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Qué es la victimología

Acuñado por el psiquiatra Fredric Wertham, este término hace referencia a la disciplina científica
derivada de la criminología que estudia a las víctimas de la delincuencia en las diversas fases de
victimización.

La creación de esta disciplina ha permitido tanto el estudio como el tratamiento de víctimas y


familiares de todo tipo de delitos, que la criminología tradicional ignoraba para centrarse en la
figura del delincuente. Se trata de una disciplina científica relativamente joven, hallándose sus
inicios científicos en los años treinta.

Dicha disciplina tiene numerosas variantes que han ido focalizando su atención en diferentes
aspectos y teniendo diversas interpretaciones de la realidad. Sin embargo, todas las teorías y
perspectivas habidas tienen en común su objetivo de estudio. Se puede decir que, de algún modo, la
victimología centra su atención precisamente en las personas que se encuentran en una mayor
situación de vulnerabilidad y que, por consiguiente, son las primeras que necesitan que se estudie el
tipo de experiencias por las que pasan, sus fuentes de malestar y las posibles soluciones.

Objeto de estudio de la victimología

El principal objeto de estudio de esta disciplina es la víctima y sus características, así como su
relación con el delincuente y su rol dentro de la situación delictiva.

Concretamente se analiza el conjunto de factores que provocan que la persona se convierta en


víctima, tanto si la situación ha sido provocada por una segunda persona o se debe a la propia
actuación o azar (como un accidente laboral por ejemplo), la relación de los hechos con la ley
vigente y la posible reparación de daños y la relación entre los aspectos que pueden provocar que
una persona sea víctima y la ocurrencia del crimen.

¿Qué es una víctima?

Para comprender mejor este objeto de estudio, cabe definir qué se entiende por víctima. Según la
resolución 40/34 del 1985 de la Asamblea General de la ONU, se entiende como tal el sujeto/os que
hayan sufrido daños físicos, psicológicos o emocionales, o un ataque y disminución de sus derechos
fundamentales como consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación.

Del mismo modo, sus allegados o personas que hayan sufrido daños por asistir a la víctima también
serán considerados como tales.

Así pues, se entiende que el daño que experimentan las víctimas no es un fenómeno aislado que
solo afecta individualmente, sino que quien la sufre está insertado en un tejido social por el que se
transmite el malestar y el deterioro de la calidad de vida.
Metodología

Como disciplina científica, la victimología se ha situado siempre en una posición empirista,


haciendo hipótesis inductivas a partir de los casos observados. De este modo, requiere de encuestas
y observaciones de casos y víctimas para poder desarrollar hipótesis válidas que puedan contribuir a
explicar los procesos de victimización.

Elementos biopsicosociales, relación con el sujeto que comete el crimen y el crimen son pistas
fundamentales de cara a elaborar un estudio consistente de la víctima y su situación en el crimen.
Sin embargo, esta ciencia debe tener en cuenta tanto la necesidad de su uso inmediato como la de
asemejarse a otras ciencias naturales y sociales.

Las técnicas empleadas son la observación de la realidad, el estudio y análisis de casos y


estadísticas, entrevistas y técnicas provenientes de otras ciencias tales como psicología, medicina,
historia, economía o informática, entre otras.

El principal mecanismo por el que la victimología puede actuar es a través de la denuncia de un


crimen, junto a la testificación de los afectados. Incluso la ausencia de estos elementos resultan una
fuente importante de información, habida cuenta de que se refleja la postura de los diversos grupos
sociales e individuos respecto al sistema.

Tipos de víctimas

Como ciencia que estudia a las víctimas de infracciones penales, numerosos autores han realizado
diversas clasificaciones sobre tipologías de víctimas.

Una de ellas es la de Jiménez de Asúa, quien divide a las víctimas en:

1. Víctima determinada: Se considera como tal aquella que es escogida voluntariamente por el
criminal, no siendo su elección producto del azar. Un ejemplo serían los crímenes pasionales,
venganzas o crímenes llevados a cabo por familiares o allegados.

2. Víctima indiferente: Escogida al azar. El crimen podría realizarse con cualquier otra persona sin
que ello produjera ningún cambio en el criminal. Un ejemplo de ello podrían ser el fraude o los
timos, como los trileros. También se observa en algunos actos criminales llevados a cabo por
psicópatas y asesinos en serie.
3. Víctima resistente: Aquella víctima que es capaz de presentar resistencia y defenderse, o que es
atacada a causa de o a sabiendas de que el sujeto iba a defenderse.

