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Características

Esta plaga es importante porque los síntomas aparecen sólo en frutos y su naturaleza
depende de la edad en que el fruto es infectado. En frutos menores de un mes, se
produce deformación seguido de necrosis general, pudiendo afectar las semillas. Los
frutos infectados a la edad de 1 a 3 meses, pueden mostrar algunas deformaciones y
manchas largas, necróticas de color marrón oscuro con bordes irregulares, las cuales
crecen rápidamente y pueden cubrir la superficie del fruto parcial o totalmente; los
frutos más grandes muestran maduración prematura parcial o total. La necrosis se
disemina internamente al endocarpio y placenta.  Después de los 3 meses, los frutos
pueden no mostrar síntomas externos o sólo necrosis limitada, generalmente hundida,
rodeada por áreas de maduración prematura. La mayor parte de la superficie necrótica
se cubre de un grueso pseudoestroma del hongo, que al principio es de color blanco y
luego se torna en crema bronceada y finalmente marrón claro (VUCE, 2015).

Los frutos infectados permanecen unidos a las ramas y gradualmente reducen su tamaño
y se secan, momificándose y cubriéndose parcialmente con los restos del
pseudoestroma.

Requerimientos para el desarrollo


Moniliophthora roreri es un hongo hemibiotrófico (forman inicialmente una asociación
con células vivas y más tarde con tejido muerto), el proceso de infección empieza
cuando las conidias o esporas reproductivas del hongo llegan a la superficie de las
mazorcas. Allí por condiciones de alta humedad y temperatura germinan y penetran la
mazorca, ocasionando daños internos en las primeras etapas de la enfermedad (Amores,
2016).

Los periodos de lluvia favorecen la germinación y multiplicación de las esporas, se


acorta el ciclo de la enfermedad y el ataque del hongo es más agresivo. Por tal motivo,
en los sitios más húmedos se presenta mayor ataque por monilia y por esta razón se
debe realizar un control más estricto en éstos. La temperatura por encima de los 24
grados centígrados, es un factor ambiental que favorece la multiplicación y severidad
del hongo, especialmente en plantaciones con un manejo inadecuado. También existen
otros factores que influyen en el comportamiento de la moniliasis, como: la
susceptibilidad del material genético sembrado y la edad avanzada de las plantaciones,
lo cual disminuye los mecanismos naturales de defensa del árbol (Amores, 2016).
El ciclo de vida comienza en la época seca, encontrándose la mayor cantidad de esporas
disponibles en el ambiente, a 1 metro de altura en las plantas de cacao. No obstante,
para que inicie la infección es indispensable la liberación de conidias que se produce
cuando la humedad relativa es inferior al 80% y las esporas se propagan por el viento,
ya que las esporas solo germinan con el aporte de una película de agua, incrementando
su germinación cerca de los 24°C, esto tiene lugar entre 6 y 8 horas (Bastidas, 2017).

La hifa infectiva del hongo penetra la epidermis del fruto, desde la cual se propaga inter
e intracelularmente a los tejidos sub epidermales y el exocarpo. La penetración del
hongo ocurre directamente a través de las estomas, creciendo entre las células del
córtex, produciendo conidias dentro y en la superficie de los frutos. La infección
continúa a los tejidos centrales, e inicia el desarrollo de la necrosis de adentro hacia
afuera debido al largo periodo de incubación del patógeno, aproximadamente de 60 ± 10
días. Dependiendo de la susceptibilidad del cacao el período de incubación se acorta a
tres semanas (Bastidas, 2017).

Ilustración. Ciclo de vida de Moniliophthora roreri


Síntomas, signos y daños

La enfermedad ataca solamente los frutos del cacao y se considera que constituye uno
de los factores limitantes de mayor importancia en la producción del cultivo (Barros,
2000).

