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Bogotá, octubre de 2021

Magistrados y magistradas
Tribunal para la Paz
Jurisdicción Especial para la Paz

Ana Manuela Ochoa, Presidenta, Zoraida Anyul Chalela, Vicepresidenta, Juan Ramón
Martínez, Roberto Carlos Vidal, Camilo Andrés Suárez
Sección de Reconocimiento de Verdad y de Responsabilidad de los Hechos y
Conductas

Alejandro Ramelli Arteaga, Presidente, Gustavo Adolfo Salazar, Vicepresidente, Reinere


Jaramillo Chaverra, María Del Pilar Valencia, Raúl Eduardo Sánchez
Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad y de Responsabilidad de los
Hechos y Conductas

Gloria Amparo Rodríguez, Presidenta, Adolfo Murillo Granados, Vicepresidente, Jesús


Ángel Bobadilla, Ana Caterina Heyck, Claudia López Díaz
Sección de Revisión de Sentencias

Danilo Rojas Betancourth, Presidente, Rodolfo Arango, Vicepresidente, Eduardo


Cifuentes Muñoz, Sandra Rocío Gamboa, Patricia Linares Prieto
Sección de Apelación

Asunto: conformación de terna de aspirantes a la


dirección de la Unidad Especial de Investigación de
la Fiscalía General de la Nación.

Reciban un cordial saludo.

El principal riesgo para el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la


Construcción de una Paz Estable y Duradera es la situación de seguridad de sus
signatarios, de los defensores y defensoras de Derechos Humanos y de las personas que
contribuyen a su implementación, especialmente, las comunidades rurales en los
territorios. Así se planteó en las discusiones previas que dieron como resultado este

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Acuerdo, y así lo ha manifestado la Jurisdicción y la Misión de Verificación de Naciones
Unidas en Colombia, en sus informes al Secretario General 1 y al Consejo de Seguridad.

Los hechos de violencia permanentes: homicidios, amenazas, desplazamientos,


hostigamientos, desapariciones y estigmatización, entre otros, afectan
transversalmente los puntos acordados en La Habana, al tiempo que representan un
obstáculo para la materialización de los derechos de las víctimas y una fractura a las
garantías de no repetición, mandato constitucional del Sistema Integral de Verdad,
Justicia, Reparación y No Repetición.

Actualmente se presenta un reto inmenso que demanda de la Jurisdicción el


mayor compromiso, la conformación de la terna de aspirantes a la dirección de la
Unidad Especial de Investigación para el desmantelamiento de las organizaciones y
conductas criminales, de conformidad con lo acordado en el punto 3.4.4.

Esta decisión es de importancia trascendental ya que la persona que sea electa


orientará los procesos de investigación criminal, esclarecimiento y desarticulación de
grupos que hoy generan daño en los territorios y crímenes contra el Acuerdo de Paz.
Será la encargada de materializar los derechos a la verdad, justicia y no repetición de
las familias, parejas, hijos e hijas de quienes han sufrido hechos de violencia.

El próximo director o directora deberá velar por el cumplimiento pleno del


mandato de la Unidad, no solo debe concentrarse en la investigación de los hechos que
pongan en riesgo la vida y la integridad de los excombatientes, también en la
persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación del Acuerdo
y la construcción de la paz. Todas estas, acciones tan urgentes y necesarias para el país,
que ha experimentado un retroceso en materia de seguridad, entre otras razones, por
las omisiones gubernamentales en la implementación de planes, acciones y políticas
públicas contenidos en el Acuerdo Final.

Antecedentes

1El Informe del Secretario General que abarca el período comprendido entre el 26 de septiembre y el 28
de diciembre de 2020, publicado el 29 de diciembre de ese año, expresó: 9. La principal amenaza para la
implementación del Acuerdo Final sigue siendo la persistencia de la violencia contra los miles de
hombres y mujeres que dejaron las armas voluntariamente y de buena fe y siguen comprometidos con la
paz, contra las comunidades que han sufrido violencia durante décadas y contra los líderes sociales y los
defensores y las defensoras de los derechos humanos que trabajan en su nombre.

