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IES Ría del Carmen

Literatura española lengua


española del siglo XX

Prof. Elena Galiano

Curso 2016-2017
ESQUEMA GENERAL

Cronología Movimientos literarios


1890-1914 MODERNISMO: Rubén Darío
Regencia Mª Cristina(1885-1902)
Alfonso XIII (1902-1931)
GENERACIÓN DEL 98: M. de Unamuno – A. Machado
– Valle Inclán- P. Baroja - Azorín
1910-1936 NOVECENTISMO: Juan Ramón Jiménez (poesía)
Alfonso XIII (1902-1931) VANGUARDIAS Y GENERACIÓN DEL 27: F.
II República (1931-1936) García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, V. Aleixandre,
Gerardo Diego, Dámaso Alonso
1936-1939
Guerra Civil Española LITERATURA DE COMBATE: Miguel Hernández
1940-1975 AÑOS 40 TRIUNFALISMO: Exaltación del franquismo
Dictadura de F. Franco EXISTENCIALISMO: Nada (Carmen Laforet) –
J.L.Hidalgo (poesía)
TREMENDISMO: La familia de Pascual Duarte
(C.J. Cela)
AÑOS 50 LITERATURA SOCIAL:
Poesía: Blas de Otero, Gabriel Celaya, Dámaso
Alonso
Novela: La Colmena (C.J. Cela) – Miguel Delibes
Teatro: Antonio Buero Vallejo
AÑOS 60 LITERATURA EXPERIMENTAL
y 70 Novela: Tiempo de silencio (Luis Martín Santos)
Poesía: José Hierro
Teatro: Fernando Arrabal
1975-2000 VARIEDAD Narrativa: J.L. Sampedro, A. Muñoz Molina
DE Teatro: Alonso de Santos, Sanchís Sinistiera
Democracia TENDENCIA
S Poesía: Ángel González

LITERATURA Narrativa: Borges, J.Cortázar, E. Sábato, M. Vargas Llosa, García


HISPANOAMERICANA Márquez
Poesía: Nicolás Guillén, Pablo Neruda, César Vallejo

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LA LITERATURA ESPAÑOLA
SIGLOS XX-XXI
Contenido
1. CUESTIÓN PREVIA: LOS GÉNEROS LITERARIOS, LA POESÍA ................... 5
1.1.- La literatura .......................................................................................................... 5
1.2.- Los géneros literarios ........................................................................................... 6
1.3.- ¿Qué es poesía? .................................................................................................... 7
1.4. En análisis métrico de un poema. La rima. .......................................................... 9
1.5. Principales tipos de estrofas ................................................................................ 11
2. LA LITERATURA ESPAÑOLA HASTA LA GUERRA CIVIL ............................. 16
2.1.- Contexto histórico (1890-1936) ......................................................................... 16
2.2.- Modernismo ....................................................................................................... 17
2.2.1. Rubén Darío (1867-1916)............................................................................. 19
2.3.- Generación del 98............................................................................................... 20
2.3.1. Valle Inclán (1866–1936) ............................................................................. 22
2.3.2.- Miguel de Unamuno (1864-1936) .............................................................. 26
2.3.3. Antonio Machado (1875-1939) .................................................................... 28
2.4. – Novecentismo ................................................................................................... 30
2.4.1- Ensayo: José Ortega y Gasset (1883-1956).................................................. 31
2.4.2.- Novela: Pérez de Ayala, Gabriel Miró, Fernández Florez .......................... 31
2.4.3.- Poesía: Juan Ramón Jiménez (1881-1958) ................................................. 32
2.5.- Vanguardias ....................................................................................................... 32
2.5.1. Ramón Gómez de la Serna (1888 – 1963).................................................... 34
2.6.- La Generación del 27 ......................................................................................... 35
2.6.1.- Federico García Lorca (1898-1936) ............................................................ 37
2.7.- Miguel Hernández. La poesía durante la guerra civil. ...................................... 41
3. LITERATURA EN LA DICTADURA (1939-1945) ................................................. 43
3.1.- Contexto histórico y cultural .............................................................................. 43
3.2.- La literatura de los años 40. ............................................................................... 44
3.2.1.- La poesía de los años 40. Poesía arraigada y desarraigada. ........................ 44
3.2.2.- La novela de los años 40. Tremendismo y existencialismo. ....................... 46
3.2.3.- El teatro de los años 40. La alta comedia y el teatro humorístico. .............. 47
3.3. La literatura social de los años 50. ...................................................................... 50
3.3.1.- La poesía social. Blas de Otero, Gabriel Celaya. ........................................ 50

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3.3.2.- La novela de los 50...................................................................................... 51
3.3.3.- Camilo José Cela (1916-2002). La Colmena ............................................. 52
3.3.4.- Miguel Delibes (1920-2010) ...................................................................... 60
3.3.5.- Otros novelistas destacados ......................................................................... 61
3.3.6. Teatro: Buero Vallejo, Alejandro Casona, Alfonso Sastre ........................... 61
3.4.- Literatura experimental (1960-1975) ................................................................. 64
3.4.1.- Novela: Tiempo de silencio (Luis Martín Santos) ....................................... 64
4. LITERATURA ESPAÑOLA EN EL EXILIO (1939-1975)...................................... 64
4.1.- La novela del exilio ............................................................................................ 64
4.1.1.- Ramón J. Sender (1901-1982)..................................................................... 65
5. LITERATURA EN DEMOCRACIA (Desde 1975) .................................................. 66
6. LITERATURA HISPANOAMERICANA ................................................................ 67
6.1.- Contexto Histórico: situación política, social y cultural .................................... 67
6.2.- La narrativa hispanoamericana desde los años 60. ........................................... 68
6.2.1.- Gabriel García Márquez (1928-2015) ......................................................... 70
6.3.- La poesía hispanoamericana............................................................................... 71
6.3.1.- La poesía negra. Nicolás Guillén (1902-1989) ........................................... 72
6.3.2.- César Vallejo (1892-1938) .......................................................................... 73
6.3.3. Pablo Neruda (1904-1973) ........................................................................... 74
6.3.4. Octavio Paz (1914-1998) .............................................................................. 74

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PERIODOS LITERARIOS S.XX
1. CUESTIÓN PREVIA: LOS GÉNEROS LITERARIOS, LA POESÍA
1.1.- La literatura

Se consideran textos literarios todos aquellos en los que predomina la función poética
sobre el resto de las funciones del lenguaje.

Su finalidad principal no es práctica, sino artística. El ser humano, desde siempre, ha


sentido la necesidad de expresarse de forma artística cuando sus necesidades básicas
estaban satisfechas. El arte existe y ha existido siempre en todas las culturas,
independientemente de su grado de civilización o sofisticación. Las pinturas rupestres
son una muestra del arte de nuestros antepasados que ha llegado hasta nosotros, pero sin
duda esos mismos seres humanos que decoraban las cavernas eran también capaces de
hacer música, de cantar, de contar historias y de rezar. Los teóricos de la literatura
consideran el rezo, como una forma de poesía que existe en todas las cultura, pues en la
esencia del rezo está lo simbólico, lo rítmico y lo emotivo, los tres elementos esenciales
de la poesía, como veremos más adelante.

Siempre ha existido, y sigue existiendo, una literatura oral prueba de ello es el reciente
reconocimiento del Nobel de Literatura a un cantautor como Bob Dylan, que nunca ha
querido publicar por escrito la letra de sus canciones. Gran parte de la literatura oral se
ha perdido, por razones evidentes. Desde que existe la escritura ha existido también una
literatura escrita que ha llegado con más facilidad hasta nosotros, que no es que ha
coexistido siempre con la oral, y que no necesariamente es de mejor calidad, aunque sí
puede ser más elaborada.

La literatura es pues una forma de arte, que utiliza el lenguaje como materia
prima, como la música utiliza los sonidos, la pintura los colores o la escultura los
volúmenes. Como el resto de las artes, la literatura trata de provocar emociones, y lo
hace mediante la recreación de la realidad a través del lenguaje. Las emociones que
puede provocar la literatura -como cualquier forma de arte- son muy diversas: desde la
admiración por la belleza del resultado (finalidad estética), la diversión, la risa o la
evasión (finalidad lúdica) o la evocación de sentimientos: tristeza, amor, alegría,
nostalgia… (finalidad emotiva). Así pues, el fin último de la literatura es ser causar la
admiración por la perfección en la recreación de la realidad, la belleza de la obra o la
capacidad para emocionar al receptor.

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1.2.- Los géneros literarios

Independiente de si hablamos de literatura oral o escrita, los textos literarios se agrupa


en tres grandes géneros, que a su vez pueden subdividirse en distintos subgéneros, en
función de sus características temáticas o formales.

Género lírico: Suele identificarse con la poesía, aunque como veremos más adelante,
esto no es del todo exacto. Pertenecen al género lírico los textos literarios que expresan
sentimientos de un yo poético, es decir de una primera persona que tiende a
identificarse con el autor, pero que no es necesariamente el autor: el autor es una
persona real, mientras que el “yo poético” es una recreación literaria. El autor, en su yo
poético, da una versión lírica de sí mismo: puede exagerar emociones, idealizarlas o
incluso mentir, fingir sentimientos que no experimenta. Desde su origen, la lírica se
relaciona con la música y el canto (la lira es un instrumento musical), por lo que el
componente rítmico es muy importante: esa es la razón por la que se suele identificar
con la poesía.

Género épico-narrativo: Epos en griego, significa hazaña. El género épico original es


el que se dedicaba a relatar hazañas guerreras. Lo hacía tradicionalmente en verso, entre
otras razones, por cuestiones memorísticas, pues eran narraciones muy largas. Existió
así, desde siempre, una poesía lírica –que expresaba emociones- y una poesía épica, que
relataba hazañas guerreras. Pero el género épico no se refiere solo al relato de hazañas.
Se incluyen dentro del género épico –o narrativo, como se suele preferir por ser una
denominación más precisa- a todas aquellas obras literarias en las que un narrador –que
puede utilizar distintos enfoques o personas narrativas- relata unos hechos o sucesos
más o menos imaginarios. En principio todos los relatos literarios son ficticios, puesto
que son recreaciones artísticas de la realidad, aunque pueden estar más o menos
inspirados en hechos reales. Son subgéneros narrativos las leyendas, los mitos, los
cuentos, el microrrelato y la novela. Estos tres últimos son muy importantes en la
literatura contemporánea. La diferencia sustancial no es la temática, que puede ser muy
variada en los tres casos, sino la longitud del relato, que lleva aparejada diferencias
estructurales.
 El cuento. Es un relato corto, lo que conlleva simplicidad en los personajes, la
trama y la acción. El cuento busca impactar mediante la intensidad narrativa,
que puede conseguirse de distintas formas, según la maestría del escritor.
 La novela. Es un relato extenso y por tanto capaz de incluir multitud de
personajes, situaciones y desarrollar tramas más complejas.
 Microrrelato. Un subgénero muy destacado y en gran auge. Es una narración
muy breve y por tanto que busca el impacto en la condensación y el propio
lenguaje.

Género dramático o teatral. Se recrea una situación en la que unos personajes viven,
representan una historia ante los ojos del espectador. No hay narrador que sirva de
intermediario, sino que el receptor asiste a los hechos mismos, con lo que la sensación
de realidad es máxima, aunque los hechos representados, como ocurre en la novela, son
en principio ficticios, pues la realidad se recrea y los diálogos son inventados por el
autor. Los subgéneros dramáticos clásicos son la tragedia (emocionar mediante la
empatía con las desgracias de los personajes), la comedia (evasión mediante la risa y la
diversión) y el drama (subgénero más moderno, que busca recrear la realidad tal como
es).

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Género ensayístico. El ensayo es un género que desde el siglo XIX se ha incorporado
a la clásica división de géneros. Se trata de un género híbrido, mixto, que aúna
características de lo literario y de lo no literario.
 Tiene en común con los textos literarios el predominio de la función poética, es
decir, el cuidado por la forma del mensaje, que se manifiesta en una voluntad de
estilo personal, cuidado, hermoso o sugerente.
 Con los textos no literarios coincide en que no crean mundos de ficción, sino
que analizan la realidad, con un enfoque subjetivo y personal. Son textos en
prosa que reflexionan sobre filosofía, arte, historia o literatura.

1.3.- ¿Qué es poesía?

Para definir la poesía, vamos a tener que recurrir a Gustavo Adolfo Bécquer (1836-
1870), probablemente el poeta que más influyó en toda la poesía en lengua española
posterior. Es quizás además el poeta que mejor la ha definido. El modernismo, el
primero de los movimientos literarios que estudiaremos, toma de Bécquer su
concepción de poesía, como también lo hacen los poetas posteriores.

“ ¿Qué es la poesía? me dijiste; y yo, que no soy muy fuerte en esto de las definiciones, te
respondí titubeando: la poesía es... es... y sin concluir la frase buscaba inútilmente en mi
memoria un término de comparación, que no acertaba a encontrar.”

G.A.Bécquer Cartas Literarias a una mujer

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas


en mi pupila tu pupila azul.
¿Que es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú.

G.A. Bécquer Rima XXI

Para Bécquer, la poesía no es el poema, sino los sentimientos inmateriales que el


poema trata de expresar. Los seres humanos utilizamos el lenguaje para comunicarnos,
pero los sentimientos más grandes y hermosos a menudo no pueden expresarse con
palabras. La poesía trata de poner palabras a esos sentimientos, y dejar constancia por
escrito de las emociones humanas. Por eso el poema es una forma de comunicación con
los que ya no están, como expresa muy bien Quevedo en un famoso soneto:

Vivo en conversación con los difuntos


y escucho con mis ojos a los muertos.

La poesía está fuera del poeta, está en las emociones humanas: los afectos, el miedo,
el odio, la esperanza, la tristeza, el amor… y también en todo aquello que causa
emoción: la belleza, la naturaleza, lo misterioso, lo incomprensible…

“No digáis que agotado su tesoro,


de asuntos falta, enmudeció la lira:
Podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía”. . G.A. Bécquer, Rima IV

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Por tanto, la poesía es previa al poema. Por eso dice Bécquer que Podrá no haber
poetas, pero siempre habrá poesía. El poema es solo la plasmación verbal de los
sentimientos poéticos. El poeta tiene que utilizar el lenguaje para plasmar esa belleza
inmaterial. Sin embargo, esta labor resulta difícil porque las palabras pertenecen al
ámbito de lo material y la poesía tiene una naturaleza espiritual, inmaterial.

“Todo el mundo siente. Sólo a algunos seres les es dado el guardar, como un tesoro, la memoria
viva de lo que han sentido. Yo creo que éstos son los poetas. Es más, creo que únicamente por esto lo son.
(...) Si tú supieras cómo las ideas más grandes se empequeñecen al encerrarse en el círculo de
hierro de la palabra; si tú supieras qué diáfanas, qué ligeras, qué impalpables son las gasas de oro que
flotan en la imaginación, al envolver esas misteriosas figuras que crea, y de las que sólo acertamos a
reproducir el descarnado esqueleto; si tú supieras cuán imperceptible es el hilo de luz que ata entre sí los
pensamientos más absurdos que nadan en su caos; si tú supieras... pero, ¿qué digo?, tú lo sabes, tú debes
saberlo. ¿No has soñado nunca? ¿Al despertar te ha sido alguna vez posible referir con toda su
inexplicable vaguedad y poesía lo que has soñado?
El espíritu tiene una manera de sentir y comprender especial, misteriosa, porque él es un arcano;
inmensa, porque él es infinito; divina, porque su esencia es santa. ¿Cómo la palabra. Cómo un idioma
grosero y mezquino, insuficiente a veces para expresar las necesidades de la materia, podrá servir de
digno intérprete entre dos almas?”
Gustavo Adolfo Bécquer, Cartas Literarias a una mujer.

El poeta es aquel que trata de expresar con palabras lo que no se puede expresar con
palabras. Para ello debe recurrir al símbolo, a la evocación de sentimientos a partir de
imágenes que lo sugieran en el lector, que hagan al lector evocar sus propios
sentimientos. Bécquer se considera así un precursor del simbolismo. Movimiento que
está también en la base del modernismo. Las ideas poéticas de Bécquer, además de su
poesía, influyeron mucho en los modernistas. Véase por ejemplo lo que es la poesía
para Rubén Darío, el primero de los poetas modernistas.
«La poesía existirá mientras exista el problema de la vida y de la muerte. El don del arte es un don
superior que permite entrar en lo desconocido de antes y en lo ignorado de después, en el ambiente del
ensueño o de la meditación. Hay una música ideal como hay una música verbal. No hay escuelas; hay
poetas. El verdadero artista comprende de todas las maneras y halla la belleza bajo todas las formas. Toda
la gloria y toda la eternidad están en nuestra conciencia.»
Rubén Darío, El canto errante (1907)

Para Paul Valéry (1871-1945), poeta francés cercano al simbolismo que también
influyó mucho en Rubén Darío y los modernistas, la poesía es un intento de las palabras
de ir más allá de sí mismas. Es una forma de ver el mundo, una manera de decir lo
indecible, situada a medio camino entre el sonido y el sentido, como decía el poeta.

Sin embargo, la poesía no es solo expresión de sentimientos, es una recreación artística


de esos sentimientos, como una pintura es una recreación artística de la realidad. Y es
además una expresión rítmica de esos sentimientos. El género lírico, que es el que
englobaría las obras poéticas, toma su nombre de la lira, un instrumento musical, pues
desde su origen, la poesía ha estado siempre ligada al ritmo, a la música y al canto.

La poesía es la representación rítmica de un pensamiento por medio de una imagen, y expresado en un


lenguaje que no se puede decir en prosa ni con más naturalidad ni con menos palabras... Sólo el ritmo
debe separar al lenguaje del verso del propio de la prosa...
Ramón de Campoamor (1817-1901), Poética.

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Entonces, ¿qué es poesía?

Podemos concluir que los elementos esenciales de la poesía son Sentimiento (lo que se
expresa), Ritmo (mediante le palabra) e Imagen (recreación del sentimiento mediante
el color y la forma).

1.4. En análisis métrico de un poema. La rima.

Tradicionalmente se ha llamado poesía a la literatura escrita en verso. Sin embargo,


esto no es del todo exacto. Existe una prosa poética, y por tanto lírica, de la misma
forma que hay poesía narrativa y prosaica. Por otra parte, la poesía del siglo XX
rompe con la métrica tradicional: se impone los versos blancos (sin rima) o los versos
libres (sin una métrica definida), de forma que las fronteras entre verso y prosa se
diluyen.

Sin embargo, puesto que en general lo lírico, a poesía, suele venir expresada en forma
de poemas, será precisa puntualizar algunos términos:

Poesía: Género lírico, lo poético, conjunto de poemas de un autor o época.


Género Lírico: Conjunto de obras literarias que expresan emociones de un yo poético.
Poema: Composición en verso. Texto completo, independientemente de su longitud.
Verso: Cada una de las líneas del poema.
Estrofa: Agrupación de versos dentro del poema.

El cómputo silábico de los versos:

El número de sílabas, junto con la alternancia de vocales tónicas y átonas y la rima, es


lo que confiere ritmo al verso. Para medir las sílabas de un verso, hay que tener en
cuenta que el ritmo y la musicalidad de poema se captan por el oído –no por la vista-
puesto que el poema está compuesto esencialmente para ser recitado o leído en voz alta.

Así, en la lengua oral, las vocales finales de una palabra y las iniciales de la siguiente se
unen en una sola sílaba. Es lo que se conoce con el nombre de sinalefa. También hay
que tener en cuenta la vocal final. La mayoría de las palabras de castellano son llanas,
por lo que la pauta rítmica habitual es que la palabra final sea llana. Cuando la sílaba
final de una palabra está acentuada (lo que ocurre en las palabras agudas o
monosílabas) el oído la capta como más larga, por lo que se cuenta una sílaba más.
Por el contrario, cuando la palabra final es esdrújula, se produce el efecto contrario y
al medir los versos habrá que restar una sílaba.

Licencias métricas:
En ocasiones, el poeta rompe con esta pauta general, normalmente para dar algún tipo
de énfasis o marcar un ritmo especial en el verso. Las licencias métricas fundamentales
son dos:

Diéresis (Consiste en dividir en dos palabras las vocales que deberían ir en una sola
porque forman diptongo. A veces viene indicada por el poeta con los dos puntos propios
de la diéresis (¨).
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la-del-que-hu-ye el- mun-da-nal-ru-ï-do Fray Luis, Oda a la vida retirada
Sinéresis: Consiste en lo contrario de la diéresis, es decir, en la unión, para formar una
sílaba métrica, de dos vocales contiguas que no forman diptongo en el interior de una
palabra.
de-noc-tur-no-Fae-tón-ca-rro-za ar-dien-te Góngora, Soledad Primera

En cualquier caso, a la hora de medir los versos de un poema, hay que tener en cuenta
que el poeta ha seguido unas pautas métricas precisas que habrá que identificar: si
el poema está en versos endecasílabos (11 sílabas), por ejemplo, y al contar las sílabas
alguno de los versos nos salen de diez o doce, es probable que al medir no hayamos
tenido en cuenta alguna de estas licencias métricas.

Nombres de los versos según su número de sílabas:

Arte menor Arte mayor

2 Bisílabo 9 Eneasílabo
3 Trisílabo 10 Decasílabo
4 Tetrasílabo 11 Endecasílabo
5 Pentasílabo 12 Dodecasílabo
6 Hexasílabo 13 Tridecasílabo
7 Heptasílabo 14 Alejandrino
8 Octosílabo

En cuanto a la rima (repetición de sonidos desde la última vocal tónica de cada verso)
puede ser:

Rima consonante, perfecta o total: Si, desde de la última vocal acentuada, riman
vocales y consonantes. Es propia de la poesía culta, por ser más elaborada.

La princesa está triste, qué tendrá la princesa


los suspiros se escapan de su boca de fresa. (R. Darío)

Rima asonante o parcial: Si, desde la última vocal acentuada, sólo riman las vocales.
Es característica de la poesía oral popular, aunque la utilizan también muchos poetas
cultos, sobre todo para dar mayor naturalidad al poema.

