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Situación crítica en los hospitales del Gobierno de la Ciudad en nuestra especialidad:

GASTROENTEROLOGIA y ENDOSCOPIA DIGESTIVA

De nuestra mayor consideración:

Atentos a que los tiempos que corren son de desafíos, y que ellos se presentan para que nos
animemos a conquistarlos, nos mueven a escribir estas líneas a fin de que se pueda visibilizar
una realidad que nos supera y que nos agotamos al intentar enfrentarla dentro de nuestra
organización.

Requerimos que las entidades de las que somos participes activos despierten a la sociedad toda
y nos auxilien para visibilizar la urgente necesidad de reparación que necesitamos, aún estamos
a tiempo de subsanar, estamos en riesgo, ya que de seguir la presente indiferencia de quienes
deben tomar las decisiones, no podremos continuar. Esto conllevaría un daño para nuestros
pacientes, los jóvenes médicos y los vecinos en su conjunto, que finalmente son los beneficiarios
de la Salud Pública, tan citada y agitada como bandera, elemento del mayor de los altruismos
entre los colegas, la clase política y las agrupaciones gremiales al momento de declamar sus
objetivos e ideales.

Hoy en día, la especialidad se ha hecho infinitamente más diversa y rica gracias al avance
científico y tecnológico. Esto depende lógicamente de la posibilidad de utilizar accesorios, tanto
bioquímicos como físicos, es decir, instrumental sofisticado, que hace la diferencia en el
diagnóstico y tratamiento de los pacientes.

Actualmente se pone mucho énfasis en la seguridad de los pacientes, instrumentando cursos y


capacitaciones donde queda establecida la necesidad de contar con protocolos y un checklist en
los procedimientos que garanticen que los errores -que siempre ocurren- estén supeditados a
lo que sea realmente inevitable, desafiándonos a ser cada vez más competentes y transparentes
para ser declarados organizaciones seguras. Una meta a la que todos aspiramos para
demostrarle a los pacientes la responsabilidad que nos compromete y poder ser elegidos con
toda transparencia.

Desde hace ya más de una década, y por diferentes circunstancias, el Gobierno de la Ciudad
decidió no adquirir equipamiento en nuestra área. La mayoría, sino todos los Servicios de
Gastroenterología de los Hospitales que dependen de la Secretaría, hemos tenido que hacer casi
milagros con donaciones o reparando una y otra vez equipos que ya deberían estar en el rezago,
teniendo en cuenta los riesgos que eso implica. Además, recordemos, estamos obligados a dar
capacitaciones a los residentes, concurrentes y becarios que se forman en nuestras Unidades.

Por supuesto que hemos intentado cumplir con todos los estándares. Para ilustrar esta situación
con un ejemplo, algunos de los servicios han participado -por impulso propio- del llamado del
Programa de Prevención del Cáncer de Colon propuesto por la Nación. Esta enfermedad es un
verdadero flagelo, y a pesar de ser una de las ciudades más importantes de Sudamérica, se
carece de un programa establecido metódico y con presupuesto propio: es decir, nuestros
vecinos están en el nivel del país más subdesarrollado de nuestro continente -y hasta del mundo-
viviendo en una ciudad cosmopolita que se enorgullece de contar, por ejemplo, con quizás uno
de los mejores teatros en calidad y construcción como es el Teatro Colón, teniendo una
población a la cual se le niega la posibilidad de detectarles a tiempo una enfermedad que afecta
a muchísimas personas.
No nos mueve ningún oculto deseo político ni tampoco un beneficio personal. Solo necesitamos
que nos ayuden a entender como sociedad que, a sabiendas que las autoridades que nos rigen
han estado al límite por la difícil tarea que fue poner a nuestros Hospitales en el nivel necesario
de enfrentar la Pandemia, ahora el desafío se ha trasladado a las patologías no covid que vienen
en masa y atrasadas en el control y tratamiento de épocas regulares. Pero también somos
conscientes de que, a pesar de que la energía desarrollada ha sido ejemplar, deben atender esta
realidad: sin equipamiento, sin una planificación adecuada, sin programas que contemplen la
verdadera urgencia que nos mueve a hacer este llamado, quedaremos fuera del histórico
servicio que siempre tuvimos dando culto de excelencia, entrenando los mejores profesionales
y sintiéndonos orgullosos de pertenecer y no abatidos y desesperanzados.

Les rogamos que nos ayuden, que no sean indiferentes a nuestra necesidad. Que convoquen a
las autoridades desde sus foros y les soliciten con fundamentos que nos den la oportunidad de
continuar, que nos ayuden a hacerles entender esta necesidad de equipamiento urgente para
poder hacer nuestro trabajo.

Estamos en el borde de un precipicio, pero todavía a tiempo de no auto cumplir una de las
últimas líneas de un poema de Bertolt Brecht: “Ahora vienen por mí, pero es demasiado tarde”.

Atentamente

Divisiones, Unidades y Secciones activas de Gastroenterología y Endoscopia Digestiva de los


Hospitales Municipales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

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