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LA LUCHA ENTRE LA CARNE Y EL ESPÍRITU

Gálatas 5:16-17

INTRODUCCION

Después de entregarte al Señor tu tendrás que tomar una decisión diaria, cada mañana al despertar y
prepararte para comenzar tu día; esta decisión será: ¿Cómo he de vivir este día? ¿Viviré conforme a la
carne o conforme al espíritu? La vida cristiana es una lucha constante y solo hay dos maneras de vivirla;
vivir en la carne y ser carnales o vivir en el espíritu y ser vencedores.

Ésta es la razón del conflicto interno que experimenta todo cristiano. Todos sentimos una guerra civil
interna. Todas las personas experimentan una medida de conflicto moral interior, pero los cristianos
encuentran que el conflicto interior es aún más feroz de lo que fue en nuestros días de inconversos.

Ambas maneras de vivir traerán sus consecuencias.

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que NO andan conforme a
la carne, sino conforme al Espíritu. Romanos 8:1

1. EL CRISTIANO CARNAL

En esta lección se presentan dos cristianos recién convertidos, el primero que estudiaremos será el
cristiano carnal.

- Un cristiano recién convertido puede llegar a convertirse en un cristiano carnal.


- Después de arrepentirnos y bautizarnos, si no cultivamos correctamente la vida cristiana, uno
puede convertirse en un cristiano carnal. El cristiano es semejante a un árbol.
- Lo que pasa es que cuando nos convertimos al Señor, no dejamos de ser humanos. Seguiremos
teniendo luchas, tentaciones y pruebas, ahora más que nunca. Después de unas semanas, meses
y hasta años, el descuido y negligencia espiritual dará lugar a que la carne comience a gobernar
nuestro ser. Se comienzan a olvidar las experiencias que Dios nos dio. Otras cosas pueden
comenzar a tomar prioridad en la vida. Así como un jardín se debe cultivar limpiar y mantener,
así la vida cristiana necesita el cuidado, mantenimiento y cultivo espiritual.
- Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la
carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para
que no hagáis lo que quisiereis. Gálatas 5: 16- 17
- El cristiano carnal muestra obras carnales. Las obras de la carne se describen en Gálatas 5: 19-
21:
- Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os
amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino
de Dios.
- Pablo nos da una lista de las obras de la carne. Es posible que puedas ocultar tus malos deseos
por un tiempo, pero eventualmente se harán manifiestos o evidentes (versículo 19).
- En esta lista de obras de la carne, Pablo nos muestra a un cristiano carnal:
- Nos muestra:
o Los pecados de inmoralidad sexual (adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, orgías)
o Los pecados de ofensa a Dios (idolatría, hechicería)
o Los pecados relacionados al carácter (enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, envidias, homicidios)
- Aunque nosotros usualmente relacionamos más lo carnal con los pecados de inmoralidad
sexual, Pablo en la lista de obras de la carne nos muestra que es carnal aquel que tiene
problemas con el carácter.
- ¿Somos carnales o espirituales?
- De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales,
como a niños en Cristo. 2Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois
capaces todavía, 3porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y
disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 1 Corintios 3:1-3
- Pablo deseaba hablar a una iglesia espiritual, pero aún era carnal. Dios desea una iglesia
espiritual.

2. EL CRISTIANO ESPIRITUAL

Vivir en el Espíritu es vivir una vida transparente. Es una vida de obediencia al Señor Dios, y es la
misma vida de Jesucristo mismo dada a nosotros por el Espíritu Santo.

I) VIVIR EN EL ESPIRITU ES AMAR (JUAN 13:35) En esto conocerán todos que sois mis
discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. (JESUS NO LO VEMOS HABLANDO EN
LENGUAS NI DANZANDO PERO SI DIJO PADRE PERDONALOS, NI YO TE CONDENO, TUS
PECADOS TE SON PERDONADOS.
II) VIVIR EN EL ESPIRITU ES SER PACIENTES, BUSCAR LA UNIDAD Y LA PAZ Yo pues, preso en
el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en
amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz (EFESIOS 4:1-3)
III) "Si me amáis, guardad mis mandamientos," dijo Jesús. Cuando le obedecemos estamos
caminando en perfecta libertad. "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos
hizo libres y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud" (Gálatas 5:1). Un poco más
tarde, el apóstol Pablo escribe:
IV) VIVIR EN EL ESPIRITU ES VIVIR CONFIADOS EN JESÚS "Pero si sois guiados por el Espíritu,
no estáis bajo la Ley" (Gál. 5:18).

"que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu" (Romanos 8:4).

Los cristianos espirituales muestran frutos espirituales:


Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley. 24Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus
pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. Gálatas 5:22-25

Vivir en el Espíritu es una vida constante, consciente y definitivamente sometida al Espíritu. Es una vida
que consume el deseo para que el Espíritu Santo este en control de todo pensamiento, palabra y obra.

No podemos vivir la vida cristiana normal a menos que el Espíritu Santo está en control constante.

Si no estoy viviendo en el Espíritu, estoy viviendo bajo el control de mi cuerpo carnal, que se opone a
todo lo que es Dios.

El Espíritu Santo es una Persona divina que controla a otra persona. A medida que nos rendimos a Él. Él
nos utiliza para llevar a cabo la voluntad de Dios en nuestras vidas y ministerios. Que produce su fruto
en nosotros. ¿Estamos permitiendo que Él esté en control constante de nuestras vidas? ¿Estamos
cooperando con él en todas las cosas?

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