Verde que te quiero verde, verde viento verdes ramas


el barco sobre la mar, y el caballo en la montaña. (F. García Lorca)

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1.5. Principales tipos de estrofas

Los principales tipos de estrofas de la poesía española son los siguientes (la rima va
señalada con letras mayúsculas si es verso de arte mayor, y con letra minúscula si es
verso de arte menor):

Pareado: Estrofa de dos versos, de arte mayor o menor, que riman entre sí, con rima
consonante normalmente (AA, aa). Ambos versos no tienen porqué tener el mismo
número de sílabas. Se han utilizado a lo largo de toda la historia de la literatura
española; especialmente en refranes y sentencias. Al pareado compuesto por dos versos
de arte menor se le denomina aleluya.
Aunque la mona se vista de seda,
mona se queda. (T. de Iriarte)

Terceto: Combinación de tres versos endecasílabos que riman primero con tercero y
queda suelto el segundo (ABA). Se suele presentar en series en la que este segundo
verso suele rimar con el primero y tercero del terceto siguiente, y así sucesivamente
(ABA-BCB-CDC-DCDC), añadiéndose un verso final para cerrar este tipo de
encadenamiento. Su procedencia es de Italia, y apareció en la poesía española en el
Renacimiento. Sin embargo se sigue utilizando a menudo en la poesía contemporánea.

Yo quiero ser llorando el hortelano


de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas


y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.


Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
(Miguel Hernández)

Tercetilla: Es un terceto con versos de arte menor. El de rima asonante se llama Soleá.

Muerto se quedó en la calle


con un puñal en el pecho.
No lo conocía nadie.
(Federico García Lorca)
Cuarteto: Son cuatro versos endecasílabos, con rima consonante ABBA.

Una, dos, tres estrellas, veinte, ciento,


mil, un millón, millares de millares,
¡válgame Dios, que tienen mis pesares
su retrato en el alto firmamento!.
(Diego de Silva y Mendoza, conde de Salinas)

Redondilla: Son cuatro versos octosílabos consonantes, con esquema igual al cuarteto.
Un galán enamorado
de mal de amores a muerto,
y el efecto ha descubierto
que era dolor de costado.
(Alonso de Ledesma, de "En metáfora de sangría")

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Serventesio: Cuatro versos endecasílabos consonantes, con el esquema ABAB.
Con varios ademanes horrorosos
los montes de parir dieron señales:
consintieron los hombres temerosos
ver nacer los abortos más fatales.
(Félix María Samaniego)
Cuarteta: Cuatro versos octosílabos consonantes con esquema igual al serventesio:
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
mil veces ciento, mil;
mil veces mil, un millón.
(Antonio Machado)
Copla: Estrofa de cuatro versos de arte menor (normalmente octosílabos), con rima
asonante en los versos pares y quedan sueltos los versos impares.

Deixo amigos por estraños,


deixo a veiga polo mar,
deixo, en fin. canto ben quero...
¡Quén pudera no o deixar...!
(Rosalía de Castro)

Seguidilla: Estrofa de cuatro versos, dos heptasílabos (primero y tercero) y dos


pentasílabos (segundo y cuarto), que riman alternos: el 1º y el 3º son heptasílabos, y el
2º y 4º pentasílabos. La rima es consonante o asonante en los versos pares (-a -a). La
seguidilla se utiliza en la poesía española desde el siglo XI.

Las mujeres y las flores


son parecidas,
mucha gala a los ojos
y al tacto espina.
(José de Espronceda)

A veces, la seguidilla va seguida de tres versos más: el 1º y 3º pentasílabos asonantes, y


el 2º heptasílabo suelto. A estos tres versos se les llama bordón, y al conjunto estrófico
de los siete versos se le llama seguidilla con bordón.

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
(Miguel Hernández)

Cuaderna Vía: Son estrofas de cuatro versos alejandrinos aconsonantados (AAAA),


utilizado principalmente por los poetas cultos del Mester de Clerecía en los siglos XIII y
XIV. También se puede llamar Tetrástrofo Monorrimo.

Era un simple clérigo, pobre de clerecía,


dicié cutiano missa de la sancta María;
non sabié decir otra, diciéla cada día,
más la sabié por uso que por sabiduría.
(Gonzalo de Berceo)

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Quinteto: Cinco versos de arte mayor consonantes, rimando a gusto del poeta, con las
siguientes limitaciones: No puede quedar ningún verso suelto. No pueden rimar más de
dos versos seguidos. Los dos últimos versos no pueden formar un pareado.

Marchando con su madre, Inés resbala,


cae al suelo, se hiere, y disputando
se hablan así después las dos llorando:
- ¡Si no fueras tan mala! - No soy mala.
- ¿Qué hacías al caer?. - Iba rezando.
(Ramón de Campoamor)

Quintilla: Es un quinteto de arte menor.


Pasó un día y otro día,
un mes y otro mes pasó,
y un año pasado había;
mas de Flandes no volvía
Diego, que a Flandes partió.
(José Zorilla)

Lira: Compuesta por cinco versos: 1º, 3º y 4º heptasílabos, 2º y 5º endecasílabos,


rimando 1º con 3º y 2º con 4º y 5º (7a-11B-7a-7b-11B). Es de origen italiano; su
nombre lo recibe del comienzo de la canción quinta de Garcilaso de la Vega "A la flor
de Gnido". Fue muy utilizada en el Renacimiento.

Si de mi baja lira
tanto pudiese el son, que en su momento
aplacase la ira
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento...
(Garcilaso de la Vega)

Copla de pie quebrado: Compuesta por seis versos de arte menor, con rima
consonante, y con la siguiente disposición: 8a-8b-4c-8a-8b-4c. Se le llama pie quebrado
al verso de cuatro sílabas. Este tipo de estrofa fue muy utilizada por Jorge Manrique
(siglo XV), por lo que también es conocida como copla manriqueña. Ha sido utilizada
en todas las épocas de la literatura española, sufriendo algunas variaciones en la
distribución de las rimas y en la situación del pie quebrado. También puede recibir el
nombre de sextilla.
¿Qué se hizieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?.
¿Qué se hizieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?.
(Jorge Manrique)

Sexteto-lira: También puede llamarse sexteto alirado, o lira de seis versos. Su


disposición es 7a-11B-7a-11B-7c-11C.
Suena tu blanda lira,
Aristo, de las Ninfas tan amada,
cuando Filis suspira,
y en la grata armonía embelesada
la tropa de pastores
escucha los suavísimos amores.
(José Marchena)

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Octava Real: Formada por ocho versos endecasílabos, con rima alterna los seis
primeros, y los dos últimos formando un pareado (ABABABCC). Su origen es italiano,
y llego a nuestra literatura en el siglo XVI. También puede llamarse octava rima.
¡Pobre Teresa! Cuando ya tus ojos
áridos ni una lágrima brotaban,
cuando ya su color tus labios rojos
en cárdenos matices cambiaban,
cuando de tu dolor tristes despojos
la vida y su ilusión te abandonaban
y consumía lenta calentura
tu corazón al par de tu amargura.
(José de Espronceda)

Octava Italiana: Formada por ocho versos de arte mayor de rima consonante, rimando
el 2º con el 3º, el 6º con el 7º, el 4º con el 8º (debiendo ser esta rima aguda), y quedan
sueltos el 1º y 5º. Llegó a la poesía española en el siglo XVIII, procedente de Italia, y a
lo largo de la historia ha sufrido variaciones tanto en el número de sílabas como en la
distribución rítmica. También puede llamarse octava aguda.

¡Silencio! ¡En el misterio de las tumbas


la eternidad esconde su destino!
Húndete, pensamiento, en el mezquino
lugar de corrupción.
Tus atrevidas alas impotentes
al alzarse aumentaron tu caída;
confúndete, ya está desvanecida
tu orgullosa ilusión.
(Ángel María Dacarrete)

Octavilla italiana: Ocho versos de arte menor, con la misma disposición que la octava
italiana.

Con diez cañones por banda,


viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín;
bajel pirata, que llaman,
por su bravura "El Temido",
en todo el mar conocido
del uno al otro confín.
(José de Espronceda)

Décima o Espinela: Llamada así su estructura fue fijada por el poeta Vicente Espinel
(S. XVI-XVII). Consta de diez versos octosílabos consonantes, con el esquema
ABBAACCDDC.

¿Dónde está ya el mediodía


luminoso en que Gabriel
desde el marco del dintel
te saludó: -Ave María?.
Virgen ya de la agonía,
tu hijo es el que cruza ahí.
Déjame hacer junto a ti
ese augusto itinerario.
Para ir al monte del Calvario
cítame en Getsemaní.
(Gerardo Diego)

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Romance: Es un poema no estrófico (los versos no están agrupados en estrofas). Está compuesto por un
número indeterminado de versos octosílabos de rima asonante en los pares, quedando libres los impares.
Es una forma poética tradicional de la poesía anónima popular castellana desde la Edad Media, aunque la
han utilizado también poetas cultos hasta nuestros días. Siran de ejemplo estos fragmentos de romances,
uno popular y otro culto.

Que por mayo era por mayo Ajo de agónica plata


Cuando hace el calor La luna menguante pone
Cuando canta la calandria Cabelleras amarillas
Y responde el ruiseñor a las amarillas torres.
Cuando los enamorados La noche llama temblando
Van a servir al amor al cristal de los balcones,
Sino yo triste cuitado perseguida por los mil
Que vivo en esta prisión perros que no la conocen.
Que ni sé cuando es de día Madre, cuando yo me muera,
Ni cuando las noches son que se enteren los señores.
Sino por una avecica Pon telegramas azules
Que me cantaba al albor. que vayan del Sur al Norte.
(Anónimo. Romance del prisionero.) (F. G. Lorca, Romancero gitano)

Soneto: Es un poema estrófico de origen renacentista, que llegó a España en el siglo


XVI y se ha seguido utilizando con mucha profusión hasta nuestros días. El soneto es
un alarde de destreza poética pues en solo 14 versos, con un esquema muy rígido el
poeta tiene que elaborar un poema completo y cerrado. Está formado por 14 versos
endecasílabos de rima consonante agrupados en dos cuartetos –o serventesios- y dos
tercetos. A continuación citamos dos ejemplos, el famosísimo soneto autoalusivo de
Lope de Vega y uno de un poeta del siglo XX, como Gerardo Diego.

Un soneto me manda hacer Violante; Enhiesto surtidor de sombra y sueño


en mi vida me he visto en tal aprieto, que acongojas el cielo con tu lanza.
catorce versos dicen que es soneto, Chorro que a las estrellas casi alcanza
burla burlando van los tres delante. devanado a sí mismo en loco empeño.

Yo pensé que no hallara consonante Mástil de soledad, prodigio isleño,


y estoy a la mitad de otro cuarteto; flecha de fe, saeta de esperanza.
mas si me veo en el primer terceto, Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
no hay cosa en los cuartetos que me espante. peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Por el primer terceto voy entrando, Cuando te vi señero, dulce, firme,


y aún parece que entré con pie derecho, qué ansiedades sentí de diluirme
pues fin con este verso le voy dando. y ascender como tú, vuelto en cristales,

Ya estoy en el segundo, y aún sospecho como tú, negra torre de arduos filos,
que estoy los trece versos acabando: ejemplo de delirios verticales,
contad si son catorce, y está hecho. mudo ciprés en el fervor de Silos.

Lope de Vega, “Soneto de repente” Gerardo Diego “Al ciprés de Silos”

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2. LA LITERATURA ESPAÑOLA HASTA LA GUERRA CIVIL
2.1.- Contexto histórico (1890-1936)

Gobiernos en España:
 Regencia de Mª Cristina (1885-1902) Desde la muerte de su esposo, Alfonso
XII, hasta que subió al trono su hijo, Alfonso XIII, a la edad de 16 años.
 Alfonso XIII (1902-1931) reinó dese los 16 años hasta que abdicó en 1931 y se
proclamó la 2ª República.
 2ª República (1931-1936). Guerra civil española (1936-1939)

La sociedad a comienzos del siglo XX


 El mundo occidental se puede decir ya que está enclavado en la
contemporaneidad, es decir, que se parece ya mucho a lo que entendemos como
mundo actual: gobiernos democráticos, defensa de los derechos humanos y
sociedades laicas.

 En España, el Desastre del 98, que supone la pérdida de las últimas colonias –
Cuba y Filipinas- pone fin la antigua idea de España como Imperio. La
Generación del 98 toma el nombre de este acontecimiento y reúne a un grupo de
intelectuales que se centran en analizar el Problema de España: el atraso
respecto a Europa y sus contradicciones. Los escritores del 98 aman
profundamente España y reflexionan, sobre su identidad nacional, sobre las
peculiaridades que hacen de España lo que es y ha sido: un país de altos valores
culturales, pero postrado económicamente. Es famosa la frase de Unamuno al
respecto: “Me duele España”.

 La 1ª Guerra Mundial (1914-1918), en la que España no participa, supuso una


tragedia de consecuencias catastróficas: murieron unos treinta millones de
personas, entre civiles y combatientes, a causa del uso de nuevas armas con una
capacidad mortífera hasta entonces nunca conocida. En la historia de la
humanidad, nunca una guerra había provocado tantas muertes y la cifra solo se
superó, desgraciadamente, con la Segunda Guerra Mundial, en la que el número
de muertos fue más del doble y que en gran medida fue una continuación de la
Primera. España, indirectamente se benefició del conflicto, pues la industria
española se ocupó de suministrar a los países en conflicto aquello que
necesitaban, armas entre otras cosas.

Periodo de entreguerras. Tras el desastre de la Primera Guerra Mundial la sociedad


occidental se va recomponiendo y trata de olvidad el enorme trauma que supuso el
conflicto. La Primera Guerra Mundial se cerró en falso y da lugar, veinte años después,
a la 2ª Guerra Mundial (1940-1945). Las dos décadas que median entre ambos
conflictos se conocen como periodo de entreguerras y cada una de ellas tiene
circunstancias muy diferentes: a un periodo de bonanza y euforia conocido como “los
felices años 20” siguió otro de grave crisis económica y social, “los sombríos años 30”.

 La década de 1920 fue un periodo de auge económico y en la sociedad y en el


arte domina la despreocupación, el optimismo, lo lúdico, como si tras la
tragedia de la guerra, todo el mundo se felicitara de estar vivo y decidiera
disfrutar del presente y olvidar lo antes posible el horror vivido. Es la etapa de

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los vanguardismos, de la experimentación, de la ruptura con todo lo anterior,
del arte como juego y como provocación. Es también entonces cuando se forma
la llamada Generación del 27.

 Los años 30. En 1929 se produce el crack de la Bolsa de Nueva York, hecho
del que fue testigo F. García Lorca, durante la temporada que pasó en esa
ciudad. El hundimiento de la Bolsa provocó una enorme crisis económica y
social, con bancos en quiebra, millones de parados y graves situaciones de
hambre y miseria para gran parte de la población de Europa y Estados Unidos.
Toda esta problemática fue caldo de cultivo para el surgimiento de los
fascismos, que triunfaron en Alemania y que provocaron la Segunda Guerra
Mundial.
 En 1931 se proclama II República española como esperanza del surgimiento
definitivo de una nueva. España. En 1933 Hitler asciende al poder en Alemania,
se desata la violencia institucional, la persecución de los adversarios políticos y
de los judíos, la prohibición de los partidos y la implantación de un sistema
totalitario fascista que pretendió extenderse por toda Europa.

 Todos estos problemas influirán por supuesto en el arte y la cultura. El arte


será más reflexivo y menos optimista y los intelectuales se verán influidos por
nuevas teorías ideológicas –el psicoanálisis de Freud, el marxismo, y también
los fascismos-, lo que desembocarán en la militancia política y revolucionaria.

La Guerra Civil Española. El 18 de julio de 1936 se produce un golpe de estado


militar que derroca la República. Le sigue una durísima guerra civil de tres años en la
que mueren cerca de un millón de españoles de los dos bandos enfrentados. En 1939,
con la victoria del bando nacional, se inicia la dictadura del general Francisco Franco,
que se mantendrá durante casi 40 años, hasta el fallecimiento del dictador en 1975. Con
el franquismo se inicia también el exilio de millones de españoles que tienen que dejar
el país y una dura etapa de represión política donde se perseguirá a los vencidos.
 En el arte y la literatura española, como en el resto de las actividades públicas y
privadas, hay un antes y un después de la Guerra Civil. Además de la
catástrofe que significo en pérdida de vidas humana y en desbaratamiento de
todo el entramado económico y social, supuso una ruptura cultural con todo lo
anterior. La inmensa mayoría de los escritores se exiliaron, murieron o
estuvieron durante mucho tiempo viviendo un exilio interior, silenciados por
una férrea censura.

2.2.- Modernismo

Es un movimiento cultural que aparece a finales del siglo XIX como oposición al
Realismo y que aparece en todas las artes: pintura, arquitectura, literatura.

El Modernismo literario se desarrolla en España e Hispanoamérica. A España lo trae


el poeta nicaragüense Rubén Darío, que asimiló durante sus estancias en París algunas
características de la poesía francesa del momento, particularmente el Simbolismo y el
Parnasianismo. Por primera vez en la literatura en lengua Española, es Hispanoamérica
la que trae a España las novedades literarias y no al contrario.

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El parnasianismo proponía sobre todo la belleza formal, “el arte por el arte” (Teóphile
Gautier), en tanto que el simbolismo, especialmente de Verlaine, que tratan de evocar
emociones a través de símbolos sensoriales. Es muy destacada también la influencia de
Gustavo Adolfo Bécquer, un poeta que ya recurrió a los símbolos como forma de
evocación de sentimientos y que, por tanto, se ha considerado precursor del simbolismo.

Géneros. Se da sobre todo en poesía, aunque también hay narración y teatro de


estética y formas modernistas.

Modernismo y 98: Ocupa aproximadamente dos décadas (1890-1910) y en España


convive con la llamada Generación del 98. De hecho, algunas de las obras de los autores
de este grupo tienen características modernistas. Ambos movimientos podrían
considerarse dos caras de la misma moneda, es decir, dos formas artísticas de
enfrentarse a los problemas: evasión (modernismo) y reflexión (generación del 98)

Características, muy resumidas:

 Evasión: De los problemas. Se opone al Realismo y se parece algo al Romanticismo.


“El dueño de mi jardín de sueño, lleno de rosas y de cisnes vagos”
 Antirrealista Se huye de la realidad porque se la considera un espacio vulgar.
“La torre de marfil tentó mi anhelo”
 Exotismo: Gusta de ambientes exóticos y lugares idealizados e inexistentes.
“El príncipe de Golconda o de China”
 Belleza: Buscan el arte por el arte; crear un mundo de belleza donde importa más la
forma que el contenido.
“Esta mudo el teclado de su clave sonoro, / y en un vaso, olvidada se desmaya una flor”
 Sentimental: Cierta superficialidad en la expresión de emociones. Emociones algo
convencionales.
“Yo supe del dolor desde mi infancia”
 Minoritario: Destinado a un público selecto y reducido, muy culto y casi
aristocrático.
 Decandente. Les gusta recrear ambientes lujosos que han perdido ya su brillo, que
ya están un poco ajados. Les atrae la nostalgia de los pasados esplendores ya en
declive.
 Lenguaje: Léxico culto y refinado. Gustan de palabras esdrújulas, sonoras,
rebuscadas.
“Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda”
“Que púberes canéforas te ofrenden el acanto”
 Recursos formales: Gran importancia al ritmo y la musicalidad. Figuras retóricas
relacionadas con el sonido, como aliteraciones (“el ala aleve del leve abanico”), anáforas
y paralelismos. Utilizan versos que habían dejado de usarse: alejandrinos,
dodecasílabos, eneasílabos. Abundantes metáforas y sinestesias (“risa de oro” “verso
azul”), relacionadas con las imágenes simbolistas. Prefiere la poesía a la prosa.

CARACTERÍSTICAS DEL MODERNISMO.


Principales autores
 Poesía: Rubén Darío, José Martí, Manuel Machado y Juan Ramón Jiménez
 Teatro: Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina

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 Narrativa: Ramón del Valle Inclán (sus cuatro Sonatas: Primavera, Verano, Otoño,
Invierno)

2.2.1. Rubén Darío (1867-1916)

Apunte biográfico: Nació en Chocoyos, Nicaragua, en 1867. Murió en León, Nicaragua, en


1916, con solo 49 años. Se llamaba Félix Rubén García Sarmiento. Al principio se dedicó al
periodismo y viajó mucho por América y Europa. Residió mucho tiempo en España donde fue
diplomático e influyó mucho sobre los poetas españoles de su época. Introdujo el Modernismo.
Tuvo una vida intensa y desordenada, lo que perjudicó su salud e hizo que muriera muy joven,
vencido por el alcohol y la nostalgia.
“Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver.
Cuando quiero llorar no lloro, y a veces lloro sin querer”

Obras: Su obra poética está llena de belleza y musicalidad. Azul (1888), Prosas Profanas
(1896) y Cantos de vida y esperanza (1905) son sus dos libros más conocidos.

Temas:

 Erotismo: El tema amoroso en su poesía tiene a menudo un sesgo erótico, donde lo sensual
tiene mayor presencia que lo emotivo. En su poesía no hay una amada ideal, sino muchas
amadas pasajeras, que encarnan la belleza y la juventud.

Carne, celeste carne de mujer! Arcilla


-dijo Hugo-, ambrosía más bien, ¡oh maravilla!,
la vida se soporta,
tan doliente y tan corta,
solamente por eso:
¡roce, mordisco o beso
en ese pan divino
para el cual nuestra sangre es nuestro vino! (Cantos de vida y esperanza)

 Exotismo: Recreación de paraísos artificiales que recrean ambientes mitológicos o lugares lejanos,
fantásticos e inexistentes. Mundos de príncipes y princesas que recuerdan los cuentos infantiles.

Esto era un rey que tenía un palacio de diamantes


Una tienda hecha del día y un rebaño e elefantes
Un quiosco de malaquita, un gran manto de tisú
Y una gentil princesita, tan bonita, Margarita,
Tan bonita como tú.

 Existencialismo. Sobre todo con el paso del tiempo, Rubén Darío se pregunta a menudo por el
sentido de la vida, de dónde venimos, a dónde vamos, qué hay después de la muerte.

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo


Y más la piedra dura, porque esa ya no siente,
Pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo
ni mayor pesadumbre que la vida consciente. (“Lo fatal”)

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 Patriotismo. Exaltación de los héroes y hechos nacionales de su país o hispanoamericanos (“A la
Argentina”. Incluso escribió un poema al presidente de los Estados Unidos “Oda a Roosevelt”).

¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines,


la espada se anuncia con vivo reflejo;
ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines. (“Marcha triunfal”)

2.3.- Generación del 98

La generación del 98 es el nombre con el que se ha reunido tradicionalmente a un


grupo de escritores, ensayistas y poetas españoles que se vieron profundamente
afectados por la crisis moral, política y social desencadenada en España por la derrota
militar en la guerra hispano-estadounidense y la consiguiente pérdida de Puerto Rico,
Cuba y las Filipinas en 1898.

