Está en la página 1de 72

MANUAL DE ANESTESIA

PARA ENFERMEROS

1
...para los que ayudan a crecer

2
MANUAL DE ANESTESIA
PARA ENFERMEROS

Dra. Evangelina Dávila Cabo de Villa


Lic. Carlos M. Hernández Dávila

La Habana, 2007
3
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
Datos CIP - Editorial Ciencias Médicas
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
Dra. Evangelina Dávila Cabo de Villa y Lic. Carlos M.
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
Hernández Dávila
12345678901234567890123456789
Manual de Anestesia para Enfermeros
12345678901234567890123456789
La Habana: Editorial Ciencias Médicas: 2007
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
XVIII. 72p. Fig. Tablas
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
Incluye un índice general. Incluye 7 capítulos con autores.
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
Incluye bibliografía al final de cada capítulo. Incluye un
12345678901234567890123456789
apéndice al final.
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
ISBN 978-959-212-231-4
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
1
12345678901234567890123456789
WY18
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789
12345678901234567890123456789

Edición: José Ramón Calatayud Jiménez


Corrección: Ana Rosa Pena
Realización: Yisleidy Real Llufrío
Diseño de cubierta: Yisleidy Real Llufrío
Composición y Emplane: Xiomara Segura Suárez

Primera edición: Ediciones Damují, 2004

© Evangelina Dávila Cabo de Villa y Lic. Carlos M. Hernández Dávila, 2007.


© Sobre la presente edición: Editorial Ciencias Médicas, 2007

Editorial Ciencias Médicas


Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas
Calle I # 202 esquina a Línea, El Vedado
Ciudad de La Habana, 10400, Cuba
Correo electrónico: ecimed@infomed.sld.cu
Teléfonos: 832 5338 y 838 3375

4
De los autores

Dra. Evangelina Dávila Cabo de Villa


Especialista II Grado
Anestesiología Reanimación.
Profesora Asistente

Lic. Carlos M. Hernández Dávila


Licenciado en Enfermería
Diplomado en Atención Perioperatoria

5
Nada es perfecto cuando nace.
J. M.

6
Agradecimientos

Queremos presentar nuestro agradecimiento a la


Dirección de nuestro hospital por el apoyo y confian-
za brindado para la realización y terminación de este
trabajo, así como al Consejo Científico que con sus
experiencias y sabidurías, contribuyeron a enrique-
cerlo y destacar la experimentada valoración de la
Lic. Norma Mur Villar que nos sirvió de brújula. Re-
sulta imposible pasar por alto la labor de búsqueda
de información desplegada por trabajadoras del Cen-
tro de Información de Ciencias Médicas, de nuestra
facultad de medicina y la encomiable labor de Isabel
Curbelo Valladares en la Academia de Ciencias. Fue
determinante la labor desarrollada en la redacción y
revisión por José Ramón Calatayud, la Lic. Ana Ma.
Molina, y al Lic. Roberto Berroa. Además a aque-
llos amigos, colegas por alimentar nuestros impulsos
y a mis familiares por la ayuda incondicional mostrada.

7
8
Índice
Prólogo/13
Tema 1 Preoperatorio/ 15
Tema 2 Transoperatorio/ 21
Tema 3 Posoperatorio/ 30
Tema 4 Abordaje de la vía aérea/ 36
Tema 5 Anestesia general/ 49
Tema 6 Anestesia regional: espinal/ 56
Tema 7 Anestesia fuera de quirófano/ 66

Anexo/ 71
Aspectos generales de la práctica de medicamentos/ 71
Preparación de soluciones y concentraciones/ 71
Listado de fármacos de mayor uso en anestesiología/ 72

9
10
PRÓLOGO

La Anestesiología-Reanimación se encuentra entre las especiali-


dades asistenciales integradas por personal calificado, se apoya en la
tecnología que permite la información y detección de dificultades en
la evolución del enfermo, pero exige en gran medida de la observa-
ción y formación de juicios clínicos para la actuación médica inmedia-
ta por la repercusión generalmente definitoria que ejerce en el pronós-
tico del enfermo; de ahí la importancia de contar con un equipo entre-
nado, capaz de contribuir a identificar y actuar frente a determinadas
situaciones que resultan decisivas, en lo que juega un importante rol el
personal de enfermería, que debe incorporar, dentro de su competencia
profesional, las nuevas exigencias de la época contemporánea.
La no disponibilidad de textos actualizados para estos fines en
nuestro arsenal literario, y la perenne necesidad de buscar informa-
ción, en una era en la que ésta se presenta en forma inagotable, nos
hace pensar en la necesidad de encontrar una vía que permita la depu-
ración y la unificación de criterios que se ajusten a nuestro contexto,
estimulen a la formulación de juicios que favorezcan la aplicación y el
desarrollo de los procederes anestésicos. Surge, por tanto, la necesidad
de realizar un manual dirigido al personal auxiliar de enfermería que
labora en Anestesiología, con el objetivo de orientarlos en este trabajo
y dotarlos de un instrumento actualizado y de fácil consulta.

LOS AUTORES

11
Tema 1
PREOPERATORIO

Todo paciente que va a ser operado requiere de un mínimo de prepara-


ción que favorezca los resultados del proceder terapéutico deseado.
Además, debe tenerse en cuenta que tanto la cirugía como la anestesia,
pueden provocar un trauma psíquico lo que obliga a cada paciente a
un proceso de adaptación psicológica. Este proceso puede estar influi-
do por las características personales del enfermo, el nivel de informa-
ción, o de la existencia o no de trastornos psíquicos. Una adaptación
psicológica preoperatoria normal proporciona una buena recupera-
ción posoperatoria.

Entre los requerimientos de esta preparación encontramos:


- Evaluación preoperatoria, la cual se realiza mediante la información
recogida en la historia clínica del enfermo y permite una valoración
integral de su estado, posibles riesgos y beneficios, la selección de
fármacos necesarios para el acto anestésico.
- Identificar problemas y desarrollar intervenciones que favorecerán
los resultados.

Evaluación preoperatoria

1. Recopilación de información proveniente del enfermo y/o acom-


pañante e historia clínica. Revisión de datos registrados por el
anestesiólogo en la consulta previa.

Deben precisarse los siguientes datos:


Nombre del enfermo, edad, peso y talla.
Diagnóstico preoperatorio.
Intervención propuesta.

13
Resultados de anestesias previas.
Medicación anterior.
Reacción alérgica.
Enfermedades concomitantes.
Hábitos: tabaco, café, otros.
Existencia de prótesis.
Examen físico: aparato respiratorio y cardiovascular.
Valoración de abordaje de la vía aérea.
Toma de signos vitales.
Laboratorio:
Rutina: Hemograma: Hb Ht, glicemia.
EKG en > 45 años o con antecedentes de cardiopatías.
Rx tórax en > 50 años o antecedentes de afecciones respiratorias.
Otros exámenes estarán en dependencia del estado del paciente,
característica de la intervención quirúrgica y el proceder anestésico.

Deben destacarse los antecedentes de enfermedades y los resultados


ante algún proceder anestésico previo, los hábitos tóxicos. Aplicar la
valoración de ASA (America Society of Anesthesiologist) por su rela-
ción con los riesgos los cuales se incrementan en proporción directa.

ASA 1 Paciente con estado de salud normal.


ASA 2 Paciente con enfermedades sistémicas controladas. (Ej. Dia-
betes, hipertensión arterial, obesidad, entre otros)
ASA 3 Paciente con enfermedad sistémica severa que lo limita. (Ej.
Antecedentes de infarto del miocardio).
ASA 4 Paciente que presenta una enfermedad que lo incapacita, pre-
senta tratamiento de por vida (Ej. Insuficiencia renal).
ASA 5 Paciente en mal estado, moribundo con una supervivencia que
no supera las 24 horas.

A las operaciones emergentes se le añade la letra E

2. Aceptación por el enfermo de la realización de los procedimien-


tos planteados.
14
3. Cumplimiento de la preparación preoperatoria:
General:
Piel: aseo del paciente.
Aparato digestivo: Colutorios, enemas evacuantes.
Específica:
Revisión del o los sistemas relacionados con el proceder anestési-
co y quirúrgico.
4. Se revisarán y proporcionarán las condiciones para la aplica-
ción del proceder anestésico seleccionado en la consulta médi-
ca de anestesiología.

Fármacos más utilizados en la premedicación:


Secobarbital:
Barbitúrico que se encuentra entre los de acción breve a inter-
media, los efectos duran 2-4 horas. Las dosis orales son de 100
a 200 mg. En el anciano las dosis deben disminuirse.
Diazepam:
Benzodiacepina de acción prolongada, ansiolítico, anticon-
vulsivante. No debe emplearse en el glaucoma de ángulo cerra-
do o agudo.
Dosis: 5-20 mg por vía oral 5-10 mg i.v. lento.
Midazolam:
Benzodiacepina de acción corta, ansiolítico.
Dosis: Sedación 2 mg i.v. en 30 s hasta 1 mg.
Opioides:
Consideramos conveniente el uso de los opioides como
premedicación en aquellos casos en que exista dolor, o cuando
vayan a realizarse procedimientos invasivos previos a la anes-
tesia. No se considera adecuado su uso como sedante. Aumen-
tan la presión de las vías biliares a partir de un aumento del
tono muscular similar al producido sobre todos los músculos
lisos.
Morfina: Analgésico que además provoca depresión respirato-
ria. La dosis eficaz varía entre 8 y 12 mg por vía i.m. La dura-
ción de su efecto oscila entre 4 y 5 horas
Meperidina: Su acción y duración es más corta que la morfina.
Entre sus metabolitos se encuentra la normeperidina, que pue-

15
de acumularse en pacientes con poca función renal y favorecer
la aparición de convulsiones. Dosis entre 50 y 100 mg.
Droperidol:
Es una butirofenona, antidopaminérgico, produce sedación y
acción antiemética; aunque puede provocar reacciones
extrapiramidales. La duración de su acción antiemética es de 2
a 4 horas. Dosis 1 a 3 mg i.v. o 5 mg i.m.
Metoclopramida
Presenta efectos antidopaminérgicos y antiserotininérgicos.
Acelera el tránsito gastrointestinal.
Dosis: 0,1 a 0,3 mg/kg i.v., puede administrarse i.m.
Otros Agentes:
Drogas anticolinérgicas, empleadas para disminuir las
secreciones salivales y digestivas, así como para suprimir refle-
jos vagales, laringoespasmo, broncoespasmo; con la tendencia
a un uso más específico. Entre los agentes de mayor uso se
encuentra la atropina (0,5 a 1 mg i.v.).

PRINCIPALES PROBLEMAS A IDENTIFICAR

Angustia, aflicción que experimen-


ta el paciente ante la nueva situa-
ción que se le presenta

La incertidumbre que le provocará


pensar en los resultados.

INTERVENCIONES
PROPUESTAS

- Mantener al paciente con ropa ligera, sin ataduras, pelo recogido


(gorro): Esto permite mantener al paciente protegido; para ser ex-
plorado con rapidez si fuera necesario.
- Revisar la existencia de prótesis y retirar prendas, su presencia pu-
diera entorpecer la realización de alguna maniobra, o ser vehículo de
agentes patógenos.

