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INTRODUCCIÓN

El amor es un sentimiento intenso del ser humano hacia otra persona que nos

atrae y partiendo de su insuficiencia necesita y busca el encuentro y unión con

otro ser. Este empieza con un estado emocional de alegría y felicidad que

sentimos cuando nos sentimos atraídos por otra persona a la que idealizamos y

le atribuimos una serie de cualidades que son cosas magnificadas. Este proceso

denominamos “enamoramiento”. El proceso de enamoramiento suele comenzar

con una atracción física inicial hacia otra persona. Se caracteriza principalmente

por: Idealización del Individuo, pensamientos frecuentes e incontrolados del

individuo que interfiere en la actividad normal del sujeto, pérdida de

concentración. Nerviosismo, aceleración cardíaca, ruborizacion ante la persona

deseada, atribución de cualidades positivas a la persona, entre otras. Durar ante

la adolescencia, es más frecuente que en la adultez, que confundamos un

enamoramiento con amor. Entonces nosotros tenemos que ser dos unidades

para armar una pareja. Dos personas únicas, yo no necesito de otro, yo lo que

puedo hacer es compartir mi vida con otro, pero no necesito de otro para que me

ponga el combustible que a mí me falta, porque si a mí me falta combustible

tengo que ir a resolverlo solito a un psicólogo, a un psiquiatra, pero lo tengo que

resolver solo, porque todos somos seres únicos, irremplazables, y libres, pero

somos enteros.”

Se ha dicho que el amor es la inclinación del alma hacia un objeto o persona. No

podríamos hablar del alma si no se sabe con certeza que el alma existe, así que

tendremos que asemejar el alma con algo que si sabemos con certeza.

Científicamente, la mente se ubica en nuestro cerebro, así que si tenemos una

afirmación exacta sería bueno analizar la mente y como el amor influye en ella.
Nuestra mente está dividida en varias partes psicológicas: el razonamiento,

nuestra personalidad, la memoria y los sentimientos. Digamos que con el

razonamiento podemos realizar operaciones matemáticas (y mucho más) y la

memoria guarda siempre los números (y mucho más). Nuestra personalidad

define los gustos que tenemos y a su vez los sentimientos que tomamos frente a

determinados gustos. Cada gusto que se guarda en nuestra memoria y es

procesado por nuestra personalidad despierta un sentimiento.

Todo esto está fijado gracias a la estructura de nuestro cerebro y con el paso del

tiempo van cambiando. Nosotros no podemos elegir una razón lógica por la cual

nos gustan las cosas. No podemos decir porque nos gusta bailar, mirar una

película, leer, etc. Nosotros cuando vemos a una mujer y decimos "ella me gusta"

no tenemos ni la más pálida idea de porque me gusta, pero cuando se tratan de

afirmaciones del porque "me gusta" lo único que podemos decir es "la estructura

de mi cerebro reacciona frente a situaciones de una determinada manera".

Nietzsche afirma que lo que recibimos son señales que son interpretadas por

nuestro cerebro. La combinación de dichas señales produce un sentimiento o una

reacción en nuestro razonamiento o en la personalidad, y es ahí que sale el

amor.
Neurociencia del Enamoramiento

Existe gran cantidad de científicos que comparan los síntomas del

enamoramiento con los del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), ya que en

ambos casos los procesos bioquímicos del organismo son similares. Esta

afirmación fue comprobada en un estudio realizado por la psiquiatra Donatella

Marazitti, de la Universidad de Pisa (en Italia), quien encontró que la

serotonina, que es un neurotransmisor encargado de regular el deseo sexual,

mantener la vigilia, modulador de la ansiedad y la agresividad, presenta niveles

muy bajos en la fase más intensa del enamoramiento, y esto explicaría las

reacciones ansiosas y agresivas del enamorado.

Se da el caso que cuando una persona se enamora su cerebro libera

feniletilamina, sustancia encargada de aumentar la energía física y la lucidez

mental. Cuando sobreviene una desilusión, los niveles de feniletilamina

disminuyen considerablemente dando lugar a la tristeza y depresión.