El desastre del 98. La pérdida de las últimas colonias españolas se produjo tras la
derrota de España frente a Estados Unidos, que tomó partido a favor de la
independencia de aquellas. Estados Unidos declaró la guerra a España acusándola del
hundimiento del buque “Maine”, en el puerto de La Habana, en el que murieron 256
marinos norteamericanos, si bien las causas de la explosión y el hundimiento no están
muy claras. España envió una flota a luchar contra EEUU a Cuba, en un ambiente de
enorme triunfalismo. Los políticos, la prensa y la opinión pública española en general
estaban convencidos de que España seguía siendo una gran potencia que aplastaría y
daría una lección a los norteamericanos. Sin embargo, la derrota fue humillante. Sin
embargo, los barcos españoles, inferiores en número y peor dotados que los
norteamericanos, no pudieron hacer nada y su derrota fue total y humillante. La
totalidad de la flota española, los 6 barcos fueron hundidos uno tras otro, según iban
saliendo del puerto. El almirante de la flota española, al darse cuenta de la situación,
advirtió telefónicamente a los políticos de lo que iba a ocurrir, sin embargo fue
insistentemente obligado a presentar batalla: España no podía rendirse y el argumento
fue que “más vale honra sin barcos que barcos sin honra”. El balance final en el bando
español fue de 371 muertos, 151 heridos y 1670 prisioneros. Los norteamericanos solo
tuvieron 1 muerto y 2 heridos. La enorme dignidad y heroísmo de los marinos españoles
que, siguiendo órdenes, se enfrentaban a una muerte segura, fue comparada por los
escritores del 98 con la dignidad de Don Quijote, que sale a luchar en defensa de su
ideal, aunque se enfrente a fuerzas muy superiores a las suyas. En este fragmento de su
novela El árbol de la ciencia, el novelista de la generación del 98 Pío Baroja nos
muestra, a través de su protagonista, cómo se vivieron en España aquellos
acontecimientos.

Muchos creían en la victoria española, pero en una victoria sin esfuerzo; los yanquis que eran
todos vendedores de tocino, al encontrarse con los primeros soldados españoles dejarían las
armas y echarían a correr. Los periódicos no decían más que necedades y bravuconadas. Los
yanquis no estaban preparados para la guerra, no tenían ni uniformes para los soldados. En el
país de las máquinas de coser, el hacer unos cuantos uniformes constituía un conflicto enorme,
según se decía en Madrid. A mí me indignó un tanto la actitud de la gente al saber la noticia; se
recibió con una perfecta indiferencia; después de tantas alharacas, de dar la impresión que todo
el mundo estaba exaltado y frenético resultó que el desastre no hizo el menor efecto. La gente
iba al teatro y a los toros con perfecta tranquilidad. Todas aquellas manifestaciones, gritos y
artículos de los periódicos habían sido humo de paja.

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Pío Baroja, El árbol de la ciencia, 1911

Lo que les une. Comenzaron a escribir en una vena juvenil hipercrítica e izquierdista
que más tarde evolucionaría por diferentes caminos. En general se ha preferido el
nombre de “Generación” al de “Grupo” porque los autores que se suelen incluir tienen
características muy diferentes entre sí, aunque coinciden en las fechas de nacimiento y
en que se conocieron y compartieron una misma idea crítica sobre lo que se llamó “el
problema de España.

El problema de España. Los autores del 98 reflexionan de forma crítica sobre el atraso
de España respecto a Europa. La pérdida de las colonias tras una humillante derrota
frente a Estados Unidos, supuso un jarro de agua fría ante una ideología triunfalista que
se negaba a renunciar a la idea de que España era un gran imperio. Los autores del 98,
desde un profundo amor a España, tratan de encontrar las causas de su declive, que se
manifiesta en pobreza, subdesarrollo e injusticia social.

Amor a España. Su postura es crítica, pero defienden también los valores positivos de
lo que España representa, que se encarnan en dos conceptos claves: Castilla y Don
Quijote. Castilla, como germen de la lengua y la historia de España, representa el
carácter esencial de lo español: lo sobrio, lo adusto, lo digno. Don Quijote, nuestro
personaje literario más universal, encarna también el espíritu genuinamente español: un
hidalgo viejo y decadente, con una visión idealizada del mundo y del honor ya
trasnochada que lucha contra una realidad prosaica y hostil que lo vapulea
continuamente, pero que no le hace renunciar a su ideal. Unamuno, vasco de
nacimiento, es quizás quien encarna mejor este amor por España. Suya es la famosa
expresión “Me duele España”. En el siguiente fragmento de su novela niebla, manifiesta
lo que puede considerarse todo un ideario noventayochista:

¡Pues sí, soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y
hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo, y el españolismo es mi religión, y el
cielo en que quiero creer es una España celestial y eterna, y mi Dios un Dios, el de Nuestro
Señor Don Quijote, un dios que piensa en español y en español dijo: ¡sea la luz!, y su verbo fue
verbo español...!
Niebla, Miguel de Unamuno, 1907

Características literarias:
o Sencillez. Frente al modernismo, dan más importancia del contenido que a la
forma. Les interesa que llegue el mensaje al mayor número posible de
lectores, de modo que prefieren la sobriedad y naturalidad expresiva frente a
la exuberancia del Modernismo.
o Temas: España y su realidad. Castilla y Don Quijote, como símbolo de sus
valores.
o Géneros: Predomina el ensayo y la narrativa, pero se da también en poesía y
teatro.
Autores del 98

Ensayistas: Miguel de Unamuno, José Martínez “Azorín”, Ramiro de Maeztu


Novelistas: Pío Baroja, Azorín, Unamuno y Ramón Mª del Valle-Inclán
Teatro: Azorín, Unamuno y Valle-Inclán

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2.3.1. Valle Inclán (1866–1936)

«Este que veis aquí, de rostro español y


quevedesco, de negra guedeja y luenga
barba, soy yo: don Ramón María del Valle-
Inclán. Estuvo el comienzo de mi vida lleno
de riesgos y azares.
Fui hermano converso en un monasterio de
cartujos y soldado en tierras de la Nueva
España. Una vida como la de aquellos
segundones hidalgos que se enganchaban en
los tercios de Italia por buscar lances de
amor, de espada y de fortuna. Como los
capitanes de entonces, tengo una divisa, y esa
divisa es, como yo, orgullosa y resignada:
Desdeñar a los demás y no amarse a sí
mismo.»
Valle Inclán, Alma Española - 1903

Valle Inclán fue un intelectual excéntrico y provocador, al que gustaba llamar la


atención y que hizo de sí mismo un personaje literaria, inventándose una historia. En su
biografía los datos reales se confunden con los de la ficción. Empezando por su nombre.

Datos biográficos reales:


Nombre: Ramón Valle y Peña
Nacimiento: Villanueva de Arosa (Pontevedra), 28 de octubre de 1866
Muerte: Santiago de Compostela, 5 de enero de 1936
Empezó la carrera de Derecho, pero la abandonó para trabajar como periodista en
Méjico, en donde vivió durante un año (1892-3). A su regreso a Madrid llevó una vida
literaria, adoptando una imagen que parece encarnar algunos de sus personajes. Actor de
sí mismo, profesó un auténtico culto a la literatura, por la que sacrificó todo, llevando
una vida bohemia de la que corrieron muchas anécdotas. Perdió un brazo durante una
pelea, aunque él inventó una historia de heroísmo en torno a aquella herida. También
llevó una vida hogareña y familiar. En 1907 contrajo matrimonio con Josefina Blanco,
una actriz mucho más joven que él con la que tuvo seis hijos y de la que se separó
cuando ella pidió el divorcio, tras 15 años de matrimonio. En 1916 visitó el frente
francés de la I Guerra Mundial, y en 1921 volvió a viajar a México, en donde entra en
contacto con ambientes revolucionarios. Un año después regresa a España.

Su personalidad:

 Modernista. En 1899 conoce a Rubén Darío, con quien compartirá estética


literaria y una profunda y sincera amistad. Valle-Inclán defenderá públicamente
a Darío ante las burlas de Unamuno. La influencia de Rubén Darío y su primera
estancia en Méjico determinan su etapa modernista de las Sonatas.
 Revolucionario. Durante su segunda estancia en Méjico entra en contacto con
ambientes revolucionarios, lo que le lleva a escribir su novela Tirano Banderas,
una de las primeras “novelas de dictador” características de la literatura
hispanoamericana.

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 Decadente. Se inventó un pasado aristocrático, adoptando el apellido “Valle-
Inclán”, que perteneció a un noble antepasado. Adopta la ideología carlista en su
juventud más que nada por la estética aristocrática cercana al modernismo que
representa. El carlismo era un movimiento político antiliberal y tradicionalista
que surgió en el siglo XIX que defendía el derecho al trono de Carlos, tío de
Isabel II y que provocó varias guerras durante el XIX.
 Fabulador. Cuenta historias inventadas sobre su pasado. Por ejemplo, atribuye
la falta de su brazo izquierdo al heroísmo, luchando contra unos leones para
salvar la vida de sus compañeros.
 Bohemio. En Madrid, frecuenta los ambientes bohemios y las tertulias literarias
y padece graves problemas económicos. La pérdida de su brazo se debió en
realidad a una pelea en un café. Este ambiente lo refleja especialmente en su
“esperpento” Luces de bohemia.
 Ideológicamente, evoluciona desde una juventud con opiniones tradicionales
cercanas al Carlismo, a otras radicales próximas al anarquismo en su vejez. En
1924, junto a otros autores como Unamuno, muestra su activa oposición a la
Dictadura de Primo de Rivera.
 Provocador. Cuando el dictador prohibió cualquier manifestación carlista,
Valle salió y se paseó por Madrid con el uniforme carlista, por lo que fue
arrestado. Primo de Rivera ejerció una dictadura militar de siete años en España
(1923-1930) durante el reinado de Alfonso XIII. También fue arrestado en otra
ocasión por gritar “Mierda” durante una representación teatral.
 Anticonvencional. Vestía y se comportaba públicamente de forma extravagante.
Llamaba la atención cuando paseaba con sus largas barbas, vestido con una capa
española ya en desuso y a veces con un paraguas rojo. En el paseo del Prado de
Madrid, una escultura recuerda su presencia.

Obra literaria. Etapas:

Acabamos de ver que Valle-Inclán fue un personaje complejo y aparentemente


contradictorio. Su evolución estética e ideológica aparece reflejada en su extensa
producción. Comienza su trayectoria literaria dentro de la estética modernista,
evadiendo su descontento por lejanos y legendarios escenarios, para poco a poco ir
tomando posiciones manifiestamente más críticas.
Por lo tanto, su evolución puede considerarse inversa a la del resto de sus coetáneos
noventayochistas: en sus inicios Valle cultiva una literatura escapista y puramente
estética. Desde ésta avanzará hacia una conciencia social de protesta frente a
la España corrupta y en crisis en la que le tocó vivir. Esta conciencia de protesta dará
lugar a un género que él bautizará con el nombre de esperpento.

Para facilitar el estudio de esta evolución, distinguimos tres grandes etapas en la


producción de Valle-Inclán: Modernismo – Transición – Esperpento

1. Etapa modernista (hasta 1907)

 Cultiva principalmente relatos cortos que publica en periódicos y novelas no


demasiado extensas.
 Compone sus primeras obras de teatro (una de ellas con el Marqués de Bradomín
como protagonista).

23
 Formas modernistas, predominio del esteticismo y el escapismo. Influencia de
Rubén Darío y poetas decadentistas europeos.
 Las obras más representativas de esta etapa son sin duda las cuatro Sonatas: Sonata
de Otoño (1902), Sonata de Estío (1903), Sonata de Primavera (1904) y Sonata de
Invierno (1905). Son novelas de prosa muy cuidada y elegante que se relatan en 1ª
persona las andanzas y amores del Marqués de Bradomín, un aristócrata carlista del
siglo XIX que vive en un decadente Pazo gallego y que guarda algunas similitudes
con el personaje literario que se creó para sí mismo el propio Valle (por ejemplo, la
procedencia gallega, la ideología carlista y el hecho de que el marqués perdiera
también un brazo en la última de las Sonatas). Sirva de ejemplo este fragmento:

Una nube de tristeza cubrió mi alma. Dejé a la vieja linajuda y salí a la terraza. Mucho tiempo
permanecí reclinado sobre el florido balconaje de piedra, contemplando el jardín. En el silencio
perfumado cantaba un ruiseñor, y parecía acordar su voz con la voz de las fuentes. El reflejo de
la luna iluminaba aquel sendero de los rosales que yo había recorrido la otra noche. El aire
suave y gentil, un aire a propósito para llevar suspiros, pasaba murmurando, y a lo lejos, entre
mirtos inmóviles, ondulaba el agua de un estanque.(…)
En achaques de amor ¿quién no ha pecado alguna vez? Yo estoy íntimamente con vencido de
que el Diablo tienta siempre a los mejores. Aquella noche el cornudo monarca del abismo
encendió mi sangre con su aliento de llamas y despertó mi carne flaca, fustigándola con su rabo
negro. Yo cruzaba la terraza cuando una ráfaga violenta alzó la flameante cortina, y mis ojos
mortales vieron arrodillada en el fondo de la estancia la sombra pálida de María Rosario.
No puedo decir lo que entonces pasó por mí. Creo que primero fue un impulso ardiente, y
después una sacudida fría cruel: la audacia que se admira en los labios y los ojos de aquel
retrato que del divino César Borgia pintó el divino Rafael del Sanzio. Me volví mirando en
torno: Escuché un instante: En el jardín y en el palacio todo era silencio. Llegué cauteloso a la
ventana y salté dentro. La Santa dio un grito: Se dobló blandamente como una flor cuando pasa
el viento, y quedó tendida, desmayada, con el rostro pegado a la tierra. En mi memoria vive
siempre el recuerdo de sus manos blancas y frías: ¡Manos diáfanas como la hostia!

2. Transición (1907-1920)

 Como dramaturgo comienza lo que se ha llamado “teatro en libertad”, fuera de los


convencionalismos imperantes en la época, y que culminará en el esperpento. El
punto de vista de Valle-Inclán en estas obras se debate entre la nostalgia por lo ya
perdido y la crítica del mundo que le toca conocer.
 Obras destacadas:
o Teatro: Divinas Palabras (brutalidad de la Galicia rural) . Trilogía
Comedias bárbaras
o Novela: Trilogía La guerra carlista en las que se puede observar un
contraste entre el canto al heroísmo y la denuncia de la brutalidad
o Ensayo La lámpara maravillosa sobre su propia estética.
3. EL ESPERPENTO

3. Esperpento (1920-1936)

El esperpento consiste en la deformación grotesca y ridícula del pasado glorioso y del


presente en crisis de España; los héroes clásicos reflejados en espejos deformantes. La
denuncia de una sociedad en ruinas aparecerá no solo en el tema sino también en el
juego lingüístico. A través de un lenguaje deformado y rico en registros, Valle transmite
una crítica colectiva que abarca a toda la sociedad en su totalidad, a través de la
degradación de los personajes, la deformación y caricaturización de la realidad cargadas

24
de crítica y a una continua presencia de la muerte. En una entrevista que Valle-Inclán
dio al diario ABC, el 7 de diciembre de 1928, explica su nueva manera de escribir, que
él mismo definió como “esperpento” y que supone el paso de una literatura escapista a
otra de temática más comprometida.e la generación del 98”?
A
“Comenzaré por decirle a usted que creo hay tres modos de ver el mundo artística o
estéticamente: de rodillas, en pie o levantado en el aire.

Cuando se mira de rodillas —y ésta es la posición más antigua en literatura—, se da a los


personajes, a los héroes, una condición superior a la condición humana, cuando menos a la
condición del narrador o del poeta. Así, Homero atribuye a sus héroes condiciones que en modo
alguno tienen los hombres. Se crean, por decirlo así, seres superiores a la naturaleza humana:
dioses, semidioses y héroes.

Hay una segunda manera, que es mirar a los protagonistas novelescos como de nuestra propia
naturaleza, como si fuesen nuestros hermanos, como si fuesen ellos nosotros mismos, como si
fuera el personaje un desdoblamiento de nuestro yo, con nuestras mismas virtudes y nuestros
mismos defectos. Ésta es, indudablemente, la manera que más prospera. Esto es Shakespeare,
todo Shakespeare. Los celos de Otelo son los celos que podría haber sufrido el autor, y las dudas
de Hamlet, las dudas que podría haber sentido el autor. Los personajes, en este caso, son de la
misma naturaleza humana, ni más ni menos, que el que los crea: son una realidad, la máxima
verdad.

Y hay otra tercera manera, que es mirar al mundo desde un plano superior, y considerar a los
personajes de la trama como seres inferiores al autor, con un punto de ironía. Los dioses se
convierten en personajes de sainete. Ésta es una manera muy española, manera de demiurgo, que
no se cree en modo alguno hecho del mismo barro que sus muñecos. Quevedo tiene esta manera.
Cervantes, también. A pesar de la grandeza de don Quijote, Cervantes se cree más cabal y más
cuerdo que él, y jamás se emociona con él. Esta manera es ya definitiva en Goya. Y esta
consideración es la que me movió a dar un cambio en mi literatura y a escribir los esperpentos, el
género literario que yo bautizo con el nombre de esperpentos. El mundo de los esperpentos —
explica uno de los personajes en Luces de bohemia— es como si los héroes antiguos se hubiesen
deformado en los espejos cóncavos de la calle, con un transporte grotesco, pero rigurosamente
geométrico. Y estos seres deformados son los héroes llamados a representar una fábula clásica
no deformada. Son enanos y patizambos, que juegan una tragedia. Y con este sentido los he
llevado a Tirano Banderas y a El ruedo ibérico. Vienen a ser estas dos novelas esperpentos
acaecidos y trabajados con elementos que no podían darse en la forma dramática de Luces de
bohemia y de Los cuernos de don Friolera.

Obras de esta etapa:

Novela: Tirano Banderas, El ruedo ibérico

Teatro: Luces de Bohemia, Los cuernos de don Friolera, Las Galas del Difunto, La hija
de capitán

El teatro de Valle Inclán resulta tan provocador, irreverente y revolucionario que no se


pudo estrenar en su momento. Es un teatro muy avanzado, que se adelantó a su tiempo:
sexualidad explícita, antimilitarismo, anticlericalismo…. El éxito y el reconocimiento le
llegó en España después del franquismo.

25
Son famosas las acotaciones de las obras teatrales de Valle Inclán, de un estilo
cuidadísimo. En parte, era consciente de que su teatro estaba más destinado a ser leído
que a ser representado.

2.3.2.- Miguel de Unamuno (1864-1936)

«Es una cosa terrible la inteligencia. Tiende a


la muerte como a la estabilidad la memoria.
Lo vivo, lo que es absolutamente
individual, es, en rigor, ininteligible. La lógica
tira a reducirlo todo a entidades y géneros…
La identidad, que es la muerte, es la
aspiración del intelecto. La mente busca lo
muerto, pues lo vivo se le escapa; quiere
cuajar en témpanos la corriente fugitiva,
quiere fijarla… Para comprender algo hay que
matarlo, enrigidecerlo en la mente. La ciencia
es un cementerio de ideas muertas, aunque de
ellas salga la vida.»
Miguel de Unamuno, Del sentimiento trágico
de la vida (1912)

Vida y Personalidad

El bilbaíno Miguel de Unamuno es una de las personalidades más destacadas de la


literatura española del siglo XX. Nació en Bilbao en 1864 y vivió la guerra carlista. En
Madrid cursa la carrera de Filosofía y Letras y ganó en 1891 la cátedra de Griego en la
Universidad de Salamanca, donde vivió casi toda su vida. En 1901 sería elegido rector
de esa Universidad.

Tuvo una amplísima cultura antigua y moderna, filológica, literaria y filosófica. Fue un
gran crítico de los distintos regímenes políticos en los que vivió y como consecuencia
de su oposición a la dictadura del general Primo de Rivera fue desterrado (1924 - 1930)
y se marchó primero a Fuerteventura y luego a Francia. Tras la caída del general vuelve
triunfalmente a España y fue diputado durante la República. Ante las fuerzas de Franco
su actitud inicial fue cambiante. Sin embargo su postura definitiva ante las fuerzas de
Franco (con la famosa frase: "Venceréis pero no convenceréis") le valió ser destituido y
confinado en su domicilio, donde murió el último día de 1936.

Unamuno fue siempre un hombre inquieto y rebelde, paradójico y contradictorio,


ferozmente individualista, siempre rindiendo culto a su propia personalidad. Luchador
contra todo, en guerra consigo mismo, en continua tensión, no encontró nunca la paz,
acosado de dudas religiosas y existenciales. Su vida estaba presidida por una intensa
actividad intelectual, de incesante lucha consigo mismo.

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En cuanto a su ideología, Unamuno fue militante del PSOE y manifestaba ideas
socialistas en su juventud. Sin embargo con el paso del tiempo va perdiendo la fe y
abandona su militancia política.

Temas:

Unamuno cultivó todos los géneros - teatro, poesía, ensayos, prosa - todos ellos
presididos por dos ejes temáticos recurrentes: España y el sentido de la vida humana.

El problema de España: Reflexionó sobre el pasado de España, su literatura y su


historia y sobre su presente, sus males y la necesidad de una renovación espiritual, de
nuevos ideales de vida para vencer la pereza y atonía españolas. En su recorrido por
toda España retrata sus pueblos y tierras, su paisaje y paisanaje y dedica una atención
especial a Castilla. Amó a España y se sintió español ante todo. "Me duele España" -
decía Unamuno -; "¡soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de
espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo". La
preocupación por España queda patente en muchas obras, especialmente en sus ensayos,
pero también en sus novelas y en su poesía.

El sentido de la vida humana: Unamuno está preocupado por el hombre de carne y


hueso, con sus angustias y problemas, con el sentido trágico de su existencia. Se le ha
considerado como uno de los primeros escritores existencialistas modernos.
Plantea el pavoroso problema de la personalidad humana; si uno es lo que es y seguirá
siendo lo que es; la tensión entre el ser o la nada. En definitiva, el problema de Dios y
de la inmortalidad, el saber si moriremos del todo o no. Unamuno atravesó varias crisis
de fe, que quedan patentes en sus escritos. El problema mayor de la falta de Fe se
relaciona con el miedo a la nada después de la muerte. En San Manuel Bueno, mártir, el
protagonista es un sacerdote al que todos consideran un santo pero que ya no cree en
Dios. Su dilema moral es mentir a sus feligreses, pues piensa que es mejor para ellos
vivir en la ignorancia que sufrir por la falta de fe en la resurrección tras la muerte, como
el corre a él.

