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LA CONFESIÓN

Es una declaración de parte contentiva del reconocimiento de un hecho que origina


consecuencias jurídicas desfavorables al confesante, y tomándola en el sentido netamente
judicial, en cuanto a sus efectos, como el reconocimiento que hace el interesado de un acto
propio, en atención a un asunto jurídico que de alguna manera afecta su patrimonio.
La confesión civil, es el medio probatorio que consiste en la declaración jurada que hace
un litigante, a pedido del contrario, sobre hechos controvertidos.
Según la opinión de Guasp, sea cual sea la posibilidad de imaginar fuera y al margen del
proceso un negocio jurídico de reconocimiento de confesión, es un tipo especial de prueba,
obtenida mediante declaraciones o manifestaciones de las partes que tienden a formar la
convicción judicial. Como tal medio de prueba la naturaleza de la confesión no puede
referirse a declaraciones de voluntad, sino a declaraciones de conocimiento.

Teoría general de confesión


La confesión es una declaración que realiza una parte que siempre va perjudicar a quien
la realiza; este es el núcleo, o esencia de la confesión en el proceso. Es una especie
(Confesión) dentro de un género(Declaración de partes). Es indudable que la confesión es
un medio de prueba, que se incorpora en el proceso para que sea apreciada por el juez. Es
obvio, que deben cumplirse los requisitos procesales, pues, la falta de algunos de ellos que
sean esenciales podría afectar de nulidad la confesión. Su fuerza o eficacia probatoria
depende de la persona que la recibe, es decir, de quien haya sido el destinatario. De acuerdo
con los artículo 1.401 y 1.402 del Código Civil venezolano establecen :
Artículo 1.401 C.C.V “La confesión hecha por la parte o por su apoderado
dentro de los límites del mandato, ante un Juez, aunque éste sea
incompetente, hace contra ella plena prueba”.
Artículo 1.402 C.C.V “La confesión extrajudicial produce el mismo efecto,
si se hace a la parte misma o a quien la representa.
Si se hace a un tercero produce sólo un indicio”.
La judicial, es decir, la realizada ante un juez, aun cuando sea incompetente, produce
plena prueba acerca del hecho confesado, por supuesto, debe cumplirse con todos los
requisitos establecidos en el Código de Procedimiento Civil para los actos procesales y los
particulares de la confesión. La confesión ante la parte contraria o ante su representante
produce los mismos efectos que la judicial, siempre y cuando se cumplan los requisitos de
existencia, validez y eficacia de la confesión. Obsérvese que incluso puede tener el valor de
indicio cuando aquella se hace a un tercero. No obstante, debe advertirse que la confesión
no es un medio de prueba que deba predominar sobre las demás. Debe apreciarse y
valorarse en conjunto con las otras aportadas al proceso. A pesar, de que en la confesión
judicial o extrajudicial realizada a la parte contraria o a su representante, se provoca una
vinculación del criterio del juez respecto del hecho confesado, es posible en pruebas
desvirtuarlo, todo esto deberá considerarlo en su sentencia.
Las partes en un proceso pueden declarar en las oportunidades que la ley se lo permite,
pero esas declaraciones pueden ser de diversos tipos, a veces las declaraciones que realizan
las partes son simplemente para alegar un alegato de defensa, o para admitir, revelar algo
de lo que se está debatiendo y que va en su perjuicio; pero cuando realiza un alegato de
defensa eso no es confesión. Pueden existir declaraciones de partes que no son confesión,
pero toda confesión será siempre una declaración de parte en un proceso judicial, las
declaraciones de terceros son testimonios, la forma de traer la declaración de un tercero se
incorpora al proceso vía testimonio.
De manera excepcional se permite que el tercero pueda confesar en perjuicio de otra
persona, pero solamente cuando el tercero es un apoderado, mandatario en relación con las
personas que el pretende perjudicar. Sin embargo para que esto sea válido, la confesión
pueda perjudicar al mandante, tiene que versar dentro de los límites del poder que se le
otorgo al mandatario.

Clasificación de la confesión
Atendiendo a la posiciones de las diversas escuelas procesales, se han elaborado
variadas clasificaciones de la confesión; pero, en general pueden tomarse dos grandes
grupos con diferentes variantes; o sea, la judicial y la extrajudicial, tal como pauta el
artículo 1.400 de nuestro Código Civil “La confesión es judicial y extrajudicial”.
La confesión puede ser judicial o extrajudicial, según se haga o no ante un Juez y a tales
efecto el artículo 1.401 del Código Civil pauta que la verificada por la parte o su apoderado,
dentro de los límites del mandato, ante un Juez aunque sea incompetente, hace contra ella
plena prueba.
La confesión judicial. En materia de confesión judicial, la doctrina suele distinguir la
confesión pura y simple, cuando el confesante admite, sin restricción alguna los hechos
alegados por el preguntante; confesión calificada, si el reconocimiento del hecho ocurre
bajo ciertas modificaciones que alteran las condiciones misma del nacimiento del derecho;
y compleja en donde la reserva aportada por el deudor al reconocimiento del derecho, se
apoya sobre hechos posteriores al nacimiento de éste.
En otro términos, como ya hemos expresado, la confesión es calificada o compleja,
según el hecho alegado en descargo, sea contemporáneo o posterior al nacimiento de la
obligación invocada. La confesión calificada no puede nunca dividirse; la doctrina, en
cambio, admite la divisibilidad de la confesión compleja si una de sus partes es
manifiestamente falsa, contradictoria o inverosímil, o cuando entre el hecho aducido y la
obligación invocada existe sólo una relación remota u ocasional.