4. Víctima coadyuvante: No siempre que se da una situación en que un sujeto es víctima de un


crimen éste es un sujeto sin vinculación con el hecho criminal. De este modo, existen víctimas que
participan de forma activa en el delito, si bien es posible que actúe bajo coacción.

Papel en la protección de la víctima: Al margen de estudiar a la víctima y el proceso a través de la


cual se ha convertido en tal, la victimología también tiene un papel muy destacado en la actuación
posterior al crimen.

Concretamente, su ámbito de estudio permite la creación de servicios a las víctimas, contribuyendo


junto a psicólogos y otros profesionales a preparar programas de asistencia, como la creación de
centros de crisis, pisos de protección oficial, programas de protección de testigos. Asimismo, la
información y el apoyo prestados a las víctimas son en general los servicios más importantes.

Por otro lado, también se realizan esfuerzos para prevenir las dinámicas de relaciones personales
que suelen generar la aparición de víctimas. De este modo, la victimología está en contacto con
muchas ramas de la psicología y las ciencias forenses.

Precaución ética: Como ciencia que establece un estrecho contacto con las víctimas de delitos, la
victimología debe tener especial precaución en los procedimientos empleados a la hora de ejercer su
actividad. Hay que tener en cuenta que la víctima de un delito, además de sufrir el delito per se, se
ve sometida al estrés y tensión que produce el proceso de investigación (reviviendo asimismo el
suceso, muchas veces traumático), y posteriormente lidiar con las consecuencias (físicas,
psicológicas, sociales o laborales) producidas por el delito.

En este sentido, la victimología ha de procurar no causar con su aplicación en la práctica no causar


una victimización secundaria y/o terciaria, es decir ha de procurar prevenir la realización de daños
en la víctima por el mero hecho de relatar, repetir o revivir experiencias traumáticas, tanto a nivel
institucional como social.

Benjamin Mendelsohn (n. 23 de abril de 1900 - f. 25 de enero de 1998), fue un criminólogo rumano
posteriormente nacionalizado israelí, considerado junto con Hans von Hentig como los padres del
estudio de la victimología en el Derecho Penal.
Fallecimiento: 25 de enero de 1998 (97 años)

Mendelsohn publicó en 1940 un artículo donde se realizaba un estudio sobre las víctimas de
violación. En dicho artículo el autor realiza una clasificación victimal.

La base de la tipología victimal de Benjamín Mendelsohn, es la correlación de culpabilidad entre la


víctima y el agresor.

Mendelsohn sostiene que existe una relación inversa, entre la culpabilidad del agresor y del
ofendido, es decir que si uno de estos dos sujetos tiene mayor culpabilidad, entonces el otro será
menos culpable.

Clasificación de Mendelsohn

La tipología victimal de Benjamín Mendelsohn, clasifica a las víctimas de la siguiente forma:

1 – Víctima completamente inocente o víctima ideal: Esta víctima no ha tenido ninguna culpa del
suceso o hecho y nada ha aportado para desencadenar la situación.

2 – Víctima de culpabilidad menor o víctima por ignorancia: Esta víctima desencadena el hecho por
un impulso no voluntario y tiene cierto grado de culpa en su propia victimización.

3 – Víctima tan culpable como el infractor o víctima voluntaria:

3.1 – Aquellas que cometen suicidio echándolo a suertes

3.2 – Suicidio por adhesión:

3.2.1 – Eutanasia, donde la víctima solicita ayuda para morir

3.2.2 – Pareja que pacta el suicidio

4 – Víctima más culpable que el infractor:

4.1 – Víctima provocadora: Esta víctima atrae por su propia conducta, a que el delincuente
cometa el ilícito penal. La conducta realizada por la víctima, crea y favorece la conclusión final del
hecho.
4.2 – Víctima por imprudencia: Desencadena el hecho por falta de control.

5 – Víctima más culpable o víctima únicamente culpable:

5.1 – Víctima infractora: En este caso, el agresor se convierte en víctima. Aquí el autor se refiere
a la legítima defensa, en la que el sujeto realiza un ilícito penal para defenderse.

