Está en la página 1de 29

Orden de San Agustín

Vicariato San Alonso Orozco


Colegio Milagroso Niño Jesús de Praga
Salta

LENGUA Y LITERATURA- PARTE II


4° “A”

Prof. Marcia Manino


2021

Lengua y Literatura 4° A 1
Índice
La ficción histórica.....................................................................................................................................3

ACTIVIDAD A:......................................................................................................................................4

Los textos argumentativos y expositivos.......................................................................................15

ACTIVIDAD B:....................................................................................................................................15

Niveles de análisis....................................................................................................................................18

ACTIVIDAD C:...................................................................................................................................23

El cuento fantástico argentino...........................................................................................................26

ACTIVIDAD D:...................................................................................................................................26

ACTIVIDAD E:....................................................................................................................................26

La reseña crítica........................................................................................................................................27

ACTIVIDAD F:....................................................................................................................................28

Lengua y Literatura 4° A 2
La ficción histórica
La ficción histórica es un tipo de relato realista que se construye en los límites de la ficción, a partir de la
conjugación de dos elementos: la ficción y la realidad.
La ficción se puede confundir con la realidad ya que a la hora de narrar se recrean condiciones históricas
reales. Es por eso que el lector debe aceptar el pacto de lectura, que consiste en aceptar que lo que el narrador
cuenta es o puede ser verdad, sin importar el género al que pertenezca la historia. Ya sea que se trate de una
ficción histórica, un relato policial, fantástico, etc. La literatura no invita a creer en mundos posibles,
aceptando el engaño al que nos enfrenta el autor.
En la ficción histórica el autor recrea un episodio histórico y sus participantes pero crea pequeñas escenas
cotidianas que se ven afectadas por ese contexto histórico. El autor no pretende contar hechos reales, sino
utilizar un hecho histórico real para la invención literaria.
Autor y narrador
El narrador es la voz ficcional que cuenta los hechos y debe distinguirse del autor, es decir, de la persona real
que escribe el relato.
Focalización o perspectiva del narrador:
-Focalización cero (omnisciente): puede contar de manera amplia lo que sucede. El narrador puede adoptar la
voz de un personaje en particular, ya sea el protagonista de la historia o un testigo de los hechos.
-Focalización interna (primera persona, protagonista): en este caso el conocimiento de los hechos es limitado,
ya que solo puede contar aquellos acontecimientos de los que forma parte y desconoce los pensamientos de
los demás personajes.
-Focalización externa (cuasi-omnisciente): conoce todos los sucesos, pero su conocimiento se limita a aquellas
situaciones que puede observar y describir. No puede suceder a la interioridad ni a la psicología de los
personajes como sí lo hace el narrador omnisciente.
Voces de la narración:
-Estilo directo: durante la narración hay veces en que se suspende la voz del narrador y aparecen las voces de
los personajes, ya sea mediante intervenciones identificadas con una raya de diálogo (-) o puestas entre
comillas (“…”).
Ej.: -Bueno, bailemos- contesto Emilio.
-Estilo indirecto: cuando el narrador utiliza sus palabras para describir una situación comunicativa dicha por
otra persona.
Ej.: Emilio se preguntaba si ella sabría qué estaba pensando en ella.
-Estilo indirecto libre: cuando las voces del narrador y el personaje se funden. Carece de marcas (guion o
comillas) que identifiquen el cambio de la voz. El lector debe identificar en qué momento se produce el
quiebre.
Ej.: para que Mercedes Padierna repitiera para siempre que esos fusiles podían ser el fin del mundo pero que
no lo serán, amor, no lo serán porque una vez, cuando tenías quince recién cumplidos, estiraste el brazo y
sacaste un clavel de una bandeja para dármelo.

Otra fuente para indagar y apuntar en la carpeta: https://www.youtube.com/watch?v=NyIQtoJZ6Q4&t=173s

Lengua y Literatura 4° A 3
ACTIVIDAD A:
1) Leer los siguientes cuentos e identificar el tipo de narrador.
2) Determinar el tiempo y espacio en el que suceden los hechos.
3) Escribir un comentario de cada uno explicando porqué se trata de relatos ficcionales históricos.

LOS OFICIOS DEL NEGRO EUSEBIO


Pedro Orgambid1

EL BUFÓN
Todos saben que fue el Restaurador quien le otorgó los títulos: Don Eusebio de la Santa Federación,
Gobernador de la Provincia, Majestad en la Tierra, Conde de Martín García, Señor de las Islas
Malvinas, General de las Californias, Conde de la quinta de Palermo de San Benito y Gran Mariscal
de la América de Buenos Aires. Era broma, claro: motes de bufón que el negro Eusebio festejó en la
mesa del Restaurador de las Leyes y que nadie, ni los enemigos, podían tomar en serio. Solo algún
tilingo de los que nunca faltan puso el grito en el cielo porque ese negro, hijo de esclavos, se
pavoneara con sus títulos, su casaca militar, su bonete tricornio y el gran bastón de mando. El negro
Eusebio se paseaba así por la quinta y se cruzaba con su dueño, que caminaba, taciturno, con las
manos a la espalda, pensando en los negocios del país, en las intrigas de la política. Él no usaba
uniforme; prefería el traje de paisano y, a lo sumo, vestimenta de navegante, de marino normando.
Pero... ¿qué importan las apariencias si todo es apariencia? Esa podía ser una pregunta del negro
Eusebio a la hora de los postres, del arroz con leche, cuando bastaba con tirarle la lengua para que
él empezara con sus acertijos, sus reflexiones de loco, de bufón, que su amo oía con deleite. Porque
el negro Eusebio supo ser tan distinguido como esos bufones de Europa, que mostraban a los reyes
la otra cara de la realidad y que, entre broma y broma, susurraban las verdades que los cortesanos
no se atrevían a decir. Y cuando los adulones festejaban sus chistes (después que el amo los
aprobara, naturalmente) el negro Eusebio miraba con lástima a esos hombres, a los que iban a
desertar, apenas soplara el viento de otro rumbo.

1
PEDRO ORGAMBIDE Buenos Aires, 1929-2003. Periodista, escritor, autor teatral y guionista para cine y tv, fue
coautor también de varios musicales y óperas con músicos como Astor Piazzolla para la ópera El ídolo; con Alberto
Favero y Nacha Guevara para la consagrada Eva; para Discepolín, con Atilio Stampone. Entre sus novelas: Memorias de
un hombre de bien, El páramo, El escriba, Una chaqueta para morir, El arrabal del mundo, Hacer la América y Pura
memoria; libros de cuentos Historias con tango y corridos, Historias imaginarias de la Argentina; los ensayos Ser
argentino y Diario de la crisis. Recibió el Premio Casa de las Américas (1976), el Premio Nacional de Novela (México,
1977), el Premio Municipal Gregorio de Laferrére (1995) y el Premio a la Trayectoria Artística del Fondo Nacional de
las Artes (1997). Durante la última dictadura militar estuvo nueve años exiliado en México; allí fundó la revista Cambio,
con Juan Rulfo, Julio Cortázar y otros.

Lengua y Literatura 4° A 4
EL PINTOR
El negro Eusebio cultivó otro arte, el de la pintura. Hay un retrato de Manuelita hecho por él, en el
que se ve a una muchacha de perfil y unos árboles al fondo y un pañuelo blanco en primer plano.
Se llama El adiós, creo. Hay otro, mucho más conocido, que algunos señalan como la obra de la
devoción y otros de la picardía del negro: se trata de un retrato de Rosas. Mejor dicho: de muchos
retratos que vendió a buen precio y cuyos detalles figuran en un aviso de La Gaceta Mercantil: “En la
calle de la Universidad Nº 150, se han recibido retratos de S. E. en busto de cuerpo entero, gran
uniforme y banda punzó, las sienes ceñidas con una corona de laurel”. Con todo, Eusebio no fue un
aprovechado, como otros que él vio sentados a la mesa. No; él no cambió de divisa, como esos
señores. No estuvo, como ellos, siempre en el mejor lugar, donde calienta el sol. Cuando las cosas
se pusieron feas, el negro Eusebio dejó su uniforme de mariscal, vistió sus pilchas de gaucho pobre
y se fue, como otros federales, a pelear a Caseros. Algunos creyeron que había muerto allí.