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En efecto, si no se trata de hechos conexos, sino distintos, existe pluralidad de
confesiones. Cada una vale completa como confesión, pero la segunda no esta vinculada a
la primera; no tiene influjo sobre ésta y debe probarse por el confesante con arreglo a lo
dispuesto en el Código Civil. En lo demás, cabe advertir que la confesión indivisible no da
fe de su contenido, sino hasta prueba en contrario. La prueba de la falsedad de los hechos
accesorios añadidos a la confesión se hará contra la confesión indivisible, por los mismos
medios que hubieran podido servir para probar directamente el hecho principal.
Para mejor explicación de la compleja, podemos decir que en ella el confesante admite
el hecho, pero a su vez alega hechos posteriores a su nacimiento que modifican o destruyen
sus efectos legales.
Esta confesión se divide, a su vez; en compleja conexa y compleja no conexa; la
primera, es aquella en donde se admite el hecho pero a la vez se confiesa otro que supera la
existencia del primero; por ejemplo, se confiesa la deuda pero se alega el pago de la misma;
se reconoce el depósito pero se admite su devolución. En la compleja no conexa el hecho es
admitido y se confiesa otro que no supone la existencia del primero; por ejemplo, se admite
la deuda pero se opone la compensación.
Estas confesiones pueden ser: dividuas o individuas. Cuando la circunstancia o
modificación que se añade en la confesión calificada o compleja, puede separarse del hecho
sobre el cual recae la pregunta, es dividua o divisible, y tiene toda la fuerza de una
confesión absoluta o simple; a menos que el confesante pruebe la modificación o
circunstancia. Cuando las características son inseparables del hecho preguntado, la
confesión es individual o indivisible (ejemplo: el hecho del pago); no pudiendo ser
admitida en parte, y desechada en otra por el adversario, quien si quiere aprovecharse de
ella, le tocará probar ser falsa la circunstancia modificada.
La confesión extrajudicial. Es la efectuada fuera del juicio, produce el mismo efecto
que la judicial, si se hace a la parte misma o a quien la represente, pero es de admitir que si
es hecha a un tercero, produce solamente un indicio ( artículo 1.402 del Código Civil).
El interés de distinguirla de la judicial consiste en la graduación de su valor probatorio,
pero según nuestro criterio, mayor valor ha de tener la rendida durante la tramitación del
litigio que la obtenida fuera de la Instancia; porque esta ultima significa menos
responsabilidad y en consecuencia, conlleva menor fuerza de veracidad. Como hemos
dicho anteriormente, la confesión judicial deberá de hacerse en el curso de la controversia;
si lo es en uno anterior, aun cuando fuese entre las misma partes, no podrá considerarse
sino como extrajudicial.
La confesión espontanea o voluntaria. Se llama confesión espontanea o voluntaria,
aquella que es efectuada por la parte sin coacción de especia alguna. El artículo 361 del
Código de Procedimiento Civil, al referirse a cómo debe llevar a cabo su contestación el
demandado, establece que expresará de manera clara si conviene en lo pedido
absolutamente o con alguna limitación.

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La prueba recae sobre los derechos discutidos o negados. Y su finalidad es formar la
convicción de certeza del Juez. Por esto, la admisión de los hechos en el escrito de
contestación a la demanda no puede confundirse con la confesión, ya que ésta es una
prueba establecida en la ley y tiene señalada su reglamentación. Pero la distinción es tan
sutil, que se presta a confusión y ha constituido causa de discusión entre los tratadistas.
La confesión provocada. La lograda por la parte mediante interrogatorios hechos al
contrario. El artículo 403 del Código de Procedimiento Civil establece “Quien sea parte en
el juicio estará obligado a contestar bajo juramento, las posiciones que le haga la parte
contraria sobre hechos pertinentes de que tenga conocimiento”.

Indivisibilidad de la confesión
La confesión, entendida como una declaración de ciencia o conocimiento, que hace la
parte en el proceso o antes de éste, donde reconoce en forma consciente, libre y sin
coacción, e igualmente de manera seria, expresa y terminan un hecho propio, personal o del
cual tiene conocimiento, que le perjudica simplemente beneficia a su contendor judicial o
futuro contendor judicial.
La confesión se encuentra regida por el principio de indivisibilidad o inescindibilidad,
que se traduce, en que la confesión no puede ser dividida en perjuicio del confesante y
quien se beneficie de ella, tiene que asumir, tanto lo beneficioso como lo perjudicial.
Luego, este principio, se encuentra recogido en el artículo1.404 del Código Civil, que
expresa:
“La confesión judicial o extra judicial no puede dividirse en perjuicio del confesante. Este
no puede revocarla si no prueba que ella ha sido resultado de un error de hecho. No puede
revocarse so pretexto de error de derecho. “
La indivisibilidad de la confesión judicial o extrajudicial, se traduce en que aquella parte
que aduzca en un proceso judicial una confesión en su favor, si la misma a su vez contiene
la exposición de un hecho que favorece al confesante, bien porque aclare, modifique o
amplíe el hecho confesado, existiendo entre los dos hechos una relación o conexión
jurídica, no puede ser dividida la confesión en perjuicio del confesante, de manera que la
parte que haga valer la confesión, debe asumir tanto lo que le favorece (hecho confesado)
como lo que le perjudica (hecho conexo que amplíe, modifique o aclare el hecho
confesado) o luego, como expresa Devis Echandía, se entiende por divisibilidad de la
confesión, la idea de que la misma confesión debe probar contra el confesante, en lo que es
desfavorable y éste confesante debe probar lo favorable que adiciona; en tanto que por
indivisibilidad de la confesión debe entenderse, que la confesión debe aceptarse en su
conjunto, tanto en lo favorable como en lo desfavorable, y agrega, que lo que puede
dividirse no es la confesión, sino la declaración de la parte.
Para determinar la viabilidad o no de la divisibilidad de la confesión judicial o
extrajudicial, debe atenderse al contenido de la misma, vale decir, si se trata de una

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confesión pura y simple, calificada o cualificada o compleja. Luego, en el primero de los
casos (confesión pura y simple) solo existe un hecho en la declaración de la parte, esto es,
el hecho perjudicial confesado, sin que haya aducido ningún otro hecho que favorezca al
confesante, siendo en consecuencia que la confesión inevitablemente se hace indivisible;
cuando se trata de una confesión calificada o cualificada, donde el confesante reconoce un
hecho perjudicial pero inmediatamente aduce en su favor un hecho que amplia, modifica o
aclara el hecho confesado, vale decir, que se producen dos hechos, uno perjudicial y otro
favorable al confesante, existiendo entre los dos en la relación de conexión jurídica, no es
viable la divisibilidad de la confesión; en tanto que si se trata de una confesión compuesta,
donde existen dos hechos, una perjudicial o confesado y otro aducido que favorece al
confesante, que no guarda relación de conexión jurídica, por ser un hecho totalmente
distinto o separado del confesado o perjudicial, excepcionalmente puede producirse la
división de la confesión, de manera que el operador de justicia al momento de analizar la
prueba judicial, debe indefectiblemente tener por cierto y establecido o fijado el hecho
confesado (hecho perjudicial) en tanto que el hecho aducido en beneficio o favor del
confesante, será tenido, fijado o establecido por el operador de justicia, en la medida que el
confesante ha aportado al proceso la prueba de tal hecho, pues es a él a quien corresponde
la carga de demostrar dicho hecho y en caso de falta de prueba o de prueba insuficiente del
hecho separado inconexo que favorece al confesante, el juzgador al momento de apreciar y
valorar la confesión, debe dividir la confesión. No tomando en consideración el hecho
favorable no demostrado.
De esta manera, solo por vía excepcional, la confesión compuesta puede dividirse en
perjuicio del confesante, cuando éste no logre demostrar en el proceso, el hecho inconexo
jurídicamente que adujo al momento de confesar y que le favorece; en todos los demás
casos, trátese de confesión pura y simple y la calificada o cualificada, ésta última donde
existe el alegato por parte de confesante, de un hecho que le favorece pero que es conexo
jurídicamente con el hecho perjudicial confesado, no puede el operador de justicia dividir la
confesión en perjuicio del confesante y a tal efecto, deberá apreciar y valoran tanto el hecho
perjudicial como el que favorece al confesante.
Igualmente, cuando se reconoce o confiesa un hecho perjudicial aduce un hecho conexo
o no, que sea falso, inverosímil contradictorio. Cuando entre el hecho confesado y el que
beneficia o favorece al declarante. Solo existe una relación remota u ocasional, la confesión
excepcionalmente puede dividirse; también puede dividirse la confesión, indistintamente
del grado de conexión o relación entre el hecho perjudicial y el favorable, cuando éste
último sea contrario a una máxima de experiencia, a un hecho notorio, a un hecho
presumido por la ley en forma indesvirtuable, o que aparezca que sea metafísica o
físicamente imposible de realizar, incluso cuando contrario a la cosa juzgada. Luego, en
todos estos casos, el juez debe aprecia la declaración del confesante, solo en lo que le
perjudica y debe prescinde la parte favorable.
Ahora bien, tratándose de una confesión indivisible, el problema que _ presenta a la parte
que pretende beneficiarse de ella es precisamente, la aceptar el hecho que favorece al
confesante, con el mismo valor probatorio de la tarifa legal- que el hecho confesado o
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reconocido, pues el operador justicia -se insiste- no puede dividir la confesión en perjuicio
del confesante atribuyéndole pleno valor probatorio solo a la parte que le perjudica y
haciendo caso omiso de la parte que le favorece, salvo los casos donde se permite dividir la
confesión y cuando no se ha producido prueba del hecho favorable, que toca en cabeza
-carga probatoria- del confesante.
En conclusión, de acuerdo a todo lo anteriormente expuesto, es que el principio general
de la confesión es que la misma no puede dividirse en perjuicio del confesante, debiendo la
parte que quiera beneficiarse de la confesión asumir igualmente lo que favorece al
declarante, circunstancia ésta que se traslada al operador de justicia, quien tendrá que darle
igual valor probatorio a lo perjudicial y a lo favorable; excepcionalmente y en los casos
comentados la confesión puede dividirse, caso en el cual, el operador de justicia solo tendrá
por demostrado el hecho perjudicial, no así el favorable, salvo que se haya aportado la
prueba que lo demuestre, de manera que en estos casos de escindibilidad (divisibilidad), el
confesante tiene la carga de probar el hecho favorable no conexo y relacionado con el
hecho confesado o perjudicial.

