Núm.

14 VALLADOLID, 4 DE JUNIO DE 1996 Año 2

CORRESPONDENCIA: APARTADO DE PUBLICACIÓN ÓRGANO DE EXPRESIÓN DEL GRUPO LIBERTARIO
DIFUSORA DE LAS
CORREOS 6078 VALLADOLID, 47080
IDEAS ANARQUISTAS Amor y Rabia
FOTOCOPIA Y DIFUNDE
EJEMPLAR
GRATUITO
Número sencillo
CONEXION
HAMBURGUESA
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editorial ¿Existió alguna vez el GAL?
Que nadie se alarme: no vamos a decir aquí que nunca
existieron las víctimas del terrorismo de estado desarrollado
en Euskadi, no. Lo que nos preguntamos, en cambio, es si lo
que existió fué simplemente esa banda llamada GAL, o hubo
algo más. Para nosotros/as es evidente que el “Caso GAL” no
es más que una tapadera de algo mucho más importante: la
estrategia de la tensión aplicada en el estado Español desde la
muerte de Franco hasta mediados de los 80 con el fin de acabar
con cualquier posible foco de disidencia anticapitalista.
La detención de Andrés Cassinello es buena prueba de lo
que decimos: este personaje, entrenado nada menos que en
Fort Bragg (EEUU), la academia de lucha de contrainsurgencia
del mundo (es decir, especializada en combatir aquellos
movimientos que puedan hacer peligrar el orden vigente),
ha sido, por fin, acusado de haber sido uno de los principales
responsables del GAL
Pero su detención, en cambio, ha sido seguida por el
nombramiento como jefe del CESID de quien, precisamente,
fuera jefe de Cassinello durante la santa Transición, otro militar
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PROXIMO NUMERO:
Contra el automóvil
Conferencia transcrita
de Agustín García Calvo
20 páginas + suplemento “Durruti”
150 pts.
Saldrá el 8 de junio
de mayor graduación aún y que también está especializado en la
lucha contrainsurgencia. Asimismo, otra decisión casi paralela
al nombramiento del nuevo jefe del CESID es la entrada de
España en la estructura militar de la OTAN.
O al menos, la entrada de manera pública, ya que España
está representada ya desde hace mucho tiempo en los centros
de planificación de la OTAN por dos siniestros personajes que se
turnan y que, además, son hermanos: los Pardo de Santayana.
En la actualidad, uno de ellos se encarga de representar a
España en las estructuras más secretas de la OTAN, mientras
que el otro se ha encargado de diseñar nada menos que el Plan
Norte del Ejército. Es a estos dos personajes a quienes hay
que preguntar que fué, en realidad, el GAL y otros montajes
similares que abundaron en la Transición, y que, pese a que hoy
se pretendan olvidar, estaban todos ellos cruzados, pero que
tenían todos en común una dirección claramente unificada..
Estamos hablando, claro está, de la sección española de la
GLADIO. Pero este asunto es todavía tabú en este país: veremos
por cuanto tiempo.
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Las selvas tropicales y la
sociedad de la hamburguesa
Por James D. Nations y Daniel I. Komer
Pocos son ios americanos que asocian las hamburguesas
o cualquier comida fast-food con la erradicación de las selvas
tropicales de América Central. Pero durante mas de 30 años,
el apetito de los Estados Unidos por !a carne de importación
barata ha sido un factor critico en el futuro de estas selvas.
Las selvas tropicales de América Central (incluyendo el
sudeste de México y Panamai estan siendo sustituidas por
tierras de pasto para producir buey consumido en, gran
parte por los ciudadanos de los Estados Unidos.
El ciclo de destrucción de las selvas tropicales y el uso de la
tierra para la producción de buey destinada a la exportación
involucra a créditos bancarios internacionales para ayudar
al desarrollo de la industria ganadera, a inspecciones del
Departamenteo de Agricultura de los Estados Unidos para
controlar los ingredientes indeseables y al mantenimiento
de un sistema socioeconómico que concentra la posesión de
tierras -es decir, el poder- en manos de unos pocos.
EXPLOTACIÓN, DESPUÉS COLONIZACIÓN (¿PUEDE ROMPERSE EL CÍRCULO?)
Mientras que algunos científicos y muchos políticos
cuipan a la quema de rastrojos practicada por los indios y la
agricultura rústica de los granjeros, de la destrucción de la
selva tropical centroamericana, en realidad este problema
es el resultado de una combinación de actividades locales,
regionales e internacionales.
De hecho, la apropiación forestal en centroamerica
ocurre generalmente por niveles.
En el primer nivel, las compañias de explotación forestal
se meten en la selva para extraer valiosos especímenes de
madera como la caoba o el cedro tropical.
Como los árboles de la selva están unidos por un
intrincado tejido de hojas, hiedras y lianas, cortar estas
especies selectas daña muchos árboles no comerciales que
serán dejados atrás. Los estudios indican que entre un 30 y
un 50 por ciento de la bóveda selvática puede ser destruido
por este proceso de “batir” o “arrasar a lo grande” la selva
tropical.
Pero el daño producido por las empresas explotadoras
no resulta tanto de lo que los leñadores extraen de la selva
como de lo que dejan atras -concretamente, las carreteras
que construyen para penetrar en la zona y explotarla.
La construcción de carreteras constituye el segundo
nivel de deforestación: la colonización. Puesto que, desde la
carretera, como hormigas en la senda de un bosque, vienen
agricultores sin tierra de otras zonas del país. Siguiendo sus
tradiciones agrícolas (que sientan fatal a la selva tropical)
despejan y queman la vegetación para plantar cosechas de
subsistencia -maiz, arroz y mandioca- y, a pequeña escala,
cosechas de producción rápida como el café, el chile, los
plátanos y el cacao.
