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Curso 2016-2017
ESQUEMA GENERAL
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LA LITERATURA ESPAÑOLA
SIGLOS XX-XXI
Contenido
1. CUESTIÓN PREVIA: LOS GÉNEROS LITERARIOS, LA POESÍA ................... 5
1.1.- La literatura .......................................................................................................... 5
1.2.- Los géneros literarios ........................................................................................... 6
1.3.- ¿Qué es poesía? .................................................................................................... 7
1.4. En análisis métrico de un poema. La rima. .......................................................... 9
1.5. Principales tipos de estrofas ................................................................................ 11
2. LA LITERATURA ESPAÑOLA HASTA LA GUERRA CIVIL ............................. 16
2.1.- Contexto histórico (1890-1936) ......................................................................... 16
2.2.- Modernismo ....................................................................................................... 17
2.2.1. Rubén Darío (1867-1916)............................................................................. 19
2.3.- Generación del 98............................................................................................... 20
2.3.1. Valle Inclán (1866–1936) ............................................................................. 22
2.3.2.- Miguel de Unamuno (1864-1936) .............................................................. 26
2.3.3. Antonio Machado (1875-1939) .................................................................... 28
2.4. – Novecentismo ................................................................................................... 30
2.4.1- Ensayo: José Ortega y Gasset (1883-1956).................................................. 31
2.4.2.- Novela: Pérez de Ayala, Gabriel Miró, Fernández Florez .......................... 31
2.4.3.- Poesía: Juan Ramón Jiménez (1881-1958) ................................................. 32
2.5.- Vanguardias ....................................................................................................... 32
2.5.1. Ramón Gómez de la Serna (1888 – 1963).................................................... 34
2.6.- La Generación del 27 ......................................................................................... 35
2.6.1.- Federico García Lorca (1898-1936) ............................................................ 37
2.7.- Miguel Hernández. La poesía durante la guerra civil. ...................................... 41
3. LITERATURA EN LA DICTADURA (1939-1945) ................................................. 43
3.1.- Contexto histórico y cultural .............................................................................. 43
3.2.- La literatura de los años 40. ............................................................................... 44
3.2.1.- La poesía de los años 40. Poesía arraigada y desarraigada. ........................ 44
3.2.2.- La novela de los años 40. Tremendismo y existencialismo. ....................... 46
3.2.3.- El teatro de los años 40. La alta comedia y el teatro humorístico. .............. 47
3.3. La literatura social de los años 50. ...................................................................... 50
3.3.1.- La poesía social. Blas de Otero, Gabriel Celaya. ........................................ 50
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3.3.2.- La novela de los 50...................................................................................... 51
3.3.3.- Camilo José Cela (1916-2002). La Colmena ............................................. 52
3.3.4.- Miguel Delibes (1920-2010) ...................................................................... 60
3.3.5.- Otros novelistas destacados ......................................................................... 61
3.3.6. Teatro: Buero Vallejo, Alejandro Casona, Alfonso Sastre ........................... 61
3.4.- Literatura experimental (1960-1975) ................................................................. 64
3.4.1.- Novela: Tiempo de silencio (Luis Martín Santos) ....................................... 64
4. LITERATURA ESPAÑOLA EN EL EXILIO (1939-1975)...................................... 64
4.1.- La novela del exilio ............................................................................................ 64
4.1.1.- Ramón J. Sender (1901-1982)..................................................................... 65
5. LITERATURA EN DEMOCRACIA (Desde 1975) .................................................. 66
6. LITERATURA HISPANOAMERICANA ................................................................ 67
6.1.- Contexto Histórico: situación política, social y cultural .................................... 67
6.2.- La narrativa hispanoamericana desde los años 60. ........................................... 68
6.2.1.- Gabriel García Márquez (1928-2015) ......................................................... 70
6.3.- La poesía hispanoamericana............................................................................... 71
6.3.1.- La poesía negra. Nicolás Guillén (1902-1989) ........................................... 72
6.3.2.- César Vallejo (1892-1938) .......................................................................... 73
6.3.3. Pablo Neruda (1904-1973) ........................................................................... 74
6.3.4. Octavio Paz (1914-1998) .............................................................................. 74
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PERIODOS LITERARIOS S.XX
1. CUESTIÓN PREVIA: LOS GÉNEROS LITERARIOS, LA POESÍA
1.1.- La literatura
Se consideran textos literarios todos aquellos en los que predomina la función poética
sobre el resto de las funciones del lenguaje.
Siempre ha existido, y sigue existiendo, una literatura oral prueba de ello es el reciente
reconocimiento del Nobel de Literatura a un cantautor como Bob Dylan, que nunca ha
querido publicar por escrito la letra de sus canciones. Gran parte de la literatura oral se
ha perdido, por razones evidentes. Desde que existe la escritura ha existido también una
literatura escrita que ha llegado con más facilidad hasta nosotros, que no es que ha
coexistido siempre con la oral, y que no necesariamente es de mejor calidad, aunque sí
puede ser más elaborada.
La literatura es pues una forma de arte, que utiliza el lenguaje como materia
prima, como la música utiliza los sonidos, la pintura los colores o la escultura los
volúmenes. Como el resto de las artes, la literatura trata de provocar emociones, y lo
hace mediante la recreación de la realidad a través del lenguaje. Las emociones que
puede provocar la literatura -como cualquier forma de arte- son muy diversas: desde la
admiración por la belleza del resultado (finalidad estética), la diversión, la risa o la
evasión (finalidad lúdica) o la evocación de sentimientos: tristeza, amor, alegría,
nostalgia… (finalidad emotiva). Así pues, el fin último de la literatura es ser causar la
admiración por la perfección en la recreación de la realidad, la belleza de la obra o la
capacidad para emocionar al receptor.
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1.2.- Los géneros literarios
Género lírico: Suele identificarse con la poesía, aunque como veremos más adelante,
esto no es del todo exacto. Pertenecen al género lírico los textos literarios que expresan
sentimientos de un yo poético, es decir de una primera persona que tiende a
identificarse con el autor, pero que no es necesariamente el autor: el autor es una
persona real, mientras que el “yo poético” es una recreación literaria. El autor, en su yo
poético, da una versión lírica de sí mismo: puede exagerar emociones, idealizarlas o
incluso mentir, fingir sentimientos que no experimenta. Desde su origen, la lírica se
relaciona con la música y el canto (la lira es un instrumento musical), por lo que el
componente rítmico es muy importante: esa es la razón por la que se suele identificar
con la poesía.
Género dramático o teatral. Se recrea una situación en la que unos personajes viven,
representan una historia ante los ojos del espectador. No hay narrador que sirva de
intermediario, sino que el receptor asiste a los hechos mismos, con lo que la sensación
de realidad es máxima, aunque los hechos representados, como ocurre en la novela, son
en principio ficticios, pues la realidad se recrea y los diálogos son inventados por el
autor. Los subgéneros dramáticos clásicos son la tragedia (emocionar mediante la
empatía con las desgracias de los personajes), la comedia (evasión mediante la risa y la
diversión) y el drama (subgénero más moderno, que busca recrear la realidad tal como
es).
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Género ensayístico. El ensayo es un género que desde el siglo XIX se ha incorporado
a la clásica división de géneros. Se trata de un género híbrido, mixto, que aúna
características de lo literario y de lo no literario.
Tiene en común con los textos literarios el predominio de la función poética, es
decir, el cuidado por la forma del mensaje, que se manifiesta en una voluntad de
estilo personal, cuidado, hermoso o sugerente.
Con los textos no literarios coincide en que no crean mundos de ficción, sino
que analizan la realidad, con un enfoque subjetivo y personal. Son textos en
prosa que reflexionan sobre filosofía, arte, historia o literatura.
Para definir la poesía, vamos a tener que recurrir a Gustavo Adolfo Bécquer (1836-
1870), probablemente el poeta que más influyó en toda la poesía en lengua española
posterior. Es quizás además el poeta que mejor la ha definido. El modernismo, el
primero de los movimientos literarios que estudiaremos, toma de Bécquer su
concepción de poesía, como también lo hacen los poetas posteriores.
“ ¿Qué es la poesía? me dijiste; y yo, que no soy muy fuerte en esto de las definiciones, te
respondí titubeando: la poesía es... es... y sin concluir la frase buscaba inútilmente en mi
memoria un término de comparación, que no acertaba a encontrar.”
La poesía está fuera del poeta, está en las emociones humanas: los afectos, el miedo,
el odio, la esperanza, la tristeza, el amor… y también en todo aquello que causa
emoción: la belleza, la naturaleza, lo misterioso, lo incomprensible…
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Por tanto, la poesía es previa al poema. Por eso dice Bécquer que Podrá no haber
poetas, pero siempre habrá poesía. El poema es solo la plasmación verbal de los
sentimientos poéticos. El poeta tiene que utilizar el lenguaje para plasmar esa belleza
inmaterial. Sin embargo, esta labor resulta difícil porque las palabras pertenecen al
ámbito de lo material y la poesía tiene una naturaleza espiritual, inmaterial.
“Todo el mundo siente. Sólo a algunos seres les es dado el guardar, como un tesoro, la memoria
viva de lo que han sentido. Yo creo que éstos son los poetas. Es más, creo que únicamente por esto lo son.
(...) Si tú supieras cómo las ideas más grandes se empequeñecen al encerrarse en el círculo de
hierro de la palabra; si tú supieras qué diáfanas, qué ligeras, qué impalpables son las gasas de oro que
flotan en la imaginación, al envolver esas misteriosas figuras que crea, y de las que sólo acertamos a
reproducir el descarnado esqueleto; si tú supieras cuán imperceptible es el hilo de luz que ata entre sí los
pensamientos más absurdos que nadan en su caos; si tú supieras... pero, ¿qué digo?, tú lo sabes, tú debes
saberlo. ¿No has soñado nunca? ¿Al despertar te ha sido alguna vez posible referir con toda su
inexplicable vaguedad y poesía lo que has soñado?
El espíritu tiene una manera de sentir y comprender especial, misteriosa, porque él es un arcano;
inmensa, porque él es infinito; divina, porque su esencia es santa. ¿Cómo la palabra. Cómo un idioma
grosero y mezquino, insuficiente a veces para expresar las necesidades de la materia, podrá servir de
digno intérprete entre dos almas?”
Gustavo Adolfo Bécquer, Cartas Literarias a una mujer.
El poeta es aquel que trata de expresar con palabras lo que no se puede expresar con
palabras. Para ello debe recurrir al símbolo, a la evocación de sentimientos a partir de
imágenes que lo sugieran en el lector, que hagan al lector evocar sus propios
sentimientos. Bécquer se considera así un precursor del simbolismo. Movimiento que
está también en la base del modernismo. Las ideas poéticas de Bécquer, además de su
poesía, influyeron mucho en los modernistas. Véase por ejemplo lo que es la poesía
para Rubén Darío, el primero de los poetas modernistas.
«La poesía existirá mientras exista el problema de la vida y de la muerte. El don del arte es un don
superior que permite entrar en lo desconocido de antes y en lo ignorado de después, en el ambiente del
ensueño o de la meditación. Hay una música ideal como hay una música verbal. No hay escuelas; hay
poetas. El verdadero artista comprende de todas las maneras y halla la belleza bajo todas las formas. Toda
la gloria y toda la eternidad están en nuestra conciencia.»
Rubén Darío, El canto errante (1907)
Para Paul Valéry (1871-1945), poeta francés cercano al simbolismo que también
influyó mucho en Rubén Darío y los modernistas, la poesía es un intento de las palabras
de ir más allá de sí mismas. Es una forma de ver el mundo, una manera de decir lo
indecible, situada a medio camino entre el sonido y el sentido, como decía el poeta.
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Entonces, ¿qué es poesía?
Podemos concluir que los elementos esenciales de la poesía son Sentimiento (lo que se
expresa), Ritmo (mediante le palabra) e Imagen (recreación del sentimiento mediante
el color y la forma).
Sin embargo, puesto que en general lo lírico, a poesía, suele venir expresada en forma
de poemas, será precisa puntualizar algunos términos:
Así, en la lengua oral, las vocales finales de una palabra y las iniciales de la siguiente se
unen en una sola sílaba. Es lo que se conoce con el nombre de sinalefa. También hay
que tener en cuenta la vocal final. La mayoría de las palabras de castellano son llanas,
por lo que la pauta rítmica habitual es que la palabra final sea llana. Cuando la sílaba
final de una palabra está acentuada (lo que ocurre en las palabras agudas o
monosílabas) el oído la capta como más larga, por lo que se cuenta una sílaba más.
