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Lectura complementaria .

Literatura como arte

La escritura terapéutica

La escritura tiene entre nosotros al menos 6500 años. De esta práctica devino aquella de quienes
viven en su propio cuerpo la enfermedad, con la íntima convicción de que escribir constituye una
práctica terapéutica o reparadora. La escritura terapéutica o reparadora alude a un habitus, que
hace de la escritura una forma de detenerse, de cobijarse, de recobrar el aliento y de volver a
ponerse en pie reconstruyendo el tejido de la experiencia de un modo significativo. Esta
disposición a escribir se apoya en una serie de representaciones y de prácticas históricas que han
ido legitimando la tendencia de que los sujetos, que pueden y quieren, escriban porque les hace
algún tipo de bien. Entre los hitos importantes que han hecho de la escritura una práctica
significante destacamos los siguientes:

La escritura en la antigüedad como práctica destinada al conocimiento de uno mismo y al recuerdo


de las verdades necesarias para la vida. La condición de perdurabilidad de la letra escrita posibilita
el regreso de lo pensado y le permite al sujeto pensarse; situarse al analizar el caso de los hombres
del pasado que necesitaban expresar su verdad y reactivar las verdades que necesitaban escuchar
para ejercer las acciones destinadas al cuidado de uno mismo”. Para ello, tomaban notas, escribían
tratados, cartas a los amigos y llevaban cuadernos haciendo de la escritura una práctica significante.
Las cartas y escritos de los filósofos estoicos del tercer período (s. I y II) Séneca y Marco Aurelio,
constituyen ejemplos de este período.

Las prácticas de los primeros escritores cristianos destinadas a la constitución de un yo que


pudiera salvarse del pecado. Las mismas estaban inspiradas en la necesidad de reelaborar la
experiencia, incluso de pensamiento, para salvar el alma. Como ejemplo están las Confesiones de
San Agustín (s. IV).

Las prácticas del hombre moderno destinadas a la afirmación del sujeto. Durante el siglo XVII, la
coerción ejercida sobre el yo sensible y pensante comienza a debilitarse. Gracias a Descartes, quien
confirma la existencia de una interioridad, y a Rousseau, quien promueve una nueva experiencia de
la subjetividad, la lectura y la escritura se vuelven prácticas significantes también para el resto de los
hombres.

La escritura de los hombres de letras que practican el cuidado de sí mismos bajo la apariencia de
ocuparse de otros. Hacia finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, cuando el cientificismo
otorga a un grupo determinado de profesionales el cuidado de la salud y los movimientos sociales
impulsan el ocuparse de otro, este hábito adquirido de autoafirmarse a través de la escritura se
desvaloriza y el cuidado de uno mismo parece ya una práctica poco recomendable. Entonces, la
práctica ejemplificada por Séneca, la del hombre que vuelve sobre su vida y la modela escribiendo
sin mediaciones profesionales, se vuelve una experiencia secreta que se oculta en los cajones o bajo
el ropaje de la ficción. La literatura parece conceder el público permiso para ocuparse de sí mismo
hablando de otros.

La escritura de los hombres contemporáneos que se apropian de las prácticas ya legitimadas para
socializar sus experiencias y defender sus derechos. Con la posmodernidad, las ciencias son
cuestionadas y las verdades individuales junto con la escritura de los hombres que reflexionan sobre
sí mismos vuelven a rozar la esfera de lo público en múltiples formas que buscan, como señala
Ricoeur, la aprehensión y la comprensión de la vida por medio del relato. Un ejemplo de esta
necesidad de reelaborar la experiencia por medio de la escritura lo constituye el fenómeno de
expansión de los talleres literarios, espacios de sociabilidad que hacen de la producción escrita el
centro de reflexión e interacción de grupos minoritarios que escriben para decir, entre otras cosas,
aquello que es necesario decir.

Zerillo, A. M. (2008). La escritura terapéutica (Adaptado). XI Congreso de la Sociedad Argentina de


Lingüística, Facultad de Humanidades y Ciencias, Santa Fe: Argentina. Recuperado en 2018 de
http://gpoe.mx/smPKOS

Responde las siguientes preguntas a partir de la lectura.


1.- ¿De qué trata la lectura?
2.- ¿Cuál de los hechos clave ha llamado tu atención y por qué?
3.- Investiga a los autores u obras de la época que te llamó la atención.

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