16
- Apoyo psicológico, crear ambiente de confort, evitar ruidos, infor-
mar al paciente sobre el personal que le rodea, lo que contribuirá a la
mayor confianza y cooperación del mismo.
- Examen físico, respiratorio y cardiovascular. Toma y registro de ci-
fras tensionales, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, colora-
ción de la piel, conciencia. Permitirá precisar el estado del enfermo
y, ante la aparición de alguna alteración, conocer si pudiera estar
relacionada o no con el proceder aplicado o con el estado previo.
- Funcionamiento renal, medición de diuresis. Permite orientar sobre
el estado hemodinámico del enfermo, y principal órgano excretor
del organismo
- Acceso Intravascular: Preferentemente la vía intravenosa. Permitirá
la administración inmediata de los fármacos.
- Medicación preanestésica: Administración de fármacos que dismi-
nuyen el estado de ansiedad del paciente y contribuye a reducir los
efectos indeseables de algunos agentes anestésicos.

CONSIDERACIONES FINALES

Todo paciente que va a ser sometido a algún proceder anestésico con


fines quirúrgicos, requiere una preparación que incluye una adecuada
información para disminuir la angustia y así mejorar su estado psicoló-
gico, y la realización de una serie de intervenciones que favorezcan su
estado de salud, por lo que necesita ser atendido por un personal que
pueda brindarle confianza y seguridad.

Bibliografía

1. Barash P, Cullen BF, Stoelting RK. Evaluation of the patient and preoperative
preparation. 2th ed. Philadelphia:Lippincott company; 1999.p.3-15
2. Clayton BD, Frye CB. Nausea and Vomiting. En: Herfindal ET, Gourley
DR.Textbook of Therapeutics.7ma ed. Pennsylvania: Williams & Wilkins; 1994. p
503-16
3. Dávila E. Evaluación preoperatoria del paciente quirúrgico .En: Dávila E, Gómez
C, Álvarez M, Sainz H, Molina M. Anestesiología Clínica. Rodas:Ed Damují ;
2002.p. 61-70
4. Firestone LL. Feneral Preanesthetic. En: Firestone L, Lebowitz PW, Cook Ch E.
Clinical Anesthesia Procedures of Massachusetts General Hospital. 3er ed.
Boston:Brown and Company;1988.p.3-14
17
5. Freitag JJ, Millar LM. Manual de Terapéutica Médica. La Habana:Editora Revo-
lucionaria; 1983. p. 12
6. Smeltzer SC, Bare BG. Enfermería Médico-Quirúrgica de Brunner y Suddarth. Vol
1.8va ed. México, DF: McGraw-Hill Interamericana; 1996.p.365-80

18
Tema 2
TRANSOPERATORIO

Comprende la etapa del desarrollo de la intervención quirúrgica y el


acto anestésico en el quirófano. Debe estar dotado de equipos especia-
lizados, a continuación señalaremos algunos de los que se encuentran
relacionados con la práctica de la anestesia:

Máquina de anestesia

Existen en la actualidad disímiles modelos gracias al desarrollo tecno-


lógico, se han creado series de más precisión y seguridad, que están
dotados de diversos sistemas de alarmas. En general presentan compo-
nentes fundamentales como:
- Fuente proveedora de gases con conexiones y válvulas regula-doras
de presión:
O2: Obligatoriamente debe estar presente, puede proceder
de una conexión de banco central o cilindro (verde) acopla-
do a la máquina.
Oxido Nitroso (N2O): Comprimido a líquido en cilindros
(azul), o procedente de una fuente central (banco).
Fluomiter: Medidores de flujo de los gases.
Vaporizadores: En los que se depositan líquidos muy voláti-
les específicos: halotane, isoflurane, enflurane. Deben ser ca-
librados periódicamente por técnicos especializados.

Todo ello nos ayudará a conformar los diferentes circuitos anestésicos,


que constituyen el enlace entre la máquina de anestesia y el paciente,
garantizando la entrada de los gases y la salida del CO2.

Monitorización

El Profesor Carl Hug Jr. señala que el término monitorizar equivale a:


"vigilar, observar o verificar especialmente, con una finalidad específi-
ca". "Una definición de la palabra monitor sería aquello que avisa o
instruye".
19
Se encuentra entre las herramientas de trabajo que han cobrado gran
importancia en el desarrollo del acto anestésico, por ofrecer mayor
seguridad en el enfermo y debe implementarse en función de los bene-
ficios que pudiera representar, pues además de elevar los costos, la
aplicación de algunos de ellos conlleva a riesgos. Constituyen medios
auxiliares que necesitan estar correlacionados con la situación del pa-
ciente.

La monitorización puede agruparse en invasiva y no invasiva, y se


emplea con mayor frecuencia esta última por considerarse básica, de
prevención, que nos alertaría sobre determinada situación anormal
que se presentara.

El conocimiento de las funciones hemodinámicas y cardiacas es esen-


cial para optimizar el manejo anestésico perioperatorio. Existe una
amplia variedad de monitorizaciones especializadas que necesitan del
empleo de cateterizaciones intravasculares, y los ultrasonidos, que con
la modalidad Eco y Doppler resultan más costosas

Entre la monitorización básica citaremos:


Electrocardiograma:
Presenta la actividad eléctrica del corazón: cambios en la fre-
cuencia y ritmo y aparición de isquemia, pueden reconocerse
trastornos del potasio.
Oximetría de pulso:
Nos da una estimación continua e inmediata de la saturación de
la hemoglobina arterial, la cual puede evidenciar diversas cau-
sas de hipoxemia, como dificultades en la vía aérea, caída del
suministro de oxígeno y aumento de la mezcla venosa.
Capnografía:
Monitor que nos informa con rapidez y de manera permanente
acerca de la cantidad de CO2 en la vía aérea, es útil para la de-
tección temprana de una intubación esofágica. El valor del CO2
espirado nos puede orientar sobre el estado metabólico del pa-
ciente.

20
Tensión arterial:
Generalmente se realiza aplicando esfigmomanómetro (de mer-
curio o aneroide) y estetoscopio sobre la arteria humeral, para
las tomas de las cifras tensionales sistólica y diastólica.
Frecuencia del pulso:
Características de las pulsaciones a nivel de las arteria radial,
carótida, temporal.
Temperatura:
Hay disminución de los mecanismos reguladores de la tempera-
tura, por lo que se recomienda su medición a nivel de sonda
esofágica inferior.
Gasto Urinario:
La medición de la diuresis nos orienta sobre la presión de perfu-
sión renal y del filtrado glomerular (0,5 mL/kg/h)

Venoclisis

Los pacientes quirúrgicos necesitan la administración de líquidos que


estarán relacionados con la manipulación de los tejidos (tercer espa-
cio) y las pérdidas de la volemia.

Existen diferentes escalas para mantener la hidratación mediante el uso


de soluciones cristaloides en dependencia de la magnitud de la cirugía
y el tiempo, con la recomendación de realizar una adecuada adminis-
tración de líquidos antes del comienzo de la anestesia que variará entre
500 y 1000 mL, o a razón de 2 mL/kg/h del ayuno, en dependencia del
estado del enfermo.

Escala de hidratación transoperatoria:


Daño tisular Ejemplo mL/kg/h
Mínimo Herniorrafia ingunal 4
Moderado Colecistectomía 6
Mayor Toracotomía 8
21
La selección de los fluidos para la reposición de la volemia sigue sien-
do controvertida, aunque hay una fuerte tendencia de comenzar con el
uso de la solución salina al 0,9 %.

Para conseguir una reposición efectiva con soluciones cristaloides se


requiere una cantidad tres o cuatro veces superior al déficit de volemia.

Soluciones cristaloides

Se emplean habitualmente las soluciones de cloruro de sodio al 0,9 % y


el Ringer Lactato, esta última contiene electrolitos en concentración
similar al suero sanguíneo y lactato como buffer. Son soluciones bara-
tas, sin efectos secundarios, que rápidamente difunden al espacio
extravascular, por ello se requieren grandes volúmenes para conseguir
una volemia adecuada, lo que provoca una disminución de la presión
oncótica plasmática.
Otros de los agentes a emplear son los coloides, que aportan una ma-
yor cantidad de fluido en el espacio intravascular y por tanto se requie-
re un volumen menor.

Coloides

Albúmina: Coloide natural, proteína de peso molecular entre 66.300 y


69.000 daltons, que es sintetizada por el hepatocito y que genera el
80 % de la presión coloidosmótica del plasma. Se comercializa en con-
centraciones al 5, 20 y 25 %.

Las soluciones coloides más empleadas son sintéticas

Dextranos: Son polisacáridos de alto peso molecular (PM), formados


por polímeros de glucosa. Entre ellos están: dextrano-70 (PM medio:
70.000) y dextrano-40 (PM medio: 40.000), ambas soluciones son
hiperoncóticas en relación con el plasma. El umbral de eliminación
renal es de 50.000 daltons, lo que implica que la mayor parte de las
moléculas del dextrano-70 no pueden ser eliminadas por esta vía, per-
maneciendo en el espacio intravascular hasta ser fagocitado por las
células del sistema retículo-endotelial.
22
La acción expansora del dextrano-40 es mayor que la del dextrano-70,
sin embargo, la duración de su efecto es mucho menor ya que a las
6 horas el 60 % se ha eliminado si la función renal es normal. Pueden
provocar reacciones anafilácticas severas y riesgo de complicaciones
hemorrágicas al interferir con la funcion plaquetaria y el factor VIII de
la coagulación. Efectos adversos sobre la función renal, especialmente
el dextrano-40, la cantidad máxima recomendada es de 1000 mL/día.

Gelatinas (Plasmion, Haemaccel, Gelafusine, Plasmagel): Son com-


puestos obtenidos de la hidrólisis del colágeno bovino, lo que genera
moléculas con pesos moleculares dentro de un amplio rango. Tienen
un PM medio de 100.000 daltons, las moléculas pequeñas se eliminan
rápidamente por la orina. Poseen una vida media de 4-6 horas, produ-
cen una expansión de volumen de 80-100 % de la cantidad infundida.
Se encuentran dentro de los más usados. No interfieren con la coagu-
lación y la incidencia de reacciones anafilácticas es menor que con los
otros coloides. No existe dosis máxima.

Hidroxietilalmidones: Son derivados sintéticos de la amilopectina y


están formados por moléculas de PM heterogéneo, existiendo en el
mercado presentaciones de bajo PM (PM medio: 40.000) y de PM in-
termedio (PM medio: 200.000). Interfieren con la función plaquetaria,
se recomienda no administrar más de 20 mL/kg/dia.

Método anestésico

Se aplicará el método anestésico elegido en la consulta de anestesia en


el caso de la programación electiva o de acuerdo a la valoración inme-
diata en el caso de las urgencias. Toda aplicación de proceder anestési-
co exige una valoración médica previa del enfermo.