Unos de los primeros síntomas externos de la enfermedad es que se forma mancha de


color chocolate donde todos los granos y tejidos ya están afectados (Barros, 2016).
 Primer síntoma: Puntos claros o grasientos en la mazorca

Los puntos grasientos son difíciles de ver, pero si se hace una buena revisión de la
mazorca, pueden observarse en las mazorcas de color verde, los puntos son de color
amarillo. En los frutos de color rojo, los puntos son de color anaranjado para comprobar
que la mazorca está infestada pelamos apenas la cáscara con el machete donde se
observe el lugar claro y si se notan puntitos café el hongo ya entró al fruto. En muchas
ocasiones ya hay pudrición de las semillas (Barros, 2016).

 Segundo síntoma: Abultamientos, Gibas o chichotes

Los abultamientos o gibas se presentan en los dos primeros meses de edad del fruto, que
es el estado de pepinillo de la mazorca, y aparecen a causa de la entrada del hongo en el
fruto. Cuando las mazorcas con giba o chichote se dejan en el suelo el desarrollo de la
enfermedad se detiene y no se producen esporas (Barros, 2016).

 Tercer síntoma: Madurez Prematura

La madurez prematura es un síntoma engañoso, ya que, al observar una mazorca, se


puede creer que ha madurado, pero al abrirla, se encuentra que las semillas están
podridas. Los frutos con este síntoma son más pesados que las mazorcas maduras sanas
(Barros, 2016).

 Cuarto síntoma: Mancha café brillante o color chocolate

Las manchas café chocolate, crecen de forma irregular hasta cubrir totalmente la
mazorca. Al avanzar la mancha, el fruto se pone más pesado y comienza a secarse. Las
mazorcas dejadas en el suelo en el estado de mancha chocolate llegan a producir esporas
o semillas que pueden infectar otros frutos hasta por 20 días (Barros, 2016).

 Quinto síntoma: Polvo Blanco y Cremoso (esporas o semillas)

El último síntoma en un fruto atacado por la Monilia, es la aparición sobre la


mancha chocolate, de un polvo blanquecino que luego se vuelve cremoso. Esto aparece
6 o 10 días después de las manchas chocolate y es muy peligroso, ya que este polvo son
las esporas o semillas del hongo, que pueden infectar otros frutos o plantaciones sanas.
Las mazorcas dejadas en el suelo con polvo blanco pueden infectar a otras mazorcas y
plantaciones sanas durante 30 días (Barros, 2016).
Ilustración. Gibas que causan deformación en frutos jóvenes de cacao, síntoma típico
del ataque de Moniliasis.

Ilustración. Secuencia de síntomas y signos presentes en frutos de cacao infectados


con Moniliophthora roreri. Izquierda: mancha café y madurez prematura como
síntomas típicos de la Moniliasis en fruto a mitad de su desarrollo. Derecha: fruto con
micelio y esporas como signos de la enfermedad, que contribuyen a la propagación de la
Moniliasis a otros frutos sanos.
Ilustración. Puntos “aceitosos” y madurez prematura en fruto adulto causada por daño
de la enfermedad.

La pudrición de las almendras hasta dejarlas completamente inservibles es el daño


principal que causa la Moniliasis. Aquí, frutos con almendras completamente
inservibles que fueron inoculados artificialmente con el hongo a los dos meses de edad
aproximadamente (Barros, 2016).

PROPUESTA DE PLAN DE MANEJO INTEGRADO


ESTRATEGIAS DE CONTROL

Control biológico

Uno de los enfoques más exitosos del manejo integrado de enfermedades


(Moniliophthora roreri) sin químicos es el control biológico, considerado valioso en los
programas de manejo integrado de plagas y enfermedades. (Jiménez, 2009).

Este manejo consiste en los siguientes puntos:

a. Reducción de inóculo, clasificado como un combate biológico del inóculo. Este


combate consiste en controlar la población del patógeno.
b. Reducción de la infección en el fruto, clasificado como protección biológica de
la epidermis del fruto. Este tipo de combate tiene el objetivo de colonizar el
fruto con el microorganismo a utilizar como control, para interferir con las
actividades del patógeno.
c. Reducción de la severidad en el fruto por parte del patógeno, caracterizado como
combate por inducción de resistencia. La metodología está relacionada con la
estrategia de control del hospedante.