EL SOLDADO
Pero no, el hombre seguía vivo, aunque ahora sin título ni plata. Por eso, quizá, tomó plaza de
soldado. Fue asistente de un capitán al que llamaban Matraca por su vozarrón y su risa estentórea.
Hombre muy fuerte, capaz de voltear un toro. Buen hombre, aunque algo chiflado, muy peleador. El
negro Eusebio, acostumbrado a servir, a obedecer, se aficionó a ese capitán. Cuando este dejó el
ejército en 1857, después de un duelo desprolijo con un oficial mitrista, lo siguió como escudero,
como si el otro, el Capitán Matraca fuera un Quijote robusto y él un Sancho esmirriado. Así se los vio
juntos por Entre Ríos y en todas las revoluciones del Litoral en las que el capitán participó. Él iba al
frente, a los gritos y los sablazos. Cuidando sus espaldas, al galope también, marchaba el negro
Eusebio, martillando su trabuco, con la guitarra a sus espaldas.

EL PAYADOR
En 1859, su capitán sirvió como ayudante del general Urquiza y peleó en la batalla de Cepeda. El
negro, no. Prefirió rumbear para Buenos Aires antes que tomar las armas a las órdenes de ese
general que había derrotado al Restaurador. Él recordaba haberlo visto por Santos Lugares,
después de la batalla de Caseros. El general estaba junto a Mitre y Sarmiento, muy conversadores,
muy contentos los tres.
–Esa partida no es para mí, mi capitán.
–iSi serás loco, negro! ¿Qué vas a hacer en Buenos Aires?
–Ya se verá, mi capitán. De algo se muere el hombre. Pero esta no es mi guerra. Aquí le dejo el
trabuco. Me basta la guitarra.
–Sos insolente, negro.
–Como usted diga...
–Pero antes de irte, vas a contestar unas preguntas.
Ahí empezó todo. El capitán comenzó el interrogatorio. Hablaron de política, de guerras, pero
después del origen del mundo, del peso, la medida, la eternidad.
–Decime, negro, ¿qué es el tiempo?

Lengua y Literatura 4° A 5
–El tiempo es la tardanza de lo que está por venir...
Así, toda la noche. El negro no solo contestaba sino que pedía una explicación. Él también quería
saber y exigía el derecho a una respuesta. Creyó oír, al principio, cierto tono provocativo en
Matraca, alardes de gaucho, el menosprecio del ignorante ante lo desconocido. El negro, que venía
del África, de otros combates y otras sangres, contuvo las ganas de pelear, de terminar allí la
discusión, como era frecuente entonces: a punta de cuchillo.
–Ya nos volveremos a ver –prometió el negro.
Y salió de la tienda del capitán, sin responder a una última provocación, sin darle importancia.
Porque ahora prefería el riesgo de pensar, la incertidumbre del canto.
Durante años anduvo por las pulperías entonando sus versos. Así vivió. No fue mucha su fama,
aunque se entreveró con los grandes. Muy modesto, omitía su pasada grandeza y sus títulos en la
quinta de San Benito de Palermo. Tampoco dijo que Matraca tenía otro nombre, que se llamaba, en
verdad, José Hernández y era el autor de ese libro que circulaba por los almacenes de Buenos Aires
hacia 1872.
“Suerte que no lo maté esa noche”, pensó Eusebio mientras templaba la guitarra, al recordar que él
y el capitán Hernández, al que le decían Matraca, ya no eran los mismos sino otros que estaban
condenados a seguir juntos por la eternidad, en la payada de Martín Fierro y El Moreno. “Suerte que
no me desgracié”... murmuró el hombre.

“Los oficios del negro Eusebio”, en Pedro Orgambide, Historias imaginarias de la Argentina, Buenos Aires,
Ediciones Atril, 2000 (edición corregida y aumentada). ©Herederos de Pedro Orgambide.

Lengua y Literatura 4° A 6
ENCUADRE HISTÓRICO
LOS OFICIOS DEL NEGRO EUSEBIO
Se parte de un dato real. Eusebio fue efectivamente uno de los “bufones” que
acompañaban a Rosas. Si la ocupación era excéntrica no ocurría lo mismo con el otro rasgo
clave que brinda el autor sobre el personaje: era “afro-porteño” y por lo tanto pertenecía a un
grupo muy numeroso en la ciudad. Miles de esclavos llegaron al Río de la Plata a partir de la
conquista española; solamente entre 1778 y 1812 arribaron de modo legal unos 70.000. Eran
vendidos en toda la región pero muchos se quedaban en los puertos, como Buenos Aires.
No tenemos muchos datos sobre Eusebio. Es posible que fuera negro pero también se ha
dicho que era pardo (“mulato”); tal vez nació en África, tal vez en América; parece haber sido
libre, pero su “oficio” se asocia con la esclavitud. Esta se hallaba en decadencia en la época en
que Eusebio se hizo conocido: el tráfico de esclavos fue prohibido en 1812 –Rosas lo permitió
otra vez durante un tiempo pero volvió a clausurarlo–, en 1813 se sancionó la libertad de
vientres que emancipaba a los hijos de los esclavos, mientras que muchos hombres ganaron
su libertad al luchar en la guerra de la Independencia. Debilitada, la esclavitud siguió de todos
modos vigente hasta la Constitución Nacional de 1853, que recién en 1860 se adoptó en
Buenos Aires. Allí el grueso de la población negra era libre y estaba organizada en
“Sociedades Africanas”. Rosas entabló una estrecha relación con ellas y construyó un vínculo
fuerte con la gente de ascendencia africana, que mayoritariamente apoyó su política con
fervor. No es raro que alguien como Eusebio fuera federal.
Al combinar su historia con la del moreno de Martín Fierro, Orgambide resuelve en la
ficción lo que no puede hacerse desde la historiografía: pocas personas de origen popular
sabían escribir en el siglo XIX y en general no dejaron testimonios. Sus rastros son
fragmentarios y apenas podemos reconstruir algún momento de sus vidas. Orgambide no
solo relaciona a Eusebio con el poema clave de la literatura argentina; hace algo más
importante: le da una biografía.

GABRIEL DI MEGLIO Buenos Aires, 1973. Doctor en Historia por la UBA, investigador del Conicet y
docente de Historia Argentina en la UBA. Es autor de libros y artículos sobre historia popular rioplatense
del siglo XIX. Realiza contenidos y conducción de ciclos televisivos de historia en Canal Encuentro.

Lengua y Literatura 4° A 7
ESA MUJER
RODOLFO WALSH2

El cuento titulado “Esa mujer” se refiere, desde luego, a un episodio histórico que todos en la Argentina
recuerdan. La conversación que reproduce es, en lo esencial, verdadera. [...] comencé a escribir “Esa
mujer” en 1961, lo terminé en 1964, pero no tardé tres años sino dos días: un día de 1961, un día de
1964. No he descubierto las leyes que hacen que ciertos temas se resistan durante lustros enteros a
muchos cambios de enfoque y de técnica, mientras que otros se escriben casi solos.
Del prólogo de Rodolfo Walsh a Los oficios terrestres, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1986.
El coronel elogia mi puntualidad:
−Es puntual como los alemanes −dice.
−O como los ingleses. El coronel tiene apellido alemán. Es un hombre corpulento, canoso, de
cara ancha, tostada.
−He leído sus cosas −propone−. Lo felicito.
Mientras sirve dos grandes vasos de whisky, me va informando, casualmente, que tiene veinte
años de servicios de informaciones, que ha estudiado filosofía y letras, que es un curioso del arte.
No subraya nada, simplemente deja establecido el terreno en que podemos operar, una zona
vagamente común.
Desde el gran ventanal del décimo piso se ve la ciudad en el atardecer, las luces pálidas del río.
Desde aquí es fácil amar, siquiera momentáneamente, a Buenos Aires. Pero no es ninguna forma
concebible de amor lo que nos ha reunido.
El coronel busca unos nombres, unos papeles que acaso yo tenga.
Yo busco una muerta, un lugar en el mapa. Aún no es una búsqueda, es apenas una fantasía: la
clase de fantasía perversa que algunos sospechan que podría ocurrírseme.
Algún día (pienso en momentos de ira) iré a buscarla. Ella no significa nada para mí, y sin
embargo iré tras el misterio de su muerte, en busca de sus restos que se pudren lentamente en
algún remoto cementerio. Si la encuentro, frescas altas olas de cólera, miedo y frustrado amor se
alzarán, poderosas vengativas olas, y por un momento ya no me sentiré solo, ya no me sentiré
como una arrastrada, amarga, olvidada sombra.
El coronel sabe dónde está.
Se mueve con facilidad en el piso de muebles ampulosos, ornado de marfiles y de bronces, de
platos de Meissen y Cantón. Sonrío ante el Jongkind falso, el Fígari dudoso. Pienso en la cara que
pondría si le dijera quién fabrica los Jongkind, pero en cambio elogio su whisky.
Él bebe con vigor, con salud, con entusiasmo, con alegría, con superioridad, con desprecio. Su
cara cambia y cambia, mientras sus manos gordas hacen girar el vaso lentamente.
−Esos papeles −dice.
Lo miro.
−Esa mujer, coronel. Sonríe.
−Todo se encadena −filosofa.
A un potiche de porcelana de Viena le falta una esquirla en la base. Una lámpara de cristal está
rajada. El coronel, con los ojos brumosos y sonriendo, habla de la bomba.
2
RODOLFO WALSH Lamarque, Río Negro 1927 - Buenos Aires, 1977. Escritor, periodista y militante. Creador de la
novela de no-ficción o periodismo narrativo, con la célebre Operación Masacre (1957), acerca de los fusilamientos
ilegales de José León Suárez. Autor de otros libros testimoniales sobre crímenes políticos (Quién mató a Rosendo, El
caso Satanowsky), de cuentos, piezas de teatro y de una vasta obra periodística recopilada en El violento oficio de
escribir (2008). Perteneció a la organización Montoneros, con la que tuvo, no obstante, diferencias. Desapareció luego de
haber enviado a los diarios su Carta abierta de un escritor a la Junta Militar.

