virtuoso que logra su matrimo-
diferido, para tener provisión suficiente y reunir los requisitos necesarios nio, hasta en país enemigo (dno es, por lo demás, siempre éste el caso
para la preparación, en el caso de la miel fermentada. Ahora, se recor- para un hombre en una sociedad de residencia matrilocal?), o, si no,
dará que según el informador el hidromel está destinado a los aliados. hombre educado que resulta triplemente culpable: por haber elegido por
Aparte de que la misma atribución prioritaria resalta en primer plano de esposa una mujer viciosa, por haberse rebelado contra ella, y por haber
los ritos de caza en los mitos ge, ciertos detalles de los mitos del Chaco ofendido a sus aliados, a quienes, en la carne de su hija ofrece una
sobre la chica loca por la miel sugieren la misma conclusión. "antiprestacíón", '
Al día siguiente de su boda, el zorro engañador de los Toba trae frutos En este conjunto, los mitos ge sobresalen por un movimiento dialéc-
venenosos y panales vacíos. Pero su suegra, que cree que el saco está tico que les es propio, pues cada versión considera desde diferente
lleno de miel, se apodera de él en el acto y declara, como si fuera cosa ángulo la instrucción impartida a los iniciados. El héroe de la versión
bien sabida, que con lo recolectado por su yerno va a preparar hidromel kraho, que es un amo de la caza y de la guerra, logra su matrimonio
para todos los suyos (M 2 o 7). A su hija, que le reclama una variedad de merced a este solo hecho, casi se diría que por añadidura. Pues si
miel que él no sabe recolectar, Sol le responde con no menor natura- encuentra una buena esposa, es que no ha temido buscar la muerte a
lidad: ~ ICésate! (M 2 1 6 ) . 9 Este tema del matrimonio para tener miel manos de extraños; y si consigue conservar su mujer y alcanzar él edad
recurre, como un Leitmotiv, en todos los mitos de este grupo. También avanzada, es que ha ganado el reconocimiento de sus aliados alimentán-
aquí, por consiguiente, se distinguen dos modos de consumo de la miel: dolos en abundancia y destruyendo sus enemigos. La versión timbirá
por una parte la miel fresca. de que la mujer se sacia en el sitio. libre- reproduce aproximadamente el mismo esquema, pero de manera mucho
mente; por otra la miel reservada y acarreada: pertenece a los aliados. más débil ya que aquí el acento se traslada: en lugar de que el motivo
Comprendemos sin más por qué los mitos del Chaco destinan la chica pertinente sea la alianza instaurada, se trata más bien de la filiación
loca por la miel a un fin lamentable: transformación en animal, o desapari- revocada (abuelos convertidos en osos hormigueros), siempre en virtud
ción. Su glotonería, su indiscreción, no son razón suficiente, ya que de la regla de que una alianza, aun establecida desde la infancia y con
tales defectos no le impiden casarse bien. Pero es después del matrimo- compatriotas, representa un tipo de nexo incompatible con el que resul-
nio cuando comete el crimen verdadero: niega a su madre la miel ta de la filiación. En cuanto a la versión apinayé, es cuádruplemente
reunida por su marido; M 2 1 2 contiene implícitamente este detalle y pusilánime en comparación con las otras dos: el papel de principal prota-
M 2 13 lo subraya de manera muy significativa puesto que, en esta ver- gomsta toca a aquel de los dos hermanos que las demás versiones colo-
sión, una heroína avara es transformada en capivara, en tanto que la de can en lugar humillado; el drama surge a propósito de una recolección
M 2 2 4 , vieja en lugar de joven, adquiere la misma apariencia para ven- d~ miel, ~orma más hu~ilde (en relación con la caza) de las búsquedas
garse de la avaricia de los suyos. Por consiguiente, la falta de la chica alimentarias de la estación seca; las enseñanzas evocadas son las referen-
loca por la miel consiste en llevar el egoísmo, la gula o el rencor hasta el tes a la elección de esposa, y no a la conducta en la caza y la guerra;
punto de interrumpir el circulo de las prestaciones entre aliados. Retie- por último, y a diferencia de lo que ocurre en otras partes, el héroe no
ne la miel para su consumo particular en lugar de dejarla, por así decir- sabe aprovechar estas enseñanzas, ya que casa con una mujer asimismo
lo, que fluya de su marido, que la recolecta, hasta sus parientes, a mal e ducada.
quienes toca consumirla. Citada la miel o no, desempeña por doquier el papel de rasgo perti-
Sabíamos ya que, desde un punto de vista formal, todos los mitos que nente. Los mitos del Chaco hacen la teoría de la miel contrastándola
hemos -considerado hasta aquí (ya procedan de los Tupí septentrionales, con otros alimentos vegetales y silvestres de la estación seca. Explícita-
de las tribus del Chaco o de los Ge centrales y orientales) forman un mente o por preterición. los mitos ge desarrollan la misma teoría a partir
grupo. Pero ahora comprendemos por qué. Todos estos mitos trasmiten, de un contraste entre la miel y la caza. Entre los Ge, en efecto, sólo en
en efecto, el mismo mensaje, aunque no empleen el mismo-vocabulario la caza estaba el consumo sometido a constreñimientos rituales que la
ni los mismos giros gramaticales. Los unos hablan en modo activo, los apartaban en el tiempo y en el espacio, en tanto que el consumo de miel
otros en modo pasivo. Los hay que explican lo que pasa cuando se hace al parecer no era objeto de ninguna reglamentación particular. Los
lo que se debe; otros adoptan la hipótesis inversa y consideran las conse- Apinayé poseían, sí, un ritual de las plantas cultivadas, pero a excepción
cuencias de hacer lo contrario de lo debido. Por último, si bien se trata de la mandioca, cuyo carácter estacional está poco o nada señalado
siempre y por doquier de la educación de los jóvenes, el héroe de la éstas no tienen lugar en un ciclo mitológico que se define por referencia
historia puede ser hombre o mujer: mujer viciosa, a quien de nada sirve ni a la estación seca.
Por último, entre los Tembé y Tenetehara, la misma teoría del con-
9 Entre los Umotina también "la miel recolectada era repartida siempre de
acuerdo con un sistema fundado en el parentesco. La mayor parte iba a la suegra
sumo diferido se funda casi por entero en la miel, pero en tanto que el
del cazador, la menor a sus hijos; se apartaba un poco de miel para los ausentes" consumo diferido de la miel aparece como medio del consumo no dife-
(Schultz2,p.175). rido de la Caza: la fiesta de la miel, retrasada hasta determinada época
124 LO SECO Y LO HÚMEDO

del año, garantizará una caza fructuosa durante el año entero.


En los mitos de Brasil central, por consiguiente, el consumo no dife-
rido de la miel (de que se hace culpable una mujer) se opone al con-
sumo diferido de la caza (que es mérito de un hombre). En el Chaco, el
consumo no diferido de la miel (por una mujer) recuerda, a la vez, el
consumo no diferido de frutos silvestres (dicho de otro modo: aún
cargados de toxicidad) por los dos sexos, y se opone al consumo dife-
rido de la miel por un hombre. que se priva de ella, en efecto, a bene-
SEGUNDA PARTE
ficio de sus aliados.

EL FESTÍN DE LA RANA

Et oeterem in limo ranae cecinere querellam. *


Virgilio, Geórgicas, 1, v. 378

* ... y en el limo cantaron las ranas su vieja querella. (Trad. de R. Bonifaz Nuño.]
VARIACIONES 1, 2, 3

I. Variaciones 1, 2, 3 127
11. Variaciones 4, 5, 6 178 A PROPÓSITO del mito ofaié sobre el origen de la miel (M 1 9 2 ) , hemos
puesto de manifestó un recorrido progresivo-regresivo que, vemos ahora,
pertenece al conjunto de los mitos considerados hasta el presente. Sólo
de cierta manera puede ser definido el mito ofaiécomo un mito de
origen. Pues la miel cuya adquisición relata se parecía poco a la que
conocen los hombres hoy en día. Esta primera miel tenía un sabor
constante y uniforme, y crecía en plantaciones, como los vegetales culti-
vados. Como estaba al alcance de la mano, no bien madura era comida.
Para que los hombres pudiesen poseer la miel de manera duradera y
disfru tar de todas sus variedades era preciso, pues, que la miel cultivada
desapareciese en beneficio de la miel silvestre, disponible en cantidades
mucho menores pero que, en compensación, no se llega a agotar.
De modo más discreto y menos explícito, los mitos del Chaco ilustran
el mismo tema. En otro tiempo la miel era el único alimento y dejó de
serlo cuando el carpintero, dueño de la miel, se volvió pájaro y huyó
para siempre de la sociedad humana. En cuanto a los mitos ge, traspo-
nen la sucesión histórica en términos de un contraste actual entre la
caza, sujeta a toda suerte de reglas y que constituye por tanto una
búsqueda de alimentos según la cultura, y la recolección de la miel
practicada libremente, hecho por el cual evoca un modo de alimentación
natural.
No hay que sorprenderse, así, cuando al pasar a la Guayana encontra-
mos como en otras partes mitos sobre el origen de la miel, pero que
atañen parecidamente a su pérdida:

M2 33. Arawak: por qué la miel es tan escasa hoy.


Otrora los nidos de abejas abundaban en la espesura, y había un
indio célebre por su talen ;o para descubrirlos. Un día que abría un
tronco a hachazos para sacar miel, oyó una voz Que decía:
- ICuidado! iMe hieres! Siguió trabajando con precaución y des-
127
128 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1,2,3 129

cubrió en el corazón del árbol una mujer encantadora que le dijo fermentadas. La esposa sobrenatural procura a su marido un agua deli-
llamarse Maba, "miel", y que era la madre o el Espíritu de la miel. ciosa que es en realidad miel, a condición de que nadie más beba. Pero
Como estaba enteramente desnuda, el indio juntó un poco de él comete el error de pasarle la cantimplora a un compañero sediento
algodón y con él se hizo un vestido la mujer, a la que pidió en
que la pide, y cuando éste exclama estupefacto: - lPero si es miel! ,
~atrimonio. Ella consintió a condición de que jamás fuese pronun-
cl~do su nombre. ~ueron muy felices durante no pocos años. Y 10
resulta haber sido prornmciado el nombre prohibido de la mujer. So
mismo que era universalmente considerado el mejor buscador de pretexto de satisfacer una necesidad natural, ésta se aleja y desaparece,
miel, adquirió ella gran reputación gracias al modo maravilloso como transformada en miel de abejas /mohorohi/. El hombre la imita volvién-
preparaba el Icassiri/ y el/paiwarri/. Cualquiera que fuese el número dose enjambre. Muy diferente es la versión warrau recogida por Roth:
de invitados, le bastaba preparar una jarra, y no hacía falta más para
llevarlos al deseado estado de ebriedad. Era de veras una esposa ideal. M2 Warrau: Abeja y las bebidas dulces.
34 .
Con todo, un día que se lo habían bebido todo el marido
sin duda achispado, creyó oportuno disculparse ante su~ numeroso~ Había dos hermanas que llevaban la casa de su hermano y le
invitados. -La próxima vez -dijo- Maba preparará más. Fue así daban /cassiri/, pero a pesar de sus esfuerzos, les salía malísimo,
cometida la falta, pronunciado el nombre. En el acto la mujer se soso, insulso. Así que el hombre no hacía más que quejarse: ino
convirtió en abeja y salió volando a pesar de los esfuerzos del encontrar una mujer que supiera prepararle una bebida dulce como
marido. Desde entonces éste perdió la buena suerte. A partir de la miel!
aquella época la miel es escasa y difícil de encontrar (Roth 1 pp- Un día que se lamentaba solo en la espesura oyó pasos a su
204-205). ' espalda. Se volvió y vio a una mujer que le dijo: -¿Adónde vas?
Has llamado a Koroha (la abeja). Es mi nombre, Iaqu i me tienes!
El /cassiri/ es una cerveza de mandioca y de "batatas rojas" previa- El indio expuso sus pesares y contó cuántas ganas tenían sus her-
mente hervidas y a las que se añade mandioca mascada por las mujeres y manas y él mismo de que se casara. La desconocida se inquietó
los niños, impregnada de saliva y azúcar de caña para apresurar la fer- por no saber si la aceptaría su nueva familia, pero cedió al fin ante
la insistencia y las seguridades de su pretendiente. La gente del
mentación, qu~ viene durando tres días. La preparación del /paiwarri/ es pueblo la interrogó pero ella cuidó de explicar a los suegros que si
parecida, salvo que esta cerveza se prepara con galletas de mandioca había acudido era porque el hijo se lo había rogado.
previamente torrefactas. También hay que consumirla pronto, pues su Llegado el momento de preparar la bebida, hizo maravillas. Le
preparación no requiere más que veinticuatro horas y empieza a agriarse bastaba meter el meñique en el agua, menearlo, iv ya estaba! lY
al cabo de dos o tres días, como no se le añada mandioca recién torre- la bebida era dulce, dulce, dulce! Nunca se había bebido nada tan
facta y se reanuden entonces las demás operaciones [Roth 2. pp. bueno. En adelante la joven abasteció de jarabe a todos sus parien-
227-238). El hecho de que la preparación de las bebidas fermentadas se tes políticos. Cuando tenía sed su marido, no le ofrecía agua antes
~tri~uya a la madre de la miel es tanto más significativo cuanto que los
de haberle metido el meñique para endulzarla.
Pero el hombre no tardó en empalagarse y empezo a reñir con su
Indios de la Guayana no hacen hidromel: "La miel silvestre desleída en
mujer que se rebeló: -Me haces venir ex profeso para tener
agua puede ser consumida como bebida, pero no hay testimonio que bebid~s azucaradas y ahora no estás contento. l Arréglatelas l y
sugiera que la dejaran fermentar" (ibid., p. 227). echó a volar. Desde aquella época los indios tienen que afanarse
No obstante, los indios de la Guayana son peritos en materia de mucho para subir a los árboles, abrir los troncos, sacar la miel y
bebidas fermentadas a base de mandioca, maíz o frutos diversos. Roth no clarificarla antes de poder endulzar sus bebidas (Roth 1, p. 305).
describe menos de quince (2, p. 227-232). No está excluido que a veces
añadieran miel fresca al brebaje para endulzarlo. Mas como semejante
uso es atestiguado sobre todo por los mitos, como tendremos ocasión de Está claro que este mito transforma el anterior desde el doble punto
mostrar, la asociación entre bebidas fermentadas y miel fresca parece de vista de los vínculos de parentesco y de las bebidas traídas a cuento,
explicarse mejor por las propiedades embriagantes de algunas mieles. con aunque en todo caso se trata de cerveza y de agua con miel. En cada
lo cual se tornan inmediatamente comparables a bebidas fermentadas. mito, en efecto, estas bebidas están diferentemente marcadas. La miel de
Según se consideren las culturas del Chaco o de la Guayana se aprecia, M2 3 3 es deliciosa, la cerveza, perfecta -es decir, muy fuerte, ya que
pues, la persistencia de la misma relación de correlación y oposición embriaga si se toma en ínfimas cantidades. En M 2 3 4 es al revés: el agua
entre la miel fresca y las bebidas fermentadas, aunque la primera sola enmielada 'es demasiado dulce, o sea demasiado fuerte a su manera. ya
tenga papel de término constante. y el otro término lo representen que empalaga, en tanto que la cerveza es floja e insípida. Ahora, la
cervezas de composiciones diversas. Sólo permanece la forma de la buena miel y la buena cerveza de M 2 3 3 resultan de una unión conyugal
oposición, pero cada cultura la expresa con medios léxicos distintos. exclusivamente; proceden respectivamente de un marido y de su mujer,
Una reciente obra de Wilbert (9, pp. 90-93) contiene variantes warrau ante los que no hay sino "invitados", es decir una colectividad anónima
(M 2 3 3b, e) del mito que acabamos de resumir. No hablan de bebidas y sin calificar desde el punto de vista del parentesco.
130 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1,2,3 131

Opuestamente al héroe de M 2 33' gran productor de miel y a quien sus reinserción en la trama de las relaciones sociales? Al adelantar este libro
talentos hacen célebre por doquier, el de 1\1 2 3 4 se define por rasgos mostraremos que estas expresiones familiares y figurativas nos acercan
negativos. Consumidor y no productor, por añadidura nunca contento, mucho más al sentido profundo de los mitos que los, análisis formales,
en cierto modo está puesto entre paréntesis, y la relación familiar en de los cuales sin embargo no se puede prescindir, así sea para legitimar
verdad pertinente confronta y opone las cuñadas productoras: hermanas laboriosamente el otro método, cuya ingenuidad, si se hubiera recurrido
del marido, que hacen cerveza demasiado floja, y mujer del hermano, a él de buenas a primeras, habría bastado para desacreditarlo. De hecho,
que hace jarabe demasiado fuerte: estos análisis formales son indispensables. pues sólo ellos permiten
exponer el armazón lógico escondido. bajo relatos de aspecto extrañ? e
incomprensible. Después de sacarlo a la luz es cuando podemos pern.lltlT~
nos el lujo de volver a "verdades primeras", en las que de,scubnmos
I I i e-mas con la condición dicha- la posibilidad de fundar simultaneamente
o = A (O) O ~ (L» o las dos acepciones que se les prestan.
cerveza (+) miel (+) miel (;-) cerveza (-)
FUERTE

Por añadidura, la miel abundante y la cerveza fuerte las trata M2 3 3


como términos positivamente homólogos: su coexistencia resulta de una GUAYANA
unión conyugal y reviste ella misma el aspecto de una unión lógica, en
tanto que la miel (demasiado) abundante y la cerveza sosa de M2 3 4
están en relación lógica de desunión:

Dulce
M,,, [[rveza (+) U miel (+)
]
Empalagoso

Recuérdese que entre los Kaingang, para quienes el hidromel reemplaza


a la cerveza de mandioca en la categoría de las bebidas fementadas , los
mismos términos estaban combinados de modo más sencillo. Como Amargo
M2 33, los materiales kaingang ilustran una unión lógica, pero que esta
vez se establece entre miel fresca y azucarada por una parte y, por otra,
una bebida fermentada hecha con miel que los Kaingang consideran
tanto más lograda cuanto más "amarga" es, y que destinan a los aliados. KAINGANG
FLOJO
En lugar de los cuatro términos del sistema de la Guayana, que forman
dos pares de oposiciones -dulce/empalagoso para las bebidas dulces, no
fermentadas, y fuerte/flojo para las bebidas fermentadas-, los Kaingang
se contentan con dos términos que forman un solo par de oposiciones
entre las dos bebidas, una y otra a base de miel, fresca o fermentada: Dulce
dulce/amargo. Mejor que el francés o el español, el inglés ofrece un o
}3eb\'da",n
__

-- ---
equivalente aproximado de esta oposición fundamental merced al con-
traste entre so]t drink y hard drink. Pero, ene aparece también entre
nosotros, traspuesta del lenguaje de la alimentación al de las relaciones
sociales (que por 10 demás se limita a volver a usar términos cuya conno-
tación primera es alimenticia, tomándolos en sentido figurado), cuando
correlacionamos y oponemos la "luna de miel" y la "luna de hiel" o "de
ajenjo", e introducimos así un contraste triple entre lo dulce y lo amar-
Fig. 11. Sistema de las oposiciones entre bebidas
go, lo fresco y lo fermentado, la unión conyugal total y exclusiva y su mentadas y bebidas no fermentadas.
132 EL FESTíN DE LA RANA VARIACIONES 1,2,3 133

La oposición dulce/empalagoso, característica de la miel en los mitos nos aspectos del personaje de Zorro? Esta dificultad quedará resuelta
de la Guayaría, existe también en otras partes, ya que la hemos encon- cuando hayamos mostrado que, ya en M 2 1 3 y en los demás mitos del
trado en un mito amazónico (M2 0 2 ) con el motivo del ogro empalagado mismo grupo, existe un parecido entre Zorro y la chica loca por la miel,
de miel, y en un mito del Chaco (M2 10) cuyo héroe es Zorro harto de lo cual explica que Zorro pueda concebir el proyecto de personificar a la
miel, que es por cierto la situación del desventurado indio al final de heroína con el marido de ésta (pp.137, 231).
M2 3'" Este último cotejo de personajes incapaces ambos de ser definidos Para llegar a eso hay que empezar por introducir una nueva variante de la
sin ambigüedad en relación con la miel, ha de atraer nuestra atención Guayana. Pues, con M 2 33 Y M2 34, estamos lejos de haber agotado el
hacia otro parecido de los mitos de la Guayana con los del Chaco. Los grupo guayanés de mitos sobre el origen de la miel, todas cuyas transfor-
primeros representan la criatura sobrenatural, dueña de la miel, con los maciones es posible engendrar -o sea deducir los contenidos empíricos
rasgos de una doncella tímida. En cueros en M 2 3 3 J su primer cuidado es por medio de un solo algoritmo definido por las dos operaciones siguien-
pudoroso: le hace falta algodón para vestirse. Y en M2 3 4 se inquieta por tes:
ser pedida en matrimonio: dqué acogida le reservará la familia de su
pretendiente? zesté seguro de que el proyecto será bien visto? Ahora Admitiendo que en los mitos de este grupo el principal protagonista es
bien, es exactamente del mismo modo, y casi con los mismos términos, un animal, el grupo puede ser ordenado si y solamente si ( ~ ):
como responde el pájaro carpintero de los mitos del Chaco a la solicitud
de la chica loca por la miel. De consiguiente, es claro que esta timidez, 1) permaneciendo la identidad del animal en dos mitos consecutivos,
en la que la antigua mitografía sin duda no habría visto más que un su sexo se invierte;
embellecimiento novelesco, constituye un rasgo pertinente del sistema. 2) permaneciendo el sexo del animal en dos' mitos consecutivos, su
Es el pivote alrededor del cual dan la vuelta todas las demás relaciones naturaleza especifica se "invierte ".
cuando se pasa del Chaco a la Guayana, pero que preserva no obstante
la simetría del sistema. En efecto, verificamos que, de los mitos del La homología de las dos operaciones implica evidentemente que se
Chaco relativos a la chica loca por la miel, el mito de la Guayana M 2 3 4 haya planteado previamente, a título de axioma, que la transformación
cuyo héroe es un muchacho loco por la miel ofrece exacto correlato. La (~) de un animal en otro se 'produce siempre en el seno de una pareja.de
heroína del Chaco compara los méritos respectivos de dos hombres: un oposiciones. Hemos dado ejemplos bastantes en Lo crudo y lo cocido
marido y un pretendiente despedido. El héroe de la Guayana se halla en para que se nos conceda que este axioma ofrece por lo menos valor
la misma situación con respecto a una esposa y a hermanas. El preten- heurístico.
diente despedido -Zorro- lo es porque se manifesta incapaz de propor- Puesto que en la última versión considerada (M2 34) el principal prota-
cionar miel buena, en lugar de la cual no ofrece más que frutos tóxicos gonista era una abeja, empezaremos por la abeja la serie de nuestras
(demasiado "fuertes"). Las hermanas, impulsan a su hermano al matri- operaciones.
monio porque son incapaces de hacer buena cerveza y sólo se la pueden
ofrecer insípida (demasiado "débil"). En los dos casos resulta un matri-
monio, ora con un esposo tímido, amo de la miel, ora con una esposa al PRIMERA VARIACIÓN:
tímida, ama de la miel. Pero esa miel en lo sucesivo abundante es negada
a los parientes del otro cónyuge, sea porque la esposa no esté asqueada [abeja e- abeja] +> [O'" l:>.]
-quiere guardarla para ella sola-, sea porque el marido lo esté -ya no
quiere que su mujer siga produciendo. En conclusión, la esposa consu-
Primero el mito:
midora o la esposa productora se muda en animal: capivara o abeja. Así
pues, de M 2 1 3 a M 2 3 4, por ejemplo, se observan las transformaciones
siguientes: M 2 3 S. Warrau: Abeja se vuelve yerno.
Había una vez un indio que se había llevado de caza a dos hijos
M 2 1 3: M 23 4: y a una de sus hijas; las otras dos se habían quedado en el pueblo
Zorro Hermanas con la madre. Cuando el cazador y su prole se internaron muy
Carpintero Abeja adentro en la espesura, construyeron un abrigo para acampw:. . ,
Chica loca por la miel Muchacho loco por la miel Al día siguiente la muchacha andaba con la regla y advirtió al
padre que no podría acompañarlo para poner el acecinadero y
hacer de comer, ya que le estaba prohibido tocar cu~lquier. uten-
Hay que reconocer entonces que nuestra observación de hace un silio. Los tres hombres fueron solos de caza, pero volvieron sm una
momento plantea un problema. Si el personaje del héroe de M 2 3 4 trans- sola pieza. Lo mismo pasó al día siguiente, como si el estado de la
forma el de la heroína de M 2 1 3, dcómo puede asimismo reproducir algu- joven les trajera mala suerte.
134 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1. 2. 3 135

Al otro día los cazadores volvieron a partir y la chica, que repo- agua en tanto que el fuego funde la otra. Para corroborarlo citaremos un
saba en su hamaca en el campamento. se sorprendió al ver llegar a pequeño mito amazónico (M2 36) construido sobre el mismo tema.
un hombre que compartió la hamaca a pesar de que ella cuidó de Despedazado por los pájaros un cazador, el Espíritu de los bosques pegó
advertirle cual era su condición y de la resistencia qUI: le opuso.
Pero el muchacho dijo la última palabra y se instaló junto a ella, los trozos de cuerpo con cera, y advirtió a su protegido que en adelante
haciendo hincapié en la pureza de sus intenciones. Cierto que la se abstuviera de beber cosas calientes. Pero éste olvidó la prohibición, el
amaba desde mucho tiempo atrás, pero de momento sólo deseaba calor derritió la cera y se le desintegró el cuerpo (Rodrigues 1, pp.
descansar, y esperaría el retorno del padre de la señorita para 35-38)_
pedirla de la manera conveniente. Desde el punto de vista de las relaciones familiares y del reparto de
Se estuvieron así acostados juntos, charlando y haciendo proyec- papeles, los personajes de M 2 3 5 se dividen en tres grupos que el dia-
tos para el porvenir. El joven explicó que era un /simo-ahawara/. o grama siguiente permite deslindar con facilidad:
sea un hombre miembro de la tribu de las abejas. Tal como lo
previera y anunciara, el padre al volver al campamento no mani-
festó la menor sorpresa al encontrar a un hombre echado en la
hamaca con su hija; hasta hizo que no se daba cuenta.
La boda fue al día siguiente por la mañana, y Sima dijo a los A
tres hombres que podían quedarse acostados, pues se encargaría de I
las vituallas. En un instante mató una cantidad prodigiosa de I I I I I
O ~A O O
animales y los tres indios no pudieron con ellos, pero él llevó las A A
I
piezas sin esfuerzo. Había para alimentar a la familia un mes, A
Después de seca toda aquella carne, emprendieron el regreso, car-
gando cada cual todo lo que podía y Sima cinco veces más que las
cargas de los tres juntos: ital era su fuerza! Lo cual no le impedía En grupo central comprende la heroína, su marido que será transfor-
andar mucho más de prisa. mado en miel, y el hijo pequeño, transformado también, pero en rana.
De esta manera la tropa llegó al pueblo y Sima se estableció, El grupo de la izquierda, enteramente masculino, está formado por
como es la costumbre, en la cabaña de su suegro. Cuando terminó personajes que son descritos colectivamente como cazadores desafortu-
de roturar y de plantar, su mujer dio a luz un guapo niño. Fue
nados.
también por aquel entonces cuando sus dos cuñadas empezaron a
preocupar a Sima. Se habían enamorado de él y se la pasaban El grupo de la derecha, por entero femenino, es el de las cuñadas. Esta
intentando subirse a su hamaca, de donde él las echaba en el acto. repartición recuerda la que podía observarse en los mitos del Chaco, de
No las deseaba, ni siquiera le eran simpáticas, y se lamentaba con los que nos hemos servido para construir el ciclo de la chica loca por la
su esposa de tal conducta de las hermanas. No obstante (comenta miel. Teníamos también tres grupos:
el informador), nada podía decir contra ellas, ya que los Warrau
practican gustosos el matrimonio polígamo con varias hermanas.
Cuanta vez las hermanas se bañaban mientras Sima se quedaba
en la orilla con el niño, las cuñadas trataban de salpicado, gesto A O
singularmente perverso, puesto que Sima les había advertido que el
agua que le tocara el cuerpo le quemaría como fuego: empezaría I I
por ablandarlo y luego lo consumiría. En realidad nadie lo había O A O
visto bañarse; se/lavaba con miel como las abejas, pero sólo su
mujer sabía el motivo, ya que a nadie más había dicho quién era.
Un día que estaba en la orilla con el crío en brazos mientras las
tres mujeres se bañaban, las cuñadas consiguieron mojarlo. Excla- en medio, Zorro y la muchacha que consigue desposar so pretexto de
mó en el acto: - [Me quemo! lme quemo!; y salió volando suministrar la miel que falta a sus suegros. El grupo de la izquierda está
como una abeja hacia un árbol hueco donde se deshizo en miel en pues ocupado por buscadores de miel desafortunados, no abastecidos por
tanto que el niño se convertía en Wau-uta, que es la rana arbo- su yerno (en tanto que en M 2 35 reúne cazadores desafortunados pero
rícola (Roth 1, pp. 199-201). que, a la inversa, su yerno abastece generosamente). En los dos casos el
grupo de la derecha comprende la cuñada o las cuñadas, pero a costa de
De momento dejaremos a un lado la ranita, pues la volveremos a otra inversión, ya que ora es el marido quien deja a su mujer y quiere
encontrar un poco más tarde. El motivo del agua que quema y derrite el seducir a una cuñada poco dispuesta a seguirlo, ora son las cuñadas las
cuerpo del hombre-abeja se explica manifiestamente, como observa que intentan seducir a un marido obstinadamente fiel.
Roth, por la idea de que semejante personaje ha de estar formado de La inversión de la relación erótica que el mito instaura entre los
miel y de cera, o sea de dos sustancias una de las cuales es soluble en aliados es pues, ella misma, función de una doble inversión de su rela-
VARIACIONES 1,2,3 137
136 EL FESTÍN DE LA RANA

ción alimenticia: negativa en un caso, positiva en el otro; y con la mielo Esta interpretación abre interesantes perspectivas cuando se considera
la carne por objeto. desde el punto de vista sociológico. En efecto, implica una relación de
En efecto, es notable que, asumiendo el sexo masculino en M2 3 S ' equivalencia entre una transformación retórica y una transformación
Abeja se torne abastecedor de carne (seca, precisa el mito. o sea a medio sociológica:
camino entre lo crudo y 10 cocido), en tanto que en M2 33 y M2 34•
donde Abeja era de sexo femenino, desempeñaba el papel de abastecedor
Plano retórico rLsentido1propio => sentido figurado ]
de miel (desde el punto de vista de lo crudo) o de cerveza (desde el de
lo cocido). Pero es que pasando de M233-M234 a M2 3 5 (son todos Plano sociológico [
mitos de la Guayana), la significación alimenticia de la miel se trans- seducción de una seducción de un ]
forma en significación sexual; es decir, la miel, siempre tenida por "se- mujer por un hombre hombre por una mujer
ductora", lo es aquí en sentido propio, allá en sentido figurado. Esta
transformación interna del grupo guayanés no es menos aparente cuando Si otros ejemplos verificaran esta relación, podríamos concluir que, en
se compara M2 3 S con los mitos del Chaco, pues está claro que al remon- el pensamiento indígena, la seducción de una mujer por un hombre es
tamos desde éstos hasta el mito de la Guayana las funciones respectivas del orden de lo real, la historia inversa del orden de lo simbólico o de
de las mujeres aliadas se invierten al mismo tiempo que se produce, en lo imaginario. Contentémonos por el momento con esta sugestión, en
relación con la connotación "seductora" de la miel, un tránsito del espera de que otros mitos nos obliguen a plantear los problemas de la
sentido propio al sentido figurado. En los mitos del Chaco, la esposa existencia y de la función de una codificación retórica (más adelante,
está loca por la miel en sentido propio, es decir alimenticio, y la cuñada pp . 142, 144,,2345).
ejerce involuntariamente sobre su cuñado Zorro una seducción de orden Explicando la dualidad de las cunadas por su ambigüedad funcional,
sexual. En M2 35 es al contrario: las cunadas están ahora locas por la conseguimos al menos eliminar la confusión que se corría el riesgo de
miel, pero en sentido figurado, ya que el marido de su hermana se llama introducir en la tabla de las conmutaciones, tal como es posible estable-
"Miel" y ejerce involuntariamente sobre ellas una seducción de orden cerla a partir del mito de la Guavana. Pero no hemos resuelto el pro-
sexual. blema de conjunto, ya que se vuelve indispensable que a las dos cuñadas
Pero en este papel se emparientan con Zorro que, como ellas y por de M2 3 S corresponda un papel desdoblado en los mitos del Chaco. Con
iguales empresas amorosas, provoca la transformación de los otros prota- esta condición -y sólo con esta condición- podrá cerrarse el grupo de
gonistas en animales. Desde este punto de vista, el grupo aparece sobre- las transformaciones.
determinado, lo cual corre el riesgo de introducir una confusión en la Es éste el lugar de recordar que, en estos mitos del Chaco, Zorro tiene
tabla de las conmutaciones, donde éiertos términos parecen arbitraria- papeles de dos personajes: el suyo primero, cuando trata de desposar o
mente unidos por múltiples relaciones. Antes hemos citado esta dificul- seducir a la chica loca por la miel; y el de la chica loca por la miel, ella
tad, y ha llegado el momento de resolverla. misma, cuando después de su desaparición, trata de ocupar el lugar de
Empezaremos por notar que en M2 3 S las cunadas son dos, en tanto ésta junto a su marido. O sea que sucesivamente Zorro es un hombre
que una bastaba para las necesidades del relato, como pasa por lo demás loco (sexualmente) por la chica y una chica loca (en plano alimenticio)
en los mitos toba, donde hemos propuesto ver una transformación inver- por la miel, lo cual, en la diacronía, constituye una buena descripción
sa del mito guayanés. é No podría admitirse, a título de hipótesis, que analítica de la actitud sintética atribuida por M2 3 S a una pareja de
este desdoblamiento traduce la ambigüedad inherente a una conducta mujeres (analíticamente distintas en el plano de la sincronía), a la vez
susceptible de ser evocada de dos modos: ora en sentido propio, como locas por un hombre y locas por "Miel".
empresa alimenticia, ora en el figurado, como empresa sexual, ya que se O sea que al desdoblamiento diacrónico de Zorro corresponde por cier-
trata de la posesión amorosa de la miel (es decir, para el caso, de un to un desdoblamiento sincrónico de las cuñadas.
personaje denominado Miel)? Que las cuñadas de M2 3 S sean dos signi- Hay que hacer una confrontación final. En M2 3 s Abeja, vivo, muere
ficaría entonces que el papel común que les es atribuido cubre, de porque lo salpica el agua del río (agua terrestre), que actúa sobre él
hecho, una dualidad de aspectos. Todo ocurre como si una de las cuña- como si fuese fuego. Ahora, se recordará que, en los mitos del Chaco,
das tuviese por misión traducir al sentido figurado el papel de la heroína Zorro, muerto y desecado por efecto del calor solar, resucita al ser moja-
del Chaco, también ella loca por la miel pero en el plano alimenticio, do (e salpicado] por la lluvia, es decir por agua celeste. Se ve pues que, si
mientras la otra preservaría de manera literal la función seductora que en los mitos del Chaco se opone Zorro a Carpintero, y que si éste, due-
incumbre a Zorro en el plano sexual, pero entonces con intercambio de ño de la miel en los mitos del Chaco, es congruo de Abeja, amo de la
papeles, puesto que en el Chaco Zorro trata de seducir a la hermana de caza en el mito guayanés, como sería de esperarse Zorro del Chaco se
su esposa, y en la Guayana las cuñadas tratan de seducir a Abeja, marido opone a Abeja guayanés. y en efecto , cada uno actúa de manera dife-
de su hermana. rente ante una muchacha solitaria e indjspuesta: uno intentando sacar
138 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 139

provecho de su condición, el otro absteniéndose. Zorro es un buscador traerían nada. Cuál no fue la sorpresa de éstos, en efecto, cuando
de miel desafortunado, Abeja es un cazador milagroso: a medio camino, al volver con las manos vacías hallaron a su hermana afanada
ahumando cantidad de carne, en tanto que un desconocido repo-
por consiguiente (y no sólo por este talento sino también por su fuerza
saba en una de sus hamacas. Era un hombre de lo más extraño:
prodigiosa), entre el héroe de los mitos del Chaco y el de los mitos ge: tenía el cuerpo rayado hasta la parte de abajo de las flacas piernas,
lo cual no es problema, puesto que antes hemos establecido que también y por único vestido llevaba un pequeño cubre-sexo tejido. Después
estos últimos mitos están en relación de transformación con los mitos de intercambiar saludos, Adaba preguntó por el resultado de la
"con miel" del Chaco. Pero se ve al mismo tiempo en qué multiplicidad caza de los tres hermanos y quiso revisarles las flechas. Riendo,
de ejes se distribuyen las transformaciones que permiten pasar de los limpió el moho que las cubría y explicó que aquello era lo que
mitos del Chaco a los de la Guayana: miel/caza, macho/hembra, crudo/ alteraba su curso. Rogó entonces a la joven que hilara un sedal y
cocido, cónyuge/aliado, sentido propio/sentido figurado, diacronía/sin- lo tendiera entre dos árboles. A una voz de mando suya, los her-
cronía, seco/húmedo, arriba/abajo, vida/muerte. Esta multiplicidad eli- manos apuntaron sucesivamente y sus flechas dieron en el mismo
mina toda esperanza de poder aprehender intuitivamente la arquitectura centro. Adaba, por su parte, cazaba de curiosa manera: en lugar de
apuntarle al animal, disparaba la flecha hacia el cielo, y era al caer
del grupo con ayuda de una representación diagramática que, en el
cuando se clavaba en el lomo del animal. Los hermanos apren-
presente caso, exigir ía tantas convenciones gráficas que su lectura más dieron esta técnica, y no tardó nada en llegar el día en que deja-
complicaría que simplificaría las explicaciones. ron de errar. Orgullosos de sus proezas, y orgullosos de Adaba,
decidieron llevárselo al pueblo y convertirlo en cuñado suyo.
Adaba y su esposa vivieron dichosos muchísimo tiempo.
Pero un día la mujer quiso que la acompañara su marido al baño
b) SEGUNDA VARIACIÓN, que se daba en una charca. -No -dijo Adaba-, nunca me baño en
semejante sitio; sólo me baño en los árboles huecos que tienen
agua. Entonces la mujer salpicó tres veces a Adaba, salió de un
[11 o> 11] # [abeja o> rana] salto de la charca y corrió tras él. Pero cuando fue a agarrarlo, él
recuperó su forma de rana y fue saltando hasta el árbol hueco
Al asumir el sexo masculino, Abeja se ha transformado asimismo de ama donde se le ve ahora. Cuando regresó la mujer, los hermanos le
de la miel en dueño de la caza. Esta nueva función persiste en el curso preguntaron por Adaba y ella se limitó a decir que se había ido.
de su transformación en rana, que se realiza, por decirlo así, con paridad Pero ellos sabían cómo y por qué, y le dieron una buena paliza a
SU hermana. Sin resultado, por lo demás: Adaba no salió de su
de sexo. Se recordará que el último mito esbozaba ya esta transfor-
árbol hueco para darles suerte. Y los hennanos no volvieron a
mación, puesto que al mismo tiempo que Abeja perdía sus virtudes
tener nunca tanta caza (Roth 1, p. 215).
cazadoras y retornaba a su naturaleza melosa, abandonaba a un hijo - o
sea a un individuo de sexo masculino-, que se mudaba por su parte en
La palabra arawak jadabaj corresponde al tupí jcunauaruj y al caribe
rana. Por consiguiente, Abeja se desdoblaba en dos personajes, uno de
jkobono-aruj, que designa una ranita (Hyla venulosa) que sabe proyectar
los cuales retornaba a su punto de partida (M 2 3 3 , M Z 3 4: dueña de la
un licor cáustico. Una variante débil de origen caribe (Mz 3 -b ] designa,
miel) en tanto que el otro progresaba hasta la transformación siguiente,
por lo demás, a este animal mediante la forma dialectal jkonowaruj. En
cuyo héroe es una rana de sexo masculino, en efecto:
esta variante procedente del río Barama, de la Guayana inglesa, la mujer
es célibe y expresa un día su anhelo de que la rana que oye cantar en la
M2 37. Arawak: historia de Adaba. maleza fuera un hombre, pues le traería carne. Dicho y hecho. El caza-
Tres hermanos habían llevado con ellos a su hermana a cazar. dor desafortunado que aparece más adelante es un extraño que pasa y a
Ella se quedaba en el campamento mientras ellos recorrían la quien Konowaru sana lavándolo con orina. Salpicado por su mujer pese
espesura buscando caza, pero sin volver nunca con nada, como no a sus prevenciones, Konowaru vuelve a ser rana (Gillin, pp. 195-196).
fuera, a veces, un jpowisj (pavo salvaje, en portugués "mutum", A propósito de esta variante se advertirá que, en toda el área guaya-
Crax sp.). Pasaban los días y los hermanos seguían igual de des- nesa, las secreciones epidérmicas de las ranitas se emplean como ungüen-
afortunados. tos mágicos por los cazadores, y que sus cuerpos sirven para preparar
Cerca del campamento vivía una rana arborícola jadabaj en un diversos talismanes (Gillin, p. 181; Roth 1, pp. 278-279, 370; Ahlbrinck,
árbol hueco que contenía un poco de agua. Un día que la rana
art. "kunawaru": Goeje, p. 48); Ahlbrinck, que trae una variante kalina
cantaba - iWang! lwang! iwang! -, la muchacha la interpeló:
- ¿A qué le gritas? ¡Más te valiera dejar de hacer ese ruido y que examinaremos más adelante, precisa que la rana kunawarú vive
traerme carne! Oído lo cual Adaba se calló, se volvió hombre y habitualmente en agujeros de árbol y que "si hay agua en el agujero, su
partió entre la espesura. Dos horas más tarde retornó con carne, grito parece un niño pequeño: wa... wa... " (ibid.). Es ciertamente el
que pidió a la chica que cociera, pues sin duda los hermanos no le mismo grito que Mz 3 7 Y Mz 3 7 b dan en transcripción fonética.
EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 141
140

La etnozoología de la ranita cunauarú ha sido discutida en Lo crudo y ya sea en sentido figurado, como alimento que inspira una concupis-
lo cocido (pp. 261-262, 305). Nos conformaremos, por tanto, con subra- cencia casi erótica, ya sea en el propio, cuanta vez la miel sirve para
yar dos puntos. En primer lugar, esta ranita construye en los agujeros de calificar un personaje enteramente definido por relación con ella (como
los árboles un nido compuesto de celdas cilíndricas en las que deposita carencia de mielo como abundancia de miel, es decir, la chica loca por
sus huevos. Tales celdas las hace el animal con resina de breu branco la miel de los mitos del Chaco y ge, o Abeja de los mitos de la Guaya-
(Protium heptaphyllum). El agua que se acumula en la cavidad del árbol na). Se ve pues que la transformación de Abeja, dueña de la miel, en
sube por las celdas, abiertas por abajo, corno por un embudo, y cubre Rana, dueño de la caza con veneno, se explica igualmente de esta mane-
los huevos. Según la creencia popular, la resina la exuda la piel de la ra.
rana y sirve de talismán de pesca y de caza (Tastevin 2, arto "cunawaru"; En M 2 3 7 Adaba, cazador prodigioso, utiliza una técnica particular de
Stradelli 1, arto "cunauaru-icyca"). tiro al arco: apunta al aire y la flecha le cae a la víctima y se le clava en
La zoología y la etnografía explican, así, por qué la abeja y la ranita el espinazo. No se trata de un procedimiento puramente imaginario, pues
están llamadas a formar una pareja de oposiciones, y por qué pudimos su empleo se ha señalado entre las tribus más hábiles en el manejo del
plantear antes, así fuera a título de axioma, que la transformación de arco. Los arqueros de la América' tropical difieren mucho en sus dotes.
una en otra ha de adoptar el aspecto de una inversión. En efecto, la A menudo hemos tenido oportunidad de señalar la mediocridad de los
abeja y la ranita hacen sus nidos las dos en árboles huecos. Este nido Nambikwara, en tanto que los Bororo que hemos conocido demostraban
está parecidamente compuesto de celdas en las que el animal pone hue- un virtuosismo que ya había llamado la atención de otros observadores
vos, y las celdas están hechas de una sustancia aromática, cera o resina, antes que nosotros: "Un indio traza un círculo en el suelo, de cosa de
que el animal secreta o se piensa que secreta. Sin duda es falso lo de la un metro de diámetro, y se aparta un tranco de la circunferencia. Dis-
producción de resina por la ranita, que se contenta con amasarla y para entonces verticalmente ocho o diez flechas, que caen todas en el
endurecerla, pero otro tanto puede decirse de numerosas meliponas que círculo. Cuanta vez hemos asistido a este ejercicio nos ha dado la impre-
hacen sus celdas con una mezcla de cera y arcilla -y esta última tienen sión de que las flechas iban a caerle en la cabeza al tirador, pero éste,
asismismo que recolectarla. seguro de su destreza, no se movía de su puesto" (Colb. 3, p. 75). Hacia
Comparables de todos estos modos, la abeja y la rana difieren no 1937-1938 hemos encontrado en el valle del Paraná un grupito de indios
obstante en un punto esencial, que constituye pues el rasgo pertinente guaraníes muy aculturados que, de acuerdo con la demostración que nos
de su oposición. La abeja está del lado de lo seco (d. CC, p. 305 Y hicieron, parecían cazar del mismo modo, pero esta vez a causa del peso
M2 3 7 : para ella el agua es como fuego), mientras que la rana está del de sus flechas, con punta de hierro o un trozo de este metal grosera-
lado de lo húmedo: el agua le es indispensable dentro del nido para mente aguzado. Había que disparar a poca distancia estos artefactos mal
garantizar la protección de los huevos, canta cuando la encuentra y en equilibrados, e imprimiéndoles una trayectoria muy curvada.
toda América tropical (como también en el resto del mundo) el canto de No está excluido, pues, que la experiencia ponga el paño en el que
la rana anuncia la lluvia. Así que puede escribirse la ecuación: borda el mito. Pero este paño sólo podría servir de pretexto, ya que el
arquero del mito no es tan hábil cuanto dotado de un poder mágico: no
calcula la trayectoria de sus flechas, y las dispara al azar, según precisa
(abeja: rana) :: (seco: húmedo)
una variante de la cual ya hemos recordado un aspecto. En ella (M2 36)
el Espíritu de los bosques torna a un cazador capaz de dar infalible-
Hay que subrayar acto seguido que los mitos y los ritos establecen una mente a los pájaros sin apuntar, pero a condición de jamás disparar hacia
conexron entre la ranita y la caza fructífera: "Conexión incomprensible, una bandada, que en tal caso al pájaro muerto lo vengarían sus compa-
como no sea en función de una antigua creencia en la divinidad de estos ñeros. Es lo que ocurre cuando el héroe viola la prohibición. Hecho
batracios atestiguada en otras regiones de la Guayana" (Roth 1, pp. pedazos por los pájaros, resucita gracias a su protector sobrenatural, que
278-279). Esperamos haber demostrado en Lo crudo y lo cocido que pega con cera el cuerpo despedazado (p. 135).
esta conexión se explica por la capacidad del cunauarú de emitir un El interés de esta variante reside en la distinción muy clara que esta-
líquido tóxico, asimilado por el pensamiento indígena al veneno de blece entre dos maneras posibles de entender la noción de "tiro al azar"
cazar, en el cual interviene a veces el veneno de los batracios dendro- -csea en absoluto: tirar a donde no hay nada; sea relativamente: tirar en
bates (Vellard, pp. 37, 146). Emergencia de la naturaleza en el seno la dirección general de una bandada, con lo cual la incertidumbre ya no
mismo de la cultura, el veneno de caza o de pesca manifiesta así una será de la especie de animal muerto sino del índioiduo que será muerto
afinidad particularmente estrecha con el personaje sociológico del seduc- entre otros varios, de especie ya conocida e igual para todos. Mas ya
tor, lo cual explica que algunos mitos hagan del veneno el hijo del ani- habíamos visto que era posible reducir M 2 3 6 a M 2 3 5 fundándonos en la
mal al que es confiado el mencionado papel) (CC, pp. 273-278). homología de dos oposiciones: agua/fuego, miel/cera. La comparación
Ahora bien, hemos establecido repetidas veces a lo largo de este libro con M 2 37, transformación él mismo de M 2 3 5 , impone ahora otro cotejo
que la miel también ha de ser puesta en la categoría de los seductores ;
142 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 143

de M 2 3 5 Y M 2 3 6 • esta vez en plano retórico. En efecto, la oposición del empieza por negarse a un hombre pero que, ante las lágrimas,
sentido propio y del sentido figurado, que el análisis de M 2 3 5 permitiera acaba por compadecerse de él."
deslindar, ofrece un modelo adecuado del contraste entre las dos técni- Gemía debajo del árbol cuando apareció una bandada de pájaros
ordenados por orden de dimensiones, del más pequeño al mayor.
cas de tiro al azar en M 2 36, la una prescrita y la otra prohibida. Sólo la Uno después de otro, le picotearon los pies para volverlo hábil en
primera responde a la definición de tiro al azar entendido en el sentido la caza. En efecto, Wau-uta empezaba a interesarse por él, sin que
propio, ya que en ausencia de todo blanco es cosa de un azar verdadero. lo supiera. Después de los pájaros vinieron las ratas, por orden de
Pero la segunda, en que el blanco simultáneamente está presente y es tamaño, seguidas del acuri, la paca, el cérvido, el cerdo salvaje, y
indeterminado, no participa del azar en el mismo grado; si se le da el luego el tapir. Al pasar ante el indio, cada animal sacaba la lengua
mismo nombre que a la otra, deberá ser de manera figurada. y le lamía los pies para darle buena suerte cuando cazara la especie
Otros aspectos del mito de Adaha serán discutidos de manera más particular a la que perteneciera el animal. Lo mismo hicieron
provechosa cuando hayamos presentado los mitos que ilustran la etapa entonces los felinos, del menor al mayor, y al fin las serpientes,
siguiente de la serie de transformaciones. que desfilaron arrastrándose.
Aquello duró toda la noche y cuando llegó el día el hombre dejó
de gemir. Se aproximó un ser desconocido. Era wau-uta, con una
flecha de raro aspecto: - As í que eras tú el que hizo tanto ruido
é
e) TERCERA VARIACIÓN la noche pasada y me tuvo despierta? lMirate mejor el brazo, del
hombro a la mano! Tenía el brazo cubierto de moho; el otro
[rana => rana] # [,6 => O] estaba igual. El hombre se raspó todo el moho, pues tal era la
causa de su poca fortuna. Hecho lo cual, Wau-uta le propuso un
intercambio de flechas; la suya estaba rota por varios lugares y
Esta tercera variación, ilustrada por varios mitos de cardinal importancia,
reparada. Al probarla, sin embargo, el hombre consiguió darle a un
nos entretendrá más tiempo que las anteriores.
bejuco delgado que colgaba lejos. Wau-uta le explicó que en ade-
lante le bastaría con tirar al aire, sin importar hacia dónde; el
M 2 38' Warrau: la flecha rota. indio advirtió que al caer su flecha siempre le daba a algún animal:
primero pájaros, del más pequeño al más grande, luego una rata,
Un cazador desafortunado tenía dos cuñados que todos los días un acuri, etc., hasta el tapir; felinos, serpientes por orden de tama-
llegaban con cantidad de piezas de caza. Hartos de alimentar a ño, exactamente corno los animales que habían desfilado durante
aquél, y a su mujer, decidieron echarlo por una pista que conducía la noche. Cuando hubo recorrido toda la serie, Wau-uta añadió
al ~ntro de .jaguar-Negro. Al v~r el monstruo, el indio escapó, pero que podía conservar la flecha a condición de no revelar jamás
el Jaguar lo persigro y se pusieron a dar vueltas corriendo a un quién lo había tornado buen tirador. Después de esto se separaron.
árbol enorme. El hombre, que iba más de prisa, consiguió alcanzar Nuestro héroe volvió a la choza, donde estaban sus dos mujeres.
al ogro por detrás y lo desjarretó. Jaguar-Negro ya no pudo avan- También se hizo famoso en el acecinadero, tanto como lo era ya
zar y se sentó. El indio empezó por dispararle una flecha al cuello por el valor que había demostrado al matar a Jaguar-Negro. Todos
y lo remató a cuchilladas. pretendían averiguar su secreto, pero él no decía nada. Entonces
Sus d~s cuñados, que no lo estimaban nada, estaban seguros de los compañeros lo invitaron a una gran fiesta con cerveza. El
que habl.': encontrado la muerte y se regocijaban. De modo que los hombre se embriagó y habló. A la mañana siguiente, cuando se
sorprendio mucho su retorno y se disculparon de haberlo abando- hubo recuperado, buscó la flecha que le había dado Wau-uta, pero
nado pretendiendo que se habían entendido mal. Al principio no la que encontró fue la suya. Perdió toda su suerte (Roth 1, pp.
9u~rí~.n creer que hubiese muerto a Jaguar-Negro, pero el hombre 213-214)_
lOSIStlO tanto que aceptaron seguirlo hasta el lugar del combate, en
compañía de su viejo padre. Cuando vieron al ogro, los tres hom- De este mito existe una larga variante kalina (grupo caribe de la
bres t.uvieron tanto miedo que fue preciso al vencedor pisotear los Guayana) que sirve exactamente de bisagra entre M 2 3 7 Y 1\1 2 3 8 , En esta
despojos para que el suegro consintiera en aproximarse. En recom-
pet.: sa por su alta acción, el viejo le dio a su yerno otra hija, los variante (M 2 39), en efecto, la rana protectora es un cunauarú macho, o
cunados le construyeron una choza más grande y fue proclamado sea de igual especie y del mismo sexo que Adaba, protagonista de M 2 37.
jefe del pueblo. Pero este cunauarú desempeña, como en 1\1 2 3 8 , el papel de protector de
Pero el hombre quería también ser consagrado como gran caza- un cazador desafortunado y escapado del Jaguar can ibal (en lugar de
dor de todas las demás especies animales. Resolvió por eso pedir haberlo matado); limpia las flechas del cazador del moho maléfico
ayu~a a Wau-u,ta, la rana arborícola. Se puso a buscar el-árbol que (como Adaba, y a diferencia de Wau-uta, que descubre el moho en el
habitaba y all i se estuvo, al pie; llam~nd? y suplicando. Caía la cuerpo mismo del cazador) y lo hace tirador de primera (sin que se
noche y, la rana no contestaba. Continuó las súplicas y cuando hable en este caso de flecha mágica).
o~cureclO del todo, añadió lágrimas y gemidos, "pues sabía harto
La continuación del relato nos devuelve a M 2 3 7: el héroe vuelve entre
bien que si lloraba bastante descendería ella como mujer que
EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 145
144

los suyos, pero revestido de una naturaleza de rana adquirida entre los combinatoria debe así admitir tal eventualidad; y también debe tomar en
batracios. Así, se baña sólo en el "agua de las ranas" que hay en los consideración las consecuencias desastrosas de la aproximación, pero que
agujeros de los árboles. Por culpa de su mujer. entra en contacto con el se traducirían aquí por una conjunción (el jaguar se comería al hombre)
agua con la que se lavan los humanos y en consecuencia su hijo y él se y no por una disyunción (transformación de la mujer o del hombre
convierten en ranas (Ahlbrinck, arto "awarupepe", "kunawaru"). sobrenaturales en animal):
El motivo de los animales ordenados por tamaños crecientes persiste
en esta variante, pero trasladado. ,En efecto, aparece durante la estancia M233 M 234 M2 3 5 M2 3 7 M 238 M2 3 9
del héroe con el Jaguar caníbal. Este le pregunta por el uso de sus fle- real/verbal .................. + + +
chas, y él responde que mata animales, cuya lista recita, familia por fami- compatiblefíncompotibte ....... + + +
lia yendo siempre del más pequeño al más grande. Conforme aumen~a el ordenado/aleatorio . . . • . . . . . . . • +
tamaño, el Jaguar se ríe más fuerte (d. Adaba riéndose al de~cubr.Ir el acercamiento: producido/evitado + + + + + +
moho en las flechas), pues espera que su interlocutor nombrar,a ~l fm el conjunción/dúyunción ........
jaguar, dándole así un pretex\o para. devorarlo. Al lle.gar a la .ultIma fle-
cha, el héroe nombra el tapir y el Jaguar se desternilla de nsa durante Este cuadro recapitulador (en el cual los signos + y - connotan respec-
dos horas, dando al hombre tiempo para escapar. tivamente el primero y el segundo término de cada oposición) no ofrece
Abordemos el mito por este lado. Todo el grupo del que forma parte otro interés que ayudar provisionalmente a la memoria. Es incompleto
trae a cuento, alternativamente o a la vez, dos tipos de conductas: una porque hemos incluido parcialmente ciertos mitos. Llegados a este punto
conducta verbal concerniente a un nombre que no debe ser pronunciado del análisis, hay ahora que introducir otros aspectos. En efecto. las
o un secreto que no ha de ser traicionado; y una conducta física con observaciones precedentes no han agotado los recursos de la oposición
respecto a cuerpos que no deben juntarse. M 2 3 3 • M 2 34: M 2 3 8 • M 2 3 9 • entre sistema ordenado y sistema aleatorio. Cuando se recorre la serie de
(primera parte) ilustran el primer caso: no debe pronunciarse el nombre los mitos se aprecia que su campo de aplicación es más vasto que el que
de Abeja o reprocharle su naturaleza, traicionar el secreto de wau-uta, hasta ahora hemos explorado, y que hay que añadirle otra oposición. Al
decir el nombre del Jaguar. M 2 3 S ' M 2 3 6 , M2 3 7 • M 2 3 9 (segunda parte) principio tenemos sistemas de dos términos: un personaje y el nombre
ilustran el segundo caso: no hay que mojar el cuerpo de la abeja o de la que lleva, un individuo y una cosa que no soporta, pero a partir de
rana con el agua que usan los humanos para lavarse. Siempre, por do- M 2 38, dos individuos que recíprocamente' no se soportan (el héroe y el
quier, se trata de un acercamiento maléfico de dos términos. Uno es un jaguar). Hasta aquí la relación negativa es polar, pues, como lo es (y
ser vivo y, según el carácter verbal o físico de la conducta e~ocada. el subjetivamente aleatoria) la relación positiva que se instaura desde M 2 3 6
otro término es o bien una cosa o bien una palabra. Puede decirse por lo entre un cazador y su caza a condición de que dispare al aire, es decir
tanto que la noción de acercamiento se toma en el sentido propio en el sin que aparezca una conexción previsible entre esta conducta y su resul-
primer caso, y en el segundo en sentido figurado. tado: sin duda será muerto un animal, pero la especie a que pertenezca
El término activamente aproximado al otro puede, por su parte, ofre- será inconocible hasta que el resultado sea cosa adquirida. Ya hemos
cer dos caracteres. Como palabra (el nombre propio) o como proposi- llamado la atención hacia el carácter semialeatorio de la conducta límite
ción (el secreto), es compatible con el ser individuaJ al que se aplica. que M 2 36 cuida de prohibir: si se tira hacia una bandada, la incerti-
"Abeja" es ciertamente el nombre de la abeja, "Jaguar" el del jaguar, y dumbre afectará a la identidad del individuo que será muerto. mas no a
es igual de cierto que Maba y wau-uta son cada una responsable de sus la especie, y no se reunirán las condiciones requeridas por la hipótesis.
beneficios. Pero si se trata de una cosa (agua, en el caso), es mcompa- Además los otros pájaros se precipitan sobre el culpable y lo despedazan.
tibie con el ser al que se la acerca: el agua de los humanos es antipática Por otro lado, un cazador que tira sobre seguro, pero sin saber a qué,
tanto para la abeja como para la rana. ,. , . no podría ser un cazador perfecto. No basta que siempre mate algo:
En tercer lugar, el acercamiento de los dos termmos (ya sea flSICO o debe afirmarse su dominio sobre todo el universo de la caza. La con-
verbal) ofrece según los casos un carácter aleatorio u ordenado. En ducta del héroe de M 2 38 traduce admirablemente esta exigencia: aun
M2 3 3 Y M 2 3 ~ el héroe pronun'cia involun~tariamente y por descuido el cuando ha matado al jaguar caníbal, caza suprema, no es por ello un
nombre prohibido. En M 2 3 3 Y M 2 39 las cuñadas o la esposa no saben cazador consagrado: "Anhelaba con viveza ganar reputación por su habi-
por qué tienen prohibido salpicar al héroe. En compens~ción, en M 2 39 lidad en la caza de todos los demás animales, a más de la gloria que
el héroe enumera animales cada vez mayores, progresivamente y en había adqurido por librar de Jaguar-Negro a la comarca" (Roth 1, p.
orden, y sólo en este caso es evitado el acercamiento maléfico. Nuestra 213). Puesto que M 2 3 6 demuestra la imposibilidad de escapar subjetiva-
1 El texto holandés dice "buffer', "búfalo", pero es el término que emplea mente, y por vías cuantitativas, a las insuficiencias del sistema polar, es
Ahlbrinck para designar el tapir, como señala en una nota al artículo "maipuri" el preciso, pues, que el resultado sea a la vez objetivo y cualitativo, es decir
traductor que hizo la versión francesa. que el carácter subjetivamente aleatorio del sistema (al cual demuestra
[46 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 147

M 2 3 6 que no se podría escapar) sea compensado por su transformación M 2 33 a M 2 35 nos las vemos con ün sistema de dos términos cuya con-
objetiva de sistema polar eri un sistema ordenado. junción -figurada si uno de los términos es un nombre o un juicio
Esta transformación del sistema polar se inicia. en el primer episodio de predicativo, real si es una cosa- provoca la disyunción irreversible del
M 2 38· Los términos opuestos no pasan todavía de dos: por un lado el otro término, acompañada de consecuencias negativas. Para superar esta
jaguar, que es un ogro, por otro el cazador desafortunado, que le va a antinomia de la polaridad, M 2 3 6 considera por un instante una solución
servir de presa. ¿Qué ocurre entonces? El primero persigue al segundo que reconoce como falsa porque acarrea una conjunción negativa: la del
dando vueltas a un árbol y, de absolutamente definidas que eran, sus cazador y de los pájaros. que conduce a la muerte del héroe. Este mito
posiciones respectivas se tornan relativas, puesto que ya no se sabe quién ofrece así el aspecto de un callejón sin salida donde paran simultánea-
corre detrás de quién, cuál es el cazador y cuál el cazado. Huyendo de mente el sentido propio y el sentido figurado que los mitos anteriores
su perseguidor. el fugitivo 10 alcanza por detrás y lo hiere de improviso; utilizaban alternativamente. En M 2 3 6, en efecto, la conjunción del
sólo le queda rematarlo. Aunque el sistema no pase de tener dos térmi- hombre y los pájaros se realiza físicamente y debe, pues, ser entendida
nos, no es ya un sistema polar, se ha tornado cíclico y reversible: el en el sentido propio; pero, como hemos mostrado (p. 141), resulta de
jaguar es más fuerte que el hombre, el hombre es más fuerte que el que el héroe ha escogido entender la prohibición que se le hacía en
jaguar. acepción figurada.
Falta observar la transformación, en la etapa posterior, de este sistema La primera parte de M 2 3 8 transforma el sistema polar en sistema
de dos términos, cíclico y no transitivo, en un sistema transitivo que cíclico sin introducir nuevos términos; esta transformación ocurre en el
comprende varios términos. Esta transformación se opera pasando de sentido propio, ya que los dos adversarios se persiguen materialmente
M 2 3 8 (primera parte) a M 2 3 9 (primera parte), luego a M 2 3 8 (segunda alrededor de un árbol, que es una cosa. Dicha persecución acaba con una
parte), imbricación que no debe sorprender puesto que hemos visto que conjunción positiva cuyo alcance es aún restringido: el hombre vence al
M 2 3 9 está a caballo entre M 2 3 8 Y M 2 37, que los precede a ambos en el jaguar. El sistema cíclico y ordenado aparece primero con forma verbal
ciclo de las transformaciones. y figurada en M 2 3 9 (primera parte), donde es sancionado por una
El primer ciclo transitivo y ordenado aparece en M 2 3 9 (primera parte), disyunción positiva (el hombre escapa del jaguar), 'y luego en el sentido
con la forma doblemente amortiguada de una conducta verbal cuyo propio y con forma real en M 2 3 8 (segunda parte), teniendo por sanción
resultado pide una expresión negativa: el héroe no es comido por el una conjunción positiva cuyo alcance es ahora general: el hombre se ha
jaguar, aunque éste lo haya obligado a enumerar todos los tipos de caza, vuelto dueño de todos los tipos de caza.
familia por familia, comenzando por los menos importantes y, dentro de Falta considerar la última dimensión: aquella en la que se inscribe el
cada familia, yendo del animal más pequeño al más grande. Como el motivo del moho que cubre las flechas (M2 37, M 2 J 9) o los brazos
héroe no cita al jaguar (a propósito o por casualidad, no se sabe), el (M 2 3 8 ) del cazador desdichado. Como sabemos que de hecho M 2 3 9
jaguar no matará al hombre, pese al hecho, aquí inconfeso, de que los ilustra una transformación intermedia entre M 2 3 7 Y M 2 3 8, hay que
hombres gustan de matar jaguares. A esta conducta verbal del héroe, y a admitir que el moho que afecta a las flechas, instrumentos del cazador,
la caza figurada que remeda delante del jaguar exhibiendo sucesivamente es primera aproximación al que le afecta directamente al cuerpo, y que
todas sus flechas, suceden entonces en 1\1 2 3 8 (segunda parte) una con- la transición de uno al otro se opera correlativamente a la del sistema
ducta real de los animales y una cala en sentido propio que, una y otra, aún aleatorio de M 2 3 7 al sistema enteramente ordenado de M 2 38.
hacen intervenir un sistema zoológico a la vez total y ordenado, puesto Hemos indicado más arriba que los cazadores de la Guayana gustan de
que, en los dos casos, los animales están dispuestos en clases, estas clases untarse en los brazos las secreciones de ciertas especies de ranitas, Los
se hallan jerarquizadas de las más inofensivas a las más peligrosas, y Tukuna del río Solimóes observan una práctica análoga en ocasión de las
dentro de cada una los propios animales están dispuestos del menor al curaciones chamánicas. Para ello utilizan las secreciones jabonosas, solu-
mayor. La antinomia inicial, que era la inherente a la fatalidad (sea nega- bles en agua, de una rana arborícola de lomo verde vivo y vientre blan-
tiva: términos aproximados por azar, que no debieran haberlo sido; sea co (Phyllornedusa). Restregadas en los brazos, estas secreciones inducen
positiva: caza mágica en que el tirador acierta siempre, pero por azar, a vómitos purificadores. Ahora bien, como veremos más adelante, diversas
una pieza que no tenía intención particular de matar), es superada así tribus igualmen te amazónicas recurren a variedades tóxicas de miel para
gracias a la emergencia, en respuesta a una intención subjetivamente obtener el mismo resultado. Por estos detalles puede imaginarse que los
aleatoria, de una naturaleza objetivamente ordenada. El análisis de los mohos de que hablan los mitos ser ian por ventura una representación
mitos confirma que, como hemos sugerido en otra parte (9, pp. 18-19, invertida de las secreciones de la ranita: éstas aseguran el éxito en la
291-293), la creencia en la eficacia de la magia presupone un acto de fe caza, aquéllos lo impiden; la ranita quita los unos, da las otras. Además,
en el orden del mundo. apreciamos también un vínculo indirecto, pasando por una serie de
Retornando a la organización formal de nuestro grupo de mitos, se ve transformaciones, entre la miel que figura al principio del grupo y los
ahora que las indicaciones ya dadas deben ser completadas por otras. De mohos de que trata el final. Ya hemos visto cómo, de los mitos del
148 EL FESTÍN DE LA RANA
VARIACIONES 1, 2, 3 149
Chaco a los mitos ge por una parte, y pasando por la serie de los mitos
En Lo crudo y lo cocido precisamos en repetidas ocasiones la signifi-
de la Guayana por otra, la miel podía transformarse en caza; y compren-
demos ahora que a partir de la caza, para la cual son un medio los untos cación que la sistemática indígena atribuye al moho y a los hongos. Son
de rana, éstos puedan transformarse en mohos que son un obstáculo sustancias vegetales que participan de la categoría de lo podrido, y que
para perseguir la caza. los hombres se comían antes de la introducción de las artes de la civili-
Hagamos aquí una observación. En los ritos, la ranita es medio de caza zación, agricultura y cocina. Por vegetal, pues, el moho se opone a la
en sentido propio; desempeña tal papel en virtud de un ácercamien to caza, alimento animal; además, el uno es podrido en tanto que la otra
está destinada a ser cocida; por último, el vegetal podrido participa de la
físico de su cuerpo y el del cazador. En los mitos, el papel de la ranita
se mantiene, pero se le recuerda en forma figurada, puesto que las virtu- naturaleza, la carne cocida de la cultura. En todos estos planos, se
des de la ranita son morales, no físicas. En estas condiciones subsiste el amplía la oposición entre términos que los mitos de la Guayana empeza-
sentido propio, pero se aplica a los mohos que afectan físicamente al ron por aproximar. En efecto, M 2 3 3 traía a cuento la unión (pero exclu-
cuerpo del cazador y constituyen, en cierto modo, una ranita al revés. sivamente en el registro de los alimentos vegetales) de un alimento crudo
Esta transformación es importante porque nos permite ligar indirecta- y natural -la miel- y de un alimento cocido y cultural -la cerveza.
mente a nuestro grupo un mito tukuna cuyo único punto en común con Ahora, en el caso de la miel se puede decir que la naturaleza se adelanta
él parece ser el motivo de los mohos corporales: a la cultura, puesto que ofrece dicho alimento ya listo; en el caso de la
cerveza es más bien la cultura la que se adelanta a sí misma, puesto que
la cerveza no sólo es cocida sino fermentada.
M 2 4 o. Tukuna: el cazador loco.
Al pasar de la oposición inicial crudo/fermentado a la oposición poste-
Un cazador de aves había puesto sus lazos pero cuanta vez iba a rior podrido/cocido, los mitos obedecen, por tanto, a un curso regresivo:
visitarlos no encontraba atrapado más que un pájaro sabia (especie lo podrido está más acá de lo crudo, como lo cocido está más acá de 10
de tordo, de la misma familia que éste). No obstante, sus compa- fermentado. Al mismo tiempo, la separación entre los términos aumenta,
ñeros conseguían muchos pájaros grandes, como el mutum (Crax ya que la oposición del principio afectaba a dos términos vegetales, y
sp.] y el jacú (Penelope sp). Todos se mofaban del cazador desafor- esta a la que ahora hemos llegado, a un término vegetal y a uno animal.
tunado, al cual aquellas burlas sumían en melancolía profunda. lIay por consiguiente también regresión de la mediación de la oposición.
Al día siguiente tampoco cogió más que un tordo y se enfureció.
Le abrió a la fuerza el pico al pájaro, le peyó allí y soltó a la
bestezuela. Casi en el acto, el hombre enloqueció y se puso a deli-
rar. Sus palabras no tenían ningún sentido: "hablaba sin parar de Abordaremos ahora el estudio de un mito de consideración, guayanés,
serpientes, de lluvia, del cuello del oso horrniguero.P etc." Decía del cual se conocen varias versiones. A pesar de una trama muy dife-
también a su madre que tenía hambre, y cuando le daba comida la rente, es asimilable a los anteriores con la perspectiva que hemos adop-
rechazaba diciendo que acababa de comer. Murió cinco días más tado, ya que la rana adquiere, más netamente aún, el aspecto de un
tarde, sin dejar de hablar. Tendido en una hamaca, el cadáver se personaje femenino.
cubrió de moho y de hongos mientras profería aún sus locuras.
Cuando llegaron para llevárselo a enterrar, dijo: ~ l S¡ me enterráis,
las hormigas venenosas os atacarán! Pero ya era mucho oírlo, y 10 M2 4 l. Warrau: historia de Haburi.
inhumaron aunque seguía parloteando (Nim. 13, p. 154). Había una vez dos hermanas que satisfacían sus necesidades sin
el concurso de ningún hombre. De ahí que se sorprendieran tanto
Hemos transcrito casi literalmente este mito por el interés clínico del cuando un día encontraron ya preparada la médula de la palmera
cuadro de la locura que pinta. Se manifiesta en el plano de conducta litél (Mauritia) que ellas la víspera sólo habían derribado. Como se
verbal, por una charla intemperante y dichos desordenados que anticipan repitió el incidente los días siguientes, decidieron acechar: E~
de manera figurada los mohos y los hongos de que se cubrirá, en el sen- plena noche vieron que una palmera Imanicolel (Euterpe) se incli-
tido propio, el cadáver del enajenado. Éste es un cazador desafortunado, naba hasta que con el follaje tocaba el tronco del otro árbol! que
ellas habían dejado a medio cortar. Entonces saltaron, coglero~
como los héroes de los mitos guayaneses que estamos discutiendo. Pero
una palma y le suplicaron que se transformara en hombre. Reti-
en tanto que estos últimos se ponen en plan de víctimas y dirigen a los cente al principio, la palma acabó por consentir. La mayor de }as
animales quejas verbales, éste adopta hacia los animales una conducta hermanas la recibió por marido, no tardó en dar a luz un esplen-
físicamente agresiva que sanciona un moho figurado: la locura que es dido muchacho y le puso Haburi.
consecuencia de su gesto insensato -cuando sus congéneres de la Gua- El terreno de caza de las mujeres estaba cerca de dos charcas, de
yana se libran de un moho real que era causa de su inacción forzada. las cuales sólo una les pertenecía y en la que pescaban. La otra er~
de Jaguar, y recomendaron al hombre que no se ,le asercara. A11a
2 La explicación de este detalle es sin duda que los grandes osos hormigueros
fue, no obstante, pues la charca de la fiera canten la mas peces que
parecen privados de cuello: la cabeza es prolongación directa del cuerpo.
la suya. Pero Jaguar veía las cosas de otro modo: para vengarse,
150 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1,2,3 151

mató al ladrón, adoptó su apariencia y llegó al campamento de las Wau-uta le exigió todos los pájaros grandes que matara, y que
d?s . mujeres. Casi e,ra de noche. Jaguar portaba el cesto de su diera los más pequeños a las dos mujeres, después de haberlos
v~~hma. que contema el pescado robado. Con voz que las sorpren- mancillado y ensuciado ella misma. Esperaba que la madre y la tía
dio por ,su fuerza y su rudeza, el ~also marido dijo a las mujeres de Haburi, dolidas y humilladas, acabarían por irse. Pero en vez de
que podían c.Deer el pescado y comerselo, pero que por su parte él partir se obstinaban en buscar al niño desaparecido. Esta situación
estab~ demasiado ~atlgado para compartir la merienda; sólo quería duró mucho; todos los días Haburi le entregaba a Wau-uta los pája-
dO,rmIr con ~abun en brazos. Le dieron el niño y. mientras co- ros grandes que había cazado, y a las dos mujeres pajarillos bien
rruan las ~uJeres, se puso a roncar tan fuerte que se le oía desde sucios. .
la otra orilla. En sueños pronunció varias veces el nombre del Sin embargo, un día Haburi erró el tiro por vez primera y la
homb~e q~e. matara y q~e pretendía personificar: Mavara-Kóto. flecha fu e a clavarse en una rama que estaba encima de la ense-
Esto !nqmeto o.a las mujeres, que sosp,echaron alguna traición. nada donde las nutrias, tías del cazador, iban a pescar y comer. El
-Jamas -se dijeron -. ha roncado tan ruidosamente nuestro' mari- lugar era bonito, bien despejado, y Haburi se descargó del vientre
do, ni se ha !lamado a sí mismo por su nombre. Suavemente quita- y tuvo cuidado de cubrir los excrementos con hojas. Trepó enton-
ron a Haburi de los brazos del durmiente, pusieron en su lugar un ces al árbol para recuperar su flecha. En aquel preciso momento
p~quete de cortezas y escaparon con el crío, no sin haberse pro- llegaron las nutrias y, al sentir el mal olor, sospecharon en el acto
Visto de una antorcha de cera y un haz de leña. del pícaro de su sobrino. Lo descubrieron en el árbol, le mandaron
Iban andando cuando oyeron a Wau-uta, una bruja en aquel tiem- bajar y sentarse, y le dijeron cuatro verdades: llevaba una vida
po, que cantaba acom~añá~10se con .su maraca ritual. Las mujeres depravada, su madre no era la vieja sino la mujer joven, cuya
apretaron el paso en direcoion del ruido, pues sabían que estarían hermana era por consiguiente su tía. Nunca más debería repartir
a. s?"lvo con Wau-uta. Mientras tanto, el jaguar despertó. Se encole- los pájaros como hasta entonces. Al contrario: los pájaros grandes
rIZO mucho al encontrarse solo, con un paquete de cortezas en los debieran tocarle a la madre, que era la mayor de las dos hermanas
brazos, . en lugar ~e! hijo, Recuperó la forma animal y se echó a y a la cual tendría que pedir perdón, disculpándose de una maldad
perseguir a las fugitivas. Estas lo oyeron de lejos y apresuraron su involuntaria.
carrera. Llamaron al fin a la puerta de Wau-uta. - c é Quién es? Así que Haburi fue a confesarlo todo a su madre y le dio los
-c-Nosotras, las dos hermanas. Pero Wau-uta no quería abrir. Enton- pajarillos sucios a Wau-uta. Ésta se puso rabiosa, dijo a Haburi que
ces la madre le pellizcó las orejas a Haburi para que llorase. Intere- se había vuelto loco y le sopló en la cara [para expulsar los malos
sada, Wau-uta quiso enterarse: -¿Qué criatura es ésa? éNíña o espíritus, cf. Roth 1, p. 164]. Estaba tan furiosa que no pudo
niño? -Es mi Haburi, un niño, respondió la madre. Wau-uta se comer y se pasó la noche abrumando a Haburi con recriminacio-
apresuró a abrir la puerta y las invitó a entrar. nes. Pero al día siguiente éste repartió del mismo modo la caza
C:"ando llegó el jaguar, Wau-uta le dijo que no había visto a entre las tres mujeres y Wau-uta no lo dejó en paz. De modo que
nadie, pero por el olor conoció la fiera que mentía. Wau-uta le decidió huir con su madre y con su tía.
Prepuso cerciorarse por sí mismo metiendo la cabeza por la puerta Haburi hizo una piragua de cera de abeja; un pato negro se la
entreabierta. La puerta estaba erizada de espinas: le bastó a Wau- robó durante la noche. Hizo una de arcilla, que le robó un pato de
uta pillarle con ella el cuello al jaguar para matarlo. Pero las her- otra especie. Al mismo tiempo había roturado una plantación a
manas se echaron a llorar por su marido muerto, y como no acaba- velocidad prodigiosa, a fin de que las mujeres cultivaran mandioca
ban, Wau-u ta les dijo que más les valdría ir a buscar mandioca a la que necesitarían para el viaje. De vez en cuando lIaburi se eclip-
plantación y preparar cerveza para distraer su tristeza. Quisieron saba y fabricaba piraguas con clases de madera siempre diferentes,
llevar a Habuti, pero Wau-uta se empeñó en que era inútil y que y modificando la forma, pero siempre se las robaba un pato de
ella lo cuidaría. una nueva especie. La última que hizo era de madera de bom-
Mientras .!as h~r.manas estaban ,en los campos, Wau-uta hizo bácea, y no la perdió. Fue pues Haburi el primero que hizo una
crecer al nmo magicamente hasta que se volvió un adolescente. Le piragua y el que enseñó a los patos a nadar, pues al principio no
dio una flauta y flechas. Por el camino por donde iban volviendo sabían mantenerse en la superficie del agua sin el socorro de pira-
de la plantación, las hermanas oyeron la música y se sorprendie- guas: -En verdad -comenta el informador-, nosotros los Warrau
ron, pues no recordaban que hubiera hombre en la casa. Entraron decimos que cada especie de pato posee una piragua de un modelo
tímidamente y vieron a un joven tocando la flauta. Mas ddónde particular.
estaba, pues, Haburi? Wau-u ta pretendió que el niño había salido Cosa aún más sorprendente: al siguiente día la última piragua
corriendo tras ellas en el mismo momento en que partían de la había crecido. Haburi rogó a las mujeres que cargaran en ella las
cabaña y que lo creía en su compañía. Mentía, pues había hecho provisi~t;es mientras él seguía plantando esquejes de mandioca en
crecer a Haburi para que pudiera ser su amante. Hasta hizo que compama de Wau-uta. En la primera oportunidad, retornó clandes-
ayudaba a las hermanas a buscar al pequeño, no sin haber ordena- ti~amente ~ la choza, cogió el hacha y las flechas y se dirigió a la
do a Haburi que dijese que ella era su madre y haberle explicado onlla, no sm haber ordenado a los postes que no abrieran el pico,
cómo debería conducirse hacia ella. pues en aquella época los postes hablaban y podían informar a un
Haburi era un tirador de primera: no se le escapaba ni un pájaro. visitante cuando el propietario de la choza estaba ausente. Por
152 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 153

desgracia. Haburi no se cuido de re~omendar otro,!anto a ~!11or~ mitos del Chaco la afligían dos pretendientes, cuya rivalidad acarrea
que andaba por allí, y cuando volvio Wau-uta el paJaro le dijo que consecuencias desastrosas.
dirección había seguido. Ya hemos llamado la atención hacia la importancia de esta duplicación
Wau-uta se precipitó hacia la orilla y llegó en el preciso mo- que refleja, en el plano formal, una ambigüedad que nos parece ser
mento en que Haburi se metía en la piragua~ don?e estaba~ y~ su propiedad intrínseca de la función simbólica (L.-S. ~'. p. 216) '. En los
madre y su tía. La vieja retuvo la embarcacion gritando: - IHIJO! mitos, esta ambigüedad se expresa, merced a un COdIgO retonco. qu~
[Hijo! [No me dejes! tSoy tu madre! Y no se soltaba a pesar juega perpetuamente con la oposicion de la cosa y. la pala~ra, del indi-
de los golpes de pagaya que los otros le daban en los dedos, con
tal fuerza que el borde de la canoa parecía ir a saltar en astillas. viduo y el nombre que lo designa, del sentido propIO y el fIgur,ado. Una
Haburi tuvo, pues, que resignarse a seguir a ~au-uta, y . amb.~s se versión que por desdicha no hemos podido consultar en Par is, y que
dirigieron a un gran árbol en que anidab~ abejas: ~aburl abrió un citamos de segunda mano, pone de realce esta dualidad de las esposas,
agujero en el tronco con el hacha y ~e dIJO a la .vIeJa. que entrara a puesto que el mito -c-reducido , por añadidura, al episodio inicial- pretende
beber miel. En efecto la miel la volvía loca, y sm dejar de sollozar explicar el origen del matrimonio de un hombre con dos mujeres:
al pensar que había .estado a punto de perder ~ Habu~i, se metió
en la grieta, que aquel se apresuro a tapar. Y ah¡ se la sigue e~con­ M 2 4 2 ' Arawak: origen de la bigamia.
trando hoy d ia, a Wau·uta la rana, que grita solamente en los arbo-
les huecos. Miradla bien: veréis cómo tiene las puntas de los d~dos Había dos hermanas solas en el mundo. Un hombre, el primero
aplastadas por los golpes cuando se aferraba a la borda. Oídla: que vieran, salvo en sueños, descendió del cielo y les. e?~eñ~. la
llora a su amante perdido: iWang! iWang! iWang! (Roth 1, pp. agricultura, la cocina, a tejer y todas las artes de la civilización.
122-125). Por esta razón cada indio tiene hoy dos esposas (Dance, p. 102).

Ahora, casi en toda la Guayana (y sin duda también en otras partes) la


Existen otras variantes de este mito, que examinaremos más tarde. Si bigamia implica una diferenciación de papeles. La primera esposa. que
hemos empezado por utilizar, y traducido casi literalmente, la de Roth, suele ser la mayor. tiene deberes y privilegios particulares. Aunque su
es porque ninguna otra hace valer mejor la pasmosa creación novelesca compañera sea más joven y más deseable. ella sigue siendo la verdadera
que constituye el mito, ni hace resaltar mejor su originalidad, su poder ama delhogar {Roth 2, pp. 687-688). El texto de M 2 4 1 se abstiene de
de invención dramática, su riqueza psicológica. En verdad, esta historia calificar a la segunda mujer: no es sino una esposa. Mientras tanto la
del muchacho recogido por una protectora llena de segundas intenciones, otra aparece con papeles muy definidos de cultivadora, de cocinera y de
que empieza por hacer de madre antes de instalarse en el papel de aman- madre. En la bigamia, por consiguiente, la dualidad de las mujeres no es
te vieja, pero cuidando de que subsista cierto equívoco acerca de sus un simple dual, sino un sistema polar y orientado. La segunda mujer no
sentimientos ambiguos. es cosa que hasta las Confesiones nuestra litera- reproduce a la primera. Cuando llega, dotada de atributos sobre todo
tura no osará abordar. Por lo demás. Madame de Warens es una mujer físicos, es por cierto la primera mujer quien se transforma y se convierte
muy joven en comparación con la rana guayanesa, a quien su edad y su en una especie de metáfora de la función de esposa: el emblema de las
naturaleza animal confieren aspecto triste y repugnante, presente en el virtudes domésticas.
ánimo del narrador, como demuestra el mito. Son relatos de este género Discutiremos más adelante el papel civilizador del héroe.
(pues en la tradición oral americana éste no es un ejemplo único, aunque 2. El esposo sobrenatural se manifiesta en ocasión del derribo de pal-
acaso ninguno exhiba tal brío) los que pueden concedernos, en una meras para extraerles la fécula. Hacia la época en que Mauritia flexuosa
breve y fulgurante iluminación, el sentimiento cargado de evidencia comienza a ostentar frutos, los Warrau cortan el árbol y hienden longitu-
irresistible de que estos primitivos, cuyas invenciones y creencias mane- dinalmente el tronco para descubrir la médula fibrosa que llena el inte-
jamos con una desenvoltura que convendría si acaso a groseras obras, rior. El tronco así ahuecado sirve de artesa. Echan en él agua, triturando
saben demostrar una sutileza estética, un refinamiento intelectual y una la pulpa, que libera cantidad considerable de almidón. Se retira entonces
sensibilidad moral que debieran inspirarnos tanto escrúpulo como pie- la fibra y cuando el almidón se ha sedimentado, lo muelen y secan al
dad. En todo caso. dejaremos al historiador de las ideas y al crítico el fuego las tortas obtenidas así (Roth 2, p. 216). La otra especie de pal-
cuidado de prolongar estas reflexiones acerca del aspecto puramente mera citada al principio del mito, y cuyo follaje se transforma en hom-
literario de nuestro mito. y pasaremos ahora a su estudio etnográfico. bre, es Euterpe edulis, que los indios derriban para recolectar con mayor
1. El relato comienza evocando la vida solitaria de dos hermanas que facilidad los frutos maduros. Después de haberlos ablandado en una
serán esposas ("nuestro marido", dicen) del hombre sobrenatural del que artesa de agua tibia (hirviendo los endurecería), se machacan los frutos
se han apiadado. Se recordará que las peores desdichas del héroe de en un mortero. Resulta una compota que se bebe fresca, endulzada con
M 2 38 empiezan luego que obtiene segunda esposa. que las del héroe de miel y diluida con agua uu«, pp. 233-234).
M 2 3 5 le llegan por tener dos cuñadas y. en fin, que a la heroína de los Tratándose de un mito al final del cual la miel desempeñará papel
154 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1,2,3 155

decisivo, esta asociación habitual de los frutos de palmera y la miel naje masculino: el texto insiste en su fuerza física y su aptitud para los
evoca tanto más los mitos "con miel" del Chaco cuanto que aquí como trabajos que incumben normalmente a los hombres, así el derribo de
allá se trata de alimentos silvestres y vegetales. Aunque la médula esté palmeras (cL antes, p.l49).
disponible todo el año, que se elija para derribarlo el momento en, que el Ni una ni otra de las versiones de Wilbert atribuyen origen sobrena-
árbol empieza a fructif'icar ' sugiere el final de la estación seca. Esta es tural al marido de las dos hermanas, presente desde el principio del rela-
bien señalada en el delta del Orinoco, donde el mínimo de precipita- to. La identidad del ogro no es tampoco precisada, ni la razón por la
ciones cae de septiembre a noviembre. y alcanzan el máximo en julio cual, en estas versiones, mala al indio, lo asa y ofrece la carne a las
(Knoch, G70 a 75). Por lo demás, en la Guayana las palmeras connotan mujeres, que reconocen el cuerpo desmembrado de su marido por el
la presencia de agua, a pesar de la sequía, como los frutos silvestres en el pene, colocado encima del envoltorio. Pese a estas divergencias, la voca-
Chaco, mas no del mismo modo: los indios tienen a Mauritia y Euterpe ción paternal del ogro es asimismo subrayada: en las dos versiones Wil-
por signos ciertos de la presencia de agua a escasa profundidad; cuando bert, como en la versión Roth, pide en seguida que le confien el crío.
no se encuentra en parte alguna, se abre un agujero al pie de estos árbo- Las dos hermanas protegen su fuga gracias a obstáculos mágicamente
les (Roth 2, p. 227). Por último, y como en los mitos del Chaco sobre suscitados con pelo púbico, que van tirando. La rana mata al ogro de un
el origen del hidromel, la idea de la artesa resalta en primer plano. El machetazo (M 2 4 3) o atravesándolo con una lanza, del ano a la coronilla
tronco de Mauritía ofrece naturalmente una artesa donde se prepara la (M 2 4 4 ) . El episodio de los excrementos ocurre en el pueblo de los
sustancia fofa y húmeda encerrada en esta envoltura leñosa, lo bastante Siawana, en cuya marmita hace Haburi sus necesidades (M 2 4 3), o en
dura para que los Warrau puedan hacer postes para sus chozas con tron- casa de la "tía" de Haburi, cuyos alimentos ensucia pareeidamente
cos de Mauritia flexuosa (Gumilla vol. 1, p. 145). Los frutos de Euterpe (M2 4 4 ) .
se preparan también en una artesa, pero es entonces una artesa otra, no En adelante, las versiones Wilbert divergen rotundamente. La transfor-
propia, es decir, (os echan en una artesa ya fabricada, en vez de que la mación de Wau-uta en rana sigue siempre a la ingestión de miel, pero
artesa misma exponga su contenido en el curso de la fabricación. Volve- ésta procede de un yerno de la vieja, marido de su hija: dos personajes
mos a hallar aquí, pues, una dialéctica del continente y el contenido de que encontramos por vez primera. M2 4 3 se entrega entonces al relato de
la que los mitos "con miel" del Chaco nos ofrecieron la primera ilustra- otras aventuras de Haburi que pronto adquieren carácter cosmológico. El
ción. Ahora bien, su reaparición en este nuevo contexto es tanto más héroe encuentra un cráneo que 10 persigue (este episodio reaparece en
significativa cuanto que si la heroína del Chaco desempena, desde el un mito de la compilación de Roth que examinaremos en un volumen
principio, el papel de muchacha loca por la miel, la del mito de Haburi venidero; mostraremos entonces cómo este episodio se reduce a redupli-
es una vieja que se manifestará loca por la miel al final, y que ha de cación de la historia de la rana), y después dispara una flecha que per-
quedar prisionera en un árbol hueco, dicho de otra manera, en una arte- fora el suelo y le revela la existencia de un mundo inferior en el que
sa natural. reina la abundancia, en forma de ricos palmares y piaras de cerdos sal-
Por lo que toca a las partes que les son comunes, las versiones recien- vajes. Haburi y sus compañeros se proponen descender, pero una mujer
temente publicadas por Wilbert (9, pp. 28-44) se mantienen asom- encinta se atora en el pasaje. La empujan, afloja el ano, que se convierte
brosamente cerca de la versión de Roth. Se advertirá sin embargo que, en la estrella de la mañana. Los que estaban detrás de la mujer encinta
en las dos versiones de Wilbert, es la más joven de las dos hermanas la no pudieron llegar al mundo inferior, y como eran los mejores chama-
que es madre de Haburi, en tanto que la hermana mayor evoca un perso- nes, la humanidad está hoy privada de su auxilio, que mucho hubiera
3 Acerca de la fructificación estacional de Mauritia flexuosa: "Las tribus... de la mejorado su suerte. De aquella época data la preparación de la médula
región amazónica saludan gozosas la aparición de los frutos maduros. Esperan con de palmera y la adquisición por los animales de sus caracteres específi-
ansia este periodo del año para celebrar sus máximas fiestas y, en la misma oca- cos. La otra versión (M 2 4 4 ) , más breve, concluye con la transformación
sión, las bodas convenidas de antemano" (Correa, art . "burity do brejo"]. de Wau-uta en rana. (CL también Osborn, 1, pp. 164-166; 2, pp-
Consultado sobre la época de fructificación de varias especies dc palmeras silves- 158-159. Brctt 1, pp. 389-390.)
tres, el señor Paulo Bczerra Cavalcante, jefe de la División de Botánica del Museu Por consiguiente, tanto en la versión Roth como en las versiones
Paraense "Emilio Goeldi", nos ha hecho el favor de contestarnos (por lo cual le Wilbert la extracción de la médula de palmera desempeña un papel de
damos expresivas gracias) que "según observaciones prolongadas durante varios
primer plano. En verdad, M 24 3 se presenta como mito sobre el origen
años, la maduración de los frutos ocurre sobre todo al final de la estación seca o al
principio de las lluvias". Según Le Cointe [pp, 317-332), en la Amazonia brasileña de este preparado culinario, que coincide con el descenso a la tierra de
la mayoría de las palmeras silvestres comenzarían a fructificar en febrero. El señor los antepasados de los Warrau y la organización definitiva del reino
Paulo Bezcrra Cava1cantc indica, no obstante, el mes de diciembre para los géneros animal. Este aspecto sería aún más reforzado si los Siawana que men-
Astrocaryum y Mauritia, el de noviembre para Attalea (julio, dice Le Cointe, p. ciona esta versión se confundieran con los Siawani a los que alude otro
332) y septiembre para Oenocorpus, De todas maneras, estas indicaciones no son mito (M 2 44b): pueblo caníbal posteriormente transformado en árboles o
trasponibles sin más al delta d~l Orinoco, donde reina un clima muy diferente. en peces torpedo, y cuya destrucción hace a los indios amos de las artes
EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1,2,3 157
1%

de la civilización, entre las que figuran en primer lugar la técnica y los La oposición agua estancada/agua corriente está intensamente marcada
utensilios que les permiten preparar la médula de palmera (Wilbert 9, pp. en todo el continente americano, y ante todo entre los Warrau. En otros
141-145). La preponderancia reconocida a este alimento se explica si se t,ie~~os, cuentan los indios, los hombres obtenían sus esposas de los
tiene en cuenta que "la palmera moriche merece en verdad el nombre de Esp Iri tus de las aguas, a los que daban en intercambio sus hermanas.
'árbol de la vida' de los Warrau preagrícolas. Utilizan diez partes dife- Pero exigieron. que sus esposas se aislaran durante el periodo de la regla,
rentes, han desenvuelto una arboricultura muy eficaz y, sobre todo, contra el sentir de sus colaboradores sobrenaturales; desde entonces, no
consideran la médula como único alimento verdaderamente apropiado han dejado de perseguirlos (Roth 1, p. 241), De ahí numerosas prohibi-
para el consumo humano, y hasta digno de ser ofrecido en sacrificio a ciones, en especial la de lavar los cucharones en el agua corriente: inclu-
los dioses. La médula de moriche y el pescado se asocian con el nombre so yendo de viaje hay que limpiarlos en la piragua, que si no habría
de jnahoro witu Z, 'alimento verdadero'" (Wilbert 9, p. 16). tempestad (ibid., PP, 252,267,270). Se advertirá en esta ocasión que el
3. Solas, las mujeres se alimentan de médula vegetal. Casadas, tendrán Jaguar-Negro de los mitos pasa por provocar el trueno con sus rugidos.
también pescado, es decir -acabamos de verlo en el párrafo anterior- su iviás. al sur, los Mundurucú establecen una distinción ritual entre ee agua
alimentación estará completa. El conjunto warrau: { almidón - pesca- cornente y la estancada. La primera estaba prohibida a la esposa del
do - miel } restituye, en un contexto diferente desde el punto de vista indio propietario de una cabeza-trofeo, y a los miembros de la cofradía
ecológico, el conjunto { frutos silvestres - pescado - miel } que, como de los tapires. En consecuencia, estas personas no pod ían bañarse en el
hemos visto, inspiraba los mitos del Chaco. río; les llevaban agua a domicilio para que se lavaran (Murphy 1, pp- 56,
Ahora bien, este pescado procede de dos charcas. Igual que en los 61).
La prohibición guayanesa de lavar la vajilla de cocina, o de lavarla en
mitos. estudiados antes de este mismo grupo, tenemos aquí,pues, dos aguas,
parecidas desde el punto de vista hidrológico -son estancadas- pero no agua corriente, reaparece en el noroeste de América del Norte, entre los
Yurok que prescriben el lavado de la vajilla de madera y de las manos en
obstante mar~adas desigualmente desde el punto de vista alimenticio, ya
que una contiene muchos peces, pocos la otra. Podemos por tanto cons- agua estancada, jamás en agua corriente (Kroeber, en Elmendorf, p. 138,
truir "el grupo de las dos aguas" y escribir: n. 78). El resto del texto sugiere que la prohibición pudiera ser una
aplicación particular de una relación general de incompatibilidad, con-
cebido entre el alimento y los seres sobrenaturales. En este caso, el

M,..~ "agua" de
(la abeja (= miel»
, (agua ~e las mujeres)
(comente) ] M"'[ :: (agua de la rana ): (agua de la mujer)
(estancada, alta) (estancada,baja)
] paralelismo con las creencias de la Guayana sería aún más neto y pare-
cería menos arriesgado recurrir a ejemplos americanos de diversos orfge-
nes para intentar poner en claro la naturaleza de la oposición entre las
dos aguas.
M,,, [ agu a de la rana ) . (agua de la mujer) ] Entre los Twana de Puget Sound, las chicas púberes debían obligatoria-
mente lavarse en agua corriente para suprimir el peligro de contamina-
( (estancada, alta) . (? baja)
ción inherente a su estado (ibid., p. 441). En cambio, viudos y viudas
"debían bañarse cada día en una piscina dispuesta poniendo diques en

M
74 1
[
agua de las mujeres
({estancada, peces -)
. agua del jaguar
. «(estancada, peces +) )
J un arroyo o un riachuelo ... Esta práctica duraba al menos un mes lunar
a partir del sepelio del cónyuge difunto. No tenía por fin principal lavar
de la mácula contagiosa, sino impedir que el sobreviviente fuese arras-
trado al país de los muertos por el difunto" (ibíd., p. 457). Los Toba
La miel no es agua (salvo pata Abeja), pero es estancada. El mito del Chaco prohibían los baños de río a las paridas; sólo les dejaban la
subraya indirectamente este rasgo pertinente precisando que el agua laguna (Susnik, p. 158). Lo mismo que los Mandan oponían las aguas
adversa es corriente, a diferencia de todas las otras variantes, donde las corriente y estancada, una "pura", la otra "impura" por no correr
d.os aguas son definidas como estancadas, y opuestas desde el punto de (Beckwith, p. 2), los Guaraníes del Paraguay reservaban exclusivamente
vista de lo alto y lo bajo, o de su contenido relativo en peces. Se puede al agua corriente el epíteto de agua "verdadera" (Cadogan 6).
así simplificar y escribir: A diferencia del agua estancada, que es un agua neutralizada, el agua
corriente constituye, pues, el término marcado. Es más poderosa y más
eficaz, pero también más peligrosa: habitada por los Espíritus, o en
[estancada:corriente]:: [arriba: abajo] :: lpeces(-): peces] +) l directa relación con ellos. Metafóricamente decimos más o menos lo
mismo cuando oponemos "aguas vivas" y "aguas muertas". Así que si
o sea una oposición horizontal, una oposición vertical y una oposición los Yurok de California constriñen a las muchachas púberes a comer
de naturaleza -podría decirse- económica. cerca de las cascadas; donde el estruendo del río extingue todos los
158 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 159

demás ruidos (Kroeber, p. 45), es tal vez porque comparten con los palmares y las piaras de cerdos salvajes columbrados en el mundo infe-
Cherokee del sureste de los Estados Unidos la creencia de que el agua rior les prometen alimento más abundante. Aún no saben que deberán
ruidosa es una agua "parlante", vehículo de una enseñanza sobrenatural conquistarlo a costa de grandes peligros figurados por los Espíritus de las
(Mooney, p. 426). aguas y de los bosques, de los cuales el más temible es precisamente
Si esta problemática vale también para los mitos sudamericanos, como J aguar-N egro.
10 sugiere el paralelismo entre las creencias de los dos hemisferios, resul- El personaje sobrenatural de la versión Roth no hace por tanto sino
ta que el agua corriente es proscrita porque podría romper el vínculo reproducir esta conducta ancestral, cuando se deja atraer por la espe-
tenue anudado entre un personaje sobrenatural y un ser humano. Ahora, ranza de una pesca más abundante hacia un agua que connota lo bajo en
hemos visto que a partir de M 2 3 7 la oposición entre agua estancada y el sistema de transformaciones de que participa, aunque M 2 4 1 la sitúe
agua corriente se transforma en otra: la del agua relativamente alta en el mismo nivel que la otra, que connota lo alto en virtud del mismo
(puesto que la rana la busca en el corazón de los árboles) y el agua rela- razonamiento. A este respecto, una versión vieja se muestra perfecta-
tivamente baja -las charcas donde se bañan los humanos. Finalmente, en mente explícita: en el mundo inferior hay mucha caza pero, en cambio,
M 2 4 1 esta transformación se prolonga. En lugar de dos aguas de desigual el agua escasea y el creador Kanonatu tiene que causar lluvia para que
altura, nos encontramos con dos aguas idénticas desde el punto de vista suban los ríos (Brett 2, pp. 61-62). En todas las versiones, por consi-
vertical, pero una inofensiva y pobre en peces, la otra peligrosa y rica en guiente, el protagonista o los protagonistas se vuelven culpables de una
éstos. Los términos de la primera oposición se invierten al mismo tiempo falta moral que adopta el aspecto de una caída. La del protagonista de
que esta transformación se opera. En efecto, de M 2 3 5 a M 2 3 9 , el agua M 2 41, caído en las garras de Jaguar-Negro, traspone metafóricamente la
primero estancada, luego alta, era congrua con un personaje sobrenatural caída física y cósmica de que resulta la aparición de la primera humani-
y benéfico; el agua primero corriente, luego baja, con un personaje dad. Una significa la otra, como el personaje sobrenatural de los pri-
humano y maléfico. En M24 1 es al revés, en virtud de la inversión de meros mitos del grupo es significado por su nombre (que hubiera debido
signo que afecta al miembro sobrenatural, que es aquí el Jaguar-Negro, callarse), y como el agua que lo salpica (declaración de amor entre la
monstruo caníbal. Simétricamente, el personaje humano recibe un papel mayoría de las tribus sudamericanas y notablemente entre los Warrau)
benéfico. Es pues el agua pobre en peces, débilmente marcada por lo significa el deseo físico de las cuñadas, no sin tener valor de metáfora
que toca a la búsqueda de alimento, la que corresponde al agua relativa- para el principal interesado, a quien el agua quema como si fuera fuego.
mente alta en que la abeja, la rana, habrían debido seguirse bañando, y 4. De seguro se ha notado que las dos hermanas de M 2 4 1 están en la
donde el hombre habría debido seguir pescando. Pues entonces las cosas misma situación que la heroína de los mitos del Chaco (que tiene una
habrían continuado en su sitio. hermana), es decir, entre un marido y el rival de éste. En el Chaco, el
Esta discusión no parece conducir a ninguna parte. Sin ella, no obs- papel de marido le toca a Carpintero, que es un héroe nutricio. El
tante, nunca habríamos llegado a la hipótesis precedente, que, si se marido warrau también es nutricio, pero con pescado y no con miel.
piensa, es la única que permite descubrir la armadura común a la gran Como la miel en el Chaco, el pescado es en la Guayana alimento de
versión Wilbert y a la de Roth, las más ricas que poseemos del mito de estación seca (Roth 2, p. 190): se pesca mejor cuando están bajas las
Haburi. ¿En qué consiste su aparente diferencia? La versión Roth no aguas. Por añadidura, la miel aparecerá al final del relato.
contiene la parte cosmológica. En compensación, las versiones Wilbert no El rival del marido es Zorro entre los Toba, Jaguar-Negro entre los
contienen el episodio de las dos charcas. Pero acabamos de mostrar que Warrau, o sea en un caso un engañador, en el otro un ogro terrorífico. A
este episodio transforma otros mitos de la Guayana, que son parte" del esta diferencia de naturaleza corresponde otra en el plano psicológico.
mismo grupo del que estamos discutiendo. Zorro, como hemos visto, anda "loco por mujer"; su móvil es la lascivia.
Pero, de hecho, este episodio y el sistema de sus transformaciones no De Jaguar-Negro el mito no afirma nada semejante. De hecho, jaguar-
son sino un disfraz falsamente anecdótico, que disimula mal el motivo Negro comienza por conducirse al revés que Zorro, ya que lleva a las
cosmológico al que la gran versión Wilbert da cabal amplitud. En este mujeres abundante alimento: pescado en la versión Roth, trozos asados
episodio el marido de las dos hermanas renuncia a pescar mediocremente del cuerpo del marido en la versión Wilbert. Este último detalle aproxi-
y sin riesgo en una charca -que, como acabamos de ver, corresponde al ma más bien Jaguar-Negro al héroe ge que asa el cadáver de su mujer y
agua estancada y relativamente alta de los mitos examinados con anterio- lo ofrece como carne a los parientes de ésta, por haberse mostrado la
ridad-, pues prefiere la pesca abundante pero arriesgada en otra charca, infeliz demasiado ávida de miel: así el hombre víctima de igual suerte
que corresponde en los mismos mitos al agua corriente y relativamente era aquí demasiado ávido de peces. Volveremos a este punto.
baja. Ahora bien, al final de la versión Wilbert, Haburi y sus compa- Pero sobre todo Jaguar-Negro difiere de Zorro por la ausencia de toda
ñeros, antepasados de los indios actuales, hacen la misma elección pero motivación amorosa. Apenas llega con las mujeres, dice estar fatigado y
en mayor escala: renuncian a una vida modesta y tranquila en el mundo sólo piensa en dormir no bien le ponen la criatura en brazos, como lo
superior, bajo la guía espiritual de sus sacerdotes, porque los ricos pidiera: conducta habitual del buen padre indígena, quien no tiene urgen-
160 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 161

cia mayor, al volver de cazar, que echarse en la hamaca y hacer halagos no era sino una transformación suya. Desde ahora es ya claro que Zorro
a su pequeño. El rasgo es esencial, pues reaparece en todas las versiones. del Chaco y Jaguar-Negro de la Guayana se oponen simétricamente en
é No será porque este detalle saca a luz el móvil del jaguar, diametral- tanto que personajes que pretenden encarnar a su víctima con el conjun-
mente opuesto al del Zorro? Como este último estaba "loco por mu- tado de ésta. Zorro se disfraza de mujer, de la mujer que ha hecho
jer", el jaguar se manifiesta "loco por criatura"; no es la lascivia sino la desaparecer; Jaguar adopta la apariencia del hombre que ha matado.
sed de paternidad la que lo anima. Después de manifestar sus dones Picado por una hormiga que se ha cerciorado de visu de su verdadero
nutricios hacia las dos mujeres, se instala en plan de ama seca del crío. sexo, Zorro denuncia físicamente lo que es: aullando con voz que no
Esta actitud, paradójica en un ogro, requiere evidentemente una expli- puede disimular o recogiéndose la falda. Aunque Jaguar se muestre buen
cación. La daremos en otro capítulo, donde estableceremos definitiva- padre y buen marido (a diferencia de Zorro, tan torpe en su papel de
mente lo que los mitos ge ya nos sugirieron, a saber, que el dominio del esposa), traiciona moralmente lo que no es: pronunciando el nombre de
grupo engloba un doble sistema de transformaciones: aquel cuyo desen- su víctima. Este incidente del nombre traspone pues un episodio de los
volvimiento seguimos desde el principio del libro, y otro, transversal en mitos del Chaco y le da una acepción figurada. Refleja asimismo, invir-
cierto sentido con respecto al anterior, y que lo cruza.precisamente en el tiéndolo, un incidente encontrado ya en otros mitos guayaneses del
punto a que hemos llegado. Comprenderemos entonces que el jaguar se mismo grupo (M 2 33, M 2 38). Allí el personaje sobrenatural se disyuntaba
conduce aquÍ a modo de padre nutricio porque desempeña el papel de su compañero humano cuando era proferido su nombre. Aquí las
inverso, en el grupo perpendicular al nuestro: el de seductor, que arre- humanas se disyuntan de su pretendido compañero sobrenatural cuando
bata las madres a los niños. Otro mito de la Guayana que utilizaremos éste pronuncia el que (por pronunciarlo él mismo) no puede ser su
más adelante (M 2 8 7) ofrece un perfecto ejemplo de esta inversión, nombre.
puesto que asistimos a la muerte de Jaguar-Negro por los maridos enga- S. La rana se llama Wau-uta. Ya era éste el nombre de la rana protec-
ñados. Entonces, si en M 2 4 1 el jaguar mata al marido, no al contrario, tora del cazador en M 2 38 y, en M 2 35, el de la rana arborícola en que se
hace falta que no sea un seductor, sino lo contrario (cf. más adelante, transformaba la criatura del héroe. De una criatura mudada en animal
pp. 246ss). (bajo el aspecto de una rana) pasamos pues, por mediación de una rana
Como aún no estamos en condiciones de dar esta demostración y de macho y cazadora, a una rana hembra y belicosa (mata al jaguar), que
construir el metasistema que integra los dos aspectos, preferimos conten- convierte a una criatura en adulto. En los casos precedentes esta rana era
tarnos de momento con una demostración diferente, fundada en el un cunauarú, y Roth propone la misma identificación para la protectora
paralelismo que empezamos por establecer entre el zorro del Chaco y el libidinosa de Haburi, cuya voz es además fonéticamente igual que la
jaguar de la Guayana; la haremos a contrario. atribuida por otros mitos al cunauarú.
Zorro es un engañador. En Lo crudo y lo cocido (p. 304) hemos La huida de una mujer con su criatura, perseguidos los dos por mons-
indicado que los mitos que tienen este tipo de personaje están construi- truos caníbales, hasta refugiarse junto a una rana protectora, forma el
dos a menudo a modo de mosaico, y por encabalgamientos recíprocos tema de un mito mundurucú (M 143) en el que tal huida se debe asi-
de fragmentos de cadenas sintagmáticas procedentes de mitos distintos, mismo al reconocimiento del cadáver asado del marido. Examinaremos
si no es que hasta opuestos. Resulta una cadena sintagmática híbrida en otro volumen los paralelos norteamericanos.
cuya construcción misma traduce, por su ambigüedad, la naturaleza El mito warrau y el mito mundurucú se asemejan igualmente en el
paradójica del engañador. Si es así en el caso que nos interesa, podemos sen tido de que la rana recibe el papel de chamán. Un mito tukuna atri-
interpretar el carácter de seductor ineficaz que exhibe Zorro como el buye al cunauarú el origen de los poderes chamánicos. Merece ser citado,
resultado de la yuxtaposición de dos caracteres antitéticos, cada uno pues, así fuera sólo para justificar de manera retroactiva el uso que
atribuible a un personaje inverso de Zorro a su manera: sea un seductor hemos hecho de observaciones relativas a esta tribu a fin de dilucidar
eficaz, sea lo contrario de un seductor, así un padre, pero que (por algunas costumbres de la Guayana:
hipótesis) debe mostrarse ahora ineficaz:
M2 4 S· Tukuna: origen de los poderes chamánicos.

