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Presentación
Universidad Autónoma de
Santo Domingo
Historia del Arte ll
Maestra: Barbara Suncar Heredia

La vanguardia en la
arquitectura del siglo XX

Elaine Beatriz Ramírez Castro


Matricula: 100534659
Sección: 09
16/12/20
1
Índice
Presentación ----------------------------------------------------- Pag 1
índice -------------------------------------------------------------- Pag 2
Introducción ----------------------------------------------------- Pag 3
¿Qué es vanguardia? ------------------------------------------ Pag 4
Vanguardia en la arquitectura del siglo XX -------------- Pag 4
Arquitectura racionalista ------------------------------------ Pag 5
Corrientes arquitectónicas ---------------------------------- Pag 5
Los avances de la arquitectura ----------------------------- Pag 6
La arquitectura cubista que no fue ------------------------ Pag 7
La arquitectura futurista -------------------------------------- Pag 8
Escuela de la bauhaus ----------------------------------------- Pag 9
Su legado al arte ------------------------------------------------ Pag 16
El por qué del movimiento ----------------------------------- Pag 17
Un homenaje de siglo XXl a la bauhaus ------------------ Pag 18
Logos con diseño bauhaus ----------------------------------- Pag 19
Conclusión ------------------------------------------------------- Pag 21
Bibliografía ------------------------------------------------------ Pag 22
INTRODUCCI
ÓN
Entre las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX, en casi
todos los países con un cierto grado de desarrollo industrial se puso de
manifiesto un sentido del presente y un ansia de romper con los estilos del
pasado.
Fue un momento agitado y complejo, en el que la búsqueda de lo nuevo
convivía con la permanencia del pasado: rechazo de la máquina y aceptación
de nuevas tecnologías (que exploraban o anticipaban el futuro), agitación
social y anarquismo a la par que consolidación de los valores de la cultura
burguesa, además la crisis arte-sociedad se evidencia siendo la característica
que conlleva la vanguardia.
Se conoce como vanguardias históricas a los estilos artísticos que aparecieron
en la primera mitad del siglo XX. Su propuesta rupturista fue tan radical que
más de un siglo después siguen siendo el paradigma del arte de vanguardia,
dado que en la época se produce en el arte una auténtica revolución de las
artes plástica.
En este trabajo conoceremos más a fondo las vanguardias en el siglo XX,
espero que lo disfrute.

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¿Qué es vanguardia?
El término vanguardia ha sido uno de los más utilizados para el desarrollo
del arte en el siglo XX, sea para definir posturas ante el arte y su papel en
la sociedad, sea para ordenar el estudio de la historia del mismo siglo.
Convirtiéndose así en un fenómeno nuevo respecto a otros periodos de la
historia, importante para comprender el arte de nuestra época, y solo en
ésta aparecen expresiones como: Vanguardia en la arquitectura,
vanguardia en la música, vanguardia en el cine, vanguardia en las artes
plásticas, etc.

La vanguardia en la arquitectura en el
siglo XX más emblemáticas del siglo XX en numerosas
Las construcciones
ciudades occidentales proceden de las aportaciones del modernismo y
de las vanguardias de finales del XIX. Sin embargo, los movimientos más
significativos de la centuria se relacionan con las corrientes racionalistas
y funcionalistas del llamado Estilo Internacional y con la intuición de
arquitectos geniales, como Frank Lloyd Wright o Le Corbusier.
Entre los llamados movimientos de vanguardia se diferenciaron
numerosas corrientes, todas ellas unificadas por el deseo de
experimentación:

La arquitectura futurista, dentro de la cual destacó el italiano


Antonio, que se interesó por el maquinismo y la proyección de
ciudades ideales, con profusión de formas aerodinámicas.
El expresionismo arquitectónico aunó la búsqueda de la fluidez
aerodinámica con la solidez plástica. En esta corriente se
inscribieron Bruno Taut, Hans Poelzing y Eric Mendelsohn,
creador de la singular torre de Einstein, en Potsdam.
El neoplasticismo holandés y el constructivismo ruso,
desarrollados especialmente en la pintura, señalaron también
directrices arquitectónicas basadas en la rigidez de las formas
geométricas.