Obras más destacadas:

Ensayo:
 En torno al casticismo (1895) donde plantea la idea de la intrahistoria. Los
millones de historias individuales que conforman la Historia de los pueblos.
 Vida de don Quijote y Sancho (1905) en donde interpreta la novela cervantina
como expresión del alma española. Termina por sustituir el anhelo de
europeizar a España por la pretensión de españolizar a Europa.
 El sentimiento trágico de la vida (1912). Ideas existencialistas sobre el sentido
de la vida.
Novela
 Paz en la guerra (1897), novela histórica sobre la última guerra carlista.
 Niebla (1914) inicia lo que él denominó nivolas: frente a la novela tradicional
presenta nuestro autor el enfrentamiento de las almas, de las pasiones humanas,
sin paisajes, ambientes ni costumbres. Niebla plantea el problema de la
existencia y la personalidad. El protagonista, Augusto Pérez, se rebela contra el

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propio Unamuno, porque se da cuenta de que no es más que un ser de ficción,
manejado al capricho del autor, y le recuerda que también él, Unamuno, como
ser humano, depende del capricho de Dios.
 La tía Tula (1921) presenta el problema de una mujer que se niega a sí misma la
sexualidad por razones morales y que se hace desgraciada a sí misma y a quiens
la rodean.
 San Manuel bueno, mártir (1931) es considerada su obra maestra. Esta es la
dramática historia del párroco de una aldea que, entregado ejemplarmente a su
pueblo y manifestándose como un santo, oculta el tremendo desgarro interior de
la duda en la otra vida.
Poesía: Desde la publicación de sus Poesías (1907) hasta su muerte en 1936, no dejó de
escribir y publicar poemas, en los que trata los mismos temas que en sus obras en prosa.

Teatro: Aunque sus obras teatrales no son demasiado destacadas, también cultivo este
género. Fedra (1910), El otro (1926) y El hermano Juan (1934).

2.3.3. Antonio Machado (1875-1939)

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,


y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido


—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,


pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
A. Machado“Retrato”

Machado y Leonor, el día de su boda

(Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español. Aunque influido por el modernismo
y el simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98.
Nació en Sevilla, en 1875, hijo del folclorista Antonio Machado y Álvarez y
hermano menor del también poeta Manuel Machado. Se trasladó con su familia a
Madrid cuando tenía ocho años. Andalucía será siempre para él un recuerdo lejano.
Se formó en la Institución Libre de Enseñanza, la institución educativa más
progresista de la España del momento, que le dejó una honda huella y un gran amor
por la auténtica pedagogía.

Desde los ocho a los treinta y dos años he vivido en Madrid con excepción del año 1899 y del
1902 que los pasé en París. Me eduqué en la Institución Libre de Enseñanza y conservo gran

28
amor a mis maestros: Giner de los Ríos, el imponderable Cossío (…) Pasé por el Instituto y la
Universidad, pero de estos centros no conservo más huella que una gran aversión a todo lo
académico.
Antonio Machado Autobiografía

Realiza dos viajes de estudios a París para formarse en la lengua francesa. Allí
trabaja en una editorial y entabla amistad con Rubén Darío. De vuelta a España
frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a J. R. Jiménez, R. del Valle-
Inclán y M. de Unamuno.
En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, ciudad en la que
dos años después contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo, de 16 años. En 1910
le fue concedida una beca para estudiar filología en París durante un año, viajó allí
junto a su jovencísima esposa, que regresó del viaje gravemente enferma de
tuberculosis. Leonor fallece en Soria en 1912, con solo 18 años. Allí, en el
cementerio del Espino, sigue enterrada. Tras la muerte de su esposa, Machado pide
el traslado y trabaja como profesor de francés en el instituto de Baeza, en Jaen. El
paisaje de Soria, protagonista de su libro Campos de Castilla siempre estuvo ligado
para él al recuerdo de Leonor. Nunca volvió a casarse, aunque años después
mantuvo una larga relación amorosa con una mujer a la que llamó Guiomar en sus
poema. Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó su cátedra en Segovia y
en 1928 fue elegido miembro de la Real Academia Española.
Al comenzar la Guerra Civil se encontraba en Madrid. Huyendo de la guerra se
traslada, junto a su anciana madre y un grupo de familiares, primero al pueblo
valenciano de Rocafort y luego a Barcelona. Finalmente, en enero de 1939
emprenden el camino del exilio. Con grandes dificultades cruzan la frontera
francesa y llegan al pueblecito de Colliure, donde se quedan a la espera de alguna
ayuda. El 22 de febrero, un mes después de salir de España, muere Antonio
Machado. Su madre fallece tres días después. Machado sigue enterrado en Colliure
y su tumba se ha convertido en lugar de peregrinación para muchos amantes de la
poesía.

Obras

Aunque escribió ensayo y teatro, Machado es reconocido por su poesía.


Soledades (1903) presenta influencia del modernismo, aunque se distancia de la
imaginería decorativa de la escuela de Rubén Darío para profundizar en la
expresión de emociones auténticas, a menudo plasmadas a través de un sobrio
simbolismo.
En su siguiente libro, Soledades, galerías y otros poemas (1907), reedición y
ampliación del anterior, se hizo más evidente el tono melancólico e intimista, el uso
del humor como elemento distanciador y, sobre todo, la intención de captar la
fluidez del tiempo.
Al igual que Unamuno, Machado consideró que su misión era "eternizar lo
momentáneo", capturar la "onda fugitiva" y transformar el poema en "palabra en el
tiempo".
En los años posteriores se acentuó su meditación sobre lo pasajero y lo eterno
en Campos de Castilla (1912), pero no por medio de la autocontemplación, sino
que dirigió la mirada hacia el exterior, y observó con ojos despiertos el paisaje
castellano y los hombres que lo habitaban. Una emoción austera y grave recorre los
poemas de este libro, que evoca la trágica España negra tan criticada por la
Generación del 98 desde una perspectiva regeneracionista, al tiempo que se

29
describe con hondo patriotismo la decadencia y ruina de las viejas ciudades
castellanas.
En su siguiente volumen de poemas, Nuevas canciones (1924), el autor intensificó
tanto su enfoque reflexivo como la línea sentenciosa de los "Proverbios y cantares"
incluidos en el libro anterior. Esta tendencia filosófica se manifestó entre 1912 y
1925, etapa en la que Machado redactó una serie de apuntes que verían la luz
póstumamente con el título de Los complementarios (1971).
En este cuaderno, miscelánea de lecturas, esbozos y reflexiones cotidianas,
aparecieron por primera vez sus heterónimos, el filósofo y poeta Abel Martín y su
discípulo, el pensador escéptico Juan de Mairena. Ambos son personajes
imaginarios que permitieron expresar al creador sus ideas sobre cultura, arte,
sociedad, política, literatura y filosofía, especialmente en el libro Juan de Mairena.
Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo (1936).
Paralelamente, en las ediciones de Poesías completas de 1928 y 1933 se decanta
una lírica de tema amoroso y erótico inspirada por la que fue, tras la muerte de su
esposa, su gran pasión en la vida real, Pilar de Valderrama, llamada Guiomar en
dichos versos. Ya durante la contienda civil Machado escribió algunos poemas y
varios textos en prosa, parte de los cuales fueron recogidos en La guerra (1937). Se
trata de escritos testimoniales, plenamente incardinados en las circunstancias
históricas del momento.

2.4. – Novecentismo

Se denomina Novecentismo a la obra de un grupo de autores que alcanzan el momento


de máximo esplendor a partir de 1914 (también se le conoce como Generación del 14).
Estos autores se caracterizan por su sólida formación intelectual y porque vieron en lo
europeo, en Europa, un modelo para imitar.
Políticamente estos autores se sitúan dentro del “reformismo burgués”. Mantuvieron su
preocupación por el tema de España, al igual que la Generación del 98, pero dejando a
un lado la queja y aplicando el rigor y la frialdad a la hora de examinar los problemas
para buscar soluciones eficaces. Presentan un nuevo tipo de intelectual, no bohemio, de
vida ordenada, universitario. Se muestran objetivos y racionales en sus análisis y se
dirigen a una minoría culta e intelectual.

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2.4.1- Ensayo: José Ortega y Gasset (1883-1956)

Ortega y Gasset fue un prolífico ensayista que tuvo una enorme influencia en los
intelectuales españoles de la primera mitad del siglo XX. Sus ensayos pueden dividirse
en tres grupos dependiendo del tema:
 Filosóficos: El tema de nuestro tiempo , ¿Qué es filosofía?. Según su
pensamiento, el objetivo de la filosofía debe ser la propia vida humana. Ortega y
Gasset lo resumía en la siguiente frase: “Yo soy yo y mis circunstancias”.
 Políticos y sociológicos: España invertebrada, La rebelión de las masas. Intenta
explicar las causas de la decadencia española y proponer soluciones. Según
Ortega, la causa principal es la “disgregación” social causada por tres motivos
fundamentalmente: los nacionalismos y separatismos regionales, los
particularismos de clase social y la indisciplina de las masas. La solución, según
él, sería sustituir la democracia por un gobierno de minorías cultas preparadas
para llevar a cabo esos cambios.
 Teoría artística y literaria: La deshumanización del arte, Ideas sobre la
novela. En cuanto a la nueva forma de ver el arte, Ortega se ve influido por las
teorías vanguardistas europeas. El nuevo arte debe ser “puro”, es decir,
deshumanizado, sin contenidos sentimentales. El arte puro es un arte intlectual,
donde predomina el juego, lo lúdico, y se fundamenta en el humor y la metáfora.
En lo referente a la novela, piensa que la novela realista está agotada por las
dificultades para encontrar nuevos temas y por la mayor exigencia del público
culto. La nueva novela debe investigar nuevas vías, centrarse en las ideas y en la
atmosfera en que se mueven los personajes, más que en la acción.

2.4.2.- Novela: Pérez de Ayala, Gabriel Miró, Fernández Florez

Aunque siguen publicándose novelas de corte realista, que siguen siendo de gusto del
gran público. La novela genuinamente novecentista está destinada a un público
minoritario e intelectual. Los nuevos novelistas pretenden renovar el género, según lo
teorizado por Ortega y Gasset. En general, son novelas con poca acción: en ellas
predomina más la introspección y la reflexión. Destacamos los dos autores más
relevantes.
Gabriel Miró (1879-1930) Novela lírica. La prosa es muy elaborada, cercana al verso.
El ritmo es muy lento, predominan la descripción sobre la narración. Al autor le interesa
la emoción que producen los objetos.
Ramón Pérez de Ayala (1880-1962). Novela intelectual. Predomina la reflexión sobre
la acción. Los personajes son presentados como símbolos o ideas. - Abundan las
reflexiones.
Wenceslao Fernández Flores – Novela de humor. Empleo de las técnicas narrativas
realistas. Utiliza el humor como un instrumento para hacer crítica social. Se trata de un
humor negro, intelectual, crítico.

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2.4.3.- Poesía: Juan Ramón Jiménez (1881-1958)

Vino, Primero pura,


vestida de inocencia;
y la amé como un niño.

Luego se fue vistiendo


de no sé qué ropajes;
y la fui odiando, sin saberlo.

llegó a ser una reina,


fastuosa de tesoros...
¡Qué iracunda de yel y sin sentido!

...Mas se fue desnudando.


Y yo le sonreía.

Se quedó con la túnica


de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.

Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda...
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!

Fue un autor que entregó su vida a la poesía con un triple deseo: búsqueda de la belleza,
del conocimiento y de la eternidad. Su poesía evoluciona desde una poesía sencilla,
cercana al modernismo, a lo que él llama “poesía pura”, una poesía hermética y difícil.
Su proceso de creación es una constante búsqueda de la palabra, de la expresión poética
perfecta.
Se distinguen 3 etapas o fases:
 Sensitiva (hasta 1915). Una poesía sencilla, con influencias de G.A. Bécquer,
el simbolismo y el modernismo. Trata temas como la soledad, la tristeza, la
melancolía. Utiliza una métrica simple: octosílabos, rima asonante y un lenguaje
sencillo, que va evolucionando hacia versos de arte mayor y rimas consonantes.
 Intelectual (entre 1916 y 1936). Se produce un cambio radical. Se aleja de la
estética modernista. Elimina del poema lo superficial, de modo que el resultado
son poemas muy breves, de gran concentración emotiva y conceptual. En cuanto
a la métrica, predomina el verso corto y libre y los poemas en prosa.
Desaparecen las evocaciones al pasado: continuo presente. El tema principal es
la creación literaria.
 Suficiencia (desde 1936) - Se trata de una poesía cada vez más esencial y
desnuda, más difícil. Contenido muy concentrado y símbolos muy difíciles. Los
temas predominantes son: Dios (algo que se identifica con la Naturaleza, la
Belleza, la Perfección). No es un concepto religioso sino artístico: creado por el
poeta para un mundo que él ha creado.

2.5.- Vanguardias

El Novecentismo, movimiento literario genuinamente español, se produce de forma


simultánea al Vanguardismo, que es un movimiento cultural que se produce de forma
simultánea en toda Europa y que afecta a todas las artes. El vanguardismo es una

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estética nueva, que se manifiesta en muchos movimientos diferentes, cada uno con
su propio nombre y sus propias reglas y que se produce en la literatura, pero también en
la pintura, la escultura, la música y hasta el cine.

El nombre, “Vanguardias”, fue acuñado durante la I Guerra Mundial (1914-1919) para


designar las inquietudes artísticas de la “avanzadilla” cultural europea. Fue uno de los
momentos de mayor unidad entre los artistas europeos. No fue un movimiento unitario,
sino formado por un enorme número de movimientos con sus peculiaridades e
intenciones. Comparten el deseo de crear un arte radicalmente distinto que rompiese
definitivamente con todo lo anterior.

Las vanguardias supusieron una ruptura frontal con la estética anterior y la tradición, en
busca de la innovación radical. Los movimientos vanguardistas fueron muchos y se
sucedieron y superpusieron con gran rapidez. Cada uno tenía sus propias peculiaridades,
pero todos tenían en común su carácter lúdico, rupturista y provocador. Se les suele
denominar ismos de forma genérica, en alusión al sufijo que todos compartían. Los más
importantes son los siguientes:

El Futurismo fue el primero de los ismos que lanzó el mensaje iconoclasta, desde Italia,
en 1909 de la mano del poeta Marinetti. Su propuesta de temática poética es la
civilización mecánica, los avances de la ciencia y el canto a la máquina, todo bajo el
mito de la modernidad y el rechazo de la tradición. En cuanto al lenguaje, los futuristas
lanzaron los primeros experimentos, como la abolición de nexos, la violentación de la
sintaxis y el uso de innovaciones tipográficas.

El Cubismo en literatura fue mucho más influyente. Surgió en Francia y su creador fue
Guillaume Apolinaire, a partir de 1913. Sus rasgos principales son la defensa de la
autonomía del arte respecto a la realidad y el rechazo de la lógica. Las innovaciones
tipográficas dieron un paso más cuando Apolinaire, con su libro Caligramas, puso de
moda la expresividad tipográfica y la falta de puntuación.

El Dadaísmo fue el movimiento vanguardista más radical y extravagante, hasta


propugnar el anti-arte y la anti-literatura. Históricamente correspondía a la quiebra de
valores que supuso la guerra de 1914. Surgió de la mano de Tristán Tzara. Sus rasgos
principales fueron la rebeldía contra la lógica, contra las convenciones estéticas y
sociales, además de otros rasgos que ya anuncian el Surrealismo: la liberación de la
fantasía del individuo, la superación de las inhibiciones y la creación de un lenguaje
incoherente.

El surrealismo (del francés surréalisme; [sur ‘sobre’, por encima del realismo'] es un
movimiento artístico y literario surgido en Francia a partir del dadaísmo, en la década
de 1920 en torno a la personalidad del poeta André Breton. Breton se basa en la práctica
del psicoanálisis de Sigmund Freud, que utilizaba en psiquiatría el método catártico por
la asociación libre del pensamiento y la interpretación de los sueños, como formas de
acceder al subconsciente. Las teorías freudianas parten de que los seres humanos
reprimen cuando están conscientes los pensamientos y sentimientos que originan los
traumas psíquicos y que el acceder a ellos y hacerlos conscientes es una forma de
liberarlos.

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El surrealismo se da sobre todo en pintura, cine y poesía. El manifiesto surrealista de
André Breton propugna el “Automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta
expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del
pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón,
ajeno a toda preocupación estética o moral."

El arte, en esa esfera, no es representación sino comunicación vital directa del individuo
con el todo. Esa conexión se expresa de forma privilegiada en las casualidades
significativas –el azar- y en el sueño, donde los elementos más dispares se revelan
unidos por relaciones secretas. El surrealismo propone trasladar esas imágenes al mundo
del arte por medio de una asociación mental libre, sin la intromisión censora de la
conciencia. De ahí que elija como método el automatismo y el uso de imágenes
oníricas, procedentes del mundo de los sueños.

El Creacionismo surgió en París en 1917, por impulso de Pierre Reverdy. Fue el


movimiento que más influyó en España. El rasgo principal de este movimiento fue la
defensa radical de la teoría de la autonomía del arte (divorcio total entre el arte y la
realidad). Junto a ello, las innovaciones tipográficas, como la ausencia de puntuación. El
creacionismo originó el ultraísmo, el único movimiento vanguardista genuinamente
español.

Ultraísmo es un movimiento literario nacido en España en 1918, con la declarada


intención de enfrentarse al modernismo, que había dominado la poesía en lengua
española desde fines del siglo XIX. El ultraísmo era afín al creacionismo, que trajo a
España el poeta chileno Vicente Huidobro. Huidobro pretendía que un poema fuera
siempre un objeto nuevo y distinto a los demás, que debía crearse "como la naturaleza
crea un árbol", posición que implicaba la libertad del poema frente a la realidad,
incluida la realidad íntima del autor.

2.5.1. Ramón Gómez de la Serna (1888 – 1963)

El primer beso es un robo.


La lagartija es el broche de las tapias.
El vapor es el fantasma del agua.
La escalera de caracol es el ascensor a pie.
La leche es el agua vestida de novia.
El etc., etc., etc. es la trenza de lo escrito.
La cabeza es la pecera de las ideas.
La gasolina es el incienso de la civilización.
La O es la I después de beber.
El agua se suelta el pelo en las cascadas.
Las latas de conserva vacías quedan con la
lengua de hojalata fuera.
La escritura china es un cementerio de letras.
El estanque es una isla de agua.
Mujer: Nubosidad variable.
El psicoanálisis es el sacacorchos del
inconsciente.

Autor de las famosas Greguerías es el escritor español más genuinamente vanguardista.


Su literatura, de difícil clasificación, es eminentemente original y rupturista. Se
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caracteriza por su elitismo y su carácter lúdico. Él mismo definió la “greguería” como
una metáfora con humor.

Vida y obra
(Madrid, 1888-Buenos Aires, 1963). Licenciado en derecho por la Universidad de
Oviedo, consagró su vida exclusivamente a la actividad literaria, en la que se mostró
como un escritor fecundo y pionero de un tipo de literatura que, dentro de la más pura
vanguardia, se erige como una construcción personal de gran originalidad.
Animador indiscutible de la vida literaria madrileña, en 1914 creó una de las tertulias
más frecuentadas y famosas con que ha contado Madrid, la del Café Pombo.

Su particular visión de la literatura, concebida dentro de los presupuestos del arte por el
arte, sin ningún intento de reflexión ideológica, dio lugar a un género inventado por él,
las greguerías, definidas por el propio autor como «metáfora más humor». Consisten en
frases breves, de tipo aforístico, que no pretenden expresar ninguna máxima o verdad,
sino que retratan desde un ángulo insólito realidades cotidianas con ironía y humor, a
base de expresiones ingeniosas, alteraciones de frases hechas o juegos conceptuales o
fonéticos.

2.6.- La Generación del 27

La generación del 27 es una promoción literaria excepcional que entra en escena en los
años 20. Dado que es un movimiento literario que se circunscribe solo a un grupo de
poetas que mantenían relaciones de amistad se suele denominar también grupo poético
del 27.

La vinculación entre los diversos miembros de este grupo poético es bastante estrecha y
está determinada por su parecida procedencia social (burguesía acomodada), la
colaboración en las mismas revistas poéticas y la convivencia de algunos de ellos en la
Residencia de Estudiantes de Madrid, vinculada a la Institución Libre de Enseñanza, de
carácter muy progresista., que funcionaba como centro cultural de primer orden.

Forman parte de este grupo los poetas Federico García Lorca, Pedro Salinas, Jorge
Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Rafael Alberti y Vicente
Aleixandre. Miguel Hernández, algo más joven y con una formación cultural y una
poética diferente no está incluido en el grupo aunque fue, según Dámaso Alonso, un
“genial epígono”.

Cabe destacar que, además de los poetas anteriores, había otros artistas muy
vinculados al grupo, como el pintor Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel o el músico
Manuel de Falla. Los dos primeros, por ejemplo, vivieron también en la Residencia de
Estudiantes. Además, los propios poetas cultivaron otras artes, por ejemplo, Lorca
dibujaba y tocaba el piano y Alberti era también pintor.

La fecha de 1927 alude al tercer centenario de la muerte del poeta barroco Luis de
Góngora, que los poetas de este grupo celebraron con un acto en el Ateneo de Sevilla en
el que le rindieron homenaje y reconocimiento. Los poetas del 27 reivindicaban la
figura de Góngora, que consideraban injustamente olvidada, pues consideraban que se

35
adelantó a su tiempo al practicar una poesía pura, desligada de la obligación de servir a
la realidad, que era a lo que ellos también aspiraban. En este año de 1927 empiezan a
publicarse las revistas más significativas del grupo y también algunas de las mejores
obras de estos poetas.

El panorama que los poetas del 27 encontraron en España, aparte de las influencias
vanguardistas ya citadas, era muy heterogéneo; además, pervive la Generación del 98,
con el prestigio de autores consagrados (Miguel de Unamuno, Antonio Machado y Juan
Ramón Jiménez). La obra de estos maestros nunca fue puesta en entredicho por los
jóvenes autores. También influye en el grupo el Novecentismo que encabeza el filósofo
José Ortega y Gasset. Los criterios estéticos de esta corriente apuntan a las ideas que
este recoge en su ensayo La deshumanización del arte (1925). La Revista de Occidente,
fundada por Ortega, sirvió además de trampolín para algunos autores del 27.