La colonización tiene un fuerte impacto en cualquiera de
los indigentes que viven en la región. Grupos de indios. que
han podido sobrevivir a las enfermedades y las interrupciones
de la explotación forestal, pueden ser invadido por colonos
campesinos que sienten poca estima por los nabitantes
originales del territorio y poca conciencia ecológica de su
nuevo hogar forestal.
Pero culpar a los campesinos por desarraigar tribus y
quemar la selva es equivalente a culpar a los soldados por
las guerras. Las colonias campesinas llevan a cabo mucho
La destrucción de la selva tropical en otras áreas del
mundo es a veces más dramática que en Centroamerica
-como en la cuenca amazónica donde el trabajo de bulldozers,
la quema y la deforestación quimica destruyen inmensas
franjas de tierra cada año. Pero en ningún lugar, la pérdida
de diversidad biológica es más severa. y en ningún lugar, el
papel inconsciente de los Estados Unidos en la deforestación
es más aparente que en el caso de Centroamérica. Casi
dos tercios de las tierras balas y el bajo monte selvático
de Centroamerica han sido despoblados o severamente
degradados desde 1950. Al paso actual de destrucción. la
mayor parte de lo que queda de la selva será erradicada
en 20 años, dejando solamente empobrecidos vestigios en
parques nacionales y reservas. A pesar de las inexorables
consecuencias ecológicas de tal panorama, quedan algunas
esperanzas de romper este ciclo. Porque si las causas de
la deforestación en Centroamerica son tán aparentes, las
medidas necesarias para pararla son también obvias.
del trabajo de deforestación en Centroamérica pero son
meros peones en un juego de ajedrez. Para entender el papel
del colono en la deforestación, hay que preguntar primero
porqué estas familias entran en la selva. La respuesta es
simple: porque no hay tierra para ellos en ningún otro lugar.
Detrás de esta respuesta existen algunos factores
subyacentes como el injusto reparto de tierras y el
crecimiento de la población.
Los funcionarios de los gobiernos centroamericanos
promueven proyectos de colonización de la selva o toleran
la colonización “espontánea”, en parte porque alivian las
presiones de una reforma agrícola en otras áreas del país,
reduciendo asi la demanda con vistas a que se redistribuyan
grandes estados y fincas que están en manos de las
compañías.
Según la Organización para la Alimentación y la
Agricultura de las Naciones Unidas (FAO), en el conjunto de
Latinoamérica, el 7% de los terratenientes controla el 93%
de la tierra arable. Por ejemplo, en Guatemala el 2,2% de la
población detenta el 70% de las tierras agrícolas compuestas
en su mayoría por plantaciones de café, plátano y ranchos
ganaderos. Hasta 1979, Anastasio Somoza y su familia
eran dueños del 23% de la tierra arable de Nicaragua. En
suma, bastante más de la mitad de las familias rurales en
Centroamérica o no tienen tierra, o tienen demasiado poca
como para mantener una familia. Así, cultivan cosechas
marginales y trabajan como peones en tierras ajenas, en
espera de poseer algún día su propia y adecuada granja.
El crecimiento de la población es un factor de igual
importancia en la colonización de la seiva tropicai en
Centroamérica. A mediados de 1981, casi 35 millones de
personas vivían en México y la Centroamérica rural. A finales
de siglo, producto de un incremento natural del 2,2% anual,
22 millones mas se les sumarán. En Centroamerica como
en el resto del mundo, el 90% del crecimiento de pobalción
esperado para los proximos 20 años tendrá lugar en áreas
que ahora están cubiertas, o eran antaño cubiertas, por
selvas tropicales. La combinación entre la injusta repartición
de tierras y el crecimiento de la población puede producir un
severo enfrentamiento social y una casi total deforestación,
como demuestra el claro ejemplo de El Salvador.
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PRODUCCION DE BUEY PARA LA EXPORTACION
Con la colonización llega el tercer nivel de la deforestación
forestal en Centroamerica. En este ultimo nivel la tierra,
despejada por los indios y las familias de campesinos
inmigrantes, es absorbida por individuos o compañias que
la dedican a producciones exportables -azucar de caña,
plátanos, piñas, café, aceite de palma o ganado vacuno. En
Centroamerica, la mas dominante y, a la vez, mas destructiva
de estas producciones es la de ganado vacuno.
Las familias rurales que colonizan la selva en Centroamérica
pretenden generalmente quedarse indefinidamente con las
tierras. Pero, como señala el geografo James P. Parsons,
“Despues de una o dos cosechas de maíz, arroz o mandioca
en lo que fué la selva, una declinante fertilidad, la invasion de
hierbas e insectos nocivos se suman para forzar a los colonos
a vender a una segunda oleada de colonos o especuladores
que les siguen, convirtiendo pequeñas fincas en grandes
fincas cuyo único proposito sera el de criar ganado vacuno”.
En este sentido, como apunta Parsons, las cosechas
plantadas por los campesinos en lo que fué la selva sirven
de nivel transitorio entre la deforestacion de la selva y su
transformación en tierras de pasto. Asi, las familias pioneras
reciben unos pocos años de cosecha a cambio de convertir la
PRODUCIR CARNE ES PRODUCIR HAMBRE
Puesto que los individuos pueden obtener generosos
créditos del gobierno y los bancos comerciales para criar
ganado vacuno, transforman simplemente la selva tropical
en tierras de pasto. Mediante cualquiera de estos sistemas
de conversión de selva en tierras de pasto, el resultado
es el mismo. Después de 7 a 10 años de crianza vacuna.
los efectos del “sobre-pasto” y las lluvias torrenciales
convierten la tierra selvática, pobre en nutrientes, en tierra
yerma y erosionada.
selva tropical en praderas para el beneficio de otros.