Lengua y Literatura 4° A 8
−La pusieron en el palier. Creen que yo tengo la culpa. Si supieran lo que he hecho por ellos, esos
roñosos.
−¿Mucho daño? −pregunto. Me importa un carajo.
−Bastante. Mi hija. La he puesto en manos de un psiquiatra. Tiene doce años −dice.
El coronel bebe, con ira, con tristeza, con miedo, con remordimiento.
Entra su mujer, con dos pocillos de café.
−Contale vos, Negra. Ella se va sin contestar; una mujer alta, orgullosa, con un rictus de neurosis.
Su desdén queda flotando como una nubecita.
−La pobre quedó muy afectada −explica el coronel−. Pero a usted no le importa esto.
−¡Cómo no me va a importar!... Oí decir que al capitán N y al mayor X también les ocurrió alguna
desgracia después de aquello. El coronel se ríe.
−La fantasía popular −dice–. Vea cómo trabaja. Pero en el fondo no inventan nada. No hacen
más que repetir.
Enciende un Marlboro, deja el paquete a mi alcance sobre la mesa.
−Cuénteme cualquier chiste −dice.
Pienso. No se me ocurre.
−Cuénteme cualquier chiste político, el que quiera, y yo le demostraré que estaba inventado hace
veinte años, cincuenta años, un siglo. Que se usó tras la derrota de Sedán, o a propósito de
Hindenburg, de Dollfuss, de Badoglio.
−¿Y esto?
−La tumba de Tutankamón −dice el coronel−. Lord Carnavon. Basura. El coronel se seca la
transpiración con la mano gorda y velluda.
−Pero el mayor X tuvo un accidente, mató a su mujer.
−¿Qué más? −dice, haciendo tintinear el hielo en el vaso.
−Le pegó un tiro una madrugada.
−La confundió con un ladrón −sonríe el coronel−. Esas cosas ocurren.
−Pero el capitán N…
−Tuvo un choque de automóvil, que lo tiene cualquiera, y más él, que no ve un caballo ensillado
cuando se pone en pedo.
−¿Y usted, coronel?
−Lo mío es distinto −dice−. Me la tienen jurada. Se para, da una vuelta alrededor de la mesa.
−Creen que yo tengo la culpa. Esos roñosos no saben lo que yo hice por ellos. Pero algún día se
va a escribir la historia. A lo mejor la va a escribir usted.
−Me gustaría.
−Y yo voy a quedar limpio, yo voy a quedar bien. No es que me importe quedar bien con esos
roñosos, pero sí ante la historia, ¿comprende?
−Ojalá dependa de mí, coronel.
−Anduvieron rondando. Una noche, uno se animó. Dejó la bomba en el palier y salió corriendo.
Mete la mano en una vitrina, saca una figurita de porcelana policromada, una pastora con un
cesto de flores.
−Mire.
A la pastora le falta un bracito.
−Derby −dice−. Doscientos años.
La pastora se pierde entre sus dedos repentinamente tiernos. El coronel tiene una mueca de
fierro en la cara nocturna, dolorida.
−¿Por qué creen que usted tiene la culpa?

Lengua y Literatura 4° A 9
−Porque yo la saqué de donde estaba, eso es cierto, y la llevé donde está ahora, eso también es
cierto. Pero ellos no saben lo que querían hacer, esos roñosos no saben nada, y no saben que fui
yo quien lo impidió.
El coronel bebe, con ardor, con orgullo, con fiereza, con elocuencia, con método.
−Porque yo he estudiado historia. Puedo ver las cosas con perspectiva histórica. Yo he leído a
Hegel.
−¿Qué querían hacer?
−Fondearla en el río, tirarla de un avión, quemarla y arrojar los restos por el inodoro, diluirla en
ácido. ¡Cuánta basura tiene que oír uno! Este país está cubierto de basura, uno no sabe de dónde
sale tanta basura, pero estamos todos hasta el cogote.
−Todos, coronel. Porque en el fondo estamos de acuerdo, ¿no? Ha llegado la hora de destruir.
Habría que romper todo.
−Y orinarle encima.
−Pero sin remordimientos, coronel. Enarbolando alegremente la bomba y la picana. ¡Salud!
−digo levantando el vaso.
No contesta. Estamos sentados junto al ventanal. Las luces del puerto brillan: azul mercurio. De
a ratos se oyen las bocinas de los automóviles, arrastrándose lejanas como las voces de un
sueño. El coronel es apenas la mancha gris de su cara sobre la mancha blanca de su camisa.
−Esa mujer −le oigo murmurar−. Estaba desnuda en el ataúd y parecía una virgen. La piel se le
había vuelto transparente. Se veían las metástasis del cáncer, como esos dibujitos que uno hace
en una ventanilla mojada.
El coronel bebe. Es duro.
−Desnuda −dice−. Éramos cuatro o cinco y no queríamos mirarnos. Estaba ese capitán de navío, y
el gallego que la embalsamó, y no me acuerdo quién más. Y cuando la sacamos del ataúd −el
coronel se pasa la mano por la frente−, cuando la sacamos, ese gallego asqueroso…
Oscurece por grados, como en un teatro. La cara del coronel es casi invisible. Solo el whisky brilla
en su vaso, como un fuego que se apaga despacio. Por la puerta abierta del departamento llegan
remotos ruidos. La puerta del ascensor se ha cerrado en la planta baja, se ha abierto más cerca.
El enorme edificio cuchichea, respira, gorgotea con sus cañerías, sus incineradores, sus cocinas,
sus chicos, sus televisores, sus sirvientas. Y ahora el coronel se ha parado, empuña una
metralleta que no le vi sacar de ninguna parte, y en puntas de pie camina hacia el palier,
enciende la luz de golpe, mira el ascético, geométrico, irónico vacío del palier, del ascensor, de la
escalera, donde no hay absolutamente nadie y regresa despacio, arrastrando la metralleta.
−Me pareció oír. Esos roñosos no me van a agarrar descuidado, como la vez pasada.
Se sienta, más cerca del ventanal ahora. La metralleta ha desaparecido y el coronel divaga
nuevamente sobre aquella gran escena de su vida.
−… se le tiró encima, ese gallego asqueroso. Estaba enamorado del cadáver, la tocaba, le
manoseaba los pezones. Le di una trompada, mire −el coronel se mira los nudillos−, que lo tiré
contra la pared. Está todo podrido, no respetan ni la muerte. ¿Le molesta la oscuridad?
−No.
−Mejor. Desde aquí puedo ver la calle. Y pensar. Pienso siempre. En la oscuridad se piensa mejor.
Vuelve a servirse un whisky.
−Pero esa mujer estaba desnuda −dice, argumenta contra un invisible contradictor−. Tuve que
taparle el monte de Venus, le puse una mortaja y el cinturón franciscano.
Bruscamente se ríe.
−Tuve que pagar la mortaja de mi bolsillo. Mil cuatrocientos pesos. Eso le demuestra ¿eh? Eso le