Por el contrario, cuando la palabra final es esdrújula, se produce el efecto contrario y
al medir los versos habrá que restar una sílaba.
Licencias métricas:
En ocasiones, el poeta rompe con esta pauta general, normalmente para dar algún tipo
de énfasis o marcar un ritmo especial en el verso. Las licencias métricas fundamentales
son dos:
Diéresis (Consiste en dividir en dos palabras las vocales que deberían ir en una sola
porque forman diptongo. A veces viene indicada por el poeta con los dos puntos propios
de la diéresis (¨).
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la-del-que-hu-ye el- mun-da-nal-ru-ï-do Fray Luis, Oda a la vida retirada
Sinéresis: Consiste en lo contrario de la diéresis, es decir, en la unión, para formar una
sílaba métrica, de dos vocales contiguas que no forman diptongo en el interior de una
palabra.
de-noc-tur-no-Fae-tón-ca-rro-za ar-dien-te Góngora, Soledad Primera
En cualquier caso, a la hora de medir los versos de un poema, hay que tener en cuenta
que el poeta ha seguido unas pautas métricas precisas que habrá que identificar: si
el poema está en versos endecasílabos (11 sílabas), por ejemplo, y al contar las sílabas
alguno de los versos nos salen de diez o doce, es probable que al medir no hayamos
tenido en cuenta alguna de estas licencias métricas.
2 Bisílabo 9 Eneasílabo
3 Trisílabo 10 Decasílabo
4 Tetrasílabo 11 Endecasílabo
5 Pentasílabo 12 Dodecasílabo
6 Hexasílabo 13 Tridecasílabo
7 Heptasílabo 14 Alejandrino
8 Octosílabo
En cuanto a la rima (repetición de sonidos desde la última vocal tónica de cada verso)
puede ser:
Rima consonante, perfecta o total: Si, desde de la última vocal acentuada, riman
vocales y consonantes. Es propia de la poesía culta, por ser más elaborada.
Rima asonante o parcial: Si, desde la última vocal acentuada, sólo riman las vocales.
Es característica de la poesía oral popular, aunque la utilizan también muchos poetas
cultos, sobre todo para dar mayor naturalidad al poema.
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1.5. Principales tipos de estrofas
Los principales tipos de estrofas de la poesía española son los siguientes (la rima va
señalada con letras mayúsculas si es verso de arte mayor, y con letra minúscula si es
verso de arte menor):
Pareado: Estrofa de dos versos, de arte mayor o menor, que riman entre sí, con rima
consonante normalmente (AA, aa). Ambos versos no tienen porqué tener el mismo
número de sílabas. Se han utilizado a lo largo de toda la historia de la literatura
española; especialmente en refranes y sentencias. Al pareado compuesto por dos versos
de arte menor se le denomina aleluya.
Aunque la mona se vista de seda,
mona se queda. (T. de Iriarte)
Terceto: Combinación de tres versos endecasílabos que riman primero con tercero y
queda suelto el segundo (ABA). Se suele presentar en series en la que este segundo
verso suele rimar con el primero y tercero del terceto siguiente, y así sucesivamente
(ABA-BCB-CDC-DCDC), añadiéndose un verso final para cerrar este tipo de
encadenamiento. Su procedencia es de Italia, y apareció en la poesía española en el
Renacimiento. Sin embargo se sigue utilizando a menudo en la poesía contemporánea.
Tercetilla: Es un terceto con versos de arte menor. El de rima asonante se llama Soleá.
Redondilla: Son cuatro versos octosílabos consonantes, con esquema igual al cuarteto.
Un galán enamorado
de mal de amores a muerto,
y el efecto ha descubierto
que era dolor de costado.
(Alonso de Ledesma, de "En metáfora de sangría")
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Serventesio: Cuatro versos endecasílabos consonantes, con el esquema ABAB.
Con varios ademanes horrorosos
los montes de parir dieron señales:
consintieron los hombres temerosos
ver nacer los abortos más fatales.
(Félix María Samaniego)
Cuarteta: Cuatro versos octosílabos consonantes con esquema igual al serventesio:
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
mil veces ciento, mil;
mil veces mil, un millón.
(Antonio Machado)
Copla: Estrofa de cuatro versos de arte menor (normalmente octosílabos), con rima
asonante en los versos pares y quedan sueltos los versos impares.
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
(Miguel Hernández)
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Quinteto: Cinco versos de arte mayor consonantes, rimando a gusto del poeta, con las
siguientes limitaciones: No puede quedar ningún verso suelto. No pueden rimar más de
dos versos seguidos. Los dos últimos versos no pueden formar un pareado.
Si de mi baja lira
tanto pudiese el son, que en su momento
aplacase la ira
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento...
(Garcilaso de la Vega)
Copla de pie quebrado: Compuesta por seis versos de arte menor, con rima
consonante, y con la siguiente disposición: 8a-8b-4c-8a-8b-4c. Se le llama pie quebrado
al verso de cuatro sílabas. Este tipo de estrofa fue muy utilizada por Jorge Manrique
(siglo XV), por lo que también es conocida como copla manriqueña. Ha sido utilizada
en todas las épocas de la literatura española, sufriendo algunas variaciones en la
distribución de las rimas y en la situación del pie quebrado. También puede recibir el
nombre de sextilla.
¿Qué se hizieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?.
¿Qué se hizieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?.
(Jorge Manrique)
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Octava Real: Formada por ocho versos endecasílabos, con rima alterna los seis
primeros, y los dos últimos formando un pareado (ABABABCC). Su origen es italiano,
y llego a nuestra literatura en el siglo XVI. También puede llamarse octava rima.
¡Pobre Teresa! Cuando ya tus ojos
áridos ni una lágrima brotaban,
cuando ya su color tus labios rojos
en cárdenos matices cambiaban,
cuando de tu dolor tristes despojos
la vida y su ilusión te abandonaban
y consumía lenta calentura
tu corazón al par de tu amargura.
(José de Espronceda)
Octava Italiana: Formada por ocho versos de arte mayor de rima consonante, rimando
el 2º con el 3º, el 6º con el 7º, el 4º con el 8º (debiendo ser esta rima aguda), y quedan
sueltos el 1º y 5º. Llegó a la poesía española en el siglo XVIII, procedente de Italia, y a
lo largo de la historia ha sufrido variaciones tanto en el número de sílabas como en la
distribución rítmica. También puede llamarse octava aguda.
Octavilla italiana: Ocho versos de arte menor, con la misma disposición que la octava
italiana.
Décima o Espinela: Llamada así su estructura fue fijada por el poeta Vicente Espinel
(S. XVI-XVII). Consta de diez versos octosílabos consonantes, con el esquema
ABBAACCDDC.
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Romance: Es un poema no estrófico (los versos no están agrupados en estrofas). Está compuesto por un
número indeterminado de versos octosílabos de rima asonante en los pares, quedando libres los impares.
Es una forma poética tradicional de la poesía anónima popular castellana desde la Edad Media, aunque la
han utilizado también poetas cultos hasta nuestros días. Siran de ejemplo estos fragmentos de romances,
uno popular y otro culto.
Ya estoy en el segundo, y aún sospecho como tú, negra torre de arduos filos,
que estoy los trece versos acabando: ejemplo de delirios verticales,
contad si son catorce, y está hecho. mudo ciprés en el fervor de Silos.
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2. LA LITERATURA ESPAÑOLA HASTA LA GUERRA CIVIL
2.1.- Contexto histórico (1890-1936)
Gobiernos en España:
Regencia de Mª Cristina (1885-1902) Desde la muerte de su esposo, Alfonso
XII, hasta que subió al trono su hijo, Alfonso XIII, a la edad de 16 años.
Alfonso XIII (1902-1931) reinó dese los 16 años hasta que abdicó en 1931 y se
proclamó la 2ª República.
2ª República (1931-1936). Guerra civil española (1936-1939)
En España, el Desastre del 98, que supone la pérdida de las últimas colonias –
Cuba y Filipinas- pone fin la antigua idea de España como Imperio. La
Generación del 98 toma el nombre de este acontecimiento y reúne a un grupo de
intelectuales que se centran en analizar el Problema de España: el atraso
respecto a Europa y sus contradicciones. Los escritores del 98 aman
profundamente España y reflexionan, sobre su identidad nacional, sobre las
peculiaridades que hacen de España lo que es y ha sido: un país de altos valores
culturales, pero postrado económicamente. Es famosa la frase de Unamuno al
respecto: “Me duele España”.
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los vanguardismos, de la experimentación, de la ruptura con todo lo anterior,
del arte como juego y como provocación. Es también entonces cuando se forma
la llamada Generación del 27.
Los años 30. En 1929 se produce el crack de la Bolsa de Nueva York, hecho
del que fue testigo F. García Lorca, durante la temporada que pasó en esa
ciudad. El hundimiento de la Bolsa provocó una enorme crisis económica y
social, con bancos en quiebra, millones de parados y graves situaciones de
hambre y miseria para gran parte de la población de Europa y Estados Unidos.
Toda esta problemática fue caldo de cultivo para el surgimiento de los
fascismos, que triunfaron en Alemania y que provocaron la Segunda Guerra
Mundial.
En 1931 se proclama II República española como esperanza del surgimiento
definitivo de una nueva. España. En 1933 Hitler asciende al poder en Alemania,
se desata la violencia institucional, la persecución de los adversarios políticos y
de los judíos, la prohibición de los partidos y la implantación de un sistema
totalitario fascista que pretendió extenderse por toda Europa.
2.2.- Modernismo
Es un movimiento cultural que aparece a finales del siglo XIX como oposición al
Realismo y que aparece en todas las artes: pintura, arquitectura, literatura.
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El parnasianismo proponía sobre todo la belleza formal, “el arte por el arte” (Teóphile
Gautier), en tanto que el simbolismo, especialmente de Verlaine, que tratan de evocar
emociones a través de símbolos sensoriales. Es muy destacada también la influencia de
Gustavo Adolfo Bécquer, un poeta que ya recurrió a los símbolos como forma de
evocación de sentimientos y que, por tanto, se ha considerado precursor del simbolismo.
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Narrativa: Ramón del Valle Inclán (sus cuatro Sonatas: Primavera, Verano, Otoño,
Invierno)
Obras: Su obra poética está llena de belleza y musicalidad. Azul (1888), Prosas Profanas
(1896) y Cantos de vida y esperanza (1905) son sus dos libros más conocidos.
Temas:
Erotismo: El tema amoroso en su poesía tiene a menudo un sesgo erótico, donde lo sensual
tiene mayor presencia que lo emotivo. En su poesía no hay una amada ideal, sino muchas
amadas pasajeras, que encarnan la belleza y la juventud.
Exotismo: Recreación de paraísos artificiales que recrean ambientes mitológicos o lugares lejanos,
fantásticos e inexistentes. Mundos de príncipes y princesas que recuerdan los cuentos infantiles.
Existencialismo. Sobre todo con el paso del tiempo, Rubén Darío se pregunta a menudo por el
sentido de la vida, de dónde venimos, a dónde vamos, qué hay después de la muerte.
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Patriotismo. Exaltación de los héroes y hechos nacionales de su país o hispanoamericanos (“A la
Argentina”. Incluso escribió un poema al presidente de los Estados Unidos “Oda a Roosevelt”).
El desastre del 98. La pérdida de las últimas colonias españolas se produjo tras la
derrota de España frente a Estados Unidos, que tomó partido a favor de la
independencia de aquellas. Estados Unidos declaró la guerra a España acusándola del
hundimiento del buque “Maine”, en el puerto de La Habana, en el que murieron 256
marinos norteamericanos, si bien las causas de la explosión y el hundimiento no están
muy claras. España envió una flota a luchar contra EEUU a Cuba, en un ambiente de
enorme triunfalismo. Los políticos, la prensa y la opinión pública española en general
estaban convencidos de que España seguía siendo una gran potencia que aplastaría y
daría una lección a los norteamericanos. Sin embargo, la derrota fue humillante. Sin
embargo, los barcos españoles, inferiores en número y peor dotados que los
norteamericanos, no pudieron hacer nada y su derrota fue total y humillante. La
totalidad de la flota española, los 6 barcos fueron hundidos uno tras otro, según iban
saliendo del puerto. El almirante de la flota española, al darse cuenta de la situación,
advirtió telefónicamente a los políticos de lo que iba a ocurrir, sin embargo fue
insistentemente obligado a presentar batalla: España no podía rendirse y el argumento
fue que “más vale honra sin barcos que barcos sin honra”. El balance final en el bando
español fue de 371 muertos, 151 heridos y 1670 prisioneros. Los norteamericanos solo
tuvieron 1 muerto y 2 heridos. La enorme dignidad y heroísmo de los marinos españoles
que, siguiendo órdenes, se enfrentaban a una muerte segura, fue comparada por los
escritores del 98 con la dignidad de Don Quijote, que sale a luchar en defensa de su
ideal, aunque se enfrente a fuerzas muy superiores a las suyas. En este fragmento de su
novela El árbol de la ciencia, el novelista de la generación del 98 Pío Baroja nos
muestra, a través de su protagonista, cómo se vivieron en España aquellos
acontecimientos.
