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Qué es la carga de entrenamiento deportivo

Cuando hablamos de las cargas de entrenamiento nos referimos a los estímulos

que se emplean para mejorar la condición física a través de los ejercicios

físicos. Estos incentivos vienen determinados por el volumen, la intensidad, la

duración, las repeticiones y por la recuperación. También entra dentro de esta

definición el trabajo que se realiza durante el entrenamiento que hagas y que

viene representado por una medida cuantitativa y cualitativa.

Las dos formas de carga de entrenamiento

Dentro de este parámetro encontraremos dos tipos de cargas distintos que ambos

influirán en los resultados y que de una u otra manera aparece en

nuestro entrenamiento.
 La carga externa o física: es la carga que se puede ver a simple vista
y señalan la cantidad y calidad del trabajo realizado que se miden con una
serie de parámetros como puede ser la distancia, el peso y el tiempo, en
definitiva, son datos objetivos que se pueden cotejar.
 La carga interna o fisiológica: son los efectos que producen las cargas
externas en nuestro cuerpo y los sistemas funcionales y que se ven
reflejadas en la frecuencia cardiaca o en la frecuencia cardiaca reserva,
entre otros.
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Los elementos que interfieren en la carga de entrenamiento deportivo

- Intensidad: este es un aspecto cualitativo, es decir, se puede medir mediante el

número de repeticiones, la velocidad a la que se ejecute el ejercicio,

la complejidad que tenga este y el descanso que hagas entre cada repetición.


Dentro de esta podemos encontrar dos tipos:
1. Intensidad absoluta: cuando se explota la intensidad máxima que la
persona puede soportar, en este caso sería el 100%.
2. Intensidad relativa: será el porcentaje al que queramos trabajar. Si ya has
hecho una serie a la máxima intensidad y ves que no vas a poder soportar
el ritmo pues la rebajas al 80%, por ejemplo.

Este aspecto es uno de los más importantes e influyentes en nuestro

entrenamiento por eso es esencial que ante todo nos dejemos guiar por lo que

nuestro cuerpo nos dice y también midiendo nuestras pulsaciones, la potencia o

los ritmos de carreras, entre otros, para saber y orientarnos en el tema de la

intensidad.

- Volumen: es la cantidad total de ejercicio o actividad que realizamos durante la

sesión deportiva. Dentro de la élite se da en primera instancia un volumen

planificado, que es el plan de trabajo que has planificado para un periodo

determinado y posteriormente se da el volumen absoluto que es en realidad lo

que realmente has hecho ya que hay elementos que te pueden influir a la hora de

practicar deporte como puede ser una lesión o ponerte enfermo por lo que no

podrás entrenar.

El volumen se mide a través del tiempo empleado, la distancia recorrida o el

número de series repeticiones o peso que levantes en los entrenamientos.

- Orientación de la carga: con esto nos referimos al grado de incidencia que un

ejercicio tiene sobre nuestro cuerpo. Cuando es selectiva se refiere a que lo hace

sobre una cualidad física en específico y cuando es compleja es que lo hace


influyendo en varias capacidades físicas como pueden ser la fuerza, flexibilidad,

resistencia o velocidad.

- Complejidad de la carga: es la dificultad que supondrá un ejercicio pudiendo ser

simple, el nivel de exigencia en nuestro organismo es mínimo, o complejo, la

ejecución supone más esfuerzo a la hora de coordinarlo.

- Densidad: es el resultado de la ecuación entre el trabajo y el descanso. Por

mucho ejercicio que hagas si no estableces los periodos necesarios para

descansar no vas a avanzar más ni tener mejores resultados.

- Duración: como su propio nombre indica es el tiempo que dura la actividad

física. Dependiendo de la intensidad o la carga que le metas harás un tiempo u

otro. En definitiva, todos los factores que hemos expuesto anteriormente influirán

en este.

Calculando y planificando la carga de entrenamientos deportivos harás que los

resultados y el rendimiento se vean mejorados.

De forma simplificada, podemos entender el entrenamiento como un proceso en el


que el deportista es sometido a estímulos conocidos y planificados (cargas) que
provocan en él/ella una fatiga controlada que, tras los suficientes y adecuados
procesos de recuperación, conllevan una mejora del rendimiento deportivo
específico para cada disciplina deportiva (Figura 1) (García et al., 1996).
Pero hay que tener muy en cuenta que el concepto "más es mejor" no es el criterio
a seguir para un entrenamiento eficaz. Si la carga de entrenamiento sobrepasa el
nivel de rendimiento individual y agota las reservas de adaptación del organismo,
el resultado será negativo. Y al revés, si la carga no tiene suficiente entidad,
tampoco producirá la reacción de adaptación buscada y por tanto no habrá
progreso (Vélez, 2007) (Figura 2).