ENGA"ADOR ¡ S C d U c l u r x ineficaz, pero seductor (-1)

ineficaz
= padre

seductor, pero eficaz (= ineficaz (-1))


(
OGRO
Una niña pequeña, de dos años, lloraba sin cesar todas las no-
ches. Harta, la madre la sacó, y la niña siguió llorando sola. Por fin
llegó una rana cunauarú y se la llevó. La chiquilla siguió con la
rana hasta que llegó a ser una adolescente, y aprendió de su pro-
tector~ ,todas las artes mágicas, las que curan y las que matan. ,
Con el mito warrau hemos descubierto una de las dos combinaciones VOIVIO entonces a los hombres, que desconoc ian la brujer ia.
que definen el ogro por oposición al engañador. Y, tal como ~emos Cuando fue muy vieja, incapaz de satisfacer sus necesidades, rogó a
dicho, más tarde encontraremos la otra, y demostraremos que la pnmera unas muchachas que le preparasen de comer. Pero como no la
EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 163
162
querían, se lo negaron. Durante la noche, la vieja les quit~ los constituyera simultáneamente el aspecto físico y la función semántica de
huesos de las piernas. Sin poderse levantar, l~s .much.achas la VIeron la bombácea del Chaco.
devorar la médula de los huesos, que era su umco alimento. . Adelantando el curso del relato es oportuno, pues, subrayar que las
Cuando el crimen se divulgó, le cortaron el cuello a la bruja. bombáceas tendrán un papel en nuestro mito. Luego de haber intentado
Recibió en las manos juntas la sangre que corría, sopló en ella para hacer piraguas de cera y después de arcilla, y de ensayar numerosas
proyectarla hacia el sol y exclamó; -:- lEl alma también entra en
ti! Desde entonces el alma de la vrcuma penetra en el cuerpo del especies de árboles, el héroe se sale con la suya al utilizar el "silk-cotton
matador (Nim, 13, p. 100).

Por el motivo de la criatura lacrimosa (ver más adelante, p.316), este


mito tukuna remite a un grupo en el que una zarigüeya o un~ zorra
ocupan el lugar de animal raptor (CC, p. 269, n. 11). El niño lacnmoso,
que no se consigue "socializar", permanece obstin~damente del. lado de
la naturaleza y despierta la concupiscencia de animales pareClda~ente
orientados: locos por la miel, alimento natural, o locos por mujer o
muchacho, "alimentos" sexuales. Por este lado, y partiendo de la rana,
loca por un muchacho pero aún más loca por la miel, podríamos lle~ar a
la chica loca por la miel del Chaco, que es a su manera una zorra (SI .~o,
el zorro no podría pretender personificarla); pero muchacha, también,
por la que está loco un zorro. Volveremos a esta reciprocidad.
6. En la versión Roth (M 2 41 ), la rana mata al jaguar pillándolo co~ la
puerta erizada de espinas que da acceso al árbol ~ueco do.nde ha~Ita.
Esta maniobra recuerda la que utilizan los protagomstas de CIertos mitos
del Chaco para librarse también de un jaguar caníbal después de haberse
refugiado ellos en un árbol hueco: por las grietas del tronco sacan lanzas
con las que el ogro se hiere mortalmente (M 2 4 6 • Camp~na, p. 320); o
también, volviéndose el tema, es el jaguar el que, despues de clavar las
garras en el tronco no puede sacarlas y queda indefenso ante los ~olpes
de sus víctimas (Toba: M 2 3)' En los dos casos se trata de un Ja~ar Fig. 12. Bombácea. Figura de cordel, indios warrau. (SegÚn Roth 2, p.
hembra en que se metamorfoseó una mujer que matara a su mando, 533, ñg, 300.)
mientra~ que el jaguar macho del mito guayanés ha adoptado, ante las
mujeres la apariencia de su marido, que él ha matado. . tree" que es una bombácea (Bombax ceíbc, B. globosumv. Los Warrau
Los mitos del Chaco que acabamos de recordar se refieren al origen usaban, efectivamente, esta madera poco duradera pero que se prestaba a
del tabaco, que nacerá del cadáver de la mujer-jaguar incinerado. ~es­ la fabricación de enormes piraguas que podían con 70 u 80 pasajeros
pués de partir de la oposición entre miel. y tab?co, y de haber segu.ldo (Roth 2, p. 6J 3). Una figura hecha de cordeles evoca el aspecto firme y
paso a paso el ciclo de las transformaCIOnes Ilustradas por los mitos rechoncho del árbol, de tronco hinchado.
sobre el origen de la miel, he aqu i, entonces, que descubrimos la redon- Es particularmente notable que la mitología del Chaco refleje, en el
dez del mundo, ya que, al llegar a distancia apreciable de nuest,ro. punto plano de lo imaginario, un aspecto real de la cultura de ciertos indios de
de partida, empezamos a discernir perfiles que sabemos caracter istrcos de la Guayana. El mito matako (M 2 4 6) al que ya hemos aludido relata que
los mitos sobre el origen del tabaco. la población perseguida por el jaguar caníbal buscó refugio en un arca
Esto no es todo. El árbol hueco que, en los mitos del Chaco, sirve de grande como una casa, hecha con un tronco de jyuchanj. Pero si el mito
refugio contra el jaguar, es un Iyuchanj (Chorisia. insignis), árbol de la matako imagina en esta circunstancia una realidad warrau, a su vez esta
familia de las bombáceas. Es asimismo en las espmas de que el tronco realidad (y su origen mítico que propone M 2 4 1) invierte la función
del jyuchan/ está erizado donde el zorro se destripa en o~ros mitos del original de la bombácea como la describen los mitos del Chaco. Al prin-
Chaco (M208-209)' Si bien, según los datos de que dlspone~os, el cipio de los tiempos, recordamos más arriba al emprender esta discusión
cunauarú parece siempre elegir para vivir un árbol de otra especie (80- que será prolongada en otro capítulo, un gran árbol jyuchanj contenía
delschwingia macrophylla Klotzsch , tiliácea de flores oloro~as y. cuyo en su tronco hueco toda el agua y todos los peces del mundo. El agua
tronco se ahueca cuando el árbol alcanza determinadas dimensiones: estaba en el árbol, pues, en tanto que la operación técnica que convierte
Schomburgk, vol. 11, p. 334), todo ocurre como si el mito warrau re- el tronco en piragua engendra la situación inversa: entonces es el árbol el
164 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 165

que está en el agua. Recaemos en esta ocasión en la dialéctica del con- usaba otra cautela este animalejo, .que cuando había mucho tiempo que
tinente y el contenido, de lo interno y de lo externo, cuya complejidad no podía cazar ninguna persona, sal iase a la orilla del agua y comenzaba
se manifiesta de manera particularmente neta en la serie de los contrastes a llorar como niño, y el que oía aquel lloro iba pensando que era algún
(mítico y mítico, mítico y real, real y mítico) ilustrada por el papel de niño, y como llegaba cerca del agua, as iale con la mano de la cola y
las bombáceas. En efecto, o bien el agua y los peces están en el árbol, llevábale debajo del agua, y allá le mataba en su cueva" (ibid., p. 199).
los humanos fuera de él; o bien los humanos están en el árbol, el agua Este niño lloroso, que se conduce como pérfido seductor, es evidente-
fuera, y los peces en el agua. Entre estos casos extremos, el modo de men te simétrico con el intolerable gritón que sacan a escena M 2 4 S Y
vida de la rana cunauarú ocupa un lugar intermedio: para ella, y para otros mitos. Además, la creencia mexicana encuentra curiosos ecos en
ella sola, "toda el agua del mundo" (ya que no emplea ninguna otra) regiones americanas donde, a propósito de las nutrias, nos había llamado
está en el árbol aún. Y si M 2 4 1 opone diametralmen te la piragua de cera ya la atención la comunidad de opinión. Los indios Tagish de la Colom-
de abejas y la de madera de bombácea, dno es porque para la abeja, bia Británica, cercanos a los Tlingit en lengua y hábitat, asocian en el
homóloga de la rana arborícola sobre el eje de lo seco y lo húmedo (ver mismo recuerdo la fiebre del oro del Klondyke en 1898 y un mito rela-
antes, p.140), la cera y la miel reemplazan al agua en el interior del tivo a una "Dama-Riqueza" que es también una mujer rana. A veces, de
árbol X no pueden, pues, permutarse con el árbol en su relación con el noche, se oye llorar al niño que trae en brazos. Hay que arrebatarlo y
agua? negarse a devolverlo a la madre, que debe rociarse con orina hasta que
7. Nada de particular hay que decir acerca de la flauta y las flechas excrete oro (McClellan, p. 123). Los Tlingit y los Tsimshian hablan en
que Wau-uta da al chico vuelto adolescente, como no sea que son los sus mitos de una "Dama del lago" que se casa con un indio cuya
atributos normales de su sexo y de su edad, flechas para cazar, flauta hermana recibe un "vestido de riqueza" y que enriquecerá a quienquiera
para amar, ya que este instrumento sirve para cortejar a las muchachas: escuche llorar a su criatura (Boas 2, p. 746; d. Swanton 2, pp. 173-175,
es comprensible, así, que las mujeres, al oírla de lejos, concluyan que un 366-367). Nutrias o ranas, estas sirenas maternales cuyo crío profiere el
hombre que no conocen está en la casa. El episodio de las nutrias plan- canto ahogan a sus víctimas, como las nutrias mexicanas, y comparten
tea problemas de otro orden de complejidad. con sus cofradas guayanesas el horror a las deyecciones. Ni siquiera la
El asco que los excrementos de Haburi inspiran a las nutrias por su asociación con las riquezas en metálico carece de equivalente en la
olor trae a las mientes una creencia de los Tlingit de Alaska, que no Guayana: sorprendida, la "Dama del agua" de los Arawak abandona en
tienen sin er-tbargo nada de vecinos de los Warrau: "A la nutria terrestre la orilla el peine de plata con que se estaba peinando (Roth 1, p. 242);
-cdicen-. le horroriza el olor de las deyecciones humanas" (Laguna, p. en las creencias del Brasil meridional, Mboitata, la serpiente de fuego,
188). No obstante, no puede tratarse de la misma especie, en vista del siente pasión por los objetos de hierro (Orico 1, p. 109).
alejamiento de las dos regiones y de sus diferencias climáticas. Las En la Guayana y en toda la región amazónica, estos seductores acuáti-
nutrias de M 2 41, que aparecen colectivamente en el mito, pudieran, por cos, machos o hembras, gustan de adoptar la forma de un cetáceo que
ello, ser Lutra brasiliensis, que vive en bandas de 10 a 20 individuos, suele ser el boto o delfín blanco amazónico (Inia geoffrensis). Según
antes que Lutra felina (Ahlbrinck, arto "aware-puya"}, que es una espe- Bates (p. 309), el boto era objeto de tan graves supersticiones, que esta-
cie menor y solitaria, a la cual los antiguos maxicanos atribuían poderes ba prohibido matarlo (d. Silva, p. 217, n. 47). Se creía que el animal
y disposiciones maléficos como encamación de Tláloc: siempre acechan- adoptaba en ocasiones la apariencia de una mujer maravillosamente bella,
do a los bañistas para ahogarlos (Sahagún, tomo 111, pp. 197 SS., "de un que atraía a los jóvenes junto al agua. Mas si uno de ellos se dejaba
animalejo llamado ahuitz.otl. .. "}. seducir, lo cogía ella por la cintura y se lo llevaba al fondo. Según el
Sin embargo, es imposible no confrontar las creencias mexicanas con sentir de los Shipaiá (M 2 4 7 b ), los delfines descienden de una mujer
las de la Guayana. A ello nos obliga un pasaje de Sahagún: "Decían que adúltera y de su amante, luego de ser transformados por el marido
4 Cf. el cuchillo de cera de abejas, homólogo del "agua que quema como fuego" -cotrora niño maltratado- al encontrarlos pegados a consecuencia de un
(M23S) en Goeje, p. 127. coito prolongado (Nim. 3, pp. 387-388). Más cerca de los Warrau, los
En M243 la oposición principal es entre una piragua de hueso, que se hunde, y Piápoco del bajo Guaviar, brazo del Orinoco, creían en Espíritus malé-
una piragua construida con una variedad de árbol (cachicamo(. En M244, entre una ficos que se pasaban el día en el fondo del agua pero salían por la noche
piragua de madera "de pastel de miel" ("sweet mouth wood") que se hunde y una a errar por ahí, "chillando como niños pequeños" (Roth 1, p. 242).
piragua de madera de (cachicamo(. Esta variación del significante zoológico es tanto más interesante
El ¡cachicamo( (Calophyllum callaba) es una gutífera o c1usiácea .de .trcnco cuanto que el delfín mismo oscila entre la función de seductor y una
corpulento (como las bombáceas) y cuya madera tiene fama de ímputrescible. En función diametralmente opuesta que asume a la par con Ia nutria. Un
las versiones Wilbert, Haburi ensaya también la madera de peramancil1a, warrau
célebre mito baré (arawak del río Negro) acerca de la gesta del héroe
¡ahorí¡, ¡ohoro( (Roth 2, p. 82), Symphonia sp., Moronobea sp., igualmente una
gutífera cuya resina, recolectada en enormes cantidades y a menudo mezclada con Poronominaré (M 2 4 7) relata en un episodio cómo el delfín redujo a
cera de abejas, servía, entre otras cosas, para calafatear piraguas. proporciones más modestas el pene del héroe, desmesuradamente hincha-
166 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1,2,3 167

do por las picaduras de las alimañas que habían elegido por domicilio la deja las patas de los cangrejos. En cuanto a la nutria de los mares árti-
vagina de una seductora vieja (Amorim, pp. 135-138). Ahora, de acuerdo cos, se caracteriza por muy grande sensibilidad olfativa e intolerancia a
c~n. ,un mito mundurucú (M2 4 8) son las nutrias las que cumplen igual cualquier ensuciamiento, aun leve, que comprometiera las calidades de
rmsron en el caso de un indio al que una rana le había alargado el pene aislante térmico de su pelaje (Kenyon).
durante el coito (Murphy 1, p. 127). Según su voz, que el mito trascribe Tal vez haya que buscar por este camino el origen de la susceptibilidad
fonéticamente, esta rana podría ser un cunauarú. Otro mito mundurucú a los olores que los indios de las dos Américas conceden a las nutrias.
(M 2 s 5) que analizaremos más adelante (p. 169) relata que el sol y la luna, Pero aun si los progresos de la etología animal reforzasen esta interpreta-
en el papel de amos de los peces, hicieron retornar a la etapa infantil a ción, no sería menos cierto que, en el plano de los mitos, la conexión
un hombre cuyo pene seguía fláccido a pesar de todas las estímulaciones negativa, empíricamente atestiguada entre las nutrias y la suciedad, es
(Murphy 1, pp. 83-85; Kruse 3, pp. 1000-1002). tomada por su cuenta por una combinatoria que opera de manera sobe-
Todo ocurre como si M 2 4 1 se limitase a consolidar estos dos relatos rana y usa el derecho de conmutar de otra forma los términos de un
dándoles una expresión metafórica: para que sea antes su amante la sistema de oposiciones, de las que la experiencia verifica un solo estado
rana acelera mágicamente el crecimiento del crío Haburi, o sea que le entre otros que el pensamiento mítico se arroga el privilegio de crear.
alarga el pene. Tocará luego a las nutrias "infantilizar" al héroe resti- Un mito tacana (M 2 4 9) cuenta que la nutria, ama de los peces, favore-
tuyéndole su infancia olvidada y conduciéndolo a sentimientos más filia- ció a pescadores desafortunados revelándoles la existencia de una piedra
les. Mas las nutrias son también amas del pescado: estos animales, dice mágica metida en sus excrementos, muy hediondos. Para hacer buena
Schomburgk (dtado por Roth 2, p. 190), "tienen la costumbre de ir al pesca, los indios deberían lamer aquella piedra y frotársela por todo el
agua y llevar peces y peces al lugar donde habitualmente comen. No se cuerpo [Hissink-Hahn, pp- 210-211). A los hombres que no deben
ponen a comer hasta no tener la cantidad que juzgan suficiente. Los asquearse con los fétidos excrementos de la nutria se opone, en la mito-
indios aprovechan tal situación: se ponen a acechar cerca de un lugar de logía tacana, el pueblo subterráneo de los enanos sin ano que jamás
pesca, esperan con paciencia y se apoderan del botín cuando la nutria defecan (se nutren exclusivamente de líquidos y sobre todo de agua) y
retoma al río." Por consiguiente, defecar en semejante sitio, como Habu- que sienten prodigiosa repulsión ante su primer visitante humano cuando
ri , no es sólo revelarse mal pescador. Es asimismo desahogarse simbólica- le ven hacer sus necesidades (M 2 5 o; Hissink-Hahn, pp- 353-354). Estos
mente en la "marmita" de los animales: o sea un acto que entre los enanos sin ano son un pueblo de armadillos que viven bajo tierra, como
Siawana o con su "tía" (M 2 4 3 , M 2 4 4 ) realiza el héroe realmente. las nutrias viven debajo del agua. En otras partes las nutrias son objeto
Sobre todo, la técnica de pesca descrita por Schomburgk y comentada de creencias similares. Otrora, cuentan los Trumai (M 2 5 1 ) , las nutrias
por Wilbert (2, p. 124) no carece acaso de relación con el modo como eran animales sin ano, que excretaban por la boca [Murphy-Quain, p.
Ahlbrinck (art. "aware-puya"] explica el nombre kalina de la nutria: "la 74). Este mito del Xingu remite a uno de los mitos bororo sobre el
nutria es el animal doméstico del Espíritu del agua, lo que es el perro origen del tabaco (por segunda vez en el curso del análisis del mismo
para los hombres la nutria lo es para el Espíritu". Pues si, conjugando mito se perfila, pues, en nuestro horizonte el problema del origen del
todas estas indicaciones, pudiera admitirse que los indios de la Guayana tabaco): los hombres que no exhalaban el humo del tabaco (personajes
ven en la nutria una especie de "perro de pesca", sería extraordinaria- tapados por arriba y ya no por abajo) fueron transformados en nutrias
mente instructivo que un mito ojibwa de América del Norte, donde (M 2 7, CC, p. lOS), animales que tienen ojos diminutos, precisa el mito,
reaparece casi al pie de la letra la historia de Haburi y que discutiremos por consiguiente igualmente tapados y privados de abertura hacia el
en el siguiente volumen, atribuya el mismo papel infantilizador al perro. exterior.
De todo lo que antecede resulta que, no obstante la diversidad de las Reuniendo ahora todas estas, indicaciones, podemos discernir los con-
especies en cuestión, ciertas creencias relativas a las nutrias persisten en tornos de una sistemática en la que las nutrias tendrían un lugar especial
las regiones más apartadas del Nuevo Mundo, de Alaska y la Colombia en la serie mítica de los personajes agujereados o tapados por arriba o
Británica a la costa atlántica de América septentrional y, hacia el sur, por abajo, por delante o por detrás, y cuya imperfección positiva o
hasta la región guayanesa, pasando por México. Adaptadas cada vez a negativa afecta ora al ano o la vagina, ora a la boca, los ojos, las narices
especies locales, si no es que incluso a géneros, estas creencias deben de o las orejas. Tal vez por haber estado tapadas y desconocer las funciones
ser muy antiguas. Pero puede ser que observaciones empíricas les hayan de excreción sienten hoy horror por los excrementos humanos las nu-
dado aquí y allá nueva vitalidad. Trátese de nutrias marinas o terrestres trias de M 2 4 1 . Pero, de tapada, la nutria se convierte en agujereada en
es chocante que no sólo los mitos sino también los naturalistas reconoz- un mito waiwai (M 2 52) donde los gemelos, todavía solos en el mundo,
can a estos animales hábitos de extrema delicadeza. De la gran nutria deciden copular con una nutria per aculas. El animal indignado protesta
sudamericana (Pteroneura brasiliensis) observa Ihering (art. "ariranha"] diciendo que no es una mujer, y ordena a los dos hermanos pescar muje-
que le repugna comerse la cabeza y las espinas de los peces más grandes, res (congruas con peces, pues) que tienen entonces vaginas dentadas de
y existe un mito de la Guayana (M 3 4 6 ) que explica por qué la nutria que habrá que despojarlas para que no sean impenetrables (Fock, p. 42;
168 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 169

cf. Derbyshire, pp. 73-74), o sea, dicho de otro modo, imposibles de restablecen la situación y llegan aún más lejos cuando hacen remontar a
abrir. Tapada por abajo entre los Trumai, por arriba entre los Bororo, la conciencia del héroe su más temprana infancia, en el curso de lo que
agujereada por arriba entre los Waiwai merced a una transformación pudiera considerarse como la primera curación psicoanal ítica de la his-
más. cuarta, la nutria se hace agujereadora entre los Yabarana, y por toria.... s
abajo: "Nuestros informadores recordaban que la nutria era responsable de Ahora bien, este mito mundurucú al que sólo hemos aludido breve-
la menstruación, mas no podían dar explicación" (M2 5 3 ; Wilbert 8, p. mente es explícito en grado notable acerca de todos estos puntos:
145):
M 2 S s. Mundurucú: origen de los soles del estío y del
Trumaí gororo Waiwai Yabarana invierno.
tapado/agujereado....... + + Un indio llamado Karuetaruyben era tan feo que su mujer recha-
agente/paciente......... + zaba sus insinuaciones y lo engañaba. Un día, después de una
arriba/abajo............ + + pesca colectiva "con veneno", quedó solo al borde del agua para
delante/detrás.......... + + + reflexionar con tristeza sobre su suerte. Llegaron el Sol y su esposa
la LUna. Eran pelud ísirnos, sus voces se parecían a la del tapir, y el
indio solitario vio cómo echaban al río las cabezas y espinas de los
peces, que resucitaban en el acto.
Es indudable que una búsqueda metódica por la mitología sudameri- Las dos divinidades rogaron a Karuetaruyben que les contase su
cana proporcionaría otras combinaciones o, en combinaciones idénticas, historia. Por ver si decía verdad, el Sol ordenó a su mujer que lo
permitiría definir diferentemente lo "alto" y lo "bajo", el "detrás" y el sedujera; K. no sólo era feo sino impotente, y su pene permaneció
"delante" (ef. CC, p. 139). Por ejemplo, un mito yupa (M254a) trata de desesperantemente blando... Entonces el Sol transformó mágica-
una nutria que adopta un pescador y que 10 abastece de grandes peces. mente a K. en embrión que puso en la matriz de su mujer. Tres
Pero se niega a pescar para las mujeres. Herida en la cabeza por su padre días después dio a luz a un muchacho que el Sol hizo crecer y al
que otorgó gran belleza. Terminada la operación, le regaló un cesto
adoptivo, sangra copiosamente. Para vengarse, abandona a los hombres y
lleno de peces y le dijo que retornase al pueblo y se casara con
se lleva todos los peces (Wilbert 7, pp- 880-881). Según un mito catio otra rmter, abandonando a la que lo había burlado.
(M2 54b), un miocastor (?) agujerea a un hombre y lo fecunda (Roche- El héroe tenía un cuñado, de buena apariencia, que se llamaba
reau, pp. 100-101). De momento nos bastará haber planteado el pro- Uakuranpé. Quedó asombrado ante la transformación del marido
blema y pasaremos en seguida a otro, del cual sólo esbozaremos los de su hermana y no paró hasta averiguar el secreto, para imitarlo.
contornos. Pero cuando la Luna se puso a seducirlo, tuvo con ella relaciones
Si los informadores yabarana recuerdan vagamente que sus mitos esta- normales. Para castigarlo, el Sollo hizo renacer feo y jorobado [o,
blecían una relación de causa y efecto entre la nutria y la regla feme- según otra versión, lo tornó feo tirándole de la nariz, las orejas "y
nina, han guardado de manera precisa el recuerdo de un relato en que otras partes del cuerpo"]. Y lo despachó con su mujer sin darle
un hermano incestuoso, posteriormente cambiado en luna, es responsable pescado. Según las versiones, la mujer tuvo que conformarse con
aquel feo marido, o no quiso saber más de él. -Fue tu culpa
de la aparición de esta función fisiológica (M2 5 3; Wilbert 8, p. 156).
-tocaba Karuetaruyben en la flau ta->, has tenido demasiada curio-
Podrfa no verse aquí más que una contradicción entre dos tradiciones, sidad por la vagina de tu madre...
una local, la otra muy difundida en las dos Américas, si no existieran Los dos héroes se convirtieron, respectivamente, en el sol res-
numerosas pruebas de que el pensamiento indígena conmuta gustoso la plandeciente de la estación seca y el sol opaco y moroso de la
luna y las nutrias en la misma posición. Ya hemos cotejado (p. 166) el estación de las lluvias (Kruse 3, pp- 1000-1002; Murphy 1, pp.
episodio de las nutrias del mito de Haburi y varios mitos mundurucú en 83-86)_
los cuales es conveniente detenerse ahora. En M 248 un cazador se deja
seducir por una rana cunauarú metamorfoseada en bella joven pero que, Este mito, del cual nos hemos quedado con los aspectos que interesan
en el momento del orgasmo, recupera su forma de batracio y estira el directamente a nuestro análisis (volveremos a los demás en otra parte),
pene de su amante, que conserva apretado en la vagina. Cuando por fin pide varias observaciones. En primer lugar, el sol y la luna aparecen
suelta al desventurado, éste implora a las nutrias que, con el pretexto de como amos peludos de la pesca, congruos con las nutrias desde este
cuidarlo, lo afligen con una incomodidad inversa: le reducen el pene a punto de vista, y respetuosos como ellas de las cabezas y espinas de
dimensiones ridículas. Como hemos mostrado, esta historia expresa pescado, que las nutrias cuidan de no comer y que el sol y la luna hacen
propiamente lo que M24 1 relata dándole un sentido figurado: por una s Sin olvidar, en el otro extremo del Nuevo Mundo, el papel didáctico de la
parte, la vieja rana dota a Haburi de un órgano y de apetitos fuera de nutria cuando la iniciación chamánica, ilustrada por la unión de las lenguas del
proporción con respecto a su verdadera edad; por otro lado, las nutrias hombre y del animal representada en abundantes sonajas haida.
170 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 171

revivir. En segundo lugar, no reconocen al héroe por el hedor de sus Un mito de Bolivia oriental, conocido con diversas variantes, participa
excrementos, como a Haburi, sino gracias a otro inconveniente psicoló- manifiestamente del mismo grupo:
gico: su impotencia atestiguada por un pene que sigue pequeño y blando
a pesar de todas las solicitaciones. En relación con M 2 4 1 observamos
M 2 S 6· Tacana: el amante de la luna.
aquí, pues, una doble modificación del código orgánico: en la categoría
anatómica de lo bajo, lo anterior reemplaza a lo posterior, y las funcio- La plantación de ~!godón de una mujer era saqueada cada noche.
nes de reproducción suplantan a las de eliminación; por otra parte, y El mando sorprendió a las ladronas: eran dos hermanas celestes la
comparando esta vez M 2 5 5 y M 2 4 8 , se nota una inversión doble y luna y la estrella de la mañana. '
notable. En Mz 4 8 un pene demasiado alargado por la rana era transfor- El homb~e se prendó de la prime.ra, que era muy linda, pero que
mado por las nutrias en pene demasiado acortado, en tanto que, en lo despacho, aconsejándole que mejor se interesase por su hermana
M 2 5 5, un pene que sigue corto en presencia de una pretendida amante Al fin cedió, no sin recomendaele al hombre, antes de que se'
acostara con ella, que trenzara un gran cuévano. Durante el coito,
pronto mudada en madre (en contraste con la rana de M 2 4 1 , pretendida el pene. del .hombre se alargó enormemente. Quedó tan grande que
madre pronto tornada en amante) será razonablemente alargado por el el propretano tuvo que meterlo en el cuévano donde el miembro
sol, a diferencia de lo que ocurrirá con el segundo héroe del mito, cuyo se enroscó como una serpiente, y hasta rebosaba.
pene, razonablemente largo al principio, lo será demasiado al final (al Con semejante carga, el hombre tornó al pueblo y contó lo que
menos esto es lo que permite suponer el texto de la versión Kruse citado le había pasado. Por la noche salió su pene del cuévano y se puso
más arriba)." Las consideraciones precedentes serán más manifiestas en a vagabundear ~n pos de muj~res.' con las ~ue copulaba. Todo el
el cuadro anexo. mundo se asusto. mucho y un indio, cuya hija habla sido agredida,
se puso de guardia. Cuando vio que el pene entraba en su choza le
cort?, la punta, .que se volvió, serpiente. El hombre del largo p~ne
muna y la serpren te se vo.lvio madre de los termes que hoy día se
(rana) oy~n Silbar. En otras versiones, ~I pene es cortado por su propie-
pene , pene tarro, por la luna o por las mujeres atacadas (Hissink-Hahn pp
SENTIDO FIGURADO; M 2 4 J . !M,o , corto 81-83). • -
(nutrias)

(nutrias) Ex~ste así una relación de correlación y de oposrcron entre el par


(rana)
pene , pene
demasiado
~ut:za/rana y otros pares homólogos: sol/luna, sol de estíoisol de
demasiado corto mVterno (en M 2 s s, donde la luna es por lo demás esposa del segundo)
largo estrella de la mañana/luna (en M 2 56), etc. '
SENTIDO (Sol) (Luna)
PROPIO : pene <- pene Observemos ahora la cuestión desde un nuevo punto de vista. Se recor-
largo .
corto da:á que, en M 2 4 1.' el héroe prepara su fuga inventando la piragua. Las
M 2 S S .•. prm~eras embarc,aclOnes q~e fabrica se las roban los patos, que en aque-
(Sol) lla epoca todavia no sab ian nadar, y que adquirirán precisamente este
pene (LuTUl)
arte utilizando -incorporándose, pudiéramos decir- las piraguas hechas
demasiado
Ia",o ¡-largO
pene
P?r Haburi. Ahora bien, se conocen en el Chaco mitos cuyos protago-
msta.s son por una parte los patos, por otra el sol y la luna, y que
contienen asimismo el motivo del personaje desenmascarado por el hedor
La homogeneidad del grupo está igualmente atestiguada por los nom- de sus excrementos, o sea, con tres aspectos diferentes, mitos que repro-
bres del héroe de M 2 s s . Karuetaruyben significa "el guacamayo macho ducen el conjunto guayano-amazónico que acabamos de examinar:
rojo de ojos sanguinolentos", pero el héroe se llama también Bekit-tare-
bé, "el hijo macho que crece de prisa" (Kruse 3, p. 1001) en virtud de su M 2 S 7, Matako: origen de las manchas de la luna.
crecimiento mágicamente inducido, que establece un nexo suplementario
con Haburi. El Sol cazaba patos; Transformado él mismo en pato, provisto de
una red, se zambull ia en la laguna y sumergía a las aves. Cuanta
vez capturaba una, la mataba sin que los demás patos se dieran
6 Sería interesante averiguar si el mito mundurucú no permitiría aclarar la cuenta. Cuando acabó, distribuyó sus patos entre todos los del
oposición manifiesta, en el panteón figurado de los antiguos mayas, entre el joven pueblo y dio un viejo volátil a su amigo Luna. Disgustado, éste
y bello dios solar y el viejo y feo dios de larga nariz. decidió cazar por su cuenta empleando la misma técnica que Sol.
172 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1,2,3 173

Pero entre tanto los patos se habían vuelto desconfiados. Hicieron Si esta hipótesis es exacta, resulta que Haburi, héroe de MZ41' recorre
sus necesidades y obligaron a Luna, disfrazado de pato, a que los un ciclo inverso al de una niña del nacimiento a la pubertad. Patológica-
imitara. A diferencia de los excrementos de los patos, los de Luna mente adulto, las nutrias lo devolverán a la normalidad de su infancia,
eran muy apestosos. Los pájaros reconocieron a Luna y lo ataca- en tanto que una chiquilla debe a la intervención de la luna el alcanzar
ron en masa. Le arañaron y le desollaron el cuerpo, de suerte que una madurez normal, pero señalada por la llegada de la regla, que
la víctima quedó casi destripada. Las manchas de la Luna son las intrínsecamente posee carácter patológico, ya que el pensamiento índi-
cicatrices azules que las uñas de los patos le dejaron en el estó- gena considera que la sangre menstrual es una suciedad y un veneno.
mago (Métraux 3, pp. 14-15,)
Este recorrido regresivo del mito confirma un carácter que desde el
principio hemos reconocido a todos los que participan del mismo grupo,
y que ahora vamos a verificar de otra manera.
Métraux (5, pp. 141.143) cita dos variantes de este mito, una de las En efecto, aún no nos hemos ocupado de los patos. Estos pájaros
cuales, chamacoco, reemplaza los patos por "avestruces" (Rhea); la otra, ocupan un lugar particularmente importante en los mitos de América del
de procedencia toba, pone el zorro engañador en lugar de la luna. A
pesar de sus diferencias, todos estos mitos forman un grupo cuya arma- niño pequeño es parte integrante de su persona (L.-S. 9, pp. 262,263, nota):
dura puede ser definida sin traicionar su complejidad. Algunos mitos
explican el origen de las manchas de la luna o de la luna misma: cuerpo ADULTO
celeste que, sobre todo con aspecto masculino, la filosofía de los indios
partes no partes partes no
de América hace responsable de la menstruación. Los otros mitos con- asimilables asimiladas asimiladas
ciernen también a un proceso fisiológico, consistente en el alargamiento
o el acortamiento del pene estirado en sentido propio O figurado, y NINO
parecidamente asociado a la luna, tomada esta vez con aspecto feme-
Ciertas indicaciones sugieren que los indios sudamericanos conciben una oposi-
nino. ción del mismo tipo, pero que la trasladan del niño al que se está muriendo, el
Por tanto, siempre se trata de un acontecimiento definible por referen- cual, en relación con el adulto en el vigor de la edad, es simétrico con el "nacien-
cia a la madurez fisiológica, que interesa ora al sexo femenino, ora al te". Los Sirionu de Bolivia recogen en un cesto los vómitos y los excrementos de
masculino, y que los mitos describen, en este último caso, al derecho o los enfermos graves mientras dura la agonía. Cuando entierran al muerto, vacían el
al revés. Impotente o dotado de un pene demasiado corto, el hombre contenido del cesto cerca de la tumba (Holmberg, p. 88). Pudiera ser que los
está simbólicamente en la infancia, o bien a ella vuelve. Y cuando se Yamamadí, que viven entre los ríos Purus y Jurua, hayan observado una práctica
aleja de manera excesiva o precipitada, el carácter abusivo de este aparta- inversa, puesto que construían una especie de rampa que iba de la choza al bos-
que: tal vez camino de las almas, pero quizá también ayuda al enfermo para que
miento se manifiesta sea por un pene demasiado largo, sea por excre-
salga a rastras a hacer sus necesidades [Ehrenreich, p. 109).
mentas (demasiado) hediondos. ¿Qué decir, si no que en el hombre las El problema de la semántica de los excrementos debiera ser abordado, para
deyecciones malolientes 7 corresponden al mismo tipo de fenómeno que, América, visto el contraste entre mitos septentrionales sobre un crío prodigioso
en la mujer, la regla ilustra más normalmente? capaz de comerse sus propios excrementos, y las versiones meridionales, donde un
niño no menos prodigioso se nutre de sangre menstrual (catio, en Rochereau, p.
100). Por otra parte, si los excrementos son difícilmente separables del cuerpo del
7 Mucho habría que decir sobre la semántica de los excrementos. En páginas niño, no pasa lo mismo con el ruido: en términos de código acústico, los alaridos
memorables, Williamson (pp. 280-281) puso en claro una oposición presente en el insoportables de una criatura, que son tema de mitos resumidos antes(p.161),
ánimo de los Mafulu de Nueva Guinea, entre los desperdicios de cocina y los excre- equivalen a los excrementos malolientes en el plano del código acústico. Son pues
mentos. Los polos de esta oposición se invierten según la persona en cuestión sea mutuamente sustituibles en virtud de la congruencia fundamental de escándalo y
un adulto o un niño muy pequeño. A los adultos les tienen sin cuidado sus excre- hedor, ya demostrada en Lo crudo y lo cocido y a la que tendremos más ocasiones
mentos, pero los desperdicios de su cocina, impropios para el consumo, deben ser de recurrir.
conservados con cuidado, de miedo de que vaya a apoderarse de ellos algún brujo, Esta confrontación ofrece una indicación suplementaria sobre la posición semán-
y luego echados al agua para asegurar su inocuidad. Si se trata de niños pequeños, tica de la nutria: porque un falso adulto elimina excrementos hediondos, la nutria
es al revés: no se presta atención a los desperdicios incomibles de la cocina que se lo manda con su madre; porque un niño "falso" (llora sin motivo) emite alaridos
les destina, pero se tiene cuidado de recoger sus excrementos y ponerlos en lugar estridentes, la rana, la zarigüeya o la zorra lo apartan de su madre. Sabemos ya por
seguro. Observaciones más recientes han dado a conocer las construcciones especia- M241 que la nutria y la rana estaban en oposición diametral, y la precedente
les en que los indígenas de las montañas de Nueva Guinea conservan los excremen- observación permite generalizar esta relación. Para llevar más adelante el análisis
tos de los críos (Aufenanger). Así que todo es como si, más acá y más allá del convendría comparar la nutria con otros animales (pájaros las más veces) que,
alimento asimilable, los residuos fuesen parte integrante del consumidor, pero ante tanto en América del Sur como en América del Norte, revelan su orig-en verdadero
o post factum, según la edad. Retornamos así a nuestra interpretaCión de ciertas a un niño transportado lejos de los suyos y criado por seres sobrenaturales que
costumbres de los Penan de Borneo, que parecen considerar que el alimento de un pretenden ser sus padres.
174 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 1, 2, 3 175

Norte y, para trabajar como es debido, habría que construir su sistema indios por Haburi, ya que son las artes de los blancos." El cotejo de
apoyándose en la mitología de los dos hemisferios. Tal empresa sería estos mitos muestra pues que no es fortuitamente y por capricho del
prematura a estas alturas, y nos conformaremos, en el solo contexto narrador por lo que en los dos primeros los patos hacen papel de pira-
sudamericano, con presentar dos órdenes de consideraciones. guas que han degenerado en animales." De paso comprendemos por qué,
En primer lugar, M 2 4 1 hace de un héroe protegido por una rana el en un mito acerca de cuyo curso regresivo hemos insistido a menudo,
ordenador involuntario de un sector del reino animal. Cada tipo de e! papel del héroe en tanto que ordenador de la creación se halla restrin-
piragua que inventa se lo roban patos de una especie determinada que gido a un dominio limitado: aquel donde, según las ideas indígenas, esta
adquieren, apropiándosela, la aptitud de nadar, así como sus caracteres creación adquiere precisamente la forma de una regresión. Que tal regre-
distintivos. Por aquí se encuentra un vínculo de parentesco directo entre sión ocurra de la cultura hacia la naturaleza, es cosa que plantea un
M 2 4.1 Y M 2 38, donde otro cazador, protegido asimismo por una rana, se problema, cuya solución aplazaremos por ahora, a fin de acabar con los
tornaba autor involuntario de la organización del reino animal, tomado patos.
esta vez en su totalidad. Del conjunto de los animales en M 2 3 8 , jerarqui- En efecto, si los patos son congruos con las piraguas desde el punto de
zados por tamaños y por familias, se pasa en M 2 4 1 a una familia animal vista de la cultura, en el orden de la naturaleza mantienen un nexo de
particular, diversificada en especies. De un mito a otro, por consiguiente, correlación y de oposición con los peces. Éstos nadan debajo del agua,
la ambición taxonómica se empobrece y desmorona. Falta ver por qué y mientras que los mitos que estamos discutiendo explican por qué los
cómo. patos, en su calidad de ex piraguas, nadan sobre el agua. Pescadores de
La organización zoológica y natural que provee M 2 38 resulta de una peces en los mitos mundurucú, el sol y la luna son pescadores de patos
carencia cultural: jamás se produciría si el héroe no hubiese sido un en los mitos del Chaco. Pescadores y no cazadores, ya que los mitos se
cazador incapaz. Al contrario, en 1\1 2 4 1 resulta de una conquista cultu- toman la molestia de describir la técnica empleada: los patos son pes-
ral: la del arte de la navegación, cuya invención era precisa para que los cados con red por un personaje que ha adquirido la apariencia de ellos y
patos pudieran incorporarse objetos técnicos --las piraguas-.-, a los que nada entre ellos. Lo que es más: esta pesca es de arriba abajo: los pája-
deben su aspecto actual. Esta concepción implica que los patos no son ros capturados son arrastrados hacia el fondo, cuando que la pesca de
parte del reino animal a título original. Derivados de obras culturales, los peces, y más precisamente la que practican las nutrias, es de abajo
atestiguan, en el propio seno de la naturaleza, una regresión local de la arriba: retirando los peces del agua para depositarlos en la orilla.
cultura. 1\1 2 4 1 describe a Haburi como un cazador de pájaros exclusivamente.
Habrá quien sospeche que violentamos el mito. En todo caso, la misma Es cuando yerra por vez primera al tirarle a uno cuando se agacha y
teoría reaparece en un mito tupí procedente del bajo Amazonas (1\1 3 2 6 a ) suelta los excrementos en el sitio donde comen las nutrias. Esta "anti-
que será resumido y discutido más tarde, y del cual bastará extraer pro- pesca" de peces, productora de excrementos en lugar de alimentos, se
v~~oriamente un motivo: a consecuencia de la violación de una prohibi- realiza pues de arriba abajo, como la pesca de patos, y no de abajo arri-
Clan, las cosas se transformaron en animales: el cesto engendró el jaguar, ba. Ofende a las nutrias, ya que éstas son pescadores de peces.
el pescador y su piragua se volvieron pato: "de la cabeza del pescador Importa, entonces, saber si existe un término que tenga con los peces
nacieron la cabeza y el' pico, de la piragua el cuerpo, y de las pagayas una relación correlativa de la que tienen los patos con las piraguas. Un
las patas" (Couto de Magalháes, p. 233). mito ya recordado (M2 s 2) nos lo proporciona. y precisamente por
Los Karajá cuentan (l\1 3 2 6 b ) que el demiurgo Kanaschiwué dio al pato mediación de la nutria. Cuando los gemelos ignorantes de las mujeres
una piragua de arcilla a cambio del barco metálico de motor que el ave pretendieron satisfacer su apetito sexual en los ojos de la nutria, ésta les
le cedió (Baldus 5, p. :13). En el mito del diluvio de los Vapidiana explicó que no era una mujer, pero que las mujeres estaban en el agua,
(MI 1;;) un pico de pato transformado en piragua permite sobrenadar a donde los héroes culturales deberían pescarlas. Que las primeras mujeres
una familia (Ogilvie, p. 66). fueran peces o que hubiesen decidido convertirse en tales por haber
Además, un mito taulipang (M3 2 6 C ) transforma a un hombre en pato reñido con sus maridos, son temas ilustrados por tan numerosos mitos
después de ser despojado de los instrumentos mágicos que trabajan la que se nos disculpará el inventario. Como los patos son ex piraguas, las
tierra solos (se~f-w()rking agricultural implcmcnts v. Si sus cuñados no mujeres son ex peces. Si los unos constituyen una regresión de la cultura
cargaran con la culpa de la desaparición de estos maravillosos útiles, los hacia la naturaleza, las otras son una progresión de la naturaleza hacia la
hombres no tendrían que penar en los campos (K.-G. 1, pp. 124-128).
El paralelismo con 1\1 2 4 1 es manifiesto: en un caso el héroe hace los
patos y entonces desaparece con las artes de la civilización; en el otro el 8 Sobre la re transformación del motivo de los utensilios agrícolas que trabajan
héroe se vuelve pato al desaparecer las artes de una "supercivilización", solos para su amo en el de la revuelta de los objetos, límite negativo de la misión
término que como veremos califica a la perfección las artes negadas a los ordenadora de la luna, d. ce, p. 294 n. 11.
9 Vuelve a encontrarse la asimilación de los patos a las piraguas en América del
Norte, entre los Iroqueses y los indios del grupo Wabanaki.
VARIACIONES 1,2,3 177
176 EL FESTÍN DE LA RANA

cultura, si bien la distancia entre los dos reinos sigue siendo muy corta madre rechaza (cf. M2 4 5) Y su abuelo alimenta COD ba-suras. Curado por
en los dos casos. una serpiente, obtiene la protección de una rana a cambio de caricias
Se explica así que las nutrias, que se alimentan de peces, tengan con ilusorias y se convierte en cazador milagroso gracias a azagayas que le da
las mujeres relaciones con la impronta de la ambigüedad y el equívoco. la rana, una por cada tipo de alimento, y cuya fuerza hay que mitigar
En un mito bororo (M2 1) las nutrias se hacen cómplices de las mujeres con un ungüento que equivale por tanto a una especie de veneno de
contra los maridos y las abastecen de pescado a condición de que cedan caza invertido. Pese a que el héroe había prohibido que tocaran sus
a sus deseos. A la inversa, un mito yupa ya resumido (M 2 5 4 a) precisa armas mágicas, uno de sus cuñados se apoderó de la azagaya de la miel
que la nutria pescaba para el indio que la había adoptado, pero se nega- (cuya recolección está aquí asimilada a una caza, al contrario del mito
ba a rendir el mismo servicio a las mujeres. Por doquier, entonces. las ofaié M 1 9 Z• que la asimilaba a la agricultura) y con su torpeza provocó
nutrias son hombres, o están de parte del hombre; de donde la indigna- la aparición de un monstruo que exterminó al pueblo entero (Ehren-
ción de la nutria del mito waiwai cuando los dos necíos quieren usarla reich , pp. 84·86). Discutiremos este mito en otro contexto y a propósito
como mujer. Y todavía, lo hacen al revés. de otras versiones (más adelante, p.330).
Hemos visto que inventando la piragua Haburi diferencia las especies
de patos. Ordena así retroactiva y parcialmente la naturaleza. Pero al
mismo tiempo contribuye de modo decisivo a la cultura, y pudiera creer-
se que el carácter regresivo del mito es desmentido por este sesgo. Las
versiones antiguas de Brett ayudan a resolver esta dificultad. En la tras-
cripción de este autor, Haburí lleva el nombre de Abaré, y es presentado
como el "padre de las invenciones". Si no hubiera tenido que huir de su
vieja esposa, los indios habrían disfrutado de otros muchos frutos de su
ingenio, en particular de vestidos tejidos. Una variante señalada por Roth
llega incluso a contar que la hufda del héroe terminó en el país de los
blancos (la isla de Trinidad, dice Mz 4 4)' que así le deben sus artes
(Roth 1, p. 125). Si hubiera que identificar el Haburi o Abaré de los
Warrau con el dios de los antiguos Arawak que llamaban Alubiri o
Hubuíri, tendría que ligarse una significación del mismo orden a la
observación de Schomburgk: que "este personaje no se cuidaba gran
cosa de los hombres" (ibid., p. 120). A excepción de la navegación, sola
arte de civilización que parezcan atribuirse los indígenas, de lo que se
trata es por cierto de la pérdida de la cultura -.o de una cultura superior
a la suya.
Ahora, las versiones de Brett (M 2 5 8)' más pobres en todos los sentidos
que las de Roth y Wilbert, ofrecen el gran interés de ser, en cierto
modo, transversales con respecto al grupo de los mitos guayaneses y al
de los mitos ge cuya heroína es una chica loca por la miel, como en el
Chaco. Abaré estaba casado con una vieja rana, wowtá, que adquiriera la
apariencia femenina para capturarlo cuando era muy niño. Sin cesar lo
despachaba a buscar miel, por la que sentía pasión. Harto, acabó por
quitársela de encima aprisionándola en un árbol hueco, después de lo
cual escapó en una piragua de cera que había fabricado a escondidas. Su
partida privó a los indios de muchas otras invenciones (Brett 1, pp.
394·395; 2, pp. 76-83).
Llegados al término de esta variación excesivamente larga, conviene
señalar que, en sus dos partes sucesivas (ilustradas por M 2 3 7 a M2 3 'íl Y
por M 2 4 1 a M 2 5 8 respectivamente), sostiene una relación de transforma-
ción, que merecería estudio especial, con un importante mito karajá
(M 1 7 7 ) en el que cazadores desafortunados son presa de los monos gua-
ribá, con excepción del hermano pequeño de cuerpo ulcerado, que su
VARIACIONES 4, 5, 6 179

la hermosa Usi-diu (literalmente, en inglés, "seed-tree"). Pero cuan-


do quiere demostrarle su amor. descubre que es imposible: el autor
de sus días, al esculpir a la muchacha, olvidó un detalle esencial
que ahora se confiesa incapaz de añadir. Yar consulta al pájaro
bunía, quien le promete ayudarlo: se deja atrapar y eng~tusar por
la damisela y aprovecha una ocasión favorable para abnrle ~1 OrI-
ficio faltan te, del que habrá en seguida que sacar una serpíente.
Nada se opone en adelante a la dicha de los jóvenes.
El suegro estaba irritadísimo porque su yerno se hubiese permitido
criticar su obra y porque hubiese llamado al pájaro bunia para reto-
carla. Esperó paciente la hora de vengarse. Cuando Jlegó el tiempo de
plantar, destruyó má~camente varias veces SUCe~I!aS la labor ~e. su
Il yerno, pero éste logro cultivar su campo con auxilio de un Esp irttu,
Como terminó asimismo de construir una cabaña para el suegro, pese
a los maleficios del viejo, pudo al fin consagrarse a su hogar y duran-
te largo tiempo vivieron su mujer y él muy felices. .
VARIACIONES 4, 5, 6 Un día Yar decidió salir de viaje hacia el oeste. Como Usi-diu
estaba encinta, le aconsejó que viajara por etapas cortas. Bastaría
con que siguiera sus huellas, cuidando de tomar siempre la dere-
cha; por añadidura, esparcería plumas cuando el rastro tirara a la
izquierda, para evitar la confusión. Todo empezó yendo. bien, per,o
d) CUARTA VARIACIÓN: la mujer quedó perpleja al llegar a un lugar en que el VIento habla
arrastrado las plumas. Entonces echó a hablar el niño que llevaba
[O ~ O] +1' [rana ~ jaguar] en su seno y le indicó el camino; le pidió también que arrancara
flores. Estando agachada, una avispa picó a la joven debajo de la
cintura. Quiso matarla, erró el golpe y se dio ella misma. El ni~o
AHORA ya estamos familiarizados con el personaje y los hábitos de la que llevaba en el vientre creyó que el golpe se 10 propinaba a el.
rana arborícola cunauarú. No obstante, nos falta aprender que, de acuer- Fastidiado, no quiso guiar a su madre, que sé extravío por com-
do con los Tupí del valle del Amazonas, esta rana puede transformarse pleto. Llegó al fin a una gran cabaña habitada sólo por Nanyobo
en jaguar, !yawareté-cunawarú/ (Tastevin 2, arto "cunawarú"). Otras (nombre de una gran rana), que se le presentó con el aspecto de
tribus comparten igual creencia [Surára, en Becher 1, pp. 114-115). Los una mujerona muy vieja. Después de hacer que la viajera se recu-
Oayana de la Guayana llaman al jaguar mítico -azul según los Tupí, perase, la rana le rogó que la despiojara, pero cuidando de no
negro en la Guayana (d. M 2 3 8)~ !Kunawaru-imó/, "Gran Cunauarú" triturar las sabandijas entre los dientes, que eran venenosas. Muerta
(Goeje, p. 48). de fatiga, la joven olvidó la recomendación y procedió como de
costumbre. Cayó sin vida en el acto.
Los mitos permiten realizar en varias etapas el análisis de esta transfor-
mación. La rana abrió el cadáver y no sacó uno sino dos espléndidos
crí os, Makunaima y Pia, que crió tiernamente. Crecieron los
muchachos y empezaron a cazar pájaros, luego peces (con flecha)
M 2 5 9. Warrau: la prometida de madera. y caza mayor. -No olvidéis, sobre todo -les decía la rana-e, poner
a secar el pescado al sol y no al fuego. Los enviaba a buscar leña y
Nahakoboni, cuyo nombre significa "quien mucho come", no cuando volvían el pescado estaba siempre cocido, en su punto. La
tenía hija, y cuando llegó a viejo empezó a preocuparse. Sin hija, verdad es que la rana vomitaba las llamas y las reingurgitaba antes
nada de yerno; dquién lo cuidaría a él, pues?, así que esculpió una del retorno de los hermanos, de suerte que éstos jamás veían fue-
chica en el tronco de un ciruelo; como era muy hábil, la joven fue go. Picado por la curiosidad, uno de los chicos se volvió lagarto y
maravillosamente bella y todos los animales acudieron a hacerle la espió a la vieja. La vio vomitar fuego y extraerse del cuello una
corte. El viejo los iba despidiendo, uno tras otro, pero cuando se sustancia blanca que parecía almidón de Mimusops balata. Asquea-
presentó Yar, el Sol, Nahakoboni pensó que valía la pena probar dos por semejantes prácticas, los hermanos decidieron matar a su
tal yerno.
madre adoptiva. Después de desbrozar un campo, la ataron a un
Le impuso, pues, diversas faenas, cuyos detalles no nos entreten- árbol que habían dejado en medio, alzaron una pira alrededor y l~
drán aquí, fuera de una que invierte la técnica mágica de caza pegaron fuego. Mientras ardía la vieja, el fuego de su cuerpo paso
enseñada por la rana en M 2 38, ya que aqu í el héroe tendrá que a-los haces de la hoguera, que eran de madera !hima-heru! (Gual-
dar en el blanco aunque se le ordene apuntar arriba (cL antes, theria uregon? d. Roth 2, p. 70), de donde se extrae hoy fuego
p.l43). En todo caso, el Sol sale avante y obtiene en matrimonio a por fricción [Roth 1, pp. 130-133).
178
EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 4, 5, 6 181
180

Wilbert da una breve versión de este mito (M2 6 0 ) , reducido al episodio pensamiento indígena entre la miel y el veneno, como la experiencia
de la mujer esculpida, hija de Nahakoboni, cuyo himen se empeñan en certifica. ya que a veces las mieles sudamericanas son venenosas. En el
romper varios pájaros sucesivamente. Algunos fracasan por la dureza de plano propiamente mítico, la naturaleza de la conexión saldrá a relucir
la madera; la tentativa les deja el pico torcido o roto. Otro)o consigue y más tarde.
la sangre de la muchacha llena una marmita, donde acuden varias espe- Conviene asimismo confrontar la versión Wilbert con un mito del
cies de aves. a pringarse de sangre, primero roja, blanca después, luego Chaco ya estudiado (M 1 7 S : CC, pp. 300-303) que sigue un curso nota-
negra. Así adquieren sus plumajes distintivos. El "pájaro feo" fue el últi- blemente paralelo, ya que, en este mito, los pájaros adquieren sus pluma-
mo en llegar. de ahí que tenga negras las plumas (Wilbert 9, pp. jes distintivos por haber destapado el cuerpo del engañador, del cual
130-131). brota la sangre con la inmundicia. Como en la versión Wilbert, esta
Algunas observaciones sobre esta variante. El motivo de la prometida inmundicia ennegrece las plumas de un pájaro feo, en este caso el cuer-
esculpida en un tronco de árbol reaparece en regiones muy alejadas del vo.
continente: desde Alaska, entre los Tlingit (M2 61, la mujer es muda: Este paralelismo sería incomprensible si no reflejase una homología
tapada por arriba y no por debajo; cf. Swanton 2,VP. 181-182), 1 hasta entre el engañador toba o el zorro matako y la novia de madera del
Bolivia, donde es objeto de un mito tacana (M 2 6 z) que concluye de mito guayanés. Y no hay modo de imaginarse cómo introducir esta
manera dramática: la muñeca animada por el diablo arrastra a su marido homología, de no ser por mediación de la chica loca por la mie1acerca
humano al más allá (Hissink-Hahn, p. 515). Aun eritre los Warrau volve- de la cual hemos sugerido varias veces (hasta que lo demostremos defini-
mos a encontrarla (M2 6 3a, b) en la historia de un joven célibe que escul- tivamente) que es por su parte homóloga del zorro o el engañador. Es
pe una mujer en un tronco de palmera Mauritia. Lo abastece de alimen- preciso pues que la prometida de madera sea una transformación de la
to que él pretende ser basura, pero sus compañeros lo descubren y des- chica loca por la miel. De momento vale más introducir otras variantes
truyen la estatua a hachazos (Wilbert 9, pp. 127-129). La especie vegetal del mito de -la Guayana. sin las cuales resultaría difícil abordar los pro-
mencionada en estos últimos mitos remite evidentemente al "marido de blemas hondos.
madera" que figura al principio de M 2 41, instaurando así un nexo inicial
Con los otros mitos del grupo. M 2 6 4 • Caribe: la rana, madre del jaguar.
Por 10 demás, aparece una analogía, al menos en el plano semántico,
Había una vez una mujer, encinta de los gemelos Pia y Maku-
entre el "pájaro feo" de M 2 6 O Y el bunia de M 2 S 9, designado de ordina- naima. Aun antes de nacer, éstos quisieron visitar a su padre, el
rio con el nombre de "pájaro hediondo" (Opistho comus, Ostinops sp., Sol, y rogaron a la madre seguir el camino que llevaba al oeste. Se
Roth 1, pp. 131 Y 371). La posición de esta ave en los mitos ya la encargarían de guiarla. pero también haría falta que ella les cogiese
hemos discutido (CC, pp. 186. 205, 267 n. 9L y no volveremos a
M187,
flores bonitas. Tal hacia, pues, la mujer aquí y allá. Un obstáculo
ello. En compensación, se advertirá cómo M2 6 O desenvuelve el motivo le hizo dar un traspiés. cayó y se hizo daño; reprendió a sus hijos.
del pájaro introducido por M 2 S 9, hasta el punto de que la versión Wil- Molestos, se negaron a indicarle el camino, la mujer se perdió y
bert se presenta como mito sobre la diferenciación de los pájaros según llegó, exhausta. a la cabaña de Kono(bo)-aru, la rana que anuncia
la especie, ampliando así el episodio de M 2 4 1 consagrado a la diferen- la lluvia, cuyo hijo jaguar era temido por su crueldad.
La rana se compadeció de la mujer y la escondió en una jarra
ciación de los patos. Por último, la versión Wilbert se liga a un grupo de
para cerveza. Mas el jaguar olfateó carne humana, descubrió a la
mitos sobre el origen del color de los pájaros (sobre todo MI 72, donde mujer y la mató. Al despedazar el cadáver encontró a los gemelos
el último pájaro en acudir, que es el cormorán, también se vuelve negro). y los confió a su madre. Envueltos primero en algodón, los niños
de los que en Lo crudo y lo cocido demostramos que por transforma- crecieron prestamente y en un mes alcanzaron la edad adulta.
ción podían engendrarse mitos sobre el origen del veneno de cazar O de Entonces la rana les dio arcos y flechas y les dijo que fueran a
pescar. Otra vez hallamos aquí la misma armadura, mas engendrada por matar al pájaro /powis/ (Crax sp.) que era -les explicó- culpable
una serie de transformacíones en cuyo punto de partida hay mitos acer- de la muerte de su madre. Así que los chicos hicieron una matanza
ca del origen de la miel. Resulta que debe existir una homología en el de /powis/; para salvar la vida, el último pájaro les reveló la ver-
dad. Furiosos. los hermanos se hicieron armas más eficaces, con las
que dieron muerte al jaguar y a su madre la rana.
1 No citarnos los Tlingit más que como ejemplo. Por razones que acabarán de
quedar claras en el cuarto volumen de esta serie (si es que llega a escribirse), desea- Se pusieron en marcha y llegaron a un bosquecillo de "cotton-
mas desde ahora llamar la atención hacia las afinidades particulares que ofrecen los
trees" (sin duda bombáceas), en cuyo centro había una cabaña
donde residía una vieja que era en realidad una rana. Se estable-
mitos de América tropical con los de la costa pacífica de América del Norte. Pero
cieron al lado. Todos los días iban de caza y cuando volvían
de hecho el motivo de la estatua o imagen que se anima tiene en América del
encontraban mandioca cocida. No obstante, no se veía plantación
Norte una distribución esporádica que va desde los esquimales del Estrecho de
Bering hasta 108 Micmac y los Iroqueses y, pasando por las llanuras, se extiende ninguna en los alrededores. Los hermanos espiaron a la vieja,
entonces, y descubrieron que extraía el almidón de una placa
al sur hasta los Pueblo.
182 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 4, 5, 6 183

blanca que tenía entre los hombros. Rechazando todo alimento, otra función), y la mujer golosa de miel, que no respeta la decencia ante
los hermanos invitaron a la rana a tenderse en un lecho de algo- un alimento también seductor. Analizaremos este nexo complejo con
dón, al cual prendieron fuego. La rana sufrió graves quemaduras; mayor detalle, pero para retenerlo provisionalmente como hipótesis de
de ahí que hoy en día luzca una apariencia plegada y rugosa. trabajo es preciso al menos presentir que las cuatro etapas de la disyun-
Pía y Makunaima reanudaron su camino en busca de su padre. ción de los héroes culturales -separados de un tapir hembra después de
Pasaron tres días con una hembra de tapir que veían ausentarse y haberse separado sucesivamente de dos ranas y luego de haber sido sepa-
retornar gorda y lustrosa. La siguieron hasta un cirnelo que sacu-
rados de su madre- se explican, a fin de cuentas, porque estos tres
dieron muy fuerte, para que cayeran todas las ciruelas, verdes y
maduras. Furiosa de que le estropeasen el alimento, la bestia les animales y la mujer misma se reducen a otras tantas variantes combina-
dio una paliza y se fue. Los hermanos la persiguieron una jornada torias del personaje de la chica loca por la miel. Ya habíamos llegado a
entera. La alcanzaron al fin y llegaron a un acuerdo táctico: Maku- esta hipótesis por lo que toca a la prometida de madera y no nos atreve-
naima le cortaría el camino al tapir y le dispararía una flecha-ar- remos a olvidar que, en M 2 s 9, la madre de los dióscuros fue primero
pón cuando se echara atrás por el camino. Pero Makunaima se novia de madera.
enganchó con la cuerda, que le cortó una pierna. En las noches
claras aún se les puede ver: el tapir son las Híades, Makunaima las
M 2 66. Macushí: la prometida de madera.
Pléyades, y más abajo el cinturón de Orión representa la pierna
cortada (Roth 1, pp. 133'135). Furioso de que se entrometieran en sus estanques de pesca, el
Sol confió al lagarto la vigilancia, y luego al caimán. Este último
La significación de la codificación astronómica será discutida más tar- era el ladrón, así que siguió y con más ganas. Por fin, el Sol lo
de. Para vincular de inmediato este mito al grupo de la chica loca por la encontró con las manos en la masa y le dio de tajo" en el lomo,
miel, citaremos una variante vapidiana sobre el origen de Orión y de las formándole así las escamas. A cambio de la vida, el caimán pro-
Pléyades: metió su hija al Sol. Lo malo era que no tenía hija y tuvo que
esculpir una en el tronco de un ciruelo silvestre. Dejando al Sol el
cuidado de animarla, si le placía, el saurio fue a .esconderse en el
M 2 6 S • Vapidiana: la chica loca por la miel. agua y a esperar los acontecimientos. En ésas sigue desde entonces.
La mujer estaba incompleta, pero un pájaro carpintero que iba
Un día, la mujer de Bauukúre le cortó una pierna. Subió al cielo buscando comida le perforó vagina. Abandonada por su marido el
y allí se tornó en Orión y el cinturón. Para vengarlo, el hermano Sol, la mujer partió a buscarlo. La historia continúa como en
aprisionó a la esposa criminal en un árbol hueco y entonces subió M264, sólo que, después de la muerte del jaguar, Pia le saca de las
a su vez al cielo, donde se convirtió en las Pléyades. En cuanto a entrañas los restos del cuerpo de su madre y la resucita. La mujer
la mujer, fue mudada en serpiente-comedora-de-miel (Wirth 1, p. y sus dos hijos se refugian en casa de una rana que se saca fuego
260). del cuerpo y amonesta a Makunaima cuando lo ve devorar brasas,
que le gustaban mucho. Makunaima decide entonces irse. Abre un
Pese a la brevedad de esta verston, se advierte que cae en la intersec- canal, que se llena de agua, inventa la primera piragua y se embar-
ción de varios mitos: el de Haburi primero, ya que puede suponerse que, ca con los suyos. Los dos hermanos aprenden de la grulla el arte
igual que la vieja rana, la heroína está llena de ideas lúbricas (que la de hacer fuego por percusión y realizan otros prodigios. Son ellos,
incitan a desembarazarse de su marido). Y también está loca por la miel, en especial, quienes provocan la aparición de las cascadas amonto-
que si no ella no aceptaría meterse en un árbol hueco y no se transfor- nando rocas en los ríos para retener los peces. Así se tornaron
pescadores más hábiles yue la grulla, lo cual fue motivo de no
maría en un animal loco por la miel. Los dos mitos, por lo demás,
pocas querellas entre Pia por una parte, la grulla y Makunaima por
concluyen con la disyunción del héroe: horizontal en M 24 1, vertical en otra. Acaban por separarse y la grulla se lleva a Makunaima a la
M2 4 3 (pero de arriba abajo) y vertical también en M 26 S (esta vez de Guayana española.
abajo arriba). Más directamente aún, el motivo de la mujer loca por la Así, Pia y su madre vivieron solos, viajando, recolectando frutos
miel remite a la versión Brett del mito de Abaré, padre de las invencio- silvestres y pescando, hasta el día en que la madre fatigada se reti-
nes (M 2 s 8), que ofrece una especie de sumario que lleva a los mitos ge. ró a la cima del Roraima. Entonces Pia renunció a la caza y se
Común a M 2 64 y M 26 S' en fin, la historia del hombre de la pierna cor- puso a enseñarles a los indios las artes de la civilización. A él se le
tada, origen de Orión y de las Pléyades, participa de un. vasto conjunto deben los brujos-curanderos. Finalmente, Pia se estuvo con su
que en Lo crudo y lo cocido apenas se rozó. Si este conjunto se desbor- madre en el Roraima algún tiempo. Antes de dejarla, le dijo que
todos sus deseos serían cumplidos con tal de que al formularlos
da sobre aquel del cual los mitos de la chica loca por la miel nos han inclinase la cabeza y se cubriese el rostro con las manos. Eso sigue
parecido formar el núcleo, es evidentemente a causa de una equivalencia haciendo ahora. Cuando está triste y llora, se alza la tempestad
entre la mujer lasciva. presta a dejarse seducir por un amante demasiado sobre la montaña y sus lágrimas corren en torrentes por las laderas
cercano (cuñado) o demasiado alejado (el tapir, que M264 inviste con (Roth 1, p. 135).
184 EL FESTÍN DE LA RANA

Esta versión permite hacer dos bucles en el grupo. Primero, remite a


M2 4 1 :

"MA RIDO de madera de palmera" ...


VARIACIONES 4, 5, 6

M2 4 1: la rana es e ncerrada en d árbol (aj;l'uamterna). ¡ 185

ongen de la estar Ión de las lluvias

.:
[ M2f;6' la mujer t·~ ajslada en la montaña (~ua externa)"

amo de los peces robados


po<

Sol cannan •• Brett da una versión arawak (M 2 67) en la que figuran explícitamente
las nutrias, cuyo papel en M 2 4 1 no se habrá olvidado. Estas nutrias des-
truían los diques que hacía el Sol para pescar; el caimán quiso imitarlas,
pero fue atrapado. Para salvar la vida, tuvo que dar una mujer al vence-
dor (Brett 2, pp. 27-28). El caimán, la nutria y la novia de madera están

I
por sí mismo por Jaguar que lo come.
asociados igualmente por los Cubeo:
cambiado

por "MUJER de madera de cIruelo" por Sol que la fecunda. M 2 6 8 • Cubeo: la prometida de madera.

Kuwai, el héroe cultural, esculpió una mujer en el tronco de un


árbol /wahokakü/, y el pájaro Konéko [otra versión: la abuela del

I
Jaguar persigue Sal Vad a por los gritos
héroe] le abrió vagina. La muchacha era encantadora y Kuwai vivió
a una mujer de un niño. feliz a su lado hasta el día que fue raptada por un Espíritu /ma-
müwü/. Kuwai se sentó en una rama y lloró. La nutria lo vio, lo
Sol abandona perdida por el muuamo interrogó y lo condujo al fondo de las aguas, donde el héroe con-
siguió reconquistar a su mujer. Perseguido por un Espíritu furioso,

I
huye para no volver más.
[En otra versión, la mujer toma una serpiente boa por amante.
que transforma alimentos en sus Kuwai los sorprende y mata al animal, cuyo pene cortado en cua-
excrementos (pájaros ensuciados) tro pedazos hace comer a la mujer, que cree que son pececitos.
Ljegado a casa de u"," rana Cuando se entera de la suerte de su amante, la mujer vuelve a
que transfonna sus excrementos en
alimentos transformarse en árbol] (Goldman, p. 148).

El relato en que inverviene el caimán (M2 69) alude verosímilmente a


otra esposa de Kuwai, ya que precisa que ésta era hija de un viejo de la
excreta heces hediondas ) de numas (A), tribu. Un día que dormía en su hamaca, Kuwai mandó a Caimán a
buscar una tea para encender un cigarro. Caimán vio a la mujer y quiso
atrayéndose copular con ella. Ella se resistió. Consiguió, no obstante, montarla, pero

¡
el héroe los reproches
ella le devoró toda la parte anterior del estómago y el pene de paso.
Llegó Kuwai y le dijo a Caimán que lo había prevenido. Tomó una
ingiere brasas ardientes de u", rana (O),
esterilla cuadrada, volvió a ajustar 'con ella el vientre del animal, y 10 tiró
al agua observando: -cSerás comido, siempre (Goldmann, p. 182).
Que las dos mujeres <-la de madera y la otra- son dos variantes com-
negadas binatorias del mismo mito sale a relucir con claridad de las ecuaciones:
a) Ml (raptada por un Espíritu de las aguas) ::=M2 (atacada por un caimán);
determinando así la invención b) MI (seducida por un serpiente boa al que cede) ::=M2 (seducida por un cai-
de las artes de la civilización, a los hombres, en tanto que
mán al cual resiste)
artes que son:
e) MI (come el pene del serpiente) =M2 (come el pene del caimán)

impartidas Por otra parte, el conjunto M 2 68 -M 2 6 9 permite ligar directamente


M266-M267 y M2 4 1 :
EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 4, 5, 6 187
186

~
su madre · .. alimenticio ( en el lomo.
según la carne, expulsada por un
El héroe civilizador ha es mutilado ( La mutilación .••
Espíntu )
perdido: · .. sexual . en el vientre.
acuático.
su mujer según la madera, capturada

Rana. ama de la lluvia


(agua celeste).
El héroe se slentaen la:
rama de un árbol,
I
I
I
.
I deja caer
I
sus excrementos;
• •. es infligida

• •• es reparada
por el héroe. I El caimán

I I~a~~~vo)
.
es arrojado
(pasivo)
al foudo del agua.

Espíritu de las aguas I sus lágrimas;


(agua terrestre). I
I El bucle O lazo que une M 241 y M266-269 es relativamente corto, ya
que tanto desde el punto de vista geográfico como en la serie de las
transformaciones se trata de mitos vecinos. Más notable es el otro bucle,
que. a pesar de la distancia geográfica y -si puede decirse- lógica, pliega
~
I
a su madre, I el mito macushí sobre los del Chaco, cuya heroína es una chica loca por
I
I la miel, aunque en el primer mito este personaje esté en apariencia
10 cual conmueve a Para escapar del Espí_1 el héroe civilizador
una nutria que lo
ausente:
ritu acuático, : desaparece.
conduce I
I
M2 t6 ' ' ' 7 ' El Sol come su comida, peces que son La hija del
( a 'u mujer. I
I caimanes. I Sol .•.
está afligida por
Vinculemos ahora M2 66 a M269: una carencia .•.
M2 66 : El caimán come los peces, alimento La hija del

¡
[
, del Sol. caimán •.•
del alimento
(ALIMENTICIO)
Un caimán ladrón de' héroe civilizador ,
de la mujer

1 (SEXUAL)
M2 1 6.217: ... de orden alimenticio, Colmada .•.

por
poseedor de
miel, etc.

Carpintero en busca de
[
M2 66: ..• de orden sexual. Perforada ... alimento, etc.
consigue salvar la vida
( PU' intervención de una prcmenda de madera , muja del h<coe,
está a punto de perecer La liga entre mitos guayaneses y mitos del Chaco aparecerá aún más
vigorosa si se tiene en cuenta que, en los primeros, las relaciones de los
dos hermanos, Pia y Makunaima, son las mismas que las de Carpintero y
Zorro en los segundos: Makunaima, en efecto, es el vil seductor de la
mujer de su hermano mayor (K.-G. 1, pp. 42-46).
pasivamente vagina tapada. Recaemos, pues, en la equivalencia, varias veces invocada, de la prome- .
(SEXUAL) tida de madera y la chica loca por la miel. Pero tanto más fácil de con-
impenetrable: El culpable del robo •.• cebir es esta equivalencia cuando la última tiene por sustituto una mujer
boca devoradora. parecidamente loca, pero por su cuerpo, cuanto excluida parece en el
activamente (ALIMENTO)
caso de la novia de madera que, privada de un atributo esencial de la
femineidad, debiera ser afligida por el temperamento opuesto. Para resol-
ver la dificultad, y progresar a la vez en la interpretación de los mitos
188 EL FESTÍN DE LA RANA
VARIACIONES 4, 5, 6 189
que esta cuarta variación intenta ordenar. conviene volver a tomar las
CHACO
cosas por el principio.
M2Hi~217
La chica loca por la miel es una glotona. Ahora, hemos visto que en

[
M'259-M260 el padre y autor de la prometida de madera lleva el nombre
de Nahakoboni, que significa "el glotón". Olotón de qué? De comida,
é
:;~~:~:n i:
cavnumes t:..
ante todo, sin duda, pues algunas de las pruebas que impone al preten-
diente consisten en suministrarle cantidades prodigiosas de carne y de ChICa
loca por
b= s: Carp{nte. =>
ro, marido
bebida. Mas este rasgo no basta para explicar del todo la psicología del ÚJ. mIel "de madera"
personaje, ni por qué siente rencor hacia su yerno por haber confiado al
pájaro bunía el cuidado de perfeccionar la chica que él, por su parte, era
incapaz de concluir. El texto del mito aporta grandes luces a condición, A t~avés de los mitos de la Guayana se descubre, pues, la imagen de
como siempre, de leerlo escrupulosamente y considerar pertinente todo los mitos del Chaco de que partimos, pero invertida: el Sol padre se
detalle. Nahakoboni está envejeciendo y le hace falta un yerno. En efec- vuelve un S.o! ~:rno, es ~ecir que la relación pertinente de parentesco
to, entre los Warrau matrilocales el yerno se establece con sus suegros y pasa de la filiación a la alianza. El Sol examinador se vuelve Sol exami-
les debe prestaciones de trabajo y de alimentos a cambio de la mujer nado ". La inercia moral. del marido se muda en inercia física de la mujer.
que recibió. Pero para Nahakoboni este yerno debe ser un prestatario, La chica loca por la miel se transforma en prometida de madera. En fin,
no debe ser un esposo. El viejo lo quiere todo para él: clavija maestra de y sobre todo, los mitos del Chaco concluyen con la desecación de los
una familia doméstica y no fundador de una familia conyugal, pues lo lagos y con los peces-caimán fuera del agua, en tanto que los mitos de
que el marido daría a la segunda lo retiraría inevitablemente el yerno a la Guayana muestran como conclusión al caimán echado al agua o bus-
la primera. En otros términos, si Nahakoboni es glotón de comida, lo es cando refugio en ella.
más aún de servicios: es un suegro loco por el yerno. Así que es preciso . Repetidas veces hemos verificado que el caimán se oponía a las nu-
primero que éste no consiga jamás cumplir sus obligaciones, luego y trias. Tal oposición quedará aún más visible si se observa que las nutrias
sobre todo, que la chica entregada en matrimonio esté afectada por una desempeñan el papel de animales volubles: informan o enseñan. En
carencia que no afecte a su función de mediadora de la alianza, pero que compensación, los indios de la América tropical profesan que los caima-
impida que, para ella, el yerno de su padre pueda llegar a marido. Esta nes carecen de lengua. La creencia está atestiguada entre los Arawak de
esposa, en negativo al principio, ofrece una analogía impresionante con la Guayana (Brett 1, p. 383); como dice el texto en verso:
el esposo de la chica loca por la miel, con la diferencia de que la nega-
tividad del uno se manifiesta en el plano psicológico (es decir figurado)' Allígators -wantíng tongues-:
la del otro en el plano físico, así que propio. Hablando anatómicamente, Show (and share) their /ather's wrongs2
la novia de madera no es una mujer sino el medio de su padre para tener
yerno. Moralmente hablando, Carpintero, de los mitos del Chaco, no es
• (Brett 2, p. 133.)
un hombre. La idea del matrimonio lo aterroriza, sólo le preocupa la
acogida de sus suegros: de modo que no quiere ser sino un yerno, mas, Los Mundurucú tienen un relato del mismo tipo (M2 7 0 ) . El caimán
como marido -y tomando esta vez la expresión en sentido metafórico-, era un glotón que devoraba a sus yernos sucesivos. Para salvar al último
es "de madera". - los i.~dios echaron en las fauces del ogro una piedra al rOJo que le con:
Ahora bien, los mitos del Chaco cuidan de pintar el personaje del Sol surmo la lengua. Desde entonces el caimán está privado de este órgano y
con dos aspectos. Es primero un padre incapaz de suministrar a su hija lleva una piedra en el vientre (Kruse 2, p. 627).
la miel que le gusta; incapaz, pues, de "colmarla" en un sentido alimen- Por otra parte, las nutrias son rivales del Sol en mitos en que éste la
ticio, como el padre de la prometida de madera es incapaz de vaciarla hace de amo de la, pesca o de los diques de pescar. Tanto en la Guayana
sexualmente. En segundo lugar, el Sol de los mitos del Chaco es un glo- como en el Chaco, la pesca es una actividad de estación seca lo cual
tón, con la obsesión de un alimento exclusivo: los peces Ilewoj pare- -entr~ muchas indicaciones del mismo tenor- atestigua el principio de
cidos a caimanes, hasta el punto de enviar a su yerno a la muerte para un mito areku?,a: "En aquel periodo se secaron todos los ríos y hubo
pescarlos. Esta doble y radical inversión de los mitos guayaneses, en los gr~n ,abundan~la de pes~ado ... " (K.~G. 1, p. 40). Por el contrario, el
que un suegro glotón pone a prueba a un sol yerno, puede ser represen- calman, que tiene necesidad de agua; disfruta en los mitos del Chaco del
tada así:
Z {Los caimanes, sin lengua, muestran y comparten los yerros de su padre.]
Punto de vista contrario al de los antiguos egipcios, que ponían la carencia de
lengua a crédito del saurio: "Es el único de todos los animales que no-tiene lengua,
ya que la palabra divina no necesita ni voz ni lengua" (Plutarco, § XXXIX).
190 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 4, 5, 6 191

papel de amo de la lluvia. Igualmente asociadas con el agua, las dos especies decide simplificar las ecuaciones dejando a un lado las oposiciones de
están también opuestas en cuanto al agua; a la una le hace falta mucha, carácter metalingüístico, es posible integrar los personajes más caracterfs-
poco a la otra. ticos de los mitos del Chaco y de la Guayana por medio de un dia-
En los mitos waiwai consagrados al origen de la fiesta Shodewika grama:
(M2 7 t • M 2 8 8 ) figura una mujer que tiene una boa como animal familiar.
Pero sólo le da de comer roedores pequeños y se guarda para ella 1<1.5
piezas de caza grandes (cf. M2 4 1 ) . Furiosa, la serpiente se la traga y
escapa al fondo de las aguas. El marido obtiene el auxilio de las nutrias,
GUAYANA ¡ Caimán: Ji..
I
Novia de modera: O = Ji..
: Sol 1CHACO
que aprisionan al reptil cortando el río con rápidos y cascadas (d. I
Chica loca por /a miel: O Ji.. : Carpintero,
M 2 66)' Extraen la osamenta de la mujer del vientre de la serpiente y la
matan. Su sangre enrojece el río. Bañándose allí, los pájaros adquieren
vivos colores, que luego la lluvia -de la cual cada especie se protege más En el Chaco, el S?l se alimenta a expensas de los "caimanes", y éstos
o menos bien- lava parcialmente. Así las aves obtuvieron su plumaje a expensas de Carpintero, yerno del Sol. En la Guayana el caimán se
distintivo (Fock, pp. 63-65; d. Derbyshire, pp. 92-93). La sangre de la alimenta a expensas del Sol, y el Carpintero a expensas (mas de hecho
serpiente (:::;:,:pene,cf. M 2 6 S ) devoradora de la mujer ~esempeña aquí, en provecho) de la mujer de éste: la prometida de madera. Entre los
pues, el mismo papel que la sangre de la mujer "devorada" por el pájaro Cubeo, en fin, el caimán y la novia de madera se alimentan (él metafóri-
que busca alimento (M2 6 o), cuando le abre vagina accidentalmente. Así camente, ella por sinécdoque) uno del otro. Desde el punto de vista del
que si M2 7 1 , como ya M26S-M269' opone las nutrias a la boa, que es al~ja~iento es~aci.al y temporal de los términos, por consiguiente, es
consumidor de la mujer y no seductor, merece notarse que los Tacana, maxrmo el alejamiento en los mitos del Chaco, mínimo en los de los
que gustan de invertir los grandes temas míticos de la América tropical, Cubeo, y los mitos de la Guayana caen en medio. Ahora. son también
ponen nutrias y caimanes en correlación más que en oposición: no son los mitos del Chaco y los cubeo aquellos cuyas conclusiones respectivas
adversarios sino aliados (Hissink-Hahn, pp. 344-348, 429-430) 3. se reproducen más exactamente, ofreciendo, con todo, la una una.Ima-
La discusión precedente no tiene más que valor de esbozo. No hay que gen invertida de la otra. Al final de, M 2 1 6 el Sol envía a su yerno al
disimular, en efecto, que el análisis exhaustivo del grupo tropieza con agua a pescar peces-caimán, pero éstos se comen al pájaro. Entonces Sol
obstáculos considerables, en virtud de la multiplicidad y diversidad de seca el lago con fuego, abre las fauces del monstruo y libera a su yerno
los ejes requeridos para intentar ordenar los mitos. Igual que todos los "descomido" en cierto modo. En M 2 6 9 el Sol envía al caimán al fuego
demás del mismo grupo, los que estamos considerando recurren a oposi- (a buscar una tea), y su mujer lo come. Sol tapa entonces el abdomen
ciopes retóricas. Ora el consumo es entendido en sentido propio (alimen- abierto de la víctima y echa el caimán al agua, donde en adelante será
ticio), ora en sentido figurado (sexual), y hasta de las dos maneras al cazado para ser comido.
tiempo, como pasa en M2 6 9, donde la mujer de veras se come a su No tenem?s información sobre la caza del caimán por los Cubeo, pero
seductor, en tanto que éste la "come" en la acepción que las lenguas estamos mejor enterados por 10 que toca a la Guayana, donde las condi-
sudamericanas dan asimismo a este término, es decir copulando. Además, ciones ,meteorológicas (al menos en la parte oriental) difieren poco de las
los vínculos entre los términos opuestos por pares participan de la sinéc- que. reman en la cuenca del Uaupés. En la Guayana el caimán constituye
doque (el caimán come los peces que son parte del alimento del Sol), o un Importante recurso alimenticio, ya que son consumidos sus huevos,
de la metáfora (el Sol tiene por único alimento peces que son como su ~arne. sobre todo la de la cola (que es blanca y de gusto muy fino,
caimanes). Por último, estas relaciones, ya complejas, pueden ser no segun hemos verificado con frecuencia). Según Gumilla (cit. por Roth 2,
reflexivas, sino entendidas todas en sentido propio o todas en sentido p. 206), la caza del caimán era en invierno, cuando escaseaba el pescado
figurado; o reflexivas, pero tomadas una en sentido propio, otra en figu- por el ascenso de las aguas. A propósito de los Yaruro del interior de
rado: situación ilustrada por la extraña unión erótico-alimenticia del Venezuela son menos claras las informaciones: el caimancito Orocodilus
caimán y la novia de madera en M2 69' Si a título de experiencia se bab.u sería cazado. dura?te todo el año, salvo de mayo a septiembre,
penado de las lluvias mas grandes (Leeds). Sin embargo, el mismo con-
3 El par cocodrilo-nutria aparece igualmente en el Sureste asiático, y esta coinci- traste, subrayado por Gumilla, entre pesca de peces y caza de caimanes,
dencia es tanto más curiosa cuanto que en aquella región se encuentra también, a parece desprenderse de la observación de Pe trullo (p. 200), de que los
más de no pocos otros temas en común' con América, una historia de matrimonio Ya~uro pesc,a~ "cuando ~o encuentra~ r:-f co¡odrilos ni tortugas".
de un humano con una mujer-abeja, perdida por haber su marido violado la inter- SI fuera Iicito generalizar esta oposrcron, acaso nos ofreciera la clave
dicción que le hiciera de mencionar su presencia (Evans, texto núm. 48). Sobre el
par cocodrilo-nutria, d. también el texto siguiente: "Son hombres malos, incestuo- 4 Sin pretender, no obstante, extenderla más allá del área guavanesa. Los
sos. Hacen como el caballo con la serpiente, como el cocodrilo con la nutria, como Sirionó, grandes cazadores de caimanes pero malos pescadores, se entregan a estas
la liebre con el zorro ..... (Lafont, texto núm. 45). dos ocupaciones sobre todo durante la estación seca (Holmberg, pp. 26-27).
192 EL FESTíN DE LA RANA VARIACIONES 4, 5, 6 193

de la inversión que ocurre cuando se pasa de los mitos del Chaco a los los seres humanes y a los animales, como lo recuerda M2 6 4 en el episo-
mitos guayaneses. Los primeros se ocupan de la miel, recolectada en dio del tapir. s Por último, y sobre todo, la pulpa comestible del tronco
estación seca, que es también la de la pesca en el Chaco, en la Guayana (fácil de abrir) de la palmera sostiene una oposición de naturaleza esta-
y en la cuenca del Uaupés. cional con los frutos del ciruelo -cuyo tronco es difícil de hender.
Los mitos de la Guayana transforman los del Chaco en dos ejes. Dicen Esta oposición se manifiesta de dos maneras. Primero el tronco del
figuradamente lo que los otros dicen propiamente. Y al menos en su ciruelo no, s?lo ~s duro: también es tenido por imputr~scible. Se dice
último estado, el mensaje que transmiten no concierne tanto a la miel que es el UOlCO arbol que la tortuga teme que le caiga encima. En caso
-c-producto natural cuya existencia comprueba la continuidad del tránsito de otras especies, le bastaría esperar pacientemente que se pudriera la
de la naturaleza a la cultura- como a las artes de la civilización, que madera y liberarse. Pero el ciruelo no se pudre: hasta desarraigado echa
atestiguan en favor de la discontinuidad de los dos órdenes, 'o aun a la yemas y nuevas ramas que aprisionan a la tortuga (Ihering, arto "jabot¡"
organización del reino animal en especies jerarquizadas, que instala la Str~delli 1, ,arto "tapereyua-yua"). Spruce (vol. 1, pp. 162-163), qu;
discontinuidad en el seno mismo de la naturaleza. Ahora bien, los mitos des~gna la misma anacardiacea por el nombre científico Mauria juglandi-
de la Guayana desembocan en la caza del caimán, ocupación de la esta- folía Bth., subraya que "posee gran vitalidad; casi siempre un poste
ción lluviosa y, como tal, incompatible con la pesca de que son amos el hec~o de esta madera echa raíces y se vuelve árbol", Ahora bien, es
Sol (encargado de la estación seca) y las nutrias (homólogas del Sol sa!:ndo que una palmera abatida, o nada más despojada de su yema ter-
desde el punto de vista del agua), que pueden pues, por partida doble, mmal, no vuelve a crecer.
oponerse al caimán. En segundo lugar, y en el caso de Mauritia flexuosa (que entre los
Warrau. ,es la palm~ra más fuertemente "marcada"), Roth indica que la
Sin embargo, los primeros mitos guayaneses que examinamos se referían extracción de la medula se realiza cuando los árboles comienzan a fruc-i-
expresamente a la miel. Debemos pues recuperar, en el seno mismo de ficar (2, p. 215). A propósito de esta observación hemos notado ya
los mitos de la Guayana, expresadas en forma aún más vigorosa, las (p.15.~, n. 3) que las. palmeras sudamericanas fructifican al principio de la
transformaciones que nos aparecieron primero cuando comparamos los estacíon de las lluvias, y aun a veces en la estación seca. Por su lado
mitos del Chaco con algunos solamente de estos mitos guayaneses. Desde Wilbert precisa que la médula permanece disponible en forma de ali~
este punto de vista conviene conceder particular atención al tipo de ~ento fr~sco "durante la mayor parte del año" (9, p. 16), pero esta
madera de que es el prometido en M2 4 1 y, en todos los demás casos.Ta divergencia no afecta necesariamente a la posición semántica de la médu-
prometida. Cuando apareció el motivo por vez primera, es decir en la de palmera en los mitos. Se recordará que a propósito de los del
M-z 4 1 (luego en M 2 6 3 a, b), el novio o la novia procedían de un tronco Chaco hemos tropezado con una dificultad del mismo tipo, que resulta
de palmera: Euterpe o Mauritia. En desquite, en M2 59' M-z 6 6, se trata de la asociación preferente de la mandioca -a pesar de estar disponible
del tronco del ciruelo silvestre (Spondias lutea). Entre estas dos familias duran.te todo ..71 año- con los alimentos de la estación seca. Es que la
se descubren múltiples oposiciones. mandioca -c-dijimos entonces-, por seguir disponible aun en la estación
La una comprende palmeras la otra anacardiáceas. El tronco de la seca, está más mar,c,ada desde el punto de vista de esta estación que
palmera es blando por dentro, en tanto que el del ciruelo es duro. Los desde el de la estación de las lluvias, que es cuando están más marcados
mitos insisten mucho en esta oposición. particularmente las versiones los alimentos disponibles sólo durante tal periodo del año. A este respec-
Wilbert, donde los pájaros se deforman o parten el pico en la madera del to, se notará que los Warrau designan con la misma palabra, faruf, la
árbol (M2 6 o), en tanto que los compañeros del marido rompen fácil- pulpa de mandioca y la de palmera, y que M2 4 3, M2 4 4 las asocian estre-
mente a hachazos el tronco de la palmera (M2 6 3 a , b)' En tercer lugar, y chamente.
aunque también sean consumidos los frutos de la palmera Mauritia, es la Por lo que toca a la maduración de los frutos de Spondias lutea, tene-
médula extraída del tronco la que constituye el alimento fundamental mos indicaciones precisas para la región amazónica, gracias al hermoso
de los Warrau, en tanto que del ciruelo sólo pueden ser comidos los fru- comentario de Tastevin a varios mitos tupí a los que retornaremos más
tos, Cuartamente, la preparación de la médula constituye una actividad tarde. La etimología, adelantada por este autor y por Spruce (loe. cit.)
compleja que un mito (M2 4 3) describe con los máximos detalles, ya que para el nombre vernaculo del ciruelo silvestre: /tapiriba/ /tapereba/; tupí
la adquisición de tal técnica es el símbolo del acceso a la cultura, La /tapihira.hiwa/, "árbol del tapir", nos parece, en virtud de su resonancia
palmera Mauritia flexuosa crece sin duda silvestre, pero los Warrau mítica (cf', por ejemplo M 2 6 4 ) , más verosímil que la derivada de /tape-
explotan tan metódicamente los palmares que se ha podido hablar al ra/, "terreno baldío, sitio abandonado". Los frutos de Spondias maduran a
respecto de verdadera "arboricultura". Se recordará que la médula de
palmera es el único alimento común a dioses y hombres. Por todos estos 5 Más restringida, la OpOSIClOn de Spondias y de Euterpe resulta de la ausencia
atributos, Mauritia se opone a Sporuiias, ya que el ciruelo se da por de competencia entre humanos y animales por esta palmera, cuyos frutos se reco-
completo en estado silvestre y sus frutos sirven a la vez de alimento a gen duros y hay que ablandarlos en agua caliente, como hemos explicado.
194 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 4, 5, 6 195

fines de enero, o sea en plena estación de las lluvias amazónicas (Taste-


GUAYANA TUPI-TUKUNA GE
vio 1, p. 247), Y en la Guayana al fin de aquella de las dos estaciones
lluviosas que dura de mediados de noviembre a mediados de febrero.
ESTRELLA
Al mismo tiempo, pues. que se pasa de un árbol que contiene en el
tronco un alimento interno a otro que porta en las ramas un alimento caníbal vegetariana
externo, lo que podría denominarse "centro de gravedad" meteorológico
de los mitos se traslada de la estación seca hacia la estación de las llu- FRlHO
vias; o sea un corrimiento de igual naturaleza que el que debimos con-
podrido fresco
siderar para explicar, en el seno de los mitos de la Guayana, el tránsito
de la recolección de miel y de la pesca, actividades económicas de la TRONCO
estación seca, a la caza del caimán, actividad de la estación de las lluvias;
y de la misma naturaleza también que la traslación observada compa- blando d~o

rando los mitos del Chaco y los mitos guayaneses: en los primeros el (palmera) (ciruelo)
agua retirada a los caimanes {estación seca) transforma, en los segundos,
un agua impuesta (estación de las lluvias). Es, por lo demás, la llegada de Los personajes centrales son amantes negativas, sea en lo moral, sea en
la estación de las lluvias lo que anuncian explícitamente el final de la lo físico. La una será agujereada para bien suyo, las otras serán violadas
versión macushí (M2 66) e implícitamente el final de la versión caribe por su desdicha. En los dos casos el responsable es un dios-zarigüeya,
(M2 6 4 ), ya que, en toda el área guayanesa, la aparición de las Pléyades bicho hediondo, o un pájaro que precisamente se llama "el maloliente".
señala el comienzo del año y la llegada de las lluvias. Tanto más notable es que la damisela, que comienza su existencia huma-
Otro aspecto de la oposición palmera/ciruelo merece nuestra atención. na de esta manera, se torne hasta en los mitos guayaneses madre de
Salidos de un tronco de palmera, la prometida o el prometido de madera gemelos capaces de hablarle desde el seno, en la cual se reconoce la
son nutricios. Abastecen de médula a su cónyuge (prometida de M 2 63a, heroína de un célebre mito tupí (M 9 6): aquella que, por haberse extra-
b), o de pescado (novio de M 2 4 1 ) , Y sabemos que el conjunto médula- viado y llegado a un individuo que después se transforma en zarigüeya,
pescado constituye a los ojos de los Warrau el "alimento verdadero" luego de que se niega a guiarla el primer niño, que lleva en el vientre,
(Wilbert 9, p. 16). Mas cuando procede de un tronco de ciruelo, la novia bien pronto se verá provista 'de otro, por obra de su seductor. Así, las
de madera desempeña el papel de amante, no de nutricia. Además, es heroínas medianas son desfloradas o violadas por animales hediondos. En
una amante negativa (es impenetrable), en lugar de ser nutricia positiva. cuanto a las que ocupan los polos, son zarigüeyas ellas mismas. Demos-
Atacada con hacha, la nutricia será destruida, la amante concluida. tramos esto en Lo crudo y lo cocido a propósito de Estrella, esposa de
Simétricamente, si el ciruelo aparece como fuente de alimento (en un mortal, y verificamos ahora que la situación se repite en el otro
M2 6 4 ) , este alimento no existe sino para ser denegado (a los dos herma- extremo del eje: como Estrella, la novia de palmera es nutrida. Y las
nos, por el tapir). dos serán destruidas por acólitos del esposo: sexualmente en el caso de
Se aprecia en seguida que, vista desde aquí, la serie de las "prometidas Estrella violada por sus cuñados; alimentariamente en el de la prometida
de madera" está incompleta y hay que devolverla al conjunto, más vasto, de madera, destrozada por los compañeros de su amante para apoderarse
cuya exploración fue iniciada en Lo crudo y lo cocido. La estrella espo- de la comida que contiene.
sa de un mortal en los mitos ge (Ms 7 -M9 3) acumula en su persona los El estudio de este conjunto paradigmático, que hemos simplificado al
dos papeles de amante impenetrable (en razón de su castidad) y de nu- extremo pero donde una indagación más honda descubriría otros planos
tricia (como introductora de las plantas cultivadas, correlativas de Mauri- merecería ser emprendido por sí mismo y de manera independiente.f
tia que es, en el orden de las plantas silvestres, el equivalente de las plan- Nos contentamos con llamar la atención hacia un punto. Los mitos
tas cultivadas) 6 Ahora, hemos mostrado en el anterior volumen (pp. guayaneses que acabamos de analizar (M2 s 9. M 2 64, M 2 6 6), referidos al
181-182) que este grupo de mitos ge era transformable en un grupo de resto de la mitología sudamericana, ofrecen una construcción singular en
mitos tup i-tukuna, donde la esposa sobrenatural procede del fruto, fresco el sen tido de que su segunda parte -el viaje de la madre de los geme-
o podrido, de un árbol. Hay pues toda una serie de esposas pudiéramos los- reproduce de manera casi literal la primera parte del gran mito tupí
decir "vegetales": evocado en el párrafo anterior. Este vuelco nos aporta una prueba suple-
mentaria de que el intinerario seguido desde el comienzo de este libro
recorre, por así decirlo, la mitología sudamericana por detrás. De hecho,
7 En particular a partir del texto completo de un mito kalapalo (M 47, en Baldus
6 Brett ha subrayado ya que entre los Warrau la explotación de Mauritia fle- 4, p. 45), donde se nota la interesante transformación mujer sin vagina ~ mujer
xuosa ocupaba el lugar de una verdadera agricultura (1, pp, 166, 175). con dientes de piraña que le permiten comerse crudos los peces.
196 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 4, 5, 6 191

lo sabíamos desde que reaparecieron, al término de nuestra exploración desfloración no hubiera dejado tras de sí un residuo de bilis e impurezas,
de los mitos sobre el origen de la miel, mitos sobre el origen del tabaco, o si la lluvia no la hubiese lavado a trechos. Y la cultura se aleja hacia
que andaban cerca de nuestro punto de partida. Pero si el lazo se ha arriba (M 2 4 3) o a lo lejos (M2 4 1, M 2 S 8) puesto que los hombres ha-
cerrado en el mito de los gemelos que, dos veces, hemos encontrado en brían estado mejor dotados de auxilios espirituales y artes de la civiliza-
nuestro camino, sólo puede ser porque la tierra de la mitología es redon- ción si su descenso del mundo superior no hubiese sido desdichadamente
da -dicho de otro modo: porque constituye un sistema cerrado. Sólo interrumpido por una mujer encinta, o si, por una rana henchida de
que desde donde nos encontramos ahora, la perspectiva que se nos ofre- miel, el héroe civilizador no hubiese debido abandonarlos. Dos hembras,
ce luce todos los grandes temas míticos al revés, 10 cual torna más sexual o alimentariamente preñadas, interrumpen pues la mediación que
laboriosa y compleja su interpretación, un poco como si hubiera que la evacuación sexual de sangre o la alimentaria de excrementos hubieran,
descifrar los motivos de una tapicería examinando los hilos enredados al contrario, precipitado.
del revés, que confunden la imagen más legible que, en Lo crudo y lo
cocido, contemplábamos por el derecho.
Pero équé significan revés y derecho? dAcaso no se habría invertido el No obstante, a pesar de esta armadura común, aparecen diferencias en el
sentido, sencillamente, si hubiéramos decidido comenzar por la otra pun- seno del grupo, y es indispensable ponerlas en claro.
ta? Esperamos demostrar que no es así, y que revés y derecho están Comparemos ante todo, desde el punto de vista de su construcción, los
definidos objetivamente por la problemática indígena, para cuyos ojos la tres mitos de la recopilación de Roth en los que descansa fundamental-
mitología de la cocina se despliega en buen sentido, el del tránsito de la mente nuestra cuarta variación, es decir el mito warrau de la prometida
naturaleza a la cultura, en tanto que la mitología de la miel procede a de madera (M2 59), el mito caribe de la rana madre del jaguar (M2 64), Y
contracorriente, retrocediendo de la cultura a la naturaleza; o sea dos por último el mito macushí de la prometida de madera (M2 66).
trayectorias que unen los mismos puntos, pero cuya carga semántica es En el mito warrau los avatares de la heroína se suceden siguiendo un
muy distinta y entre las que por consiguiente no existe paridad. plan de admirable regularidad: acabada por el pájaro bunia (que la aguje-
Reunamos pues los rasgos fundamentales de esta última mitología. Se rea), la preña el sol (que la llena). Traga entonces imprudentemente
relaciona con lo que pudiera denominarse desino de aliado, sin que se alimañas (que la llenan también), y la rana vacía su cadáver de los geme-
trate por doquier del mismo tipo de aliado y sin que el culpable ocupe los que lo llenaban.
siempre el mismo lugar en la constelación de alianza. La heroína del Los episodios segundo y tercero connotan, por tanto, el llenado, sea
Chaco desvía, en provecho de su persona, las prestaciones de miel que su por abajo, sea por arriba; pasivo el uno, el otro activo; y en cuanto a las
marido debía al principio a los padres de ella. A la inversa, el suegro consecuencias éste negativo (acarrea la muerte de la heroína), aquél posi-
glotón del mito guayanés (M2 S 9) desvía, en provecho propio, las presta- tivo (permite que dé vida).
ciones que, liberado con respecto a él, en adelante debería su yema a su Ahora, dpuede decirse que los episodios 1) Y 4) se oponen a los prece-
hija. Entre los dos, e invirtiéndose de alimentario a sexual el sistema de dentes, en el sentido de que connotarían el vaciamiento, en contraste
las prestaciones a los aliados, las cuñadas de M 2 3 5 pretenden desviar el con el llenado? No parece esto dudoso para el cuarto episodio, en el
amor que el marido tiene a su mujer, y la vieja rana de M 2 4 1 hace otro cual el cuerpo de la heroína efectivamente es vaciado de los niños que
tanto, en los planos alimentario y sexual, con las prestaciones alimenti- contenía. Pero el primer episodio, que. consiste en abrir vagina ausente,
cias que el héroe debía a su madre y con las prestaciones sexuales que le no parece asimilable al otro stricto sensu.
hubieran tocado a una esposa legítima que no fuera amante ni se hiciera Todo ocurre como si el pensamiento mítico hubiese percibido esta
pasar por madre. En ocasión de una alianza. por consiguiente, el culpa- dificultad y acto seguido se dedicara a resolverla. En efecto, la versión
ble trata de excluir, como por cortocircuito, a sus padres, su deseen- warrau introduce un incidente que puede parecer superfetatorio -a
diente o su aliado. Es el común denominador sociológico del grupo. Pero primera vista solamente. Para que la heroína se torne verdadera mujer,
al mismo tiempo existe un común denominador cosmológico cuya fór- no basta que el pájaro bunia la abra; también es preciso que su padre
mula es más compleja. Según el personaje principal sea una mujer (que vuelva a trabajar (aunque justamente acabe de pregonar su incompeten-
llena una marmita de sangre de su desfloración) o un hombre (que hace cia) extrayendo de la vagina recién abierta una serpiente que represen-
otro tanto con sus excrementos malolientes) -atestiguando una y otro taba un obstáculo suplementario a la penetración. Así que la heroína no
que el acceso a la femineidad o la masculinidad plenas implica una regre- sólo estaba tapada sino llena también; y el incidente de .a serpiente no
sión a la basura-.-, aparece una estructura de orden, ya en el plano de la tiene más función aparente que transformar el agujereamiento en vacia-
naturaleza (pero que va agotándose), ya en el plano de la cultura (pero miento. Admitido esto, la construcción del mito queda resumida en el
que va alejándose). La organización natural se agota, la discontinuidad esquema siguiente:
cuyo espectáculo ofrece no es sino vestigio de una continuidad anterior
y más rica, ya que todos los pájaros habrían sido rojos si la sangre de la
VARIACIONES 4, 5, 6 199
198 EL FESTÍN DE LA RANA

¡ ¡
el origen de la técnica de producción del fuego por fricción.

