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Esta plaga es importante porque los síntomas aparecen sólo en frutos y su naturaleza
depende de la edad en que el fruto es infectado. En frutos menores de un mes, se
produce deformación seguido de necrosis general, pudiendo afectar las semillas. Los
frutos infectados a la edad de 1 a 3 meses, pueden mostrar algunas deformaciones y
manchas largas, necróticas de color marrón oscuro con bordes irregulares, las cuales
crecen rápidamente y pueden cubrir la superficie del fruto parcial o totalmente; los
frutos más grandes muestran maduración prematura parcial o total. La necrosis se
disemina internamente al endocarpio y placenta. Después de los 3 meses, los frutos
pueden no mostrar síntomas externos o sólo necrosis limitada, generalmente hundida,
rodeada por áreas de maduración prematura. La mayor parte de la superficie necrótica
se cubre de un grueso pseudoestroma del hongo, que al principio es de color blanco y
luego se torna en crema bronceada y finalmente marrón claro (VUCE, 2015).
Los frutos infectados permanecen unidos a las ramas y gradualmente reducen su tamaño
y se secan, momificándose y cubriéndose parcialmente con los restos del
pseudoestroma.
La hifa infectiva del hongo penetra la epidermis del fruto, desde la cual se propaga inter
e intracelularmente a los tejidos sub epidermales y el exocarpo. La penetración del
hongo ocurre directamente a través de las estomas, creciendo entre las células del
córtex, produciendo conidias dentro y en la superficie de los frutos. La infección
continúa a los tejidos centrales, e inicia el desarrollo de la necrosis de adentro hacia
afuera debido al largo periodo de incubación del patógeno, aproximadamente de 60 ± 10
días. Dependiendo de la susceptibilidad del cacao el período de incubación se acorta a
tres semanas (Bastidas, 2017).
La enfermedad ataca solamente los frutos del cacao y se considera que constituye uno
de los factores limitantes de mayor importancia en la producción del cultivo (Barros,
2000).
Los puntos grasientos son difíciles de ver, pero si se hace una buena revisión de la
mazorca, pueden observarse en las mazorcas de color verde, los puntos son de color
amarillo. En los frutos de color rojo, los puntos son de color anaranjado para comprobar
que la mazorca está infestada pelamos apenas la cáscara con el machete donde se
observe el lugar claro y si se notan puntitos café el hongo ya entró al fruto. En muchas
ocasiones ya hay pudrición de las semillas (Barros, 2016).
Los abultamientos o gibas se presentan en los dos primeros meses de edad del fruto, que
es el estado de pepinillo de la mazorca, y aparecen a causa de la entrada del hongo en el
fruto. Cuando las mazorcas con giba o chichote se dejan en el suelo el desarrollo de la
enfermedad se detiene y no se producen esporas (Barros, 2016).
Las manchas café chocolate, crecen de forma irregular hasta cubrir totalmente la
mazorca. Al avanzar la mancha, el fruto se pone más pesado y comienza a secarse. Las
mazorcas dejadas en el suelo en el estado de mancha chocolate llegan a producir esporas
o semillas que pueden infectar otros frutos hasta por 20 días (Barros, 2016).
Control biológico
Dosis de aplicación
La dosis a aplicar puede ser entre 1.5 a 3.0 kg/ha, dependiendo de los niveles de
incidencia y severidad de la enfermedad. Se recomienda aplicar cada 10 dias, tres
aplicaciones por campaña (la campaña dura 6 meses aproximadamente) (Murrieta,
2003).
Control genético
Control mecánico
Consiste en la cosecha oportuna de los frutos maduros y la remoción de todos los frutos
atacados, los cuales deben ser dejados donde cayeron; así se evita la dispersión del
hongo (Cortes, 2003).
a. Eliminar los frutos afectados, dos veces por semana en los meses de cosecha.
b. Debe revisar cada árbol, para detectar frutos posiblemente afectados. Esta labor
permite evitar que el hongo tenga tiempo de formar estructuras reproductivas
(conidios) que son las “semillas” que afectaran otros frutos sanos del mismo
árbol o arboles vecinos.
c. En caso de que se tenga mazorcas con micelio (polvillo blanco) es conveniente
no mover mucho las mazorcas del lugar, pues esto aumenta la dispersión de las
esporas. Se recomienda hacer este trabajo en las primeras horas de la mañana
que hay poco viento.
Control cultural
Entre las prácticas de cultivo que conducen a una modificación del ambiente,
tornándolo inapropiado para el desarrollo de la enfermedad, se destacan las siguientes:
e. Remover dos veces por semana en los meses de lluvia los frutos afectados por
la moniliasis que se encuentren en la plantación. Debe revisarse cada árbol en
conjunto para detectar frutos posiblemente infectados. Esta labor tiene como
finalidad evitar que el hongo tenga tiempo de formar las estructuras
reproductivas (conidios), que son las "semillas" que afectarán otros frutos sanos
del mismo árbol o de árboles vecinos. Los frutos enfermos por la moniliasis que
se corten o remuevan de los árboles, deben dejarse donde cayeron. Recogerlos y
movilizarlos fuera de la plantación incrementa los costos de mano de obra y la
experiencia ha mostrado que no son una fuente importante de inóculo, para
nuevas infecciones, en plantaciones donde ya se ha establecido plenamente la
enfermedad.
Control químico
El combate de la moniliasis del cacao por medio de fungicidas es una práctica poco
efectiva y sobre todo poco económica, por lo cual no es una práctica indispensable para
poder convivir con la enfermedad. Para que se justifique el uso de los fungicidas contra
la moniliasis se requieren varias condiciones básicas en la plantación, entre ellas:
Impacto Económico
Puede provocar pérdidas que oscilan entre un 16 y 80 % de la producción. La severidad
del ataque de la Monilia varía según la zona y época del año, de acuerdo con las
condiciones del clima; aparentemente las temperaturas altas son más favorables para la
diseminación de la Moniliasis (Barros, 2016).
En el Ecuador las pérdidas expresadas desde 1916 que apareció esta enfermedad han
sido muy elevadas, para comparar sus producciones en los años que apareció la
moniliasis en nuestro país, Campollo (1984) cita unos datos de 1916 donde se produjo
65.000 libras de cacao seco, en 1917 se obtuvieron 71.000 libras, y en 1918 empieza a
decrecer a 22 500 libras de cacao seco, en 1919 solo se produjeron 3.600 libras, y para
1919 ya se abandonó el cultivo para sustituir por el cultivo de banano (Barros, 2016).