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CONTADOR
Publicada el 8 de abril de 2021
Alejandro Melamed
Me recibí de Contador Público en 1988 y durante toda la carrera jamás tuve contacto
con una computadora; entregaba mis trabajos prácticos escritos a máquina. La primera
vez que incorporé una computadora a mi rutina profesional fue en mi primer trabajo, en
la entonces reconocidísima consultora Arthur Andersen —ingresé cuando todavía era
estudiante y estuve allí ocho años—, donde me enseñaron a usar el sistema operativo
DOS y el programa Lotus 1-2-3. Por aquella época no se hablaba de “transformación”,
ni de “digital”, ni siquiera de “tecnología”. Desde ya, no existía ni el e-mail, ni internet
ni la telefonía celular.
En las últimas décadas todo cambió, y ese cambio se produce cada vez a mayor
velocidad. De hecho, la velocidad se ha convertido en la nueva moneda de los negocios.
¿Qué es, en este marco, lo que se proyecta para la Profesión en los próximos años?
Según The Future of Jobs Report 2020, elaborado por el Foro
Económico Mundial, estos son los 10 puestos de trabajo con demanda creciente y
decreciente:
Seamos conscientes del lugar en el que se encuentran las posiciones relacionadas con
contabilidad: en el tercer y cuarto puesto de los empleos con la demanda en baja, solo
por detrás de los empleados de ingreso de datos (data entry) y secretarios
administrativos y ejecutivos.
Recordemos la famosa Ley de Revans: “La supervivencia de un organismo depende de
que su tasa de cambio sea igual o mayor que la del entorno”. ¡Y el entorno cambia a una
velocidad increíble! Como dato alentador, tenemos algunos antecedentes que nos
señalan que los contadores siempre tuvimos una adopción temprana de la tecnología:
Como referencia para armar una hoja de ruta podríamos tomar una investigación
realizada por el American Institute of CPAs —una de las instituciones más grandes a
nivel mundial de representación de la Profesión, con más de 430.000 afiliados y
presencia en 130 países—, titulada “Horizons 2025”.
Como primer punto, el estudio propone que nos mentalicemos para abrazar el futuro en
lugar de rechazarlo y destaca distintos puntos:
• El futuro está aquí: abrazar el futuro ahora garantizará la viabilidad a largo plazo.
• Ser ágiles: adaptar los servicios tradicionales y establecer otros nuevos para
aprovechar el cambio.
• Ser colaborativos: trabajar entre nosotros y con la comunidad global para dar forma y
ejecutar los estándares y servicios que surgirán durante la próxima década.
• Tener visión de futuro: apreciar y evaluar los entornos actuales y futuros, proyectando
en consecuencia.
¿De qué herramientas debemos valernos para hacerlo?
El camino está claro: tenemos que transformarnos y generar las condiciones para que se
empiece a pensar en el Contador como en un “asesor confiable”, que, además de
proporcionar servicios de contabilidad, desarrolla soluciones a problemas complejos
integrando conocimientos, experiencia y recursos de múltiples disciplinas. Eso solo lo
podremos lograr si estamos abiertos al cambio, somos cada vez más ágiles, más
colaborativos y tenemos un pensamiento positivo y propositivo.
El futuro está llegando cada vez más rápido. Fuimos educados en un camino que se ha
convertido en una condición necesaria, pero totalmente insuficiente para los desafíos
que enfrentamos. Depende de cada uno de nosotros cómo nos preparamos y
posicionamos para alfabetizarnos en datos, tecnología e interacción humana para ofrecer
una propuesta de valor cada vez más significativa y que trascienda en el tiempo.