,-
1) heroína perforada por un
pájaro , lo cual permite la
evacuación de la serpiente
pasivo
abajo,

anterior
I heroína vaciada (+)
Consideremos ahora cómo los caribes (M 2 64) cuentan la misma histo-
ria, que abordan, se recordará (p.181). directamente por la segunda
\ parte. La sucesión diaria (viaje en dirección del sol) pasa pues al princi-
pio. No es todo: correlativamente con la supresión de la primera parte, a la

l 2) heroína preñada
por el sol

3) heroína que ingiere


alimañas mortales
1

1
pasivo

activo
abajo,
anterior

arriba,
anterior
I
I
heroína llenada

heroína llenada
(+)

(-)
segunda se añade una primera nueva, consagrada a las aventuras de dos
hermanos con otra rana, y luego con el tapir hembra. Hay por tanto
siempre dos partes, y parece por cierto que la puesta al final aquí, hecha
de episodios sucesivos, restituye el ciclo de las estaciones: caza, artiga-
miento, recolección de frutos silvestres que empiezan a madurar en
enero. Si esta interpretación es exacta, el orden de las dos series, estacio-
4) heroína destripada por abajo, nal y cotidiana, se invierte al pasar de la versión warrau a la versión
pasivo f heroína vaciada H
una rana 1 anterior
caribe.
Esta inversión del orden de las series va acompañada de un trastorno
Si se tiene en cuenta, como hemos hecho en el esquema, que los episo- del sistema de oposiciones que nos han servido para definir en sus rela-
dios 2) y 4) forman un par (puesto que la rana uacia el cuerpo de la ciones recíprocas los cuatro avatares de la heroína. El segundo avatar
heroína de los mismos niños con que el Sollo llenara), se sigue que los ocupa ahora el primer lugar, ya que el relato comienza cuando la heroí-
episodios 1) y 3) deben asimismo formar un par, o sea: serpiente evacua- na está encinta por obra del Sol, en tanto que ~el cuarto (cuerpo de la
da por abajo, pasioamente, con resultado benéfico / alimañas ingeridas por heroína vaciado de los niños que contenía) permanece incambiado. Pero
arriba, actiuamente, con resultado maléfico, Así visto, el mito consta de entre estos dos episodios extremos, se insertan dos nuevos, uno número
dos series superponibles, formada cada una de dos episodios que se oponen 2) la heroína se esconde en una jarra (que llena); y otro número 3) es
entre sí íberoma vaciada/llenada; heroína llenada/vaciada) y cada uno de "vaciada" de este recipiente. Qué quiere esto decir? La versión warrau
é

los cuales se opone al episodio de la otra serie, con el que hace juego. trata constantemente a la heroína como "continente", alternativamente
é Por qué esta duplicación? Al menos una razón la conocemos ya, pues vaciado (episodios 1 y 4) Y llenado (episodios 2 y 3). Al contrario, la
hemos verificado más de una vez que la oposición de sentidos propio y versión caribe la define por medio de una relación de oposición: conti-
figurado era una constante del grupo. Ahora, aquí, los dos primeros nente/contenido, en relación con la cual la heroína tiene papel de agente
episodios cuentan en figurado lo que los dos últimos expresaban en pro- o de paciente, siendo ella misma ora un continente, ora un contenido,
pio: la heroína primero es vuelta "comible" (= copulable) para ser con efectos benéficos o maléficos:
"comida". Luego es vuelta comible (muerta) para ser, en las otras versio-
1) heroína preñada por continente (+)
nes, efectivamente comida.
el sol
Pero la lectura atenta del mito sugiere que la duplicación de las series
pudiera tener otra función. Parece, en efecto, que la primera parte del
mito -de la cual no habrá que olvidar que el Sol es el héroe- se des-
arrolla siguiendo un ciclo estacional cuyas etapas señalan las pruebas
C) heroína que llena una
jarra
contenido (+)

impuestas al Sol-yerno: caza, pesca, artigamiento, plantaciones, erección 3) heroína vaciada de la contenido (-)
de una choza; en tanto que la segunda parte, que se inicia a propósito jarra
de la marcha del Sol hacia el oeste, evoca más bien un ciclo cotidiano.
Así formulada, la hipótesis puede parecer frágil, mas la comparación con 4) heroína destripada por
el jaguar
l continente H
las otras versiones le otorgará un principio de confirmación en espera de
que, en un volumen posterior, demostremos con ayuda de otros mitos la
importancia del contraste entre la periodicidad estacional y la cotidiana Ahora son entonces los episodios 1) y 4) por una parte, 2) y 3) por
y la estrecha concordancia que se verifica entre esta oposición y la de otra los que forman pares. En el seno de cada una de las dos series, los
los "géneros" en la construcción del relato. 8 episodios se reproducen so reserva de la inversión del c"onti~ente y el
Finalmente, y siempre a propósito de M 2 s 9, se advertirá que, en el contenido, en tanto que, de una serie a la otra, los episodios que se
plano etiológico, el mito parece tener una función, y sólo una: explicar corresponden forman un quiasma. , "
Ahora las dos transformaciones de la estructura rm tica que hemos
8 Cf ya nuestro informe de enseñanza, Annuaire du College de France, año 64, hallado 'en niveles diferentes, uno formal y otro semántico, corresponden
París, 1964, pp. 227-230. Acerca del nexo entre la estación seca y las pruebas a una transformación más, tercera, que cae en el plano etiológico. La
impuestas al yerno, ver Preuss 1, pp. 476-499.
200 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 4, 5 6 201

versión caribe pretende solamente expltcar el origen de ciertas constela- ción de las lluvias, coincide con M 2 64; como mito de origen de una
ciones: Híades, Pléyades y Orión", de las que se sabe que, en esta región técnica de producir fuego (que enseña la grulla a los héroes), coincide
del mundo, presagian el cambio de estación. A las numerosas indicacio- con M 2 5 9·
nes dadas ya en este sentido (CC, pp- 218-219) añadiremos el testimonio Sin embargo hay dos diferencias. La alusión a las lluvias que se en-
de Ahlbrinck [art, "sirito"), que atañe a poblaciones guayanesas de cuentra en M 2 6 6 es diurna (se ven correr las lágrimas que forman los
lengua y cultura caribe: "Cuando sirito, la Pléyade, es visible de tarde torrentes), en tanto que la hecha por M 2 6 4 es nocturna (visibilidad de
(en el mes de abril), se oyen truenos. Es la cólera de Sirito porque los ciertas constelaciones). Y si M2 5 9 trae a cuento la producción del fuego
hombres le han cortado la pierna a Ipétiman [Orión]. Ipétiman se acerca. por fricción (con dos trozos de madera), 1\1 2 6 6 se in teresa. por su parte,
Ipétiman aparece en el mes de mayo." en la producción del fuego por percusión (con dos piedras), técnica que
Admitamos entonces que M 2 6 4 se refiere implícitamente al principio conocen también los indígenas de la Guayana.
de la "gran" estación de lluvias (hay cuatro estaciones en la Guayana, Por consiguiente, y como sería de esperarse. M 2 6 6 consolida en un
dos lluviosas y dos secas), la cual se dilata de mediados de mayo a solo mito episodios que pertenecen propiamen te a cada una de las otras
mediados de agosto. Esta hipótesis ofrece dos ventajas. Primero, hace dos versiones. Comienza con la historia de la prometida de madera. que
corresponder la versión caribe (M 2 64) Y la versión macushí (M2 6 6) que falta en la versión caribe. y acaba con las aventuras de los gemelos, pos-
se refiere explícitamente al origen de las lluvias y las tormentas; provo- teriores a la estancia en casa de la rana, faltan tes en la versión warrau.
cadas por la tristeza intermitente de la heroína, cuyas lágrimas escurren Pero haciendo esto invierte todos los detalles: prueba del suegro y no ya
a torrentes por las laderas de la montaña luego de que ella se estableció del yerno; perforación de la heroína por el carpintero, en vez del bunia.
en la cima del Roraima. En segundo lugar, podemos verificar objetiva- Víctima del jaguar antropófago, aquélla no muere sino que resucita. El
mente, por sus referencias astronómicas y meteorológicas, nuestra hipó- héroe devora las ascuas, frustrando así a la rana. Se advertirá también
tesis anterior de que los mitos ahora examinados siguen, pero al revés, que el bunia warrau actúa por lascivia, el carpintero macush i buscando
un itinerario que los mitos ge y bororo estudiados en Lo crudo y lo de comer: come así a la heroína en sentido propio. Simétricamente, en
cocido nos hicieron recorrer al derecho. En efecto, el intento de integrar la segunda parte de la versión macushí el jaguar no la come más que de
los mitos ge y bororo que ofrecen carácter estacional condujo a una modo figurado, puesto que sucumbe antes de haber digerido su presa y
ecuación: ésta resucita apenas extraída del vientre de la fiera (cf. antes, p.183).
La síntesis de las versiones warrau y caribe operada por la versión
a) Pléyades-Orión: Cuervo u estación seca: estación lluviosa macush i a costa de múltiples inversiones revela que en el trayecto de
regreso se encuentran mitos que se ligan simultáneamente a los dos
Pues bien, verificamos ahora que, en los mitos de" la Guayana, el con- orígenes: el del fuego y el del agua, situados así a la misma "latitud"
junto Pléyades-Orión anuncia la estación de las lluvias. ¿Qué pasa enton- mítica que los mitos bororo (MI) y sherenté (M I 2 ) encontrados a la ida,
ces con la constelación del Cuervo? Cuando culmina al anochecer en el y a propósito de los cuales se había afirmado ya la misma dualidad etio-
mes de julio se la asocia a una divinidad responsable de las violentas lógica. La versión macush i ofrece pues una ocasión particularmente
tormentas que señalan la estación de las lluvias ya de salida (cf. CC, p. favorable para verificar dónde estamos.
231; y, sobre la mitología de las tormentas del periodo julio-octubre en Los tres mitos M2s9, M 2 64, M 2 6 6 se relacionan sea con el origen del
el mar de los caribes, y la Osa Mayor -cuya ascensión recta es próxima a fuego en el plano de la cultura (fricción o percusión), sea con el del
la del Cuervo-, Lehmann-Nitsche 3, pp. 126-128); en tanto que asi- agua en el plano de la naturaleza (estación de las lluvias), sea con los dos
mismo en la Guayana, el orto de la Cabellera de Berenice (misma aseen- juntos.
sión recta que la Osa Mayor y el Cuervo) connota la sequía. O sea la Ahora bien, antes de que apareciera el fuego producido por técnicas
ecuación, inversa de la anterior: culturales, existía ya según vías naturales: vomitado por un animal, la
rana, que por su lado participa del agua. Simétricamente (yen este pun-
b) Pléyades-Orión: Cuervoa estación lluviosa: estación seca. to la aportación de M 2 6 6 es decisiva), antes de que apareciese el agua
producida según un medio natural (la lluvia), ya existía a título de obra
Alcanzamos así la versión macushÍ (M 2 6 6), que como acabamos de ver cultural, puesto que Makunaima, verdadero ingeniero de obras públicas,
se relaciona de manera explícita con el origen de la estación lluviosa. la hace primero sur~r en un canal abierto por sus afanes y donde bota
Pero no es todo, pues a diferencia de los dos mitos antes discutidos, la primera piragua;' Ahora bien, Makurraima, comedor de brasas ene en-
M 2 6 6 posee doble función etiológica. Como mito de origen de la esta- didas, participa del fuego como la rana del agua. Los dos sistemas etioló-
gicos son simétricos.
9 Como hace también, para las Pléyades nada más, una variante tupí (M264b) 10 Los mitos de creación de los Yaruro hacen también de la apertura de los ríos
recogida por Barbosa Rodrigues (1, pp. 257-262). condición previa para la aparición del agua (Petrullo, p. 239).
202 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 4, 5, 6 203

En nuestros mitos, por consiguiente. la estación de las lluvias aparece miel irían, en cierto modo, "por delante" de los mitos del origen del
en forma de un tránsito de la naturaleza a la cultura. No obstante, cada tabaco, cuyos temas característicos emergen uno tras otro en la serie de
vez el fuego (primitivamente contenido en el cuerpo de la rana) o el las ~ransform~ciones: jaguar caníbal muerto por un tronco espinoso,
agua (posteriormente contenida en el cuerpo de la madre) se extienden; nutnas, que fIgur~~ personajes "tapados" (M 2 4 1 ) . Al mismo tiempo se
uno en los árboles, de donde se sacarán los bastones de encender lum- aclaran a la ambigüedad de los mitos que funcionan simultáneamente
bre, la otra en la superficie de la tierra, en la red hidrográfica natural c~mo mitos ,del origen del fuego (por fricción o percusión) y como
(que se opone a la red artificial creada en un principio por el demiurgo). mitos del ongen del agua (estación de las lluvias y red hidrográfica).
Se trata siempre, pues, de una dispersión. El carácter fundamentalmente Pues si fuera cierto, como esperamos haber demostrado, que el tabaco
regresivo de todos los mitos del grupo se verifica una vez más. fumado ofr?ce afinid~d ~on el fuego y la miel diluida con el agua, se
éCómo explicar entonces la ambigüedad de nuestros mitos, que por lo c~mprender~a por que rmtos preocupados simultáneamente por la etiolo-
que ya se ve resulta de su doble función etiológica? Para responder hay gia de la mlel.~ por la del tabaco (transformándose de hecho de un tipo
que fijarse en el personaje de la grulla, que en M 2 6 6 demuestra al héroe en otro) manifiestan esta ambigüedad dejando percibir el origen del
la técnica de producción del fuego por percusión. fuego, eleme~to congruo con el tabaco, a través -si podemos decir tal
El pájaro designado por Roth con la palabra inglesa "crane" desem- cosa- del origen del agua, elemento congruo con la miel. En los mitos
peña un papel importante en los mitos de la Guayana. Como veremos ge sobre el origen del fuego (M 7 a MI 2) el jaguar figuraba a título de
más adelante (M327-32S), es él quien trae a los hombres -o permite que am~ del fuego y de la carne cocida, en un tiempo en que los hombres
el pájaro mosca les traiga- el tabaco que crecía en una isla tenida por ~eUlan que conformarse con carne cruda; y era la esposa humana del
inaccesible. Ahora bien, otro mito caribe de la compilación de Roth (1, ~ag~ar la que demostraba disposiciones caníbales. Los mitos guayaneses
p. 192) comienza así: "Había una vez un indio a quien gustaba mucho mvrerten todas estas proposiciones, ya que las técnicas de producción del
fumar: ya fuera de mañana, a mediodía o por la tarde, se le veía coger fU,ego (y no ya el fuego mismo) son conquistadas o inventadas por
un cabo de algodón, golpear una piedra contra otra, hacer fuego y he roes humanos, a consecuencia de la devoración de su madre por un
encender su tabaco." Parece pues que, por mediación de la grulla, la jaguar caníbal.
técnica de producción de fuego por percusión y el tabaco estuvieran rela- Los mitos hablan de dos técnicas: fricción o giro, y percusión. Según
cionados. M 2 59, el. fuego actualmente producido por fricción era primitivamente el
Transportando al pájaro mosca hasta la isla del tabaco, la grulla, que lo que uomitaba la rana, y M 2 6 6 relata por su parte que la instigadora de
lleva apretado entre los muslos, lo ensucia de excremento (Roth 1, p. la técnica por percusión fue la grulla, pájaro que otro mito de la Guaya-
335); es así un ave propensa a la defecación. Acaso haya que ligar esta na aflige con intensa propensión a defecar. Pero entre los dos mitos hay
connotación cochina con los hábitos alimenticios de las grandes zancu- otro que hace el papel mediador:
das, que se nutren de peces muertos abandonados por las aguas cuando
M 2 72. Taulipang: origen del fuego.
llega la estación seca (cf. M 3 3 1 y Ihering, arto "jabiru"). En los ritos
funerarios de los Arawak guayaneses, paseaban solemnemente un emble- ·Otro.r~, cuando los hombres, todavía desconocían el fuego, VIVla
ma que representaba la grulla blanca (white crane) cuando la incinera- una ~leJa llam~da Pelenosamo. Acumulaba leña en el atrio y se
ción de los huesos pequeños de los difuntos (Roth 2, pp. 643-650). Los acuchllaba encima. Entonces le brotaban llamas del ano y la leña
Umutina dan a un episodio de sus ceremonias funerarias el nombre del se enc~ndía. Comía su mandioca cocida en tanto que los demás la
martín pescador (Schultz 2, p. 262). Por último, y ya que por lo menos expoman al calor del sol. Una chiquilla divulgó el secreto de la
uno de nuestros mitos (M 2 6 4 ) recurre a la codificación astronómica, no vieja. ~omo no quería dar el fuego, la ataron de brazos y piernas,
la pusieron sobre la leña y le abrieron el ano a la fuerza. Entonces
habrá que olvidar que más al sur, entre los Bororo y los Matako -y no
excretó el fuego, que se transformó en piedras !wató! (= fuego), que
sólo ellos-, parte de la constelación de Orión lleva el nombre de una
producen fuego cuando se golpean una contra otra (K.-G. 1, p. 76 Y
zancuda en tanto que los caribes de las Antillas llamaban "Cangrejero" vol. 1II, pp. 48-49).
(especie de garza menuda) una estrella que verosímilmente era parte de
la Osa Mayor y a la que se atribuía el gobierno del trueno y los huraca- Si nos atenemos a las dos propostctcnes rmucas de que el fuego
nes (Lehmann-Nitsche, loe. cit., p. 129). Si esta coincidencia no fuera producido por fricción primitivamente era vomitado, y excretado el pro-
efecto del azar, daría una ilustración suplementaria de la inversión del ducido por percusión, llegamos a la ecuación:
sistema de las constelaciones, hacia lo cual ya hemos llamado la atención
(p. 200). fricción : percusión:: boca: ano.
Sea como fuere, la entrada en escena de la grulla en M 2 66, a título de Pero la verdad es que puede sacarse más de los materiales de que dispo-
introductora de la producción de fuego por percusión (y también del nemos, pues se prestan a una deducción que, para nuestro método,
tabaco), refuerza la hipótesis según la cual los mitos sobre el origen de la ofrece valor de test.
204 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 4, 5, 6 205

Sabido es que la técnica de producción del fuego por giro (o por fric- ción literal sugiere la grulla, pero diversas indicaciones de nuestra fuente
ción) posee, en muchos lugares del mundo entero y ciertamente en (Roth 1, pp. 646-647; 2, p. 338) podrían llevar a la conclusión de que
América del Sur, connotación sexual: la madera pasiva es llamada hem- se trata de especies de garza, en particular Botorus tigrinus, Pero aun
bra, la madera que se hace girar o moverse en vaivén se llama macho. La cuando Roth hubiese aplicado el nombre de la grulla a una garza, la
retórica del mito traspone este simbolismo sexual inmediata y universal- confusión no sería menos reveladora, pues de punta a punta del conti-
mente percibido dándole una expresión imaginaria, ya que el acto sexual nente americano, como en otras partes, los mitos se complacen en recor-
(cópula) es reemplazado por un movimiento que interesa al aparato dar la grulla por su voz chillona;' I Y las Ardeae de que pudiera tratarse
digestivo (vómito). No es esto todo: la hembra, pasiva en el plano deben también su nombre científico. derivado de b otaurus (que ha dado
simbólico, se torna activa en el plano imaginario, y los órganos respecti- en francés "butor"). a su grito, parecido -dicen-,- al mugido de un buey
vamente en cuestión son allá la vagina y aquí la boca, definibles en o un toro, si no es que de una fiera. .. La técnica de producción de
función de una oposición entre lo alto y lo bajo, sin dejar de ser ambas fuego más marcada desde el punto de vista del ruido es, pues, cosa de
anteriores (sobre un eje cuyo otro polo es ocupado por los orificios un ave ruidosa.
posteriores ): También es rápida, en tanto que la otra es lenta. Esta doble oposición
entre rápido, ruidoso, y lento, silencioso remite a aquella, más funda-
mental, que sacamos a luz en Lo crudo y lo cocido, entre lo que llamá-
Plano simbólico Plano imaginado bamos mundo quemado y mundo podrido; la encontrábamos entonces
O, pasiva => O, activa en el seno mismo de la categoría de lo podrido, donde se refleja en dos
anterior => anterior modalidades que son respectivamente las de lo mohoso (lento, silen-
abajo => arriba cioso) y lo corrompido (rápido, ruidoso): esta última sancionada precisa-
mente por la cencerrada. Al mismo tiempo, pues, que volvemos a hallar
Para la técnica de producción de fuego por percusión la etnografía no en los mitos la oposición canónica del origen del agua (congrua con lo
suministra representaciones simbólicas cuya evidencia intuitiva y genera- podrido) y del origen del fuego (congruo con lo quemado), vemos
lidad sean comparables con las que acabamos de traer a cuento. Pero simétricamente aparecer en el seno de la categoría de lo quemado dos
M 2 72, reforzado por la posición recurrente que ocupa la grulla en los modalidades culturales: fricción y percusión, cuyas posiciones simbólicas
mitos ~vieja excretan~? pájaro excretando, uno y otra dueños del fuego respectivas reflejan en lenguaje de metonimia (por tratarse de dos causas
producido por percusión], nos pone en condiciones de deducir el simbo- reales del mismo efecto) las que en el seno de la categoría de lo podrido
I~s~o desconocido de est,a té~nica a pa~tir de su expresión imaginaria ocupaban metafóricamente (las significaciones eran entonces de orden
urucamente dada. Bastara aplicar las mismas reglas de transformación moral) las modalidades naturales de lo mohoso y lo corrompido. Para
que en el caso precedente, donde eran verificables empíricamente. O convencerse no hará falta más que comparar el esquema de CC, p. 332,
sean las ecuaciones: con éste, que hace juego enteramente con aquél:

Plano imaginario Plano simbólico I


QUEMADO ,
O, activa O, pasiva
posterior
=>
=> posterior ! -,.. . -,
abajo => arriba "'. . ,l
percusión
¿Cuál es pues el órgano que pudiera definirse como posterior y alto, '<,
en un sistema en que la posición posterior e inferior la ocupa el ano, la "
anterior y alta la boca? No hay dónde elegir; sólo puede ser la oreja, " "
como por lo demás demostramos ya a propósito de otro problema (CC, (rápUio)
p. 139). Resulta que en el plano de lo imaginario (es decir en el plano
del mito) el vómito es el término correlativo e inverso del coito y la Este paso de la metáfora a la metonimia (o al contrario), varias veces
defecación el término correlativo e inverso de la comunicación auditiva. ilustrado en las páginas anteriores y ya señalado en otros trabajos (L.-S.
Se ve en el acto de qué modo la experiencia verifica la hipótesis obte-
nida deductivamente: la percusión es sonora, la fricción silenciosa. Así se I 1 Parece que las grullas comparten esto, pues se cita el caso de uno de estos
explica, de golpe, que la grulla sea la iniciadora de la primera. Cierta pájaros que, privado de su congénere, contrajo apego sentimental hacia una cam-
incertidumbre envuelve al pájaro llamado "crane" por Roth. La traduc- pana de hierro cuyo sonido le recordaba el grito del ausente [Thorpe, p. 416).
206 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 4, 5, 6 207

8, 9, 10), es típico del modo como se desenvuelve una serie de transfor- miel? Volvamos atrás y consideremos los cuatro animales que los mitos
maciones por inversión cuando son suficientemente numerosas las etapas califican simultáneamente desde el punto de vista del agua y de la miel:
intermedias. Incluso en tal caso, por consiguiente, es imposible que
aparezca una paridad real entre el punto de partida y el de llegada, a ZORRO
excepción de la sola inversión generadora del grupo: en equilibrio sobre (no tiene ni miel ni agua)
un eje, el grupo manifiesta su desequilibrio en otro. Este constreñi-
miento inherente al pensamiento mítico pone a resguardo su dinamismo
al mismo tiempo que le impide alcanzar un estado verdaderamente
estacionario. De derecho, si no de hecho, el mito no posee inercia.
IRARA CARPINTERO
De manera que encontramos aquí una ilustración, en forma de caso
particular, de la relación canónica que escribíamos en 1955 de la manera (tiene miel, agua no) (tiene miel y agua)
siguiente (L.-S. 5. p. 252):

RANA
Convenía citarla por lo menos una vez para que se convenzan de que (tiene agua, miel no)
desde entonces no ha dejado de guiarnos.
o sea:
e) QUINTA VARIACIÓN:

[jaguar => jaguar l # [O => ~]


agua miel
En los mitos precedentes, la rana figura en calidad de madre. del jaguar. zorro - ~

Ya hemos contribuido de dos maneras a la solución de esta paradoja irára - +


etnozoológica: mostrando que la rana y la abeja sostienen una relación rana + -
de correlación y oposición en el eje cuyos polos forman la estación de carpintero + +
las lluvias y la de la sequía, y descubriendo otra correspondencia, esta
vez entre la abeja y el jaguar, puesto que dicho felino desempeña el
papel de amo de la miel en los mitos tenetehara y tembé (M I 8 S ' M 1 8 9 ) .
Si la rana es congrua con lo húmedo y la abeja con lo seco, se compren- Como la rana (llegado el caso, el cunauarú) posee el agua, debe ser
de en efecto que a título de dueña del agua celeste (= anunciadora de las inversa del jaguar, que tiene el fuego, en virtud de la ecuación agua= fue-
lluvias) la rana pudiera ser complementaria del jaguar, cuya posición de go,-t) (cf. CC.. pp. 191-192). Por consiguiente, si el mito se pone a cali-
amo del fuego terrestre ha sido establecida independientemente y que es ficar también estos dos animales desde. el punto de vista de la miel, ten-
él mismo conmutable con la abeja. drá que ser respetando esta inversión principal: de donde resulta que,
Mas dpor qué los Tupí septentrionales hacen del jaguar un dueño de la como la rana no tiene miel, el jaguar sí. Esta deducción restituye la
armadura, no sólo de los mitos tenetehara y tembé, sino también del
Sobre lo gritón de la grulla en los mitos de América del Norte, cf. Gatschet (p.
102): "la grulla del Canadá es, de todos los animales, el que grita más, y más fuer- mito warrau (M 2 3 s ) que plantea que, desde el punto de vista de la miel,
te", y la creencia chíppewa de que los miembros del clan de la grulla tienen una el agua es el fuego (antes, p. 134).
voz potente y dan a la tribu los oradores (Kinietz, en L.-S. 9, p. 154). Nuestra interpretación implica que sea verificable, en estos mismos
Por lo que toca a China, cf. Granet (p. 504, n, 2): "El sonido del tambor se oye mitos, una correspondencia en otro plano, entre la rana (dueña del agua
hasta Lo-yang cuando una grulla blanca [subrayado del texto] penetra volando en celeste) y el caimán cuya posición semántica es de dueño del agua terres-
la Puerta del Trueno", y la referencia al pájaro Pi-fang, que "parece una grulla, tre (CC, p. 190). El caimán aparece en M2 6 6 como transformación del
baila en una pata y produce el fuego" (p. 526). viejo glotón de M 2 s 9; es igualmente simétrico con la rana glotona de
Estas confrontaciones son tanto mas legftimas cuanto que hay un fundamento M2 4 1 : ésta roba el (futuro) héroe civilizador a su madre para tener un
anatómico, y así objetivo, de la reputación de ruidosas de las gruiforrnes: "La marido capaz de satisfacerla sexualmente, aquél da su hija, incapaz de
mayoría de las especies lucen, en el macho (no siempre en la hembra), una convo-
lución en la tráquea; ésta penetra hacia atrás de las clavículas, en un hueco de la satisfacerlo sexualmente, al (futuro) padre del héroe civilizador.
cresta del esternón" (A. L. Thompson, p. 61). Después de elucidar las reglas que presiden la transformación de la
208 EL FESTÍN DE LA RANA VARlACIONES 4, 5, 6 209

rana en jaguar, podemos abordar la quinta variación, durante la cual una Pero si se vuelve este razonamiento, la conclusión se aclara: llegados al
rana (madre del) jaguar cede el lugar a un jaguar macho. pueblo, los dos jaguares hallaron por lo menos un cadáver, y se puede
suponer que se lo comieron en lugar de la muchacha (a quien se habrían
M 2 7 3. Warrau: la criatura robada. co~ido, pre~ce el mito, de haber seguido en su comañía). Para apreciar
la ImportancIa de este detalle basta recordar que, en los mitos ge sobre
En ausencia de un indio, salido de caza, la esposa encargó a la el ongen del fuego (de cocina), el jaguar daba la carne cocida a los
vieja abuela el cuidado de su hija pequeña, que apenas empezaba a hombres, de quienes recibiera una esposa humana. Ahora, aquí el jaguar
andar y cuyos llantos la molestaban en sus quehaceres de cocinera. ha robado a los hombres (y no recibido de ellos) una humana de la que
Cuando quiso recuperar a la niña, la abuela protestó diciendo que no ha hecho su esposa; correlativamente, en vez de que los hombres
no le había sido confiada, y la pobre mujer comprendió que un adquieran la carne animal cocida, son ellos quienes ceden la carne huma-
jaguar hábilmente disfrazado se la había llevado. na cruda.
Vanos fueron todos los empeños por recuperar la niña, y los Para convencerse de que tal es por cierto el sentido de la conclusión
padres se resignaron a perderla. Algunos años más tarde, empeza-
ron a advertir extrañas desapariciones: un día los collares, otro las considerada enigmática por Roth, basta comparar término a término el
bandas de algodón, luego las provisiones de médula de palmera, el mit? '."'arrau y el ~po de los mitos ge sobre el origen del fuego (M 7-M 1 2 ) ,
tapasexo, las ollas. .. Era el jaguar, que venía secretamente por la advirtiendo que, Igual que la mayor parte de los ge, los Warrau son
noche a fin de dotar a la chica, pues la quería como si fuera de su ~atrilineales, y que a la inversa de lo que pasaría en una sociedad patri-
raza. La alimentaba de carne y, en cuanto estuvo formada, se puso hneal, la madre cuenta para ellos como parienta, no como aliada:
a lamerle la sangre de la regla, como los jaguares y los perros, que
gustan de olfatear los órganos femeninos. Los dos hermanos del un chico, definitivamente,
jaguar hacían otro tanto, y la muchacha encontraba harto extraña según cree !El.
tal conducta. . irritado(a)
Resolvió pues escapar y preguntó cuál era el camino que llevaba por Io(a) abandona \
\ Una madre una chiquilla,
a su pueblo. Como el jaguar desconfió, ella le replicó que ya se
estaba haciendo viejo y que pronto moriría; dno debiera entonces
ella regresar con sus padres? Persuadido así, el jaguar la instruyó
con particular esmero, pues temía que, muerto él, sus dos herma-
~ (O, parienta)
I provisionalmente,
según cree ella.

nos quisieran devorarla.


Cuando llegó el momento que se había fijado, la joven pretendió M7 aMIZ: El chico es recogido ( que elimina
que no podía quitar del fuego una enorme marmita llena de carne, por un jaguar ( Ia sucie......
cuyo calor le impedía acercarse. Presuroso, el jaguar cogió la [ Mz 7 3; La chiquilla es raptada que busca
marmita con las patas y entonces ella se la volcó encima. La fiera
escaldada cayó, aulló de dolor y murió. Los hermanos oyeron los
gritos y no les dieron importancia: pensaron sólo que el viejo la
pasaba a gusto con su querida. Nada podía ser más falso, pues la y le da bienes culturales
verdad es que jamás la había poseído. que los hombres no po-
La muchacha corrió al pueblo e hizo que la reconociesen los M7aM 1Z: •.• e xterna de que I el chico) seen.
suyos. Explicó que había que huir, ya que los hermanos del jaguar se hllb¡'a alamentado ,
iban a llegar para vengarse y nadie escaparía de ellos. Los indios se y que alimenta a la
dispusieron a partir, pues, y descolgaron las hamacas. Un primo de criatura con carne,
'" interna con que ella {la y roba a los hombres,
la chica metió en la suya una pesada piedra de amolar que contaba paza dárselos, bienes
chica) 10 alimentará,
con usar. Pero en el momento de echarse la hamaca al hombro, culturales que él no
como se hace para llevarla, no se acordó de la piedra y el choque posee.
inesperado le rompió la columna vertebral y lo mató. Sus compa-
ñeros tenían tal prisa por huir que abandonaron al cadáver (Roth ~
1, pp. 202-203).

Roth hace una observación divertida a propósito de este mito. La


M7 a M12: ¡~:I ~:::: humana
utiliza la carne cocida con
negándosela al chico.

conclusión tan repentina le asombró, y entonces la informadora le res- fines asesinos,


pondió que al llegar al pueblo, los jaguares no encontrarón más que un
cadáver. Ya no había nadie que observara los siguientes acontecimientos
[
M27 3: ¡La humana, no esposa
del jaguar
\
"prodigándosela" aljaguar.

para relatarlos más tarde. é Cómo quería que ella los supiera?
210 ÉL FESTÍN DE LA RANA VARIACIQNES 4, 5, 6 211

MUjer del Jaguar muerta, ¡ regreso al pueblo,


con explicar el gusto del jaguar por la sangre menstrual merced a la
creencia particular de este grupo tribal de que, a diferencia de los hom-
bres, a los Espíritus sobrenaturales no les da asco (antes, p. 157). Es un
cuyos habitantes

~
hecho que la mitología warrau trae a menudo a cuento las molestias
Jaguar muerto, femeninas; así M2 6 o, donde los pájaros se tiñen las plumas con la sangre
de la desfloración, y M 2 3 s. donde -cs¡n llegar tan lejos cómo el jaguar
de M 2 i 3 - un Espíritu masculino nombrado Abeja no teme el con-

¡ Lo s hombres obtienen la car-


ne animal cocida
de una tea ardiente voluntaria-
mente cargada por animales que
han probado la solidez de su espi-
tacto de una muchacha indispuesta;" actitud, dicho sea de paso, que prue-
ba que la conmutación del jaguar y de la abeja existe también fuera de
los Tupí meridionales (antes, pp. 206-207).
nazo.
Con todo, la trama de M 2 7 3 no es completamente explicable recu-
por medio rriendo a las ideas particulares de los Warrau acerca de la menstruación.
) Los jaguares obtienen la car-
I nc humana cruda de un" piedra "de mojar", mvo-
luntariamente <:argada por un
Hemos encontrado de camino un mito tukuna (M 2 4 s ) relativo asimismo
hombre, v que le rompe el de- a una chiquilla llorona abandonada por la madre, que una rana (transforma-
masiado débil espinazo. ción del jaguar, como quedó demostrado en la cuarta variación) se lleva y
cr ia, y a quien enseña los poderes chamánicos. Adulta y de vuelta entre
los suyos, esta mujer se alimenta exclusivamente de tuétano humano
A proposrto de la última oposición, piedra/tea ardiente, se notará que donde puede verse una transformación de la sangre menstrual de M 2 7 3 a
se trata aquí de una piedra de amolar, que de ordinario se emplea moja- doble condición de que:
da (oposición agua/fuego). Además hemos demostrado en otro lugar
(Ce, p. 155) que a través de todo este sistema mitológico la piedra es
una expresión metafórica de la carne humana, en tanto que la tea ar-
a) M2 ? :I
[ jaguar (animal carubal} ] ~
M24S
[ rana (animal no caníbal) ]
diente es un equivalente metonímico de la carne cocida (causa por efec-
to). No sólo la conclusión de 1\1 2 7 3 , entonces, sino cada uno de sus
detalles está por completo motivado.
b) M273 [
heroína "carúbahaada" 1 ~
M245 [
heroína "canlb alizante" ]
El cuadro anterior muestra que M 2 7 3 está en oposición diametral con Por otra parte, una prueba suplementaria de la "transparencia" pro-
los mitos ge acerca del origen del fuego, con los cuales (en Lo crudo '! gresiva de la mitología de la miel a la mitología del tabaco, que se
los cucido) se inició nuestra travesía alrededor del globo de la mltolog ia agrega a todas las que hemos dado ya, resulta de otra confrontación de
sudamericana. Estamos ahora, por tanto, precisamente en las antípodas M273. esta vez con el mito tereno sobre el origen del tabaco (M 2 4). En
de nuestro punto de partida. En efecto, si la cocina desempeñaba un este mito, resumido y discutido en otra parte (CC, pp- 10355), Y del cual
papel doblemente conjuntivo en aquellos primeros mitos (entre ciclo y hemos debido ya invocar una variante matako (M 2 4 6, p. 162) para conec-
tierra, y entre aliados), figura dos veces en 1\1 2 7 3 Y siempre con papel tar la mitología warrau con la del Chaco, una mujer luego convertida en
disyuntivo: primero responsable del abandono de una criatura por una jaguar (en tanto que el jaguar warrau primero se convirtió en mujer)
madre demasiado preocupada cocinando para su marido -y que en con- intenta envenenar a su marido al;imentándolo con sangre menstrual (a la
secuencia cree que sus deberes de aliada (esposa y cocinera) son incom- inversa del jaguar warrau que se deleita con la sangre menstrual de su
patibles con los que le incumben a título de parienta (madre. y nodri~ "no mujer").
za)-; luego responsable de la muerte de un jaguar que no es ru padre ru Ahora bien, este mito tereno es también (con M20) uno de los prime-
marido, sino nutricio; y que sucumbe escaldado por el contenido de una rísimos en que topamos con la miel, que tiene aquí (como probamos en
marmita, víctima de la torpeza intencional de una cocinera. la primera parte de este libro) papel de operador del origen del tabaco.
Pero si en lugar de transportarnos idealmente y de golpe hasta el pun- Esta miel es tóxica cada vez, sea por una razón externa (violación de un
to de partida intentamos retornar despacio sobre nuestros pasos, apare- tabú por los recolectores en M 2 o) o por una razón interna (fetos de
cen otros vínculos que representan "tirantes", como dicen los topógra- serpiente incorporados, en M 2 4)' Sea moral o física la causa invocada,
fos, y permiten ligar directamente nuestro mito a varios de los que tal miel es pues una basura. Al contrario, para el jaguar de M 2 7 3 la san-
hemos considerado. Estos atajos Forzosamente pasan por dentro de la gre menstrual c-esa basura- es una miel. En efecto, su conducta como
esfera: de donde resulta que la tierra de los mitos no sólo es redonda jaguar ladrón de una chiquilla (abandonada poraue chillaba demasiado),
sino hueca. goloso de su sangre menstrual, reproduce la de la rana de M24!, pronta
En vista de que .1\1 2 7 3 es un mito warrau, podríamos conformarnos a recoger (porque chillaba demasiado) un muchachito, y glotona de la
212 EL FESTÍN DE LA RANA VARIAClüNES 4, 5, 6 213

miel que él le presenta. Según el caso, esta glotonerÍa provoca o facilita mitos ge sobre el origen de la cocina, M 2 7 3 no puede ser, por ello
la fuga de la criatura adoptada. Y hemos establecido independientemente mismo, sino un mito sobre el origen del régimen alimenticio más opues-
que en la quinta variación el jaguar es una transformación de la rana, to: cuando el animal se come al hombre, en vez de ser el hombre el que
heroína de la tercera. coma el animal, y el hombre es comido crudo en tanto que el animal es
dQué relación podrá haber entre la miel y la sangre menstrual? En comido cocido. Y sobre esta horrible escena, antes de que comience, el
primer lugar, son sustancias elaboradas como el alimento cocido, aunque mito hace que descienda discretamente el telón. Se trata para él, pues,
por efecto de lo que podría denominarse una "cocina natural". En la de explicar no la desintegración de un orden apenas formado, sino la
sistemática indígena, como hemos explicado, la miel procede de una formación de un desorden que, en un sistema mitológico donde el perso-
cocina natural de orden vegetal, y es claro que la cocina natural de naje del jaguar caníbal tiene un papel de primer plano, puede ser durade-
donde viene la sangre menstrual es, por su lado, de orden animal. Obte- ramente integrado. Por consiguiente, la serie paralela (la de la madura-
nemos de esta suerte una correlación inicial, a la que se agrega otra en ción fisiológica) debe ser también invertida. Desde todos los puntos de
seguida. Evitando con la chica que ha raptado todo contacto físico que vista, la nueva perspectiva que adopta el mito no es menos abrumadora
no sea saborear su sangre menstrual, el jaguar de M 2 7 3 traspone a tér- que la otra.
minos alimenticios una relación sexual. Invierte así sencillamente la
conducta de las dos hermanas de M 2 35, que desearían "raptar" a su
cuñado porque resienten en términos sexuales (prendadas como están de
j) SEXTA VARIACION:
un hombre llamado Miel) una relación que debiera quedar en el plano
alimenticio. Por lo demás, dno es para mejor atestiguar la realidad de
esta transformación para lo que el jaguar, protagonista de M 2 7 3, tiene [jaguar =;;> jaguar] B [6 =;;> O]
dos hermanos como la protagonista de M 2 3 5 dos hermanas? Los dos
hermanos de M 2 7 3 no se contentan con la sangre menstrual que emite la Veamos primero el mito:
heroína; también quieren comérsela a ella. Las dos hermanas de M 2 3 5
no se conforman con la miel que produce el héroe; quieren también, M2 74• Arawak: el jaguar vuelto mujer.
pero hablando eró ticamente, "comérselo".
Entre miel y sangre menstrual se percibe, en fin, un nexo más, debido Había en un tiempo un hombre que no tenía igual en la caza de
cerdos salvajes. Mataba cada vez cinco o seis, en tanto que el
al hecho, que varias veces hemos subrayado (y volveremos a ello L de jaguar, que perseguía también la manada, no pasaba de obtener
que las mieles sudamericanas son con frecuencia tóxicas. Por lo que les uno o dos. Así que el jaguar decidió convertirse en mujer, y con
concierne, hay pues poquísimo trecho entre las categorías de lo delicioso su nueva apariencia abordó al cazador y le preguntó su secreto.
y lo venenoso, Por parte de los warrau, que alimentan dudas metafísicas -Es efecto de un largo ejercicio, le respondió éste. Entonces la
sobre lo fundado de las interdicciones relativas a las mujeres indispuestas mujer-jaguar le propuso matrimonio pero, conociendo su verdadera
(antes, pp. 157 Y 211), la confrontación con la miel no es, por tanto, naturaleza, el indio vacilaba. Logró sin embargo convencerlo de
cosa de qué asombrarse. que juntos matarían mucho más cerdos que cada quien por su
Una observación final a propósito de este mito. Cuando trajimos a lado.
cuento la problemática de la sangre menstrual (de la mujer) y de los Durante mucho tiempo fueron felices. La mujer era buena espo-
sa, pues aparte de la cocina y de ahumar la carne, descollaba en la
excrementos hediondos (del hombre) en el curso de la tercera variación
caza. Un día preguntó a su marido si tenía aún padres, familia, y a
(p. 171), sacamos a relucir un movimiento doble cuyo paralelismo subra- su respuesta afirmativa le sugirió una visita al pueblo donde, sin
yan los mitos. Por una parte, la maduración fisiológica implica una regre- duda, lo darían por muerto. Ella sabía el camino, conduciría a su
sión a la suciedad que, en términos de código auditivo, ilustra por su marido, pero a condición de que le prometiera jamás revelar su
lado la condición del crío llorón. Por otra parte, la emergencia de un origen.
orden, sea natural o cultural, resulta siempre de la disgregación de un Llegaron pues al pueblo, llevando muchos cerdos. La madre del
orden superior y del que la humanidad no conserva más que jirones. indio quiso en seguida saber de dónde venía aquella esposa. Sin
Esta interpretación ¿no es desmentida por M 2 7 3? En efecto, la heroína mayores precisiones, él se limitó a decirle 9ue la había encontrado
es un crío llorón al principio, y lejos de que la pubertad la devuelva al en el bosque por casualidad. Todos los días la pareja volvía con
una cantidad prodigiosa de piezas de caza, y los del pueblo empe-
orden, parece que al contrario le añada un atributo seductor. Pero dicha zaron a sospechar. Primero el indio no quiso revelar nada, pero su
seducción ejercida por la sangre menstrual se ejerce sobre un jaguar, madre lo atormentó tanto que acabó por confiarle el secreto. Los
como el mito se cuida muy bien de precisar: "Había seguido siendo demás se lo arrancaron a la vieja a fuerza de bebida. La mujer-ja-
jaguar, y continuaba haciendo lo que hacen los jaguares y los perros" guar, que todo lo había escuchado sin ser vista, sintió tal humilla-
[Roth 1, p. 202). ¿Qué quiere decir esto? Diametralmente opuesto a los ción que escapó rugiendo. No la vieron más. Ya pudo el pobre
214 EL FESTÍN DE LA RANA VARIACIONES 4, 5, 6 215

~ar~do. c0t;er por la maleza llamándola por doquier. No respondió entonces, una prueba suplementaria de que 1.1 2 7 4 forma parte de aquel
Jamas, Jamas {Roth 1, pp. 203-204). grupo también.
Pero si la sexta variación devuelve pura y simplemente al tema, si bien
Se imponen dos observaciones, una sobre la forma de este mito, la atestiguando, por su función reduplicadora, que es inútil buscar más
otra acerca de su contenido. lejos, y que el grupo, detenido en una de sus puntas, es por añadidura
Consideremos ante todo el conjunto de las ecuaciones que nos han ser- un grupo cerrado, el carácter estático así reconocido al grupo no se é

vido para engendrar las seis variaciones: opone al principio que recordamos al final de la cuarta variación, según
el cual toda transformación mítica estar ía marcada por un desequilibrio
1) [abeja=>abeja]+1o-[O=>6] que es a la vez prenda de su dinamismo y signo de su carácter incom-
2) [f;=>,6]+'>- [abeja => rana] pleto?
3) [rana=>rana]B[.6o=>O] Para resolver esta dificultad conviene recordar el itinerario tan par-
4) [0=>0] +'lo [rana =>jaguar] ticular que nos han impuesto las transformaciones sucesivas del tema.
5) [iaguar ss-jaguarj-e (O"=>L\.] Todos estos mitos, hemos dicho, tratan menos de un origen que de una
6) [jaguar =>jaguar] +T [.6 =>O] pérdida. Primero la pérdida de la miel, en un principio disponible en
cantidades ilimitadas, y que ahora se ha vuelto difícil de encontrar
Es claro que la última no es del mismo tipo que las otras. En lugar de (M233-M23S)' Luego la pérdida de la caza, antes abundante y vuelta
abrir camino a una transformación nueva, no hace más que anular la rara y dispersa (~1237-M239)' Pérdida, después, de la cultura y de las
operación inmediatamente anterior, de suerte que, tomadas juntas, las artes de la civilización según la historia de Haburi (M 2 4 1 , ~v12s8)' "padre
ecuaciones 5 y 6 engendran una transformación indéntica: una reempla- de las invenciones", que tuvo que abandonar a los hombres para escapar
zaba un jaguar femenino por un jaguar masculino, la otra retransforma el de las empresas de la rana. Y finalmente una pérdida todavía más grave
jaguar masculino en jaguar femenino. Como la costurera que acaba su que todas las demás: la de las categorías lógicas fuera de las cuales el
labor, dobla el borde de la tela y la cose por detrás a la parte no visible, hombre no puede conceptual izar la oposición de la naturaleza y la cul-
para no se deshilache, el grupo es rematado plegando la sexta transfor- tura ni superar la confusión de los contrarios: el fuego de cocina es
mación sobre la quinta como un dobladillo. vomitado, el alimento exudado (M 2 6 3 , 264, 266), queda abolida la dis-
Si ahora consideramos el contenido del mito, vemos que no se con- tinción entre el alimento y el excremento (M 2 7 3 l, entre la búsqueda de
forma con definir e! grupo por una de sus extremidades: cierra el grupo alimentos por el jaguar antropófago y por el hombre (M 2 7 ] , 274)'
sobre sí mismo en su totalidad, y hace de él un sistema cerrado. Después Como un crepúsculo de los dioses, pues, describen los mitos este des-
de toda una serie de transformaciones que progresivamente nos habían plome ineluctable: de una edad de oro en que la naturaleza era dócil
alejado de! punto de partida, ahora hemos vuelto. Con la sola reserva de para el hombre y pródiga hacia él, pasando por una edad del bronce en
la transformación de una mujer-abeja en mujer-jaguar, M 2 7 4 relata exac- la que el hombre disponía de ideas claras y oposiciones bien definidas,
tamente la misma historia que 1\1233, M 2 3 4 , que ofrecieron el "tema" a por medio de las cuales podía aún dominar su medio, hasta un estado de
las seis variaciones. indistinción tenebrosa donde nada puede ser poseído incontestable-
En los tres mitos los esposos tienen vocación idéntica: el marido de la mente, y menos aún conservado, puesto que todos los seres y las cosas
abeja es él mismo el mejor recolector de miel de la tribu, el marido de la andan mezclados.
mujer jaguar es un cazador sin par, pero de cerdos solamente, pues pue- Esta marcha universal hacia la confusión, que es también caída a la
de ser superado en otras cazas. Ahora, si la miel es evidentemente el naturaleza, tan característica de nuestros mitos, explica su estructura
término mediador entre la abeja y el hombre, hemos explicado en otro estacionaria a fin de cuentas. Ésta atestigua entonces, pero de otra mane-
lugar (CC, pp. 87-112) por qué el cerdo salvaje (sin duda Dicotyles tor- ra, la presencia de una distancia constitutiva entre el contenido del mito
qua tus en M 2 74, donde la especie no es precisada; pero D. labiatus vive y su forma: los mitos no consiguen ilustrar una decadencia sino por
en manadas tan numerosas que cinco o seis animales no constituirían medio de una estructura formal estable, por la misma razón que mitos
una muestra de caza demasiado imponente) ocupa un lugar comparable que aspiran a mantener la invariancia a través de una serie de transfor-
entre el hombre y el jaguar. Sin duda el indio de 1\12]3, t\12 3 4 solicita la maciones son constreñidos a recurrir a una estructura sin perpendiculari-
mujer sobrenatural, en tanto que es al revés en ,\1274. Pero aquí como dad. El desequilibrio es siempre dado, mas, según la naturaleza del men-
allá, la heroína manifiesta la misma solicitud hacia sus aliados: la una saje, se manifiesta por la impotencia de la forma para plegarse a las
después del matrimonio, la otra antes. l lcmos demostrado el valor tópico inflexiones del contenido, con respecto al cual se coloca ora más acá
de este rasgo, que permite consolidar en un solo grupo los mitos cuya ----constante si el mensaje es regresivo-e, ora más allá <progresiva si el
heroína es una chica marcada desde el punto de vista de la miel (ya sea mensaje es constante.
ávida de ella o pródiga) en la Guavana y en el Chaco, y que suministra, Al principio de este libro partimos de la hipótesis de que la miel y el
216 EL FESTÍN DE LA RANA

tabaco constituyen un par de oposiciones y. por consiguiente, la mito-


logía de la miel y la del tabaco deben de responderse simétricamente.
Presentimos ahora que tal hipótesis es incompleta pues, desde el punto
de vista de sus funciones míticas respectivas, la miel y el tabaco sostie-
nen relaciones más complejas. La continuación de este trabajo mostrará
que en América del Sur la función del tabaco consiste en rehacer lo que
la función de la miel deshizo, es decir, restablecer entre el hombre y el
orden sobrenatural una comunicación que el poder seductor de la miel
(que no es sino el de la naturaleza) lo ha llevado a interrumpir: "El
tabaco gusta de oír los relatos míticos. Por eso -dicen los Kogi- se da
cerca de las habitaciones" (Reichel-Dolmatoff, vol. II, p. 60). Los cam-
bios que, en cierto sentido, han operado bajo nuestros ojos las seis varia- TERCERA PARTE
ciones, se asemejan pues a las oscilaciones de la punta de un resorte, con
sólo un extremo fijo en tanto que el otro, bruscamente liberado por la
rotura del cable que lo tenían tenso, vibra en jos dos sentidos antes de
inmovilizarse. Sólo que aquí también el acontecimiento es al revés: sin el AGOSTO EN CUARF:SMA
tabaco que la mantiene tensa hacia lo sobrenatural, la cultura reducida a
sí misma no puede más que fluctuar indecisa de una parte a otra de la
naturaleza. Al cabo de algún tiempo se amortigua su ímpetu y la propia
Rura ferunt messes, calidi quum sideris aestu
inercia la inmoviliza en el solo punto en que naturaleza y cultura se
depunit fíaoas annua terra comas.
encuentran, por así decirlo, en equilibrio natural, y que hemos definido Rure leois verno flores apís ingerit alueo,
por la recolección de la miel. compteat ut dulci se dula melle fauos.
En un sentido, por consecuencia, todo estaba cumplido y consumado Agrícola assiduo primum satiatus aratro
desde la primera variación, ya que tenía por objeto la miel. Las demás cantauit certo rustica verba pede.
no han hecho más que dibujar, con creciente precisión, los límites de un Et satur aren ti primu.m est modulatus avena
escenario que quedó vacío una vez acabado el drama. Importa así bien carmen, ut ornatos diceret ante Deos.
poco que hayan sido más o menos numerosas. Como esos acordes con Agricolo et minio suffusus, Bacche, rubenti
que terminan las sinfonías de Beethoven, que siempre lo dejan a uno primus inexperta ducit ab arte choros.
preguntándose por qué el autor quiso precisamente tantos y qué lo
disuadió de añadir más, no concluyen un desenvolvimiento en marcha. Tibulo, Elegías, 1, L. II.
Ya había éste agotado todos sus recursos, pero era preciso asimismo que
un medio metalingüístico permitiera enviar una señal de fin de mensaje,
obtenida enmarcando la frase última en el sistema, por una vez presente,
de los tonos que contribuyeron, en la duración entera de la trasmisión, a
exponer mejor sus matices, modulándolo de varias maneras.
LA \0<:111-: 1':STHI-:LLAIlA

A DIFERENCIA de 1\1 2 5 9 , t\12 6 ó , la versión caribe (,\12 6 4 ) no alude al


origen del fuego. La rana se limita a extraer la harina de una mácula
1. La noche estrellada 219 blanca que lleva entre los hombros; ni vomita ni excreta el fuego y no
11. Ruidos en el bosque 246 perece en una pira sino en un lecho de algodón inflamado. De suerte
Lll, Retorno del desanidador de pájaros 277 que el fuego no puede difundirse por los árboles; sus efectos quedan
inscritos en el cuerpo mismo del batracio, cuya piel quemada guardará
aspecto rugoso y plegado. Esta ausencia de factor etiológico, que versio-
nes paralelas ponen en primer plano, es compensada en todo caso por la
presencia de otro que no aparece en M 2 5 9, M 2 66: el origen de ciertas
constelaciones. Se recordará que el tapir se vuelve las Híades, Maku-
naima las Pléyades, y su pierna cortada el cinturón de Orión.
Un mito de la Guayana, verosímilmente akawai, que hemos resumido
y discutido en otra ocasión (1'\1 1 3 4 , ce, pp. 241~242), hace que las
Pléyades nazcan de las vísceras de un indio asesinado por su hermano,
con la esperanza de ganar la esposa del difunto. Entre estas dos versio-
nes, diversos mitos guavancses proporcionan una transición tanto más
plausible cuanto que, cada vez, Orión representa el miembro cortado y
las Pléyades el resto del cuerpo: donde están las vísceras, por consi-
guiente. En el mito taulipang (M'35) las Pléyades anuncian una pesca
fructífera, como hacen las Pléyades reducidas a a las solas vísceras de
M 1 3 4 • Y, entre los Arekuna (M I 3 6 ) , la amputación del héroe llega
después de que ha asesinado a su suegra que, como la rana de M 2 6 4 , le
servía un alimento excretado. En I,o crudo y Lo cocido (pp. 238-244)
hemos discu tido largamente esta asimilación simbólica de las Pléyades a
las vísceras o a la parte del cuerpo que las contiene, señalando su pre-
sencia en regiones muy separadas del Nuevo Mundo, y mostrado que,
desde el punto de vista anatómico, la oposición pertinente era entre
vísceras (las Pléyades) y hueso largo (Orión}."
1 Algunas variantes guayancsas identifican las Plcvadcs con la cabeza y no con
las vísceras, pero subsiste la oposición con la forma h'dolldcudojaitl'rKad().
[ 19
AGOSTO EN CUARESMA LA NOCHE ESTRELLADA 221
220

Figuradas por las vísceras o una parte del cuerpo que las contiene, héroe de MI 3 S aprisiona a la viuda, que se ha impuesto en matrimonio,
pues, en la región guayanesa las Pléyades presagian abundancia de pes- en un árbol hueco donde ella introdujo imprudentemente la cabeza para
cado. Pero no es ésta la primera vez que encontramos un tema "visce- comer miel en el panal mismo. Entonces él se muda con sus hijos en
ral": también tenía cabida en el ciclo de la chica loca por la miel. Remi- /araiuag/, animal comedor de miel 3 [cf. antes, p.7I), no sin haber antes
tiendo al lector a Il , 2 para mayores detalles, nos contentaremos con incendiado su cabaña (K.-G. 1, pp- 55-60). Ahora bien, se recordará que
recordar los mitos toba y matako (M 2 o 8, M 2 o 9)' donde el engañador en un mito del Chaco (M 2 I 9) el seductor -incendiario de su pueblo
pierde las vísceras, que se convierten en bejucos comestibles, sandías y según otro mito (M 2 1 9b: Métraux 5, p. 138)- sufre el mismo castigo
frutos silvestres, o también (M 2 1 o) su vómito (salido de las vísceras que aquí la seductora.
como éstas salen de la caja "torácica y de la cavidad abdominal) hace que Finalmente, la versión arekuna (MI 36) junta los tres motivos de las
nazcan las sandías. vísceras sobrenadantes (origen de las plantas acuáticas), de la esposa
En M I 34 el destripamiento del héroe determina la aparición de las Plé- asesina que mutila a su marido (que sube al cielo y se vuelve la Pléyade),
yades (en el cielo) y de los peces (en el agua). En M I 3 6 (yen el mito y del castigo de la mujer emparedada en un árbol hueco (por haberse
de referencia MI) la aparición de las plantas acuáticas (encima del agua) mostrado demasiado ávida de miel).
resulta también de un destripamiento. Detrás de estas metamorfosis se La recurrencia del motivo de las vísceras sobrenadantes o suspendidas,
columbra un doble eje de oposiciones: por una parte entre arriba y en los mitos de la Guayana y del Chaco, permite extender al conjunto
abajo, ya que las estrellas flotan arriba, "sobre el aire", corno las plantas del grupo una conclusión que ya habíamos considerado al comparar,
acuáticas flotan abajo, sobre al agua; y por otro lado entre continente y desde otro punto de vista, ciertos mitos guayaneses con los mitos del
contenido, puesto que el agua contiene los peces en tanto que las san- Chaco. Por doquier, en efecto, se trata de la ruptura de un vínculo de
días (yen general los frutos y legumbres de la estación seca) contienen alianza, causada por una concupiscencia irreprimible que puede ser de
el agua. El destripamiento que determina en M20S-M210 el origen de las naturaleza alimentaria o de naturaleza sexual, pero que se mantiene idén-
sandías y el destripamiento que determina la llegada de los peces en tica a sí misma con estos dos aspectos, ya que tiene por objeto ora la
M I 34 son tanto más comparables cuanto que la pesca y la recolección miel, alimento "seductor", ora un personaje seductor; bautizado "Miel"
de frutos silvestres se realizan sobre todo durante la estación seca. Sin por varios mitos de la Guayana.
duda MI 34 no contiene más que una alusión apenas perceptible al moti- En el Chaco, una relación entre yerno y suegros es neutralizada por
vo de la chica loca por la miel: queriendo deshacerse de la mujer des- una esposa demasiado ávida. Situación inversa de la que ilustra un mito
pués del marido, el indio asesino la persuade para que se meta en un de la Guayana (M 2 s 9) donde es un suegro demasiado ávido el que neu-
árbol hueco (o sea un lugar donde suele buscarse la miel) pero con el traliza una relación entre su hija y su yerno. En otros mitos guayaneses
pretexto de capturar un agutí [Roth 1, p. 262).2 Si MI 34 se limita a una relación entre aliados (respectivamente cuñado y cuñada) está
asociar el motivo de las vísceras y el del origen de las Pléyades, las neu tralizada por el hecho de la eliminación del marido por su hermano
variantes taulipang (MI 3 s ) Y vapidiana (M 2 6 s l -donde es la mujer la (M 1 34) o por su mujer (M I 3 5). En fin, en M 1 3 6, que parece aberrante
prendada de su joven cuñado, a la inversa de M 1 34- asocian, por su al ser enfocado con el mismo ánimo, un aliado neutraliza una relación
parte, el motivo del origen de las Pléyades y el de la chica loca por la entre parientes, ya que el yerno mata a la madre de su mujer, que lo
miel: para vengar a su hermano mutilado y transformado en Pléyade, el alimenta (cuando normalmente debiera ser al revés). Pero esta inversión
del ciclo de las prestaciones se aclara cuando se advierte que el alimento
es excretado: antialimento que constituye, pues, por parte de la suegra,
2 El agutí no está por casualidad. Pues sabemos que, en los mitos de la Guayana una an tiprestación. Por último, el sistema general de las transformaciones
(Ogilvie, p. 65), alterna con el tapir en el papel de amo del árbol de vida. Mas no nos ha sido dado a partir de un alimento privilegiado, la miel, y de una
del mismo modo, al parecer: dueño actual de los frutos silvestres, el tapir era
situación sociológica igualmente privilegiada: la de la mujer demasiado
también, pues, dueño de las plantas cultivadas en el tiempo en que éstas se daban
en un árbol en estado silvestre, en tanto que el agutí, saqueador de plantas culti- ávida, sea de miel (Chaco) o de un vínculo ilícito (Guayana), o por ven-
vadas, parece actualmente ejercer sobre ellas un derecho de prioridad: los indios tura (Guayan a) de los dos al tiempo.
del río Uaupés inician la recolección de la mandioca por la periferia del campo, Si intentamos contemplar en conjunto el sistema y deslindar sus aspec-
para engañar -dicen- al agutí salido de la maleza circundante, que se imagina que tos fundamentales, podemos pues decir que tiene por originalidad propia
no hay ya nada que robar (Silva, p. 247). Por otra parte, en los mitos en que el el recurso simultáneo a tres códigos: un código alimenticio cuyos símbo-
agutí es el primer amo del árbol de vida, tiene un grano de maíz oculto en su los son los alimentos típicos de la estación seca; un código astronómico
diente hueco, término que puede colocarse en el ápice de un triángulo cuyos otros que remite a la marcha cotidiana y estacional de determinadas constela-
vértices los ocuparían respectivamente el capivara dientudo y el oso hormiguero ciones; en fin, un código sociológico construido alrededor del tema de la
desdentado. O sea que todo ocurre como si, para el pensamiento mítico, el agut i
3 Pero que tos hombres no comen, es decir, una "no caza". En M265 es la mujer
sirviera para enganchar la semivalencia semántica del tapir eg-oísta y glotón a otra
valencia, de la que el capivara y el oso hormiguero expresan sendas mitades. la que se vuelve animal comedor de miel (una serpiente).
222 A(;OSTO EN Cl!/\RES:\l/\ LA NOCHE ESTRELLADA 223

chica mal educada, traidora hacia sus parientes o su marido, pero siem- que en la Guayana inglesa y el centro de Venezuela, donde la~ prec.ipita-
pre en el sentido de que se muestra incapaz de cumplir la función de ciones aumentan hasta julio y luego alcanzan el punto mas bajo en
mediadora de la alianza que le es asignada por el mito. noviembre. Al oeste del delta del Orinoco el contraste es menos marcado
Los códigos 2 y :) resaltan en primer plano de los mitos guayancses, y y más tardías las lluvias. Al otro lado de la Guayana inglesa se observa
hemos visto que el código 1, aunque disfumado, se manifiesta por par- un régimen más complejo, ya que cada estación se desdobla. Como este
tida doble: por una parte, en el nexo de las Pléyades con el aumento de ritmo de cuatro tiempos impera también en el interior hasta las cuencas
los peces, por otra en la transformación de la heroína, primero loca por de los ríos Negro y Uaupés (pese a que llueva todo el año y los contras-
su cuñado, en chica loca por la miel al fin. En los mitos del Chaco los
códigos 1 y 3 son los más ostensibles, pero, aparte de que el código 2 se CAYENA
transparenta debajo del motivo de los frutos y legumbres de la estación 4° 56 N 5 2u 21 O altura 6 m
~

600 mm
seca engendrados por las vísceras del engañador (en tanto que en la
Guayana las vísceras de la v íctima del engañador engendran simultánea- :
I ~
mente' las Pléyades y los peces), la hipótesis de la existencia de un 50 O
código astronómico sería reforzada además en el caso considerado ante-
riormente (p. 95), cuando la heroína, metamorfoseada en capivara, 1I1 '1

1 11I 1I
400
representaría la constelación de Aries. En efecto, Aries se adelanta poco

I 1111I ,
a las Pléyades, y éstas van poco por delante de Orión. Así, tendríamos,
con un leve corrimiento del Chaco con respecto a la Guayana, dos pares Mm

11
30 O
de constelaciones. En un par, la primera constelación anunciaría cada
vez la aparición de la segunda, que ocuparía siempre la posición fuerte-
20O ~ 1
mente marcada. Orión tiene, de cierto, un lugar excepcional en el código
astronómico de la Guayana, y se sabe que las tribus del Chaco prestan
importancia decisiva a las Pléyades y celebran el retorno de ellas con 10 O
111 I11 I11
1 11W ~

IIIIII!I~I~I@] I1
grandes ceremonias:

CHACO OE,F
. MAM J ASOND

-~ 3208 mm por afio


Orión > Pléyades > Aries
SAO GABRIEL DO RIO NEGRO
GUAYANA
00 08 S 67 005 O alt ura - 84 m
600 mm

Había que recordar todo lo anterior antes de abordar como es debido el


50 O
!
problema esencial que plantea el análisis de estos mitos: el de la conver-
tibilidad recíproca de los tres códigos. Simplificando al extremo, es posi-
ble formularlo así: dqué hay en común entre la búsqueda de miel, la

@]
40 O ,
constelación de las Pléyades y el personaje de la hija mal educada?
Trataremos de conectar el código alimentario y el código astronómico, Wh

11I
luego el código alimentario y el sociológico y por fin el código socioló- 30 O
,
gico y el astronómico, y esperamos que la prueba de la homología de los
tres códigos resultará de esta triple demostración. 20 O 1 ww lB
Son los milos de la Cuayana los que se refieren a las Pléyades de la
manera más explícita. Conviene por tanto emprender el trabajo estable-
ciendo el calendario estacional de esta parte de América, como hicimos 10 O 11'11111111 11 lIJíl
ya para el Chaco y la meseta brasileña No es cosa fácil, pues las condi-
ciones meteorológicas, y sobre todo el régimen de las lluvias, varían al
pasar de la costa al interior y de la parte occidental a la oriental. La
Eig . 13. Régimen de las
lluvias en la Guavana y en la
cuenca del río Negro (según
O
111111111 11I 11
E F M A M J J A S O N D
oposición simple entre una estación seca y una de lluvias no existe más Knoch, p. G85). 2305 mm por afio
224 AGOSTO EN CUARESMA LA NOCHE ESTRELLADA 225

tes estén menos marcados," prestaremos atención sobre todo a esta mortífero" de las Pléyades (ibid., p. 119). Según los Kalina, hubo sucesi-
configuración (fig. 13). vamente dos constelaciones de las Pléyades. La primera fue devorada por
Generalmente se distingue en la Guayana una "pequeña estación seca una serpiente, otra serpiente persigue a la segunda y se alza por el orien-
de marzo a mayo, una "gran estación de lluvias" de junio a septiembre, te cuando ésta se va poniendo por el oeste. Llegará el fin de los tiempos
una "gran estación seca" de septiembre a noviembre, y una "pequeña cuando la alcance. Pero las Pléyades, mientras existen, impiden que los
estación lluviosa" de diciembre a febrero. Como, de hecho, jamás faltan malos espíritus combatan a los hombres en formaciones regulares: los
las lluvias, esta nomenclatura debe tomarse con ciertas reservas. Las llu- fuerzan a actuar de modo incoherente y en orden disperso (ibid., pp-
vias aumentan o disminuyen según la época del año, pero, de acuerdo 118, 122-123).
con la región que se considere. es entre los meses de agosto y noviembre Esta dualidad Je las Pléyades recuerda de inmediato hechos andinos.
donde cae el periodo más seco, que es también el de la pesca (Roth 2, En el gran templo del sol en Cuzco, el centro del altar estaba flanqueado
pp. 717-718; K.-G. 1, p. 40; Bates, pp. 287-289) Y de la maduración de por imágenes superpuestas: a la izquierda el sol, Venus en capacidad de
diversos, frutos silvestres (Fock, pp. 182-184). estrella vespertina, y las Pléyades de verano en su forma visible, y así
Los indios asocian a las Pléyades varios momentos de este complejo "brillantes"; a la derecha la luna, Venus como estrella de la mañana, y
calendario y conceden a sus coyunturas observables valores igualmente las Pléyades de invierno, ocultas tras de las nubes. La Pléyade de invier-
significativos, aunque opuestos. Visibles todavía en abril, al atardecer, en no, denominada tam bién "Señor de la maduración", connotaba la lluvia
el horizonte occidental, las Pléyades anuncian las lluvias tormentosas y la abundancia. La de estío, "Señor de las enfermedades" y más en
(Ahlbrinck, art. "sirito"] y, cuando desaparecen en mayo, presagian el especial del paludismo humano, presagiaba la muerte y el sufrimien too
empeoramiento de la estación lluviosa (K.~G. 1, p. 29). Al resurgir de Así la fiesta loncoymita/, que celebraba la aparición de las Pléyades en
madrugada por el este, en junio (o en julio a las 4 de la mañana, Fock, primavera, incluía ritos de confesión, ofrendas de Cavia y de llamas, y
ibid.), auguran la sequía (K.-G. 1, ibid.; Crevaux, p. 215) Y ordenan la unciones sangrientas (Lehmann-Nitsche 7, pp. 124-131).
iniciación de los trabajos en los campos (Goeje, p. 51; Chiara, p. 373). Por otra parte, las concepciones kalina refuerzan una hipótesis ya
Su orto oriental, en diciembre, luego de puesto el sol, anuncia el año formulada sobre el carácter de significante privilegiado ligado a la pareja
nuevo y el retorno de las lluvias (Roth 2, p. 715). Las Pléyades conno- Orión-Pléyades en América y en varias regiones del mundo. Hemos suge-
tan de esta suerte tanto la sequía como la estación de lluvias. rido (CC, pp. 220-227) que en virtud de sus configuraciones respectivas,
Al parecer esta ambivalencia meteorológica se refleja en otro plano. las dos constelaciones, solidarias en la diacronía, ya que sus ortos se
"Saludadas con regocijo" (Crevaux] cuando reaparecen en junio, las siguen a pocos días de distancia, se oponen no obstante en la sincronía,
Pléyades saben también hacerse temibles: "Los Arawak llaman a las Plé- en la que se sitúan las Pléyades del lado de lo continuo, Orión del lado
yades /wiwa vo-koro/, 'Estrella madre', y creen que cuando brillan de lo discontinuo. Se sigue que las Pléyades pueden ofrecer una significa-
mucho -son 'malas', en otros términos- cuando su primera aparición ción benéfica por ser el signo precursor de Orión, sin perder la connota-
(en junio), las otras estrellas se pondrán igual y morirá mucha gente en ción a la vez maléfica y mórbida que el pensamiento sudamericano pres-
el año" (Goeje, p. 27). Los hombres deben a la intervención de una ta a lo continuo (Ce, pp. 277-278) Y que sólo se pone a su crédito
serpiente celeste (Perseo) el no sucumbir en multitud al "esplendor cuando se afirma en detrimento de los malos espíritus.
Tenemos pruebas más directas de la afinidad de las Pléyades con las
4 En San Carlos de rio Negro, Keses distingue una estación lluviosa (de junio a
epidemias y el veneno. Según una creencia amazónica, las serpientes pier-
agosto) y una estación seca (de diciembre a marzo), unidas por estaciones interme-
dias que llama "subida" y "descenso" de las aguas, ,,!:aracterizadas por lluvias irregu- den el veneno cuando desaparecen las Pléyades Rodrigues 1, p. 221, n.
lares y violentas tormentas. Siempre en el río Negro, en Sao Gabriel, o sea más al 2). Esta ambigüedad pone la constelación a la par con la miel, que como
sur y en territorio brasileño, las lluvias estarían en su apogeo en diciembre-enero y ella está dotada de doble valencia y puede ser simultáneamente deseada
en mayo (Pelo no Mar, pp. 8-9; Normais, p. 2). Al oeste, en el valle del Uaupés, y temida.
alcanzarían su punto más abajo en dos momentos del ano: de junio a agosto y de En el gran mito de origen de los Guaraní del Paraguay, la madre de los
diciembre a febrero (Silva, p. 245). En el río Demini, anuente de la orilla izquierda dioses habla así: "Bajo las hierbas tupidas de las praderas eternas he
del río Negro, Becher (1) distingue solamente dos estaciones, las lluvias van de juntado las abejas /eichú! (Nectarina mellifica) a fin de que (los hom-
abril a septiembre, la sequía de octubre a marzo. Llueve todo el año donde los bres) puedan enjuagarse la boca con miel cuando los llame otra vez a
Waiwai, en la frontera de Brasil y la Guayana inglesa, pero Fock menciona de
mí" (Cadogan 3, p. 95). Cadogan subraya que la palabra /eichú! designa
todas maneras dos estaciones de lluvias: una grande, de junio a agosto, una peque-
na, en diciembre, interrumpidas por una sequía relativa en septiembre-noviembre y a la vez una especie de abejas y las Pléyades. En verdad, Nectarina son
enero-febrero (cf. Knoch, loe. cit.). Las numerosas indicaciones proporcionadas por avispas (lhering, art. "enchú") cuya miel es tóxica a menudo -la misma,
autores como Wallace, Bates, Spruce y Whiffen no siempre son fáciles de interpre- precisamente, que la heroína de los mitos del Chaco ama con locura y
tar, en virtud de la brevedad relativa de su estancia, que no les permitía establecer que su padre el Sol resulta incapaz de procurarle sin el socorro de un
medias.
226 AGOSTO EN CUARESMA LA NOCHE ESTRELLADA 227

marido. Se ve con esto que en estos mitos la codificación astronómica ocuparan el Amazonas medio y bajo. El testimonio lacónico de Orellana,
sigue asomando mejor de lo que supusiéramos. que descendió por el río hasta el estuario en 1541-1542, y sobre todo la
La miel de Nectarina, que desempeña un papel purificador en los ritos existencia de tradiciones orales que su extrema complejidad, el artificio
de los Guaraní del sur, tenía la misma función en Amazonia, donde los que rige su composición, el tono ro ístico, permiten atribuir a escuelas de
oficiantes del culto de jurupari la empleaban para vomitar. Stradelli sabios y de eruditos, hablan en favor de un nivel de organización política,
traduce (1. p. 416) la expresión {ceucy-irá-cáua/: "especie dé abejas que social y religiosa muy por encima de todo lo que desde entonces se ha
pican cruelmente; miel qué, en ciertos periodos del año, provoca vómitos podido observar. El estudio de estos inapreciables documentos, vestigios
violentos". El mismo autor define de la manera siguiente la locución de una auténtica civilización común a la totalidad de la cuenca amazó-
jceucy cipó/, "bejuco de Ceucy": "especie de bejuco cuyas raíces y tallo nica, requeriría por sí mismo un volumen, y exigiría el recurso a méto-
machacados en el mortero sirven para preparar una poción que toman dos especiales en que la filología y la arqueología (una y otra todavía en
para purificarse, la víspera de las fiestas, quienes tocarán instrumentos el limbo, por lo que toca a América tropical) debieran contribuir. Acaso
sagrados de música... Esta bebida hace vomitar mucho" (p. 415). se logre esto un día. Sin arriesgarnos por tal terreno resbaladizo, nos
Ahora, en Amazonia el término IceucYI [cyucy, ceixu; cf. guaraní: limitaremos a extraer de las diversas variantes los elementos dispersos
eichú ) designa la constelación de las Pléyades. Del Paraguaya las orillas que interesan directamente a nuestra demostración.
del Amazonas, por consiguiente, la miel y las Pléyades están asociadas en Luego que Jurupari ordenó o toleró que su madre fuera ejecutada por
la lengua y en la filosofía. haber puesto los ojos en las flautas sagradas, la hizo subir al cielo, donde
Pero en Amazonia se trata de muy otra cosa que de un producto natural se volvió la constelación de las Pléyades (Orico 2, pp. 65-66). En las
y una constelación. Como nombre propio, Ceucy designa también a la tribus de los tios Branco y Uaupés (Tartana, Tukano: M 2 76)' el legisla-
heroína de un célebre mito que tenemos qU6 agregar al expediente: dor, que se llama Bokan o Izy, revela él mismo su origen sobrenatural
por medio de un mito incluido en el mito, verdadero "relato del Grial"
M 2 7 5. Amazonia: origen del culto de [urupari. avant la lettre, Su padre, explica, fue un gran legislador nombrado
Pinon, nacido de una virgen enclaustrada que huyó de su prisión para
En tiempos muy antiguos, cuando reinaban las mujeres, el Sol,
encontrar marido y que el Sol milagrosamente fecundó. De vuelta entre
indignado de semejante estado de cosas, quiso remediarlo hallando
en una humanidad reformada y sumisa a su ley una mujer perfecta los suyos con sus hijos, Dinari (es el nombre de la mujer) obtiene de su
que pudiera tomar por compañera. Le hacía falta un emisario. hijo que acabe con el enclaustramiento de las muchachas, y él consiente,
Hizo así que una virgen llamada Ceucv fuera fecundada por la na sin excluir de las beneficiadas a su hermana Meénspuin, cuya cabe-
savia del árbol cucura o puruman (Pourouma cecropiaefolia, una llera adornaban siete estrellas. Como la muchacha languidecía por no
morácea) que le escurrió por los senos [o más abajo, de acuerdo tener marido, para curarla de aquel deseo y preservar su virtud Pinon la
con versiones menos castas]. La criatura, de nombre Jurupari, arre- hizo subir al cielo, donde fue Ceucy, la Pléyade, y él por su parte se
bató el poder a las mujeres y lo restituyó a los hombres. Para afir- mudó en una constelación parecida a una serpiente (Rodrigues 1, pp-
mar la independencia de estos últimos, les prescribió que celebra- 93-127; texto íntegro; 2. vol. H, pp. 13-16,23-35,50-71).
ran fiestas de las que serían excluidas las mujeres, y les enseñó
Por consiguiente, entre los Tupí-Guaraní y otras poblaciones expuestas
secretos que deberían trasmitirse de generación en generación.
Ejecutarían a toda mujer que los sorprendiera. Ceucy fue la pri- a su influencia, la palabra Iceucy I designa: 1) una avispa de miel tóxica
mera víctima de aquella ley despiadada dictada por su hijo, que que induce vómitos; 2) la constelación de las Pléyades considerada con
todavía hoy sigue buscando una mujer suficientemente perfecta aspecto femenino, estéril, culpable, si no es que hasta mortífero; 3) una
para ser esposa del Sol, mas sin conseguir hallarla (Stradelli 1, virgen sustraída a la alianza: sea' milagrosamente fecundada, sea conver-
p. 497). tida en estrella para impedirle casarse.
Esta triple acepción del término bastaría ya para fundar la correlación
Se conocen múltiples variantes de este mito, algunas considerablemente de los códigos alimentario, astronómico y sociológico. Pues está claro
desarrolladas. No las examinaremos en detalle, pues parecen participar de que el personaje de Ceucy invierte en los tres planos el de la chica loca
otro género mitológico que los relatos populares, relativamente homogé- por la miel, tal como la ilustran los mitos guayaneses. Esta última se
neos en tono e inspiración, que reunimos aquí para servir de materia a atiborra desdeñando las conveniencias, y por glotonería bestial, de una
nuestra indagación. Al parecer, algunos investigadores ya antiguos, en miel vomitada por lo demás con fines de purificación; es responsable de
primer lugar Barbosa Rodrigues, Amorim, Stradelli, consiguieron aún la aparición de las Pléyades con aspecto masculino y fecundo (abundan-
recoger en la cuenca amazónica textos esotéricos pertenecientes a una cia de peces); por último, es una madre (incluso de numerosos hijos a
tradición sabia, y así comparables a los obtenidos más recientemente por veces) que abusa del matrimonio cometiendo adulterio con un aliado.
Nimuendaju y Cadogan entre los Guaraní meridionales. Por desgracia, no Pero en realidad el personaje de Ceucy es más complejo. Ya hemos
sabemos nada, o casi, sobre las antiguas sociedades indígenas que otrora visto que se desdobla en madre hecha milagrosamente fecunda, violadora
228 AGOSTO EN CUARESMA LA NOCHE ESTRELLADA 229

de interdicciones, y en virgen constreñida a volverse estrella por la omni- Pléyades, el mismo alimento que en M 2 7 7 una ogresa llamada "Pléyade"
potencia de las interdicciones que se oponen a su matrimonio. Pero otra (metáfora)s y. en M 2 8 ' una ogresa cauSa de las Pléyades (metonimia),
tradición amazónica pinta a Ceucy como vieja glotona, o como Espíritu quitan al héroe para comérselo ellas mismas.
eternamente torturado por el hambre: Es posible ordenar estas transformaciones en un diagrama:

PLÉYADE
M 2 7 7 • Anambé: la ogresa Ceucy.
Un adolescente pescaba a la orilla de un arroyo. Aparece la agre- [ 1
sa Ceucy. Ve el reflejo del muchacho en el agua, quiere atraparlo macho, casado y hembra
en su red. Esto le dio risa al chíco, que traiciona así su escondite. nutricio, víctima
La vieja hace que las avispas y las hormigas venenosas lo echen y de una .'
I
,
(~I135 ) • , • ogrcsa diosa
se lo lleva en la red, para comérselo.
(r..I 28 , 277)
Compadecida, la hija de la ogresa liberó al prisionero. Primero
éste trató de aplacar a la vieja trenzando cestos transformados virgen-madre, ávida de marido,
incontinenti en animales que ella devoraba [d. M 3 2 6 a l, luego le milagrosamente pero virgen
pescó cantidades enor-mes de peces. Perseguido por la ogresa con- fecundada pero célibe y esléril
vertida en pájaro canean [Ibycter americanus? l, el héroe buscó ávida de secretos (~I2 76)
refugio sucesivamente entre los monos mieleros, que lo escon- masculinos
dieron en una olla, las serpientes surucucú [Lachesis mutus], que (M27S)
quieren comérselo, el pájaro macauan [Herpetotheres cachinans l,
que lo salvó, y finalmente la cigüeña tuiuiú [Tantalus americanus], En tal diagrama, en efecto, las funciones situadas en las dos extremi-
que lo dejó cerca de su pueblo, donde a pesar de su cabello enea- dades (arriba a la izquierda, abajo a la derecha) son simétricas e inversas,
necido por los años hizo que su madre lo reconociera (Cauto de
en tanto que las otras corresponden a estados intermedios, y en cada
Magalháes, pp. 270-280).
tránsito hay alternación del sentido propio y del sentido figurado.
Este mito tiene doble interés. Por principio de cuentas, se reconocerá
en él una variante cercana de un mito warrau (M 2 8 ) resumido y discu-
tido al principio del primer volumen de estas Mitológicas (CC, pp. Intentaremos ahora correlacionar directamente el código alimenticio y el
112ss), 'a propósito del cual resulta significativo que, traído impromp tu. a código sociológico, y comenzaremos con una observación. En los mitos
nuestra atención, tengamos que tornar a él más adelante en nuestro tra- guayaneses M I 3 4 a M I 3 6 la posición de la heroína parece inestable
bajo para resolver un problema que todavía no es tiempo de abordar (cf. hasta el punto de adquirir, según los casos, significaciones diametral-
más adelante, p.377). Ahora, el mito warrau M 2 8 se refería a las Pléya- mente opuestas. Objeto de las intenciones culpables de su cuñado en
des, cuyo nombre tupí lleva la cgresa de M 2 77: explicaba su origen al MI 34, se vuelve en MI 35 -M 1 36 culpable de los mismos propósitos hacia
mismo tiempo que el de las Híades y Orión. Es decir, cumplía la misma él. O sea que aparece ora como una vestal, ora como una bacante, cuyo
función etiológica que incumbe, entre los Caribes de la Guayana, a retrato dibuja vigorosamente el mito.
M 2 6 4 , donde otra glotona, el tapir hembra, se atraca de frutos silvestres
sin dejarles a los héroes. M 1 3 5 • Taulipang: origen de las Pléyades (detalle).
En segundo lugar, la ogresa de f\..h 77, que es la constelación de las
Pléyades, hace de transición entre la primera Ceucy (la de M 2 7 5). glo- ... Waiúlale (nombre de la mujer) estaba echada en su hamaca.
Se levantó cuando llegó su joven cuñado (instruido por un pájaro
tona metafórica -no ya de comida, sino de secretos masculinos- y la de la suerte bárbara reservada a su hermano mayor) y le sirvió
heroína taulipang de M 1 3 5 , glotona de miel en sentido propio en la cerveza de mandioca. Él preguntó dónde estaba su hermano; ella
segunda parte del mito, pero que, desde el principia, adquiere el aire de respondió que recolectando frutos. Muy triste, el joven se tendió y
una ogresa metafórica, ávida de caricias de su joven cuñado y que, mu ti- la mujer se le acostó encima. Quiso levantarse pero ella lo aprisio-
landa a su marido con esperanza de matarlo, determina la aparición de nó en la hamaca. Cayó la noche. La mujer no lo dejaba salir, la
las Pléyades con aspecto masculino y nutricio. En efecto, el hombre muy maldita, ni para orinar.
mudado en constelación promete al héroe abundante alimento: - i En Mien tras tanto, el esposo aullaba de dolor en la espesura. Pero
adelante tendrás mucho que comer! ella le decía al muchacho: - No te preocupes por tu hermano! A
í

Por consiguiente, la heroína taulipang interviene a manera de metoni-


mia de las Pléyades; éstas son el efecto, ella es la causa. Procura así al s Verificando una Vez más que para el pensamiento indígena el nombre propio
héroe, sin querer y en forma de esos peces cuya llegada anuncian las constituye una metáfora de la persona. Cf. más atrás, p.136 y luego, p. 272.
230 AGOSTO EN CUARESMA LA NOCHE ESTRELLADA 231

lo mejor está pescando. i Üuando vuelva me iré de la hamaca! El I I


joven lo sabía todo, ya que el pájaro se lo había contado. hembra macho
En plena noche arguyó que tenía hambre y rogó a la mujer que (loca, por la
le buscara guisado picante, pues quería quitársela de encima siquie- miel en sentido
propio)
r
loco, loco,
ra para ir a orinar. Entonces el herido, que se había arrastrado
hasta la choza, gritó: - iOh, hermano mío! iEsta mujer me ha en sentido propio en sentido figurado
cortado la pierna con un hacha! iMátala! El muchacho preguntó (por la miel)
a la mujer: Qué, pues, le has hecho a mi hermano? -Nada, le
é
I I
c-

por una cuñada en por una cuñada en


contestó, ilo dejé pescando y cogiendo frutos! Y aunque el otro sentido propio sentido figurado
seguía clamando de dolor afuera, volvió a subirse a la hamaca y
abrazó tan fuerte al chico, que no lo dejaba moverse. Mientras
tanto el herido, arrastrándose ante la choza, gritaba: - [Hermano Se objetará acaso que la palabra "loco" designa en sentido propio la
mío! [hermano mío! iSocórreme, hermano! Pero éste no podía
enajenación mental, de suerte que el diagrama la emplearía siempre en
salir. Hasta la mitad de la noche gimió así el herido. Le dijo enton-
ces el hermano: - iNo puedo ayudarte! ltu mujer no me deja sen tido figurado. Recordaremos pues que hemos convenido, en nuestra
salir de la hamaca! Ella hasta había cerrado y atado la puerta con discusión, atribuir el sentido propio al apetito alimenticio, el sentido
cuerdas. El muchacho añadió, dirigiéndose al hermano mayor: figurado al apetito sexual. La oposición propio/figurado no interesa a la
- iTe vengaré un día! ISufres ahí afuera! lun día tu mujer sufri- palabra "loco" sino a las dos formas de locura que puede designar. De
rá también! La golpeó pero sin conseguir liberarse (K.-G. 1, pp- ahí que en todos los casos la hayamos hecho ir seguida de una coma.
56-57). La comparación de los dos diagramas inspira varias observaciones. Se
completan, puesto que cada uno aplica el análisis dicotómico a uno solo
Es, con todo, la misma mujer, aquí criminal y ferozmente lúbrica, la de los dos polos de la oposición entre los sexos: el polo hembra en el
que, en la variante akawai (M I 3 4 ) , rechaza a su cuñado homicida y se primer diagrama, el polo macho en el segundo. Alternos en el uno, los
conduce como madre atenta y viuda inconsolable. Pero asimismo esta sentidos propio y figurado son consecutivos en el otro. Finalmente, la
versión toma grandes cuidados para desolidarizarla de la miel: si la he ro í- relación que une el polo macho del primer diagrama, o el polo hembra
na consiente en introducirse en un árbol hueco es para sacar de la cova- del segundo, al término que en cada caso está más cerca, corresponde a
cha a un agutí. La ambigüedad que hemos reconocido a la miel, por una la contigüidad en un caso (relación de causa a efecto), al parecido en el
parte en virtud de su doble aspecto, sano y tóxico (la misma miel puede otro (mujer y hombre parecidamente locos por la miel, en sentido pro-
ser lo uno o lo otro según la condición y la estación), por otra a causa pio).
de su carácter de "alimento dispuesto" que hace de ella bisagra entre la Resulta del análisis precedente que, aunque antagonistas en el relato, la
naturaleza y la cultura, explica la ambigüedad de la heroína en la mito- heroína loca por la miel y el engañador (de forma humana o animal) son
logía de la miel: también ella puede ser "toda naturaleza" o "toda cul- realmente homólogos: están ellos mismos en una relación de transfor-
tura", y esta ambivalencia acarrea la inestabilidad del personaje. Para mación. He ahí la razón profunda que explica que el engañador pueda
convencerse hay que retornar un instante a los mitos del Chaco relativos adoptar la apariencia de la heroína y pretender hacerse pasar por ella.
a la chica loca por la miel, que nos sirvieron de punto de partida. Miremos esto más de cerca.
Se recordará que tales mitos desplegaban a la vez dos tramas y sacaban Toda la diferencia entre el engañador (captador de miel y de su cuña-
a escena dos protagonistas. Hemos visto también que la heroína loca por da) y la heroína (captadora de miel y captada por el engañador) viene
la miel -hasta el punto de neutralizar al marido en su función de alia- del hecho de que él es hombre -c-agente , desde el punto de vista de la
do- es reducible a una transformación de la heroína guayanesa, loca por miel- y ella mujer -c-actuada, desde el punto de vista de la mlel-.-, ya
su cuñado y que neu traliza -destruyendo a su marido- la relación de que la miel pasa de los tomadores a los donadores (de mujer) por media-
alianza que es obstáculo a sus culpables propósitos. Ahora, el otro prota- ción de la mujer que instaura entre ellos esta relación. El engañador no
gonista de los mitos del Chaco, Zorro o el engañador, acumula ambos tiene la miel, la heroína sí. El uno expresa la miel negativamente, la otra
papeles: está a la vez loco por la miel y loco por su cuñada (verdadera positivamente, mas sólo en apariencia, pues anula la miel para los demás
cuando es hermana de su esposa, metafórica cuando es la mujer de un y asume su presencia en su solo provecho.
compañero). De esta suerte, los mitos del Chaco se ordenan de un modo Si el engañador es la encarnación masculina y negativa de una coyun-
análogo al que ilustra el diagrama de la p.219, que nos sirvió para acomo- tura cuyo aspecto positivo requiere una encarnación femenina, se com-
dar los mitos paralelos de la Guayana: prende que asuma el papel de trasvestido: hombre, es causa presente de
la miel ausente, y puede transformarse en mujer por ser ésta causa de la
ausencia de la miel presente. Así que si el engañador toma el lugar de la
heroína desaparecida, es que en el fondo ésta es una engañadora: una
AGOSTO EN CUARESMA LA NOCHE ESTRELLADA 233
232

zorra." Lejos de ser problema, trasvestirse Zorro es cosa que permite al Se conocen múltiples variantes de este mito. En la versión kalina que
mito tornar manifiesta una verdad implícita. Esta ambigüedad de la Koch-Grünberg transcribe de Penard (M 2 7 9 3' K,-G. 1, p .: 269), el héroe
heroína del Chaco, chica seducida pero cu- ') personaje, en otro plano, se es protegido en la huida por dos aves, lbycter americanus (cf. M 2 77) Y
confunde con el de su seductor, es eco de la ambigüedad de su homó- Cassidix oryzivora. Cuando lo alcanzaron sus cuñados, le cortaron la
loga guayanesa. pierna y la víctima decidió convertirse en constelación: la de Orión,
Puede realizarse la misma demostración a partir de los mitos ge que, "que llama al 'sol y lo soporta". Ahlbrinck (art. "pet¡") da otras versio-
dijimos, están también en relación de transformación con los mitos del nes, una de las cuales (l\h 7 9 b) identifica los pájaros auxiliadores como
Chaco y deben así estar lo mismo con los mitos de la Cuayana. Crotophaga ani y lbycter americanus, El episodio en donde figuran será
Estos mitos planteaban una dificultad: dpor qué un héroe que se dis- discutido en el próximo volumen. Para una comparación general remiti-
tingue sobre todo por sus virtudes parece presa de súbita locura en las mas a K.-G. 1, pp. 270-277. Una versión warrau (M 2 1 '.J d ) termina en
versiones apinayé (1\1 1 4 2 ) y kraho (M2 2 5 ) , mata y asa a su mujer para matanza (Osborn 3, pp. 22-23).
servir la carne de la desventurada a sus padres engañados? Los paralelos Que figure una gallinácea a título de variante combinatoria de una
guayaneses permiten decidir la cuestión recurriendo a un método dis- constelación, no puede sorprendernos, en razón del carácter "nocturno"
tinto del que empleamos entonces, pero que confirmará nuestras pri- que hemos reconocido a tales aves (Ce, p. 204). En r\1 2 8 el cinturón de
meras conclusiones: Orión lleva por nombre "madre de las tinarniformes" (Roth 1, pp.
264-265). Por desdicha, ignoramos si la especie particular a la que se
refiere M 2 7 s a es la que "canta regularmente por la noche cada dos
M 2 78, Warrau: historia del hombre convertido en pájaro.
horas, de manera que el mutum representa para los indígenas una espe-
Había una vez un indio que compartía la chov.a con su mujer y CÍe de reloj del bosque" (Orico 2, p. 174), o la que se escucha al alba
dos hermanos de ésta. Un día que el cielo estaba encapotado y {Teschauer, p. 60), hábitos todos que son interpretables como implo-
amenazaba lluvia, observó en voz alta que la lluvia le hacía siempre ración al sol. Por otra parte, la idea sugerida por la" últimas líneas de
dormir bien. Dicho (o cual se echó en su hamaca y empezó a 1\'1279a, que Orión pudiera ser correlato nocturno del sol, y su "sopor-
llover. Llena de buenas intenciones, la mujer rogó a sus hermanos te", plantea el problema de los fenómenos celestes respectivamente diur-
que la ayudaran a atar al marido y a sacarlo. La noche entera lo no y nocturno, correlacionados por el pensamiento indígena. Ya lo
dejaron bajo la lluvia. Cuando despertó a la aurora, el hombre dijo hemos encontrado en nuestro camino y parcialmente resuelto en un caso
que había dormido bien y pidió que desataran sus ligaduras. Esta-
ba loco de rabia, pero lo disimulaba. Para vengarse de su mujer la particular: el del arcoíris y una zona oscura de la Vía Láctea (Ce, pp.
llevó de caza, le hizo juntar leña y construir un acecinadero, con el 244-245). Pero actualmente nada autoriza a extender el mismo razona-
pretexto de que iba a matar un caimán, aficionado a la charca miento al sol y a Orión entero o en parte. Igual prudencia habrá que
vecina. Pero no bien terminó la mujer, la mató, le cortó la cabeza manifestar a propósito de la observación sugestiva de Ahlbrinck (loe
y recortó el resto del cuerpo, cuyos pedazos ahumó. Puso la carne cit.), de que el nombre del héroe de M 27 <)b designa a un hombre perver-
en una cesta que entre tanto había tejido y fue a dejarla a cierta tido.
distancia del pueblo, según costumbre de los cazadores. Al lado de Otros mitos de la misma región asimilan el mu turn a la Cruz del Sur
la cesta clavó una estaca con la cabeza de su víctima, que llevaba en lugar de Orión, porque dice Schomburgk (en Teschauer , lo e. cit.;
la nariz adornada por un alfiler de plata y que volvió de suerte que d. Roth 1, p. 261) una especie (Crax tomentosa) empieza a cantar a
los ojos pareciesen mirar hacia el pueblo. Llegó con el hígado
comienzos del mes de abril, poco antes de medianoche, hora en que
ahumado nada más, que le valió una calurosa acogida de sus cuña-
dos, quienes lo devoraron en el acto. culmina esta constelación. Por eso los indios Arekuna la llaman Ipaui-
El indio les recomendó que salieran al encuentro de su hermana, podolé/, "padre del mu tum" (K.-C. 1, pp. 61-63, 277). Roth habla
muy cargada, pretendió. Cuando vieron la cabeza corrieron a todo también de una constelación eh forma de pierna femenina cortada, que
correr hacia el pueblo. El asesino había escapado en piragua y saludan tinamiformes con sus gritos cuando es visible en el horizonte
había cuidado de desatar todas las demás para que las llevara la antes de la aurora (1, p. 17:$). Mas no se trata de los mismos pájaros. De
corriente. Los hermanos lograron recuperar una embarcación y todas maneras, en la época en que la Cruz del Sur culmina antes de
persiguieron al fugitivo. Ya 10 iban alcanzando cuando saltó a medianoche, Orión sigue visible en el horizonte occidental poco después
tierra y se subió a un árbol gritando: i Vuestra hermanita está de la puesta del sol. Es posible, así, asociar el pájaro que se deja oír
donde la dejé! Los hermanos trataron de herirlo, pero ya se había
vuelto una especie de mutum (una gallinácea, Crax sp.), cuya voz entonces sea a una sea a la otra constelación.
parece decir" iaqu i-hermanita! " (Roth 1, pp. 201-2(2). No hemos introducido este grupo de mitos a causa de sus implica-
ciones astronómicas sino por otra razón. En efecto, los mitos se encar-
6 El crío llorón recogido por una rana en \1 2 4 s , por una rana loca por la mid gan explícitamente de una oposición gramatical a la que nos ha parecido
en M24l. In es por una zorra en otros mitos guayanescs (l\1144-MI4sl Y t amhicn indispensable recurrir pura formular una hipótesis que, por lo que ahora
en los mitos de la Tierra del Fuego (Ce, p. 269, n, 11l.
234 AGOSTO EN CUARESMA LA NOCHE ESTRELLADA 235

verificamos, estaba objetivamente fundada, ya que M 2 7 8 Y M2 7 s a- h. Si ampliamos este paradigma para incluir, por una parte, la heroína ge
etc. cuentan ipsis verbis la historia de una mujer que se ha atraído el de MI 42, M 2 2 5, muerta a causa de su glotonería (de miel) y ofrecida
odio de su marido por haber entendido en sentido propio lo que él como carne por un marido a sus aliados, por otra parte la aliada (suegra)
quiso decir en sentido figurado. El texto de Ahlbrinck es particular- de M I 3 6 que es muerta también, aunque por razones exactamente
mente claro a este respecto: "Había una vez un indio. Un día declaró: opuestas .c-pues es lo contrario de una glotona: productora de peces,
'Bajo una lluvia así dormiré bien esta noche'. La mujer interpretó mal pero excretados y que constituyen por tanto un antialimento-.-, obte-
aquellas palabras y dijo a su hermano: 'Mi marido es tonto; quiere dor- nemos un sistema generalizado donde la alianza recibe calificativos inver-
mir bajo la lluvia'. Cuando llegó el crepúsculo, los hermanos ataron al sos según el aliado considerado sea macho o hembra. Para una mujer, el
marido en su hamaca y lo expusieron a la lluvia. A la mañana siguiente, aliado macho puede ser un humano (según la cultura) o un animal (se-
estaba blanco como un paño y furios isimo... " (loc. cit., p. 362). gún la naturaleza); para un hombre, la aliada hembra puede ser una
Observamos así, en el plano retórico, el supremo avatar de un perso- esposa (según la naturaleza) o una suegra (según la cultura, puesto que el
naje que empezó manifestándosenos en el plano culinario. La falta de la yerno no tiene con ella relaciones físicas, sólo morales)." Que, en esta
chica loca por la miel consistía en avidez excesiva que provocaba la filosofía de hombre, una de las dos mujeres olvide la ausencia de paridad
desocialización de un producto natural, vuelto objeto de consumo entre los sexos, y el alimento metafórico de la mujer le servirá de ali-
inmediato cuando semejante consumo debió ser diferido para que la miel mento verdadero, la hija servirá de alimento a su madre, o bien-la madre
sirviese de prestación entre grupos de aliados. Siempre en el plano "antialimen tará" metonfmicamente a su yerno y será, como su hija,
culinario, los mitos ge trasponían esta situación a la carne, cuyo con- muerta.
sumo retrasan asimismo las tribus de este grupo, afectándola con varias Ahora bien, los mitos proclaman que la causa primera de esta verda-
interdicciones. La transformación de la conducta alimentaria en conducta dera patología de la alianza matrimonial procede de la miel inmode-
lingü istica, tal como la operan M 2 7 8 -2 7 9, implica pues que en la filoso- radamente codiciada. Desde M 2 o -donde, por sus ardores, una pareja
fía indígena el sentido propio corresponde a un "consumo del mensaje" demasiado apasionada corrompía la miel y la tornaba impropia para ser-
inmediato según las vías de la naturaleza, y el sentido figurado, según las vir de prestación entre cuñados-, pasando por M 2 4 , que invierte esta
7
de la cultura, a un consumo diferido. configuración a la vez en el plano alimentario y en el plano sociológico
No es todo. La historia contada por los mitos guayaneses confirma la -puesto que una miel contaminada de otra suerte provoca la ruptura de
confrontación que hemos hecho ya (pp. 101s) de los mitos ge que les una pareja desunida-. , es siempre sobre la incompatibilidad de la inti-
son homóloges y el célebre grupo de mitos en que la o las heroínas, midad de los esposos (o sea el aspecto natural del matrimonio) con su
seducidas por un tapir, deben comer (= consumir en sentido propio) el papel de mediadores en un ciclo de alianza que corresponde a su aspecto
pene o la carne del animal con el cual copulaban (:::;:: que consum ían en social, sobre lo que incansablemente epilogan los mitos.
sentido figurado). La comparación con M 27 9 prueba que la regla de El zorro del Chaco bien puede seducir a la muchacha; mas no serviría
transformación de un grupo en otro es aún más sencilla de lo que suge- de yerno puesto que es incapaz de abastecer de miel a sus padres políti-
ríamos: cos. y la chica loca por la miel del Chaco y Brasil central, hábil para
conseguir un marido, le impide ser también cuñado y yerno, preten-
diendo consumir ella sola la miel mediante la cual podría él asumir su
fALTA DE condición de aliado. Así, por doquier la heroína es una captadora libi-
CÓDIGO LA MUJER CASTIGO dinosa de las prestaciones de alianza; y corno la miel es un producto
{comer/o .. natural al que ella no permite desempeñar una misión social, hace, en
M156~160 alimenticio entender en figurado
(tapir lo que había que . . . /un "tomador" /... cierto modo, que caiga la alianza matrimonial al nivel de la unión física.
seductor) entender en propio · .. /ilegítimo/... Evocando su triste destino, los mitos pronuncian pues la condenación
... /natural/ sociológica (pero que traducen a los términos de un código alimentario)
lingiiútico entender en propio /ser comida por/o .. de este abuso de la naturaleza que toleramos si es breve, y que califica-
M 2 7!l'279
lo que había que entender · .. /"donadores"/ ... mos recurriendo al mismo código: lo llamamos "luna de miel".
en figurado · .. /legítimos;' Hay no obstante una diferencia. En nuestra lengua figurada, la "luna
... /culturales/
de miel" designa el breve periodo durante el que permitimos a los eón-
8 Salvo, entiéndase, en el caso de matrimonio polígamo con una mujer y su hija
7 Un pequeño mito cavifia (M 2 -cel va en igual sentido, pues una mujer se muda de nupcias anteriores, pues este uso no es desconocido en América del Sur (L.·S . .1,
en mono después de escaldar a su hermanito, que le parece indicado meter en la p. 379) Y en especial en la Guayana. No obstante, [os mitos en que nos apoyamos
marmita porque la madre le dijo que lo arreglase con agua bien caliente [Nordens- proceden de tribus caribes y warrau en las que el tabú de la suegra era estricta-
k ióld 3, p. 289). mente observado (Roth 2, p. 685; GilJin, p. 76).
236 AGOSTO EN CUARESMA LA NOCHE ESTRELLADA 231