Se recomienda utilizar hongos antagónicos tales como: Trichodermas harzianum,


Trichoderma viride y Trichoderma asperellum. Estos hongos se multiplican a nivel de
esporas y se mantienen en diversos sustratos (Murrieta, 2003).

Estos hongos se producen en laboratorios certificados y se comercializan en diferentes


presentaciones.

 Dosis de aplicación
La dosis a aplicar puede ser entre 1.5 a 3.0 kg/ha, dependiendo de los niveles de
incidencia y severidad de la enfermedad. Se recomienda aplicar cada 10 dias, tres
aplicaciones por campaña (la campaña dura 6 meses aproximadamente) (Murrieta,
2003).

 Procedimiento de preparación del Trichoderma para la aplicación

Medir y calibrar el pH de 200 litros de agua que se empleara en la mezcla, el agua


debe estar entre 5.5 y 6.5 pH. En caso tuviese un pH mayor a 7, echar el jugo de 2
limones; si el pH es menor a 5.5, echar sosa caustica (4 a 5 gramos por cilindro de
200 litros de agua) (Murrieta, 2003).

En el cilindro de 200 litros, echar 300 ml de aceite agrícola de baja concentración,


para la dosis de 1.5 kg/ha (la proporción será de 100 ml por cada 0.5 kg de
producto).

Control genético

Control por resistencia aún no se disponen de variedades con un importante nivel de


resistencia genética, aunque claramente existen genotipos con aceptada resistencia a
Moniliasis, que deben constituir un esquema de mejoramiento para explorar la
transferencia de ciertas características importantes para el control de la enfermedad.

En otros estudios se ha observado que algunos cultivares escapan a la infección al


producir su cosecha en periodos desfavorables para la enfermedad (Cortes, 2003).

Control mecánico

Consiste en la cosecha oportuna de los frutos maduros y la remoción de todos los frutos
atacados, los cuales deben ser dejados donde cayeron; así se evita la dispersión del
hongo (Cortes, 2003).

a. Eliminar los frutos afectados, dos veces por semana en los meses de cosecha.

b. Debe revisar cada árbol, para detectar frutos posiblemente afectados. Esta labor
permite evitar que el hongo tenga tiempo de formar estructuras reproductivas
(conidios) que son las “semillas” que afectaran otros frutos sanos del mismo
árbol o arboles vecinos.
c. En caso de que se tenga mazorcas con micelio (polvillo blanco) es conveniente
no mover mucho las mazorcas del lugar, pues esto aumenta la dispersión de las
esporas. Se recomienda hacer este trabajo en las primeras horas de la mañana
que hay poco viento.

Control cultural

(Podas, remoción de frutos y otros) La incidencia de la moniliasis se favorece por la


aplicación inadecuada de prácticas de cultivo. Es necesaria la ejecución oportuna de
labores que favorecen un microclima cambiante a la plantación, lo que impide la
proliferación de fuentes de inóculo (Cortes, 2003).

En resumen, el control se basa en la creación de un ambiente favorable al cacao y


desfavorable a la vez al patógeno, permitiendo una menor pérdida de frutos, pero en
convivencia con la enfermedad (Cortes, 2003).

Entre las prácticas de cultivo que conducen a una modificación del ambiente,
tornándolo inapropiado para el desarrollo de la enfermedad, se destacan las siguientes:

a. Podas suaves y frecuentes, que ayuden a mantener los troncos y ramas


principales libres de brotes, chupones o hijos y de ramillas perjudiciales. Esto
contribuye a una buena cosecha y a conservar el ambiente seco y fresco.

b. Regulación del sombrío permanente, así se obtiene una apropiada entrada de


luz en la plantación y una buena cantidad de aire en circulación, favoreciendo un
rápido escape del vapor de agua. Además, es indispensable regular el sombrío
para un mejor aprovechamiento de los fertilizantes.

c. Adecuado sistema de drenaje, para evitar el encharcamiento del agua de las


lluvias y reducir la alta humedad relativa dentro del ambiente de la plantación.