La carga de entrenamiento se explica como la cantidad de efectos que tiene el


esfuerzo realizado sobre el estado funcional del deportista(Zintl, 1991). Estas
cargas, o mejor dicho, sus efectos, provocan cambios a nivel celular que están
relacionados con la síntesis de proteínas estructurales y con el aumento de las
enzimas que catalizan las vías metabólicas más importantes (Viru & Viru, 2003).
De estas definiciones se desprende una tercera, más integradora, que considera
que la carga que soportan los jugadores, ya sea en un entrenamiento o durante
una competición, es el “conjunto de exigencias psicológicas y biológicas (carga
interna o real) provocadas por las actividades de entrenamiento [o competición]
(carga externa o propuesta)”(González-Badillo & Ribas, 2002) (Figura 3).

Los efectos de la carga externa dependerán de los componentes de la misma:


naturaleza, magnitud, orientación y organización (Figura 4)(Navarro, 2003).
A continuación presentamos las definiciones de cada componente recogidas por
Navarro (2003).

La naturaleza de la carga implica lo que se va a trabajar. Viene determinada por el


nivel de especificidad y el potencial de entrenamiento (Verkhoshansky & Siff,
2000). El nivel de especificidad indica la mayor o menor similitud del ejercicio con
la manifestación propia del gesto durante la competición. En función del nivel de
especificidad de la carga, la carga de entrenamiento se ha clasificado
tradicionalmente como carga general o carga específica (encontramos también
propuestas con subniveles). El potencial de entrenamiento es la forma en que la
carga estimula la condición del deportista, y ésta se reduce con el incremento de la
capacidad de rendimiento, por lo que es necesario variar los ejercicios y/o su
intensidad para seguir progresando.
La magnitud de la carga es el aspecto cuantitativo del estímulo utilizado en el
entrenamiento y está determinada por el volumen, la intensidad, la duración, la
frecuencia y la densidad del entrenamiento exigidos al deportistas(Verkhoshansky
& Siff, 2000). El volumen de la carga es la medida cuantitativa de las cargas de
entrenamiento de diferente orientación funcional que se desarrollan en una unidad
o ciclo de entrenamiento. Puede ser global, cuando se cuantifica el volumen de
todas las cargas de diferente orientación funcional, o parcial, si el volumen de la
carga se refiere a un determinado tipo de entrenamiento con una orientación
funcional determinada. La intensidad de la carga se entiende como el aspecto
cualitativo de la carga, llevada a cabo en un período determinado de
tiempo (Bompa, 2003).De este modo, a mayor trabajo realizado por unidad de
tiempo, mayor será la intensidad. La duración de la carga es el período de
influencia de un solo estímulo, o un período más largo en el que se trabaja con
cargas de una misma orientación(Verkhoshansky & Siff, 2000).
La orientación de la carga está definida por la calidad o capacidad que es
potenciada (en el plano físico, técnico, táctico, o psicológico) y por la fuente
energética solicitada de forma predominante. Esta orientación puede clasificarse
en: selectiva y compleja. La carga es selectiva cuando incide en una determinada
capacidad y, en concordancia, en un determinado sistema funcional. Una carga
es compleja cuando se solicitan diferentes capacidades y diferentes sistemas
funcionales. En este caso, es importante tener en cuenta las alternativas de
combinación de las cargas de diferente orientación en un orden tal que se
produzca interacción positiva entre ellas.
La organización de la carga consiste en la sistematización de la carga en un
periodo de tiempo dado para conseguir un efecto acumulado positivo de las
cargas de diferente orientación. Se deben atender dos aspectos: la distribución de
las cargas en el tiempo y la interconexión de las cargas(Verkhoshansky & Siff,
2000). La distribución de las cargas en el tiempo es la forma en que se colocan las
diferentes cargas en una sesión, día, microciclo, mesociclo o macrociclo. Si las
cargas se distribuyen con una única orientación funcional, los medios de
entrenamiento se pueden repartir uniformemente en el ciclo (cargas
regulares  o  diluidas), o concentrarse en fases definidas del ciclo (cargas
concentradas). La interconexión de las cargas indica la relación que las cargas de
diferente orientación tienen entre sí. Una combinación racional
(simultánea o secuencial) de las cargas de diferente orientación asegura la
obtención del efecto acumulativo de entrenamiento.

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