Irrevocabilidad de la confesión
El otro principio que rige la confesión judicial o extrajudicial, es que producida la misma,
no puede revocarse o retractarse, salvo que se aduzca y demuestre la existencia de un error
de hecho en que haya incurrido el declarante al confesar o reconocer el hecho que le es
perjudicial, tal como lo regula el artículo 1.404 del Código Civil, al señalar que “La
confesión judicial o extrajudicial no puede dividirse en perjuicio del confesantes Este no
puede revocarla si no prueba que ella ha sido resultado de un error de hecho. No puede
revocarse so pretexto de error de derecho”.
De esta manera, aquella parte que ha confesado, ha reconocido un hecho propio, personal
o del cual tiene conocimiento, controvertido y que le perjudica o beneficia a su contendor
judicial, no puede retirarla, resultando irreversible, salvo que existe un error de hecho que
se demuestre en el proceso, pero ¿qué debe entenderse por error de hecho?
El error de hecho, expresa Echandía, es aquel que se produce cuando se reconoce un
hecho que es falso, o que no ocurrió, se le asigna naturaleza o especie jurídica distinta a la
real, o que lo narrado resulta diferente a lo que realmente ocurrió o como ocurrieron las
cosas, se otorga una calidad distinta a las cosas o cantidades diferentes a las reales. Luego,
en casos de error de hecho, quien reconoció o confesó debe en el proceso aducir la
existencia de dicho error y demostrarlo, caso en el cual, quedará confirmada la confesión y
producirá su retractación.
Pero según el tenor del artículo 1.404 del Código Civil, la retractación o revocación de
la confesión no puede realizarse, cuando se trata de error de derecho, entendido como el no
conocimiento de las consecuencias jurídicas perjudiciales que le produjo el reconocimiento
o confesión al declarante. Pues en materia de confesión, sea judicial o extrajudicial, se

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elimina el animus confitendi y se sustituye por la simple conciencia del confesante, lo que
traduce en que poco o nada importa a los efectos de la confesión, que el declarante conozca
o no las consecuencias de carácter jurídico que produce el reconocimiento de un hecho
perjudicial.
De esta manera, en nuestro sistema legal, la única posibilidad de retractarse o revocarse
la confesión, es cuando se produzca un error hecho, más no cuando se trate de error de
derecho. Luego, en casos de error de hecho, debe indefectiblemente (como lo hemos
señalado) producirse alegato de parte y necesariamente producir la prueba de dicho error en
proceso, siendo que la carga de» aportar la prueba del error corresponde propio confesante,
prueba que solo debe recaer sobre el aspecto objetivo del error y no sobre su aspecto
subjetivo, vale decir, sobre el error como (aspecto objetivo) y no sobre los motivos internos
y subjetivos que motivó al confesante a incurrir en el error de hecho (aspecto subjetivo) de
manera que basta la prueba de que lo declarado no es correcto, cierto o real.

Requisitos, eficacia validez y existencia dela confesión


Los requisitos de la confesión, según Hernando Devis Echandía, pueden clasificarse en
tres (3) grandes géneros:
1. Requisitos de existencia.
2. Requisitos de validez.
3. Requisitos de eficacia probatoria.
A su vez, cada uno de los indicados géneros o categorías de requisitos, pueden
enunciarse sistemáticamente de la siguiente forma:

1. Requisitos para la existencia de la confesión:


1.1. Debe ser una declaración de parte, con capacidad jurídica para ello, y si es en
nombre de otro debe mediar autorización legal o convencional para efectuarla.
1.2. Debe tener por objeto hechos. En relación a este punto, es de precisar que la
confesión no debe tener por objeto normas de derecho, ni alegaciones o razones jurídicas,
porque conceptualmente sólo se pueden confesar hechos que originan la aplicación
posterior del derecho.
1.3. Los hechos sobre los cuales versa la confesión, deben ser favorables a la parte
contraria. Con respecto a este punto, nos encontramos con distintas posiciones doctrinarias.
Por un lado, algunos autores consideran que dicho requisito constituye un requisito para la
eficacia probatoria de la confesión, pero no para su existencia, es decir, que existirá
confesión simplemente cuando los hechos son favorables al declarante, con abstracción del
eventual beneficio al adversario. Sin embargo, en honor a la verdad, hay que reconocer la

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existencia de la tesis contraria, también válida, elaborada por el autor Lessona, en su obra
“Teoría General de la Prueba en Derecho Civil”.
1.4. Debe versar sobre hechos personales del confesante o sobre su conocimiento de
hechos ajenos, y debe tener una significación probatoria.
1.5. Debe ser seria y consciente y no puede ser el resultado de métodos violentos.

