Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La marea de la vanguardia
Una sociedad en constante flujo
Experimentos en composición
tipográfica y escritura en Francia.
La posición de Francia en el contexto de las experiencias de vanguardia se distin-
guía por la ausencia de la virulencia y fervor revolucionario que caracterizaban a
muchas de las aproximaciones a la gráfica y la tipografía en otros países. Aún así,
la vanguardia parisina, aunque estaba privada del influjo que los futuristas ha-
bían ejercido en Rusia y Gran Bretaña era, de todas maneras, el teatro para dife-
rentes experimentos en composición tipográfica y tipografía. Tan pronto como en
1913, Guillaume Apollinaire y Sonia Delaunay le otorgaron nuevas dimensiones
visuales y expresivas a la palabra y el texto. En 1916, en un momento en el cual el
Dadá de Zurich se hallaba a pleno, Pierre Albert-Birot también se embarcaba en
una reconsideración de la composición tipográfica.
Entre aquellos que integraban componentes gráficos en su producción litera-
ria muchos eran pintores, o tenían algún interés en la práctica artística. Respecto
a esto, la introducción del objeto impreso y la composición tipográfica al cubismo
constituyó, probablemente, una importante fuente de atracción y una influencia
determinante. Pierre Albert-Birot difundió estas investigaciones cubistas, repro-
duciéndolas en su revista Sic (“Sonidos, ideas, colores, formas”). Apollinaire ce-
lebró entusiasmado este hecho (había conocido a Picasso mucho antes, en 1904),
haciendo notar que “Picasso y Braque incluyen en sus trabajos composiciones
tipográficas de carteles de tiendas y otro tipo de piezas escritas porque, en una
ciudad moderna, las inscripciones, los carteles de las tiendas y la publicidad jue-
gan un rol artístico de muchas importancia.”
Otros pintores demostraron también un gran interés en la composición tipo-
gráfica. Sonia Delaunay y Fernand Léger, por ejemplo, incorporarían rápidamen-
te palabras o fragmentos de texto en sus composiciones visuales.
Como era común en ese entonces, los escritores dejaron en claro su preocupa-
ción acerca de la tipografía interviniendo la composición tipográfica de sus pro-
pios textos. Apollinaire comenzó su investigación sobre los “poèmes figurés” en
1913, o poco antes. Este grupo de poemas se publicó en 1918, en una colección
Continuación y reconstrucción
en la vanguardia
Hacia el fin de la Primera Guerra Mundial, varios países europeos se encontra-
ban en una situación crítica. La moral de la población estaba baja, la economía de
rodillas, y crecía la protesta social. Pronto se acomodaron los nuevos regímenes
políticos. A nivel artístico y cultural, las vanguardias de las dos primeras déca-
das del siglo XX continuaron desafiando las primeras tendencias en un abierto y
desafiante frenesí de innovaciones osadas, sorprendentes y/o subversivas. Este
período de actividad vanguardista fue continuado por corrientes que aspiraban
a participar en la reconstrucción (en los frentes social, político, económico y cul-
tual) o a someter a la sociedad a un escrutinio crítico.
Los acontecimientos turbulentos de fines de 1910 llevaron a artistas y diseña-
dores a orientar sus esfuerzos hacia el desarrollo de una nueva y mejor sociedad.
En el período de posguerra, todo un sector de la vanguardia estaba abocado a la
reconstrucción, alejándose lo más posible tanto del extremismo futurista como
de la burla Dadá. El tema candente era cómo revivir el ambiente malogrado y
mejorar la vida cotidiana.
Finalmente, esta nueva orientación, motivada por los efectos de la guerra y las
crisis resultantes, adoptó la maquinaria y las técnicas industriales, y los artistas
plásticos y visualizadores comenzaron a ocuparse de temas como utilidad, fun-
ción, claridad, efectividad, y comunicación. Preocupados por la situación socio-
política, algunos descartaron completamente los ideales del “arte por el arte” y
se dedicaron a hacer un arte útil. Cada vez más, los artistas e intelectuales, en
general muy politizados, tiraban los ideales llamados “burgueses” a la basura.