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La arquitectura racionalista
La contraposición al predominio de lo intuitivo de los organicistas es el
modelo rígidamente deductivo y basado en planes minuciosamente
estudiados de los racionalistas.
Entre los precursores del racionalismo arquitectónico sobresalen el
francés Auguste Perret, autor de una casa en la calle Franklin que
inspiraría posteriormente a otros creadores a la hora de aportar
soluciones en espacios reducidos, y el austríaco Adolf Loos, cuyas
edificaciones se caracterizaron por la preferencia por las formas cúbicas
y la ausencia de decoración.

Corrientes arquitectónicas de la segunda mitad del siglo

Entre los estilos más significativos de la arquitectura del siglo XX cabe


citar los siguientes:

El integracionismo: propugna la El postmodernismo: originado a


fusión de tendencias de partir de los años setenta,
vanguardia con elementos propugna la heterodoxia y la
tradicionales, destacando en este ruptura con los postulados
sentido la obra del finlandés Alvar asentados de la arquitectura
Aalto (1898- 1976), que moderna. En esta corriente
incorporaba algunos caracteres destaca la obra del
organicistas y otros extraídos de estadounidense Robert Venturi
las construcciones tradicionales (n. en 1925).
nórdicas.

El brutalismo: se identifica con las El nuevo brutalismo:


apuestas racionalistas más esencialmente británico y
radicales, con materiales en japonés, fue una evolución del
bruto a la vista del observador, estilo creado por Le Corbusier y
como el proyecto de la ciudad contó con figuras de relieve
india de Chandigarh, de Le como Kenzo Tange (n. en 1913).
Corbusier.
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Los avances formales y técnicos de la arquitectura del s. XX son, pese a las revoluciones
materiales de este siglo, indisociables de los progresos efectuados en los dos anteriores.
Desde la Revolución Industrial se venían produciendo numerosas mejoras técnicas: se
mantenía el uso del ladrillo, la piedra o la madera, pero estos materiales tradicionales
comenzaron a ser utilizados de forma más personal y libre por los arquitectos.
A ellos se unieron otros nuevos: el hierro, el cristal, el hormigón, el zinc o el acero, cuya
distribución y empleo obedecía también a principios novedosos. La maquinaria que
aplicaba tecnologías de reciente aparición permitía que estos nuevos materiales
resistiesen mejor, aparecieron además escuelas especializadas en arquitectura
contemporánea y el aumento de la población y de los movimientos migratorios ocasionó
el surgimiento de nuevas ciudades, con la consiguiente construcción de nuevos edificios
públicos y privados e infraestructuras.
Esos avances técnicos y esos nuevos materiales permitirían que entraran con fuerza en
acción los ingenieros a la hora de plantear cualquier obra. En definitiva, podemos
considerar como factores esenciales en el desarrollo de la arquitectura del siglo XX los
progresos científicos, los académicos y la irrupción de los nuevos materiales, aunque
todos ellos se dejaran esbozar en tiempos pasados: en el s. XIX habían aparecido nuevos
instrumentos para proyectar y, desde finales del XVIII, el sistema métrico decimal
permitía mejorar las comunicaciones; en esa misma época perdieron peso las Academias
de arquitectura, escultura y pintura en favor de las Escuelas de Bellas Artes y las
Politécnicas y los nuevos materiales, fundamentalmente el hierro y el cristal, también se
habían empleado con anterioridad, pero en el siglo XX se hicieron más habituales.
Como el arte de vanguardia en general, la arquitectura de comienzos del s. XX buscó
posicionarse contra lo establecido, dar primacía a la creatividad y la experimentación.
Los arquitectos e ingenieros de entonces aspiraron a dar forma a una arquitectura
moderna universal que transformara las convenciones anteriores, lo que les generó,
sobre todo en el caso de los futuristas, impopularidad: la temida incomprensión del
público.
En arquitectura, los primeros movimientos de vanguardia destacaron por su
componente visionario (en relación con el futurismo y el expresionismo), su rechazo a la
decoración, tal y como había defendido Adolf Loos, y su maquinismo ingenieril a veces
utópico: la primera arquitectura vanguardista a veces puso más empeño en la gestación
de proyectos soñados, dibujados sobre el papel, que en la materialización de los
prácticos.
Podemos considerar que el primer país donde se dejó notar la vanguardia arquitectónica
fue Italia, por el peso allí del movimiento futurista. Centroeuropa le seguiría los pasos.
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LA ARQUITECTURA CUBISTA QUE NO
FUE
Cubismo y futurismo contribuyeron a generar espejismos entre lo que se pintaba y
lo que podía construirse, aunque el cubismo fue aún más utópico que el
movimiento de raíz italiana, porque solo pudo manifestarse en pinturas y
esculturas, nunca en arquitecturas o planes urbanísticos. No obstante, hacia 1911
los intelectuales checos conocedores de la arquitectura de Otto Wagner y de la
pintura cubista parisina debatían y ensayaban en Praga los posibles nexos entre los
objetos que se componían y descomponían de Braque y Picasso y las relaciones
espaciales, fijándose también en Delaunay.
Algunos arquitectos desarrollaron edificios con cierta influencia cubista y también
del gótico tardío, en este último caso presente sobre todo en cerramientos
abovedados que permitían estructuras casi abstractas. También se inspiraron en el
sentido decorativo del Art Nouveau.

