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Identificación

Nombre: Karla.

Edad: 22 años.

Antecedentes Familiares

Mediante la recopilación de la ficha clínica de la paciente, es posible referir que durante la infancia
temprana fue abandonada física y emocionalmente por parte del núcleo familiar de origen, por lo que
sus tíos la adoptaron informalmente, los cuales en términos laborales se dedican al mundo del circo
intinerante. Asimismo, se explicita en dicha ficha clínica la presencia de factores de riesgo psicosociales
durante la infancia temprana e inicio de la adolescencia media (9 - 14 años) tales como: maltrato
infantil, violencia intrafamiliar (VIF) y sospecha de abuso sexual. Consecuentemente, la px’ refiere
posterior a dichos eventos que comienza a vivir en la calle (indigencia), a partir de los 17 años.
Posteriormente, a partir de los 19 años comienza a convivir en una casa “okupa” con amigos,
desempeñándose como vendedora ambulante de diversos productos. Por último, la px’ aparentemente
no mantiene en la actualidad interacción socioafectiva con la familia de origen así como la familia
adoptiva informal.

Análogamente, a partir de los 20 años (adultez joven), la px’ refiere haber conocido a su actual pareja
sexoafectiva, José (22 años) quienes entablan una relación de pareja raudamente, lo que se traduce en
que comienzan a convivir juntos con la familia de origen éste último. De esta manera, alrededor de 9 a
10 meses hasta la fecha, el núcleo familiar se constituye además, por ambos cuñados, hermanos,
suegros. Al respecto, la px’ refiere que: “mantiene una buena relación familiar”. Por otro lado, en lo que
refiere la relación sexoafectiva entre la px’ y José, a partir de un año aproximadamente, estos refieren
que son una pareja : “estable y positiva”, quienes entre 15 a 18 semanas de gestación del embarazo de
la px’, se aprecia por parte del holón parental y filial receptividad, aceptación e integración del
embarazo, traducido en que han comprado vestimenta y adaptado el lugar habitacional para la llegada
del neonato a la vida extrauterina. Entonces, en función de lo anteriormente descrito es posible
identificar como factor protector psicosocial la presencia de soporte social tanto como para la
psicopatología de la px’ así como el cambio del ciclo vital familiar con la llegada a futuro del neonato,
principalmente por parte de la pareja sexoafectiva y la familia de origen de este último.

Sin embargo, José refiere una constante preocupación por el estado de Karla, particularmente por las
conductas violentas que manifiesta esta última. Al respecto, relata que en ocasiones ha llegado a
agredirlo y atacarlo con objetos cortapunzantes (cuchillos), señalando: “(…) es como si fuera otra
persona… como que me odia (…). Del mismo modo, se ha realizado una visita domiciliaria con las
trabajadoras sociales (no se especifica el objetivo), en la que José relata que los episodios de violencia
han tendido a regularizarse en el tiempo cuando están solos en la habitación, pero que se ha
acrecentado dicha violencia. Así, José relata amenazas directas de muerte e incluso un par de episodios
mientras duermen o tienen relaciones sexuales, por parte de Karla. Aunque en la observación clínica se
aprecia que ambos mantienen conductas de contacto afectivo, tales como tomarse de la mano y besos,
por ende, sugiere que dichas conductas violentas están fuera del locus de control interno de la px’, fuera
de la voluntaridad para autoregular su conducta al medio así como, denota que en dichos contextos en
el que concurren los episodios de desregulación afectiva en el medio, no son producto de la pauta
interaccional sexoafectiva, sino de las experiencias traumáticas y sistemáticas padecidas por parte de la
px’ durante la infancia temprana y adolescencia tardía.

Antecedentes Laborales y Habitacional

Actualmente, la px’ refiere desempeñarse como vendedora en la feria (no se explicita el tipo de rubro)
por turnos (no se especifica qué días y horarios). Por su parte, su pareja sexoafectiva se desempeña
como mesero en un local de venta de Sushi (no se especifica comuna). Ahora bien, en lo que refiere las
condiciones habitacionales del actual núcleo familiar, la px’ refiere convivir en “un entrepiso” de la casa
familiar de José. Asimismo, mediante la visita domiciliaria se aprecia en general una habitación
ordenada, construida de material liviano e inestable, lo cual se traduce en que a medida que los
cualificados caminan, esta se balancea. Al respecto, es posible inferir que la condición socioeconómica
es baja-media, debido a los trabajos informales constantes y reitativos dentro de la historia laboral de la
px’ así como, las condiciones del capital socioeconómico brindado por su familia ascendente además de,
la calidad del material del lugar de residencia, complementa dicha inferencia.