Esta reconfiguración de la práctica artística valorizó el componente social
del arte, tal como la forme utile (forma útil) y el funcionalismo. En arquitectura,
así como en otras ramas de las artes decorativas y aplicadas, el funcionalismo
salió a la luz alrededor de 1920. La famosa frase de Louis Sullivan formulada
en 1896 –“la forma (…) sigue a la función”- fue seguida a rajatabla en el perío-
do entreguerras. En la búsqueda de soluciones contemporáneas comprometidas
Aún antes del fin de la Primera Guerra Mundial la contribución rusa al revival de
la vanguardia había sido excepcional. Bajo el ala de la Revolución Rusa, los pre-
cursores del Constructivismo abrevaron en el Suprematismo. Desde 1917 hasta
fines de 1920, la tendencia incursionó en diversas artes visuales, especialmente
en las artes aplicadas. Vladimir Tatlin y Alexander Rodchenko estuvieron entre
Gráfica y tipografía
Muy escasos de materiales, los artistas rusos no siempre podían alcanzar sus
objetivos. Sus creaciones tridimensionales no eran seguidas en forma inexorable
por la producción industrial, todo lo contrario. Muchos de los proyectos para
diarios y kioscos de venta de libros, por ejemplo, quedaban solo en modelos.
Por otro lado, las artes gráficas y la expresión visual pasó por fenomenales de-
sarrollos. Al servicio del nuevo Estado Comunista Bolchevique, proliferaron los
medios, constituyendo un arma ideal de propaganda para la ideología reinante
en la lucha por conquistar los corazones y las mentes. Dentro de este marco, hacia
1920, la gráfica, la tipografía, y la fotografía provocaron algunos cambios espec-
taculares a nivel formal. Si el Cubismo, el Futurismo, y el Dadaísmo ya habían
sacudido el mundo del arte, el Constructivismo a su vez marcó el comienzo de un
vocabulario y una gramática capaces de combinarse en composiciones altamente
innovadoras, fuertemente inspiradas en el rigor y contundencia del Suprema-
tismo. La paleta de Alexander Rodchenko y El Lissitsky, por ejemplo, combina
frecuentemente el rojo y el negro (en el pasado característicos tanto de los manus-
critos antiguos como de los incunables), garantizando impacto y contraste.
Entre los diversos soportes involucrados, el cartel fue uno de los predomi-
nantes, y había dado grandes pasos hacia mediados de la década de 1920 y en
los años siguientes. En 1924 se organizó una exposición en Moscú llamada “Seis
años de Carteles”. Además del uso del color, una serie de iniciativas llevaron a
una revolución en la práctica visual que, en el cartel, combinaba la introducción
de la fotografía, un gran uso de la geometría y de las yuxtaposiciones diagona-
les y dinámicas, y la exploración de diversos procesos de montaje. Muchos car-
teles eran producidos para promocionar las publicaciones estatales, incluyendo
películas y libros (con slogans tales como “los libros apuntalan la construcción
del socialismo”). Rodchenko, los hermanos Georgii y Vladimir Stenberg, Varvara
Stepanova, y Vladimir Mayakovsky eran especialmente activos en estos campos.
Los hermanos Stenberg crearon un proceso propio, frecuentemente basando sus
diseños en fotografías o fotogramas proyectados sobre una pared utilizando un
aparato desarrollado específicamente para tal fin. La propaganda para las indus-
trias del estado también estaban en pleno desarrollo. Los tirajes de un cartel po-
dían llegar a veinte mil.
Numerosos materiales visuales exploraron el poder del fotomontaje, mientras
que otros se inclinaban por el dibujo -como las “Ventanas Rosta”, una serie de
ilustraciones creadas específicamente para atraer a los analfabetos. La agencia
Rosta, un cuerpo estatal con la responsabilidad de comunicar los eventos en cur-
La vanguardia holandesa
El movimiento De Stijl
La Nueva Tipografía
Representativa de la dirección tomada por la gráfica en el período de entre-gue-
rras, la “Nueva Tipografía”, surge aproximadamente en 1920. Esquivando las
aplicaciones gráficas sus ideas fueron clarificadas, detalladas, teorizadas, presen-
tadas e ilustradas en una gran cantidad de publicaciones (x ej.: ensayos, artícu-
los, libros y ediciones especiales de periódicos). Tschichold, Schwitters, Moholy
Nagy y El Lissitzky se encontraban entre los que intentaban articular la Nueva
Tipografía y sus variaciones. Jan Tschichold vocero oficial y autor de varios tra-
bajos sobre el tema publicó un trabajo llamado la Nueva Tipografía (Die neue
Typographie) en 1928. Si bien el título del mismo es muchas veces considerado
como el puntapié inicial que dió origen a la expresión “Nueva Tipografía” ( y
dicho trabajo posiblemente promulgó una mayor aceptación del término dentro
del campo), 5 años antes, en 1923, László Moholy-Nagy escribió un ensayo con
el mismo título (“Die neue Tipographie”) presente en el libro Staaliches Bauhaus
Weimar. En él, Moholy-Nagy, defiende la idea de que “la tipografía es un ele-
mento de comunicación y, como tal, debe ser lo más clara y efectiva como sea
posible”. Sin embargo esas premisas funcionalistas no hicieron que él adopte una
posición dogmática, lejos de eso, dice: “La meta y la naturaleza misma de cual-
quier material impreso supone la mayor libertad en la composición de sus líneas
- no sólo de las líneas horizontales - así como la elección tipográfica, sus variables
de peso, formas geométricas, colores, etc. La flexibilidad, variedad y vida útil de
los materiales para la composición impuso en nosotros un nuevo lenguaje tipo-
gráfico que debería ser sólo fiel a la expresión deseada y al efecto producido”.