2. Requisitos para la validez de la confesión:


2.1. La plena capacidad del confesante, salvo excepción consagrada en la Ley. La
capacidad para confesar es la misma capacidad civil general, es decir, que el sujeto
confesante tenga capacidad de ejecutar actos procesales válidamente.
2.2. Libre voluntad del confesante o ausencia de coacción. Como se estableció
anteriormente, no existen elementos probatorios en los autos que conforman el presente
expediente, que lleve a la convicción de este juzgador a presumir que la declaración se
produjo en virtud de coacción de la parte contraria, o sin el libre consentimiento o voluntad
del demandante.
2.3. El cumplimiento de las formalidades procesales de tiempo, lugar y modo. La
confesión judicial espontánea puede ocurrir en cualquier momento del proceso, por escrito
u oralmente.
2.4. Que no exista causal de nulidad que vicie la confesión.

3. Requisitos para la eficacia de la confesión:


3.1. La disponibilidad objetiva del derecho o de la obligación que se deduce del hecho
confesado.
3.2. La legitimación para el acto, si es de representante o apoderado y la conducencia o
idoneidad como medio de prueba del hecho confesado.
3.3. La pertinencia del hecho confesado, en relación con el litigio o el proceso
voluntario.
3.4. Que el hecho confesado no sea contrario a otro que goce de notoriedad.

Diferencias entre confesión, declaración de parte y admisión de los hechos


En el proceso pueden surgir declaraciones para demostrar hechos debatidos en el mismo,
declaraciones que pueden provenir de terceros ajenos a la contienda judicial o de las
propias partes litigantes, siendo que en el primero de los casos estamos ante los
denominados testimonios de terceros -prueba testimonial- y en el segundo de los casos,

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estaremos en presencia de declaraciones de parte que pueden conllevar o no a la existencia
de una confesión judicial. Luego, las declaraciones que realicen las partes en el proceso
pueden tener fines aclaratorios, clarificativos, de indagación o probatorios, éstos últimos
que tienden a demostrar los hechos debatidos en el proceso, bien porque son el fundamento
de la pretensión o excepción (hechos constitutivos, extintivos, impeditivos, invalidativos o
modificativos) y precisamente cuando las declaraciones realizadas en el proceso tienen
fines probatorios, es que podemos hablar de la existencia de confesiones judiciales, pues la
confesión judicial es una declaración que realiza una parte en el proceso, mas no toda
declaración que realicen éstas en el mismo, constituye una confesión, por lo que las
declaraciones de las partes son la forma de obtener en el tras curso del proceso confesiones,
declaraciones que pueden ser escritas o verbales.
Tanto la confesión como la admisión de los hechos son declaraciones de ciencia
vinculatorias para el juez, pero median entre ambas las siguientes diferencias:
1. Mientras la confesión es un acto de prueba, la admisión es un acto de alegación
que, como tal, se halla inevitablemente contenido en una declaración de voluntad
petitoria.
2. La admisión de los hechos sólo puede provenir del demandado, en tanto que es
susceptible de ser sujeto de la prueba de confesión cualquiera de las partes;
3. Sólo cabe la confesión sobre hechos personales o del conocimiento del confesante,
y la admisión, en cambio, puede además versar sobre hechos ajenos a quien emite
la declaración;
4. Mientras la admisión es siempre espontánea, la confesión puede ser provocada a
instancias de la parte contraria a través de la absolución de posiciones;
5. La confesión por el apoderado de la parte, respecto de hechos anteriores al
otorgamiento del mandato, requiere la concesión de expresas facultades para
realizar el acto, al paso que este último requisito resulta innecesario con respecto a
la admisión de los hechos
La Declaración de Parte es un interrogatorio sólo lo hace el juez en forma oral, y la
evasiva o negativa produce el efecto de confesión en contra del interrogado; obsérvese que
el legislador para salvaguardar la garantía de no declarar en contra de sí mismo en
cuestiones que lo incriminen en materia sancionatoria, en el artículo 104 LOPTRA prohíbe
preguntas que conduzcan a ese fin. Se trata en efecto, de una especia de confesión
provocada, la contemplada en el artículo 103 del texto adjetivo laboral, que sólo aparece
limitada en el artículo 104 ejusdem, que norma lo siguiente, Artículo 104. “Se excluye del
interrogatorio aquellas preguntas que persigan una confesión para luego aplicar las
sanciones previstas en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de
Trabajo.” De igual manera LOPNNA en su artículo 479 establece la declaración de parte.

Posiciones juradas

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La confesión como hemos mencionado anteriormente, puede ser provocada, siempre que
para generarla se sigan los parámetros legales establecidos al respecto de manera que no
ejerza coacción que implique nulidad de la confesión provocada a tenor de lo establecido
por el artículo 49.5 de la Constitución Nacional, razón por la cual la confesión provocada
implica la obligación de declarar como deber de colaborar con la administración de justicia,
pero no el ser obligado a declarar contra si mismo con coacción o violencia. La manera
para provocar una confesión puede variar dependiendo de la legislación de cada país, sin
embargo en la doctrina y en la legislación suelen imponerse dos formas parecidas, pero
distintas en muchos aspectos; el interrogatorio de la parte efectuado por el Juez y el
interrogatorio de la parte efectuado por la contraparte, caso de las posiciones juradas. En tal
sentido, podemos precisar que las posiciones juradas no son otra cosa que el medio de
probatorio a través del cual, en un proceso judicial, una parte puede efectuar una serie de
preguntas a su contraparte, quien deberá responder bajo juramento, con el objeto de tratar
de provocar la confesión de hechos que conozca y que sean controvertidos y pertinentes a
través de las respuestas que se generen, siempre que el promovente se comprometa
recíprocamente a contestar las posiciones que le formule a su vez su contraparte. Por
supuesto, para realizar esa serie de preguntas, las cuales son denominadas posiciones
juradas, se deberá seguir una serie de requisitos legales, los cuales podemos encontrar
precisados en el texto del Código de Procedimiento Civil.
En el mismo orden de ideas, podemos decir, que las posiciones juradas son un
mecanismo para obtener la confesión en el proceso civil, a través de una técnica de
interrogatorio, donde las llamadas posiciones juradas son las preguntas formuladas de
modo asertivo de una parte a la otra, asimismo estas contienen el requisito del juramento y
es por ello que se denomina posiciones juradas, porque se responderá bajo juramento . Por
eso se dice que la confesión judicial que se obtiene a través de la evacuación de este medio
de prueba se le llama confesión judicial provocada, porque se tiene que provocar a la
persona del confesante. Se le arranca al confesante la confesión en virtud de que no se
produjo de modo voluntario y se obtiene la misma a través de la promoción de este medio
de prueba de posiciones juradas.

Promovente y absolvente
Quien promueve en el proceso este medio de prueba recibe el nombre de promovente o
formulante, ya que este será quien formule la pregunta. El primer formulante de este medio
de prueba será el que la promueva, y quien responde este tipo de pregunta se denomina
absolvente.
Cuando acaba el interrogatorio de la parte que ha promovido el medio de prueba
posiciones juradas con las respectivas respuestas por parte del absolvente, se produce una
inversión de roles, es decir, el formulante pasará a responder las preguntas convirtiéndose
en absolvente, y la parte que fungía de absolvente será ahora quien formule las preguntas y
por tanto el formulante, esto en virtud de que es requisito sine qua non que quien promueva
el medio de prueba de posiciones juradas, para que esta sea admitida, debe en el escrito de
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pruebas señalar con carácter expreso que está dispuesto a absolver posiciones juradas a la
parte contraria, si no lo expresa el juez no admite este medio de prueba.