También se ha de señalar a Ramón Gómez de la Serna, quien desde su revista


Prometeo o su tertulia en el Café Pombo, proclama la necesidad de los cambios. La
creación de las greguerías (combinación de metáfora + humor) supuso un avance en la
renovación del lenguaje literario. Por último, Juan Ramón Jiménez (poesía pura) fue
otro de los maestros del grupo

Los poetas de la generación del 27 se caracterizan por su eclecticismo (utilizan formas


y elementos procedentes de estilos muy diferentes): están influidos por los movimientos
de vanguardia, especialmente por el surrealismo y el ultraísmo, pero se diferencian de
los vanguardismos europeos en que no rechazan la tradición literaria anterior, sino que
admiran a poetas como Garcilaso, Góngora, Bécquer, la lírica popular, el romancero y
por supuesto, la poesía pura de Juan Ramón Jiménez.

A pesar de las influencias y rasgos comunes, cada poeta del grupo tiene su propio
estilo y personalidad. No obstante, hay puntos comunes: la rebeldía frente a las
convenciones y el cultivo del verso libre. Los libros poéticos marcados por el
surrealismo contienen claras llamadas a la transgresión y a la sublevación. Así, Luis
Cernuda en Los placeres prohibidos reivindica la homosexualidad igual que Lorca en
Poeta en Nueva York, uniéndola a una crítica del capitalismo.

En la década de los 30, muchos de ellos se posicionaron con ideologías políticas


revolucionarias. Así, algunos de ellos escriben una su poesía realista, de denuncia social
y de combate, que se encuentra prefigurada en algunos versos de Poeta en Nueva York
de Lorca. Ya con la guerra llegaron la muerte, la dispersión y el exilio. Los poetas que
sobrevivieron evolucionaron en direcciones distintas.

36
2.6.1.- Federico García Lorca (1898-1936)

Ajo de agónica plata


la luna menguante, pone
cabelleras amarillas
a las amarillas torres.

Fachadas de cal ponían


cuadrada y blanca la noche.
Serafines y gitanos
tocaban acordeones.

Madre, cuando yo me muera


Que se enteren lo señores:
Pon telegramas azules
Que vayan de Sur a Norte.

Federico García Lorca nace en 1898, prácticamente con el siglo XX y es asesinado en


1936 al principio de la Guerra Civil española. Es uno de los escritores más célebres del
siglo XX. Su asesinato contribuyó a su difusión, pero, con el tiempo, su vigencia y su
prestigio continúan siendo enormes.

Hijo de una familia acomodada de Granada, estudió música con Manuel de Falla y se
trasladó luego a Madrid, donde vivió en la célebre Residencia de Estudiantes.
Compartió con Dalí, Buñuel y tantos otros momentos cruciales para el arte del siglo
XX. Viajó a Nueva York y a Cuba en el curso 29-30, donde fue testigo del crack de la
Bolsa del 29. Se dedica desde muy joven tanto a la poesía como al teatro. Alcanza
renombre nacional con su Romancero Gitano y con sus dramas de ambientación
andaluza en los primeros años 30. Durante la República dirige la Compañía Teatral La
Barraca, que forma parte del proyecto gubernamental “Misiones Pedagógicas” que
tratan de llevar el Teatro Clásico a las zonas rurales más alejadas de la cultura.

Su republicanismo de izquierda, su homosexualidad y su condición de triunfador


hicieron de él una de las primeras víctimas de la guerra. Tras una denuncia anónima, el
16 de agosto de 1936 fue detenido en Granada, en donde las autoridades eran ya del
bando de los sublevados nacionales. Federico García Lorca fue ejecutado, como tantos
otros, en la cuneta de una carretera y su cuerpo permanece enterrado en una fosa común
anónima junto a otros represaliados.

37
El estilo de García Lorca es muy peculiar y se percibe en todas sus obras, tanto en
poesía como en teatro. Es lo que se conoce como universo lorquiano, que se alimenta
de sus propias obsesiones y se define por unos rasgos constantes. Como otros poetas del
27, Lorca adopta elementos de los vanguardismos –sobre todo del surrealismo-, que era
lo que estaba de moda en el momento, pero sin renunciar a un clasicismo de fondo –
Renacimiento, Barroco, Romanticismo…-, así como a una fuerte influencia de la poesía
popular andaluza. Sobre estas bases, Lorca construye su propio lenguaje poético, que se
caracteriza por un código de símbolos que se repiten constantemente: la luna, el agua,
la sangre, el caballo, la hierba y los metales, unidos al tema de la muerte y el destino
trágico, constantes en toda su obra.

Obra poética: Lorca publica libros de poesía de forma casi constante desde 1921. Sus
obras poéticas más importantes son Poema del Cante Jondo, Romancero Gitano, Poeta
en Nueva York y Diván del Tamarit, el magistral Llanto por la muerte de Ignacio
Sánchez Mejías y los Sonetos del Amor Oscuro –publicados ya después de su muerte-.

Romancero gitano (1928)

Por abajo canta el río:


volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y madrugada remota!

“Romance de la pena negra”

El Romancero gitano es una obra poética de Federico García Lorca, publicada en 1928.
Está compuesta por dieciocho romances en los que dominan elementos simbólicos
como la noche, la muerte, el cielo, la luna y que giran en torno a la cultura gitana. La
obra supone una síntesis entre la poesía popular y la culta y transcurre entre dos motivos
centrales, Andalucía y los gitanos, tratados de manera metafórica y mítica.

Los gitanos aparecen como símbolo de un pueblo que sufre, que vive al margen de la
sociedad, que se siente perseguido y que lucha contra la autoridad que los persigue. Los
gitanos representan así un tema recurrente en toda la obra de Lorca, el conflicto entre
autoridad y libertad; entre la ley natural y la ley social y convencional. El propio García
Lorca señala que su interés se centra no en describir una situación concreta, sino en el
choque que se da una y otra vez entre fuerzas encontradas: en un poema que describe la
pugna entre la Guardia Civil y los gitanos, llama a estos bandos romanos y
"cartagineses", para dar a entender esa permanencia del conflicto.

38
En el Romancero se une el lenguaje popular, sencillo y espontáneo, con un lenguaje
culto, una simbología propia y elementos vanguardistas.

Quiero hacer este verano una obra serena y quieta; pienso construir varios romances
con lagunas, romances con montañas, romances con estrellas; una obra misteriosa y
clara, que sea como una flor (arbitraria y perfecta como una flor): ¡toda perfume!
Quiero sacar de la sombra a algunas niñas árabes que jugarían por esos pueblos y
perder en mis bosquecillos líricos a las figuras ideales de los romancillos anónimos.
Figúrate un romance que en vez de lagunas tenga “cielos”. ¿Hay nada más
emocionante? Este verano, si Dios me ayuda con sus palomitas, haré una obra popular
y andalucísima. Voy a viajar un poco por estos pueblos maravillosos, cuyos castillos,
cuyas personas parece que nunca han existido para los poetas y... ¡¡Basta ya de
Castilla!!» F. García Lorca.

En la obra de Lorca, los protagonistas suelen ser los marginados por la sociedad: en
el Romancero, los gitanos; en Poeta en Nueva York, los negros, y la mujer en obras
como La casa de Bernarda Alba, Yerma, Bodas de sangre, Mariana Pineda, Doña
Rosita o el lenguaje de las flores.

Poeta en Nueva York (1930)

El mascarón ¡mirad el mascarón !


¡Cómo viene del África a New York !(…)
Que ya las cobras silbarán por los últimos pisos
que ya las ortigas estremecerán patios y terrazas,
que ya la Bolsa será una pirámide de musgo.
¡Cómo escupe veneno del bosque
Por la angustia imperfecta de Nueva York!

***

Los negros lloraban confundidos / entre paraguas


y soles de oro, / (…) Negros, Negros, Negros,
Negros / (…) Es la sangre que viene que vendrá /
por los tejados y azoteas, por todas partes, para
quemar la clorofila de las mujeres rubias (…) /
aguardad bajo la sombra vegetal de vuestro rey /
a que cicutas y cardos y ortigas tumben postreras
azoteas.

Poeta en Nueva York se compone entre 1929 y 1930. Surge a raíz de la estancia de
Lorca en Norteamérica, que le inspira estos poemas en los que denuncia la
deshumanización de la gran ciudad. La negritud aparece como representante de la
naturaleza en un mundo deshumanizado.
“En Nueva York, los únicos que tienen alma son los negros” Dice Lorca en uno de sus
poemas. Lorca ve similitudes entre los negros y los gitanos, un grupo marginado que
guarda las esencias de lo humano en medio de la deshumanización del mundo
civilizado.

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Trayectoria teatral.

Lorca se nutrió de diversas tradiciones teatrales. Tuvo en cuenta el drama rural de


épocas anteriores, leyó a los clásicos españoles (Lope de Vega y Calderón de la Barca)
y no olvidó los ecos de la tragedia griega o a Shakespeare. Igualmente, cultivó en su
teatro la prosa y el verso, así como diversidad de géneros y formas.

Obras teatrales
García Lorca fue un apasionado del teatro. No solo fue autor, sino también director e
incluso actor. Fue además un gran renovador del teatro español, a pesar de que su
temprana muerte le impidió seguir ejerciendo esta labor. En su época existía un teatro
comercial que repetía fórmulas de éxito y un teatro renovador, como el de Valle Inclán,
que resultaba tan novedoso y provocador que no se pudo nunca representar en su época.
Lorca consiguió hacer un teatro de éxito, renovador y de una altísima calidad literaria.
En la mayor parte de sus obras, las protagonistas son mujeres y de un modo u otro en
todas aparece el tema del enfrentamiento a las convenciones sociales y la rebeldía frente
a las normas vigentes. Lorca es un hombre de teatro, que escribe para que sus obras se
representen. Casi todas sus obras fueron estrenadas con gran éxito en vida del autor,
salvo las dos más vanguardistas y La casa de Bernarda Alba, finalizada solo un mes
antes de su asesinato y que se estrenó ya póstumamente. En 1945 en Buenos Aires y en
1950 en Madrid. Estas son las principales:

Mariana Pineda (1927) Drama en verso sobre la vida y muerte de una heroína de la causa
liberal ajusticiada por Fernando VII en Granada, a los 26 años.

La zapatera prodigiosa (1930) Farsa de ambientación popular y andaluza, sobre una joven
casada con un hombre mayor que ella, con muchos elementos líricos y simbólicos

El público (1930) Sobre la homosexualidad masculina. Con muchos elementos surrealistas. Se


ha considerado una de las mejores obras dramáticas del siglo XX. No se estrenó hasta 56
años después.

Así que pasen cinco años (1930). Como la anterior, teatro experimental, de vanguardia. Muy
difícil. Se llegó a considerar irrepresentable. No se estrena hasta 1975.

Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (1935). Drama con fragmentos poéticos
ambientada en Granada.

Las más importantes son las tres siguientes, con rasgos comunes que han hecho que se las
considere casi una “trilogía andaluza” son:

Bodas de sangre (1933): Ambientación similar al Romancero gitano. Un joven ya casado


irrumpe en la boda de una antigua novia, consigue reavivar en ella la pasión y ambos se
escapan juntos después de la ceremonia.

Yerma (1934): Tragedia de una mujer casada con un hombre al que no ama y que ni siquiera
es capaz de hacerle realizar su sueño de ser madre.

40
La casa de Bernarda Alba (1936) Se considera la auténtica culminación del teatro
lorquiano, en cuanto a dominio y perfección en el uso de las técnicas dramáticas.

La casa de Bernarda Alba fue la última obra dramática escrita por Federico García
Lorca. El autor la terminó de escribir en junio de 1936, dos meses antes de morir
asesinado. Se estrenó en Buenos Aires en 1945; en España se representó por primera
vez en 1950, en un montaje muy marginal. La primera representación importante fue en
1964, a causa de que García Lorca fue un poeta proscrito por el franquismo.

Se trata de la obra culminante de Lorca. En ella perviven los mejores hallazgos de sus
obras anteriores y junto con Bodas de sangre y Yerma, conforma en cierto sentido una
trilogía de tragedias andaluzas, pues las tres tienen muchos elementos en común:
universalidad dentro del ámbito geográfico andaluz, concepción trágica del conflicto y
tono poético.

Sin embargo, esta obra presenta algunas diferencias respecto a las anteriores, como
son un mayor realismo en los diálogos y las situaciones, la eliminación del verso:
aunque se trata de una obra muy poética, Lorca quiere que su obra se considere drama
y no tragedia, es decir, que trata de que sea lo más realista posible, de modo que la
poesía surge de las situaciones y los diálogos, y siempre está justificada por la propia
trama.

2.7.- Miguel Hernández. La poesía durante la guerra civil.

Como el toro he nacido para el luto


y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminuto


todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,


la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,


y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.

(Miguel Hernández, El rayo que no cesa)

Miguel Hernández Gilabert. (Orihuela, 30 de octubre de 1910 - Alicante, 28 de marzo


de 1942). Poeta y dramaturgo español. De familia humilde, tiene que abandonar muy
pronto la escuela para ponerse a trabajar; aún así desarrolla su capacidad para la poesía
gracias a ser un gran lector de la poesía clásica española. Forma parte de la tertulia

41
literaria en Orihuela, donde conoce a Ramón Sijé y establece con él una gran amistad.
Tras su muerte, le dedicará su famosa “Elegía”.

A partir de 1930 comienza a publicar sus poesías en revistas como El Pueblo de


Orihuela o El Día de Alicante. En la década de 1930 viaja a Madrid y colabora en
distintas publicaciones, estableciendo relación con los poetas de la época. Trata de
acercarse a los poetas de la generación del 27, pero estos no terminan de aceptarlo y no
lo incluyen en su círculo. Finalmente regresa a Orihuela, se casa con su novia, Josefina
Manresa y publica Perito en Lunas, un libro de poemas de gran perfección formal
donde refleja la influencia de Góngora.

De vuelta a Madrid, trabaja como redactor en el diccionario taurino de Cossío y en las


Misiones pedagógicas de Alejandro Casona; colabora además en importantes revistas
poéticas españolas. Publica El Rayo que no cesa (1936).

Toma parte muy activa en la Guerra Civil española. Lucha en el bando republicano y
hace una poesía que se ha llamado “de trincheras”. De ser conocido como el “poeta
pastor” pasa a ser el “poeta soldado”. A menudo recita sus poemas para los soldados del
bando republicano, en recitales en directo o en la radio.
Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1938) son poemarios con un estilo que se
conoció como “poesía de guerra”. Son poemas que trascienden la ideología y resultan
muy actuales por son tremendamente humanos, pues se dirige al ser humano que hay
detrás de cada soldado que como él, sufre de heridas del cuerpo y del mal de ausencia
por estar separado de sus seres queridos.

Al finalizar la guerra intenta salir del país pero es detenido en la frontera con Portugal.
Condenado a pena de muerte, se le conmuta por la de treinta años pero no llega a
cumplirla porque muere de tuberculosis el 28 de marzo de 1942 en la prisión de
Alicante.

En la cárcel acabó Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941). En este libro,


domina el sentimiento de nostalgia por la separación de su mujer y de su hijo. En su
obra se encuentran influencias de Garcilaso, Góngora, Quevedo y San Juan de la Cruz.

Aunque por el año de su nacimiento se le suele encuadrar dentro de la “generación del


36”, su temprana muerte le aleja de la evolución que tuvieron otros poetas coetáneos.
Por otra parte su originalidad como poeta y sus especiales circunstancias vitales hacen
que algunos críticos prefieran considerarlo como un “epígono” genial de la generación
del 27.

42
3. LITERATURA EN LA DICTADURA (1939-1945)

3.1.- Contexto histórico y cultural

El final de la Guerra Civil con la victoria del general Franco dio paso al largo periodo
que conocemos como franquismo (1939-1975). Con el tiempo, las restricciones y
limitaciones impuestas por el régimen de Franco en la primera posguerra darían paso a
una mayor apertura, hasta llegar, en los últimos años del franquismo, a un periodo en
el que, sin libertades políticas todavía, el arte y la literatura pudieron desarrollarse con
cierta normalidad, si exceptuamos lo tocante al sexo y a la ideología política, dos
aspectos especialmente vigilados y perseguidos por el régimen hasta el último
momento.

Pero en la inmediata posguerra, los difíciles años cuarenta y primeros cincuenta, la


novela española, como las demás manifestaciones de la cultura del país, tuvo que
enfrentarse a las consecuencias negativas de la Guerra Civil. En lo político, se inició un
terrible proceso de represión; en lo económico, hubo que enfrentarse al hambre y a las
privaciones, no solo a causa de la propia guerra sino también por la autarquía del
régimen, que imposibilita la recuperación del país y su modernización, además de
condenar a la penuria a una buena parte de la población. En lo relativo a la cultura, todo
se vio dominado por las consignas oficiales, el patriotismo más rancio y la religión
católica, dado que la Iglesia Católica legitimó al régimen franquista desde el momento
del alzamiento.

El conflicto armado supuso una profunda fractura en la evolución cultural. El


régimen de Franco se empeñó en forjar una nueva cultura española radicalmente
diferenciada de la anterior, para ellos indiscutiblemente asociada a la República.

La férrea censura, que se muestra encarnizada no solo con los escritores españoles, sino
también con los extranjeros, especialmente con los que han procedido en los últimos
decenios a la renovación de la novela en todo el mundo (Joyce, Proust, Kafka…), que
serán prohibidos igualmente, por la cerrazón mostrada ante cualquier novedad, vista
siempre como sospechosa. La censura, especialmente en los años 40, es implacable no
solo con la prensa, sino también con toda manifestación artística y, desde luego, con el
género literario más popular, como es la novela. Todo pasa antes de darse a conocer al
público por un censor gubernativo y otro eclesiástico que expurgan o prohíben
determinadas obras. Además se puede hablar también de una censura interna, que lleva
a los escritores a autocensurar sus propias obras por el miedo a las posibles represalias
del régimen. El conjunto de la situación dificultó enormemente el desarrollo de la vida
intelectual y, más en concreto, de la literaria, pues se impulsa oficialmente la
publicación y traducción de novelas insulsas e irrelevantes, que triunfan en España
mientras se ignoran las novelas más importantes.

Además, la desaparición de los grandes modelos de la literatura española anterior,


por la muerte de algunos (Unamuno, Machado, Valle-Inclán, García Lorca) y el exilio
obligado de otros que habían comenzado a destacar antes del conflicto (Max Aub,
Francisco Ayala, Ramón J. Sender, Luis Cernuda, Alberti…) determinan también la
ruptura con las formas literarias novedosas que se habían iniciado en España ante de
la guerra, como la novela de corte social (prohibida por las posibles connotaciones

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políticas) y la novela deshumanizada y vanguardista (vistas con recelo pues se
asociaban a escritores marcadamente republicanos).

3.2.- La literatura de los años 40.

La Guerra Civil Española termina en 1939, por lo que los años cuarenta son los más
duros de la posguerra, tanto en lo que se refiere a las penurias sociales por la escasez
de alimentos y productos básicos como a represión política. Por otra parte, en Europa,
la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) acabó con la victoria aliada sobre Alemania e
Italia, lo cual dejó a España totalmente aislada. Los escritores quedaron al margen de
la literatura que se hacía más allá de nuestras fronteras.

Por todo ello, la literatura española en la posguerra debe, prácticamente, comenzar de


nuevo. Los novelistas de estos primeros años tendrán que buscar un nuevo camino, y
esa búsqueda de un nuevo camino implicará que nos encontremos en la década de los 40
con la coexistencia de múltiples tendencias novelísticas.

Para empezar es inevitable distinguir la literatura que se desarrolla dentro del país
de la que, en el exilio, escriben los numerosos autores que salieron de España tras el
conflicto ─ a los que J. Bergamín, uno de los exiliados, denominó "la España
peregrina"─. Esto afectó, por supuesto, a todas las artes y manifestaciones de la cultura
nacional pero, en el caso de la novela alcanza una dimensión notable.

Dentro de España, la escasa literatura de estos primeros años de posguerra oscila entre
el esteticismo, que ignora la realidad circundante, y la expresión de la angustia y
desarraigo que la guerra ha creado. Salvo algunas excepciones, hasta los años 50 no
comienzan los indicios de renovación.

3.2.1.- La poesía de los años 40. Poesía arraigada y desarraigada.

La generación del 36, conocida también como primera promoción de la posguerra y


generación escindida, está constituida por poetas que padecieron la Guerra Civil,
sufriendo, en muchos casos, la cárcel o el exilio, exterior o interior. Salvo Miguel
Hernández, que, en realidad, engarza con el 27, casi todos los demás autores habían
realizado estudios universitarios y se habían criado literariamente con los poetas de esta
generación o de la anterior.

Revistas y tendencias. Esta generación se divide en dos grandes grupos, que se


corresponden, inicialmente, a los dos bandos de la Guerra Civil. Dámaso Alonso llamó
a la poesía del primer grupo arraigada, que agruparía a poetas con ideología afín al
régimen franquista que se agrupan en torno a las revistas Escorial y Garcilaso,
sufragadas por el régimen franquista, y cuyos nombres ya evidencian la tendencia
ideológica que las impulsa: exaltación de una imagen de la España triunfalista, la del
siglo XVI, que representa la del “imperio donde nunca se ponía el sol”, que es la imagen
de la que se apropia la dictadura. Los poetas de este grupo abogan por una poesía

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religiosa y también «humana», aunque algunos de sus miembros cayeron en una estética
neoclásica, formalista, alejada de la realidad social, tan dura, del momento.

 Leopoldo Panero (Astorga, León, 1909-1962)


Su primer libro, La estancia vacía (1944), ya manifiesta los temas íntimos y
existenciales en torno a los que gira su poética. Otros títulos suyos son: Escrito a cada
instante (1949) y Canto personal (1953).
 Luis Rosales (Granada, 1910-1992)
Comenzó publicando Abril (1935), poemario de corte clasicista, pero en 1949 su libro
La casa encendida influyó en la mayoría de los poetas de los años cincuenta y setenta.
Sus Obras completas se han publicado en 1996.