El surgimiento de una nueva tipografía que quería ser racional, funcional y
equilibrada se afirmó en Europa central en algún momento de 1923. La “Revo-
lución Tipográfica” futurista estaba, de alguna manera, continuando su camino,
pero ahora re encaminado con una nueva premisa de funcionalidad. Poco a poco
la Nueva Tipografía fue adquiriendo las siguientes características: asimetría en
la composición, uso de la fotografía, uso dinámico de la diagonal, presencia de
elementos geométricos básicos, búsqueda de contraste, jerarquización de las va-
riables y pesos tipográficos, uso de colores primarios, ausencia de elementos de-
Jan Tschichold nació en 1902 en Leipzig y murió en 1974. Heredó desde muy jo-
ven un gusto por la caligrafía a través de su padre, un letrista y cartelista, y con
tan sólo 12 años, realizó una extensa y muy informativa visita a la Feria Mun-
dial del Libro en Leipzig, donde adquirió conocimientos que se quedarían con
él desde ese momento en adelante. Su educación le permitió beneficiarse de dar
clase en varias escuelas; aprendió caligrafía y lettering, y descubrió una pasión
por el diseño de libros. En la escuela en Grimma descubrió trabajos realizados
por eximios calígrafos como Rudolf von Larish y Edward Johnston, para luego
continuar sus estudios en la Academia de Arte Gráfico y a partir de la tradición
de la edición del libro impreso en Leipzig consolidó su conocimiento sobre la
cultura escrita, en particular realizó un meticuloso estudio sobre la caligrafía ita-
liana renacentista. Su período de entrenamiento lo llevó a inscribirse en la Aca-
demia de Arte Gráfico en Dresden. Es en este punto donde su especialización
y perfeccionado entrenamiento hicieron de él una figura sólida en el diseño de
La Bauhaus,
entre la artesanía
y la industria
Dado el dinamismo de Alemania en la creación (tipo)gráfica de los años 20, la
Bauhaus debería de ser considerada sólo como un fenómeno entre muchos otros.
La escuela fue uno de los muchos movimientos de la época que poseía preocu-
paciones internas acerca del diseño gráfico. Su característica particular fue reu-
nir una gran cantidad de excelentes profesores en una única institución. Esto
también puede hacernos preguntar acerca de la interacción entre las disciplinas
artísticas, transmitiendo abiertamente los conocimientos vanguardistas a una
generación joven para combinar la producción, la publicación y la pedagogía,
fomentando la convergencia de personalidades y enfoques individuales además
de visiones colectivas. Staaliches Bauhaus Abrió sus puertas en 1919 durante un
período de convulsión sociopolítica que supo ver la renuncia del emperador y la
proclamación de la República de Weimar. Esto, de cualquier forma, no evitó el
desarrollo progresivo de los programas educativos de la escuela. La Bauhaus re-
sultó en la fusión de dos escuelas de arte de Weimar (la escuela de Artes Visuales
y la escuela técnica, previamente dirigida por Henry Van de Velde y transforma-
da en un hospital militar durante la guerra) por lo tanto su base se fundó sobre
sólidos cimientos.
Ante la recomendación de Van de Velde, Walter Gropious fué nombrado di-
rector. Hijo y sobrino de arquitectos, se convirtió en asistente de Peter Behrens y
disfrutó de una pequeña fama gracias a trabajos como la fábrica FAGUS en Al-
feld (data de 1910). La apertura de la Bauhaus fué proclamada por un manifiesto
fundante publicado en la prensa el cual definía a la escuela como “la cátedral
del socialismo” (el gobierno de la región, Thuringen era entonces socialista). La
catedral personificaba e imponía un modelo colectivo candente en la época en el
que muchas otras prácticas artísticas se basaron. Estos utópicos ideales eran otra
muestra de la búsqueda para una síntesis de las artes basada en los conceptos de
László Moholy- Nagy (nacido en 1895) parece haber sido el primero de los pro-
fesores de la Bauhaus en embarcarse en un enfoque conjunto del diseño gráfico
y tipográfico que surge de las prácticas vanguardistas. Participó activamente en
las publicaciones de la escuela, del diseño, por ejemplo, el libro (1923), en el cual
publicó su texto “La Nueva Tipografía”. En él, anunció que “la intervención de
la fotografía en el cartel trae consigo […] un cambio notable. Para ser instantá-
neamente efectivo, el cartel debe tomar en cuenta todos los elementos […] las dos
nuevas posibilidades para el cartel son: 1) la fotografía, la cual a partir de ahora
nos ofrece los recursos narrativos más llamativos y amplios, 2) un marcado con-
traste con la tipografía que reúne una serie incalculable de variaciones posibles
para una combinación asombrosa de leyendas”.