Legitimado activo
Como bien hemos mencionado anteriormente, las posiciones juradas son una especie de
la confesión. Constituyen junto con el interrogatorio de la parte por el Juez, una modalidad
de confesión provocada. Ahora bien, la prueba de confesión, en cualquier modalidad, es
una prueba de parte, por tal motivo sólo confiesa la parte, y más aún cuando se trata de una
modalidad de confesión que, además de ser provocada, es de carácter judicial por cuanto
sólo puede realizarse en el marco de un proceso jurisdiccional. En efecto, mientras que una
confesión en general puede ser extraprocesal, las posiciones juradas son siempre una
modalidad de confesión judicial. Dicho esto, resulta claro que el legitimado activo para la
prueba de posiciones juradas será la parte en el proceso, cualquiera de ellas, sin importar la
posición que ocupe dentro del mismo, sea demandante o demandado, por cuanto solamente
la parte puede confesar. Por tal motivo el artículo 403 del Código de Procedimiento Civil,
establece “Quien sea parte en el juicio estará obligado a contestar bajo juramento las
posiciones que le haga la parte contraria sobre hechos pertinentes de que tenga
conocimiento personal”. Los apoderados también podrán solicitar las posiciones juradas,
para lo cual ninguna norma jurídica exige facultad especial expresa en el poder.
Como quiera que en un proceso la parte puede ser una persona jurídica, en estos casos
establece el artículo 404 del mismo, establece “Si la parte fuere una persona jurídica,
absolverá las posiciones el representante de la misma según la ley o el Estatuto Social. Sin
embargo, el representante de la persona jurídica o el apoderado de ésta, mediante diligencia
o escrito, pueden designar a otra persona para que absuelva en su lugar las posiciones, por
tener ésta conocimiento directo y personal de los hechos de la causa, quien se entenderá
citada para la prueba y quedará obligada a contestar las posiciones”. El representante será
aquel designado por la ley o por el Estatuto Social de la persona jurídica y tanto el como el
apoderado de la persona jurídica, a través de la correspondiente diligencia o escrito, podrá
designar a otra persona para que el absuelva en su lugar las posiciones en los casos en que
ésta tenga conocimiento personal y directo de los hechos de la causa. La persona así
designada se entenderá citada para las posiciones y quedará obligada a contestar las que se
le formulen.
En relación a los defensores ad litem, estos no pueden proponer las posiciones juradas
porque no es posible para ellos someterse al requisito de la reciprocidad: no pueden jamás
producir la confesión en perjuicio de quien representan porque no media mandato alguno,
sino la designación judicial como defensor judicial, y porque no pueden contestar sobre
hechos respecto de los cuales no tienen conocimiento alguno, siendo que, como bien es

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sabido, la designación de los defensores ad litem ocurre cuando el demandado no ha podido
ser citado en el proceso, razón por la cual no hay entre ese defensor y su defendido relación
jurídica previa por la que pudiera el defensor tener conocimiento de los hechos sobre los
cuales se formularán las posiciones.
En tal sentido, y para concluir con este punto, podemos señalar, que las personas
legitimadas activas para la prueba de las posiciones juradas; serán las anteriormente
mencionadas en el texto, asimismo enumeramos a cada uno de ellos de la siguiente manera:
1. Las partes.
2. Los apoderados por los hechos realizados en nombre de su mandante, siempre que
subsista el mandato.
3. Los representantes de los incapaces.

Legitimado pasivo
En la sección precedente hacíamos referencia a quienes podían pedir las posiciones
juradas. Ahora nos referiremos a quien pueden contestar o absolver las posiciones
promovidas. Dado que las posiciones juradas pretenden producir la confesión, y que
solamente pueden confesar las partes (artículo 403 del Código de Procedimiento Civil) o
sus apoderados dentro de los limites de su mandato (artículo 1.401 de Código Civil, 404 y
407 del Código de Procedimiento Civil), resulta claro que sólo ellos podrán absolver, es
decir responder, las posiciones juradas que se promuevan. Basta con que sean partes
formales en el proceso, razón por la cual no importa si se tratan de personas naturales o
jurídicas, ya que como hemos mencionado anteriormente, en virtud del artículo 404 del
Código de Procedimiento Civil podrá absolverlas el representante o el apoderado de las
mismas. También podrán absolverlas los terceros que han intervenido en proceso y se han
hecho partes formales del mismo por alguna de las formas de intervención previstas en el
artículo 370 del Código de Procedimiento Civil.
En el caso concreto de los apoderados y representantes de incapaces, el artículo 407 del
Código de Procedimiento Civil establece que “Además de las partes, pueden ser que
llamados a absolver posiciones en juicio: el apoderado por los hechos realizados en nombre
de su mandante, siempre que subsista mandato en el momento de la promoción de las
posiciones y los representantes de los incapaces sobre los hechos en que hayan intervenido
personalmente con ese carácter”.
En materia mercantil encontramos una norma especial al respecto: De acuerdo con lo
establecido por el artículo 1.115 del Código de Comercio, en los procesos mercantiles,
están obligados a absolver posiciones los factores y los representantes legítimos de la
compañía aunque su mandato no les dé facultades para ello, sobre los hechos de que tengan
conocimiento personal.

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Excepciones para comparecer y absolver posiciones juradas
Excepcionalmente hay una serie de personas exceptuadas de comparecer al Tribunal a
absolver las posiciones juradas por cuanto la ley los exime de la obligación de comparecer.
El artículo 408 del Código de Procedimiento Civil establece que “No están obligados a
comparecer al Tribunal a absolver posiciones las personas eximidas por la ley de
comparecer a declarar como testigos. En estos casos, la prueba se realizará siguiendo las
previsiones de la prueba de testigos, en cuanto sean aplicables”. Las personas eximidas por
la ley para comparecer a declarar como testigos se encuentran especificadas en el artículo
495 del Código de Procedimiento Civil, y estas son: El presidente de la República o quien
haga sus veces; los Ministros, los Diputados a la Asamblea Nacional durante el período de
inmunidad; los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia; los Gobernadores de los
Estados, Territorios Federales y del Distrito Capital; los Arzobispos y Obispos por titulares
de Arquidiócesis y Diócesis; los integrantes del Alto Mando Militar y los Jefes de Misiones
Diplomáticas y aquellos empleados que gocen de extraterritorialidad. En estos casos se
formularán las preguntas por escrito para que contesten por escrito, o bien el Tribunal
deberá constituirse en la morada del exceptuado de absolverlas para que sean respondidas
oralmente las preguntas formuladas; sin embargo esto ultimo nunca se ve en la práctica.
Si bien los anteriormente mencionados no están obligados a comparecer al Tribunal para
absolver las posiciones jurada, pero deberán declarar, distinto es el caso de las personas que
no están obligadas a absolver las posiciones juradas y que por tanto no pueden ser
legitimados pasivos de dicha prueba. Estos casos son varios y se hallan dispersos en la
legislación nacional. He aquí los principales:
1. El artículo 78 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República
(2008) establece que las autoridades y representantes legales de la República no
están obligados a absolver posiciones juradas, pudiendo contestar las preguntas por
escrito.
2. El artículo 269 del Código Orgánico Tributario (2001) establece que no se permite
la prueba confesional para los funcionarios de la administración, cuando ella
suponga la confesión de la administración.
3. El artículo 181 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario (2005) establece que ni las
autoridades ni los representantes legales de los entes agrarios están obligados a
absolver posiciones juradas.
4. Los artículos 98 y 101 de la Ley Orgánica de la Administración Publica (2008)
establecen que los institutos públicos y los institutos autónomos tienen los mismo
privilegios y prerrogativas que la ley le acuerde a la República, los estados, los
distritos metropolitanos o los municipios, lo que lleva a conducir que no están
obligados a absolver posiciones juradas.
En prácticamente todos estos casos precedentes, las preguntas se formularan por escrito,
y deberán ser contestadas por escrito.