Sin embargo, los ganaderos no son siempre tan
pacientes. En el sur de Colexico y Honduras, los rancheros
alquilan a veces los servicios de colonos o indios para cortar
y quemar la selva y plantar hierbas de pasto. En la selva
tropical de Darién en el sur de Panama, las familias de
colonos emigran a las selvas nacionales, cortan y queman la
vegetación, plantan hierba después, y venden las parcelas
cómo “tierra abonada” a 80 dólares la hectárea (2,47 acres)
a “hacenderos” y ganaderos de fin de semana de Panama
City.
Una situación similar se produce a lo largo de toda
Centroamerica. En vez de reconocer la selva tropical como un
valioso recurso natural, muchos políticos centroamericanos
la ven como un obstáculo al desarrollo nacional. No solo fallan
en conservar este recurso nacional sino que proporcionan
a colonos, granjeros y ganaderos incentivos legales y
financieros para despejar estas selvas. En numerosos paises
de America Central, para obtener el título de una parcela
de tierra en la selva federal, el colono solo debe mejorarla
despojándola de su vegetación.
Cuando esto sucede, los ganaderos deben encontrar
nuevas tierras de cultivo o selva que convertir en tierra de
ganado. De estas diferentes maneras, los productores de
ganado expanden sus operaciones a lo ancho de las selvas
de Centroamerica, destruyendo bosques, vidas salvajes y
producciones agricolas, con igual desprecio. El sinsentido
trágico de convertir las selvas tropicales de Centroamerica
en tierras de pasto es evidente a varios niveles. El número
de animales por unidades de tierra en las recientemente
despejadas zonas de selva es apenas de uno por hectárea
durante el primer año. En los 5 a 10 años siguientes esta
tasa cae a una cabeza por cada 5 o 7 hectáreas ya que los
tratamientos quimicos y la erosión empobrecen el suelo.
Estudios sobre las tierras de pasto ganadas a la selva en
Chiapas (México), donde el suelo es mejor que en la mayoría
de otras regiones, demuestran que la media de producción
vacuna es de 22 libras de carne por hectárea y por año.
En cambio. el sistema tradicional de cultivo de los Mayas
Lacandón (los habitantes indígenas de la zona) produce más
de 13.000 libras de maiz limpio de cáscara y 10.000 libras de
cultivo de raices y verduras por hectárea y por año.
Más aún, los Lacandones producen estas cosechas durante
5 a 7 años en un solo lote de selva antes de permitir a la zona
volver a crecer, para otro ciclo de alimento y selva, de 5 a 10
años después. Aún así, antes de abandonar sus parcelas de
cosecha, los agricultores Lacandones siembran estas áreas
con tres tipos de cosecha que incluyen limón, caucho, cacao,
aguacate y papaya, en un sistema tradicional “agroforestal”
que conserva el equilibrio de la selva y permite, a la vez, la
regeneración de este recurso renovable.
Está claro que, si la selva centroamericana fuera
erradicada para producir comida destinada a las poblaciones
hamorientas, como algunos investigadores sostienen,
entonces podrían usarse otros sistemas más productivos
que la producción ganadera intensiva. Desde luego, las
tradicionales producciones alimenticias de los indios de la
selva son, sin excepciones, más productivas que la ganadería
que sustituye a sus sistemas. Incluso la triste cosecha
que los pastos producen en el trópico centroamericano no
aporta ningún beneficio a la población local, sean indios o
inmigrantes colonos.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos
(USDA) ha señalado que, actualmente, mientras que crece
la producción de buey en los países de Centroameríca, su
consumo per capita baja en cada uno de ellos. Asi, en Costa
Rica, dónde el 71% de toda nueva granja es sembrada con
pastos para la ganadería, la producción de buey se duplicó
entre 1959 y 1972 pero su consumo per capita cayó de 30
libras a menos de 19. En Honduras, entre 1965 y 1979,
la producción de buey dió un salto de casi 300% pero su
consumo nacional per capita cayó de 12 a 10 libras. Según
la mayoría de las estimacionesl, a menos dos terceras partes
de la tierra arable de Centroamérica se dedica ahora a la
cría de ganado, mientras que el consumo de buey per capita
sigue bajando.
Detrás de esta situación ilógica existe un hecho
muy simple: la expansión de la producción ganadera de
Centroamerica es en gran parte una respuesta al lucrativo
negocio de importación de carne del Mercado estadounidense.
Mientras que la producción ganadera crece en Centroamérica,
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sus esportaciones de buey crecen parejas. Puesto que las

compañías extranjeras pueden pagar mayores precios por
el buey que los consumidores domésticos, el precio local
del buey sube y numerosas familias centroamericanas no
pueden permitirse el lujo de comer buey. Este problema se
combina con el crecimiento de la población, lo que quiere
decir que, cada año, más y más gente compite por la carne
que se queda en el pais.

COMO FUNCIONA EL SISTEMA DE EXPORTACION

Las compañias estadounidenses importan anualmente
más de 330 millones de libras de buey centroamericano
(incluyendo terneros vivos), una cifra que representa el
25% de la producción anual de estas regiones y el 90%
de sus exportaciones de buey. Hasta la revolución de
1979, Nicaragua fué la mayor fuente centroamericana de
abastecimiento de buey. El país vendió a los Estados Unidos
una media de 42 millones de libras al año. El mismo Somoza
tenía intereses en seis compañías importadoras de Miami.
