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La historia de la cirugía

La historia de la cirugía comprende adrenalina e intensidad: la evolución de esta disciplina no sólo


ha sido el resultado del desarrollo del conocimiento, sino que también ha acompañado los cambios
sociales, económicos y culturales.
Desde la mezcla de magia y mito que algunas prácticas representaban para los hombres primitivos,
pasando por los procedimientos quirúrgicos de Hipócrates (460-370 a. C.) y la división entre
cirujanos y barberos durante el Renacimiento, hasta la llegada de las bases científicas y los avances
tecnológicos que hoy conocemos, lo sucedido en esta materia es más que apasionante.

¿Cómo evolucionó esta profesión tan indispensable para la humanidad?


Cada uno de los capítulos históricos permitió que la cirugía sea actualmente una de las disciplinas
médicas fundamentales. Pensemos, por ejemplo, en los cirujanos Hipocráticos de la Antigua Grecia,
particularmente avanzados para su época. De hecho, fue Hipócrates el que primero describió el
empiema pleural o torácico, su diagnóstico y tratamiento. 
Tiempo después, durante el Renacimiento, diversas figuras aportaron a la historia de la cirugía:
Leonardo da Vinci, con sus trabajos anatómicos; Paracelso y su particular criterio quirúrgico-
traumatológico; Andrés Vesalio, con sus contribuciones en el plano anatómico, y Jean Fernel, el
primero en describir la apendicitis, entre muchas otras personalidades.
Otra figura vital en esta historia fue Ambrosio Paré, considerado el padre de la cirugía moderna.
Empezó su carrera profesional como aprendiz de cirujano-barbero: además de cortar barbas y
cabelleras, hacía sangrías, sacaba muelas y frenaba hemorragias. A los 19 años, ingresó como
cirujano-barbero en el gran hospital de París fundado en el siglo VII y allí aprendió las nociones
básicas de la cirugía.
Contratado como cirujano del Ejército, más tarde, Paré descubrió un nuevo método para curar
heridas de bala, al reemplazar la cauterización con aceite hirviendo por el lavado de esos cortes.
Asimismo, introdujo la ligadura de las arterias para reducir las hemorragias y diseñó aparatos
ortopédicos y prótesis. Su pasión la definía de la siguiente manera: “ La cirugía tiene cinco
cometidos: eliminar lo superfluo, restaurar lo que ha sido dislocado, separar lo unido, unir lo
separado y modificar lo que la naturaleza ha deformado”.
La profesionalización de la cirugía
Los nuevos conocimientos de anatomía y fisiología, así como las bases de la patología
quirúrgica, marcaron a fuego los avances de la cirugía. En el siglo XVIII, la profesión pasó
a tener rango universitario y se comenzó a aplicar el programa de Thomas Sydenham
(1624-1689), que buscaba “exponer con nitidez los fenómenos de cada enfermedad, sin
fundarlos en hipótesis alguna ni reunirlos de manera forzada”. Al médico británico se le
atribuye, además, un retorno a las enseñanzas Hipocráticas en cuanto al contacto constante
y genuino con la realidad de cada paciente y sus síntomas.
Posteriormente, John Hunter (1728-1793), fundador de la anatomía patológica en Gran
Bretaña, también realizó un gran aporte a la historia de la cirugía a través de sus estudios
sobre biología, anatomía, fisiología y patología. Consideraba que los cirujanos no sólo
debían saber de anatomía, sino también de fisiología: los tratamientos no pueden ser
eficaces, creía él, si no se fundamentan en un conocimiento de las causas y del mecanismo
de la enfermedad.

Anestesia, la clave en la historia de la cirugía


En el siglo XIX se conoció uno de los desarrollos fundamentales para las prácticas quirúrgicas: la
rapidez de los cirujanos perdió protagonismo, porque la anestesia y la antisepsia permitieron el
progreso de técnicas más sofisticadas que trajeron buenos resultados. Sin embargo, el tiempo que
duraban las intervenciones aumentaba y esto dio paso a la infección de las heridas, un problema que
fue contrarrestado por múltiples progresos que se obtuvieron a través de investigaciones.
El siglo siguiente aportó las transfusiones de sangre gracias a que Karl Landsteiner descubrió los
grupos sanguíneos–, los antibióticos, los trasplantes de órganos, los anticoagulantes, la
incorporación de la robótica, la evolución de las cirugías laparoscópicas y microcirugías, entre otros
hitos. 

Deberes y derechas del paciente quirúrgico


Derechos
La resolución 4343 de 2012 protege los derechos de los pacientes de la Clínica Médico Quirúrgica
S.A. y tiene como finalidad asegurar que todos los pacientes conozcan sus opciones médicas, y
comprendan los derechos en la participación de su atención en salud.
Usted tiene derecho a:
1. Que atiendan con prioridad a los menores de 18 años, mujeres embarazadas, mayores de 62 años

y pacientes con condiciones especiales (discapacitados).