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Oportunidad procesal para proponerlas
Desde esta perspectiva las posiciones juradas se nos aparece como un medio de prueba
privilegiado por cuanto en su promoción o proposición no se encuentra limitada
exclusivamente al lapso probatorio, sino que, como ya hemos mencionado, puede ser
propuesta en diversas oportunidades. Así por ejemplo, es posible distinguir las siguientes
oportunidades para proponer las posiciones juradas.
1. En primer lugar, es posible proponerlas en la fase alegatoria del proceso, con el
libelo de demanda, o bien con la contestación de la demanda. En efecto, el artículo
405 del Código de Procedimiento Civil establece que las posiciones podrán
efectuarse desde el día de la contestación, después de ésta, con lo cual se quiere
significar que si se pueden efectuarse o realizarse desde este momento, es porque
tuvieron que ser promovidas con anticipación, lo que nos lleva únicamente al
momento de interponer la demanda el actor, y, por igualdad procesal entre las
partes, en el momento de contestar la demanda el demandado.
2. En segundo lugar, encontramos que como cualquier otro medio probatorio es
posible proponerlas durante el lapso de promoción de pruebas, que en el
procedimiento ordinario es de quince días de despacho, cumpliendo con todo lo que
ya explicamos anteriormente, en relación con la promoción de los medios
probatorios y su admisión y control.
3. Menos clara que las anteriores, pero también viable, es que las posiciones juradas
puedan promoverse después de vencido el lapso de promoción de pruebas. Ninguna
norma legar hace mención expresa a esta oportunidad, pero como quiera que el
artículo 405 del Código de Procedimiento Civil hace referencia al hecho que las
posiciones juradas pueden efectuarse, esto es, evacuarse, hasta el momento de
comenzar los informes de las partes, también existe la posibilidad, mínima pero
existente, según la cual las partes puedan ponerse de acuerdo en hacer evacuar
cualquier prueba en que tengan interés, pudiendo ser ella la prueba de posiciones
juradas, y como quiera que ello es posible, de acuerdo con el texto del articulo 396
del Código de Procedimiento Civil, en cualquier estado y grado de la causa,
entonces cobra más fuerza la hipótesis que planteamos; las posiciones juradas
perfectamente podría ser promovidas o propuestas incluso después de vencido el
lapso de promoción de pruebas. Otro argumento que respalda esta hipótesis es
precisamente el hecho que, como veremos inmediatamente en el numeral siguiente,
las posiciones juradas pueden proponerse incluso en segunda instancia.
4. En cuarto lugar, es posible proponerla también, en forma excepcional, como medio
probatorio en segunda instancia, en los términos establecidos por el artículo 520 del
Código de Procedimiento Civil, es decir, dentro de los cinco días de despacho
siguientes a la llegada de los autos al Tribunal de alzada.
5. Por las mismas razones expuestas en el numeral tres (3), en virtud del artículo 396
del Código de Procedimiento Civil, las partes podrían, al menos en teoría, si media
acuerdo entre ellas, promover y evacuar la prueba de posiciones juradas en
cualquier estado y grado del proceso.

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6. En el caso que el absolvente se encuentre en el extranjero, el artículo 418 de Código
de Procedimiento Civil establece que las posiciones juradas sólo pueden solicitarse
en el lapso de promoción de pruebas, todo ello en provecho del cumplimiento del
término ultramarino para la práctica de la prueba en el extranjero.
Artículo 405 del Código de Procedimiento Civil “Las posiciones sólo podrán efectuarse
sobre los hechos pertinentes al mérito de la causa, desde el día de la contestación de la
demanda, después de ésta, hasta el momento de comenzar los informes de las partes para
sentencia”. De la norma transcrita puede observarse que las posiciones juradas pueden
promoverse y evacuarse en un período más amplio que el lapso probatorio del proceso.
Artículo 520 del Código de Procedimiento Civil “En segunda instancia no se admitirán
otras pruebas sino la de instrumentos públicos, la de posiciones y el juramento
decisorio…”.
Si se puede evacuar una posición jurada después que se contestó la demanda puede
inferirse que el demandante lo está promoviendo como medio de prueba conjuntamente con
el libelo de la demanda, o puede inferirse también que el demandado cuando contestó lo
promovió como medio de prueba, en virtud de lo que prescribe la norma.

Solicitud
Sólo las partes litigantes en el proceso pueden solicitar la evacuación de este medio de
prueba, de acuerdo al artículo 406 del Código de Procedimiento Civil, señala que “La parte
que solicite las posiciones deberá manifestar estar dispuesta a comparecer al Tribunal a
absolverlas recíprocamente a la contraria, sin lo cual aquellas no serán admitidas.
Acordadas las posiciones solicitadas por una de las partes, el Tribunal fijará en el mismo
auto la oportunidad en que la solicitante debe absolverlas a la otra, considerándosele a
derecho para el acto por la petición de la prueba”. Se incorpora la reciprocidad de las
posiciones juradas en acatamiento a los principios de lealtad procesal e igualdad de las
partes en el proceso, de manera que cuando el litigante aspire promover y evacuar la prueba
de posiciones juradas de su adversario deberá manifestar estar dispuesto a comparecer al
tribunal a absolverlas a la parte contraria, dicha manifestación debe darse en su escrito de
promoción del medio de prueba, sin cuyo requisito no podrá ser admitida dicha prueba.
La reciprocidad como correspondencia mutua de una persona con otra es el verdadero
propósito de la norma. La reciprocidad de las posiciones juradas es pues requisito de
admisibilidad sine qua non. Admitido el medio de prueba por el tribunal, en el auto de
admisión debe el tribunal indicar la oportunidad para que quien la solicita acuda al tribunal
para absolverlas, entendiéndose a derecho la parte promovente para hacerle la recíproca a la
parte absolvente. La excepción a la regla de la citación única contenida en el artículo 26
CPC es precisamente en el caso de esta citación que debe hacerse cuando se promueve el
medio de prueba posiciones juradas: “Hecha la citación para la contestación de la demanda

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las partes quedan a derecho, y no habrá necesidad de nueva citación para ningún otro acto
del juicio, a menos que resulte lo contrario de alguna disposición especial de la ley”.