yuges consagrarse exclusivamente uno a otro: "La tarde y parte de la transformación fisicoqu imica, la miel recibe una calificación privilegiada
noche se consagran a los placeres; por el día el marido repite los jura- que hace de ella la materia por excelencia de las prestaciones debidas a
mentos de amor eterno o detalla el proyecto de un porvenir delicioso" los aliados. En el plano cultural y por transformación fisicoquímica, la
(Dictionnaire des prouerbes, art. "Iune de miel"). En compensación, miel fresca inmediatamente consumible sin precauciones rituales se vuel-
llamamos "luna de hiel" o "luna de ajenjo" a la época en que comien- ve, merced a la fermentación, un brebaje religioso destinado a un con-
zan las desavenencias, cuando la pareja vuelve a insertarse en la trama de sumo diferido. Socializada en un caso, la miel es culturalizada en el otro.
las relaciones sociales. Para nosotros, por lo tanto, la miel cae entera del Los mitos eligen tal o cual fórmula en función de la infraestructura
lado de lo dulce; reside en el extremo de un eje cuyo otro polo ocupa lo tecnoeconómica, o bien las acumulan cuando ésta los deja en libertad de
amargo, simbolizado por la hiel y el ajenjo, en los que pueden verse así hacerlo. Y de manera correlativa, el personaje que empezó aparecién-
antítesis de la miel. donos con los rasgos de la chica loca por la miel se define gracias a una
En el pensamiento sudamericano, al contrario, la oposición de lo dulce u otra de estas dos dimensiones; ya regularmente socializada (se ha
y lo amargo es inherente a la miel. Por una parte en razón de la distin- casado bien) pero culturalmente deficiente (no deja a la miel tiempo de
ción, impuesta por la experiencia, entre las mieles de abeja y de avispa, fermentar) y que desocializa a su esposo; ya asocial a fondo (prendada
respectivamente saludables o tóxicas en estado fresco; y, por otra parte, de BU cuñado, asesina de su marido) pero doblemente acorde con su
a causa de la transformación de la miel de abeja que amarga cuando se cultura: pues no se hace hidromel en la Guayana y nada se opone a que
deja fermentar, y tanto más cuanto mejor se logra la operación (cf. la miel sea consumida en el acto.
antes, p. 121). Esta ambivalencia otorgada a la miel reaparece hasta en
las culturas que desconocen el hidromel. Así, en la Guayana, la cerveza
de maíz, de mandioca o de frutos silvestres, normalmente amarga, se El tercer punto de nuestro programa consistirá en correlacionar directa-
hace dulce por adición de miel fresca. Y en las culturas meridionales con mente el código sociológico y el código astronómico. Para esto repasa-
hidromel, este brebaje es denominado "amargo", pero entonces es por remos primero rápidamente los puntos de coincidencia entre la historia
oposición con la miel fresca. Al polo de lo "fermentado" corresponde, de la chica loca por la miel del Chaco, entre los Ge y en la Guayana, y
entonces, ora la cerveza amarga -a menos que se le añada miel-, ora la el mito amazónico de Ceucy.
cerveza de miel; negativa o positivamente, de manera explícita o por A través de sus múltiples avatares, la chica loca por la miel conserva el
preterición, sigue implicada la miel. 9 mismo carácter, si bien lo manifiesta ora en sus modales de mesa, ora en
Según los casos, en consecuencia, la miel puede ser elevada por encima su conducta amorosa: es una chica mal educada. Pero el mito de Ceucy
de su condición natural de dos maneras. En el plano sociológico y sin y sus variantes de la región del Uaupés se presentan todos como mitos
9 Los Machiguenga, tribu peruana de la región del río Madre de Dios, no tienen fundadores de un sistema de educación de las muchachas particular-
más que una palabra para designar lo dulce y lo salado. Cuentan (MUO) que una mente severo, ya que exige la ejecución de la desdichada culpable, volun-
criatura sobrenatural, "dulce como la sal", tenía un marido que no dejaba de tariamente o por accidente, de ver los instrumentos de música reservados
lamerla. Fastidiada, lo volvió abeja jsiirol que, todavía hoy, se muestra ávida de a los ritos masculinos. La versión del rio Uaupés (M 2 76) pone bien de
sudor humano. relieve este aspecto, pues no incluye menos de tres códigos promulgados
La mujer volvió a casarse con un indio al que alimentaba de pescado hervido. por legisladores sucesivos, donde son enumeradas las fiestas que señalan
Asombrado de tan abundante alimento, el hombre vigiló a su esposa y descubrió las etapas de la pubertad de las muchachas, la depilación obligatoria de
que evacuaba los peces del útero (d. M 1 3 6 ), lo cual le dio mucho asco. Como se
Id reprochó, la mujer 10 convirtió en pájaro mosca, que se alimenta 'del néctar de ellas, el ayuno que se les impone después del parto, la estricta fidelidad,
las flores y de arañas. Por su parte, se transformó en roca de sal, donde desde la discreción y la reserva que deben observar ante sus esposos, etc.
entonces se aprovisionan los indios (Carcía, p. 236). (Rodrigues 2, pp. 53, 64, 69-10).
Este mito muestra que, en una cultura cuyo lenguaje asimila los sabores respec- Por otra parte, nos guardaremos de olvidar que, entre los Ge centrales
tivos de la sal y de la miel. 1) la mujer-abeja de M2 3 3 -2 3 4 se vuelve una mujer-sal; y orien tales, la historia de la chica loca por la miel participa del ciclo
2) la heroína se harta de la avidez de su marido, en vez de que el marido se harte mitológico relativo a la iniciación de los hombres jóvenes. Estos relatos
de la g-enerosidad de su mujer; 3) e! marido, no la mujer, se vuelve abeja; 4) ésta es los preparan no sólo para los trabajos económicos y militares, sino
una consumidora de sudor (salado) en vez de productora de miel (dulce). Por lo también para el matrimonio; y cumplen esta función edificante pintando
demás. la ausencia de oposición linginstica entre dos sabores confundidos en una
misma categoría sensible (que es sin duda la de lo sápido) va aparejada a la fusión a los novicios el retrato de una muchacha mal educada. El mito de
de dos personajes distintos en otras partes: la mujer-abeja que alimenta a su marido Ceucy adopta igual perspectiva, puesto que proporciona un fundamento
con una sustancia positiva que segrega (miel), y la madre de la mujer ávida de miel, único a las incapacidades que afectan a las mujeres y a los ritos que son
que nutre a su yerno con una sustancia negativa que excreta (los peces). Un análi- privilegio de los hombres. En lo esencial, tales incapacidades y prerroga-
sis de la mitología de la sal en las dos Américas permitiría con facilidad mostrar tivas, en efecto, se complementan.
que la sal, sustancia mineral y no obstante comestible, reside, en el pensamiento El tercer volumen de estas Mitológicas acabará de demostrar que aquí
indígena, en la intersección del ali~cnLO y el excremento.
238 AGOSTO EN CUARESMA LA NOCHE ESTRELLADA 239

está un aspecto absolutamente fundamental de nuestros mitos, que nos man la constelación de las Pléyades la pone, con el arco iris, del lado de
abren un estado decisivo del pensamiento humano, cuya realidad ates- lo continuo (CC, pp. 221-226): parecida a un fragmento de Vía Láctea
tiguan innumerables mitos por el mundo entero. Todo parece pasar perdido en el cielo, es simétrica con ese fragmento de cielo oscuro extra-
como si, en una sumisión mística de las mujeres a su imperio, los hom- viado en medio de la Vía Láctea que, según demostramos (CC, pp.
bres hubieran apreciado, por vez primera pero de manera aún simbólica, 244-245), desempeña el papel de correlato nocturno del arco iris, de
el principio que les permitirá un día resolver los problemas planteados donde la triple transformación:
por el número a la vida en sociedad; como si, subordinando un sexo al
otro, hubieran trazado el diseño de las soluciones reales pero todavía
inconcebibles o impracticables para ellos, que consisten -así la esclavi-
cr~n tinu u]
[diurna I ["m '''",w] (
nortnrno 2
tud-·· en la sumisión de hombres al dominio de otros hombres. El lado luz cromática luminoso osc-uro
=> ----
"desgracias de Sofía"* de la historia de la chica loca por la miel no debe luz acromática oscuro luminoso
ilusionarnos. Pese a su aparente sosería que explica la poca atención
prestada hasta aquí a su mito, el personaje asume, del todo solo, el des-
tino de una mitad de la especie humana llegada a ese instante fatal en
que va a tocarle una incapacidad cuyas consecuencias ni aun hoy se han Por otra parte, se ha visto (pp. 66, 224s) que existe una afinidad
borrado pero que -sugieren hipócritamente los mitos- sin duda hubiese directa entre el primer término (arco iris] y el último (Pléyades), con la
sido evitable si una damisela intemperante hubiera sabido aguantarse el reserva de una oposición doble: diurno/nocturno y cotidiano/estacional.
apetito. Uno y otro anuncian la interrupción de la lluvia, sea por un momento
Conformémonos de momento con alzar esta punta del telón que cubre del día, sea por un periodo del año. Casi podría decirse que a una escala
el escenario del drama, y volvamos a la comparación. En un grupo de temporal más restringida, el arco iris es una constelación de las Pléyades
mitos, la heroína engulle feliz la miel, en otro lleva el nombre de una diurna.
miel tóxica vomi tada en cuanto es comida. Las variantes guayanesas la Terminaremos la comparación de los dos ciclos míticos (chica loca por
pintan con los rasgos de una criatura malhechora, que determina por la .miel, y Ceucy) señalando que, en las versiones guayano-amazónicas, la
fuera la aparición de las Pléyades que revisten un aspecto macho y nutri- pnmera es una mujer casada y madre de familia, seductora lasciva del
cio. Por el contrario, el ciclo de Ceucy la muestra determinada ella misma hermano de su marido, en tanto que la otra es una virgen enclaustrada
como Pléyade, aspecto femenino al que los indios de la Guayana otorgan que su propio hermano convierte en constelación para poner a resguardo
valor siniestro. El carácter benéfico remite a los peces que los indios su virtud.
saben pescar en enormes cantidades con ayuda de plantas venenosas, el Ahora, vistas así las cosas se impone la ampliación de la comparación.
carácter maléfico a las epidemias que matan a los hombres en gran Conocemos un ciclo mítico cuya heroína queda a igual distancia de las
número. Según este sesgo, la conclusión en apariencia aberrante de otras dos: casada pero casta, y violada por el hermano o los hermanos
M 2 7 9 d (antes, p. 232), consistente en una lucha fratricida durante la cual de su marido. Se trata de Estrella, esposa de un mortal (M S7-M 9 2 ) , que
"murieron muchos indios", recupera su lugar en el grupo al tiempo que asimismo desde todos los demás puntos de vista transforma simultánea.
se añade, como nuevo ejemplo, a mitos del mismo tipo (M 2 , M 3 ) que mente el personaje de la chica loca por la miel y el de Ceucy:
precisamente nos sirvieron en Lo crudo y lo cocido (p. 276-278) para
demostrar la homología de la pesca con veneno y las epidemias. 1) Es una muchacha demasiado bien educada que consiente ser una
Se recordara que los mitos sudamericanos colocan el arco iris o la ser- nutricia, no una esposa.
piente arco iris en el origen del veneno de pescar y de las epidemias, en 2) Vomita el maíz, prototipo de las plantas cultivadas, en el rostro
razón del carácter maligno que el pensamiento indígena atribuye al (M s s) o en la boca (M 8 7 a), en lugar de arrebatarle la miel de la boca
cromatismo tomado en el sentido de los intervalos pequeños. Por efecto (chica loca por la miel) o de ser ella misma una miel destinada a ser
de una simple variación de apartamiento entre sus términos, este reino vomitada (Ceucy); y no olvidaremos que el pensamiento indígena asimila
engendra otro: el de los intervalos grandes, que se manifiesta en tres la miel a un fru to silvestre.
niveles de desigual amplitud: la discontinuidad universal de las especies 3) Estrella desciende voluntariamente del cielo para hacerse esposa de
vivas, los estragos debidos a las enfermedades, de los que resulta una un humano, en tanto que Ceucy ilustra el caso inverso de una heroína
población humana dispersa, y la acción paralela ejercida sobre el pueblo femenina cambiada a pesar suyo en estrella para que no pueda hacerse
de los peces por la pesca con "veneno" (CC, pp. 253~278). Ahora bien, la esposa de un humano, y la chica loca por la miel -acaso convertida en
disposición agrupada pero en apariencia casual de las estrellas que for- estrella en los mitos del Chaco por haber mal sido la esposa de un futu-
* Alusión a una novela para niños, de este título, escrita por la condesa de Ségur ro humano (ya que sólo le ha permitido ser marido, y yerno no)- torna
y muy popular sobre todo en Francia. [1'.] ella misma estrella a su esposo en las versiones de la Guayana porque,
240 AGOSTO EN CUARESMA LA NOCHE ESTRELLADA 241

deseosa de reemplazarlo por su hermano, condena pues al primero a ser destruyó toda la obra. Entonces el mayor descubrió miel en un
nada más un aliado, no un marido. tronco y levantó al pequeño hasta ella.
4) Finalmente, Estrella se muestra primero nutricia, como la Pléyade Las ab~jas perte~eeían a la ~spe~ie /mandassaia/ o /caipota/ [una
subespecie de Mellpona ouodrifosciata cuya miel es particularmente
con su aspecto masculino, luego mortífera como dicha constelación con
buscada}. Cuando los i~dios hallan un nido de estas abejas, jamás
su aspecto femenino. Ahora, Estrella cumple la primera función cuando c~men las larvas y dejan. una cantidad de miel suficiente para
se manifiesta por vez primera a los hombres, y la segunda en el momen- al.Imentarlas; esto por gratttpd hacia las abejas que alimentaron al
to de dejarlos, así. en cierto sentido, al "salir" y al "ponerse". Invierte dIOS (Barba, p. 65; d. Bare, Stradelli 1, p. 759; Caduveo, Baldus
de este modo la significación de las Pléyades para los indios guayaneses, 2, p. 37).
puesto que la constelación nutricia, que anuncia la llegada de los peces,
parece ser la visible de tarde en el horizonte occidental, de donde resul- En conjunto, y sobre todo por la conclusión, el episodio es paralelo
taría que las Pléyades son mortíferas en su orto. tan,de cerca a M I 0 9 que puede afirmarse que la zarigüeya nutricia y las
abejas est~n e~ r.elaci~n de tra~sfonna~ión. Esto sale a relucir aún mejor
T odas estas transformaciones, que permiten integrar en nuestro grupo por un episodío antenor del mismo mito, que aparece en casi todas las
el ciclo de Estrella esposa de un mortal, traen una importante conse- demás versiones. En el momento en que debe suponerse que la zarigüeya
cuencia. Sabemos que Estrella es una zarigüeya, primero de bosque en su estaba todavía desprovista de marsupia, la madre de los gemelos se
capacidad nutricia, de sabana luego a título de bestia sucia y que ensu- conduce, ella, como si tuviera, pues conversa con su o sus hijos aunque
cia, donadora de muerte después de que dio vida a los hombres revelán- los lleva en el seno. Ahora, la comunicación se interrumpe -dicho en
doles las plantas cultivadas (CC, pp, 166-189). Mas el personaje de la ~tr~ forma, la matriz deja de servir de bolsa marsupial- después de un
zarigüeya está igualmente codificado en términos de código astronómico lI~Cldente .q~.e MI 09b relata en estos términos: "El niño que estaba en el
y de código alimenticio, al que volvemos así cerrando el ciclo de nues- VIentre pidió flores a su madre. Ella las iba arrancando aquí y allá
tras demostraciones. Desde el punto de vista astronómico, la zarigüeya cuando le picó una avispa que bebía miel en ellas... " (Barba, loco cit.,
ofrece una afinidad con las Pléyades puesto que, según un mito del rio p. 6.~). Pese al alejamiento y a la diferencia de lengua y de cultura, una
Negro (M2 1S 1 ; d. CC, pp- 218 n. 2), la zarigüeya y el camaleón escogie- version warrau (M2 s 9) preserva escrupulosamente esta lección: "La
ron el día del primer levantamiento de las Pléyades para cauterizarse los madre ya había cogido varias flores rojas y amarillas cuando le picó una
ojos con chiles y exponerse a la acción bienhechora del fuego. Pero la avispa debajo de la cintura. Quiso matarla, erró y se día ella misma. El
zarigüeya se quemó la cola, que desde entonces le quedó pelada (Rodri- niño del 'vientre recibió el golpe, que creyó destinado a él; enojado, se
gues 1, pp. 173-177). Por otra parte, la zarigüeya tiene en la Guayana el negó a seguir guiando a su madre" (Roth 1, p. 132; d. Zapara en
mismo nombre que el arcoíris (Ce, pp. 247ss), lo cual confirma por Reinburg, p. 12).
otro camino la ecuación de la p. 239. Por lo tanto, lo mismo que la zarigüeya real, buena nodriza, es con-
En segundo lugar, y sobre todo, los mitos establecen un nexo entre la grua con la miel de abeja, la madre mala nodriza, zarigüeya figurada, lo
zarigüeya y la miel. Lo mostraremos de dos maneras. es con la avispa cuya miel se sabe que es agria, si no tóxica. Este análisis
En una versión al menos del célebre mito tupí de los gemelos (Apapo- no sólo hace percibir una primera ligadura entre la zarigüeya y la miel.
cuva, MI 09), la zarigüeya desempeña el papel de madre nutricia; después Proporciona también una explicación, que se agrega a la que dimos ya
de la muerte de su madre, el mayor no sabe cómo alimentar a su herma- (p. 195.1"),del resurgir del mito de, los gemelos en un ciclo en apariencia
nito. Implora a la zarigüeya, que tiene cuidado, antes de hacerse nodriza, muy distinto, cuyo punto de par-tida es el origen (o la pérdida) de la
de limpiar las secreciones fétidas de su pecho. Para agradecérselo, el dios miel.
le da la bolsa marsupial y le promete que parirá sin dolor (Nim. 1, p. Para la segunda demostración conviene referirse a un conjunto de
326; variante mundurucú en Kruse 3, 1. 46, p. 920). Ahora bien, los mitos examinados parcialmente en Lo crudo y lo cocido (MI (lo-MI 02) Y
Guaraní meridionales conocen una variante de este mito en que la miel en el presente libro (pp. 68s), donde la tortuga se opone ora al tapir, ora
reemplaza a la leche sospechosa de la zarigüeya: al caimán o al jaguar, ora en fin al zarigüeya. En estos relatos la tortuga,
el zarigüeya, o los dos, son enterrados por un adversario, o se sepultan
MI o s b- Guaraní del Paraná: la miel nutricía (detalle). voluntariamente para demostrar su resistencia al hambre.
No es preciso entrar en los detalles de los mitos que nos interesan
Después del asesinato de su madre, el mayor de los gemelos, sobre todo aquí, ya que emplean puntos de referencia- estacionales:
Derekey, no supo qué hacer con su hermano menor, Derevuy, que periodos del año en que abundan tales o cuales frutos silvestres. Hemos
no tenía nada que comer y lloraba de hambre. Derekey intentó aludido a ello (pp. 193s) a propósito de las ciruelas, Spondias lútea,
primero reconstituir el cuerpo de la muerta pera su hermanito se
que maduran en enero-febrero, época en que la tierra empapada por las
abalanzó sobre los senos apenas formados, con tal voracidad que
lluvias está suficientemente blanda para que el tapir pueda pisotear y
242 AGOSTO EN CUARESMA LA NOCHE ESTRELLADA 243

sepultar la tortuga. Ésta consigue liberarse al final de las lluvias, cuando Llega otro jaguar, que cree que la tortuga lo provoca, y la ame-
el suelo está hecho un cenagal (M282; Tastevin 1, pp. 248-249). El naza. Ella no consigue convencerlo de que la letra de su canción
mismo autor ofrece una variante en que nos detendremos más tiempo, era diferente de lo que él entendió. El jaguar se abalanza, la tor-
ya que ilustra un tipo de mito que se repite desde el Brasil central hasta tuga se esconde en un agujero, hace creer al jaguar que la pata que
la Guayana: le queda visible es una raíz. El jaguar deja a un sapo de centinela
pero la tortuga lo ciega echándole arena y se escabulle. El jaguar
M¡ 8 3a' Amazonia (región de Teffé}: la tortuga y el zari- regresa y excava en vano. Se consuela devorando el sapo (Tastevin,
güeya. loe. cit., pp. 265-268; Baldus 4, p. 186).

Un día el zarigiieya robó la flauta de la tortuga. Ésta quiso pri- Transformando este mito volveríamos fácilmente a M s s (cf. CC, pp.
mero perseguirlo pero, incapaz de correr bastante aprisa, cambió 129-130). Dejaremos este cuidado a otro, por temor de meternos por un
de idea, buscó miel y se la untó en el ano después de ocultar la camino muy diferente del que deseamos seguir ahora, y en el cual corre-
cabeza en un agujero. ríamos el riesgo de topar con un problema inmenso: el del origen mítico
El zarigiieya vio relucir la miel y creyó que era agua. Tocó,
lamió y apreció su error. Pero la miel era deliciosa, el zarigüeya de los instrumentos musicales. Como se verá más adelante, no evitaremos
hundió la lengua. En aquel momento la tortuga apretó las nalgas y tal problema completamente. Tendría indiscutible interés explorar esta
el zarigüeya quedó prisionero. - ISuéltame la lengua!, gritaba. Lo vía que devolvería a M I 3 6 , donde un héroe mutilado, subiendo al cielo,
cual no consintió la tortuga hasta no haber recuperado su flauta. toca una flauta que suena: iTin! iTin! iTin! (K.-G. 1, p. 57), mien-
Otro día el zarigüeya desafió a la tortuga a ver quién pasaría más tras que en otra parte la tortuga, aplaudiendo su propio triunfo sobre
tiempo enterrado sin comida. La tortuga empezó y se estuvo sepul- adversarios, hace: iWeh! iWeh! iWeh!, palmoteando (MIO 1)' En la
tada hasta que maduraron las ciruelas y cayeron al pie de los mayor parte de los mitos del ciclo de la tortuga, la flauta de hueso (que
árboles. Le tocó entonces al zarigüeya, hasta que hubiesen madu- tal vez haya que oponer a la flauta de bambú) parece ser el símbolo de
rado las piñas silvestres. Al cabo de un mes quiso salir el zarigüeya, una disyunción (d. más adelante, p. 264).
pero la tortuga le dijo que apenas estaban saliendo las piñas. Pasa-
Pero volvamos a M 2 8 3, que explota otras oposiciones: entre la tortuga
ron otros dos meses y el zarigiieya dejó de responder. Había muer-
to; cuando la tortuga abrió el agujero sólo escaparon moscas (Tas- y el zarigüeya, entre las ciruelas y las piñas. Sabemos por M 2 8 2 que las
tevin, loe. cit., pp- 275-286). ciruelas maduran en la temporada de las lluvias; por consiguiente, la
sepultura de la tortuga dura desde el final de la estación seca hasta la
estación lluviosa, durante el periodo del año en que -precisa el mito-
Se trata, advierte Tastevin, de la tortuga /yauti/, hembra de Testudo
los ciruelos florecen, fructifican y pierden los frutos. Hace falta, pues,
tabulata y mayor que el macho, que se llama /karumben/. .
que la sepultura del zarigüeya sea durante la otra porción del año, y
En toda el área amazónica, el macho y la hembra de cada especie de
como debe cesar cuando estén maduras las piñas, que esto suceda al
tortuga tienen, a lo que parece, nombres distintos. Así, en el caso de
término de la estación seca. Tastevin no proporciona indicación al res-
Cinosteron scorpioides (?), yurara (L)/kapitari (m.); en el de Po docne-
pecto, pero recordando las suculentas recolecciones de piñas silvestres
mis sp., tarakaya (L)/anayuri [m.].
que hicimos en agosto-septiembre de 1938 en las primeras vertientes de
El origen de la flauta de la tortuga es tema de otro mito:
la cuenca amazónica (L.-S. 3, p. 344), consideramos de lo más verosímil
esta hipótesis. Al noroeste de la. cuenca amazónica, las piñas abundan
M 2 8 4 . Amazonia (región de Teffé): la tortuga y el jaguar.
particularmente en el mes de octubre, que corresponde al periodo más
Después que la tortuga mató al tapir mordiéndole los testículos seco, y es entonces cuando se celebra la fiesta llamada "de las piñas"
(M 2 8 2), no pudo evitar que llegase el jaguar a reclamar su parte (Whiffen, p. 193).
del festín. En realidad, la fiera aprovecha la ausencia de la tortuga, Ahora bien, el concurso de ayuno inspirado por la oposición de las
que fue a buscar leña, para robarle toda la carne, en lugar de -la ciruelas y las piñas sigue a otro episodio, que reproduce parcialmente: el
cual deja sólo sus excrementos. del robo de la flauta, durante el cual -cuenta el mito-- la tortuga no
La tortuga se pone entonces a perseguirlo y encuentra monos logra untar de resina a su adversario (Tastevin, loe. cit, pp. 276, 279,
que la ayudan a trepar al árbol donde están comiendo frutos.
283), ni de cera (Cauto de Magalhacs, p. 20 del Curso; la palabra tupí es
Luego la abandonan.
Pasa .el jaguar, que invita a la tortuga a descender. Ella le pide /iraiti/, y según Montoya su sentido etimológico -csegún el homófono
que cierre los ojos, se le deja caer sobre la cabeza y le parte el guaraní - sería "nido de miel"), hasta que al fin consigue untarlo de
cráneo. miel. O sea el cuadro:
Cuando el cadáver del jaguar está putrefacto, la tor-tuga se apo-
dera de una tibia, se hace una flauta y canta: -Del jaguar el hueso 1. cera miel
es mi flauta. ¡ Fri! j f'ri! j Fri! 2: ciruelas piñas
244 AGOSTO EN CUARESMA LA NOCHE ESTRELLADA 245

establece en una posición intermedia entre las de la cera y la podredum-


d0t;de la c~h~~na de la izquierda junta seres ante los cuales el zarigüeya
bre, confirmando una naturaleza ambivalente en que hemos insistido más
esta en posrcron fuerte, y la de la derecha seres ante los cuales está en
de una vez. Por otra parte, esta naturaleza ambivalente confronta la miel
posic!~n débil: inc~paz de ;esistir a la miel o incapaz de resistir (hasta)
y la zarigüeya, ambivalente también en su doble capacidad de marsupial
I~s pmas. ¿Por que e~tos terminas están agrupados en pares? Como las
-así buena nodriza- y bestia hedionda. Librada de esta lacra, la zari-
Ciruelas, la cera permite durar desde la lluvia hasta la estación seca es el
güeya tiende hacia la miel, con la cual se confunde por parecido; ya que,
vehículo atribuido al intinerario que conduce de lo húmedo a lo' seco:
entonces, no es sino un pezón maravillosamente limpio del que brota la
esto lo sabemos desde la historia de Haburi o Aboré inventor de la
~rimer.a pir,~gua que fue precisamente de cera y que ;1 "padre de las
leche, dulce como la miel. Golosa de miel y pretendiendo fundirse con
ella. pero esta vez por contigüidad -hasta el punto de hundir la lengua
mvencrones ord~no, a los h~mbres .copiar en adelante en madera (Brett
en el trasero de la tortuga-, es lo contrario de una nodriza, y la desapa-
2, p.,82). Pues <-que es la piragua SIDO el medio de sobreponer 10 seco a
rición del primer atributo hace crecer el otro hasta invadirla entera. Es
lo humedo? La ~iel y las piñas permiten efectuar el trayecto inverso,
de lo seco a 10 humedo, ya que son fru tos silvestres recolectados en la por cierto, además, lo que expresa a su manera el ciclo tup i-guaran i del
es~ación seca como precisa, para la miel, la trascripción versificada del mito de los gemelos, ya que figura dos veces el zarigüeya. Primero, como
mito de Aboré, al principio: los hombres deben buscar abejas silvestres acabamos de ver, a título de hembra, y con un empleo nutricio. Más
mientras el sol les deje, tarde en calidad de un hombre llamado "Zarigüeya", cuyo papel es
puramente sexual (d. M 9 6). Ahora bien, si la zarigüeya hembra tiene la
precaución de lavarse, su homónimo masculino huele mal (d. MIo 3).
Men must hunt [or wild bees while the sun says they may
El grupo que hemos considerado en su conjunto se cierra, pues, con
(Brett, loco cit., p. 76). una homología entre el zorro del Chaco y el zarigüeya tup i-guaran A la í,

esposa del Sol, abandonada encinta por su marido y seducida por Zari-
N~ es esto todo. Variantes de M 2 8 3 , en las que el caimán hace de güeya, corresponde en el Chaco la hija del Sol, abandonada por su
ladron de la flauta, y no el zarigiieya, contienen un detalle perfecta- marido cuando estaba indispuesta, y que Zorro intenta en vano seducir.
m~nt~ superponible a aquel con el cual concluye M 2 8 3: para obligar al Zarigüeya es un falso marido que se hace pasar por verdadero, Zorro un
ca~man a que devuelva la flauta, la .tortuga se esconde en un agujero, falso marido que se hace pasar por (la mujer del) verdadero, y los dos se
dejando asomar solamente el trasero untado de miel, "de donde escapaba traicionan, el uno por su olor animal (cuando pretende ser un humano o
de cuando en cuando una abeja volando: zumo .. " (M, 8 3 b i Ihering art. un animal diferente), el otro por su rudeza masculina. (cuando pretende
... b ... ) 1 ' , ser una mujer). Así, no erraban del todo los antiguos autores que dieron
ja on : A a tortuga, de cuyo cuerpo "vuelto miel" escapan las abejas,
y que. triunfa así del zarigü~ya, corresponde pues, en la segunda parte al zarigüeya el nombre portugués del zorro: raposa. La problemática
del mito, la tortuga .que tnunfa definitivamente del zarigüeya, pero indígena sugería ya que el uno podía ser variante combinatoria del otro.
porque el cuerpo de este se ha convertido en podredumbre, de donde Ligados los dos a la estación seca, parejamente glotones de miel y dota-
escapan moscas ("de la carne", no ya "de la miel"). Dicho de otro dos de parecida lubricidad en su aspecto masculino, difieren solamente
modo, por la miel la tortuga se toma superior al zarigüeya, y por la cuando son considerados sub specie feminae: la zarigüeya puede volverse
podre~umbre, és.te se hace inferior a la tortuga. En efecto, la zarigüeya es buena madre a condición de desembarazarse de un atributo natural (su
un ammal pútrido, en tanto que la tortuga, animal que hiberna, tiene mal olor), en tanto que, aun luciendo atributos artificiales (falso sexo y
fama de imputrescible (CC, pp. 177-179). falsos senos), el zorro no pasa de hacer una esposa grotesca. Mas dno
será porque la mujer, eternamente zarigüeya y zorra;' O es incapaz de
¿Qué concluir de estos mitos? El grupo examinado antes transformaba
superar su naturaleza contradictoria y de alcanzar una perfección que, si
la leche de la zarigüeya en miel, el marsupial en abeja; pero a condición
fuera concebible, sería la única en poner término a la búsqueda de
de que la zarigüeya se quitase de encima primero una podredumbre que
su cuerpo engendra naturalmente. Aquí el zarigüeya obedece a una jurupari?
transform:,,"ción inversa: es íntegramente asimilado a la podredumbre,
p~ro, a fm de cuentas, porque ha empezado por dejarse captar por la
miel. No obstante, supo resistir a la cera, que representa la parte seca e
imputrescible del nido de las abejas, del cual la miel forma (en virtud de
la, oposición que .el mito introduce entre los dos términos) la parte
humeda y putrescible. La amenaza de la cera hace pues que el zarigüeya lOSe ha demostrado (p.2:) h;)que la heroína del Chaco, seducida por un zorro, es
varíe en un sentido contrario a su naturaleza de animal pútrido, pero la ella misma una zorra; y acabamos de ver (p.241) que la heroína tupí-guaraní resulta
atracción de la miel, en un sentido conforme a esta naturaleza, que aun ser, si puede decirse, una zarigüeya avant la lettre, ulteriormente seducida por un
adopta hasta el colmo haciéndose carroña. Por una parte la miel se zarigüeya.
RUIDOS EN EL BOSQUE
247

La distinción de los dos códigos, semántico y retorico, permite de to~os


modos tratarlo más a fondo. Si- se considera, en efecto, que los mitos
oscilan constantemente entre dos planos, uno simbólico y el otro imagi-
nario (antes, p.204), es posible resumir el precedente análisis por medio
de una ecuación:
[ plan o imagJ-nario] ( camib auismo f armilíar]
[ plano simbólico l (ingestión de miel) lar ..
[ plano imaginario]. . )
[ plano simbólico]
(ingestión de tapir) : [coito con tapir ::
(sentido propio) : (sentido figurado).

II En el marco de este sistema global, los dos subconj~ntos m iticos


-designados por (a) para el tapir seductor, (b) para la chica loca por la
miel- se consagran cada uno a una transformación local:
RUIDOS EN EL BOSQUE a) {consumo figurado del ta~irl=> [co~sun:opropio.~el tapir)
b) [consumo propio de la miel ] => [canibalismo familiar, co.m o
consumo ftgurado]

EN EL pensamiento indígena, la idea de la miel cubre toda suerte de Introduzcamos ahora una nueva oposición: activo/pasivo,. correspon-
equívocos. Ante todo, por ser manjar naturalmente "cocinado"; luego, diente al hecho de que, en el ciclo del tapir seductor, la. mujer es ~eta­
en razón de sus propiedades que la hacen dulce o agria, sana o tóxica; Foricamente "comida" por el tapir (en virtud de una exrgencra de Sl~e­
en fin, por poderse consumir fresca o fermentada. Hemos visto cómo tría, ya que está establecido que es ella quien se. 10 come ~n sent.ldo
este cuerpo, que irradia ambigüedad por todas sus facetas, se refleja él propio) y que, en el ciclo de la chica loca por la rniel , la hero ina activa-
mismo en otros cuerpos parecidamen te ambiguos: la constelación de las mente ~ulpable de una glotonería empíricamente ob~ervable, pero que
Pléyades, alternativamente macho y hembra, nutricia y mortífera; la simboliza aquí su mala educación, se torna .obje~o p.aslvo de una comida
zarigüeya, madre apestosa; y la mujer misma, de la que nunca se tiene la caníbal y.familiar, cuya noción es del todo tmagmarta. O sea:
seguridad de que seguirá siendo buena madre y esposa fiel, pues hay
riesgo de que se vuelva ogresa lúbrica y homicida, a menos que se la a) [figurado, pasivo] => [propio, acti.vo]
reduzca a la condición de virgen enclaustrada. b) [propio, activo] => [figurado, pasivo]
Hemos verificado asimismo que los mitos no se restringen a expresar la
ambigüedad de la miel por medio de equivalencias semánticas. Recurren Si, como hemos postulado, los dos ciclos están entre ellos en relación
asimismo a procedimientos me talingüfsticos, cuando juegan sobre la de complementariedad, hará entonces falta que en el segundo caso sea
dualidad del nombre propio y el nombre común, de la metonimia y de comida la mujer y na cualquier otro protagonista. .
la metáfora, de la contigüidad y del parecido, del sentido propio y del Sólo en tendiendo los mitos en esta forma es posl~le reducir a ~n
sentido figurado. Entre el plano semántico y el retórico, M 27 H hace de común denominador todos los relatos en que la hero ina es u_na chica
bisagra, pues la confusión del sentido propio y el sentido figurado se loca por la miel, sea que, como en el Chaco, se man~fieste e.fectlvamente
pone explícitamente a cuenta de un personaje del mito y sirve de resorte glotona de este alimento, sea que los mitos la describan pnmero conct.t-
a la trama. En lugar de afectar la estructura, se incorpora a la materia " un a lila d o por ma t rrmomo
piscen te hacia " "(M 1 35 , M 1 36, M, 98) o . hacia
del relato. No obstante, cuando una mujer .que acabará muerta y un hijo adoptivo (M 2 4 5, M27 3), o a veces hacia ambos. al tle~po
comida comete el error de entender en sentido propio lo que fue dicho "M ) llevando hasta el límite extremo la Idea misma
(M 241,243,244, 258' delai
en sentido figurado, observa una conducta simétrica con la de la amante de luna de miel, como, más cerca de nosotros, los versos de ~au e aire
del tapir, cuya falta consiste en dar el sentido figurado de un coito a lo ilustran por el modo que tienen también de acumular v inculos de
este consumo del animal que no puede normalmente entenderse más que paren tesco en la persona de la amada:
en sentido propio: es decir un consumo alimenticio, por el hombre, de
Mon enfant, ma soeur
su caza. Para castigo, deberá pues consumir en sentido propio, comer, el
pene del tapir que creía poder consumir en sentido figurado.
a
Songe la douceur
D'aller lá-bas vivre ensemble! *
Pero dpor qué, según los casos, hace falta que la mujer coma el tapir o
sea comida ella misma? Ya hemos respondido en parte a esto (p.I02). * Hija mía, hermana,j l piensa en la dulzuraj de ir allá a vivir juntos!
~46
248 AGOSTO EN CUARESMA RUIDOS EN EL BOSQUE 249

Así unificado, el ciclo de la chica loca por la miel se consolida con el complementariedad: en el plano erótico el tapir es pródigo, si su amante
del tapir seductor, lo cual permite justificar su intersección empírica. En humana es ávida; en el plano alimentario es el tapir el ávido, mientras su
efecto, uno y otro contienen el moti" o del personaje desmembrado y amante, pródiga hacia él en una versión (M 159), demuestra por lo demás
acecinado, servido traidoramente a los suyos en lugar de cualquier trivial con su incuria que, para ella, el dominio alimenticio no está marcado.
pieza de caza. Consolidados uno con otro, el ciclo de la chica loca por la miel y el
Con todo, en esta etapa de la argumentación se presenta una dificultad del tapir seductor forman pues un metagrupo cuyo contorno reproduce,
doble. Pues de nada serviría haber depurado la materia mítica mostrando a mayor escala, el que trazamos en la segunda parte guiándonos tan sólo
que algunos mitos pueden ser reducidos a otros gracias a reglas de trans- por uno de los ciclos. La presencia, en el nivel del metagrupo, de las
formación, si este trabajo hiciese aparecer fisuras en el seno de los mitos dimensiones retórica y erótico-alimenticia ha quedado bastante de maní-
donde, cuando se miraban ingenuamente, no aparecía semejante comple- fiesto en la anterior discusión y es inútil seguir insistiendo. Pero también
jidad. Y ahora todo es como si, precisamente al fundirlos en nuestro está presente la dimensión astronómica, a la que el ciclo del tapir seduc-
crisol, los personajes del tapir seductor y la chica loca por la miel mani- tor se refiere de dos maneras.
festasen, cada cual por su lado, una dualidad de naturaleza no inmediata- La primera es sin duda implícita. Furiosas porque sus maridos las
men te perceptible, de suerte que la simplicidad ganada en un plano corre hayan obligado a consumir la carne de su amante, las mujeres deciden
el peligro de quedar comprometida en el otro. desertar del hogar y se mudan en peces (MISO' MJ 5 J, M] s 3, MIS 4)' Se
Consideremos primero el personaje del tapir. En sus empresas eróticas, trata, pues, en las versiones que son todas amazónicas, de un mito sobre
encarna la naturaleza seductora, congrua con la miel. En efecto, a su el origen o la abundancia de peces, fenómeno que mitos procedentes del
potencial sexual atestiguada por el enorme pene, en cuyas dimensiones área guayan o-amazónica ponen a crédito de las Pléyades. Así, en este
se regodean los mitos, no se le compara, en el código alimenticio, más sentido, como las Pléyades, el tapir seductor es responsable de la abun-
que el poder seductor de la miel, hacia la cual los indios experimentan dancia de los peces. El paralelismo entre el animal y la constelación se
verdadera pasión. refuerza si se tiene en cuenta que la constelación de las Pléyades, es
La relación de complementariedad, que hemos descubierto entre el decir la Ceucy de los Tupí amazónicos, es una virgen enclaustrada que
ciclo del tapir seductor y el de la chica loca por la miel, prueba que, su hermano convirtió en estrella para mejor preservar su virginidad
según la teoría indígena, la miel desempeña por cierto este papel de (M 2 7S)' En efecto, los Mundurucú (que son Tupí amazónicos) hacen del
metáfora alimentaria, que sustituye la sexualidad del tapir en el otro tapir seductor un avatar de Korumtau, hijo del demiurgo, a quien su
ciclo. Y sin embargo, cuando se consideran los mitos en que el tapir es padre impuso tal transformación porque, siendo muchacho enclaustrado,
calificado como sujeto por el código alimenticio (y ya no sexual), su hab ia perdido la virginidad. Tal es al menos la continuación de M 16,
carácter se invierte: no es ya un amante que colme a su amante humana, cuyo principio se encontrará en CC, pp. 63 y 88-89.
y a veces la nutra dándole frutos silvestres en profusión, sino un egoísta La deducción precedente recibe directa confirmación de los mitos de
y un glotón. Por lo tanto, en vez de ser congruo con la miel como en el la Guayana pertenecientes al ciclo del tapir seductor, lo cual muestra,
primer caso, se torna congruo con la chica loca por la miel que, hacia dicho sea de paso, que Roth ha invocado demasiado de prisa una in-
sus parientes, demuestra el mismo egoísmo y la misma glotonería. fluencia europea o africana para explicar que, en el Nuevo como en el
Varios mitos de la Guayana hacen del tapir el primer amo del árbol de Viejo Mundo, Aldebarán sea comparada con el ojo de un gran animal:
los alimentos; cuya situación guarda en secreto (cf. M]]4 Y CC, Pp- tapir o toro (Roth 1, p. 265):
1&6-189). Y se recordará que, en M 2 6 4, los gemelos Pia y Makunaima
hallan refugio sucesivamente junto a dos animales que pueden llamarse M 2 H s . Caribe (? ): el tapir seduc toro
"antinutricios". La rana lo es por exceso, ya que proporciona en abun-
Una india, casada desde hacía poco, encontró un día un tapir
dancia alimentos que en realidad son sus excrementos; el tapir lo es por
que la cortejó asiduamente. Dijo que había adoptado forma animal
defecto, cuando oculta a los héroes la situación del ciruelo silvestre de para llegar a ella con más facilidad cuando iba a los campos, pero
cuyos frutos caídos se atiborra. si consintiera en seguirlo hacia el este, donde se juntan cielo y
La amante del tapir acusa exactamente la misma divergencia. En el tierra. recuperaría su apariencia humana y se casaría con ella.
plano alimentario, es-una mala esposa y una mala madre que. entregada Embrujada por el animal, la mujer fingió querer ayudar a su
toda a su pasión, descuida cocinar para su marido y dar de mamar a su marido que iba a coger aguacates (Penca gratissima). Mientras
crío (M 1 5 () [. Pero, sexualmente hablando, es una glotona. Por consi- subia al árbol, ella le cortó una pierna de un hachazo y escapo (cf
guiente, lejos de complicar nuestra faena, la dualidad propia del principal MI ,1 e ]. Aunque desangrándose mucho. el herido consiguió conver-
actor de cada ciclo acude en apoyo de nuestra tesis; por ser siempre del tir mágicamcn tc una de sus pestañas en pájaro. que fue a buscar
socorro. La madre del héroe llegó a tiempo al sitio del drama.
mismo tipo, antes confirma que invalida la hornolog ia que postulamos. Cuidó a su hijo y lo curó.
Ahora, dicha homología se manifiesta por cierto mediante una relación de Con una muleta. el inválido se echó a buscar a su mujer, pero las
AGOSTO EN CUARESMA RUIDOS EN EL BOSQUE 251
250

categorías, se trataba de cuñados mutuamente inevitables, cuya interven-


lluvias habían borrado todo rastro. Sin embargo, consiguió dar con
ella observando las plántulas de aguacate que habían brotado donde ción ofrece un carácter orgánico y, así, sus conflictos son expresión
ella había comido fru tos y tirado los huesos. La mujer y el tapir normal de la vida en sociedad.
estaban juntos. El héroe mató al animal de un flechazo y le cortó En el segundo grupo, al contrario, el aliado no es pareja obligatoria
la cabeza. Suplicó entonces a su mujer que volviera, que si no la sino competidor facultativo. Que el cuñado de la mujer sea por ella
perseguiría eternamente. La mujer no quiso y siguió s';I camino, seducido o tenga él mismo el papel de seductor: siempre es un hermano
precediendo al alma de su amante~ en tanto que el roan,do c~rna del marido -miembro del grupo social, cierto, pero cuya existencia no es
detrás. Llegada al extremo de la tierra, la mujer se lanzo al CIelO. requerida para que la alianza se anude y que, en la constelación domés-
Cuando la noche es clara todavía se la ve (las Pléyades), junto a la tica, hace de término contingente. Entre las enseñanzas que los Baniwa
cabeza del tapir (las Híades, con el ojo rojo: Aldebarán), y precisa-
mente detrás el héroe (Orión, donde Rígel corresponde a la parte imparten a los novicios figura la de "no perseguir a las mujeres de los
superior de la pierna buena) que los persigue (Roth 1, pp. hermanos" (M 2 7 ób)' En efecto, la visión teórica de la sociedad implica
265-266). que todo hombre, para tener la seguridad de obtener una esposa, debe
poder disponer de una hermana. Mas nada exige que tenga un hermano.
La mención del aguacate y de los huesos de sus frutos plantea un Ya los mitos lo explican: tal cosa hasta puede ser molesta.
problema que será tratado en el siguiente volumen. Bástenos subrayar: Sin duda el tapir es un animal, pero de él los mitos hacen un "her-
1) el paralelismo de este mito y M 1 3 ó , donde una e.sposa, disoluta corta mano" del hombre, ya que despoja a éste de la posesión de su esposa.
también la pierna a su marido; 2) el hecho de que los dos mitos se rela- Unica diferencia: si, por existir, el hermano humano está automáti-
cionen con el origen de las Pléyades, solas o con constelaciones vecinas. camente inserto en la constelación de alianza, el tapir en cambio penetra
En un caso el cuerpo del marido mutilado se vuelve la Pléyade, su pierna de manera brutal e imprevista, en virtud de sus solos atributos naturales
el cinturón de Orión; en el otro, la propia mujer se vuelve la Pléyade, la y como seductor en estado puro, o sea como término socialmente nulo
cabeza del tapir las Híades, y Orión figura el marido (menos su pierna (CC, p. 273). En el juego social de la alianza, la intrusión del cuñado
cortada) (cf. M2 H Y M I 3 l b). Así que el mito del tapir seductor sí recurre humano es accidental;' la del tapir adquiere proporciones de escándalo.
a un código astronómico para trasmitir un mensaje apenas diferente del Pero ya examinen los mitos las consecuencias de un estado de hecho o
que trasmiten los mitos de origen de las Pléyades, procedentes también de las que acarrea la subversión de un estado de derecho, es por cierto
la misma región. siempre de una patología de la alianza de lo que se ocupan, según hemos
Pero es sobre todo el código sociológico el que merece retener la aten- sugerido. Se observa así un corrimiento sensible con respecto a los mitos
ción. Mejor aún que los otros, demuestra la complementariedad de los que nos sirvieron de punto de partida en Lo cru-do y lo cocido. Aquellos
dos ciclos, situándolos de paso en un conjunto mucho más vasto, que es primeros mitos, a los que servían de eje los términos fundamentales de
precisamente el que estas Mitológicas se han propuesto examinar. La la cocina (en vez de esas verdaderas paradojas culinarias que constituyen,
chica loca por la miel del mito de la Guayana (M 1 3 6 ) y la amante del cada cual a su manera, la miel y el tabaco), se ocupaban efectivamente
tapir que se ve aparecer en otros mitos son, una y otra, esposas adúlte- de la fisiología de la alianza. Ahora bien, ni más ni menos que la cocina
ras; pero lo son de dos maneras que ilustran las formas extremas que puede existir sin fuego y sin carne, la alianza tampoco puede instaurarse
este crimen puede adoptar; sea con un cuñado, quien representa la ten- en ausencia de esos cuñados de parte entera que son los hermanos de las
tación más cercana, sea con un animal del bosque, que representa la mujeres y los maridos de las hermanas.
tentación más alejada. En efecto, el animal participa de la naturaleza, en Se discutirá quizá que el fuego y la carne sean con igual título condi-
tanto que el cuñado. cuya proximidad es resultado de la alianza matri- ciones necesarias de la cocina, pues si no hay cocina sin fuego, se echan
monial y no de un nexo de consanguinidad que al menos sería biológico, a la olla otras muchas cosas aparte de piezas de caza. No obstante
participa exclusivamente de la sociedad: -hecho digno de nota-- la constelación de alianza en que figuran el o
los hermanos del marido a modo de agentes patógenos apareció en nues-
(tapir: cuñado) :: (lejano: cercano) :: (naturaleza: sociedad) tra indagación con el ciclo de Estrella esposa de un mortal, que trata del
No es todo. Los lectores de Lo crudo y lo cocido recordarán sin duda ori.w-'n de las plantas cultivadas (M x 7-Mlj 2)' o sea un origen lógicamente
posterior al de la cocina, y sobre el cual un mito (M,) 2) incluso cuida de
que el primer grupo de mitos que introdujimos (MI a,M2o) yen torno a
precisar que sucedió al de ésta en el tiempo (CC, p. 169).
los cuales, en cierto sentido. aquí no hacernos mas que reanudar el
comentario. atañía igualmente al problema de la alianza. Pero entre I Igual. con la cuñada homóloga, es decir la hermana de la esposa que sacan a
estos mitos y los que ahora consideramos asoma una diferencia primor- escena mnos del Chaco (M 2 I 1) Y de la Cuavana (M2 y:¡), de los que hemos demos-
dial. En el primer grupo los aliados eran sobre todo hermanos de muje- trado que los mitos en que figura el hermano del marido cumplen la transforma-
res y maridos de hermanas, es decir, respectivamente. donadores y ción. En el ciclo del tapir seductor puede tratarse, también por transformación, de
tomadores. Por cuanto que toda alianza implica el concurso de estas dos una hembra seductora (M I 4 4 • 145. M I 5 K ) .
252 AGOSTO EN CUARESMA RUIDOS EN EL BOSQUE 253

En efecto, la cocina opera una mediación de primer orden entre la larmente a la filosofía moderna estos relatos extraños, donde, vistas sus
carne (natural) y el fuego (cultural), en tanto que las plantas cultivadas apariencias, a duras penas se buscarían tan altas lecciones, mal estaría
-que resultan ya, en estado crudo, de una mediación de la naturaleza y olvidar que cuando el hombre al razonar acerca de sí mismo se ve lle-
la cultura- no sufren, por el hecho de la cocción, sino una mediación vado a formular iguales suposiciones, pese a las circunstancias extraordi-
parcial y derivada. Los antiguos concebían esta distinción, ya que pensa- nariamente disímiles en que se ejerce su reflexión, es grande la probabili-
ban que la agricultura implicaba ya una cocina. Antes de sembrar había dad de que esta convergencia varias veces repetida de un pensamiento y
que cocer, terram excoquere, los terrones del campo laborado exponién- un objeto que es también sujeto de tal pensar saque a la luz algún
dolos a los ardores del sol [Virgilio, Geórgicas, 11, v, 260). Así, la coc- aspecto esencial, si no de la historia del hombre, sí al menos de su natu-
ción propiamente dicha de los cereales tocaba a una cocina de segundo raleza, a la cual tal historia está ligada. En este sentido, la diversidad de
grado. Sin duda las plantas silvestres pueden servir también de alimentos, las vías que' condujeron conscientemente a Rousseau e inconsciente-
pero, a diferencia de la carne, muchas se pueden consumir crudas. Las men te a los indios sudamericanos a hacer iguales especulaciones acerca
plantas silvestres constituyen pues una categoría imprecisa, poco indi- de un pasado lejan isimo, nada prueba, sin duda, sobre el pasado, pero
cada para ilustrar una demostración. Llevada paralelamente a partir de la prueba mucho acerca del hombre. Ahora, si el hombre es de tal suerte
cocción de la carne y del cultivo de las plantas alimenticias, esta demos- que no pueda escapar, no obstante la diversidad de los tiempos y luga-
tración mítica desemboca en el primer caso en el advenimiento de la res, a la necesidad de imaginar parecidamente su génesis, ésta no puede
cultura, en el otro en el advenimiento de la sociedad; y los mitos afir- haber estado en contradicción con una naturaleza humana que se afirma
man que ésta es posterior a aquélla (Ce, pp. 187-189). a través de las ideas recurrentes que cultivan sobre su pasado los hom-
¿Qué puede concluirse? Como la cocina considerada en estado puro bres aquí y allá.
(cocción de la carne), la alianza considerada en estado puro -impli-
cando, así, exclusivamente cuñados en la relación de donador y toma- Volvamos a los mitos. Se ha visto que en el nivel del metagrupo for-
dor'' - expresa, para el pensamiento indígena, la articulación esencial de mado por los ciclos del tapir seductor y de la chica loca por la miel
la naturaleza y de la cultura. En compensación, es con el nacimiento de subsiste una ambigüedad que ya era manifiesta en niveles más humildes.
una economía neolítica, que acarrea la multiplicación de los pueblos y Como se trata, pues, de un carácter estructural del metagrupo, conviene
la diversificación de lenguas y constumbres (M q o ) , con lo que aparecen, prestar particular atención a una de sus modalidades que parece, a pri-
según los mitos, las primeras dificultades de la vida social resultantes del mera vista, no aparecer sino en el ciclo del tapi:r seductor, donde echa
crecimiento de la población y de una composición de los grupos familia- mano de los medios de un código acústico que todavía no hemos tenido
3
res más azarosa de lo que aceptaría la bella simplicidad de los modelos. ocasión de considerar.
Dos siglos hace, en el Discours sur l'origine de l'inégalité, Rousseau no Casi todos los mitos cuya heroína se deja seducir por un animal, casi
decía otra cosa, y a menudo hemos llamado la atención hacia estos siempre un tapir, a veces también un jaguar, una serpiente, un caimán
puntos de vista profundos e injustamente difamados. El testimonio -en América del Norte un oSO-, describen escrupulosamente la manera
implícito de los indios sudamericanos, tal como lo hemos desgajado de que tiene la mujer para que comparezca su amante. Desde este punto de
sus mitos, no puede, claro está, servir de autoridad para restablecer a vista se pueden clasificar en dos grupos, según la mujer enuncie el nom-
Rousscau en el lugar que le corresponde. Pero, aparte de acercar singu- bre propio del animal y le envíe así una convocatoria personal, o se
2 El uno encarna siempre a sus propios ojos la cultura, en tanto que los mitos contente con un mensaje anónimo que a menudo consiste en golpes
mandan siempre el otro a la naturaleza; o sea, en términos de código' culinario, un dados en un tronco, o en una escudilla de calabaza, vuelta y puesta
dueño del fuego de cocina, y, según los casos, ora un consumidor de carne cruda sobre el agua.
(el jaguar de M 7-M 12), ora una caza prometida a la cocción (los cerdos de Como ejemplos del primer grupo enumeraremos algunos mitos. Kaya-
MI ó-MI <,J). La equivalencia: pó-Ku be nkranken (MI 5:1): el hombre-tapir se llama Bira; Apinayé
(dunadur: tomador) :: (fut')!.u de cocina : carne) (MISó): las amantes del caimán exc1am~n: "iMinti! laqu i estamos! ':;
Mundurucú (M4 9): el nombre de la serpiente seductora es T'upasherebé:
ha sido analizada en ce, pp. 87-110. MI s o: el tapir seductor aparece cuando las mujeres lo llaman por su
nombre, Anyocaiché; M 2 M 6: al perezoso hembra de quien está prendado,
él Cuya inspiración, pUl::S, puede tenerse por de esencia paleolítica, sin implicar
con ello --mas sin exduirlo- que la teoría indígena de la alianza, tal como es el héroe le grita: "il Araben! iven a mí! .. (Murphy 1, p_ 125; Kruse 2,
expresada en las reglas de excgurnia y de preferencia hacia ciertos tipos de parien- p. 631). Las futuras amazonas guayanesas (M 2 M 7 ) llaman al jaguar seduc-
tes, deba remontarse a un periodo tan antiguo de la historia de la humanidad. tor por su nombre, Walyarimé, que luego pasa a ser su grito de reunión
lIemos presentado este problema en una conferencia: "The Future uf Kinship (Brett 2, p. 181). A la mujer que corteja, el tapir de M H 5 le dice "que
Studies". Procl'í'dinK.I of thc Royal Anüiropological lnstitute 01 Great Rritain and se llama Walya" (id., p. 191). La serpiente que, en un mito waiwai
Ireíond for 1965, pp. 15-16. (M I 7 J, 2 ¡; K)' educa una mujer como animal familiar, se llama Pétal¡
254 AGOSTO EN CUARESMA RUIDOS EN EL BOSQUE 255

(Fock, p. 63). El caimán seductor de los Karajá (M 28 9 ) tiene por nom- intervalos regulares: pum... pum... pum... Los campesinos del interior
bre Kabroro, las mujeres le sueltan un largo discurso y él contesta, pues de Brasil dan a este procedimiento de caza el nombre de botuoue (L.-S.
en aquel tiempo los caimanes hablaban [Ehrenreich, pp- 83-84). El mito 3, p. 352).
ofaié (M I 59) no menciona nombre del tapir, pero su amante lo hace En el mejor de los casos, estas costumbres pudieron inspirar los relatos
acudir llamando: .. Benainho, o benzinho", lit. "pequeño-bendito". * Los míticos, pero no perm it en interpretarlos de modo satisfactorio. Sin duda
mitos tupari sobre el mismo tema (M 1 s s) dicen que las mujeres lanza- los mitos se refieren a una caza (de tapir, por hombres), pero su punto
ban al tapir "un llamado encantador" y que luego "repitieron las mismas de partida es diferente: el llamado con calabaza, que constituye la forma
palabras" (Caspar 1, pp. 213-214). A veces, por lo demás, estos nombres más frecuente, no reproduce una costumbre de que haya constancia; por
propios no son sino el nombre común del animal, transformado en último, existe oposición entre los dos tipos de llamado, y es esta oposición
expresión vocativa (MISó. M 2 8 9) o en apodo (M 2 8 S • M 2 8 7 ) . la que hay que explicar, no los llamados separadamente.
El segundo grupo comprende mitos procedentes a veces de las mismas Si los dos tipos se oponen, cada uno tiene por su cuenta una relación
tribus. Kraho (MI s 2): la mujer llama al tapir golpeando un tronco de pal- con la una o la otra de las dos conductas, igualmente opuestas, cuyo
mera buriti. Tenetehara (MI SI): en un tronco de árbol, o (MM o), tratándo- papel hemos discutido a propósito de los mitos guayaneses sobre el
se de una gran serpiente, en una calabaza (Urubú) o dando con el pie (Tene- origen de la miel (M 2 3 3-2 34). Para llamar al animal seductor (que es
tehara). Para que acuda el amante, las amantes mundurucú de la serpiente también un malhechor), o hay que pronunciar su nombre, o que golpear
(M 2 9 o) golpean una calabaza invertida y puesta sobre el agua: puño .. alguna cosa (suelo, árbol, calabaza puesta sobre el agua). Al contrario, en
[Kruse 2, p.640). Lo mismo en Amazonia (M I 8 3 ) , para que la serpiente los mitos que acabamos de evocar, para retener al bienhechor (o la
arcoíris salga del agua. En la Guayana (M 2 9 1 ) las dos hermanas llaman a bienhechora) hay que abstenerse de pronunciar su nombre, o no golpear
su amante tapir metiéndose los dedos en la boca y silbando (Roth 1, p. alguna cosa (llegado el caso, el agua, con que las seductoras tratan de
245; d. Ahlbrinck, arto "iriritura"). El llamado es también silbado en los salpicarlo). Pero los mitos precisan que el bienhechor o la bienhechora
mitos tacana, pero emana del tapir o serpiente seductores [Hissink-Hahn, no son seductores sexuales sino seres púdicos y reservados, si no es que
PP: 175, 182, 217), inversión de la que volveremos a ocuparnos (más hasta tímidos. Nos las vemos, pues, con un sistema que comprende dos
adelante, p.274). conductas lingüísticas, consistentes respectivamente en decir y en no
Sería fácil prolongar la lista gracias a otros ejemplos. Los que hemos decir, y dos conductas no lingüísticas, positiva o negativamente califi-
citado bastan para establecer la existencia de dos tipos de llamado en cadas. Según el caso considerado, los valores de las dos conductas se
relación con el animal seductor. Son tipos netamente contrastados, ya invierten en el seno de cada par: la conducta homóloga de la que atrae
que se reducen sea a una conducta lingüística (nombre propio, nombre al tapir expulsa la miel, la conducta homóloga de la que retiene la miel
común transformado en nombre propio, palabras de encantamiento), sea no atrae al tapir. y no olvidaremos que si el tapir es un seductor sexual,
a una conducta igualmente sonora, mas no lingü Ística (golpes en cala- la miel es un seductor alimenticio:
baza, árbol, suelo; silbido).
A primera vista, dan ganas de explicar este dualismo remitiendo a cos-
tumbres atestiguadas en otras partes. Entre los Cubeo del río Uaupés, el Para conjuntarse Para no disyunlarse
con el seductor sexual del seductor alimenticio
tapir (que los indios dicen cazar sólo desde que tienen fusiles) representa
él solo la categoría de la caza mayor: "Se acecha junto a un arroyo, 1) pronunciar su nombre; 1) no pronunciar su nombre.
donde el terreno es sal ífero. Llega el tapir después de la siesta, siempre 2) golpear (alguna cosa); 2) no golpear (el agua}.
por el mismo camino, y deja hondas huellas en el suelo lodoso. Los ras-
tros viejos forman un laberinto, pero los nuevos se reconocen por el
aspecto de la boñiga de que están sembrados. Cuando un indio descubre En todo caso, hemos notado que, en el ciclo del animal seductor, a
huellas nuevas, las señala a sus compañeros. Siempre es un tapir determi- veces un llamado silbado reemplaza al llamado golpeado. Para poder
nado el que va a ser muerto después de haberlo observado bien, y ha- progresar en el análisis, conviene pues determinar también su posición en
blan de él como de una persona" (Coldman, pp. 52,57). En compañía el sistema,
de los Tupi-Kawahib del río Machado, hemos participado personalmente Igual que los indios del Uaupés (Silva, p. 255, n. 7) y los Sirionó de
en una caza en que el llamado con golpes tenía un papel: para que cre- Bolivia (Holmberg, p. 23), los Bororo se comunican entre ellos a distan-
yeran el cerdo, el jaguar o el tapir que los frutos maduros caían del cia por medio de un lenguaje silbado que no se reduce a algunas señales
árbol y atraerlos a la emboscada, el suelo era golpeado con un bastón, a convencionales sino que más bien parece realizar una verdadera trasposi-
* Diminutivo de beneido , participio dc ocruer, "bendecir". cr, C. de Figueiredo, ción de la palabra articulada, de suerte que puede servir para trasmitir
Novo dicionária da iíngua portuguesa, s. v, "henzinña": "Traramento, dado Iami- los más diversos mensajes (Colb. 3. pp. 145-146; E. B., vol. J, p. 824).
fiarmente a pessoas muito queridas". [T.l Un mito alude a ello:
256 AGOSTO EN CUARESMA RUIDOS EN EL BOSQUE 257

M 2 92 a' Bororo: origen del nombre de las constelaciones. No se sabe gran cosa de los Espíritus /kogae/, aparte de que una plan-
ta no identificada, que sirve de talismán para la caza, así como un
Un indio, acompañado de su muchachito, cazaba en el bosque instrumen to con lengüeta, son designados por una locución en que figura
cuando vio en la orilla una peligrosa raya ganchosa que se apresuró
la palabra /kogae/, pero sin duda, en el segundo caso, en virtud de un
a matar. El niño ten ía hambre y rogó a su padre que la cociera. El
padre consintió de mala gana, pues hubiera preferido seguir pes- nexo entre esta familia de Espíritus, la decoración particular del instru-
cando. Encendió una hoguera pequeña y, en cuanto hubo algunas mento musical en cuestión y el clan /badegeba cebegiwu/ de la mitad
brasas, puso encima el pez, previamente envuelto en hojas. Y retor- Cera (cf. E. B., vol. 1, pp. 52, 740). A causa de esta incertidumbre, y
nó a la orilla dejando al niño cerca del fuego. también por no recargar la exposición, renunciaremos a reconocer el
Al cabo de un momento el niño cree que el pez está ya cocido y itinerario que, merced a un conjunto de transformaciones bastante sen-
llama a su padre. Éste lo exhorta desde lejos a que tenga paciencia cillas, permitiría retornar directamente de M 2 9 2 a a M 2 , o sea casi a
pero el incidente se repite y el padre, harto, vuelve, saca el pez del nuestro punto de partida" (véase la tabla anexa).
fuego y al apreciar que no está cocido 10 arroja al rostro de su hijo Advirtamos solamente -pues nos hará falta luego- que la transfor-
y se va.
mación pertinente parece ser:
Quemado y cegado por las cenizas, el niño se echa a llorar. Cosa
ex traña, en el bosque le hacen eco gritos y rumores. El padre
aterrado huye y el niño, llorando a más y mejor, empuña un brote M2(suciedad) =:> M2 9 2 (estruendo)
de /bokaddi/ (= bokuadd'i, bokwadi, árbol jatobá: Hvmenea sp.), al
que llama "abuelo" y al que suplica que se .levante y lo levante con En efecto, el nmo de M 2 que, mudado en pájaro, ensucia a su padre
él. En el acto crece el árbol, mientras a su pie se escucha un escán- con el excremento que le deja caer en el hombro (desde arriba), lo
dalo terrible. Eran los Espíritus /kogae/, que nunca se alejaban del importuna (desde lejos) en M 2 9 2 con llamados descabellados. El joven
árbol en cuyas ramas estaba ahora el niño. Desde su refugio obser- héroe de M 2 9 2 proporciona así una nueva ilustración del crío llorón,
vó durante la noche que cuanta vez se alzaba una estrella o una que conocemos por haberlo hallado antes en M 2 4 1 , M 24 5 , Y que apare-
constelación los Espíritus la saludaban por su nombre mediante el cerá todavía en nuestro camino. Por otra parte, el excremento (excre-
lenguaje silbado. El niño cuidó de aprenderse todos estos nombres, ción) de un pájaro muy pequeño, caído de arriba, se muda en árbol
que en aquel entonces no se conocían.
enorme que determina al padre. a partir lejos; simétricamente, los lloros
Aprovechando un momento que los Espíritus estaban descui-
dados, el niño rogó al árbol que se encogiera, y se escabulló en (secreción) de un niño pequeño se toman estruendo enorme que deter-
cuanto pudo saltar a tierra. Gracias a él los hombres aprendieron mina al padre a partir lejos y al niño mismo a ir arriba. Ahora, la sucie-
los nombres de las constelaciones (Colb. 3, pp. 253-254). dad de M 2 desempeña el papel de causa primera para la aprición del
agua, cuyo lugar, en la cultura bororo, es extraordinariamente ambiguo:
4 Para legitimar este brusco retroceso, indicaremos que los Bororo ven en la raya
ganchosa la metamorfosis de un indio exasperado por las burlas de que cubrían a
su hijo sus pequeños camaradas [Colb. 3, pp. 254-255). Este mito (M292b) parti-
cipa así de un grupo del "padre vengativo" al que pertenecen asimismo M2 y
MI 5-16, M I 8, y donde el cambio de sí en raya venenosa responde al cambio de los
demás en cerdos, y del tapir en "otro" (d. CC, pp. 207-212, 270). Pero puede
demostrarse que la cola de raya representa, tanto en América del Norte como en
América del Sur, un pene seductor invertido. Para América del Sur, cf, M247 (epi-
sodio en que el tapir hostil al héroe seductor perece ensartado en un espolón de
Fig. 14. La raya ganchosa. Fi·
gura de juego de cordel. Indios raya, Amorim, p. 139) y el mito shipaia (M2 92 d del hombre que muere durante el
Warrau. (Según Roth 2, p. 543, coito con una muchacha-raya, pinchado par sus púas (Nim. 3, pp. 1031-1032). loas
fig.318.) Warrau de Venezuela comparan la raya venenosa con una mujer joven (Wilbert 9,
p. 163). Según los Baníwa, la raya procede de la placenta de jurupari (M276b)'
Entre los Karajá, la raya venenosa forma un sistema con el pez piraña y el delfín,
ellos mismos asociados respectivamente a la vagina dentada y al pene seductor (d.
Dietschy 2). Por lo que toca a América del Norte, nos referiremos sobre todo a los
Yurok y a otras tribus californianas, que comparan la raya con el aparato genital
femenino (el cuerpo figura el útero, y la cola la vagina), y de quienes un mito
(M2 9 2d) hace de la Dama-Raya una seductora irresistible que captura al demiurgo
durante el coito aprisionéndole el pene entre los muslos y logra así alejarlo definiti-
vamente del mundo de los humanos {Erikson, p. 272; Reichard, p. 161), lo cual
es también la suerte final del demiurgo Baitogogo, héroe de M2 •
258 AGOSTO EN CUARESMA
RUIDOS EN EL BOSQUE 259

~ en la época del mito, los hombres desconocían los nombres de las estre-
de una agresión que

I M, se transforma en
llas y constelaciones.
consumo sexual;
\ M, HU madre En el sentido de M 2 9 2 a • por tanto, el Ienguaje silbado es más y mejor
Un muchacho
que acompaña... es testigo que un lenguaje. Otro mito explica también en qué es mejor, pero, al
(M2 92a a su padre' M2 92a: de una um enaz a de parecer, esta vez porque es menos:
agresión que no S('
transforma en consumo
( M 2 9 3. Bororo: por qué las mazorcas de maíz son delgadas y
alimenticio;
pequeñas.
Había una vez un Espíritu llamado Burekoibo, cuyos maizales
eran de incomparable belleza. Este Espíritu tenía cuatro hijos, y
M2: disyunto de su ma-
confió a uno, Bopé-joku, el cuidado de la plantación. Hizo éste
dre nutricia ;
todo lo que pudo y, cada vez que llegaban mujeres a coger maíz,
El niñu teS ab usivamcnre yen consecuencia 11 Su padre escapa, silbaba: -c-Pi, fi, fi, para expresar su orgullo y satisfacción. En ver-
l\11292a: conjuntado a su tiene hambre. expulsado... dad, era envidiable el maíz de Burekoibo, con sus pesadas mazor-
alimento incomcs cas cargadas de granos...
tibie; Un día, una mujer cogía maíz mientras, según costumbre, Bopé-
joku silbaba alegremente. Mas la mujer, que hacía su recolección
con cierta brutalidad, fue herida en la mano> por una mazorca.
Turbada por el dolor, insultó a Bopé-joku y le reprochó sus silbidos.
;"1 2 por una suciedad d.' En el acto, el maíz que hacía crecer el Espíritu a fuerza de sil-
procedencia celeste bar empezó a marchitarse y se secó. Desde aquella época, y por
[e mitida pnr cl niño). El padre se aleja llevando un la venganza de Bopé-joku, el maíz no germina espontáneamente en
la tierra y los hombres deben cultivarlo con el sudor de su frente.
;"12 9 2 a : por u.n escándalo de [1 No obstante, Burekoibo les prometió que los favorecería con una
procedencia terrestre
(prcñaur ado por las
c rmsronc s vocales
I buena cosecha a condición de que al sembrar soplaran hacia el cie-
lo implorándole. Ordenó tambien a su hijo que visitara a los indios
del niño}.
cuando sembrasen, e interrogarlos sobre su trabajo. Los que res-
El niño se eleva llevado pur un pondieran groseramente cosecharían poco.
Bopé-joku se puso en camino y preguntó a cada cultivador qué
hacía. Uno tras otro respondieron: -c-Ya 10 ves, preparo mi campo.
El último le dio un empellón y lo injurió. A causa de aquel hom-
\1 2 Fn una re sidc ncia acua uca el padre inventa los atuendos bre el maíz no se da tan hermoso como antaño. Pero el indio que
que ha creado... y los adornos, espera recoger mazorcas "grandes como regímenes de fru tos de
que son así' enseñados palmera" siempre implora a Burekoibo y le ofrece las primicias de
a los hombres. su campo {Cruz 2, pp. 164-166; E. B., vol. 1, pp. 528, 774).
[ \1 2'12a En un refugio celeste
que ha suscitado ...
II elsecretes
niúo sorprendc los nombres
de las constelaciones,
1
Los Tembé, que son Tupí septentrionales, tienen un mito muy cer-
el agua vertida sobre la tumba provisional acelera la descomposición de cano:
las carnes, es así generadora de corrupción y suciedad; con todo, la
o~amenta lavad.a" pint~d~ y decorada será al fin sumergida en un lago o M 2 9 4 . Tembé: por qué la mandioca crece despacio.
no que le servara de última morada, pues el agua es la residencia de las En otro tiempo los indios desconocían la mandioca. Cultivaban
almas: condición y medio de su inmortalidad. en su lugar 'el Icamapú¡. Un día que un indio preparaba su planta-
En el plano acústico, el lenguaje silbado parece participar de la misma ción apareció el demiurgo Maira y le preguntó qué hacía. No sin
ambigüedad: pertenece a espíritus que son los autores de un aterrador rudeza, el hombre se negó a contestar. Maíra partió y todos los
estruendo (que, acabamos de demostrar, es congruo con la suciedad, árboles que rodeaban a la parcela roturada cayeron y la cubrieron
luego de establecer en Lo crudo y lo cocido que, en forma de cen- con sus ramas. Furioso, el hombre se lanzó a perseguir a Maíra,
cerrada, lo es con la "corrupción" moral); y no obstante el lenguaje con intención de matarlo con su cuchillo. Como no lo encontró, y
silbado, más próximo al ruido que a la palabra articulada, imparte una para desahogar su rabia en alguna cosa, tiró una calabaza al aire y
información que dicha palabra hubiera sido incapaz de trasmitir ya que, trató de alcanzarla al vuelo. Pero erró, el cuchillo se le clavó en la
garganta y murió.
RUIDOS EN EL BOSQUE 261
260 AGOSTO EN CUARESMA

Maíra encontró otro hombre que sachaba sus !camapú! y que le El mito bororo comprende cuatro series que barren un ca~po. se~á~­
contestó cortésmente cuando el demiurgo quiso enterarse del tico más amplio, ya que, desde el punto de vista de los medios lingüisti-
objeto de su trabajo. Entonces convirtió todos los árboles de alre- cos , el lenguaje silbado cae más allá de las palabras corteses, ,Y de~de ~l
dedor del campo en plantas de mandioca y enseñó al hombre punto de vista de los resultados agrícolas, la ausencia de marz est~ ~as
cómo plantarlas. Lo acompañó al pueblo. No bien habían llegado, acá de una recolección de /camapú/. En el interior del ca~po se~~n.t~co
Maíra le dijo al hombre que fuera a arrancar la mandioca. El hom- común a los dos mitos, se advierte también una diferencia de división:
bre vaciló y señaló que la plantación apenas estaba terminada. M 3 opone la injuria exclamada a la injuria a modo de réplica, .en tanto
-cBueno, dijo Maíra, no tendrás mandioca hasta dentro de un año. que M 4 opone dos tipos de respuestas injuriosas, una ostensible Y la
y partió (Nim. 2, p. 281). 29
otra velada:
Comencemos por elucidar la cuestión del /camapú/. Los Guarayo, que ti
son Tup i-Guarani de Bolivia oriental, cuentan (M295a) que la mujer del 1 Y-- ±
Gran Abuelo se alimentaba exclusivamente de /cama á pul; pero esta M2 9 3
•••e •••s -~ •••S
alimentación no pareció bastante sustanciosa Y creó la mandioca, el maíz
Y el plátano (Pierini, p. 704). Antes de la invención de la agricultura

e-dicen (M2 96) los Tenetehara, parientes de los Tembé- los hombres 1)
vivían de /kamamo/, una solanácea del bosque (wagley-Galváo, pp. 34,
132-133). No es seguro que /kamamo/ Y /camapú/ designen la misma 2) ¡""
planta, ya que Tastevin (2, p. 702) cita más adelante, como plantas dife-

rentes, /camamuri/ y /camapú/. Pero el /camapú/ (Psidalia edulis, Stradelli 3)
1, p. 391¡ Physalis pubescens) es también una solanácea, cuya posición
semántica aclara un mito tukuna (M2 97) en que se afirma que los [ce- 4)
¡ E

mapú/ son los primeros frutos espontáneos que se ven brotar en las lin-
des de las plantaciones [Nim, 13, p. 141). Se trata pues de un alimento
vegetal situado en la intersección de las plantas silvestres y las cultivadas, Sean los que fueren estos matices, que merecerían un a~álisis más
y tal que el hombre 10 puede mandar hacia uno u otro dominio, según detenido los dos mitos son paralelos de cerca, ya que correlacionan con-
adopte una conducta verbal violenta o moderada. Igualmente un mito ductas a~ústicas y maneras agrícolas. Por otra parte, si se no~a q.ue M 2 9 3
común a los Chimán y los Mosetén (M29Sb) explica que los animales se funda en una oposición mayor entre injurias y lenguaje SIlbado, y
salvajes son antiguos humanos que se mostraron descorteses (Nordens- M en una oposición igualmente mayor entre injurias y palabras corte-
294 .. ' 1 .
kióld 3, pp. 139-143). ses (en tanto que M 292a hace intervenir una sola oposrcron, en re ,es~an.
Visto desde este ángulo, el mito tembé comprende tres series: la de las dala y lenguaje silbado), se obtienen cuatro tipos de conductas acustrcas
injurias, que consuma la transformación del jardín en barbecho, y así de que se acomodan de la manera siguiente:
los /camapú/ en plantas silvestres; la de las palabras corteses, que trans-
forman los /camapú/ en mandioca prodigiosa; por último. la de las pala-
bras desconfiadas que transforman la mandioca prodigiosa en mandioca 1 estruendo, 2 palabras injuriosas 3 palabras corteses 4 lenguaje silbado
ordinaria:
pero que forman, con todo, un ciclo, ya que hemos visto que ~l silb.ido
ocupa, por otra parte. una posición intermedia entre el lenguaje articu-
lado y el ruido. . I •

Se notará también que todos estos mitos evocan la perdida de una


agricultura milagrosa, de la cual la agricul~ura actua~ es vestigio ".En este
1)
sentido, reproducen la armadura de los mitos ~e orlge:- de la miel, evo-
cadores asimismo de su pérdida, y que la atribuyen Igualmente a ~na
conducta lingüística inmoderada: pronunciar ~n nombre. que hubiera
2) , debido- callarse, y así trasladar el lenguaje articulado hacía el l~do ~el
ruido cuando el buen modo lo habría puesto del lado del silencio.
3) ,+------- Entrevemos así el esbozo de un sistema más vasto que el análisis de otro
mito nos permitirá precisar:
262 AGOSTO EN CUARESMA RUIDOS EN EL BOSQUE 263

M 2 9 S . Machiguenga: origen de los cometas y de los aerolitos. con "el vientre hueco" aunque, segÚn los casos, la expresron haya de
entenderse en sentido propio o figurado: padre destripado (1\1 2 9 8 ) o hijo
Había en otro tiempo un indio que vivía con su mujer y un hijo
que tenía de un matrimonio anterior. Inquieto por lo que pudiera hambriento (1\1 2,1\12 9 2 ) '
ocurrir entre el muchacho y la madrastra cuando él estaba ausente, El padre de 1\1 2 9 8 , que quiere matar a su mujer incestuosa, vuelve de
decidió casar a su hijo y partió a un país muy lejano para buscarle muy lejos, aliviado de órganos vitales que son parte integrante de su
esposa. Aquel país lo habitaban indios antropófagos que lo captu- individuo. El padre de 1\1 2 , que ha matado a su mujer incestuosa, se va
raron y le arrancaron las entrañas para tostarlas y comérselas. lejos, agobiado por el peso de un árbol que es un cuerpo extraño. Este
Logró salvarse, a pesar de todo. árbol lleno es una consecuencia de la muerte de su mujer incestuosa que,
Por su parte, la mujer tramaba envenenar a su marido, pues le en M 2 9 8 , escapa de la muerte por medio de un árbol hueco. M 2 9 8 se
gustaba el hijastro y esperaba vivir con él. Preparó, así, un guisado
propone explicar el escándalo cósmico que constituye la existencia de
infecto (menjunje de bazofias) y se lo dejó a las hormigas para que
lo impregnasen de veneno. Pero el hombre era un brujo y adivinó planetas erráticos. En desquite, M2 9 2 Y M2 rematan el orden del mun-
lo que ella tramaba. Antes de volver envió un espíritu mensajero, do: M 2 9 2 en el plano cosmológico, enumerando y nombrando los cuer-
con forma de muchachito, que le dijo a la mujer: -¿Qué preparas pos celestes; M 2 en el plano sociológico, introduciendo los atuendos y
contra mi padre? dPor qué lo odias? ¿Por qué lo quieres matar? adornos gracias a los que los clanes y sub clanes podrán ser enumerados y
Sabe, pues, lo que le ha ocurrido: le han comido los intestinos y, nombrados (cf. ce, pp. 55-61)"
aunque no se note, ya no tiene nada en el vientre. Para rehacerle Finalmente, en los dos casos la mortalidad humana interviene, ya que
los intestinos tienes que preparar una pócima con un trozo de aparece ora como el medio, ora como materia de la introducción de un
Imapaj [tubérculo cultivado, Grain, p. 241], hilo de algodón y orden social (M2 ) o de un desorden cósmico (M2 9 8 ) .
pulpa de calabaza. Dicho lo cual, el mensajero desapareció. Todo lo anterior ha sido considerado desde el punto de vista del hé-
Algunos días después llegó el indio, exhausto por el viaje. Rogó roe. Pero la heroína de M 2 9 8 es también una vieja conocida nuestra,
a su mujer que le diera de beber, y ella le sirvió una infusión de
pues recuerda simultáneamente dos personajes que -hemos establecido-
jistéaj (no identificado). En el acto empezó a desangrarse y el
vientre se le puso como una herida abierta. Aterrada por el espec- no hacen más que uno. Primero, la esposa adúltera y homicida de varios
táculo, la mujer corrió a ocultarse en un árbol hueco IpanároJ mitos del Chaco que, en la versión tereno (M2 4 ) , envenenaba al marido
(no identificado) que se alzaba en medio del jardín. El indio, loco con su sangre menstrual como la mujer machiguenga se dispone a hacer-
de dolor, quería matar a su mujer y le gritaba -¿Dónde estás? lo con desperdicios culinarios impregnados de veneno. A esta oposición,
ISal, que no te haré nada! Pero la mujer tenía miedo y no se suciedad interna/suciedad externa, corresponde otra en los mitos: la
movía. heroína tereno queda apresada en una zanja (M2 4 ) o, según otras ver-
En aquel tiempo las plantas comestibles hablaban, pero articula- siones, en un árbol hueco (M2 3, M2 4 e ). Un árbol, hueco también, sirve
ban mal. A la mandioca, a la jmaganaj [vplátano", Grain, loe cit.] no de cepo sino de refugio a la heroína machiguenga. Por consiguiente,
preguntó el hombre "dónde se escondía su madre", y como las según el cuerpo de la heroína sea o no un receptáculo de veneno, otro
plantas no contestaban, las arrojaba a la maleza. La Jeal [tubérculo
cultivado, Grain, loe. cit.] hizo todo lo que pudo por informarlo, receptáculo abriga a sus víctimas o a ella misma. Y en este último caso
tartajeando, pero no le entendió lo que decía. Corría de aquí para encuentra su perdición afuera (M 2 3) o su salvación adentro (M 2 98)'
allá, vigilado por su mujer, que no salía del escondite. La recurrencia del motivo del árbol hueco nos sirvió antes para conec-
Por fin el hombre destripado entró en la cabaña, cogió un bam- tar la historia de la mujer-jaguar que, por efecto de la miel picante" (res-
bú, lo golpeó en el suelo con una piedra y lo inflamó. Con él se
hizo una cola y contemplando el cielo se dijo: -ed.Adónde iré? s Por otro camino ya habíamos demostrado que :\12 pertenecía al ciclo del tapir
lEstaré bien allá arriba! Y echó a volar, transformado en cometa. seductor (CC, p. 269 y nota 4, p. 257, del presente libro), que toca, según sabemos,
Los aerolitos son las gotas de sangre incandescentes que se le esca- al mismo grupo que el ciclo de la chica loca por la miel.
pan del cuerpo. A veces se apodera de cadáveres y los transforma Convendría -mas no es aquí nuestro propósito- examinar ciertos paralelos
en cometas parecidos a él (CarcÍa, pp. 233-234). norteamericanos de M 2 9 S : así el mito pawnee que hace que los meteoros procedan
del cuerpo dc un hombre muerto y descerebrado por sus enemigos (Dorsev 2, p p ,
Este mito fundamental nos entretendrá por varios motivos. En primer 61-62), Y algunos detalles de los mitos dicgueño y luiseno relativos a los met:oros.
lugar, es un mito sobre el origen de los cometas y los aerolitos, o sea de De manera general, la teoría de los meteoros descansa en una serie de translorma-
cuerpos celestes errantes que, a la inversa de las estrellas y las constela- ciones:
ciones de M 2 9 2 a , no pueden ser, a los ojos de los indios, identificados y cuerpo despedazado => cabeza separada => cráneo descerebrado => cuerpo eviscerado,
denominados. Ahora, hemos mostrado que M 2 <.J 2 es una transformación que requeriría un estudio especial.
de M 2 , Y es claro que M 2 98 corresponde también al mismo grupo: em- 6 Pícante lo es la miel de M 24 por partida doble: en sentido propio, ya qUt' 'el
pieza con un incesto como M 2 y saca a escena como 1\1 2 <.J 2 un héroe marido le ha mezclado víborcznos, y en sentido figurado, puesto que provoca
comezón.
264 AGOSTO EN CUARESMA RUIDOS EN EL BOSQUE 265

ponsable de su transformación), da nacimiento al tabaco, y la de la dos conductas lingüísticas que en adelante será cómodo denominar "lla-
mujer loca por la miel que triunfa del jaguar gracias a un árbol hueco y mado silbado" y "respuesta golpeada": "Cuando las Pléyades se levantan
espinoso (picante por fuera), pero se cambia en rana a causa de su apri- antes del alba y la estación seca es inminente, el espíritu Masasikiri
sionamiento en un árbol hueco y lleno de miel (y así dulce por dentro). emprende su jira a fin de prevenir a los indios para que preparen los
Ahora bien, esta mujer loca por la miel es incestuosa también ella, sea campos. Emite un silbido de donde procede su nombre: Masaskiri [sic J.
con un hijo adoptivo (M 2 4 1 • 243. 244; M 2 5 8 ) como la heroína machi- Cuando la gente lo oye por la noche, golpean su gran cuchillo con algún
guenga, o (M13S-136) con un cuñado joven. Como la heroína machi- objeto para producir un sonido de campana. Es su manera de dar gracias
guenga también, sueña con matar a su marido; pero aquí los procedi- al espíritu por haberles advertido" [Goeje, p. 51).9 Así, el retorno de las
mientos se invierten de una manera de veras impresionante y que demos- Pléyades va acompañado de un intercambio de señales acústicas cuya
traría, de ser preciso, de cuán poca libertad dispone la creación mítica. oposición no deja de evocar formalmente la de las técnicas de produc-
La mujer recurre al cuchillo en un caso, al veneno en otro. Con el ción de fuego por fricción y percusión, cuya función pertinente seña-
cuchillo la heroína guayanesa amputa a su marido y así le reduce el lamos ya (p. 204) a propósito de mitos de la misma región. La "respuesta
cuerpo a la parte que contiene las vísceras (sobre esta interpretación, ver golpeada" es, en efecto, una percusión sonora como la otra; y, en M298,
más arriba, p.219).Con el veneno, o al menos esa variante combinatoria provoca la ignición del cuerpo golpeado. Así que no es, probablemente,
del veneno ya preparado que constituye el no-remedio, administrado en de manera arbitraria como los mitos guayaneses sobre el origen de las
lugar del remedio prescrito, la heroína machiguenga hace que el cuerpo Héyades (concebido en primer término con el aspecto de una partida
de su marido permanezca eviscerado. En los mitos guayaneses (M 13 S, que condiciona SU próximo regreso) invierten el llamado silbado y la
M 1 36), el cuerpo visceral se vuelve la constelación eminentemente signi- respuesta golpeada en tres ejes: cuchillo que golpea, en vez de cuchillo gol-
ficativa que son las Pléyades para los indios de esta región. En el mito peado; y respuesta silbada en lugar de una llamada, pero figurada por un
machigu enga, el cuerpo eviscerado se vuelve cometa o aerolitos, que su aire de flauta en que el silboteo de los dioses agrarios bororo y arawak pue-
carácter vagabundo sitúa en una categoría opuesta. Con su aspecto de desplegar todos sus recursos. Si esta hipótesis es exacta, se la podrá
masculino, las Pléyades aportan a los hombres los peces de que se ali- extender al mito tembé (M 294) en que el cultivador mal educado se
mentan. Con su aspecto masculino el cometa priva a los hombres de mata accidentalmente al tratar de atravesar con el cuchillo golpeador (en
plantas comestibles y se alimenta de ellos: reclutando entre los cadáve- vez de golpeado, como entre los Arawak de la Guayana, para responder
res. cortésmente al dios) una calabaza recién cortada (y así llena y despro-
Un detalle último pondrá punto final a nuestra reconstrucción. Para vista de sonoridad, por oposición a ese objeto sonoro por excelencia que
cumplir su transformación en cometa, el héroe machiguenga se fija al sería la misma calabaza seca y vaciada). En fin, no habrá que olvidar que
trasero un bambú que primero encendió golpeándolo con una piedra. si en los mitos el tapir recibe las más de las veces un llamado golpeado,
Mientras se transforma en Pléyade, el héroe taulipang lleva en la boca el pensamiento indígena compara su voz con un silbido (M14 5 , CC, p.
una flauta de bambú que toca sin cesar: tin, tin, tin, elevándose por los 298). Y también se da el caso de que se silbe para atraerlo (Ahlbrinck,
aires (K.-G. 1, p. 57). Como tal flauta es de bambú, tiene una relación arto "wotaro" § 3; Holmberg, p. 26; Armentia, p. 8).
de correlación y oposición no solamente con el bambú golpeado del Luego de haber encontrado, en una creencia de los Arawak de la
mito machiguenga (cuya importancia se apreciará más adelante), sino Guayana, una razón suplementaria para incorporar el mito machiguenga
también con la flauta de hueso de que se enorgullecía la tortuga de al conjunto de los que estamos examinando, es sin duda oportuno recor-
M28rM284,7 y con el silbar -cmas sin instrumento músico- del dios dar que los Machiguenga pertenecen a un vasto grupo de tribus peruanas
agrario de M 2 9 3 : por último, en M 2l 2, con la denominación de las que son de lengua arawak. Con los Amuesa, Campa, Piro, e tc., forman
estrellas por medio del lenguaje silbado. una capa de población de aire arcaico, cuya llegada a la Montaña parece
Por otra parte, existe entre los Arawak de la Guayana un mito, acerca remontarse a fecha muy antigua.
del cual quisiéramos estar mejor informados, que reúne todos los ele- Retornemos ahora al mito M 2 98, que define una conducta lingüística
mentos del complejo cuyo inventario acabamos de establecer, pues hace de las plantas respecto de los hombres, en vez de ser de los hombres
intervenir simultáneamente la agricultura, el orto de las Pléyades y las respecto de las plantas (M 2 9 .l , e tc.}, pero que, desde este último punto
7 Como este segundo aspecto lo dejaremos de lado, nos limitaremos a indicar de vista, otro mito machiguenga permite completar. Como es un mito
que convendría interpretado a partir de un episodio de M27 n; transformación en muy largo, lo resumiremos mucho, fuera de la parte que interesa directa-
instrumentos musicales de los huesos de Uairy --el oso hormiguero, cL Stradelli 1, mente a nuestra exposición.
art . "mayua"- que ha entregado a las mujeres el secreto tíe los ritos masculinos
[cf. ames, p.227). 9 Según P. Clastres (comunicación personal), los Cuavaki' no agrícolas creen en
8 Se notará que, en M247, el silbido del perezoso en el silencio nocturno se
un Espíritu engañador, amo de la miel y armado de arco y f'lechas irrisorias de
opone al canto que, capaz aún de expresarse, este animal pretendía dirigir a las
helecho. Este Espíritu se anuncia con silbidos y lo expulsa el estruendo.
estrellas (Amorim, p. 145).
266 AGOSTO EN CUARESMA RUIDOS EN EL BOSQUE 267

estas plantas que creó, y que por tal razón lo llaman "padre",
M 2 99. Machiguenga: origen de las plantas cultivadas.
Luna las sigue cuidando con interés. Si los indios estropean o tiran
En otro tiempo no había plantas cultivadas. Los hombres se la mandioca, desparraman las mondaduras o la limpian mal, la
alimentaban de barro para alfarería, que cocían y se tragaban a la hija-mandioca llora y se queja a su padre. Si comen la mandioca
manera de las gallinas, pues carecían de dientes. sin acompañarla, o apenas sazonada con chile, la hija se disgusta y
Fue Luna quien dio a los hombres las plantas cul tivadas y quien dice a su padre: -No me dan nada, me dejan sola, o me dan nada
les enseñó a masticar. En efecto, instruyó en todas estas artes a más chile, cuyo ardor no soporto. En cambio, si los indios tienen
una muchacha indispuesta, a la que visitaba en secreto y con la cuidado de no perder la mandioca y de juntar todas las mondas en
que acabó casándose. un lugar que está prohibido pisar, va y le dice a su padre: -Me
Varias veces seguidas hizo Luna que un pez fecundase a su espo- tratan bien, me dan todo lo que quiero. Pero lo que más le gusta
sa humana, que le dio cuatro hijos: el sol, el planeta Venus, el sol es que hagan con ella una cerveza cargada de saliva y bien fermen-
del mundo inferior y el sol nocturno (invisible, pero del cual las tada.
estrellas obtienen su brillo). Este último hijo quemaba tanto que Las otras hijas de Luna reaccionan parecidamen te al modo como
abrasó las entrañas de su madre; murió al darlo a luz. 1 O las tratan los hombres. Éstos no oyen sus llantos ni sus testimonios
La suegra indignada insultó a su yerno y le dijo que después de de satisfacción. Pero se esfuerzan por darles susto, pues saben que,
matar a su mujer sólo le faltaba comérsela. Luna consiguió resuci- de hacerlas infelices, Luna las llamaría a SI y ellos tendrían que
comer tierra como en otro tiempo (García, pp. 230-233).
tarla, no obstante, pero, asqueada de su vida en la tierra, decidió
abandonar el cuerpo y transportar su alma al mundo inferior.
Luna se afligió profundamente y, en vista del reto de la suegra, Desde que en 19 13 Rivet descubrió algunas semejanzas léxicas en tre la
comió el cadáver después de pintarle de rojo la cara, instaurando lengua boraro y los dialectos otuké de Bolivia, se admite que la cul tura
un rito funerario que sigue en vigor. La carne humana le pareció bororo pudiera tener en América del Sur afinidades occidentales. La
deliciosa. Así, por culpa de la vieja, Luna se hizo comedor de comparación de M 2 9 3 Y M 2 9 9 refuerza considerablemente esta hipótesis,
cadáveres, y resolvió irse lejos. pues los mitos manifiestan analogías muy sorprendentes. En los dos casos
Su tercer hijo escogió domicilio en el mundo inferior. Es un sol se trata del origen de las plantas cultivadas y de los ritos que presiden
débil V maléfico, que envía la lluvia cuando los indios desbrozan,
para impedirles artigar Con sus demás hijos, Luna subió al cielo. sea a su producción (Bororo), sea a su consumo (Machiguenga). Hay
Pero el último era demasiado caliente; en la tierra hasta las piedras cinco divinidades agrarias en el origen de estos ritos: un padre y sus
reventaban. Su padre lo instaló en el firmamento, tan alto que ni cuatro hijos. El mito bororo no habla de la madre; el mito machiguenga
podemos verlo. Sólo el planeta Venus y el sol viven ahora junto a se apresura a eliminarla. Entre los Machiguenga el padre es la luna, sus
la luna. su padre. hijos "los soles"; y la Enciclopédia Boróro ; presentando dos resúmenes
Éste construyó en un río un cepo tan perfecto que todos los de una variante de M 2 9 3 que figurará en el segundo volumen, esperado
cadáveres que el río lleva caen.L' Un sapo vigila el cepo y cuanta con impaciencia, precisa que el padre, Burekoibo , no es otro que el sol,
vez atrapa un cadáver, se lo advierte a Luna croando repetida- Mér¡ ("Espirito, denominado tambem Méri", lo e. cit., art. "Burekoibo";
mente, /tantanaróki-iróki, tantanaróki-irókij , literalmen te: "el saI?o
tantanaróki y su ojo". Entonces acude Luna y mata al cadáver [sic] a cf. también Loe. cit., p. 774). En los dos mitos el tercer hijo tiene papel
mazazos. Le corta pies y manos, los asa y se los come. El resto lo de especialista en trabajos agrícolas, ya favoreciéndolos (Bororo), ya
transforma en tapir. estorbándolos (Machiguenga). En todo caso, esta ligera divergencia está
Ya no quedan en la tierra más que las hijas de Luna, o sean las aún menos marcada de lo que parece, puesto que en el mito bororo este
plantas que cultivan los indios y de las que obtienen su subsisten- hijo castiga explícitamente a los cultivadores irrespetuosos con malas
cia: mandioca, maíz, plátano [Musa normalis l, batata dulce, etc. A cosechas, y que el mito machiguenga admite implícitamente que las llu-
vias de la época de las artigas y responsables de malas cosechas pueden
10 Sobre una "criatura ardiente", hijo del sol, cf. Caviña en Nordensklold 3, pp- ser el castigo de consumidores irrespetuosos.
286-287, y Uitoto en Preuss 1, pp. 304-314, donde el sol quemante consume a su Sol del mundo inferior, el tercer hijo del mito machiguenga es un espí-
madre adúltera que trata de un irscle en el cielo. Discutiremos este grupo en otro ritu ctónico y maléfico. El del mito bororo se llama Bopé-joku, de
volumen, a propósito de los paralelos norteamericanos. Sin entrar en detalles, se Bopé: espíritu malo [cf. E. B., art. "maeréboe": Os primciros [espiritos
admitirá que la madre de entrañas quemadas (por el niño que pare, es decir el maLfazejosJ siio chamados comumerüc apenas bópe, assirn que esta forma,
pariente más cercano imaginable) transforma al padre de cuerpo evíscerado o al
hombre del cráneo descerebrado (por lejanos enemigos); cf. p. 263, n. 5. emb ora possa indicar qualquer espirito, entretanto comumente designa
El personaje civilizador de Luna desempeña un papel céntrico en el pensamiento apenas espíritos maus, p. 773). El sentido de fjoku/ no es claro, pero se
de los Sirionó {Holmberg, pp . 46-47), cuyos mho s, pese a su pobreza, remiten clara- advertirá que un homónimo al menos figura en composición, en el
mente a los grandes mitos arawak del área guavano-amazóníca, notablemente nombre de una especie de abejas. Ijokugoe/, que anidan bajo la tierra o
M 2 4 7. en termiteros abandonados (E. B., vol. 1, art. "jokúgoe"). Por el momen-
11 Los Machigucnga echan sin ceremonia los muertos al río (Farabce 2, p. 12). to no parece posible sacar partido de los nombres de los otros hijos en
268 AGOSTO EN CUARESMA RUIDOS EN EL BOSQUE 269

el mito bororo, como no sea del nombre del mayor: Uarudúdoe, corres- reproducen: se completan. Según los Bororo, en efecto, el hombre podía
pondiente al del primer nacido machiguenga (llamado Puriáchiri, "el que habla,r a las plantas (por medio del lenguaje silbado) en una época en
calienta"), sugiere una derivación análoga de jwaru> baruj "calor" (cf. que estas eran st;res personales, capaces de comprender tales mensajes y
bororo jbarudoduj "calentado"). de crecer espontaneamente. Al presente esta comunicación está interrum-
En el mito machiguenga no figura el lenguaje silbado que, según los pida, o más bien se perpetúa por mediación de una divinidad agraria que
Bororo, aseguraba otrora el crecimiento espontáneo del maíz prodigioso. habla a los hombres, y a quien los hombres responden bien o mal. Se
Pero en el otro extremo del campo semántico los Machiguenga llegan establee:, así el diálogo entre el dios y los hombres, las plantas no pasan de
más lejos que los Bororo, no excluyendo que las plantas cultivadas pue- ser ocasron.
dan desaparecer completamente en caso de recibir mal trato: Entre los Machiguenga es a la inversa. Hijas del dios, y así seres per-
sonales, las plantas dialogan con su padre. Los hombres carecen de todo
COSECHA: SUPERLATIVA BUENA MALA NULA medio para sorprender tales mensajes: "Los machiguengas no perciben
esos lloras y regocijos" (Carcía, p. 232); pero, como de ellos se habla,
lenguaje silbado lenguaje lenguaje
cortés injurioso son de todas maneras la ocasión. Sin embargo, la posibilidad teórica de
un ?iálogo di:ecto existía en los tiempos míticos, cuando todavía no
tratamiento tratamiento hablan aparecido los. cometas en el cielo. Pero en aquella época las plan-
cortés injurioso tas er~n apenas sermpersonas, dotadas de lenguaje aunque afligidas de
elocución defectuosa que les impedía emplearlo para la comunicación.
Del mito bororo al mito machiguenga se observa pues una notable trans- Complet~dos .uno por otr~, los mitos restituyen, pues, un sistema glo-
formación, del lenguaje más o menos cortés hablado a las plantas, en una bal de vanos ejes. Los salesianos señalan que el lenguaje silbado de los
cocina más o menos cuidada de que estas mismas plantas son objeto. No' Bororo tiene dos funciones principales: asegura la comunicación entre
hay nada mejor que decir que, como hemos sugerido varias veces (L.-S. interlocutores demasiado alejados para conversar normalmente; o bien
5, pp. 99-100; 12, passim), la cocina es un lenguaje en que cada socie- elimin.a te~ceros. indiscretos, que comprenden la lengua bororo pero no
dad codifica mensajes que le permiten significar al menos parte de lo han sido instruidos en los arcarlOs del lenguaje silbado [Colb. 3, pp.
que es. Hemos demostrado anteriormente que el lenguaje injurioso cons- 1~?146; E. B., vol. ~, p. 824). Este ofrece, así, a la comunicación posi-
tituía, entre las conductas lingüísticas, la que más se acercaba a esa ?Ihdades a la ~ez mas amplias y más limitadas, Superlenguaje para los
conducta no lingüística que es el escándalo, hasta el punto de que las mterlocutores directos, es un infralenguaje para los terceros.
dos conductas aparecen conmutables en numerosos mitos sudamericanos, El lenguaje hablado por las plantas posee caracteres exactamente
y asimismo en la tradición europea, como lo atestiguan, entre nosotros vpucetce- D~rigido al interlocutor directo que es el hombre, es un tartajeo
también, el simple buen sentido e innumerables maneras de hablar. Lo íncomprensihle (M 2 9 8 ) ; en tanto que el lenguaje claro deja aparte al
ho~bre. No lo percibe, aunque no se hable más que de él (M 2 99). Len-
crudo y lo cocido nos dio ocasión de establecer una homología directa
entre la mala cocina y el estrépito (CC, p. 289): 12 vemos ahora que guaje silbado y palabras indistintas forman pues una pareja de oposicio-
nes.
existe también una homología entre el lenguaje castigado y la cocina
(dios)

--
cuidada. Es pues fácil determinar el término problemático designado por Bororo , M 2 9 2: .....
x en la ecuación propuesta en la página 306 del volumen anterior: si el
/
ruido corresponde en los mitos a un abuso del alimento cocinado, es por /

ser él mismo un abuso del lenguaje articulado. Podía imaginarse esto, y 2. [conversacíérq, /
la continuación de este libro acabará de probarlo. ocasión: las /
No obstante, en cierto modo el mito bororo y el machiguenga no se plantas) "
I
12 Cf. en francés el doble sentido de palabras como gargote y boucan.* Para I
apoyar la equivalencia ya establecida entre el eclipse y la anticocina (CC, pp. ~
293-294, 295) se puede invocar, en el presente contexto, la creencia botocudo de Los hombres
que los eclipses ocurren cuando el sol y la luna disputan y cambian insultos. (o un dios todavía (plantas
Entonces ennegrecen de rabia y vergüenza [Nim. 9, p. 110).
* Sobre gargate: .....el empleo peyorativo de la palabra francesa gargote para
mezclado a los
hombres) ...
,, cultivadas)

designar un lugar donde se sirve una cocina repugnante, puesto que esta palabra ', ........
viene de gargoter, cuyo sentido primitivo es 'hacer ruido al hervir' " (CC, p. 289).
Sobre boucan, un diccionario francés-español tomado al azar: "Lugar donde se -----
1. hablan a las plantas
acecinan las carnes. Jaleo, ruido." [T.] con el lenguaje silbado
(superlenguaje ).
RUIDOS EN EL BOSQUE 271
270 AGOSTO EN CUARESMA
(M 1 4 S ) llama "flauta" a la voz distintiva de cada especie animal.

