LA IMPORTANCIA DE LAS VANGUARDIAS DE PRINCIPIO DEL SIGLO XX EN LA

ARQUITECTURA MODERNA

Victoria Lis Rodriguez Diaz

Arq. Fabrizio Milano

Programa de Arquitectura, facultad de Arquitectura

Universidad de San Buenaventura

Cartagena

2021
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Antes de destacar la importancia de las vanguardias de principio del siglo XX, se debe
esclarecer todo el contexto relacionado con este movimiento y la época en la que se produce.
Iniciamos en el siglo previo al del tema principal de este ensayo, en donde remanecen
los temas propios de la ilustración, la arquitectura Neoclasica y el romanticismo, enmarcados
en las revoluciones burguesas y francesas. En cuanto a la ideología arquitectónica y social, se
realiza una introspección de esta con los pensamientos de Burckhardt y Winckelmann (finales
del s. XIX). La confrontación entre los dos artistas muestra cómo una historia del arte como la
de Winckelmann, cuyo criterio es el arte griego como canon, se contrarresta a la de Burckhardt,
que plantea la continuidad de lo histórico, como aquello que no permite la comprensión y el
acercamiento al pasado para que de esta manera se pueda construir un nuevo futuro.
Resultante de esta comparación, se plantea la antigüedad como futuro; la aceptación de la
época griega perdida en la historia y el fin de la idealización de cualquier época como lo
perfecto.
La información anterior tiene como objetivo justificar el pensamiento inicial del siglo XX,
donde se declara lo bello como lo clásico o lo atávico, mientras que lo categorizado como
antiestético es todo aquello que represente algo nuevo distinto a lo que ya se conoce. A raíz de
esto, se presentan detractores de esta ideología y otros precursores de la vanguardia y el
movimiento moderno, como Fiddler quién insinúa que lo tradicional debe ser reevaluado y
anuncia el punto de partida de la vanguardia. A partir de esto, la arquitectura del siglo XX insta
en rechazar las tendencias historicistas del siglo anterior a este, para así, asumir las
transformaciones que traía consigo el desarrollo técnico e industrial.

Esta época es denominada en otras palabras como “El siglo de la vanguardización”, ya