Compraban buey por más de 30 millones de dólares al año,
mucho del cuál era producido directamente en los ranchos
ganaderos de Somoza en Nicaragua.
Hoy día, Costa Rica ha alcanzado el primer puesto en
la exportación de buey hacia los Estados Unidos, ya que
Nicaragua envía buey tanto a Estados Unidos como a Cuba.
En pocos años. Costa Rica exporta más de dos tercios
de su producción total de buey. Guatemala vende entre una
cuarta y una tercera parte de su producción a los Estados
Unidos. Belice está aún en el primer nivel de la industria
exportadora de buey con una media de sólo 155.000 libras al
año. Desde su inicio en 1973, la exportación de buey desde
El Salvador, donde la selva ha sido virtualmente eliminada,
alcanza una media de casi 9 millones de libras al año. Panama
exporta menos, una media justo por debajo de los 4 millones
de libras, aunque las compañías de allí también venden buey
a las bases militares estadounidenses en Panama y a los
barcos que cruzan el Canal. Las compañías estadounidenses
compran normalmente la mitad del buey producido en
Honduras, un país que, con 25.000 km² de tierras de pasto,
tiene la mayor producción de alimentos per capita de América
Latina. Sólo en México, donde la demanda doméstica fuerza
a hacer recortes periódicos, los decretos gubernamentales
mantienen la exportación de buey alrededor de un 5%. La
implicación de México en la destrucción de la selva tropical
es también más indirecta. El buey producido en tierras
ganadas a la selva del sur de México es enviada por barco a
los centros urbanos de rápido crecimiento del país para así
poder compensar el buey y los terneros vivos que produce
el norte de México para la exportación a los Estados Unidos.
El proceso de conversión de las selvas tropicales y las
selvas de cultivo de Centroamérica en tierras de pasto
está ampliamente financiado por créditos internacionales.
El American Developement Bank (IDB), el Banco Mundial
(BM) y el Fondo de Desarrollo (!) de las Naciones Unidas
han proporcionado generosos créditos a los países de
Centroamérica para incrementar el número de tierras de
producción ganadera, construir nuevas fábricas de envasado
de buey y proteger el ganado contra las enfermedades.
Entre 1971 y 1977, por ejemplo, el Banco Mundial (BM) y
el IDB han proporcionado globalmente a Latinoamérica
más de un billón de dólares en créditos para mejorar la
producción ganadera y el procesado de la carne. Durante
este mismo período, créditos y asistencia técnica de otras
agencias internacionales y bilaterales han añadido otros
2,5/3,5 billones de dólares a esta suma. Desde 1963, el BM
ha proporcionado fondos para las actividades ganaderas a
todos los países de Centroamérica, excepto El Salvador.
Los bancos comerciales de Latinoamérica y otros bancos
comerciales extranjeros también están involucrados en
la exportación del buey. Además, en calidad de agentes
de créditos de desarrollo internacional para la expansión
de la producción de buey, también proporcionan capitales
para la compra de tierras, la construcción de carreteras,
las fábricas de envasado y nuevos puertos de exportación.
Estos organismos justifican a veces estas inversiones
razonando que están ayudando a colmar el vacio alimenticio
en Centroamérica: Pero, en realidad, están complicando el
problema de la malnutrición facilitando la exportación de
alimentos de alta calidad y ayudando a convertir tierras
agricolas para la producción de cosechas exportables.
A lo ancho de Centroamérica, los terratenientes
encuentran facilidades para obtener respaldo financiero para
la ganadería pero no para la producción de alimentos. Los
banqueros apoyan gustosamente la producción ganadera
porque saben que el mercado de importación de buey
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La enorme deforestación llevada a cabo a lo largo de los últimos años

en Centroamérica se pone de relieve en toda su gravedad al observar en
el Mapa n°1 cuan enorme es la zona que ha sido despejada de la selva
que la cubría (Antiguo bosque húmedo). La carne producida en este área
es destinada a la exportación, y entre el 85 y el 90% va a Norteamérica.
Dado que es demasiado magra para los gustos norteamericanos, se
emplea fundamentalmente para hacer hamburguesas que son vendidas
en las cadenas de comida rápida como Roy Rogers, Bob‘s Big Boy.
Jack-in-the-Box y Hot Shoppes. La destrucción ecologica provocada por
los programas ganaderos es a largo plazo y, en algunos casos, resulta
irreversible. Hasta la fecha, sólo en América Central se han cortado
5.000 millones de árboles.
En las Amazonas brasileñas, la introducción de ganado vacuno
es un rasgo secundario de un proceso mas profundo de colonización
agrícola. No obstante, su influencia en el conjunto del proceso no es
desdeñable, sobre todo en las zonas exteriores de la Amazonia, que
pasa de selva a convertirse en ranchos. Pero, eso sí, una vez despojada
la tierra de su cubierta de árboles, no tarda en perder sus nutrientes y
es invadida por malezas tóxicas. En pocos años está tan degradada que
debe ser abandonada. Esta ha sido la suerte que han corrido casi todos
los ranchos ganaderos establecidos en la Amazonia antes de 1978 (los
cuales se localizan detalladamente en el Mapa 2) Los ranchos no fueron
abandonados: simplemente los trasladaron, continuando el proceso de
colonización de la selva. La carne producida en el Amazonas no puede
exportarse a los EEUU debido a las regulaciones de este país. siendo
exportada a Europa. En Gran Bretaña, por ejemplo, se importa carne de
Brasil para hacer cecinas.