Se elegirá el método teniendo en cuenta las condiciones de salud del


paciente, la intervención quirúrgica propuesta, los conocimientos de la
técnica anestésica a aplicar, los recursos disponibles y el medio en que
se desarrolla, para garantizar mayor seguridad en el enfermo.

23
Cuando logramos la anestesia, llevamos al paciente a una pérdida re-
versible de la sensibilidad táctil, térmica y dolorosa, acompañado de
estabilidad del sistema neurovegetativo. Existen diferentes métodos
anestésicos, cuando va acompañado de pérdida de la conciencia se tra-
ta de una anestesia general; pero cuando se localiza a una parte del
cuerpo estamos en presencia de una anestesia regional.

Existen diferentes modelos de hojas de anestesia, mostreremos uno de


los más usados en el transoperatorio, en el que se anotan los valores de
los parámetros vitales chequeados, que pueden ser a través de signos o
símbolos. Se incluirá la restitución de líquidos y control de las pérdi-
das. Hoja cronometrada para control del tiempo transoperatorio, regis-
tro de los fármacos que se administran, los parámetros vitales así como
cualquier incidencia que pudiera surgir, el método anestésico, posición
corporal del enfermo, diagnóstico operatorio, operación realizada y
personal que conforma el equipo de trabajo.

24
Hoja Anestésica

PRINCIPALES PROBLEMAS A IDENTIFICAR

Estabilidad hemodinámica.
Control de los bioparámetros registrados.
Respuesta a la estrategia de trabajo trazado.

25
Intervenciones propuestas

- Preparación e implementación del equipamiento anestésico: máqui-


na y sus componentes, fármacos, equipo de succión y monitorización.
- Garantizar la disponibilidad de equipos para los abordajes de vía aé-
rea, accesos intravasculares, sondas nasogástricas.
- Colocar al paciente en la posición adecuada para la aplicación del
proceder anestésico.
- Tener estricto control de la administración de medicamentos que se
administran.
- Velar por el cumplimiento de las medidas de asepsia.
- Identificar e interpretar los sistemas de alarma de los diferentes equi-
pos.
- Mantener la comunicación con el enfermo, cuando es una anestesia
regional.
- Registrar los signos vitales.
- Comunicar cualquier alteración que se detecte en el enfermo.
- Apoyar al anestesiólogo en el desarrollo de su plan de trabajo.

CONSIDERACIONES FINALES

Para el desarrollo del transoperatorio resulta importante, junto a una


adecuada información sobre las condiciones en que se encuentra el
enfermo, disponer de equipos para la aplicación del proceder anestési-
co, monitores que permitan un adecuado seguimiento, la presencia de
agentes anestésicos, cumplir con la estrategia de trabajo trazada, e
identificar aquellas situaciones que exijan intervenciones que favorez-
can la mejor evolución.

Bibliografía

1. Álvarez M. Monitorización Intraoperatoria. En: Dávila E, Gómez C, Álvarez


M,Sainz H, Molina M. Anestesiología Clínica. Rodas: Editorial Damují;2001.
p.101-12
2. Barash P, Cullen BF, Stoelting RK. Preparing for anesthesia. Handbook of Clinical
Anesthesia. 2a ed.Philadelphia:Lippincott Company;1991.p.3-63

26
3. Carcamo C.Reanimación con fluidos: la controversia coloides versus cristaloides.
En Santelices Cuevas E. Cuidados Posoperatorios y Paciente Quirúrgico Crítico.
Ed Sociedad de Cirujanos de Chile 1994.p.223-27
4. Cooper JB, Newbower RS, Welch JP, Dedrick DF, Gevirtz CM. En:preparation for
induction. Firestone LF, Lebowitz P W, Cook Ch E.Clinical Anesthesia Procedures
of Massachusetts General Hospital. 3th ed. Boston. Brown and Company; 1988Rev
Col Anest 1995; 23(2): 117-130
5. Ferro JA. Flores JC, Deluca CA. El monitoreo: Un deber ineludible del
Anestesiólogo. Carta de la Asociación de Anestesiología de Buenos Aires en res-
puesta a la enviada por el Colegio Argentino de Cardiología. Rev Argent
1997;55(3):137-42
6. Gómez Brito C. Hipovolemia y Reemplazo de volumen. En: Dávila E, Gómez C,
Álvarez M,Sainz H, Molina M. Anestesiología Clínica. Rodas: Editorial
Damují;2001.p.353-63

27
Tema 3
POSOPERATORIO

Esta etapa se inicia una vez terminada la intervención quirúrgica y se


retiran los agentes anestésicos, dando paso a la recuperación del enfer-
mo y su traslado a la sala de Recuperación anestésica, la que se encon-
trará próxima al quirófano.

El traslado tiene gran interés, para evitar mayores trastornos en el en-


fermo debe ser realizado en equipo, con personal entrenado en el
movimiento de pacientes que se encuentren bajo los efectos de los agen-
tes empleados, pues en dependencia del grado de profundidad anestésica,
la postura ejercerá influencia sobre la respiración y la circulación. Ade-
más requiere una buena monitorización para la detección de las posi-
bles complicaciones que puedan aparecer durante el mismo.

Ante la llegada del enfermo, se deben cumplimentar las siguientes


medidas:

Recepción del paciente en la sala de recuperación anestésica:

Se continuará la monitorización y
se realizará una valoración inicial
mediante un breve resumen sobre
la cirugía realizada y anestesia apli-
cada.

El resumen debe incluir datos


como:
Fármacos administrados, fluidos.
Dificultades transoperatorias anestésicas y/oquirúrgicas.
Parámetros vitales.

28
Descripción de acceso venoso.
Particularidad conocida del enfermo.
Destacar la presencia de cánulas, catéteres, drenajes.
Valoración de las funciones respiratoria, cardiovascular y renal:
- Respiración espontánea: garantizar la permeabilidad de la vía
aérea, posición de la cabeza, eliminar secreciones, evitar
regurgitación. El paciente puede presentar los reflejos atenua-
dos, por lo que pudiera hacer una broncoaspir-ación u obstruc-
ción a nivel orofaríngeo por caída de la base de la lengua. Debe
disponerse de dispositivos para la intubación endotraqueal ante
una inmediata necesidad de utilización.
- Paciente intubado: valorar efecto depresor o residual de fármacos
administrados, tener en cuenta la localización de la cirugía,
tiempo quirúrgico, la facilidad o no de abordaje de la vía aérea,
si se encuentra la boca cerrada por alambre o vendas. Pudiera
ser por un período de tiempo corto o prolongado, requerir un
suplemento de oxígeno y/o acoplarse a un ventilador ya asisti-
do o controlado.
- Estado hemodinámico: Puede orientarse a través de la valora-
ción clínica integral con las mediciones de cifras tensionales,
pulso, diuresis y PVC (presión venosa central). La inestabili-
dad puede ser sugerente de sangramiento, disminución del gas-
to cardiaco o sepsis, lo que requerirá tratamiento médico inme-
diato.
- Monitorización: valoración de electrocardiograma, oxime- tría,
capnografía y espirometría, entre otros.
Mantenimiento de la temperatura corporal:
- Durante la cirugía hay pérdida de calor, tanto por el efecto de
los anestésicos sobre el hipotálamo, como por exposición du-
rante la cirugía sobre todo de cavidades y el empleo de los
gases por la vía inhalatoria.
- Escalofríos: incrementan el consumo de oxígeno y la produc-
ción de anhídrido carbónico, debiendo monitorizarse estos
parámetros por encontrarse disminuidos los mecanismos
compensadores del enfermo. Se recomienda oxigenación y apli-
car medidas de calentamiento.
29
Estado de conciencia, excitación/depresión: Puede estar influenciada
por distintos factores entre los que se encuentran el proceder terapéuti-
co empleado, las condiciones previas del enfermo, la dosis de los
fármacos empleados, así como la hipoxia, hipercapnea, trastornos
hidroelectrolíticos, alteraciones metabólicas e interacción
farmacológica.

COMPLICACIONES POSOPERATORIAS

Las complicaciones más frecuentes pudieran estar relacionadas con el


proceder quirúrgico, el estado del enfermo o el proceder anestésico. Se
hará mención a las que pudieran corresponder con el proceder anestési-
co. Entre las más frecuentes podemos citar.

Después de una anestesia general inhalatoria

Pueden ser favorecidas por el efecto residual de los agentes anestésicos.


Como posibles causas se citan las provocadas por el uso del N2O, que
una vez terminado el proceder anestésico, al ser eliminado del organis-
mo, pudiera incrementar su concentración a nivel alveolar y favorecer
la hipoxemia, lo que se evitaría con la administración de O2 al 100 %
durante unos minutos. Pueden aparecer otros trastornos como los rela-
cionados con el efecto depresor del centro respiratorio por el uso de
opioides, la prolongación del efecto de los relajantes musculares que
disminuyen la mecánica ventilatoria, o puede predominar la acción de
fármacos empleados como los vasodilatadores:
Hipoxia por difusión.
Aletectasia.
Bronquitis.
Broncoespasmo.
Depresión respiratoria.
Hipotensión arterial.
Escalofríos.
Vómitos.

30
Después de una anestesia regional

Estas pudieran ser inherentes a la técnica anestésica o al fármaco em-


pleado. Pudiera citarse el bloqueo simpático con la consecuente altera-
ción hemodinámica que produce una anestesia raquídea o epidural,
un menor tiempo quirúrgico y una mayor duración de la técnica
aplicada, lo que hace que en ocasiones provoque impaciencia en el
enfermo, dolor en el sitio de la aplicación.
Hipotensión arterial.
Náuseas-vómitos.
Retención urinaria.
Excitación.

Otras complicaciones frecuentes del posoperatorio

Pudieran estar relacionadas con las dosis de los agentes anestésicos


empleados, las características de la intervención, el tipo de enfermedad
entre otras:
Dolor.
Convulsiones.
Oliguria.
Edema pulmonar.
Neumotórax.
Hipercapnea.

Para el alta del enfermo el anestesiologo se basa en una serie de crite-


rios, entre los más usados se encuentra el de Aderete Kroolic que apa-
rece a continuación:

Actividad muscular:
2 Mueve las cuatro extremidades.
1 Mueve solo dos.
0 No mueve ninguna.
Respiración:
2 No puede toser.
1 Disneico o con respiración limitada.
0 Apnea.

31
Circulatorio (p.a. sistólica):
2 Sin oscilaciones mayores del 20 % del control.
1 Aumento o disminución del 20 % del control.
0 Aumento o disminución del 50 % del control.
Conciencia:
2 Completamente despierto.
1 Despierta al ser llamado.
0 No despierta al ser llamado.
Color de la piel y mucosas:
2 Rosada.
1 Pálidas o algo oscuras.
0 Cianóticas.
9-8 Alta de recuperación.

PRINCIPALES PROBLEMAS A IDENTIFICAR

Depresión respiratoria.
Hipotensión arterial.
Presencia de escalofríos.
Cambios en la coloración de la piel y mucosas.
Excitación.
Dolor y/o náuseas y vómitos.