Muchos creían en la victoria española, pero en una victoria sin esfuerzo; los yanquis que eran
todos vendedores de tocino, al encontrarse con los primeros soldados españoles dejarían las
armas y echarían a correr. Los periódicos no decían más que necedades y bravuconadas. Los
yanquis no estaban preparados para la guerra, no tenían ni uniformes para los soldados. En el
país de las máquinas de coser, el hacer unos cuantos uniformes constituía un conflicto enorme,
según se decía en Madrid. A mí me indignó un tanto la actitud de la gente al saber la noticia; se
recibió con una perfecta indiferencia; después de tantas alharacas, de dar la impresión que todo
el mundo estaba exaltado y frenético resultó que el desastre no hizo el menor efecto. La gente
iba al teatro y a los toros con perfecta tranquilidad. Todas aquellas manifestaciones, gritos y
artículos de los periódicos habían sido humo de paja.
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Pío Baroja, El árbol de la ciencia, 1911
Lo que les une. Comenzaron a escribir en una vena juvenil hipercrítica e izquierdista
que más tarde evolucionaría por diferentes caminos. En general se ha preferido el
nombre de “Generación” al de “Grupo” porque los autores que se suelen incluir tienen
características muy diferentes entre sí, aunque coinciden en las fechas de nacimiento y
en que se conocieron y compartieron una misma idea crítica sobre lo que se llamó “el
problema de España.
El problema de España. Los autores del 98 reflexionan de forma crítica sobre el atraso
de España respecto a Europa. La pérdida de las colonias tras una humillante derrota
frente a Estados Unidos, supuso un jarro de agua fría ante una ideología triunfalista que
se negaba a renunciar a la idea de que España era un gran imperio. Los autores del 98,
desde un profundo amor a España, tratan de encontrar las causas de su declive, que se
manifiesta en pobreza, subdesarrollo e injusticia social.
Amor a España. Su postura es crítica, pero defienden también los valores positivos de
lo que España representa, que se encarnan en dos conceptos claves: Castilla y Don
Quijote. Castilla, como germen de la lengua y la historia de España, representa el
carácter esencial de lo español: lo sobrio, lo adusto, lo digno. Don Quijote, nuestro
personaje literario más universal, encarna también el espíritu genuinamente español: un
hidalgo viejo y decadente, con una visión idealizada del mundo y del honor ya
trasnochada que lucha contra una realidad prosaica y hostil que lo vapulea
continuamente, pero que no le hace renunciar a su ideal. Unamuno, vasco de
nacimiento, es quizás quien encarna mejor este amor por España. Suya es la famosa
expresión “Me duele España”. En el siguiente fragmento de su novela niebla, manifiesta
lo que puede considerarse todo un ideario noventayochista:
¡Pues sí, soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y
hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo, y el españolismo es mi religión, y el
cielo en que quiero creer es una España celestial y eterna, y mi Dios un Dios, el de Nuestro
Señor Don Quijote, un dios que piensa en español y en español dijo: ¡sea la luz!, y su verbo fue
verbo español...!
Niebla, Miguel de Unamuno, 1907
Características literarias:
o Sencillez. Frente al modernismo, dan más importancia del contenido que a la
forma. Les interesa que llegue el mensaje al mayor número posible de
lectores, de modo que prefieren la sobriedad y naturalidad expresiva frente a
la exuberancia del Modernismo.
o Temas: España y su realidad. Castilla y Don Quijote, como símbolo de sus
valores.
o Géneros: Predomina el ensayo y la narrativa, pero se da también en poesía y
teatro.
Autores del 98
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2.3.1. Valle Inclán (1866–1936)
Su personalidad:
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Decadente. Se inventó un pasado aristocrático, adoptando el apellido “Valle-
Inclán”, que perteneció a un noble antepasado. Adopta la ideología carlista en su
juventud más que nada por la estética aristocrática cercana al modernismo que
representa. El carlismo era un movimiento político antiliberal y tradicionalista
que surgió en el siglo XIX que defendía el derecho al trono de Carlos, tío de
Isabel II y que provocó varias guerras durante el XIX.
Fabulador. Cuenta historias inventadas sobre su pasado. Por ejemplo, atribuye
la falta de su brazo izquierdo al heroísmo, luchando contra unos leones para
salvar la vida de sus compañeros.
Bohemio. En Madrid, frecuenta los ambientes bohemios y las tertulias literarias
y padece graves problemas económicos. La pérdida de su brazo se debió en
realidad a una pelea en un café. Este ambiente lo refleja especialmente en su
“esperpento” Luces de bohemia.
Ideológicamente, evoluciona desde una juventud con opiniones tradicionales
cercanas al Carlismo, a otras radicales próximas al anarquismo en su vejez. En
1924, junto a otros autores como Unamuno, muestra su activa oposición a la
Dictadura de Primo de Rivera.
Provocador. Cuando el dictador prohibió cualquier manifestación carlista,
Valle salió y se paseó por Madrid con el uniforme carlista, por lo que fue
arrestado. Primo de Rivera ejerció una dictadura militar de siete años en España
(1923-1930) durante el reinado de Alfonso XIII. También fue arrestado en otra
ocasión por gritar “Mierda” durante una representación teatral.
Anticonvencional. Vestía y se comportaba públicamente de forma extravagante.
Llamaba la atención cuando paseaba con sus largas barbas, vestido con una capa
española ya en desuso y a veces con un paraguas rojo. En el paseo del Prado de
Madrid, una escultura recuerda su presencia.
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Formas modernistas, predominio del esteticismo y el escapismo. Influencia de
Rubén Darío y poetas decadentistas europeos.
Las obras más representativas de esta etapa son sin duda las cuatro Sonatas: Sonata
de Otoño (1902), Sonata de Estío (1903), Sonata de Primavera (1904) y Sonata de
Invierno (1905). Son novelas de prosa muy cuidada y elegante que se relatan en 1ª
persona las andanzas y amores del Marqués de Bradomín, un aristócrata carlista del
siglo XIX que vive en un decadente Pazo gallego y que guarda algunas similitudes
con el personaje literario que se creó para sí mismo el propio Valle (por ejemplo, la
procedencia gallega, la ideología carlista y el hecho de que el marqués perdiera
también un brazo en la última de las Sonatas). Sirva de ejemplo este fragmento:
Una nube de tristeza cubrió mi alma. Dejé a la vieja linajuda y salí a la terraza. Mucho tiempo
permanecí reclinado sobre el florido balconaje de piedra, contemplando el jardín. En el silencio
perfumado cantaba un ruiseñor, y parecía acordar su voz con la voz de las fuentes. El reflejo de
la luna iluminaba aquel sendero de los rosales que yo había recorrido la otra noche. El aire
suave y gentil, un aire a propósito para llevar suspiros, pasaba murmurando, y a lo lejos, entre
mirtos inmóviles, ondulaba el agua de un estanque.(…)
En achaques de amor ¿quién no ha pecado alguna vez? Yo estoy íntimamente con vencido de
que el Diablo tienta siempre a los mejores. Aquella noche el cornudo monarca del abismo
encendió mi sangre con su aliento de llamas y despertó mi carne flaca, fustigándola con su rabo
negro. Yo cruzaba la terraza cuando una ráfaga violenta alzó la flameante cortina, y mis ojos
mortales vieron arrodillada en el fondo de la estancia la sombra pálida de María Rosario.
No puedo decir lo que entonces pasó por mí. Creo que primero fue un impulso ardiente, y
después una sacudida fría cruel: la audacia que se admira en los labios y los ojos de aquel
retrato que del divino César Borgia pintó el divino Rafael del Sanzio. Me volví mirando en
torno: Escuché un instante: En el jardín y en el palacio todo era silencio. Llegué cauteloso a la
ventana y salté dentro. La Santa dio un grito: Se dobló blandamente como una flor cuando pasa
el viento, y quedó tendida, desmayada, con el rostro pegado a la tierra. En mi memoria vive
siempre el recuerdo de sus manos blancas y frías: ¡Manos diáfanas como la hostia!
2. Transición (1907-1920)
3. Esperpento (1920-1936)
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de crítica y a una continua presencia de la muerte. En una entrevista que Valle-Inclán
dio al diario ABC, el 7 de diciembre de 1928, explica su nueva manera de escribir, que
él mismo definió como “esperpento” y que supone el paso de una literatura escapista a
otra de temática más comprometida.e la generación del 98”?
A
“Comenzaré por decirle a usted que creo hay tres modos de ver el mundo artística o
estéticamente: de rodillas, en pie o levantado en el aire.
Hay una segunda manera, que es mirar a los protagonistas novelescos como de nuestra propia
naturaleza, como si fuesen nuestros hermanos, como si fuesen ellos nosotros mismos, como si
fuera el personaje un desdoblamiento de nuestro yo, con nuestras mismas virtudes y nuestros
mismos defectos. Ésta es, indudablemente, la manera que más prospera. Esto es Shakespeare,
todo Shakespeare. Los celos de Otelo son los celos que podría haber sufrido el autor, y las dudas
de Hamlet, las dudas que podría haber sentido el autor. Los personajes, en este caso, son de la
misma naturaleza humana, ni más ni menos, que el que los crea: son una realidad, la máxima
verdad.
Y hay otra tercera manera, que es mirar al mundo desde un plano superior, y considerar a los
personajes de la trama como seres inferiores al autor, con un punto de ironía. Los dioses se
convierten en personajes de sainete. Ésta es una manera muy española, manera de demiurgo, que
no se cree en modo alguno hecho del mismo barro que sus muñecos. Quevedo tiene esta manera.
Cervantes, también. A pesar de la grandeza de don Quijote, Cervantes se cree más cabal y más
cuerdo que él, y jamás se emociona con él. Esta manera es ya definitiva en Goya. Y esta
consideración es la que me movió a dar un cambio en mi literatura y a escribir los esperpentos, el
género literario que yo bautizo con el nombre de esperpentos. El mundo de los esperpentos —
explica uno de los personajes en Luces de bohemia— es como si los héroes antiguos se hubiesen
deformado en los espejos cóncavos de la calle, con un transporte grotesco, pero rigurosamente
geométrico. Y estos seres deformados son los héroes llamados a representar una fábula clásica
no deformada. Son enanos y patizambos, que juegan una tragedia. Y con este sentido los he
llevado a Tirano Banderas y a El ruedo ibérico. Vienen a ser estas dos novelas esperpentos
acaecidos y trabajados con elementos que no podían darse en la forma dramática de Luces de
bohemia y de Los cuernos de don Friolera.
Teatro: Luces de Bohemia, Los cuernos de don Friolera, Las Galas del Difunto, La hija
de capitán
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Son famosas las acotaciones de las obras teatrales de Valle Inclán, de un estilo
cuidadísimo. En parte, era consciente de que su teatro estaba más destinado a ser leído
que a ser representado.
Vida y Personalidad
Tuvo una amplísima cultura antigua y moderna, filológica, literaria y filosófica. Fue un
gran crítico de los distintos regímenes políticos en los que vivió y como consecuencia
de su oposición a la dictadura del general Primo de Rivera fue desterrado (1924 - 1930)
y se marchó primero a Fuerteventura y luego a Francia. Tras la caída del general vuelve
triunfalmente a España y fue diputado durante la República. Ante las fuerzas de Franco
su actitud inicial fue cambiante. Sin embargo su postura definitiva ante las fuerzas de
Franco (con la famosa frase: "Venceréis pero no convenceréis") le valió ser destituido y
confinado en su domicilio, donde murió el último día de 1936.
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En cuanto a su ideología, Unamuno fue militante del PSOE y manifestaba ideas
socialistas en su juventud. Sin embargo con el paso del tiempo va perdiendo la fe y
abandona su militancia política.