5.2 – Víctima simuladora: Estas víctimas, son las que tienen algún tipo de interés, ya sea propio
o ajeno. Un ejemplo, podría ser el de aquella persona que pretende cobrar un seguro, haciéndose
pasar por víctima de una situación catastrófica, que en realidad no vivió.

5.3 – Víctima imaginaria: Son aquellas personas, que debido a factores de naturaleza bio-psico-
social, van a creerse víctimas de un delito del que, en realidad, no lo son. Como ejemplo de este tipo
de víctimas imaginarias, podemos citar a personas que presentan enfermedades mentales
(Individuos con cuadros de paranoia, histriónicos, etc…)

Mendelson consideran que la Victimología, de acuerdo a este primer objeto de estudio, está
construida sobre tres aspectos constitutivos:

I. El aspecto primordial sería bio-psico-social, el sujeto puesto de frente a todos los


factores que lo estimulan a convertirse en víctima, comprendidos los casos en los cuales
no existe la otra parte de la pareja penal, o sea el delincuente. Por ejemplo los
accidentes de trabajo o de tránsito, en los cuales se es víctima del propio acto; en estos
casos se habla de víctima independiente.
II. II. El aspecto criminológico, sobre el cual el problema de la personalidad de la víctima
está en relación bio-psico-social solamente con el conjunto de los problemas de la
criminalidad, y siempre desde el punto de vista terapéutico y profiláctico víctimal.
III. III. El aspecto jurídico, el cual consideraría a la víctima en relación con la ley sustantiva
y procesal penal y procesal para los casos de resarcimiento de los perjuicios
ocasionados con el delito. Este esquema parece ser lo suficientemente amplio, pues
admite tanto la víctima del criminal como a otras víctimas, así como diversos campos
de aplicación precisando que nuestro interés en el tema es las víctimas de los delitos.

El objeto de estudio no puede limitarse a la víctima en sí, sino su proyecto frente al nuevo
sistema procesal penal acusatorio, lo cual su exposición merece ser analizado desde varios
niveles: a) Nivel individual: la víctima. b) Nivel conductual: la victimización. c) Nivel de
reparación del daño. Es decir, el objeto de estudio no se circunscribe a la víctima, su
personalidad y características, debe estudiarse también su conducta, aislada y en relación con la
conducta criminal (si la hay), así como el fenómeno victimal en general, en su conjunto, como
suma de víctimas y victimizaciones, con características independientes de las individualizadas
que la conforman.

5. TIPOLOGÍAS VICTIMOLÓGICAS La tipología no es el simple hecho de ordenar los


fenómenos, sino que debe servir también para orientar las nuevas investigaciones. La
Victimología intentó tipologías propias, que permitieran comprender mejor el papel
desempeñado por la víctima en el fenómeno de la victimización.

5.1 Mendelsohn (MENDELSHON: 1981) Las primeras tentativas de clasificación de las


víctimas se fundamenta en la correlación de culpabilidad entre la víctima y el infractor. La
hipótesis, de base es que hay una correlación inversa entre la culpabilidad del agresor y la del
ofendido, a mayor culpabilidad de uno menor culpabilidad del otro.

La segunda parte de la hipótesis es que las relaciones entre criminal y víctima tienen siempre un
origen biopsicosocial en la personalidad de la víctima. La clasificación es en la forma siguiente:

1. Víctima completamente inocente o ideal. Es la que no ha hecho nada para desencadenar la


situación criminal en la que resulto lesionado o afectado.

Como el que en un supermercado recibe el impacto de una explosión, o el menor que recibe en
su cuerpo una bala perdida.

2. Víctima de culpabilidad menor o víctima por ignorancia. En este caso se presente una
circunstancia no voluntaria al delito. La víctima por un acto de poca reflexión provoca que
propia victimización. El que a la salida del banco, en una vía insegura, empieza a contar los
fajos de billetes que le acaba de entregar el cajero.

3. Víctima tan culpable como el infractor o víctima voluntaria: Se presente en los casos de
homicidio por piedad, donde la víctima como el victimario son copartícipes del hecho donde va
a resultado muerto el afectado por la enfermedad incurable o discapacitado grave.

4. la víctima más culpable o víctima únicamente culpable. La víctima por imprudencia, el que
determina la comisión del hecho punible por su falta de cuidado, como el que deja su vehículo
parqueado en vía pública con las llaves puestas.