Intervenciones propuestas

Mejorar la función respiratoria: Garantizar la permeabilización de las


vías aéreas y oxigenación, mejorar la expansibilidad torácica a través
de inspiraciones máximas, cambios de posición del enfermo, incentivar
la tos. De encontrarse acoplado a ventilador supervisión de este.

Revisar la reposición de líquidos administrados, acelerar la administra-


ción de líquidos ante posibles insuficiencias.

Empleo de métodos analgésicos, revisar sondas, vendajes.

Conservación de la temperatura, cubrir al enfermo con mantas, evitar


las infusiones por debajo de 37 ºC.
32
Eliminar lo que provoque molestias al enfermo, lograr cierto con-
fort.

CONSIDERACIONES FINALES

El posoperatorio constituye una de las etapas más importante del pa-


ciente anestesiado, ya que corresponde a la recuperación o
reestablecimiento del mismo. Exige una adecuada recepción, contar
con el adecuado funcionamiento del equipamiento requerido y segui-
miento por personal calificado. El traslado del enfermo de la sala de
recuperación, está basado en criterios de alta médica al lugar de des-
tino.

Bibliografía

1. Firestone LL. General Preanesthetic. En: Firestone L, Lebowitz PW, Cook Ch E.


Clinical Anesthesia Procedures of Massachusetts General Hospital. 3er ed.
Boston:Brown and Company;1988..p.3-28
2. Barash P, Cullen BF, Stoelting RK. Postoperative recovery. Handbook of Clinical
Anesthesia. 2a ed. Philadelphia: Lippincott company;1991.p.475-83.
3. Fajardo I. Anestésicos inhalatorios. En: Dávila E, Gómez C, Álvarez M, Sainz H,
Molina M. Anestesiología Clínica. Rodas: Editorial Damují; 2001..p. 151-68

33
Tema 4
ABORDAJE DE LA VÍA AÉREA

ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LAS VÍAS


RESPIRATORIAS. ASPECTOS DE MAYOR INTERÉS

Nariz
Encontramos las cavidades o fosas nasales. Realiza una serie de fun-
ciones importantes:
- Entrada de aire desde la parte anterior de la fosa nasal.
Los pelos, mucosa y epitelio ciliado constituyen una defensa
contra la invasión por cualquier microorganismo. Los cilios
mantienen una continua actividad y evitan la acumulación de
secreciones, su actividad está influida por la temperatura, y es
más favorecida frente a soluciones alcalinas.
Calentar, humedecer el aire o gases inspirados, aumenta en 2 a
3 % a la temperatura corporal. La irrigación está regulada por
un reflujo vegetativo que permite a la mucosa hincharse o con-
traerse.
- Resonancia vocal.
- Función sensitiva olfatoria.

Faringe
Se extiende desde la cara posterior de la nariz en la base del cráneo,
hasta la altura del borde inferior del cartílago cricoides, donde se con-
tinúa con el esófago. El velo del paladar la divide en nasofaringe y
orofaringe.

Laringe
Se halla a nivel de la vértebra CIII y CVI, la constituyen una serie de
cartílagos articulares y se encuentra en la parte superior de la tráquea.
La cavidad de la laringe se extiende desde el orificio en el extremo
superior hasta el nivel inferior del cartílago cricoides por debajo, don-

34
de se continúa con la tráquea. El orificio de entrada lo limita anterior-
mente el borde superior de la epiglotis, posteriormente una hoja de la
mucosa situada entre ambos cartílagos aritenoides y a cada lado del
borde libre de un pliegue mucoso (pliegue ariepiglótico), que une el
vértice del cartílago aritenoides con el lado de la epiglotis.

En la cavidad laríngea se aprecian unas estructuras que son los plie-


gues vestibulares, que se extienden a cada lado en forma de estrechas
bandas de tejido fibroso que van desde la cara antero externa de los
cartilagos aritenoides hasta al ángulo del cartílago tiroides en el punto
de inserción de la epiglotis. Estos pliegues son denominados cuerdas
vocales falsas y se hallan separadas de las cuerdas vocales verdaderas,
que se encuentran situadas por debajo del seno laríngeo. Las cuerdas
vocales son dos pliegues de la mucosa de color blanco nacarado, que se
extienden desde el ángulo del cartílago tiroides hasta las apófisis voca-
les de los aritenoides. La ausencia de submucosa le da este color pálido.
Su longitud des 44 mm en el hombre y 36 mm en la mujer.

Está compuesta por los cartílagos tiroides, cricoides, aritenoides (2),


corniculados (2 santorini), cuneiformes (Wrisberg), y epiglotis y los
músculos extrínsecos (tirohioideos, esternocleidomastoideo y constrictor
inferior de la faringe) e intrínsecos (cricoaritenoideo posterior,
cricoaritenoideo lateral y interaritenoideo).

Tráquea
Está formada por anillos cartilaginosos incompletos en la parte poste-
rior. Su extensión es de 10 a 11 cm de largo de C VI a D V, donde se
bifurca en la carina en dos bronquios principales, derecho e izquierdo.
Esta revestida por un epitelio cilíndrico ciliado. Se desplaza con los
movimientos respiratorios y con los cambios posturales de la cabeza.
Durante la inspiración la carina desciende 2 cm.

Bronquio derecho: Tiene 2,5 cm de longitud, es más ancho y corto que


el izquierdo. Más alineado con la tráquea, abandona la línea media en
un ángulo de 25º. Se divide en ramas que van para los lóbulos superior
derecho, medio e inferior derecho.
35
Bronquio izquierdo: Resulta más angosto, largo (5 cm). La aorta cabal-
ga sobre él. Abandona la tráquea en un ángulo de 45º. Se divide en
lóbulo superior izquierdo e inferior izquierdo.

Se continúan con los bronquiolos y bronquiolo terminal, terminando


en los alvéolos. Dentro de los alvéolos, la sangre y el aire están separa-
dos por una fina capa de tejido de 1-2 de espesor que a su vez presenta
4 estratos: líquido de revestimiento alveolar (que tiende a colapsarlos),
epitelio alveolar, capa intersticial (membranas basales fusionadas),
endotelio capilar.

EQUIPAMIENTO

1. Mascarilla. Pieza facial, que puede ser de metal, goma o plástico.


Presenta una almohadilla de reborde insuflable.
2. Cabezal, fijador de mascarilla. Goma, plástico, material elástico.
Su forma está adaptada para que, apoyado en el occipucio y pa-
sando por ambos lados de la cabeza, fije la máscara la cara.
3. Laringoscopio que está formado por las siguientes partes:
Hoja: Espátula, reborde u oreja y punta o casquillo.
Mango.
Aparato o fuente de luz.
4. Sondas, cánulas o tubos
endotraqueales.
5. Sondas o cánulas orofaríngeas
y nasofaríngeas.
6. Conector: dispositivo que tie-
ne un extremo conectado a la
máquina y otro directamente a
la sonda endotraqueal (ET).
7. Adaptador en Y o pieza en Y.
8. Estiletes. Facilitan la introduc-
ción de sondas blandas por la
boca, dirige la sonda de
intubación.

36
9. Separadores: carretes de caucho, gasa. Permiten separar los maxi-
lares y evitar mordeduras de sonda.
10. Pinza de Magill: para guiar la sonda ET por glotis, la sonda levine
al esófago, e insertar material de taponamiento de faringe.
11. Sondas para aspiración.
12. Jeringuilla (10 ml).
13. Esparadrapo, cinta adhesiva, para fijar sonda ET.
14. Bolsa, fuente para insuflar aire.
15. Equipo de succión.

Agregar fármacos

1. Anestésicos locales.
2. Fármacos depresores del SNC de acción rápida: Hipnoanalgésicos
y psicofármacos.
3. Relajantes musculares de comienzo rápido y corta duración.

TÉCNICAS DE INTUBACIÓN ENDOTRAQUEAL

Métodos:
- Visión directa
- Ciegas

Otros métodos alternativos:


- Intubación retrógrada
- Ventilación Transtraqueal
- Broncoscopio de fibra óptica
- Otros dispositivos:
• Máscara laríngea
• Combitube

37
Por visión directa
Nos colocamos detrás del enfermo que se encuentra en decúbito
supino.

Resulta importante la posición de


la cabeza, la que se elevará unos
10 cm de la horizontal de la mesa,
("Sniff position").
Uso de laringoscopio: Laringoscopía,
pasos:

1ro. Inserción del laringoscopio en


la cavidad bucal, introducir por
el carrillo derecho.
2do. Visualización de epiglotis, in-
troducción lenta, suave.
3er. Elevación de la epiglotis. Pun-
ta de la espátula curva en la valécula, depresión entre los pliegues
glosoepiglóticos

Maniobra de intubación: Una vez


descubierta la laringe, insertar la
sonda con un movimiento rápido
y continuo. Introducir sonda en la
fase inspiratoria, en que no hay
fonación. Observar signos de
intubación lograda por inspección,
auscultación y luego fijación de la
sonda ET:
1. Espátula.
2. Epiglotis.
3. Cuerdas vocales.
4. Glotis.

38
A ciegas
Nos colocamos detrás del enfermo que se encuentra en decúbito supino
con la cabeza en posición de flexión.

Identificar cuál es el orificio de las fosas nasales por el que respira


mejor y valorar la permeabilidad, colocar el bisel del tubo endotraqueal
lubricado paralelo al tabique, llegar a la faringe y continuar su progre-
sión hasta escuchar los murmullos vesiculares respiratorios, lo que nos
orientará sobre la posición de la tráquea.

Si el paciente respira espontáneamente la maniobra de intubación la


aplicamos con:

Sondas ET de cierta consistencia, de dureza intermedia, lubricada.


Colocar sonda ET siguiendo suelo de fosas nasales, bisel dirigido al
tabique nasal.
Acercar oído al extremo distal de la sonda ET, respiración de carác-
ter tubular.
Introducir la sonda a glotis por rotación moderada, fácil durante la
espiración.
Se confirma la presencia del tubo ET en tráquea por la auscultación
respiratoria y empañamiento de su luz.

Intubación retrógrada
El paciente permanece acostado, previas medidas de asepsias, se
punciona la membrana cricotiroidea con aguja hueca o trocar, por don-
de pasará una guía flexible o catéter en dirección retrógrada a la farin-
ge, la cual es extraída por la boca, ambos extremos se mantendrán
tensos y el bucal se introduce por la luz del tubo endotraqueal, que se
desliza hasta la tráquea, ocasión en que será retirada la guía.

Vía transtraqueal
La posición es un elemento importante en el paciente, con hiperexten-
sión de la cabeza. Para su realización debemos identificar cartílagos
tiroides y cricoides, localizar membrana cricotiroidea, aplicar limpieza
39
del campo e infiltración de la piel con anestésico local. Emplearemos
aguja No. 23 (3,75 cm de largo), jeringuilla 2 mL (con anestésico local).

Procedimiento: Se introduce una aguja en la línea media de la mem-


brana, la falta de resistencia y entrada de aire indica que estamos en la
tráquea, se aplica la inyección de anestésico local, y se extrae aguja.
Por ese orificio se pasa una sonda fina o aguja trocar y se oxigena.