Poesía “desarraigada”. Frente a estas revistas sufragadas por el régimen, aparecieron


otras como Proel (1944), en Santander, y Corcel (1943), en Valencia y Espadaña
(1944) en León. Entre este grupo podríamos destacar los siguientes:

 Dámaso Alonso (1898-1990)


Aunque no pertenezca en propiedad a esta generación por su edad, sino que pertenece a
la generación del 27, lo incluimos aquí porque fue un poeta que se quedó en España y
que siguió escribiendo poesía y estudiando es panorama poético de la España del
momento. A él se deben los términos de “poesía arraigada y desarraigada a la que nos
hemos referido. La publicación de su libro Hijos de la ira en 1944, considerada como
su mejor obra, supuso un aldabonazo que despertó el dormido panorama poético del
momento y da inicio a la poesía de desarraigada más humana y auténtica, que en la
década posterior desembocará en la poesía social.

Su tema principal es el ser humano, inmerso en un mundo lleno de incógnitas,


indescifrable, hostil. Se perciben en la obra claras influencias de la filosofía
existencialista. Supone una crítica social y literaria que huye de la poesía “arrigada” ,
garcilasista (que sigue como modelo a Garcilaso) y deshumanizada, puramente estética,
para ir hacia el verso libre capaz de despertar las conciencias. Como fórmula novedosa,
alejada de los metros clásicos, utiliza el versículo, un verso muy largo y sin rima, que
acerca el poema a la prosa.

"Insomnio" es el primer poema del libro, expresa la angustia y soledad que experimenta
ante un mundo que no acaba de comprender, por lo que llama a Dios, pero Dios guarda
silencio.

 Destacan también en este apartado otros poetas de la generación del 27 que se


quedaron en España, como Gerardo Diego y Vicente Aleixandre.

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 José Luis Hidalgo (1919-1947). Nacido en Torrelavega y amigo de José Hierro.
Su poesía es de corte íntimo y existencialista. Su principal obra Los muertos,
parece una premonición de su temprana muerte.

 José Hierro (1922-2002). Poeta muy ligado a Cantabria. Escribió y publicó


poesía hasta el final de su vida, por lo que su obra pasará por distintas etapas. Lo
estudiaremos dentro de la poesía de los años 60-70.

3.2.2.- La novela de los años 40. Tremendismo y existencialismo.

En la inmediata posguerra se hace evidente la ruptura de la natural evolución literaria.


Así, la novela no puede enlazar con la narrativa social de los años 30, prohibida por el
franquismo, ni parece válida la estética deshumanizada de los años 20.

Así pues, los escritores que quieren publicar sus novelas dentro de España, tienen que
evitar hablar de los problemas sociales y utilizar unas formas narrativas tradicionales
anteriores al conflicto. Rota la relación con las tendencias novelísticas anteriores a la
Guerra y aislados de la evolución que sigue la novela occidental, los escritores del
interior buscan un punto de arranque en la tradición realista española. Una novela
formalmente conservadora, que sigue los moldes del realismo del XIX, que se mueve
entre una ideología afín al régimen franquista o la simple evasión, mediante el humor o
los folletines situados en el siglo anterior.

Los autores de esta tendencia, aunque fueron de éxito en su época no han pasado a la
historia de la literatura. El más relevante sería José María Gironella, con su trilogía
sobre la Guerra Civil desde el punto de vista de los vencedores. Defienden los valores
de Dios, y Patria y muestran una realidad ficticia y triunfalista, que no se corresponde
con las penurias de la posguerra.

En la década de 1940 sólo hay dos casos excepcionales y aislados: La familia de


Pascual Duarte de C.J. Cela (1942) y Nada de Carmen Laforet (Premio Nadal 1944),
que representan respectivamente las corrientes denominadas tremendista y
existencialista que, sin referirse directamente las condiciones de vida reales, manifiestan
un pesimismo desesperanzado A estas nuevas voces se les unen poco después otras
como la de Miguel Delibes y Ana María Matute. En general, estos novelistas coinciden
en reflejar el desolado mundo de la posguerra desde una perspectiva pesimista y
existencial; por eso abundan en sus narraciones los personajes desorientados, tristes y
frustrados. Técnicamente, todas las novelas de este periodo se caracterizan por su
sencillez y tradicionalidad: es general la narración cronológica lineal, con ausencia de
saltos temporales y el empleo del narrador en tercera persona.

A) Tremendismo, iniciado por Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte en
el año 1942, el relato autobiográfico de un condenado a muerte que trata de explicar sus
crímenes como consecuencia del primitivismo y la brutalidad que determinaron su vida.
Su éxito atrajo a muchos continuadores que explotaron historias que nos retratan un

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mundo y unos personajes dominados por la violencia y por la miseria y escritas con un
estilo bronco. Por su fuerza expresiva, se puede considerar a la obra de Cela como la
primera señal de renovación de la novela de posguerra.

La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela, provoca una polémica en torno al
tremendismo. Se le acusaba de deformar la realidad al subrayar lo más desagradable. En
1942, suponía un revulsivo, pues la truculencia y la visión desolada del mundo
contrastaban con una narrativa triunfalista. La novela narra un cúmulo de crímenes y de
atrocidades que parecen verosímiles por el tipo de protagonista y por el ambiente. Como
un nuevo pícaro, Pascual Duarte narra su biografía para que entendamos cómo ha
llegado a ser un condenado a muerte.
La limitación intelectual de Pascual, el destino que parece dominar la obra y el ambiente
bárbaro e injusto convierten a esta criatura en un asesino víctima.
La obra refleja un radical pesimismo, cercano al existencialismo. La publicación de una
novela tan desgarrada en un momento de censura política y moral muy estricta, sólo se
explica por ser Cela un excombatiente franquista y porque los sucesos se sitúan en la
España de posguerra. Toda su obra refleja pesimismo ante el mundo y el ser humano (P.
Baroja). Su tono es distanciado y burlón, con humor negro, desgarrado y cruel. Refleja
una visión deformada del mundo.

B) Existencialismo. Esta corriente se inicia con la novela Nada de Carmen Laforet en


1945, que será la primera obra que refleje la vida de miseria de la posguerra en el
ámbito urbano. Esta tendencia continúa en 1948 con La sombra del ciprés es alargada
de Miguel Delibes y con Gonzalo Torrente Ballester y su Javier Mariño.

3.2.3.- El teatro de los años 40. La alta comedia y el teatro humorístico.

El panorama teatral en la inmediata posguerra es bastante pobre. Las innovaciones más


interesantes anteriores al conflicto desaparecen junto con sus autores, muertos (Lorca,
Valle-Inclán) o exiliados (Max Aub o Alberti). En las salas comerciales seguía
triunfando un teatro trivial y entretenido. Es lo que se ha llamado “alta comedia”, un
teatro de éxito, destinado a un público burgués que no quiere oír hablar de problemas y
busca en el teatro una evasión de la realidad. Junto a este teatro comercial, surge el
teatro humorístico de Miguel Mihura y Jardiel Poncela, un teatro humorístico de
calidad, que aúna originalidad con fórmulas de éxito y cuyos rasgos fundamentales son
las situaciones inverosímiles y los diálogos regidos por una lógica poco convencional.

A) La alta comedia
Inspirada en el teatro burgués de Jacinto Benavente (Premio Nobel de Literatura en
1922), busca complacer al público que llenaba las salas en la posguerra, burgueses con
poder adquisitivo que eran la minoría de la sociedad.
La alta comedia es un tipo de teatro que concede una especial importancia a la obra bien
elaborada en la construcción de la trama, los diálogos o los juegos escénicos.

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El ambiente es siempre el de la clase burguesa acomodada, y su objetivo es
simplemente el entretenimiento del público, con un argumento muy repetido centrado
en el adulterio o la infidelidad. En estos argumentos, el final feliz defiende la ideología
dominante, y triunfan la fidelidad, la honradez y el amor. Junto a las obras
fundamentalmente humorísticas aparecen también dramas de tesis y piezas históricas.
Autores destacados: Edgar Neville (1899-1967), José María Pemán (1898- 1981) y
Juan Ignacio Luca de Tena (1897-1975).

B) Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901- 1952). Se forma en la Institución Libre de


Enseñanza y comienza a escribir en el ámbito del periodismo, antes de la guerra civil.
Desde 1921 publica en la revista Buen Humor, referencia fundamental del nuevo
humorismo literario español. A partir de 1923 abandona el periodismo para dedicarse
por entero a la literatura y en 1927 estrena en el Teatro Lara de Madrid Una noche de
primavera sin sueño. Sus obras de teatro más importantes son Cuatro corazones con
freno y marcha atrás (1936), Un marido de ida y vuelta (1939), Eloísa está debajo de
un almendro (1940), Los ladrones somos gente honrada (1941) y Los habitantes de la
casa deshabitada (1942).

El propósito de Jardiel consistía en romper con las formas tradicionales de lo cómico,


centradas en lo verosímil y sujetas a la realidad. Su propuesta dramática no llegó a
materializarse, pues se vio obligado a hacer concesiones para satisfacer al público.
La originalidad de Jardiel se caracteriza por:
 El encadenamiento de situaciones inverosímiles.
 La dosificación rigurosa de la comicidad en el lenguaje.
 El humorismo de raíz intelectual.

Su originalidad no reside tanto en la selección de los temas como en la creación de


situaciones grotescas, ridículas o inverosímiles. Esto la consigue por medio de ironías,
diálogos vivaces, equívocos, sorpresas o mezclando la sublime y la vulgar. Pero bajo el
truco, el disparate o la situación más absurda, esconden una dura y amarga crítica a la
sociedad. Valgan como ejemplos Angelina o el honor de un brigadier (1934), sátira del
mundo sentimental y posromántico de finales del XIX, o Madre (el drama padre),
crítica al teatro naturalista. En estas obras realiza una dura crítica a la sociedad mediante
el disparate más absurdo.

B) Miguel Mihura (Madrid, 1905-1977)


Autor, actor y empresario teatral, que conocía el mundo de las bambalinas desde su más
tierna infancia; fue un niño muy hipocondríaco y sensible. El joven Mihura abandonó
sus estudios para dedicarse al dibujo en revistas de humor como 'Gutiérrez', 'Buen
Humor' y 'Muchas Gracias'.

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Durante los años veinte, trabajó como periodista: son años de una cierta bohemia, de
tertulias en los cafés, donde conocerá a importantes periodistas del género humorístico
como Tono, Edgar Neville y Enrique Jardiel Poncela; este último le influyó
poderosamente en el estilo. Mihura fue uno de los fundadores de las revistas
humorísticas 'La Ametralladora' y 'La Codorniz' en las que ejerció también de
dibujante.

Aunque empezó a escribir antes de la guerra, su reconocimiento fue tardío, pues sólo
estrenó con regularidad a partir de la década de los cincuenta: en 1932 escribió Tres
sombreros de copa, que no publicó hasta 1947, y no fue representada hasta 1952 (veinte
años después de escrita); se trata de una comedia considerada como una de las obras
maestras del teatro humorístico y que anticipa algunos aspectos del Teatro del absurdo;
en ella se enfrentan el mundo de las restricciones y convencionalismos y el de la
libertad y la imaginación, tema que será constante en su obra.

Tres sombreros de copa Está considerada como una de las obras maestras del teatro
humorístico. Por su originalidad, supone una ruptura completa con el teatro cómico
anterior. En ella desarrolla el tema de la libertad alcanzada y perdida.
Ese mismo tema aparecerá en ¡Sublime decisión! (1955), Mi adorado don Juan (1956)
y La bella Dorotea(1963).

En su primer periodo (entre 1932 y 1946): predomina el enfrentamiento entre los


protagonistas y su entorno social. Tres sombreros de copa, y otras obras compuestas en
colaboración con otros autores como Viva lo imposible o el contador de estrellas
(1939), Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario (1943), El caso de la mujer asesinadita
(1946).

A partir de la década de los cincuenta, la sátira se impone sobre el humor en obras como
El caso de la señora estupenda (1953), Ninette y un señor de Murcia (1964), Maribel y
la extraña familia (1959) o Melocotón en almíbar (1958), obras cómico-costumbristas,
de corte policiaco y de enredo, en las que predomina el conflicto en las relaciones
doméstico-sentimentales entre el hombre y la mujer.

Además de su labor como dramaturgo y articulista, es conocido por sus colaboraciones


en guiones cinematográficos.

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3.3. La literatura social de los años 50.

Durante los años 40, España había mantenido una política económica basada en la
autarquía. Esta fue provocada por la derrota del Eje (Alemania, Italia, Japón) en la
Segunda Guerra Mundial, durante la cual la dictadura franquista, pese a adoptar una
política oficial de no beligerancia, tuvo una participación favorable a la Alemania nazi
para la derrota de la Unión Soviética, que se concretó mediante el envío de la División
Azul, un cuerpo de voluntarios que sirvió en el ejército alemán del frente Oriental
durante dos años. Esta colaboración con las potencias del Eje condujo al aislamiento
internacional tras la derrota de las mismas en 1945, promovido por los aliados en el
seno de la recién creada Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Sin embargo, en los años 50 y en el marco de la Guerra Fría, la posición geográfica de


España y su dictadura militar se acabaron convirtiendo en estratégicos para Estados
Unidos y sus aliados europeos frente a la Unión Soviética. La alianza de España con los
Estados Unidos puso fin al aislamiento internacional del régimen y favoreció una
paulatina apertura de la economía nacional, que seguía a unos niveles de desarrollo
inferiores a los del resto de economías de Europa occidental, que en la guerra mundial
habían sufrido desastres similares al de la Guerra Civil Española.

Así pues, en la década de los 50, España empezó a abrirse al exterior (en 1955, se
integró en la ONU). El reconocimiento internacional del franquismo se tradujo en
mejoras económicas y en la comunicación con el exterior. Como contrapartida, el
franquismo tuvo que moderar algo su política represiva, como forma de mejorar la
imagen del régimen cara al exterior. La censura se fue suavizando, lo que permitió un
desarrollo de la literatura en la que predominaba la crítica social, que frente al
triunfalismo oficialista, ponía de maanifiesto las duras condiciones de vida de la mayor
parte de los españoles. El resultado fue una nueva versión del realismo, tendente a la
denuncia de la opresión y la injusticia.

3.3.1.- La poesía social. Blas de Otero, Gabriel Celaya.

La poesía social es fruto del existencialismo, de la corriente desarraigada y de la


disensión política contra el régimen de Franco. Se trata de una poesía escrita para
conseguir que el pueblo tomara conciencia de los problemas sociales y se levantara
contra las dictaduras.

Sus más eximios representantes fueron Blas de Otero (1916-1979) y Gabriel Celaya
(1911-1991). Poetas de otras generaciones como José Hierro (1922), Ángel González
(1925) o José Agustín Goytisolo (1928-1999) pueden incluirse en esa actitud
testimonial, aunque los estudiaremos más adelante.

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A) Gabriel Celaya (Hernani, Guipúzcoa, 1911-1991)
Su verdadero nombre era Rafael Múgica Celaya, y estudió ingeniería. Su obra, muy
extensa y variada, fue seleccionada por él mismo en la antología Itinerario poético
(1973). Sus libros más importantes como "poeta social" son Las cartas boca arriba
(1951) y Cantos Íberos (1955).

B) Blas de Otero (Bilbao, 1916-1979)


En su juventud escribió influido por los poetas místicos españoles. Ángel fieramente
humano (1950) es un importante libro de poesía religiosa en el que el poeta expresa un
profunda crisis. Otros poemarios son Redoble de conciencia (1951), Pido la paz y la
palabra (1955), Que trata de España (1964) y Poesía con nombres(1977).

C) José Hierro (Madrid 1922 – 2002)

Perteneciente al grupo creado en torno a la revista Proel de Santander. Ha publicado su


poesía con el título Cuanto sé de mí (1974). De gran importancia fueron Con las
piedras, con el viento (1950), Quinta del 42(1951) y Libro de las alucinaciones (1964).
Sus libros más recientes son Agenda (1991) y Cuaderno de Nueva York (1998). En 1998
recibió el premio Cervantes y en 1999 fue elegido miembro de la Real Academia
Española.
Poeta social a medias, es uno de los mejores poetas de la segunda mitad del siglo.
También sobresale su actividad como ensayista.

3.3.2.- La novela de los 50.

En los años 50, la novela se va empezando a denunciar más abiertamente los problemas
sociales que aquejan a la sociedad española. La censura empieza a ser algo menos rígida
y se permite la publicación de obras de contenido más crítico y formalmente más
renovadoras, que siguen los nuevos modelos narrativos de autores estadounidenses
como Hemningway, Scott Fitzgerald o William Faulkner, que penetrarán en la literatura
española sobre todo a través de los narradores hispanoamericanos del “boom” de los 50.

La novela española de esta década recoge pronto las nuevas preocupaciones sociales y
abandona la visión existencial de la década anterior. En 1951 Cela publica La Colmena
de tono crítico y testimonial, con un amplio personaje colectivo.

A lo largo de la década, el realismo social se intensifica y en el año 1954 alcanza su


momento cumbre, pues se publican varias obras de este tipo de Ana Mª Matute, Ignacio

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Aldecoa, Jesús Fdez. Santos, Juan Goytisolo, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín
Gaite y Juan García Hortelano.

El tema de la novela es la propia sociedad española: la dureza de la vida en el campo,


las dificultades de la transformación de los campesinos en trabajadores industriales; la
explotación del proletariado y la banalidad de la vida burguesa. El estilo de la novela
realista es sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica narrativa, se pretende llegar a
un amplio público. Los contenidos testimoniales o críticos son más importantes.

3.3.3.- Camilo José Cela (1916-2002). La Colmena

A mí me cuesta un trabajo horrible


escribir; yo escribo con mucha
dificultad, trabajo ocho o nueve horas
diarias, todos los días. Un día me dijo
un compañero: “Yo una novela la hago
en dos meses”. Y le dije: “Ya se nota”.
“Doy las gracias a mis enemigos, que
me han ayudado tanto en mi carrera”
“El individuo no es jamás un plano,
sino un poliedro”.

Camilo José Cela nació en Padrón, La Coruña, en 1916 y murió en Madrid, en 2002.
Realizó estudios de Medicina y Derecho, que no llegó a terminar. A los veinte años
le movilizaron y participó como soldado en la Guerra Civil en el bando nacional y
trabajó algún tiempo como funcionario. En 1957 ingresó en la Real Academia y en
1989 le fue concedido el premio Nobel.

Su primera novela, La familia de Pascual Duarte (1942), supone una novedad en el


panorama literario de los años cuarenta. El argumento truculento, la violencia
gratuita y la ambientación en un atrasado mundo rural suscitaron gran polémica en
torno a ella. La visión del mundo subyacente no está muy lejos del existencialismo
francés o del neorrealismo italiano de la época.

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Camilo José Cela fue siempre un hombre firme y polémico en sus actos y
declaraciones, a menudo provocadoras, y durante toda su vida huyó de lo
convencional. Sin embargo también fue un escritor constante, trabajador y prolífico.
En los casi ochenta y seis años que vivió le dio tiempo a escribir poesías, novelas, libros
de viajes, ensayos, piezas teatrales, artículos periodísticos, memorias y obras
lexicográficas; a ser actor de cine y torero; a editar revistas literarias; a dar
conferencias; a entrar en la Real Academia Española; y a ganar todos los grandes
premios literarios de España y el más prestigioso del mundo: el Premio Nobel de
Literatura.

Frases de Cela:

“La inspiración no existe, ya lo decía Baudelaire. Yo me siento a la mesa de escribir


y la inspiración acaba llegando”.
“Un día que estábamos en una terraza de un bar pasó un grillo y una señora
empezó: “Huy, qué horror, qué horror, una cucaracha”. Tuve que decirle: “Señora,
usted perdone, no es una cucaracha, es un grillo”. Y yo me lo comí, claro.
“Yo vivía en el campo, en casa de mis abuelos, que si me portaba muy bien durante
toda la semana los domingos por la mañana podía ir a la catequesis; ese era el
premio que recibía. Y al llegar a Madrid descubrí la libertad; y descubrí jugar a las
bolas en la calle, jugar al fútbol en los solares, andar en los topes de los tranvías,
etcétera, etcétera.

La colmena (1951)

La obra más importante de Cela, La colmena (1951), inaugura el realismo social de


los años cincuenta. Cada uno de sus seis capítulos consta de una serie de secuencias
breves, que desarrollan episodios que están mezclados con otros que ocurren

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simultáneamente. Esta fragmentación en anécdotas que conforman un conjunto de
vidas cruzadas, como las abejas de una colmena, trata de reflejar objetivamente la
realidad social de la posguerra. El tratamiento de los personajes, sin esperanzas,
muestra un pesimismo existencial constante en Cela.
«La colmena es la crónica amarga de un tiempo amargo». Cela dijo de ella “Mi
novela La colmena (…) no es otra cosa que un pálido reflejo, que una humilde
sombra de la cotidiana, áspera, entrañable y dolorosa realidad.” “La novela no sé si
es realista, o idealista, o naturalista, o costumbrista, o lo que sea. Tampoco me
preocupa demasiado. Que cada cual le ponga la etiqueta que quiera”.
La novela no sé si es realista, o idealista, o naturalista, o costumbrista, o lo que
sea. Tampoco me preocupa demasiado. Que cada cual le ponga la etiqueta que
quiera;

El tema fundamental de la novela es la lucha por la supervivencia en una España


devastada por la guerra. Madrid es una colmena en la que las abejas no causan
dolor, sino que lo sufren. 296 personajes imaginarios y 50 reales en el Madrid de
1942. No hay por tanto ningún protagonista concreto, pues se trata de una novela
de personaje colectivo, una novela en la que, fragmentariamente, somos testigos
de la lucha de unos personajes que harán cualquier cosa para sobrevivir bajo un
régimen totalitario e intentar salir de la miseria en la que se hallan instalados.

Como no podemos fijarnos en todos los personajes de la novela, vamos a centrar


nuestra atención en dos (Victorita y Don Mario) los cuales, a través de algunos
pasajes en los que aparecen, te ayudarán a comprender la idea global del texto.

FRAGMENTOS DE LA COLMENA

La historia de Victorita
Aunque La colmena es una novela de personaje colectivo, vamos a fijarnos
en la historia de Victorita, una chica joven cuya vida refleja muy bien la
desesperación de muchas personas en la posguerra.