Los almacenes de la Virgen Negra de Josef Gočár


(1911-1912) destacan por su fachada, interrumpida
por acristalamientos en sus tres pisos. Juega con
formas prismáticas, generando luces y sombras
visibles en la calle, sobre todo cuando caen los rayos
del sol, dando lugar a efectos ópticos de
descomposición. También se acristalaron su
buhardilla y su puerta de entrada, cuyas columnas
presentan capiteles de esquema prismático. El edificio
se construyó en hormigón y prescindiendo de
decoración.

Los Apartamentos Hodek de Josef Chochol


(1913-1914) se modelan a través de cubos y
prismas, enteramente mediante líneas
horizontales y verticales. Sus ventanas son
también hexagonales y la cornisa, dentada, se
remata con formas de diamantes que introducen
la impresión de dinamismo. En el interior, las
habitaciones poligonales también nos hablan de
la huella cubista.

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Entretanto, en 1914 se había publicado el Manifiesto de la arquitectura
futurista, firmado por Marinetti y el visionario Antonio Sant’Elia, que
anticipaba los principios de la arquitectura radical de vanguardia de los
años veinte y treinta.
Su texto contenía ideas novedosas sobre el nuevo arquitecto-ingeniero y
los avances mecánicos recientes y sobre una arquitectura sin decoración.
También especificaban que las construcciones contemporáneas no debían
inspirarse en la naturaleza, sino en la mecánica.
Exaltaban los nuevos materiales, sobre todo el hormigón y el acero;
criticaban a los arquitectos que no eran conscientes, según su punto de
vista, de las necesidades urbanas del recién nacido siglo XX y ensalzaron la
rapidez de las comunicaciones y las ventajas del transporte colectivo.
Para Marinetti y Sant’Elia, quienes, en los años diez, no desarrollaban una
arquitectura futurista, sino que miraban a Vitrubio, Vignola o Palladio
concebían prisiones de la inteligencia. Dijeron: No somos hombres de
catedrales ni palacios, sino de grandes hoteles, grandes estaciones de
ferrocarril y carreteras inmensas.
La casa futurista no tenía escalera, sino ascensores; y su origen se
encuentra en los rascacielos americanos, esas serpientes de hierro y cristal
con vistas al exterior. Según los adalides de la arquitectura futurista, las
calles de la ciudad tenían que encontrarse a distintos niveles de altura y
contar con electricidad.
En 1914 presentó en Milán La città nuova, que no llegó a construirse. En
su propuesta no aparecían maquetas ni planos, sino tipologías de edificios
transitorios y fugaces, puro reflejo de la vida moderna.
Creía Sant’Elia que la arquitectura tenía que ser generacional: cada
hornada social tenía que alumbrar desde cero su arquitectura,
destruyendo lo tradicional y teniendo en cuenta los nuevos materiales y
tecnologías. No tuvo pelos en la lengua a la hora de defender la
destrucción de edificios solemnes clásicos, teatrales y decorativos para
construir los futuristas.
Dos eran las tipologías que desarrolló: los edificios basados en astilleros
navales, enormes y grandilocuentes, que favorecían el movimiento; y los
basados en centrales eléctricas. En los dos casos incorporaba novedades

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técnicas y distintos niveles en altura para la circulación de coches, trenes y
aviones.
Los proyectos de Sant’Elia murieron con él, en 1916. Remiten
inevitablemente a su formación como ingeniero, a la influencia de la
arquitectura utópica decimonónica y al Viaje a Icaria de Cabet, novela
publicada en 1840 que ya abordaba la importancia del tráfico y su
canalización.
El otro gran arquitecto futurista, junto a Sant’Elia, fue Mario Chiattone.
Sus proyectos se caracterizan por el dominio severo de la geometría y las
líneas rectas; las suyas son composiciones monumentales con influencias
de los rascacielos y el metro de Nueva York. En 1919 se alejó del
movimiento: el proyecto Prampolini se acerca más a la arquitectura
expresionista centroeuropea.