Temas:
Unamuno cultivó todos los géneros - teatro, poesía, ensayos, prosa - todos ellos
presididos por dos ejes temáticos recurrentes: España y el sentido de la vida humana.
Ensayo:
En torno al casticismo (1895) donde plantea la idea de la intrahistoria. Los
millones de historias individuales que conforman la Historia de los pueblos.
Vida de don Quijote y Sancho (1905) en donde interpreta la novela cervantina
como expresión del alma española. Termina por sustituir el anhelo de
europeizar a España por la pretensión de españolizar a Europa.
El sentimiento trágico de la vida (1912). Ideas existencialistas sobre el sentido
de la vida.
Novela
Paz en la guerra (1897), novela histórica sobre la última guerra carlista.
Niebla (1914) inicia lo que él denominó nivolas: frente a la novela tradicional
presenta nuestro autor el enfrentamiento de las almas, de las pasiones humanas,
sin paisajes, ambientes ni costumbres. Niebla plantea el problema de la
existencia y la personalidad. El protagonista, Augusto Pérez, se rebela contra el
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propio Unamuno, porque se da cuenta de que no es más que un ser de ficción,
manejado al capricho del autor, y le recuerda que también él, Unamuno, como
ser humano, depende del capricho de Dios.
La tía Tula (1921) presenta el problema de una mujer que se niega a sí misma la
sexualidad por razones morales y que se hace desgraciada a sí misma y a quiens
la rodean.
San Manuel bueno, mártir (1931) es considerada su obra maestra. Esta es la
dramática historia del párroco de una aldea que, entregado ejemplarmente a su
pueblo y manifestándose como un santo, oculta el tremendo desgarro interior de
la duda en la otra vida.
Poesía: Desde la publicación de sus Poesías (1907) hasta su muerte en 1936, no dejó de
escribir y publicar poemas, en los que trata los mismos temas que en sus obras en prosa.
Teatro: Aunque sus obras teatrales no son demasiado destacadas, también cultivo este
género. Fedra (1910), El otro (1926) y El hermano Juan (1934).
(Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español. Aunque influido por el modernismo
y el simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98.
Nació en Sevilla, en 1875, hijo del folclorista Antonio Machado y Álvarez y
hermano menor del también poeta Manuel Machado. Se trasladó con su familia a
Madrid cuando tenía ocho años. Andalucía será siempre para él un recuerdo lejano.
Se formó en la Institución Libre de Enseñanza, la institución educativa más
progresista de la España del momento, que le dejó una honda huella y un gran amor
por la auténtica pedagogía.
Desde los ocho a los treinta y dos años he vivido en Madrid con excepción del año 1899 y del
1902 que los pasé en París. Me eduqué en la Institución Libre de Enseñanza y conservo gran
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amor a mis maestros: Giner de los Ríos, el imponderable Cossío (…) Pasé por el Instituto y la
Universidad, pero de estos centros no conservo más huella que una gran aversión a todo lo
académico.
Antonio Machado Autobiografía
Realiza dos viajes de estudios a París para formarse en la lengua francesa. Allí
trabaja en una editorial y entabla amistad con Rubén Darío. De vuelta a España
frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a J. R. Jiménez, R. del Valle-
Inclán y M. de Unamuno.
En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, ciudad en la que
dos años después contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo, de 16 años. En 1910
le fue concedida una beca para estudiar filología en París durante un año, viajó allí
junto a su jovencísima esposa, que regresó del viaje gravemente enferma de
tuberculosis. Leonor fallece en Soria en 1912, con solo 18 años. Allí, en el
cementerio del Espino, sigue enterrada. Tras la muerte de su esposa, Machado pide
el traslado y trabaja como profesor de francés en el instituto de Baeza, en Jaen. El
paisaje de Soria, protagonista de su libro Campos de Castilla siempre estuvo ligado
para él al recuerdo de Leonor. Nunca volvió a casarse, aunque años después
mantuvo una larga relación amorosa con una mujer a la que llamó Guiomar en sus
poema. Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó su cátedra en Segovia y
en 1928 fue elegido miembro de la Real Academia Española.
Al comenzar la Guerra Civil se encontraba en Madrid. Huyendo de la guerra se
traslada, junto a su anciana madre y un grupo de familiares, primero al pueblo
valenciano de Rocafort y luego a Barcelona. Finalmente, en enero de 1939
emprenden el camino del exilio. Con grandes dificultades cruzan la frontera
francesa y llegan al pueblecito de Colliure, donde se quedan a la espera de alguna
ayuda. El 22 de febrero, un mes después de salir de España, muere Antonio
Machado. Su madre fallece tres días después. Machado sigue enterrado en Colliure
y su tumba se ha convertido en lugar de peregrinación para muchos amantes de la
poesía.
Obras
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describe con hondo patriotismo la decadencia y ruina de las viejas ciudades
castellanas.
En su siguiente volumen de poemas, Nuevas canciones (1924), el autor intensificó
tanto su enfoque reflexivo como la línea sentenciosa de los "Proverbios y cantares"
incluidos en el libro anterior. Esta tendencia filosófica se manifestó entre 1912 y
1925, etapa en la que Machado redactó una serie de apuntes que verían la luz
póstumamente con el título de Los complementarios (1971).
En este cuaderno, miscelánea de lecturas, esbozos y reflexiones cotidianas,
aparecieron por primera vez sus heterónimos, el filósofo y poeta Abel Martín y su
discípulo, el pensador escéptico Juan de Mairena. Ambos son personajes
imaginarios que permitieron expresar al creador sus ideas sobre cultura, arte,
sociedad, política, literatura y filosofía, especialmente en el libro Juan de Mairena.
Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo (1936).
Paralelamente, en las ediciones de Poesías completas de 1928 y 1933 se decanta
una lírica de tema amoroso y erótico inspirada por la que fue, tras la muerte de su
esposa, su gran pasión en la vida real, Pilar de Valderrama, llamada Guiomar en
dichos versos. Ya durante la contienda civil Machado escribió algunos poemas y
varios textos en prosa, parte de los cuales fueron recogidos en La guerra (1937). Se
trata de escritos testimoniales, plenamente incardinados en las circunstancias
históricas del momento.
2.4. – Novecentismo
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2.4.1- Ensayo: José Ortega y Gasset (1883-1956)
Ortega y Gasset fue un prolífico ensayista que tuvo una enorme influencia en los
intelectuales españoles de la primera mitad del siglo XX. Sus ensayos pueden dividirse
en tres grupos dependiendo del tema:
Filosóficos: El tema de nuestro tiempo , ¿Qué es filosofía?. Según su
pensamiento, el objetivo de la filosofía debe ser la propia vida humana. Ortega y
Gasset lo resumía en la siguiente frase: “Yo soy yo y mis circunstancias”.
Políticos y sociológicos: España invertebrada, La rebelión de las masas. Intenta
explicar las causas de la decadencia española y proponer soluciones. Según
Ortega, la causa principal es la “disgregación” social causada por tres motivos
fundamentalmente: los nacionalismos y separatismos regionales, los
particularismos de clase social y la indisciplina de las masas. La solución, según
él, sería sustituir la democracia por un gobierno de minorías cultas preparadas
para llevar a cabo esos cambios.
Teoría artística y literaria: La deshumanización del arte, Ideas sobre la
novela. En cuanto a la nueva forma de ver el arte, Ortega se ve influido por las
teorías vanguardistas europeas. El nuevo arte debe ser “puro”, es decir,
deshumanizado, sin contenidos sentimentales. El arte puro es un arte intlectual,
donde predomina el juego, lo lúdico, y se fundamenta en el humor y la metáfora.
En lo referente a la novela, piensa que la novela realista está agotada por las
dificultades para encontrar nuevos temas y por la mayor exigencia del público
culto. La nueva novela debe investigar nuevas vías, centrarse en las ideas y en la
atmosfera en que se mueven los personajes, más que en la acción.
Aunque siguen publicándose novelas de corte realista, que siguen siendo de gusto del
gran público. La novela genuinamente novecentista está destinada a un público
minoritario e intelectual. Los nuevos novelistas pretenden renovar el género, según lo
teorizado por Ortega y Gasset. En general, son novelas con poca acción: en ellas
predomina más la introspección y la reflexión. Destacamos los dos autores más
relevantes.
Gabriel Miró (1879-1930) Novela lírica. La prosa es muy elaborada, cercana al verso.
El ritmo es muy lento, predominan la descripción sobre la narración. Al autor le interesa
la emoción que producen los objetos.
Ramón Pérez de Ayala (1880-1962). Novela intelectual. Predomina la reflexión sobre
la acción. Los personajes son presentados como símbolos o ideas. - Abundan las
reflexiones.
Wenceslao Fernández Flores – Novela de humor. Empleo de las técnicas narrativas
realistas. Utiliza el humor como un instrumento para hacer crítica social. Se trata de un
humor negro, intelectual, crítico.
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2.4.3.- Poesía: Juan Ramón Jiménez (1881-1958)
Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda...
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
Fue un autor que entregó su vida a la poesía con un triple deseo: búsqueda de la belleza,
del conocimiento y de la eternidad. Su poesía evoluciona desde una poesía sencilla,
cercana al modernismo, a lo que él llama “poesía pura”, una poesía hermética y difícil.
Su proceso de creación es una constante búsqueda de la palabra, de la expresión poética
perfecta.
Se distinguen 3 etapas o fases:
Sensitiva (hasta 1915). Una poesía sencilla, con influencias de G.A. Bécquer,
el simbolismo y el modernismo. Trata temas como la soledad, la tristeza, la
melancolía. Utiliza una métrica simple: octosílabos, rima asonante y un lenguaje
sencillo, que va evolucionando hacia versos de arte mayor y rimas consonantes.
Intelectual (entre 1916 y 1936). Se produce un cambio radical. Se aleja de la
estética modernista. Elimina del poema lo superficial, de modo que el resultado
son poemas muy breves, de gran concentración emotiva y conceptual. En cuanto
a la métrica, predomina el verso corto y libre y los poemas en prosa.
Desaparecen las evocaciones al pasado: continuo presente. El tema principal es
la creación literaria.
Suficiencia (desde 1936) - Se trata de una poesía cada vez más esencial y
desnuda, más difícil. Contenido muy concentrado y símbolos muy difíciles. Los
temas predominantes son: Dios (algo que se identifica con la Naturaleza, la
Belleza, la Perfección). No es un concepto religioso sino artístico: creado por el
poeta para un mundo que él ha creado.
2.5.- Vanguardias
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estética nueva, que se manifiesta en muchos movimientos diferentes, cada uno con
su propio nombre y sus propias reglas y que se produce en la literatura, pero también en
la pintura, la escultura, la música y hasta el cine.
Las vanguardias supusieron una ruptura frontal con la estética anterior y la tradición, en
busca de la innovación radical. Los movimientos vanguardistas fueron muchos y se
sucedieron y superpusieron con gran rapidez. Cada uno tenía sus propias peculiaridades,
pero todos tenían en común su carácter lúdico, rupturista y provocador. Se les suele
denominar ismos de forma genérica, en alusión al sufijo que todos compartían. Los más
importantes son los siguientes:
El Futurismo fue el primero de los ismos que lanzó el mensaje iconoclasta, desde Italia,
en 1909 de la mano del poeta Marinetti. Su propuesta de temática poética es la
civilización mecánica, los avances de la ciencia y el canto a la máquina, todo bajo el
mito de la modernidad y el rechazo de la tradición. En cuanto al lenguaje, los futuristas
lanzaron los primeros experimentos, como la abolición de nexos, la violentación de la
sintaxis y el uso de innovaciones tipográficas.
El Cubismo en literatura fue mucho más influyente. Surgió en Francia y su creador fue
Guillaume Apolinaire, a partir de 1913. Sus rasgos principales son la defensa de la
autonomía del arte respecto a la realidad y el rechazo de la lógica. Las innovaciones
tipográficas dieron un paso más cuando Apolinaire, con su libro Caligramas, puso de
moda la expresividad tipográfica y la falta de puntuación.