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Victorita tiene un plan
Victorita andaba por los dieciocho años, pero estaba muy desarrollada y parecía
una mujer de veinte o veintidós años. La chica tenía novio, a quien habían devuelto
del cuartel porque estaba tuberculoso; el pobre no podía trabajar y se pasaba todo
el día en la cama, sin fuerzas para nada, esperando a que Victorita fuese a verlo al
salir del trabajo. (...)
Un día que Victorita estaba pálida y demacrada, Paco le preguntó:
—¿Qué te pasa?
—Nada, que he estado pensando.
—¿En qué pensaste?
—Pues pensé que esto se te quitaba a ti con medicinas y comiendo hasta hartarte.
—Puede ser, pero, ¡ya ves!
—Yo puedo buscar dinero.
—¿Tú?
A Victorita se le puso la voz gangosa, como si estuviera bebida.
—Yo, sí. Una mujer joven, por fea que sea, siempre vale dinero.
—¿Qué dices?
Victorita estaba muy tranquila.
—Pues lo que oyes. Si te fueses a curar me liaba con el primer tío rico que me
sacase de querida.
A Paco le subió un poco el color y le temblaron ligeramente los párpados. Victorita
se quedó algo extrañada cuando Paco le dijo:
—Bueno.
Pero en el fondo, Victorita lo quiso todavía un poco más.

2. Madre no hay más que una


Victorita, a la hora de la cena, riñó con la madre.
—¿Cuándo dejas a ese tísico? ¡Anda, que lo que vas a sacar tú de ahí!
—Yo saco lo que me da la gana.
—Sí, microbios y que un día te hinche el vientre.
—Yo ya sé lo que me hago, lo que me pase es cosa mía.

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—¿Tú? ¡Tú qué vas a saber! Tú no eres más que una mocosa que no sabe de la misa
la media.
—Yo sé lo que necesito.
—Sí, pero no lo olvides; si te deja en estado, aquí no pisas.
Victorita se puso blanca.
—¿Eso es lo que te dijo la abuela?
La madre se levantó y le pegó dos tortas con toda su alma. Victorita ni se movió.
—¡Golfa! ¡Mal educada! ¡Que eres una golfa! ¡Así no se le habla a una madre!
Victorita se secó con el pañuelo un poco de sangre que tenía en los dientes.
—Ni a una hija tampoco. Si mi novio está malo, bastante desgracia tiene para que
tú estés todo el día llamándole tísico.
Victorita se levantó de golpe y salió de la cocina. El padre había estado callado todo
el tiempo.
—¡Déjala que se vaya a la cama! ¡Tampoco hay derecho a hablarla así!
¿Que quiere a ese chico? Bueno, pues déjala que lo quiera, cuanto más le digas va a
ser peor. Además, ¡para lo que va a durar el pobre!
Desde la cocina se oía un poco el llanto entrecortado de la chica (...).

3. ¿Pienso luego existo?

Victorita lleva ya mucho rato llorando y en su cabeza los proyectos se atropellan


unos a otros: desde meterse a monja hasta echarse a la vida, todo le parece mejor
que seguir en su casa. Si su novio pudiera trabajar, le propondría que se escapasen
juntos; trabajando los dos, malo sería que no pudiesen reunir lo bastante para
comer. Pero su novio, la cosa era bien clara, no estaba para nada más que para
estarse en la cama todo el día, sin hacer nada y casi sin hablar. ¡También era
fatalidad!
Lo del novio, todo el mundo lo dice, a veces se cura con mucha comida y con
inyecciones; por lo menos, si no se curan del todo, se ponen bastante bien y pueden
durar muchos años, y casarse, y hacer vida normal.
Pero Victorita no sabe cómo buscar dinero. Mejor dicho, sí lo sabe, pero no acaba
de decidirse; (...) Victorita en su casa no puede seguir, ya está convencida; su madre

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le hace la vida imposible, todo el día con el mismo sermón. (...) Victorita está muy
cansada, en la imprenta está todo el día de pie, a su novio lo encuentra cada día
peor, su madre es un sargento de Caballería que no hace más que gritar, su padre
es un hombre blandengue y medio bebido con el que no se puede
contar para nada. (...)
Victorita no pedía tanto. Victorita no pedía más que comer y seguir queriendo a su
novio, si llegaba a curarse alguna vez. Victorita no sentía deseos ningunos de
golfear; pero a la fuerza ahorcan. La muchacha no había golfeado jamás, nunca se
había acostado con nadie más que con su novio. Victorita tenía fuerza de voluntad
y, aunque era cachonda, procuraba resistirse. Con Paco siempre se había portado
bien y no lo engañó ni una sola vez.

4. Victorita quiere dinero


Las treinta mil pesetas que le había ofrecido aquel señor se perdieron porque el
novio de Victorita estaba lleno de escrúpulos.
—No, no, a ese precio no quiero nada, ni treinta mil pesetas, ni treinta mil duros.
—¿Y a nosotros qué más nos da? —le decía la muchacha—. No deja rastro y no se
entera nadie.
—¿Tú te atreverías?
—Por ti, sí. Lo sabes de sobra.
El señor de las treinta mil pesetas era un usurero de quien le habían hablado a
Victorita. (...)
—¿De modo, hija, que quieres tres mil pesetas?
—Sí, señor.
—¿Y para qué las quieres?
—Pues ya ve usted, para casarme. (...)
—¿Y quieres mucho a tu novio?
—Sí, señor. (...)
—Y si yo te diera, en vez de tres mil pesetas, treinta mil, ¿tú qué harías?
Victorita se puso sofocada.
—Lo que usted me mandase.
—¿Todo lo que yo te mandase?

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—Sí, señor, todo. (...)
Al usurero le brotaron en las pálidas mejillas unas rosetitas de arrebol.
—Y tú, rica, ¿sabes lo que yo quiero?
—No, señor; usted dirá.
El usurero tenía un ligero temblorcillo en la voz.
—Oye, sácate las tetitas.
La muchacha se sacó las tetitas por el escote.
—¿Tú sabes lo que son treinta mil pesetas?
—Sí, señor.
—¿Las has visto alguna vez juntas?
—No, señor, nunca.
—Pues yo te las voy a enseñar. Es cuestión de que tú quieras; tú y tu novio. (…)
—Por mí, sí. Por seis mil duros soy capaz de pasarme toda la vida obedeciéndole a
usted. ¡Y más vidas que tuviera!

5. El desenlace de la historia de Victorita


Victorita se fue a la calle de Fuencarral, a la lechería de doña Ramona Bragado, la
antigua querida de aquel señor que fue dos veces Subsecretario de Hacienda.
—¡Hola, Victorita! ¡Qué alegría más grande me das! (...)
—No, doña Ramona. No tengo tiempo. Me espera mi novio. A mí, ¿sabe usted?, ya
me revienta andar dándole vueltas al asunto, como un borrico de noria. Mire usted,
a usted y a mí lo que nos interesa es ir al grano, ¿me entiende?
—No, hija, no te entiendo. (...)
—¡Que dónde está el cabrito! ¿Me entiende? ¡Que dónde está el tío!
—¡Ay, hija, tú eres una golfa!
—Bueno, yo soy lo que usted quiera, a mí no me importa. Yo tengo que tirarme a
un hombre para comprarle unas medicinas a otro. ¡Venga el tío!
—Pero, hija, ¿por qué hablas así? (...)
La muchacha abrió la puerta y salió. Antes de llegar a la esquina la alcanzó don
Mario. (...)
—¡Hombre, me alegro de conocerlo! ¡Aquí me tiene! ¿No me andaba buscando? Le
juro a usted que jamás me he acostado con nadie más que con mi novio. Hace tres

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meses, cerca de cuatro, que no sé lo que es un hombre. Yo quiero mucho a mi
novio. A usted nunca lo querré, pero en cuanto me pague me voy a la cama. Estoy
muy harta. Mi novio se salva con unos duros. No me importa ponerle los cuernos.
Lo que me importa es sacarlo adelante. Si usted me lo cura, yo me lío con usted
hasta que usted se harte. (...)
—Yo te daría dinero para que se lo llevases a tu novio, pero, hagamos lo que
hagamos, él se va a creer lo que le dé la gana, ¿no te parece?
—Sí, que se crea lo que quiera. Ande, lléveme usted a la cama.

6. Don Mario. Patrones y subordinados.


Ya en la taberna, don Mario se puso un poco pesado y le explicó que a él le gustaba
tratar bien a sus subordinados, que sus subordinados estuvieran a gusto, que sus
subordinados prosperasen, que sus subordinados viesen en él a un padre, y que sus
subordinados llegasen a cogerle cariño a la imprenta.
—Sin una colaboración entre el jefe y los subordinados no hay manera de que el
negocio prospere. Y si el negocio prospera, mejor para todos: para el amo y para los
subordinados.
Espere un instante, que voy a telefonear, tengo que dar un recado.
El bachiller, tras la perorata de su nuevo patrón, se dio cuenta perfectamente de
que su papel era el de subordinado. Por si no lo había entendido del todo, don
Mario, a media comida, le soltó:
—Usted entrará cobrando dieciséis pesetas; pero de contrato de trabajo, ni hablar.
¿Entendido?
—Sí, señor; entendido.

Otras obras de Cela:


Novelas: Pabellón de reposo (1943) Nuevas andanzas de Lazarillo de Tormes
(1944). San Camilo, 1936 (1969), Oficio de tinieblas 5 (1973), Mazurca para dos
muertos (1983). asesinato del perdedor (1994)

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Sus libros de viajes constituyen uno peculiar sector de su obra. De sus múltiples
"vagabundajes" por tierras de España han surgido libros inolvidables que van de
Viaje a la Alcarria (1948) a Viaje al Pirineo de Lérida (1965), pasando por Del
Miño al Bidasoa y Judíos, moros y cristianos (por Ávila y Segovia) o Primer viaje
andaluz. Tales obras son, en cierto modo, herederas del fervor noventayochista por
paisajes y gentes (a lo que añade Cela su sensibilidad y su desparpajo personales);
pero, a la vez, abrieron un camino que seguirían no pocos autores de la generación
siguiente, deseosos de dar testimonios críticos de la realidad española.

Aludiremos, finalmente, a sus numerosos ensayos, artículos y relatos cortos (en


parte, recogidos en libros y a su delicioso libro de memorias titulado La cucaña, a su
muy particular dedicación lexicográfica (Diccionario secreto), etc

3.3.4.- Miguel Delibes (1920-2010)

Miguel Delibes nació en Valladolid en1920. Fue catedrático de Derecho Mercantil y


desde 1974 es miembro de la Real Academia. De costumbres sencillas y gran
aficionado a la caza, ha mostrado siempre su preocupación por la defensa de la
naturaleza y ha criticado la sociedad deshumanizada y consumista.
Miguel Delibes se dio a conocer con La sombra del ciprés es alargada (premio
Nadal 1947), a la que siguieron El camino (1950), La hoja roja (1959) y Las ratas
(1962).
Cinco horas con Mario (1966), su obra maestra, consiste en el monólogo interior de
Carmen, una mujer de clase media que está velando el cadáver de su esposo. El
contraste entre Mario, un profesor solidario y progresista, y Carmen, de mentalidad
cerrada y convencional, refleja el de la España tradicional y el de la progresista.
Con Parábola del náufrago (1969), Delibes se introdujo en el experimentalismo
formal, pero retomó sus temas y su estilo en las novelas siguientes. Otras novelas
importantes son Las guerras de nuestros antepasados (1975), El disputado voto del
señor Cayo (1977) y Los Santos inocentes (1981).

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3.3.5.- Otros novelistas destacados

A) Rafael Sánchez Ferlosio (1927- )


Es autor de El Jarama, la mejor plasmación de la estética objetivista. El autor
desaparece, asumiendo el punto de vista de una cámara que se limita a filmar todo lo
que tiene delante. Por ello, el peso fundamental de la obra descansa en los diálogos.
Recibió el Premio Cervantes en el 2004.

B) Juan Goytisolo (1931- )


Su primera etapa (Juegos de manos, Duelo en el Paraíso) tiene un fuerte sentido
subjetivo que presenta la infancia como un paraíso perdido. En su segunda etapa
(1956-1962) se percibe el compromiso político y la denuncia social. En la tercera
etapa (a partir de 1966) abandona el realismo social para reivindicar las culturas y
las minorías sofocadas, en especial la musulmana (Señas de identidad, 1966;
Reivindicación del conde don Julián, 1970; Makbara, 1980).

C) Ignacio Aldecoa (1925-1969).


Sus novelas El fulgor y la sangre (1954) y Con el viento solano (1956) están
basadas en un crimen rural. Aldecoa narra desde un distanciamiento objetivista, tras
el que late una cálida solidaridad con los humildes. Son muy valiosos sus cuentos.

D) Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925- Madrid, 2000)


Obtuvo el premio Nadal con Entre visillos (1957), crítica visión de las chicas de una
ciudad de provincias, obsesionadas con casarse. Retahílas (1974) es una de sus
mejores obras.

3.3.6. Teatro: Buero Vallejo, Alejandro Casona, Alfonso Sastre

La posguerra: teatro social y teatro poético


Dentro del pobre panorama teatral de la posguerra, Antonio Buero Vallejo y Alfonso
Sastre marcan dos hitos históricos en el teatro social y político de esta época. Movidos
por su instinto de rebelión, muestran su disconformidad con el sistema vigente a través

61
de sus escritos. Son dos formas diferentes de entender la protesta: política, en el caso de
Sastre; social, en el de Buero Vallejo. En el extremo contrario, pero también como
muestra de rechazo hacia la sociedad contemporánea, autores como Alejandro Casona y
Antonio Gala llenaron sus obras de poeticidad y simbolismo.

A) Antonio Buero Vallejo


Antonio Buero Vallejo (1916), cursó estudios de pintura en Madrid (1934- 1936). En la
guerra, su padre fue fusilado y él es condenado a muerte por ser soldado de la
República. En 1946 se le conmuta la pena y queda en libertad provisional. En 1971
ingresa en la Real Academia Española, y en 1986 se le concede el premio Cervantes.
Cuando Buero Vallejo estrena Historia de una escalera en 1949 nace un nuevo drama
que, arraigado en la realidad inmediata, va en busca de la verdad y pretende remover la
conciencia española. El tema común que liga toda su producción es la tragedia del
individuo, analizada desde un punto de vista social, ético y moral.
Sus personajes se caracterizan por presentar mayoritariamente alguna tara física o
psíquica. Aparecen siempre bien delimitados y no se reducen a simples esquemas o
símbolos. Son caracteres complejos que experimentan un proceso de transformación a
lo largo de la obra. En los dramas de Buero se puede distinguir entre personajes activos
y pasivos.
Su obra se clasifica en:
 Teatro simbolista: En la ardiente oscuridad, La tejedora de sueños.
 Teatro de crítica social: analiza la sociedad con todas sus injusticias, mentiras y
violencias: Historia de una escalera, Hoy es fiesta (1956), Las cartas boca
abajo (1957), La fundación (1964) y El tragaluz (1967).
 Dramas históricos: en ellos, Buero Vallejo utiliza la historia como «espejo» de
situaciones del presente: Un soñador para un pueblo (1960), El concierto de
San Ovidio (1962) y El sueño de la razón (1970).

B) Alejandro Casona
El nombre verdadero de Alejandro Casona (1903- 1965) era Alejandro Rodríguez
Álvarez. Trabaja como maestro en el valle de Arán (Lérida) y en Madrid, donde dirige
el Teatro Ambulante o Teatro del Pueblo (1931). Al estallar la Guerra Civil huye a
Francia y poco después a Buenos Aires, donde fija su residencia hasta su regreso a
España en 1962.
62
Los rasgos poéticos y la expresión lírica están más o menos presentes en todas sus
obras, que se pueden dividir en dos bloques: teatro fantástico y teatro pedagógico.
 Teatro fantástico: podemos llamar teatro fantástico a la creación de una
atmósfera irreal y mágica a través del lenguaje poético, donde se analiza la
relación entre realidad y fantasía, el misterio y los sueños. El mundo de lo real y
lo imaginario forma parte de La sirena varada (1933), Prohibido suicidarse en
primavera (1937) y Los árboles mueren de pie (1937). El tema de los sueños
aparece en La llave del desván y Siete gritos en el mar. También pertenecen al
teatro fantástico Otra vez el diablo y La barca sin pescador.
 Teatro pedagógico: En estas obras Casona intenta comunicar determinadas ideas
de índole pedagógica. Así, Nuestra Natacha (1935) es un cántico al amor y a la
comprensión como método de enseñanza para los jóvenes conflictivos. La
tercera palabra (1953) trata de la educación de un hombre criado en la
naturaleza.

C) Alfonso Sastre
Alfonso Sastre (Madrid, 1926), funda en 1945 Arte Nuevo, grupo cuya intención es
renovar el teatro español. Después fundó otros grupos como La Vaca Flaca, Grupo de
Teatro Realista y, en 1977, Teatro Unitario de la Revolución Socialista, con claro
compromiso revolucionario activo.
Para Sastre, el teatro debía ser un instrumento de agitación y transformación de la
sociedad. Escuadra hacia la muerte (1953) supone su consagración como dramaturgo.
En ella, como en El pan de todos o La mordaza, Sastre escribe un teatro con tintes
existencialistas. En otras obras (El cubo de basura, Tierra roja o Muerte en el barrio) se
inclina por el realismo crítico de denuncia.
Los dramas de entre 1965 y 1972 están recogidos en Teatro penúltimo. Se caracterizan
por una renovación en la puesta en escena y porque la acción se desarrolla en épocas
anteriores.
Debido a razones políticas, muchas de sus obras no se representaron. Las referencias
directas o indirectas a la situación española le impidieron estar en cartel.

63
3.4.- Literatura experimental (1960-1975)

En los años 60, el país se desarrolla económicamente, en gran medida gracias al turismo
de viene de Europa y a las divisas que envían a España los trabajadores españoles que
emigran para trabajar en Europa. El desarrollo económico afianza el franquismo, a la
vez que la oposición al régimen se hizo más sistemática. En los últimos años del
franquismo se confirmó la apertura al exterior. El país se industrializa gracias a las
inversiones extranjeras y al turismo.

En literatura, el experimentalismo vuelve a imponerse una vez agotado el realismo


social. España sale de su aislamiento y comienza el desarrollo económico, el auge del
turismo extranjero favorece la renovación de las costumbres, la censura se flexibiliza
con la Ley de Prensa de 1966, etc.).

3.4.1.- Novela: Tiempo de silencio (Luis Martín Santos)

En los años 60 y 70 es cuando se produce una mayor renovación narrativa. Los


escritores proceden a experimentar con todos los elementos de la narración
(fragmentación del relato, ruptura de la secuencia cronológica, investigación sobre las
posibilidades del narrador, novedosa presentación del diálogo, uso del monólogo
interior…), impulsados por las traducciones de los grandes renovadores de la novela en
el mundo y con la influencia creciente de los escritores hispanoamericanos que darán
lugar a lo que se conoció como el Boom hispanoamericano: M. Vargas Llosa, Mújica
Laínez, J. Cortázar, j. Rulfo, G. García Márquez, J. L. Borges, etc.

Las principales novelas de este periodo son: Tiempo de silencio de L. Martín Santos,
una novela excelente y novedosa que supone el revulsivo que la novela española
necesitaba; su ejemplo es seguido por veteranos que se ponen al día (G. Torrente
Ballester con La saga / fuga de JB, M. Delibes con Cinco horas con Mario, C. J. Cela
con Oficio de tinieblas 5) y autores de la generación anterior que también renuevan su
estilo (J. Goytisolo con Señas de identidad, Juan Benet con Volverás a Región, J.
Marsé con Últimas tardes con Teresa, etc.).

4. LITERATURA ESPAÑOLA EN EL EXILIO (1939-1975)

4.1.- La novela del exilio

El drama de los escritores del exilio es que tuvieron que renunciar a sus lectores
naturales, pues sus obras no fueron conocidas en el interior del país hasta muchos años
después, y solo en el caso de los escritores más famosos. Además, su situación los
condenó al permanente recuerdo de la patria perdida y a la evocación constante de la
Guerra Civil. Entre los casi cien novelistas de la España del exilio hay una docena de
autores de importancia, y a ellos pertenecen varios de los títulos más importantes del
periodo. Sin embargo, entre ellos no hay uniformidad debido a la diferencia de edades,
planteamientos narrativos, evoluciones personales de cada uno, etc.

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1. Los novelistas que ya habían empezado su obra narrativa antes de la guerra, cuyo
principal representante será Ramón J. Sender, del que hablaremos más en
profundidad a continuación, y otros como Rosa Chacel, Max Aub y Francisco
Ayala, muy relacionados antes de 1936 con la estética de la deshumanización del
arte impulsada por Ortega y Gasset. Los tres desarrollan la mejor parte de su obra
después de la guerra y son autores, además de una amplia obra en otros géneros, de
algunas novelas importantes: Muertes de perro y El fondo del vaso, de Ayala; la
serie El laberinto mágico, formada por seis novelas, de Max Aub y Memorias de
Leticia Valle y Barrio de Maravillas, de R. Chacel.

2. Aquellos que la inician después de 1939. De los muchos novelistas que iniciaron su
obra novelesca ya en el exilio, una vez terminada la Guerra Civil, se pueden destacar
Arturo Barea, autor de la trilogía La forja de un rebelde, escrita en español pero
publicada antes en inglés.

A partir de los años 60 carece ya de sentido seguir hablando de narrativa del exilio,
porque a partir de esa fecha algunos autores vuelven al país, otros dejan de escribir o
publicar y otros, finalmente, empiezan a ser integrados en la vida cultural española aun
manteniendo su residencia en el extranjero, como es el caso de Ramón J. Sender.

4.1.1.- Ramón J. Sender (1901-1982)

La vida de Ramón J. Sender, nacido en 1901, está llena de peripecias, derivadas,


primero, de su mala relación con su padre, lo que le llevó a buscarse la vida en el
periodismo ya con 14 o 15 años y, poco después, con solo 17 años, a una precipitada
huida a Madrid, donde llegó a vivir en la calle. Reclamado otra vez por su familia,
volvió a su Aragón natal y compaginó el periodismo con la actividad política dentro de
grupos revolucionarios, actividad que, después de luchar durante dos años en la Guerra
de Marruecos, lo llevaría a la cárcel durante la dictadura de Primo de Rivera.
En esos años comienza su obra literaria, al principio marcadamente política y
revolucionaria, que alterna con una actividad política que oscila entre el anarquismo
(del que criticaba su escasa organización) y el comunismo, del que finalmente se alejará
(hasta el punto de que se puede afirmar que su oposición al comunismo fue tan
enconada durante su vida como la que mantuvo ante el general Franco). Al iniciarse la
Guerra Civil, su mujer se refugia con su familia mientras él se incorpora como miliciano
al ejército de la República y participa en la contienda durante un tiempo, dedicándose
posteriormente a defender la causa republicana en el exterior por diferentes medios,
especialmente la elaboración en Francia de una revista, "La voz de Madrid". Tanto la
mujer como el hermano del escritor fueron ejecutados por los Nacionales. Cuando
Barcelona cae en poder de Franco, Sender emprende el exilio con sus dos hijos,
estableciéndose primero en México y luego en EE. UU., donde se dedicó a la enseñanza
de la Literatura en diversas universidades. En los años 70, ya en los último años del
franquismo, alternó su residencia en EEUU con largas estancias en España, donde
habían empezado a publicarse sus novelas con gran éxito. Su regreso definitivo a
España fue en 1982, poco antes de su fallecimiento.