Escuela de la Bauhaus
Fue la escuela de arquitectura, diseño, artesanía y
arte fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar
(Alemania) y cerrada por las autoridades prusianas
en manos del Partido Nazi.
Institución creada a partir de la Escuela de Artes y
Oficios de Weimar, fundada por Henri van de Velde.
Fue Walter Gropius quien cambió el nombre del
centro y lo trasladó a Dessau, donde se desarrollaría
el periodo más fecundo de los arquitectos y pintores
racionalistas que allí trabajaban. Junto a artistas
como Theo van Doesburg, Wassily Kandinsky o Paul
Klee, en la Bauhaus proyectaron sus creaciones Le Corbusier, capilla de Nuestra Señora
de Ronchamp, (Francia).
arquitectos como Hannes Meyer y Ludwig Mies van
der Rohe, quien ejercería una notable influencia en
posteriores generaciones de arquitectos.

En consonancia con los principios del racionalismo creó su obra otro de los grandes
arquitectos del siglo, el suizo Charles-Édouard Jeanneret, conocido como Le Corbusier. Gran
difusor de las ideas racionalistas a través de sus libros gustaba de abordar extensos proyectos
urbanísticos, como el de la Ciudad Radiante, o constructivos, como el de la Unidad de
Habitación, de Marsella. 9
Uno de los principios establecidos por la Bauhaus desde su fundación es
"La forma sigue a la función"
El edificio de la Bauhaus de Dessau de Walter Gropius es el más
emblemático de entre sus escuelas. Se despliega en varios volúmenes,
independientes entre ellos, y diseñados según la función para la que
fueron concebidos. Tiene una configuración relacionada con las
condiciones de la zona donde se ubica: limita con una calle, atraviesa otra
perpendicular a la primera y dos de sus alas contornean un cercano campo
deportivo, y se abre al ritmo de la vida urbana con sus grandes fachadas
de luminosas cristaleras. Este proyecto es considerado como la obra
maestra del racionalismo europeo.
Tel Aviv es la ciudad con más arquitectura Bauhaus. Hay más edificios
construidos al estilo Bauhaus que en cualquier otro lugar del mundo,
incluyendo cualquier ciudad de Alemania. El estilo fue llevado en los 30
por arquitectos europeos, mayormente alemanes y rusos, de la escuela
Bauhaus que huían del régimen nazi. Desde 2003, "La Ciudad Blanca" es
considerada Patrimonio de la Humanidad, y son más de 4000 los edificios
de estilo Bauhaus y estilo internacional contabilizados y sujetos a distintos
planes de restauración y preservación.
Sólo hicieron falta unos años (de 1919 a 1933) para que la Bauhaus
(nombre derivado de la unión de las palabras en alemán “Bau”:
construcción y “Haus”: casa) superara la función de cualquier centro de
enseñanza y se convirtiera no sólo en la primera escuela de diseño del s.
XX sino en todo un movimiento artístico que se convirtió en todo un
referente internacional de la arquitectura, el arte y el diseño.
Al igual que otros movimientos pertenecientes a la vanguardia artística,
los procesos políticos y sociales tuvieron gran influencia. Con el final de la
primera guerra Mundial comenzaron a surgir movimientos revolucionarios
que aspiraban provocar una renovación radical de la cultura y la sociedad
que con la necesidad de encontrar nuevos caminos en cuanto a diseño y
composición.
El objetivo de la escuela, encabezado por Gropius, era reformar la
enseñanza de las artes para lograr una transformación de la sociedad
burguesa. Su contenido crítico y compromiso de izquierda causarían su
cierre en 1933.
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Para Gropius la base del arte estaba en la artesanía: los artistas tenían que
volver al trabajo manual.
Con ella se trataba de unir todas las artes estableciendo así una nueva
estética que abarcaría todos los ámbitos de la vida cotidiana, “desde la
silla en la que usted se sienta hasta la página que está leyendo” (Heinrich
von Eckardt).
Por primera vez, el diseño industrial y gráfico fueron considerados como
profesiones ya que se establecieron las bases normativas y los
fundamentos académicos tal y como los conocemos en la actualidad
(antes de la Bauhaus estas dos profesiones no existían del modo en que
fueron concebidas dentro de esta escuela).
Uno de los principios establecidos desde su fundación fue «la forma sigue
a la función «, por lo que en arquitectura los diferentes espacios eran
diseñados con formas geométricas según la función para la que fueron
concebidos.
La Bauhaus es sinónimo de modernidad, de colores primarios, nuevas
concepciones del espacio y de la forma e integración de las artes.
La escuela tuvo su sede en tres ciudades: Weimar, Dessau y Berlín en las
que se distinguen tres etapas:
La primera etapa en Weimar abarca desde la fundación de la escuela en
1919 hasta 1923.
Desde el momento de su apertura se establecieron los objetivos de la
escuela recogidos en el manifiesto de la Bauhaus: “La recuperación de los
métodos artesanales en la actividad constructiva, elevar la potencia
artesana al mismo nivel que las Bellas Artes e intentar comercializar los
productos que, integrados en la producción industrial, se convertirían en
objetos de consumo asequibles para el gran público”.
Con la idea del arte como respuesta a las necesidades de la sociedad se
pretendía eliminar las diferencias entre artistas y artesanos además de
intentar vender sus propios productos realizados en la escuela para dejar
de depender del Estado (que hasta ese momento era quien los
subsidiaba).