El surrealismo (del francés surréalisme; [sur ‘sobre’, por encima del realismo'] es un
movimiento artístico y literario surgido en Francia a partir del dadaísmo, en la década
de 1920 en torno a la personalidad del poeta André Breton. Breton se basa en la práctica
del psicoanálisis de Sigmund Freud, que utilizaba en psiquiatría el método catártico por
la asociación libre del pensamiento y la interpretación de los sueños, como formas de
acceder al subconsciente. Las teorías freudianas parten de que los seres humanos
reprimen cuando están conscientes los pensamientos y sentimientos que originan los
traumas psíquicos y que el acceder a ellos y hacerlos conscientes es una forma de
liberarlos.
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El surrealismo se da sobre todo en pintura, cine y poesía. El manifiesto surrealista de
André Breton propugna el “Automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta
expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del
pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón,
ajeno a toda preocupación estética o moral."
El arte, en esa esfera, no es representación sino comunicación vital directa del individuo
con el todo. Esa conexión se expresa de forma privilegiada en las casualidades
significativas –el azar- y en el sueño, donde los elementos más dispares se revelan
unidos por relaciones secretas. El surrealismo propone trasladar esas imágenes al mundo
del arte por medio de una asociación mental libre, sin la intromisión censora de la
conciencia. De ahí que elija como método el automatismo y el uso de imágenes
oníricas, procedentes del mundo de los sueños.
Vida y obra
(Madrid, 1888-Buenos Aires, 1963). Licenciado en derecho por la Universidad de
Oviedo, consagró su vida exclusivamente a la actividad literaria, en la que se mostró
como un escritor fecundo y pionero de un tipo de literatura que, dentro de la más pura
vanguardia, se erige como una construcción personal de gran originalidad.
Animador indiscutible de la vida literaria madrileña, en 1914 creó una de las tertulias
más frecuentadas y famosas con que ha contado Madrid, la del Café Pombo.
Su particular visión de la literatura, concebida dentro de los presupuestos del arte por el
arte, sin ningún intento de reflexión ideológica, dio lugar a un género inventado por él,
las greguerías, definidas por el propio autor como «metáfora más humor». Consisten en
frases breves, de tipo aforístico, que no pretenden expresar ninguna máxima o verdad,
sino que retratan desde un ángulo insólito realidades cotidianas con ironía y humor, a
base de expresiones ingeniosas, alteraciones de frases hechas o juegos conceptuales o
fonéticos.
La generación del 27 es una promoción literaria excepcional que entra en escena en los
años 20. Dado que es un movimiento literario que se circunscribe solo a un grupo de
poetas que mantenían relaciones de amistad se suele denominar también grupo poético
del 27.
La vinculación entre los diversos miembros de este grupo poético es bastante estrecha y
está determinada por su parecida procedencia social (burguesía acomodada), la
colaboración en las mismas revistas poéticas y la convivencia de algunos de ellos en la
Residencia de Estudiantes de Madrid, vinculada a la Institución Libre de Enseñanza, de
carácter muy progresista., que funcionaba como centro cultural de primer orden.
Forman parte de este grupo los poetas Federico García Lorca, Pedro Salinas, Jorge
Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Rafael Alberti y Vicente
Aleixandre. Miguel Hernández, algo más joven y con una formación cultural y una
poética diferente no está incluido en el grupo aunque fue, según Dámaso Alonso, un
“genial epígono”.
Cabe destacar que, además de los poetas anteriores, había otros artistas muy
vinculados al grupo, como el pintor Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel o el músico
Manuel de Falla. Los dos primeros, por ejemplo, vivieron también en la Residencia de
Estudiantes. Además, los propios poetas cultivaron otras artes, por ejemplo, Lorca
dibujaba y tocaba el piano y Alberti era también pintor.
La fecha de 1927 alude al tercer centenario de la muerte del poeta barroco Luis de
Góngora, que los poetas de este grupo celebraron con un acto en el Ateneo de Sevilla en
el que le rindieron homenaje y reconocimiento. Los poetas del 27 reivindicaban la
figura de Góngora, que consideraban injustamente olvidada, pues consideraban que se
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adelantó a su tiempo al practicar una poesía pura, desligada de la obligación de servir a
la realidad, que era a lo que ellos también aspiraban. En este año de 1927 empiezan a
publicarse las revistas más significativas del grupo y también algunas de las mejores
obras de estos poetas.
El panorama que los poetas del 27 encontraron en España, aparte de las influencias
vanguardistas ya citadas, era muy heterogéneo; además, pervive la Generación del 98,
con el prestigio de autores consagrados (Miguel de Unamuno, Antonio Machado y Juan
Ramón Jiménez). La obra de estos maestros nunca fue puesta en entredicho por los
jóvenes autores. También influye en el grupo el Novecentismo que encabeza el filósofo
José Ortega y Gasset. Los criterios estéticos de esta corriente apuntan a las ideas que
este recoge en su ensayo La deshumanización del arte (1925). La Revista de Occidente,
fundada por Ortega, sirvió además de trampolín para algunos autores del 27.
A pesar de las influencias y rasgos comunes, cada poeta del grupo tiene su propio
estilo y personalidad. No obstante, hay puntos comunes: la rebeldía frente a las
convenciones y el cultivo del verso libre. Los libros poéticos marcados por el
surrealismo contienen claras llamadas a la transgresión y a la sublevación. Así, Luis
Cernuda en Los placeres prohibidos reivindica la homosexualidad igual que Lorca en
Poeta en Nueva York, uniéndola a una crítica del capitalismo.
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2.6.1.- Federico García Lorca (1898-1936)
Hijo de una familia acomodada de Granada, estudió música con Manuel de Falla y se
trasladó luego a Madrid, donde vivió en la célebre Residencia de Estudiantes.
Compartió con Dalí, Buñuel y tantos otros momentos cruciales para el arte del siglo
XX. Viajó a Nueva York y a Cuba en el curso 29-30, donde fue testigo del crack de la
Bolsa del 29. Se dedica desde muy joven tanto a la poesía como al teatro. Alcanza
renombre nacional con su Romancero Gitano y con sus dramas de ambientación
andaluza en los primeros años 30. Durante la República dirige la Compañía Teatral La
Barraca, que forma parte del proyecto gubernamental “Misiones Pedagógicas” que
tratan de llevar el Teatro Clásico a las zonas rurales más alejadas de la cultura.
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El estilo de García Lorca es muy peculiar y se percibe en todas sus obras, tanto en
poesía como en teatro. Es lo que se conoce como universo lorquiano, que se alimenta
de sus propias obsesiones y se define por unos rasgos constantes. Como otros poetas del
27, Lorca adopta elementos de los vanguardismos –sobre todo del surrealismo-, que era
lo que estaba de moda en el momento, pero sin renunciar a un clasicismo de fondo –
Renacimiento, Barroco, Romanticismo…-, así como a una fuerte influencia de la poesía
popular andaluza. Sobre estas bases, Lorca construye su propio lenguaje poético, que se
caracteriza por un código de símbolos que se repiten constantemente: la luna, el agua,
la sangre, el caballo, la hierba y los metales, unidos al tema de la muerte y el destino
trágico, constantes en toda su obra.
Obra poética: Lorca publica libros de poesía de forma casi constante desde 1921. Sus
obras poéticas más importantes son Poema del Cante Jondo, Romancero Gitano, Poeta
en Nueva York y Diván del Tamarit, el magistral Llanto por la muerte de Ignacio
Sánchez Mejías y los Sonetos del Amor Oscuro –publicados ya después de su muerte-.
El Romancero gitano es una obra poética de Federico García Lorca, publicada en 1928.
Está compuesta por dieciocho romances en los que dominan elementos simbólicos
como la noche, la muerte, el cielo, la luna y que giran en torno a la cultura gitana. La
obra supone una síntesis entre la poesía popular y la culta y transcurre entre dos motivos
centrales, Andalucía y los gitanos, tratados de manera metafórica y mítica.
Los gitanos aparecen como símbolo de un pueblo que sufre, que vive al margen de la
sociedad, que se siente perseguido y que lucha contra la autoridad que los persigue. Los
gitanos representan así un tema recurrente en toda la obra de Lorca, el conflicto entre
autoridad y libertad; entre la ley natural y la ley social y convencional. El propio García
Lorca señala que su interés se centra no en describir una situación concreta, sino en el
choque que se da una y otra vez entre fuerzas encontradas: en un poema que describe la
pugna entre la Guardia Civil y los gitanos, llama a estos bandos romanos y
"cartagineses", para dar a entender esa permanencia del conflicto.
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En el Romancero se une el lenguaje popular, sencillo y espontáneo, con un lenguaje
culto, una simbología propia y elementos vanguardistas.
Quiero hacer este verano una obra serena y quieta; pienso construir varios romances
con lagunas, romances con montañas, romances con estrellas; una obra misteriosa y
clara, que sea como una flor (arbitraria y perfecta como una flor): ¡toda perfume!
Quiero sacar de la sombra a algunas niñas árabes que jugarían por esos pueblos y
perder en mis bosquecillos líricos a las figuras ideales de los romancillos anónimos.
Figúrate un romance que en vez de lagunas tenga “cielos”. ¿Hay nada más
emocionante? Este verano, si Dios me ayuda con sus palomitas, haré una obra popular
y andalucísima. Voy a viajar un poco por estos pueblos maravillosos, cuyos castillos,
cuyas personas parece que nunca han existido para los poetas y... ¡¡Basta ya de
Castilla!!» F. García Lorca.
En la obra de Lorca, los protagonistas suelen ser los marginados por la sociedad: en
el Romancero, los gitanos; en Poeta en Nueva York, los negros, y la mujer en obras
como La casa de Bernarda Alba, Yerma, Bodas de sangre, Mariana Pineda, Doña
Rosita o el lenguaje de las flores.
***
Poeta en Nueva York se compone entre 1929 y 1930. Surge a raíz de la estancia de
Lorca en Norteamérica, que le inspira estos poemas en los que denuncia la
deshumanización de la gran ciudad. La negritud aparece como representante de la
naturaleza en un mundo deshumanizado.
“En Nueva York, los únicos que tienen alma son los negros” Dice Lorca en uno de sus
poemas. Lorca ve similitudes entre los negros y los gitanos, un grupo marginado que
guarda las esencias de lo humano en medio de la deshumanización del mundo
civilizado.
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Trayectoria teatral.
Obras teatrales
García Lorca fue un apasionado del teatro. No solo fue autor, sino también director e
incluso actor. Fue además un gran renovador del teatro español, a pesar de que su
temprana muerte le impidió seguir ejerciendo esta labor. En su época existía un teatro
comercial que repetía fórmulas de éxito y un teatro renovador, como el de Valle Inclán,
que resultaba tan novedoso y provocador que no se pudo nunca representar en su época.
Lorca consiguió hacer un teatro de éxito, renovador y de una altísima calidad literaria.
En la mayor parte de sus obras, las protagonistas son mujeres y de un modo u otro en
todas aparece el tema del enfrentamiento a las convenciones sociales y la rebeldía frente
a las normas vigentes. Lorca es un hombre de teatro, que escribe para que sus obras se
representen. Casi todas sus obras fueron estrenadas con gran éxito en vida del autor,
salvo las dos más vanguardistas y La casa de Bernarda Alba, finalizada solo un mes
antes de su asesinato y que se estrenó ya póstumamente. En 1945 en Buenos Aires y en
1950 en Madrid. Estas son las principales:
Mariana Pineda (1927) Drama en verso sobre la vida y muerte de una heroína de la causa
liberal ajusticiada por Fernando VII en Granada, a los 26 años.
La zapatera prodigiosa (1930) Farsa de ambientación popular y andaluza, sobre una joven
casada con un hombre mayor que ella, con muchos elementos líricos y simbólicos
Así que pasen cinco años (1930). Como la anterior, teatro experimental, de vanguardia. Muy
difícil. Se llegó a considerar irrepresentable. No se estrena hasta 1975.
Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (1935). Drama con fragmentos poéticos
ambientada en Granada.
Las más importantes son las tres siguientes, con rasgos comunes que han hecho que se las
considere casi una “trilogía andaluza” son:
Yerma (1934): Tragedia de una mujer casada con un hombre al que no ama y que ni siquiera
es capaz de hacerle realizar su sueño de ser madre.
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La casa de Bernarda Alba (1936) Se considera la auténtica culminación del teatro
lorquiano, en cuanto a dominio y perfección en el uso de las técnicas dramáticas.
La casa de Bernarda Alba fue la última obra dramática escrita por Federico García
Lorca. El autor la terminó de escribir en junio de 1936, dos meses antes de morir
asesinado. Se estrenó en Buenos Aires en 1945; en España se representó por primera
vez en 1950, en un montaje muy marginal. La primera representación importante fue en
1964, a causa de que García Lorca fue un poeta proscrito por el franquismo.