65
Obra.

La producción literaria de R.J. Sender es enorme, tanto que resulta difícil de claisficar
por su cantidad y su variedad. Se pueden destacar una serie de líneas maestras que
siguen sus novelas. Una de ellas sería la línea autobiográfica, presente en momentos
puntuales en muchas de sus novelas, pero que en la que sin duda destaca su gran serie
Crónicas del alba, formada por nueve novelas en las que mezcla autobiografía y
ficción. Otra línea estaría relacionada con su interés por la novela histórica, tanto la
basada en acontecimientos del pasado reciente (Mr. Witt en el cantón) como las que se
desarrollan en el pasado más lejano (La aventura equinoccial de Lope de Aguirre).
Sender mostró también durante toda su carrera una gran predilección por una narrativa
de tipo alegórico, con diversa intención (satírica, filosófica, poética…). A esta tercera
corriente de su novelística pertenecen títulos como El rey y la reina. La última línea
importante en su producción narrativa es la que se desarrolla dentro de un realismo con
implicaciones sociales. A esta línea pertenecen Imán, su primera novela, y su obra hoy
más recordada, Réquiem por un campesino español.

Réquiem por un campesino español es una novela breve de Ramón J. Sender, uno de
los novelistas españoles más importantes de la posguerra en el exilio. Aparecida
originalmente bajo el título de Mosén Millán en México (1953), adquirió su nombre
actual en 1960. El motivo de su publicación en México fue, entre otros, la censura del
franquismo, pues la novela se posiciona junto al bando republicano. Hasta 1974, una
año antes de la muerte del general Franco, la novela no se pudo publicar en España.

A la hora de analizar el contexto histórico y literario de la obra tendremos que tener en


cuenta que la obra se publicó en Méjico en 1953, pero que se centra en hechos que
sucedieron mucho antes, durante los primeros momentos de la Guerra Civil española, en
1936.

5. LITERATURA EN DEMOCRACIA (Desde 1975)


En la actualidad la poesía se acerca a la realidad cotidiana, en la novela triunfa la
recuperación del argumento o “recuperación de la narratividad” y en el teatro conviven
las obras comerciales y los grupos independientes.
En la lirica, la recuperación de los motivos y las formas tradicionales se combinan con
la ambientación urbana. Domina la llamada poesía de la experiencia representada por
Felipe Reyes y Luis García Montero.
El género que más éxito tiene en estos años es la novela. La aparición en 1975 de: La
verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza, significó la recuperación de la
trama argumental. Desde entonces, las novelas de aventuras y las novelas policíacas
entre otros subgéneros tradicionales gozan del favor del público. Muchos son los
novelistas que se han destacado en los últimos tiempos: Manuel Vásquez Montalbán,

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José María Merino, Luis Mateo Diez, Javier Marías, Antonio Muñoz Molina, Juan José
Millas y Rosa Montero entre otros.
El teatro actual ofrece dos caras: por un lado, en las salas comerciales se presentan
autores consagrados; por otro lado hay salas que ofrecen un espacio a los escritores
noveles y a la experimentación. Los autores más reconocidos son Francisco Nieva, José
Luis Alonso de Santos y José Sanchis de Sinisterra.

6. LITERATURA HISPANOAMERICANA

6.1.- Contexto Histórico: situación política, social y cultural


La situación política, social y cultural de cada uno de los países de América latina en el
siglo XX es distinta. Sin embargo, coexisten algunas características comunes que se
derivan de su pasado común como colonias españolas y de una similar situación
geopolítica y que engloban el marco social, político y cultural de estos pueblos. Las
reseñamos a continuación.

 Situación política

Desde su independencia como colonias españolas –recordemos que fueron


independizándose a lo largo del siglo XIX- los distintos países hispanoamericanos han
vivido una acusada inestabilidad política a lo largo del siglo XX: débiles democracias,
golpes de estado militares, dictaduras ferozmente represivas… El ideal de revolución
socialista, surgido en Cuba en 1959, se extendió y originó una serie de movimientos
revolucionarios que generaron oleadas de violencia. El protagonismo de EEUU en la
vida política de estos países es indiscutible, pues el gobierno estadounidense no ha
dudado en intervenir en aquellas zonas donde ha visto peligrar sus intereses
económicos. El término “democracias bananeras” se acuñó para referirse a democracias
ficticias apoyadas por compañías norteamericanas de explotación del plátano –o de
otros productos- que derrocaban o apoyaban gobiernos en función de sus intereses
económicos.

 Situación social

Graves situaciones de injusticia social perviven hasta hoy en día. Estas injusticias se
derivan de la grandes desigualdades originadas por una organización también heredara
de un pasado colonial: una alta burguesía muy enriquecida que detenta el poder político,
generalmente de origen criollo –descendiente de las clases dirigentes españolas-, una
clase media casi inexistente -formada fundamentalmente por inmigrantes españoles o
italianos que fueron llegando a trabajar durante el siglo XX- y la gran mayoría de la
población, de origen indígena, sumida en la miseria y el analfabetismo.
Otra característica de la realidad social de toda Hispanoamérica, relacionada lo anterior,
es la mezcla de razas: amerindia, blanca, negra, mestiza, etc.
El mestizaje, la denuncia de la precaria situación de los indígenas y la preocupación por
la realidad político y social de Hispanoamérica constituyen algunos de los principales
motivos recurrentes de la literatura hispanoamericana.

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 Situación cultural

En lo referente al factor cultural, todos los países hispanoamericanos tienen como


lengua oficial el español, aunque en algunos de ellos perviven incluso con el
reconocimiento de lenguas cooficiales, algunas lenguas prehispanas, como el guaraní,
el maya o el aimará. La situación cultural de la población de estos países en el siglo XX
está muy relacionada con la situación social a que nos acabamos de referir. La gran
mayoría de la población es analfabeta o tiene estudios solo primarios, en tanto que las
clases privilegiadas, a las que pertenecen la mayoría de los escritores que estudiaremos,
tienen una formación cultural excelente, muy superior a la que tenían en el momento
la mayoría de los escritores españoles: estudios universitarios en prestigiosas
universidades europeas o norteamericanas y dominio de varios idiomas, lo que les
permitió el acceso a la literatura internacional más innovadora.
Así pues, los escritores hispanoamericanos de este periodo presentarán una formación
literaria de similares características: formación básica en literatura española (que era
lo que estudiaban en sus países en primaria y secundaria), acceso a las novedades
literarias europeas y norteamericanas, gracias a su cosmopolitismo (habían vivido en
distintos países y conocido diversos idiomas) y sensibilidad hacia las peculiaridades
culturales y los problemas sociales de sus propios países de origen. Lo que permitirá
que, aunque todas sus obras estén escritas en castellano, presenten una gran riqueza
léxica donde convergen elementos lingüísticos propios de la cultura indígena y criolla.

6.2.- La narrativa hispanoamericana desde los años 60.

 Hispanoamérica, como modelo literario para España.

Hasta la primera mitad del siglo XX, toda la literatura hispanoamericana siguió las
huellas y los modelos de los autores españoles, sin embargo, desde los años 50 la
influencia mutua se invirtió. La España de la época, como hemos estudiado, estaba
sumida en la dictadura franquista y los escritores españoles tenían muy difícil el acceso
a las novedades literarias internacionales: a las restricciones impuestas por la censura se
sumaban las endémicas limitaciones idiomáticas de la educación española. Así pues los
escritores españoles empezaran a ponerse al día de las innovaciones narrativas
europeas y norteamericanas a partir de la lectura de las obras de los escritores
hispanoamericanos, que las habían ido incorporando a sus obras.

 Relevancia internacional.

Pero las obras de los nuevos narradores hispanoamericanos no fueron solo leídas y
reconocidas en España. Desde los años 60, la narrativa hispanoamericana en lengua
española experimentó un enorme auge en todo el mundo, con la publicación de gran
cantidad de novelas y relatos cortos de gran calidad literaria que se tradujeron
rápidamente a todas las lenguas y que obtuvieron un reconocimiento universal. De
hecho muchos de los autores de este periodo han sido galardonados con el Premio
Nobel de Literatura. Es lo que se conoce como el “boom de la literatura
hispanoamericana”.

68
 Los principales autores del “boom”.

La larga lista de autores del “boom” –que reduciremos aquí- incluye a escritores de
distintas nacionalidades, cada uno un estilo particular, pero todos con muchos rasgos
comunes que se derivan, como hemos visto, por una formación cultural y literaria
similar y por un contexto histórico y literario común. Son autores con formación
universitaria, que estudiaron y trabajaron en Europa y Estados Unidos, pero que
demuestran sensibilidad hacia los problemas de sus respectivos países que se manifiesta
en compromiso político que se plasma en sus novelas. Así tratan temas sobre la
injusticia social, las dictaduras militares, imperialismo, revoluciones.
 Jorge Luis Borges (Argentina,1899–Suiza,1986) Candidato al Nobel
 Roberto Arlt (Argentina, 1900-1942). Importante precursor.
 Julio Cortázar (Argentina 1914-1984)
 Octavio Paz (México 1914-1998) Premio Nobel 1990
 Juan Rulfo (Méjico 1917 – 1986)
 Augusto Monterroso (Guatemala, 1921 – Méjico, 2003) Premio
Príncipe de Asturias de las Letras 2000
 Gabriel García Márquez. (Colombia, 1928). Premio Nobel 1982
 Carlos Fuentes. (Panamá 1928 – Méjico 2012). Premios Cervantes y
Príncipe de Asturias de las Letras. Candidato al Nobel.
 Mario Vargas Llosa. (Perú 1936). Premio Nobel 2010

Principales características del “boom” que se pueden sintetizar en una:


incorporación de las técnicas narrativas más modernas de la literatura en lengua inglesa
a las peculiaridades idiomáticas y sociales del continente hispanoamericano y de sus
países de origen.

 Técnicas narrativas innovadoras y experimentales: Mientras la narrativa


española del momento se encontraba restringida por la censura y por la
imposibilidad de conocer las novedades literarias del extranjero, estos autores
hispanoamericanos, leyeron y absorbieron las novedades literarias especialmente a
partir de autores norteamericanos e incorporaron estas técnicas novedosas a sus
propias obras, buscando un balance entre lo local y lo universal.

 Incorporación del subconsciente. En relación con lo anterior, el mundo de


los sueños, lo onírico adquiere en estas novelas un papel muy importante,
pues es el medio de expresar el subconsciente. Esto obliga a la utilización de
nuevas técnicas como el monólogo interior.

 Ruptura de la linealidad temporal. El tiempo cronológico es suplantado por


el tiempo anímico que sólo se mide por momentos de angustia o felicidad,
fragmentado en diversos planos narrativos. El tiempo del narrador abarca el
tiempo entre la historia a narrar y el acto de ponerse a narrarla. El tiempo de
la historia es aquel en que transcurren los hechos y el tiempo de la narración
es la forma en que el narrador d a conocer la acción.

 Experimentación con el punto de vista del narrador: incorporación de


distintas perspectivas y enfoques narrativos; ruptura con el narrador
omnisciente en tercera persona omnisciente tradicional.

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 Elementos específicos de la cultura hispanoamericana

 Realismo mágico. Rasgo peculiar de la literatura hispanoamericana de este


periodo. Supone la superación de las técnicas y los temas realistas y la
incorporación de elementos mágicos y maravillosos propios de la tradición
precolombina. Se caracteriza por una simbiosis entre lo cotidiano y lo
extraordinario, que carga a los relatos de enorme lirismo y expresividad.
Presencia de lo irracional, la ruptura con la lógica, la incorporación de lo
mágico, lo onírico y lo fantástico y la búsqueda de elementos
extraordinarios en la realidad cotidiana. se incorporan sabiamente elementos
propios de la tradición cuentística que hechizan al lector en una marea que
oscila entre lo posible y lo improbable.

 Presencia de la muerte. En la mayoría de las novelas hispanoamericanas de


esta etapa la muerte aparece como núcleo, idea central o elemento muy
significativo. Se relaciona también con una tradición prehispana de culto a
los muertos. La muerte es vista con mayor cercanía y naturalidad que en la
tradición occidental.

 La experimentación con el lenguaje. A través de los ritmos de habla


popular, pero sin caer en lo excesivamente regionalista o localista, se refleja
el habla hispanoamericana de los países a los que pertenecen las obras. Se
evita en lo posible la frase hecha y la palabra manida, el tópico y la sintaxis
desordenada y convencional a favor de sugerir la ambigüedad y la pluralidad
de significados. Se busca asimismo la complicidad del lector, quien
descodifica más quelee las novelas.

 Erotismo. El sexo se muestra totalmente descargado de inhibiciones. Es un


medio para intentar llegar a la comunicación con un semejante, para
ahuyentar la terrible soledad del hombre. A través de él se efectúa el intento
de comunicación supremo, el amor.

 Denuncia de la realidad político y social de Hispanoamérica. Novela


indigenista o de dictador, que manifiestan posiciones de compromiso
político de los autores.

6.2.1.- Gabriel García Márquez (1928-2015)

Vida y obra

Gabriel García Márquez nació en Aracataca (Colombia) en 1928. Pertenece al grupo de


narradores que impulsaron la narrativa hispanoamericana en los años 60. Es sin duda el
más conocido de los nuevos narradores. Desde los años cincuenta compagina su
actividad periodística con la escritura de cuentos. Publicó gran cantidad de relatos
cortos recogidos en varios volúmenes: La increíble y triste historia de la cándida
Eréndira y de su abuela desalmada (1972), Ojos de perro azul (1973)

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También publicó algunas novelas cortas: A su primera novela, La hojarasca (1955),
siguió el reportaje novelado Relato de un náufrago (1970), novelas cortas como El
coronel no tiene quien le escriba (1961) o La mala hora (1962). Todas ellas anticipaban
el rico universo mítico-literario de su novela cumbre, Cien años de soledad (1967).

Posteriormente continuó publicando obras geniales como El otoño del patriarca (1975),
Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985)
En 1982 fue galardonado con el premio Nobel de Literatura. Y en los últimos años se ha
dado en escribir sus memorias: Vivir para contarla (2002) e Historias de mis putas
tristes (2004).

Crónica de una muerte anunciada: contexto de la novela en la obra de su autor


(Concepción de la novela. Tendencia narrativa. Características)

Esta genial obra de García Márquez es una novela corta en que se mezclan con acierto
elementos de la crónica periodística y de la novela policíaca. Se basa en unos sucesos
reales que son alterados literariamente. Los hechos narrados centrales abarcan una sola
hora, pero remiten a la infancia de los protagonistas y a su incipiente vejez. Se
caracteriza por el realismo mágico (integración de lo fantástico y lo real), la renovación
de las técnicas narrativas (ruptura de la linealidad temporal), el subjetivismo (el
narrador participa de los acontecimientos como espectador y personaje secundario) y el
multiperspectivismo (distintos puntos de vista narrativos).

6.3.- La poesía hispanoamericana

El primer gran movimiento literario surgido en Hispanoamérica de un modo autóctono


fue el Modernismo, que llegó a España de la mano del nicaragüense Rubén Darío, su
impulsor. La influencia del Modernismo en toda Hispanoamérica fue enorme y formó la
base sobre la que se produjo el desarrollo de la literatura en el continente.
Otros poetas modernistas son el mexicano Amado Nervo, y el argentino Leopoldo
Lugones .

Todos ellos traen a la poesía americana el refinamiento modernista, la influencia


francesa, el vitalismo, la sensualidad. Pero lo más importante de esta penetración del
Modernismo es tal vez la creación de una conciencia de comunidad literaria hasta
entonces desconocida en Hispanoamérica.

En general, la poesía hispanoamericana del siglo XX se mueve entre dos polos


ideológicos y estéticos similares a los europeos:

 La tensión entre la tendencia cosmopolita, que se vincula con los temas y


problemas universales, y la necesidad de reflejar la realidad americana.
 El contraste entre un concepto de poesía como arte puro, en consonancia con la
concepción vanguardista europea, y la defensa de la poesía como arte
comprometido con los problemas humanos, sociales y políticos de los pueblos
americanos.

Principales corrientes poéticas hispanoamericanas del siglo XX.

71
En los años siguientes al Modernismo se pueden establecer tres tendencias:

1. El Posmodernismo. Entre las vías que se exploran en esos años, se da una


poesía intimista, que prolonga algunos rasgos del Modernismo pero elimina lo
superfluo. La cultivaron, sobre todo, mujeres como Alfonsina Storni y
Gabriela Mistral (Premio Nobel 1945) .

2. Vanguardismo. Como en Europa, abundan los ismos de carácter rupturista y


escasa duración. El ismo de mayor importancia fue el Creacionismo, cuyo
promotor fue el chileno Vicente Huidobro, que creó escuela en España. El
argentino Jorge Luis Borges participó en la corriente del Ultraísmo, y a su
regreso a Buenos Aires consiguió difundirlo y crear adeptos. Por su parte, el
Surrealismo fue sentido por muchos poetas como el modo más adecuado de
expresión para profundizar en algunos aspectos de la realidad americana: el
pasado precolombino, la fusión de culturas, la pervivencia de mitos indígenas o
la naturaleza exuberante y grandiosa.

3. Temas sociales. Por último, aparecen los temas sociales: la preocupación por la
injusticia social y las desigualdades, especialmente en las poblaciones india y
negra.

6.3.1.- La poesía negra. Nicolás Guillén (1902-1989)

¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo
baila yambó sobre un pie.

Mamatomba,
serembe cuserembá.

El negro canta y se ajuma,


el negro se ajuma y canta,
el negro canta y se va.
Acuememe serembó,
Aé yambó, aé.

Tamba, tamba, tamba, tamba,


tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
caramba, que el negro tumba:
¡yamba, yambó, yambambé!

En las Antillas nace un movimiento poético que se inspira, por primera vez, en los
negros descendientes de los esclavos africanos. En esta corriente se mezclan el
contenido social, que denuncia la marginación, y la atracción vanguardista por los
mundos primitivos y las costumbres folclóricas, vistos como culturas no viciadas por
el racionalismo occidental.

72
El principal representante de la poesía negra es el cubano Nicolás Guillén. En sus
poesías trata de reproducir verbalmente los ritmos y sones de las músicas ceremoniales
de los negros antillanos, incluyendo onomatopeyas, palabras africanas y deformaciones
fónicas y sintácticas.

A lo largo del siglo destaca la obra de tres poetas con estilo propio:

6.3.2.- César Vallejo (1892-1938)

Este poeta peruano se inició con un libro, Los heraldos negros, influido aún por el
Modernismo, en el que revela una visión sombría del mundo donde el hombre es un ser!
Sufriente sometido al azar del destino y cuyo dolor no encuentra alivio.

El cambio poético que ofrece su siguiente libro, Trilce, (Triste+Dulce) es radical: son
poemas de inspiración vanguardista, con un lenguaje desarticulado o sin significación,
debajo del cual sigue existiendo una protesta por el dolor del mundo y el sentimiento de
desarraigo del poeta. César Vallejo vive exiliado en Europa desde 1923.En París entra
en contacto con las vanguardias europeas, baja a España en diversas ocasiones y conoce
a muchos de los poetas de la época.

Sus últimas obras se inclinan por una poesía de intención social y comprometida. En
Poemas humanos se añade la serie titulada “España, aparta de mí este cáliz”, que tiene
como motivo la Guerra Civil española. Vallejo clama contra la crueldad, el sufrimiento
de los seres humanos y denuncia a sus causantes, pero el poeta no renuncia a expresarse
con una sorprendente inventiva verbal que potencia el efecto de sus sentimientos.

Niños,
hijos de los guerreros, entre tanto,
bajad la voz que España está ahora mismo repartiendo
la energía entre el reino animal,
las florecillas, los cometas y los hombres.
¡Bajad la voz, que está
en su rigor, que es grande, sin saber
qué hacer, y está en su mano
la calavera, aquella de la trenza;
la calavera, aquella de la vida!

¡Bajad la voz, os digo;


bajad la voz, el canto de las sílabas, el llanto
de la materia y el rumor menos de las pirámides, y aun
el de las sienes que andan con dos piedras!
¡Bajad el aliento, y si
el antebrazo baja,
si las férulas suenan, si es la noche,
si el cielo cabe en dos limbos terrestres,
si hay ruido en el sonido de las puertas,
si tardo,
si no veis a nadie, si os asustan
los lápices sin punta, si la madre
España cae ?digo, es un decir?,
salid, niños, del mundo; id a buscarla!...

(España, aparta de mí este cáliz.)

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6.3.3. Pablo Neruda (1904-1973)

El chileno Pablo Neruda es autor de una extensa obra poética, de temas y formas
variadas. Se inicia en el Posmodernismo de carácter neorromántico y obtiene un gran
éxito con Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
En la década de los años 30 estuvo muy relacionado con los poetas del 27 y vivió en
España. Publicó un libro de inspiración surrealista, Residencia en la tierra, pero pronto
se convirtió en defensor e impulsor de la poesía más combativa desde la revista Caballo
verde para la poesía. Fruto de esta concepción poética es su extenso Canto general, en
el que se propone ofrecer una visión poética y política de toda la historia americana.
Neruda fue un poeta prolífico y no dejó de publicar libros de poesía amorosa, como Los
versos del capitán y Cien sonetos de amor, así como poemarios en los que muestra su
adoración por las cosas sencillas y cotidianas: Odas elementales.

Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971.

6.3.4. Octavio Paz (1914-1998)

En este poeta y ensayista mexicano destaca también la diversidad de tendencias a lo


largo de su trayectoria. Fue un poeta neomodernista en sus inicios y también escribió
poesía combativa y comprometida, en especial durante el periodo de la Guerra Civil
española, que le marcó profundamente. Pero Octavio Paz buscó siempre nuevas
fronteras poéticas a través de caminos personales: su unión particular del Simbolismo
con el Surrealismo está presente en su libro más conocido: Libertad bajo palabra. Se
inspiró en las vanguardias para componer poemas visuales, que él llamó topoemas; y
también enriqueció su poesía con su conocimiento de la filosofía y poesía orientales,
tendencia cuyos frutos reunió en la recopilación El fuego de cada día.
Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1990.

Ejemplos de Topoemas:

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