 7

Mapamundi hecho con la Proyección de Peters, la cual muestra

los paises en función de su verdadero tamaño geográfico, al
contrario de la tradicional de Mercator. Como puede observarse,
la zona afectada por la deforestación (tan solo en Centroamérica
y Brasil) en los últimos años es mayor que la superficie de la UE.

de Estados Unidos producirá los fondos que cubrirán los
créditos. Como resultado, mientras el ganadero productor
de buey para la exportación encontrará un ilusionado amigo
en el banco local, el granjero que produce alimentos para
su familia y el mercado local buscará respaldo financiero en
vano.
Los ganaderos locales también reciben valiosa
asistencia técnica de los Estados Unidos y las agencias
internacionales de desarrollo y salud. Grupos como la Pan
American Health Oraanization (Organización Sanitaria Pan
Americana) de los Estados Americanos (USDA) y la U.S.
Agency for International Deveiopmente (Agencia U.S. para
el Desarrollo Internacional) - AID- prestan asistencia a la
industria ganadera para la exportación mediante su apoyo
a programas de erradicación de plagas vacunas como son
las garrapatas, los vampiros o las larvas asesinas. Según
la USDA, sin la asistencia técnica de estas organizaciones,
la producción ganadera en el trópico no sería rentable por
no decir imposible. En repuesta a este soporte financiero
y técnico internacional, las exportaciones de buey
deshuesado y congelado fueron el sector más dinámico en
el Comercio Centroamericano entre los años 60 y los 70,
con un crecimiento del 400% entre los años 1961 y 1974
solamente.

LA SOCIEDAD DE LA HAMBURGUESA
Por encima de todo, el buey que los Estados Unidos
compran a Centroamérica representa solamente un 13,5%
del total importado pór las compañías desde el mundo entero,
y menos del 2% del total del consumo nacional de buey. A
pesar de leves descensos en los últimos años, el consumo
anual per capita de buey en los Estados Unidos aun sobrepasa
las 105 libras y un gato doméstico americano consume más
buey en un año que la media de los centroamericanos.
Es importante señalar que la mayoria del buey importado
por Estados Unidos venia originariamente de Australia y
Nueva Zelanda, y en menor cantidad de Brasil, Argentina,
Irlanda, República Dominicana y Haití. La exportación de
buey desde Centroamérica empezó seriamente en los 60
cuando tanto el esfuerzo de los ganaderos norteamericanos
de producir ganado de mayor rentabilidad criado con grano.
como el crecimiento de la industria de los “fast food” se
combinaron para crear una escasez de los cortes baratos
usados en las hanburguesas y los productos de buey
procesado.
Los importadores de buey se volvieron hacia
Centroamerica porque el vacuno de esta región está libre
de las enfermedades está libre de las enfermedades que
afectan a sus pezuñas y bocas. Solamente el hecho de que
la legislación norteamericana prohiba las importaciones de
carne de buey congelada y refrigerada de paises infectados
por estas enfermedades impidió que la selva tropical del
Amazonas fuera también presa de la pasión de EE.UU. por el
buey. Aún asi, los Estados Unidos importan al año 46 millones
 8
de libras de buey brasileño cocinado, mayoritariamente
en forma de “comed beef”, embutidos y otros productos
enlatados Prácticamente el 80% de las exportaciones de buey
de Brasil van a para a otros paises, principalmente a Europa
Occidental, donde no existen leyes contra las importaciones
provenientes de regiones con las enfermedades antes
citadas. Las exportaciones de buey de Centroamerica entran
en los Estados Unidos en forma de cajas de 60 libras con
piezas de carne congelada y deshuesada que han sido
envasadas en mataderos sanitariamente controlados por
la USDA en los países de Centroamerica. Transportadas por
barcos frigoríficos hacia puertos de Florida y California, la
carne es comprada por agentes de aduanas y envasadores
de carne, después vendida a cadenas de “fast food” y
procesadores de comida rápida a lo largo y ancho del país.
NI SU PROCEDENCIA, NI SU CONTENIDO SON PUBLICOS
Identificar los componentes específicos que contiene
el buey importado de Centroamérica es dificil por no
decir imposible. Una vez que el buey extranjero ha sido
inspeccionado por la USDA en su puerto de entrada, la carne
entra en el mercado norteamericano de productos bovinos y
ya no necesita llevar la etiqueta de “importado”. El resultado
es que, si bien algunos restaurantes de “fast-food” admiten
usar buey importado, otros pueden reivindicar que usan
solamente buey autóctono norteamericano ya que el hecho
de que el buey importado se vuelva buey “doméstico” una
vez que ha sido controlado por los inspectores de la USDA
hace dificil probar lo contrario. Como explicaba un inspector
de la USDA en Washington D.C.: “Una vez que hemos
inspeccionado un buey importado, no tenemos manera de
averiguar en que productos acabará. A dónde va y cómo lo
llamará la gente una vez que le hemos dado el visto bueno
está fuera de nuestro alcance”. De hecho, las franquicias de
“fast-food” pueden ignorar la fuente original de todo el buey
que venden. A veces, dice el inspector de la USDA basado en
Miami, Dick Ablett‚ un filete de buey cambia de dueño dos
o tres veces incluso antes de salir del almacén“. Pero las
importaciones norteamericanas de buey centroamericano
introducen algo más que buey barato en la dieta de
los americanos. También aportan algunos ingredientes
indeseados como residuos tóxicos de carbonos clorados que
se encuentran en el DDT y otros pesticidas agrícolas. “En
los últimos años”, afirma el investigador del departamento
de estado norteamericano Douglas Shane, “la cantidad
de buey latinoamericano rechazaso por los inspectores
estadounidenses se ha duplicado y más”.
