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UNIVERSIDAD

HUELGA EN LA CA1-;EDRAL
MEXICO. 1582

p o r G A B R I E L S A L D I V A R
( D e A n e o M. u e e X e a n o

VilliAS ocasiones grupos organizados de traba- determinación al Canónigo Alonso de Ecija al


Racionero, Maestro de Capilla Fernando Fra~co,
jadores se rebelaron contra los p:Hrones a causa
al R acionero Juan Hernández, al cura Alonso de
de los bajos salarios, y de los malos tratos, allá
Tux illo, a Marcos Tello, a Agustín Díaz, a Bar-
en los lejanos tiempos de la Colonia; aunque de
tolomé Franco, P helipe Pero López, a Luis de
antemano supieran que la vida iba de por medio,
Toro, a Pero Martín, a Antonio Ortiz y a los ocho
ya que tal actitud se consideraba como motín o re-
ministriles.
beldía y como tal se castigaba, sin importar que la
Inmediatamente se dió por despedido el Maes-
sangre se revolviera a los metales de las minas, ya
que el quiuto del monarca se iba limpio y lucien- tro de la Capilla "y respondió que él se despidió
te, lo demás quedaba en casa. Pero ésta que rela- de por sí y por su primo Alonso de Truxillo", y
taremo no presenta aquellos caracteres, es de las así se fueron despidiendo hasta seis de los cantores
postrimerías del siglo de la conquista; todavía las reservándose los ministriles para dar su determina-
ción días después.
voluntades están sometidas al criterio de los po-
derosos y apenas si de cuando en vez se levanta Desde ese día la Catedral Metropolitana del Ar-
alguna protesta aislada que se ahoga bajo la plan- zobispado de México, capital de la Nueva Espa-
ta de los fuertes; sin embargo, un conjunto de ña, quedaba sin música; la más importante de las
individuos se enfrenta al Cabildo de la Catedral iglesias de América estaría ayuna de las alaban-
Metropolitana de México, el año de 1852, porque zas que se tributan a la divinidad en los cantos y
se les pretende disminuir su sueldo, de por sí mi- las músicas por varias semanas;; el órgano perma-
serable. necería mudo todo ese tiempo porque los maestros
Fernando Franco, el Maestro de Capilla, quien se negaban a tocarlo. Su rango la obligaba a ocu-
tenía el mejor salario, no ganaba ni un peso dia- par los mejores elementos de que se podía dispo-
rio, pues tenía trescientos cincuenta anuales. El ner en esta corte y cuando no los había buenos se
Racionero Juan Hernández, que probablemente es contr~taban en la península; pero los que ya tenía
el autor del hermosísimo Antiphonarium impreso selecciOnados y a su servicio rehusaban seguir en
poco antes, edición musical no superada después el desempeño de su profesión a jornal ele hambre
en las prensas mexicanas, percibía menos que el Y hasta parece que todos los del gremio en la ciu-
anterior; su sueldo era de trescientos veinte pesos, dad se pusieron de acúerdo para no aceptar el tra-
al igual que el Canónigo Alonso d Ecija, cantor bajo en aquellas condiciones. Los ministriles se
sin cuya presencia no podía haber música coral por presentaron el diez del mismo mes en la sesión del
ser el único tiple. Los demás cantores y ministriles cabildo para despedirse todos en conjunto, no obs-
ganaban de ciento ochenta a trescientos petlOS, tante de que F rancisco de Covarrubias "dejó de
también cada año. ser Maestro de Capilla por venirse a servir a esta
Los señores Dean y Cabildo un buen día revi- iglesia", tan honroso era pertenecer a este coro.
saron las cuentas de la Haceduría de la Metropo- E l asunto trascendió a las altas autoridades ecle-
litana y encontraron que la Capilla consumía más siásticas, las que se extrañaron de la falta que
dinero que la fábrica de la iglesia, les pareció que hacía la Capilla, y a no ser por la intervención
los salarios de cantores y ministriles eran muy al- directa del Arzobispo la iglesia hubiera continua-
tos y que para no sobrepujar en cantidad a la Ren- do indefinidamente sin músicos ; éste los llamó y
ta de la Fábrica era bueno reducirlos, como lo les hizo algunos razonamientos, ofertas y promesas
re olvieron de común acuerdo, y el cuatro de julio que los convencieron a regresar a su trabajo, sólo
de mil quinientos ochenta y dos se notificó dicha que se impusieron ciertas condiciones:

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La Capilla quedaría integrada, como quedó, por tado, pocas veces se vieron en los trescientos años
todos los miembros que tenía antes; se les paga- de la Colonia, y entre todo lo que hemos visto
ría el sueldo que habían dejado de percibir du- publicado o leído en viejos manuscritos no en-
rante el tiempo no trabajado, y continuarían con la contramos otro que le aventaje en tiempo. Nada
reducción del sueldo durante los meses que falta- hay que nos indique la trascendencia que pudo
ban del año, para volver al sueldo original, a par- haber te1údo, ni la influencia que ejerciera sobre
tir del primer mes del siguiente o antes, si mejo- los gremios numerosos que existían en la ciudad;
raban las condiciones económicas de la Haceduría, pero sí es altamente significativo que este grupo
según lo comunicó el Arzobispo al Cabildo, el 22 de se enfrentara con el inmenso poder de la iglesia,
agosto del mismo año, debiendo reanudarse los que interviniera la más alta autoridad eclesiástica,
trabajaos desde luego. que se resolviera a favor de los interesados, y so-
N o fue ésta una huelga como se entiende en bre todo que no se ejerciera ninguna represalia ni
la actualidad; pero sí presenta algunos puntos aun obre los que pertenecían a la misma iglesia,
de semejanza: Un acuerdo colectivo para aban- a quienes se podría haber conminado a trabajar
donar el trabajo a causa de los salarios bajos, bajo el precepto de santa obediencia, o seguir el
como protesta pasiva para que les sean aumen- camino más expedito de acusarlos al Santo Tribu-
tados, . un cierto tiempo sin trabajar, restitución nal por conspirar contra la religión, basándose en
del trabajo y del salarío, que en síntesis fue lo que hechos de no querer prestar sus servicios en la
pasó con los músicos de la Catedral de México, Iglesia, y de causarle un perjuicio con su actitud;
y es lo que pasa en nuestros días en multitud de de donde es lógico suponer que por desusado o
casos, sólo que entonces se dejaba al patrón en raro el caso sorprendió al Cabildo, el cual, por re-
libertad de ocupar otros asalariados, y ahora no tener para su serv1c1o a la flor y nata de los fi-
• se le permite. larmónicos mexicanos no pensó sino complacer-
Actos de la naturaleza del que dejamos apun- los.

LA LITERATURA MEXICANA Y SU
INTERES EN LOS ESTADOS UNIDOS
P o r D O R O T H Y MARGARET K R E S S
( D e a U n " e • j d a J J e e a o n i a )

prestado para que algunos escritores americanos


S )N cuatro universidades en los Estados Uni-
se enriqueciesen con la venta de sus obras que, o
dos que poseen importantes cátedras de literatura
romantizando o denigrando el gran valor de la ci-
hispano-americana : la Universidad de Y ale, la de
vilización y la cultura de nuestros vecinos, ha caí-
California, la de Texas y la de Leland Stanford,
do como una plaga sobre la vida contemporánea
y esto se debe, en gran parte, a los esfuerzos de
de este país. Se trata, ahora, del verdadero ade·
:M:r. Rowe, Director de la Unión Panamericana.
Jauto cultural en que nuestro país ha llegado a
El profesor Torres-Rioseco, de la Universidad de
apreciar de un modo deliberado y equilibrado
California, en Berkeley, nos hace ver en ;u ar-
tículo publicado en H ispania, ( 1) el interés que de a otro país, también joven y en condiciones for-
día en día va adquiriendo estos estudios en la vida mativas todavía, sufriendo los mismos problemas
cultural de los Estados Unidos. No se trata ya del y pasando por los mismos estados de desarrollo
malogrado interés en temas mexicanos que se ha intelectual. Y no es solamente esto ; es aún mucho
más: interés puramente estético que se revela en
el acto de penetrar en el pensamiento de otra raza
(1) Torres-Rioseco, A. "El interés en los estudios his- por medio de su expresión artística: la literatura
pano-americanos" . Hispania, Vol. 14, (l9~ 1) pp. 218-
~22.
de aquel país,

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