Lengua y Literatura 4° A 10
demuestra.
Repite varias veces “Eso le demuestra”, como un juguete mecánico, sin decir qué es lo que eso
me demuestra.
−Tuve que buscar ayuda para cambiarla de ataúd. Llamé a unos obreros que había por ahí.
Figúrese cómo se quedaron. Para ellos era una diosa, qué sé yo las cosas que les meten en la
cabeza, pobre gente.
−¿Pobre gente?
−Sí, pobre gente −el coronel lucha contra una escurridiza cólera interior−. Yo también soy
argentino.
−Yo también, coronel, yo también. Somos todos argentinos.
−Ah, bueno −dice.
−¿La vieron así?
−Sí, ya le dije que esa mujer estaba desnuda. Una diosa, y desnuda, y muerta. Con toda la
muerte al aire, ¿sabe? Con todo, con todo...
La voz del coronel se pierde en una perspectiva surrealista, esa frasecita cada vez más remota
encuadrada en sus líneas de fuga, y el descenso de la voz manteniendo una divina proporción o
qué. Yo también me sirvo un whisky.
−Para mí no es nada −dice el coronel−. Yo estoy acostumbrado a ver mujeres desnudas. Muchas
en mi vida. Y hombres muertos. Muchos en Polonia, en el 39. Yo era agregado militar, dese
cuenta.
Quiero darme cuenta, sumo mujeres desnudas más hombres muertos, pero el resultado no me
da, no me da, no me da... Con un solo movimiento muscular me pongo sobrio, como un perro
que se sacude el agua.
–A mí no me podía sorprender. Pero ellos...
−¿Se impresionaron?
−Uno se desmayó. Lo desperté a bofetadas. Le dije: “Maricón, ¿esto es lo que hacés cuando tenés
que enterrar a tu reina? Acordate de San Pedro, que se durmió cuando lo mataban a Cristo”.
Después me agradeció.
Miro la calle. “Coca” dice el letrero, plata sobre rojo. “Cola” dice el letrero, plata sobre rojo. La
pupila inmensa crece, círculo rojo tras concéntrico círculo rojo, invadiendo la noche, la ciudad, el
mundo. “Beba”.
−Beba −dice el coronel.
Bebo.
−¿Me escucha?
−Lo escucho.
−Le cortamos un dedo.
−¿Era necesario? El coronel es de plata, ahora. Se mira la punta del índice, la demarca con la uña
del pulgar y la alza.
−Tantito así. Para identificarla.
−¿No sabían quién era?
Se ríe. La mano se vuelve roja. “Beba”.
−Sabíamos, sí. Las cosas tienen que ser legales. Era un acto histórico, ¿comprende?
−Comprendo.
−La impresión digital no agarra si el dedo está muerto. Hay que hidratarlo. Más tarde se lo
pegamos.
−¿Y?

Lengua y Literatura 4° A 11
−Era ella. Esa mujer era ella.
−¿Muy cambiada?
−No, no, usted no me entiende. lgualita. Parecía que iba a hablar, que iba a... Lo del dedo es para
que todo fuera legal. El profesor R controló todo, hasta le sacó radiografías.
−¿El profesor R?
−Sí. Eso no lo podía hacer cualquiera. Hacía falta alguien con autoridad científica, moral. En algún
lugar de la casa suena, remota, entrecortada, una campanilla. No veo entrar a la mujer del
coronel, pero de pronto esta ahí, su voz amarga, inconquistable.
−¿Enciendo?
−No.
−Teléfono.
−Deciles que no estoy.
Desaparece.
−Es para putearme −explica el coronel−. Me llaman a cualquier hora. A las tres de la madrugada,
a las cinco.
−Ganas de joder −digo alegremente.
−Cambié tres veces el número del teléfono. Pero siempre lo averiguan.
−¿Qué le dicen?
−Que a mi hija le agarre la polio. Que me van a cortar los huevos. Basura.
Oigo el hielo en el vaso, como un cencerro lejano.
−Hice una ceremonia, los arengué. Yo respeto las ideas, les dije. Esa mujer hizo mucho por
ustedes. Yo la voy a enterrar como cristiana. Pero tienen que ayudarme.
El coronel está de pie y bebe con coraje, con exasperación, con grandes y altas ideas que refluyen
sobre él como grandes y altas olas contra un peñasco y lo dejan intocado y seco, recortado y
negro, rojo y plata.
−La sacamos en un furgón, la tuve en Viamonte, después en 25 de Mayo, siempre cuidándola,
protegiéndola, escondiéndola. Me la querían quitar, hacer algo con ella. La tapé con una lona,
estaba en mi despacho, sobre un armario, muy alto. Cuando me preguntaban qué era, les decía
que era el transmisor de Córdoba, la Voz de la Libertad.
Ya no sé dónde está el coronel. El reflejo plateado lo busca, la pupila roja. Tal vez ha salido. Tal
vez ambula entre los muebles. El edificio huele vagamente a sopa en la cocina, colonia en el
baño, pañales en la cuna, remedios, cigarrillos, vida, muerte.
−Llueve −dice su voz extraña.
Miro el cielo: el perro Sirio, el cazador Orión.
−Llueve día por medio −dice el coronel−. Día por medio llueve en un jardín donde todo se pudre,
las rosas, el pino, el cinturón franciscano.
Dónde, pienso.
−¡Está parada! −grita el coronel–. ¡La enterré parada, como Facundo, porque era un macho!
Entonces lo veo, en la otra punta de la mesa. Y por un momento, cuando el resplandor cárdeno
lo baña, creo que llora, que gruesas lágrimas le resbalan por la cara.
−No me haga caso −dice, se sienta−. Estoy borracho.
Y largamente llueve en su memoria.
Me paro, le toco el hombro.
−¿Eh? −dice− ¿Eh? −dice.
Y me mira con desconfianza, como un ebrio que se despierta en un tren desconocido.
−¿La sacaron del país?

Lengua y Literatura 4° A 12
−Sí.
−¿La sacó usted?
−Sí.
−¿Cuántas personas saben?
−Dos.
−¿El Viejo sabe?
Se ríe.
−Cree que sabe.
−¿Dónde?
No contesta.
−Hay que escribirlo, publicarlo.
−Sí. Algún día. Parece cansado, remoto.
−¡Ahora! −me exaspero−. ¿No le preocupa la historia? ¡Yo escribo la historia, y usted queda bien,
bien para siempre, coronel!
La lengua se le pega al paladar, a los dientes.
−Cuando llegue el momento... usted será el primero...
−No, ya mismo. Piense. Paris Match. Life. Cinco mil dólares. Diez mil. Lo que quiera.
Se ríe.
−¿Dónde, coronel, dónde?
Se para despacio, no me conoce. Tal vez va a preguntarme quién soy, qué hago ahí.
Y mientras salgo derrotado, pensando que tendré que volver, o que no volveré nunca. Mientras
mi dedo índice inicia ya ese infatigable itinerario por los mapas, uniendo isoyetas,
probabilidades, complicidades. Mientras sé que ya no me interesa, y que justamente no moveré
un dedo, ni siquiera en un mapa, la voz del coronel me alcanza como una revelación:
−Es mía −dice simplemente–. Esa mujer es mía.

“Esa mujer”, en Rodolfo Walsh, Los oficios terrestres, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1986.
©Ediciones de la Flor.

ENCUADRE HISTÓRICO
ESA MUJER
“Esa mujer”, Eva Duarte de Perón, Evita para quienes la querían, la Eva para quienes la odiaban, fue
perseguida por la dictadura de la Revolución Libertadora (1955/58) y los gobiernos subsiguientes, pese a
haber fallecido en 1952. Prohibieron nombrarla o tener su imagen (decreto ley 4161) y secuestraron su
cuerpo (momificado por el doctor Pedro Ara). Para sustraerla a la devoción popular, se decidió hacerla
desaparecer enterrándola en un cajón relleno de polvo de ladrillo en un cementerio en Milán, bajo una
identidad falsa. Sin embargo, esas acciones no lograron su objetivo salvo el de la venganza: la adoración
hacia Evita por parte de los humildes se extendió a las nuevas generaciones, incluso a descendientes de
sectores sociales que la detestaban, y la fascinación por esa mujer se expandió al mundo entero.
Evita, desde 1944, estuvo apasionadamente comprometida con Perón y con los necesitados, y se
reconocía como fanática: no de la “caridad” que da lo que sobra, sí del amor que da lo mejor. Su
Fundación construía hospitales, escuelas, viviendas, hogares para ancianos, madres solteras y
estudiantes; con recursos no siempre muy voluntarios, pero tampoco confiscatorios o ilegales. Y ella
atendía personalmente a quienes hacían fila durante largas horas. También fue una gran interlocutora
en los conflictos gremiales durante los gobiernos de Perón, ya que los obreros no dejaron de reclamar lo
que consideraban justo. Debió renunciar a su candidatura como vicepresidenta de la Nación, propuesta
en un inmenso acto por la CGT (en 1951, primeras elecciones con sufragio femenino): Perón midió la

Lengua y Literatura 4° A 13
oposición del Ejército y su delicado estado de salud. Murió el 26 de julio de 1952 y fue despedida por
multitudes. Otra dictadura envió su cuerpo a España en 1971, con Perón. Volvió repatriada recién tras la
muerte del líder. Estuvo en una cripta junto a su esposo en Olivos, hasta que en 1976 la última dictadura
militar dispuso su entierro en la bóveda de la familia Duarte (cementerio de la Recoleta), a varios metros
de profundidad, bajo planchas de acero.