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En 1923 el gobierno exigió a la escuela
muestras de lo que estaban trabajando por
lo que se realizó la Primera Exposición de la
Bauhaus.
Durante seis meses, los alumnos trabajaban
en los distintos talleres. Así, bajo la
metodología de “aprender trabajando”, se
formaban en las distintas áreas para
descubrir sus preferencias y orientarse para
su posterior formación: trabajaban con
piedra, madera, metal, barro, tejidos, vidrio,
colorantes y tejidos mientras se le enseñaba
dibujo y modelado. Aprendían las pautas Póster para la exposición de la
Bauhaus, Joost Schmidt, 1923.
básicas de diferentes oficios y el trabajo con
materiales nuevos para la elaboración de
edificios y todo tipo de objetos.
En este tiempo realizaban también un curso obligatorio “vorkurs”,
conocido posteriormente como “Método Bauhaus”, creado por el
arquitecto Johannes Itten, donde se investigaba los principales
componentes visuales en textura, color, forma, contorno y materiales.
De esta forma, al salir de la escuela, salían con una formación completa:
dibujo, modelado, fotografía, diseño de muebles, escenificación, danza,
tipografía…
Se utilizan las formas geométricas básicas (el círculo, el cuadrado y el
triángulo) junto con los tres colores primarios como base, aunque los
colores principales fueron negro, blanco y rojo.

Cuna. Peter Keler, 1922

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La segunda etapa abarca de 1923 hasta 1925.
A partir de 1923, la Bauhaus llevó a cabo un cambio de dirección con la
incorporación como profesor de László Moholy-Nagy, que supuso la
introducción de las ideas del Constructivismo Ruso y el Neoplasticismo
(movimiento artístico iniciado en Holanda con el ideal de llegar a la
esencia del arte eliminando lo superfluo).
Se abogaba por un arte comunal, basado en la idea y no en la inspiración.
De esta época datan los escritos teóricos más influyentes de la Bauhaus
como los realizados por Kandisky y Klee.
Aunque la metodología estaba basada en una “investigación de la esencia”
y un “análisis de la función”, la influencia de la estética creada por la
Bauhaus fue minoritaria y hubo que esperar a los años sesenta para que
estas ideas se popularizaran comercialmente.
En esta época Herbert Bayer, que estudió en la
escuela durante 4 años, fue el publicista más
destacado de la Bauhaus y Gropius lo nombró
director de impresión y publicidad. En 1925,
siguiendo el principio de eliminar lo superfluo y
dejar lo esencial, diseñó un estilo tipográfico en
donde eliminó las mayúsculas y las serifas,
creando una fuente geométrica, universal, cuya
versión digital recibe el nombre Architype Bayer.
Con estos principios se estableció un nuevo estilo
tipográfico y los fundamentos de la Nueva
Tipografía.
La tercera etapa transcurre desde 1925 hasta el cierre de la escuela en
1933.
La gran depresión desencadenó la necesidad del cambio de sede de la
escuela en Dessau en 1925, una ciudad industrial ansiosa por potenciar su
oferta cultural.
En esta nueva sede, la escuela se instala en el edificio más emblemático de
la Bauhaus diseñado por Walter Gropius: La Escuela Bauhaus (1925-1926),
de planta asimétrica, con pabellones a diferentes alturas y predominio de
ventanas horizontales (característico de la arquitectura racionalista).