En la imagen, un rancho establecido sobre los restos de un antiguo área de selva del Amazonas. Aún pueden
observarse los arboles recién cortados derribados sobre el suelo.
La mayor parte es transformada en hamburguesas,
salchichas, chili, sopas, estofados, picadillo, embutidos.
cenas rápidas comida infantil y alimento para mascotas, y la
otra parte sera mezclada con buey doméstico más grasiento
para que parezca, en las estanterías del supermercado, buey
autóctono apto para hamburguesas y pastel de carne. Además,
una pequeña parte de la carne congelada será vendida a
restaurantes que sirven a inmigrantes latinoamericanos.
sobre todo en Miami. Muchos de estos inmigrantes hispano-
parlantes prefieren la textura magra del buey alimentado
con pasto a las piezas más gruesas y grasientas del buey
norteamericano alimentado con cereales.
Durante los años 70 y 80. las partidas de importacion
desde México, El Salvador, Nicaragua y Guatemala han
sido suspendidas varias veces debido a los intolerables
niveles de estas sustancias tóxicas. Según el personal del
despacho del Agregado de Agricultura de la Embajada de
Estados Unidos en Guatemala, el problema empieza cuando
los granjeros centroamericanos rocían DDT en sus cosechas
de algodón. El ganado ingiere el DDT cuando pasta en los
campos ya cosechados o cuando consume alimento que
contiene salvado de semillas de algodón que provienen de
plantas rociadas. Asi, el DDT producido en los Estados Unidos
y esportado a Centroamérica vuelve a los consumidores
norteamericanos dentro de sus hamburguesas y comidas
rápidas. En los Estados Unidos, los inspectores de las USDA
devuelven cualquier buey que muestre intolerables niveles
de estas sustancias tóxicas. Toman al azar muestras del
buey que llega y las envían a laboratorios de pruebas en
Atenas (Georgia), donde se examinan en busca de residuos
tóxicos, trazas de metales y moscas. “Las moscas indican
una ausencia de sanidad”: explica un inspector de carne de
la USDA en Miami. “El metal es también un defecto critico.
Pero el gran problema”, continúa, “es el DDT”. A pesar de
estos problemas, todos los indicadores apuntan a que el uso
de buey importado en Estados Unidos se incrementará en los
próximos años. Algunas estadísticas: el 45% del buey que
los norteamericanos comen se consume en restaurantes y
cadenas de “fast-food”; hacia 1990, la mitad del presupuesto
nacional para alimentacion se gastará en comidas fuera
del hogar; los Estados Unidos tienen ya más de 67.000
restaurantes de “fast-food” y gastara mas de 29 billones de
dólares al año en “fast-food”.
 9
ANEXO:
Sobre las multinacionales de la
comida rápida
Desde una perspectiva sociológica, uno de los sectores
que aún intenta resistir el alud de innovaciones y cambios
producidos por la sociedad superindustrializada es el de
nuestra gastronomía.
El nuevo estilo de producción de la segunda mitad del
siglo XX, basado en la movilización absoluta de los recursos
de producción y de las fuerzas de trabajo, los largos
desplazamientos a los puestos laborales (con la abolición
del retorno al hogar para efectuar la comida del mediodía)
y la incorporación de la mujer en el circuito del trabajo
y del consumo, se enfrenta con la tradición alimenticia y
gastronómica de los europeos, gestada esencialmente en los
siglos preíndustriales.
La comida que en la actualidad intenta adaptarse al sistema
de producción imperante debe satisfacer basicamente tres
requisitos, por orden de prioridades:
1°: ser nutritiva para asegurar las prestaciones laborales;
al mismo tiempo, su digestión no debe menguar la capacidad
laboral.
2°: ser de corta duración y fácil manejo para no entrar en
contradicción con la producción.
3°: ser suculenta y eficiente.
Estas nuevas necesidades gastronómicas empezaron a ser
explotadas en los EEUU a finales de los años 50 por toda una
serie de establecimientos que ofrecían “fast-food”, es decir,
“comida rápida”, y que iban desde los tenderetes de “perritos
Parte del proceso industrial desarrollado por McDonalds para sus hamburguesas. En la imagen, preparación de
las patatas fritas que en el futuro se servirán en las hamburgueserias.
calientes” hasta las primeras pizzerías. En este sector apareció
pronto la gran empresa McDonalds, que abrió sus puertas en
1955 en Chicago (cuna de la producción en cadena). Después
de extenderse como la pólvora por EEUU, en los años 60 dió el
salto a Gran Bretaña, en los 70 a Europa del Norte y Central y
en los 80 ha iniciado la conquista de la Europa Latina. La firma
posee hoy unos 8.000 establecimientos en todo el mundo.
La rentabilidad de sus acciones se ha convertido en un
mito. En 1966 la “accion” de McDonalds tenia un valor
nominal en Wall Street de 1,5 dólares. En 1973 se cotizaba a
77 dólares, y en la actualidad cuesta 90 dólares.
El éxito de McDonalds hizo que otras empresas
multinacionales se subieran al carro del vencedor.
Establecimientos de “comida rápida” conocidos por todos son:
Burguer King, la segunda de a bordo (como la Pepsi respecto
a Coca Cola), con más de 6.000 restaurantes; Wendy‘s, con
3.000, Hardee‘s Restaurants con 2.300, o la cadena Pizza Hut
con 4.500 locales, por citar sólo los imperios más importantes.