TERESA EGGERS BRAS Buenos Aires, 1953. Profesora de Historia, UBA, autora de Historia Argentina: una mirada
crítica (1806-2006), coautora de Historia Latinoamericana 1700-2005, entre otros. Docente en Enseñanza Media y
Superior; capacitadora en CABA y Provincia de Buenos Aires.

Lengua y Literatura 4° A 14
Los textos argumentativos y expositivos

Lengua y Literatura 4° A 15
ACTIVIDAD B:
1) Leer el texto de Luis Pescetti y resaltar las ideas principales.
2) Buscar en el diccionario las palabras cuyos significados desconocen.
3) Escribir un enunciado que sintetice cada párrafo.
4) Armar una síntesis explicativa en no más de diez líneas.

No heredaremos crispación
¿Se acuerdan de cuando dábamos argumentos? Aquel anhelo de vivir sin representantes
de una razón superior que nos protegiera como a niños en peligro, y en ese afán se llevaba
puesta la democracia. Nos parecía un sueño vivir sin celadores ni certificados de buena
conducta; sin urgencias de salvación ante “tiempos excepcionales”, no porque no lo fueran,
sino para que los nerviosos no manotearan el volante.
Quino, Fontanarrosa, cuánto los extrañamos. Que Tato Bores llamara por teléfono a quien
correspondiera para hablarle con estupor sutil. A María Elena Walsh y su carta de
desventuras en el país del jardín de infantes, porque no hubiéramos imaginado cuidarnos
de opinar, ya no por un censor, sino por vecinos puestos a vigilantes del enemigo público
que asome medio pie fuera de la fila.
Siempre digo que los niños son inmigrantes en el tiempo, y nosotros sus anfitriones en el
presente. Imagínense que llegan de visita a una casa y hay una pelea. Si les exigieran tomar
partido, sin duda se sentirían incómodos. Los niños acaban de llegar, a cada familia, a una
ciudad y a un país. Son los felices y afortunados huéspedes del tiempo, apenas llegaron.
Desearían volver, no a casa porque son tan dueños de casa como todos, sino al “no
papelón”. Ahora hay un cruce de afirmaciones a la ligera, que da la impresión que vivimos en
mundos paralelos, disputándose cuál es el holograma o el verdadero, el malo o el salvador.  
Como trabajo para niños y fui docente, siempre me imagino con alumnos, ésa es mi
medida de lo público. Ellos son los más rigurosos en esperar que las reglas se cumplan y que
las instituciones y sus representantes los cuiden.  Entonces, ¿qué les diría frente a este
despliegue de desconcierto y desencanto, en medio de la pandemia? 
  Pausa. ¿Alguien me lo pide? Nadie, es mi manera de ordenar lo que vivo: me imagino como
un maestro de una escuela pública, con su grado. ¿Por qué lo publico? Me obliga a ser
preciso con lo que digo, y es mi manera de agradecer lo que recibí. Fin de la pausa.
‐ Que cada sociedad tiene reglas e instituciones para no empezar de cero cada vez, y que no
se decida por la ventaja o la fuerza. Nadie puede arrebatarlas. Se pueden mejorar, pero no
hace falta una gramática propia para tener libertad poética. Porque si alguien necesita un
nuevo tratado de armonía que justifique cada composición, luego precisará un público
incondicional para su obra.
‐ Que costó un enorme trabajo separar la religión del gobierno, no es inspiración
sobrenatural sino un acuerdo de convivencia. Porque hace tiempo hubo sacerdotes que
eran intérpretes sagrados, escribas frente a un pueblo analfabeto; pero ya no. Y esperamos
tanto una época en que no hubiera un discurso único y al mismo tiempo que todos estemos

Lengua y Literatura 4° A 16
representados, que ahora que la logramos, haríamos mal en confundirla.
‐ Que nadie encarna un ideal, una institución ni una regla: quiere decir que nadie es “un
hospital”, “los trabajadores”, “el amor”, o “la justicia”, por más que eso sea la bandera de su
vida. Cuando alguien se iguala a una categoría, hace trampa, Imagínense un chico que se
sacara el cinturón de seguridad, y los papás: “¡Que te lo pongas!“, y él: “Ustedes no quieren
que los chicos seamos libres”. No, canijo, ponte el cinturón.
‐ Que quienes exageran y se enojan hacen ruido, llaman más la atención diciendo cosas
enormes o tremendas. Por eso se los oye tanto; pero muchas veces la exageración es una
manera de forzar para que otros tomen partido. De alguna manera, les transmitiría a los
chicos que ganamos la libertad de pedir razones, de juzgar, de actuar o de decidir no
hacerlo. 
‐ Que no los desanime si les toca presenciar que otros se agarran a las piñas con
declaraciones. Pero que un debate es otra cosa: maravillosa, potente, cuando los que
intervienen se oyen y responden con argumentos, hablan del tema y no del otro o sus
supuestas intenciones. Lo aprendí con la filosofía para niños, preguntar y dar razones, y con
Gianni Rodari: “el uso total de la palabra para todos, no para que todos sean artistas sino
para que ninguno sea esclavo”. Jamás les enseñaría nada menos.  
‐ Que si al otro día de escribir que E = m x c2 , Einstein hubiera afirmado que las peras
brotan de los gatos, no sería verdad porque lo dijo él. Los argumentos se basan en datos o
hechos que se pueden poner a prueba, no en quién los afirma. Iguales ante la ley es,
también, iguales ante los argumentos, iguales ante los que nos pone a prueba. Si alguien
dice basarse en datos, pero no los comparte, o hace soliloquios tipo púlpito, nos niega
nuestra dignidad de semejantes. Que distingan a las personas que hacen pronunciamientos
de los que argumentan, estos son mejores, dan herramientas para que formemos nuestro
propio juicio.
‐ Que si oyen generalizaciones como: que TODO está mal, que NADA en este país funciona
… tomen distancia. Muchas veces se confunde “escandalizarse” con “ser éticos”. Es como
confundir quemarse la lengua, con la receta del chocolate, no es lo mismo decir “el chocolate
quema”, que ponerse a hacerlo.
‐ Que no se queden con el fracaso o la frustración de algunos mayores. Los chicos tienen
derecho a muchas cosas, menos al desencanto. Tienen derecho a la educación, a la salud, a
la alegría y a la liviandad.  
‐ Que el calor de la democracia no depende de los Savonarola que mantienen las hogueras,
sino de mucha gente que estudia y labura sin estridencias (contado de otra manera, claro).
Es un sosiego reparador saber que hay muchos más trabajando bien y cuidando.
Mr. Rogers, un señor de la tv pública de EEUU contaba: “Cuando era niño y escuchaba sobre
algo aterrador, alguien que se lastimaba gravemente o algo así, les preguntaba a mis padres
o abuelos al respecto y generalmente me preguntaban cómo me sentía al respecto. Mi
madre intentaba averiguar quién estaba ayudando a la persona herida. ‘Busca siempre a las
personas que están ayudando ‐ nos decía ‐ siempre encontrarás a alguien que esté tratando

Lengua y Literatura 4° A 17
de ayudar’. Así que incluso hoy, cuando leo el periódico y veo las noticias en la televisión,
busco a las personas que están tratando de ayudar “.
Los chicos tienen derecho a instituciones y reglas que los cuiden, a escuchar argumentos
en tonos que den tiempo a formar su propia voz, y a la alegría, que es la mayor gratificación
de la vida, como dice Savater. Sólo en las tragedias el origen castiga con el destino, o cuando
nuestro guion lo escribe alguien que no afloja la lapicera, o cuando alguno, al que se le
termina el asfalto, sale con que es el fin de los tiempos (justo a los chicos, que llegan nuevos
de entusiasmo y dones). Pero en la esencia de la democracia está que origen no es destino.  
Fernando Ulloa me dijo una vez: “todo padre tiene derecho a que su hijo lo supere”.  A eso
tienen derecho, a ser mejores que nosotros, a no heredar la crispación. Por lo pronto, a
atender qué sienten, expresarlo si lo desean y si están en un ambiente de su total confianza,
y a buscar quién está ayudando.  