2. Ser orientado respecto a la entidad que debe prestarle los servicios de salud requeridos.

3. Que solamente le exijan su documento de identidad para acceder a los servicios de salud.

4. Que le informen dónde y cómo pueden presentar quejas o reclamos sobre la atención en salud

prestada.

5. Recibir un trato digno sin discriminación alguna.

6. Recibir los servicios de salud en condiciones de higiene, seguridad y respeto a su intimidad.

7. Acceder a los servicios sin que le impongan trámites administrativos adicionales a los de ley.

8. Que le autoricen y presten los servicios incluidos en el Plan Obligatorio de Salud de manera

oportuna y si usted requiere con necesidad uno que no esté incluido también lo puede recibir.

10. Que, en caso de urgencia, sea atendido de manera inmediata.

11. Recibir durante todo el proceso de la enfermedad, la mejor asistencia médica disponible.

12. Obtener información clara y oportuna de su estado de salud, de los servicios que vaya a recibir y

de los riesgos del tratamiento.

13. Ser informado sobre los costos de su atención en salud.

14. Que se mantenga estricta confidencialidad sobre su información clínica.

15. Recibir servicios continuos, sin interrupción y de manera integral.

16. Recibir o rechazar apoyo espiritual o moral.

17. Que usted o la persona que lo represente acepte o rechace cualquier tratamiento y que su

opinión sea tenida en cuenta y respetada.

Deberes

Con el ánimo de trabajar en conjunto hacia el logro de un objetivo común, nuestros pacientes (y sus

padres, representantes legales o sustitutos) tienen ciertas responsabilidades como participantes del

proceso de la atención médica que reciben y como pacientes de la Clínica.


Usted tiene el deber de:
1. Cuidar su salud, la de su familia y su comunidad.

2. Cumplir de manera responsable con las recomendaciones de los profesionales de salud que lo

atiendan.

3. Actuar de manera solidaria ante las situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las

personas.

4. Respetar al personal de salud y cuidar las instalaciones donde le presten dichos servidos.

5. Cumplir las normas institucionales y actuar de buena fe frente al Sistema de Salud.

6. Brindar la información requerida para la atención médica y contribuir con los gastos de acuerdo

con su capacidad económica.

Prequirúrgica
Análisis prequirúrgicos
Muchos cirujanos solicitan análisis de laboratorio de rutina antes de ingresar al paciente al hospital,
o incluso antes de realizar ciertos procedimientos ambulatorios, para identificar posibles problemas
que podrían complicar la cirugía si no se los detecta o trata a tiempo. Algunos de los análisis
prequirúrgicos más comunes (y los posibles síntomas o motivos por los que se realizan) se incluyen
en la lista a continuación:

 Radiografía de tórax. Las radiografías pueden utilizarse para ayudar a diagnosticar causas
de falta de aire, dolor de pecho, tos, fiebre de origen desconocido y sonidos anormales de
los pulmones, respiratorios y cardíacos.
 Electrocardiograma (ECG). Un análisis que registra la actividad eléctrica del corazón,
muestra ritmos cardíacos anormales (arritmia o disritmia), detecta daño en el músculo
cardíaco y ayuda a determinar (junto con otros análisis) la causa del dolor de pecho, las
palpitaciones y los soplos cardíacos.
 Análisis de orina. Este análisis puede utilizarse para diagnosticar infecciones de los riñones
o la vejiga, y diabetes. Los tipos específicos de análisis de orina pueden ayudar a detectar
fármacos presentes en el cuerpo.
 Conteo de glóbulos blancos. Este análisis puede utilizarse para diagnosticar una infección o
una fiebre de origen desconocido, así como la utilización de fármacos que afectan los
conteos de glóbulos blancos.
Los siguientes análisis, utilizados en muestras de sangre, miden los electrolitos y ciertas sustancias
en el cuerpo que deberían regularse lo más posible antes de la cirugía:

 Glucosa. Este análisis mide los niveles de azúcar en la sangre.


 Electrolitos. Este análisis mide la cantidad de potasio, sodio y otros electrolitos que son
importantes para regular el ritmo cardíaco y otras funciones del cuerpo.
 Conteo sanguíneo completo (CSC). Un análisis que revisa si hay conteos bajos (anemia) o
infecciones.
 Estudios de coagulación (PT/PTT). Estos análisis averiguan qué tan bien se está coagulando
la sangre.
Se entiende como visita prequirúrgica el proceso de personalización de cuidados entre la enfermera
de quirófano y el paciente antes de una intervención programada, mediante una entrevista
personalizada, con el objetivo de proporcionar información, conocimientos de autocuidado,
asesoramiento y disminuir la ansiedad y el temor 1. Hay que tener en cuenta que una intervención
quirúrgica afecta tanto al paciente como a toda la unidad familiar 30, por lo que también hay que
tener en consideración a la familia en el momento de realizar la visita prequirúrgica.