5. Víctima más culpable o únicamente culpable. Aquella que resulta afectada cuando
busca lesionar a otro y este se defiende en legítima defensa causando la muerte al primer
agresor. Concluye Mendelsohn que, basándose siempre en las correlaciones de
culpabilidad, el comportamiento de la víctimas puede determinar la pena a imponer al
infractor o la cantidad de valor o daño que corresponde a una indemnización. Esta
clasificación, se critica porque solo hace referencia a categorías legales, y que el punto de
partida es el de culpabilidad, manejado no como fenómeno psicológico sino como ente
jurídico. Además, la culpabilidad no es previamente definida, y en ocasiones se usa
indistintamente el término «imputabilidad»; de ésta se desprende el grado de
responsabilidad del delincuente, pues nos indicará qué tan culpable puede ser la víctima
en la comisión del delito, restando ésta a la responsabilidad del infractor.

CONCLUSIONES
Con los avances de la victimología como ciencia que se ocupa de las víctimas, alimentado con
las decisiones de las actas Cortes, se tiene que las actuaciones de las víctimas, según la
jurisprudencia de la Corte Constitucional, en el procedimiento penal hacen referencia a los
siguientes derechos que se pretenden se han reconocidos como sujeto procesal, estos derechos
en su contenido hace referencia a: el derecho a la justicia implica que toda víctima tenga la
posibilidad de hacer valer sus derechos beneficiándose de un recurso justo y eficaz,
principalmente para conseguir que su agresor sea juzgado, obteniendo su reparación; al derecho
a la justicia corresponde el deber estatal de investigar las violaciones, perseguir a sus autores y,
si su culpabilidad es establecida, de asegurar su sanción; dentro del proceso penal las víctimas
tiene el derecho de hacerse parte para reclamar su derecho a la reparación. En estas condiciones
la víctima es un sujeto procesal, una parte en el proceso, como lo es el procesado o el fiscal, sin
que sea considerada, como se hacía en el proceso inquisitivo, un mero interviniente, quien tenía
muy limitado su participación en el proceso penal.

La imputación objetiva

Siempre partimos de que es necesario la creación de un riesgo no permitido para poder


imputarle objetivamente un resultado a una persona. Esto es un elemento definido por la propia
sociedad a través de normas que pueden ser tanto constitucionales, legales reglamentarias y
hasta sociales, entre estos, modelos diferenciadores, esquemas técnicos y hasta la misma lex
artis.

Ahora bien, este riesgo ilegal o anti reglamentario, puede excluirse cuando en sí mismo no se
crea una fuente del peligro, es decir cuando el peligro no existe o este mismo es irrelevante. Por
ejemplo, el caso del delito de provocación de derrumbe no existe la creación del riesgo si un
individuo arroja una piedra al alud de tierra. Así mismo existen casos de riesgo permitido.
Estas son conductas per se dañosas, pero son socialmente avaladas, lo que le otorga al individuo
la posibilidad de ejecutarlas bajo unas previsiones específicas como es el caso de la conducción.
También no existe riesgo cuando el agente lo reduce efectivamente y la conducta no tiene la
autonomía típica para materializarse; y cuando se crea un riesgo no permitido pero el que se
consolida en el resultado es otro.

Tal vez uno de los elementos más relevantes es analizar el fin de protección de la norma,
siempre debe existir relación entre la norma vulnerada (ejemplo: violación de los límites de
velocidad) y la disposición cuya violación causó el resultado típico atribuible (Homicidio al
atropellar un peatón por una cebra). Con esto es imputable un riesgo jurídicamente desaprobado
siempre y cuando por la violación de la norma inicial se haya generado el resultado típico.

Ahora bien, para que sea imputable un resultado es necesario que exista una conducta
alternativa conforme a derecho en virtud de la cual, si se hubiese optado por esta no existiría
relevancia típica fáctica. Si bien es cierto que nadie está obligado a lo imposible lo que se tiene
que analizar es la creación de un riesgo antijurídico o el aumento injustificado del riesgo
permitido a tal punto de llevarlo a que mute su naturaleza jurídica. Finalmente se debe concretar
el resultado en el tipo penal.

Hay que analizar, en la medida que la estructura del bien jurídico lo permita las auto puestas en
peligro consentidas donde debemos verificar si el sujeto pasivo se ha colocado voluntariamente
en peligro y domina el hecho. Es por esto que existe una imposibilidad de sancionar el suicidio
ya que es inoponible la protección del bien jurídico al “autor”.