- ..............
,,
, , 2. (conversación;
Estas asimilaciones son importantes, pues hemos mostrado en Lo
crudo y lo cocido, precisamente a propósito de M 1 4 5 , que la voz especí-
fica es el homólogo, en el plano acústico, del pelaje o el plumaje distinti-
vos, que atestiguan a su vez la introducción en la naturaleza de un reino
,, ocasión: los
de los grandes intervalos por fragmentación del continuo primitivo. Si el
hombres)
\ uso de los nombres propios tiene igual papel, es pues porque instaura
,,
\
entre las personas una discontinuidad. que sucede a la confusión reinante
, entre individuos biológicos reducidos a sus atributos naturales. Asi-
~ mismo, el uso de la música se añade al del lenguaje, siempre amenazado
_ _ _ _ _ _ _.L. Las plantas
cultivadas•.. de volverse incomprensible si se habla a demasiada distancia o si el locu-
(hombres) tor padece de mala articulación. Remedia la continuidad del discurso por
medio de oposiciones más tajantes entre los tonos, y de esquemas meló-
dicos imposibles de confundir porque son percibidos globalmente.
-------
1. hab tan a los hombres
Ciertamente, sabemos hoy día que la naturaleza del lenguaje es discon-
tinua, pero el pensamiento mítico no lo concibe así. Por lo demás, es
con elocución perturbada notable que los indios sudamericanos jueguen sobre todo con su plasti-
(subll:'llguajc ). cidad. La existencia, aqu í y allá, de dialectos propios de cada sexo prue-
ba que no son sólo las mujeres nambikwara las que gustan de deformar
' e el lenguaje silbado de los Bororo es un s-uperlenguaje para las palabras para hacerlas incomprensibles. y a la elocución clara prefie-
Nota S e o b servara qu . ,. t 1 lenguaje de
I . te rl cutores un infralenguaje para los terceros. Slmetncamen e, e ren un tartajeo comparable al de las plantas del mito machiguenga
os In e o d M' M es un infralenguaje para los interlocutores (M298), pero
las plantas e 298- 299 :/' (L.-S. 3, p. 295). Los indios de Bolivia oriental "gustan de adoptar
un superlenguaje para los terceros (M299)' palabras extranjeras, de lo cual resulta... que su lengua cambia conti-
nuamente; las mujeres no pronuncian la /s/, que siempre vuelven [i]"
La ausencia de flauta de agujeros entre los Bororo es ~anto ~ás ~ota­ (Armen tia, p. 11). Hace más de un siglo escribía Bates (p. 169), hablan-
bl cuanto que estos indios fabrican instrumentos de viento e Cierta do de una estancia entre los Mura: "Cuando los indios, hombres y
coemplejidad, en particular trompas y clarinetes compuestos de "" tub,o mujeres, charlan, parecen complacerse en inventar nuevas pronunciacio-
con lengüeta y un resonador pcro que, como la~ flautas,. no emlt,en mas nes y en deformar las palabras. Todo el mundo se ríe de estas creaciones
ue un sonido. Sin duda hay que relacionar esta ignorancia (o, mas ver?- de jerigonza, y a menudo son adoptados los nuevos términos. He hecho
;ímilmente, esta proscripción) con el desarrollo ~xcepclOnal del.l~nguaJe la misma observación durante largos viajes fluviales con tripulaciones
silbado: en otros lugares la flauta de agujeros SIrve para trasrruur men- indias. "
s jes Se dispone de numerosos testimonios al, respecto, procedentes Por pasatiempo, confróntense estas observaciones con una carta --me-
s~br~ todo del valle del Amazonas, donde los cazado.res y pescadores chada de palabras portuguesas, por lo demás- escrita por Spruce desde
tocaban en la flauta verdaderos Leitmotiue para anu~Clar su .regreso, s~ un pueblo del Uaupés a su amigo WaIlace, retomado ya a Inglaterra:
éxito o fracaso, y el contenido de su morral [Amorim, pass/m). En ta "No olvide decirme cómo va progresando en la lengua inglesa y si ya lo
so los Bororo recurren al lenguaje silbado (cf. M 2 6; ce, p. 107) .. entienden los indígenas... " Observación que Wallace comenta con estos
ca , . 1 " " ' " por medio de términos: "Cuando nos encontramos en Sao Gabriel. .' nos dimos cuen-
Tocar la flauta se dice en tukano "1 orar o quejarse
,
este Instrumento (S'I
I va,.p 255) . Entre los Waiwai "hay razones de sobra ta de que se nos había tornado imposible conversar en inglés sin recurrir
ara suponer que las melodías interpretadas en ~a. fla~ta c~mplen u~ pr~: a expresiones y palabras portuguesas, que representaban alrededor de un
Pgrama. .. y I que a ' .
mUSlca. . . sirve para describir
. Situaciones
'. vanadas _ tercio de nuestro vocabulario. Hasta cuando decidíamos no hablar más
[Fock, p. 280). Al aproximarse a un pueblo ajeno, los visitantes se anun que inglés, apenas lo conseguíamos unos minutos, y con gran dificultad,
cian mediante silbidos breves e intensos, pero al son de flauta se. condvocla y en cuanto la conversación se animaba o había que relatar una anéc-
a 1os 'InVI" a d os tibid
t. .,
pp . "51 63 , 87). En la lengua de los Kahna
l b " e 1a dota, aparecía el portugués" (Spruce. vol. J, p. 320). Esta ósmosis lin-
Guayana se hace quc la trompa "grite", pero se "da la pa a ra a ~ güística, bien conocida por los viajeros y los expatriados, ha de haber
flauta: "Cuando se toca la flauta u otro instrumento. que produzca SOOl- desempeñado un papel de consideración en la evolución de las lenguas
dos múltiples, se dice mejor /eruto/, procurar lenguaje, pa~abra, a alguna americanas y en las concepciones lingüísticas de los indios sudameri-
cosa... La misma palabra, /eti/ designa el nombre propIO de una per- canos. Según la teoría de los Kalina, recogida por Penard (en Goeje, p.
sorra la voz específica de un animal y el llamado de la ~auta °k d~1 32), "Ias vocales cambian más de prisa que las consonantes, pues son
, .. ." .. t") Un mito are una
tambor" (Ahlbrinck, índe x ; y los art. etr", e o .
272 AGOSTO EN CUARESMA RUIDOS EN EL BOSQUE 273

más delgadas, más ligeras y fluentes que las resistentes consonantes; en MARACA
consecuencia, sus /yumuf se cierran más pronto, es decir, retornan a su
fuente más rápidamente.L'' Así las palabras y las lenguas se deshacen y //
//, .,SONAjAS

rehacen en el curso de los tiempos."


Si el lenguaje toca al reino de los pequeños intervalos, se comprende /' 1
/ CANTO
que la música, que sustituye por su orden propio la confusión del otro,
aparezca como palabra enmascarada, dotada de la doble función que las ,#-~+-+..¡...-~ TAMBOR
!

,,I
sociedades sin escritura asignan a la máscara: disimulación del individuo I

que la lleva, aunque confiriéndole una significación más alta. Como el


nombre propio, que sirve de verdadera metáfora del ser individual por
transformarlo en persona (L.-S. 9, pp. 284-285), la frase melódica es una I
metáfora del discurso. ...1 LENGUAJE CONFUSO
... I
I
Ni podemos ni queremos extender este análisis, que suscita el problema / PALABRA
demasiado vasto de la relación entre el lenguaje articulado y la música. I
Por lo demás, las anteriores páginas bastan para hacer sospechar la I
economía general del código acústico, del que los mitos hacen manifies- ~H-+.....,f-i'+-~ LENGUAJE INJURIOSO
I
tas la existencia y la función. Las propiedades de este código irán apare- I
ciendo progresivamente, pero para facilitar su inteligencia creemos I
apropiado hacer desde ahora el esbozo aproximado, en forma de esque- I
ma que, llegado el caso, se podrá precisar, desarrollar y rectificar (fig. I
15). I
Los términos del código se distribuyen en tres niveles. Abajo están los
I
I
diversos tipos de llamados dirigidos por la o las mujeres adúlteras al tapir
seductor (o a otros animales que sirvan de variantes combinatorias del .......)EPITETO
tapir): llamado por nombre, llamado silbado y llamado golpeado, que
conectan un humano y otro ser, que participa exclusivamente de la natu-
raleza en su doble calidad de animal y de seductor. Estos tres tipos de SEIQAL
conductas acústicas ofrecen pues el carácter de señales.
LLAMADO
El nivel medio reúne conductas lingüísticas: lenguaje silbado, palabras SILBADO''''''- ~ LLAMADO GOLPEADO
corteses, palabras injuriosas. Estas palabras surgen en un diálogo entre
uno o varios hombres y una divinidad que ha adoptado la forma huma-
na. No es sin duda el caso del lenguaje silbado tal como se emplea Fig. 15. Estructura del código acústico
corrientemente, pero en los dos mitos bororo en que tiene papel (M 2 9 2 ,
M 2 9 3) da paso del plano cultural (el del lenguaje articulado) al plano En primer lugar, hemos correlacionado y opuesto la maraca y el tam-
sobrenatural, ya que dioses o espíritus lo utilizan para comunicarse con bor por un lado y la flauta por otro, aunque los dos primeros instru-
plantas sobrenaturales (las que se daban otrora solas) o con estrellas, que ~entos no hayan aparecido todavía en los mitos más que de manera
son seres sobrenaturales. discreta y en forma, pudiera decirse, velada. La maraca, a través de su
Finalmente, los tres tipos de instrumentos musicales colocados en el transformación inversa en M 2 9 4 : calabaza fresca y llena (en vez de seca
nivel superior participan del canto, sea que canten ellos o que acompa- y vaciada) y que el héroe intenta, aunque en vano, ensartar en su cuchi-
ñen el canto, el cual se opone al discurso hablado como éste se opone a llo como un balero o boliche, cuando que la maraca consiste en una
un sistema de señales. calabaza clavada en un mango al que está fija duraderamente. En cuanto
Pese a su carácter provisional (o en virtud de él), este esquema pide al tambor, que hemos encontrado a raíz de un comentario lingüístico de
varias observaciones. la palabra k~lina fetif que designa el llamado de la flauta y el tambor
13 El sentido de la palabra Iyumul no es claro. Ha sido traducida diversamente
(p. 270), esta oscuramente presente desde el principio de este libro. Este
por "espíritu" o "padre"; ct. la discusión sobre el empleo de este término por tambor, es, en efecto, el tambor de madera, hecho de un árbol ahuecado
Penard (en Ahlbrinck, art. "sirito"). En el contexto, Iyumuf parece evocar la idea y hendido por un costado: un objeto del mismo tipo que el árbol hueco
de un ciclo. Sobre el sentido de fyumuf y sus usos, cf. Goeje, p. 17. que sirve de receptáculo natural a la miel y que sirve de asilo o de cepo
274 AGOSTO EN CUARES:'vl¡\ RUIDOS EN EL BOSQUE 275

en varios mitos. Un mito matako (rv1 2 14) confronta adrede la artesa de los granos o piedrecillas que contiene. Pero desde el punto de vista
hecha con un tronco, donde se prepara el hidromel, y el tambor de funcional, las sonajas más bien están emparentadas con el tambor, ya
madera: "Los indios hicieron una artesa aún mayor y bebieron toda la que su agitación -por lo demás menos controlada que la de la maraca
cerveza. Fue un pájaro el que hizo el primer tambor. Lo batió toda la por la mano-, resulta indirectamente de un batimiento (de la pierna o de
noche y, llegada la mañana, se convirtió en hombre" (Métraux 3, p.1)4). un bastón). Intencional y discontinuo en su causa mas aleatorio por su
Esta confrontación adquirirá en breve todo su sentido. En cuanto a la resultado, el toque de las sonajas cae aparte, pues, como el lenguaje
posición semántica de la maraca, aparecerá en una etapa posterior de la confuso, pero también, por las razones que acabamos de aducir, a iguales
exposición. distancias del tambor de madera y de la maraca.
En segundo lugar, sugerimos antes que el lenguaje confuso (dirigido al Acerca de las sonajas los Uito to tienen ideas que confirman indirecta-
héroe humano P<;lf las plantas, en el mito machíguenga M 2 9 8 ) está en mente el análisis anterior. Este instrumento musical cuenta mucho en sus
oposición diametral con el lenguaje silbado (hablado a las plantas por el danzas, al lado de la flauta y del tambor, y se dice que representa
dios de forma humana en el mito bororo M 2 9 3, cuya simetría con el animales, sobre todo insectos: libélulas, avispas y zánganos (Preuss 1, pp-
otro hemos demostrado). De suerte que hemos, puesto el lenguaje con- 124-133, 633-644). emisores de un zumbido ambiguo puesto que, según
fuso retirado de las demás conductas lingüísticas, pues se trata de un las regiones, los indígenas lo codifican ora en términos de palabras canta-
infralenguaje incapaz de garantizar la comunicación. Pero al mismo tiem- das, ora de llamado golpeado (CC, p. 291 n. 5).
po este lugar resulta estar a distancias iguales del lenguaje cortés y del 1 ntre los tres niveles del esquema se adivina, por último, una red
lenguaje injurioso, lo cual conviene perfectamente al juego dramático de complicada de conexiones transversales, algunas paralelas entre sí, otras
M 2 98: las plantas, que hacen de destinatario en un diálogo imposible, oblicuas. Veamos primero las conexiones paralelas, correspondientes cada
quieren ser corteses, mas su mensaje es recibido por su destinatario una a una arista del prisma. En una arista aparecen, de abajo arriba, por
como si fuese injurioso, ya que se venga arrancando las plantas y expul- orden de intensidades crecientes, el llamado golpeado, el lenguaje injurio-
sándolas del jardín. so, el toque del tambor, que son los tipos de conducta acústica que
Se plantea en seguida la cuestión de saber si los dos niveles extremos tienen objetivamente mayor afinidad con la categoría del ruido, aunque
pueden admitir términos cuya posición sea homóloga de la que ocupa el -no lo olvidemos- el tambor sepa ser, a la vez, el término más sonoro y
lenguaje confuso en el nivel medio. Bien parece que los mitos y ritos el mas lingüístico de la serie: "Los tambores de madera de los Bororo y de
proporcionan los términos que satisfacen las condiciones requeridas. En los Okaina... sirven para trasmitir mensajes concernientes a la fecha, el
el ciclo del tapir seductor, la heroína llama a veces al animal profiriendo lugar y el objeto de las fiestas. Los ejecutantes no parecen utilizar un
un epíteto que puede ser apenas el nombre común del animal, elevado a código; más bien ensayan representar el sonido de las palabras con ayuda
la dignidad de nombre propio, o un adjetivo calificativo que expresa sólo de los tambores, .y los indios siempre me han dicho que hacen las pala-
el estado de ánimo de la locu triz , O sea dos tipos de términos que llevan bras en el tambor" (Whiffen, pp. 216, 253).
en sí un germen de confusión: en un caso no es claro si el animal es La segunda arista agrupa en orden la señal silbada, el lenguaje silbado
interpelado como persona o denominado como cosa; en el otro la identi- y el toque de la flau tao Esta sucesión asegura el tránsito del silbido
dad del destinatario queda indeterminada. monótono al silbido modulado, y de ahí a la melodía silbada. Se trata
Esta ambigüedad inherente al epíteto, cualquiera que sea su tipo, lo pues de un eje musical, definido por recurso a la noción de tonalidad.
opone al llamado silbado, cuya ambivalencia ofrece, por el contrario, un En la tercera arista se hallan reunidas conductas esencialmente lingüís-
carácter icónico (en el sentido que Pe ir ce da a esta palabra): silbando ticas, ya que el llamado por nombre es una señal lanzada por medio de
para llamar al tapir se reproduce físicamente el llamado de este animal. una palabra (lo cual la opone a las otras dos) y que el lenguaje cortés
Hemos visto (p. 2S4) que los mitos tacana reemplazan el llamado silbado corresponde como dicen los mitos al modo de empleo más completa-
por un anuncio silbado. Por consiguiente, el epíteto cae, por cierto, en mente lingüístico del lenguaje (por oposición al lenguaje injurioso, ni
el nivel inferior' del esquema, entre el llamado por nombre (cuando el que decir tiene, pero también al lenguaje silbado del que hemos visto
animal tiene un verdadero nombre propio) y el llamado golpeado, y a la que, superlenguaje en un plano, es infralenguaie en otro). En cuanto a la
zaga de ellos a causa de Sil ambigüedad. maraca, es de todos los instrumentos músicos aquel cuya función lingüís-
Considerando ahora el nivel superior, observaremos que la organología tica es más rotunda. Sin duda la flauta habla, pero sobre todo el len-
sudamericana incluye un instrumento de música cuya posición es igual- guaje de los hombres que le "dan" la palabra (antes, p. ,270). Si es cierto
mente ambigua: las sonajas. ligadas a las piernas de los danzantes o a un que las sonajas y el tambor trasmiten a los hombres mensajes divinos
bastón con el que se g-olpea el suelo. Hechas de cáscaras de frutos o de -"la sonaja dice sus palabras en voz alta a los hombres, aquí en la tie-
pezuñas de animales ensartadas en una cuerda y que suenan cuando rra" (Preuss, loe. cit.)-, tal función se ejerce al mismo tiempo que la de
chocan. las sonajas son, desde el punto de vista tipológico, vecinas de las una llamada lanzada por los hombres a otros hombres: "Por el sonido
maracas, cuyo ruido resulta del choque contra la pared de una calabaza del tambor se hace que los otros acudan" (ibid.). i Y cuánto más elo-
276 AGOSTO EN CUARESMA

cuente es el discurso divino si es emitido por la maraca, pintada imi-


tando la faz del dios! [Zerries 3, passim). Según la teoría lingüística de
los Kalina a la que ya nos hemos referido, los fonemas de la lengua des-
cansan en la superficie de la maraca: "El círculo, con seis radios inscri-
tos, es el símbolo de las cinco vocales. a, e, i, 0, u, y de la m además...
La maraca es un globo en cuyo interior las piedrecillas representan las
ideas fundamentales y cuya superficie externa expresa la armonía de los
sonidos del lenguaje" (Goeje, p. 32).
Pasemos ahora a las conexiones oblicuas. En el seno del prisma repre-
sentado por el esquema, cuatro diagonales delimitan dos tetraedros isós-
celes cuyas puntas se compenetran. Aquel cuya punta está dirigida hacia
arriba junta en sus vértices el conjunto de los tres llamados y la maraca, III
o sea cuatro términos entre los que veremos que existe una doble rela-
ción de correlación y de oposición. Sin adelantar un desenvolvimiento
posterior, bastará indicar que los llamados hacen comparecer, en el seno
RETORNO DEL DESANlDADOR DE PÁJAROS
de la sociedad humana (y para su mayor desdicha, puesto que resultará
la pérdida de las mujeres), un animal, ser natural. Al contrario, para
dicha de la sociedad! la maraca hace que comparezcan seres sobrenatu-
rales, espíritus o dioses. UNA LARGA indagación sobre la mitología de la miel nos ha condu-
El otro tetraedro, cuya punta se dirige hacia abajo, recoge en la base los cido, en el marco de un sistema más vasto, del que no hacemos sino
tres instrumentos de música y, atravesando el plano del lenguaje articu- esbozar los contornos, a correlacionar y oponer 10 que nos pareció
lado, su cuarto vértice da con el llamado por nombre, que constituye en cómodo llamar "llamado golpeado" y "llamado (o respuesta) silbado".
efecto el modo más lingüístico de llamar. Esta configuración remite a Pero, de hecho, el "llamado golpeado" debiera habernos llamado la aten-
comentarios anteriores (p. 27,2). La música, decíamos, es la trasposición ción desde hace mucho, y precisamente a propósito de uno de los prime-
metafórica de la palabra, 10 mismo que el nombre propio sirve de metá- ros mitos relativos a la miel que discutimos.
fora al individuo biológico. Son pues los cuatro términos con valor de Retornemos pues a la página 103 de Lo crudo y lo cocido. Un mito
metáfora los que quedan así reagrupados, en tanto que los otros cuatro (M2 4) de los indios Tereno, que son arawak meridionales establecidos en
tienen valor de metonimia: la maraca es el dios reducido a cabeza, el el noroeste del Chaco, en la frontera de Bolivia, Paraguay y Brasil, trata
lado vocálico falta al lenguaje parcial que emite, cuyas afinidades son de un hombre que descubre que su mujer lo envenena con su sangre mens-
todas consonánticas, por consistir en microrruidos; en cuanto a los lla- truaL Parte a buscar miel, la mezcla con carne de embriones de serpien-
mados, se reducen también, pero de otro modo, a una parte o un mo- tes extraídos del cuerpo de una hembra muerta al pie de un árbol donde
mento del discurso. Solamente en el nivel medio se equilibran estos había también abejas. Después de ingerir esta mixtura, la mujer se trans-
aspectos metafórico y metonímico; en efecto, se trata aquí del discurso forma en jaguar y persigue al marido, que, para escapar, asume el papel
entendido en sentido propio y, con tres modalidades diferentes, cada vez del desanidador de pájaros de MI, M7_12. Mientras la ogresa corre tras
presen te en su in tegridad. los loros que le lanza, el hombre desciende del árbol y huye hacia una
zanja, donde su mujer cae y se mata. Del cadáver nace el tabaco.
Introdujimos este mito y sus variantes matako (M2 2 ) Y toba-pilagá
(M2 3) para demostrar la existencia de un ciclo que va del fuego destruc-
tor (de un jaguar) al tabaco, del tabaco a la carne (por M 1 S , M 1 6, M2 5 ) ,
Y de la carne al fuego de cocina, constructor por tanto, obtenido del
jaguar (por M 7 -M 1 2)' Este ciclo define pues un grupo cerrado, cuyos
operadores son el jaguar, el cerdo salvaje y el desanidador de pájaros
(Ce, pp. 87-110). Entonces no fue necesario recoger un detalle de M 2 4
que, teniendo en cuenta las consideraciones precedentes, debe ahora
acudir al primer plano: el héroe golpea sus sandalias una contra la otra I

I La mayoría de las poblaciones del Chaco conocen el uso de sandalias con


suelas de madera o cuero.
277
278 AGOSTO EN CUARESMA RETORNO DEL DESANIDADOR DE P.Á.JAROS 279

"para. encontrar la miel más fácilmente .. ·• dicho d e otra manera, dirige a abastecía de mandioca. maíz y plátanos.
la miel un "llamado go 1pea do"
, • • <
.
o que tiene por consecuencia procurarle no Un día sus cuñados lo hicieron subir a un árbol, so pretexto de
s,olo la miel, Sl~O .una serpiente. é Cuál puede ser la significación simbó- sacar de los nidos huevos de guacamayo; entonces cortaron el beju-
lica d~ esta pracuca, de la que vamos a ver que otros mitos se hacen co que había usado para subirse y lo abandonaron, no si haber
golpeado las raíces del árbol para que saliera del tronco hueco la
eco, Sl~ que las observaciones disponibles permitan, al parecer, corrobo-
rarla dIrectamente? /ha bacua/, "serpiente loro" (Bva constrict orv, que lo habitaba,
contando con que de seguro devoraría a su víctima.
Var,ios. ~itos de los Tacana de Bolivia oriental, parcialmente utilizados Acurrucado en la punta de una rama (o suspendido del bejuco
al prInCipiO de este trabajo (M194-M197) relatan los altercados de los cortado), hambriento y agotado, el hombre resiste todo el día y
hermanos divinos, los Edutz.i, con meleros (en Brasil, irára, Tayra bar- toda la noche [otras versiones: 3, 8 o 30 días] los ataques de la
bara) portadores de un tamboril que resuena cuanta vez ellos (o ellas) serpiente. Oye un ruido que cree primero ser de un buscador de
son apaleados. Para sustraer a sus hijas de estos malos tratos [merecid isi- miel [nosotros subrayamos], pero que en realidad procede del
mas, SIn embargo, ya que las chicas traicionan a sus divinos maridos sea Espíritu de los bosques Deavoavai que g-olpea las raíces de los
como esposas, sea como cocineras), el melero las transforma en guaca- árboles con sus fuertes codos (o con su maza) para que salgan las
mayos. E~ ~I origen del tambor ritual de los sacerdotes tacana, de piel boas de que se alimenta. El Espíritu dispara una flecha que se
tensa. de .lf~ra, y golpeado durante el culto para comunicarse con los convierte en bejuco. El hombre lo usa para bajar, pero lo inquieta
qué suerte le reservará su salvador. Dcuvoavai mata entonces la
Edu tzi (Hl~~mk-Hahn, PP', 109-110). También aquí, por lo tanto, aparece serpiente y, cargado con la enorme masa de carne, se dirige a su
una conexron entre la busque da de miel, en la cual como su nombre morada en compañía del hombre, a quien invitó a seguirlo.
español lo indica, los meleros son maestros.? y una' forma de llamado El Espíritu habita bajo las raíces de un gran árbol. Su casa está
golpeado. llena de carne y su mujer [tapir o rana según las versiones] inter-
Sea o no de la familia arawak el vasto grupo cultural y Iingü ístico del viene para que consienta en librar a su protegido de la indolencia
q~e forman parte los Tacana -cpues es cuestión controvertida-. su po si- que le impedía ser un gran cazador, y que el Espíritu extrae en
Clan no es menos significativa, entre vecinos septentrionales y occiden- efecto de su cuerpo en forma de exhalaciones malolientes o de una
tales ~~ lengua arawak.,y, al sur'y al este, los vestigios de una antigua masa blanda [según las versiones].
población arawak también, de quienes los Tereno son los últimos testi- Deavoavai dota al héroe regenerado de provisiones inagotables.
Añade un platillo especialmente destinado a los malos aliados y
gos. ~n .efecto, todo pasa como si el mito tereno que acabamos de recor-
compuesto de peces [pescados por el Espíritu con harbasco, o
dar sirviese de empalme entre mitos típicos del Chaco relativos al origen golpeándose las piernas con los dorsos de las manos] mezclados
del tabaco y un grupo de mitos tacana donde el héroe se hace desani- con la grasa del corazón de la serpiente. La ingestión de este ali-
dador de 'pájar~s pero que, por todo lo que puede juzgarse (por tratarse mento maléfico provoca su transformación inicial en guacamayos y
de una mitolog ia expuesta a tres siglos de contactos ininterrumpidos con luego en Iha bacua/, serpientes-guacamayo que Deavoavai matará
el ~ristianismo), se refiere más bien al origen de los ritos de caza y de y comerá los dias siguientes {Hissink-Hahn, pp. 180-183; segunda
cocma. A e~te respecto. los mitos tacana remiten a los mitos ge que versión, pp. 183-185, restringe el grupo de los aliados a los dos
hemos estudiado en la pnmera parte (III, B) y cuya heroína es una chica cuñados).
loca ~o.r la miel, papel concedido a la mujer del héroe en el mito tereno.
La añnidad de los mitos tacana y de los mitos ge es también confirmada Antes de examinar una versión más, de mayor complejidad, creemos
por el episodio, recurrente aquí y allá, sobre el origen del oso hormi- útil desbrozar el terreno presentando varias observaciones.
guero en lugar del origen del jaguar (Chaco), o el origen de las costum- El parentesco del mito tacana y del mito tereno no es dudoso. En
bres alimentarias del jaguar (mitos ge sobre el origen del fuego de cocina, ambos casos se trata de un héroe maltratado (física o moralmente) por
M 7-M 1 2), puesto que hemos establecido independientemente (CC, pp- una aliada (su mujer) o aliados (madre y hermanos de la mujer) y que,
191-192) que estos animales son inversos en el seno de una pareja. en circunstancias sin duda diferentes, queda reducido al estado de des-
anidador de pájaros perseguido por un ogro (jaguar o serpiente). En un
caso la transformación de la aliada en ogro resulta de la ingestión de
M 3 0 0 a • Tacana: historia del dcsanidador de pájaros.
una mezcla de miel y serpientes; en el otro caso la ingestión de una mez-
~n indio, mal cazador pero agricultor experto, vivía con su cla de pescado y grasa de serpiente provoca la transformación de los alia-
mUJer, la madre y los herma~lOs de ésta. Su familia política lo dos en serpientes de la misma especie que el ogro. El llamado golpeado
maltrataba porque nunca volvía con caza. Con todo, él solo los interviene por doquier: para obtener la miel, y las serpezuelas por añadi-
dura; para obtener los peces que, mezclados con la grasa de serpiente,
2. El oso honniguero, que pronto aparecerá, es llamado también en algunas
regiones de lengua española "melero" -r-mercadcr de miel-, o "colmenero"
api--r
ocuparán el lugar de la miel; y para obtener las serpientes grandes. El
cultor (Cabrera y Yepes, pp. 238-240). texto del mito tacana refuerza aún esta conexión, puesto que el llamado
280 AGOSTO EN CUARESMA RETORNO DEL DESANIDADOR DE PÁJAROS 281

golpeado del Espíritu Deavoavai es atribuido en un principio por el Esta "transformación en una transformación" va acompañada de otra
héroe a un buscador de miel (como pasa efectivamente en el mito tere- en el desenvolvimiento del relato, que esta vez opone el mito tacana a
no). Pero si hubiera sido un simple buscador de miel, no habría podido los mitos bororo y ge, como sería de esperarse, ya que los Tacana son
salvar al héroe, vista su situación desesperada que requería una interven- patrilineales a diferencia del conjunto Bororo-Ge (excepto los Sherenté,
ción sobrenatural. Resulta que Deavoavai, amo del bosque (Hissink- en los que la transformación previsible se manifiesta en otro eje, cf. ce,
Hahn, p. 163), iniciador de las técnicas y de los ritos (ibid., pp- 62-63), pp, 193-196). Por consiguiente, la diferencia de codificación sociológica
parece un superbuscador de miel, y así que las serpientes-guacamayo que de los mitos bororo y ge, considerada desde este solo punto de vista, no
busca son ellas mismas del orden de una miel elevada a la potencia traduce una verdadera oposición.
suprema. A la inversa, con una potencia más reducida, el indio buscador Tanto en el mito bororo como en los mitos ge, el héroe que ha llegado
de miel está en posición de amo del bosque. a la cima de un árbol o de una roca, o que alcanza la mitad de la altura
Un mito toba (M3 O1) habla de una serpiente gigante atraída por el de una pared rocosa, no puede descender, porque su compañero, que se
ruido de los buscadores de miel que abren los árboles a hachazos. Les quedó abajo, quita la percha °
la escalera que permitiera la ascensión.
exige miel fresca, que deberán verter directamente en sus fauces, y los Lo que ocurre en el mito tacana es mucho más complejo: gracias a un
devora. Esta serpiente se anuncia con un gran ruido: ibrrrumbrrumm- bejuco el héroe ha llegado a lo alto de un gran árbol ; su compañero
brum! (Métraux 5, p. 71). Tal como lo transcribe nuestra fuente, el trepa en torrees por otro bejuco o por un arbolillo cercano, desde donde
ruido recuerda el de los rombos (ver CC, p. 156, n. 9); volveremos a corta el primer bejuco a altura suficiente para que su víctima no pueda
esto. Igualmente, las serpientes-ogro del mito tacana gritan o silban al saltar a tierra; después de lo cual vuelve a bajar y, según una versión,
acercarse, y también las excita el rumor del follaje cuando se alza el incluso cuida de echar abajo el árbol que le permitió hacer su fechoría.
viento. A través de todas estas de scripciones, se mantiene pues la oposi- Una versión más, tercera, combina las dos fórmulas: el héroe trepa pri-
ción entre el llamado golpeado y la respuesta o el llamado silbados, mero a lo alto de una palmera, donde puede agarrar un bejuco que le
dentro del marco más vasto de un contraste entre ruido discontinuo y ayudará a alcanzar la cima de un árbol más grande. Entonces el cuñado
ruido continuo. le corta la retirada derribando la palmera.
Transformación del mito tereno, el mito tacana lo es también del mito Parece, pues, que el mito tacana quisiera confundir la relación simple
del desanidador de pájaros (MI), a cuya vertical -quisiéramos decir- que los mitos bororo y ge conciben entre los dos hombres: uno arriba,
hemos pasado manifiestamente al abordar el otro, sobrevolando (a lo otro abajo; y que para lograrlo inventase un procedimiento complicado
cual este volumen nos obliga) el conjunto mítico que el volumen prece- según el cual uno de los protagonistas queda arriba, en tanto que el otro
dente nos hizo recorrer en el otro sentido. MI Y M 3 0 0 a tienen el mismo debe casi un irsele y volver a bajar después. No puede tratarse de un
punto de partida: un conflicto entre aliados por matrimonio, allá entre azar, ya que las principales versiones resultan particularmente minuciosas
padre e hijo (pues la sociedad bororo es mau-ilineal}, aqu i entre herma- sobre el punto. Por añadidura, el motivo es recuperado y explotado en
nos de mujer y un marido de hermana (respetando así las transformacio- el episodio siguiente, en el cual el héroe trata de evitar a la serpiente,
nes ge de MI, pero a costa de una inversión de los papeles, ya que es que trepa al árbol para unírsele, descendiendo hasta donde puede por el
ahora el marido de la hermana, no el hermano de la mujer, quien ocupa bejuco cortado, de suerte que, esta vez, el héroe se halla relativamente
el lugar de desanidador de pájaros): más abajo, y su nuevo perseguidor relativamente más arriba.?
3 Sin duda a esta inversión debe la mítolog¡a tacana el poder empalmar el
El desanídaaar de pajaros Su perseguidor motivo del desanídador de pájaros al de la visita al mundo subterráneo. Una
versión (Macob] relata que un indio era tan perezoso que su cuñado (hermano de
Buraru (Mil hijo de mujer marido de madre mujer), harto de tener que alimentarlo, resuelve quitárselo de encima. Lo hizo

h"mmOdXd'
descender, pues, por un bejuco, a la madriguera de un armadillo, so pretexto de
capturar el animal; tapó entonces la entrada y se marchó. Recogido por el armadi-
llo , el hombre conoce los Ildsetti deha/, pueblo de enanos sin ano que se nutren
exclusivamente de caldo y del olor de las viandas. Sea porque el héroe no consi-
hermana
guiera dotar a los enanos del orificio faltante, sea por el asco que éstos sintieran al
verlo defecar y aspirar el mal olor, consigue del armadillo ser reconducido entre los
suyos. Antes el armadillo le enseñó un método de caza consistente en zambullirse
en una marmita de agua hirviendo y salir por el fondo, donde escapa el agua al
Tacana (M 300 a l marido de hermana hermano de mujer mismo tiempo. El r-azador se encuentra entonces en una comarca rica en caza,
donde no tiene más que matar los animales y asar la carne que su mujer sacará de
la marmita después que él haya salido de clla. El mal cuñado quiere imitarlo, pero
como carece del peine mágico concedido por el armadillo, muere escaldado {His-
AGOSTO EN CUARESMA RETORNO DEL DESANIDADOR DE PÁJAROS 283
282

Aparece en el acto un conjunto de transformaciones, pero diferentes cazador, siempre volvía con las manos vacías. Decidió, pues, ir a
cazar sola y se echó a seguir durante varios días, sin alcanzarlo, a
con respecto al mito bororo y a los mitos ge.
un cérvido que de hecho era un hombre transformado. Éste trató
En el mito tacana como en el mito bororo, el héroe debe su salvación
de convencer a la mujer de que, como le había dicho ya su marido
a un bejuco, que sin embargo usa de maneras opuestas: sea aupándose tratándole de quitar de la cabeza el proyecto, los cérvidos corrían
hasta la cima de la pared rocosa (arriba de lo alto), sea colgándose de la demasiado de prisa para ella; y le propuso matrimonio. Pero la
extremidad inferior (abajo de lo alto}. Pese a esta diferencia, el empleo mujer decidió volver a su casa, donde su interlocutor le advirtió
de un bejuco crea un parentesco cierto entre los dos mitos, a los que que no llegaría jamas.
inclusive dan ganas de reconocer origen común, de acuerdo con un En efecto, ella continuó su caza, que ya había durado no tres
episodio que aparece, prácticamente el mismo, en uno y otro, sin que la días, como creía, sino tres años. [,1 hombre cérvido la alcanzó, la
cadena sin tagmática parezca imponerlo. atravesó con las astas y abandonó el cadáver, cuya carne comió un
Privado de fundamento luego del ataque de los buitres, incapaz de jaguar, menos la piel, que se mudó en masa tupida de plantas de
los pantanos. Las liendres que había en su cabellera se volvieron
alimentarse, el héroe bororo recuerda un cuento de su abuela, en el cual
arroz silvestre, y de su cerebro nacieron los termes y su casa.
la misma dificultad era vencida por medio de un trasero artificial hecho Contento primero por la presunción de su mujer, el hombre par-
de pulpa vegetal. Ahora, en una versión que pronto resumiremos (M 3 o 3) tió luego a buscarla. De camino encontró varios pájaros rapaces
el héroe tacana recuerda relatos de su abuela sobre el modo conveniente que le contaron la suerte de la desdichada. En adelante, añadieron,
de pedir la ayuda del Espíritu de los bosques que acudirá a liberarlo. En cuanta vez pase un ser humano ante un termitero rodeado de hier-
los dos casos, por consiguiente, interviene en el mito una conducta, ya bas de pantano, oirá silbar los termes. A pesar de lo que le aconse-
anal, ya oral, por efecto de otro mito, aprendido de una abuela. El pro- jaban los pájaros, el hombre quiso seguir buscando. Llegado a la
cedimiento narrativo es bastante raro para sugerir, entre los mitos bororo orilla de un gran río, lo arrastraron las aguas y murió sepultado en
y tacana, un parentesco no solamente lógico sino real. el limo. De su cuerpo nacieron dos capivaras, macho y hembra,
que emitían intenso olor. Tal es el origen de estos animales (Híssink-
Por lo demás, es posible seguir avanzando en esta dirección. Compa-
Hahn, pp, 58-59).
rando MI con otros mitos bar aro habíamos formulado la hipótesis de
que su héroe era un "confinado", o sea un muchacho que: próximo a
tener la edad a la cual los jóvenes indios se unen a la SOCiedad de los Este mito tiene interés por partida doble. Salvando distancias muy
hombres, se negaba a desprenderse del mundo materno y femenino. considerables, permite vincular mitos del Chaco (Toba, t\h I 3; Mocoví,
Ahora bien, dcuál es la fal ta inicial del héroe tacan a ? En una sociedad M 2 2 4 ) y de Venezuela (Warrau, M 2 2 3). relativos a una o varias mujeres
en la que, al parecer, la agricultura propiamente dicha incumbía a las frustradas y (o) desobedientes, mudadas luego en capivaras. Sin duda,
mujeres (Schuller; Farabee 2, p. 155, a propósito de los Tiatinagua, que ahora es el marido quien padece tal metamorfosis, en tanto que la mujer
son un subgrupo de la familia tacana), se muestra cazador incapaz, ~ero se torna plantas acuáticas (a las que se agregan, rror razones que falta
perito en los trabajos de los campos; asume pues un papel femenino. descubrir, los termes silbadores de los pantanos)." El mito bororo del
Frustra así a sus aliados que, desde un punto de vista funcional, no desanidador de pájaros (1\'1 J) acude al rescate, para explicar esta diver-
ganan con él nada más (y sobre todo ninguna otra cosa) que lo que gencia en el sistema de las transformaciones.
obtenían antes de la mujer que, con todo, le han cedido. Recurriendo a En efecto -y es el segundo punto-, los dos mitos se traslapan, ya
la residencia matrilocal, al contrario de la realidad etnográfica (Farabee que, aquí y allá, un aliado (esposa o padre) traiciona a su función aban-
2, p. 156), el mito refuerza esta interpretación. donando aquí un marido, allá un hijo, sufre parecido castigo -pinchado
Otro mito tacan a considera la hipótesis simétrica de una mujer que por las astas de un cérvido, devorado por animales caníbales (jaguar o
pretende asumir un papel masculino: peces piraiías)-; los restos (periféricos: piel, liendres, cerebro; o centra-
les: vísceras) dan nacimiento a las plantas de los pantanos. Y si el mito
M 3 0 2 . Tacana: la muja loca por la carne. tacan a cambia en capivara al hombre disyunto de su mujer cazadora
(pero que trata obstinadamente de dar con ella, pese a los consejos de
Había una mujer que quería comer carne, pero su marido, mal
las aves), es a la manera de otro mito bororo (M 2 1) en que mujeres
sink-Hahn, pp. 351-355). . ,. . pescadoras, disyuntas de sus maridos (y que quieren seguir estándolo).
Se notará que el héroe del mito bororo M I es un desarudador de pararos ~ quien metamorfosean a éstos en cerdos. La mujer tacan a se niega a ceder a las
los buitres devoran el fundamento, de suerte que es incapaz de retener el alimento proposiciones del hombre cérvido, que sin embargo la hubiera abastecido
ingerido: es un personaje (demasiado) abierto, en tanto que ~I héro~ de M 30 o b ,
excavador en pos de armadillo, es un personaje perforador y (bien) abierto en rela- 4 Esta metamorfosis sanciona siempre la desmesura: aquí, de- una mujer que
ción con los enanos que, por su parte, son personajes (demasiado) tapados. La quiere hacer de hombre, en otro lado (M 2 5 6) de un hombre que intenta sacar
transformación de lo hervido en asado o, más exactamente, la mediación de lo provecho de su largo pene para hacer de superhombre, o si no, de un niño que
asado por 10 hervido, plantea problemas que aún no es tiempo de abordar. atestigua sorprendente crueldad (Híssink-Hahn, pp. 81-83, 192-193).
284 AGOSTO EN CUARESMA RETORNO DEL DESANlDADOR DE PÁjAROS 285

de carne. En una versión de M 2 1, a las mujeres bororo las abastecen de animales masculinos-c-.f tienen afinidad con el cielo atmosférico, e ilus-
pescado las nutrias, que son hombres, por haber cedido a sus propuestas tran la unión del agua (celeste) y de la tierra. Tal vez podría explicarse
(Rondon, p. 167). de la misma manera que el ogro tacana, que reemplaza al jaguar ge en
Cuando comparamos en Lo cru-Lo y lo cocido los mitos bororo y ge los mitos "con desanidador de pájaros", sea también un mixto: serpien-
sobre el origen de los cerdos salvajes, una transformación de naturaleza te-loro, que realiza la unión de la tierra y del aire, y 'confrontado como
sociológica nos permitió reducir sus diferencias. La l inea de ruptura el cérvido de M 3 0 2 con un adversario que, por ser ora hombre, ora
potencial que pasa, para los Ge, entre el hermano y la hermana casada, mujer, no intenta sin embargo renunciar al otro aspecto.
cae para los Bororo entre la mujer y el marido: Todas estas hipótesis ofrecen un carácter que pudiera llamarse m itico-
deductivo; reposan sobre una crítica, en el sentido kantiano de la expre-
[Gel (Arlf-¡O = [ Bororo] sión, de un cuerpo de mitos acerca de los cuales se pregunta uno en qué
A) (O#A) condiciones una estructura social supuesta desconocida sería propia para
engendrarlos; y sin ceder a la ilusión de que podrían solamente reflejarla.
Si hubiera derecho de remontar mitos tacana a una estructura social Pero, aunque no sepamos gran cosa sobre las instituciones antiguas de
mal conocida, y que no parece ya observable actualmente, sería cosa, los Tacana, es posible descubrir algunas corroboraciones indirectas de
entre estos indios, de una situación empírica de otro tipo más, tercero, y nuestras hipótesis, que les confieren al menos presunción de verdad.
que de hecho estaría a caballo entre los otros dos. En el origen de esta Las tribus del grupo tacana practicaban una iniciación doble de los
situación no se encontraría un estado de tensión sino una voluntad de muchachos y muchachas, con ritos, de mutilación corporal concebidos,
acercamiento que neutraliza las separaciones técnicas entre los sexos: el tal parece, para afirmar una equivalencia de los sexos a pesar de su
hombre quiere ser cultivador así como su esposa; la mujer desea ser aparente diversidad. El mismo cuchillo de bambú servía para cortar el
cazador como su marido. De este apetito de indistinción resulta sin duda frenillo del pene de los muchachos, a hender el himen de las chicas
una ruptura, pero derivada, ya que reside esta vez (M 3 0 0 a ) entre marido (Métraux 13, p. 446). Una conducta reprensible tenía por sanciones
de hermana y hermano de mujer, a quien repugna hallar en el marido de paralelas el suplicio de las hormigas si el culpable era una mujer, el de
su hermana un simple doblete de ésta: las avispas si era un hombre (Hissink-Hahn, pp. 373-374). Y si bien la
vista de los ídolos y de los objetos del culto estaba prohibida a las muje-
res caviña, éstas disfrutaban del raro privilegio de tocar la flauta, en tan-
"
ti I
(o) = A ] =>
M302 [
caza // (A) = O
]
to que los hombres cantaban (Armentia, p. 13). Este afán de igualitaria-
roo ante los ritos va por cierto hacia una conmutatividad de los sexos a
(Sobre la transformación cuñado "* caza, d. ce, pp. 87-96.) que los mitos tacana parecen aspirar confusamente.
Podría ser también que esta forma particular de dualismo, tal como se
expresa de diferentes modos en los ritos y en los mitos, se explicase por
La comparación de los pares animales utilizados respectivamente por la posición de los Tacana (y de sus vecinos del grupo lingüístico pa-
M 2 I Y M 3 o 2 pone admirablemente de relieve la ambigüedad del pensa- no), que los pone en la intersección de las bajas culturas de la selva
miento tacana a propósito de la oposición de los sexos, puesto que los tropical y de las de la meseta andina. Si los mitos que hemos conside-
animales que emplea son mixtos: rado hasta aquí exhiben muchos puntos comunes con los del Chaco y el
Brasil central, difieren también por la presencia en las versiones tacana
Bororo (M21) peces cerdos de un protagonista divino, miembro de un panteón complejo que no
tiene equivalente entre las tribus de baja cultura, y del cual incluso hay
capivaras cérvido dioses con nombres quechuas. En el siglo XVII había aún objetos de
origen peruano en los templos cuadrados que los Tacana levantaban en
lugares aislados (Métraux, loc. cic., p. 447).
En efecto, los peces pescados por las mujeres bororo de M 2 I están por En virtud del papel que toca a estas divinidades desempenar , todas las
entero del lado del agua, los cerdos en que se convierten sus maridos, funciones míticas, en cierto modo, se corren un escalón, mas sin que este
por entero del lado de la tierra, si no inclusive de los animales ctónicos. deslizamiento hacia arriba acarree una perturbación de las funciones que
Pero los capivaras. roedores anfibios, ilustran la unión del agua (terres- tienen que permanecer aseguradas. Los mitos tacana salen de apuro, si
tre) y de la tierra; en tanto que los cérvidos, animales femeninos para los pudiera decirse, haciendo corresponder dos semi términos a una función.
Bororo (Colb. 1, p. 23), los Jíbaro (Karsten 2, p. 374), los Mundurucú 5 La forma de la oposición no es, sin embargo, constante, puesto que los Kogi
(Murphy 1, p. 53), los Yupa (Wilbert 7, p. 879), los Guaraní (Cadogan asimilan los cerdos y los armadillos a seres femeninos, en virtud de que estos ani-
4, p. 57), etc. -cdcsde este punto de vista opuestos también a los cerdos, males trabajan la tierra [Relchel-Dolmatoff, 1, p. 270).
286 AGOSTO EN CUARESMA RETORNO DEL DESANIDADüR DE PÁJAROS 287

Consideremos, por ejemplo, la transformación: los guacamayos comidos Tornemos a nuestro punto de partida, es decir M]OOa, del que sabemos
por el jaguar (en los mitos ge: M 7 -12) se convierten en serpientes comi- ya que transforma tres mitos o grupos de mitos:{M¡} ,{l'VI7-MI2}'
das por una divinidad (en los mitos tacana: M 3 0 o a • M 3 0 3 ) que ilustra {M 2 2 ~M2 4}, a los que desde ahora se puede agregar el cuarto grupo,
así la transformación tacana del jaguar ge (en tanto que ogro imaginario { MI I 7, MI 6 I} ,en razón del doble motivo de la transformación en gran
y salvador real). Este grupo no es homogéneo, ya que la transformación cazador de un héroe miserable, prisionero en lo alto de un árbol del cual
de los guacamayos en serpientes constituye un episodio interior al mito consigue descender por un bejuco (que es también un Ficus en los mitos
tacana en tanto que la transformación del jaguar en divinidad resulta de tacana, Hissink-Hahn , p. 178; cf'. CC, p. 181, n. 8), cuya aparición fue
una operación exterior hecha sobre este mito por medio de los mitos ge. mágicamente suscitada.
Para vencer la dificultad y obtener una relación real de equivalencia Ahora bien: este aspecto remite a otro grupo de mitos, el quinto, lar-
entre los mitos, hay que admitir que en razón de la irrupción de un gamente analtzado en el curso de este trabajo, procedente esta vez de la
protagonista divino en la serie tacana, se establece la correspondencia región guayanesa (M2 3 7 -M 2 ] 9)' El punto de partida es el mismo. Vivía
entre tres términos tacana y dos términos ge, de acuerdo con la fórmula: un ma~ caza.do~ en residencia matrilocal; sus cuñados tratan de quitárselo
de encrma librándolo a un monstruo caníbal. Un protector sobrenatural
con forma de rana (como la mujer del protector sobrenatural en una de
COMEDORES, COMIDOS, las versiones tacan,a) le quita la podredumbre (hedor entre los Tacana)
d~ la cua! proced ia su mala suerte, y le dona flechas milagrosas (para
~ ~ disparar sm apuntar, en la Guayaría, o con punta embotada en los mitos
Serie tacana: divinidad > serpientes tacan a). Así, pues, si el desanidador de pájaros es un amo del agua entre

Serie ge:
-------- jaguar
--------
> guacamayos
los Bororo y un amo del fuego de cocina entre los Ge, aparece entre los
Ta~ana y, como el héroe guayanés, con aspecto de amo de la caza, de
qUle~ depende, con el mismo título que el agua (por lo que toca a lo
hervido] y del fuego (por lo que hace a lo asado), la existencia misma de
En efecto, en la serie tacana, la divinidad es un comedor de serpientes y la cocina que requiere la carne como materia, no menos que el fuego y
la serpiente un comedor de hombres -aunque humanos cambiados pri- el agua como medios.
mero en guacamayos y luego en serpientes sean ellos mismos comidos Una versión del mito tacana del desanidador de pájaros saca bien a la
por la divinidad. En la serie ge, el jaguar reemplaza a la serpiente (a luz esta nueva función. Pasaremos de prisa por I~ primera parte que
título de ogro virtual) y se conduce como la divinidad (salvador real), y reproduce con bastante exactitud M 3 0 0 a , no sin señalar que la divinidad
los guacamayos son comidos por el jaguar del mismo modo que, entre protectora se llama aqu Chibute. Desde el punto de vista que nos inte-
í

los Tacaría, las serpientes-guacamayo lo son por la divinidad. resa, esta diferencia puede dejarse a un lado ya que Chibu te, hijo de la
Captamos acaso aquí la razón profunda por la cual las serpientes taca- hermana de Deavoavai y de un hombre-mono (Hissink-Hahn, pp.
na deben ser lógicamente mixtas: serpientes y pájaros. Como serpientes, 1~8-162), fo~~a con su tío materno un par semidioscúrico cuyos tér-
invierten un término de los mitos ge (a causa de su subordinación a un ~m.os son faCIlment~ conmutables: "Aunque figuren como personajes
término de rango superior al suyo), como guacamayos, reproducen el dlstmt~s en e.l pant con tacan a, Ch ibu te y Dcavoavai son aquí comple-
otro término. Pero sobre todo, verificamos una vez más que el análisis mentanos y ucnen la misma función semántica, lo cual autoriza la trans-
estructural aporta ayuda a las reconstrucciones históricas. Los especia- cripción: Chibu te/Deavoava¡ para designar este personaje doble" (ibid.,
listas en los Tacana admiten en efecto que estos indios pudieran tener p. 178). Después de que la suegra del héroe ha consumido el alimento
origen oriental: llegados, por consiguiente, de una zona de bajas culturas maléfico y se ha vuelto serpiente Iha bacu a/, su marido parte en su bús-
y sometidos tardíamente a la influencia andina que habría puesto su queda acompañado de sus hijos:
panteón encima de un fondo más antiguo. Nuestra interpretación tiene
exactamente el mismo sentido. Puede agregarse, con fundamento en la M 3 o 3· Tacana: la educación de 10.\" muchachos y las chicas.
primera diferencia que hemos descubierto entre el mito bororo y el mito
Lo~. tres. h~mbres se ext.raviaron y, al encontrar cerdos salvajes,
tacana cuyo héroe es un desanidador de pájaros, que el procedimiento
los hlJo~ Siguieron a lo~ anll1~ale.s, y se transformaron en congéneres
complicado al que recurre el segundo mito para asegurar el aislamiento suyos.. El ~uegro del héroe srguio buscando. Hambriento, comió su
del héroe sería fácilmente explicable si resultase de una transformación brazo izquierdo. De pronto apareció Chibu te , le reprochó su mal-
dcl episodio correspondiente de los mitos bororo y ge. Vuelta inevitable ~ad,. y I,e. dijo que ya no, volv.ería entre los humanos sino que pcre-
por respeto a un constreñimiento suplementario. esta complicación pare- (.ena b<~Jo sus gol~es. Cal.n?l~do. en gran oso hormiguero, erraría
cería gratuita e incomprensible si fuera efecto de una transformación en sm u:.stIn? por la tierra, VIVirla Sin mujer, engendraría y procrearía
sen tido inverso. sus hiJOS el solo.
288 AGOSTO EN CUARESMA RETORNO DEL DESANIDADOR DE PÁJAROS 289

Conmovido por los llantos de su mujer, el héroe parte ahora en acuerdo. El matrimonio siguió el ritual dispuesto por Chibute, del
pos de sus suegros. Chibute le muestra a la vieja transformada en cual el mito da una descripción detallada.
serpiente, condenada a morir de hambre, y el oso hormiguero, al Cuando la mujer estuvo encinta, aprendió de su suegro cómo
cual le enseña a matar, no con arco y flecha sino a mazazos. El saber de antemano el sexo del infante, y las precauciones para que
héroe expresa entonces el deseo de saber cazar, y Chibute le ense- el parto sea fácil y la criatura vigorosa. A fin de que no llore sin
ña a hacer un arco con la parte del tronco de la palmera chlma cesar, duerma por la noche, no tenga bultos en la cabeza, etc., el
amarilla (Guilielma sp.] que mira al levante," así como la cuerda y mito enumera otras prescripciones o prohibiciones, cuya lista sim-
dos tipos de flechas. Y en efecto, el hombre se torna el mejor de plificaremos: baños en un agua a la que se ha añadido savia del
los cazadores. bejuco /rijina/ (no identificado); interdicción de comer carne de
Le son confiados alumnos atrasados, que instruye a su vez con mono aullador rojo (para la madre), de jaguar o de rabo de mono
ayuda de Chibu te. Para esta segunda generación el dios suprime aullador negro (para el niño); de tocar los huevos azules de un ave
algunas restricciones de orden mágico (limitarse a fabricar dos fle- de los bosques, así como la planta de los pies del coatí (para el
chas por año), pero añade otras de aspecto técnico. Se pasa así del niño). Siguen entonces los preceptos relativos a la fabricación de
arte de la caza como don sobrenatural a su práctica secular, ate- las flechas, a las técnicas de caza, a los indicios que permiten dar
con el camino en el bosque, a la cocción de la caza (carne roja
nida a toda suerte de precauciones y cuidados que el mito enume- asada, estómago de cerdo estofadoL''
ra demasiado minuciosamente para que podamos reproducirlos en
Siempre por mediación del héroe, Chibute enseñó entonces a la
detalle. Resumiremos pues: lavados nocturnos con agua perfumada joven pareja las técnicas del hilado, del tejido y de la alfarería,
con hojas del arbusto /emare~ana/ (no identificado), cuyos efluvios, desengrasando con la corteza calcinada del árbol /caripé/ (una criso-
se extenderán por el bosque , tiro obligado a la primera caza que balanácea; cf. Whiffen, p. 96 y n. 3).
se presente, estómago dado a la mujer del instructor, el resto de la [Por 10 que toca a los termes silbadores de M 3 02, es interesante
carne a los padres viejos de los cazadores. Estos últimos nunca notar que el marido deberá silbar al cortar la madera destinada a
ofrecerán carne a su instructor, sino que irán a ayudarlo en su hacer el vástago del huso, y que la plancha que le sirve de soporte
plantación... a éste, para que gire de prisa, la cubrirá la mujer con cenizas de un
Los jóvenes cazadores tenían dos hermanas, la mayor de las cua- termitero quemado de antemano por su marido.]
les placía al hijo del héroe, que deseaba casarse con ella. Con- Después de que Chibute aconsejó convocar a la araña para que
vocado de nuevo ritualmente por el grito - lhuu l lhuu l - lan- diera lecciones de hilado a la joven, se encargó de enseñarle cómo
zado entre las manos a guisa de altavoz, Chibute explicó que el fabricar un telar con sus accesorios, preparar los baños de tintes,
pretendiente debía juntar leña a la puerta de sus futuros suegros, y cortar y coser los vestidos destinados a uno y a otro sexo. Dijo
que la joven iría a abastecerse allí, en caso de que estuviera de también que el cazador debería tocarse con ciertas plumas, llevar
un morral de cazador que contuviera las concreciones de pelos,
6 A propósito de una prescripción análoga de los Yurok de California, que sólo guijarros y grasa halladas en el estómago o el hígado de varios
hacían sus arcos con madera de tejo, y de la parte del tronco expuesta hacia lo animales grandes, cuidar mucho de enterrar el hígado del cerdo sal-
alto de la pendiente e-según algunos de los informadores- o hacia el río -caegún vaje en el lugar mismo en que éste hubiera sido abatido (para que
otros-e, Kroeber observa con divertida condescendencia: "He aquí, por cierto, el volvieran los congéneres del animal), y ofrendar al Amo de los
tipo de constreñimientos imprevisibles que a estos indios les encanta imponerse" cerdos un talego tejido y adornado con motivos simbólicos, a fin
(en Elmendorf, p. 87, n. 10). Pero incluso en Francia, y en nuestros días, los ceste- de que no alejara su rebaño sino que lo dejara en l~ares salí-
ros lemosines saben que las varas de castaño no son igual de fáciles de trabajar feros, donde los cazadores matarán abundantes animales.
según procedan de las hondonadas o de las laderas, o aun de laderas diferente- El capítulo de la caza concluye con diversos signos premonito-
mente expuestas (Robert, p. 158). En otro orden de ideas, los obreros encargados rios del éxito o del fracaso. Después de lo cual el dios pasa a la
de mandar fiotando (os troncos por el agua afirman que con luna llena los troncos pesca, que requiere un arco y flechas sin emplumar, hechos con
son enviados hacia la orilla, en tanto que con luna nueva permanecen en el eje de materiales y según procedimientos apropiados. Los diques, las re-
la corriente (Simonot, p. 26, n, 4). Porque se nos escapen sus razones, no hay que des, la preparación del veneno de pesca, el transporte y la cocción
relegar automáticamente un saber al plano de las supersticiones.
7 Los Tunebo empleaban una raíz olorosa para atraer a los cérvidos, y los Cuna 8 Este tratamiento diferencial de una víscera recuerda una observación de
hacían igual uso de una planta llamada /bisepl (Holmer-Wassén, p. 10). Los cazado- Whiffen sobre las tribus de la región comprendida entre los ríos Issa y Japura:
res indios de Virginia se untaban el cuerpo de raíz de Angélica, the hunting root, "Según los indios, sería una bestialidad comer el hígado, los riñones y otras entra-
y, contra la costumbre, se ponían entonces bajo el viento del cérvido, seguros de ñas de las piezas cazadas, a menos que se pongan en sopa o en guisado" [p. 130,
que el olor lo haría acercarse (B. G. Hoffman). En este caso también parece tra- cf, también p. 134). Los pedazos indignos de ser asados o ahumados no dejan,
tarse de una técnica positiva más que de una creencia mágica. No nos atreveríamos pues, de ser consumibles, a condición de ser hervidos.
a decir otro tanto de la costumbre sherenté consistente en perforar las orejas de los 9 Este pasaje apoya una deducción de CC, p. 111, donde formulamos la
chiquillos para ensartar un palito de madera liviana, con intención de hacerlos hipótesis de que el cerdo era simultáneamente concebido como carne y como amo
buenos cazadores e inmunizarlos contra las enfermedades (Vianna, pp. 43-44). de la carne. Existían entre los Yuracaré prescripciones de caza idénticas.
290 AGOSTO EN CUARESMA 291
RETORNO DEL DESANlDADOR DE PÁJAROS
del pescado, se discuten largamente. Por último, el mito concluye
con preceptos deportivos dedicados al buen cazador: baños cotidia- En Lo crudo y lo cocido (p. 1.32-133) deslindamos ya una oposición
nos, ejercicios de tiro al arco con termiteros como blanco (pero entre vulvas alargada y redondeada, inherente al sexo femenino. Pero si
sólo con luna creciente); prohibiciones alimentarias (cerebro de cer- se tiene en cuenta que el mito mundurucu (M, 8) al que nos referíamos
do, hígado de tortuga) o prescripciones (cerebro de monos Ateles afirma que las vulvas lindas son las más redondas (Murphy 1, p. 78), se
y Cebus,. cor,azón de Ipucararal y de tortuga, crudos); buenos llega a una proposición:
m?dales (jamás comer las sobras de las comidas dejadas en las mar-
mitas); manera correcta de preparar y portar el material; pinturas (mujer deseable) más: menos:: (vulva) redonda: alargada,
coryorales. el,c. A todas estas instrucciones, concluye el mito,
Chibute agrego otras muchas, que el héroe debía trasmitir a su hijo
y a sus descendientes (Hissink-Hahn, pp. 1654176). que parece contradecir la precedente, a menos que se tenga en mientes
la repulsión hacia el cuerpo femenino latente entre los indios sudameri-
canos, la cual no se 10 hace deseable, o apenas tolerable, más que si cae,
lCómo sería si la lista hubiese sido completa! Pues, aun en forma de en cuanto a su olor y a sus funciones fisiológicas, más acá de la plena
fragmento, hay más etnografía en este mito de la que alcanzaría a reco- manifestación de todas sus virtualidades (CC, pp. 184-185,266-268).
ger un observador después de meses, si no es que de años, de perma- Sin duda se puede simplificar la primera serie de equivalencias, consi-
nencia entre una tribu. Cada rito, prescripción o prohibición justificaría derando que la oposición entre silbado y golpeado redobla aquella, igual-
~n estudio ,crí~ico y comparado. Sólo daremos un ejemplo, elegido por mente de naturaleza acústica, entre notas agudas y notas graves; pero el
interesar mas directamente que otros al análisis en curso. problema de saber por qué las mujeres son concebidas como más "conse-
Para conocer el sexo de la criatura, aún en el seno materno, el dios cuentes" que los hombres -diría el lenguaje popular, subsumiendo todas
prescribe a los padres confrontar sus sueños. Si ambos han soñado con las oposiciones-.-, subsiste. Parece que el pensamiento sudamericano sigue
un obJeto redondo, como el fru to de genipa (Genipa americana), de aquí un camino análogo al de las tribus de las montañas de Nueva Gui-
motacu (una palmera: Attalea sp.) o de assai (otra palmera: Euterpe nea, para quienes la oposición entre los sexos está muy marcada, y la
oleracea), tendrán un hijo; una hija si el sueño evocaba un objeto alar- justifican por la creencia de que las mujeres tienen la carne dispuesta
gado, raíz de mandioca o plátano. "verticalmente" a 10 largo de los huesos, en tanto que los hombres la
Las asociaciones libres de sujetos pertenecientes a nuestra cultura darían tienen "horizontalmente", o sea en sentido transversal en relación con el
sin duda el resultado opuesto: redondo en el caso de una niña, alargado eje de los huesos. A esta diferencia anatómica deben las mujeres alcanzar
en el de un niño. Ahora bien, es fácil verificar que, por regla general, la la madurez antes que los hombres, casarse por término medio diez años
simbólica sexual de los indios sudamericanos, cualesquiera que sean los antes y, aun adolescentes, poder contaminar con su sangre menstrual a
medios léxicos, no deja de ser homologa de la de los Tacana, y en conse- los muchachos que, a la misma edad, no dejan de ser particularmente
cuencia inversa de la nuestra. He aquí algunos ejemplos concernientes vulnerables, en virtud de que todavía les es negado el estatuto social y
también al sexo del futuro crío. Dicen los Waiwai de la Guayana que si moral de los hombres adultos (Meggitt, pp. 207 y 222, nn. 5, 6).
se oye silbar al pájaro carpintero Iswis-sisi, será un niño, pero si el ave Ahora bien, también en América del Sur, una oposición longitudinal/
golpea, Itororororo/, una niña (Fock. p. 122: cf. Derbyshire, p. 157). En transversal, formulada en otros términos, servía para traducir diferencias
Ecuador, los Catío irritan a la mantis religiosa: si a manera de respuesta de autoridad y de estatuto. Las antiguas tribus de la región del río
adelanta las dos patas, es presagio de una niña, de un niño si no es más Negro reconocían los jefes por un cilindro de piedra dura, perforado a lo
que una sola {Rochcreau, p. 82). Esta simbólica habrá de cotejarse con largo, es decir paralelamente al eje del cilindro, en tanto que los pinjan-
la clasificación por sexos de los tambores de madera amazónicos: el gran tes de la gen te común, igualmen te cil índricos, estaban perforados trans-
tambor, que emite notas bajas, es hembra: es macho el pequeño, de versalmente. Volveremos a encontrar más adelante esta distinción, que
notas agudas (Whiffen, pp. 214-215).10 Se tiene, pues, una serie de equi- no carece de analogía con la de los bastones de ritmo, huecos o macizos
valencias: según el sexo del ejecutante entre los Guaraní meridionales. En efecto,
se puede admitir que un cilindro perforado en sentido de su longitud es
hembra : macho : : larg-o : redondo :: golpeado: silbado :: relativamente más hueco que el mismo cilindro taladrado siguiendo su
entero : por mitad : ; grande: pequeño :: grave: agudo anchura, y cuya masa es compacta casi por completo.

10 Menos simbólico y más racionalizado, el método de los Kamgang-Ccroado se la palmera bacaba do campo (Ocnocarpus sp.] en "machos" y "hembras", según
acerca más a nuestra sistemática. Presentan una maza al pequeño oso hormiguero; sean alargados o cortos, respectivamente (Schultz 2, p. 227; Oberg, p. 108), Y los
si la acepta, la criatura será de sexo masculino, o del femenino si la rechaza (Bar- Baniwa conceden brazos "aplanados" a los hombres, brazos "redondeados" a las
ba, p. 25). No pretendemos que la ecuación anterior sea aplicable a la simbólica de mujeres (M2 7 6b). Pero son precisamente estas diferencias entre los sistemas de
representaciones las que merecerían ser estudiadas más de cerca de lo que hasta la
todas las tribus. Así los Umutina parecen ser excepción, al distinguir los frutos de
fecha se ha hecho.
RETORNO DEL DESANlDADOR DE P Á] AROS 293
292 AGOSTO EN CUARESMA

Después de haber dado un ejemplo de la riqueza y de la complejidad suegro ee oso hormiguero (M303);
cerebro de la mujer =>termitero (M 3 0 2 );
de los comentarios que justificaría cada una de las creencias costumbres
ritos, prescripciones y prohibiciones cuya lista ofrece M 3O;,
retornemo~
al mito en cuestión desde un punto de vista más general. Hemos visto
padres del héroe =>comedores de oso hormiguero (M 3 0 3);

para dos mitos M 3 o 2 Y M 3 O 3, uno de los cuales se refiere al origen del


que, además de los grupos {MI} , {M 7 - 1 2} , {M 22- 2 4 ) ,tM1l7 y capivara, el otro al del oso hormiguero. En fin, tanto en el grupo tacana
M1 6 1J . transformaba el grupo guayanés {M237_239} . No es todo; como en el grupo ge, un mito (M2 2 6' M 3 o 3) se desprende de los demás
pues después de haber señalado de paso la referencia fugitiva a {MI S- y ofrece el carácter de un verdadero tratado sobre la iniciación. Pero al
18} (transformación de los malos cuñados en cerdos salvajes), conviene mismo tiempo aparece una diferencia, que nos dará la solución de una
ahora examinar la última transformación ilustrada por el mito tacana: la dificultad metodológica y teórica hacia la cual conviene primero llamar
del grupo de los mitos ge {M2 2 5 -228 Y M 2 3 2} ,de los que se recor- la atención.
dará que se refieren asimismo al origen del oso hormiguero, y a la educa-
ción de los muchachos como cazadores y (o) como guerreros.
En Lo crudo y lo cocido pusimos un mito de este grupo (M 1 4 2 ) en rela-
La indagación a que nos entregamos desde el principio del precedente
ción de transformación implícita (por mediación de M s , transformación
volumen procede como "barriendo" el campo mítico, empezando en un
él mismo de MI) con el mito del desanidador de pájaros, por medio de
punto arbitrariamente elegido y siguiendo metódicamente, en longitud y
una equivalencia entre la disposición horizontal (rio arriba/río abajo) y
anchura y de arriba abajo, de derecha a izquierda y de izquierda a dere-
la disyunción vertical (cielo/tierra) de sus héroes respectivos (CC, pp.
cha, para tornar perceptibles ciertos tipos de relaciones entre mitos que
254-257). Pasando ahora de los mitos ge a los mitos tacana, donde, sin
ocupan posiciones consecutivas en una misma línea, o entre los que resi-
que padezca deformación, volvemos a encontrar la imagen del desanida-
den en líneas diferentes, sin dejar de estar unos encima o debajo de los
dar de pájaros, obedecemos pues siempre a la obligación de rehacer en
sentido inverso el itinerario ya recorrido. otros. Pero en los dos casos subsiste una distinción entre el "barrido"
Después de su disyunción, voluntaria o involuntaria, horizontal o mismo, que constituye una operación, y los mitos que alumbra sucesiva
vertical, acuática. o celeste, los héroes ge y tacana afrontan ogros: o periódicamente, y que son objeto de esta operación.
falconiiformes entre los Ge, serpientes-loro entre los Tacana. La oposi- Ahora, todo ocurre como si, en ocasión de M 3 03' se invirtiera la rela-
ción entre pájaros rapaces y loros es constante en la mitología sudamerica- ción entre la operación y su objeto, y esto de dos maneras. Primero, el
na con la forma: (pájaros) carruuoros ífrugínoros, así que el sistema "barrido" primitivamente horizontal aparece de súbito como vertical.
etnozoológico común a los dos grupos de mitos estaría cerrado si, L.uego y sobre todo, M 3 0 3 se define por un conjunto de puntos privile-
lo mismo que el jaguar ge y el del Chaco son comedores de loros, giados en e~ campo y su unidad como objeto se hace inapresable, fuera
los halcones gc pudieran ser incluidos en el género Her p etotneres, del acto mismo del "barrido", cuyo movimiento indeecomponible liga
que comprende devoradores de serpientes. Mas, en una versión cuando estos pun,t~s un.os con otros; el "barrido" representa pues, ahora, el
menos" uno ?e los pájaros es un Caprimulgus, no un halcón, y por cuerpo m itrco M 3 0 3 , y los puntos "barridos" la serie de las operaciones
lo demas el genero de halcones permanece indeterminado. que ejecutamos sobre él:
En todo caso, los animales caníbales responden por doquier a un lla-
~ado go.l~eado: procedente sea de los enemigos del héroe (y luego del
dIOS ~,uxlllador) en los mitos tacana, sea, en los ge, del héroe mismo (cL
tarnb.ien MI 77 en Kruse, p., 350, dond~ el héroe golpea el agua: tu, tu,
tu ... para provocar la vertida de las aguilas asesinas). Ya uno de los
abuelos, ya los dos, se transforman en osos hormigueros (M
1 d 1 227,228,
?30 ), ya e pa re, o e padre y la madre, de la mujer del héroe padecen
Igual, ~uerte (M 22 9 , M 3 0 3 ) . Hemos discutido en las pp. 109-112 las
oposiciones o transformaciones:

a) capivara (largn.\- diente,\")joso hormiguero (desdentado);

b) abuelos =>OS?S hormigueros (comedores de termiteros);


cabeza del heme ~ termitero;
suegros -e-comedores de oso hormiguero;

Se encuentra un conjunto comparable entre los Tacana:


294 AGOSTO EN CUARESMA RETORNO DEL DESANIDADOR DE PÁJAROS 295

La primera explicación que se le ocurre a uno para explicar esta doble Parece, pues, que jamás se podría conocer las dos cosas a la vez y que
inversión, a la vez geométrica y lógica, es que un sistema mítico no es hubiera que conformarse con recoger informaciones que tocarán sea a la
accesible más que en el devenir: no inerte y estable sino en perpetua estructura general del sistema, sea a las relaciones especiales entre tales o
transformación. Habría siempre, pues, varias especies de mitos presentes cuales de sus elementos, pero jamás a las dos al mismo tiempo. Y sin
simultáneamente en el sistema, unas primitivas (en relación con el embargo, uno de los tipos de conocimiento precede necesariamente al
momento en que se realiza la observación), otras derivadas. En tanto que otro, ya que no podría atacarse directamente la estructura sin disponer
unas se mantendrían aún intactas en ciertos puntos, en otras partes ya previamente de un número suficiente de relaciones entre los elementos.
no serían identificables más que en fragmentos. Donde la evolución está Por consiguiente, cualquiera que sea el punto de partida empírico ele-
más adelantada, los elementos liberados por el proceso de descompo- gido, los resultados cambiarán de naturaleza a medida que adelante la
sición de los viejos sistemas se hallarían ya incorporados a nuevas combi- indagación.
naciones. Pero, por otro lado, es imposible que estos resultados estén entera y
En un sentido, esta explicación cae por su peso, ya que invoca hechos exclusivamente sometidos a las limitaciones internas del análisis estruc-
difícilmente discutibles: los mitos se desmantelan y, como decía Boas, tural. Pues, en tal caso, el carácter primario o secundario de mitos que
nacen mitos nuevos de sus restos. Sin embargo, no puede satisfacer por pertenecen a sociedades bien reales no tendría sino un valor relativo, y
completo, ya que es claro que el carácter primario o derivado que así dependería del punto de vista escogido por el observador. Habría entonces
nos veríamos conducidos a atribuir a talo cual mito no le pertenecería que renunciar a toda esperanza de hacer que el análisis estructural
de manera intrínseca, sino que en gran medida sería función del orden desembocase en hipótesis históricas. O, más bien, éstas se reducirían a
de presentación. Hemos mostrado en Lo crudo y lo cocido (pp. 11-15) ilusiones de óptica condenadas a disiparse, si no es .que hasta a invertirse,
que este orden es inevitablemente arbitrario, ya que los mitos no son cuanta vez le viniera al mitólogo el capricho de disponer de otra manera
prejuzgados sino que explicitan de modo espontáneo el sistema de sus sus materiales. Ahora, varias veces hemos adelantado interpretaciones de
relaciones recíprocas. Así que si hubiésemos decidido elegir M 3 0 3 pri- las que afirmamos que no eran reversibles, o lo eran a tal precio que
mero, por razones tan contingentes como las que concedieran el número permitían afirmar sobre dos mitos -no relativamente sino en absoluto-
1 al mito bororo del desanidador de pájaros, éste, en vez del otro, ha- que el uno representaba un estado anterior, el otro un estado posterior
bría manifestado las singulares propiedades en las que concentramos de una transformación que no hubiera podido producirse en sentido
ahora nuestra atención. Por lo demás, no las encontramos aqu i por pri- contrario.
mera vez. Ya a propósito de otros mitos (así M 1 3 9 ) habíamos tenido Para tratar de superar la dificultad, consideremos M 3 o 3 en su relación
que recurrir a nociones tales como las de interacción, corte transversal y con todos los otros mitos o grupos de mitos cuya transformación opera.
armaduras yuxtapuestas (CC, pp. 250-252). Sin duda se nos presenta simultáneamente como un miembro particular
La dificultad del problema viene así de nuestra obligación de tener del grupo de estas transformaciones, y como una expresión privilegiada
simultáneamente en cuenta dos perspectivas. La de la historia es absoluta del grupo que resume en sí, en tanto -y tanto más cuanto que- no
e independiente del observador, puesto que debemos admitir que un conseguimos completarlo gracias a él. Esta situación paradójica resulta
corte operado en un momento cualquiera en la materia mítica se lleva de la pluridimensionalidad del campo mítico, que el análisis estructural
siempre consigo cierto cspe..or de diacronía, ya que esta materia, hetero- explora (al mismo tiempo que lo constituye) por un movimiento en
génea en la masa en lo tocante a la historia, está formada de un conglo- espiral. Lineal primero, una serie se enrosca sobre sí misma, se consolida
merado de materiales que no han evolucionado al mismo ritmo y están, en plano, que a su vez engendra un volumen. Por consiguiente, los
pues, diferentemente calificados desde el punto de vista del antes y el primeros mitos estudiados se reducen casi enteramente a una cadena
después. La otra perspectiva participa de un análisis estructural que, sintagmática cuyo mensaje debe ser descifrado por referencia a conjuntos
empiece por la punta que sea, sabe que siempre tropezará, después de paradigmáticos que en esta etapa los mitos no suministran todavía, y
cierto tiempo, con una relación de incertidumbre que del mito exami- que hay que buscar fuera del campo mítico, es decir en la etnografía.
nado tarde hace a la vez una transformación local de los mitos que lo Pero más tarde, y a medida que, por su acción catalítica, el estudio hace
han precedido inmediatamente y una totalización global del todo o parte manifiesta la estructura del campo y su volumen, se produce un fenó-
de los mitos comprendidos en el campo de la investigación. meno doble. Por una parte, las relaciones paradigmáticas interiores al
Esta relación de incertidumbre es sin duda lo que hay que pagar por campo se multiplican mucho más de prisa que las relaciones externas, las
pretender el conocimiento de un sistema cerrado: al principio se apren- cuajes inclusive alcanzan un nivel y de ahí no pasan, una vez que han sido
de mucho sobre la naturaleza de las relaciones que unen los elementos recopiladas y explotadas todas las informaciones etnográficas disponibles,
de un sistema cuya economía general permanece oscura; y al final rela- de suerte que el contexto de cada mito consiste más y más en otros
ciones vueltas redundantes informan más sobre la economía del sistema mitos, y menos y menos en las costumbres, creencias y ritos de la pobla-
de lo que hacen aparecer de nuevos tipos de nexos entre los elementos. ción particular de que procede el mito en cuestión. Por otra parte, la
296 AGOSTO EN CUARESMA RETORNO DEL DESANIDADOR DE PÁJAROS 297

distinción, clara al comienzo, entre una cadena sintagmática interna y un llegada de muchachos y muchachas a la edad adulta no resulta de un
conjunto paradigmático externo, tiende a abolirse teórica y práctica- apartamiento diferencial ritualmente instaurado entre los sexos, y tal que
mente ya que una vez engendrado el campo mítico, el eje arbitrario en adelante sea uno tenido por superior al otro. Al contrario, los dos
escogido para su exploración definirá a la vez la serie que, para los fines sexos han de ser promovidos juntos, por efecto de una operación que
de la causa, desempeñará el papel de cadena sintagmática, y las rela- minimiza sus diferencias anatómicas y gracias a una enseñanza impartida
ciones transversales en cada punto de la serie, que funcionarán como simultáneamente que subraya una colaboración indispensable (así la
conjuntos paradigmáticos. Según la perspectiva adoptada por el analista, intervención repetida del marido en el curso de la fabricación y el
una serie cualquiera podrá, pues, servir de cadena sintagmática o de empleo del huso, por mucho que el hilado sea una ocupación femenina).
conjunto paradigmático, y esta elección inicial determinará el carácter En segundo lugar, aparece un corrimiento entre M 3 0 3 y los mitos que
(sintagmático o paradigmático) de todas las demás series. Tal es por hemos dispuesto en el mismo grupo: es a la vez como ellos, y más que
cierto el fenómeno salido a relucir en el análisis de M 3 03, puesto que la ellos. De un problema que ofrece en teoría dos aspectos, estos mitos no
cadena sintagmática formada por este mito se convirtió en conjunto consideraban más que uno solo, en tanto que M 3 0 3 se empeña en yuxta-
paradigmático para la interpretación de no importa cuál de los mitos que ponerlos y colocarlos en pie de igualdad. Es pues lógicamente más
transforma, pero cuyo grupo formaría a su vez un conjunto paradig- complejo, y transforma, de derecho, más mitos que cada uno de estos
mático propio para aclarar M 3 o 3 si hubiésemos comenzado nuestra mitos en particular. Vayamos más lejos: en tanto que la mitología de la
indagación por la otra punta. miel, que nos ha servido de hilo conductor, tiene por protagonista una
Todo esto es verdad, pero descuida sin embargo un aspecto de M 3 0 3 muchacha mal educada, a partir del momento en que se transforma en
que 10 diferencia en absoluto de los otros mitos con que lo hemos con- mitología de caza, la heroína se convierte en un héroe que es un mucha-
frontado, sin que en la etapa presente pudiésemos atribuir a esta diferen- cho bien (o mal) educado. Se obtiene así un metagrupo cuyos términos
cia un origen lógico o histórico, y sin que debiésemos, por consiguiente, son transformables unos en otros, so reserva de la valencia masculina o
dejarnos intimidar por la antinomia de la estructura y del aconteci- femenina del personaje principal y del tipo de actividad tecnoeconómica
miento. En efecto, todos los mitos cuya pertenencia al mismo grupo que evocado. Pero todos estos mitos permanecen, en cierto modo, en estado
M 3 o 3 hemos reconocido se refieren a la educación de los muchachos o a de semimitos, cuya síntesis sigue por hacer, por imbricación de sus series
la educación de las muchachas, pero nunca a las dos juntas (o si lo respectivas en el seno de un mito único que pretendería llenar la caren-
hacen como MI 42, M 2 2 5, es con la hipótesis especial -por este hecho cia (bajo el aspecto de la cual una educación, especialmente concebida
igualmente restrictiva- de parecida falta de educación). Desde este pun- para un sexo, no podría quedar sin aparecer en el otro), recurriendo a la
to de vista, M 3 o 3 innova, pues consiste en un tratado de educación tercera solución de una educación igual para todos, e impartida, dentro
mixta que invita a sentarse, en los bancos de la misma escuela, al Emilio de lo posible, en común. Tal es precisamente la solución tacana, quizá
de la familia ge y a la Sofía de las tribus guayanc-amazónicas. puesta en práctica en las antiguas costumbres, en todo caso soñada en
Este carácter original de M 3 0 3 confirma primero la hipótesis sobre la sus mitos y por ellos respaldada.
reversibilidad de los sexos en el pensamiento y las instituciones tacana a Ignoramos qué tipo de evolución histórica puede ser responsable de la
la que llegamos de manera puramente deductiva. l 1 Entre los indios, la coexistencia, empíricamente atestiguada, de principios opuestos de edu-
cación en puntos diferentes de la América tropical. La solución mixta de
11 De esta reversibilidad ofrece M 30 3 una ilustración particularmente notoria, los Tacana (y sin duda de sus vecinos pano, reunidos con ellos en la
con el episodio de la transformación del suegro en oso hormiguero que, en adelan- misma familia lingüística macro-pano, según la clasificación reciente de
te, vivirá aislado, será privado de esposa, engendrará y procreara sus hijos solo. En Greenberg) drepresenta una forma más antigua, que habría engendrado
efecto, la creencia corriente en América del Sur, desde el río Negro (Wallace, p. p~r fisi~? los ritos de iniciación masculina de los Ce y aquellos, cuya
314) hasta el Chaco (Nino, p. 37), pretende que no existe oso hormiguero macho
o:le~taclOn es sobre todo femenina, de las tribus del área guayano-ama-
y que todos los individuos pertenecen al sexo femenino y se fecundan solos sin
~omca (yen menor grado del Chaco)? ¿O hay que concebir la hipótesis
intervención de otro agente. El vínculo del mito tacana con el área de la Guayana
es reforzado aún más por la transformación de los hijos del suegro en cerdos, ya Inversa de una conciliación o de una síntesis, cumplida por los Tacana y
que los Kalina llaman al gran oso hormiguero, a causa de una raya de su pelaje, los Pano sobre el fundamento de tradiciones opuestas entre sí, pero que
"padre de los pécar¡s de collar" (Ahlbrinck, arlo "pakira"). Sea como fuere este una e~~g:ación de oeste a este les habría permitido conocer y adoptar?
último detalle, la transformación tacana del oso hormiguero hembra, que concibe El análisis estructural no resuelve estos problemas. Tiene al menos el
por sus propios medios, en un macho capaz de concebir y dar a luz, muestra por mérito de plantearlos, y aun de sugerir que una solución es más vero-
cierto que estos indios afectan a los sexos un coeficiente de equivalencia que símil que la otra, ya que la comparación en el plano formal que hemos
los vuelve conmutables en los dos sentidos con la misma facilidad.
No hemos encontrado la creencia en el oso hormiguero unisexuado entre los
Toba, pero está indirectamente atestiguada por el hecho de que aun hoy en día del gran oso hormiguero, persuadidos de que este animal vive como solitario y su
estos indios dirigen por otro rumbo sus batidas cuando topan con los excrementos presencia excluye la de todos los demás animales {Susnik , pp. 41-42).
298 AGOSTO EN CUARESMA

hecho de un episodio de M 3 0 3 y del episodio correspondiente de MI.


MrM¡ 2, nos ha conducido a pensar que el mito tacana podía derivar de
los mitos bororo-ge, peto que la hipótesis inversa chocaría con enormes
dificultades. En este caso, el ideal de educación mixta de los Tacana
podría proceder de un esfuerzo por adaptar una tradición oriental de
iniciación masculina a una tradición occidental que pusiera el acento
sobre todo en la educación de las chicas. Este esfuerzo habría llevado al
reajuste - 3 fin de integrarlos en un sistema global- de mitos otrora
ligados a una ti otra tradición, pero cuyo carácter de transformación
recíproca atestigua que ellos mismos ya se habían diferenciado a partir
de un fondo más antiguo.
CUARTA PARTE

LOS INSTRUMENTOS DE LAS TlNIEl:lLAS

Nunc age, naturas apibus quas Iuppiter ipse


addidit expediam, pro qua mercede canoros
Curetum sonitus crepitantiaque aera secutae
Dictaeo caeli regem pauere sub antro. *

Virgilio, Geórgicas, IV, vv. 149-152

* Ahora, pues, qué natura a las abejas Júpiter mismo I añadió, explicaré, por
merced de qué, los canoros I sones de los Curetes siguiendo, y sus bronces vibran-
tes, I alimentaron al rey del cielo en el antro Dictec. [Traducción de Ruhén Boni-
faz Nuño.]
EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR

LAS CONSIDERACIONES generales que preceden no deben hacer per-


301 der de vista el problema que nos ha llevado hacia el mito tereno del
I. El escándalo V el hedor
11. La armonía de las esferas 352 desanidador de pájaros (M 2 4) Y que nos ha empujado a aproximarlo a
los mitos tacana del mismo tema (M300~303)' Se trataba de comprender,
en estos mitos, la recurrencia de un "llamado golpeado", en otras partes
dirigido al tapir, animal seductor, y ahora a la miel, alimento igualmente
seductor, transformado entre los Tacana (pero sin que el nexo deje de
ser perceptible) en un animal devorador, la serpiente-guacamayo. Si se
desease una comparación, exterior a la mitología tacana, para confirmar
la unidad del grupo, la suministraría de sobra el mito tereno que com-
bina los tres términos: miel, serpiente, guacamayo, para llegar a la no-
ción de una miel destructora (por adición de carne de serpiente) que
provoca la transformación de la consumidora en jaguar devorador -pre-
cisamente de guacamayos o de loros- y también de hombres, cuando
que en el mito tacana el hombre está en posición de comedor (desanida-
dar de huevos) de guacamayos.
Este mito tereno, en el cual la miel elevada a potencia negativa por
adición de carne de serpiente desempeña el papel de medio, se propone
explicar el origen del tabaco, el cual está más allá de la miel como la
sangre menstrual (que emplea la mujer para envenenar al marido) está
más acá. Acerca del sistema polar constituido por el tabaco y la miel
hemos dado ya numerosas indicaciones, y volveremos más adelante. En
cuanto a la oposición de la miel y la sangre menstrual, también la hemos
encontrado en mitos que atribuyen valores variables a la relación entre
los dos términos: estos valores pueden acercarse cuando el amo de la
miel es un personaje masculino, que no siente asco hacia una joven
indispuesta (:\12 3S); se invierten, sin dejar de estar alejados entre ellos, al
término de la serie de transformaciones que nos ha conducido del perso-
naje de la chica loca por la miel (o por su cuerpo) al jaguar casto, pero
loco por la sangre menstrual (M 2 7 J)'
301
EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 303
302 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS

cuyo lenguaje es clasificado actualmente con el de los Tucano, más


Aparece otro nexo entre el mito tereno y un grupo de mitos tac~~a
septentrionales:
que hemos traído a cuento varias veces .(M19~-197)' En M197,.las hijas
del irára ("melero", animal amo de la miel] alimentan a sus mandos con,
una cerveza a la que hanmezcla<.lo sus excrement~s; se co~portan asr M 3 •1 4 • Tukuna: la familia convertida en jaguares.
como envenenadoras de sus maridos, como la heroma del ~lto te:en? Un hombre de edad y su mujer partieron con otros hombres
Cuando hubo descubierto las maniobras criminales de su mujer, el mdi? hacia no se sabe dónde, acaso el otro mundo. El viejo enseñó a sus
tereno partió a buscar miel, instrumento de s~ venganz,,:, y entrechoco compañeros a disparar una flecha a un tronco de /tururi/. No bien
las sandalias para hallarla más fácilmente. P~recldamen~e informados, los tocado el árbol, se desprendía de abajo arriba una tira de corteza.
maridos tacana dieron una felpa a sus mUJeres, y asr sonaron -pung, Cada cual elegía un pedazo de corteza y lo martilleaba para agran-
pung, pung... - los tamborcillos de madera que habían colgado a la darlo, le pintaba motas negras que imitaban las del jaguar, y se lo
espalda de sus esposas (M] 96).1 Advertido por el ruido, y para sustraer ~ ponía. Transformados así en jaguares, los cazadores recorrían el
las mujeres a estos malos tratos, su padre las transformo en guacamayos. bosque matando y devorando indios. Pero otros descubrieron su
secreto y resolvieron exterminarlos. Mataron al viejo cuando los
consecuencia de la atacaba, disfrazado de jaguar. La esposa les oyó pronunciar el
veneno: llamado golpeado: venganza: nombre del matador: lo persiguió con apariencia de jaguar y lo
hizo pedazos.
M2 4 : sangre menstrual causa (del medio) de mujer convertida en El hijo de la vieja tenía dos chicos. Un día ésta acampano a su
venganza [jaguar] comedor de hijo y a otros cazadores hasta un sitio donde crecían /envieira/,
guacamayos; árboles que dan un fruto de que se alimentan los tucanes. Cada
cazador eligió un árbol y se subió a él para matar los pájaros con
M197: excrementos resultado (del medio) mujeres convertidas en cerbatana. De súbito irrumpió la vieja' con apariencia de jaguar y
de venganza guacamayos; devoró los pájaros muertos caídos al pie del árbol en que estaba
instalado su hijo. Cuando hubo partido, el hombre bajó a recoger
Existe una relación más directa entre la sangre menstrual, el excre- los pájaros que restaban. Quiso en seguida volver a subir al árbol,
mento y la miel. En M 2 4 , el marido administra a su mujer .m.iel envene- pero se clavó una espina en el pie y se agachó para arrancársela.
nada, a cambio -c-por decirlo asf-. de la sangre menstrual recibida de ella; En aquel momento la vieja le saltó a la nuca y lo mató. Le arrancó
en M I 9 7 la cocinera intercambia (consigo misma) los excreme.ntos qu~ el hígado, lo envolvió en hojas y se lo llevó a sus nietos preten-
mezcla con la cerveza. en vez de la miel que normalmente hubiera debi- diendo que se trataba de hongos arborícolas. Pero los niños, des-
confiados ante la ausencia de su padre, inspeccionaron la marmita
do emplear. y reconocieron un hígado humano. Siguieron a su abuela a la selva
Por consiguiente, y por oscuro que siga siendo el episodio del "lla-
y vieron cómo se volv ía jaguar y devoraba el cadáver de su padre.
mado golpeado", su presencia en el mito tereno, corroborada por otros Uno de los chicos le ensartó a la ogresa por el ano una lanza con
mitos, no parece explicable por causas particulares o fortuit~s. Tampoco punta de diente de cerdo salvaje. Ella escapó y los niños inhuma-
es posible invocar algún vestigio de un uso técnico (hacer ~Uldo para que ron los restos de su padre en una madriguera de armadillo.
se aleje el enjambre) o mágico (anticipar, imitando su ruido , los hacha- Volvían ya a la cabaña cuando apareció la vieja gimiendo. Como
zos del buscador de miel cuando ya ha localizado el enjambre), ya que ellos hicieron que se inquietaban, les explicó que se hah ía herido
estas interpretaciones. desprovistas de fundamento etnográfico, ser~an al caer sobre un tocón en la plantación. Pero los nietos exami-
inaplicables al "llamado golpeado" tal como lo hemos hallado descrito naron la herida y reconocieron la lanzada. Encendieron una gran
entre los Tacana, en un contexto mítico transformado. hoguera detrás de la cabaña y se procuraron un tronco hueco de
árbol /ambaúva/, uno de cuyos extremos hendieron longitudinal-
Si el gesto de un buscador de miel que golpe.a una c~ntra .t~ ot;a ~us mente, de suerte que las dos lenguas de madera golpeasen una
sandalias no es reducible a causas accidentales, ru a una mtencton tecmca contra otra vibrando al arrojar por tierra el tronco. Causaron así
o mágica directamente relacionada con ~u búsqueda, dqué puesto le .toc~ tal estruendo que la vieja salió de la cabaña, furiosa por aquel rui-
en el mito, pues, al empleo de un medio Improvisado para hacer ruido i do cerca de una enferma. En el acto la cogieron y la arrojaron a la
Para tratar de resolver este problema, que no sólo atañe a un detalle en hoguera, donde se quemó viva (Nim. 13, pp. 147-148).
apariencia ínfimo de un mito muy corto, sino que detrás de él se perfila
toda la teoría de los llamados y. más allá, el sistema entero de los instru- Antes de analizar este mito daremos algunas luces de orden botánico y
mentas de música, vamos a presentar dos mitos de los indios Tukuna, etnográfico. Trae 1\1.104 a colación tres tipos de árboles: /turmi/, lenviei-
que viven a orillas del río Solimóes entre 67 y 70 0 de longitud O. y ve], /ambaúva/. El primer nombre, al cual no corresponde ninguna espe-
cie bien definida, designa "varias especies de Ficus y de artocarpos"
1 Los Kalinu de la Cuavana también utilizan la piel del irára para tambores
(Spruce, 1, p. 2H); se u tiliz a la parte interna de su corteza para hacer
pequeños (Ahlbrinck, arto "aira").
304 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 305

vestidos y receptáculos. /Envieira/ (envira, embira] designa sin duda Xilo-


pia de corteza fibrosa, que sirven para confeccionar amarras, ligaduras y
bandoleras, y que dan granos aromáticos que los tucanes aprecian, dice
el mito, y que los Kalina de la Guayana ensartan en collares {Ahlbrinck, tucanes, muertos.
art. "eneka", 4, § e). El fambaúvaf o /embaúba/. literalmente "no ár-
devora los pájaros,
bol" (Stradelli 1, art. "embayua"}, o como dirían los silvicultores france- pájaros,
guacamayos caídos
ses, [au x-bois, es una Cecropia. El nombre tupí cubre varias especies, de
las cuales la más citada en la bibliografía es Cecropía peltata, árbol para o loros, vivos.
tambor (Whiffen, p. 134, n. 3; 141, n. 5), así llamado porque su tronco
naturalmente hueco se presta para la confección de dicho instrumento, y
también de bastones de llevar el ritmo y de trompas (Roth 2, p. 465).
Finalmente, la corteza fibrosa de las Cecropia proporciona cuerdas resis-
tentes (Stradelli, loe. cit.).
El mito introduce pues una tríada de árboles, utilizados todos en la
confección de vestidos y de utensilios de corteza, y uno de los cuales
La mujer mata al hombre,
lleva
~

?
el/ligado a sus nietos

la cabeza a sus hIJOS


!que reconocen 'u origen.

suministra materia, naturalmente elaborada, para varios instrumentos


musicales. Ahora, los Tukuna, que hacen la caja de sus tambores (de
piel) con madera de embaúba (Nim. 13, p. 43), asocian estrechamente la
música y las máscaras de corteza batida, que desempeñan gran papel en
sus fiestas y cuyo arte han llevado al máximo grado. Se sospechará ya
que M 3 0 4 plantea un problema particular (pero que por el momento
r~M22
M
30 4

-24:
: ( La mujer-jaguar es destruida por el fuego.
~
permanece oscuro) a propósito de la preparación de las máscaras y de
los vestidos de corteza. Este aspecto resultará aún más ostensible cuando
se recuerde que al final de las fiestas los visitantes disfrazados con pren-
das de corteza de /tururi/ y franjas de /tururi/ o de /envira/ (envieira] P~ra interpretar correctamente el episodio de M 3 0 4 en que el héroe,
que Caen casi hasta el suelo, las abandonaban a sus huéspedes, que ~endo en el pie por una espina, sucumbe al ataque del jaguar mientras
correspondían con presentes de carne ahumada (Nim. 13, p. 84). Ahora mtent~ extraer la causa de su mal, se recordará que M 2 4 6 , que participa
bien, en el mito también el hecho de llevar un vestido de corteza, que ?el mismo grupo que M 2 2 -2 4, hace que perezca la ogresa, mudada en
convierte al cazador en jaguar, lo pone en condiciones de adquirir car- Jaguar, en un tronco erizado de lanzas como espinas (re transformadas
ne: humana, sí, y no animal; mas la corteza, material del vestido, parti- por lo demás en espinas en M 2 4 1 , as i como la ogresa de M2 4 sucumbe
cipa asimismo de una categoría excepcional en su género, por haber sido por haber in~erido mi~l picante y que provoca picores). Se notará igual-
obtenida por un medio mágico: "cazada", no arrancada al árbol, y se mente que SI la hero ina de M 2 4 envenena a su marido con su sangre
presenta en el acto como largas cintas en vez de tener que ser arrancada menstrual, la de M 3 0 4 lleva a sus nietos el hígado del padre, es decir un
laboriosamente del tronco (Nim. 13, p. 81). órgano que los indios sudamericanos creen formado de sangre coagulada
Teniendo en cuenta el alejamiento geográfico, la regularidad de las y que, en las mujeres, sirve de depósito de la sangre menstrual.
transformaciones que permiten pasar del mito tukuna a los mitos del Una interpretación satisfactoria de las demás transformaciones pediría
Chaco (M 2 2 - 2 4 ) sobre el origen del jaguar y del tabaco es harto impre- la elucid~ció~ previa de la posición semántica de los tucanes. La empresa
sionante: se anuncia dificultosa, ya que estas aves figuran bastante poco en los
mitos. No haremos más que esbozar una hipótesis, sin pretender estable-
cerla definitivamente.
Un, madre I mudada en jaguar y cuyo
~ hIJO
¡ ha trepado
Recib:n el nombre de tucán varias especies del género Rhamphastos
caracterizadas por enorme pico, pero muy ligero merced a su contextura

Una esposa , I marido


, a un árbol, porosa debajo de un tegumento córneo. Estos pájaros saltan de rama en
rama más que vuelan. Su plumaje es casi del todo negro, excepto una
muceta de color vivo y muy buscada con fines ornamentales. Y no sólo
por los indios, puesto que el manto de corte del emperador Pedro 11 de
Brasil, que aún puede ser admirado en el museo de Río de J aneiro,
estaba hecho de plumas amarillas y sedosas de tucán.
306 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS
EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 307

daderas no existen en América del Sur). Las indicaciones precedentes


sugieren que entre estos dos términos polares el tucán ocupa una posi-
ción intermedia: sabe ser carnívoro como las rapaces y lleva en parte del
cuerpo plumas tan brillantes como las de los lor05. 2 Pero es evidentemente
la oposición menor entre guacamayos y tucanes la que ha de retener nues-
tra atención, ya que interviene sola en el conjunto m itico que estamos
considerando. Desde este punto de vista, la predilección del tucán por
los granos aromáticos de /envieira/ parece desempeñar en M 3 0 4 el papel
de rasgo pertinente.
En efecto, uno de los mitos sobre el origen de la miel, examinados al
principio de este libro, sacaba a escena a un indio sitiado también por
jaguares cuando desanidaba guacamayos, comedores de flores de dulce
néctar (M I 8 9 ) . Ahora bien, conocemos un mito en que el tucán desem-
peña un papel de primer plano, seguramente después de recibir un pico
desmesurado como castigo de su glotonería (Métraux 2, p. 178 y n. 1).
En este mito (M 3 o 5 b) un buscador de miel consigue, gracias a los con-
sejos del tucán, matar (encendiéndole fuego en la nuca) al demiurgo
Añatunpa que daba al ogro Dyori todos los buscadores de miel, para que
se los comiera (Nordenskióld 1, p. 286). De modo que si M188-189
convierten los jaguares en buscadores de miel, M 3 o s b muda un buscador
de miel en jaguar (que, también él, ataca a sus adversarios por la nuca).
Al mismo tiempo, guacamayos perseguidos se cambian en tucán auxilia-
dar, transformación de la cual tal vez dieran la clave las asociaciones
respectivas del guacamayo a un alimento dulce, del tucán a un alimento
especiado. Todos los términos de M 3 0 4 reproducirían así los de M22-24
dándoles una expresión más marcada.
Estas reflexiones no ofrecerian el menor interés si no contribuyeran a
alumbrar otros aspectos. En la tabla de las pp. 304-5 no hemos establecido
paralelismo más que entre las partes centrales de los mitos, dejando de
lado el comienzo de M 3 ü 4 , consagrado al origen del poder de transfor-
mación en jaguar, y el final de M23~24 (M 2 2 no contiene este episodio),
dedicado al origen del tabaco. Sin embargo, en estos últimos mitos el
tabaco nace del jaguar, como en M 3 ü 4 el jaguar nace, en cierto modo,
de la invención de los vestidos de corteza. Llevar vestidos de corteza y
Fig. 16. Tucanes. Dibujo de Valette. (Según Crevaux,loc. cit., p. 82.) absorber tabaco sirven como medios para entrar en comunicación con el
mundo sobrenatural. El abuso de uno de los medios provoca la muerte
Este empleo ornamental de las plumas incita a acercar el tucán al loro de una mujer en una pira en M 3 o 4' La muerte de una mujer en una
y al guacamayo, a los cuales su régimen alimenticio lo opone parcial-
mente. En tanto que las psitaciformes son frugívoras, el tucán es omní- 2 En apoyo de esto citaremos un pasaje del mito vapi diana sobre el origen de la
voro y consume indiferentemente frutos, granos y alimañas, así roedores muerte (M]Osa)' El tucán era el ave familiar del demiurgo, y cuando murió el hijo
y también pájaros. M;Hl4 trae a cuento un gusto particular del tucán por de su amo, lloró lanlo que se destiñó; "Si desde hace tantos años la pena no le
los granos aromáticos que hay que confrontar con su nombre alemán, hubiera arrancado raudales de lágrimas, sus vivos colores anaranjado, negro, rojo y
Pfefferfresser, "comedor de pimienta", menos sorprendente de lo que verde no se habrían perdido en gran medida. Y alrededor de los ojos tendría algo
más que un anillo azul pálido, ancho como la una del menique" (Ogilvie, p. 69).
Ihering (art. "tucano"} se inclina a juzgar, visto que Thevet (t. JI, p.
Por lo que hace al plumaje, el tucán hace de esta suerte papel de loro decolorado.
939a, b] hace del tucán un "come-pimienta" propagador del chile por
En la Guayana el pequeño tucán parece ser objeto de una prohibición compa-
las semillas que contienen sus deyecciones. rable a la que afecta a la carne de zarigüeya entre los Ge (Ce, p. 171): quien
Hasta el presente hemos encontrado siempre una oposrcron mayor, en consumiera la carne de este pájaro, dicen [os Kalina, moriría "aún en belleza' o,
el registro de los pájaros, entre psitaciformes y aquilinas (las águilas ver- como diríamos nosotros, en la flor de [a edad (Ahlbrinck, art. "kuyakén").
EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 309
308 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS
topeya, y la comparación de la voz de este pájara con un silbido (Ihe-
pira provoca en M2 3 -2 4 la aparición del otro medio, mas, según M 2 4 ring, art. "Ireré"} no la aproxima para nada a una serie de batimientos
(d. también M 2 7)' primero en forma de abuso: los primeros detenta- secos.
dores del tabaco pretendían fumar solos, es decir sin compartir con los Vacilamos también acerca del puesto y el papel del /parabára/ en el
otros, o sin tratar de comunicarse con los Espíritus. . ritual bororo. Según Colbacchini (2, pp. 99-100; 3, pp. 140·141) estos
Si el humo del tabaco dirige una cortés invitación a los Espíritus instrumentos, hechos de pértigas de bambú hendidas longitudinalmente a
bienhechores, es -cexplica otro mito tukuna (M 3 1 8) que examinaremos lo largo de SO a 50 cm y que producen cuan~o se agitan ~onidos ,de
más lejos- gracias al humo asfixiante de chile como los hombres exter- alturas diferentes, segun la entalladura llegue mas o .menos leJ~s, ser-ian
minaron un pueblo de Espíritus maléficos y caníbales y pudieron inspec- utilizados en la ceremonia de investidura del nuevo Jefe, que siempre se
cionarlos a sus anchas. Las prendas de corteza que desde entonces se efectúa en ocasión de ritos funerarios. El nuevo jefe encarna el héroe
fabrican están inspiradas en su apariencia y permiten encarnarlos. De Parabára inventor de los instrumentos del mismo nombre, y se sienta en
hecho, la ceremonia de iniciación de las muchachas, en la cual los visi- la sepultura mientras los danzantes de uno y otro sexo hacen corro a su
tantes se disfrazan y fingen atacar y-destruir las cabañas de sus huéspe- alrededor sacudiendo los bambúes que al fin depositan sobre la tumba.
des, simboliza un combate librado por los humanos para proteger a la El /parab~ra/ figura entre los presentes ofrecidos al nuevo jef~ (que siem-
chica púber de los Espíritus que la amenazan durante este periodo crí- pre procede de la mitad Cera) por los miembros de la mitad alterna,
tico de su vida (Nim. 13, pp. 74, 89). Se ve pues por qué camino es Tugaré.
posible restablecer completa correspondencia entre el mito tukuna La Enciclopedia Bororo precisa que la celebración del rito de los /para-
M 3 o 4 Y los mitos del Chaco sobre el origen del tabaco. El humo de bára/ es un privilegio del clan apiboré de la mitad Tugaré. Los oficiantes,
chile es lo contrario del humo de tabaco, pero como fue, por decirlo así, que personifican a los Espíritus /parabára/, penetran en el pueblo por el
cambiado a los Espíritus sobrenaturales por los vestidos de corteza oeste teniendo cada uno a dos manas una pértiga de bambú hendida; se
(obtenidos gracias a la administración de aquél), representa también su dirigen hacia la sepultura, a la cual dan varias vueltas, y se sientan mien-
inversa, y el uso m ístico de los vestidos de corteza está as í, ideológica- tras el jefe del ritual, llamado Parabára Eimejera (y no un jefe d~ pue-
mente hablando, del mismo lado que el uso del tabaco. blo en trance de ser entronizado, como indicaban las fuentes anteriores],
Queda la recurrencia, menos sorprendente de lo que parecería a pri- anuncia su llegada a los miembros de las dos mitades, acompañado por
mera vista, de un objeto ruidoso tipo "batidor" en M 2 4 y M 3 0 4 . El el crepitar de los bambúes. Cuando ha acabado, los oficiantes depositan
instrumento ruidoso de M 2 4 es un artefacto cualquiera que sirve para los bambúes sobre la tumba y se van (E. B., vol. 1, art , "aroe-etawu-
encontrar miel, instrumento de los sucesivos avatares de la ogresa que jedu", p. 159). . ' .
conduyen con la destrucción de ésta en la hoguera. En M 3 0 4 , conduce Como la Enciclopédia no menciona los /parabara/ a proposrto de la
directamente a la ogresa a la hoguera misma. Pero esta vez es un instru- investidura de los jefes, es probable que en virtud de la concomitancia
mento verdadero, aunque carezca de equivalente en la organología tuku- obligatoria de dicho ritual con una ceremonia funeraria los salesia~os
na -que es, no obstante, una de las más ricas de la América tropical-.-, y empezaran por creer que había que asociar al uno lo que correspondía a
que es de un tipo tan raro en esta región del mundo que la obra clásica la otra. Una ceremonia funeraria, sin acompañamiento de investidura, ha
de Izikowitz no cita (pp. 8·9), bajo la rúbrica de clappers -"pedazos de sido observada y fotografiada en u11 pueblo del río Sao Lourenco (dis-
madera golpeados uno contra otro" -', más que dos referencias, una de tinto de aquel en que residimos hace treinta años, pero de la misma
las cuales es dudosa y la otra se refiere a la imitación de la voz de un región, lejos de la controlada por las misiones). Unos quince días des-
pájaro. Parece, pues, que el mito tukuna ha concebido un instrumento pués de la inhumación provisional en la plaza central del pueblo, danzan-
imaginario, cuya fabricación describe cuidadosamente.:' tes ataviados, que personifican seres míticos, revisan el cadáver para. ver
Con todo, el instrumento existe, si no entre los Tukuna al menos entre si está bastante adelantada la descomposición de las carnes. Repetidas
los Bororo, que le dan exactamente igual forma, salvo que lo hacen de veces su conclusión es negativa, según es necesario para que las ceremo-
bambú y no con el tronco hueco de /embaúba/. En lengua bororo el nias sigan su curso. Uno de estos personajes, untado el cuerpo de arcilla
instrumento se llama /parabára/, término que designa también una espe- blanca da vueltas corriendo a la tumba, de la cual intenta sacar el alma
cie de menuda oca silvestre, a causa -dice la E. B. (vol. 1, pp. del muerto llamándolo. Mientras tanto otros hombres agitan pértigas de
857-858)- del parecido entre la voz de este pájara y el batir de los bambú hendidas y emiten batimientos secos (Kozak, p. 45 ).4
bambúes. La explicación no es convincente, pues se interpreta también
el nombre vernáculo de Dendrocygna viaduta, /irere!, como una onoma- 4 Como los Bororo , varios pueblos del sur de California tienen un ritual funer~io
extremamente complejo, destinado a impedir al muerto retornar en.tre. !os VIVOS.
3 Un artefacto del mismo tipo, pero usado para tirar piedras, ha sido señalado, IIay dos danzas, llamadas respectivamente 'giratoria" y "para la extmcron d~ los
no obstante, entre los Tukuna, los Aparai, los Toba y los Sherenté (Nim. 13, p. fuegos". En el curso de esta última, los chamancs ahogan los fuegos con pies y
123 Y n. 23).
310 LOS INSTRU'vIENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 311