Transquirurgica
Se llama control transoperatorio a los cuidados clínicos que se llevan a cabo en un paciente
que está siendo sometido a un acto quirúrgico. Con estos cuidados se pretende asegurar la
estabilidad de los mecanismos homeostáticos del enfermo durante la exposición al trauma
quirúrgico y a la anestesia.
Límites
Se inicia con la inducción o administración de la anestesia y termina cuando el cirujano
aplica el último punto de sutura o, en su caso, da por concluida la intervención.

División
Transoperatorio quirúrgico. Se refiere a los aspectos técnicos que realiza el cirujano.
Transoperatorio anestésico. Se trata más adelante en este capítulo; por ahora sólo se indica
que comprende todo un sistema de vigilancia, que de acuerdo con el riesgo quirúrgico y
anestésico, puede clasificarse fundamentalmente en dos sistemas:
Sistema transoperatorio de control para intervención quirúrgica en paciente de bajo riesgo
(CBR).
Sistema transoperatorio de control para intervención quirúrgica en paciente de alto riesgo
(CAR).

Control de bajo riesgo (CBR)


Incluye cuatro aspectos básicos: a) control respiratorio; b) control circulatorio; c) control
neurológico, y d) control de líquidos y electrólitos.

Control respiratorio
Independientemente de la técnica anestésica suministrada (local, regional o general), el
paciente debe someterse a un estricto control de la función vital, que es la respiración. Aquí
se entiende por función respiratoria a un todo, desde la permeabilidad de las vías
respiratorias superiores, la llegada de oxígeno al alveolo y el intercambio alveolocapilar,
hasta su transporte por la sangre y el intercambio celular O2-CO2 en el lecho capilar, así
como el transporte del dióxido de carbono a los pulmones para ser eliminado.
De esta manera, deben vigilarse los siguientes aspectos:
Permeabilidad de vías respiratorias.

Frecuencia respiratoria.
Administración de O2 a la concentración requerida.
Ventilación asistida: a través de mascarilla o por cánula endotraqueal con presión positiva
intermitente, ya sea manual por el anestesiólogo o mecánica por medio de un ventilador de
presión, volumen o tiempo.
Para garantizar la permeabilidad de las vías respiratorias es necesario contar siempre con
dos sistemas de aspiración: el eléctrico y el central de vacío, instalado en todas las salas de
operaciones.
Del mismo modo, habrá de disponerse de los recursos para llevar a cabo la intubación
endotraqueal mediante laringoscopio de Macintosh y cánulas traqueales de Rusch, Portex o
Magill.

Postquirúrgico
Es el período que transcurre entre el final de una operación y la completa recuperación del paciente,
o la recuperación parcial del mismo, con secuelas. Pudiendo, en caso de fracasar la terapéutica
finalizar con la muerte.
Convalecencia: es el período en que se producen procesos que tienden a devolver la salud al
organismo después que este sufre una agresión, es la respuesta del organismo y sus manifestaciones,
signos y síntomas.
El postoperatorio se divide en cuanto al tiempo que ha transcurrido desde la operación, en:
Inmediato: en el que se controlan los signos vitales, tensión arterial, pulso, respiración, esto
implica valorar la permeabilidad de las vías aéreas para descartar cualquier tipo de obstrucción.
También en este período se prestará atención a la aparición de hemorragia tanto interna como
externa (que se evidencia en un aumento del sangrado a través de los drenajes o de la herida
operatoria, o como hematemesis, enterorragia, hematuria) que repercutirá en la frecuencia de pulso
y en los valores tensionales.
La respuesta diurética inicial permitirá obtener información adicional sobre el estado
hemodinámico, hidratación y la eventual presencia de un fallo renal agudo.

Mediato: Se prestará atención al control de los desequilibrios, diuresis, fiebre, alteraciones


hidroelectrolíticas, comienzo de la función intestinal.
Alejado: En este período se prioriza el control de la evolución de la cicatrización, así como la
evolución de la enfermedad tratada.
La duración está determinada por la clase de operación y por las complicaciones.
La respuesta metabólica a un traumatismo quirúrgico de moderada magnitud (cirugía mayor
abdominal, torácica, etc.) no complicado, presenta variaciones individuales importantes.
Durante las primeras 48 horas del postoperatorio se observa un aumento de las catecolaminas
urinarias que se vincula a numerosos factores relacionados con la intervención quirúrgica (temor,
dolor, hipoxia hemorragia y anestesia).

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