Uso del fibrobroncoscopio


Permite la visión indirecta de la glotis a través de la refracción provo-
cada en las fibras, su extremo distal óptico puede ser dirigido de acuer-
do a las necesidades del observador. Resulta muy útil en las intubaciones
difíciles

Medidas que favorecen la realización de las maniobras de aborda-


je de la vía aérea
Cuando el paciente está consciente, podemos apoyarnos en varias
medidas para atenuar reflejos que se encuentran presentes, y mejorar
las condiciones como provocar hipnósis, disminución del tono muscu-
lar, entre otras.

Se cita la anestesia tópica y las aplicadas por vías transbucal y extrabucal


(bloqueo del nervio laringeo superior en astas hioides).

En pacientes inconscientes, se realiza la ventilación con máscara, (O2


al l00 %) y luego la laringoscopía. Se admite el empleo de succinil
colina al 0,8 mg/kg (cese de la respiración, relajación muscular, cuer-
das vocales estáticas). De no existir reflejos, pudiera realizarse la ma-
niobra sin necesidad de fármacos.

VALORACIÓN DE LA VÍA AÉREA


PARA LA INTUBACIÓN

1. Interrogatorio: antecedentes de problemas bucales o nasales, ope-


raciones previas de boca, garganta, cuello. Ingestión alimenticia.
2. Examen físico:

40
- Deformidades anatómicas, alteraciones congénitas.
- Configuración de la cabeza, orificios nasales, presencia de bar-
ba.
- Cavidad bucal, lengua, dentadura.
- Cuello: longitud, musculatura, flexión y extensión, desviación
de tráquea, alguna evidencia de obstrucción de la vena cava
superior, cicatrices, radiaciones recibidas.
- Volumen de los senos.
- Características de la voz.
3. Aplicación de pruebas de valor predictivo para la detección de una
vía aérea difícil.

Diversos autores han ideado clasificaciones e índices predictivos que


pretenden evaluar el grado de dificultad para el abordaje de la vía aérea
en cada paciente en particular, mediante la exploración física meticulo-
sa y en ocasiones auxiliándose de estudios de rayos X en el preoperatorio.

Entre las clasificaciones más usadas podemos citar las siguientes, en


las que se enfatiza la necesidad de aplicar más de tres en cada pacien-
te, por no contar con un método que tenga 100 % de efectividad en su
predicción.

Mallanpati modificada por Sampson y Young: Paciente sentado frente


al evaluador y se le ordena que protruya la lengua:

Escala:
I Visibilidad de paladar blando, fau-
ces, úvula y pilares.
II Visibilidad de paladar blando, fau-
ces y úvula.
III Visibilidad de paladar blando y
base de úvula.
IV Nula visibilidad de paladar blando.

De acuerdo con la visualización de las estructuras, cuando se realiza la


laringoscopía, existe también una escala que nos permite conocer el

41
grado de dificultad. Podemos mencionar la escala establecida por
Cormack y Lehane.

Los grados II y IV, establecidos por Cormack y Lehane, se correspon-


den con una laringoscopia difícil, ya que no se puede visualizar alguna
porción de las cuerdas vocales mediante la laringoscopia directa con-
vencional.

La escala de Patil-Aldreti evalúa la distancia que existe entre el cartíla-


go tiroides y el borde inferior del mentón, con el paciente sentado, la
cabeza en extensión completa y la boca cerrada.

Escala:
1. Más de 6,5 cm (podría no tener problemas).
2. De 6 a 6,5 cm (laringoscopia e intubación difí-
ciles, pero posibles).
3. Menos de 6 cm (intubación imposible).

La distancia esternomentoniana evalúa la medida de


una línea recta que trazamos desde el borde supe-
rior del manubrio esternal a la punta del mentón, con
el paciente con la cabeza en extensión completa y la
boca cerrada. Debe medir 12 cm o más en el pa-
ciente normal, de lo contrario estaría a favor de una
intubación difícil.

42
La distancia interincisivos evalúa el espacio que exis-
te entre los incisivos superiores y los inferiores, con
la boca del paciente completamente abierta.

En el paciente edente, se medirá la distancia que


existe entre ambas encías a nivel de la línea media.

Escala
1. Más de 3 cm. No hay dificultad para realizar
la laringoscopía.
2. De 2,6 a 3 cm. Hay capacidad para realizar
la maniobra con alguna dificultad.
3. De 2 a 2,5 cm. Hay limitaciones para la rea
lización de la laringoscopía.
4. Menos de 2 cm. Resulta imposible realizar la maniobra.

La protrusión mandibular se valora solicitando al paciente que lleve


el mentón hacia adelante lo máximo que le sea posible.

Escala:
1. Los incisivos inferiores pueden ser lle-
vados más adelante de los superiores.
2. Los incisivos inferiores y superiores que-
dan a la misma altura.
3. Los incisivos inferiores no pueden ser
llevados hacia adelante a tocar los supe-
riores.

En la medida que aumenta la escala las limi-


taciones para el abordaje de la vía aérea se
incrementan.

43
INTUBACIÓN DIFÍCIL

La intubación endotraqueal se considera difícil cuando la inserción del


tubo requiere más de tres intentos o dura más de diez minutos, por
métodos convencionales y por personal entrenado. Detectar una
intubación difícil antes de anestesiar y relajar al enfermo nos permite
disminuir la morbi-mortalidad que estos trastornos provocan, por per-
mitirnos una adecuada preparación.

Ante la presencia de una intubación difícil o fallida, porque no se logra


la introducción del tubo ET, lo más importante es la oxigenación conti-
nua del paciente, y su monitorización mínima (ECG, FC, PA, pulso-
oximetría). Debe evitarse el sufrimiento por hipoxia.

Debe tenerse previsto un carro para la intubación difícil:


- Palas de intubación de diferente tamaño (pala larga) y diseño (Mc Coy).
- Material y fármacos para la anestesia local.
- Cánulas de Guedel : de todos los números.
- Tubos endotraqueales de todos los diámetros.
- Conductores de tubo de distintos diámetros y longitudes.
- Fuente de luz fría.
- Fibroscopio.
- Pinzas de Magill.
- Guía maleable.Guías de intercambio de tubo. Estilete lumínico.
- Máscaras laríngeas.
- Equipo de intubación retrógada o cánula IV No. 14 y guía para
intubación retrógrada.
- Equipo de cricotiroidotomía percutánea.
- Estiletes de ventilación jet.
- Set de traqueotomía o de cricotiroidotomía quirúrgica.
- Guías de Seldinger 1m.
- Sondas nasogástricas 1 a 1,2 m.
- Combitubo.

44
COMPLICACIONES DE LA INTUBACIÓN
TRAQUEAL

Durante la maniobra de intubación


Traumatismos de la vía aérea: rotura o desplazamiento de piezas den-
tales, sangrado, edema de las estructuras comprometidas, infecciones,
luxación de columna cervical.

- Producidas por reflejos neurovegetativos y espinales:


Apnea.
Bradicardia.
Arritmias.
Laringoespasmo.
Broncoespasmo.
Hipotensión.
Taquiarritmias.
Hipertensión arterial.
Hipertensión intraocular e intracraneal.
Aumento de la presión intragástrica.
Tos y vómito.
- Otros:
Aspiración de contenido gástrico.
Intubación esofágica.
Intubación endobronquial.
Intubación fallida persistentemente.

Con el enfermo intubado


Obstrucción o acodamiento del tubo.
Extubación accidental.
Intubación endobronquial.
Broncoespasmo.
Mordedura del tubo.

Pos extubación
Laringoespasmo.
Disfonía.

45
Dolor de garganta (faringitis, laringitis).
Aspiración de secreciones, contenido gástrico o sangre.
Traqueomalacia.
Estenosis traqueal glótica o subglótica.

PRINCIPALES PROBLEMAS A IDENTIFICAR


Apnea
Respiración ruidosa.
Depresión respiratoria.
Parálisis neuromuscular.

Intervenciones propuestas
Permeabilizar la vía aérea.
Restablecer la mecánica respiratoria.

CONSIDERACIONES FINALES

El abordaje de la vía aérea constituye una intervención de interés para


todo el personal de la salud, por permitir la permeabilización de la vía
respiratoria, favoreciendo la entrada y salida de gases. Su realización
requiere de conocimiento, adiestramiento y disponibilidad de determi-
nados recursos propios. No se encuentra exento de complicaciones.

Bibliografía

1. Barash P, Cullen BF, Stoelting RK. Management of the Airway. Handbook of Clinical
Anesthesia. 2a ed.Philadelphia: Lippincott Company;1991.p.42-56
2. Cordero I. La vía aérea y su abordaje. En: Dávila E, Gómez C, Álvarez M, Sainz H,
Molina M Anestesiología Clínica. Rodas: Editorial Damují; 2001..p.119-49
3. Déctor Jiménez T, Wacher N H, Abad Carranza LM, Galindo Fabián S, Guzmán
Sánchez J.Índice de predicción de intubación difícil. Rev Anest Mex 1997; 9(6):
212-218
4. Firestone LL. General Preanesthetic.administration of general anesthesa. En:
Firestone L, Lebowitz PW, Cook Ch E. Clinical Anesthesia Procedures of
Massachusetts General Hospital. 3er ed. Boston:Brown and Company;1988.
del aparato respiratorio.

46
Tema 5
ANESTESIA GENERAL

Decimos que aplicamos una anestesia general cuando el paciente pre-


senta pérdida reversible de la sensibilidad y del estado de conciencia,
se clasifica en dependencia de la vía empleada. Entre las más usadas se
encuentran las aplicadas por inhalación y por vía intravenosa. La pri-
mera de ellas, es decir, la vía inhalatoria se realiza a partir del empleo
de agentes anestésicos a través de los pulmones y sus primeras expe-
riencias datan de 1845, lo cual dio inicio a una nueva era en la aneste-
sia. La vía intravenosa alcanzó mayor popularidad en 1934, con la
introducción de agentes inductores y resulta muy aceptada hasta la
actualidad, en que ha enriqueciendo vertiginosamente el arsenal tera-
péutico.

Por inhalación

Producción de anestesia general por


la administración de agentes
anestésicos a través del aparato
respiratorio.

Tiene cuatro caracteres comunes:

- Fuente de oxígeno.
- Medio de eliminación de CO2.
- Dispositivo para el depósito del
gas o vapor anestésico.
- Vaporizador para los anestésicos
líquidos volátiles.