Es probable que este danzante untado de lodo personifique al /aigé/, Es golpeando con el pie como los Uitoto creen establecer contacto con
monstruo acuático de aspecto aterrador y del cual los rombos imitan el los antepasados ctónicos que suben a flor de tierra para contemplar las
grito. Si su proceder tiene por objeto, como sugiere nuestra fuente, irtvi- fiestas dadas en su honor y que las celebran, ellos, con "verdaderas"
tar al alma del muerto a salir de la tumba, y así del pueblo, para seguir palabras, en tanto que los hombres hablan por medio de instrumentos
a los seres míticos al más allá, el batir de los /parabára/ podría apresurar musicales (Preuss 1, p. 126). Un mito matako (M 3 0 6 ) cuenta que des-
o saludar esta disyunción que es también (según el punto de vista que se pués del incendio que devastó la tierra, un pajarillo Itapiatsonl batió su
adopte) una conjunción. No intentaremos ir más lejos en la interpreta- tambor cerca del tocón quemado de un árbol zapallo (Cucurbita sp.),
ción del ritual boro ro antes de la publicación del segundo volumen de la como hacen los indios cuando madura la algarroba (Prosopü sp.). El
Enciclopedia que incluirá tal vez el mito, inédito todavía, sobre el origen tronco echó a crecer y se convirtió en bello árbol cubierto de hojas que
del /parabára/. Notemos nada más que, de acuerdo con una información con su sombra protegió a la nueva humanidad {Métraux 3, p. 10; 5, p.
proporcionada a Nordcnskióld, los Yanaigua de Bolivia utilizaban un 35).
instrumento de tipo batidor en ciertas ceremonias (Izikowitz, p. 8). Los Este mito nos aproxima singularmente a M2 4 , en el cual el entrechocar
Tereno del sur de Mato Grosso tienen también una danza con entre- de las sandalias ten ía por objeto también acelerar la conjunción del
chocar de bastones, que en portugués se llama bate pau, pero se ignora héroe y otro "fruto" silvestre: la miel. En la mitología tacana otro pája-
su significación (Altenfelder Silva, pp. 367-:169). Igualmente llamada ro -el carpintero-e, que sabemos amo de la miel, tamborilea con el pico
bate pau por los paisanos vecinos, una fiesta de los Kayapó-Gorotire en la olla de barro de una mujer para guiar al marido extraviado (M 3 o 7;
denominada /men uémóroy ha sido observada recientemente. Dispuestos Hissink-Hahn, pp. 72-74; cf. también Uitoto en Preuss 1, pp. 304-314).
en fila por parejas, los jóvenes giran en círculo y golpean uno contra En M194-195 incumbe el mismo papel conjuntador al carpintero. ya sea
otro bastones de 50 cm de longitud, aproximadamente. La danza dura que conduzca a un marido hacia su mujer o que ayude a los hermanos
toda la noche y termina con acoplamientos con una mujer muy joven, divinos a retornar al mundo sobrenatural. Sería interesante comparar
"ama de la fiesta", heredera de este oficio por línea paterna, por las más de cerca la función conjuntadora del tamborileo en M 3 0 7 con la que
mujeres: lo recibe, así, de una hermana de padre y lo trasmitirá a una cumple, en el mito de origen de los Guaraní meridionales (M 3 0 8 ) , el
hija de hermano. Cae por su peso que tal mujer no puede ya pretender crepitar de las simientes que estallan en la lumbre y cuya fuerza explo-
ser virgen. Según la costumbre kayapó, no tiene por tanto derecho más siva basta para conducir al menor de los hermanos divinos al otro lado
que a un matrimonio de segunda clase. No obstante, el rito del bate pau del agua, donde está ya el mayor (Cadogan 4. p. 79; Barba, p. 67). Nos
interviene en ocasión de estos matrimonios raros y buscados en que la contentaremos con señalar el problema y la triple inversión del mismo
desposada, impúber aún, es oficialmente virgen (Diniz, pp- 26-27). Pudie- motivo entre los Bororo (M 4 6): hermanos cegados por el ruidoso esta-
ra ser que los Guaraní meridionales hayan empleado el mismo tipo de llido de la osamenta de su abuela arrojada al fuego, y que recuperan la
artefactos ruidosos en sus ritos, pues los Mbya describen una importante vista en el agua (disy./conj.; animal/vegetal; en el agua/sobre el agua;
divinidad que lleva en cada mano un bastón que agita y golpea contra el variante kalapalo, M 4 7 : los dos hermanos son respectivamente el sol y la
otro. Schaden (5, pp. 19] -192), que trae esta información, sugiere que luna, y el segundo, luego que le arrancó la nariz uno de los huesos de su
estos dos bastones cruzados tal vez sean origen de la famosa cruz gua- abuela proyectado desde el fuego donde "bailaban haciendo tic-tic",
raní, que impresionó tan vivamente la imaginación de los antiguos misio- decide subir al cielo; cf. CC, pp. 127, 173). Un estudio completo de este
neros. motivo debería recurrir a las versiones norteamericanas, así el mito zuñi
del ritual de invierno, en que los hombres adquieren la caza arrebatada
manos, y en las dos danzas entrechocan bastones (Waterman, pp. 309, 327·328 Y
por los cuervos, gracias al ruidoso estallido de un puñado de sal echado
láms. 26, 27; Spicr J, pp. 321-322). al fuego (M 3 0 9 ; Bunzcl, p. 928)5
Ahora bien, sin duda alguna California es la tierra de elección de los instrumentos Con formas muy diversas, de esta suerte, una serie de ruidos discon-
de tipo fparabáraf, que se encuentran desde tos Yokut al sur hasta los Klamath tinuos, como los engendrados por el tamborileo. el entrechocar de
que viven en el estarlo de Oregón (Spier 2, p. 89). Con los nombres de ctap raulc pedazos de madera, el crepitar en el fuego, o el batir de pértigas hendi-
o de split rattlc, dados por los etnólogos estadounidenses, su presencia está atesti- das, desempeña un oscuro papel en el ritual y en las representaciones
guada también entre [os Pomo (Loeh, p. 189), Los Yuki y los Maidu [Kroebe r , pp- míticas. Los Tukuna, un mito de los cuales nos ha puesto en la pista del
149,419 Y Iám. 67). Los Nomlaki (Goldschmidt, pp. 367-368) lo hacen de saúco, /parabára/ bororo, aunque ellos ignoren dicho instrumento, utilizan al
verdadero bambú de las regiones templadas. Kroeber (pp. 823, 862) declara este menos en una ocasión bastones que entrechocan. Sabida es la importan-
instrumento típico de la California central, donde habría sido sólo utilizado para
las danzas, pero jamás para los ritos de pubertad y las ceremonias de los chamancs, s Los Timbirá tienen una danza acompañada de batir de palmas para apartar los
Entre los Klamath, que lo habrían adquirido de las tribus del río Pit , más al sur, su parásitos de las cosechas (Nim. 8, p. 62). Las mujeres pawnee del alto Mlssourl
empleo esrarfa limitado a la GILOsl dance, culto mesiánico aparecido alrededor de batían ruidosamente el agua con los pies en ocasión de la plantación y recolección
1870 [Spicr 2, loco ól.). de los frijoles [weltfish , p. 248).
312 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 313

cia extrema que estos indios prestan a los ritos de pubertad de las en el mito, donde corresponde al tronco hueco hendido de M 3 04: el
muchachas. Ahora bien, en cuanto una percibe los signos de su primera bastón de ritmo /ba:'/ma/, reservado al clan del jaguar y tal vez a algu-
menstruacion se despoja de todos sus adornos, los cuelga en los postes nos otros, es una larga pértiga de bambú (Gadua superba) que mide has-
de la cabaña, que se vean bien, y va a esconderse en las matas cercanas. ta 3 metros. El extremo superior lleva una entalladura de unos 30 cm,
Cuando llega la madre, ve los adornos, comprende lo que ha pasado y que representa una boca de caimán, con dientes o desdentado según el
sale a buscar a su hija. Ésta responde a los llamados golpeando entre sí instrumento se llame "macho" o "hembra". Debajo de la boca se ve una
dos trozos de madera seca. La madre se apresura entonces a levantar un mascarita de demonio; el bambú lleva en su longitud cascabeles y ador-
tabique alrededor de la yacija de la muchacha, y allí la conduce cuando nos de plumas de halcón. Estos instrumentos van siempre en pares, un
ha caído la noche. A partir de este momento, y por dos o tres meses, la macho y una hembra. Los ejecutantes se ponen cara a cara y golpean el
chica quedará recluida, sin dejarse ver ni oír, como no sea por su madre suelo oblicuamente cruzando sus bambúes. Como no han sido eliminados
y su tía paterna (Nim. 13, pp. 73-75). los tabiques internos, la sonoridad no pasa de ser débil (Nim. 13, p.
Este retorno a los Tukuna da ocasión propicia para presentar un mito, 45)~
sin conocimiento del cual no puede ser discutido más a fondo M 30 4: Hemos reunido anteriormente en un solo grupo los mitos tembé-tene-
tehara sobre el origen (de la fiesta) de la miel (M188-189), los mitos del
M 3 10. Tukuna: el jaguar devorador de niños. Chaco acerca del origen del tabaco (M2 3 -24 , M246), Y el mito sobre el
origen de las prendas de corteza (M304 que invierte el verdadero mito
Hacía mucho tiempo que el jaguar Peti mataba niños. Cuanta vez de origen, como se verá más tarde). Esta operación resultaba de una tri-
oía llorar a un niño que los padres habían dejado solo, la fiera pIe transformación:
adoptaba la apariencia de la madre, se llevaba al pequeño y le
decía: - [Pega la nariz a mi ano! Mataba entonces a su víctima
con una emisión de gases intestinales y entonces se la comía. El a) jaguares: pacíficos => agresivos;
demiurgo Dyai decidió adoptar la forma de un niño. Provisto de su b) pájaros: guacamayos, loros, cotorras => tucanes;
honda, se puso a la vera de un sendero y lloró. Apareció Peti, se lo e) alimento de los pájaros: flores dulces => semillas aromáticas.
puso en el lomo y le mandó que pusiera la nariz en su ano, pero
Dyai tuvo cuidado de volverse. Por mucho que el jaguar peía, no
lograba nada. Cada vez corría mas de prisa. Se encontró con gente La relación de transformación que pronto vamos a observar entre M 3ü 4
que le preguntaba dónde llevaba a "nuestro padre" (el demiurgo). y M31 o permite, sin esperar más, reforzar el nexo que une los mitos del
Comprendiendo entonces quién era, Peti rogó a Dyai que se bajara, Chaco y los mitos tukuna. Pues si, como está claro ya, el instrumento de
pero éste no quiso. La fiera reanudó su carrera y, cruzando una música de M 3 1 o transforma el de M 30 4 , remiten juntos al tronco hueco
gruta, penetró en el otro mundo, sin dejar de rogarle a Dyai que se (transformado en fosa abierta en M24) que, en M 23 , M 2 4 6 , sirve de
fuera. refugio a las víctimas del jaguar caníbal y causa la pérdida de éste, o sea
Por orden del demiurgo, el jaguar retornó al lugar de su encuen- la transformación:
tro. Había allí un árbol /muirapiranga/ con un agujero de paredes
muy lisas en el tronco. Dyai introdujo las patas delanteras del
jaguar y las amarró firmemente. Con las garras, que salían por el M 23, M 246 (árbol hueco) =>M304 (tronco hendido) =>M 3 1 o (bambú hueco)
otro lado, la fiera empuñó su bastón de danza, un bambú hueco, y
se puso a cantar. Llamó al murciélago para que acudiera a lim-
piarle el trasero. Otros demonios, miembros también del dan del Este grupo de transformaciones es homogéneo por lo que concierne a
jaguar, acudieron a su vez y le dieron de comer. Hoy día aún se los instrumentos de música: el tronco hendido y el bambú hueco son
oye a veces el escándalo que hacen en el lugar llamado Inaimeki/, uno y otro artefactos ruidosos y hemos verificado independientemente
en una parcela de bosque secundario próxima a una antigua planta-
que, en los mitos del Chaco, existe una homolog ia entre el tronco vacia-
ción... (Ním. 13, p. 132).
6 Muy débil debe de ser también el ruido, comparado con un "sordo rumor",
con que los Bororo, dando en el sucio con esteras enrolladas, anuncian la partida
A la triada botánica de M J 0 4 este mito añade otro árbol, el cuarto, el
de los monstruos acuáticos jaigé/, a fin de que mujeres y niños puedan salir impu-
/muirapiranga/ o /myra-piranga/, lit. "madera roja". Este árbol, de la
nemente de las cabañas donde estaban escondidos. Se advertirá que los actores que
familia de las leguminosas y del género Caesalpina, no es otro que el representan el jaigéj tratan de empujar a los muchachos, sostenidos por el padrino
famoso "palo de brasa" al que Brasil debe el nombre. Muy duro y fino y los parientes masculinos de cada uno para evitar una caída que sería de pésimo
de grano, se presta a muchos usos. Los 'I'ukuna lo emplean, con hueso, agüero (E. B., vol. 1, pp. 661-662). Este episodio parece una trasposición casi lite-
para hacer el palillo de tambor (Nim. 13, p. 43). El tambor de piel tuku- ral de ciertos delalles de la iniciación de las muchachas entre los Tukuna (Ním. 13,
na es ciertamente de origen europeo, y otro instrumento musical aparece pp. 88-89).
314 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 315

do, la artesa de hidromel y el tambor (antes, p. 90). Volveremos a este


aspecto. /1'/'/
Superpongamos ahora M 3 0 4 y M] 1 O' A la primera ojeada aparece una •·..···..·· ······· ..· ····..·..•·•..··..··1 1 ;,;;;:' ..
red compleja de relaciones; pues, si las cadenas sintagmáticas de los dos t t ct~';~ 1 ,/
mitos se reproducen de la manera habitual merced a algunas transforma-
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ciones, engendran, en un punto de su coincidencia, un conjunto paradig- 1 1 _ " " " /v
mático equivalente a una parte de la cadena sintagmática de un mito 1
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volumen precedente, que es una transformación del mito de referencia
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(M 1)' Todo pasa, entonces, como si nuestra búsqueda, enrollándose en t 1 ,/ J /,/
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espiral, después de retornar con movimiento retrógrado a su punto de ......l.. ..,! L.r.:::... ....l... ....
partida, recuperase de momento la marcha progresiva y su curva tomase ~ ~_ ~ /1 :
la inflexión de un antiguo trayecto (ver tabla de la página siguiente). 1
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Por consiguiente, según la perspectiva que se adopte, M 3 0 4 se articula t E B 1't// t \ ~ .. ~ oj : /

con M 3 J 0, o cada uno de ellos se articula por separado con Me ; o si no : // r : ~ .,j -= -¡; /i
los tres mitos se articulan juntos. Si nos atreviéramos a consolidar en un ......L. ';1"/" '.. .. 1 / l .

"archimito" (como los lingüistas hablan de "archifonemas"), el conjunto i / /~ :1


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de los mitos del Chaco sobre el origen del jaguar y (o) del tabaco, se /(
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obtendría otra serie paralela a las precedentes: // i ; : l l /" ,2 5; l
una esposa y envenenadora perece en una fosa o sobre un ..../
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madre, mudada marido y de de su marido tronco hueco erizado de lanzas ..../ : c." ¡:; ';:l ~ f 1........ I 1:: c:::: '" "gf I
en jaguar, hijos, con su sangre (o queda aprisionada por sus .... 1 Sl ~";;¡ :; ~,5 t .... 1 c. " ,g e o 1
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menstrual garras clavadas).

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Volvemos a encontrar, pues, el problema, ya discutido, de la reversibi-
lidad recíproca de una cadena sintagmática constituida por un solo mito,
y de un conjunto sintagmático obtenido practicando un corte vertical a
través de las cadenas sintagmáticas superpuestas de varios mitos, unidos ",;:l1:2 ( ~~§ 1

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entre ellos por relaciones de transformación. Pero, en elcaso presente, se
puede por lo menos entrever el fundamento semántico de un fenómeno
del cual sólo consideramos el aspecto formal.
Se recordará que M s• cuya cadena sintagmática parece aquí cortar la
de otros mitos, explica el origen de las enfermedades que, con forma
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maléfica y privativa, aseguran el tránsito de la vida a la muerte y ponen -------...-..- 1
en conjunción el aquí y el más allá. Tal es por cierto el sentido de los I
,,
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o
otros mitos, pues el tabaco cumple una función análoga bajo apariencia
benéfica y positiva, como también, en M 3 10, el uso (incluso acaso se
trate del origen) del bastón de ritmo, lo cual el ritual tukuna permite
verificar, puesto que esta vez se trata de un instrumento real. El instru-
mento imaginario de M.Hl 4 (pero que tiene realmente lugar en la organo- han escapado a todo control: no simulacros de demonios conjurados por
logía sudamericana) cumple una función inversa, de disyunción y no ya hombres sino hombres mudados en verdaderos demonios.
de conjunción. No obstante, esta función es benéfica y positiva como la
otra. No se ejerce contra demonios sometidos, merced a la imitación de Disponemos ~sí de una base bastante firme para extender la compara-
su apariencia física mediante las prendas de corteza, como hace el ritual, eren .mas alJa.de la zo~a central de los tres mitos M s, M 3 0 4 , M 3 1 0 , Y
o -según M a l o - contra un demonio efectivamente prisionero en un para mte?~~r mtegrar CIertos aspectos, propios de talo cual mito, pero
tronco de árbol, con las muñecas sujetas como en una canga, sino contra c~ya. ~o.slclOn par;ce a primera vista marginal. Veamos primero el episo-
demonios que, por un uso desmesurado de los árboles que dan corteza, dIO IOIClal del crro llorón en MJ 1 o, ya que este personajuelo es para
316 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS
EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 317
nosotros un viejo conocido y, por haber ya -a propósito de otros ejem-
M s ea- Amazonia: el crío llorón.
plos- adelantado no poco por el camino de su interpretación, acaso se
nos disculpe mejor que cedamos al capricho de hacer un rápido excurso El jaguar negro Yuwaruna se había casado con una mujer que no
por una mitología lejana, en la que la fisonomía del llorón es más discer- pensaba más que en seducir a los hermanos de su marido. Irrita-
nible, ya que su papel es de primer- plano. No pretenderemos justificar dos, éstos la mataron y como estaba encinta abrieron el vientre del
este procedimiento; reconocemos que es irreconciliable con el sano cadáver, de donde salió un chicuelo que saltó al agua.
empleo del método estructural. Ni siquiera invocaremos en favor suyo, Capturado no sin esfuerzo, el niño no dejaba de llorar y de
en este particularísimo caso, nuestra íntima persuasión de que la mito- aullar "como criatura que acabara de nacer". Fueron convocados
todos los animales para distraerlo, mas sólo la pequeña lechuza
logía japonesa y la mitología americana explotan, cada una por su cuen-
consiguió calmarlo revelándole el misterio de su nacimiento. Desde
ta, un filón paleolítico muy viejo que otrora fue patrimonio común de aquel punto y hora, el niño sólo pensó en vengar a su madre. Mató
grupos asiáticos llamados luego a intervenir en el poblamiento del Extre- uno tras otro a todos los jaguares y luego se elevó por los aires, y
mo Oriente y del Nuevo Mundo. Sin considerar semejantes hipótesis, que allí se volvió el arco iris. Por no haber escuchado los humanos dor-
el estado actual de la ciencia no permitiría poner a prueba, bástenos con midos sus llamados, en adelante les fue abreviada la vida (Tastevin
argüir las circunstancias atenuantes: rara vez nos permitimos tal género 3, pp_ 188-190; cf. ce, pp. 162-165).
de divagación y, si caemos, es sobre todo a guisa de artificio y porque el
aparente distanciamiento es de hecho un atajo para establecer un punto Los Chimanes y los Mosetenos poseen un mito (M 3 12) casi idéntico:
-lo cual se hubiera podido hacer de otra manera pero más lenta y labo- abandonado por su madre, un niño no dejaba de llorar; sus lágrimas se
riosa, y a costa de un esfuerzo suplementario para el lector. mudaron en lluvia que, metamorfoseado él mismo en arcoíris, consiguió
disipar (Notdenskiold 3, p. 146). Ahora bien, también en el Nihongi la
M3 I l. Japón: el "crío" llorón.
expulsión definitiva de Sosa-no-wo al otro mundo va acompañada de
Después de la muerte de su esposa y hermana Izanami, el dios lluvias torrenciales. El dios pide un abrigo, que le es negado, y para pro-
Izanagi repartió el mundo entre sus tres ~ijos-. A su hija A:~ateras~ tegerse inventa el sombrero de ala ancha y el gabán impermeable de paja
sol, nacida de su ojo izquierdo, le entrego el Cl~lo. A ~u hijo Ts.ukl- verde. En adelante no debe entrarse en casa de quien estuviera así atavia-
yomi luna, nacido de su ojo derecho, le entrego el oceano. Y dIO la do. Antes de llegar a su última morada, Sosa-no-wo mata a una serpiente
tierra a su otro hijo Sosa-no-wo, nacido de su moco. asesina (Astan, loe. cit.). En América del Sur el arco iris es una serpiente
En aquella época Sosa-no-wo estaba ya en la fuerza de la edad y mortífera.
le había salido una barba de ocho palmos. Con todo, descuidaba
sus deberes de amo de la tierra y no hac ía más que gemir, llorar y
echar espumarajos de rabia. A su padre, inquieto, le explicó qu~ MJ 1 3. Cashinawá: el crío llorón.
lloraba porque deseaba irse con su madre al otro mundo. Izanagi
entonces odió a su hijo y lo expulsó. , "Un día una mujer encinta se fue de pesca. Entre tanto estalló
Pues él mismo había tratado de volver a ver a la muerta, y sabia una tormenta y el fruto de sus entrañas desapareció. Algunos
que no era más que un cadáver hinchado y purulento con ocho meses más tarde apareció el niño, ya crecidillo: era un llorón obsti-
dioses-trueno subidos: en la cabeza, el pecho, el vientre, la espalda, nado que a nadie dejaba ni vivir ni dormir en paz. Lo echaron al
las nalgas, las manos, los pies y la vulva... río, que a su contacto se desecó al instante. Por lo que al niño
Antes de desterrarse en el otro mundo, Sosa-no-wo obtuvo de su toca, desapareció y subió al cielo" (Tastevin 4, p. 22).
padre autorización para subir al cielo, a despedirse de su hermana
Amaterasu. Pero una vez allí se puso en seguida a ensuciar los Fundándose en un mito análogo de los Peba, Tastevin sugiere que
arrozales y Amaterasu, escandalizada, resolvió encerrarse en una pudiera tratarse aquí del origen del sol. Se recordará que un mito machi-
gruta y privar al mundo de su luz. Para castigarlo por sus fecho- guenga (M 2 <) <}) distingue tres soles: el nuestro, el del mundo inferior y el
rías, el hermano fue definitivamente echado al otro mundo, a del cielo nocturno. En el origen, este último era un crío ardiente que
donde llegó después de numerosas tribulaciones (Astan, vol. 1, pp.
hizo perecer a su madre al darle ésta el día, y a quien su padre, la luna,
14-59)_
tuvo que apartar de la tierra, para que no fuera abrasada. En cuanto al
segundo sol, fue como Sosa-no-wo a reunirse con su madre en el mundo
Es interesante comparar este fragmento muy resumido de un mito de
inferior, donde se tornó amo de la lluvia maléfica. El cadáver de la
consideración con algunos relatos sudamericanos: 7
madre de Sosa-no-wo es repugnante; el de la madre del sol ctónico es,
7 Y norteamericanos también, como aquel pasaje de un milo de los, Dené por el contrario, tan apetitoso que sirve de menu para la primera comida
Peaux-dc-liévrc que se encontrará en nuestro siguiente volumen; "De su uruon con caníbal.
su hermana Kuñyan, (el demiurgo) tuvo un hijo, un hijo desapacible, que lloraba Japoneses o americanos, todos estos mitos se mantienen sorprendente-
sin cesar" (Pe titot , p. 145). mente fieles al mismo esquema: el niño llorón es una criatura aban-
318 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 319

donada por su madre, o póstuma, lo cual no hace más que adelantar la abdominal de un ogro que devoraba a los jóvenes (Sherenté, M 3 1 S a;
fecha del abandono; o bien, si no, el crío se considera indebidamente Nim. 7, pp. 186-187). Los vampiros Desmodus rotundus nacen de la
abandonado, aunque tenga una edad a la cual un niño normal no exige sangre de la familia, exterminada por los indios, del demonio Aétsasa
ya la atención de sus padres. Este deseo inmoderado de una conjunción que los decapitaba para hacer cabezas reducidas (Aguaruna, M 3 1 5 b i
familiar, que los mitos sitúan gustosos en el plano horizontal (cuando Guallart, pp- 71-73). Casado con una humana y furioso porque no le
resulta del alejamiento de la madre), acarrea por doquier una disyunción quiso dar de beber, un demonio murciélago decapita indios y acumula
de tipo cósmico, y vertical: el niño llorón sube al cielo, donde engendra las cabezas en el árbol hueco donde mora (Matako, M 3 I 6; Métraux 3, p.
un mundo podrido (lluvia, suciedad, arcoíris causa de las enfermedades, 48).
vida breve); 0, en las variantes simétricas, para no engendrar un mundo Los Kogi de la Sierra de Santa Marta, en Colombia, conciben una
quemado. Tal es por lo menos el esquema de los mitos americanos, que asociación más precisa entre el murciélago y la sangre menstrual: -¿Te
vuelve a encontrarse, desdoblado e invertido en el mito japonés, donde a ha mordido el murciélago? -se preguntan las mujeres para saber si una
fin de cuentas es el dios llorón el que se aleja, ya que su segunda disyun- está indispuesta. Los jóvenes dicen de una muchacha núbil que ya es
ción toma el aspecto de una peregrinación. No obstante esta diferencia, mujer puesto que el murciélago la ha mordido. En lo alto de cada caba-
no será arduo reconocer detrás del personaje del niño llorón el del héroe ña el sacerdote pone una crucecita de hilo que representa a la vez el
asocial (en el sentido de no dejarse socializar), tenazmente ligado a la murciélago y el órgano femenino (Reichel-Dolmatoff, vol. 1, p. 270).
naturaleza y al mundo femenino: el mismo que, en el mito de referen- Aunque invirtiéndose, el simbolismo sexual perdura entre los aztecas,
cia, comete incesto para retornar al seno materno y que, en M s , aunque para los cuales el murciélago se originó de la esperma de Quetzakóatl. 8
con edad de irse a la casa de los hombres, permanece enclaustrado en la éPara qué nos interesa todo esto? Considerado generalmente respon-
cabaña familiar. Razonando de muy otro modo, llegamos a la conclusión sable de una apertura corporal y de Una emisión de sangre, el murciélago
de que M s , mito sobre el origen de las enfermedades, aludía implícita- se transforma, en M 310, en responsable de un cierre corporal y de una
mente al origen del arcoíris, causa de las enfermedades (CC, pp. resorción de excrementos. Esta triple transformación adquiere todo su
244-248). De esta inferencia obtenemos ahora confirmación suplemen- sentido cuando se advierte que es aplicada a un jaguar, y sobre todo a
taria gracias a la equivalencia, que acabamos de descubrir, entre el un jaguar que se lleva a niños llorones. Pues conocemos a este ogro: nos
muchacho enclaustrado y el niño Harón que los mitos colocan en el apareció por vez primera en un mito warrau (M2 7 3) en el cual, con
origen del mismo fenómeno meteórico. apariencia de abuela (madre en M 3 1 o, pero que retransforma la abuela-
Antes de deslindar las consecuencias de este cotejo hay que detenerse jaguar de M 3 0 4 ) , un jaguar arrebata a una niña 1Iorona y, cuando ha
un instante en un episodio de M] I o: aquel en que el murciélago acude a crecido la chiquilla, se alimenta de su sangre menstrual (en vez de emitir
limpiarle el trasero al jaguar, aficionado -se recordará- a los niños lloro- él, pedos, para matar a la criatura y comérsela). Por consiguiente ei
nes, a los que asfixia con sus gases intestinales. No es fácil poner en jaguar de M 2 7 3 actúa ante una humana como si fuera un murciélago, en
claro la posición de los murciélagos en los mitos, en virtud de la casi tanto que en M 3 ! o el murciélago observa hacia el jaguar una conducta
constante' ausencia de precisiones sobre las especies. Pero América tro- correlativa e inversa de la que haría suya si el jaguar hubiera sido un ser
pical cuenta con nueve familias y un centenar de especies de quirópte- humano.
ros, diferentes por el tamaño, el aspecto y el régimen alimenticio: las Ahora, M 2 7 3 pertenece al mismo grupo de transformaciones que los
hay insectívoras, frugívoras, y otras más (Desmodus sp.) chupan la san- mitos acerca del origen de la miel. Por su parte, M 3 1 Ó pertenece al
gre. mismo grupo de transformaciones que los mitos sobre el origen del
Puede uno preguntarse, entonces, por la razón de la transformación, tabaco. Pasando de la miel al tabaco se verifica, pues, la ecuación:
ilustrada por un mito tacan a (M I 9 5 ) , de una de las dos hijas del mele-
ro (que son mujeres-guacamayo multicolores en M I 9 7) en murciélago: a) (sangre menstrual) (excrementos)
sea que la especie aludida se alimente de néctar como a veces ocurre, sea [jaguar : chica indispuesta} :: [murciélago: jaguar}
que repose en árboles huecos, como las abejas, o por alguna razón del con lo cual se recupera lo que podía aprenderse independientemente por
todo distinta. En apoyo de esta conexión, habrá que subrayar que un comparación de M 2 7 J Y de M 2 4 (mito sobre el origen del tabaco, donde
mito uitoto (M 3 ! 4)' en el cual aparece fugazmente el motivo de la chica una mujer-jaguar envenena a su marido con su sangre menstrual):
loca por la miel, reemplaza la miel por murciélagos caníbales (Preuss 1, /J) (urigen de la miel) (origen del tabaco)
pp. 230-270). De manera general, sin embargo, los mitos asocian sobre [sangre menstrual: alimento} ::. [sangre menstrual: excremento J
todo estos animales a la sangre y a los orificios corporales. Los murciéla-
gos arrancan a un indio la primera carcajada porque ignoran el lenguaje o, dicho de otra manera: si la miel es conjuntadora de los extremos, el
articulado y no pueden comunicarse con los humanos más que mediante 8 En Australia existe la creencia de que el murciélago nace del prepucio cortado
cosquilleos (Kayapó-Gorotire, M 4 0 ) . Los murciélagos salen de la cavidad en la iniciación, y de que este animal connota la muerte (Elkin, pp. 173,305).
320 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 321

tabaco es disyuntor de los términos intermedios por consolidación de miel: nos referimos al tambor, hecho también de un tronco hueco al que
próximos. los mitos prestan funciones muy diversas: tronco hueco donde anidan las
Después de este intermedio del murciélago podemos retornar al crío abejas, tronco hueco que sirve de artesa para hidromel, tambor de made-
lacrimoso. ra (transformación de la artesa según M 2 14), refugio para las víctimas
Los dos mitos tukuna M 3 0 4 , M 3 1 0 • tienen en común el tema del del jaguar caníbal, y cepo para este mismo jaguar así como para la chica
canibalismo y el de la suciedad; ya sea que, en M 3 0 4 , la abuela-jaguar loca por la miel. .. El tambor de madera y el bastón de ritmo son, el
intente hacer pasar el hígado de su hijo muerto -víscera congrua con la uno y el otro, cilindros huecos: corto y grueso, o bien largo y delgado.
sangre, y más en particular con la menstrual- por un hongo de árbol El uno recibe pasivamente los golpes de una vara o una baqueta, el otro
que sería asimismo un antialimento (Ce, pp. 169, 176, 177); ya sea que, se anima en manos de un ejecutante, cuyo gesto amplía y prolonga,
en M 3 10. un jaguar que usurpa el papel de una madre obligue al niño a conduciendo hasta el suelo inerte el golpe que lo hará resonar. De suerte
inhalar los gases salidos de su trasero puerco. Pero, aliméntense de carne que si el "batidor" se opone a la vez al bastón de ritmo y al tambor
humana o de sangre menstrual 0, a la inversa, administren sustancias -por ser éstos huecos por dentro y a todo lo largo, en tanto que él está
podridas a guisa de alimento, los jaguares warrau y tukuna pertenecen a hendido por fuera, transversalmente y sólo en parte de su longitud-e, el
la gran familia de los animales prendados de clamores infantiles, que tambor y el bastón de ritmo se" oponen uno a otro siendo respectiva-
incluye asimismo al zorro y a la rana: esta última ávida también de carne mente más ancho o más angosto, más corto o más largo, paciente o
fresca pero tomada en sentido metafórico, ya que más allá del crío llo- agente.
rón codicia al adolescente del que hará su amante.
Por aquí volvemos a encontrar la equivalencia, ya verificada de otra
manera (p. 257), entre los gritos c-es decir, el estrépito- y la suciedad:
términos mutuamente convertibles según el mito elija un código acús-
tico, uno alimenticio o uno sexual para expresarse. El problema plan-
teado por el motivo del crío llorón se reduce pues a preguntar por qué
un mito dado prefiere codificar en términos acústicos un mitema -el
personaje del muchacho enclaustrado- codificado en otros mitos por
medio del incesto real (MI) o simbólico (M s ).
El problema sigue entero para mitos como M 2 4 3, M 2 4 s • M 2 7 3. Pero,
en el caso que nos ocupa. se entrevé una respuesta posible. En efecto,los Fig. 17. La miel, o el árbol hueco. Figura de juego de cordel, indios Warrau.
dos mitos tukuna relativos al jaguar caníbal ponen parecidamente en (Según Roth 2, p. 525, fig. 288.)
primer término instrumentos musicales, uno imaginario, el otro real, Que la oposición principal, en este sistema triangular, sea la del tambor
pero que, por su función semántica y por su tipo organológico, forman y el batidor, es cosa que resulta indirectamente de un mito warrau del
una pareja de oposiciones. El instrumento de M 3 0 4 que hemos confron- cual bastará extraer un episodio.
tado con el jparabáraj bororo no es más que un tronco naturalmente
hueco, abierto en parte de su longitud, que se hace vibrar golpeándolo M 3 1 7, Warrau: una aventura de Kororomanna.
oblicuamente sobre el suelo o echándolo por tierra. El ruido resultante
aparta de la sociedad de los humanos un ser humano él mismo pero que Un indio llamado Kororomanna mató un día un mono guaribá.
se ha vuelto demonio. El instrumento de M 3 1 o, bastón de ritmo mane- Se perdió al volver al pueblo y tuvo que pasar la noche bajo un
abrigo improvisado. Pronto se dio cuenta de que había elegido mal
jado por el jaguar prisionero, es una pértiga de bambú (gramínea que los
el sitio de su campamento, en pleno medio de una ruta frecuen-
indios sudamericanos no clasifican -ni más ni menos que los botánicos-. tada por los demonios. Tales rutas se reconocen por el ruido que
entre los árboles), también naturalmente hueca, que se hace resonar los demonios, subidos a las ramas que las bordean, no dejan de
golpeándola verticalmente sobre el suelo, sin soltarla. El empleo de este hacer por la noche golpeando ramas y troncos, produciendo así
instrumento procura al jaguar un resultado simétrico del que acabamos toda suerte de crujidos secos.
de atribuir al "batidor". El bastón de ritmo conjunta un ser demoniaco IWrbromanna estaba muy fastidiado; y el cadáver del mono
-que se había cambiado en humano- con otros demonios: los atrae empe-zaba a inflarse por efecto de los gases que se acumulaban en
hacia los hombres, en vez de alejara aquél de ellos. el interior. Temiendo que los demonios le robasen su presa, Koro-
No es todo. El propio bastón de ritmo manifiesta una doble relación romanna, armado con un bastón, debía guardarla junto a sí, a
de correlación y de oposición con otro instrumento musicaf, que nos pesar del olor. Se durmió al fin pero lo despertaron los golpes que
daban los demonios contra los árboles. Se le ocurrió entonces
acompaña discretamente desde el principio de este libro y que hemos mofarse de ellos, y respondió a cada golpe dando con el bastón en
visto aparecer en el segundo plano de los mitos sobre el origen de la el vientre del mono. Hacía bum, bum, como un tambor [los
322 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 323

Warrau usan el cuero del mono guaribá para hacer el parche de sus madera al norte del Amazonas), la maraca para hacer que los dioses
tambores de piel], bajen hasta los hombres, el bastón de ritmo para elevar los hombres
Intrigados primero por aquellos ruidos, de mayor potencia que
hasta los dioses. Ya hemos expuesto la hipótesis de Schaden, según la
los suyos, los demonios acaban por descubrir a Kororomanna, que
se desternillaba de risa viendo a un animal muerto peer con tal cual la cruz de madera guaraní pudiera representar dos bastones, antes
vigor. El jefe de los demonios se desesperaba por no poder hacer distintos y entrechocados. Por último, la oposición guaraní entre bastón
un ruido tan bonito. Pero, a diferencia de los mortales, los demo- macizo, insignia de mando masculino, y tubo hueco, instrumento litúr-
nios llevan una mancha roja en vez de ano; así, están tapados por gico femenino, recuerda aquella (p.291), que ciertas tribus amazónicas
abajo. No importa: Kororomanna acepta perforarle el trasero al aprovechan con fines sociológicos, entre los cilindros de piedra dura que
demonio. Y clava con tal fuerza el palo de su arco, que atraviesa sirven de pinjantes, según estén perforados longitudinalmente (huecos) o
todo el cuerpo y sale por la cabeza del paciente. El demonio mal- transversalmente (macizos).
dice a Kororomanna por haberlo matado y jura que sus compa-
Vemos desplegarse así una dialéctica de lo hueco y lo macizo, en
ñeros lo vengarán. Después de lo cual desaparece (Roth 1, pp.
126-127). donde varias modalidades ilustran cada término. Nos hemos limitado a
señalar ciertos temas, y algunas direcciones que podría tomar la investi-
gación, sobre todo con intención de captar mejor el modo de operar esta
Este episodio de un mito muy largo confirma la existencia de una
dialéctica en el seno de los mitos. Ahora bien, estos mitos hacen mucho
oposición entre el tambor, instrumento humano (incluso dotado aquí de
más que oponer en sus conclusiones respectivas instrumentos de música
naturaleza orgánica), y el ruido "demoniaco" del golpear o entrechocar
reducibles a un tubo hueco o a un bastón hendido. El instrumento que
de bastones." Es preciso, pues, que el bastón de ritmo caiga entre los
dos: instrumento ritual y convocador de los demonios, como los vestidos cada, mito introduce al final mantiene una relación original con un
de corteza que M 3 0 4 opone al "batidor" de tipo jparabára/. "modo del árbol" que el mito define en otra etapa del relato.
Abramos aquí un paréntesis a propósito del bastón de ritmo. En efecto, M 3 0 4 y M 3 1 0 someten uno o varios árboles a operaciones
bien distintas. En M 3 0 4 son despojados árboles (pero primero uno solo)
Los Guaraní meridionales conciben una oposición principal entre el
de su corteza; en M 3 1 o un árbol es perforado. A un tronco mondado
bastón de mando, símbolo del poder, atributo masculino, labrado en el
longitudinalmente se opone pues un tronco perforado transversalmente.
corazón del árbol Holocalyx balansae, y el bastón de ritmo de bambú,
Si completamos esta oposición con la ya notada entre los instrumentos
atributo femenino (Cadogan 3, pp. 95-96). El instrumento de música
músicos que aparecen en los dos mitos y hechos, también ahí, "de tron-
masculino es entonces la sonaja. Esta oposición, a menudo verificada por
cos", obtenemos un sistema de cuatro términos:
la bibliografía, recibe una ilustración particularmente convincente gracias
a una lámina de la obra de Schaden (4) Aspectos fundamentais da cul-
tura guarani (Iám. XIV de la la. ed.}, donde se ve una hilera de cinco árboles: tronco mondado tronco perforado
indios Kaiova (un muchachito entre ellos) que llevan en una mano una instrumentos de percusión tronco hendido tronco hueco
cruz, en la otra la maraca, seguidos de cuatro mu¿eres, cada una de las
cuales golpea el suelo con un trozo de bambú. 1 Parece que para los Es claro que estas relaciones forman un quiasma. El tronco perforado
Apapocuva, como para los Guarayo más al norte, el uso del bastón de y el tronco hendido se corresponden, en el sentido de que cada uno
ritmo hubiera tenido una función especial: facilitar el ascenso al cielo presenta una abertura perpendicular al eje del tronco, pero ora mediana,
del héroe civilizador, o de la tribu entera (Métraux 9, p. 216). Se sos- ora terminal, y sea interna, sea externa. La relación de simetría que une
pecha así la existencia, entre los Guaraní meridionales, de un sistema el tronco mondado al tronco hueco es más sencilla, puesto que se reduce
ternario de instrumentos, de los cuales sólo los dos son instrumentos a una inversión de lo de afuera y lo de adentro: el árbol despojado de su
musicales, y dotados de funciones complementarias: el bastón de mando corteza permanece en estado de cilindro interior macizo, en el exterior
para reunir los hombres (cual es también la función social del tambor de del cual no hay ya nada, en tanto que el bambú consiste en una envol-
tura exterior maciza, dentro de la cual no hay más que hueco, es decir,
9 Tal como lo describe el mito warrau, el ruido causado por los demonios no nada:

_
deja de recordar el que los buenos observadores atribuyen al jaguar: "Muy caracte-
rístico es el batimiento seco por el cual el jaguar denuncia su presencia, agitando
/ _ _~. __•••.,

o
nerviosamente las orejas y produciendo así, aunque más opaco, un castañeteo"
i \
(Ihering, art. "enea"]. De acuerdo con un cuento de la región del río graneo, el ! ;
jaguar hace ruido por la noche porque anda calzado, en tanto que el tapir marcha i i
descalzo y silenciosamente (Rodrigues 1, pp. 155-156).
10 Los Tacana de Bolivia llaman "hembra" a la flecha de bambú (hueco),
"macho" a la de madera de palmera (llena) (Hissink-Hahn, p. 338).
\ " /,/
TRONCO DESCORTEZADO BAMBÚ
EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 325
324 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS
bal. Pero todos los que habían probado carne humana perecieron
Que la doble oposición vacío externo/lleno interno y vacío interno/lle- en la r-uta; se les reconoce todavía por la raya roja que atraviesa
no externo sea una propiedad invariante del grupo, queda bien de mani- sus mascaras. Cuando cesó el ruido, después de que un esclavo,
fiesto por la manera como M 3 lOse las arregla para invertir el origen Yagua, enviado como explorador, encontró la muerte a manos de
"verdadero" de las máscaras de corteza, tal como los Tukuna lo relatan algunos demonios sobrevivientes, los Tukuna penetraron en la
en un mito más, tercero: gruta y se fijaron muy bien en el aspecto cai acter istico de las
diversas especies de demonios: aspecto que las prendas de corteza
reproducen hoy en día (Nim. 13, pp. 80-81).
M3 1 8. Tukuna: origen de las máscaras de corteza
Los demonios vivían otrora en una gruta. Para hacer fiesta, por Sin emprender aquí el análisis detallado de este mito, que nos aparta-
la noche asaltaron un pueblo, robaron las provisiones de carne ría demasiado de nuestro tema, nos limitaremos a llamar la atención
ahumada y mataron a todos los habitantes, cuyos cadáveres arras- sobre el episodio de la corteza arrancada. Una madre joven (:#=vieja
traron hasta su antro pata comérselos. abuela de M 3 0 4 ) , respetuosa, al igual que su marido, de las interdiccio-
Mientras tanto llegó al pueblo un grupo de visitantes. Extrañados nes alimenticias a que están parecidamente sujetos después del naci-
de encontrarlo desierto, siguieron el rastro del macabro transporte, miento del niño (Nim. 13, p. 69) (:#=vieja pareja entregada al canibalis-
que los condujo a la boca de la gruta. Los demonios quisieron
mo, M 3 0 4 ) , consigue escapar de los demonios caníbales (:#=tornarse
matar a los perturbadores, pero sin éxito. Los indios no insistieron
y volvieron a su pueblo. demonios caníbales, M 3 0 4 ) descortezando un árbol a medida que suben,
Otro grupo de viajeros acampaba en el bosque. Había entre ellos y asi de abajo arriba: en tanto que los humanos vueltos demonios de
una mujer encinta, que dio a luz. Sus compañeros decidieron M 3 0 4 logran tal resultado descortezando un árbol de arriba abajo. La
establecer el vivac en el sitio hasta que ella estuviera en condicio- oposición principal de la p. 3 23 persiste incólume y la simetría invertida
nes de volver a emprender la marcha. Pero faltaba caza. Todo el de M 3 0 4 , M 3 I 8 (demonios, desencadenados o domesticados llevando
mundo se durmió con el estómago vacío. En medio de la noche se prendas de corteza) es función de una oposición suplementaria, manifies-
oyó el ruido característico de un roedor. Era una enorme paca tamente introducida por mor de la causa: la .del sentido del descorteza-
(Coelogenys paca) que rodearon y mataron. miento, hecho de arriba abajo o de abajo arriba.
Todos comieron de aquella carne salvo la recién parida y su
En vista de que se trata de una técnica real, puede averiguarse cómo
marido. Al día siguiente los hombres salieron a cazar, dejando en
el campamento a la mádre y a la criatura. La mujer vio entonces proceden los indios para descortezar los troncos. Ni en un sentido ni en
un demonio que se acercaba. Le dijo que fa paca muerta la noche otro, según testimonio de Nimuendaju, que observó y describió a los
anterior era su hijo y que iban a llegar los demonios a vengarlo. Tukuna: derriban el árbol, cortan un trecho de longitud conveniente y
Para escapar con vida, quienes no hubiesen comido deberían trepar martillean la corteza para desprenderla de la madera. Después retiran la
a un árbol de una especie determinada, arrancando la corteza tras corteza volviéndola como un guante; o más a menudo la hienden todo a
de ellos. lo largo para obtener una pieza rectangular menos difícil de trabajar que
Cuando volvieron los cazadores, nadie hizo caso de su relato y un tubo (Nim. 13, p. 81).11 La técnica parece idéntica entre los Arawak
hasta se burlaron de ella. Y cuando, al oír los toques de trompa y de la Guayana (Roth 2, pp. 437-438), que fueron acaso los iniciadores
los aullidos de los demonios, quiso avisar a sus compañeros, estos
(Goldman, p. 223). Por lo que toca a la infraestructura tecnoeconómica,
dormían tan profundamente que ni siquiera consiguió despertarlos
quemándolos con su antorcha de resina. Mordió a su marido, que despediremos pues los dos mitos hombro con hombro. No es más "ver-
por fin se levanto y la siguió como un sonámbulo. Llevando el dadero" uno que el otro pero, como tienen que vérselas con dos implica-
niño en brazos, treparon ambos al árbol que la mujer había tenido ciones complementarias de un ritual que, de ser tomado en serio, expone
buen cuidado de localizar, y arrancaron la corteza tras de ellos. a los espectadores (y a los propios oficiantes) a un peligro cierto -pues
Llegado el día descendieron de su refugio y volvieron al campa- dqué pasaría si los demonios personificados por los danzantes enmasca-
mento: no quedaba nadie; los demonios habían exterminado a los rados recuperasen de pronto su virulencia? -, han debido concebir una
durmientes. La pareja retornó al pueblo y contó lo que había pasa- técnica imaginaria pero que, a diferencia de la técnica real, puede admi-
do. tir realizaciones opuestas.
Siguiendo el consejo de un VIeJO brujo, los indios plantaron
muchos chiles. Cuando estuvieron maduros los recogieron y trans-
portaron a la gruta de los demonios, cuya entrada cerraron con Ayudándose con instrumentos reales o imaginarios, los mitos, convenien-
troncos de paxiuba barriguda (una palmera de tronco hinchado: temente ordenados, parecen desplegar a nuestra vista un vasto grupo de
Iriartea ventricosa), salvo en un punto, donde encendieron un gran
fuego. Echaron a la lumbre enormes cantidades de chiles, de mane- 11 Nimuendaju señala sin embargo una técnica de descortezamiento de arriba
ra que el humo entrase en la gruta. abajo, limitarla al árbol /matamatá/ (Eschweilera sp.}, que M304 extiende al
Pronto se oyó un escándalo espantoso. Los indios permitieron /tururi/ (Couratari sp.? ). cr. Nim. 13, pp. 127 Y 147, n. 5.
salir a los demonios que no habían participado en el festín can i-
326 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 327

transformaciones que reúne diversas maneras de ser hueco un tronco de utilizan una especie (Apeiba cymbalaria) para hacer los tapa-sexo feme-
árbol o un bastón: cavidad natural o artificial, orificio longitudinal o ninos de corteza machacada (Colb. 3, p. 60). Parece pues que la etnobo-
transversal, colmena, artesa, tambor, bastón de ritmo, 'tubo de corteza, tánica indígena constituye en gran familia árboles parecidamente califi-
"batidor", canga. .. En esta serie los instrumentos de música ocupan c ados por su madera ligera y por su frecuente transformación en
una posición mediana entre formas extremas que participan sea del refu- cilindros huecos, ya sea naturalmente y por dentro, ya artificialmente y
gio, como la colmena, sea del cepo, como la canga. Y las máscaras, los por fuera: gracias a la industria humana que vacía -por decirlo así- un
instrumentos de música, dno son, cada cual a su modo, refugios o cepos, tubo de corteza de su tronco. 1 2
a veces las dos cosas al tiempo? El "batidor" de M 3 0 4 desempeña el En esta gran familia las bombáceas merecen atención tanto mayor
papel de cepo tendido al demonio-jaguar; el demonio-jaguar de M 3 1 o, cuanto que figuran en el primer plano de mitos guayaneses que partici-
prisionero de una canga, obtiene gracias al bastón de ritmo la protección pan del mismo grupo que todos los que hasta el presente hemos exami-
de sus congéneres. Los vestidos-máscara de corteza, cuyo origen explica nado.
M 3 18, son. refugios para los danzantes que los llevan, y les permiten
captar el poder de los demonios. M3 1 9· Las muchachas desobedientes.
Pues bien, desde el principio de este libro constantemente hemos
encontrado árboles huecos que servían de refugios o de cepos. La pri- Dos muchachas jóvenes se negaron a acompañar a sus padres a
mera función predomina en los mitos sobre el origen del tabaco, ya que una fiesta en que se iba a beber. Solas en la cabaña familiar, reci-
los personajes perseguidos por el jaguar caníbal se refugian en el hueco ben la visita de un demonio que habita el tronco hueco de un
árbol cercano. Este árbol es una /ceiba/. El jdemonio mata un loro
de un árbol. La segunda función sale ganando en los mitos sobre el
de un flechazo y ruega a las chicas que lo guisen, lo cual éstas
origen de la miel, donde ora el zorro, ora la chica loca por la miel, ora hacen con gusto.
la rana, en fin, quedan aprisionados en semejante cavidad. Pero para Después de comer, el demonio cuelga su hamaca e invita a la
estos últimos el árbol no se hará cepo más que por haber sido antes menor a que lo acompañe. Como aquello no le dice nada, hace ella
refugio para las abejas. A la inversa, si el árbol hueco ofrece un refugio que la reemplace la mayor. Durante la noche escucha extraños
providencial a las víctimas del jaguar en los mitos sobre el origen del ruidos que al principio toma por testimonios de amor. Pero el
tabaco, se transformará en cepo donde perecerá la fiera que pretenda escándalo aumenta; la muchacha aviva el fuego y va a ver qué
forzarlo. ocurre. Gotea sangre de la hamaca, donde yace muerta su herma-
Así, sería más exacto decir que el motivo del árbol hueco hace la na, perforada por el amante. Adivina entonces quién es realmente
y, para escapar a la misma suerte, se esconde debajo de un montón
síntesis de dos aspectos complementarios. Este carácter invariante sobre-
de mazorcas de maíz cubiertas de moho que se podrían en un
sale aún mejor cuando se observa que los mitos utilizan siempre árboles rincón. Para colmo de prudencia. amenaza al Espíritu de la Podre-
del mismo género, o árboles de géneros diferentes pero que sin embargo dumbre con no darle ya maíz si la traicionara. De hecho, el Espí-
ofrecen entre ellos semejanzas significativas. ritu estaba tan atareado devorando el maíz que ni respondió al
Todos los mitos del Chaco que hemos repasado se refieren al árbol demonio que lo interrogó. Incapaz de dar con el escondrijo de la
/yuchan/, cuyo tronco hueco aloja a los niños o los conciudadanos de la muchacha, sorprendido por el día, el demonio tuvo que retornar a
mujer convertida en jaguar, sirve para preparar la primera artesa para su morada.
hidromel y se vuelve el primer tambor; donde el demonio murciélago Hasta mediodía la chica no se atrevió a salir de su escondite; se
acumula las cabezas cortadas de sus víctimas, donde el zorro loco por la precipitó al encuentro de la familia que volvía de la fiesta. Entera-
dos de los acontecimientos, los padres llenaron veinte cestos de
miel queda aprisionado, o en el que se destripa, etc. El árbol /yuchan/,
chiles, los desparramaron alrededor del árbol y pegaron fuego al
en español "palo borracho", es, en portugués de Brasil, barriguda, árbol montón. Asfixiados por el humo, los demonios salieron uno tras
panzudo. Es una bombácea (Chorisia insignis y especies vecinas), triple- otro del árbol, con apariencia de monos guaribá. Apareció por fin
men te caracterizada por su tronco inflado que le da aspecto de botella, el criminal, que los indios mataron. Desde entonces la hija sobrevi-
por las espinas largas y duras que la erizan, por el vellón blanco y sedoso viente obedeció ya" a sus padres (Roth 1, p. 231).
que se acumula en sus flores.
El árbol que sirve de cepo para la chica loca por la miel es más difícil En la armadura de este mito se discierne con facilidad la de los mitos
de identificar. Lo conocemos con precisión sólo en el caso límite en que guayan eses relativos a una muchacha dejada sola en el campamento
la rana cunauarú encarna la heroína: en efecto, este batracio habita en el mientras su familia va de caza o de visita a casa de los vecinos (M 2 3 s .
tronco hueco de Bodelschwingia macrophylla Klotzsch (Roth 1, p. 125), M2 37)' Pero en lugar de que el Espíritu visitante sea casto, nutricio y
que no es una bombácea como Ceiba y Ch.orisia sino ~salvo error- una
12 La señora Claudine Berthe, especialista en etnoboténíca, nos ha hecho el
tiliácea. En América del Sur esta familia comprende árboles de madera favor de señalarnos que hay botánicos modernos que clasifican las bombáceas con las
liviana y tronco a menudo hueco, como las bombáceas, y los Bororo tiliáceas, o muy cerca.
328 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 329

respetuoso de la sangre menstrual, se trata aquí de un demonio libidi- pensamiento mítico, de la Guayana al Chaco, no se debe nada más a
noso, sanguinario y homicida. En los mitos de este grupo que tienen caracteres objetivos y dignos de atención: tronco inflado, madera ligera,
héroe masculino, el moho tiene un papel nefasto y provoca la disyun- frecuente cavidad interna. Si los Caribes no derriban la /ceiba/ (Goeje, p.
ción de cazador y caza. En el
presente mito, donde el principal prota- 55) es que, no sólo entre ellos sino desde México hasta el Chaco, este
gonista es una mujer (que está, con relación al demonio, en posición de árbol posee un correlato sobrenatural: árbol del mundo, que contiene 'en
caza), el moho, vuelto protector, cubre el cuerpo de la víctima y no el su tronco hueco el agua primordial y los peces, o árbol del paraíso...
del perseguidor. La heroína de M 2 3 S escoge el aislamiento porque está Fieles a nuestro método, no abordaremos estos problemas de etimología
indispuesta y es así fuente de podredumbre. De esta forma se muestra mítica, que por lo demás nos obligarían, en este caso particular, a exten-
respetuosa de las conveniencias, a diferencia de las dos heroínas de der la indagación a los mitos de América Central. Como el árbol Iceibaj
M 3 1 9, que sin causa legítima rehusan acompañar a sus padres y son o especies cercanas constituyen términos invariantes de nuestro grupo,
movidas por puro ánimo de insubordinación. En lugar, pues, de narrar la nos bastará, para determiriar su sentido, confrontar los conjuntos contex-
historia de una muchacha bien educada, recompensada con miel, M 3 1 9 tuales en que son llamados a figurar.
cuenta la historia de una mal educada, que el humo urticante del chile En los mitos del Chaco sobre el origen del tabaco, el tronco hueco de
habrá de vengar. l 3 Ahora bien, en este grupo del que venimos de evocar una bombácea sirve de refugio; sirve de cepo en los mitos de la Guayana
los términos extremos, caracterizados por inversión rotunda de todos los sobre el origen del tabaco. Pero el papel dedicado al árbol hueco es
motivos, tiene su lugar otro mito, pero esta vez en posición mediana: mixto en los mitos guayaneses cuya heroína es una chica loca por la
miel (sea de manera directa o transformada): ya refugio, ya cepo, y a
M 3 2 0 • Caribe: origen del tabaco. veces una y otra cosa en el seno del mismo mito (cf. por ejemplo
M 2 41). Por otra parte, aparece una oposición secundaria entre la miel,
que se encuentra en el interior del .ár bol , y el humo de chile que se alza
Un hombre vio a un indio con patas de agutí desaparecer en un
todo alrededor.
árbol /ceiba/. Era un Espíritu del bosque. Amontonaron alrededor
del árbol leña, chiles y sal, y encendieron todo. El Espíritu se Armados de esta primera serie, puede construirse otra. En M 2 4 la miel
apareció al hombre en un sueño y le mandó ir tres meses más vuelta picante por adición de serpezuelas sostiene con el tabaco fumado
tarde al lugar donde sucumbiera. Crecería una planta entre las la misma relación que, en M 3 2 0 , el humo picante del chile sostiene con
cenizas. Con sus anchas hojas maceradas se prepararía un licor que una "miel" de tabaco. 1 4
brindaría trances. Durante su primer trance conoció el hombre
todos los secretos del arte del curandero (Goeje, p. 114).
MOJADO miel e n v e n e n a d a > < tabaco
Un mito de igual procedencia (M 3 2 1 ; Goeje, p. 114) hace creer que el
hombre visitado por el Espíritu no quiso participar en la erección de la QUEMADO tabaco chile
pira y que recibió el tabaco como recompensa a su piedad. Pero haya o
no que abrir un lugar al Espíritu socorrido entre el Espíritu apiadado Al mismo tiempo que se cierra un bucle, la trasferencia del tabaco de
de M 2 3 S Y el Espíritu hostil de M3 I 9, está claro que el mito caribe la categoría de lo quemado a la de lo mojado crea un quiasma. Resultan
sobre el origen del tabaco cierra un ciclo, puesto que el personaje mascu- dos consecuencias. Presentimos, primero, que la mitología del tabaco es
lino con patas de agutí (roedor vegetariano y caza perfectamente inofen- doble, según se trate del tabaco fumado o del bebido, y según su con-
siva), de cuyas cenizas nace el tabaco destinado a ser bebido, después de sumo ofrezca un aspecto profano o sagrado, lo mismo que observamos, a
ser atrapado él mismo en el cepo de un tronco hueco de /ceiba/, remite propósito de la mitología de la miel, una dualidad ligada a la distinción
derechamente al personaje femenino de M 2 4 cuya cabeza, antes que el de miel fresca y miel fermentada. En segundo lugar, verificamos una vez
cuerpo, adquiere el aspecto de un jaguar: animal carnívoro y ofensivo, más que cuando se mantiene la armadura es el mensaje el que se trans-
de cuyas cenizas nace el tabaco de fumar, después de una vana tentativa forma: M 3 2 o reproduce M 2 4 , pero habla de otro tabaco. La deducción
de matar a sus víctimas refugiadas en el tronco hueco de una bombácea. mítica presenta siempre carácter dialéctico: no progresa en círculo sino
Sin embargo, si se cierra el bucle es a costa de ciertas transformaciones en espiral. Cuando creemos encontrarnos en el punto de partida, nunca
que importa examinar. es absoluta y totalmente: sólo desde determinado punto de vista. Sería
El árbol desempeña por doquier el papel de término invariante, y esta más exacto decir que se pasa a la vertical del lugar de donde se había
fascinación ejercida por árboles de la familia de las. bombáceas sobre el partido. Pero ya sea este tránsito más o menos hacia arriba, supone una
diferencia donde reside la separación significativa entre el mito inicial y
13 Según los Tu kuna, el Espíritu del árbol /ceiba/ hiere a las mujeres indis-
puestas con flechas; y los baños de agua enchilada son el mejor antídoto contra las
el mito terminal (tomando estas expresiones en un sentido relativo a un
contaminaciones debidas a sangre menstrual (Nim. 13, pp. 92,101). 14 En cuya preparación interviene la sal; de ahí su mención por M:\lI.
330 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 331

trayecto). En fin, según la perspectiva adoptada, esta separación cae al Pronto curado, el héroe resolvió vengar la muerte de sus herma-
nivel de la armadura, del código o del léxico. nos. La serpiente le dio una flecha mágica y le recomendó no
Consideremos ahora la serie de los animales. N o volveremos a la rela- rehuir las insinuaciones de la mujer-sapo. Para satisfacerla le bas-
ción de correlación y oposición de los términos extremos: rana y jaguar, taría fingir el coito entre los dedos de manos y pies de aquel
elucidada ya (p. 2ü6).Mas Zqué puede decirse de la pareja intermedia pobre ser.
Así lo hizo el héroe, que recibió en cambio el consejo de dejar
formada por los monos guaribá de M 3 1 9 Y el agutí de M 3 2 o? Este
que los monos dispararan primero y, cuando le tocara, apuntar a
último animal es un roedor (Dasyprocta aguti) del cual los mitos guaya- los ojos. Muertos, los animales quedaron suspendidos del rabo en
neses hacen el amo egoísta de los frutos del árbol primordial (véase las ramas. Hubo que mandar a un lagarto para que los desengan-
antes,p. 220). En cuanto al mono aullador guaribá (Alouatta sp.), es un chara.
generador de suciedad: metafóricamente, en virtud de la asimilación del El héroe fue entonces a dar las gracias a la serpiente, que le ofre-
escándalo y de la corrupción que demostramos por otros caminos ció flechas mágicas con el poder de matar y traer cualquier caza, y
(p.257)jy realmente, ya que el mono aullador es un animal incontinente hasta de recolectar frutos del bosque, miel y muchas cosas más.
que deja caer sus excrementos desde lo alto de los árboles, a diferencia Había tantas flechas como especies animales y productos, y tam-
del perezoso, que puede contenerse durante varios días y cuida de bajar bién, en una calabaza, una sustancia con la que -debían untarse las
flechas para que no retornasen al cazador con demasiada fuerza.
a tierra a defecar, siempre al mismo sitio (Tacana, M322-323; Hissink- Gracias a las flechas de la serpiente, el héroe podía ahora obte-
Hahn, pp. 39.40; cf. ce, p. 309).15 En las danzas que acompañan a su ner toda la caza y la pesca que quería. Se casó, construyó una
festival Shodewika, los Waiwai, que son Caribes que habitan en la fron- choza, desmontó una plantación. Pero aunque había recomendado
tera de la Guayana inglesa con Brasil, personifican diversos animales. Los a su mujer no confiar las flechas a nadie, acabó dejándoselas a su
danzan tes disfrazados de monos aulladores trepan al armazón de la propio hermano. Éste tiro primero, con éxito, a cerdos salvajes y a
cabaña colectiva y se acuclillan, fingiendo evacuar cáscaras de plátano peces, pero olvidó untar la flecha de la miel, que al retornar a él se
sobre las cabezas de los espectadores (Fock, p. 181). Se puede pues convirtió en una cabeza monstruosa con múltiples bocas armadas
admitir que el agutí y el mono aullador guaribá se oponen, como acapa- de dientes. La cabeza se abalanzó sobre los indios y los mató.
rador de alimento y dispensador de excremento. Alarmado por los gritos acudió el héroe de su plantación y con-
siguió alejar el monstruo. La mitad del pueblo había perecido.
Pues bien, el papel de caza demoniaca atribuido al mono aullador por
Cuando supo del drama, la serpiente lo consideró irreparable. Invi-
los mitos de la Guayana reaparece casi inalterado en un importante mito tó a su protegido a pescar el pez pirarucu (Arapaima gigas) y le
karajá (M 177) al que hasta el momento nos hemos conformado con dijo que no olvidara avisarle si una de sus hijas lo empujara. Así
aludir brevemente. Es tanto más oportuno retornar cuanto que este ocurrió, pero el héroe olvidó la recomendación de la serpiente.
mito, cuyo héroe pertenece a la familia de los "cazadores malditos", de Ésta se convirtió entonces en pez pirarucu y el hombre hizo otro
M 2 34 -M2 4 o, Y participa asi del grupo de la chica loca por la miel, nos tanto Cuando los indios los pescaron a los dos, la serpiente logró
devolverá de manera imprevista al problema del "batidor". escabullirse por un agujero de la red, pero el hombre-pez fue arras-
trado por la orilla, donde un pescador intentó matarlo de un
porrazo. La serpiente acudió al rescate, lo ayudó a salir de la red y
MI 77 a' Karajá: las flechas mágicas. le devolvió la forma humana. Le explicó que había sido castigado
Vivían en el bosque dos grandes monos aulladores, que mataban por no haber dicho nada al ser tocado por la muchacha (Ehren-
y se com Ían a los cazadores. Dos hermanos quisieron destruirlos. reich, pp. 84-86).
Encontraron de camino una mujer-sapo que prometió enseñarles a
vencer a los monstruos, pero a condición de que la tomasen por
esposa. Los hermanos se burlaron de ella y siguieron. No tardaron Krause (pp. 347-350) ha recogido dos variantes de este mito (MI 7 7 b ,
en columbrar los monos, armados de azagayas como ellos. Se enta- c)' El episodio de la pesca de pirarucu no figura, o si figura será con
bló el combate pero cada hermano fue herido en el ojo y murió. forma apenas reconocible. Así que nos contentaremos con remitir al
En la cabaña familiar vivía otro hermano. Tenía el cuerpo lector a la interesante discusión de Dietschy (2), señalando, para quien
cubierto de heridas y úlceras. Sólo la abuela consentía cuidarlo. emprendiera el estudio completo del mito, la conclusión análoga de
Un día que cazaba pájaros perdió una flecha y quiso recuperarla. M 7 ti. Otras diferencias atañen a la composición de la familia del héroe,
Había caído en el agujero de una serpiente. Salió el amo del rum- abandonado por sus padres y confiado al abuelo, que lo alimenta de
bo, interrogó al muchacho, se enteró de la causa de su desdicha.
mondaduras y de espinas de pescado. MI 7 7 a hace que case con su tía.
Para curarlo le regaló un ungüento negro, acerca del cual debía
guardar el secreto. Las dos variantes doblan la victoria sobre los monos con otra, sobre dos
aves rapaces que el héroe provoca batiendo el agua: tu, tu ... (cf.
15 La oposición entre el mono aullador y el perezoso ha servido de argumento
M22ó-M227)' Este elemento, común a los mitos de los Ge orientales,
para uno de nuestros cursos del College de France; d. Annuaire, 65 e année,
sugiere que aquí y allá nos las vemos con un mito fundador de la inicia-
1965-1966, pp_ 269-270.
332 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 333

ción de los muchachos que, entre los Karajá, se realizaba también en (loe. cit.) se inclina a vincular al término general /(k)o-woru/, "magia".
varias etapas [Lipkind 2, p. 187). El nombre de la varita delgada y blanquecina, /nohódémuda/, es dudoso,
El interés del mito está en sus referencias múltiples que remiten a los salvo por el elemento fnohó/, que designa el pene.
Ce y a las tribus de la Guayana (M 2 3 7-2 39, M 2 4 1 _2 S 8), muy particular- Según Krause, se llama también fhetsiwaf un objeto mágico de cera
mente a los Kachúyana, puesto que, como hemos subrayado ya, M 1 7 ? que sirve para echar suertes y que figura un ser acuático, en el que el
invierte el mito de origen del curare de esta última población (M 1 6 1 ) mencionado autor reconoce el pez eléctrico. Dietschy ha establecido de
introduciendo (pero también en ocasión de peleas con monos aulladores manera muy convincente que se trataba del delfín.. Vacilamos, con todo,
llenos de intenciones hostiles) la noción de un veneno al revés: ungüento al rechazar totalmente la hipótesis de una afinidad simbólica entre el
destinado a debilitar flechas prodigiosas, para que el exceso de su fuerza /hetsiwaJ del primer tipo, o la varita negra que trae, y el pez eléctrico.
no se vuelva contra el cazador. Es interesante notar que estas superfle- Éste tiene en karajá igual nombre que el arcoíris, o sea un fenómeno
chas hacen pasar riel lado de la caza la recolección de productos silves- meteórico que, como el objeto mágico, concluye la lluvia. El manejo del
tres y de miel, que el mito asimila así a una caza. Los conocimientos /hetsiwa/, que recuerda curiosamente el de la maza-jabalina de los Nam-
actuales sobre los Karajá no permiten intentar una interpretación que, bikwara, que la usan para cortar y apartar las nubes borrascosas, remite
por la fuerza de las cosas; tendría que ser especulativa. El tratamiento de también a un mito arawak más septentrional, donde el pez eléctrico
los intersticios entre los dedos de manos y pies como si fueran orificios desempeña la misma función:
verdaderos en MI 77 remite, por último, a mitos del Chaco en los que la
heroína es asimismo un batracio (M I 75 ), y a un mito tacana (M 3 24) que M 3 2 S ' Arawak: el matrimonio del pez eléctrico.
contiene el mismo motivo.
Las versiones Krause modifican la versión Ehrenreich en un punto que Un viejo brujo tenía Una hija tan bella, que le hacía ponerse
nos interesa ante todo. En lugar de flechas mágicas (que son de hecho exigente para darle marido. Rechazó sucesivamente al jaguar y a
azagayas), la serpiente (o el protector de forma humana de M¡ 7 7b, c) da muchos otros animales. Finalmente apareció Kasum, el pez eléc-
al héroe dos instrumentos igualmente mágicos: un proyectil de madera trico (Electrophorus electricus, un gimnoto), que presumió de su
llamado fobiru/, y un objeto hecho de dos varitas de canna brava (una fuerza. El viejo se mofó de él, pero en cuanto tocó al pretendiente
y experimentó la violencia de la descarga, cambió de opinión y lo
anonácea), clara una, oscura la otra, pegadas a todo 10 largo con cera y
aceptó como yerno, con misión de regular el trueno, el relámpago
adornadas con plumas negras en una punta. Este instrumento se deno- y la lluvia. Cuando se acercó la tormenta, Kasum dividió las nubes,
mina /hetsiwa/. a su derecha y a su izquierda, y las alejó respectivamente hacia el
Golpeando (schlagt) estos objetos, o batiendo el aire con ellos, el sur y hacia el norte (Farabee 5, pp. 77-78).
héroe alza un gran viento. Surgen serpientes /uohuf, palabra que significa
también "viento", "flecha", y penetran en el fhetsiwa/. Entonces el vien- El interés de la confrontación se explica por el papel otorgado a los
to trae pescado, cerdos salvajes y miel, que el héroe distribuye a su peces en la mitología de los Karajá, que obtienen de la pesca casi toda
alrededor y consume el resto en compañía de su madre. Un día que está su subsistencia. Se ha visto aparecer el pirarucu al final de MI 77 a. Este
pescando, un niño se apodera del Jobiru/ y conjura las serpientes, pero enorme pez, único que los Karajá pescan con red (Baldus 5, p. 26), se
no sabe hacer que vuelvan al /hetsiwaJ. Las serpientes (o los vientos) se opone por este hecho a todos los demás, pescados con "veneno", así
desencadenan y exterminan la población del pueblo, incluyendo al como a la serpiente que, según M I 7 7 a , se divierte escabulléndose entre las
héroe, que no puede dominar los monstruos sin el socorro del /obiru/. mallas de la red. A esta primera dicotomía entre la serpiente y el pez
Con esta matanza se acaba la humanidad (Krause, loe. cit.). pirarucu corresponde otra. Un mito karajá (M 1 7 7d) atribuye el origen de
A diferencia del "batidor" de M 3 U 4 para los Tukuna, el /obiru/ y el los pirarucu a dos hermanos asqueados de sus mujeres y que se mudaron
fhetsiwa/ tienen, entre los Karajá, existencia real y empleo atestiguado. en peces Arapaima gigas, Uno fue devorado por las cigüeñas, por ser
El primero es una azagaya lanzada por medio de un propulsor. MI 77 blando (y así, podrido; cf. M3J 1 ), el otro, duro como piedra, sobrevivió
sugiere que esta arma pudo ser usada en otro tiempo para cazar monos, y se volvió la máscara flateni/ que aterra a mujeres y niños (Baldus 6,
pero a principios del siglo XX no era sino un artefacto deportivo y, con pp. 213-215;- Machado, pp. 43-45). Estos hombres desencantados por el
la forma que se le ha observado, seguramente tomado de las tribus del amor con humanas, vueltos pirarucu, invierten la o las mujeres del ciclo
Xingu [Krause, p. 27:{ y fig. 127). El /hetsiwa/, objeto puramente mági- del tapir seductor, prendadas con pasión de un animal, y que se volvie-
co para alejar la lluvia, plantea problemas de interpretación muy comple- ron peces, los cuales se oponen en conjunto a la categoría especial que
jos, en virtud del grosor desigual y de los diferentes colores de las dos forman los pirarucu.
varas, y también en el plano lingüístico. La vara más gorda, pintada de Pero volvamos al /hetsiwa/. Si se comparan las versiones Ehrenreich y
negro, se llama /kuoluni/, /(k)woru-ni/, palabra que designa el pez eléc- Krause de MI 7 7 se advierte que casi por doquier se trata de dos clases
trico según Krause y Machado, pero que en este caso particular Dietschv de objetos. El o los /obiru/ sirven de M 1 7 7 u,b para "llamar" la caza y
334 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 335

la miel, en tanto que incumbe al ungüento mágico según M I77a' al /het- tes. De las dos puntas de la de arriba cuelgan borlas muy alargadas de
siwa/ según M 17 7b, neutralizar los peligros inherentes a este llamado. A fibra de corteza. Los cuatro portadores de/wabu/ acompañan a los dan-
condición de dejar a un lado MI 7 7 e (versión muy acortada en que el zantes enmascarados hasta el lugar de la fiesta y entonces se apartan por
/hetsiwaracumula las dos funciones), resulta que el /hetsiwa/ de M l 7 7b parejas: una se pone al este, la otra al oeste del tefreno en que se danza.
desempeña el mismo papel que el ungüento de MI 7 7 a, que es un veneno Por desgracia, ignoramos la significación de los /wabu/ y su función en
invertido. el ritual. Pero su semejanza material con el /hetsiwaJ es tanto más no-
Ahora bien, el /hetsiwa/ es él mismo un instrumento inverso con rela- toria cuanto que existen dos tipos de /wabuf. uno grande y otro peque-
ción al "batidor" de M 3 0 4 o al /parabára/: los dos bastones de que ño, y Krause reproduce (fig. l82a, b) dos tipos de instrumentos rituales
consta, y que están pegados uno al otro todo a lo largo, no pueden ser karajá formados por bastones pegados
golpeados uno contra otro. El caso no es único. Una forma muy próxi- En el estado actual de nuestros conocimientos, la hipótesis según la
ma está ilustrada entre los Sherenté, cuya cultura, en ciertos aspectos, cual el fhetsiwaf y el /wabu/ representarían "batidores", en cierto senti-
exhibe singulares afinidades con la de los Karajá. Nimuendaju (6, pp. do paralizados, debe ser adelantada con extrema prudencia. Pero la exis-
68-69 y lám. III) describe y reproduce un objeto ritual llamado /wabu/, tencia de concepciones análogas entre los antiguos egipcios le confiere
que los indios fabrican a razón de cuatro ejemplares, dos grandes /wabu- cierta verosimilitud. No ignoramos que el testimonio de Plutarco es sos-
zauré/ y dos pequeños /wabu-rié/, para la fiesta del gran oso hormiguero pechoso a menudo. No pretendemos entonces restituir creencias autén-
(antes, p. 109). Cada uno consta de dos raquis de palmera bur ity (Mauri- ticas, pues poco nos importa que las representaciones a las que vamos a
tia) pintados de rojo y fijos uno contra el otro mediante clavijas salien- referirnos se originasen entre sabios egipcios dignos de crédito, entre
algunos informadores de Plutarco, o en este autor mismo. El solo punto
digno de atención es, a nuestros ojos, que, después de haber notado
varias veces qU7 los recorridos intelectuales atestiguados en la obra de
Plutarco ofrecían un curioso paralelismo con los que en persona resti-
Fig. 19. Los dos /hetsiwa/. (Se~ tuíamos a partir de mitos sudamericanos, y que, por consiguiente, pese a
gún Krause, loco cit., p. 333.) la separación de tiempos y lugares, debíamos admitir que, aquí y allá,
mentes humanas trabajaron de la misma manera, aparezca una nueva
convergencia a propósito de una hipótesis que sin duda no habríamos
osado sugerir de no ser por la confrontación que autoriza.
He aquí, pues, el texto de Plutarco: "Dice también Maneto que según
los :gipcios, los dos muslos de Júpiter se unieron de tal manera que no
podian andar, de suerte que por vergüenza se tenía apartado, pero Isis se
los cortó, los dividió, y así le permitió andar derecho a su gusto. La cual
fábula da ocultamente a entender que el entendimiento y la razón de
Dios marchan invisiblemente, y secretamente proceden a generación por
movimiento:. lo cual muestra y da tácitamente a entender el Sistro que
es la carraquilla de bronce usada en los sacrificios de Isis, y hace falta que
las cosas se sacudan y no dejen jamás de moverse y casi se despierten y
desplomen, como si se durmieran o languidecieran: pues dicen que apar-
t~n y rech~zan a Tifón con estos Sistros, entendiendo que la corrupción que
liga y detiene la naturaleza, el movimiento en el acto la suelta, levanta y
pone en~,ima por la ~eneraci.ém" (§ XXXII). ¿No es impresionante que
los Karajá, cuya magia y los problemas que ésta plantea nos han condu-
cido hasta Plutarco, hayan elaborado un relato perfectamente simétrico
con el de este autor? De su demiurgo Kanaschiwué cuentan que una vez
hubo que atarlo de brazos y piernas para evitar que, libre de movimien-
Fig. 18. Representa- tos, destruyera la tierra provocando inundaciones y otros desastres {Bal-
ción esquemática del dus 5, p. 29).16
¡wabu/. (Según Ni-
rnucndaju 6, lám. III.l 16 Desde este punto de vista convendría también reanudar el examen del célebre
episodio de Aristco {Virgil¡o , Gt:órgica.I-, l. IV), donde Proteo (correspondiente al
EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 337
336 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS

tienen por objeto las campanas: seres dotados de voz, capaces de sentir
Pese a su oscuridad, el texto antiguo introduce una neta oposición entre,
y de actuar, susceptibles de recibir el bautismo. Aparte de su papel con-
por una parte, el silencio y la inmovilidad simbolizados por dos miem-
vocador de los fieles, las campanas cumplían una función meteorológica
bros normalmente distintos y sin embargo soldados, por otra parte el y hasta cósmica. Vibrando, expulsan la tempestad, disipan nubes y gra-
movimien to y el ruido simbolizados por los sistros. A diferencia del nizo, destruyen los maleficios.
primer término y como en América del Sur, sólo el segundo término es Según Van Gennep, a quien seguimos hasta aquí (t. 1, vol. III, pp-
un instrumento de música. Como en América del Sur también, este ins- 1209-1214), los instrumentos de las tinieblas que sustituyen a las cam-
trumento de música (o su inverso) sirve para "apartar o rechazar" un panas comprenden el martillito, la carraca, el batidor o aldaba de empu-
poder de la naturaleza (a menos que, con fines criminales, sirva para
ñadura, una especie de castañuelas llamada en francés liore, la matraea
atraerlo): aquí Tifón, es decir Seth; allá, el tapir o serpiente seductores, (tablilla que golpea, al agitarla, dos placas móviles dispuestas a los lados),
la serpiente arcoíris ligada a la lluvia, la lluvia misma, o los demonios el sistro de madera en cordel o anillo. Otros instrumentos, como el
e tónicos. batelet ("barquichuelo") y enormes carracas, constituían verdaderos
mecanismos en grande. Todos estos artefactos desempeñaban funciones
El sistro propiamente dicho es un instrumento musical poco difundido teóricamente distintas, pero a menudo mezcladas en la práctica: hacer
en América del Sur. Entre los Caduveo hemos recogido sistros conformes ruido en la iglesia o fuera de ella; convocar a los fieles durante la ausen-
a la descripción que habían ya dado otros observadores: bast0t;es ahor- cia de las campanas; acompañar las vueltas de los niños pidiendo limos-
quillados con las dos ramas unidas por una cuerda, en la que estan ensar- na. Según algunos testimonios, los 'instrumentos de las tinieblas servirían
tados algunos discos, antes tallados en hueso o concha, actualmente de también para evocar los prodigios y ruidos terroríficos que señalaron la
metal. Existe un instrumento parecido entre los Yaquis del norte de muerte del Cristo.
México. No se conocen otros ejemplos americanos (Izikowitz, pp. En el caso de Córcega (Massignon) se citan instrumentos de viento
150-151)_ (trompa marina, silbato de madera o, más sencillamente, silbidos- emiti-
Pero a falta de sistro disponemos de otro fundamento para comparar dos entre los dedos), al lado de diversos instrumentos o técnicas de per-
las representaciones míticas de los mundos Viejo y_Nuevo. P~es el lector cusión: altar y bancos de la iglesia golpeados con un bastón, tablas
sin duda habrá observado que existe una extrana analog ia entre los despedazadas a mazazos, aldabas de empuñadura, matracas, carracas de
recursos que utiliza el llamado golpeado en los mitos sudamericanos varios tipos, uno llamado Iraganétta/, "ranita", el otro, de caña, parecido
-resonador de calabaza o tronco de árbol golpeados, entrechocar de a un Iparabáral perfeccionado mediante una rueda dentada de madera en
bastones, "batidor"- y un complejo litúrgico del Viejo Mundo, cono- vez de una de las láminas del bambú hendido. Lo de "ranita" se vuelve a
cido con el nombre- de instrumentos de las tinieblas. El origen de estos encontrar en otras regiones.
instrumentos y de su empleo en Pascua, del jueves al sábado de la sema- En Francia los trastos de las tinieblas comprendían objetos usuales:
na santa, plantea numerosos problemas. Sin pretender intervenir en un calderos o cacerolas de metal golpeados, pataleos en el suelo con zuecos,
debate difícil y que escapa a nuestra competencia, nos contentaremos golpes dados con mazos de madera en el suelo o en objetos; bastones de
con recordar algunos puntos generalmente admitidos. . punta hendida o haces de ramas para golpear suelo y objetos; palmoteos;
Al parecer, en las iglesias las campanas fijas aparecieron tarde: hacia el finalmente, instrumentos músicos de diversos tipos: de cuerpo sólido
siglo VII, más o menos. Su mutismo obligatorio del jueves al sábado vibrante, de madera (aldaba, carraca, matraca, tabla golpeada por un
santos no parece atestiguado (y aun así solamente en R.o~~~ hasta ;1 dispositivo, sistro}; de metal (cencerros, cascabeles, maracas), o de mem-
siglo VIII. A fines del XII Y principios del XIII, la prohibición habr ia brana (tambor de fricción giratorio); o instrumentos de aire vibrante
ganado otros países europeos. Mas la razón del silencio de las campanas (silbatos de pico y de agua, cuerno, caracol, corno, trompa, oboe).
y de su sustitución pasajera por otras fuentes de r.uido no es~á clara. El En los Altos Pirineos el autor de esta clasificación ha estudiado la
pretendido viaje a Roma; responsable de la ausencia momentanea de las fabricación y el empleo de un tambor de fricción giratorio llamado Itou-
campanas, pudiera no ser sino una explicación a posteriori: que descansa louhouj (Marcel-Duboís, pp. 55-89). Una lata de conserva vieja, sin fon-
por lo demás en toda suerte de creencias y de representaciones que do, o un cilindro de corteza forma el resonador: caja abierta por un
lado, y por el otro con una membrana de piel de carnero o de vejiga
TIfón de Plutarco) debe ser encadenado, y durante la estación seca: Iam rapidus
torrens sitientis Sirius Indos ("Ya Sirio impetuoso, quemando a los Indios sedien-
tendida, sostenida por una ligadura. Dos agujeros abiertos en el centro
tos"), a fin de que consienta revelar al pastor el modo de encontr.ar la miel perdid~ de la membrana permiten que pase un lazo de cuerda, cuyos extremos
a consecuencia de la desaparición de Eurídice, ama, si no de la miel como la hero i- libres están fijos por un nudo que corre alrededor de una varita provista
na de M2 3 3 _2 3 4 , de la luna de miel indiscutiblemente. Engullida por una serpiente de una garganta y que sirve para manipular el instrumento. Luego de
acuática monstruosa (ibid., v, 459), Eurídice invierte a la heroína de M326a engen- haber untado dicha garganta de saliva, el ejecutante coge el mango e
drada por una serpiente de agua y que rehusa la luna de miel, en el tiempo en que imprime un movimiento de rotación al instrumento. La cuerda vibra y
los animales, dotados de habla, no se hubieran cuidado de un Orfeo.
LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 339
338

emite una especie de mugido, calificado de "zumban te" o de "chillante" res, desempeña pues el papel de condición requerida. Crea el vacío
según la cuerda sea de cáñamo o de crin. * En sentido propio, la pala- necesario para que la conjunción del fuego celeste y de la tierra pueda
bra ftoulouhou/ designa el zángano y el abejorro. Pero en otras partes el realizarse sin peligro. -'-
mismo instrumento tiene nombres de otros animales: insectos (cigarra, La inquietud que no podríamos evitar al ir a buscar tan lejos un tér-
saltamontes) o batracios (ranita, sapo). El nombre alemán Waldteufel, mino de comparación, halla algunas razones para aplacarse gracias a una
"diablo de los bosques". incluso evoca el mito warrau M] 17, en el cual confrontación que se impone: del rito chino arcaico y una ceremonia
diablos de los bosques padecen por estar tan mal dotados de instrumen- reciente de los indios Sherenté, que ya hemos analizado y cuya impor-
tos musicales. tancia para nuestros problemas hemos mostrado (CC, pp. 285-287,308).
Aunque el ritual ordene que enmudezcan las campanas desde la colecta También aquí se trata de un rito del fuego nuevo, precedido por la
de la misma del jueves santo hasta la Gloria del siguiente sábado (Van extinción de los hogares domésticos y por un periodo de mortificacio-
Gennep, loc.cit., pp. 1217-1237; Marcel-Dubois, p. 55), parece que la nes. Este fuego nuevo debe ser obtenido del sol, no obstante el peligro
Iglesia siempre se ha mostrado hostil a los instrumentos de las tinieblas y al que se exponen los hombres al acercarse a él o acercándolo a ellos. El
ha tratado de restringir su empleo. Por esta razón Van Gennep admite su mismo contraste persiste también entre el fuego celeste, sacro y destruc-
origen folklórico. Sin preguntarnos si el estrépito de las tinieblas sobre- tor, y el fuego terrestre, profano y constructor, ya que es el del hogar
vive como vestigio de costumbres neolíticas o hasta paleolíticas, o si su doméstico. Para que la comparación sea completa, sin duda tendremos
recurrencia en regiones muy apartadas muestra solamente que, confron- que encontrar los batidores de madera entre los Sherenté. Su presencia
tado aquí y allá a iguales situaciones, el hombre reacciona con expresio- no está atestiguada; pero al menos hemos verificado que estos indios
nes simbólicas que le son propuestas, si no es que hasta impuestas, por poseen un instrumento ritual, el /wabu/, en el cual consideraciones muy
los mecanismos profundos que regulan por doquier su pensamiento, diversas de las que nos ocupan en este momento nos han incitado a
aceptaremos la tesis prudente de Van Gennep e invocaremos, para reconocer un batidor invertido (p. 335). Sobre todo, el ritual sherenté
apoyarla, un paralelo: "En China... hacia principios del mes de abril, del gran ayuno pone en lugar sobresaliente otro tipo de agentes ruido-
ciertos funcionarios denominados Sz'hüen recorrían otrora el país arma- sos: avispas sobrenaturales, que se manifiestan a los oficiantes por su
dos de batidores de madera... para reunir la población y ordenarle zumbar característico: lken! - iken! - i ken-ken-ken-ken! (CC, p. 308, n.
apagar todos los hogares. Este rito señalaba el principio de una estación 6). Ahora, si la tradición china menciona solamente el batidor, y la tra-
llamada Han-shih-tsieh, o 'de la comida fría'. Durante tres días perma- dición sherenté las avispas, hemos visto que en Europa el tambor de
nec Ían apagados los hogares, en espera de que se encendiera el fuego fricción giratorio -que los pirenaicos designan mediante un nombre que
nuevo, rito solemne que era el quinto o sexto día del mes de abril, más significa "abejorro" o "zángano">. figura al lado del batidor entre los
precisamente, el día 105 después del solsticio de invierno. Con gran instrumentos de las tinieblas, y hasta puede sustituirlo.
pompa, los mismos funcionarios celebraban esta ceremonia, durante la Prolonguemos nuestro esfuerzo de elucidar un sistema mítico y ritual
cual obtenían del ciclo el fuego nuevo, concentrando en musgo seco los del que empezamos a sospechar que pudiera ser común a culturas muy
rayos del sol por medio de un espejo de metal o de un pedazo de cristal. apartadas unas de otras, y a tradiciones muy diversas. Como la China
Los chinos llaman 'celeste' a este fuego, y es el que emplean forzosa- arcaica y ciertas sociedades amerindias, Europa celebraba hasta fecha
men te para los sacrificios; en tan to que el fuego obtenido por fricción reciente un rito de extinción y renovación de los hogares domésticos,
de dos trozos de madera, llamado 'terrestre', debe servir para cocer y precedido de privaciones de alimento y del empleo de los instrumentos
para otros usos domésticos Este rito de renovación del fuego se re- de las tinieblas. Este conjunto caía precisamente antes de Pascua: de
monta a época muy antigua (al menos) 2000 años a. C." (Frazer 4, suerte que las "tinieblas" que se hacían reinar en la iglesia durante el
citando diversas fuentes: vol. 10, p. 137). Por dos veces recuerda Granet oficio del mismo nombre podía simbolizar tanto la extinción de los
(pp. 2R~, 514) este rito, brevemente, refiriéndose al Cheu li y al Li Ki. hogares domésticos como la noche que cayó sobre la tierra en el mo-
Si presentamos una antigua costumbre china (de la cual se conocen mento de la muerte del Cristo.
paralelos en Oriente y Extremo Oriente). es porque nos interesa por más En todos los países católicos, la costumbre quería que el sábado vís-
de una razón. Ante todo, parece inspirarse en un esquema relativamente pera de Pascua se apagasen las luces de las iglesias y se encendiese un
sencillo y fácil de deslindar: para que pueda ser captado aqu i abajo el fuego nuevo, sea con eslabón, sea con una lupa. Frazer ha compilado
fuego de arriba, hace falta que cada año se produzca una conjunción de numerosos ejemplos que muestran que este fuego servía para renovar el
ciclo y tierra, peligrosa, con todo, y casi sacrílega, puesto que el fuego de los hogares domésticos. Cita un poema latino del siglo XVI en traduc-
celeste y el terrestre están regidos por una relación de incompatibilidad. ción inglesa de la época, de la cual extraemos algunos versos significa-
La extinción de los fuegos terrestres, anunciada o mandada por batido- tivos:
* Es la zambomba española, de la cual puede verse, s.v., una ilustración lamen-
tahle en el DicclUtllln"o manual de la Academia. lT.J
340 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 341

On Easter Eve the fíre all ís quencht in every place, abundancia de las carnes de todas clases; algunos pedazos se reservaban
And fresh againe from out the [lin.t is fecht with solemne grace para dicho día y debían prepararse siguiendo recetas más complejas que
para las otras comidas. El caldo del puchero, que servía también para
Th'e~' Ciapp'e~; ~~~;s~: ~;d 'be'Úe~ 'dr~ 's~i 'ag~in'e' ~i libertee, ..... aspersiones rituales, la papilla, las crépes preparadas en sartén engrasada.
And herewithall the hungrie times 01 fasting ended beco * los buñuelos fritos en grasa o en aceite, son viandas típicas de este mar-
tes. La confección obligatoria de las eré-pes no está atestiguada, en Fran-
En Inglaterra las campanas callaban desde el jueves santo (Maundy cia, más que en el tercio más septentrional del territorio (Van Gennep,
Thursday) hasta el domingo de Pascua a mediodía, y las reemplazaban tomo 1, vol. III. pp. 1125-1130 y mapa XII).
artefactos ruidosos de madera (Frazer, loe. cit., p. 125). En varias regio- Si reconocemos la hostilidad de la Iglesia hacia hábitos que ha conde-
nes de Europa el retorno de la abundancia tenía igualmente por símbolo nado siempre como paganos, para quitarles el tinte cristiano que Europa
"jardines de Adonis" preparados al acercarse la Pascua {Frazer 4, vol. 5, ha tratado vanamente de darles, y si buscamos alcanzar la forma común
pp. 253ss). a los ejemplos americano, chino y europeo -elegidos entre otros que nos
Ahora bien, retornada esta abundancia, no fue sólo desde el jueves hubieran servido lo mismo y de los que Frazer ha establecido el inventa-
santo desde cuando huyó: su pérdida se remonta a fecha más lejana, que rio-, llegamos en resumen a esto:
es exactamente la del día siguiente al martes de carnestolendas. Desde el Una vasta indagación acerca del lugar y el papel de la mitología de la
punto de vista de los símbolos acústicos y de su re.ferencia alimentaria miel en la América tropical ha impuesto a nuestra atención un hábito
hay que distinguir entonces tres momentos. Los instrumentos de las acústico a primera vista inexplicable: el entrechocar ruidoso de sus san-
tinieblas acompañan el último periodo de cuaresma, es decir cuando, por dalias por el recolector de miel de M24 1 7. Salimos en busca de términos
haber durado máximo tiempo, su rigor alcanza el paroxismo. De esta de comparación y encontramos primero el batidor de M 30 4, instrumento
cuaresma señalan el término las campanas que repican otra vez el día de imaginario sin duda pero que nos ha puesto en la pista de instrumen tos
Pascua. Pero aun antes de que comience, un uso excepcional e inmode- reales del mismo tipo y cuya existencia en América del Sur había pasado
rado de las campanas había convidado a la población a aprovechar el casi inadvertida. Reales o imaginarios, estos instrumentos ofrecen, desde
último día de abundancia: -Ia campana tocada la mañana del martes de el doble punto de vista organológico y simbólico, el equivalente de lo
carnestolendas era conocida en Inglaterra con el nombre de pan cake bell, que son los instrumentos de la tinieblas de la tradición europea, cuya
"campana de los bollos". Los excesos culinarios que señalaba y a los que presencia también en China atestigua un rito arcaico.
casi obligaba hallan una ilustración tan pintoresca como intraducible en Antes de ir más lejos, abramos un paréntesis sobre un punto de orga-
una poesía popular de 1684: r olog ia. Los artefactos europeos de las tinieblas comprenden instrumen-
tos de cuerpo sólido vibrante, y otros de aire vibrante. Así queda supri-
But hark, 1 hear the pancake bell, r.rida la hipoteca que pesaba 'sobre nuestras interpretaciones en virtud de
And fritters make a gallant smell; la dualidad de los llamados lanzados al animal seductor por la heroína
The cooks are baking, frying, boyling,
de numerosos mitos sudamericanos: llamados ora golpeados, en la pared
Carving, gormandising, roasting,
Carbonading, cracking, slashing, toasting. abombada de una media calabaza puesta en la superficie del agua, en un
tronco de árbol, o en el suelo, ora silbados imitando la voz del animal.
(Wright y Lones , p. 9; el. pp. 8-20) Por su cuenta, la etnografía europea admite- la misma ambigüedad, a
En el caso de Francia, Van Gennep insiste con razón en el aspecto veces en un solo lugar y en una ocasión bien determinada. En Córcega,
culinario ceremonial del ciclo Carnaval-Cuaresma, demasiado descuidado "armados de bastones, los niños golpean fuerte los bancos de la iglesia, o
por los teóricos, pero que el pensamiento popular juzga suficientemente bien, llevándose los dedos a la boca, silban a más no poder. Representan
importan te para denominar al martes de carnestolendas o al primer a los judíos persiguiendo al Cristo" (Massignon, p. 276). Volveremos a
domingo de cuaresma según sus manjares característicos, al uno jour des esta observación (p. 343).
eré-pes o des crozets, al otro dimanche des beignets, des bugnes o des l 7 Sin duda podría pensarse también, en la cencerrada para impedir la partida de
pois frits, Así, en Montbéliard los manjares del martes comprendían, por las abejas, atestiguada en la Antigüedad por numerosos autores de los que Billiard
la mañana, pelé (mijo) o paipai (arroz con leche)' y por la noche carne (2, pp. 382·383) da la lista, y que tal vez se practica aún en algunas regiones. Pero,
observa Billiard, "unos pensaban que este ruido regocijaba a las abejas, otros, al
de cerdo, jamón, carrillada o bon-jésus (intestino grueso lleno de carne y contrario, que las asustaba". Con Lavens y Bonnícr (pp. 148-149), estima pues
tripas picadas) con un plato de choucroute. Por lo demás, la comida del "que no tiene utilidad alguna", o no tiene otra que afirmar públicamente los dere-
martes de carnestolendas se distinguía de ordinario de las otras por la chos del perseguidor: "lo cual es por ventura la sola explicación plausible de esta
* La víspera de Pascua se extingue el fuego por doquier; y solemnemente se costumbre tantas veces secular" (Bllliard 1, año 1899 núm. 3, p. 115). Se corn-
vuelve a encender con pedernal; ... ; Cesan los batidores y se sueltan las campa- prenderá mejor más adelante que la cencerrada a las abejas no es interpretable más
nas; para que concluya así el tiempo del ayuno. [T.] que como aplicación de los artefactos de las tinieblas a un caso particular.
342 LOS !NSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 343

No es todo. A lo largo de nuestro trabajo hemos verificado que el tapir queda perdida para su esposo legítimo; a veces incluso toda. la gen-
pensamiento indígena asociaba los mitos sobre el origen de la miel a la te femenina lo queda para la sociedad. En el otro caso, la potencia de la
estación seca, o bien -en ausencia de estación seca- a un periodo del cultura hace disyuntos los sexos en perjuicio de la naturaleza que pres-
año que connotaba igualmente la escasez. A esta codificación estacion~l cribe su unión; temporalmente al menos, los nexos familiares quedan
se añade otra, de naturaleza acústica, de la cual estamos ahora en condi- rotos para permitir a la sociedad de los hombres formarse.
ciones de precisar ciertas modalidades. Retornemos un momento a los hechos pirenaicos. El ftoulouhouf gira
La conjunción del buscador de miel con el objeto de su búsqueda alrededor de un eje, como el rombo, y los dos instrumentos se asemejan
-sustancia situada del todo del lado de la naturaleza, puesto que para por la sonoridad, aunque sean muy diferentes desde el punto de ~ista
hacerla consumible no es necesario someterla a la cocción-o o de la organológico. En la práctica ritual, sin embargo, el ftoulouh~uf tiene
mujer con un animal seductor cuya posición semántica es ig.ua1 qu~. la de análogo papel al que acabamos de reconocer al rombo procediendo de
la miel, alimento seductor, provocan las dos el riesgo de disyunción del manera puramente deductiva pero que, por su parte, la observación etno-
personaje humano de la cultura, y así de la sociedad. Subr~yem.os de gráfica atestigua con innumerables ejempl,?s de América del Sur (Zerries
paso que el concepto de conjunción disyuntiva no es contradictorio, ya 2), Melanesia y Australia (Van Baal) y Africa (Schaeffner). El uso del
que remite a tres términos de los cuales el segundo se conjuga con el ftoulouhouf está reservado a los muchachos, que lo usan antes de la
primero por el mismo movimiento que 10 hace disyunto del tercero. Esta misa del viernes santo y durante ella, para aterrar a las mujeres y las
captación de un término por otro a expensas de otro, tercero (d. CC, chicas. Ahora bien, el rombo existe en las sociedades pirenaicas, mas
pp. 282-285), halla en M 2 4 una expresión acústica en forma de batir.?e nunca a título de artefacto de las tinieblas: instrumento de carnaval en
sandalias, lo mismo que otro mito del Chaco (M 3 01) señala la operacton el Labourd y el Béarn, o usado para echar las yeguas de los camI~o~ para
inversa, de disyunción conjuntiva, por medio de un ruido exactamente carneros (Marcel-Dubois, pp. 70-77). Así que en el plano organol~gl.co se
opuesto: el brrrumbrrrummbrum de la serpiente que se prepara a engu- mantiene la oposición entre el rombo y los intrumentos de las timebias
llir los buscadores de miel después de la miel que les ha sacado. aunque, en el plano simbólico, la función reservada al rombo por las
Al citar este mito (p. 280) señalábamos que la voz de la serpiente re- sociedades sin escritura reaparezca, en una sociedad europea, disociada
cuerda la de los rombos. Los mitos sudamericanos no son por cierto los del rombo y ligada al instrumento de las tinieblas que más se le parece.
únicos en que se observa una relación de congruencia entre la se~piente A pesar de esta diferencia secundaria -acerca dc la cual quisiéramos
y el pene, pero explotan metódicamente todos sus recursos, por ejemplo conocer la opinión de los especialistas.. , subsiste el contraste fundamen-
cuando ilustran una relación de correlación y de oposición entre la ser- tal y puede ser formulado en los mismos términos. Utilizado fuera de la
piente "toda pene" y su amante humana "toda matriz": mujer que iglesia y antes de la misa, con exclusión de los demás instrumentos ?e
puede cobijar en la matriz a su amante o a su hijo ya crecido, y cuyos las tinieblas, el ftoulouhou/ funciona como un rombo: apunta ~ la dis-
otros orificios corporales están abiertos, dejan escapar la sangre mens- yunción de las mujeres (conjuntadas así a la naturaleza) de la SOCIedad dc
trual, la orina y hasta las carcajadas (Ce, pp. 1275s). De este par funda- los hombres (cultura), libre de reunirse sola en el sagrado recinto. Pero,
mental, el tapir, "gran pene", y la zarigüeya, "gran matriz" (en la forma utilizado en la iglesia y duran te la misa, jun to con los demás artefactos
directa de buena nodriza o en la figurada de una mujer adúltera), ilus- de las tinieblas, su papel se confunde con el de éstos que es (si pudiera
tran sólo una variante combinatoria en que los términos están menos generalizarse la in terpretación extraída de los hechos cor~os por la s~ño­
marcados (cf. CC, p. 247)'- rita Massignon) simbolizar la conjunción de los enemigos del Cnsto
Que los hechos melanesios y australianos hayan independientemente (naturaleza) con el Salvador, que entonces queda disyunto de la cultura.
conducido a proponer una interpretación fálica del simbolismo de los Dejemos de momento el rombo para considerar otra vez la doble
rombos (Van 8aal), es cosa que refuerza nuestra convicción de que el codificación, estacional y acústica, del conjunto que estábamos discutien-
llamado golpeado del buscador de miel tereno, el rugido de la serpie~te do. Primero la codificación estacional. Es discernida por doquier, sea en
toba, forman un par de términos contrastados. En efecto, hemos p~rtldo forma real, en América del Sur, con la oposición objetiva de dos perio-
dos del año -c-uno marcado por la escasez y el otro por la abundancia-;
de la hipótesis de que el uno era congruo ~~:m el llam,ado golpeado o Silbado
de la amante del tapir, el otro con el somdo extraído de los rombos, Esta en forma convencional (pero que sin duda ritualiza una experiencia real}
hipótesis queda ahora apuntalada por lae asimilación del pr~mero a u,n en Europa, donde puede ser asimilada la cuaresma a una escasez inst.a,u-
llamado, lanzado por una mujer "de gran vagina" (en sentido m~ta.fo­ rada; en fin, en forma casi virtual en la China arcaica, donde la es tacron
rico) a un animal realmente dotado de un gran pene, y por la as~mIla­ de "comer frío" no pasaba de unos días. Pero, por virtual que sea, la
ción del segundo a una advertencia hecha a las mujeres (pero que no son oposición china es conceptualmente la más fuerte puesto ':lue se estable-
entonces perseguidas más que a fin de ser mejor echadas) por el ~ombo. ce entre el fuego ausente y el fuego presente, y pasa lo rrusmo entre los
que es un pene figurado. Por consiguiente, en un caso la po tencra de la Sherenté. En otras partes, en América del Sur, la oposición se coloca
naturaleza conjuga los sexos en detrimento de la cultura: la amante del entre un periodo de abundancia y un periodo de escasez vivido duradera-
344 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 345

mente sin ser por necesidad mimado durante un lapso más o menos traer a la tierra el fuego celeste para encender los hogares extintos. Lo
largo. Es la misma oposición que encontramos en Europa, traspuesta a la mismo, aquella miel superlativa que sería la miel cultivada sostiene,
forma de un contraste entre los días en que se come alimento graso y el donde crece, un calor intolerable (M 1 9 2 ) . A la inversa, hemos visto que
perido de cuaresma. Por tanto, al pasar de China a Europa la oposición la miel silvestre, y así natural, y su correlato metafórico, el animal seduc-
principal se debilita: tor, portan en sí una amenaza de corrupción.
Llegados a esta etapa de la demostración debiera verificars~ la existen-
[fuego presente/fuego ausente] => [graso/magro] cia de una correlación unívoca entre el llamado golpeado (o SIlbado) y la
voz de los rombos por una parte, el mundo quemado y el mundo podri-
do por otra. En efecto, todo lo anterior parece establecer no solamente
y, al pasar del Nuevo Mundo (aparte algunos ejemplos, como el de los
la pertinencia de cada uno de estos pares de oposiciones considerada en
Sheren té ) al Viejo, la oposición se miniaturiz a,' ya que los cinco o seis
sí misma, sino también su conveniencia recíproca. Sin embargo vamos a
días del "comer frío" chino o los menos numerosos aún del triduum
ver que aquí las cosas se complican gravemente.
cristiano reproducen, abreviándolo, un periodo más largo que se extien-
de, en Europa, por toda la cuaresma, desde que acaba el martes de
carnestolendas hasta el domingo de Pascua. Si se desdeñan estas diferen-
cias y los eventuales redoblamientos, el sistema subyacente se reduce a Tomemos el caso de los Bororo. Conocen un artefacto de las tinieblas:
tres pares de oposiciones' de amplitud decreciente que se ordenan lógica- el ¡parabára¡, y poseen también el rombo. No cabe duda de que éste
mente sin que se borren las correspondencias entre sus términos respecti- connota el mundo podrido. El rombo, llamado /aigé/ por los Bororo,
vos: imita la voz de un monstruo de igual nombre, que se dice vive en los
ríos y lugares cenagosos. Este animal figura en cierto número de ritos
\ fuego ausente con la apariencia de un danzante pringado de lodo de pies a cabeza. El
futuro sacerdote conoce su vocación en un sueño en que el /aigé/ lo
estrecha sin que él sienta temor, ni asco del olor del monstruo ni del de
escasez los cadáveres descompuestos (Colb. 3, p. 130, 163; E. B., vol. J, art.
Ifuego presente "ai-]c", "aroe et-awaraare"). Es mucho más difícil pronunciarse .acerca
abUndancia) magro del simbolismo del /parabára/, del cual casi no se sabe nada. El Instru-
mento imaginario de M 3 0 4 , que pertenece a la misma familia, sirve para
graso que salga un demonio de una cabaña, o sea para hacerlo disyunto del
Ya se trate de la ausencia del fuego entre los antiguos chinos y los pueblo habitado, para conjuntarlo a la pira donde perecerá. ~e ac~erdo
con las observaciones que hemos hecho constar (pp. 30fh), se siente la,ten~
Sherenté, del periodo de escasez en otras regiones de América del Sur, o
tacíón de atribuir la misma significación al rito bororo del /parabara/,
de la ausencia del fuego, coincidiendo con el paroxismo de la cuaresma
nues se inserta en prácticas cuyo fin parece ser tener la certeza de que el
en la tradición europea, está claro que todas estas coyunturas ofrecen
alma ha abandonado definitivamente la sepultura provisional abierta en
caracteres comunes: la cocina es abolida de manera real o simbólica;
el centro del pueblo. Pero sólo en los mitos acaban los Bororo en la
durante un periodo que varía de unos días a una estación entera, queda
pira. En realidad los huesos de los muertos, lavados para quitarles las
restablecido un contacto inmediato entre la humanidad y la naturaleza,
carnes, son sumergidos.
como en la época mítica en que el fuego no exist ia aún y los hombres
La oposición del rombo y del /parahára/ refleja así menos la del mun-
tenían que comer crudo su alimento, o rápidamente expuesto a lo.s ra!,~s
do podrido y el mundo quemado que dos itinerarios J.>osibles con res-
del sol, que entonces estaba más cerca de la tierra. Pero esta conJunclOn
inmediata del hombre y de la naturaleza puede adoptar por su parte dos pecto al mundo podrido. El /aigé/ anunciado por el rugIr de los. rombos
viene del agua, a-la cual se dirige el alma determinada por el batir de los
aspectos: ya sea que la naturaleza escape y que privaciones primero
/parabára/. Pero no se trata de la misma agua en cada caso. Aquella
soportables se agraven hasta el hambre; ya sea que, con forma natur~1 y
donde vive el /aigé/ es lodosa y huele a cadáveres descompuestos, en
no cultural (que sólo autorizaría la cocina}, prodigue alimentos sustitu-
tanto que las osamentas limpias, pintadas y adornadas con plumas, no
tivos: frutos silvestres y miel. Estas dos eventualidades son ambas fun-
turbarán la limpidez del lago o del río en que sean sumergidas.
ciones de una inmediatez concebida en el modo negativo o positivo y
Para los Shercnté, cuyos mitos exhiben gran simc tr ia con los de los
corresponden a lo que hemos llamado, en Lo crudo y lo cocido, el
Bororo (Ce, pp. 193-196) Y plantean en términos de fuego problemas
mundo podrido y el mundo quemado. Y quemado lo es el mundo,
que los mitos bororo traducen a términos de agua, el rombo no es la voz
simbólicamente o corre teóricamente el peligro de serlo, cuando por
de un Espíritu surgiente sino el llamado que lo convoca. Este Espíritu es
medio de una lupa o un espejo (Viejo Mundo) o por la presentación de
celeste, no acuático. Personifica al planeta Marte, compañero de la luna
fibras al mensajero piróforo del sol (Nuevo Mundo) los hombres intentan
346 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 347
como Venus y Júpiter lo son del Sol [Nim , 6, p. 85). Parece pues que el del río en patos y peces. El cesto se volvió Jaguar, el pescador y su
rombo sherenté esté asociado al modo menos "abrasado" del cielo, el piragua se hicieron un pato: a la cabeza del hombre le salió pico,
rombo bororo al modo más "putrefacto" del agua. De hecho, los She- la piragua se tornó el cuerpo, los remos patas...
renté califican también con respecto al agua los dos modos del cielo, La oscuridad que reinaba hizo que la hija de Serpiente compren-
lino diurno, nocturno el otro. Durante los ritos del Gran Ayuno, los diera lo que había ocurrido. Cuando apareció el lucero matutino,
sacerdotes de Venus y Júpiter ofrecen a los oficiantes agua clara en decidió separar la noche del día. Con este propósito transformó
escudillas de calabaza, respectivamente Lagenaria y Crescentia, en tanto dos bolas de hilo en pájaros, cujubim e inhambú respectivamente
que el sacerdote de Marte ofrece agua estancada en una escudilla ador- [crácida y tinamiforme que cantan a intervalos regulares durante la
noche o para saludar el alba; acerca de estos "pájaros reloj", cf.
nada con plumas (Nim. 6, p. 97). O sea las equivalencias: CC, p. 204 Y n. 3). Para castigarlos, metamorfoseó en monos a los

Bororo Sherenté [
{agua sucia: agua limpia) ::
I
(noche: día) : : (agua sucia: agua limpia}
servidores desobedientes (Cauto de Magalháes, pp- 231-233. Cf.
Derbyshire, pp. 16-22).