Se trata de la obra culminante de Lorca. En ella perviven los mejores hallazgos de sus
obras anteriores y junto con Bodas de sangre y Yerma, conforma en cierto sentido una
trilogía de tragedias andaluzas, pues las tres tienen muchos elementos en común:
universalidad dentro del ámbito geográfico andaluz, concepción trágica del conflicto y
tono poético.
Sin embargo, esta obra presenta algunas diferencias respecto a las anteriores, como
son un mayor realismo en los diálogos y las situaciones, la eliminación del verso:
aunque se trata de una obra muy poética, Lorca quiere que su obra se considere drama
y no tragedia, es decir, que trata de que sea lo más realista posible, de modo que la
poesía surge de las situaciones y los diálogos, y siempre está justificada por la propia
trama.
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literaria en Orihuela, donde conoce a Ramón Sijé y establece con él una gran amistad.
Tras su muerte, le dedicará su famosa “Elegía”.
Toma parte muy activa en la Guerra Civil española. Lucha en el bando republicano y
hace una poesía que se ha llamado “de trincheras”. De ser conocido como el “poeta
pastor” pasa a ser el “poeta soldado”. A menudo recita sus poemas para los soldados del
bando republicano, en recitales en directo o en la radio.
Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1938) son poemarios con un estilo que se
conoció como “poesía de guerra”. Son poemas que trascienden la ideología y resultan
muy actuales por son tremendamente humanos, pues se dirige al ser humano que hay
detrás de cada soldado que como él, sufre de heridas del cuerpo y del mal de ausencia
por estar separado de sus seres queridos.
Al finalizar la guerra intenta salir del país pero es detenido en la frontera con Portugal.
Condenado a pena de muerte, se le conmuta por la de treinta años pero no llega a
cumplirla porque muere de tuberculosis el 28 de marzo de 1942 en la prisión de
Alicante.
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3. LITERATURA EN LA DICTADURA (1939-1945)
El final de la Guerra Civil con la victoria del general Franco dio paso al largo periodo
que conocemos como franquismo (1939-1975). Con el tiempo, las restricciones y
limitaciones impuestas por el régimen de Franco en la primera posguerra darían paso a
una mayor apertura, hasta llegar, en los últimos años del franquismo, a un periodo en
el que, sin libertades políticas todavía, el arte y la literatura pudieron desarrollarse con
cierta normalidad, si exceptuamos lo tocante al sexo y a la ideología política, dos
aspectos especialmente vigilados y perseguidos por el régimen hasta el último
momento.
La férrea censura, que se muestra encarnizada no solo con los escritores españoles, sino
también con los extranjeros, especialmente con los que han procedido en los últimos
decenios a la renovación de la novela en todo el mundo (Joyce, Proust, Kafka…), que
serán prohibidos igualmente, por la cerrazón mostrada ante cualquier novedad, vista
siempre como sospechosa. La censura, especialmente en los años 40, es implacable no
solo con la prensa, sino también con toda manifestación artística y, desde luego, con el
género literario más popular, como es la novela. Todo pasa antes de darse a conocer al
público por un censor gubernativo y otro eclesiástico que expurgan o prohíben
determinadas obras. Además se puede hablar también de una censura interna, que lleva
a los escritores a autocensurar sus propias obras por el miedo a las posibles represalias
del régimen. El conjunto de la situación dificultó enormemente el desarrollo de la vida
intelectual y, más en concreto, de la literaria, pues se impulsa oficialmente la
publicación y traducción de novelas insulsas e irrelevantes, que triunfan en España
mientras se ignoran las novelas más importantes.
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políticas) y la novela deshumanizada y vanguardista (vistas con recelo pues se
asociaban a escritores marcadamente republicanos).
La Guerra Civil Española termina en 1939, por lo que los años cuarenta son los más
duros de la posguerra, tanto en lo que se refiere a las penurias sociales por la escasez
de alimentos y productos básicos como a represión política. Por otra parte, en Europa,
la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) acabó con la victoria aliada sobre Alemania e
Italia, lo cual dejó a España totalmente aislada. Los escritores quedaron al margen de
la literatura que se hacía más allá de nuestras fronteras.
Para empezar es inevitable distinguir la literatura que se desarrolla dentro del país
de la que, en el exilio, escriben los numerosos autores que salieron de España tras el
conflicto ─ a los que J. Bergamín, uno de los exiliados, denominó "la España
peregrina"─. Esto afectó, por supuesto, a todas las artes y manifestaciones de la cultura
nacional pero, en el caso de la novela alcanza una dimensión notable.
Dentro de España, la escasa literatura de estos primeros años de posguerra oscila entre
el esteticismo, que ignora la realidad circundante, y la expresión de la angustia y
desarraigo que la guerra ha creado. Salvo algunas excepciones, hasta los años 50 no
comienzan los indicios de renovación.
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religiosa y también «humana», aunque algunos de sus miembros cayeron en una estética
neoclásica, formalista, alejada de la realidad social, tan dura, del momento.
"Insomnio" es el primer poema del libro, expresa la angustia y soledad que experimenta
ante un mundo que no acaba de comprender, por lo que llama a Dios, pero Dios guarda
silencio.
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José Luis Hidalgo (1919-1947). Nacido en Torrelavega y amigo de José Hierro.
Su poesía es de corte íntimo y existencialista. Su principal obra Los muertos,
parece una premonición de su temprana muerte.
Así pues, los escritores que quieren publicar sus novelas dentro de España, tienen que
evitar hablar de los problemas sociales y utilizar unas formas narrativas tradicionales
anteriores al conflicto. Rota la relación con las tendencias novelísticas anteriores a la
Guerra y aislados de la evolución que sigue la novela occidental, los escritores del
interior buscan un punto de arranque en la tradición realista española. Una novela
formalmente conservadora, que sigue los moldes del realismo del XIX, que se mueve
entre una ideología afín al régimen franquista o la simple evasión, mediante el humor o
los folletines situados en el siglo anterior.
Los autores de esta tendencia, aunque fueron de éxito en su época no han pasado a la
historia de la literatura. El más relevante sería José María Gironella, con su trilogía
sobre la Guerra Civil desde el punto de vista de los vencedores. Defienden los valores
de Dios, y Patria y muestran una realidad ficticia y triunfalista, que no se corresponde
con las penurias de la posguerra.
A) Tremendismo, iniciado por Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte en
el año 1942, el relato autobiográfico de un condenado a muerte que trata de explicar sus
crímenes como consecuencia del primitivismo y la brutalidad que determinaron su vida.
Su éxito atrajo a muchos continuadores que explotaron historias que nos retratan un
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mundo y unos personajes dominados por la violencia y por la miseria y escritas con un
estilo bronco. Por su fuerza expresiva, se puede considerar a la obra de Cela como la
primera señal de renovación de la novela de posguerra.
La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela, provoca una polémica en torno al
tremendismo. Se le acusaba de deformar la realidad al subrayar lo más desagradable. En
1942, suponía un revulsivo, pues la truculencia y la visión desolada del mundo
contrastaban con una narrativa triunfalista. La novela narra un cúmulo de crímenes y de
atrocidades que parecen verosímiles por el tipo de protagonista y por el ambiente. Como
un nuevo pícaro, Pascual Duarte narra su biografía para que entendamos cómo ha
llegado a ser un condenado a muerte.
La limitación intelectual de Pascual, el destino que parece dominar la obra y el ambiente
bárbaro e injusto convierten a esta criatura en un asesino víctima.
La obra refleja un radical pesimismo, cercano al existencialismo. La publicación de una
novela tan desgarrada en un momento de censura política y moral muy estricta, sólo se
explica por ser Cela un excombatiente franquista y porque los sucesos se sitúan en la
España de posguerra. Toda su obra refleja pesimismo ante el mundo y el ser humano (P.
Baroja). Su tono es distanciado y burlón, con humor negro, desgarrado y cruel. Refleja
una visión deformada del mundo.
A) La alta comedia
Inspirada en el teatro burgués de Jacinto Benavente (Premio Nobel de Literatura en
1922), busca complacer al público que llenaba las salas en la posguerra, burgueses con
poder adquisitivo que eran la minoría de la sociedad.
La alta comedia es un tipo de teatro que concede una especial importancia a la obra bien
elaborada en la construcción de la trama, los diálogos o los juegos escénicos.
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El ambiente es siempre el de la clase burguesa acomodada, y su objetivo es
simplemente el entretenimiento del público, con un argumento muy repetido centrado
en el adulterio o la infidelidad. En estos argumentos, el final feliz defiende la ideología
dominante, y triunfan la fidelidad, la honradez y el amor. Junto a las obras
fundamentalmente humorísticas aparecen también dramas de tesis y piezas históricas.
Autores destacados: Edgar Neville (1899-1967), José María Pemán (1898- 1981) y
Juan Ignacio Luca de Tena (1897-1975).
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Durante los años veinte, trabajó como periodista: son años de una cierta bohemia, de
tertulias en los cafés, donde conocerá a importantes periodistas del género humorístico
como Tono, Edgar Neville y Enrique Jardiel Poncela; este último le influyó
poderosamente en el estilo. Mihura fue uno de los fundadores de las revistas
humorísticas 'La Ametralladora' y 'La Codorniz' en las que ejerció también de
dibujante.
Aunque empezó a escribir antes de la guerra, su reconocimiento fue tardío, pues sólo
estrenó con regularidad a partir de la década de los cincuenta: en 1932 escribió Tres
sombreros de copa, que no publicó hasta 1947, y no fue representada hasta 1952 (veinte
años después de escrita); se trata de una comedia considerada como una de las obras
maestras del teatro humorístico y que anticipa algunos aspectos del Teatro del absurdo;
en ella se enfrentan el mundo de las restricciones y convencionalismos y el de la
libertad y la imaginación, tema que será constante en su obra.
Tres sombreros de copa Está considerada como una de las obras maestras del teatro
humorístico. Por su originalidad, supone una ruptura completa con el teatro cómico
anterior. En ella desarrolla el tema de la libertad alcanzada y perdida.
Ese mismo tema aparecerá en ¡Sublime decisión! (1955), Mi adorado don Juan (1956)
y La bella Dorotea(1963).
A partir de la década de los cincuenta, la sátira se impone sobre el humor en obras como
El caso de la señora estupenda (1953), Ninette y un señor de Murcia (1964), Maribel y
la extraña familia (1959) o Melocotón en almíbar (1958), obras cómico-costumbristas,
de corte policiaco y de enredo, en las que predomina el conflicto en las relaciones
doméstico-sentimentales entre el hombre y la mujer.
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3.3. La literatura social de los años 50.
Durante los años 40, España había mantenido una política económica basada en la
autarquía. Esta fue provocada por la derrota del Eje (Alemania, Italia, Japón) en la
Segunda Guerra Mundial, durante la cual la dictadura franquista, pese a adoptar una
política oficial de no beligerancia, tuvo una participación favorable a la Alemania nazi
para la derrota de la Unión Soviética, que se concretó mediante el envío de la División
Azul, un cuerpo de voluntarios que sirvió en el ejército alemán del frente Oriental
durante dos años. Esta colaboración con las potencias del Eje condujo al aislamiento
internacional tras la derrota de las mismas en 1945, promovido por los aliados en el
seno de la recién creada Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Así pues, en la década de los 50, España empezó a abrirse al exterior (en 1955, se
integró en la ONU). El reconocimiento internacional del franquismo se tradujo en
mejoras económicas y en la comunicación con el exterior. Como contrapartida, el
franquismo tuvo que moderar algo su política represiva, como forma de mejorar la
imagen del régimen cara al exterior. La censura se fue suavizando, lo que permitió un
desarrollo de la literatura en la que predominaba la crítica social, que frente al
triunfalismo oficialista, ponía de maanifiesto las duras condiciones de vida de la mayor
parte de los españoles. El resultado fue una nueva versión del realismo, tendente a la
denuncia de la opresión y la injusticia.
Sus más eximios representantes fueron Blas de Otero (1916-1979) y Gabriel Celaya
(1911-1991). Poetas de otras generaciones como José Hierro (1922), Ángel González
(1925) o José Agustín Goytisolo (1928-1999) pueden incluirse en esa actitud
testimonial, aunque los estudiaremos más adelante.