La clientela básica de estos establecimientos es la de
jóvenes y adultos de hasta 45 años. Estadísticas fiables
referidas a la República Federal Alemana muestran que
cerca de medio millón de personas visitan a diario las
multinacionales de la hamburguesa. Es probable que en
todo el mundo 15 millones de personas engullan cada día
hamburguesas y patatas fritas en estos establecimientos.
 10
AUMENTOS SUPEDITADOS A LA TECNICA
Nunca antes se habian llegado a aplicar en el sector
de la alimentación los principios de la economía de libre
mercado. En las multinacionales de la comida rápida rige
rigurosamente la ley del máximo beneficio, respetando una
calidad media para el mantenimiento de la clientela y el
consumidor. Curiosamente, tanto McDonalds como Burger
King no poseen producción propia de materias primas, pero
han conseguido controlar esta fuente de forma insospechada.
Por ejemplo, la carne de las hamburguesas que se expende
en Alemania Federal proviene casi enteramente de una
firma bávara; el pan blanco y las cebollas llegan de EEUU:
el queso y las patatas de Holanda; el pepino, la mostaza y la
mahonesa de firmas alemanas; la escasa lechuga proviene
en verano de España y en invierno de California: la salsa
de tomate de Italia y la materia prima de los envoltorios de
Canadá. Las servilletas proceden de Escandinavia, se cortan
en Alemania y McDonalds las imprime en Francia.
SALUD Y HAMBURGUESAS
Los productos que ofrecen las multinacionales de la
comida rápida contienen prioritariamente proteinas y
grasas de origen animal (de ternera pero también de cerdo);
en segundo lugar aportan grandes cantidades de hidratos
de carbono (patatas, cereales refinados,...), mientras que
las verduras y hortalizas frescas brillan por su ausencia
o se convierten en meros elementos decorativos. Comer
en una hamburgueseria significa ingerir también bebidas
refrescantes azucaradas, las cuales suelen contener
abundantes aditivos químicos; otro tanto puede decirse de
las salsas que acompañan a las hamburguesas. Por otra
parte, la leche que se usa en los batidos acostumbra a ser
ultrahervida y nomogeneizada, la menos parecida posible a
MARKETING Y ESCOLARES
El estilo de publicidad que emplean estas empresas tiene
la marca agresiva del más puro capitalismo norteamericano.
Como es sabido, en dichos establecimientos la comida
es servida profusamente embalada y empaquetada con
objeto de conectar con la curiosidad y la fantasia innata
del caracter infantil. Incluso la arquitectura del local,
asi como su ordenación y estética, se halla en función de
atraer al adolescente; los globitos McDonalds, las tarjetas
de cumpleaños intransferibles o los sorteos periódicos
de juguetes, responden al objeto de atraer al niño y
familiarizarle con el establecimiento.
Podemos recordar la filosofía del fundador de McDonalds,
quien afirmaba que la empresa de consumo que atrae a los
El marketing es parte fundamental de todo el montaje de las grandes cadenas de hamburguesas. McDonalds. por
su parte, además de ocuparse de diseñar edificios especialmente atractivos para jóvenes, se preocupa bastante de atraer
a los niños/as, por ejemplo mediante payasos o preparando fiestas de cumpleaños.
Al llegar a sus establecimientos, todos estos productos
deben combinarse para elaborar la comida rápida, lo que
significa que tanto las patatas o tomates deben adaptarse
cuidadosamente a los baremos de calidad y precio de la
cadena. Pero las multinacionales de la comida rápida no
adaptan su instrumental y maquinaria a la materia prima
alimenticia, sino al contrario: con su control absoluto de
las fuentes de producción consiguen que los alimentos se
adapten a la maquinaria. Para que un tomate sea “operativo”
para McDonalds tiene que ser grueso, abombado y de piel
muy fina, para que se pueda cortar en rodajas facilmente. El
ketchup debe tener siempre el mismo grado de fluidez, de
lo contrario la cantidad de salsa de tomate que se vertería
sobre cada hamburguesa seria irregular y llegaría a producir
pérdidas económicas. Así las multinacionales de la comida
rápida terminan por determinar e imponer a los productores
qué materias primas desean que se produzcan.
la que dió en su día la vaca.
Desde el criterio de la medicina natural, el juicio es
mucho mas severo. El abuso de proteínas y grasa animales,
la falta de fibra vegetal que caracteriza a estas dietas, la
ausencia de aportes vitamínicos y sales minerales, así
como la ingestión de fritos, conduce a la acumulación de
substancias tóxicas en el organismo y a una acidificación
de la sangre, lo que potencia en gran medida la aparición
de las típicas “enfermedades de la civilización”, tales como
las dolencias circulatorias, los procesos degenerativos y las
enfermedades reumáticas. Quizá sea la humilde cebolla que
acompaña a las hamburguesas la única nota positiva de toda
la dieta.
niños es la única que incrementará con seguridad sus ventas
a largo plazo; por un lado porque, en la época del estrés y la
problematica de la familia, pocos padres tienen coraje para
oponerse a los deseos de sus hijos en cuanto a la comida
se refiere; “además, un niño cliente de McDonalds implica a
largo plazo un adulto que, una vez padre, traera a sus hijos
a la hamburgueseria para revivir sus recuerdos infantiles”.
La contrapartida de este fetichismo por el embalaje
y las chucherías lleva a que la basura que genera un
establecimiento de este tipo supere considerablemente a
la que produce un restaurante convencional de la misma
capacidad.