Citación para el acto de posiciones juradas


La prueba de posiciones juradas, al tener por finalidad intentar lograr una confesión,
obviamente es de carácter personalísimo porque solo la parte puede confesar, o, en su
defecto, su apoderado o representante dentro de los limites de su mandato, como ya antes
hemos aclarado. Tratándose entonces de una prueba personalísima, y tan delicada que
puede generar la confesión del absolvente, el legislador ha previsto una verdadera
excepción en relación a la citación del absolvente. Es bien sabido que el proceso Civil
venezolano mantiene entre sus principios fundamentales, el de la citación única, contenido
en el artículo 26 del Código de Procedimiento Civil. De acuerdo con este principio, una vez
la parte ha sido citada, queda a derecho, y no se requiere ninguna nueva citación para lo
demás actos procesales, salvo que así lo establezca alguna otra disposición legal. Y
precisamente esto es lo que ocurre con las posiciones juradas. El legislador ha previsto que,
para poder realizar el acto de posiciones juradas, la parte llamada a absolverlas, es decir, a
contestarla, sea citada expresamente para ello, y la modalidad de la citación adoptada por el
legislador no es otra que la personal. Por tanto, la persona llamada a absolver las posiciones
juradas deberá ser citada personalmente para el acto si que la citación para la contestación
del demanda, o el hecho mismo de haber introducido la demanda, sean suficientes para
considerarlos a derecho para la práctica de esta prueba.
Al respecto establece el artículo 416 del Código de Procedimiento Civil lo siguiente
“Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 404, la citación para absolver posiciones deberá
hacerse personalmente para el día y la hora designados, y aquellas en ningún caso
suspenderán el curso de la causa”.

El juramento
El juramento no es una prueba, sino un requisito para la práctica de ciertas pruebas,
como la testimonial, la de posiciones, la de dictamen de peritos, entre otra. Estos
juramentos son, en nuestro sistema procesal, actos puramente civiles, porque no se exige la
solemnidad religiosa, sino la promesa de decir la verdad, o de desempeñar fielmente el
cargo.

Como deben formularse las posiciones juradas


Cuando se dice que la pregunta se formula de modo asertivo quiere decir que se formula
bajo la forma de una afirmación, tiene una diferencia notable con la formulación de la
pregunta en la prueba testimonial, puesto que en esta la formulación es de modo inquisitivo.

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El Artículo 409 del Código de Procedimiento Civil, establece “Los hechos acerca de los
cuales se exija la confesión, deberán expresarse en forma asertiva, siempre en términos
claros y precisos, y sin que puedan formularse nuevas posiciones sobre hechos que ya han
sido objeto de ellas”.
Artículo 410 ejusdem “Las posiciones deben ser concernientes a los hechos
controvertidos. En caso de reclamación por impertinencia de alguna pregunta, el Juez puede
eximir al absolvente de contestarla. En todo caso, el Juez no tomará en cuenta en la
sentencia definitiva, aquellas contestaciones versen sobre hechos impertinentes”. El
abogado de la parte absolvente podrá formular objeciones a las preguntas del formulante
cuando considere que estas son impertinentes, es decir, que no guardan relación con el
proceso, en cuyo caso el juez podrá exonerar a la parte absolvente de contestarla o bien se
reservará la valoración de la misma al momento de sentenciar desechando las que versen
sobre hechos impertinentes.

Limitación para formularse


El artículo 411 del Código de Procedimiento Civil, establece “No podrán formularse al
absolvente más de veinte posiciones; pero si por la complejidad del asunto, el Juez lo
considerare procedente, podrá, a solicitud de la parte, conceder a ésta antes de la conclusión
del acto, la formulación de un número adicional que no exceda de diez posiciones”. La
norma establece una limitación en cuanto al número de posiciones que pueden formularse,
fijando que no deberían exceder de 20 posiciones, pero planteando que pudieran
adicionarse unas 10 más en virtud de la complejidad del asunto siempre que lo solicite la
parte y el juez lo considere procedente.

No ocurrencia a contestar las posiciones (Posiciones estampadas)


La última forma de dar por confesa a la parte deriva de su no comparecencia al acto
donde debe absolver las posiciones, la ley presume que la negativa voluntaria a comparecer
al acto de posiciones, o a contestar alguna de esas posiciones, implica, por parte del
absolvente, el reconocimiento de los hechos a que se refieren los interrogatorios
respectivos, y que prefieren dejarlos suponer a verse obligados a confesarlos
categóricamente. La citación para absolver posiciones juradas envuelve una doble
obligación para el citado: en primer lugar, la de comparecer al tribunal que lo haya citado,
por cuyo incumplimiento no se establece una sanción distinta a la derivada del
incumplimiento de la segunda obligación que es la que pauta u ordena el Art. 403 del
Código de Procedimiento Civil, como lo es la de contestar bajo juramento las posiciones
que haga la parte contraria sobre los hechos pertinentes del proceso, y por cuya
inobservancia, como sanción, se le declara confeso, de tal manera, que si fue citado debe
comparecer a responder las posiciones que estampe la parte contraria, con la única
excepción de que exista un motivo legítimo que impida entender esa situación, como son
los casos de fuerza mayor o hecho fortuito, los cuales deben alegarse y probarse.
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El perjuicio
El juramento es un símbolo de honestidad y honradez, el quebrantamiento del juramento
se produce por la respuesta dada, afirmando los hechos como verdaderos cuando son falsos
y contrarios a la verdad que ha jurado o negándolos como falsos cuando se corresponden a
la verdad. Al producirse una de ellas o ambas situaciones, quien haya prestado juramento
incurre en perjurio, que no es otra cosa que el juramento en falso, conducta que, además de
una sanción civil, en la que es declarado confeso, pudiera involucrar una sanción penal.
Ello es comprobable al vincularlo con los demás medios probatorios que ofrezcan la
verdad, contrario a lo afirmado en las respuestas falsas.