d. Deshierbas frecuentes y oportunas, para facilitar la libre circulación del aire y


hacer que el ambiente se mantenga más seco, evitando la condensación del rocío
durante las noches.

e. Remover dos veces por semana en los meses de lluvia los frutos afectados por
la moniliasis que se encuentren en la plantación. Debe revisarse cada árbol en
conjunto para detectar frutos posiblemente infectados. Esta labor tiene como
finalidad evitar que el hongo tenga tiempo de formar las estructuras
reproductivas (conidios), que son las "semillas" que afectarán otros frutos sanos
del mismo árbol o de árboles vecinos. Los frutos enfermos por la moniliasis que
se corten o remuevan de los árboles, deben dejarse donde cayeron. Recogerlos y
movilizarlos fuera de la plantación incrementa los costos de mano de obra y la
experiencia ha mostrado que no son una fuente importante de inóculo, para
nuevas infecciones, en plantaciones donde ya se ha establecido plenamente la
enfermedad.

Control químico

El combate de la moniliasis del cacao por medio de fungicidas es una práctica poco
efectiva y sobre todo poco económica, por lo cual no es una práctica indispensable para
poder convivir con la enfermedad. Para que se justifique el uso de los fungicidas contra
la moniliasis se requieren varias condiciones básicas en la plantación, entre ellas:

a. Que sean plantaciones de regular a buena producción (más de 15 quintales por


manzana).

b. Que la mayor cantidad de frutos se encuentre concentrada en el tronco y ramas


bajas del árbol, de modo que se pueda asegurar una buena cobertura de los
frutos, dado que las aplicaciones deben ser dirigidas a éstos.

c. Que las plantaciones tengan ritmos de floración y fructificación muy bien


definidos, de modo que sea posible proteger la mayor parte de la producción con
pocas aplicaciones en los períodos de máxima susceptibilidad (de floración una
vez considerado lo anterior, se recomienda realizar seis (6) aplicaciones, una
cada 14 días, empezando cuando los frutos tengan 15 días de edad. Las
atomizaciones deben ser efectuadas directamente sobre el fruto hasta tres meses
de edad del fruto).

En caso de justificarse el uso de fungicidas, puede utilizarse uno a base de cobre, un


hidróxido como el Kocide- 77 ó Kocide-2000, o un óxido de cobre como el Cobre
Sandoz, mezclado a razón de 5 a 6 gramos de producto comercial por litro de agua.
También pueden utilizarse fungicidas como el Bravo-500, Branadil o Daconil, Phyton
(orgánico), que en pruebas tanto en Costa Rica como en Honduras han dado resultados
aceptables como complemento a las prácticas culturales (Murrieta, 2003).

Impacto Económico
Puede provocar pérdidas que oscilan entre un 16 y 80 % de la producción. La severidad
del ataque de la Monilia varía según la zona y época del año, de acuerdo con las
condiciones del clima; aparentemente las temperaturas altas son más favorables para la
diseminación de la Moniliasis (Barros, 2016).

El ataque de la enfermedad es con frecuencia tan severo que se considera que la


enfermedad constituye uno de los factores limitantes de mayor importancia en la
producción del cacao (Barros, 2016).

En el Ecuador las pérdidas expresadas desde 1916 que apareció esta enfermedad han
sido muy elevadas, para comparar sus producciones en los años que apareció la
moniliasis en nuestro país, Campollo (1984) cita unos datos de 1916 donde se produjo
65.000 libras de cacao seco, en 1917 se obtuvieron 71.000 libras, y en 1918 empieza a
decrecer a 22 500 libras de cacao seco, en 1919 solo se produjeron 3.600 libras, y para
1919 ya se abandonó el cultivo para sustituir por el cultivo de banano (Barros, 2016).

Su efecto dañino en la producción es, por lo tanto, comparable al de la Mazorca negra.


En nuestro país la moniliasis sola o combinada con escoba de bruja pueden causar
pérdidas desde el 60 % al 100 % en la producción (Ramírez, 2016).

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