Lázló Moholy-Nagy, Herbert Bayer, y Joost Schmidt fueron los tres profesores
principales de la Bauhaus en el campo de la comunicación visual (para el diseño
de letras, Mies van der Rohe, el último director de la escuela, recurrió al pintor
Hanns Taddäus hoyer, el sucesor de Schmidt). Cada uno de ellos, de acuerdo
con sus convicciones, desarrolló su propio enfoque personal, sin embargo, los
tres se encuentran entre los partidarios de una tipografía radicalmente nueva,
tal como se estaba formando en esa época tanto en Alemania como en algunos
países vecinos. Desde el comienzo de la década de 1920, esta corriente emergente
se benefició de la fertilización cruzada entre el Constructivismo y De Stijl. Unos
años más tarde, consolidando estas direcciones recientes, la Nueva Tipografía
fue formulada, haciendo concreto el anhelo de síntesis, de simplificación, y de la
incorporación de la tipografía en una comprensión lateral de las artes.
Si bien una proporción substancial del diseño gráfico de la Bauhaus se expre-
sa en un repertorio de formas identificables, esto no puede hacerse extensiva a
toda la producción del establecimiento. Deseosos de “evitar toda rigidez”, figu-
ras destacadas de la escuela estaban desde el principio en contra de cualquier
noción de “estilo”. En cambio, las creaciones (tipo) gráficas de la escuela revelan
una gran diversidad. Esto lo demuestra, por ejemplo, un anuncio de litografía
de Karl-Peter Röhl para la inauguración de la escuela marzo de 1919; los inicios
Expresionistas de la escuela; obra impresa de Lyonel Feininger; ciertas piezas del
taller de encuadernación; el calendario diseñado con un cepillo por Lothar Schre-
yer para el período de seis meses que cubre el invierno 1921-22; las letras para
varios poemas visuales; una serie de composiciones por Johannes Itten; ciertos
dominios experimentales (basados en collages, montajes, distorsionando y su-
perponiendo papel prensa y fotografía); las “deformes” letras tridimensionales
de Joost Schmidt; el uso original de la máquina de escribir para motivos textiles;
y las líneas de investigación afines en torno a la fototipografía. Desde un punto
de vista pedagógico, e incluyendo tipografía y gráfica, una de las contribuciones
fundamentales de la Bauhaus reside en la introducción de un curso fundamental
(experimentación con materiales, texturas y colores, y el foco en los componentes
elementales) que podría extenderse a lo largo de líneas similares. Otro aspecto
significativo fue el enfoque multidisciplinario de la escuela, cuyo objetivo era
adaptarse a los modernos medios industriales de producción e introducir formas
artísticas creadas en los modelos de la vida cotidiana.
Como fue el caso en otros lugares, y como las vanguardias de 1910 habían demos-
trado, periódicos y otras publicaciones alentaban los movimientos progresistas de
la República de Weimar activa y constantemente. Las exposiciones también juga-
ron un papel en la mediación con el público. Es más, las asociaciones y los grupos
forjados entre diseñadores gráficos permitieron prácticas convergentes o comple-
mentarias que ganaron en coherencia. La Werkbund, fundada en 1907, continúo
sus actividades hasta el comienzo de los años 1930; como asociación, proporcio-
nó un punto de referencia para los artistas, escultores y creadores de todo tipo
dispuestos a reconsiderar sus actividades con respecto a las nuevas realidades
socio-económicas. Fundada en Berlín en 1919, el Bund deutscher Gebrauchsgraphiker
(Unión de Diseñadores Gráficos Alemanes) se estableció como una confederación
Cassandre
Charles Loupot
Otro importante diseñador gráfico que dejó un legado significativo fue Charles
Loupot, quien históricamente pareció haber sido opacado por la figura de Cassan-
dre y quizás también porque nunca enseñó ni dejó sus ideas por escrito. (Su obra
es ahora conocida por una monografía editada en Francia en 1998), A pesar de que
la colaboración con Cassandre en Alliance Graphique L.C. no fue del todo prove-
chosa para Loupot, Cassandre siempre lo reconoció como su principal colega.