Limitaciones de posiciones juradas


Artículo 412 del Código de Procedimiento Civil, expresa “Se tendrá por confesa en las
posiciones que la parte contraria haga legalmente en presencia del Tribunal: a la que se
negare a contestarlas, a menos que el absolvente, por su propia determinación, se niegue a
contestar la posición por considerarla impertinente, y así resulte declarada por el Tribunal
en la sentencia definitiva; a la que citada para absolverlas no comparezca sin motivo
legítimo, o a la que se perjure al contestarlas, respecto de los hechos a que se refiere el
perjurio. Si la parte llamada a absolver las posiciones no concurre al acto, se dejaran
transcurrir sesenta minutos a partir de la hora fijada para la comparecencia, ya se refiera
ésta al primer acto de posiciones o a la continuación del mismo después de alguna
suspensión de aquél o de haberse acordado proseguirlo ante un Juez comisionado al efecto.
Pasado este tiempo sin que hubiese comparecido el absolvente, se le tendrá por confeso en
todas las posiciones que le estampe la contraparte, sin excederse de las veinte indicadas en
el artículo 411”.
A) A la que se negare a contestarlas, a menos que el absolvente, por su propia
determinación, se niegue a contestar la posición por considerarla impertinente, y así
resulte declarada por el Tribunal en la sentencia definitiva: Cuando la absolvente se
niegue a contestar la posición se tiene por confeso, salvo que por su propia
iniciativa de razones suficientes que justifiquen que dicha posición es impertinente
y por tanto nada aporta al proceso, en cuyo caso no se le tendrá por confeso al
absolvente. De igual modo el hecho de guardar silencio ante la posición se reputa
como confeso.
B) A la que citada para absolverlas no comparezca sin motivo legítimo: si la
absolvente no comparece y no presenta justificativo legítimo de su falta de
comparecencia se le tiene por confeso.
C) A la que se perjure al contestarlas, respecto de los hechos a que se refiere el
perjurio: Si la parte absolvente miente o se perjura en la posición se le tiene por
confeso, respecto de aquellas en las que se perjure.

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D) Si la parte llamada a absolver las posiciones no concurre al acto, se dejaran
transcurrir sesenta minutos a partir de la hora fijada para la comparecencia, ya se
refiera ésta al primer acto de posiciones o a la continuación del mismo después de
alguna suspensión de aquél o de haberse acordado proseguirlo ante un Juez
comisionado al efecto. Pasado este tiempo sin que hubiese comparecido el
absolvente, se le tendrá por confeso en todas las posiciones que le estampe la
contraparte, sin excederse de las veinte indicadas en el artículo 411″. En esta última
situación descrita por la norma se establece que la absolvente se tendrá por confeso
si ésta no concurre al acto bien sea el primero o la continuación del mismo después
que dicho acto se hubiese suspendido, dejando transcurrir 60 minutos a partir de la
hora fijada para que compareciera, pasado este tiempo sin que hubiere comparecido
la absolvente se le tendrá por confeso en todas las posiciones que le pensaba
formular a la contraparte de haber comparecido al acto.
El artículo 413 del Código de Procedimiento Civil, “Las posiciones se harán constar en
un acta que firmarán el Juez, el Secretario y las partes. En el acto, el solicitante hará las
preguntas verbalmente y la contestación se hará también verbal, pero el Secretario las
transcribirá fielmente en el acta”. Este artículo refleja dos principios el de escrituración y el
de oralidad, esto es, que la formulación de las preguntas y la respuesta a las mismas se
realiza de forma oral, pero estas deben ser transcritas en un acta que será firmada por el
juez, el absolvente, el formulante, etc.
Por su parte el artículo 414 del Código de Procedimiento Civil, enuncia que “La
contestación a las posiciones debe ser directa y categórica, confesando o negando la parte
cada posición. Se tendrá por confesa a aquélla que no responda de una manera terminante;
pero cuando la posición versare sobre el tenor de instrumentos que existan en autos, la
contestación podrá referirse a ellos.
Si se tratare de hechos que hayan ocurrido mucho tiempo antes o que por su naturaleza
sean tales que sea probable el olvido, el Juez estimará las circunstancias si la parte no diere
una contestación categórica”. Este artículo contiene otra circunstancia bajo la cual puede
quedar confeso el absolvente, aparte de las expresadas taxativamente en el artículo 412
CPC, y esta circunstancia se refiere al hecho de no hacer las respuestas de forma categórica
y determinante, salvo que la posición versare sobre instrumentos que existan en autos y
para la contestación deba hacerse referencia a ellos o si se tratara de hechos que hayan
ocurrido mucho tiempo o que por su naturaleza sean susceptibles de haberse olvidado, en
cuyo caso el Juez estimará las circunstancias si la parte no diere una contestación
categórica.
En el mismo orden de ideas el Artículo 415 del Código de Procedimiento Civil,
establece a su vez que “El absolvente no podrá leer ningún papel para dar su contestación, a
no ser que se trate de cantidades u otros asuntos complicados, a juicio del Tribunal, caso en
el cual se le permitirá consultar sus apuntes y papeles, dándosele para ello tiempo, si fuere
necesario”. Para absolver una posición jurada no se requiere de ningún apoyo documental,
salvo que para absolver la posición se requiera de datos específicos tales como fechas,

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cifras, etc., en tal caso se permitirá al absolvente que consulte apuntes o papeles de ser
necesario.
Artículo 416 del Código de Procedimiento Civil “Sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 404, la citación para absolver posiciones deberá hacerse personalmente para el día
y la hora designados, y aquellas en ningún caso suspenderán el curso de la causa”. Esta es
la excepción de la regla a la citación única prevista en el artículo 26 CPC.
Artículo 417 del Código de Procedimiento Civil “En caso de no hallarse el absolvente
en el lugar del juicio, el Tribunal comisionará a otro Juez o Tribunal de la jurisdicción en
que aquel se encuentre, para que ante éste se verifiquen las posiciones, a menos que el
absolvente prefiera comparecer a contestar ante el Juez de la causa, anunciándolo
previamente al Tribunal”. Este artículo debe concordarse con el artículo 234 CPC “Todo
Juez puede dar comisión para la práctica de cualesquiera diligencias de sustanciación o de
ejecución a los que le sean inferiores, aunque residan en el mismo lugar. Esta facultad no
podrá ejercerse cuando se trate de inspecciones judiciales, posiciones juradas,
interrogatorios de menores y casos de interdicción e inhabilitación”. Este artículo tiene que
ver con el principio de inmediación, existen ciertos medios de prueba que sólo deben ser
evacuados en el tribunal de causa, pero hay circunstancias excepcionales, el artículo 417
rompe con el principio de inmediación y permite que se evacúe el medio de prueba en un
tribunal distinto al de la causa.
Artículo 418 del Código de Procedimiento Civil “Si el absolvente se hallare en el
extranjero, se librará rogatoria al Juez respectivo. La absolución de posiciones de una
persona que se halle en el extranjero, sólo puede pedirse en el lapso de promoción de
pruebas indicado en el en el artículo 396”. Cuando el absolvente se encuentre domiciliado o
residenciado en el extranjero, la única oportunidad para promoverse como medio de prueba
es en el lapso de promoción, no puede promoverse en una oportunidad distinta a esta.
Asimismo concluimos con el artículo 419 del Código de Procedimiento Civil, el cual
señala que “No se permitirá promover la prueba de posiciones más de una vez en la primera
instancia y una en la segunda, a no ser que, después de absueltas las primeras posiciones, se
aleguen en contra hechos o instrumentos nuevos, caso en el cual se podrán promover otra
vez con referencia a los hechos o instrumentos nuevamente sobre que recae”.

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