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Océano Atlántico

Historia geológica

Pangea Animación que representa la separación de los continentes hasta la formación del
Atlántico tal y como lo conocemos hoy.

En la antigüedad los continentes estaban unidos en un gran continente llamado Pangea,


cuando los continentes conocidos hoy como África y América comenzaron a dividirse
quedó expuesto un gran vacío que se llenó de agua salina proveniente del Pacífico y
Antártico.

El Atlántico comenzó a formarse hace unos 150 millones de años en la era de Jurásico,
cuando el antiguo supercontinente denominado Pangea se fragmentó, dando lugar a la
formación de grandes mares entre las placas continentales que se alejaban entre sí,
separadas por las dorsales oceánicas.

Finalmente y tras la separación completa de América del antiguo continente quedó formado
un océano de aproximadamente 91 millones de kilómetros cuadrados.

Notas de geografía
Los estrechos más importantes son: el de los Dardanelos, el estrecho de Gibraltar y el
estrecho de Magallanes, en cuanto a los cursos navales artificiales (construidos por el ser
humano) se destacan el canal de Panamá y al canal de Suez. Otros estrechos estratégicos
son el de estrecho de Dover (entre la costa de Francia y la isla de Gran Bretaña), el estrecho
de Florida, el paso Mona (entre la isla de Puerto Rico y la República Dominicana), el
Oresund (entre Dinamarca y Suecia) y el paso Windward.

En cuanto a la conexión más septentrional entre el Atlántico y el Pacífico la misma se da a


través de aguas compartidas con el océano Glaciar Ártico por el paso del Noroeste, este
paso era casi impracticable por las naves hasta fines del siglo XX época en el cual el
calentamiento global debido al ser humano derritió y derrite gran parte de la banquisa de
hielos polar ártica.
Durante la Guerra Fría un amplio sector entre Groenlandia-Islandia-Reino Unido, conocido
como GIUK en el ámbito militar, fue una zona con un gran interés estratégico y de fricción
entre fuerzas aeronavales de la OTAN y de la Unión Soviética.

Terreno

La superficie del mar está cubierta de hielo en el mar de Labrador, y en el estrecho de


Dinamarca, y el mar Báltico de octubre a junio.

Recursos naturales

Yacimientos de petróleo y gas, pesca, mamíferos marinos (focas y ballenas), agregados de


arena y grava, nódulos polimetálicos y piedras preciosas.

Peligros naturales

Los icebergs son comunes en el estrecho de Davis, el de Dinamarca, y el Atlántico noroeste


de febrero a agosto y se han observado alguna vez hasta las Bermudas y las islas Madeira;
los barcos están expuestos a superestructuras de hielo de octubre a mayo; la niebla
persistente puede ser un peligro de mayo a septiembre; hay huracanes de mayo a diciembre.

Temas medioambientales actuales


Véanse también: Contaminación marina y Mancha de basura del Atlántico Norte.

Algunas especies marinas en peligros incluyen los manatís, las focas, leones marinos,
tortugas y ballenas; la pesca de arrastre está provocando la desaparición de los bancos de
peces.

Las aguas residuales que se esparcen desde la costa este de Estados Unidos, el sur de Brasil,
y al este de Argentina; contaminación por hidrocarburos en el mar Caribe, el golfo de
México, Venezuela, el Mediterráneo, y el mar del Norte; hay contaminación industrial en el
Báltico, en el mar del Norte, y en el Mediterráneo.

Características del agua


Vista de una playa de la isla de la Orchilla, en Venezuela.

La salinidad de las aguas superficiales en mar abierto varía de 33 a 37 partes por mil y varía
según la latitud y la estación. Aunque los valores mínimos de salinidad se encuentran justo
en el norte del ecuador, en general los valores más bajos están en las latitudes altas y en las
costas donde los grandes ríos desembocan al océano. La salinidad máxima tiene lugar
aproximadamente a 25° de latitud norte. La salinidad superficial está influenciada por la
evaporación, la precipitación, los flujos fluviales y el deshielo.

Las temperaturas superficiales, que varían con la latitud, los sistemas de corrientes, las
estaciones y reflejan la distribución del flujo solar en función de la latitud, varía desde
menos de 2 a 29 °C. Las máximas temperaturas tienen lugar en el norte del ecuador, y las
mínimas en las regiones polares. A latitudes medias, donde están las máximas variaciones,
los valores pueden variar en 7 u 8 °C.

El Atlántico consiste en cuatro masas de agua principales. Las aguas centrales son el agua
de la superficie. El agua subantártica intermedia se extiende a profundidades de 1000 m. El
agua profunda noratlántica llega a profundidades de hasta 4000 m. El agua antártica ocupa
las cuencas oceánicas a profundidades superiores a 4000 m.

Debido a la fuerza de Coriolis, el agua en el Atlántico Norte circula en el sentido de las


agujas del reloj, mientras que en el Atlántico Sur es al contrario.

Las mareas son semidiurnas, lo que quiere decir que hay dos mareas altas cada 24 horas
lunares. Las mareas son unas olas que en general se mueven de sur a norte. En las latitudes
por encima de 40° norte tienen lugar algunas oscilaciones este-oeste.

Clima

Corrientes termohalinas. El Atlántico es un importante agente regulador de la temperatura, al


enviar calor desde los trópicos a las zonas templadas.
El huracán Isabel desde la Estación Espacial Internacional. Los huracanes son frecuentes en el
Atlántico Central en la temporada de huracanes y son un grave problema en los países ribereños.

El clima del Atlántico y sus tierras adyacentes está influido por las temperaturas de las
aguas superficiales y las corrientes de agua, además de los vientos. Debido a la gran
capacidad de los océanos de retener el calor, los climas marítimos son moderados y sin
variaciones estacionales extremas. La precipitación se puede aproximar de los datos
meteorológicos costeros y la temperatura del aire de la del agua.

Los océanos son la fuente más importante de humedad ambiental (que se obtiene por
evaporación). Las zonas climáticas varían con la latitud; las zonas más cálidas se extienden
a través del Atlántico y al norte del ecuador. Las zonas más frías están en las latitudes altas,
y corresponden a áreas cubiertas de hielo marino.

Las corrientes oceánicas contribuyen al control climático transportando aguas cálidas y


frías a otras regiones. Las tierras adyacentes están afectadas por los vientos que son
enfriados o calentados cuando soplan sobre estas corrientes. La corriente del Golfo, por
ejemplo, calienta la atmósfera de las islas británicas y el noroeste de Europa, y las
corrientes de agua fría provocan la niebla persistente en la costa noreste de Canadá (los
Grandes Bancos) y la zona noroeste de África.

Los ciclones tropicales (huracanes) se forman mar adentro a la costa de África, cerca de
Cabo Verde y se mueven al oeste hacia el mar Caribe; los huracanes pueden aparecer de
mayo a diciembre, pero son más frecuentes de agosto a noviembre. Las tormentas son
comunes en el Atlántico Norte en los inviernos, haciendo las travesías más difíciles y
peligrosas.

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