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Hacer un uso sostenible del agua ¿utopía

o realidad?
INTRODUCCIÓN Raúl Herrero
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) establece que el agua
desempeña un papel fundamental en el desarrollo sostenible, incluida la reducción
de la pobreza. Y por esta razón la gestión de los recursos hídricos adquiere una
enorme relevancia.

Una gestión sostenible del agua implica atender las demandas de agua y también
proteger las aguas superficiales y subterráneas para que alcancen un buen estado.

Un modelo de gestión sostenible fomenta el ahorro de agua, asegura que el agua se


devuelve al medio ambiente con la calidad adecuada y garantiza el suministro de la
demanda mediante fuentes alternativas de agua.

DATOS Y PREVISIONES NO SOSTENIBLES


La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura) prevé que habrá que incrementar la productividad agraria en más de
un 70% antes del año 2.050 para alimentar a 9.000 millones de personas. En los
últimos 50 años la población mundial ha aumentado en cuatro mil millones de
personas. Para el horizonte de 2.050 la demanda del agua podría llegar a superar en
más de un 40% los recursos hídricos disponibles.

Actualmente, y a pesar de los avances científicos y tecnológicos, en el mundo más


de 1.000 millones de personas no tienen acceso al agua potable y pasan hambre de
forma crónica. En contrapartida 1.400 millones de personas sufrimos sobrepeso. Y
más de 2.500 millones de personas no disponen de saneamiento adecuado (letrinas
apropiadas, alcantarillado,…).

El 85% de las enfermedades del tercer mundo se deben a la mala calidad del agua.
La crisis mundial del agua provoca más de 2 millones de muertes infantiles al año
por diarreas.

Cada año mueren millones de animales y se pierde el 25% de la superficie agrícola


sembrada por efecto de las sequías y las inundaciones.

En el Sahel mujeres y niñas recorren una media de seis kilómetros a pie todos los
días para llevar a casa algunos litros de agua.

Estas cifras no van acordes al derecho humano al agua establecido por las Naciones
Unidas que otorga el derecho al agua en cantidad y calidad para todas las personas.

A día de hoy existe incertidumbre del impacto del cambio climático en la


disponibilidad del agua.
USO SOSTENIBLE DEL AGUA ¿CÓMO?
Los gobiernos se están haciendo cada vez más conscientes de su vulnerabilidad ante
la escasez de agua debido al crecimiento demográfico, al crecimiento económico, a
los nuevos patrones de consumo (mayor consumo de carne), al cambio climático,
etc.

Algunas formas de asegurar un futuro sostenible en materia hídrica pasan por:

1) Concienciar a los ciudadanos sobre la importancia del uso responsable del agua


mediante la implantación de planes integrales orientados al establecimiento de
objetivos de ahorro de agua. Incluyendo un consumo responsable que apuesta por
los alimentos que consumen menos agua, aprovechando mejor los alimentos y no
tirándolos (los europeos tiramos una media del 30% de los alimentos que
compramos), ahorrando agua doméstica, etc.
2) Fomentar la agricultura eficiente: en agricultura es posible ser más eficientes y
ahorrar más agua haciendo uso de la llamada “tecnología 3.0”, mediante la
elaboración de planes de cultivos para los agricultores y la utilización de sensores
para medir la humedad del suelo, el estado de la planta, las variables climáticas, etc.
Y todo ello para ajustar el agua que hay que aportar a los cultivos, enviando
información al agricultor con las recomendaciones de riego.
También se pueden mejorar los rendimientos empleando sistemas que generen
sombra para reducir la temperatura y la evaporación y conservar la humedad del
suelo.

Y sensibilizar a los agricultores sobre el valor del agua por falta de una estructura de
precios y un marco normativo adecuados.

2) Fomentar la agricultura eficiente: en agricultura es posible ser más eficientes y


ahorrar más agua haciendo uso de la llamada “tecnología 3.0”, mediante la
elaboración de planes de cultivos para los agricultores y la utilización de sensores
para medir la humedad del suelo, el estado de la planta, las variables climáticas, etc.
Y todo ello para ajustar el agua que hay que aportar a los cultivos, enviando
información al agricultor con las recomendaciones de riego.
También se pueden mejorar los rendimientos empleando sistemas que generen
sombra para reducir la temperatura y la evaporación y conservar la humedad del
suelo.

Y sensibilizar a los agricultores sobre el valor del agua por falta de una estructura de
precios y un marco normativo adecuados.

3) Captar y almacenar el agua de lluvia y del ambiente representan una opción real
para abastecer con agua de calidad y de manera constante, viable y económica a las
personas, especialmente en aquellas regiones donde las fuentes de aguas
superficiales y subterráneas se encuentran sobreexplotadas o contaminadas.
Para ello hay que captar el agua, almacenarla y aplicarle los tratamientos necesarios
de potabilización y purificación.