Finalmente quiero que revisemos las acciones de tipo neutro, o causas intermedias imprudentes,
estas carecen de influencia sobre la causalidad ya que la imprudencia no entra a ser desde
ningún elemento corrector de la causalidad relevante, típica o la causalidad adecuada.

Finalmente, debe existir una relación de riesgo para poder, satisfactoriamente, imputar
objetivamente un resultado a un agente. En este nexo, hay aspectos casuísticos que siempre
deben analizarse como lo es la ausencia de nexo causal o si una puesta en marcha es
interrumpida o adelantada vinculando el concepto del iter criminis y la relevancia y autonomía
típica dentro de un ordenamiento de los diferentes actos de concepción y ejecución.

NOTICIA EN ANDRES CARNE DE RES 13/11/2013

Lo que empezó la noche del 1 de noviembre como una celebración de amigas en la puerta de
Andrés Carne de Res de Chía, uno de los restaurantes más famosos en Colombia y el exterior,
se transformó en una pesadilla para una estudiante de 19 años, quien denunció ante la Sijin
haber sido víctima de violación en el parqueadero del local

Esa denuncia la presentó el sábado al mediodía en la Sijin de Chía el padre de la joven

De inmediato los investigadores atendiendo el protocolo legal establecido para estos casos,
llevaron a la estudiante a la sede de Teletom para que un médico realizara las primeras
valoraciones

El especialista que la atendió observó que presentaba contusiones en sus piernas y le preguntó
qué había pasado. Después de escuchar su relato ordenó la práctica de exámenes toxicológicos
y pruebas para establecer lesiones sexuales
Una vez recolectado todo el material biológico las pruebas fueron etiquetas y enviadas a
Medicina Legal para su evaluación

Con el testimonio de la estudiante y la denuncia del padre, los investigadores de la Sijin de Chía
se presentaron en el restaurante para tratar de reconstruir los hechos que rodearon la presunta
agresión

Lo primero que hicieron fue ubicar la escena donde la joven habría sido atacada. Justamente,
uno de los miembros de la seguridad del parqueadero habría sido la persona quien llamó al papá
de la joven, que permanecía en el suelo sin medias y sin zapatos

Después solicitaron los videos de las cámaras de seguridad tanto internas como externas. En las
imágenes se ve que antes de ingresar al restaurante la joven compartió con unas amigas con
quienes consumió media botella de aguardiente

Ya dentro del restaurante se ve que el grupo pide una botella de tequila y más tarde se le ve
compartiendo la mesa con dos hombres, quienes vuelven a pedir otra botella de tequila

De acuerdo con la declaración de la estudiante, los dos hombres en la mesa son un colombiano
y un español. En los videos se ve que ella mantuvo una comunicación especial con el
extranjero, quien la habría invitado a que se fuera con él a su habitación en el hotel El Virrey

La mesera que atendió al grupo durante el festejo declaró que ella vio que durante el tiempo que
estuvieron en el restaurante la joven mantuvo un mayor contacto con el ciudadano español

Pasada las 3:30 de la madrugada, las imágenes registran el momento en que la joven sale del
local en compañía de un hombre de camisa blanca, cruzan la calle y se dirigen al parqueadero.
Ese hombre todo el tiempo mantiene una botella de whisky en la mano

Al parecer el hombre de la camisa blanca es un abogado colombiano, de 30 años, con


especialización en derecho penal, quien la tarde del martes 12 de noviembre ante el escándalo
desatado en la prensa y las declaraciones de Andrés Jaramillo, dueño del restaurante, de que
estaba plenamente identificado porque había dejado en el ropero sus pertenencias, decidió
presentar voluntariamente ante la Dirección Seccional de Fiscalías
Justamente esa tarde, sobre las 17:10 el fiscal coordinador de la URI Seccional Cundinamarca y
Amazonas recibió de la Sijin de Chía el informe ejecutivo de policía judicial donde se
relacionan las diligencias realizadas con ocasión de la denuncia por accedo carnal en persona
puesta en incapacidad de resistir, que corresponden a la noticia criminal 25175610..

Por estos hechos el hombre señalado de la violación será sometido este jueves a interrogatorio
para que responda por las sindicaciones hechas por la joven víctima

En este caso el artículo 207 del Código Penal castiga el acceso carnal violento en persona
puesta en incapacidad de resistir con una pena entre 12 y 20 años de cárcel.

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