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En esta época se llevaron a cabo grandes fiestas (generalmente temáticas:
fiesta blanca, fiesta del metal…) en cuya organización y diseño se
trabajaba durante semanas con el objetivo de fomentar el trabajo en
equipo y promover la relación entre la Bauhaus y los ciudadanos, ya que la
escuela estaba considerada como socialista y contaba con más de un
enemigo.
En 1925, debido a las continuas presiones del gobierno, Moholy-Nagy
abandona la escuela y dos años después, Walter Gropius deja la dirección
a manos del suizo Hannes Meyer.
Junto con Gropius, varios profesores abandonaron la escuela y en 1930 la
dirección pasó a cargo de Ludwing Miës Van Der Rohe.
Con la llegada de los nazis a Dessau en 1932 vino el cese de la ayuda
financiera a la institución por parte del gobierno y la escuela se trasladó a
Berlín hasta que fue ordenada su clausura el 11 de abril de 1933 por las
autoridades alemanas nazis para eliminar cualquier rastro de
“cosmopolitismo judío” y de arte “decadente y bolchevique”.
La obra de la Bauhaus en Weimar y en Dessau fue nombrada Patrimonio
de la Humanidad por la Unesco en 1996.
Tanto Miës van der Rohe como los profesores y alumnos que fueron
perseguidos por el régimen huyeron del país y se instalaron en Estados
Unidos donde siguieron con sus ideales y donde László Moholy-Nagy
estableció La Nueva Bauhaus: el Instituto de Diseño de Chicago.
La escuela de oficios y diseño Bauhaus, o Staatliche Bauhaus, es uno de los
hitos del arte moderno. Tocó las distintas áreas artísticas, aunque fue en la
arquitectura donde más influyó. Las bellas artes y la artesanía tenían el
mismo valor dentro de la producción industrial. Su significado es “Casa de
la construcción” y de ahí salieron algunas de las ideas y propuestas más
interesantes de principios del siglo XX.
No sólo fue una escuela, también se convirtió en todo un movimiento
artístico. Fue definida como “el edificio del futuro”. La razón, con ella se
trataba de unir todas las artes y ha influido en todas las vanguardias
europeas.
En la Bauhaus nacieron las bases normativas y los fundamentos
académicos del diseño industrial y el diseño gráfico tal y como los

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conocemos. Los profesionalizó, pero además lo hizo aportando un estilo
propio presente en todos los objetos usados en el día a día.
Bauhaus fue un referente mundial y aún lo sigue siendo. En ella
convergieron todas las propuestas racionalistas, desde el neoplasticismo
al constructivismo para fundirse en una metodología del diseño y el
proyecto arquitectónico. Y es que los diseños que salieron de la Bauhaus
aún siguen siendo deseados. Pero la arquitectura fue el campo en el que
más influyó. Uno de los principios era “la forma sigue a la función”. Las
formas de los edificios era geométricas que estaban inspiradas en el arte
grecolatino y del renacentista.
«La meta final de toda actividad artística es la construcción… Creemos
juntos la nueva construcción del futuro, que será todo un conjunto,
Arquitectura, Escultura y Pintura».
El edificio de la Bauhaus en Dessau está considerado como el mayor
trabajo de Gropius, la obra más emblemática del racionalismo europeo e
icono de la famosa escuela. El edificio se despliega en varios volúmenes, lo
que le aporta dinamismo, y se hizo adaptado a las condiciones de su
ubicación. Está hecho de acero y cristal y de los talleres del centro salieron
los muebles y las lámparas de la escuela y de la residencia.