Loupot se estableció en Paris en 1923, el año en que Cassandre comenzó a ser
reconocido como un importante artista del afiche. En la década de 1910, asistió
a la emergencia del afiche moderno en Suiza, donde vivió algún tiempo. Es que
durante su juventud fue un gran viajero, vivió en varios países- España, Suiza y
otros- absorbiendo culturas diferentes. En 1913 inició sus estudios de pintura y
dibujo en la Ecole de Beaux Arts de Lyon. Después de haber luchado en la Pri-
mera Guerra, regresó a Lausanne donde se perfecciono en el arte de la litografía.
El primer afiche que mostró sus dotes de artista gráfico y marcó el inicio de su
carrera lo realizó en 1916 para una tienda departamental ( siguiendo el ejemplo
de Cassandre para Au Bucheron). Fiel a las características de la publicidad de fines
del siglo XIX, atribuyó un papel central a la figura femenina y más raramente a
los hombres y niños. Aparentemente en sus años de formación, Loupot trabaja-
ba directamente para el impresor con escaso contacto con el cliente. Los diseños
realizados en Suiza fueron trabajos de transición que se ubican entre el afiche
heredado del siglo XIX y una gráfica nueva, más estilizada y personal. Lo más
atractivo de su carrera fueron las piezas diseñadas en Paris entre 1923 y 1950.
Como sus pares Cassandre y Loupot, Jean Carlu fue una activa figura en el rena-
cimiento del afiche en los años 20. También estudiante de Bellas Artes, manifestó
hacia 1918 su interés por el diseño gráfico, actividad que inició en el dominio de
la publicidad y la ilustración bajo la influencia del Cubismo y el trabajo de Leo-
netto Capiello. En sus comienzos, como casi todos sus pares, dibujaba y pintaba
sus afiches, pero hacia fines de los años 20, buscó nuevas formas y materiales
para sus publicidades: creó carteleras urbanas donde incorporó elementos metá-
licos en relieve (Discos 0déon) y signos lumínicos de neón (Cocina eléctrica, 1935).
Carlu, al igual que otros, que opinaban que los mensajes debían aumentar su
densidad y causar un impacto extraordinario, afirmó- probablemente inspirado
en las ideas de Albert Gleizes- que el “ afiche no se satisface solamente con atraer
el ojo del transeúnte. Debe impactarlo de modo tal que nunca lo olvide […] el
afiche debe ser una composición cerrada, que transmita ritmo solamente a través
de un sistema geométrico simple”.
Como pacifista comprometido con los valores humanos y sociales, Fundó en
Paris en 1932 la Oficina de Propaganda Gráfica para la Paz, que produjo un cierto
número de afiches a favor de acuerdos de paz y contra el armamentismo. El afiche
de 1932 “Por el desarme de las Naciones” es uno de sus trabajos más conocidos.
Como Cassandre, dio cursos de diseño gráfico en la Ecole Nationale des Arts
Décoratifs en Paris entre 1935 y 1937, cuando se consagró a la curaduría del pabe-
llón de publicidad de la Exposición Internacional de 1937. Tiempo después, tam-
bién al igual que Cassandre, viajó a EE.UU. donde organizó el Pabellón Francés
en la Exposición Internacional de New York en 1939. Permaneció en esa ciudad
hasta 1953 y si bien Carlu es un referente del diseño en Francia, su trabajo fue
mucho más apreciado en Norteamérica. Durante la II Guerra, produjo uno de
los mas conocidos afiches para la Oficina de Información de Guerra: America` s
answer! Production. De regreso a Francia en 1953, trabajó otros veinte años como
diseñador grafico en publicidad y como director de arte.
Otra de las figuras mayores del afiche en Francia entre 1920 y fines de 1930 fue
Paul Colin y quizás haya sido el mas productivo de todos ellos. Su repertorio gra-
fico y pictórico es similar al de sus contemporáneos y sus afiches se consagraron
a la danza, los espectáculos de variedades, obras teatrales, ballets, cine, un elenco
de temas lejano a los artículos de consumo o los productos industriales.
El afiche de La Revue Nègre de 1925, lo consagró como “afichista”. Influen-
ciado por el Cubismo, como la mayoría de su generación, la imagen tiene un
papel central en sus composiciones mientras que el texto tiene un lugar menos
preponderante, ubicado usualmente una banda alargada en uno de los bordes
del afiche. ///