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La idea de una Unidad Especial de Investigación surgió de extensas y analizadas
jornadas de trabajo adelantadas durante los Diálogos de La Habana, Cuba, entre las
delegaciones de negociación de las antiguas FARC-EP y del gobierno nacional en la Mesa
de conversaciones. En dicho sentido, el Acuerdo sobre garantías de seguridad y lucha
contra las organizaciones y conductas criminales, punto 3.4, avizoró la necesidad de
aplicar una serie de medidas integrales para evitar el derramamiento de sangre de
defensores de Derechos Humanos, habitantes de comunidades rurales en los territorios
y excombatientes, entre otros. En caso de no ser aplicadas de manera inmediata,
terminarían con un cruento escenario de violencia generalizada que, desde luego,
afectaría la implementación integral de lo acordado. Evidentemente, esta situación
ocurrió.

Posteriormente, durante el periodo de implementación, en los debates previos de


la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación (CSIVI), la
Fiscalía General de la Nación de la época, año 2017, se negó a aceptar, reconocer y
desarrollar en toda su integralidad lo acordado frente a la “Unidad Especial de
investigación para el desmantelamiento de las organizaciones y conductas criminales
responsables de homicidios y masacres, que atentan contra defensores/as de derechos
humanos, movimientos sociales o movimientos políticos o que amenacen o atenten contra
las personas que participen en la implementación de los acuerdos y la construcción de la
paz, incluyendo las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como
sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo”.

Del contenido del Acuerdo Final, se dejaron por fuera de reglamentación aspectos
primordiales que hoy se evidencian en los problemas estructurales que adolece la
Unidad Especial. Entre ellos destacan: carencia de autonomía en sus líneas de
investigación, capacidad de llevarlas a la práctica y emprender actuaciones ante
cualquier jurisdicción; capacidad de investigación de amenazas y determinadores;
dificultades financieras para desarrollar su mandato territorial y la metodología para
asumir las investigaciones en los supuestos en los que se hayan producido compulsa de
copias en la jurisdicción ordinaria o en la jurisdicción de Justicia y Paz, entre otras.

A pesar de no reglamentarse lo anterior, fue expedido el Decreto Ley 898 de 2017,


sin acuerdo en sede de la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la
Implementación. Como consecuencia, parte de los elementos contenidos en la norma,
discutida con el propio Fiscal General de la época, no representan el espíritu de lo
pactado por las partes en la Mesa de negociación de La Habana en materia de
investigación judicial de crímenes contra la paz.

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Desafíos

Los desafíos para el director o directora entrante son inmensos:

Primero. Enfrentar la propia desnaturalización de la autonomía, competencias y


funciones de la institución. Lo pactado en La Habana en el punto 3.4.4 no corresponde
con lo establecido en el Decreto Ley 898 de 2017. Por lo que el alcance, posibilidades
de acción y líneas de investigación han sido restringidas a los enfoques de política
criminal del Fiscal General, que no se adecúan enteramente a la sistematicidad y
dimensión de violencia política requeridos para comprender lo que ocurre con
excombatientes.

Segundo. A la persona electa corresponderá hacer frente al desbordamiento del


universo de hechos y conductas por investigar, con una planta de personal insuficiente
y escasa ante las necesidades presentes, por lo que deberá buscar alternativas con el
Fiscal General.

Tercero. Modificar el concepto de “esclarecimiento” que actualmente maneja el


modelo de investigación de la Unidad, en razón a sus contradicciones con los estándares
internacionales de satisfacción de derechos de las víctimas, esclarecer es investigar
todos los hechos y lograr el desmonte de todas las estructuras que afectan la
implementación de lo acordado.

Cuarto. Derivado de lo anterior, afrontar los riesgos de impunidad y


revictimización.

Quinto. Iniciar un trabajo multidimensional de cara al desmantelamiento de las


conductas y organizaciones criminales. Esto requiere indagar en las compulsas de
copias emitidas desde Justicia y Paz, en coordinación con la JEP, y en diálogo directo con
la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad, de acuerdo a su mandato.