que representa un empuje de los límites de lo que se acepta con la norma o statu quo, sobre
todo en el ámbito cultural. Se define la vanguardia como “El conjunto de movimientos artísticos
y literarios formados a comienzos del siglo XX en Occidente que rompieron con la tradición
académica y buscaron la innovación. De hecho, el término vanguardismo proviene
de vanguardia. Este se tomó prestado del francés avant-garde, expresión militar que significa
‘el que va adelante’, el que ocupa la primera línea de combate”.
“La arquitectura moderna aprovechó todas las innovaciones del siglo XIX - en especial
el uso del acero y el vidrio y desarrolló la técnica del hormigón armado y se decantó por un
sistema constructivo en el que la estructura portante fuese independiente de las paredes de
cerramiento. Propugnó asimismo el uso honesto de los materiales, huyendo de revestimientos
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que ocultasen su apariencia natural”. (Sainz, Historia del Arte, p.265) Con esto, se puede
interpretar que el principio de este movimiento era la innovación, ya que esta buscaba
desprenderse de lo arcaico, oponiéndose a la ornamentación y decidiéndose por estilos más
sobrios, geometrías simples, espacios continuos, curvas, etc. Lo anterior, con el fin de
desarrollar una nueva arquitectura en su máxima expresión.
Las vanguardias arquitectonicas se caracterizan por una serie de elementos, entre
estos, el rechazo al exceso de ornamentación de los estilos históricos, esto debido a que
anteponen la función a la belleza, centrándose en la sencillez. También, una de sus
singularidades radica en que tanto las fachadas como los espacios interiores se transforman,
gracias a los nuevos materiales que se implementan, como el acero, hormigón armado y el
vidrio, los cuales dan como resultado espacios abiertos con sus elementos al desnudo.
Este movimiento llamó la atención de exponentes de la arquitectura, motivados por la
separación de lo tradicional y la creación de un nuevo arte. Esto generó las primeras
vanguardias, las cuales fueron el protoracionalismo, el futurismo, el expresionismo, el
neoplasticismo y el constructivismo.
El pilar de los primeros estilos, cómo el futurismo, entre otras cosas, era una utopía, ya
que este se basaba en visionar o anticipar aquello que aún no se realizaba, como los principios
de la arquitectura radical de vanguardia de los años veinte y treinta.
Su máximo exponente, Antonio Sant’ Elia, dice:
“No somos hombres de catedrales ni palacios, sino de grandes hoteles, grandes
estaciones de ferrocarril y carreteras inmensas”. Lo anteriormente mencionado se confirma con
sus bosquejos, y aunque en su mayoría fueron obras que nunca llegaron a construirse, este
arquitecto representaba en sus ideas la característica visionaria, ya que implementaba
ascensores en lugar de escaleras, calles en distintos niveles, electricidad, vías de ferrocarril,
pistas de aterrizaje de aviones, etc.
En cuanto al expresionismo, este se destaca por su diseño imaginativo y su
monumentalidad. También, predomina la preocupación sobre el contenido subjetivo de toda
obra siempre por encima de la armonía. Este implementa el cristal y el ladrillo redondeado,
generando curvas y como resultado, dinamismo. La estética expresionista se manifiesta a
través de la deformación: distorsionando los colores, los espacios o las formas y utilizando la
perspectiva de una peculiar manera rompiendo los moldes tradicionales. Poelzig, uno de los
más destacados expresionistas, confirma con la siguiente frase el desarraigo con lo tradicional
y la negativa a seguir ciertos parámetros que se le buscaban imponer:
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“El artista ni debe de, ni tiene que..., como dicta algún movimiento artístico. De lo que
debe o tiene que hacer sólo debe rendir cuentas a su conciencia.” (Poelzig)
El neoplasticismo, por otro lado, propone encontrar un sistema para construir un nuevo
mundo de formas coherentes y organizadas. Este se caracteriza por la utilización de líneas
horizontales y verticales, ángulos rectos y superficies de colores. Se fundamenta en alcanzar el
equilibrio de los medios plásticos mediante una renuncia explícita a la simetría clásica y
mediante el empleo de los contrastes y las disonancias de color:
“La multiplicidad de los contrastes produce enormes tensiones que, suprimiéndose
recíprocamente, crean un equilibrio y un descanso. Este equilibrio de las tensiones forma la
quintaesencia de la nueva unidad arquitectónica” (Zevi, 1960).
Por último, el constructivismo fue el resultado de artistas cubo-futuristas sumando su
abstracción a las preocupaciones sociales, con la esperanza de utilizar el arte como una
plataforma para motivar cambios en la sociedad. Como característica sobre saliente, este
estilo se basa en las líneas y las formas geométricas. Además, entre uno de los símbolos del
vanguardismo arquitectónico se puede destacar el proyecto de Vladimir Tatlin de la III
Internacional Comunista. En este, Tatlin, como otros, aprovecha los nuevos materiales de los
últimos tiempos, el hierro, el cemento y el concreto armado.
La importancia de estos estilos y de este movimiento vanguardista arquitectónico radica
en la influencia que este generó al rededor del mundo, y como este inspiró arquitectos que
buscaron llevar las vanguardias a diversas obras representativas que enmarcan esta era.
Como se manifiesta en Arquitectura y Urbanismo del Siglo XX:
Pero la mayor influencia en estos años fue la Exposición de Artes Decorativas de París
de 1925, que dio nombre al estilo art déco, caracterizado por una ornamentación simplificada y
policroma con cierto sentido escenográfico. Su obra emblemática es el rascacielos Chrysler
(1928-1930), en Nueva York, dé William van Alen, cuyo remate destaca en el perfil de
Manhattan por sus formas semicirculares, escalonadas y con motivos triangulares.
Así, desde Países Bajos hasta New York, se implementaron a lo largo del mundo estos
estilos renacientes de la ruptura con lo tradicional y la nueva era moderna, en donde se
anteponía la libertad del arquitecto para desarrollar sus obras sin algún tipo de paradigma
histórico.
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Finalmente, podemos concluir que el principio del siglo XX fue una época excepcional
para la arquitectura. Ya que en esta se produjo una liberación por parte de los artistas a
desarrollar nuevas obras sin verse obligados a replicar el pasado, como resultado, se produjo
una variación de nuevos estilos, las llamadas vanguardias arquitectonicas. Como correlación,
también se dio una marcada influencia alrededor del mundo, lo que incentivó a los artistas a
producir nuevas construcciones que remanecen en la historia de la arquitectura moderna.
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Bibliografía

Benévolo, Leonardo. Historia De La Arquitectura Moderna. Ed. Gustavo Gili. Barcelona, 1974.

pp. 944.

Acosta, María del Rosario (2005). DE LA NOSTALGIA POR LO CLÁSICO AL FIN DE LO

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Filosofía, (31),39-63.[fecha de Consulta 11 de Marzo de 2021]. ISSN: 0121-3628.

Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=3798/379846137003

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Los emblemas de la arquitectura vanguardista. (2021). Extraído el 30 agosto 2021, de

https://masdearte.com/especiales/arquitectura-de-vanguardia-construir-para-una-

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Extraído el 30 agosto 2021, de https://juaserl1.blogs.upv.es/juanserralluch/cuando-color-

en-la-historia-de-la-arquitectura/color-en-la-arquitectura-de-las-

vanguardias/neoplasticismo-thomas-guerrit-rietveld/