Este mito plantea problemas complejos. Los que conciernen al trío de


La fórmula es reveladora, puesto que la "larga noche" evocada por los servidores serán discutidos en el volumen siguiente. Por el momento
tantos mitos sudamericanos remite ciertamente al mundo podrido, como consideraremos sobre todo la triple oposición que da su armadura al
los mitos sobre la conflagración universal remiten al mundo quemado. mito. La que hay entre día y noche es patente. Subtiende otras dos.
Pero entonces dno se impone la conclusión de que el rombo, y no el Primero, entre conjunción y disyunción de los sexos, puesto que el día
batidor, desempeña el papel de artefacto de las tinieblas en América, y impone ésta en tanto que la noche es condición de aquélla; luego, entre
que el otro instrumento pertenece a una categoría opuesta que no conducta lingüística y conducta no lingüística: cuando el día era conti-
hemos sabido identificar? Al pasar del Viejo al Nuevo Mundo sólo nuo, todo hablaba, hasta animales y cosas, y fue en el momento preciso
permanecería constante la forma de la oposición, y los contenidos se en que apareció la noche cuando las cosas se volvieron mudas y los
invertirían. animales ya no se expresaron más que mediante gritos.
Con todo, no queda uno satisfecho con esta solución, pues un mito Ahora bien, esta primera aparición de la noche resulta, en el mito, de
amazónico vincula las tinieblas a un instrumento sin duda imaginario, la imprudencia de que son culpables los servidores al jugar con un ins-
pero desde el punto de vista organológico más cercano al batidor y a la trumento que es literalmente un instrumento de las tinieblas, puesto que
carraca qu~ al rombo: las contiene y que se escapan de su orificio abierto para extenderse en
forma de animales nocturnos y ruidosos -insectos y batracios- que son
precisamente aquellos cuyo nombre designa los instrumentos de las
M 3 2 6 a • Tupi amazónico: origen de la noche.
tinieblas en el Viejo Mundo: rana, sapo, cigarra, saltamontes, grillo, etc.
En otro tiempo no existía la noche. Era de día constantemente. La hipótesis según la cual existir ia entre las representaciones míticas del
La noche dormía en el fondo de las aguas. Y los animales no exis- Nuevo Mundo una categoría correspondiente a la de nuestros artefactos
tían tampoco, pues las cosas mismas hablaban. de las tinieblas halla confirmación decisiva en la presencia, entre tales
La hija de la Gran Serpiente había casado con un indio, amo de representaciones, de un cachivache que es efectivamente eso, y en sen-
tres fieles servidores. -Apartaos, les dijo un día, que mi mujer no tido propio, cuando que, entre nosotros, los artefactos similares no
quiere acostarse conmigo. Pero no era su presencia la que moles-
merecen semejante designación si no es de manera figurada.
taba a la joven. Es que ella sólo quería hacer el amor de noche. Le
explicó a su marido que la noche era de su padre y que había que Pero si el artefacto de las tinieblas de M 3 2 6 a participa de la noche, y
enviar a los servidores a buscarla. si esta última aparece en el mito como condición requerida para la unión
Cuando llegaron 'en piragua a donde la Gran Serpiente, ésta les de los sexos;' 8 se sigue que el instrumento encargado de su desunión, el
entregó una nuez de palmera tucumán (Astrocaryum tucuman) rombo, debe estar implícitamente vinculado al día, que cumple la misma
bien cerrada y les recomendó que no la abrieran con ningún pre- función. Tendríamos así una correlación cuádruple entre la noche, la
texto. Los servidores volvieron a embarcarse y bien pronto les unión de los sexos, las conductas no lingüísticas, el artefacto de las tinie-
sorprendió oír un ruido en la nuez: ten, ten, ten... xi ... , como
hacen hoy los grillos y los sapitos que cantan por la noche. Uno 18 Mas no de no importa qué manera. Si la noche es una condición requerida
de los servidores quiso abrir la nuez; los otros se opusieron. Des- por la comunicación sexual, por un movimiento de rechazo que sirve para restable-
pués de muchas discusiones y cuando hubieron llegado muy lejos cer el equilibrio parece que prohibiera entre las mismas partes la comunicación
de la morada de la Gran Serpiente, se reunieron por fin en medio lingüística. Al menos tal es el caso entre los Tucano, donde la conversación es
de la piragua, encendieron fuego y derritieron la resina que tapaba posible de día entre interlocutores de uno y otro sexo, pero de noche entre inter-
la nuez. Cayó en el acto la noche y todas las cosas que había en el locutores del mismo sexo nada más (Silva, pp. 166-167,417). Los individuos de
bosque se transformaron en cuadrúpedos y en pájaros, todas las sexo opuesto intercambian, pues, palabras o caricias, pero no las dos juntas, lo cual
sería un abuso de comunicación.
348 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 349

bias, oponiéndose término a término a la del día, la desunión de los -aun de fin incierto y precipitado- es preferible con todo (pues hay
sexo~., ~na Cou?ucta lingüística generalizada y el rombo. Aparte de que que elegir) a la marcha lenta y segura que permitirá un día rehacer
es dIfICIl ver como el rombo pudiera connotar una conducta lingüística, pausadamente, inventariando todas sus riquezas, un itinerario que apenas
esta manera de plantear el problema no haría más que invertir la difi- pretendemos jalonar.
cultad que encontramos a propósito de los Bororo y de los Sherenté. Si las precedentes confrontaciones son legítimas, entreveremos acaso la
Vimos que entre estos indios el rombo participaba de la noche, 10 cual, salida de nuestras dificultades. Pongamos, en efecto, el rombo del lado
desde el punto de vista de una interpretación general, mandaba los ins- de la noche, de la cual, con el aspecto de serpiente, es el amo; y reco-
trumentos de las tinieblas (de los que verificamos que se oponían al nozcamos que allí se encuentra también el artefacto de las tinieblas.
rombo) del lado del día. Y ahora el nexo más normal entre los instru- Pero, en cada caso, no se trata exactamente de la misma noche, puesto
mentos de las tinieblas y la noche plantea el riesgo de que tengamos por que, parecidas sólo en el exceso, la noche del rombo escapa del día, en
fuerza que poner el rombo del lado del día, en contradicción con todo tanto que la del artefacto de las tinieblas lo invade. Por tanto, hablando
lo ' que habíamos admitido. Hay, pues, que mirar las cosas desde más propiamente, ni una ni otra se oponen al día, sino a esa alternación
cerca. empíricamente verificada en que, lejos de excluirse, el día y la noche
M 3 2 na no menciona el rombo. Pero evoca una era en que la noche están unidos por una relación de mediación recíproca: el día mediatiza
estaba guardada por una gran serpiente (cuya voz, entre los Toba, se el tránsito de la noche a la noche, y la noche el paso del día al día. Si
parece a la del rombo) y en que "dormía en el fondo de las aguas" se sustraen de esta cadena periódica. dotada de realidad objetiva, los
(como el monstruo acuático que los Bororo nombran /aigé/, "rombo", y términos "noche", no habrá más que día, culturalizando -si podemos
del cual sirve el rombo para imitar la voz). Sabemos también que, casi decirlo- la naturaleza, bajo la forma de una extensión abusiva de las
doquiera existe el rombo, sirve para la disyunción del sexo femenino y conductas lingü isticas a los animales y a las cosas. A la inversa, si los
para enviarlo del lado de la naturaleza, fuera del mundo consagrado y términos "día" son expulsados de la cadena, no quedará más que la
socializado. Pero M 3 2 ó a procede de los Tupí septentrionales, es decir de noche, naturalizando la cultura por transformación de los productos de
una cultura y una región donde los mitos describen la gran serpiente la industria humana en animales. El problema que nos había detenido se
como ser fálico que concentraba en sí todos los atributos de la virilidad resuelve no bien reconocemos el valor operatorio de un sistema de tres
en una época en que los hombres estaban por su parte despojados de términos: día solo, noche sola, y alternación regular de los dos. Este sis-
ellos. De este modo. no podían copular con sus mujeres, reducidas a tema comprende dos términos simples más un término complejo, consis-
solicitar los servicios de la serpiente. Esta situación cambió cuando el tente en una relación armoniosa entre los primeros. Suministra el cuadro
demiurgo cortó en trozos el cuerpo de la serpiente y los empleó para en cuyo interior los mitos de origen, sea del día o de la noche, se repar-
dotar a cada hombre del miembro faltan te (M 8 o). Por consiguiente, la ten en dos especies distintas, según pongan el día o la noche al comien-
mitolog ia tupí hace de la serpiente un pene (socialmente) disyuntor, zo de la alternación actual. Se distinguirán entonces los mitos de preli-
noción que la función y el simbolismo del rombo nos habían impuesto minar nocturno y los mitos de preliminar diurno. M 3 2 6 a pertenece a la
ya. y es por cierto también esta función la que la Gran Serpiente asume segunda categoría. Ahora, la elección inicial acarrea una importante
en M]2óa. a título de padre abusivo y no de seductor disipado: ha consecuencia, puesto que obligatoriamente concede precedencia a uno de
cedido a su hija pero se ha quedado con la noche, en ausencia de la cual los términos. En el caso -solo que nos interesa aquí- de los mitos con
el matrimonio no puede ser consumado. Este sesgo vincula Ma a e a a un preliminar diurno, no había primero más que día y si la noche existía
grupo de mitos examinado antes (M2S9-269), donde otro monstruo estaba disyunta de él, y en cierto sentido, entre bastidores. Desde este
acuático entrega al hombre al que acepta por yerno -y que en algunas punto y hora, la otra eventualidad ya no puede realizarse en forma exacta-
versiones resulta precisamente ser el sol, es decir la luz del día- una mente simétrica. El día estaba donde la noche no; y cuando la noche lo
esposa incompleta, imposible de penetrar: hija sin vagina, simétrica de reemplace (antes de que se instaure su regular alternancia), sólo podrá ser
los hombres sin pene de Mt;o, e inversa de la heroína de la vagina dema- reinando donde el día estuvo antes que ella. Comprendemos así por
siado grande (simbólicamente hablando) del ciclo del tapir seductor, qué, en esta hipótesis, el "largo día" resulta de un estado inicial de'
animal de gran pene que, como demostramos (p. ;$42), es una variante disyunción, la "larga noche" de un acto subsidiario de conjunción.
combinatoria de la gran serpiente, "toda pene", 10 cual nos devuelve a En el plano formal estas dos situaciones corresponden por cierto,
nuestro punto de partida. entonces, a las que anteriormente distinguimos con los nombres de
Dejaremos a otros el cuidado de explorar esta vuelta, pues con sólo mundo podrido y mundo quemado. Pero desde el momento en que
detenerse en los nexos míticos se descubre que el retículo dibuja una concebimos esta distinción algo ha ocurrido en los mitos. Sin darnos
gráfica de tan apretada "conexidad" que, si pretende apurar todos los cuenta, o casi, han evolucionado desde un dominio espacial hasta un
detalles, el investigador desespera de progresar. En su estado actual, el registro temporal y, lo que es más, de la noción de un espacio absoluto
análisis estructural de los mitos es demasiado torpe y la carrera adelante a la de un tiempo relativo. A la teoría de esta transformación capital
LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS EL ESCÁNDALO Y EL HEDOR 351
350

dedicaremos casi entero nuestro tercer volumen. Aquí nos conforma- ficar la disyunción de la noche y del día -reino del día en plena noche-e- a
remos con deslindar un aspecto limitado. diferencia del artefacto de las tinieblas, que los conjunta? De esta conjun-
En el espacio absoluto al que se refieren los mitos sobre el origen de la ción el eclipse proporciona al menos una ilustración empírica, y cuando se
cocina, la posición alta está ocupada por el cielo o el sol, la posición consideran desde este punto de vista, las "tinieblas" aparecen como una
baja por la tierra. Antes de que el fuego de cocina apareciera como suerte particular de eclipse, que connota una suerte especial de cencerrada
término mediador entre estos extremos (uniéndolos sin dejar de mante- (CC, pp- 282-284). El empleo del rombo no se limita a invertir esta rela-
nerlos a distancia razonable), sus relaciones no podían ser más que ción; la traspone expulsando todos los términos femeninos de la cadena
desequilibradas: demasiado próximos uno de otro, o bien demasiado ale- periódica de las alianzas matrimoniales. Mas dno es por ofrecer ésta. en el
jados. La primera eventualidad remite al mundo quemado, que connota plano sociológico, un equivalente de la cadena cosmológica formada por la
el fuego y la luz. La segunda remite al mundo podrido, que connota la alternación regular del día y la noche?
oscuridad y la noche.
Pero M 3 2 6 a se inscribe en un tiempo relativo, donde el término media- '1
dor no es un ser o un objeto distinto que se interponga entre. términos
(\ -,1::.. = o" l:.. = o" A = o" A = or etc. ') == ( día-noche, día-noche, día-noche,
, , h
dia-noc t, etc. )

extremos. La mediación consiste antes bien en el equilibrio de términos


a los que no es inherente el carácter de extremos sino que sólo puede Se puede, pues, decir que la sociedad, temporalmente reducida por el
resultar de la alteración de la relación que los une. Si el mito conside- rombo a sus elementos masculinos luego que los elementos femeninos
rado es previamente diurno, el alejamiento de la noche, es decir su han sido aislados y rechazados, es como el curso del tiempo reducido al
disyunción del día, asegura el reino de la luz, y su acercamiento (o día. A la inversa, los Kayapó, que parecen desconocer el rombo (Drey-
conjunción con el día) el de la oscuridad. Por consiguiente, y según se Ius, p. 129), utilizan el entrechocar de bastones para significar una
coloque el mito en la hipótesis de un espacio absoluto o de un tiempo coyuntura simétrica con respecto a la asociada en otras partes con el
relativo, los mismos significados (conjunción y disyunción) requerirán rombo: en efecto, para ellos se trata de la instauración del vínculo con-
significantes opuestos. Pero esta inversión no será más pertinente que lo yugal entre un hombre y una mujer, y de ritos de promiscuidad (antes,
sería la de los nombres de las notas de la gama resultante de un cambio p. 310). Por último, si los artefactos de las tinieblas pueden connotar la
de clave. En tal caso lo que cuenta primero no es la posición absoluta de conjunción del día y la noche, y también la de los sexos, sabemos ya
las notas en o entre las líneas, sino la forma de la clave que aparece al que connotan la unión del cielo y la tierra. Desde este último punto de
principio de la pauta. vista, sería interesante estudiar el papel encomendado a los artefactos
Rombo e instrumento de las tinieblas son los significantes rituales de ruidosos en las fiestas que sal udan el retorno de las Pléyades. Volve-
una disyunción y de una conjunción no mediatizadas que, traspuestas a remos luego a las ceremonias del Chaco y nos limitaremos a señalar, en
otra tesitura, tienen por significantes conceptuales el mundo podrido y la costa noroeste del Pacífico, la sustitución por batidores de las maracas
el mundo quemado. Del hecho de que los mismos significados, por (reservadas al ritual de invierno) cuando la fiesta de primavera Imeitla/,
consistir en relaciones entre objetos, puedan, cuando estos objetos no en la cual los Kwakiutl enarbolan un adorno que figura las Pléyades
son los mismos, admitir significantes opuestos, no se sigue que estos (Boas 3, p. 502; Drucker, pp_ 205, 211,218; cf. también Olson, p. 175
significantes opuestos estén entre dios en relación de significante y signi- Y Boas 2, pp. 552-553),
ficado.
Al formular esta regla no hacemos más que extender al dominio del
pensamiento mítico el principio saussureano del carácter arbitrario del
signo lingüístico, con la diferencia de que el campo de aplicación del
principio adquiere una dimensión suplementaria en virtud del hecho,
hacia el cual en otra parte llamamos la atención (L.-S. 9, p. 31), de que,
en el orden del mito y del ritual, los mismos elementos pueden indife-
rentemente desempeñar el papel de significado y de significante, y susti-
tuirse uno al otro en cada función.
A despecho de esta complicación, o a causa de ella, el pensamiento
mítico se muestra tan respetuoso del principio, que cuida de otorgar al
rombo y al artefacto de las tinieblas (que, formalmente hablando, consti-
tuyen un par) campos semánticos bien distintos. l'or qué, aquí y allá
é

por el mundo, tiene el rombo por función privilegiada expulsar a las


mujeres? éLa razón no será que prácticamente le sería imposible signi-
LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 353

de hamacas, pero que era estéril. Tomó, por eso otra esposa, de la
que tuvo un hijo llamado Kurusiwari. Este no cesaba de importu-
nar a la de las hamacas y de estorbarle el trabajo. Un día lo recha-
zó con rudeza. El niño cayó y lloró, y se fue de la cabaña sin
notarlo nadie, ni siquiera sus padres que, acostados juntos en una
hamaca, pensaban sin duda en otra cosa.
Era tarde cuando lo echaron de menos. Los padres se pusieron a
buscarlo y lo encontraron en una cabaña vecina, donde jugaba con
otros niños. La pareja dio explicaciones y entablaron una conver-
sación animada con sus huéspedes. Cuando el indio y la mujer
decidieron despedirse, su niño había vuelto a desaparecer, y tam-
bién el niño de la casa, que se llamaba Matura-wari. El episodio se
II repitió en otra cabaña con igual resultado. Habían partido los dos
chicos, esta vez en compañía de otro, llamado Kawai-wari.
y aquí están seis padres buscando tres niños. Pasa un día y la
tercera pareja se separa. Al día siguiente la segunda pareja hace
LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS otro tanto. Los niños, que iban ya muy lejos, se habían hecho
amigos de las avispas. En aquel tiempo hablaban y no picaban.
Fueron aquellos mismos niños los que mandaron a las avispas ne-
gras picar y a las rojas dar fiebre para remate.
RESULTA de lo anterior que el rombo y el artefacto de las tinieblas no Finalmente, la primera pareja alcanza a los niños a orillas del
mar. Se habían vuelto muchachos grandes. Cuando les rogaron que
son los operadores de una conjunción o de una disyunción pura y sim- regresaran, el primer chico, que era el jefe, se negó, arguyendo que la
ple. Más bien debiera decirse que los dos instrumentos operan una con- madrastra lo había maltratado y que sus padres lo descuidaron. Estos
junción con la conjunción o la disyunción mismas: conjuntan el grupo o lloraron y suplicaron, sin obtener más de su hijo que la
el mundo a la eventualidad de una u otra de estas relaciones, que poseen promesa de aparecer cuando construyeran un templo y 10 "Ila-
en común el carácter de excluir la mediación. Si el código acústico for- masen" con tabaco. Dicho lo cual los tres niños cruzaron el océa-
ma un sistema hace falta, pues, que un tipo más de instrumento exista, no y los padres volvieron al pueblo, donde el padre alzó el templo
el tercero, que connote el acto de mediación. prescrito. Pero por mucho que quemó hojas de papayo, de algodo-
Sabemos cuál es este instrumento en la tradición europea. En efecto, nero y de cafeto, de nada sirvió: las hojas no eran bastante "fuer-
ésta establece una red compleja de relaciones entre los instrumentos de tes". En aquella época los hombres no poseían el tabaco, que se
daba en una isla, en medio del océano. La llamaban "isla sin
las tinieblas y las campanas, según se hallen éstas ausentes o presentes y,
hombres", pues allí sólo vivían mujeres. El padre afligido envió
en este último caso, marcadas o no marcadas: una zancuda [gaulding bird: Pilerodiusl a pedir simientes; no vol-
vió, y los otros pájaros marinos que mandó corrieron la misma
ARTEFACTOS
LAS TINIEBLAS
DEI (CAMPANAS: suerte. La guardiana del campo de tabaco los mataba a todos.
El indio pidió consejo a su hermano, que le procuró la ayuda de
marcadas/no marcadas ausentes I presentes) una grulla. Esta se fue a dormir en la playa para partir temprano.

martes de
carnestolendas
I .. . cuaresma . d om i ng o de
,/ Pascua
Un pájaro mosca le preguntó por su misión y propuso desempe-
ñarla el solo. Pese a los esfuerzos de la grulla por disuadirlo, echó
a volar al alba. Cuando la grulla, menos urgida, lo alcanzó, vio que
había caído al agua y corría gran peligro de ahogarse. Lo pescó y
se lo puso entre los muslos. Ahora todo marchaba bien para el
Nos proponemos demostrar, primero, que en América del Sur la mara-
pájaro mosca, que viajaba a gusto, pero cuando la grulla hizo sus
ca o las maracas de calabaza (pues habitualmente van por pares) repre- necesidades, le ensucio la cara [d. M 3 1 o]. Resolvió entonces volar
sentan el instrumento de la mediación; después, que de manera compa- solo y llegó con mucho el primero. La grulla consintió esperarlo
rable a los artefactos de las tinieblas que aparecieron ligados a la miel, mientras se apoderaba de las simientes. Tan pequeño y rápido era
alimento excelente de esta cuaresma tropical que figura la estación seca, el pájaro mosca, que la guardiana del tabaco no consiguió matarlo.
las maracas sostienen una relación simétrica con el tabaco. Las dos aves, que ahora tenían viento de cola, volaron en con-
serva hasta el pueblo, donde el pájaro mosca entregó las simientes
MJ-17. Warrau: origen del tabaco y de los poderes al amo de la grulla, que las dio a su hermano informándole de
chamánicos (l) cómo plantar el tabaco, tratar las hojas y, escoger la corteza para
Hac ía mucho que un indio ten ía por esposa una hábil hacedora
35~
354 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS
LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 355

enrollar el cigarrillo. Le ordenó también coger calabazas y se


quedó sólo con la que había salido del lado este del tronco (cf. habíamos anunciado, estos dos términos están ligados.
p.288).El hombre se puso a cantar, acompañándose con la maraca. En los dos mitos la grulla y el pájaro mosca hacen pareja, y el valor
Aparecieron su hijo y los dos otros muchachos. Los tres se habían respectivo de cada ave se invierte según el mito considere el chamanismo
convertido en Espíritus del tabaco, que responden siempre al lla- con uno u otro aspecto. El pájaro mosca es superior a la grulla en
mado de la maraca. Pues el padre, por su parte, había llegado a ser M 3 2 7 ; inferior en M 3 2 8 . Esta inferioridad se manifiesta en la preferencia
el primer chamán, por haber llorado tanto la pérdida de su hijo y ingenua que, conforme a su naturaleza, concede a las flores sobre las
haber languidecido hasta tal punto (Roth 1, pp. 334-336). hojas y las simientes. En compensación, la superioridad que demuestra
en M 3 2 7 no es adquirida sino al precio de un mentís infligido a su natu-
Puede tratarse como variante otro mito warrau acerca del mismo tema: raleza. Asociado normalmente a la sequía (Ce, pp- 205-206) Y al buen
olor (Roth 1, p. 371), el pájaro mosca de M 3 2 7 está en peligro de
M 3 2 8' Warrau: origen del tabaco y de los poderes ahogarse y trae la cara sucia de deyecciones. El "camino al tabaco"
chamánicos (2) pasa por la suciedad. Recordándolo, M 3 2 7 atestigua la realidad objetiva
del itinerario que, partiendo de la miel (ella misma en el límite del
Un indio llamado Komatari quería tener tabaco que, en aquel excremento y el veneno), nos ha conducido al tabaco. En suma, la ruta
tiempo, crecía en una isla en pleno mar. Se dirigió primero a un del pájaro mosca fue la nuestra, y la transformación gradual de mitos
hombre que vivía solo en la orilla y al que creía, erradamente, sobre el origen de la miel en mitos acerca del origen del tabaco, de la
amo del tabaco. Un pájaro mosca se metió en la discusión y que hemos descrito etapas a lo largo de todo este libro, se proyecta por
propuso ir a buscar hojas de tabaco. Pero se equivocó y trajo flo-
res. El hombre de la orilla partió entonces hacia la isla, consiguió partida doble, y en miniatura, en los mitos guayaneses que metamorfo-
vencer la vigilancia de los guardianes, y volvió con la piragua llena sean el más pequeño de los pájaros de consumidor de miel en productor
de hojas y simientes, con lo cual Komatari llenó su cesto. El des- de tabaco.
conocido dejó a Komatari sin haber querido decirle su nombre. De los dos mitos warrau, M 3 2 7 es ciertamente el más complejo; lo
Que lo adivinara el otro cuando se volviera brujo. seguiremos de preferencia al otro. Dos mujeres desempeñan papeles gran-
Komatari se negó a compartir el tabaco con sus compañeros. des: una hábil obrera pero estéril, la otra fecunda. En la mitología de los
Colgó las, hojas bajo el techo de su cabaña y las encomendó a las Tacana, que varias veces hemos cotejado con la de las regiones septen-
avispas. Estas se dejaron sobornar por un visitante que les ofreció trionales de América del Sur, las hembras de perezoso casadas con huma-
pescado y robó parte de las hojas de tabaco. Komatari se dio cuen- nos dan las mejores tejedoras (M 3 2 9 ; Hissink-Hahn, p. 287). La misma
ta, despidió a las avispas, menos una especie, de la que hizo sus
guardianes. Desmontó entonces un rincón de bosque para plantar indicación se desprende del mito waiwai sobre el origen de la fiesta
las simientes. Shodewika (M 2 8 8): otrora sólo los indios y los perezosos (Choloepus)
Obtuvo entonces de cuatro Espíritus, que encontró sucesiva- sabían confeccionar las prendas de fibras (Fock, p. 57 Y n. 39, p. 70).
mente y que todos se negaron a dar su nombre, la calabaza, las éCómo explicar un talento al cual los hábitos de este animal no pare-
plumas y la red que harían la primera maraca, los guijarros que cen en lo más m ínimo predisponerlo? Sin duda porque la posición habi-
sonarían en ella. Advertidos por el héroe de que, terminada la tual del perezoso, colgado de las patas, cabeza abajo, en una rama,
maraca, serviría para destruirlos, los Espíritus se vengaron susci- recuerda la imagen de la hamaca. Mitos sobre el origen del perezoso
tando las enfermedades. Fue trabajo en vano: gracias a la maraca, confirman que este parecido no ha pasado inadvertido: dicen que el
Komatari curaba todas las enfermedades, salvo casos demasiado perezoso es una hamaca transformada, o un hombre echado en su hama-
graves. Siempre será así: el brujo curandero tendrá éxitos y fraca- ca (M 3 3 0 , Mundurucú, Murphy 1, p. 121; M 2 4 7 , Baré, Amorin, p. 145).
sos. Ni que decir tiene, Komatari sabe ahora los nombres de todos
Pero dos rasgos significativos de M 3 2 7 permiten ir más lejos por la vía
los Espíritus. El primero que encontró, el que le dio el tabaco, se
llamaba Wau-uno (Anura en arawak}, "Grulla blanca" (Roth 1, pp. de la interpretación: por una parte, el perezoso no es designado expresa-
336-338). men te ; por otra, la mujer que lo reemplaza en el papel de buena tejedo-
ra hace pareja con otra, calificada de fecunda sin mayor precisión.
Consagrados al origen de los poderes chamánicos, estos dos mitos los Hemos indicado más arriba (p. 330) que el perezoso come muy poco y
consideran manifiestamente con dos aspectos complementarios: compare- no defeca sino una o dos veces por semana, en tierra y siempre en el
cencia de los Espíritus tutelares o expulsión de los Espíritus maléficos. mismo lugar. Estos hábitos por fuerza tenían que llamar la atención a
El pájaro Pilerodius que, en MJ 2 7, no consigue traer el tabaco, es encar- los indios, que dan importancia decisiva al control de las funciones de
nación de uno de los Espíritus responsables de las enfermedades (Roth excreción. Comentando la costumbre indígena de hacerse vomitar al des-
pertar para eliminar cualquier alimento que haya pasado la noche en el
1, p. 349). En los dos casos la conjunción o la disyunción se opera gra-
cias a la mediación de las maracas y del tabaco. Ya se ve que, como lo estómago {cf. CC, p. 239), Spruce (vol. lI, p. 454) observa que "los
indios no tienen por la mañana bien temprano tanta prisa por hacer del
356 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 357

vientre como por descargarse el estómago. Muy al contrario, por doquier No es esto todo. El mono aullador grita ruidosamente, y en banda, al
en América del Sur he observado que el indio, con una dura jornada de salir y al ponerse el sol. Solitario, el perezoso emite por la noche un
trabajo por delante y poca cosa que comer, prefiere retrasar la evacua- grito débil y musical "parecido a un silbido que mantiene el re sostenido
ción hasta que cae la noche. En efecto, sabe mejor que el hombre blan- durante varios segundos" (Beebe, pp. 35-37). Según un viejo autor, el
co controlar sus necesidades naturales y parece respetar la misma máxi- perezoso grita por la noche "ha, ha, ha, ha, ha, ha" (Oviedo y Valdés,
ma que un indio de San Carlos me formuló en mal español, diciendo: en Britton, p. 14). En todo caso, la descripción hace pensar que aquí se
Quien caga de mañana es guloso". Los Tucano dan a esta relación un trata de Choloepus y no de Bradypus, es decir del perezoso grande y no
sentido más amplio y metafórico, cuando prohiben que el fabricante de del pequeño, al que se refiere la otra observación.
piraguas o de redes haga sus necesidades antes de haber concluido su Si se tiene en cuenta que, según los mitos tacana (M322-323), toda
trabajo, por miedo de que el artefacto salga agujereado (Silva, p. 368 Y violencia hecha al perezoso en el ejercicio normal de sus funciones de
passim ). eliminación acarrearía una conflagración universal -ccreencia de la cual
En este dominio como en otros, ceder a la naturaleza es mostrarse un hemos encontrado el eco en Guayana (d. CC, p. 309, n. 7), pero enton-
mal miembro de la sociedad. Pero entonces puede resultar, al menos en ces por exposición de la humanidad a los peligros resultantes de la
el plano del mito, que el ser mejor capaz de resistir a la naturaleza sea conjunción del fuego celeste y de la tierra-,., nos sentiremos tentados de
ipso Jacto el más dotado desde el punto de vista de las aptitudes cultu- reconocer, detrás del aspecto acústico de la oposición del mono aullador
rales. La retención que, en la hábil obrera, se torna manifiesta por su y del perezoso -cdotado el uno de un grito "aterrador", por 10 que dicen
esterilidad, traspone a otro registro -el de la función reproductora- la los Akaway (Brett 2, p. 130-132), condenado el otro a un discreto silbido
retención que caracteriza al perezoso en el plano de las funciones de según un mito baré (Amorim, p. 145)~, la misma que hay entre el rom-
eliminación. Genitalmente constipada pero buena tejedora, la primera bo, artefacto "aullador", y los instrumentos de las tinieblas.
mujer se opone a la segunda, cuya fecundidad parece tener por correlato .Pasemos ahora al segundo punto, que nos devolverá al texto mismo de
la indolencia, puesto que se la ve retozar con su marido en pleno día. I los mitos guayaneses sobre el origen del tabaco. Tal como la acabamos
Estas observaciones piden otras dos. En primer lugar, hemos notado ya de poner en claro, la naturaleza de la oposición entre las dos mujeres de
que, por lo que hace a la defecación, el perezoso se opone al mono M 3 2 7 pone a la primera, estéril y dotada sólo desde el punto de vista de
aullador, que hace sus necesidades en todo momento desde 10 alto de los la cultura, en contraste con la chica loca por la miel de los mitos del
árboles. Como su nombre indica, este mono aúlla, pero sobre todo cuan- Chaco y la Guavana. De ésta parece homóloga la otra mujer, pues se
do cambia el tiempo: muestra también lasciva y fecunda (cf. M I 3 5 ) . En compensación, y
como es normal al pasar de mitos sobre el origen de la miel a mitos
Guariba na serra sobre el origen del tabaco, la posición del niño llorón, término común a
Chuva na terra, los dos grupos, se invierte radicalmente. Allá el niño es expulsado por-
que llora, aquí llora porque es echado. En el primer caso es la mujer asimi-
"cuando se oye al guaribá en las colinas es que va a llover", afirma el lable a la chica loca por la miel la que lo echa, importunada por sus
dicho popular (Ihering, art. "guariba"}, acorde con la creencia bororo de gritos; en el otro caso, la responsable es la mujer cuyo papel se opone al
que este mono es un Espíritu de la lluvia (E. B., vol. 1, p. 371). Pero de la chica loca por la miel, en tanto que la que recibe este papel perma-
también es un súbito enfriamiento el que incita al perezoso a bajar al suelo nece indiferente a los chillidos del niño. Por último, en tanto que la
a exonerarse: "Cuando sopla el viento, el perezoso anda", dicen los criatura "normal" se queda cerca de la cabaña, llamando a su madre
Arawak (Roth 1, p. 369), y un naturalista ha conseguido obtener con un hasta que un animal congruo con la chica loca por la miel -zorra o
perezoso cautivo deposiciones regulares cada cinco horas mojándole los rana- lo rapta, su simétrico de M 3 2 7 se aparta deliberadamente, y va a
cuartos traseros con agua fría (Enders, p. 7). Por tanto, el mono aulla- hacer amistad con las avispas Imarabun tal.
dor y el perezoso son animales "barométricos", pero que desempeñan su Esta designación genérica es demasiado vaga para poder afirmar que las
función el uno por sus excreciones, el otro con aullidos. Como modo del especies aludidas son productoras de miel y que se oponen así a los
estrépito, éstos son una trasposición metafórica de la suciedad (antes, animales raptores, que los mitos declaran golosos de miel. Pero es posi-
pp. 172, n. 7, 257). ble de otra manera la demostración. Observemos primero que M 3 2 7 Y
. d'
M] 2 s , donde las avispas desempeñan papeles poco diferentes, tratan del
1 Los antiguos creían también en la existencia de una relación entre la condición origen del chamanismo. Ahora bien, el brujo guayanés posee un poder
de tejedora y las aptitudes amorosas, pero la concebían proporcional y no inversa: especial sobre las avispas, a las que dispersa, sin que lo piquen, golpean-
" ... Los griegos decían que las tejedoras eran más cálidas que las otras mujeres: a do el nido con las puntas de los dedos (Roth 1, p. 341).2 Entre los
causa del oficio sedentario que tienen, sin gran ejercicio del cuerpo ... De ellas
diría yo también que el zarandeo de su trabajo, estando sentadas, las despierta y 2 Mas no sin haberse restregado de antemano los dedos en las axilas. Los Tukano
solicita... " [Montaigne. Essais, L III, cap. XI). hacen otro tanto cuando descubren un nido de avispas: "el olor hace huir a las
358 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS
LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 359

Kayapó, más al sur, ya hemos hecho constar la existencia de un combate


hacerlas sonar como los hombres podrán, a su gusto, convocar a los
ritual contra las avispas.
buenos Espíritus y expulsar a los malos.
Según M 3 2 7 Y M 3 2 8, las avispas se hicieron venenosas a consecuencia Un examen superficial haría creer que la búsqueda del pájaro mosca
de las relaciones particularmente estrechas que anudaron con los chama- constituye el solo elemento común a MI y M 3 2 7 • En verdad, la analogía
nes o sus Espíritus tutelares. Esta transformación, operada por el niño de los dos mitos es mucho más profunda.
llorón de M 3 2 7 Y por el héroe de M 3 2 8, reproduce la que un mito boto- De la interpretación que hemos propuesto ya del personaje del crío
elido (M 2 0 4 ) atribuye al irára, animal perdido por la miel. Vistas así las llorón resulta, en efecto, que en términos de código acústico éste repro-
cosas hallamos, entonces, una oposición entre las avispas transformadas
-c

duce el héroe de MI. Los dos se niegan a disyuntarse de su madre aun-


por un personaje que ocupa el sitio del irára, en el mito botocudo y los que expresen su apego por medios diferentes: conducta vocal o conducta
animales raptores, por añadidura comedores de miel, es decir congruos erótica, la una pasiva, la otra activa. Ahora bien, el pequeño de M 3 2 7 es
con el irára en ciertas condiciones que hemos mencionado ya (p.207). un niño llorón, pero invertido, y así podemos esperar de su parte una
conducta inversa de la del héroe de MI' A éste le repugna ir a la casa de
Esta confrontación nos hace volver bastante atrás. No tan lejos, sin los hombres, o sea a volverse miembro adulto de la sociedad. El otro
embargo, cuando notamos que M 3 2 7 imputa la carencia de tabaco de demuestra un interés precoz por las obras de la cultura, más precisamen-
que sufren los hombres a mujeres célibes que lo guardan en una isla: te las que incumben a las mujeres, puesto que la confección de hamacas,
amazonas, pues, y "locas por el tabaco". Pues bien, varios mitos guaya- en la que se mete indiscretamente, es un trabajo femenino.
neses y algunos mitos ge asocian el origen de las amazonas a la separa- Los dos héroes son muchachos, Uno ya grande pero cuya conducta
ción de los sexos que siguió a la muerte del jaguar o del caimán (varian- incestuosa lo acusa de infantilismo moral, el otro ,.equeño todavía pero
tes combinatorias del tapir seductor) que las mujeres tomaron por cuyo espíritu de independencia llevará pronto a la madurez física. Las
amante (MIs 6' M 2 !S7). Hemos establecido que tales mujeres represen- dos veces el padre tiene dos esposas: la madre del chico y una madras-
taban a su vez una variante de la chica loca por la miel, traspuesta en tra. En MI el niño se conjunta con aquélla, en M 3 2 7 es disyunto por
términos de código sexual. Los presentes mitos confirman esta demostra- ésta. A la pareja incestuosa de M 1 corresponde la pareja conyugal de
ción: al abandonar a sus maridos, las amazonas apinayé se llevaron las M 3 2 7 ; a los agravios del padre, herido en sus derechos conyugales por su
hachas ceremoniales; las de los mitos warrau monopolizan el tabaco que, hijo, corresponden los agravios del hijo, herido en sus derechos filiales
como las hachas, es un símbolo cultural. Para conjuntarse con el tapir, el por el padre. Se advertirá en efecto que si en el mito bororo el padre se
caimán o el jaguar <-es decir, con la naturaleza-, las mujeres adúlteras queja de que su hijo lo haya suplantado amorosamente (como un adulto,
recurren sea a la calabaza golpeada, sea al nombre propio del animal, así) cerca de su mujer, en el mito warrau el hijo se queja de que sus
imprudentemente divulgado por ellas. De manera simétrica, el poder padres, demasiado ocupados amorosamente uno con otro, no hayan pres-
sobrenatural del chamán warrau se expresa por la maraca que es una tado atención a sus gritos infantiles.
calabaza sacudida, y por el nombre de los Espíritus de quienes han pe- El padre ofendido de M 1 trata primero de perder a su hijo por el lado
netrado el secreto. del agua; tres animales auxiliadores ayudan al muchacho y. hacen juego
Los mitos warrau sobre el origen del tabaco contienen un episodio que con los tres niños de M 3 2 7 que cruzan voluntariamente el mar. Se obje-
nos devuelve aún más lejos, al principio mismo de nuestra indagación. En tará que el héroe de M 3 2 7 es uno de los tres niños, mientras que el
efecto, la búsqueda del pájaro mosca, que atraviesa una gran extensión héroe de MI obtiene la ayuda de tres animales sin confundirse con nin-
de agua para apoderarse del tabaco en una isla sobrenatural, y a fin de guno de ellos. Hay aquí entonces cuatro personajes, y allá tres. Pero es
que éste pueda asociarse a las maracas, remite a MI, donde encontramos que en virtud de su simetría inversa surge una doble dificultad para que
por vez primera el mismo motivo, en forma de búsqueda, incumben te los dos mitos sigan cursos paralelos. Por una parte el héroe de M 1 retor-
también al pájaro mosca, y que lo conduce asimismo a una isla sobrena- nará físicamente entre los suyos; el de M 3 2 7 sólo volverá "en espíritu".
tural en pos no del tabaco sino de las propias maracas: instrumentos Por otra parte, el primero traerá la lluvia y la tormenta, que serán pues
musicales que, para disyuntarse con éxito de los Espíritus, el héroe la consecuencia de su regreso, en tanto que el tabaco buscado lejos será
deberá abstenerse de hacer sonar; en tanto que aquí es a condición de causa del retomo del otro. Para resguardar la simetría hace falta enton-
ces que en M 3 2 7 el mismo personaje esté a la vez ausente (puesto que se
avispas y los indios se apoderan del nido lleno de larvas; el nido sirve de plato, y trata de hacerlo volver) y presente (va que tiene una misión que cum-
allí se echa harina, que es comida con las larvas" (Silva, p. 222, n. 53). Los Cubeo plir).
(Goldman, p. 182, n. 1) asocian en su lenguaje los pelos y el tabaco: "pelo" se M 3 2 7 resuelve la dificultad desdoblando los papeles. En la primera par-
dice jpwaj, y los vellos de las axilas se llaman jpwa butcij, "pelos-tabaco". Los te el papel de héroe le toca a un niño pequeño, en la segunda parte a un
mismos indios proceden a la incineración ritual de los cabellos cortados; los que-
pajarillo. Pero si, como sugerimos, el pájaro mosca es un doblete del
man, pues, como se quema el tabaco para fumar.
héroe, comprendemos que, desde la primera parte, donde un solo perso-
LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 361
360

r.aje asume virtualmente los dos papeles, a los tres niños (uno de los Antes que nada, unas palabras acerca de la grulla. Pese a la incerti-
cuales se va a convertir en pájaro mosca) de M 3 2 7 deben corresponder dumbre e.n que nos encontramos a propósito de la especie así designada
los cuatro personajes de M 1 , o sea un niño y tres animales (uno de ellos por los rmtos guayaneses, hemos podido establecer antes (pp. 204-5) que se
pájaro mosca), puesto que, en relación con M 3 ,2 7, el niño y el pájaro trata de una zancuda acuática, de voz chillona, emisor de estrépito y
mosca no son más que uno: metafóricamente de inmundicia, como su papel en M 3 2 7 lo corrobora a
su manera. Pero si las zancudas acuáticas son fuentes de ruido y así
~----~ productores metafóricos de inmundicia, en la realidad tienen con la
inmundicia una relación correlativa e inversa, en calidad de aves de la
MI : (muchacho) pájaro mosca paloma saltamontes
carroña, grandes amantes de peces muertos (ef. p. 200).Predispuestos a la
resorción oral de la inmundicia, están así estrechamente asociados al
(pájaro mosca) muchacheé muchachee perezoso, que sabernos dado a la retención anal en los mitos que dejan
lugar a este desdentado. Los Ipuriná, que creen tener al perezoso por
antepasado, cuentan que en el origen de los tiempos las cigüeñas hervían
En la continuación del relato, el héroe de MI sufre una disyunción en una marmita solar, y comían, todas las inmundicias y podredumbres
vertical mientras se dedica a desanidar guacamayos que (M 7-MI2) lo que se dedicaban a recoger por el mundo. La marmita se desbordó y se
cubrirán de inmundicia. En el curso de su disyunción horizontal, el de derramó agua hirviente que destruyó todos los seres vivos, salvo el pere-
M 3 2 7 se alía con las avispas, que por él se volverán venenosas. O sea una zoso, que consiguió trepar a un árbol y repobló la tierra (M 3 31; Ehren-
cuádruple oposición: reich, p. 129; d. Schultz 2, pp. 230-231).~ Esta historia aclara un episo-
dio del mito de origen de los Jíbaro, donde el perezoso tiene igual
puesto de antepasado de la humanidad. Pues si la garza roba los dos
(guacamayos/avispas), (hostilidad/amistad), (héroe;' OBJETO de inmundicia/
SUJETO de veneno) huevos, de uno de los cuales nacerá Mika, futura esposa del perezoso
Uñushi (M 3 3 2 ; Stirling, pp. 125-126), dno será porque para los Jíbaro,
como para las tribus del noroeste amazónico y de la Guayana, los hue-
La oposición entre insectos venenosos y pájaros que ensucian nos per-
vos de pájaros constituyen un alimento prohibido en razón de "su carác-
mitió ya (Ce, p. 308 Y n. 6) transformar un mito parintintin (M 1 7 9 ) en
las variantes ge del mito del desanidador de pájaros (M 7-M 1 2 ) , que con- ter fetal, y así impuro" (Whiffen, p. 130; d. 1m Thurn, p. 18), que los
hace congruos con la inmundicia? Una variante aguaruna (M 3 3 3a) pare-
ciernen al origen del fuego (terrestre) de cocina, en tanto que MI, él
ce confirmar esto: hace nacer el sol de un huevo, extraído por el ogro
mismo transformación de estos mitos, toca al origen del agua (celeste).
Ahora acabamos de transformar en M 1 otro mito, y apreciamos que la Agempi del cadáver de la mujer que ha matado, y después robado por
torsión primitiva de M 1 en relación con M 7-M t 2 queda preservada en la un pato (Guallart, p. 61). De cuatro huevos sacados de las entrañas de la
nueva transformación de la siguiente manera: hermana del héroe Luna, dos estaban podridos según un mito maquiri-
tare (M 3 3 3b; Thomson, p. 5).
a) M 7-M 12 (origen del fuego) ~Ml (origen del agua) Como carroñeros, los pájaros acuáticos tienen, en cuanto al agua, un
papel estrechamente homólogo al que los mitos asignan, en cuanto a la
b) M l 79(objeto de veneno) ~M7_1 i (objeto de inmundicia) tierra, a los buitres. Podemos así admitir que existe una correspondencia
entre los tres episodios del viaje del pájaro mosca en M 3 2 7 Y los tres
e) M 1 (enemigo de los guacamayos) ~M32 7 (amigo de las avispas) momentos de la aventura del héroe de MI. O sea:
d) M 32 7 (sujeto de veneno) ~M7_12 (objeto de inmundicia)
arriba, tierra;
Ml : ( héroe disyunto verticalmente
Teniendo en cuenta la dislocación que hemos señalado más arriba y [ M 32 7: \ abajo, agua;
que acarrea en M 3 2 7, a título de consecuencia, el encabalgamiento par-
cial de dos episodios consecutivos de M 1 , consideremos la serie de M 3 2 7
consagrada al viaje del pájaro mosca.
Esta serie se subdivide en tres partes: 1) el pájaro mosca parte solo,
cae al agua y está a punto de ahogarse; 2) la grulla lo rescata, se lo mete 3 Este árbol es una malvácea, pariente cercano de las tiliáceas y bombáceas según
entre los muslos, y allí viaja con toda seguridad, pero se le ensucia la la botánica moderna (cf. p. 327, n, 12), de donde una transformación del agua inter-
cara de deyecciones; 3) el pájaro mosca vuelve a partir solo y conquista na benéfica en agua externa maléfica, que no discutiremos para no alargar la
por último el tabaco. demostración.
LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 363
362 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS

M, ,b""re, despu és/q ue han aeuorado] el trasero/del héroe apestadof4

[ M327: grulla (
anxdladora(es]
¡ antes/de que defeque/en la cara! del "héroe" perfumado¡

Por una y otra parte del conjunto paradigmático formado por los mitos
MI a MI 2. inventariado al principio de nuestra indagación, existen así
dos mitologías del tabaco. La que los ejemplos procedentes del Chaco
nos han permitido especialmente ilustrar busca el medio del tabaco en la
noción de Un fuego terrestre y destructor, en correlación y oposición
con el fuego de cocina, terrestre también pero constructor, cuyo origen
muestran los mitos ge (M 7 - 1 2 ) . La otra mitología del tabaco, que hemos
encontrado entre los Warrau, busca el medio del tabaco en la noción de
un agua terrestre dominada (el océano, que los pájaros consiguen atra- Fig. 20. Sistema de las relaciones entre mitos del tabaco fumado (a la derecha) y
mitos del tabaco bebido (a la izquierda).
vesar), en c~rrelación y oposición, ella, con un agua celeste y domina-
dora (la lluvia y la tormenta), a cuyo origen se refiere el mito bororo
contraste entre la naturaleza del tabaco y su empleo (que es del orden
(MI ).
,En relación con el conjunto paradigmático inicial, pues, las dos mitolo- de la cultura) corresponde pues un contraste entre dos tipos de relación
gras del tabaco ocupan posiciones simétricas (fig. 20), con una dife- que el tabaco puede tener con el agua, una metafórica (transformación
rencia, sin embargo: la relación de los mitos warrau con MI supone una que afecta a mitos), la otra metonímica (procedencia acuática del tabaco
transformación con dos torsiones -agua terrestre/celeste, dominadafdo- según el mito). La relación con el agua constituye el aspecto invariante
como si mitos, originarios de una región donde el tabaco no es bebido'
minadora-e, en tanto que la de los mitos del Chaco con el conjunto
comprobasen la realidad del uso ausente reconociendo dos especies de
M 7 _ 1 2 es más sencilla -fuego terrestre dominado/dominador- y requiere
solamente una torsión. Detengámonos un momento en este punto. tabac.o de fumar, o dos maneras de fumar de las cuales, por vías diferentes,
una SIempre es congrua con el agua.
Al principio de este libro analizamos y discutimos un mito de los Iran-
xé, geográficamente vecinos de los Bororo, que transformaba de manera El interés de estas observaciones no es puramente formal. Sin duda
contribuyen ~e manera no despreciable a la empresa de reducción que
m~y sencilla un mito sobre el origen del agua (MI) en mito sobre el
origen del tabaco (M I 9 1 ) . En los mitos warrau nos las vemos, pues, con ~os ~e~os as~gnado.' puesto que permiten reducir mitos a otros mitos, y
~na transformación de segundo grado. La disparidad se explica, si se
simplificar as~. mediante el recurso a un cuerpo reducido de reglas igua-
nenen en cuenta factores culturales. Toda la América tropical al sur del les por doquier, un cuadro cuya complejidad y desorden parecían des-
Amazonas, incluyendo así los territorios de los Iranxé, de los Bororo y de alentadores. Pero más allá de la ilustración suplementaria de un método
las tribus del Chaco, ignoraba el consumo de tabaco en forma de infu- cuyo campo -juzgará acaso el lector- nos empeñamos inútilmente en
sión o de decocción. Si prescindimos del uso esporádico del tabaco mas- agrandar ". alcanzamos una visión más clara de la historia de las poblacio-
cado, se puede decir que, en esta región, el tabaco sólo era fumado: lo nes amencanas y de las relaciones concretas que las unen. Pues si los
cual 10 hace congruente con el fuego, no con el agua. En el seno de la mitos de tribus muy diversas revelan conocimiento confuso de usos sólo
subcategoría del tabaco fumado hemos apreciado sin embargo un desdo- ates.t~guados fu~r~. de su. hábitat tradicional, es prueba de que la distri-
blamiento que se manifiesta, en el plano de los mitos, por la distinción bución y condición recientes de estas tribus no enseñan nada o casi
entre "buen" y "mal" tabaco (M 1 9 1 ) o entre buen y mal uso del tabaco acerca de su pasado. El análisis de los mitos sudamericanos muestra que,
de manera sm duda inconsciente, las poblaciones "saben" demasiadas
(M 2 6, M 2 7)' MI 9] incluso se presenta, esencialmente, como un mito
sobre el origen del mal tabaco. c?,sas, unas a:=erca de las otras, para que no admitamos que su reparti-
Por lo que toca a M 2 7, es un mito sobre el origen del mal uso del eren actual SIgue a reparticiones diferentes, productos de mezclas innu-
merables que se han sucedido con el correr del tiempo. Las separaciones
tabaco que, en este caso (yen oposición con M 2 6 ) , procede del agua. ~l
que. podemos observar entre las culturas, el alejamiento geográfico de los
4 Puesto que el pájaro mosca huele bien naturalmente en tanto que en M I los h~bltantes, no son hechos que ofrezcan significación intrínseca, y menos
urubúes fueron atraídos por el olor a podredumbre que emanaba de los lagartos aun pruebas que apoyen una reconstitución histórica. Estas diferencias
muertos que llevaba el héroe. La reduplicación lagartos-buitres urubú en M I como sup.erficiales reflejan na~a más la imagen empobrecida de un devenir muy
modos respectivamente pasivo y activo de la podredumbre, tiene su equivalente en antiguo y muy complejo, en el instante en que el-descubrimiento del
M J 2 7 con la reduplicación gaulding b:·rd-grulla, o sea dos zancudas ligadas a la Nuevo Mundo la pasmó de pronto.
podredumbre y que fracasan en su misión, la una pasivamente, la otra activamente.
364 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 365
Las consideraciones precedentes ayudarán a superar una dificultad recibieron por fin instilaciones nasales de zumo de tabaco y sufrie-
planteada por el análisis de los mitos warrau. De. ~cuer~o. con su proce- ron una dolorosa prueba consistente en hacer pasar cuerdecillas de
dencia geográfica, los hemos situado en el ~ommlO ~rll:lco .~el tabaco pelos, enfiladas por las ventanas de la nariz y retiradas por la boca,
bebido. Limitada al sur por el Amazonas, el area de distribución d.e es.te pasando por la nariz y las fauces.
modo de consumo ofrece un aspecto discontinuo, con umbrales limpia- Hacia el final de la iniciación, dos de los niños violaron una
mente señalados: "Los indios del Uaupés hacen cigarros enormes, pero al sur interdicción, perdieron los ojos y fueron mudados en Espíritus
nocturnos. Los otros tres se volvieron brujos consumados y enveje-
del j apura el tabaco no es fumado sino lamido" (Whiffen, p. 1.4~). Se
cieron junto a su maestro. Estaban todos calvos cuando éste los
trata entonces de tabaco macerado, molido y espesado con almidón de devolvió a su pueblo. No sin dificultad se hicieron reconocer por
mandioca, para formar una especie de jarabe. El tabaco verdaderan:ente sus padres. Fastidiados porque una joven que deseaban los encon-
bebido después de maceración o ebullición se encuentra des?e los J Ibaro tró demasiado viejos, la petrificaron y transformaron a los miem-
hasta los Kágaba (Preuss 3, núms. 107, 119), en la ~ontana, y en ~~es bros de su propia familia en Espíritus. Son los Espíritus que hoy
zonas guayanesas: bajo Orinoco, curso superior del no Branco y reglOn hacen crecer en diez días el tabaco de los brujos curanderos, sin
del Maroni. que sea necesario plantarlo.P Se distinguen tres variedades de este
Ahora bien de hecho es al tabaco fumado al que parecen vincularse tabaco. Es muy fuerte (K.·G. 1, pp. 63-68).
los mitos veertesx, M 3 2 7 lo subraya por partida doble: primero cu~ndo el
padre del héroe quema en vano hojas de diversas pl~ntas a gUlS~ del Este mito hace aparecer el motivo del agua en forma bastan te discreta
tabaco faltan te; y después cuando su hermano le ensena a co~fecclOnar -absorción por los novicios de las voces de la cascada, que parecen
un cigarrillo con el tabaco traído por el pájaro mosca: Es sabl~o que la emanar de tres cantores, en virtud de su desigual altura-, pero, por lo
posición cultural de los Warrau constituye una especie de emg~a: La demás, por doquier en la Guayana es constante la asociación del tabaco
existencia entre ellos de templos y de un culto verdaderamente religioso, y de las maracas, tanto entre los Arawak como entre los Caribes. Los
de una jerarquía de sacerdotes y brujos curanderos, parece apuntar a primeros cuentan (M 3 3 s l cómo el jefe Arawánili obtuvo de Orehu, la
influencias andinas. En cambio los grupos de la parte central del delta del diosa de las aguas, la calabaza, los guijarros del fondo del mar (para car-
Orinoco tienen una cultura muy rudimentaria que los emparenta con las gar la maraca) y el tabaco, gracias a los cuales podría combatir a Yau-
tribus llamadas "marginales", y no consumen tabaco (Wilbert 4, p~. hahu, el Espíritu maligno responsable de la muerte [Bre tt 2, pp. 18-21).
246~24 7). Quiérase ver en ellos regresivos o ~estimoni?s de u~a ?ondi- Según los Caribes (M 3 3 6), el primer brujo curandero, Komanakoto, oyó
ción arcaica, no dejan de embarazar ciertas dlscordan~las.que mvrtan a un día voces que venían del río; se zambulló y vio mujeres encantadoras
buscar fuera, en las tribus de la Guayana central, un termmo de compa- que le enseñaron sus cantos y le donaron el tabaco y la maraca de cala-
ración posible con los mitos warrau: baza hecha y derecha, con sus guijarros y su mango (Gillin, p. 170). Los
Kalina ponen en sus maracas piedrecillas blancas y negras encontradas en
M3J 4• Arekuna: origen del tabaco y de las otras drogas el agua (Ahlbrinck, art. "püye¡", § 38).
mágicas.
Por lo demás, la analogía con M 3 2 7 es segura. Tres niños, o cinco
Un muchachito llevó a sus cuatro hermanos pequeños al bosque. niños reducidos a tres, se hacen voluntariamente disyuntos de sus padres
Encontraron pájaros Idjiadjial (no identificados), cuyo gr.it.o quiere y van hacia el país del tabaco, arrastrados o relevados por aves. Isla en
decir " imás lejos! lmás lejos! " Aunque llevaban provl,~lOnes de pleno mar, este país del tabaco está vigilado por guardianes; claro en el
boca los niños no habían comido y quisieron matar pajares, los
bosque, lo cultivan esclavos. Según sea hombre o (grupo de) mujer(es) el
cuales dejaban que se les 3:cercaran; Errar5m los tiros, sin embargo.
Persiguiendo la caza se alep:on mas y m~, hasta que. I~~garon a la amo del tabaco, se muestra acogedor u hostil. Hay que subrayar además
plantación en donde trabajan los servidores de PIaI man, amo que en el primer caso este hombre tiene una esposa que trata de oponer-
del tabaco. Asustados por las flechas, éstos rogaron a los niños. q~e se a su celo de iniciador: "no quería ocuparse de los niños". De no
cuidaran de no sacarles los ojos. De pájaros que eran, se c~nvtrtIe. haber contado más que con ella, el amo del tabaco jamás habría logrado
ron en humanos para que los niños los aceptasen en calidad de procurárselo. En efecto, cuanta vez trata él de ir al monte a coger taba-
padres y consintieran vivir con ellos. "" .. co, ella se las arregla para obligarlo a volver antes de llegar a su destino.
Pero Piai'man reivindicó a los niños porque los pajar os /dJladJIa/ Más adelante en el relato, otra mujer demuestra a los héroes envejecidos
que los arrastraron hast,a allá le pertenecía~ .. De;idió .hacer d~ ~l,los la misma hostilidad, negándoles esta vez no el tabaco (que poseen) sino
brujos curanderos, y dia tras dia les ad.mlUlstro beb!das eméticas. el agua.
Aislados en una cabañita donde las mujeres no pod ian verlos, los
Ahora, es claro que el mito arekuna alude al tabaco bebido y a otros
niños vomitaban en el agua de una cascada "para absorber sus
ruidos" y en una gran piragua. Después de h~ber ing~rido toda narcóticos absorbidos por via oral. Aunque su número sea considerable (el
suerte de preparados de cortezas o "almas" de dlv~rsos arbol.es, l.os mito enumera unos quince), es tentador reducirlos a una tríada funda-
niños, que habían enflaquecido mucho V perdido consciencia, s Entre estos espíritus /mauaril figuran las amazonas que, en M327, son dueñas
del tabaco (d. K.-G. 1, p. 124).
LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 367
366 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS
tencia real de otro grupo cerrado en que el agua tendría, en relación con
mental correspondiente a la de los niños, ya que varios especialistas en la el fuego, un puesto simétrico con el del tabaco.
Guayana están de acuerdo en distinguir tr.es tipos ,de brujos .curandero~. Suponiendo que tal grupo exista, deberá ofrecer el reflejo del otro por
asociados respectivamente al tabaco, al chile y al arbol /takma! o ftakl- el lado "agua" de M7_12' es decir en la dirección de MI en virtud de la
ni/ (Ahlbrinck, art. "püyei", § 2; Penard en Goeje, pp. 44-45). E~te relación de transformación que une estos mitos:
árbol pudiera ser Virola sp., una miristácea de la cual se extraen vanas
sutancias narcóticas (ef. Schultes 1, 2). Según un informador kalina, el (Origen de la cocina) [ ]
principio activo del Itakinil residiría en la .s~via lech~sa ad~i!1istr~da al M7 _12: FUEGO =>
novicio y que provocar ía un espantoso delirio (Ahlbrmck, tu«; § 32).
Por consiguiente, pese a su referencia única al tabaco fumado, que Esta agua, de la que M 1 se remonta al origen, es el agua celeste, más
podría explicarse por el efecto de una distorsión resultante de la posi- precisamente la que procede de la tempestad o el aguacero y que extin-
ción particular de los Warrau en el conjunto de las. culturas guaya?esas, gue los fuegos de cocina: la "anticocina" o el "antifuego". Ahora bien,
la presencia de tres niños en M32 7, Y de una p.lurahdad de demonios e,n sabemos que entre la tempestad. el aguacero y los cerdos salvajes los
M32B, permite al parecer vincular estos dos rmtos a un grupo guayanes mitos conciben una íntima relación. El trueno vela sobre estos animales;
concerniente al origen de bebidas narcóticas, entre las cuales figura el retumba cuando los hombres abusan de la caza y matan más piezas de
tabaco macerado en agua. las que necesitan. Ya hemos dado varios ejemplos de este vínculo (CC,
Haremos valer un orden más de consideraciones en el mismo sentido. pp. 207-209); sin esfuerzo se hallarían muchísimos más dispersos en la
Los héroes de los mitos guayaneses sobre el origen del tabaco son niños. bibliografía.
Disyuntos de sus padres, iniciadores del chamanismo por el ejemplo que Si los cerdos salvajes, que suministran la mejor carne, materia eminente
ponen (M 3 2 S ' M 3 3 4 ) o por las exigencias que formulan (M 3 2 7 ) , se tor- de la cocina, están protegidos contra los abusos de esta misma cocina
nan al fin Espíritus a los que, para que comparezcan, los hombres debe- por la tempestad y el aguacero, que intervienen en el sistema a título de
rán hacer ofrendas de tabaco. Reconocemos un esquema ya encontrado "anticocina", para que exista el grupo simétrico que buscamos basta -y
al principio del anterior volumen, en el célebre ~ito carirí sobre .el ori- es suficiente- que descubramos un término que haga juego con el humo
gen del tabaco (M 2 5 ) . Ahí, niños disyuntos verticalmente (en. el CIelO, Y del tabaco y que tenga con la tempestad y la tormenta una relación
no ya horizontalmente, en tierra o agua) viven ~n adelante J~~to a un inversa de la que el humo de tabaco tiene con los cerdos salvajes. Este
Espíritu Tabaco que compartía hasta poco atras la campan la de los humo es causa de la aparición de los cerdos, y así su correlato deberá
humanos y que éstos no podrán llamar ya sino .~aciéndole ~frendas ~~ ser causa de la desaparición de la tempestad y el aguacero.
tabaco. Si el Espíritu warrau del tabaco es un nmo, su cong~n.e,re ~ann La etnografía corresponde a esta exigencia deductiva. Se sabe entre los
es un viejo. Entre los dos, el Espíritu arekuna ocupa una posIclOn ínter- Kayapó septentrionales que una divinidad llamada Bepkororoti personifica
media: niño que ha crecido, envejecido y encalvecido. la tormenta (CC, pp. 207-210). Algunos individuos llamados /Bepkororoti
El mito carirí se refiere a la vez al origen del tabaco y al de los cerdos mari/ interceden junto a él en nombre de la tribu. Para esto emplean
salvajes en que el Espíritu Tabaco transformó a los niñ.os. Hemos ~xpl!­ cera de abejas quemada que calma la tempestad [Diniz , p. 9). El ejemplo
cado este nexo mostrando que se insertaba en un conjunto paradigma- no es único, puesto que se conoce esta invocación guayaki: "Hizo humo
tico sobre el origen de los cerdos salvajes, donde el papel instrumental con cera de abejas /choá/ para cazar el jaguar celeste. Golpearon los
toca al humo de tabaco (antes, p. 17). En el seno de los mitos de la árboles con sus arcos, hendieron la tierra a hachazos, hicieron subir al
América tropical podemos así aislar una serie ordenada que forina un cielo el olor de la cera /choál" (Cadogan 6). Cuando truena, dicen los
grupo relativamente cerrado: las cenizas de u~a pira crematori~ dan Umotina, es que un Espíritu desciende a la tierra en busca de miel desti-
nacimiento al tabaco (M22_24' M 2 6 ); el tabaco incinerado determina la nada al pueblo celeste; pero por lo que a él toca, no come (Schultz 2, p.
aparición de la carne (MIS_lB); para que esta c~rne sea consumible es 224). Sin duda se trata, en un caso, del eclipse de sol y no de la tormen-
preciso que los hombres obtengan el fuego de un Jaguar macho (M 7 _1 a ). ta. Pero ésta es una forma débil de aquél, y el texto guayaki ofrece el
cuyo correlato femenino es el mismo que ha perecido en la prra interés suplementario de asociar el humo de cera de abejas a procedi-
(M 22 - 2 4 ) - mientos acústicos a los que habría que agregar la explosión de bambúes
Aqu í se trata exclusivamente del tabaco fumado, como muestran por secos echados al fuego (Métraux-Baldus, p. 444) que, como realización
una parte la etnografía -pues las poblaciones de que pr~c~~en estos fuerte de los instrumentos de tipo /parabára/, conjugan el "humo de
mitos consumen el tabaco de esta manera- y por otra el análisis formal, miel" con los artefactos de las tinieblas, lo mismo que el humo de taba-
puesto que los mitos, para ser así ordenados. deben se~ leídos, por decir- co se conjuga con las maracas.
lo así, "en clave de fuego". En Lo crudo y lo cocido (pp. 110-112) Por no alargar la exposición nos abstendremos de discutir un mito
enunciamos las reglas que permiten trasponer el grupo a "clave de agua:', uitoto cuyas dimensiones y complejidad justificarían un estudio especial
pero con ello sólo dimos un medio para traducirlo, sin establecer la exrs-
LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 369
368

(M 3 37)' Señalemos solamente que este mito retorna al tabaco a costa de pegada a un nido de abejas ¡irapua!, de las que no pudieron ingerir la
una torsión doble: el agua de tabaco, no el humo, provoca la transfor- miel (Nim. 3, pp. 1011-1012).
mación de los humanos en cerdos salvajes; y esta transformación san- En compensación, debemos detenernos en un mito warrau que, reem-
ciona una conducta hostil hacia el relámpago que, en aquel tiempo, era plazando el humo de tabaco por las maracas, invierte a la vez el origen
un lindo y menudo ser domesticado (Preuss 1, pp- 369-403). Dejaremos de los cerdos salvajes y su pérdida. Este mito ya nos había llamado la
de lado también, pero esta vez por demasiado fragmentarias, las indica- atención (CC, p. 89, n. 2).
ciones de Tastevin (4. p. 27; 5, p. 170) sobre mitos cashinawá relativos a
MI?' Warrau: por qué los cerdos salvajes escasean
MI M 2 2- 2 4 (CC, índice de mitos: origen. de los cerdos salvajes).
(ORIGEN DEL (ORIGEN DEL
AGUA CELESTE) TABACO) Un hombre, su mujer y sus dos hijas fueron a una fiesta de beber,
dejando dos hijas solas en casa, donde quisieron quedarse para
preparar cerveza de mandioca y batatas (cassiri). Recibieron la
visita de un Espíritu que las reabasteció y pasó la noche bajo su
techo sin incomodarlas.
Volvieron los padres y las muchachas no supieron guardar en
secreto su aventura. Ebrio aún por los excesos de la víspera, el
padre exigió que regresara el visitante, al cual, sin asegurarse siquie-
ra de su identidad, ofreció en matrimonio a la más joven de sus
hijas. El Espíritu se instaló en casa de sus suegros, se mostró buen
yerno y buen marido. Cada día traía caza y hasta enseñó a sus
suegros cómo cazar el cerdo salvaje, cuya apariencia desconocían.
Hasta entonces no mataban más que pájaros, que creían ser cerdos.
Bastaba al Espíritu agitar su maraca, y los cerdos acudían.
Pasó el tiempo. Nació un niño a la joven pareja y el marido
concluyó su instalación. Entre los trebejos que guardaba en la
maleza había cuatro maracas adornadas con plumas, que le servían

1 para cazar. Cada par correspondía a una especie de cerdos, una


feroz, tímida la otra; y de cada par una maraca servía para atraer
la caza, la otra para que huyera. Sólo el Espíritu tenía derecho de
tocarlas; si no, habría un desastre.
Un día que el Espíritu estaba en los campos, uno de sus cuñados
HUMO cedió a la tentación de tomar las maracas. Pero la que sacudió era
DE MIEL para atraer los cerdos feroces. Lleparon los animales, despedazaron
al crío y se lo comieron. Los demás miembros de la familia, que se
habían refugiado en los árboles, pidieron socorro. Acudió el
Espíritu, tocó la maraca especial para alejar a las fieras. Furioso
por la desobediencia del cuñado y la muerte del niño, decidió par-
tir. Desde entonces, a los indios les da trabajo cazar (Roth 1, pp.
186-187).

Este mito sobre la pérdida de los cerdos salvajes respeta la armadura


Fig. 21. Sistemas de las relaciones entre mitos sobre el origen del agua, de los mitos tenetehara (M 15), mundurucú (MI 6)' kayapó (MIS), que
del fuego y del tabaco. conciernen a su origen, pero invirtiendo todos los términos. Un marido
de hermana alimenta a hermanos de mujeres, en vez de que éstos le
la transformación de los hombres en cerdos salvajes, después de que nieguen el alimento. En todos los casos, el o los cuñados necesitados son
ingirieron zumo de tabaco, despechados porque una muchacha no q\¡~ía cazadores de pájaros, incapaces de procurarse solos los dos tipos de cer-
casarse con ninguno de ellos. Sola en adelante, ésta recogió y educó al dos existentes (MI?) o aquel de los dos tipos -cn tal caso el más tími-
Espíritu del tabaco, con quien casó más tarde y de quien descienden los do- que existía sólo en aquel tiempo. Sea absoluta o relativa, la apari-
Cashinawá (M 3 J Ha; cf. M 1 9 , CC, p. 106). Simétricamente, un mito ción de la especie feroz resulta de un abuso del que se hacen culpables
shipaiá (MJ 3 ti b) transforma en cerdos salvajes una pareja que sc quedó aqu í los hermanos de la mujer, allá los maridos de las hermanas: abuso
370 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 371

acústico (cultural) de las maracas, o abuso sexual (natural) de las espo-


sas. A consecuencia de lo cual el niño es muerto por los cerdos, apar-
I
tempestad cerdos
tado o transformado; los cerdos feroces aparecen o desaparecen, la caza I
se torna provechosa o difícil. I cerdos (+)
En todo caso, el mito warrau explota más metódicamente que los del cerdos(-)

mismo grupo el principio dicotómico que oponía en el origen las dos I I


I I I
especies de cerdos. La una es la recompensa del cazador, la otra su cas- maraca maraca maraca maraca
,tigo cuando abusa de los medios que debiera economizar. Como este (-) (+) (-) (+)
I I I I
aspecto falta en los mitos tenetehara y mundurucú, puede decirse que, I I I I
I I
entre los warrau, los cerdos feroces castigan al cazador desmesurado, I I
I
I
papel que las otras dos tribus asignan a la tempestad y al aguacero, que I ::::: humo de tabaco
I
I
I
son vengadores de los cerdos. La dicotomía se prolonga en el plano de I
I _____________________________________ 1
las maracas, de las que existen dos pares, y los términos de cada par
cumplen funciones opuestas. Pero las dos especies de cerdos tienen, ellas,
=. humo de miel
atributos contrastados, y las cuatro maracas forman un quiasma funcio-
(-): mala especie de cerdos, mala maraca (que sirve para atraer la mala especie,
nal: las que sirven para atraer la especie tímida o para alejar la especie para rechazar la buena). (+): lo inverso.
feroz tienen una connotación positiva, que se opone a la connotación
negativa de las otras dos, que sirven para apartar la especie tímida (de la
cual, sin embargo, nada hay que temer) o para atraer a la especie feroz, No se trata aquí de ninguna novedad, pues los misioneros percibieron
con los resultados que sabemos. En términos de maracas, estos valores bien pronto la analogía. Cardus (p. 79) describe las maracas de calabaza
antitéticos reproducen los que otras tribus atribuyen respectivamente al "que (los indígenas) usan a guisa de campanas". Más de dos siglos ~tes,
humo de tabaco y al humo de miel; el uno que hace aparecer a los cer- el protestante Léry (vol. 11, p. 71) se burlaba de los sacerdotes tupmam-
dos (que suscitan la tempestad y el aguacero), el otro que aleja la tem- bá, que agitaban sus maracas: "En el estado en que entonces se ~al,lab.an,
pestad y el aguacero (y que permite así abusar de los cerdos). no pudiera compararlos mejor que con los campaneros de esos hipócritas
Por último -y será nuestra tercera observación-, la trama del mito que engañan a la gente de aquí, paseando de un lado a otro las ar~as de
warrau se vincula a un conjunto paradigmático que ya hemos discutido, San Antonio de San Bernardo y otros instrumentos por el estilo de
y cuyo término inicial nos había sido suministrado por mitos acerca de idolatría". Si 'nos remitimos a las consideraciones de la p. 335, habrá que
la pérdida de la miel (M233-239)' Transformándose, de mito sobre el convenir en que, por su lado, Lafitau no se equivocaba cuando, más
origen de los cerdos salvajes en mito sobre su pérdida, MI 7 efectúa dos interesado en los paralelismos paganos, comparaba las maracas con los
operaciones. Una pone modos de la maraca (opuestos entre sí) en puesto sistros. .
de modos igualmente opuestos del humo, o sea que cumple una transfe- Las maracas no solamente tenían por misión llamar la atención de los
rencia del código culinario al código acústico. Por otro lado, en el seno fieles y convocarlos. A través de su voz, los Espíritus se expresaban y
mismo del código culinario, el mito warrau transforma un mito sobre la daban a conocer sus oráculos y voluntades. Algunos ejemplares eran
pérdida de la miel en mito sobre el origen de la carne (que por este construidos y decorados para representar un rostro, los había que hast~
hecho se vuelve un mito sobre su pérdida). Liberado por la primera tenían mandíbula articulada. Incluso se ha planteado la pregunta de SI
operación, el tabaco fumado se torna apto, por la segunda (transforma- en América del Sur la maraca derivará del ídolo o al revés (cÍoli Métraux
ción interna del código culinario), para ocupar en la mitología warrau, 1, pp. 72-78; Zerries 3). Nos bastará con tener presente que, tanto desde
como lo muestra M 3 2 7, el lugar por otras partes reservado al tabaco el punto de vista lingüístico como en razón de su personalización, las
bebido. En efecto, la oposición del tabaco fumado y del tabaco bebido maracas se emparientan con las campanas, calificadas como signa por
reproduce, en el seno de la categoría del tabaco, la que existe entre el Gregario de Tours, presentadas en la iglesia como los niños recién naci-
tabaco y la miel, puesto que, según el lugar de Amazonia septentrional, dos, dotadas de padrinos y madrinas y que reciben un nombre, de suerte
ya el tabaco bebido, ya la miel tóxica sirven para las mismas purificaciones. que la ceremonia de bendición puede ser comúnmente asimilada al bau-
tismo.
El mito warrau confirma pues, a su manera, es decir por preterición, la No es preciso ir hasta el Po-poi Vuh para atestiguar la generalidad y la
unión del humo de tabaco y de la maraca. Hemos examinado el uno. antigüedad del vínculo entre la maraca de calabaza y la cabeza ~umana.
Nos falta mostrar cómo la otra desempeña, en relación con los artefactos Varias lenguas sudamericanas construyen las dos palabras a partir de la
de las tinieblas, un papel análogo al de las campanas en la tradición misma raíz: jiwida-f en arawak-maipure, j-kalapi-f en oayana (Goeje, p.
europea, donde son instrumentos de mediación. 35). En las máscaras cubeo, media calabaza figura el cráneo (Goldman,
372 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 373

p. 222); Y Whiffen seguía sin duda el curso del pensamiento indígena


cuando comparaba (p. 122) los "cráneos-trofeo brillando al sol con otras
tantas calabazas ensartadas en una cuerda". El Espíritu del trueno cash-
inawá, que es calvo [Tastevin 4, p. 21), tiene por homólogo el Toupan de
los antiguos Tupí, que gustaba de expresarse en la voz de la maraca:
"Haciéndola sonar, piensan que es Toupan el que les habla", dicho de
otra manera, "el que hace tronar y llover" (Thevet, t. 11, pp. 953a,
910a). Se recordará en esta ocasión el papel de las campanas para
"domeñar" las calamidades atmosféricas.
La maraca sagrada, portadora de mensajes, parece bien distante de la
media calabaza puesta sobre el agua y golpeada, prototipo del artefacto
de las tinieblas que utiliza la heroína mítica para convocar al animal
seductor. Y está lejos, sin duda, puesto que un instrumento asegura la
conjunción mediatizada y benéfica con el mundo sobrenatural, el otro la
conjunción no mediatizada y maléfica con la naturaleza, o si no (pues la
ausencia de mediatización ofrece siempre estos dos aspectos complemen-
tarios, cf. ce, p. 290) la disyunción brutal con la cultura y la sociedad.
Con todo, la distancia que separa a los dos tipos de instrumento no
excluye su simetría; incluso la implica. En efecto, la sistemática indígena
insinúa una imagen invertida de la maraca, que la torna apta para desem-
peñar la otra función.
Por lo que decían los primeros misioneros, los peruanos creían (M 3 3 9 )
que el demonio, para seducir y capturar a los hombres, utilizaba cala-
bazas que hacía danzar sobre el agua y zambullirse, alternativamente. El
desdichado que quería coger una -bien codicioso había de ser-, era
llevado lejos de la orilla y acababa por ahogarse (Augustinos, p. 15). Es
notable que esta concepción extravagante, que parece reflejo de una
alucinación o de un fantasma, reaparezca en el México antiguo. En el
libro XI de su Historia general, que trata de las "cosas terrestres" o sea
de la zoología, de la botánica y de la mineralogía, Sahagún describe
(M 3 4 0 ) , con el nombre de /xicalcóatl/, una serpiente de agua provista de
un apéndice dorsal en forma de calabaza ricamente adornada, que le
sirve para atraer a los hombres. El animal deja que sólo emerja la cala-
baza decorada, "que anda nadando". Pero lpobre del imprudente que,
empujado por una ávida concupiscencia, crea que el destino lo invita a
apropiarse de la bella calabaza que le ponía delante! Apenas se meta en
el agua, escapará el objeto de su deseo, y siguiéndolo a los abismos,
perecerá, y el agua se arremolinará encima. El cuerpo de la serpiente es
negro, salvo el lomo, cubierto de adornos complicados, como los que
decoran los recipientes de calabaza (Sahagún , vol. 3, pp. 209-210).
Entre México y Perú el motivo reaparece esporádicamente. Un mito
tumupasa (MJ 41) cuenta que un muchacho sordomudo, injustamente ,-------
golpeado por su padre, partió al río llevando una calabaza colgada a la
espalda, para sacar agua. Pero por mucho que se zambulló, la calabaza lo
hizo flotar. Entonces se la quitó, se fue al fondo y se metamorfoseó en Fig. 22. Sistros antiguos y maracas americanas. (Según Lafitau , t. I, p. 194.)
serpiente (Nordenskiold 3, p. 291). Un mito uitoto (M.342) evoca un
conflicto. entre los Espíritus de las calabazas y la primera humanidad.
Esta pereció en un diluvio del que nadie escapó, ni siquiera dos pescado-
374 LOS INSTRUMENTOS DE LAS 'I'INIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 375

res que se llevó la corriente cuando trataban de coger un jarrita de barro La oposición de la serpiente y el recipiente de calabaza, a la que los
que se les iba. Según otro mito (M343), este conflicto originador del mitos dan valor de antinomia, es pues primero la de lo húmedo, largo,
diluvio ocurrió en ocasión del matrimonio de un Espíritu de las aguas lleno, blando, y lo seco, redondo, hueco, duro. Pero hay más. Pues la
con una damisela arisca, hija del "Hombre-de-las-calabazas", y llamada calabaza seca suministra la materia de un instrumento musical, la mara-
"Calabaza-bajo-el-agua" (Preuss 1, vol. 1, pp. 207-218).6 ca, en tanto que la serpiente (lo hemos mostrado, p. 348) es la "materia"
Trátese de mitos antiguos o contemporáneos, todos establecen una del rombo que reproduce SU voz. En este sentido, la serpiente-calabaza
relación de incompatibilidad entre las calabazas y el agua. Igual que la ilustra la unión contradictoria del rombo y la maraca o, más precisa-
maraca sagrada, la calabaza es por naturaleza "de aire", o sea "fuera del mente, es el rombo con la apariencia de la maraca. Ahora, cuando es
agua". La unión de la calabaza y del agua, simbolizada por el apéndice comparado con el mito tereno M 2 4 -donde el héroe hace sonar un bati-
de la serpiente acuática o por la unión de una chica-calabaza y un Espí- dor, artefacto de las tinieblas, para hallar más fácilmente la miel-, otro
ritu de las aguas, se enfrenta a la noción contradictoria -ya que una mito del Chaco parece sugerir que entre maraca y artefacto de las tinie-
calabaza flota normalmente (1\1 3 4 1 )- de un receptáculo lleno de aire y Elas existe la misma relación de incompatibilidad. En este mito toba,
en el agua. Esto se refiere, entiéndase bien, a la calabaza seca, con la que ya hemos utilizado (M'2 19b), Zorro aprovecha la ausencia de los del
cual se puede hacer una maraca. Con respecto al agua, la oposición entre pueblo, que andan buscando miel, para incendiar las cabañas. Encoleriza-
calabaza fresca y calabaza seca es puesta de manifiesto por un mito ge dos, los indios matan a Zorro y despedazan su cuerpo. El demiurgo
que, como el mito uitoto, encomienda al demiurgo Sol la protección de Carancho se apropia el corazón para ir "a donde espera hallar miel". El
las calabazas o de los hombres-calabaza: ya sea que intente hacer que corazón protesta y declara que se ha convertido en maraca ritual: rebota
escapen del diluvio dándoles veneno destinado a los Espíritus de las como bala y los indios renuncian a buscar miel (Métraux 5, p. 138). Por
aguas (M 34 3), ya sea (M 34 4 a) que impida a su hermano Luna recolectar, consiguiente, lo mismo que el artefacto de las tinieblas de M 2 4 ayuda a
antes de que estén maduras, las calabazas plantadas en el campo desbro- encontrar la miel, la transformación del corazón en maraca acarrea el
zado por el caracol. 7 Según este mito, que procede de los Apinayé, los efecto opuesto.
demiurgos Sol y Luna echaron al agua sus calabazas (frescas), que allí se Existe un grupo de mitos guayaneses que no examinaremos en detalle,
transformaron al instante en seres humanos. Cuando llegó el diluvio, para no ir a caer en el tema de la "cabeza que rueda", cuyo estudio,
parte de éstos consiguió preservarse en una balsa dotada de calabazas sin más, requeriría un volumen. Estos mitos (M345-346) se vinculan al
secas a modo de flotadores: fueron los antepasados de los Apinayé. grupo del cuñado desafortunado, de que nos hemos ocupado ya. Maltra-
Arrastradas por las aguas, otras dieron nacimiento a diversas poblaciones. tado por los hermanos de su mujer porque no trae piezas de caza, un
y quienes se refugiaron en los árboles se volvieron abejas y termes (OH- cazador obtiene objetos mágicos que lo hacen maestro de la caza mien-
veira, pp. 69-71; cf. Nim. 5, pp. 164-165). Ya hemos encontrado en otro tras los usa con moderación. Sus cuñados lo espían, roban los objetos,
mito (M'294) la oposición entre calabaza fresca y maraca." los usan con exceso o con torpeza y provocan una inundación en que
perece el hijo del héroe; los peces y la caza desaparecen. Según las ver-
6 Un rito de la Colombia antigua se relaciona sin duda con el mismo grupo, pero siones, el héroe se muda en "cabeza que rueda" que se fija al cuello del
por desgracia se ignora cuál pudiera ser su contexto mítico: "Usaban la superstición buitre, transformado así en pájaro de dos cabezas, o se vuelve padre de
siguiente para saber si (os niños serían felices o desdichados en su vida. En el los cerdos salvajes (K.-G. 1, pp. 92-104).
momento de destetados preparaban un rollito de esparto que llevaba en medio un
Los dos primeros objetos mágicos de que el héroe se apodera ofrecen
paco de algodón mojado con leche de la madre. Seis hombres jóvenes, buenos
nadadores todos, iban a echarlo al río. Se tiraban ellos al agua entonces. Si el rollo interés particular para nuestra indagación. Uno es una calabacita que no
desaparecía bajo las aguas antes de que lo alcanzaran, decían que el niño corres- ha de llenar de agua sino hasta la mitad. Entonces el río se seca y es
pondiente sería desdichado. Pero si lo recuperaban sin dificultad, estimaban que el posible recoger todo el pescado. Basta con vaciar el contenido de la
niño tendría mucha suerte" (Fr. P. Simon, en Barradas, vol lI, p. 210 [hemos truduci- calabaza en el lecho del río para que éste recupere su nivel normal. Los
do la cita del francés, r.l), cuñados roban la calabaza y cometen el error de llenarla del todo. El río
7 "Cuando las indias plantan una calabacera, golpean uno contra otro sus senos se desborda, arrastra la calabaza y el hijo del héroe se ahoga. Por alusivo
para que los frutos lleguen a ser así de grandes. Cuando la planta ha crecido, las que sea el texto, remite con certidumbre tanto mayor a los mitos tumu-
indias Cando cuelgan de las ramas conchas de caracoles de los bosques, para que pasa y uitoto ya citados -y, más allá, a las creencias peruanas y mexi-
den frutos grandes y numerosos" (Karstcn 2, p. 142). canas- cuanto que, según la otra versión de que disponemos, la calabaza
8 Puede uno preguntarse si el mito apinavé no invertirá a su vez la versión más pertenecía en primer lugar a la nutria que es un Espíritu de las aguas.
difundida en América del Sur, y de la cual los Maipure del Orinoco ofrecen un En esta versión la calabaza perdida es tragada por un pez, en cuya vejiga
buen ejemplo (M:~44b), haciendo renacer la humanidad de los frutos de la palmera natatoria se convierte: órgano simétrico -cinterno en vez de externo-
Mauritia lanzados desde lo alto del arho! por los sobrevivientes del diluvio. Se ob-
tendría entonces un par de oposiciones cataoazatfruco (de palmera) congruo, en el con respecto al apéndice dorsal de la serpiente mexicana.
plano acúsuco, con la pareja organológica maracalsonaja. E.I segundo objeto mágico es un remo, que más tarde se tornará artejo
LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 377
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9
de la pinza del cangrejo. El héroe lo usa para batir el agua cerca de la condimentada con chile. El Bóyusú alzaría las aguas sin falta, traería
orilla, y el río se seca abajo del lugar perturbado. Los cuñados se imagi- una tormenta y engulliría la canoa. Así, cuando el pescador llega a la
nan que obtendrán mejor resultado removiendo el agua profunda. Como ribera para pasar la noche en la canoa, esa noche no lava los platos: es
la otra vez, el río se desborda y arrastra el objeto mágico. Desde el p un- demasiado peligroso" (Tastevin, ibid.).
to de vista organológico, los dos objetos se emparientan, el uno, con un Lo mismo en la Guayana, a riesgo de provocar lluvias torrenciales, no
receptáculo de calabaza -o sea una maraca-. , el otro con un batidor -es hay que derramar agua dulce en la piragua, lavar el cucharón en el río,
decir un artefacto de las tinieblas. Pero, en su categoría, cada uno sólo hundir directamente la marmita para sacar agua o limpiarla, etc. (Roth
admite un modo de empleo limitado: la calabaza debe ser llenada incom- 1, p. 267).
pletamente, en otros términos, el agua que contiene debe ser poco Estas prohibiciones culinarias, que son también prohibiciones acústi-
profunda, como ha de serlo asimismo el agua en que se meta el remo, es cas,lO tienen equivalente en el plano del discurso, lo cual confirma la
decir el agua que lo contiene. Si no, de benéficos los instrumentos se homología de la oposición metalingüística entre sentido propio y sentido
tornarán en maléficos. En lugar de que la línea de demarcación pase figurado con las que participan de otros códigos. De acuerdo con los
entre la maraca y el instrumento de las tinieblas, pasa entre dos modos indios de la Guayana, no hay modo más seguro de ofender a los Espí-
posibles de empleo de cada tipo de artefacto: ritus de las aguas, y de que haya tempestades, naufragios y ahogados,
que pronunciar ciertas palabras, las más veces de origen extranjero. Así,
en lugar de /arcabuza/, "fusil", el pescador arawak debe decir /kataroroj,
MARACA ARTEf'ACT0 DE LAS TINIEBLAS "pie", y en vez de /perro/, jkariro/ -"el dientón". Se evita asimismo (lo
(mediación pr6erltt') (mcdiad(j,¡ (tu.lente) cual no es otra cosa) emplear la palabra propia, reemplazada obligatoria-
mente por una perífrasis: "el duro", por la roca, "el bicho de larga
Uso moderado de una cola", por el lagarto. También están prohibidos los nombres de los islo-
o del otro tes y los riachuelos (Roth 1, pp. 252-253). Si -como hemos tratado de
(mediación presente)
mostrar en el curso. de este libro- el sentido propio connota la natura-
leza y la metáfora la cultura, un sistema que acomoda del mismo lado la
Uso inmoderado de metáfora o la perífrasis, la cocina escrupulosa, el ruido moderado o el
una o del otro silencio, y del otro la palabra "cruda", la suciedad y el escándalo, puede
(mediación ausente)
ser declarado coherente. Ya que la calabaza, que subsume todos estos as-
pectos, ocupa a la vez lugar de locutor (como maraca), de utensilio culina-
A diferencia de la maraca, la calabaza medio llena de agua sólo. está rio (como cuchara, escudilla, tazón o garrafa) y de fuente de ruido
medio llena de aire; a diferencia del batidor, el remo es un bastón gol- intencional o involuntario, ya sirva de resonador para el llamado golpea-
peado no contra otro bastón sino contra el agua. Frente al agua los dos do, ya penetre en ella el aire bruscamente cuando se vacía del agua que
objetos mágicos de M345~346 representan, pues, una componenda del contenía.
mismo tipo de la que preside a su empleo. Esta observación nos lleva a Volvemos así a la calabaza que, en Lo crudo y lo cocido, se nos pre-
considerar otro punto. sentó por vez primera con un papel muy particular. Un mito warrau
Según la calabaza. esté más o menos llena, el agua que contenga se (M 2 ~) muestra a una ogresa tocada con media calabaza, que se quita a
difundirá por el río de modo más o menos ruidoso. Igualmente, el remo menudo de la cabeza para echarla sobre el agua, imprimiéndole un movi-
hará más o menos ruido según se". agitado más o menos cerca del borde. miento rotatorio. Se queda absorta entonces contemplando semejante
Los mitos no se muestran explícitos sobre este aspecto acústico de las peonza.
conductas hacia el agua. Pero queda muy bien de manifiesto en creencias Analizando el mito (CC, pp. 112·1] 5, 119-123 y passim), pasamos de
amazónicas que se encuentran hasta en la Guayana: "Guardaos... de
dejar la calabaza al revés en la canoa: el gluglú del aire que sale de deba- 9 "Aguardiente (p. 182) ... carapacho de tortuga quemado" (p. 183), así todo lo
que tiene olor o sabor fuerte. Actuar de otro modo sería "echarle (al Bóyusú]
jo de la calabaza al entrar el agua tiene la facultad de hacer que acuda el
chile en los ojos. De ahí su furor y esas formidables tempestades acompañadas de
Bóyusú (gran serpiente acuática), que se presenta de inmediato; y es un diluvios que son el castigo inmediato de un acto tan reprensible" (¡"bid., pp.
encuentro que en general está lejos de ser deseable" (Tastevin 3, p. 17:3). 182.(83).
Lo que dijimos en Lo crudo y lo cocido (p. 289) a propósito de la pala- 10 Y que, con este último título. conducen directamente al crío llorón por un
bra francesa /gargote/ y de su connotación acústica antes de ser culina- bu de mucho más corto que el que hemos preferido seguir: "La mujer encinta se
ria, ahorrará cualquier sorpresa al ver que iguales consecuencias pueden esfuerza por no hacer ruido al trabajar; por ejemplo, evita que la escudilla de cala-
resultar también de una cocina sucia: "No hay que echar. .. chile al baza haga ruido al moverse dentro de la jarra cuando va a sacar agua. Si no, el
agua, ni tucupi (zumo de mandioca) enchilado, ni sobras de comida niño que tenga llorará todo el tiempo" (Silva, p. 368).
LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 379
378

largo ante este detalle que ahora adquiere mayor importancia. Notemos fallidos. Lógicamente, todos los términos situados en la oblicua de la
ante todo que, en ciertas tribus al menos, refleja en parte un uso real. izquierda debieran tener una connotación lunar y nocturna, los de la
Las mujeres apinayé "tienen invariablemente la costumbre de llevar una oblicua de la derecha una connotación solar y diurna, lo cual implica,
escudilla de calabaza cuando van a la sabana: Vacío, tal recipiente suele para el solo caso en que esta relación no es verificada independiente-
ser llevado en la cabeza a modo de casquete, y sirve para contener todo mente:
lo que vale la pena de ser guardado. Los hombres no observan jamás esta
práctica... El niño pequeño perdería el cabello si sus padres consumie- Cresccntia : Lagenaria :: (luna, noche) : (sol, día).
ran carne de agu tí o si la madre se pusiera una calabaza del género
Crescen. tia , y no de Lagenaria, que no es peligrosa" (Nim. 5, pp. 94, 99). Para llevar más lejos la reconstrucción habría que saber más acerca de
Ya hemos encontrado entre los Sherenté una oposición entre Crescen- las posiciones respectivas de Crescentia y Lagenaria en la tecnología y el
tia y Lagenaria, suplemento a la que hay entre recipiente de calabaza y ritual, y poder interpretar, mejor de lo que nos sentimos capaces de
recipiente de materia indeterminada -y no de alfarería, como escribimos hacerlo, los términos apinayé que, a partir de una radical fgó-/ {timbirá
por inadvertencia*-, acaso de madera, ya que las copas de madera de /ko.!), designan Crescentia como /gócráti/, Lagenaria fgoroni/, y la mara-
Spondias figuran entre los emblemas distintivos de la mitad Sdakran ca ritual /gototi/. Salvo tal vez en el Chaco, casi por doquier en América
(Nim. 6, p, 22), de la que participa el planeta Marte, personificado por del Sur las maracas rituales parecen haber sido confeccionadas en otro
un oficiante que ofrece agua turbia en una copa. Los dos géneros de tiempo con Crescentia, pero la cuestión no está clara, ya que el origen
calabazas, que contienen agua clara, están asociados, Lagenaria al planeta americano de Lagenaria sigue en discusión.
Venus, Cresceruia al planeta Júpiter. Estos dos planetas se oponen como Consideraremos, pues, la prohibición de la calabaza como sombrero
"grande" (sufijo /-zauré/) y macho (M t 38 ), "pequeño" (sufijo /-rié/) y desde un punto de vista más general, tal como puede aún ser observado
hembra (M9 3), respectivamente. El mito de Júpiter describe este planeta en el folklore amazónico: "Los niños acostumbran lavarse en casa,
con aspecto de mujer en miniatura que su marido esconde, precisamente, echándose por el cuerpo, mediante una calabaza, agua contenida en un
en una calabaza. La oposición entre Marte por una parte, Venus y Júpi- cubo. Pero si se les ocurre ponerse el trasto en la cabeza, las madres les
ter por otra, corresponde entre los Sherenté a la oposición entre luna y llaman la atención en el acto, pues se dice que quien se tocara con una
sol (Ním. 6, p. 85). Ahora, los Apinayé distinguen los dos demiurgos así calabaza sería mal educado, inepto para el estudio y no crecería. El
nombrados por el uso, malo o bueno, que hacen de las calabazas mismo prejuicio se extiende al cesto de la harina vacío..... (Orico 2, p.
(M344), Lagenaria en este caso (Oliveira, p. 69). Consolidando las creen- 71). La coincidencia es tanto más curiosa cuanto que el segundo empleo
cias apinayé y sherenté, se obtiene entonces un esbozo de sistema: de la calabaza descrito por M 28 existe igualmente entre los rústicos de
Amazonia: "Cuando alguien se atraganta con una espina de pescado, hay
Recipiente
que hacer girar los platos [normalmente de calabaza]; esto basta para
I eliminar el inconveniente" (ibid, p. 95). Ahora, la heroína de M2 8 es
I I una glotona que devora los peces crudos. En este preciso punto conver-
madera (?) calabaza . ' , (Sherenté. rito del Gran Ayuno)
I gen el uso folklórico y la alusión mítica. En el otro caso se advertirá
I 1 más bien una relación de simetría: el chico amazónico que se pusiera de
Crescentia Lagenaria .•. (uso ind um cn tario de 1(1.1' mujeres apinayé) sombrero una calabaza no crecería; el niño apinayé cuya madre cometie-

~(+J
(-) .•. (Apinayé, M 3 4 4)
ra la misma falta, se quedaría calvo, o sea que se mudaría precozmente
en viejo. Como la calvicie es una afección rarísima entre los indios, acaso
se respetase mejor la sistemática indígena diciendo que el primer niño
En efecto, los recipientes que sirven para el ritual sherenté del Gran quedaría "crudo" en tanto que el otro se "podriría". Numerosos son los
Ayuno contienen respectivamente agua mala (que es rechazada) y buena mitos que explican de esta manera la pérdida de pelos o cabello. 11
Para ordenar todas las transformaciones de la calabaza, disponemos
(que es aceptada); las calabazas de las mujeres apinayé pueden servir tan-
pues de una codificación doble, culinaria y acústica, y que a menudo
to de recipiente como de sombrero si se trata de Lagenaria, sólo de
acumula los dos aspectos. Comencemos por considerar la maraca ritual y
recipiente si se trata de Crescentia; éstas son así incaceptables como
sombreros, lo mismo que el agua turbia es inaceptable a título de bebi- 1 1 Hombre calvo por haber estado en el vientre de la g-ran serpiente que lo tragó
da. Y, entre las manos del Sol y de la Luna, las calabazas Lagenaria arro- (Nordcnskióld J, p. 1\ O: Choro tc: 3, p. 145: Chímancs]. o encalvecidc al contacto
jadas al agua se transforman en seres humanos logrados o en humanos de.tos cadáveres putrefactos en las entrañas del monstruo (Preuss 1, pp. 219·230:
Uitoto]. Enanos ctónícos, calvos a fuerza de recibir en la cabeza deyecciones huma-
* En la edición española, ce, p, 286, ya se omitió el calificativo "de alfarería". nas (Wilbert 7, pp. 864-866: Yupa}. El motivo de la persona trag-ada que cncalvece
[T.] persiste hasta la costa noroccidental de América del Norte (Boas 2, p. 688).
380 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 381

su forma inversa, a la cual hemos llamado "calabaza diabólica". La una


es sonora, la otra silenciosa. La primera hace a los hombres capaces de
captar los Espíritus, que descienden a la maraca y hablan a través de AIRE AIRE
ella; la segunda torna a los Espíritus capaces de capturar hombres. No es
esto todo. La maraca es un continente de aire contenido en el aire; la
calabaza diabólica es un continente de aire contenido en el agua. Así los -AGUA AGUA
dos artefactos se oponen por lo que toca al continente, ya sea aire, ya
sea agua. El uno introduce lo sobrenatural en el mundo de la cultura; el
otro -csiempre descrito como ricamente adornado- parece hacer que (CALABAZA ENCANTAMIENTO DE PESCA) (CALABAZA GIRATORIA)
emerja la cultura de la naturaleza, simbolizada entonces por el agua:
Pese a su aspecto formal, que punto menos que autorizaría un álgebra
de Boole-Venn para reivindicarlas, estas operaciones tienen relaciones
con la mitología de la cocina precisas y, para cada una, desprovistas de am-
bigüedad. Consideremos las cuatro últimas que acabamos de enumerar. La
primera incumbe a la amante del tapir o de la serpiente seductora, que, ur-
gida por encontrar a su amante, desdeña sus deberes de nutricia y cocinera
y reduce a la nada, por consiguiente, el arte de la cocina. La segunda ope-
ración, también conjuntara con la serpiente -pero vuelta monstruo devo-
rador en vez de animal seductor-. , resulta de una cocina que manifiesta
(MARACA) (CALABAZA DIABÓLICA) abusivamente su presencia dispersando sus basuras sin consideraciones ni
precauciones. O sea la oposición:

Vienen a continuación cuatro modalidades que, siempre por oficio de a) cocina incxisteru.elcocina exorbitante.
la calabaza, ilustran otras tantas operaciones lógicas a propósito del aire
La tercera operación permite a quien la desempeña aprovrstonar una
y el agua. Al llamado golpeado en una escudilla vuelta y puesta en la
superficie del agua, y que realiza así una inclusión del aire por el agua, marmita que estaba vacía por su culpa. Da, pues, existencía práctica al
se opone el gorgoteo de la calabaza llena de agua que se vac ía, provo- pescado y la carne, condiciones ellos mismos de la existencia práctica de
cando la exclusión del agua por el aire: la cocina. Igualmente benéfica, la cuarta operación anula una incidencia
nefasta de la cocina: la que resulta del atragantamiento del comedor
demasiado ávido. Las dos operaciones ruidosas participan pues de la
anticocina, designada así por defecto o por exceso; y las dos operaciones
AIRE silenciosas participan de la cocina, de la cual una proporciona el medio
codiciado, la otra palia un efecto previsto y temido:

(LLAMADO GOLPEADO)

(CALABAZA GORGOTEANTE)
b) medio positivo de la cocina, procurado/ efecto negativo de la cocina, suprimido.