Cuando el ser humano llega a la adolescencia, el enamoramiento tiene

características muy particulares, causadas por los cambios biológicos y

psicosociales que suceden en esta etapa de la vida. Por un lado, en la

pubertad se dan cambios hormonales, activación de la lívido y por el otro lado,

la búsqueda y construcción de la identidad propia, el deseo de autonomía,

aceptación y sentido de pertenencia.

El enamoramiento provoca diversas reacciones, tales como: suspiros,

distracción, estados de contemplación, sensación de flotar, tartamudeos,

manos sudorosas, falta de apetito, pérdida del sueño, a más de las conocidas

mariposas en el estómago. Lo único importante en ese instante es saber que


se es correspondido y el tiempo que falta para ver a la pareja.

El amor no está en el estómago, sino en el cerebro.

Es en el cerebro donde radica el amor, pues segrega endorfinas (analgésicos

naturales) capaces de producir una sensación de tranquilidad, bienestar y

alegría.

También produce oxitocina, químico relacionado con el amor, asociado al

deseo, orgasmos y ganas de estar cerca de la persona amada.

La sonrisa permanente que aparece en el rostro, es debido a una reacción

tipo “coctel” de sustancias químicas segregadas por el cerebro cuando el

individuo se encuentra en estado de enamoramiento. La sudoración,

generalmente en las manos, es una forma como la excitación o estrés se

liberan del cuerpo, debido a la cercanía del ser amado.

La circulación de dopamina, norepinefrina (noradrenalina) en la sangre,

generan placer y la sensación de estar inspirados en todo momento.

Los suspiros constantes, más que por amor, es una respuesta corporal, pues

están oxigenando mejor debido a la excelente circulación sanguínea

(Montero. 2011).

Estudios de neuroimagen se resultados que llevaron a la siguiente fórmula: “a

mayor enamoramiento, mayor actividad del núcleo caudal”. Se comprobó

también, que los enamorados, al acariciarse o besarse, desencadenan las

mismas reacciones que provoca el chocolate en ciertas áreas del cerebro que

son activadas (Montero. 2011).


Quienes sienten el enamoramiento desean fundirse entre sí, ser uno mismo,

hacen común lo vivido, pasan mucho tiempo juntos, cuentan su vida, sus

experiencias al otro, como una necesidad, pues desea que el ser amado vea

las cosas desde su perspectiva o punto de vista; de esta manera rehacen el

pasado, desaparecen los viejos amores y el actual parece ser el más

importante, el único y el último.

Es el corazón del individuo enamorado quien responde ante la presencia de su

amado(a) con emociones positivas como entusiasmo, erotismo, jovialidad

(estados de desorganización). La ausencia del ser amado provoca desaires,

efectos negativos como ansiedad, angustia, melancolía, ira que pueden llegar a

ser enfermizas (Alberoni. 1993).

Existen padres que tienen miedo que sus adolescentes se enamoren, debido a

las inseguridades paternales, sin mencionar las del adolescente; piensan que

los hijos van a descuidar los estudios, truncarán sus proyectos de vida, van a

tener relaciones sexuales prematuras e irresponsables que provocarían

embarazos no deseados. Se presenta la sobreprotección, y, a pesar de ello, no

tocan el tema porque los padres tienen una idea equivocada de que, hablando

del enamoramiento con sus hijos, van a provocarles curiosidad o la búsqueda

del amor.

La mejor manera de evitar las conductas de alto riesgo en adolescentes es

dialogando con ellos sobre temas importantes para su desarrollo, tales como

sexo, la pareja, enamoramiento, los valores, los principios, drogas, la violencia.

¿Pero, cuál sería la reacción de los padres, si sus hijos les contaran todo? Por
lo general los adultos ponen una barrera en la comunicación sobre ciertos

temas tildándolos de tabú o prohibidos; esto resulta muy negativo.