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A) Gabriel Celaya (Hernani, Guipúzcoa, 1911-1991)
Su verdadero nombre era Rafael Múgica Celaya, y estudió ingeniería. Su obra, muy
extensa y variada, fue seleccionada por él mismo en la antología Itinerario poético
(1973). Sus libros más importantes como "poeta social" son Las cartas boca arriba
(1951) y Cantos Íberos (1955).
En los años 50, la novela se va empezando a denunciar más abiertamente los problemas
sociales que aquejan a la sociedad española. La censura empieza a ser algo menos rígida
y se permite la publicación de obras de contenido más crítico y formalmente más
renovadoras, que siguen los nuevos modelos narrativos de autores estadounidenses
como Hemningway, Scott Fitzgerald o William Faulkner, que penetrarán en la literatura
española sobre todo a través de los narradores hispanoamericanos del “boom” de los 50.
La novela española de esta década recoge pronto las nuevas preocupaciones sociales y
abandona la visión existencial de la década anterior. En 1951 Cela publica La Colmena
de tono crítico y testimonial, con un amplio personaje colectivo.
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Aldecoa, Jesús Fdez. Santos, Juan Goytisolo, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín
Gaite y Juan García Hortelano.
Camilo José Cela nació en Padrón, La Coruña, en 1916 y murió en Madrid, en 2002.
Realizó estudios de Medicina y Derecho, que no llegó a terminar. A los veinte años
le movilizaron y participó como soldado en la Guerra Civil en el bando nacional y
trabajó algún tiempo como funcionario. En 1957 ingresó en la Real Academia y en
1989 le fue concedido el premio Nobel.
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Camilo José Cela fue siempre un hombre firme y polémico en sus actos y
declaraciones, a menudo provocadoras, y durante toda su vida huyó de lo
convencional. Sin embargo también fue un escritor constante, trabajador y prolífico.
En los casi ochenta y seis años que vivió le dio tiempo a escribir poesías, novelas, libros
de viajes, ensayos, piezas teatrales, artículos periodísticos, memorias y obras
lexicográficas; a ser actor de cine y torero; a editar revistas literarias; a dar
conferencias; a entrar en la Real Academia Española; y a ganar todos los grandes
premios literarios de España y el más prestigioso del mundo: el Premio Nobel de
Literatura.
Frases de Cela:
La colmena (1951)
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simultáneamente. Esta fragmentación en anécdotas que conforman un conjunto de
vidas cruzadas, como las abejas de una colmena, trata de reflejar objetivamente la
realidad social de la posguerra. El tratamiento de los personajes, sin esperanzas,
muestra un pesimismo existencial constante en Cela.
«La colmena es la crónica amarga de un tiempo amargo». Cela dijo de ella “Mi
novela La colmena (…) no es otra cosa que un pálido reflejo, que una humilde
sombra de la cotidiana, áspera, entrañable y dolorosa realidad.” “La novela no sé si
es realista, o idealista, o naturalista, o costumbrista, o lo que sea. Tampoco me
preocupa demasiado. Que cada cual le ponga la etiqueta que quiera”.
La novela no sé si es realista, o idealista, o naturalista, o costumbrista, o lo que
sea. Tampoco me preocupa demasiado. Que cada cual le ponga la etiqueta que
quiera;
FRAGMENTOS DE LA COLMENA
La historia de Victorita
Aunque La colmena es una novela de personaje colectivo, vamos a fijarnos
en la historia de Victorita, una chica joven cuya vida refleja muy bien la
desesperación de muchas personas en la posguerra.
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Victorita tiene un plan
Victorita andaba por los dieciocho años, pero estaba muy desarrollada y parecía
una mujer de veinte o veintidós años. La chica tenía novio, a quien habían devuelto
del cuartel porque estaba tuberculoso; el pobre no podía trabajar y se pasaba todo
el día en la cama, sin fuerzas para nada, esperando a que Victorita fuese a verlo al
salir del trabajo. (...)
Un día que Victorita estaba pálida y demacrada, Paco le preguntó:
—¿Qué te pasa?
—Nada, que he estado pensando.
—¿En qué pensaste?
—Pues pensé que esto se te quitaba a ti con medicinas y comiendo hasta hartarte.
—Puede ser, pero, ¡ya ves!
—Yo puedo buscar dinero.
—¿Tú?
A Victorita se le puso la voz gangosa, como si estuviera bebida.
—Yo, sí. Una mujer joven, por fea que sea, siempre vale dinero.
—¿Qué dices?
Victorita estaba muy tranquila.
—Pues lo que oyes. Si te fueses a curar me liaba con el primer tío rico que me
sacase de querida.
A Paco le subió un poco el color y le temblaron ligeramente los párpados. Victorita
se quedó algo extrañada cuando Paco le dijo:
—Bueno.
Pero en el fondo, Victorita lo quiso todavía un poco más.
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—¿Tú? ¡Tú qué vas a saber! Tú no eres más que una mocosa que no sabe de la misa
la media.
—Yo sé lo que necesito.
—Sí, pero no lo olvides; si te deja en estado, aquí no pisas.
Victorita se puso blanca.
—¿Eso es lo que te dijo la abuela?
La madre se levantó y le pegó dos tortas con toda su alma. Victorita ni se movió.
—¡Golfa! ¡Mal educada! ¡Que eres una golfa! ¡Así no se le habla a una madre!
Victorita se secó con el pañuelo un poco de sangre que tenía en los dientes.
—Ni a una hija tampoco. Si mi novio está malo, bastante desgracia tiene para que
tú estés todo el día llamándole tísico.
Victorita se levantó de golpe y salió de la cocina. El padre había estado callado todo
el tiempo.
—¡Déjala que se vaya a la cama! ¡Tampoco hay derecho a hablarla así!
¿Que quiere a ese chico? Bueno, pues déjala que lo quiera, cuanto más le digas va a
ser peor. Además, ¡para lo que va a durar el pobre!
Desde la cocina se oía un poco el llanto entrecortado de la chica (...).
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le hace la vida imposible, todo el día con el mismo sermón. (...) Victorita está muy
cansada, en la imprenta está todo el día de pie, a su novio lo encuentra cada día
peor, su madre es un sargento de Caballería que no hace más que gritar, su padre
es un hombre blandengue y medio bebido con el que no se puede
contar para nada. (...)
Victorita no pedía tanto. Victorita no pedía más que comer y seguir queriendo a su
novio, si llegaba a curarse alguna vez. Victorita no sentía deseos ningunos de
golfear; pero a la fuerza ahorcan. La muchacha no había golfeado jamás, nunca se
había acostado con nadie más que con su novio. Victorita tenía fuerza de voluntad
y, aunque era cachonda, procuraba resistirse. Con Paco siempre se había portado
bien y no lo engañó ni una sola vez.
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—Sí, señor, todo. (...)
Al usurero le brotaron en las pálidas mejillas unas rosetitas de arrebol.
—Y tú, rica, ¿sabes lo que yo quiero?
—No, señor; usted dirá.
El usurero tenía un ligero temblorcillo en la voz.
—Oye, sácate las tetitas.
La muchacha se sacó las tetitas por el escote.
—¿Tú sabes lo que son treinta mil pesetas?
—Sí, señor.
—¿Las has visto alguna vez juntas?
—No, señor, nunca.
—Pues yo te las voy a enseñar. Es cuestión de que tú quieras; tú y tu novio. (…)
—Por mí, sí. Por seis mil duros soy capaz de pasarme toda la vida obedeciéndole a
usted. ¡Y más vidas que tuviera!
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meses, cerca de cuatro, que no sé lo que es un hombre. Yo quiero mucho a mi
novio. A usted nunca lo querré, pero en cuanto me pague me voy a la cama. Estoy
muy harta. Mi novio se salva con unos duros. No me importa ponerle los cuernos.
Lo que me importa es sacarlo adelante. Si usted me lo cura, yo me lío con usted
hasta que usted se harte. (...)
—Yo te daría dinero para que se lo llevases a tu novio, pero, hagamos lo que
hagamos, él se va a creer lo que le dé la gana, ¿no te parece?
—Sí, que se crea lo que quiera. Ande, lléveme usted a la cama.
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Sus libros de viajes constituyen uno peculiar sector de su obra. De sus múltiples
"vagabundajes" por tierras de España han surgido libros inolvidables que van de
Viaje a la Alcarria (1948) a Viaje al Pirineo de Lérida (1965), pasando por Del
Miño al Bidasoa y Judíos, moros y cristianos (por Ávila y Segovia) o Primer viaje
andaluz. Tales obras son, en cierto modo, herederas del fervor noventayochista por
paisajes y gentes (a lo que añade Cela su sensibilidad y su desparpajo personales);
pero, a la vez, abrieron un camino que seguirían no pocos autores de la generación
siguiente, deseosos de dar testimonios críticos de la realidad española.
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3.3.5.- Otros novelistas destacados
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de sus escritos. Son dos formas diferentes de entender la protesta: política, en el caso de
Sastre; social, en el de Buero Vallejo. En el extremo contrario, pero también como
muestra de rechazo hacia la sociedad contemporánea, autores como Alejandro Casona y
Antonio Gala llenaron sus obras de poeticidad y simbolismo.
B) Alejandro Casona
El nombre verdadero de Alejandro Casona (1903- 1965) era Alejandro Rodríguez
Álvarez. Trabaja como maestro en el valle de Arán (Lérida) y en Madrid, donde dirige
el Teatro Ambulante o Teatro del Pueblo (1931). Al estallar la Guerra Civil huye a
Francia y poco después a Buenos Aires, donde fija su residencia hasta su regreso a
España en 1962.
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Los rasgos poéticos y la expresión lírica están más o menos presentes en todas sus
obras, que se pueden dividir en dos bloques: teatro fantástico y teatro pedagógico.
Teatro fantástico: podemos llamar teatro fantástico a la creación de una
atmósfera irreal y mágica a través del lenguaje poético, donde se analiza la
relación entre realidad y fantasía, el misterio y los sueños. El mundo de lo real y
lo imaginario forma parte de La sirena varada (1933), Prohibido suicidarse en
primavera (1937) y Los árboles mueren de pie (1937). El tema de los sueños
aparece en La llave del desván y Siete gritos en el mar. También pertenecen al
teatro fantástico Otra vez el diablo y La barca sin pescador.
Teatro pedagógico: En estas obras Casona intenta comunicar determinadas ideas
de índole pedagógica. Así, Nuestra Natacha (1935) es un cántico al amor y a la
comprensión como método de enseñanza para los jóvenes conflictivos. La
tercera palabra (1953) trata de la educación de un hombre criado en la
naturaleza.
C) Alfonso Sastre
Alfonso Sastre (Madrid, 1926), funda en 1945 Arte Nuevo, grupo cuya intención es
renovar el teatro español. Después fundó otros grupos como La Vaca Flaca, Grupo de
Teatro Realista y, en 1977, Teatro Unitario de la Revolución Socialista, con claro
compromiso revolucionario activo.
Para Sastre, el teatro debía ser un instrumento de agitación y transformación de la
sociedad. Escuadra hacia la muerte (1953) supone su consagración como dramaturgo.
En ella, como en El pan de todos o La mordaza, Sastre escribe un teatro con tintes
existencialistas. En otras obras (El cubo de basura, Tierra roja o Muerte en el barrio) se
inclina por el realismo crítico de denuncia.
Los dramas de entre 1965 y 1972 están recogidos en Teatro penúltimo. Se caracterizan
por una renovación en la puesta en escena y porque la acción se desarrolla en épocas
anteriores.
Debido a razones políticas, muchas de sus obras no se representaron. Las referencias
directas o indirectas a la situación española le impidieron estar en cartel.
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3.4.- Literatura experimental (1960-1975)
En los años 60, el país se desarrolla económicamente, en gran medida gracias al turismo
de viene de Europa y a las divisas que envían a España los trabajadores españoles que
emigran para trabajar en Europa. El desarrollo económico afianza el franquismo, a la
vez que la oposición al régimen se hizo más sistemática. En los últimos años del
franquismo se confirmó la apertura al exterior. El país se industrializa gracias a las
inversiones extranjeras y al turismo.
Las principales novelas de este periodo son: Tiempo de silencio de L. Martín Santos,
una novela excelente y novedosa que supone el revulsivo que la novela española
necesitaba; su ejemplo es seguido por veteranos que se ponen al día (G. Torrente
Ballester con La saga / fuga de JB, M. Delibes con Cinco horas con Mario, C. J. Cela
con Oficio de tinieblas 5) y autores de la generación anterior que también renuevan su
estilo (J. Goytisolo con Señas de identidad, Juan Benet con Volverás a Región, J.