Queda por interpretar el último uso de la calabaza, permitido a las


mujeres por los Apinayé cuando esta calabaza es una Lagenaria, pro-
hibido cuando se trata de Crescentia, mas prohibido en ambos casos a
los niños por los rústicos amazónicos, y que M 2 8 atribuye a una criatura
Aunque inversas una con respecto a la otra, estas dos operaciones son sobrenatural.
ruidosas, por el aire o por el agua. Parejamente inversas, las otras dos A primera vista, este empleo como sombrero no tiene lugar en un sis-
operaciones son silenciosas, de manera relativa (muy poca agua vertida tema en el cual no hemos dado con otros símbolos vestimentarios. Será
suavemente, cerca de la orilla) o absoluta (giro de la calabaza). La pri- mucho más tarde, en el cuarto tomo de estas Mitológicas, donde estable-
mera incluye en la calabaza una mitad de agua y otra de aire ceremos la homolog ia de este nuevo código con el código culinario, y
(M] 4 s -3 4 6)' la segunda exluye toda agua, y no incluye nada de aire en propondremos reglas de conversión recíproca. De manera que bastará
el agua, lo cual pudiera representarse esquemáticamente del siguiente aquí subrayar la connotación an.ticulinaria que ofrece C'1 empico de un
modo: utensilio como prenda de vestir, toque final del retrato de una ogrcsa,
LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 383
382

que, de ser imitado por humanos, los haría pasar de la categoría de los Enterado de la causa del mal por su hijo pequeño, el hombre se pone a
consumidores de alimento cocido y preparado a la de las cosas crudas buscar miel; es entonces cuando se quita las sandalias de cuero de tapir
que se meten en la calabaza para consumirlas más tarde. Por una y otra y golpea una contra la otra "para encontrar miel más fácilmente".
parte de la categoría central de lo cocido, y en dos ejes, las creencias y De suerte que el héroe de M 2 4 cojea. El detalle pudiera parecer fútil
los mitos expresan pues, por medio de la calabaza, varias oposiciones si, entre los mismos Tereno, la cojera no tuviera un puesto bien señalado
que conciernen ora a la cocina presente, contrastando entonces' sus en el ritual. La más importante de las ceremonias tereno era a principios
condiciones positivas (carne y pescado) y sus efectos negativos (atragan- del mes de abril, para celebrar la aparición de las Pléyades y conjurar los
tamiento por el alimento ingerido); ora a la cocina descuidada por defec- peligros de la estación seca que comenzaba en aquel momento. Después
to (negativo) o por exceso (positivo); ora, por último, en ausencia de la de reunir a los participantes, un viejo. primero de cara al este, luego al
cocina o a consecuencia de su rechazo simbólico, a los dos modos de la norte, al oeste y al sur, se proclamaba antepasado de los jefes de los
anticocina, que son lo crudo y lo podrido. cuatro puntos cardinales. Alzaba entonces la mirada al cielo y rogaba a
las Pléyades que enviasen lluvia y librasen a su pueblo de la guerra, las
enfermedades y las mordeduras de serpiente. Terminada su oración, los
asistentes se ponían a hacer gran escándalo, que se prolongaba hasta el
alba. Al día siguiente por la tarde, al ponerse el sol, se instalaban músí-
cos en las cuatro o seis chozas construidas para ellos en la plaza de dan-
za, para festividades que duraban la noche entera. Luchas a menudobru-
tales ocupaban la jornada siguiente, entre adversarios de mitades opues-
tas. Cuando acababan y todo el mundo se reagrupaba en la cabaña del
jefe, un músico ricamente ataviado, con un cuerno de cérvido en la
diestra, se dirigía cojeando a una cabaña designada de antemano. Daba
con el asta en los batientes de la puerta y regresaba, sin dejar de cojear,
al lugar del que partiera. El propietario de la cabaña salía y le pregun-
taba qué querían de éL 'Le reclamaban un buey, vaca o toro, que había
sido adquirido entre todos. - Entregaba entonces el animal, en el acto
muerto, asado y comido (Rhode, p. 409; Colini, en Boggiani, pp.
295-296; cf. Altenfelder Silva, pp. 356, 364-365; Métraux 12, pp.
357-358).
Fig. 23. Sistema de las
operaciones culinarias. Fingiendo cojera va una vieja, en la isla de Vancouver, a tirar al mar
las espinas de los primeros salmones ritualmente consumidos por los
niños (Boas, en Frazer 4, vol. 8, p. 254). Es sabido que en la costa
Por consiguiente, a medida que se amplía la indagación y nuevos mitos noroeste del Pac ifico, los salmones de que dependen sobre todo los
se imponen a la atención, mitos examinados largo tiempo atrás suben a indígenas para subsistir llegan cada año en primavera (L.-S. 6, p. 5).
la superficie, proyectando detalles que fueran descuidados o quedaran Ahora bien, todos los mitos de esta región de América septentrional
inexplicados pero que ahora se advierten parecidos a esas piezas de asocian la cojera a fenómenos estacionales. Sólo una chica renca con-
rompecabezas que se reservan hasta que el conjunto armado casi del sigue vencer el invierno y hacer llegar la primavera (M 3 4 7: Shuswap;
todo dibuje en hueco los contornos de las partes faltan tes y revele así su Teit, pp. 701-702). Un niño patituerto hace que termine la lluvia
lugar obligado, de lo cual resulta e-pero a manera de don imprevisto y (M 3 4 8 : Cowlitz; Jacobs, pp. 168-169) o hace brillar el sol (M 3 4 9 :' Cow-
de gracia suplementaria- el sentido, indescifrable hasta entonces en el litz y otras tribus Salish de la costa; Adamson, pp. 230-233, 390-391).
gesto último de la inserción, de una forma vaga o un colorido esfumad? Un tullido trae de nuevo la primavera (M 3 5 0 : Sanpoil-Nespelern; Ray, p.
cuya relación con las formas y colores vecinos desalentaba al entendi- 199). La hija coja de Luna casa con la luna nueva; en adelante no hará
miento, fuera cual fuese el modo como se intentara imaginarla. tanto calor porque el sol se moverá (M 3 5 1 : Wishram; Sapir, p. 311).
Tal vez sea éste el caso de un detalle de un mito (M 2 4 ) al que, en el Para cerrar esta breve enumeración, otro mito wishram nos devuelve casi
curso de este libro, hemos debido referirnos con frecuencia: detalle tan al punto de partida (cf. M 3 ) , ya que trae a cuento un tullido, único
mínimo, no obstante, que ni siquiera figuró en el resumen que dimos capaz de resucitar de entre los muertos y de permanecer con los vivos;
(CC, p. 103). El héroe, un indio Tereno buscador de miel, es víctima de desde aquella época los muertos ya no pueden revivir como los árboles
los manejos de su mujer, que lo envenena lentamente mezclando su en primavera (M 3 5 2; Spier-Sapir, p. 277).
sangre menstrual al alimento que le prepara: "Cuando acababa de comer, Los Ute septentrionales de la región de Whiterocks [Utah] practicaban
se iba rengueando y no tenía ganas de trabajar" (Baldus 3, p. 220).
384 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 385

una "danza rengueante", /sanku'.ni'tkap/. cuyo simbolismo se había tierra y el cielo dejaban de comunicarse (Granet, p. 315, n. 1). El Espí-
perdido cuando se tomó nota de sus figuras características, acompaña- ritu de la sequía tenía el -aspecto de una viejecita calva."? con los ojos
miento y cantos. Esta danza, exclusivamente femenina, imitaba el andar en la coronilla. En su pre~encia el Cielo se abstenía de hacer llover, para
de un individuo renco de la pierna derecha, que la arrastrara para alcan- no herirla (ibid., n. 3). El fundador de la primera dinastía real, Yu el
zar a la izquierda a cada paso adelante de ésta. Las danzantes, un cen- Grande, inspeccionó los puntos cardinales y suscitó el regreso del trueno
tenar, formaban dos líneas paralelas, separadas por una decena de me- y de la lluvia. Lo mismo que anuncian campanas el otoño y la escarcha
tros, cara al oeste, donde estaban los tambores y. detrás, los cantores. (ibid., p. 334), los artefactos de las tinieblas de que ya hemos hablado
Cada muchacha se dirigía a los músicos y luego, describiendo un arco de (p. 338) presagian los primeros truenos y la llegada de la primavera
círculo, volvía atrás. Los tambores batían con ritmo característico que (ibid., p. 517). La dinastía Chang pudo ser fundada gracias a Yi Yin,
pertenecía propiamente a esta danza; cada nota del tambor estaba ligera- nacido de una morera hueca, árbol del este y del sol naciente. El árbol
mente corrida con respecto a la nota cantada. Se observa un contraste hueco, acaso en un principio un mortero, sirve para hacer el más valioso
entre el "batir de los tambores, que se produce con regularidad mecáni- de los instrumentos musicales, un tambor en forma de artesa que se
ca, y el canto, cuyo acento y ritmo varían" (Densmore, pp. 20, 105, golpea con un bastón. La morera y la paulonia huecos (o sea una morá-
210). cea -como los Ficus americanos-e y una escrofulariácea) eran árboles
La cojera ritual también se ha señalado en el Viejo Mundo, parecida- cardinales, asociados respectivamente al este y al norte (ibid., pp.
mente ligada a cambios estacionales. En Inglaterra llamaban "cabra 435-444 Y 443, n. 1). Fundador de la dinastía Yin, T'ang el victorioso
renga" al haz que, no bien acabada la cosecha, se apresuraba a depositar luchó contra la sequía. Fundador de la dinastía Chang, Yu el Grande
el cultivador en el campo de su vecino menos adelantado (Frazer 4, vol. triunfó, en cambio, de la inundación que su padre, Kuen, no lograra ven-
7, p. 284). En ciertas regiones de Austria, se acostumbraba dar la última cer. Pues bien, los dos héroes estaban medio paralizados, eran hemiplé-
gavilla a una vieja, que se la tenía que llevar cojeando (ibid., pp. gicos, y rengueaban. Se denomina "paso de Yu" a un andar en que "los
231·232). pasos (de cada pie) no se adelantan el uno al otro" (ibid., p. 467, n. 1 y
El Antiguo Testamento describe una ceremonia para vencer la sequ ia. pp. 549-554; Kaltenmark, pp. 438, 444).
Consiste en una circumambulación del altar realizada por danzantes que La leyenda china recuerda un mito bororo que resumimos al principio
cojean. Un texto talmúdico sugiere que en el siglo II de nuestra era, en del anterior volumen y que acabamos de traer a cuento (M 3 ) . Su héroe,
Israel, la danza claudicante servía aún para lograr lluvia (Caquot, pp. que cojea, escapa del diluvio y vuelve a poblar la tierra devastada por la
129-130). Como entre los Tereno, se trataba pues de poner fin a un malignidad del sol, golpeando un tambor pisciforme, /kaia okogeréu/, es
periodo seco -tardis mensibus, dice Virgilío (Geórgicas 1, v. 32)-, tal decir un mortero de madera vaciado al fuego y con base ovoide (E. B.,
como se desea en las campiñas europeas cuando se ha guardado la cose- vol. 1, arto "kaia", "okogeréu,,).13 Según un mito karajá (M 3 5 3 ) cuyo
cha. parentesco con los precedentes (M 3 4 7 -3 5 2) es manifiesto pese al aleja-
En torno a la danza rengueante, la China arcaica reúne todos los moti- miento geográfico, hubo que romperle la pierna al sol, la luna y las
vos que, a lo largo de este libro, hemos ido encontrando. Primero, el estrellas para que cojeasen y se trasladaran con lentitud. Si no, los
carácter estacional, admirablemente sacado a luz por Grane t. La mala hombres no tendrían tiempo y el trabajo sería excesivo (Baldus 5, pp-
estación, que es también la estación de los muertos, comenzaba con la 31-32).
caída de la escarcha, que cerraba los trabajos agrícolas, en previsión de Que sepamos, los hechos americanos no habían sido cotejados con los
la sequía invernal durante la cual los hombres vivían encerrados en los del Viejo Mundo que acabamos de señalar escuetamente. Ahora bien, se
pueblos: entonces hay que cerrar todo por miedo a las pestes. El gran 12 Montes y ríos son los primeros afectados por la sequía. Ésta hace que pierdan
No, fiesta de invierno, de carácter principalmente o exclusivamente los unos los árboles, que son sus cabellos, los otros los peces, que son su pueblo
masculino, tenía por instrumento el tambor. Era también la -fiesta de los (Granet, p. 455). Es decir, una inversión simétrica de la concepción que los mitos
aparecidos, celebrada en provecho de las almas "que, por ya no recibir sudamericanos tienen de la calvicie (d. antes, p. 379, n, 11). La misma palabra
culto, se volvieron Seres maléficos" (Granet, pp. 333-334). Estos dos fwangf, connota los sentidos de loco, engañador, demente, tullido, jorobado, calvo,
aspectos se vuelven a hallar entre los Tereno, cuyos ritos funerarios Espíritu de la sequía (Schafer).
tenían por objeto sobre todo cortar los puentes entre vivos y muertos, 13 Tal vez habría también que acercar Yu el Grande, nacido de una piedra, a
no fueran éstos a volver para atormentar a aquéllos, si no es que a llevár- uno de los dioses Edutz¡ de la mitología tacana (M I 9 6). Este Edutzi, primero pri-
selos (Altenfelder Silva, pp. 347-348, 353). No obstante, la fiesta del sionero en una caverna pétrea "en los tiempos en que la tierra era aún blanda",
principio de la estación seca era también una invitación a los muertos, luego liberado por una ardilla que royó la pared, se casó con una humana, de la
estimulados llamándolos para que acudiesen a visitar a sus parientes que tuvo un hijo parecido a una piedra. Después de adquirir forma humana, este
hijo se casó y colgó a la espalda de su mujer un tamborcillo de madera que reso-
(¡"bid., p. ;)56).
naba cuanta vez él le pegaba (Hissink-Hahn, p. 109). El motivo parece ser de ori-
Los antiguos chinos creían que con la llegada de la estación seca la gen arawak (cf. Ogilvie, pp. 68-69).
386 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 387

nota que aquí y allá se trata de cosa muy distinta de una simple recu- Al invocar a Montaigne para apoyar una interpretación de costumbres
rrencia de la cojera. Por doquier se halla ésta asociada al cambio de dispersas por los cuatro rincones del mundo y que él ignoraba, nos
estación. Los hechos chinos parecen tan próximos a los que hemos permitimos una licencia que a ojos de algunos, bien lo sabemos, pudiera
estudiado en este libro, que su rápido inventario nos ha permitido reca- desacreditar nuestro método. Convendrá detenerse un instante, con tanto
pitular varios temas: el árbol hueco, artesa y tambor, ora refugio, ora mayor motivo cuanto que el problema de la comparación y de sus Iimi-
cepo; la disyunción de cielo y tierra, así como su conjunción, mediati- tes legítimos ha sido planteado con rara lucidez por Van Gennep, preci-
zada o no; la calvicie como símbolo de un desequilibrio entre el ele- samente a propósito del ciclo Carnaval-Cuaresma que ocupa el centro del
mento seco y el elemento húmedo; la periodicidad estacional; en fin, la debate.
oposición de las campanas y de los instrumentos de las tinieblas que Después de haber insistido en la necesidad de localizar los ritos y las
simbolizan respectivamente el paroxismo de la abundancia y el de la costumbres, a fin de resistir mejor la .tentación de reducirlos a denomina-
escasez. dores comunes hipotéticos -como sin duda se nos habría reprochado
Cuanta vez se manifiestan estos hechos, juntos o aislados, no parece hacer-e, Van Gennep continúa: "Ocurre precisamente que estas costum-
posible, pues, interpretarlos por causas particulares. Por ejemplo, reducir bres pretendidamente comunes no lo son." Mas entonces se plantea el
la danza claudicante de los antiguos judíos al contoneo de J acob problema de las diferencias: "Admitiendo que las costumbres carnava-
(Caquot, p. 140), o explicar la de Yu el Grande, amo del tambor, por el lescas no se remonten en su mayoría más que a la alta Edad Media, con
pie único sobre el que en tiempos clásicos los tambores chinos reposaban poquísimas supervivencias grecorromanas y galocéltícas o germánicas, se
(Granet, p. 505). A menos que se admita que el rito de la danza ren- pregunta uno por qué, ya que 'la Iglesia por doquier ha prohibido las
gueante se remonta al paleolítico y que el Viejo y el Nuevo Mundo lo mismas licencias y ordenado iguales abstinencias, las poblaciones de
hayan poseído en común (lo cual resolvería la cuestión de su origen, nuestros campos no han adoptado en todas partes las mismas actitudes."
mas dejaría intacta la de su supervivencia), sólo una explicación estruc- ¿Habrá que admitir que han desaparecido? Pero donde faltaban ya a
tural daría razón de la recurrencia en regiones y épocas tan diversas, principios del siglo XIX, las fuentes antiguas sólo rara vez atestiguan que
pero siempre en el mismo contexto semántico, de un uso cuya extrañeza hayan estado presentes antes. El 'argumento de las supervivencias tropie-
desafía la especulación. za con una dificultad de igual tipo: "é l'or qué costumbres antiguas, sea
Es precisamente a causa de su alejamiento, que hace improbable la paganas clásicas, sea paganas bárbaras, se habrían transmitido y mante-
hipótesis de una connivencia oscura con costumbres de otra parte, como nido en ciertas regiones y no en otras, cuando que la Galia estuvo
los hechos americanos ayudan a renovar tales debates. En el caso que sometida entera a la misma administración, a las mismas religiones, a las
nos ocupa, por desgracia son demasiado escasos y fragmentarios para mismas invasiones? ..
permitir llegar a una solución. Nos contentaremos con un esbozo, sin No se siente uno más a gusto con la teoría agraria de Mannhardt y de
ocultar que no pasará de ser vago y precario mientras no se disponga de Frazer: "Por doquier en Francia, en momentos que varían con la altitud
otras informaciones. Pero si siempre y por doquier el problema consiste y el clima, cesa el invierno y renace la primavera: élos normandos, los
en acortar un periodo del año en provecho de otro -sea la estación seca bretones, en Poitou, Aquitania, Gascuña y los pueblos de la Guyena se
para que lleguen antes las lluvias, o al contrario-, ¿no puede verse en la habrían, pues, desinteresado por esta renovación que, según la teoría,
danza claudicante la imagen, o digamos más bien el diagrama, de ese sería causa. determinante de las ceremonias del Ciclo?
desequilibrio deseado? Un andar normal, en el que el pie derecho y el "En fin, la teoría general de westermack, que insiste en el carácter
izquierdo se mueven en alternación regular, ofrece una representación sagrado, y así profiláctico y multiplicador, de ciertos días, no nos hace
simbólica de la periodicidad de las estaciones y así, suponiendo que se la adelantar tampoco: basta trasponer los términos de la cuestión preceden-
quiera desmentir para alargar una (por ejemplo los meses del salmón) o te, preguntando por qué el pueblo francés no ha considerado en todas
para acortar la otra (rigor del invierno, "meses lentos" de verano, sequía partes igualmente los días del equinoccio de primavera como alternativa-
excesiva fJ lluvias diluvianas), el andar rengueante, resultado de desigual- mente maléficos o benéficos." Y Van Gennep concluye: "Existe por
dad entre las longitudes de las dos piernas, proporciona, en términos de cierto una solución. La que suele darse es que la fecha anual no tiene
código anatómico,. un significante apropiado. é No fue, por lo demás, a importancia y que los pueblos han elegido al tuntún para sus ceremonias
propósito de una reforma del calendario como se puso Montaigne a dis- ora el equinoccio, ora el solsticio. Es echar atrás la dificultad, mas no
currir sobre los cojos? "Hace dos o tres años que fue acortado el año resolverla" (Van Gennep, t. 1, vol. IIJ, pp. 1147-1149).
diez días en Francia. lCuántos cambios debieron seguir a esta refor- Pudiera creerse que el método que hemos seguido, al cotejar costum-
ma! Fue propiamente hablando sacudir cielo y tierra a la vez ... ".14 bres originarias de los mundos Antiguo y Nuevo, nos echa mucho más
acá de los precursores de Van Gennep. é No eran menos culpables cuan-
14 Essais, 1,111, cap. Xl. El extinto Brailoiu consagró un estudio a un ritmo muy
difundido en la música popular, b ícrono, fundado en una relación de 1 a 2/3 o tos y el comentario de Montaigne devuelven a nuegtras consideraciones de las
3/2, irregular, y llamado diversamente "cojo", "trabado", "sacudido", Estos epíte- pp. 335·336.
388 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 389

do buscaban el origen común de costumbres francesas y aun trataban de primero como colmena natural de las abejas sudamericanas, "cosa
reducirlas a un modelo arcaico, pero mucho más próximo a ellas en el hueca" (decían los antiguos mexicanos) que es también a su manera la
tiempo y el espacio que los que hemos osado compararles? Con todo, maraca; Mas el árbol hueco fue también el receptácul~ primordial ~ue
no nos creemos en falta, pues asimilarnos a los teóricos que acaba de contenta toda el agua y todos los peces del mundo, y la artesa de hidro-
criticar el maestro francés sería no darse cuenta de que no aprehende- mel transformable en tambor. Receptáculo lleno de aire, lleno de agua o
mos los hechos al mismo nivel. Integrando, al ténnino de análisis siem- lleno de miel pura o diluida con agua, el árbol hueco, en todas estas
pre localizados en el tiempo y el espacio, fenómenos entre los cuales no modalidades, sirve de término mediador a una dialéctica del continente y
se apreciaba relación ninguna, les conferimos dimensiones suplemen- el contenido cuyos términos extremos, bajo modalidades equivalentes
tarias. Y sobre todo, este enriquecimiento hecho manifiesto por la multi- participan los unos del código culinario, los otros del código acústico; ;
plicación de sus ejes de referencia .semántica, hace que cambien de pla- sabemos que estos códigos están ligados.
no. Conforme su con tenido se toma más rico y más complejo y crece el Ningún personaje mejor que el del zorro hace valer estas múltiples
número de sus dimensiones, la realidad más verídica de los fenómenos se conn.otaciones. Encerrado en un árbol hueco (M2 19), el zorro es como
proyecta más allá de cualquiera de estos aspectos, con el cual en un la miel; atracado de la miel que está así incluida en él, es como el árbol
principio se habría sentido la tentación de confundirla. Se desplaza del (~10); sediento y llenándose de agua el estómago pronto convertido en
contenido hacia la forma o, más exactamente, hacia una nueva manera sandía, incluye en su cuerpo una víscera, que incluye el agua (M 2 O9)'
de aprehender el contenido que, sin desdeñarlo ni empobrecerlo, lo tra- En la serie de los alimentos ilustrados por estos mitos, pescado y sandía
duce a términos de estructura. Este camino confirma por la práctica que, no son simétricos solamente a causa de su pertenencia respectiva a los
como escribíamos no hace mucho, "no es la comparación la que funda reinos animal y vegetal: alimentos de estación seca, el pescado es un
la generalización, sino al contrario" (L.-S. 5, p. 28). alimento incluido en el agua, la sandía (sobre todo en estación seca) es
Los excesos denunciados por Van Gennep proceden todos de un méto- agua incluida en un alimento. Los dos se oponen a las plantas acuáticas
do descuidado o ignorante de este principio. Pero cuando se le aplica que están sobre el agua y que, preservando una relación de contigüidad
sistemáticamente y se cuida, en cada caso particular, de desprender todas entre el elemento seco y el elemento húmedo, los definen por exclusión
sus consecuencias, se verifica que ninguno de estos casos es reducible a mutua en vez de que sea por inclusión.
tal o cual de sus aspectos empíricos. Si la separación histórica o geográ- Ahora bien, se vuelve a encontrar a propósito del árbol hueco un sis-
fica entre los casos considerados es excesiva, sería vano, pues, querer tema homólogo y análogamente triangular. Al árbol naturalmente vacia-
vincular un aspecto a otro del mismo tipo y pretender explicar por el do se opone el árbol despojado de su corteza. Pero como el uno consiste
préstamo o la supervivencia una analogía superficial entre aspectos en en un vacío incluido longitudinalmente en un pleno, el otro en un vacío
cuyo sentido no hubiera ahondado cada vez la crítica interna, indepen- longitudinalmente excluido por un pleno, se oponen los dos al árbol
dientemente. Pues aun el análisis de un caso único, con tal de que sea perforado y agujereado transversalmente, como está hendido transversal-
bien llevado, enseña a desconfiar de axiomas como el enunciado por mente el bastón-batidor del tipo Iparabára/, con el cual no debemos
Frazer y endosado por Van Gennep (ibid., p. 993, n , 1): "La idea de un asombrarnos que sean puestos en correlación y en oposición dos instru-
periodo de tiempo es demasiado abstracta para que su personificación mentos de música, a su vez opuestos de la misma manera que el árbol
pueda ser primitiva." Sin detenemos en los hechos particulares que hueco y el árbol descortezado: el tambor, que es él mismo un árbol
tenían ante los ojos dichos autores, y quedándonos con la proposición hueco, relativamente corto y ancho con una pared gruesa, y el bastón de
general, diremos que nada es demasiado abstracto para ser primitivo y ritmo, hueco también sin ser un árbol, relativamente más largo y menos
que cuanto más nos remontemos hacia las condiciones esenciales y ancho, con pared delgada; y antepuestos el uno a una conjunción socio-
comunes del ejercicio de todo pensamiento, más adoptarán la forma de lógica y horizontal (convocar a los invitados de los poblados vecinos), el
relaciones abstractas. otro a una conjunción cosmológica y vertical (provocar la ascensión de
la comunidad de los fieles hacia los Espíritus), en tanto que el bastón-
batidor sirve para la disyunción horizontal de los Espíritus, alejándolos
Bastará haber planteado el problema, ya que no tenemos la intención de de los humanos.
embarcarnos aquí en el estudio de las representaciones míticas de la Los seis modos principales de calabaza, cuyo inventario hemos hecho,
periodicidad, que será objeto del próximo volumen. Para encaminarnos reúnen estas oposiciones culinarias y acústicas alrededor de un objeto
hacia la conclusión de éste, aprovechemos mejor, entonces, el que el que es un recipiente como el árbol hueco, parecidamente transformable
motivo chino de la morera hueca haya trasladado nuestra atención hacia en instrumento de música, y que, como el árbol hueco, está en condicio-
aquel árbol, parecidamente hueco, cuyo puesto era tan importante en los nes de servir de colmena. La tabla siguiente nos dispensará de un largo
comentario:
mitos del Chaco acerca del origen del tabaco y sobre el de la miel, que
discutimos largamente al principio. El árbol hueco se nos presentó
390 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 391

~IRE ®
triadas triada del triadas
culinarias: árbol hueco: acústicas:

calabazas:
encantamiento
alimMntos:
pescado árbol vaciado
ruidos:
tambor
calabazas:
manca
1) ENCANTA...
MIENTO
DE PESCA AG A-
~2) MARACA

de pesca
(M 34 S)
<alaban sandía árbol bastón de caíabaaa
diab6lica descortezado ritmo gorgoteante
(M339"340)

calabaza plantas árbol bsstén- <alabaaa


GUA

U
giratoria acuáticas perforado batidor golpeada
(M28)
3) CALA,BAZA AIRE CALABAZA
DIABOLICA GORGOTEANTE
Gráficamente. el sistema de la calabaza, con sus seis términos, puede
ser representado más satisfactoriamente que como antes lo hicimos de
manera parcial y provisional en las pp. 380-381 (ver fig. 24). .
Los tres términos que están a la izquierda implican el silencio, los tres
de la derecha implican el ruido. La simetría de los dos términos que
aparecen en posición mediana es evidente. Los cuatro términos en posi-
ción extrema forman un quiasma, sin dejar de estar unidos horizontal-
~ 6)
~
men te por pares. Los términos 1) Y 2) dan a la pared de la calabaza una IRE
5) CALABAZA CALABAZA
función pertinente, sea para instaurar en su recinto una unión del aire y GIRATORIA ~ GOLPEADA
el agua, sea una desunión del aire dentro y del aire fuera. En 5) esta --AGUAt=== =AGUAt:==
pared no prohibe la unión del aire (interno) y el aire (externo). En 6),
donde con respecto al aire la pared tiene igual papel que en 2), noínter-
Fig. 24. Sistema de la calabaza.
viene para garantizar la misma unión del aire y el agua que consuma en
1). Por consiguiente, en 2) y 5), el aire está disyunto o conjuntado en
relación con el aire; en 1) y 6) el aire está conjuntado al agua gracias a tienen igualmente una connotación cosmológica puesto que, por doquier
la pared, o sin ella. donde existen, intervienen en ocasión de un cambio de estación.
Este diagrama, que no es conclusión del presente libro, pide al- En este caso también, el nexo con la vida económica y social es mani-
gunas observaciones. En Lo crudo y lo cocido tomamos por tema fiesto. Primero, porque los mitos de cocina conciernen a la presencia o
los mitos sudamericanos sobre el origen de la cocina, y desembocamos ausencia del fuego, de la carne y de las plantas cultivadas en lo absoluto,
en consideraciones de orden más general, relativas a la cencerrada como en tanto que los mitos sobre los alrededores de la cocina tratan de su
modo de estruendo, y a los eclipses como equivalente, en el plano cos- presencia o ausencia relativa, dicho de otro modo, de la abundancia y de
mológico, de la subversión de los vínculos de alianza que son vínculos la escasez que caracterizan al uno o al otro periodo del año. Luego, y
sociales. Consagrado a la mitología de la miel y del tabaco, el presente sobre todo, como hemos mostrado (pp. 250-1), los mitos sobre el origen de
libro se aparta de la cocina a fin de inspeccionar sus alrededores: pues la la cocina se refieren a una fisiología de la alianza matrimonial cuyo armo-
miel y el tabaco caen, la una, más acá de la cocina, ya que la naturaleza nioso funcionamiento es simbolizado por la práctica del arte culinario,
se la procura al hombre en estado de platillo ya preparado y de alimento mientras que, en los planos acústico y cosmológico, la cencerrada y el eclip-
concentrado que basta con diluir, el otro, más allá de la cocina, puesto se remiten a una patología social y cósmica que, en otro registro, invierte
que el tabaco fumado debe ser más que cocido: quemado, para que se la significación del mensaje que la instauración de la cocina aportaba. De
pueda consumirlo. Ahora, lo mismo- que el estudio de la cocina nos manera simétrica, los mitos sobre los alrededores de la cocina desarrollan
condujo al de la cencerrada, el estudio de los alrededores de la cocina, una patología de la alianza de la cual las fisiologías culinaria y meteoro-
obediente también a lo que quisiéramos llamar curvatura del espacio lógica trasuntan simbólicamente el germen: ya que, lo mismo que la
mitológico, ha tenido que inflexionar su trayecto en el sentido de otro alianza matrimonial está perpetuamente amenazada "en los bordes" e-del
uso cuya generalidad nos ha aparecido también: el de los instrumentos lado de la naturaleza por el atractivo físico del seductor, del lado de la
de las tinieblas, que son una modalidad acústica del estruendo y que cultura por el riesgo de intrigas entre aliados que vivan bajo el mismo
392 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONíA DE LAS ESFERAS 393

techo-, también la cocina se expone, por el hallazgo de miel o por la lo mismo, y cuyo análisis minucioso no abre vía nueva sino que nada
conquista del tabaco, a irse entera del lado de la naturaleza o del lado más. obliga al au~or. ~ dar vueltas, aquél -cdecímos-. pasaría por alto que
de la cultura, pese a que, por hipótesis, debiera representar su unión. gracias a la ampliación del campo de investigación ha asomado un aspec-
Pues bien, esta condición patológica de la cocina no está solamente to nuevo del pensamiento mítico.
ligada a la presencia objetiva de ciertos tipos de alimentos. Es también Para. construu: ~l sistema de, los mitos de cocina, hemos tenido que
función de la alternación de las estaciones que, al llevar consigo la recurrrr a OpOSICiOnes entre terminas que. todos o casi, eran del orden
abundancia o la escasez, permiten a la cultura afirmarse. o constriñen a de las cualidades sensibles: lo crudo y lo cocido, lo fresco y lo podrido,
la humanidad a acercarse temporalmente al estado de naturaleza. Por lo seco y lo húmedo, etc. Ahora bien, he aquí que la segunda etapa de
consiguiente, si en un caso la fisiología culinaria se invierte a patología nuestro análisis hace que aparezcan términos que siguen opuestos por
cósmica, en el otro caso es la patología culinaria la que solicita su origen pares pero cuya naturaleza difiere en que participan menos de una lógica
y su fundamento objetivo a una fisiología cósmica, visto que a diferencia de las cualidades que de una lógica de las formas: vacío y lleno, conti-
de los eclipses, que son accidentes aperiódicos (al menos en el pensa- nente y contenido, interno y externo, incluso y excluso, etc. En este
miento indígena), la periodicidad de las estaciones, que lleva la impronta nuevo caso, los mitos proceden, con todo, de la misma manera es decir
de la regularidad, participa del orden de las cosas. haciendo corresponder simultáneamente varios códigos. Si representa-
Hubiera sido imposible desenmarañar esta problemática si no la hubié- ciones sensibles como las de la calabaza y del tronco hueco desempeñan
semos aprehendido simultáneamente en todos los niveles. Dicho de otro el papel de pivote que les hemos reconocido, es, a fin de cuentas, por-
modo, si. como el descifrador de un texto a partir de una inscripción en que estos objetos cumplen en la práctica plurales funciones, y porque
varias lenguas, no hubiésemos comprendido que los mitos trasmiten el estas funciones son homólogas entre ellas: como maraca ritual, la cala-
mismo mensaje con auxilio de varios códigos, de los cuales los princi- baza es un instrumento de música sacra. utilizado conjuntamente con el
pales son el culinario ~es decir, tecnoeconómico->, el acústico, el socio- tabaco que los mitos conciben como una inclusión de la cultura en la
lógico y el cosmológico. No obstante, estos códigos no son rigurosa- naturaleza; pero, como recipiente para agua y alimento, la calabaza es un
mente equivalentes, y los mitos no los ponen en pie de igualdad. El valor utensilio de cocina profana, un continente destinado a recibir productos
operatorio del uno es mayor que el de los otros, puesto que el código naturales, y así propio para ilustrar la inclusión de la naturaleza en la
acústico ofrece un lenguaje común al cual pueden ser traducidos los cultura. Lo mismo para el árbol hueco que, como tambor. es un instru-
mensajes de los códigos tecnoeconómico, sociológico y cosmológico. mento musical cuyo papel convocador es social ante todo, y que, como
Hemos mostrado en Lo crudo y lo cocido que la cocina implica el silen- recipiente de miel, participa de la naturaleza si se trata de miel fresca
cio, la anticocina el estruendo, y que igual pasaba con todas las formas encerrada en su cavidad, y de la cultura si se trata de miel puesta a
que podía adoptar la oposición entre relación mediatizada y relación no fermentar en un tronco de árbol, no naturalmente hueco, sino artificial-
mediatizada, independientemente del carácter conjuntivo o disyuntivo de mente vaciado para transformarlo en artesa,
esta última. Los análisis del presente libro confirman esta verificación. Si Todos nuestros análisis demuestran -y es la justificación de su mono-
los mitos acerca del origen de la cocina establecen una oposición simple tonía y de su número- que las separaciones diferenciales explotadas por
entre el silencio y el ruido, los que conciernen a los alrededores de la los mitos no consisten tanto en las cosas mismas como en un cuerpo de
cocina ahondan esta oposición y la analizan distinguiendo varias modali- propiedades comunes, expresables en términos geométricos .y transfor-
dades. Así que ya no es cuestión de estruendo puro y simple, sino de mables unas en otras por medio de operaciones que son ya un álgebra.
contrastes interiores a la categoría de ruido, así entre ruido continuo y Si esta marcha hacia la abstracción puede ser puesta a cuenta del pensa-
discontinuo, ruido modulado o no modulado, conducta lingüística y mien to mítico en vez de que -como acaso se nos objete~ deba ser
conducta no lingüística. A medida que los mitos amplían y especifican imputada a la reflexión del mitólogo, se convendrá en que hemos llegado
la categoría de la cocina, primitivamente definida en términos de pre- al punto en que el pensamiento mítico se supera a sí mismo y contem-
sencia o ausencia, amplían y especifican el contraste fundamental entre pla, más allá de las imágenes aún adheridas a la experiencia concreta, un
el silencio y el ruido y disponen entre estos dos polos una serie de mundo de conceptos liberados de esta servidumbre y cuyas relaciones se
nociones intermedias, que jalonan una frontera que apenas hemos reco- definen libremente: entendamos, no ya por referencia a una realidad
nocido, prohibiéndonos franquearla hacia un lado o hacia otro, para externa, sino según las afinidades o las incompatibilidades que manifies-
evitar aventurarnos en dos dominios ajenos: el de la filosofía del len- tan unas hacia otras en la arquitectura de la mente. Ahora bien, sabemos
guaje y el de la organología musical. dónde reside tal vuelco: en las fronteras del pensamiento griego, allí
Por último, y sobre todo, conviene insistir en una transformación de donde la mitología cede en favor de una filosofía que emerge como
orden formal. Aquel que, hastiado por la lectura de los dos primeros condición previa de la reflexión científica.
volúmenes de estas Mitológicas, atribuyera a alguna manía obsesiva la Pero en el caso que nos ocupa no se trata de un progreso. Ante todo,
fascinación que parecen ejercer mitos que, a fin de cuentas, dicen todos porque el tránsito que realmente ha ocurrido en la civilización occidental
394 LOS INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS LA ARMONÍA DE LAS ESFERAS 395

no se ha dado, no hay ni que decirlo, entre los indios sudamericanos. Afirmando sus pretensiones de manera tan resuelta como lo ha hecho
Luego, y sobre todo, porque la lógica de las cualidades y la lógica de las en este libro, el análisis estructural no recusa, por lo tanto, la historia.
formas, que hemos distinguido desde el punto de vista teórico, pertene- Muy al contrario. le concede un puesto de primer plano: el que corres-
cen de hecho a los mismos mitos. Sin duda hemos introducido en este ponde de derecho a la contingencia irreducible, sin la cual ni siquiera
segundo volumen gran número de documentos nuevos. No son, con podría concebirse la necesidad. Pues, por mucho que más acá de la
todo, de especie distinta que los precedentemente analizados: son mitos diversidad aparente" de las sociedades humanas pretenda el análisis estruc-
del mismo tipo, y que proceden de las mismas poblaciones. El progreso tural remontarse a propiedades fundamentales y comunes, renuncia a
que nos han permitido consumar, de una lógica a otra lógica, no resulta, explicar, no por cierto las diferencias particulares. que sabe justificar
pues, de alguna aportación que hubiera de considerarse nueva y dife- especificando en cada contexto etnográfico las leyes de invariancia que
rente. Estos materiales más bien han actuado sobre los mitos ya estudia- presiden su engendramiento, sino que estas diferencias virtualmente
dos a manera de revelador, para realzar propiedades latentes pero ocul- dadas a título de componibles no queden todas manifestadas por la
tas. Al constreñirnos a ampliar nuestra perspectiva para englobar mitos experiencia y que solamente algunas hayan alcanzado la actualidad. Para
cada vez más numerosos, los mitos recién introducidos han establecido ser viable, una indagación del todo enderezada hacia las estructuras co-
un sistema de vínculos en lugar de otro, pero sin abolir el primero, ya mienza por inclinarse ante la potencia y la inanidad del acontecimiento.
que bastaría con efectuar la operación inversa para verlo reaparecer.
Corno el observador que cambia la lente de su microscopio para obtener
mayor aumento, veríamos entonces resurgir la antigua red al tiempo que París, mayo de 1964 - Lignerolles, julio de 1965.
se restringiría el campo.
La enseñanza de los mitos sudamericanos ofrece así un valor tópico,
para resolver problemas que afectan a la naturaleza y al desarrollo del
pensamiento. Pues si los mitos procedentes de las culturas más atrasadas
del Nuevo Mundo nos llevan a pie llano a aquel umbral decisivo de la
consciencia humana que, entre nosotros, señala su acceso a la filosofía, y
de ahí a la ciencia, en tanto que nada semejante ha ocurrido entre los
salvajes. habrá que concluir, vista tal diferencia, que el tránsito no era
necesario, ni más ni menos aquí que allá, y que estados del pensamiento
encapsulados unos en otros no se suceden espontáneamente y por efecto
de una causalidad ineluctable. Sin duda los factores que presiden la for-
mación y el ritmo de crecimiento respectivos de las diversas partes de la
planta están en la simiente. Pero la "latencia" de ésta, es decir el tiempo
imprevisible que transcurrirá antes de que el mecanismo entre en acción,
no participa de su estructura sino de un conjunto infinitamente com-
plejo de condiciones que hacen intervenir la historia individual de, cada
simiente y toda suerte de influencias externas.
Otro tanto pasa con las civilizaciones. Las que denominamos primitivas
no difieren de las otras por la dotación mental, sino sólo en que nada,
en la dotación mental que sea, prescribe que deba desplegar sus recursos
en un momento determinado y explotarlas en cierta dirección. Que una
sola vez en la historia humana y en un solo lugar se haya impuesto un
esquema de desarrollo al que, arbitrariamente por ventura, ligamos
desenvolvimientos ulteriores -con certidumbre tanto menor cuanto que
faltan y faltarán por siempre términos de comparación-, no autoriza
para transfigurar un suceso histórico, que nada significa sino que se
produjo en tal lugar y tal momento, en prueba a favor de una evolución
que en adelante fuera exigible en todos los lugares y todos 10$ tiempos.
Pues entonces será demasiado fácil concluir que hay lesión o carencia en
las sociedades o en los individuos dondequiera no se haya producido la
misma evolución (L.-S. 11).
TABLA DE LOS SÍMBOLOS
BIBLIOGRAFfA
hombre. Para no modificar el número de orden de las obras que figuran ya en la biblio-
mujer. grafía del volumen precedente, se han puesto a continuación las obras de cada
autor citadas por primera vez, sin tener en cuenta fecha de publicación.
matrimonio (su disyunción: #).
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se convierte, se cambia en•. HSAI Handbook of South American Indians
]AFL [ournal of American Folklore
si, y sólo si...•
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es a... K.-G. Koch-Orünberg, Th.
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MISS Tenetehara: origen de la fiesta de la miel. 27-28, ~P. 33, 38-39, 61, 90,
Wirth, D. M.: 206,307,313.
(1) "A mitologia dos Vapidiana do Brasil", Sociología, vol. 5, núm. M 189 Tembé: origen de la fiesta de la miel. 28, 29, 31, 33, 38~39, 61, 90, 206,
3, Sao Paulo, 1943. 307,313.
M 189b Tacana: el mono y el avispero. 29.
(2) "Lendas dos indios Vapidiana", RMP, n.s., vol. 4, Sao Paulo, M 190 Mundurucú: el paje insubordinado. 49.
1950. M 19 1 lranxé (Münkü): origen del tabaco. 50-51, 51-55,112,362.
MI92 Ofaié: origen de la miel. 58-59, 60-68,127,177,345.
Wright, A. R. Y Lones, T. E.: M 192b Caduveo: origen de la miel. 61 n. 1.
British Calendar Customs. England, vol. 11. Fixed Festivals. jan.-May M 193 Tacana: la mancha amarílla del pelaje del irára, 71.
Inclusive (Publ. of the Folklore Society, CII), Londres, 1938. M 194 Tacana: el matrimonio de los dióscuros (1). 71, 278, 302, 311.
M19S Tacana: el matrimonio de los díóscuros (2). 71, 278, 302, 311, 318.
Zerries, O.: ,,,JI96 Tacana: el matrimonio de los dióscuros (3).71,278,302,385 n, 13.
M 19 7 Tacana: el matrimonio de los dióscuros (4). 71 278,302,318.
(2) "The Bull-Roarer among South American Indians", RMP, n.s., M19S-201 Tacana: el combate de los animales. 71.
vol. 7, Sao Paulo, 1953. M202 Amazonia: el ogro y el irára. 72, 82, 132.
(3) "Kürbisrassel und Kopfgeister in Südamerika", Paideuma, Band M2 0 3 Botocudo: origen del agua. 72, 73.
5, Heft 6, Bamberg, 1953. M2 04 Botocudo: origen de los animales. 72, 73,90,358.
M20S Matako: origen de las serpientes venenosas. 74.
M2 0 6 Toba: origen de las serpientes venenosas. 74.
M2 0 7 Toba: Zorro toma esposa. 76-77, 78-80, 83, 87, 89,122.
M208 Toba: Zorro en busca de miel. 77-78, 79-80, 81-83 ,93, 98, 162, 220.
M209a Matako: origen de las plantas silvestres (1). 78,81-83, 162. 220, 389.
M2 09b Matako: origen de las plantas silvestres (2). 78 n. 7,81·83, 162, 220,
389.
Toba: Zorro atiborrado de miel. 81, 82, 132, 389.
Toba: Zorro enfermo. 87,251 n, 1.
Toba: la chica loca por la miel (1). 87-89,96,122.
Toba: el zorro y la mofeta. 89.
Toba: la chica loca por la miel. (2). 89, 94, 97, 98, 113-114, 118, 122,
132-133.283.
Matako: origen del hidromel. 90, 274, 321.
Matako: la miel y el agua. 90.
Matako: la chica loca por la miel (1). 90-91, 93, 96, 98, 122, 187-189,
191.
Matako: la chica loca por la miel (2).91,96, 187-189.
Matako: la chica loca por la miel (3 . 91~92, 96. 99.
Pima: Coyote prendado de su cuñada. 94.
Matako: el engañador tapado y embotellado. 92, 98, 221, 389.
419
íNDICE DE MITOS 421
420 ÍNDICE DE MITOS

Warrau: Abaré, el padre de las invenciones. 180, 180, 182, 197, 215, 247,
M219b Toba: el ;ngañador incendiario y el origen de la maraca. 221,375.
264, 332,
M220 Mundurucu: el zorro y el jaguar. 93. Warrau: la prometida de madera (1). 178-179, 183, 188-189, 192,
Mundurucú: el zorro y el buitre de la carroña. 93. M 259
M221 195.206,207,219,221; 241, 348.
M222 Matako: la chica loca por la miel (4).94,95. M260 Warrau: la prometida de madera (2). 180, 190, 192, 211.
M223 Warrau,: orí~en de los capívaras. 94, 283. M2 6 1 Tlingit: la prometida de madera. 180.
M2 2 4 Mocoví: on~n de los capivaras.94-95, 110, 122, 2í::lS' M262 Tacana: la prometida de madera. 180.
M 22 5 K:aho: la Cr~lca loca por la miel, IOZ. 105, 106-124, 232. 235, 292-293, 296. M263a b Warrau: la prometida de madera (3). 180, 192, 194, 215.
M2 2 6 Kraho: el paJara asesino. 102-104 106~124 292-293 331 M2 64 ' Caribe: la rana, madre del jaguar. 181-182, 193, 195-206 215 219 228
M 22 7 Timbirá: cl.p~jaro asesino. 101, ÚJ4-105, 105-124,292-29\ 33!. 248. ' , , ,
MZ28 Kraho: ~a vl~Ja convertida en oso hormiguero. 109,110,292-293. Amazonia: la madre de los jaguares. 200 n, 9.
M229 Sherentc: origen de los osos hormigueros. 109, 110, 292. Vapidiana: la chica loca por la miel. 265, 220, 221 n, 3.
M2 3 0 Toba: origen de las estrellas y de los osos hormigueros. 110,292. Macushí: la prometida de madera. 183, 184-185, 186-187, 195-206,207,
M231 Tukuna: el oso hormiguero y el jaguar. 111. 215,348.
M2 3 2 a Kayapó: el oso hormiguero y el jaguar. 111, 292-293. Arawak: la prometida de madera. 185, 185.
M Z 3 2b Bororo: el oso ~ormi~ero y el jaguar. 111, 292-293. Cubeo: la prometida de madera. 185, 185-186, 187 190.
M2 3 3 Arawak: por que la miel es tan escasa hoy. 127-128 129-130 132 133 Cubeo: el caimán castrado. 102,185, 186-187, 190:
136-138, 144-147, 1~9, 16!, 214-215, 236 n. 9, 255,'336 n, 16, 37Ó. ' Mundurucú: el caimán privado de lengua. 189.
MZ33b. c Warrau: por que la miel es tan escasa hoy. 128-129, 236 n. 9, 255, Waiwai: las nutrias- y la serpiente (d. M 28S)' 190, 253.
336 n. 16, 370. Taulipang: origen del fuego. 203, 204.
M234 Warrau: Abeja y las bebidas dulces. 129, 129-130, 132-133, 136-138 ~2a~au: la criatura robada. 208, 209-210, 211-213, 215, 247, 301, 319,
144-147,214-215,236 n. 9, 255, 330,336 n, 16,370. '
M"". Warrau: Abeja se vuelve yerno. 133-134 135-138 141-142 144-147 152
156, 158, 161, 164 n, 4, 196 211-2i2 215 251 n I ' 301 327'.328'
Arawak:.el jaguar vuelto mujer. 213 N214,
214-215.
Amazonia (Tupí): origen del culto de Jurupari. 226, 228, 245, 249.
330 370 " , ." , Amazonia [Tariana, Tukano): origen del culto de Bokan o Izy. 227, 229,
M
23 6
Amazoniá: el cazador vuelto a pegar. 135, 141-142, 145-147, 330, 370. 237,264 n, 7.
M2 3 7 Arawak: historia de Adaba. 138-139, 14 1 , 143-147 156 158 176 215 M276b Baniwa: origen del culto de juruparl. 251, 257 n, 4, 291 n, 10.
287-293, 327, 330, 332, 370. ' , , , , M277 Anambé: la ogresa Ceucv. 228,228-229,233.
M237h Caribe: historia de Konowarú (d. M239). 139 176 215 287-293 330 M 2 78 Warrau: historia del hombre convertido en pájaro. 232, 233-234, 246.
332 370 ' " " M279a b c Kalína: origen de la constelación de Orión. 233, 233-234.
M Z3 8 War;au: ia flecha rota. 142-143 144-147 152 161 174 176 178 215 M279d' 'Warrau: la guerra fratricida. 283, 23 8.
287-293, 330, 332, 370. ' " " ' , ' M27ge Caviña: el niño cocido. 234 n, 7.
M2 39 Kalina: historia de Kunawarú (cf M237b). 143 144-147 156 158 176 M280 Machiguenga: la dama-sal. 236 n. 9.
215. 287-293, 330, 332, 370. " , , , M 281 Río Negro: el zarigüeya y las Pléyades. 240.
Tukuna: el cazador loco. 148, 330. M282 Amazonia: la tortuga y el tapir. 241-242,243.
Warrau: historia de Haburi (1). 149-152, 153-176, 184-186 190 192 M283a Amazonia (región de Teffé): la tortuga y el zarígüeva. 24 2 , 243·
194, 196, 197,203,207,211,215,232 n. 6, 247, 257, 264, 305,329: M283b Amazonia: la tortuga y el caimán. 244,264.
332. M 28 4 Amazonia (región de Teffé): la tortuga y el jaguar. 242-243, 264.
Arawak: origen de la bigamia. 153, 332. M285 Caribe (?): el tapir seductor. 249-250, 253, 254.
Warrau: historia de Habur¡ (2). 154-155, 158-159, 164 n, 4 166, 182, M286 Mundurucú: el perezoso hembra seductor. 253.
192-193,197,247,264,320,332. ' M 28 7 Caribe: el jaguar seductor. 160,253. 35 8.
Warrau: historia de Haburi (3). 154-155 159 164 n, 4 166 176 193 M288 Waiwai: la serpiente amaestrada (d. M27tJ. 190,253,355.
247, 264, 332. " , , , ,
M289 Karajá: el caimán seductor. 254.
M244b Warrau: el pueblo caníbal. 155-156, 332. M 290 Mundurucú: la serpiente seductora. 254.
MZ45 Tukuna: origen de los poderes chamánícos. 161-162,165,176-177,211, M 291 Guayana [arawak-caribe]: el tapir seductor. 254.
247,257,320. M 292a Bororo: origen del nombre de las constelaciones. 256, 259, 261.
Mat:,"kó: el jaguar canibal. 162, 163,211,305,313. 262·263, 264, 272.
Bar~: ¡;;~sta ~e Poronomínaré. 165-166, 257 n, 4, 266 n. 10,355. Bororo: origen de la raya ganchosa. 257 n. 4.
Shipaiá: origen de los delfines. 165. Shipaía: el esposo de la raya. 257 n. 4.
Mundurucú: la curación por las nutrias. 166, 168, 170. Yurok: la Dama-Raya. 257 n, 4.
Tacana: el ama de los peces. 167. Bororo: por qué las mazorcas de maíz son delgadas y pequeñas. 259, 261,
Tacana: el pueblo de los enanos sin ano. 167. 264,265,267,268-270,272,274.
Trumai: el pueblo sin ano. 167. Tembé: por qué la mandioca crece despacio. 259-260, 260 261 265
waíwai: el primer coito. 167-168, 175. 273. ' , ,
Yabarana: origen de la menstruación. 168. Guarayo: origen de las plantas cultivadas. 260.
Yupa: la nutria herida. 168, 176. Chímán y Mosetén: origen de los animales salvajes. 260.
Catio: el hombre embarazado por el miocastor. 168. Tcnetehara: origen de las plantas cultivadas. 260.
Mundurucú: origen de los soles del estío y el invierno. 166, 169, 169-171. Tukuna: de la conflagración al diluvio. 260.
Tacana: el amante de la luna. 171, 171, 283 n, 4. Machiguenga: origen de los cometas y de los aerolitos. 247, 262, 263,
Matako: origen de las manchas de la luna. 171-172. 265, 269-270, 274.
422 ÍNDICE DE MITOS ÍNDICE DE MITOS 423

Machiguenga: origen de las plantas cultivadas. 266-267. 267-270, 317. Arekuna: los objetos mágicos. 166-167, 375~376, 380-381.
Tacana: historia del desanídador de pájaros. 278-279, 280-282, 284 286 Shuswap: la renca. 383.
287 301 ' , Cowlitz: el niño patituerto. 383.
M 3 0 0b Ta~ana: el huésped de los armadillos. 281 n. 3. Sallsh: el niño patituerto. 383.
M 3 01 Toba: la serpiente comedora de miel. 280. 342. Sanpoil-Nespelem: el tullido amo de la primavera. 383.
M302 Tacana: la vieja loca por la carne. 94, 282-283, 284, 285, 289, 293, 30l. Wishram: la coja hija de Luna. 383.
M30 3 Tacana: la educación de los muchachos y las chicas. 282, 286, 287-290, Wishram: el tullido resucitado. 383.
29°'298, gor.. Karajá: los astros cojos. 385
M304 Tukuna: la familia convertida en jaguares. 303, 303-305, 306, 307, 308.
312-315,319-326,332,334,341,345_ b) COMPLEMENTOS DE MITOS PARCIALMENTE RESUMIDOS EN EL
Vapidiana: la decoloración del tucán. 307 n; 2.
Chiriguano: el buscador de miel salvarlo por el tucán. 307. PRIMER VOLUMEN
Matako: el primer árbol. 311.
Tacana: el pájaro carpintero tamborilero. 311. MI 7 Warrau: por qué los cerdos salvajes escasean. 292-294, 366,369,369-370.
Guaraní: las simientes quemadas. 311. M47 Kalapalo: la esposa del jaguar. 195 n, 7, 311.
Zuñi: la sal quemada. 311. M6 2 Kayuá: los dueños del fuego (detalle). 72-73.
Tukuna: el jaguar devorador de niños. 312,312-316,318-326,353. M 8 6a Amazonia: el crío llorón. 317.
Japón: el "crío" llorón. 316,317. M97 Mundurucú: Zarigj.ieya y sus yernos (detalle). 69,70.
Chimán y Mosetén: el crío llorón. 317. M98 Tenetehara: Zarigüeya y sus yernos (detalle). 69~70.
Cashinawá: el crío llorón. 317. M99 Vapidiana: Zarígüeva y sus yernos (detalle). 70.
Uitoto: la mujer loca por los murciélagos. 318. M109b Guaranf del Paraná: la miel nutrícía (detalle). 2-/0-24 I•
Sherenté: origen de los murciélagos. 318-319 M135-136 Taulipang-Arekuna: origen de las Pléyades (detalle). 71, 219-2 22,
Aguaruna: origen de los murciélagos. 319. 228,229-230, 235,236 n, 9, 247. 250, 264, 357_
Matako: el murciélago caníbal. 319. M 142 Apinayé: el pájaro asesino (continuación). 99- 100,101,105-124,
Warrau: una aventura de Kororomanna, 321-322. M I 57b Mundurucú: origen de la agricultura. 46-47, 47-48,86 n. 11 .
Tukuna: origen de las máscaras de corteza. 308. 324-325, 325, 326.
Caribe: las muchachas desobedientes. 327, 328, 330. M I 77a,b,c Karajá: las flechas mágicas. 176-177, 292, 330-3P, 33 1-335.
Caribe: origen del tabaco macerado. 3~8, 329~330. M¡ 77d Karajá: origen de los peces plrarucu. 333
Caribe: el Espíritu agradecido. )28, 329 n, 14.
Tacana: los excrementos del perezoso. 330, 357.
Tacana: el mono aullador y el perezoso. 330. 357.
el ENVíos A OTROS MITOS DEL PRIMER VOLUMEN
Tacana: el Espíritu y la mujer humana. 332. M24 35, 211, 235, 363.
250. 287-293, 30[-302,
Arawak: el matrimonio del pez eléctrico. 333. 16-26 51-54, 201,
Tupí amazónico: origen de la noche. 174,336 n, 16,346-347,347-351. 304-305, 307-308, 311,
280-283, 287-298, 314, 313, 328-329, 341-342,
Karajá: origen de los patos. 174. 320, 358-363, 367-368.
Taulipang: origen de los patos. 174. 363, 366, 368, 375,
35, 238, 257-258, 382-383.
Warrau: origen del tabaco y de los poderes chamánicos (1). 202, 352-354, 262-263. [8,366_
354-363, 364, 365 n, 5, 365-366, 370_ 238, 283, 385. 24, 34-39, 54-55, 270,
Warrau: origen del tabaco y de los poderes chamánicos (2). 202 354 66, 292, 314-315, 318, 362,366.
355-363, 366_ ' , 320_ 34w39, 54-55, 167, 308,
Tacana: las mujeres-perezoso. 355. 16-26, 51, 20[-203, 362.
Mundurucú: origen del perezoso. 355· 209-210, 252 n, 2, 278, 228-229 233, 250,
Ipuriná: las cigüeñas y la podredumbre. 202, 333, 361. 280, 287-298, 360-363, 377-382,390.
Jíbaro: la garza ladrona. 361. 366-368. 110.
Aguaruna: el pato ladrón. 361. 16. 318.
Maquiritare: los huevos podridos. 361. 16-26, 257 n • 4, 75,311.
Arekuna: origen del tabaco y de las otras drogas mágicas. 364-365, 366. 292-293,366,369. 253.
Arawak: origen del tabaco y de la maraca. 365. 36,249,252 n, 2, 257 n, 243.
Caribe (Barama): origen del tabaco y de la maraca. 365. 4,292·293,369. 67.
Vitoto: origen de los cerdos salvajes. 367-368. MI8 17-26,252 n, 2.257 n, 291.
Cashinawá: origen de los cerdos salvajes. 18,368. 4,292-293,366,369_ 29.
Shípaíá: origen de los cerdos salvajes. 18,368-369. 252 n, 2, 368. 64,66.
Perú [Huamachuco}: la calabaza diabólica. 372, 390. 29-26,211,235_
Náhuatl: la serpiente-calabaza. 372. 390. 18-26 35-39, 176, 33l.
254,348_
Tumupasa: la serpiente-calabaza. 372, 374· 283-284. 60, 194, 239, 251, 252.
Vitoto: la jarra diabólica. 372-374. 287-293, 304-305, 307,
194,378.
Dito.to: l,a da~isela denominada Calabaza-bajo-el-agua. 374. 363, 366, 368.
35, 162, 363, 387-293, 195,245.
Apmaye: origen de las calabazas y de la humanidad. 374 378-379
241,243.
Maipure: origen de los frutos de palmera y de la humanidad, 374 n. 8. 304-305, 307-308, 313.
363, 366, 368. 89,97·99,245.
Taulipang: los objetos mágicos. 375-376, 380-381, 390.
424 ÍNDICE DE MITOS

MIOS 60. 270-271.


M I IO-M It8 60. MISO 102,248,253.
MIli 86. MISO-M I 54 249,253-254.
M 1 14 248. M155 254.
MuS 174. MIS6 102,254,358.
M 11 7 287-293. MIss 251 n. 1.
M124 51,66. M I S9 102,249,254.
M I31 95.96, 110, 250. MI61 284-293, 332.
M134 219-222,2.29-23 1 • M I 72 180.
M13S 378. M I 75 81,92-93,181,332.
M139 294. M I 79 360.
M144- M145 232 n, 6, 251 n, 1, 265, MIS 3 254.

n. Por tribu
íNDICE ANALfTICO
Aguaruna, M3 1 sb)333a 216,217,218,219,222,246,257,
Amazonia: y río Negro, MZ02, 236, Para lo que respecta a las tribus citadas más a menudo, guiarse por
306" 3J 6
264a, 275, 276,281, 282, 283a, MOCOVl, M22 4 el índice de mitos, segunda parte. En este índice, los nombres de perso-
2831).284,326a Mundurucú, (M97, 157b), M190, 220, nas remiten a los autores citados o discutidos en el texto, con excepción
Anambe, M2 7 7 .221,248,255,270,286,290,330 de las referencias etnográficas, omitidas, como en Lo crudo y lo cocido,
Apinayé, (M 142), M 344a Nahuat, M 3 4 0
Arawak,M233,237,242.267,274,291, Ofaíé, M 1 92 a fin de no sobrecargar el texto.
325,335 Perú (Huamachuco), M 339 [Véase la nota al principio del índice analítico de Lo crudo y lo co-
Arekuna, M 3 34 346 Pima, M218b cido, p. 381, a propósito de los problemas que plantea la acentuación en
Baniwa, M276b' Sanpoíl-N espelem, M35 O
Baré, M 2 4 7 estas kI itológicas. En este volumen se han mejorado algunas acentuacio-
Sherenté, M 2 2 9 315 a
Bororo, M 2 3 2b 292a 292b 293 Shipaiá,M 2 4 7b' 292c 338b nes. Esperamos que si algunas han empeorado, sean pocas.]
Botocudo, M20'3. 204' , Shuswap, M 347' ,
Caduveo, M 192b Tacana, M 1 8 9b etc., M I 9 3 , 194, 195,
Caribe, M 2 37h, 264, 285.287.291, 319, 196, 197, 198, 199,200,201,249,
320, 321.336 250,256,262, 3 0 0a,300b,302,303, abajo, arriba, passim. alargado, redondeado, 290-291
Cashinawá, M 3 1 3 338a 307,322 323,324,329
Catio, M254b ' Taulipang, (M 1 3 S, 136), M272, 326c,
abeja, 13, 29-30, 43-49, 59-68. 81, 92, Aldebarán, 250
Caviña, M27ge 345 107-108, 121, 127-142, 1'6, 164, algarroba, 56-57, 78, 84, 85, 311
Ch~~án y Mosetén, M 295b 312 Tembé,M189294 206, 211, 214, 236 n. 9, 244, 267, algodón, 19, 22, 46, 128, 132, 181-
Chíríguano, M 30sb ' Tenetehara, (M98), M 18 8 296 277,302,318,326,341 n, 17,369, 182, 202, 208, 219, 353
Cowlitz, M348 349 Tímbíré, M 22 7 ' 374, 389 (ver: Alctípono, Trigona Alouaita sp., ver: guaribá (mono)
Cubeo, M 2 6 8 269 Tlingit, M2 6 1 y passims
Guaraní, (MI 09b), M 3 0 S amargo, dulce, 46, 121, 129-131,236
Toba, M 2 0 6 , 207, 208, 210, 211, 212, abejón, ver: zángano
Guarayo, M295a 212b, 213, 219b, 230, 301
Amaterasu, 316
Ipuriná, M3 31 Abipones, 45 amazonas, 253, 358, 365 11. 5
Trumai, M2 SI
Iranche: Ver lranxé Tukuna,M2 3 1,240, 245, 297, 304,310,
Aboré, Haburi, 149-177, 182, 215 América del Norte, 15, 55 11. 6, 78 n.
Iranxé (Münkü), M 19 1 Acacia aroma, 85 7, 94, 157-158, 164-167, 169 n. 5,
31.
Japón, M 3 1 1 Tumupasa, M341 acuri, 143 (ver: agutí) 173 n. 7, 173-174, 175 n. 9, 180 n.
Jívaro: Ver libara Tupí amazónico: Ver Amazonia acústica, ver: canto, lenguaje, mú- 1,206 n. 11, 253, 257 n. 4, 263
Jíbaro,M 332 Uitoto,M 3 1 4 337 342 343 sica, ruido
Kalapalo, (M47) n. 5, 288 nn. 6-7, 309-310 n. 4,
Vapidiana, (M99),M265' 305a Adonis, 340
Kalina,M239 279a 279b 279 c Waiwai, M 2 5 2 271 288 311,316 n. 7, 351, 379 n. 11,383-
Karajá, (M I 7;a-d), M289, '32 sb , ]S 3 Warrau, (M I '7 ), M223, 233b, 233b,
aerolito, cometa, 262-263, 264, 269 384
Kavapó, M 2 3 2 a agrario, rito, 116-117, 123, 259-270 Amuesa, 265
233c, 234, 235, 238, 241, 243, 244,
Kayuá, (M62) 244b, 258, 259, 260, 263a, 263b, agua, fuego, passim Anacardiácea, J92-1 95
Kraho, M225 226 228 .273,278,279d,317,327,328 agua celeste, terrestre, passim. (ver: analógico (modelo), 65, 74
Machinguenga, M;80 298 299 wishram, M 3 5 1,352 corriente, estancada) Angelice, 288 n. 7
Macushí, M 2 6 6 ' , Yabarana, M2 5 3
Maipuré, M 3 4 4b
aguacate, 249-250 Anodorhynchus hsacinthinus, 59,
Yupa, M254a
Maquiritaré, M333b Yurok, M292d
agudo, grave, 290 63-65, 100 n. 4, 108 (ver: guaca-
Matako, M205, 209a, 209b, 214,215, Zuñi, M309 "águila", ver: aquilinas, Ialconii- mayo)
formes Anona montana, 68
agutí, 76, 220, 230, 328, 330 Anonácea, 34, 332
aigé, 310, 313 n. 6, 345, 348 Añatunpa, 307
425
426 ÍNDICE ANALÍTICO ÍNDICE ANALíTICO

Apapocuva. 240, 322 Ber the, cr., 9, 327 n. 12 caníbal, 30·31, 52·53, 99·114, 144, 283·284, 288 u. 7
Apeiba cymbolaria, 327 bicho cníollnuio, 93 155·156, 161·162, 195, 2tl8·214, cesteros, 288 n. 6
Apis melíítíco, 43·44 (ver: abeja) bigamia, 152-153 232·235, 262, 266, 308, 313·311, Ceucy, 226·229, 237·249, 249
Apociuácea, 109 n. 7 Billiard. R. (discutido), 341 n. 17 317,318, 326 cielo, tierra, possim
Apo10, 63 Bixa orellan a ver' urucú cánido, 68-69, 75·76, 92·93 cigüeña, 228, 333, 36J
aquilinas, 306 Boa umstrict~r, ]90, 279-286 Canis [ub atus, 68-69 cilindro de piedra, 29], 323
araña, 87, 236 rr. 9 Bodeísclnoingia macrophylla, 162, Canoeiro, 53 Cinosteron scorpíoides, ver: tortuga
Arapaima gigas, ver: pirarucu 326 canto, 270·276, 365, 384 Cintalarga, 53
arapuñ (miel), ver: irapoan Bokau, 227 caña de azúcar, 46, ]04 ciruelo, 178, 182, 184, 192·195, 241·
araticum, 58-68 Bombácea, S6, 151, 163-164, 181, capivara, 89-98, ] 10·114, 122, ]32, 244, 248, 378
arcoíris, 66·67, 91, 96, 233, 238·239, 326·329, 36 I n. 3 220 n. 2, 222, 283, 284, 292·293 Císsus sp., 100, 108
254, 317·318, 333, 336 Bombox ceíbn, globosum, ver: Bom- Capparís recusa, 84, 85 Citrullus sp-, ver: sandía
ardilla, 385 JI. 13 b..icea Cap parís saííciíolia, ver: sachasandia clarinete, 270
Aries (constelación), 95-96, 1] 2, 222 BoalC'·Venll (;ílg:ebra), 381, 392-394 Capparis speciosa, 85 Clastres, P., 53 n. 4, 62, 265 n. 9
Aristeo, 335 n. 16 bor.i (miel), so, Itl4, 107·108, 114 Caprímulgus sp., ver: chotacabras Clusiácea, 164 n. 4
armadillo, 72, 85, 281 11. 3, 285 n Borneo, 172·173 11. 7, 190 n. 3 carácará (pájaro), 61 n. 1, 82 n. 9 coatí, 84, ]()3, 108, 289
5, 315 bosque, sabana, 6'1, l08-109, 115-] 18 caracol, 374 coca, 49
arroz silvestre, 283 Botorus tígrín us, 205 caragua ta, 85 cocina, ]5, 16·26, 54, 56, 196, 203,
;¡rtocarpo, 303 Bóvusú, 376·377 carancho, 81, 82, 375 209·213, 215, 234, 251·252, 268,
in-tesa, 90, 121, 154, 274, 314, 321, Br~dYPlls sp., ver: perezoso Cariama crisuüa, ver: sariema 278, 287, 289·290, 302, 338·345,
385, 386, 3R9, 39:1 brarnadcra, ver: rombo caripé (árbol), 289 350, 377, 381·382, 389·394 Y 1M"
Asia del sureste, 190 11. 3 Bromefiacca, 85 Carirí, 18·23, 366 Slm
Astrocarvum tucuman, ver: tucum bunia, pájaro, 179, 197, 20J carnaval, ver: cuaresma, martes de (,'O('OS sr. (palmera), 59
A tetes sp., 290. \'(:1': mono burity (palmera), 334 (ver: Maul"i- carnestolendas G'oelogenys sp., ver: paca
A üalcn sp .. 290 tia) Carnero (constelación}, ver: Aries cojera, ver: rengo, rengueo
.uuenclo, 1!1-28. 2ti3 but or, ver: Botorus tigrínus carnívoro, 3()·32, 292, 306, 307, 328 colmena, 45, 94, 321, 326, 389
Auxuufiu. 319 u. R, ~'12·3·13 carnintcro, pájaro, 59·68, 72, 88-89, conchas, 22
A ustria, 3tH Cabellera de Berenice (constela- 113·114, 127, 132, 137, 187·192, conjunción, disyunción, passim
"avestruz" americano, ver: croa cióu) , 200 201, 207·2(J8, 290, 311 constelaciones, 256, 262
avispa, 29, 43-19, 59-68, ?l, 77, 81, cabeza (IUC rueda, 155, 263 11. 5, cascabel, ver: sonaja continente, contenido, I'W, 86, 92-
93, 179, 227, 2·11, 275, 285, 339, 375 Cassidix oryziuom, 233 !J3, 154, lIi3·164, 197·199, 220,
353, 354, 357·358 Y possim. Caduvco, ·15, 61 JI. J, 82 11. 9, 24], cassir-i, ] 28-129, 369 (ver: cerveza) 263·264, 273·274, 313·314, 322·329,
ayuuo (rito), 338·340, 313·344, 378 336 castaño, 288 n, 6 374·382, 386, 388·393
azar, 141-142, ]14-1-19 Cacsalpínn sp., 312 Catio, 168, 173 u. 7, 290 continuo, discontinuo, 65, 141, 144-
aztecas, 319 caga-Iogo (miel), 60, 66 Cavia aperea, ver: prea H9. 192, 196·1!J7, 212, 215, 225,
azuwaywa (árbol}, ver: Laurácea Caiabi, 53 caza, r-ito de, 103·124, 127, 288·290 23H·239, 263, 27 I·276, 31 1, 392
caimán, 92, 110, 183-194, 207, 232, Cebus sp., 290 (ver: mono) Colombia, 75, 319. 374 n. 6
bambú, 243, 262, 263, 264, 285, 308, 241, 253·254, 313, 358 Cecrcpia sp., 304 corazón, 375 (ver: víscera)
sos, 313, szo, 322·323, 337 caipota (miel), 241 Ceibn, ver: Bombácea Córcega, 337, 34 J, 343
Banístcriopsís, 56 calabaza, 19, 22, 27, 45, 58·60, 61 cencerrada, 205, 258, 341 n. 17, 351, cormorán, 180
Baniwa, 251, 257 11. 1, 291 n. lO 11. 1, 7(J, 254·276, 331, 336, 346, 390·391 corriente. estancada (agua), 156-
bastón de ritmo, 291, 304, 311, 312, 354·391 Y passim Ceaphloeus /ineafUJ, 97 u. I 1.\9
3 I3, 31'1, 32tl·323, 326, 389·390 Calophyllum cal/aba] 64 n. 4 cera, miel, 77, 92·94, 134·136, 14(J, corteza, 99, 303·308, 313, 314, 323·
basura, ver: suciedad calvo, 97, 365, 366, 379, 385, 386 141, 15], 163, 243·245, 367 326, 335, 389·390
batata, 103, 104. 128, 369 camaleón, 240 cerdo salvaje, 16-26, 34, 37, 89, 143, corto, largo, 76
bale prlll (fiesta), 310 camapú, 260·261 155, 159,213, 214, 252 n. 2, 257 corupira, 72, 82
batidor, 303, 308·325, 330, 332, 334· Campa, 265 n. 4, 277, 284·285, 289, 292, 3(J3, cotorra. 64-65, 109·110, 31:1
339,341·351,375·376, 389·39tl campana, 205 n. 1], 265, 336-338, 331, 332, 366·371, 375 Couratori sp., 325 n. I1
Baudelaire. ci., 2,17 31(J, 352, 371, 372, 385, 386 cerveza, 46, 48 n. 3, 56·57, 78-79, coyote, 78 n. 7, 94
Becthovcn, L. van, 21 ti Canelo, 374 11. 7 84, 12(J·124, 128·132, 236·237, 267, Crax sp., ver: mutum
Beicos de Pau, 53 canga, 314, 326 274, 312 Y passím Crax lamentosa, 233
belleza femenina, 291 cangrejo, 167, 376 cérvido, 52·53, 76, 94, 104, 12(J, 143, Cresccntía, 346, 378-379, 381 (ver:
428 íNDICE ANALÍTICO íNDICE ANALíTICO

calabaza) cerdo salvaje excremento, 43, 81, 89, 139, ISl, Gutlfern, 164 11. 4
crío llorón, ver: niño llorón Dícotyles torquatus (caetetu] , 214 155, 164-177, 184, 196-197, 202-
Crisobalanácea, 289 Diegueño, 263 n. 5 206, 212, 215, 219, 221, 235, 236 Hahuri, ver: Aboré
Crocodilus bnb u, 191 dientudo, desdentado, llO-lll, 220 n. 9, 248, 302, 312, 315, 318-322, Huida, 169 n. S
cromatismo, 238-239 n. 2, 313 330, 342, 353, 355-357, 360-362 Huncornia speciosa, ver: mangaba
Crotophaga ani, 233 Dietschy, H., 331-333 Extremo Oriente, 316, 338 helecho, 121, 265 n. 9
nudo, cocido, passim Dinari, 227 Hcrpetoíheres cachirmns, 228, 292
cruz, 28, 310, 322, 323 Dioscorea sp., 46 Fa1coniiformc, 61 n. 1, 82. 99·IOS, hervido, asado, 236 11. 9, 281 n. 3.
Cruz del Sur (constelación), 233 dulce, empalagoso, 129-132,236,264 118, 292, SU 287, 289, 361
cuaresma, 340-341, 343-344, 352, 387- Dyai,312 féJido, 75-76, 143 Hesíodo, 29
388 Dyori, 307 fermentado, ver: cerveza hetsiwa. gg2·SgS
Cucurbíía, 3J I Ficus, 287, 303-304, 385 H ¡a,b, 182, 2(KI, 219, 228, 250
cuchillo, 70, 89, 259, 264-265 eclipse, 268 n, 12, 351, 367, 390, flauta, 150, 164, 226, 227, 242-243, hidromel, 56-57, 77-86, 89-90, 120-
cuervo, 63, 97. 181,311 391, 392 244, 264-265, 270-276 124, 128, 154, 236-237, 274, 314,
Cuervo (constelación). 63, 200 Edad de Oro, 29, 215 flotación, 288 n. 6 321, 389
cujuhim (pájaro), 347 educación, 119-123, 221-222, 237-239, fonología, 271-272, 276, 314 hígado, cabeza, 232, 305 (ver: vís-
cultura, naturaleza, possim 287-290, 292, 296-298, 327-328 Francia, 13-14, 15, 288 n. 6, 337- cera)
Cuna, 288 n. 7 Egipto, 14 n. 1, 189 n. 2, 335-336 338, 340-345, 352, 386, 387-388 historia, 55, 106, 112, 226-227, 252-
cunauarú, 72, 75, 139-140, 143-144, Electrophorus electricus, ver: gim- Frazer, J. G_- (discutido), 387, 388 253, 285-286, 294-298, 363, 388,
161, 162, 164, 168, 181, 207, 326 noto frijol, 311 11_ 5 393-395
curare, 332 ema, 73, 85, 103-109, 116, 172 frugivoro, 292, 306 Holocalyx baínnsae, 322
embaúba (árbol}, 304, 308 fuego, técnicas de producción de, hongo. 46, 60-(;1, J48-149, 303, 320
chanar, 84 enanos sin ano, ver: tapado 199-206, 265, 338-340 Horacio, 7
Charrúa, 56 enfermedades, origen de las, 238, funerario, rito, 309, 34S, 384 hormiga, 28, 91, 92, 148, 161, 228,
Cherokee, 158 314, 318, 354 262, 285
Chibute, 287-290 enjambre, 14 n_ 1,45,302,341 n. 17 gallinácea, 98-99, 233 huevo, 361
chile, 74, 267, 306, 308, 324, 327, envieira (árbol), 304, 307 gallineta, 98 humo, 11, 13, 14, 17-18,23-26,34-39,
328, 329, 366, 376-377 epíteto, 273-276 garza, 202-205 74, 308, 367'-371 Y passim
Chilla, 206 11. 11, 338-339, 341-345, escándalo, estrépito, estruendo, 256- gato salvaje, 7S Hvdrochoerus rapíbcm, ver: capi-
384-385, 388 258, 261, 268-276, 301, 312, 320, gemelos (mito tupi) , 195-206, 240- vara
Chippewa, 206 u. 1] 324, 327, 330, 336-338, 357, 361, 245, 311 Hyla -aenuloso, ver: cunauarú
Cholae pus sp., ver: perezoso 383, 389-392 Genipa americana, 290 Hymenea caurbnril, ver: jatoba
Chorísia insignís, ver: yuchan Escorpión (constelación}, 112 Ghost dance, 3]0 n. 4
Charole, 379 n. 11 Escrofulariácea, 385 gimnoto, 333 lbvcíer americanus, 228, 233
chotacabras, un, ]04, 292 Eschiueílera sp., 325 n , 11 Goajiro, 81 Icticvon venaticlls, 69
Chrvsocion bracñiurus, [ubatus, 68· espacio, 14, 120, 123,350-351 Golaud, Mélisande, 103 imaginario, simbólico, 137, 163,204--
69 Esquimal, 180 n. 1 Gourleia decorticans, 84 206, 247, 325-326
estacional, ciclo, 62·63, 84·86, 95·97, Grecia, 13, 14 n. J, 63, 393 inajé (pájaro), 97
Dasyprocta, ver: agutí 114-118, 153-154, 191-194, 198-202, grillo, 71, 346, 347 incertidumbre, 294-298
Datum, 56 219-226, 239, 243-244, 340-345, grulla, 183, 201-206, 353, 355, 360- incesto, 22, 51, 168, JSO n. 3, 262.
Deavoavai, 279·290 383-388, 391-392 362 264, 317, 318, 320, 359
débil. fuerte, 34, 37, 51-57,110,130- estrella de la mañana, 155, 347 guacamayo, 27-32, 59-65, 100, 108, infraestructura, 48·49, 55-57, 62·63.
131, 132, 377 Estrella, esposa de un mortal, 61, 170, 278, 286, 301, 306, 307, 313, 80,82-86, 95-!17, 108-109, 114-124,
deducción (empírica, trascenden- J 94-195, 239-240 318, 360 128, 140-142, 153-156, 163, 166,
tal), 32 11. 4, 203-206, 285, 329- estrépito, estruendo, ver: escándalo Gualtheria urcgon, 179 189-194, 199-201,222-226,237-238,
330 estructuralismo, 101, 105·106, 131, Cuuraní, 157,225-226,240-241,291, 250-253, 284, 288 n. 6, 297-298,
delfill, 165, 257 11_ 4, 333 203-206, 215-216, 285, 286, 292- 311, 322-323 3'14-345, 362-364, 391-394
Derulrocygna 1Jiaduta, 308·309 298, 349, 363, 386-388, 393-395 Cuarayo, 74. 260, 322 Inglaterra, 13, 14-15, 340, 384
Dené Peaux-de-Iievre, 316 n. 7 Euforbiácea, 85 ,l{wlrih;í (mono aullador), 70. 176, inhambú (pájaro}, 347
Desmodus sp., 318, 319 Eurfdice, 336 n. 16 289,321-322,327-331,356-357 lrua f{eoffren.~is, ver: delfín
día, noche, 345-351, 379 Euterpe edulis (palmera), 149, 153- GlIayakí, 53 11. 4, 62, 265 n. 9, 367 iniciación, rito de, 103·124,285-290,
Dícotyles labíatus, ver: queixada, 154, 192-195, 290 Cuilielmn sp. (palmera), 288 293, 296-297, 308, 310 11. 4, 311-
430 ÍNDICE ANALÍTICO ÍNDICE ANAUnCO 411

313,331-332 Lagostamus maxímus, ver: vizcacha Alaldn.'a, 361 11. 3 metonimia, 35·36, 39, 190·192. 205-
inmundicia, ver: suciedad Laurácea, 29, 249 muuduguur-i (miel), no 206, 228·237, 276, 363
irapoan (miel), 48, 101, 107·108, Leach, E. R. (discutido), 74 n. 6 Malldan. 157 México, 46 n. 2, 55 11. 6, 71 n. 3,
114, 369 Lecvthís ollaria, ver: sapucaia mandnssaiu (ruiel}. ,15, uo, :.!41 16'1-165, 168, 319, 329, 336, 371,
irára, 70-76, 90, 207, 278, 302, 318, Lecheguano colorada, 44, 77, 81, 94 mandioca, '2.7. 4(¡"1K, 56·57. 7H. K3- 372, 374·375, 38'1
358 Lechuza, 317 R·I, 1"1·IIIH, 11Ii, 123, 12H, 151, M irmuc, 1SO 11. J
íreré (pájaro), 308·309 Lengua, 80 lH:!. I!I~. 203. 220 TI. 2, 236, 259· mie-l. II ..I!I, 55·81i, 101·102, 111, 117·
Iríartea -oentricosa (palmera). 324 lenguaje, lingüística, 14, 216, 254- 271i. 279. 2'10, 31i9, 37ii IIH, 120·124, 127·14!1, 152, 15,1·
Iroqueses, 78 11. 7, 175 n. 9. 180 n. 1 276, 318, 347·348, 350, 377, 392 mauguha (árbol}, 59·65 15ij, 15!J, 1Ii2. 182·183, 192, 190,
Israel, judíos, 14, 384, 386 lenguaje silbado, 37, 255·276 munikucra, 47·48 202·203, 211·21 fi, 22()·22I , 225·22fi,
Izanagi, Izanami, 316 Léry, .J. de, 371 mantis religiosa, 290 227, 230·231, 2~4·2S7, 2S!I·24!1,
by, 227 Lestrimelitta Limiic, 44 maruhuuta (avispa), 357 251, 255, 21i3·21i4, 277·280, 297·
Iibélula, 275 maraca. 52, 150, 169 11. 5, 273·276 2'IH, 301·302, 307·308, 311, 318·
jabalina-mala, 103, 1l8-l]9 liendre, 283 322·323, 337, 351·352·391 319, 328, 330·332, 341-345, 352,
jacarnin (pájaro). 76 Lilly, W., 14·15 Marccl-Duhcis, ci., 337·338, 343 355, 357·358, 367·371, 375, 382·
[acú (pájaro), 148 lobo, 58·69, 75·76 marsupial, ver: zarigueya 383, 388·389, 390·393 Y passim
locura, 148 Marte (astron.) , 345-346, 378 miel, fiesta de la, 27-39, 56, 58, 62-
jaguar, 16·39, 51·53, 71, 75·76, 93,
longitudinal, transversal, 291, 323, martes de carnestolendas, 340-345, 63, 90, 120·124, 237, 313
111, 144·147, 149·150, 156·161,
326, 389 352 Miiuago chimccliimo, 82 u. 9
162, 174, 178, 181-216, 241·243,
loro, 27·32, 59·65, 152,277,292,306· martín pescador, 202 Mimusops balata, 179
252 11. 2, 253, 277·279, 283, 286,
307, 313, 327 mascara, 272, 3{"1, 325·326 M irtstacea, 366
301, 303-307, 312·321, 322 11. 9,
Luiseño, 263 n. 5 Mnuría jllglanriifolia, ver: ciruelo misto!' 84, 92
326, 328·330, 333, 358, 366
Lule, 80 lVt(lllritia (palmera}, 149, 374 11. 8 Mocovi, 94·95, 111, 120, 283
jaguatir-ica, ver: ocelote
Iuna, 14, 93-96, 166·172, 175, 266· Mnuritia [lexuosa (palmera), ).19, mofeta, 64, íi6·G7, H9
Jap"", 316·318
268, 288 n. 6, 290, 311, 317, 361, 153·156, IHII, I!J2·195 moho, 139, 1-'13, 147·J49 (ver: po·
jati (miel), 60, 97 11. 1
374, 378·379, 383, 385 Mayas, 86 eh-ido)
jary, ver: jati
Juna de ajenjo, 130, 236 Mboituta, 165 (ver: serpiente) mono, 29, 50·52, 69-72, 80, lOO, 108,
jatobá (árbol), 100, 103·108, 117, Mcénspu¡n, 227
256·258 In na de hiel, 130, 236 234 n. 7, 290, 332 (ver: guaribá)
Júpiter (asrron.}, 346, 378 luna de miel, 130, 235·237, 247, 336 Mclanesia, 342-34:' Montaigne, xr. de, 356 JI. 1, 386
n,16 melero, ver: irara morera, 385, 388
Júpiter (mitol.}, 73 11. 5, 299, 335
Lutra brasiliensis, ver: nutria Meliponn, ·-13·49, 67 n. 2, 110 (ver: Moronobco sp., 164 n. 4
Jurupari, 226·227, 245, 257 n. 4
Lutra [elina, ver: nutria abeja) Morrenía odorata, ver: tasi
Meliponn oucdvíí ascíata, 45, 241 mosca, 244
Kachúyana, 332
llamado golpeado, 254·279, 290·292, Mcnomini, 7S 11. 7 mosquito, 70·72, 80
Kaingang, 46, 97 n. 1, 110 n. 8,121·
1<)1, ]30.131, 290 11. lO 301·302,336·338,341-342,345·351, menstruación, 133·134, 168, 172· J 73, muirapiranga (árbol), 312
Kat¡p;!h, J 95 n. 7, 311 358, 377 196·197, 208·213, 263, 277, 291, Mura, 271
Kanaschiwué, J 74, 335 llamado silbado, 37, 254·277, 280, 301·302, 305, 312, 314, 319·320, murciélago, 71, 318·319, 326
289, 290, 291, 337-338, 341·342, 328, 342, 382 11,1 U-I'a normalís, ver: plátano
kantismo, 285
345·351, 357 metáfora, J3, 35-37, 39, 76,94, 102, música, 38, 216, 237, 270·276, 308,
Kiowa, 78 n. 7
Llanuras, indios de las, 180 n. 1 110, 136·137, 145-149, 154, 157, 312-314, 320·321, 323, 326, 336·
Klamath, 310 n. 4
lluvia, passim (ver: estacional) 159, 166·170, 1911·192, 197-198, 338, 341, 350, 357, 375, 3H4·385,
Kogi (Kágaba), 216, 285 11. 5, 319,
200·201, 205-206, 212, 229·237, 389·390, 392·393
364
Korurntau, 249 macauan (pájaro), 228 2'17·248, 263 n. 6, 272·276, 320, mustélido, 66, 70, 75-76
Kuwai, 185 Mafulu, 172 n. 7 342, 3'1-1-345, 347, 357, 361, 363, mutum (pájaro), 72, 138, 148, 181,
Kwakiutl, 351 magia, 146 y passim 377 232, 233
Maidu, 310 n. 4 metodología, J 5- J 7, 25·26, 32 n. 4, Myrmecoplwga iubot.a, ver: oso hor-
Lachesis muíus, 228 Malra, 259·260 63·f.i4, 65·66, 74 n. ti, 100·102, 105- miguero
maitáca (pájaro), 64·65 106, 130·132, 160, 162, 195·197,
Lafitau, .J. F" 371, 373
maíz, 46-47, 56·57, 61-62, 128, 236, 203·206, 210, 214·2Hi, 227, 280· Nambikwara, 49, 53, 141, 271, 333
Iagurto, 78·79,194·108,116·117,183,
331, 362 11, 4 259·261, 266, 278, 327 281, 285, 292·298, 314·316, 329· Ncsua sociaíís, ver: coatí
Lagenaria sp., 346, 378-379, 381 Makunaima, Pia, J79·187, 201, 219, 330, 338, 348-350, 363, 382, 387· Nectarina, 225·226
248 3H8, 3'12·395 Nectarina ícchcguann, 44
(ver: calabaza)
íNDICE ANALÍTICO 4SS
432 ÍNDICE ANALÍTICO
plr"lua, 151-152, 163·164, 17l, 174- rengo, rengueo, 382-386
Nectarina melliíica, 225 palabra, 270·276 176, 201, 244, 516·517, 356 retórico, código, 102, 123, 135-137,
neolítico, st, 252. 338 poleolitico, 252 n. 3, 316, 338, 386 plrlnha, ver: pirada 141-142, 144-149, 153, 168, 190-
Nícotiana rustica, 49 paloma, palomo, 51-52, 69-71, 360 plrafta, 195 n. 7, 257 n. 4, 288 192, 198, 204-206, 234-237, 246-
Nicotiana tabacum, 34, 49 Pano, 285, 297 plrarucu (pez), 331, 333 247, 249
Nihongi,317 parabára, ver: batidor Piro, 265 revuelta de los objetos, 175 n. 8
niño llorón, 150, 161-162, 165, 173 paradigmaticc, sintagmático, 160, pl'..no, 46, 260, 262, 266, 279, 290, Rhamphastos, ver: tucán
n. 7, 184,208,211,212,257,258, 295·296, 314 850 Rhea americana, ver: ema
315-320, 353-359, 377 n. 10 Pascua, 336-345, 352 Pléyades, 47-48, 71, 95, 110, 182, Rigel (astron.}, 250
nombre propio, 128, J 29, 136, 144- pati (palmera), 103-108 194, 200, 219-229, 237·240, 246, riqueza en metálico, 165
145, 161, 212, 221, 229, 253-256, pato, 151, 171-176, 347, 361 249-250, 264-265, 351, 383 roedor, 76, 94-95 (ver: agutí, capi-
270-276, 358 patología, fisiología, 235, 250-253, plumas, 17-26, 305-307 vara, paca, prea, rata, vizcacha)
Nomlaki, 310 n. 4 392 Plutarco (discutido), 189 n. 2, 335- Rollinia exalbida, 68
Nueva Guinea, 172 n. 7, 291 paulonia, 385 886 rombo, 280, 342-351, 357, 375
nutria, 35-37, 54, 76, 151, 164-171, Pawnee, 78 n. 7, 263 n. 5, 3II n. 5 Podocnemis sp., ver: tortuga Roraima, 183, 200
184, 185-186, 189-190, 203, 375- paxiuba (palmera), 324 podrido, 47, 61-62, 66-68, 98, 149, Rousseau, J..J., 152, 252, 296
376 Pcba, 317 194-195, 205, 244-245, 287, 318, ruido, silencio, 27, 205-206, 347, 350-
pécari, 84 (ver: cerdo salvaje) 327-328, 344-346, 350-351, 360-362, 351, 357, 358-359~ 361, 369-370,
ñame, 104 peces, ver: pescado 379, 382, 393 Y passim 376-381, 389-393
ñandú, ver: ema Peirce, Ch. S., 274 Polyborus plancus. 82 ruidoso, artefacto, 302, 308, 313-314,
Penan, 172-173 n. 7 Porominaré, 165-166 336-338, 839-515, 347, 350-351
Oayana, 178, 371 pene, largo, 37, 165-173, 257 n. 4, Pourouma cecropiaefolia, 226
obiru. 332, 333-334 283 n. 4, 333, 342, 348 prea, 59, 67-68, 225 sabiá (pájaro), 148
oca silvestre, 308 Penelcpe sp., ver: jacú Propercio, 58 saco de carbón (astrcn.) , 111-1l2
ocelote, 71, 75 perezoso, 264 n. 8, 330, 355-357, 361 Propp, V., 97 sacbasandia, 77, 83, 84, 85, 88
Oenocarpus bacaba (palmera), 154 periodicidad, 83, 95·96, 198-202, 239, propulsor, 332 sal, 236 n. 9, 254, 289, 311, 328
n. 3, 291 n. 10 348-351, 386-389, 392 Prosopis sp., ver: algarroba salmón, 383, 386
Ojibwa, 166 perro, 73, 76, 166, 208, 212 Proteo, 335-336 11. 16 saltamontes, 95, 104-108, 116-117,
Okaina, 275 Perseo gratissima, 249-250 Protium heptaphyllum, 140 338, 347, 360
Opistho comus, ver bunia Perseo (constelación), 224 psicoanálisis, 169 sandalia, 277, 302, 311, 341, 342
Opuntia, 84 Perú, 225, 285, 286, 372, 374-375 Psidalia edulis, ver: camapú 383
OrcU,S sp. (palmera). ver: pat¡ pescado, peces, 23, 34-37, 47-48, 81, Pteroneura brosiííensis, ver: nutria sandía, 46-47, 78-86, 220, 389
Orfeo, 336 n. 16 85, 86, 91, 95-99, 102, 104-108, pucarara, 290 sapo, 243, 266, 330,332, 388, 346-
Orión (constelación). 182, 200-202. 115-118, 149-150, 155, 156, 159, Pueblo, 180 n. 1 517
219, 222, 225, 228, 233-234, 250 163-164,166.169,175-176,187-192, puma, 46, 75-76 sapucata (nuez), 100-117
oruga. 71 202, 219·224, 228-229, 235, 236 sariema (pájaro), 100·116
Osa Mayor, 96, 200, 202 n. 9, 238-239, 249, 264-266, 279, Quechua, 101, 285 saúco, 310 n. 4-
oso, 253 283·284, 329, 331-333, 347, 361, queixada, 16, 17-26, 214 (ver: cerdo señal, 272-276
oso hormiguero, 51-54, 101-102, 107. 375-376, 379, 381·383, 389 Y passim salvaje) serpiente, 34-35, 46,54, 74, 104-108,
109-114, 119, 123, 148, 220 n. 2, Phoseolus sp., 85 quemado, 14, 25, 31, 34, 54, 56, 62, 116-117, 143, 171, 177, 181, 185,
264 n. 7, 278, 287, 290 n. io, Phyllomedusa, 147 66, 205, 311, 318, 329, 344-346, 190, 211, 221 n. 3, 224-225, 227,
292-293, 334 Physalis pubescens, ver: camapú 350, 366·367, ~90 y passim 238·239, 253, 254, 277-287, 317,
Ostinops sp., ver: bunia Piápoco, 165 Quetzalcóatl, 319 330-333, 336, 342-351, 372, 374-
Oruké, 267 picante, 18-28, 35-36, 230, 263-264, 375, 376, 381
Oxylrigona, 66 305, 329 rana, 75, 77, 79-81, 125-126, 219, 248, serpiente-calabaza, 372, 374-375
Phiieradius, 353, 354-355, 362 n. 4 264, 279, 287, 326, 332, 347, 357 serpiente de fuego, 165
paca, 1113, 143, 324 Pima,94 ranita, 134, 139-140, 147-148, 337 serpiente-loro, 279-286, 292, 301
paiwarri, 128 (ver: cerveza) pindo (palmera), 59 (ver: cunauarú] significante, significado, 39, 350, 386
pájaro mOSG1, 59-68, 69, 72, SO, 202. Pinon, 227 rata, 76, 94, 143 sinécdoque, 39, 190-192 (ver: meto
236 n. 9, 353-354, 355, 358·3611, piña, 242-244 Rauwolfia bahíensis, 109 n. 7 nimia)
362, 364 Pionus sp., ver: maitáca raya, 256-257 Sirionó, 62, 173 n. 7, 191 n. 4, 255,
pájaros, color de los, 180-]81, ]90. Píptadenio. 50, 56 remo, 375-376 266 n. 10
192, 196·197, 3115-307 piqui, 115-116
434 ÍNDICE ANALÍTICO
íNDICE ANALÍTICO 435
sissuira (miel), 44 Testudo tabulata, ver: tortuga
sistro, 335-337, 371, 373 Thevet, A., 306, 372 Uro.Clp.y., 78 11, 7 219-220,226,227,238-239,355-356
sol, 98, 90-99, 113-114, 122, 166·172, Tibulo, 217 urubtl (buitre carroñero) , 50·52, 9~,
175, 178-192, 225-226, 233, 245, tiempo, 14, 120, 123, 350-351 117·98. 112, 2H2 11. s, 282, 361·362 Wabanaki, 175 n. 9
273-274, 311, 317, 338-339, 344- Tifón, 335 Urubú, 254 wabu, 334-335, 339
345, 348, 350, 361, 367, 374, 378- Tiliácea, 162, 326·327, 361 n. 3 urucú, 19, 22 warens. Madame de, 152
379, 383, 385 timbó (veneno para pescar), 47·49, Vt., 585·~84 Wau-uta, la rana arborícola, 134,
Solanácea, 260 62, 75, 115, 238-239, 289, 333 utel1lil108 ti"e trabajan solos, 174 143-144, 150-152, 155, 161, 176
sonaja, cascabel, 273-276, 313, 374 tinamiforme, 233, 347
11. 8 tinieblas, instrumentos de las, 299, vado, lleno, ver: continente Xylopia, 304
Sosa-no-wo, 316-317 336·351, 352, 357, 370-371, 372, vagina dentada, 167, 195 n. 7, 257
Spondias lutea, ver: ciruelo 375·376, 385-386, 390 n. 4 Yamamadí, 173 n. 7
Stradelli, E_ (discutido), 30 Tláloc, 164 Van Oenucp A., 336-338, 340·341, Yámana,72
suciedad, 172-173, 196-197,202,209, Tlingit, 164, 165, 180 ~87-~H8 Yanaigua, 310
211-213, 235, 257-258, 263, 319- tortuga, 58-68, 76, 191, 193, 241- vegetariano, 30-32, 195, 328 Yaquis, 336
320, 330, 355, 356, 360-362, 381 245, 290, 377 n. 9 vejiga natatoria, 375 Yaruro, 191, 201 n. 10
suicidio, 84 toulouhou, 337-338, 343 veneno, 44, 46-49, 50-53, 55-57, 66, Yokut, 310 n. 4
Surára, 178 Toupan, 372 72-75, 84. 85. 124, 140, 147, 173, yuchan (árbol), 78·86, 96, 162·164,
Suyá, 121 Trigona sp., 43·48, 67 n. 2 (ver: 177, 180-181, 211-212, 230, 238- 326
Symphonia sp., 164 n. 4 abeja) 239, 241, 246. 262, 263·264, 301· Yuki, 310 n. 4
Trigona clouipes, ver: borá 302, 314-315, 332. 333, 360, ~74 Yuracaré, 289 n. 9
tabaco, 13-26, 49-57, 74, 111, 162, Trigona cupira, 45 Y passim (ver: timbó) Yurok, 157, 257 n. 4, 288 n. 6
167, 195, 202-203, 211, 215-216, Trigona duckei, 43 Venus (astron.) . 225, 266, 346, 378
251, 264, 277-278, 307·308, 313- Trigona limiio, 67 n. 2 Vía Láctea, 47, 111-112, 233, 239 zancuda, 202-205, 228, 360-361
314, 326-330, 353-371, 389, 390, Trigona ruiícrus, 48, ID! Vilela, 80 zángano, 71 n. 4, 275, 338, 339
393 Y passim Trigona (Hypotrigona) ceophloei, Viola sp., 15 zapallo, árbol, 311
Tagish, 165 97 n. 1 Virgilio, 14 11. 1, 29, 41, 73 n. 5, zarigüeya, 61, 66·70, 80, 89, 97, 162,
takina, takini (árbol), 366 Trigona (Tetragona) jaty, 60, 97 125, 252, 299, 335 n. 16 173 n. 7, 195, 240-245, 246, 307
tambor, 90, 270-276, 278, 290, 302, n. 1 Virola sp., 366 n. 2, 342
304, 311, 312-314, 320-322, 326, trompa, 270, 304, 324, 337 víscera, hueso, 78, 79-86, 219-222. Zizyphus mistol, 84, 92
337, 384·390, 393 Trumai, 167 262·264, 266 n. 10, 283, 288, 289, zorro, 68-99, 113-114, 122·12~, 132·
Tantalus americanus, 228 Tsimshian, 165 320, 389 133, 1~5·138, 159·161, 162, 172,
tapado, agujereado, 54, 78-81, 92-94, tucán, 303, 305-307, 313 visón, 78 11. 7 173 n. 7, 181, 187, 190 n. s, 207,
109-110,167-168, 179·206,281 n. 3, Tucano, 75, 347 n. 18, 356 Vitácea, 100 230-232, 235, 245, 326, 357, 375,
318-319, 322, 326-327, 332, 342, tucum (palmera), 100, 108, 154 u. vizcacha, 94, 96 389
379 n. 11 3, 346 vómito, 46-47, 50, 74-75, 81-82, 91, Zuñi,311
g~~~I~I~I~le-I~I~ tuiuiú (pájaro), 228 147, 173 n. 7, 179, 203-206, 215,
182-183, 193, 220 n. 2, 241·242, Tunebo, 288 n. 7
246-255, 257 n. 4, 263 n. 5, 266, Tupari, 254
267, 272, 274, 279, 301, 322 n. 9, Tupí, ver: gemelos y passim
333, 336, 342·343, 357, 381, 383 Tupí-Kawahib, 49, 254
tasi, 78, 85, 88 turdiforme, 148
Tawiskaron, 78 n. 7 tururi, corteza de, 303·304, 325 n. 11
Tawkxwax, 78, 80, 91·92 tusca, 85
tayasuidos, 16 (ver: cerdo salvaje) Twana, 157
TaYTa barbara. ver: irára
tea, piedra, 210 Uitoto, 78 n. 7, 275, 3\], 318, 367·
tejedora, 356 368, 372, 374-375, 379 n, \]
Tereno, 62, 211, 263, 278, 301-302, Umotina, Umutina, 24 n. 3, 29, 122
310, 342, 375, 382-384 11. 9, 202, 290 n. 10, 367
terme, termitero, 100-113. 171, 267, Urnutina, ver: Umotina
283, 289, 290, 292-293, 374 ungulado, 76
íNDICE GENERAL
Prefacio 9
PARA AFINAR 11

PRIMERA PARTE

Lo SECO Y LO HÚMEOO . 41

l. Diálogo de la miel y del tabaco 41


n. El Animal árido. 58
III. Historia de la chica loca por la miel, de su vil seductor y de su
tímido esposo 87

~bcl~ro. U
b) En las estepas de Brasil central 99

SEGUNDA PARTE

EL FESTÍN DE LA RANA 125

I. Variaciones 1, 2, 3 127

a) Primera variación 133


b) Segunda variación 138
e) Tercera variación 142
11. Variaciones 4, 5, 6 . 178

d) Cuarta variación . 178


e) Quinta variación. 206
f) Sexta variación . 213
437
438 ÍNDICE GENERAL

TERCERA PARTE

AGOSTO EN CUARESMA • 217

l. La noche estrellada . 219


n. Ruidos en el bosque 246
111. Retorno del desanidador de pájaros 277
Este libro, compuesto por Imprenta
CUARTA PARTE Abóitiz, S. A., Dr. J. Olvera 106, M~·
xico 7. D. F., se acabó de imprimir en
Los INSTRUMENTOS DE LAS TINIEBLAS 299 los talleres de Litoarte, S. de R. L.,
Ferrocarril de Cuernavaca 683. Méxl-
l. El escándalo y el hedor 301 co 17, D. F,; el día 5 de enero de
n. La armonía de las esferas 352 ]972. Se imprimieron 7000 ejempla-
res y en su composición se emplea-
Tabla de los símbolos 396 ron tipos Baskerville de 9: 10,9:9 y 8:9
puntos. La edición estuvo al cuidado
Bibliografía 397 de Juan Almela.
índice de mitos

l. Por número y por tema 419


11. Por tribu . 424

índice analítico 425


índice general. 437

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