Lengua y Literatura 4° A 18
Niveles de análisis
Tanto los textos expositivos como los argumentativos son tipologías discursivas que se
caracterizan por disponer de tres niveles de análisis3: el pragmático (que considera la intencionalidad
y el contexto), uno global (atiende a la estructura o modo de organización) y uno local (atiende a las
estrategias discursivas). A continuación, tendrán dos cuadros en los que se sintetiza todo lo referente
a cada nivel en cada tipo de texto.

Los dos polos

El siguiente cuadro esquematiza las características de los polos expositivo-explicativo y argumentativo:

POLO EXPOSITIVO EXPLICATIVO POLO ARGUMENTATIVO


*Se presenta como un saber construido en otro * Se presenta como la construcción de nuevos
lado, legitimado ya socialmente o como un saber conceptos a partir del propio desarrollo
teórico. discursivo.
* Tiende a borrar las huellas del sujeto y a * El sujeto se manifiesta y confronta su opinión
instaurar una distancia que genere el objeto de con la de los otros.
objetividad.
* Las fronteras entre discurso citante y citado * Aparecen distintas formas de contaminación de
son nítidas. voces.
*Se propone informar. * Se propone persuadir.
*La dimensión cognitiva es central * A la dimensión cognitiva se agrega la
emocional

Los textos expositivos/explicativos: niveles de análisis


Nivel Se considera la función o intención comunicativa del enunciador en relación con el contexto de
pragmátic producción.

o Quien escribe no solo presenta información, sino que la organiza de determinada manera
buscando explicar las relaciones entre los distintos conceptos, hechos o datos que expone, aunque
desde una postura determinada que permite distinguir dos grandes tipos de textos:
-Textos académicos: característicos del nivel superior.
-Textos de divulgación científica: divulgan los conocimientos científicos a través de mediadores
entre el experto (científico) y el lector común. 1
Nivel Varían en la forma de organizar la información. Se consideran cinco modos de organización
global expositiva que describe siguiendo el orden de un menor a un mayor grado de elaboración
informativa. Ellos son:
-Descripción: el tema de descripción está en posición jerárquica superior a los elementos que
actúan como descriptores.
3
Padilla, Constanza (2014). Yo expongo: Taller de práctica de comprensión y producción textual. Córdoba: Comunicarte.
Padilla, Constanza (2014). Yo argumento. Taller de comprensión y producción de textos argumentativos. Córdoba:
Comunicarte.

Lengua y Literatura 4° A 19
-Seriación o colección: los datos pueden ser agrupados en a) una secuencia temporal, b) a través
de un vínculo de simultaneidad y c) mediante un lazo asociativo inespecífico. Las marcas
presentes en los textos que activan estos esquemas retóricos pueden ser: hay varias…que; en
primer lugar…en segundo lugar…; por una parte...por otra parte.
-Organización causal: avanza hacia una mayor elaboración, por cuanto incluye vínculos causales
entre los elementos. Posee dos categorías básicas: antecedente (causa) y consecuente (efecto). Los
textos pueden tener marcas organizativas como por esta razón…, la causa fundamental de…, la
explicación…, las consecuencias…
-Problema/ solución: está relacionado con la estructura causal, pero es más organizado. Un
vínculo causal puede ser parte del problema o de la solución, o bien la solución puede implicar el
bloqueo de la causa de un problema. Algunos indicadores que pueden presentar los textos son: un
problema que debe resolverse es…, las soluciones que se proponen…
-Comparación: el texto se organiza en torno a la confrontación de dos entidades o fenómenos,
para hacer notar sus diferencias y semejanzas, sobre la base de uno o más criterios de
comparación. Hay tres variantes: alternativa (los hechos o fenómenos poseen el mismo valor),
adversativa (una de las opciones aparece como preeminente en relación con otra) y analógica
(uno de los elementos sirve como ilustración de otro previamente establecido y se subordina a
éste). Algunas señales en el texto pueden ser: a diferencia de…, por el contrario de, en cambio, a
semejanza de…, etc.
Nivel local Las estrategias discursivas son los medios o recursos lingüísticos que el enunciador enumera y
prioriza en los distintos niveles de estructuración del sistema lingüístico con el objetivo de lograr
determinados fines comunicativos.
Lo que caracteriza al discurso expositivo académico y que lo diferencia del expositivo de
divulgación científica, es la impersonalidad y atemporalidad, con la finalidad de dar mayor
objetividad a lo expuesto. Se prescinde de las marcas de subjetividad como el uso de la primera
persona (opino, opinamos, pienso, pensamos, por ejemplo) y, se evita la adjetivación, se prefiere
tiempos verbales del indicativo, etc.

Los textos argumentativos: niveles de análisis


Nivel Intencionalidad contexto.
pragmátic Permite situar los participantes en un marco situacional, indicar la fuente institucional del discurso,

o los status, roles, posturas respectivas (y/o intereses), valores y todos los datos que pre-constituyen
los discursos argumentativos producidos.

Categorías contextuales:
-Una situación potencial: lugar institucional
-Una situación actualizada: situación particular (espacio-tiempo) y los participantes respectivos con
sus roles y expectativas.
-Una contexto polémico: base de desacuerdo que separa a los participantes y que define los

Lengua y Literatura 4° A 20
parámetros de un cuadro de discusión. Pero debe haber una base de acuerdo.
Contexto:
-Objeto de estudio: situación en la que se instaura un objeto de pensamiento cualquiera como
problemático o discutible.
-Protagonista o proponente: enunciador.
-Punto de vista o tesis: postura que tiene el enunciador sobre el objeto de discusión.
En el nivel pragmático también tenemos en cuenta la intención argumentativa para influenciar en
el pensamiento y/o acción del destinatario. Hay tres posibilidades:
-Estrategia justificativa: el enunciador justifica con uno o más argumentos una tesis explicitada
desde el comienzo, sin tener en cuenta si hay o no otras posturas sobre el objeto de argumentación.
-Estrategia polémica: el enunciador contrapone su propia postura (tesis) con otras posturas
opuestas (tesis y argumentos adversos) para refutarlos y concluir reforzando su propia postura.
-Estrategia deliberada: el en enunciador no manifiesta de entrada una posición tomada con
respecto a un tema, sino que proporciona elementos de juicio (ejemplos, datos, etc.) para llegar
finalmente a la tesis o conclusión que es su postura. Es una estrategia sutil y da cuenta de un mayor
grado de dominio de la argumentación.
Nivel Las categorías estructurales.
global Estas categorías estructurales son posibilidades acerca de cómo se construye el discurso
argumentativo.
-Tesis y conclusión: la tesis es el punto de vista de un enunciador con respecto a un determinado
objeto de discusión. La conclusión es la afirmación de la tesis propuesta, aunque no
necesariamente.
Si hay estrategia polémica se apela también a la contra-tesis.
-Premisas: afirmaciones de valor general (normas, leyes, principios) que constituyen la base de
acuerdo en la que se fundamenta la argumentación y que permiten o garantizan que se puede llegar
a tales conclusiones a partir de tales argumentos.
Argumento: Yo soy un ciudadano
Conclusión: tengo derecho a votar
Premisa implícita: todos los ciudadano tenemos derecho a votar
-Argumentos: sirven para apoyar la tesis. Si hay contra-tesis también hay contraargumentos.
-Ejemplos: se utiliza como evidencia para apoyar una generalización.
-Analogía: presenta ejemplos o casos para discurrir sobre ellos, debido a que son semejantes en
unos casos son también semejantes en otros.
-Autoridad: cita de los dichos de un enunciado (cita de autoridad), el cual es considerado un
referente en el tema en cuestión.
-Causales: establece relaciones de causalidad complejas por cuanto no siempre se da una relación
unívoca entre una causa y un efecto, sino que también suelen darse casos de poli-causalidad o una
causa puede producir múltiples efectos.