En los adolescentes que se encuentran enamorados, se suscitan situaciones

muy comunes, entre las que tenemos:

Si se trata de una adolescente cuyos padres no aceptan esta

circunstancia, porque su hijo sigue siendo “el angelito asexual”, su

alternativa es amenazarlo, maltrato físico o emocional, amenazas y el

resultado es la ocultación de información de adolescente, porque se

siente mal y corre riesgos innecesarios como citas a escondidas, fugarse,

o llevar a cabo otro tipo actitudes riesgosas.

Para los padres que aceptan que el adolescente se enamore, pero no

permiten que la pareja vaya a su casa, se valen de la frase “de la puerta

hacia fuera, nada más”, pierden la oportunidad de conocer a la persona

con quien sale su hijo(a).

Cuando el adolescente no tiene pareja, porque puede causar

preocupación a sus padres, sobre todo si se trata de un varón, puede

causar suspicacias sobre su preferencia sexual. Tener o no pareja es una

decisión personal, libre y que todos la deben respetar.

Frente a la situación del enamoramiento, para el adolescente, ésta debe

constituir en una experiencia que lo ayude a crecer como persona y le enseñe

a compartir sentimientos, momentos, ideales y proyectos con alguien que no es


de su familia, lo cual le ayudará en el futuro a elegir una pareja estable. El

enamoramiento no debe afectar sus actividades, sino más bien, debería evitar

una relación que lo haga dependiente de ella o de la pareja al demandar tiempo

exagerado o alejarlo de su familia y amigos.

Una relación basada en la dominación resulta perjudicial y no permite el

desarrollo personal (Camacho, et al. 2008).

Álvarez, manifiesta que el adolescente enamorado, debe atender a cinco

componentes importantes en el proceso del amor, y, debe comprenderlos; esto

significa que la construcción (por parte de los padres) en el sentido de la

autoestima debe ser facilitada y adecuada para permitirle estar con la pareja

indicada.

Estos cinco componentes son:

1. Conocimiento, que debe iniciar desde los primeros meses de vida;

consiste en darse cuenta de lo que sucede al alrededor, y lo que sucede

dentro de nosotros. De este modo, se van conociendo, poco a poco,

habilidades, destrezas, cualidades y necesidades, desde las más básicas

(alimento, vestido), hasta las más complejas (recreación, instrucción,

educación);

2. Comprensión, que implica entender lo que ocurre dentro de él y a su

alrededor, en el entorno que le rodea. En la medida en que se entienda lo

que pasa, se relaciona mejor con el mundo exterior y con el mundo


interior, lo que logrará en el futuro un individuo más completo;

3. Aceptación, es admitir, reconocer lo que somos y nuestra forma de ser

individual, particular, personal e inclusive social, lo cual nos permite tomar

decisiones muy importantes;

4. Respeto, que es lo que lleva a expresar sentimientos, emociones, sin

darse cuenta de sufrir culpas. El auto respeto permite la búsqueda de

aquello que o haga sentirse orgulloso, satisfecho y en paz; y,

5. Amor, es la consecuencia lógica de todo este proceso, el amor a sí

mismo; como seres humanos importantes y valiosos que todos somos.

Este amor surgirá de manera espontánea y desembocará en una

autoestima vigorosa y sólida (Sotero, 2008).

CONCLUSIÓN

El enamoramiento es un "mal necesario", inevitable y solamente mediante él se

construye la posibilidad de seguir existiendo, de fijarse ideales, metas y

objetivos para alcanzarlas en pareja. Es una experiencia que parecería llevar a

la locura, pero aquel que no se enamora también puede enloquecer en la

soledad y el aislamiento. Es tan natural el enamorarse, que personas que

dicen nunca haberse enamorado, viven en una profunda tristeza y amargura.

Es una de las tantas razones para enamorarse y para vivir enamorados.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Libros:

Alberoni, F. (1993). Enamoramiento y amor. Barcelona – Madrid. Editorial

Gedisa.

Álvarez, C. (1998). Obesidad y Autoestima. México – México. Editorial

McGraw-Hill.

Orlandini, A. (1998). El enamoramiento y el mal de amores. México – México.

Fondo de Cultura Económica.

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