Componente teórico.

1. ¿Dónde se inicia la filosofía?

2. ¿Qué es y qué narra la mitología griega?
3. Defina los conceptos: Mito, politeísmo, monoteísmo, democracia, logos, raciocinio.
4. ¿Cómo se representa actualmente la democracia?
5. Explique los tres componentes que originan la filosofía.
6. Explique el método socrático.

Componente Crítico

1. Escoja una de las definiciones de filosofía vistas en clase y explíquela.

2. Cuáles fueron los primeros temas abordados por los filósofos, explíquelos.
3. Defina en qué se diferenciaron los filósofos pluralistas de los monistas.
4. En qué se diferencia el pensamiento de Sócrates con el de sus antecesores.
5. Mediante una nota de voz explique el mito de la caverna de Platón.

Componente mixto (lenguaje-filosofia)

Lea el siguiente articulo y responda

El poeta y las fases de la realidad

Lo que primero nos sorprende al estudiar el
tema de la poesía es su ilimitación; parece
increíble que en el siglo XIX se pudiese
hablar de objetos poéticos y no poéticos,
porque para el espíritu contemporáneo todo
es poetizable, por consiguiente todo es
potencialmente poético. El tema de la poesía
es el mundo entero. La realidad total. Desde
este punto de vista la poesía se aparece
como la relación entre dos elementos: uno, el
hombre creador, el poeta, a un lado, y al otro
lado, el resto del universo, sin exclusión
ninguna, el conjunto de todas las realidades
concebibles, puesto que todas ellas son
susceptibles de ser transformadas en poesía.
Admitiendo, pues, que el tema de la poesía
es la realidad que rodea al hombre,
tendremos que hacer notar enseguida que
esta realidad no se presenta al poeta en
bloque, sino que se le ofrece casi siempre en
alguna de sus fases. Mi primera sugerencia,
por así decirlo, se opone a ese concepto
generalmente admitido de que,
esencialmente, el mundo poético no ha
cambiado, y de que el poeta de hoy se
encuentra ante las mismas perspectivas y
tentaciones que el poeta de hace mil o dos
mil años. Creo que esto es enteramente
falso. El hombre, lo mismo el homo sapiens
que el homo faber, operando a lo largo de los
siglos sobre las realidades existentes, ha ido
ensanchando en términos fabulosos la
misma realidad. Así es que los poetas de hoy
se ven rodeados por un mundo cuya riqueza,
complejidad y variantes superan, con mucho,
a cualquier mundo anterior conocido. Si
ustedes me permiten una comparación, yo
diría que el mundo es como un diamante que
a lo largo de los siglos ha venido siendo
convertido por los hombres en un brillante, a
fuerza de trabajar en superficies, creándole
numerosas facetas donde antes había sólo
unos pocos planos. Hoy día la realidad ofrece
al contemplador más fases que antes, y
además cada una de esas fases, a su vez, se
ha cargado de complicación y de problemas.
Entremos ya en el análisis de las fases más
importantes de la realidad para estudiarlas en
su esencia.
La primera es la psicológica. La actividad
interior del hombre fue y será siempre uno de
los principales estímulos para el creador
literario. El amor, antes que nada, el
sentimiento religioso, la duda y la
interrogación ante la vida, el misterio de la
existencia, en suma, todas las acciones y
reacciones de nuestra alma constituyeron y
quiero creer que constituirán siempre la fase
de la realidad más rica para el poeta. Pero,
¿podernos decir que esta fase psicológica de
la realidad no ha cambiado a lo largo del
tiempo? Yo creo que no. Indudablemente los
hombres aman, odian, sufren y aspiran hoy
como lo hicieron siempre. El repertorio de
sus movimientos espirituales no es quizás
mayor; pero cada uno de sus sentimientos se
ha enriquecido a fuerza de ser vivido por
millones y millones de seres humanos. Son
precisamente los poetas del amor y los
héroes del amor los que han contribuido a
que el sentimiento amoroso, siempre
existente, sea hoy mucho más rico en
matices, en horizontes y en profundidades.
La siguiente fase con que el mundo se ofrece
al poeta es la naturaleza, la realidad de las
cosas creadas por Dios en esta tierra en que
vivimos. Esa fase de la realidad es tan
permanente y eterna para el hombre como la
que acabamos de estudiar. La naturaleza es
para el hombre una constante presencia,
rodeado por montañas o llanuras, por árboles
y rocas, o animales variados. Nos
encontramos ahora con la tercera fase de la
realidad y del mundo, por decirlo así, recién
nacida y que todavía no ha sido aceptada
como tema poético por los defensores de los
viejos conceptos de la poesía. Es los que yo
llamaría la realidad manufacturada, el mundo
de lo fabril (manufacturado). Si se pudiera
hacer un catálogo de las cosas fabricadas y
construidas que rodeaban al hombre medio
del siglo XIII, al del siglo XVIII y al del siglo
XX, nos quedaríamos asombrados. Aunque
sólo nos separen de él ciento cincuenta años,
el hombre del siglo XVIII tiene aires de
primitivo comparado con nosotros en lo que
se refiere al uso de instrumentos, máquinas e
invenciones mecánicas.
Además de estas tres “aproximaciones” a la
esencia de la poesía que acabamos de
examinar, hay otra que tuvo considerable
importancia durante muchos siglos y que
acaso en nuestros días está llamada a
resurgir con fuerza incontrastable. Quizá les
sorprenda a ustedes mi afirmación de que el
mayor número de versos escritos por el
hombre no tienen por tema los sentimientos,
alegrías y angustias del alma individual, ni las
glorias, potencias de la naturaleza, ni mucho
menos, claro, la belleza de las máquinas o de
los objetos manufacturados. Y sin embargo,
es verdad. Volvamos la mirada a la
Antigüedad y a la Edad Media y hasta una
gran parte del Renacimiento, y nos
encontraremos con millones y millones de
versos en donde la atención del poeta se
aplica a contarnos las acciones de los
hombres. Es la poesía épica o narrativa, cuyo
hombre épico es el ser humano considerado
en su vértice exterior, a diferencia del hombre
lírico que es el ser humano vuelto hacia sus
adentros. El autor de un poema épico no
concede importancia a lo que su héroe
piensa o piense, y se lanza, desdeñando esa
parte íntima del héroe, sobre sus
consecuencias, sobre sus actos.
Pero para mí, hay una distinción, más
profunda todavía, hay que hacer al referirse a
la poesía épica. Es una poesía en la que el
hombre siempre está pintando, por mucho
que se destaque su figura, en relación con
otros grupos de seres humanos:
descripciones de batallas o de aventuras en
la que actúan ejércitos o se descubren
países. Esto es, en la poesía épica el ser
humano no está tomado como un valor
absoluto, en calidad de individuo solitario;
siempre se le considera en relación con un
buen número de otros seres humanos: es el
hombre como valor social. La poesía épica,
forjada en gran parte sobre lo histórico, es,
como lo histórico mismo, reflejo y producto
de la conciencia y aceptación de una vida
colectiva.
Estas me parecen ser las fases capitales con
que el mundo y la realidad se pueden
presentar al poeta. ¿Qué consecuencias
podríamos sacar de este repaso? Una,
evidente, es el fabuloso aumento de
realidades materiales y espirituales. El poeta
de hoy se encuentra en una situación mucho
más tentadora y, por ende, mucho más difícil
que el poeta de ninguna otra época.
Precisamente por esto, porque hay de tanto
escoger porque son tantas las tentaciones y
los caminos, necesita el poeta afirmar con
más y más claridad su posición, y sobre todo
la conciencia de la posición de la poesía en
el mundo.
Dos peligros saltan a la vista como los más
temibles en mi opinión. El primero es que la
mente poética se deje dominar por ese
imperialismo de la realidad externa. El
segundo peligro consiste en rechazar el
dominio de la realidad externa, ya sea
mediante una concepción intelectualista y
abstracta del universo que el hombre puede
erigir dentro de su cabeza o en la minas de lo
subconsciente. En uno o en otro caso
queriendo el poeta huir de una poesía
reproductiva de la realidad llega a una suerte
de misticismo del intelecto o del instinto
solitario. No, la meta para el poeta está en
encontrar el verdadero mundo poético. A este
mundo poético es posible acercarse por
cualquiera de las fases de la realidad que
hemos analizado. Pero no nos equivoquemos
nunca; el mundo poético verdadero está más
allá de todas ellas, no es el mundo externo
que vemos al abrir los ojos, no es la pura
alma individual del hombre que vemos al
cerrar los ojos. El deber primero del poeta es
afirmar la esencialidad que trasciende todas
las posibles fases de la realidad.
Pedro Salinas
Tomado de Ensayos completos, Vol. 1,
Madrid, Taurus Ediciones S. A., 1993.
1. El texto describe
A. los ciclos que explican el desarrollo de la realidad universal.
B. las etapas que indican la historia del ser humano.
C. los períodos que se organizan los géneros poéticos.
D. las facetas que integran las realidades que abordan los poetas.