Nivel local Estrategias discursivas


En este nivel se analizan las pistas que permiten determinar cómo el enunciador evalúa las voces

Lengua y Literatura 4° A 21
que va introduciendo en su propio texto, cuál es la tesis propia y adversa, cuáles son las
concesiones, premisas, argumentos, etc.
Para ello las modalidades discursivas y los enunciados polifónicos ponen en evidencia la
subjetividad del enunciador que monitorea su propia voz, entretejiéndola en tramas polifónicas que
construye al convocar otras voces que instalan el diálogo interdiscursivo.
-Enunciados polifónicos: estructuras que dan cuenta de la voz de otro desde la oposición
polémica, la concesión (pero, aunque, no obstante, etc.) y la adversación (rechazo directo de la
opinión ajena: sin embargo, en cambio, por el contrario)
-Modalidades de enunciación: atiende a la forma lingüística en que se comunica en enunciador
con el destinatario. Puede ser asertiva, interrogativa e imperativa.
-Modalidad del enunciado: atiende al modo en cómo se sitúa el enunciador con respecto a el
enunciado.
*modalidad lógica o intelectual: refuerzan o suspenden una aserción en relación con la verdad,
falsedad, probabilidad, certidumbre o verosimilitud de un enunciado. (ej. evidentemente,
innegablemente)
*Modalidades apreciativas: ponen de manifiesto los aspectos afectivos en relación al
enunciador/enunciado (ej. Felizmente)
*Modalidades valorativas: evalúan la pertinencia de los planteamientos argumentativos, atendiendo
a los valores (ej. Es bueno…)
*Modalidades desiderativas: evidencian los deseos del enunciador en relación con lo dicho (Ej. Es
deseable)
*Modalidades de necesidad: ponen de manifiesto la postura del enunciador, en relación con los
criterios de necesidad, deber u obligación (ej. Se debe, es necesario)

Lengua y Literatura 4° A 22
Lengua y Literatura 4° A 23
ACTIVIDAD C:
1) Elaborar un cuadro comparativo a partir de la lectura del texto anterior, “Los textos expositivos y
los textos argumentativos”.
2) Leer los textos 1, 2 y 3 (E. Cibotti et all., 1998, Ciencias Sociales 5) y realizar las siguientes
actividades:
a. Determinar cuál es el criterio que permite comparar estos tres textos sobre la misma base.
Construir un cuadro comparativo que dé cuenta de las diferencias.
b. Transformar estos tres textos descriptivos en un texto comparativo.
Texto 1
Los aztecas frente al desafío del ambiente.
Los aztecas vivían seguros en los valles, protegidos por montañas. Pero la tierra no era muy fértil y
tenían algunas dificultades para obtener agua. Sin embargo, con ingenio aprovecharon lagos e
idearon un novedoso sistema de cultivo: las chinampas.
Las chinampas eran grandes placas de barro y paja que flotaban y estaban amarradas de los lagos por
la misma vegetación subacuática. De este modo aprovechaban la humedad de la tierra sin depender
de la lluvia. Con esta técnica cultivaron maíz, papas y legumbres.

Texto 2
Los incas frente al desafío del ambiente.
Este pueblo dominó un amplio territorio que se extendía desde la costa del Océano Pacífico pasando
por la cordillera de los Andes y hasta la selva amazónica. Desarrollaron la agricultura en los llanos y en
plena montaña.
Para aprovechar el suelo montañoso, los incas inventaron un sistema de terrazas de cultivo. En las
laderas de las montañas, cavaron grandes escalones para hacer terrenos planos, aptos para el cultivo
de maíz y de la papa. Luego las emparejaron con tierra traída de los valles y fertilizadas con algas y
guano, que recogían de la costa. El agua de deshielo se derramaba por los escalones de cultivo y
regaba todo el terreno.
En los valles, en cambio, los incas plantaron gran variedad de legumbres y verduras: ají, pepinillo,
paltas, tomate y porotos. El agua provenía de canales que tenían muchos kilómetros de extensiones;
en los lugares llenos pero secos, irrigaron a través de un sistema de represes que distribuía el agua
necesaria.

Texto 3
Los mayas frente al desafío ambiental
Como sus tierras estaban cubiertas por una espesa selva que les impedía cultivar, tuvieron que limpiar
el terreno. Para ello quemaron los árboles y arbustos y luego alisaron la tierra quemada con
herramientas de piedra.
Para sembrar hacia agujeros con palos puntiagudos y en cada uno depositaban semillas de maíz o
legumbres.
Recogían la cosecha en grandes cestos y los guardaban en los templos.
Al año siguiente volvían a sembrar. Pero después de dos años de cosechas, abandonaban esas tierras
y buscaban otras más fértil.
La escasez de agua fue un problema constante. Juntaban el agua de lluvia en grandes piletas o
cavaban pozos de gran profundidad para extraer agua del subsuelo.

Lengua y Literatura 4° A 24
3) Leer el siguiente texto y responder:
a. Definir el contexto de producción del texto e identifique la clase textual a la que pertenece.
b. ¿Cuál es la tesis de este texto y qué argumentos sostienen esa tesis?
c. Explicar cuál es la oración de escritura que propone la autora identificando los conceptos con los
cuales la relaciona. ¿A qué conceptos aparece vinculada la escritura en el texto? Explicar.
d. De acuerdo al texto, ¿cuál es el poder de la escritura y para qué sirve?
e. En el texto se señala que, entre otras cuestiones, el analfabetismo incluye a los jóvenes de la
franja de diecisiete y dieciocho que no pueden redactar una carta para pedir trabajo. Demuestren
que la autora se equivoca, al menos con ustedes, y “contesten” este aviso.
f. ¿Consideran que la carta de presentación que acaban de redactar es un texto argumentativo?
¿por qué?
Para cumplir con la escritura y con la vida
Leer y escribir con destreza es un enorme poder sobre el propio destino. Una forma de erguirse y de
convertirse en ciudadano.

"Scrivo per vendetta", contestó Ferdinando Camon en 1985 en una entrevista publicada en un
número especial del diario Libération de París, en la que 400 escritores respondían la misma pregunta:
¿por qué escribe?
Así contestaba el escritor italiano nacido en Padua en 1935, cuyas obras fueron traducidas a veintiún
idiomas:
"Escribo por venganza. Todavía, dentro de mí, siento esta venganza como justa, santa, gloriosa.
Mi madre sabía escribir sólo su nombre y apellido. Mi padre, apenas un poco más. En el pueblo
en que nací, los campesinos analfabetos firmaban con una cruz. Cuando recibían una carta del
municipio, del ejército o de la policía (nadie más les escribía), se asustaban y acudían al cura
para que se las explicara. Desde entonces sentí a la escritura como un instrumento de poder. Y
soñé siempre con pasar del otro lado, poseerme de la escritura, pero para usarla en favor de
aquellos que no la conocían: para cumplirles sus venganzas".
¿Rozaremos los argentinos algún día la gloria que da poseer la escritura de la que nos habla el escritor
italiano? Según el último Censo Nacional del 2001, en el país hay más de 750.000 personas que no
saben leer ni escribir. Algunos de esos campesinos de los que nos habla Camon fueron los inmigrantes
que llegaron al país a principios del siglo pasado y muchos de nosotros somos la descendencia de esos
italianos que corrían, muertos de miedo, a buscar al cura para que les leyera.
Ya en 1992, en el Congreso de Lectura que se desarrolló dentro del marco de la Feria del Libro de
Buenos Aires, los especialistas presentaron la ampliación del concepto de analfabetismo. Según esos
criterios, se considera analfabetos a los niños de siete y ocho años que no pueden explicar un texto; a
los adolescentes de catorce y quince que no pueden leer las instrucciones de un aparato doméstico y a
los jóvenes de la franja de diecisiete y dieciocho que no pueden redactar una carta para pedir trabajo.
Es cierto que las cifras y esa realidad tristísima aplastan. Pero es más cierto que no hay duda de que
la escuela debería hacer de la enseñanza de la escritura un acto de justicia.
La escritura de la que hablamos no es la literaria ni tiene pretensiones de ninguna gloria vanidosa.
Estamos hablando de la gente y su relación con la escritura más puramente vital, en el plano social y
también en el más íntimo. De mujeres y hombres que, en ejercicio de la lectura y la escritura, se
convierten en ciudadanos. Hablamos de escuelas que entretienen todos los días a sus alumnos en la
escritura de cartas, noticias, canciones, reseñas, artículos, informes, solicitudes, notas, editoriales,
reglamentos, relatos, argumentaciones, guiones, instrucciones...
En el Primer Congreso Internacional de Escritoras que se desarrolló en agosto de 1998, en Rosario, la
escritora Yukiko Kato, que había nacido en Sapporo, la ciudad más al norte de Japón, escuchó con
interés las ponencias de sus pares. Escritoras que habían viajado desde Sudáfrica, Grecia, Puerto Rico,
Estados Unidos. Cada una había planteado la escritura en relación al ejercicio de la libertad y de las
conquistas de las mujeres.
Yukiko Kato, a su turno, se refirió a las campesinas chinas, mujeres a las que se les tenía prohibido