47
Sistemas de inhalación

1. Sistemas abiertos: Se administra el agente anestésico al aparato


respiratorio con el aire atmosférico como vehículo. El aparato res-
piratorio está en relación directa con la atmósfera durante las fases
respiratorias. No ocurre reinhalación.
2. Semiabierto. El aparato respiratorio del paciente está en relación
directa con la atmósfera en la inspiración y la espiración, hay un
reservorio colocado en el circuito. (C. Mapleson).
3. Semicerrado: El aparato respiratorio del paciente se encuentra ais-
lado de la atmósfera en la inspiración, se cuenta con un reservorio
o depósito cerrado a la atmósfera, que incluye gases que inspira el
paciente. Si todos los gases espirados salieran, el sistema carecería
totalmente de reinhalación.
4. Cerrados: No hay salida de mezclas anestésicas a la atmósfera,
entraña reinhalación total y se necesita un reservorio. No hay rela-
ción directa con la atmósfera ni en la inspiración ni la espiración.
Está el método de vaivén y el método de circuito.

Vía intravenosa (i.v.)

Se aplican agentes anestésicos


generalmente para la inducción,
así como en el mantenimiento.
Empleado también para procede-
res breves.

Intramuscular (i.m.)

Se aplican agentes anestésicos i.m. preferentemente en niños o cuando


el acceso i.v. no es posible por no cooperar el enfermo. Entre los
fármacos se cita la Ketamina.

48
ETAPAS DE LA ANESTESIA GENERAL

Teniendo en cuenta su desarrollo puede agruparse en tres etapas o pe-


ríodos que presentan características que la distinguen una de otra:
Inducción - Mantenimiento - Recuperación.

Inducción

Etapa de comienzo de la anestesia. Implica "inducir" al enfermo a un


plano anestésico, producir un grado de hipnosis. Su profundidad está
en dependencia de las características farmacológicas del agente em-
pleado, dosis, vía utilizada y condiciones del enfermo. Debe iniciarse
una vez reevaluado el enfermo y monitorizado. Resulta muy recomen-
dable la realización de un rellene vascular previo, ajustado a las carac-
terísticas individuales del enfermo. La dosis debe ser precisa, evitarse
la administración insuficiente de agente anestésico por la posibilidad
de favorecer la aparición de reflejos y entorpecer el desarrollo anestési-
co posterior.

Generalmente se usan fármacos por la vía intravenosa de inicio de ac-


ción rápido, con la ayuda por la vía inhalatoria de una oxigenación al
100 %, con vista a eliminar otros gases inertes de las vías aéreas.

Existen varias complicaciones, entre las más frecuentes:


Broncoaspiración.
Tos.
Secreciones.
Excitación.
Hipoxia.
CO2.
Broncoespasmo.
Parada cardiaca.
Traumatismos: labios, dientes, etc.

49
Principales problemas a identificar:

Tos.
Tiraje.
Cianosis.
Ausencia de latidos arteriales.
Taquicardia.
Hipertensión arterial.

Intervenciones propuestas:
Acciones simultáneas:
Eliminación de reflejos.
Oxígeno 100 %.
Revisión faringolaríngea.
Valorar disposición del tubo ET.
Revisión de abordaje venoso.
Interpretación de monitorización.
Aspiración nasogástrica o succión orotraqueal.
Control de la administración de fármacos.
Localización de pulsaciones.

Mantenimiento

Etapa que sigue a la inducción anestésica. El paciente se encuentra en


un plano anestésico adecuado que permite el desarrollo del proceder
quirúrgico, hay analgesia y protección neurovegetativa. Se usan, gene-
ralmente en conjunto, las vías inhalatoria y la intravenosa.

Pueden aparecer complicaciones inherentes al enfermo, la cirugía, la


anestesia o por influencia del entorno.
Entre las complicaciones más frecuentes se encuentran:
Hipertensión arterial.
Hipotensión .
Disrritmias.
Broncoespasmo.

50
Parada cardiaca.
Hipoxia.
Sangramiento, etc.
Midriasis.

Principales problemas a identificar:


Palidez.
Frialdad.
Ausencia de pulsaciones.

Intervenciones propuestas:
Chequeo de los equipos instalados, dosis de fármacos y líquidos.
Localización de latidos arteriales.
Revisión de monitor.
Control de diuresis.

Recuperación

Una vez terminada la operación se suspende la administración de agen-


tes anestésicos y comienza esta etapa. Depende del tipo de interven-
ción quirúrgica y la anestesia aplicada. En los pacientes más graves
será más demorada, ya que requerirán de determinados equipos como
ventiladores, soporte hemodinámico, entre otros. En los pacientes so-
metidos a procedimientos poco complejos, la recuperación resultará
de menos tiempo y riesgos.

Comienza con la reaparición de reflejos ausentes (tusígenos, deglu-


ción, respiración espontánea, y otros), del tono muscular, la respira-
ción con aumento de la actividad circulatoria.
Complicaciones:
Prolongación del bloqueo neuro muscular.
Depresión cardiorespitaroria.
Excitación.
Hipoxia posoperatoria.
Shock.
Sangramiento.
51
Dolor.
Distensión gástrica, etc.

Principales problemas a identificar:


Parálisis muscular.
Depresión respiratoria.
Prolongación de inconciencia.
Cianosis.
Frialdad - Sudoración.
Náuseas- Vómito.

Intervenciones propuestas:
Asistencia ventilatoria.
Mejorar suministro de O2.
Aspiración nasogástrica.
Revisión de fluidos.
Control de monitorización.

CONSIDERACIONES FINALES

La anestesia general es el proceder anestésico que cuando se aplica se


acompaña de pérdida de la conciencia. Para su aplicación existen dife-
rentes vías, se utilizan con más frecuencia las vías inhalatoria e
intravenosa. Cursa por tres etapas: Inducción, mantenimiento y recu-
peración, en las que resulta fundamental la observación estrecha del
enfermo, que permita identificar alteraciones que exijan atención in-
mediata.

Bibliografía

1. Collins V. Anestesiología. t1. Ciudad de La Habana: Editora Revolucionaria;


1984.p.210-36
2. Cormack RS. Recuperación posoperatoria. En: Gray CT, Nunn JF, Utting JE.
Anestesia General.t 1.Ciudad de La Habana: Editora Revolucionaria; 1983.p.
1061-76.

52
3. Fajardo Ecozgue I. Agentes anestésicos inhalatorios En; Dávila E, Gómez C, Álvarez
Bárzaga M, SAínz Cabrera H, Molina Lois M. Anestesiología Clínica. Rodas:
Damijí; 2001.p. 151-168.
4. Navarrete Suazo V. Anestesia Intravenosa. En; Dávila E, Gómez C., Álvarez Bárzaga
M, Saínz Cabrera H, Molina Lois M. Anestesiología Clínica. Rodas: Damijí; 2001.p.
119-150

53
Tema 6
ANESTESIA REGIONAL: ESPINAL

Anestesia regional: Grupo de técnicas anestésicas producidas por la


interrupción reversible de la conducción nerviosa, después de la admi-
nistración de un agente anestésico local. Entre ellas se encuentran:
Espinal.
Peridural.
Paravertebral.
Troncular.
De campo.
Tópica- infiltración.

Por su mayor uso, la facilidad de su aplicación y los beneficios que


puede reportar en el enfermo, citaremos la anestesia espinal:

Anestesia espinal

Se obtiene al depositar en el espacio subaracnoideo un anestésico lo-


cal que bloquea los nervios raquídeos a ese nivel. Su uso en Cuba se
remonta a 1900, en que se le otorgó valor, aunque no se encuentra
exento de contraindicaciones y reacciones secundarias.

Para la realización de la técnica resulta necesario conocer algunos as-


pectos anatómicos de interés.

Anatomía. La columna vertebral está formada por varias estructuras


óseas: vértebras, denominadas de acuerdo a la zona en que se encuen-
tran, cervicales (7), dorsales (12), lumbares (5) sacras (6) y las coccígeas
(4,5).

54
En la figura podemos apreciar las características de las vértebras,
fundamentalmente lumbares.

1. Cuerpo.
2. Agujero intervertebral.
3. Apófisis espinosa.
4. Apófisis transversa.
5. Pedículo.
6. Lámina.
7.-Agujero interlaminar.

Cada vértebra está formada por un cuerpo, un arco formado por


pedículos y láminas.

55
El agujero intervertebral o paravertebral está delimitado por la escota-
dura presente en la lámina y el cuerpo vertebral de las vértebras supe-
rior e inferior; por él salen los nervios espinales. El agujero interlaminar
está delimitado por los bordes superiores de las láminas de las vérte-
bras inferiores y sus lados corresponden a las apófisis articulares infe-
riores de las vértebras superiores. Es por este agujero que penetra la
aguja para la anestesia espinal o epidural.

La columna vertebral presenta varias curvaturas; con el paciente en


decúbito dorsal, el punto más alto es la 3ra vértebra lumbar y el más
bajo a nivel de la 5ta vértebra dorsal, lo cual es importante para la
difusión de los líquidos, cuando se aplica el agente anestésico a nivel
de la 3ra vértebra lumbar.

Las vértebras están unidas entre sí por ligamentos que les brindan fija-
ción y estabilidad. Estos ligamentos son: longitudinal anterior,
longitudinal posterior, supraespinoso, interespinoso y amarillo. La vis-
ta transversal mostrará las estructuras desde la piel:

Ligamentos:
1. Piel y tejido celular subcutáneo.
2. Supraespinoso.
3. Interespinoso.
4. Amarillo.
5. Longitudinal posterior.
6. Longitudinal anterior.

Las vértebras superpuestas presentan un conducto en su interior que


contiene la médula espinal, la cual está protegida por varias estructuras
y termina en el adulto generalmente entre la 1ra y la 2da vértebra
lumbar.

La médula está envuelta en tres capas llamadas meninges: la duramadre,


la aracnoides y la piamadre.
56
La duramadre es la más externa, densa y resistente, es la continuación
de la capa meníngea interna de la duramadre craneal. Se extiende des-
de el agujero occipital hasta S2, a los que se fija firmemente. Contiene
en su interior a la médula espinal y la cola de caballo.

La aracnoides y la piamadre, debido a su origen embriológico común,


y a su estrecha relación anatómica, se consideran en conjunto como
piaracnoides o leptomeninge. La aracnoides es una membrana delgada,
laxa y velamentosa ubicada debajo de la duramadre, que se extiende
desde el encéfalo hasta el filum terminal y cumple la función de una
activa barrera fisiológica.

La piamadre es una membrana compuesta por células planas super-


puestas y por debajo un tejido conectivo, cubre íntimamente al encéfa-
lo y médula, acompaña a las raíces medulares hasta la formación del
nervio raquídeo.

Entre estas membranas hay 2 espacios: epidural y subaracnoideo.


El espacio epidural se encuentra entre el periostio del canal vertebral y
la superficie externa de la duramadre; en la parte superior limita con el
agujero occipital, en la interior el ligamento sacrococcígeo cubre el
hiato sacro. En la parte anterior limita con los cuerpos y discos verte-
brales, cubiertos por el ligamento longitudinal posterior, y en la parte
posterior con el ligamento amarillo y las láminas vertebrales. Limita
lateralmente con los pedículos y los orificios intervertebrales.

Espacio subaracnoideo: Se encuentra entre la aracnoides y la piamadre,


rodea completamente al encéfalo y a la médula, contiene líquido
cefalorraquídeo (LCR). Este espacio anterior no presenta estructuras,
sin embargo en la parte posterior es atravesado por una malla de
trabéculas que se extienden desde la superficie interna de la aracnoides
hasta la piamadre.