Sexto. Fortalecer las demás funciones contenidas en el Acuerdo Final y en el


Decreto 898 de 2017. Entre ellas destacamos: analizar y generar estrategias de
investigación frente a conductas de amenaza a personas defensoras de Derechos
Humanos o que trabajan por la implementación; impulsar las investigaciones por
responsabilidad penal de quienes integraron redes de apoyo de organizaciones
criminales y paramilitares, así como también determinadores y financiadores; y, a
partir de esto, trasladar sus hallazgos a la Procuraduría General de la Nación y a la
Contraloría General de la República, con el fin de que se inicien las investigaciones
disciplinarias y fiscales. Todas, funciones que deben ser fortalecidas sin demora.

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Además de lo anterior, la elección del nuevo director o directora de la Unidad será
decisiva para mantener, legitimar y fortalecer los escenarios de interlocución con la
Misión de Verificación de Naciones unidas en Colombia y el equipo de promotores de
Derechos Humanos de la colectividad firmante del Acuerdo, a través de las Mesas
Tripartitas Nacional y Regionales. La construcción de estos espacios a permitido poner
en conocimiento de la Fiscalía los riesgos y situaciones de seguridad, al tiempo que
hacer seguimiento al esclarecimiento de los hechos ocurridos.

Reconocemos los esfuerzos de su anterior directora, la vicefiscal Martha Mancera,


por mantener comunicación constante e interlocución permanente con la colectividad
firmante del Acuerdo. Ahora bien, el hecho con que esta Unidad no cuente con
autonomía especial para desarrollar sus líneas de investigación conduce a la no
superación del estado de impunidad generalizada respecto a los crímenes en contra de
firmantes y otras personas que trabajan en la construcción de una paz estable y
duradera.

Solicitudes

Proponemos que esta elección sea de cara al país y se tome con el mayor debate
público que escuche la voz de los y las firmantes del Acuerdo Final de Paz. En
consecuencia, solicitamos respetuosamente a la Jurisdicción Especial para la Paz, en el
marco de su autonomía judicial, lo siguiente:

Primero. Escuchar a la colectividad firmante, a través de los mecanismos previstos


en el Acuerdo Final de Paz, la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la
Implementación (CSIVI) y el Consejo Nacional de Reincorporación (CNR), a efectos de
socializar los criterios desarrollados por la JEP, así como las prioridades y solicitudes
de las principales víctimas en esta materia.

Segundo. Solicitar el acompañamiento de la Misión de Verificación de Naciones


Unidas en Colombia y de los países garantes del Proceso de Paz, de acuerdo con su
mandato.

Tercero. Recomendamos adelantar una sesión conjunta con la Comisión de


Esclarecimiento de la Verdad para identificar las dificultades y fortalecer los
mecanismos de intercambio de información del Sistema Integral con el componente
civil de la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad, a efecto de encontrar
recomendaciones para garantizar el funcionamiento de la Unidad.

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Cuarto. Exhortar al gobierno nacional al impulso, de manera inmediata, de la
totalidad de funciones de la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad.

Confiamos en que las deliberaciones del Tribunal para la Paz guiarán la elección
de una terna conformada por personas idóneas, expertas y profundamente
comprometidas con la construcción de una paz estable y duradera. Quien ocupe la
dirección de la Unidad deberá caracterizarse por su autonomía e independencia
profesional de cualquier órgano del Estado y del poder público. De ello depende la
confianza en la institucionalidad y la garantía de la vida y seguridad de sus firmantes.

Sea esta la oportunidad para resaltar el compromiso del Sistema Integral y la


Jurisdicción, en especial, de la Sección de Primera Instancia para Casos de Ausencia de
Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad, en el trámite de medidas cautelares, con
los derechos fundamentales y protección de la vida de comparecientes.

Construyendo un camino común de superación de las causas del conflicto


podremos transitar hacia una Colombia reconciliada.

Cordialmente,

Rodrigo Granda Escobar


Delegado Componente COMUNES
Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo
Final(CSIVI)

Olga Marcela Rico Sosa


Delegado Componente COMUNES
Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo
Final(CSIVI)

Diego Ferney Tovar Henao


Delegado Componente COMUNES
Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo
Final(CSIVI)

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Pastor Alape Lascarro
Delegado Componente COMUNES
Consejo Nacional de Reincorporación (CNR)

Luis Ernesto Medina


Delegado Componente COMUNES
Consejo Nacional de Reincorporación (CNR)

Copia a Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia


a países garantes del Proceso de Paz: República de Cuba y Reino de Noruega

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