¿Qué hace falta para apostar por proyectos de captación de agua de lluvia?
Voluntad política, participación de la comunidad, asistencia técnica y financiación.
4) Reutilizar las aguas. Si las inversiones en infraestructuras de reutilización se
hacen cada vez más rentables y los precios de obtención del metro cúbico de agua
regenerada disminuyen, puede ser una solución muy interesante para el futuro.
Actualmente existe legislación sobre la reutilización del agua que define la calidad
que debe tener el agua regenerada y los usos a que se puede destinar. En concreto,
en España existe un Real Decreto que establece el régimen jurídico de la
reutilización de las aguas depuradas de 2007 y una Guía del Ministerio de 2010.

El beneficio más importante derivado de la reutilización de las aguas es la


posibilidad de reservar el agua de mejor calidad para los usos más exigentes tales
como la producción de agua potable.

¿Por qué la reutilización del agua no acaba de implantarse en la vida cotidiana? Tal
vez porque existe desconocimiento de la población hacia la reutilización lo que no
favorece la aceptación social, tal vez por falta de infraestructuras que faciliten la
reutilización urbana, domiciliaria, etc.

5) Desalar el agua de mar permite incrementar los recursos hídricos disponibles y


mejorar la calidad de las aguas. En España es un complemento para combatir la
escasez de agua en la vertiente mediterránea. En el caso de las islas Canarias y
Baleares es fundamental. También en Ceuta y Melilla.
La optimización de los costes energéticos es prioritaria para hacer la desalación
cada vez más rentable. Se están produciendo avances importantes ya que se ha
conseguido pasar de consumir 5 a 3 Kwh para desalar 1 m3 de agua en las nuevas
desaladoras.

6) Medir bien el agua que se consume y poner un precio justo al agua:


una adecuada medición es importante para alcanzar una gestión eficiente del
recurso. Un precio real del agua estimula la eficiencia y permite la recuperación de
costes. En el caso de España sería necesario implantar una metodología nacional de
obligado cumplimiento para el cálculo de las tarifas del agua urbana y del agua para
el regadío.
7) Planificar: una correcta planificación hídrica, energética, agraria y urbanística
permite que el crecimiento y el desarrollo no vayan por delante de la disponibilidad
de recursos hídricos o energéticos o de la capacidad de depuración y de
reutilización de los recursos hídricos, una vez que han sido utilizados.
8) Gestionar eficazmente. Es necesario un marco normativo eficiente y que se lleve a
la práctica para regular los usos del agua en las cuencas hidrográficas.
El concepto de ciudad inteligente trata de una evolución en los modelos de gestión
de las ciudades para tener presente en el día a día el desarrollo sostenible y la
gestión eficiente de los recursos. Haciendo uso de la tecnología más avanzada se
optimizan los procesos de la gestión integral del agua logrando:

 La disminución del consumo de agua mediante la mejora de las redes de


distribución, la detección de averías, fugas, etc.
 La mejora de la calidad de las aguas vertidas mediante sistemas de control
de contaminantes en redes de saneamiento, depósitos de tormentas, etc.
9) Favorecer el acceso al agua potable y al saneamiento: el acceso al agua potable y al
saneamiento son fundamentales para que la población pueda salir de la pobreza.
Tener acceso al agua potable en cantidad y calidad es un derecho fundamental del
ser humano.
La escasez de agua puede superarse, pero tiene un coste para la construcción de
nuevas infraestructuras, para mejorar la eficiencia de los sistemas existentes de
abastecimiento y saneamiento, etc.

REFLEXIÓN FINAL
Es muy importante recuperar el equilibrio entre el consumo de agua dulce y su
renovación natural, y realizar un esfuerzo en concienciar respecto al uso
responsable del agua en beneficio de las generaciones presentes y futuras.

Una agricultura de precisión puede producir más y con menos agua respecto a los
métodos tradicionales. En las industrias y en las ciudades también se puede ahorrar
agua.

Es posible reducir la extracción de agua aumentando la reutilización, utilizando


fuentes alternativas como la captación del agua de lluvia y mejorando eficiencias en
procesos de producción (agricultura, industria, etc.)

Tenemos un gran reto por delante para satisfacer las necesidades hídricas actuales
y para no comprometer a las generaciones futuras. Si hacer un uso sostenible del
agua no es una utopía ¿qué puedo aportar yo, en mi vida diaria, para hacer un uso
sostenible del agua?

En momentos de escasez de agua y de tensiones sociales ¿ayudaría el hecho de que


la Unión Europea aprobara una Directiva Europea de Sequías y velara por su
cumplimiento?

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