Marsé con Últimas tardes con Teresa, etc.).
El drama de los escritores del exilio es que tuvieron que renunciar a sus lectores
naturales, pues sus obras no fueron conocidas en el interior del país hasta muchos años
después, y solo en el caso de los escritores más famosos. Además, su situación los
condenó al permanente recuerdo de la patria perdida y a la evocación constante de la
Guerra Civil. Entre los casi cien novelistas de la España del exilio hay una docena de
autores de importancia, y a ellos pertenecen varios de los títulos más importantes del
periodo. Sin embargo, entre ellos no hay uniformidad debido a la diferencia de edades,
planteamientos narrativos, evoluciones personales de cada uno, etc.
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1. Los novelistas que ya habían empezado su obra narrativa antes de la guerra, cuyo
principal representante será Ramón J. Sender, del que hablaremos más en
profundidad a continuación, y otros como Rosa Chacel, Max Aub y Francisco
Ayala, muy relacionados antes de 1936 con la estética de la deshumanización del
arte impulsada por Ortega y Gasset. Los tres desarrollan la mejor parte de su obra
después de la guerra y son autores, además de una amplia obra en otros géneros, de
algunas novelas importantes: Muertes de perro y El fondo del vaso, de Ayala; la
serie El laberinto mágico, formada por seis novelas, de Max Aub y Memorias de
Leticia Valle y Barrio de Maravillas, de R. Chacel.
2. Aquellos que la inician después de 1939. De los muchos novelistas que iniciaron su
obra novelesca ya en el exilio, una vez terminada la Guerra Civil, se pueden destacar
Arturo Barea, autor de la trilogía La forja de un rebelde, escrita en español pero
publicada antes en inglés.
A partir de los años 60 carece ya de sentido seguir hablando de narrativa del exilio,
porque a partir de esa fecha algunos autores vuelven al país, otros dejan de escribir o
publicar y otros, finalmente, empiezan a ser integrados en la vida cultural española aun
manteniendo su residencia en el extranjero, como es el caso de Ramón J. Sender.
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Obra.
La producción literaria de R.J. Sender es enorme, tanto que resulta difícil de claisficar
por su cantidad y su variedad. Se pueden destacar una serie de líneas maestras que
siguen sus novelas. Una de ellas sería la línea autobiográfica, presente en momentos
puntuales en muchas de sus novelas, pero que en la que sin duda destaca su gran serie
Crónicas del alba, formada por nueve novelas en las que mezcla autobiografía y
ficción. Otra línea estaría relacionada con su interés por la novela histórica, tanto la
basada en acontecimientos del pasado reciente (Mr. Witt en el cantón) como las que se
desarrollan en el pasado más lejano (La aventura equinoccial de Lope de Aguirre).
Sender mostró también durante toda su carrera una gran predilección por una narrativa
de tipo alegórico, con diversa intención (satírica, filosófica, poética…). A esta tercera
corriente de su novelística pertenecen títulos como El rey y la reina. La última línea
importante en su producción narrativa es la que se desarrolla dentro de un realismo con
implicaciones sociales. A esta línea pertenecen Imán, su primera novela, y su obra hoy
más recordada, Réquiem por un campesino español.
Réquiem por un campesino español es una novela breve de Ramón J. Sender, uno de
los novelistas españoles más importantes de la posguerra en el exilio. Aparecida
originalmente bajo el título de Mosén Millán en México (1953), adquirió su nombre
actual en 1960. El motivo de su publicación en México fue, entre otros, la censura del
franquismo, pues la novela se posiciona junto al bando republicano. Hasta 1974, una
año antes de la muerte del general Franco, la novela no se pudo publicar en España.
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José María Merino, Luis Mateo Diez, Javier Marías, Antonio Muñoz Molina, Juan José
Millas y Rosa Montero entre otros.
El teatro actual ofrece dos caras: por un lado, en las salas comerciales se presentan
autores consagrados; por otro lado hay salas que ofrecen un espacio a los escritores
noveles y a la experimentación. Los autores más reconocidos son Francisco Nieva, José
Luis Alonso de Santos y José Sanchis de Sinisterra.
6. LITERATURA HISPANOAMERICANA
Situación política
Situación social
Graves situaciones de injusticia social perviven hasta hoy en día. Estas injusticias se
derivan de la grandes desigualdades originadas por una organización también heredara
de un pasado colonial: una alta burguesía muy enriquecida que detenta el poder político,
generalmente de origen criollo –descendiente de las clases dirigentes españolas-, una
clase media casi inexistente -formada fundamentalmente por inmigrantes españoles o
italianos que fueron llegando a trabajar durante el siglo XX- y la gran mayoría de la
población, de origen indígena, sumida en la miseria y el analfabetismo.
Otra característica de la realidad social de toda Hispanoamérica, relacionada lo anterior,
es la mezcla de razas: amerindia, blanca, negra, mestiza, etc.
El mestizaje, la denuncia de la precaria situación de los indígenas y la preocupación por
la realidad político y social de Hispanoamérica constituyen algunos de los principales
motivos recurrentes de la literatura hispanoamericana.
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Situación cultural
Hasta la primera mitad del siglo XX, toda la literatura hispanoamericana siguió las
huellas y los modelos de los autores españoles, sin embargo, desde los años 50 la
influencia mutua se invirtió. La España de la época, como hemos estudiado, estaba
sumida en la dictadura franquista y los escritores españoles tenían muy difícil el acceso
a las novedades literarias internacionales: a las restricciones impuestas por la censura se
sumaban las endémicas limitaciones idiomáticas de la educación española. Así pues los
escritores españoles empezaran a ponerse al día de las innovaciones narrativas
europeas y norteamericanas a partir de la lectura de las obras de los escritores
hispanoamericanos, que las habían ido incorporando a sus obras.
Relevancia internacional.
Pero las obras de los nuevos narradores hispanoamericanos no fueron solo leídas y
reconocidas en España. Desde los años 60, la narrativa hispanoamericana en lengua
española experimentó un enorme auge en todo el mundo, con la publicación de gran
cantidad de novelas y relatos cortos de gran calidad literaria que se tradujeron
rápidamente a todas las lenguas y que obtuvieron un reconocimiento universal. De
hecho muchos de los autores de este periodo han sido galardonados con el Premio
Nobel de Literatura. Es lo que se conoce como el “boom de la literatura
hispanoamericana”.
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Los principales autores del “boom”.
La larga lista de autores del “boom” –que reduciremos aquí- incluye a escritores de
distintas nacionalidades, cada uno un estilo particular, pero todos con muchos rasgos
comunes que se derivan, como hemos visto, por una formación cultural y literaria
similar y por un contexto histórico y literario común. Son autores con formación
universitaria, que estudiaron y trabajaron en Europa y Estados Unidos, pero que
demuestran sensibilidad hacia los problemas de sus respectivos países que se manifiesta
en compromiso político que se plasma en sus novelas. Así tratan temas sobre la
injusticia social, las dictaduras militares, imperialismo, revoluciones.
Jorge Luis Borges (Argentina,1899–Suiza,1986) Candidato al Nobel
Roberto Arlt (Argentina, 1900-1942). Importante precursor.
Julio Cortázar (Argentina 1914-1984)
Octavio Paz (México 1914-1998) Premio Nobel 1990
Juan Rulfo (Méjico 1917 – 1986)
Augusto Monterroso (Guatemala, 1921 – Méjico, 2003) Premio
Príncipe de Asturias de las Letras 2000
Gabriel García Márquez. (Colombia, 1928). Premio Nobel 1982
Carlos Fuentes. (Panamá 1928 – Méjico 2012). Premios Cervantes y
Príncipe de Asturias de las Letras. Candidato al Nobel.
Mario Vargas Llosa. (Perú 1936). Premio Nobel 2010
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Elementos específicos de la cultura hispanoamericana
Vida y obra
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También publicó algunas novelas cortas: A su primera novela, La hojarasca (1955),
siguió el reportaje novelado Relato de un náufrago (1970), novelas cortas como El
coronel no tiene quien le escriba (1961) o La mala hora (1962). Todas ellas anticipaban
el rico universo mítico-literario de su novela cumbre, Cien años de soledad (1967).
Posteriormente continuó publicando obras geniales como El otoño del patriarca (1975),
Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985)
En 1982 fue galardonado con el premio Nobel de Literatura. Y en los últimos años se ha
dado en escribir sus memorias: Vivir para contarla (2002) e Historias de mis putas
tristes (2004).
Esta genial obra de García Márquez es una novela corta en que se mezclan con acierto
elementos de la crónica periodística y de la novela policíaca. Se basa en unos sucesos
reales que son alterados literariamente. Los hechos narrados centrales abarcan una sola
hora, pero remiten a la infancia de los protagonistas y a su incipiente vejez. Se
caracteriza por el realismo mágico (integración de lo fantástico y lo real), la renovación
de las técnicas narrativas (ruptura de la linealidad temporal), el subjetivismo (el
narrador participa de los acontecimientos como espectador y personaje secundario) y el
multiperspectivismo (distintos puntos de vista narrativos).
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En los años siguientes al Modernismo se pueden establecer tres tendencias:
3. Temas sociales. Por último, aparecen los temas sociales: la preocupación por la
injusticia social y las desigualdades, especialmente en las poblaciones india y
negra.
¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo
baila yambó sobre un pie.
Mamatomba,
serembe cuserembá.
En las Antillas nace un movimiento poético que se inspira, por primera vez, en los
negros descendientes de los esclavos africanos. En esta corriente se mezclan el
contenido social, que denuncia la marginación, y la atracción vanguardista por los
mundos primitivos y las costumbres folclóricas, vistos como culturas no viciadas por
el racionalismo occidental.
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El principal representante de la poesía negra es el cubano Nicolás Guillén. En sus
poesías trata de reproducir verbalmente los ritmos y sones de las músicas ceremoniales
de los negros antillanos, incluyendo onomatopeyas, palabras africanas y deformaciones
fónicas y sintácticas.
A lo largo del siglo destaca la obra de tres poetas con estilo propio:
Este poeta peruano se inició con un libro, Los heraldos negros, influido aún por el
Modernismo, en el que revela una visión sombría del mundo donde el hombre es un ser!
Sufriente sometido al azar del destino y cuyo dolor no encuentra alivio.
El cambio poético que ofrece su siguiente libro, Trilce, (Triste+Dulce) es radical: son
poemas de inspiración vanguardista, con un lenguaje desarticulado o sin significación,
debajo del cual sigue existiendo una protesta por el dolor del mundo y el sentimiento de
desarraigo del poeta. César Vallejo vive exiliado en Europa desde 1923.En París entra
en contacto con las vanguardias europeas, baja a España en diversas ocasiones y conoce
a muchos de los poetas de la época.
Sus últimas obras se inclinan por una poesía de intención social y comprometida. En
Poemas humanos se añade la serie titulada “España, aparta de mí este cáliz”, que tiene
como motivo la Guerra Civil española. Vallejo clama contra la crueldad, el sufrimiento
de los seres humanos y denuncia a sus causantes, pero el poeta no renuncia a expresarse
con una sorprendente inventiva verbal que potencia el efecto de sus sentimientos.
Niños,
hijos de los guerreros, entre tanto,
bajad la voz que España está ahora mismo repartiendo
la energía entre el reino animal,
las florecillas, los cometas y los hombres.
¡Bajad la voz, que está
en su rigor, que es grande, sin saber
qué hacer, y está en su mano
la calavera, aquella de la trenza;
la calavera, aquella de la vida!
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6.3.3. Pablo Neruda (1904-1973)
El chileno Pablo Neruda es autor de una extensa obra poética, de temas y formas
variadas. Se inicia en el Posmodernismo de carácter neorromántico y obtiene un gran
éxito con Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
En la década de los años 30 estuvo muy relacionado con los poetas del 27 y vivió en
España. Publicó un libro de inspiración surrealista, Residencia en la tierra, pero pronto
se convirtió en defensor e impulsor de la poesía más combativa desde la revista Caballo
verde para la poesía. Fruto de esta concepción poética es su extenso Canto general, en
el que se propone ofrecer una visión poética y política de toda la historia americana.
Neruda fue un poeta prolífico y no dejó de publicar libros de poesía amorosa, como Los
versos del capitán y Cien sonetos de amor, así como poemarios en los que muestra su
adoración por las cosas sencillas y cotidianas: Odas elementales.
Ejemplos de Topoemas:
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