Lengua y Literatura 4° A 25
aprender a leer y a escribir. Campesinas que, privadas de educación y sometidas a la autoridad del
hombre, crearon a principios del siglo XVIII un idioma secreto, el nushu, para poder expresarse.
Imposibilitadas de escribir, plasmaron los caracteres en los bordados que realizaban en las mangas de
los kimonos, en los abanicos. Si se piensa que, en silencio, en secreto, las mujeres analfabetas crearon
un lenguaje propio que incluía alrededor de dos mil palabras, no puede dejar de valorarse la dimensión
de la necesidad de expresarse.
El nushu se transmitió de madres a hijas y desapareció a medidados del 2004, cuando murió Yang
Huanyi, la última mujer que lo había aprendido. Antes de morir, había querido enseñarles a sus hijas,
pero ninguna de ellas quiso aprenderlo.
Quien escribe construye con palabras una casa propia donde habitar, que no pocas veces protege de
los materiales corrosivos del tiempo.
Siempre estamos aprendiendo a escribir y por eso el proceso de alfabetización no se agota nunca, ya
que la escritura es un trabajo arduo que requiere, entre otras cosas, la búsqueda permanente de
palabras y modos de decir. Y la escritura es, también, un camino hacia la comprensión. Quien escribe
ampliará su conocimiento de los otros y también de sí mismo. Al escribir tenemos la posibilidad de
revisar los conceptos cristalizados por los que, no pocas veces, permanecemos estancados en un
conflicto.
Me lo dijo una vez un alumno de la escuela nocturna. Les había pedido que escribieran un relato
autobiográfico y no les di más que dos o tres pautas de trabajo. El había elegido contar una historia del
abuelo, con el que vivía, se llevaba muy mal y peleaban mucho. Le costó escribir ese relato, lo corrigió
durante varias clases. Logró un buen texto en el que se narraba una de las peleas más fuertes entre
abuelo y nieto. Todos lo felicitamos cuando lo leyó en clase. Volvimos a hablar de su trabajo al día
siguiente, y de su abuelo, que él había convertido en personaje. "No sé bien qué pasó", dijo mi alumno
antes de terminar la clase. "Mi abuelo sigue siendo el mismo de siempre, dijo, pero ahora, después de
escribir esto, lo quiero más". Al ponerle palabras a lo que nos pasa, a lo que sentimos, a lo que
deseamos, descubrimos un costado que nos es revelado por la escritura.
Como Ferdinando Camon, también Emily Dickinson percibe la potencia de la palabra escrita cuando
nos advierte que tengamos cuidado con lo que escribimos porque las palabras hacen que las cosas se
cumplan.
Para que se cumpla entonces. Escribamos esto ahora, aquí mismo. Que todos puedan ir a la escuela
para aprender, que la escuela les enseñe a todos, que el Ministerio de Educación apoye de verdad a los
buenos docentes en la inmensidad de su tarea y no al revés. Que, como quería Camon, todos puedan
poseer la escritura para pasar del otro lado. Porque los índices de analfabetismo, lejos de ser números
dibujados en un papel, son los hombres y mujeres de carne, huesos y sangre que nunca van a escribir su
nombre ni el de sus padres.

Lengua y Literatura 4° A 26
El cuento fantástico argentino

ACTIVIDAD D:
1) Leer el “Palabra de experto” del libro El cuento fantástico argentino. Antología y
responder:
a. Armar una definición de literatura fantástica.
b. ¿A qué se refiere Todorov con “vacilación”?
c. ¿Cuál es el convenio de la literatura fantástica?
d. ¿Cuándo aparece la literatura fantástica cómo género definido?
e. ¿Cómo era en sus comienzos? Nombrar a los escritores que hicieron aportes
en la constitución del género.
f. ¿Cómo es el nuevo estilo del siglo XX y quién lo inaugura?
g. ¿Qué es el hecho estético según Borges?
h. Armar un cuadro comparativo donde se explique la clasificación de la
literatura fantástica según Bioy Caseres y Todorov.
i. Enlistar a los autores representativos de la literatura fantástica argentina del
siglo XX.
j. Nombrar las contradicciones de categorías habituales de nuestra experiencia
en la literatura fantástica.
k. Diferenciar relato maravilloso, relato extraño de relato fantástico.
l. ¿En qué sentido lo fantástico explora los límites de la razón?
m. Nombrar a los escritores más relevantes de literatura fantástica en Argentina.
¿Quiénes integraron la revista Sur?

ACTIVIDAD E:
1) Leer los cuentos de El cuento fantástico argentino. Antología que tienen en formato
PDF en plataforma.
 “El Sur” de Jorge Luis Borges.
 “Casa tomada” de julio Cortázar.
 “Los espías” de Manuel Mujica Láimes.
 “Las invitadas” de Silvina Ocampo.
 “Las estatuas” de Enrique Anderson Imbert
 “El automóvil” de Vicente Barbieri.
2) Elaborar un comentario de cada uno.
3) ¿Por qué se trata de relatos fantásticos? Explicar cómo se presenta el hecho
fantástico en cada uno de los cuentos.

Lengua y Literatura 4° A 27
La reseña crítica
La reseña es un escrito breve que informa y a la vez valora una obra o un producto cultural; su característica
fundamental radica en describir y emitir un juicio valorativo a favor o en contra.
Características:

 Utiliza un lenguaje entendible para cualquier lector y pertenece al género argumentativo.

 Informa de manera breve, clara y completa acerca de los aspectos más relevantes de la obra reseñada.

 Presenta una descripción y una valoración con argumentos.

 Contiene un análisis objetivo y serio de la información del producto reseñado.

 Contrasta la obra o producto cultural con otros, con el fin de hacer una valoración crítica.

Lengua y Literatura 4° A 28
ACTIVIDAD F:
Producción de una reseña:
1) Comenzarán a escribir por separado los párrafos de la reseña. Para ellos, busquen todos los
datos necesarios que serán incorporados en la reseña.
a. Con esos datos escriban una breve presentación de la obra literaria que van a reseñar:
mención del libro y datos de publicación, repercusión general, referencia a obras del
autor, etc.
b. En el segundo párrafo, escriban de manera abreviada el punto de vista (positivo o
negativo) o argumento central que sostendrá la reseña. Ensayen la escritura de este
último punto en no más de tres renglones tratando de lograr cierto impacto. Pueden
guiarse por estas frases iniciales extraídas de otras reseñas.
 “De un modo extraño, como ocurre con algunos libros cuyo estilo y composición es difícil
ponderar, la última novela de Gabriela Cabezón Cámara consigue, sin embargo, un
eficacia tensa y paradójica”.
 “El escritor colombiano Juan Cárdenas posee una de las prosas más afiladas y precisas de
la literatura actual en español”.
c. Escriban un nuevo párrafo en el que presente los argumentos que sostienen sus puntos
de vista con respecto a la obra, ya expuestos en el párrafo anterior (consigna b). Guíense
por las siguientes preguntas: el autor ¿trata adecuadamente los temas planteados?
¿Cómo es su estilo? ¿El tema y su tratamiento son originales? ¿Qué emociones les
transmitió la lectura y a partir de qué estrategias narrativas? ¿Qué fue lo que más les
gustó y lo que menos les interesó? ¿Por qué? ¿Cómo se compara este libro con otros que
hayan leído del mismo género o autor?
Utilicen organizadores del discurso para presentar sus
argumentos (para empezar, para continuar, en primer
lugar, luego, etc.)

d. Redacten un breve resumen de la historia; recuerden que no debe revelar el final de la


obra ni incluir valoraciones personales. Guíense a partir de las siguientes preguntas:
¿Cuál es el tema central de la obra? ¿Dónde y cuándo transcurre? ¿Quiénes son los
personajes principales? ¿Con qué estilo o tono está escrita?
e. Vuelvan sobre esa frase inicial que escribieron a modo de planteo condensado (consigna
b) y retómenla para escribir la conclusión de la reseña: expresen su valoración general de
la obra utilizando algún recurso que mueva al lector del texto a acordar con su
perspectiva crítica.
2) Ahora sí, llegó el momento de escribir la versión final de la reseña uniendo todos los
fragmentos. Antes de comenzar, relean los distintos párrafos ya escritos como si no hubieran
leído la obra reseñada. Presenten atención a los siguientes puntos: ¿son capaces de
comprender todo lo escrito o hay partes confusas? ¿Es posible hacerse una idea de la trama
de la obra, de sus personajes y temas? ¿Conviene omitir algunos datos por ser irrelevantes?
¿Tienen sentido o fundamento los argumentos que sostienen la valoración personal?

Lengua y Literatura 4° A 29

También podría gustarte