2. De acuerdo con el texto, el tema, por excelencia, de la poesía es

A. la realidad total.
B. el hombre mismo.
C. los actos de los hombres.
D. los sentimientos humanos.

3. Una labor práctica que puede asumir la poesía contemporánea para el desarrollo del
conocimiento humano es
A. crear y recrear las realidades, por medio de la construcción de mundos posibles.
B. elaborar sus producciones artísticas retomando solo los grandes temas del pasado.
C. establecer una barrera entre la realidad manufacturada y las otras realidades.
D. componer más poesías sobre la realidad subjetiva, la fabricada y la natural.

4. La expresión “El deber primero del poeta es afirmar la esencialidad que trasciende todas las
posibles fases de la realidad”, indica a los poetas contemporáneos que su función primordial es
A. revelar estéticamente los principios que rigen la existencia del hombre y el devenir de la historia.
B. descubrir una explicación racional que permita entender la relación entre los estados
psicológicos de la vigilia y del sueño.
C. declarar una oposición total a la manera como la ciencia determina o conoce la realidad.
D. poner en paralelo las fases de la realidad natural y de la manufacturada con las propias de
lapsicológica y de la narrativa.

5. El argumento que apoya la idea de que el poeta de hoy se enfrenta a una realidad poética
másamplia es
A. el poeta de hoy ha acumulado más conocimientos sobre aquello que es la poesía.
B. el lenguaje que empleamos hoy le permite al poeta referirse a realidades cotidianas, que en
elpasado no eran objeto de la poesía.
C. la realidad actual está marcada por el desarrollo de la técnica moderna, lo cual ofrece más
temas a la actividad de poetizar.
D. el poeta del mundo contemporáneo está más abierto a la reflexión sobre el pasado.