La Bauhaus tenía que ofrecer más que una especialización académica para
cumplir con sus propósitos. Necesitaba nuevos métodos de enseñanza y
para Gropius la base del arte estaba en la artesanía. Estaba convencido de
que los artistas tenían que volver al trabajo manual. Por tanto, las clases
las impartían artistas y artesanos. Los profesores procedían de distintas
ramas artísticas. Entre ellos han desfilado Kandisnky, Itten, Muche, Marcks
o Klee.

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El objetivo era borrar la distinción entre las bellas artes y las artes
aplicadas. Con esta escuela, Gropius agrupaba el compromiso político, la
pedagogía moderna y la producción industrial. Las ideas socialistas de su
fundador se relacionaban con las intenciones de la escuela: reformar la
enseñanza de las artes para lograr un cambio en la sociedad burguesa.
Gropius quería estabilizar y reforzar la escuela Bauhaus impulsado por el
periodo revolucionario que vivía Alemania tras la guerra.

Su legado al arte Audaz por

naturaleza, revolucionario por su influencia, el movimiento de diseño de la


Bauhaus alteró el curso del arte y la arquitectura en el mundo occidental.
Iniciado en 1919 por el arquitecto Walter Gropius en Weimar, Alemania,
con la escuela de diseño, arquitectura y artes aplicadas Staatliches
Bauhaus, el movimiento representó una nueva manera dinámica de
entender la relación entre las bellas artes y la industria.
En la escuela, conocida simplemente como ‘Bauhaus’, la creatividad y la
producción se hacían una con el objetivo de imaginar un nuevo paradigma
para crear arte y objetos. Este enfoque se centraba en una estética limpia,
funcional y mínima, que destacaba por su reconfortante pureza y su
incomparable elegancia.
Con su nacimiento, se desterraron las concepciones que hasta entonces
situaban al diseño por encima de la carpintería o a la arquitectura por
encima de la pintura y se abrazó la igualdad de todas las disciplinas. Fue a
través de esta convergencia, que Gropius lograría elevar los objetos
cotidianos a la categoría de diseño.
Esta fusión fue posible gracias a la unión de dos escuelas existentes (la
Academia de Arte de Weimar y la Escuela de Artes y Oficios de Weimar)
en una sola entidad. el movimiento alcanzaría su cenit en la segunda
mitad de los años 20.
En este centro de enseñanza único, los alumnos no recibían las clases
sentados, sino que atendían a los conocidos como ‘Werkstätten’, en los
que los jóvenes talentos aprendían practicando, desde cerámica a
tipografía, animándolos así a ver el mundo con otros ojos. 16
Este movimiento progresista no estuvo exento de críticas. En las
elecciones locales de 1925, los conservadores entraron al poder, poniendo
fin a las subvenciones de la escuela. Gropius decidió entonces llevarse sus
ideas a Dessau, donde se encargó el edificio de la Bauhaus. En ese
momento, la escuela entró en una nueva fase de creatividad, innovación e
influencia. El edificio en sí era una oda al ingenio sin precedentes. Dejando
a un lado la simetría, era preciso rodear la escuela para entender su
carácter tridimensional y cada uno de sus tres componentes: un ala de
cuatro plantas para los talleres, un ala con aulas y, enlazando estos dos
elementos, un bloque con fines administrativos. En estas nuevas
instalaciones, Gropius reunió a célebres artistas y artesanos. Josef Albers,
Anni Albers, Marianne Brandt, Marcel Breuer, Wassily Kandinsky, Paul
Klee, Laszlo Moholy-Nagy y Oskar Schlemmer formaron parte de la
facultad como del alumnado, a veces incluso ambas a la vez. Ludwig Mies
van der Rohe, otro de los pioneros del diseño contemporáneo, fue el
encargado de suceder a Gropius como director de la escuela Bauhaus
desde 1930 a 1933, año en el que se produciría su cierre definitivo.