 11
EL TERCER MUNDO Y LAS HAMBURGUESAS
Un aspecto menos conocido de lo antiecoiógicas que
son las mencionadas empresas, y sin duda el más grave de
todos, es su colaboración con el empobrecimiento del Tercer
Mundo. El ejemplo de Costa Rica resulta ilustrador.
En América del sur se aniquilan cada año 680 millones
de toneladas de tierra fertil ya cultivable y un número
indeterminado de hectáreas de selva virgen para nuevas
explotaciones. El 80% de esta pérdida tiene que ver
directamente con las explotaciones intensivas de ganado.
En Costa Rica se talan y roturan al año 50.000 hectáreas de
selva virgen con este objetivo.
Costa Rica exporta anualmente a Europa y EEUU 90.000
toneladas de carne de ternera. El presidente de la Asociación
de Ganaderos de Costa Rica confirma que aproximadamente
el 70% de la carne que exportan a EEUU tiene como
destino las multinacionales McDonalds y Burger King.
Pero curiosamente, y quizá con el objetivo de “lavarse las
manos”, ninguna de estas empresas quiere revelar de dónde
procede la carne de sus hamburguesas. El origen es asunto
confidencial para ellas.
El que estas explotaciones estén controladas por
capital estadounidense cierra el círculo de dependencia
y explotación de dichos países. Por un lado las granjas
mecanizadas necesitan poco personal no cualificado y el
sistema de explotación ganadera conlleva la importación de
costosos medicamentos, que también provienen de EEUU y
Europa. De esta forma el dinero que permanece en Costa
Rica y beneficia a los obreros es mínimo, puesto que parte de
las plusvalías revierten en EEUU. Además, la gran extensión
de granjas de ganado para occidente impide que las tierras
fértiles se dediquen al cultivo de vegetales autóctonos, que
ayudarían a mitigar el hambre endémica en estos países.
Esta problemática no se reduce sólo al continente
americano. También en Europa la acción de estas
Multinacionales es perjudicial para la naturaleza y los pueblos
del Tercer Mundo. Las explotaciones ganaderas europeas
que surten de carne de ternera a los establecimientos
CONCLUSIONES
Las multinacionales de las hamburguesas y las patatas
fritas son algo más que un negocio de moda o un lugar para
comer o pasar el rato.
Dichos establecimientos son la expresión de la cultura
y la forma de producción dominantes, una cultura que
termina por imponer también a ios pueblos oprimidos
económicamente su dieta alimenticia como broche final de
su dominación. Las hamburguesas pueden considerarse por
tanto como la comida del “vencedor”.
Por consiguiente, y sin entrar en una critica dietética,
vale la pena ser conscientes de lo que subyace tras el
de McDonalds y Burguer King europeos sólo pueden ser
rentables si además de alfalfa y avena el ganado es cebado
con tres kilos de soja por cabeza y día. Esto ha creado una
enorme demanda europea de soja que suele ser importada
del Tercer Mundo. El ejemplo clásico aqui es Brasil.
Este país dedicaba en 1965 sólo 435.000 hectáreas
al cultivo de soja; hoy son casi 9 millones de hectáreas
cultivadas. Puede decirse, sin exagerar, que casi el 18% de
la tierra cultivable carioca se dedica a la soja, cifrándose la
cosecha anual en 15,4 millones de toneladas. Brasil, un país
donde el hambre es común, exporta a la UE en soja casi el
30% de sus necesidades.
Según estudios de la Universidad de Saó Paulo, en
los estados del sur de Brasil, Paraná y Rio Grande, se ha
comprobado que el 88% del cultivo de soja ha usurpado
plantaciones y superficies que antes de decicaban a
especies vegetales que servían para alimentar a la población
autóctona, como maiz, mandioca, patatas, o ganadería
porcina y mixta.
Nuevamente el capital que explota estos monocultivos es
extranjero. Cinco empresas dominan la exportación: Cargill
(EEUU), Continental Grain (EEUU), Bunge (EEUU), Dreyfuss
(Francia) y Töpfer (Alemania). Brasil gasta en abonos y
fertilizantes químicos destinados a la soja 475 millones de
dólares anualmente, dos tercios de los cuales van a parar
a países superindustriaiizados. La soja exige además unos
16 millones de dólares al año en plaguicidas y herbicidas.
Este dinero va integramente al extranjero, puesto que las
compañías que dominan este mercado son seis: Höchst,
Schell, Bayer, Basf, Chemical Down y Ciba-Geigi (5 europeas
y una norteamericana).
El resumen que se desprende de este breve análisis no
puede ser más escalofriante. Directa o indirectamente, las
multinacionales de la comida rápida no sólo aportan su
grano de arena a la destrucción del medio ambiente, sino
que además contribuyen a la explotación y la miseria de las
poblaciones de aquellas regiones.
simple y trivial hecho de ingerir una hamburguesa en estos
locales. No solo atentamos a largo plazo contra nuestra
salud, sino que qyudamos a financiar un imperio económico
cuya expansión sólo contribuye a la destrucción de la
naturaleaza y al hambre en el Tercer Mundo. Ser asiduo de
estos locales presupone, en última instancia, renunciar a
nuestra identidad cultural relegando nuestra gastronomia
autóctona a un segundo plano. Seamos pues consecuentes
con nuestros ideales -si todavía los tenemos- y evitemos por
tanto dichos establecimientos.
La caida del muro significó la
aparición de un enorme mercado de
muchos millones de consumidores
potenciales para las multinacionales
occidentales. Entre los nuevos
consumidores de la famosa comida
basura norteamericana estuvo el
mismísimo Ejercito Rojo, tal y como
muestra la imagen (ABC, 26 de junio
de 1991).
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