El LCR se forma en el plexo coroideo de los ventrículos. Ingresa en el


espacio subaracnoideo espinal por tres orificios ubicados en el techo
del cuarto ventrículo; luego de un trayecto descendente por detrás de la
57
médula, el líquido asciende por delante de ella para retornar a la cavi-
dad craneal, donde es absorbido, principalmente en las vellosidades
aracnoideas.

Composición del LCR


Volumen total 130 - 140 mL.
Volumen en espacio espinal 30-80 mL.
Densidad 1,003
pH 7,32
pCO2 47 mm/Hg
Sodio 145 mEq/mL
Potasio 2,9 mEq/L
Magnesio 2,2 mEq/L
Glucosa 2/3 concentración plasmática
Proteínas 300 mg/L

La baricidad es la relación entre la densidad de una sustancia y la den-


sidad del LCR, ambas consideradas a 37º.

De acuerdo con su baricidad los agentes inyectados en el LCR pueden


ser isobáricos (igual a la del LCR), hipobáricos (menos densos que el
LCR), e hiperbáricos (más denso que el LCR).

Médula espinal: Estructura cilíndrica de tejido nervioso que mide en el


adulto entre 41 -48 cm. de longitud y aproximadamente 10 mm de diá-
metro, pesa entre 24 a 36 g. Se extiende desde el agujero occipital
hasta su finalización en el cono medular, desde cuyo vértice desciende
una prolongación de la piamadre, filum terminal, que se fija en la parte
posterior del cóccix.

Técnica anestésica

Para la realización de la técnica debemos tener en cuenta una serie de


factores que influyen en la extensión de la anestesia, entre los que se
encuentran:
Cantidad y tipo de fármaco.

58
Volumen de la solución.
Sitio de la inyección.
Rapidez de la inyección.
Densidad específica de la solución.
Embarazo, edad, talla.

Después de la administración de los agentes anestésicos en el espacio


subaracnoideo, se produce una disminución inmediata de su concen-
tración, lo que proviene de cuatro factores.

1. Dilución: mezcla y dilución del anestésico y del LCR. Ocurre en-


tre 1-2 min de la inyección.
2. Difusión: Ocurre en los siguientes 2 a 6 min, mayor difusión del
agente en el LCR y absorción en el tejido nervioso.
3. Fijación. Fenómeno de adsorción de la solución al tejido nervioso,
comienza después que se distribuyó por completo el agente anesté-
sico y ocurre penetración nerviosa. Impide la despolarización de la
membrana.
4. Absorción. Disminución lenta de la concentración total del agente
en el LCR. Salida del agente anestésico por las vellosidades
aracnoideas y directamente por los capilares o conductores linfáticos
a los haces nerviosos, y por los capilares del parénquima de los
tejidos nerviosos.

El agente anestésico bloqueará inicialmente las fibras nerviosas más


cercanas y finas (preganglionares autonómicas, del dolor, tempera-
tura, tacto) y continúa con las de mayor diámetro (motoras,
propioceptivas)

Alteraciones fisiológicas producidas por la técnica

La aplicación de esta técnica repercute en el organismo, de manera


más marcada sobre los siguientes sistemas:

1. Sistema nervioso autónomo: Se produce bloqueo nervioso de la


cadena ganglionar simpática que se encuentra a ambos lados de la

59
columna vertebral, lo que favorece la hipotensión arterial por dis-
minución del retorno venoso al corazón derecho y disminución de
la resistencia periférica. Bradicardia como consecuencia del blo-
queo de las fibras cardioaceleradoras y disminución del retorno
venoso.
2. Respiratorio. Parálisis de los nervios intercostales, interfiere con la
tos. Una hipotensión importante puede llevar a un paro respiratorio.
3. Renal. La hipotensión arterial provocada disminuye el flujo san-
guíneo renal y reduce la filtración glomerular y la producción de
orine.
4. Gastrointestinal. El flujo sanguíneo hepático disminuirá en depen-
dencia del grado de hipotensión arterial. Pueden apreciarse estados
nauseosos considerados por predominio de la actividad vagal. Se
aprecia además hipersecreción digestiva, aumento del peristaltismo
y relajación esfinteriana.

Preparación del enfermo


Explicación de la técnica anestésica.
Administración de ansiolóticos.
Anticolinérgicos (opcional).

Material empleado:
Trocar para punción lumbar.
Agujas 20 y 23.
Pinzas.
Torundas.
Soluciones antisépticas.
Anestésicos locales.

Descripción de la técnica
Paciente en decúbito lateral o sentado. Al elegir la posición decúbito
lateral, el lado afectado se colocará debajo si la solución a emplear es
hiperbárica. Se colocará encorvado, con las rodillas flexionadas, lo
más cercano posible al tórax para obtener una mayor flexión espinal.
La posición sentada resulta recomendable en los pacientes obesos. Se
seguirán los siguientes pasos:
- Lavado de la región.

60
- Colocación de guantes estériles.
- Preparar el área con una solución antiséptica, evitando contamina-
ciones con estas soluciones que potencialmente pueden producir una
aracnoiditis química.
- Colocar un paño estéril aislante del área.
- Se identifican las crestas iliacas póstero superiores, la línea que las
conecta debe corresponderse con los espacios L4 o el L4-L5.
- Con aguja No. 23 se infiltrará un anestésico local (1 mL) a nivel de la piel.
- Se puncionará la piel con trocar No. 22, 23 (de más fino calibre) en
dirección cefálica, su bisel se colocará de lado, de forma tal que se-
pare las fibras longitudinales de las estructuras que atraviesa.
- La introducción del trocar se hará a nivel del espacio interespinoso a
nivel de las vértebras, se percibirá su pase a través de los ligamen-
tos, de acuerdo a la consistencia de ellos, hasta atravesar la
duramadre, identificado por la
presencia de LCR.
- Se inyectará el agente anestésico
seleccionado y permanecerá el pa-
ciente en la posición que conven-
ga de acuerdo a lo propuesto.
- Se explorará el nivel anestésico,
valorando zonas de sensibilidad.
- La monitorización hemodinámica
resulta obligatoria.

Agentes anestésicos
A continuación se citarán los agentes anestésicos locales más emplea-
dos:

Agentes Concentración Dosis usual Baricidad

Lidocaína 5% 60-100 mg Hiperbárica


Bupivacaína 0,75 % 9 mg
Tetracaína 0,5 % 10-12 mg
Lidocaína 2% 60 mg Isobárica
Bupivacaína 0,5 % 15 mg
Tetracaína 0,5 % 15 mg
Tetracaina 0,1 % 10 mg Hipobárica

61
Otros fármacos disponibles:
Vasoconstrictores: epinefrina (5 ig/mL) para prolongar el efecto de los
anestésicos locales.
Vasopresores: efedrina (10-50 mg) para la hipotensión arterial.
Vagolíticos: atropina (0,5-1 mg) para bradicardia.
Antihistamínicos: benadrilina (25 mg), produce sedación, disminución
de secreciones y es antialérgico.

Complicaciones:
Hipotensión arterial.
Bradicardia.
Náuseas, vómitos.
Disnea.
Cefalea.
Manifestaciones neurológicas.

Contraindicaciones
No consentimiento.
Alergia específica.
Aumento de presión intracraneal.
Sepsis.
Hipovolemia.
Coagulopatías.
Enfermedad neurológica.
Lumbalgias.
Deformidades anatómicas.

Principales problemas a identificar


Ansiedad.
Náuseas.
Frialdad.
Depresión cardiorrespiratoria.
Bradicardia.
Temblores.

62
Intervenciones propuestas.
Apoyo psíquico.
Monitorización: Tensión arterial, pulso, oximetría.
Vasopresores (efedrina).
Rellene intravascular (cristaloides).
Uso de vagolíticos (atropina).
Parámetros vitales.
Abrigar al enfermo.
Iniciar RCPC.

CONSIDERACIONES FINALES

La anestesia regional espinal constituye una de las más usadas desde


tiempos remotos hasta la fecha actual, su aplicación requiere del cono-
cimiento y la preparación del personal, así como de determinados re-
cursos disponibles. Produce una serie de alteraciones a nivel de dife-
rentes sistemas en el organismo, que requieren su inmediata identifica-
ción y solución.

Bibliografía

1. Barash PG,Cullen BF, Stoelting RK. Epidural and Spinal Anesthesia. In: Handbook
of Clinical Anestesia. 2a ed. Philadelphia: Lippincott Company;1993.p. 221-237
2. Botelho RJ. Regional Anesthesia. En: Firestone LL, Lebowitz PW, Cook CE. Clinical
Anestesia Procedures of the Massachussets General Hospital. 3th ed Toronto: Brown
and Company;1988 .p. 199-25
3. González Páez A, Hernández Suárez B. Aspectos históricos de la anestesia espinal
en Cuba (Primera parte) [en línea]http://www.infomed.sld.cu/revistas/cir/vol
42_3_03/cir08303.htm#cargo.
4. Scavuzzo HG. Analgesia epidural en el parto. Buenos Aires:Taller K-Impresoras;
2000 p.17-36

63
Tema 7
ANESTESIA FUERA DE QUIRÓFANO

En los últimos años la aplicación de anestesia fuera del quirófano se ha


incrementado en una forma importante para la realización de procede-
res no quirúrgicos, tanto con fines diagnósticos como terapéuticos.

La realización de estos procederes puede requerir una estrecha obser-


vación, sedación o la aplicación de una técnica anestésica. Todo ello
puede realizarse siempre que se garantice la seguridad y bienestar del
enfermo, por lo que se necesita del cumplimiento de determinadas
normas.

Existen las intervenciones de mayor o menor grado de invasividad,


entre las más frecuentes se encuentran:
Arteriografías.
Neumoencefalografías.
Tomografías.
Embolizaciones.
Flebografía.
Tomografía Axial Computarizada.
Sonografia.
Litotripsia endoscópica.
Litotripsia extracorpórea.
Angioplastias y colocación de Stents.
Valvuloplastias.
Ablación con radiofrecuencia.
Panendoscopias digestivas.
Cardioversiones.
Terapia electroconvulsivante.

Es por ello que estos enfermos, previo a la aplicación de la técnica


seleccionada, requieren de una recopilación de información que nos

64
permita su adecuada preparación. Muy conocidas resultan las reaccio-
nes adversas que aparecen tras la administración de medicamentos, entre
ellas podemos citar la anafilaxia, que constituye, sin lugar a dudas, uno
de los retos de nuestra especialidad. Muchos de los casos que son tribu-
tarios de recibir anestesia tienen antecedentes, evidentes o nebulosos,
de posibles condiciones de mecanismo alérgico; en las últimas décadas
se cita la intolerancia al látex, o ser portadores de alguna enfermedad
como asma, por tanto se descompensan con rapidez.