EL POR QUÉ DEL MOVIMIENTO


Para entender el carácter rompedor de la Bauhaus –y por qué sigue
trasgrediendo normas y dando forma a nuestro mundo visual hoy en día–,
hay que remitirse a las circunstancias sociales en las que surgió.
En el momento de su concepción por parte de Gropius, existía un
sentimiento emergente de que la producción manual había perdido su
esencia. Apartada de la inspiración y la visión de las bellas artes y el
diseño, se había segregado en una producción industrial en serie de
objetos en una moda robótica que carecía de pasión y disfrute.
Como tal, la reunificación del arte y los oficios fue recibida como antídoto,
poniendo el contrapunto a los diseños excesivamente ornamentados de la
época.
Pese a que la escuela estuvo abierta durante un breve período de tiempo,
su legado continúa reverberando en el mundo del diseño. La Prairie se
inspira en la Bauhaus, otorgándole a sus envases la estética limpia y
geométrica del movimiento, visible en las líneas minimalistas del frasco de
Skin Caviar o el elegante diseño en plata del estuche La Prairie. Es sobre
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todo la dedicación de la Bauhaus a la excelencia, su búsqueda de
innovación y su deseo por romper normas lo que sigue inspirando hoy en
día a La Prairie.

Un Homenaje del siglo XXI a la


Bauhaus
En una magnífica iniciativa en conmemoración de los 100 años de la
influyente escuela de arte un grupo de diseñadores internacionales ha
rediseñado logos famosos al estilo de la escuela de Bauhaus. A los logos
de Apple, Adidas, Burger King, BBC y Netflix se les ha dado un tratamiento
Bauhaus en un concurso organizado por 99designs. Se instó a la
comunidad de diseñadores gráficos a que rehicieran los logos basándose
en el enfoque Bauhaus. Todos recordaron el famoso lema: “la forma sigue
a la función”. En otras palabras, en el diseño una forma debe siempre
aplicarse por su función, en vez de por su atractivo estético. En la mítica
escuela de Weimar la utilidad iba primero y se evitaban los ornamentos
excesivos.
El legado de la Bauhaus ha tenido un alcance difícilmente cuantificable,
desde Jonathan Barnbrook y Margaret Howell hasta artistas como Kanye
West.
En palabras de Patrick Llewellyn, CEO de 99designs, «Cuando comenzó el
movimiento Bauhaus, el mundo estaba al filo de un cambio tecnológico a
gran escala. Si bien a muchos artistas les preocupaba que la adopción
generalizada de electricidad y la producción en masa fuera el fin del arte
como lo conocíamos, la escuela Bauhaus se inspiró en el cambio y el
progreso que vieron a su alrededor. Resulta tentador trazar un paralelismo
con el momento actual, en que la gente desconfía de la automatización y
la inteligencia artificial. Pero es inspirador ver cómo la tecnología puede
unir a una comunidad global de talento creativo y demostrar cómo los
principios eternos del diseño Bauhaus aún perduran en la actualidad «.

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LOGOS CON DISEÑO BAUHAUS

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CONCLUSIÓN
Las vanguardias artísticas de principios del siglo XX lograron abrir
las fronteras del arte, en un momento de miras estrechas y de un
arte rancio e inmovilista. Eso favoreció la expresividad de los
artistas, lo multidisciplinar. Nada suponía un límite para una obra
de arte si el artista así lo sentía, siendo una época de
experimentación y de nuevas técnicas artísticas.
Los críticos e historiadores de Arte piensan que es hoy una época
de vuelta a la calma, de asimilar el siglo XX y estabilizarse. Tras
experimentar con soluciones nuevas, las formas de expresión
tradicionales (pintura, escultura, arquitectura, fotografía)
vuelven a coger fuerza sin que ello desprecie el abanico de
posibilidades que ofreció el pasado siglo.

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BIBLIOGRAFÍ
BIBLIOGRAFÍA
Historia Universal del Arte- Arte S. XX - VV- IX, Editorial Planeta, 1994 –

A
Dirigida José Milicua.
Artículos varios, Wikipedia enciclopedia virtual.
https://www.hiru.eus/es/arte/la-arquitectura-del-siglo-xx
https://masdearte.com/especiales/arquitectura-de-vanguardia-construir-
para-una-generacion/
https://moovemag.com/2013/02/bauhaus-la-escuela-del-arte-del-diseno-
y-la-arquitectura-del-siglo-xx/
Natalia Alcalá http://www.cultier.es/bauhaus-la-primera-escuela-de-
diseno-del-siglo-xx/
El Legado de la Escuela Bauhaus. Publicado por Lorena García
ESTILO DE VIDA. Bauhaus, legado que no muere. 13-09-2009, 5:00:00 PM
Por: Alto Nivel

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