Antecedentes Escolares

Mediante la recopilación de la ficha clínica, la px’ refiere haber constado de un comportamiento errático
y disruptivo en distintos momentos de su contexto e historia escolar. Al respecto, no se explicita la
manifestación de conductas que ella refiere como: “erráticas y disruptivas”. Por último, la px’ consta de
educación media incompleta (3ero medio).
Exploración Psicopatológica

En primera instancia, en lo que refiere el aspecto de la vestimenta de la px’ es posible apreciar por
medio de la observación tanto del medico general así como del psicólogo, ropa estacionaria inadecuada
al contexto, pero con adecuada higiene personal, traducido en ropas ligeras en estación de invierno.
Asimismo, conductualmente se aprecia por parte de la px’ dificultades para el ajuste de la normativa
social, específicamente la proxemia coporal e interaccional, lo cual se traduce en que aparentemente
busca establecer una proxemia íntima u personal en una relación exclusivamente profesional.
Paralelamente, aparentemente se observan resistencias entorno a la abstracción de la historia familiar
de origen, traducido en que la px’ se niega a posicionarse activa y predisponente a facilitar dicha
información en la recopilación de la ananmesis, lo cual se acentúa debido al carácter traumático
sistemático padecido durante su infancia temprana y adolescencia tardía. En suma, es posible inferir la
presencia de la alteración de la psicomotricidad de la px’, esto es, hipersexualidad como producto de las
sospechas sistemáticas abuso sexual durante la infancia temprana y adolescencia tardía, las cuales se
complementan en términos verbales en la ocurrencia y alusión de experiencias sexuales u tópicos en
relación a ello, relatadas por parte de la px’ sin que en el contexto clínico haya propiciado preguntar, lo
cual denota dificultad en el control del pensamiento incoherente al contexto.

En segunda instancia, en lo que refiere el estado cuantitativo de la conciencia, aparentemente la px’


versa entre estados hipervigilantes a estados de despersonalización y desrealización que afectan la
dimensión psicofisiológica, afectiva, memoria e integración yoica. De esta manera, en lo que refiere la
dimensión psicofisiológica-emocional es posible denotar que la px’ cursa son síndrome ansiógeno
patológico, traducida en la constante tensión y preocupación respecto de los episodios amnésicos
lacunares de la memoria, lo cual es producto de la constante hipervigiliancia ante la sensación de
amenaza inminente e inivitable hacia su yo durante episodios de abusos sexuales y maltrato físico
sistemáticos en la infancia. Por su parte, en la dimensión de la autoconciencia de la px’, aparentemente
cursa con depersonalización, traducido en que tras la vivencia de los episodios disociativos de la
identidad existe una escisión con su propio yo, lo que a su vez, comportan una desrealización en la
consciencia con el mundo externo, dado que la integridad yoica pierde el sentido de la realidad
generando que la px’ experimente la sensación de haber “desaparecido” del mundo y como si se
“apagase”. En efecto, dicha despersonalización yoica y desrealización con su entorno, son
concomitantes con la alteración en la memoria cuantitativa denominada amnesia lacunar, por lo que
posterior al episodio disociativo, la px’ es incapaz de recuperar la conciencia y evocar lo susodicho, a lo
que eventualmente probablemente se altera la percepción temporoespacial. Asimismo, se sospecha de
una alteración en la memoria cualitativa denominada amnesia psicógena caracterizada por asumir in
situ al episodio disociativo una identidad que no le es propia (Ortiz), lo que a su vez, durante el continum
de la historia vital se sospecha de un patrón alterado más elaborado en la integración yoica, dado que
cuando se ha percibido en el espejo ha distorsionado tanto su imagen corporal como su identidad,
asumiendo en dichos eventos esta identidad alterna. A raíz de lo anterior, se destaca por un lado, que
los episodios disociativos están fuera de la voluntariedad y locus de control interno de la px’ y por otro
lado, se sospecha de que la pareja sexoafectiva atribuye la identidad alterna de la px’ como de posesión,
es decir, como si la identidad de la px’ hubiese sido reemplazada por Ortiz, mientras que, la px’ al
parecer lo vivencia relativamente como egodistónico, lo que se atribuye a un funcionamiento más bien
border que neurótico en el criterio de realidad (específicamente el sentido) y de que a diferencia de un
TEPT la px’ no experimenta la revivencia traumática en flashback, sino más bien, como la inversión de
roles respecto del agresor, disociando el afecto de la experiencia traumática. En tercera instancia, en lo
que refiere el área afectiva emocional de la px’ se destacan tres aspectos. Primero, la px’ ante la
vivencia disociativa de su identidad cursa con un estado afectivo de irritabilidad, impulsividad y
desregulación conductal a nivel interpersonal, convergiendo con la síndrome ansiógeno descrito
anteriormente. Segundo, se sospecha que la px’ en los episodios lacunares vivencia una reacción
afectiva denominada perplejidad caracterizado por la desfamiliarización y ausencia de reconocimiento
de la pareja sexoafectiva así como de su propio yo, dado que pierde el sentido de realidad y consta de
alteración en la integración yoica. Tercero, posterior a los episodios disociativos la px’ experimenta
cansancio y sueño, por lo que se hipotetiza que tras la revivencia traumática comporta hipereactividad
al medio, transcurriendo el umbral de sus emociones desde un estado de reposo a un estado
excitatorio, dando como resultado un desgaste emocional, cognitivo y físico.

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