Generalmente son ambulatorios, por lo que se evitará el uso de agen-


tes anestésicos de acción prolongada que pudieran demorar su recupe-
ración y los que estén contraindicados, y se seguirá la evolución del
paciente, una vez terminado el proceder planificado, hasta su restable-
cimiento y traslado al lugar de destino.

De ahí la necesidad de contar con equipos disponibles, para realizar


una asistencia inmediata, y deben tenerse determinadas condiciones
como:
- Personal calificado.
- Equipo de ventilación, fuente de oxígeno.
- Máquina de anestesia (preferible).
- Equipamiento disponible para el abordaje de la vía aérea.
- Máquina de succión / aspiración.
- Medicamentos para aplicar medidas de reanimación (RCPC).
- Observación estrecha del enfermo, registro de parámetros vitales.
- Monitorización : pulseoxímetro.
- Agentes anestésicos como:
Barbitúricos Tiopental.
Tranquilizantes Midazolam, droperidol.
Inductores Propofol, ketamina, etomidato.
Narcóticos Fentanil, alfentanil.
Agentes inhalados Halothano, sevofluorano, isofluorano.
Anestésicos locales Lidocaína, bupivacaína.

Entre los fármacos disponibles frente a situaciones críticas o que exijan


la aplicación de RCPC, relacionamos los siguientes.
65
Presentación Dosis

Epinefrina 1mg/mL amp 5-10 ìg/kg i.v.


Bicarbonato de sodio 4 40 y 80 mg/ 20 mL 0,5 mEq i.v. (en selec-
cionadas situaciones)
Lidocaína 2% Bb 5 y 20 mL 1 mg/kg
Atropina 0,5 mg amp 70 ìg/ kg – 1 mg i.v.
Verapamil 5 mg / 2 mL 70 ìg/kg i.v.
Aminofilina 250 mg / 10 mL 5 mg/kg i.v.
Hidralazina 20 mg Bb 5-20 mg i.v.
Hidrocortisona 100 y 500 mg Bb 100- 500 mg i.v.

Del creciente número de lugares donde se realizan procederes


anestésicos, citaremos:

Departamento de Imagenología

Se realizan diferentes estudios en los que puede usarse con mayor fre-
cuencia material contrastado. Entre ellos se citan las angiografías, al-
gunos pacientes pueden mostrarse cooperadores o necesitar una seda-
ción, o requerir permanecer inmóviles.
Será obligatorio, además del examen físico del enfermo, recopilar in-
formación sobre alergias medicamentosas o alimentarias, presencia o
no de enfermedades asociadas.

Recomendaciones anestésicas:
No ingestión por el enfermo de alimentos entre 3 a 6 horas.
Conocer alguna medicación previa.
Hematocrito (elevado, tendencia a coagulopatía).
Disponibles: sedantes/ antieméticos.
Se debe evitar el sueño con pérdidas de respuestas

66
Departamento de Psiquiatría

La terapia electroconvulsivante generalmente se aplica a pacientes con


enfermedades siquiátricas, como cuadros depresivos que no respon-
den a tratamiento farmacológico. Su efecto terapéutico está relaciona-
do con la producción de convulsiones, pero puede repercutir sobre otros
sistemas como el cardiovascular (bradicardia, hipotensión, disrritmias,
hipertensión, aumento del consumo de oxígeno en el miocardio) en el
digestivo (aumento de la presión intragástrica) entre otros.

Recomendaciones anestésicas:
No ingestión por el enfermo de alimentos entre 3 a 5 horas.
Conocer la medicación previa.
Monitorización básica.
Oxigenación durante y después de las convulsiones.
Tiopental 1-3 mg/kg i.v.
Succinil colina 1-2 mg /kg i.v.
Equipo de succión disponible.

Principales problemas a identificar


Ansiedad.
Disnea.
Tos seca.
Prurito localizado o generalizado.
Depresión cardio- respiratoria.

Intervenciones propuestas
Recopilación de información.
Valoración de parámetros vitales.
Abordar vía aérea.
Antialérgicos.
Inicio de RCPC.

CONSIDERACIONES FINALES

Existe un creciente número de procederes anestésicos aplicados fuera


del quirófano, los cuales exigen la presencia de condiciones que per-

67
mitan la realización del plan trazado y garanticen la seguridad del en-
fermo. Esto incluye desde la aplicación de fármacos que contribuyan
al bienestar del paciente, la monitorización para la detección de alguna
anormalidad y el seguimiento hasta su restablecimiento.

Bibliografía

1. Barash PG, Cullen BF, Stoelting RK. Anesthesia outside the Operating Room. En:
Handbook of Clinical Anaesthesia. 2da ed. Philadelphia : Lippincott Company;
1992.p. 447-454
2. Cuba.Ministerio de Salud Pública. Formulario Nacional de medicamentos. Ciudad
de La Habana: ecimed; 2003.
3. Rojas Santana O, Molina Lois M. Anestesia para cirugía ambulatoria. En:
Anestesiología Clínica. Dávila E, Gómez C, Álvarez M, Sainz H, Molina M. Rodas:
Damují;2001 .p.335-40

68
ANEXO
Aspectos generales de la práctica de medicamentos

Lote o templa: Es el volumen de un medicamento preparado una sola


vez.
Lote 9002
1er dígito: 9, año de fabricación.
2do, 3ro y 4to dígitos: (002 números de veces que se ha fabricado
en ese año
Fabricado en el año 99, dos veces
Siempre se usará el lote más atrasado

Otras formas:
Lote 945076
1er dígito: año de fabricación
2do y 3er dígitos: número de veces que se ha fabricado
4to y 5to dígitos: mes en que se vence el producto
6to dígito: año de vencimiento
Fabricado en el año 99, 45 veces, vence en julio, año 2006

Preparación de soluciones y concentraciones

Para la realización del acto anestésico se emplean fármacos cuyas solu-


ciones se aplican y preparan de acuerdo a las particularidades del en-
fermo y la estrategia trazada. Por ello destacaremos la preparación de
algunas soluciones.

Disolución:
Material homogéneo formado por más de una sustancia. La sustancia
que disuelve se llama disolvente y la sustancia disuelta recibe el nom-
bre de soluto.
Su característica principal es la uniformidad con que la sustancia di-
69
suelta se encuentra en toda la solución. La composición de una disolu-
ción determinada, se indica expresando las cantidades relativas y la
naturaleza de los componentes.

Concentración molal: número de moles de sustancia disuelta que hay


en cada litro de la disolución. A este número de moles se le llama con-
centración molar. 1 mol= peso de la molécula de la sustancia en gramos
/litro de disolución.

Porcentaje: cantidad en gramos que hay de un soluto en 100 ml. de


solución. Ej: Solución X al 5 %, significa que hay 50 mg de X en 1 ml.
de solución. Conociendo el por ciento sólo tenemos que multiplicar
por 10 y dará la sustancia en mg/ml de la solución.

Listado de fármacos de mayor uso en anestesiología

Nombre Acción farmacológica Dosis Comienzo Indicaciones

Thiopental Depresor SNC 3-5 mg/kg. i.v. Inmediato Inducción


↓flujo sanguíneo anestésica.
cerebral Anticonvulsi-
vante
Ketalar Estado “disociativo” 1-3 g/kg. i.v. 1 min Inducción /
↑ tono muscular Mantenimiento
↑ Activación del SNS 5-10 mg/kg. i.m. 5-8 min anestésico
Broncodilatador
Midazolam Depresión del SNC 0,07-0,08 15-30 min Sedación
↑ umbral para mg/kg. i.m. Inducción
convulsiones 0,25-0,35 mg 1-3 min anestésica
Amnesia IV
Etomidato Hipnosis 0,3-0,4 mg/kg 30-60 seg. Inducción
i.v. anestésica
Propofol Depresor SNC 2-2,5 mg/kg 15 seg. Inducción.
↓ flujo sanguíneo i.v. Mantenimien-
cerebral to anestésico

70
Nombre Acción farmacológica Dosis Comienzo Indicaciones

Pipecuronio Bloqueo 0,08 a 0,1 2-3 min


neuromuscular no
despolarizante
Doxacurio Bloqueo 0,050 mg/kg, 4 a 5 min
neuromuscular no Intubación
despolarizante 0,025 mg/kg
Rocuronio Bloqueo
neuromuscular no 0,6 mg/kg 60 y 90 s
despolarizante Intubación
Atracurium Bloqueo 0,2-0,5 mg/kg i.v. 3-5 min
neuromuscular no 10mg/kg/min
despolarizante inf
Vecuronio Bloqueo 0,05-0,1 mg/kg 3 min
neuromuscular no 0,14 mg/kg1/hora
despolarizante
Pancuronio Bloqueo 0,05-0,1 mg/kg 1-3 min
neuromuscular no IV
despolarizante
Succinil Bloqueo neuromus- 1-2 mg/kg i.v. 1-2 s
colina cular despolarizante
Fentanil Receptores opiáceos 10-100 ìg según 2 min. Analgésico
acuerdo
necesidades
Remifen- Receptores opiáceos. 2 μg /kg Rápido Analgésico
tanilo
Depresor respiratorio
dosis dependiente
Morfina Receptores opiáceos 0,1-1 mg/kg i.v. 5-10 min. Dolor- sedación
según necesidades
Adrenalina Estimulación α y β 1 mg/mL i.v. Rápido Parada
adrenérgica según necesidades cardiaca. Bron-
1mg/250-500 mL coespasmo
D5 % Hipotensión
0,5 ìg/kg/min Anafilaxia

71
Nombre Acción farmacológica Dosis Comienzo Indicaciones

Efredina Estimulación α y β 5-50 mg. Rápida Hipotensión


adrenérgica
Fenilefrina Vasoconstrictor 0,2-0,5 mg i.v. Hipotensión
(neosinefrina) 0,04-0,06 mg
c
/10-15 min
0,1-0,18 mg/min
infusión
Hidralazina Relajación de la 2,5-20 mg c/4-6h i.v. Hipertensión
fibra lisa vascular 2,5-20 min. i.v.
20-40 mg c/4-6 h i.m.
Manitol Aumenta 0,25-1 g/kg al 20% 15 min Hipertensión
osmolaridad sérica, Intracranea
diurético osmótico Prevención de
fallo renal
Glaucoma
Nitroprusiato Relaja la fibra lisa 30-50 mg/250- Rápido Hipertensión
De sodio vascular 100 mL D5 % arterial
0,1 ìg/kg/min severa
según respuesta

Bibliografía

1. Abad Martinez M, Bosch Valdés F, Fojo López F, Gutiérrez Hernández I, Martínez


O, et al. Conferencia para el curso postbásico de enfermera especializada en anes-
tesia. La Habana: MINSAP;1983.p.5-6
2. Negrin Diaz A, Garbey Villalón J, Canet Prades J, Pérez Guerra M, Pérez Rodríguez
A. Farmacología. La Habana: Editorial de Ciencias Médicas;2001.p. 38.
3. Firestone L, Lebowitz PW, Cook Ch E. Drug Appendix. Clinical Anesthesia
Procedures of Massachusetts General Hospital. 3er ed. Boston:Brown and
Company;1988. p.589-48

72

También podría gustarte