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FRASES INMORTALES

Por Agustín Pérez Reynoso

Si el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), tiene por frase “abrazos, no
balazos” y se da el lujo de decir del hijo del narcotraficante “el Chapo”: “respaldé la liberación de
Guzmán”, como si fuera una estrategia contra la inseguridad, sólo comparen lo dicho por otros
personajes y pregúntese, ¿bajo qué líder se sentiría usted más seguro? Leamos lo que el rey san
Luis reprocha a su hermano Carlos, conde de Anjou, cuando éste quiso despojar de sus bienes a un
vasallo: “Creedme, no estaréis encima de las leyes por el hecho de ser mi hermano”.

O imaginemos a Hugo Capeto, al ser elegido rey cuando afirma: “Heme aquí rey según las viejas
costumbres de los francos, libremente elegido por vosotros; yo prometo a Dios conservar
fielmente vuestros privilegios; yo defenderé a los Obispos y a todo clérigo mientras pueda, como
lo debe un rey o todo hombre de su reino; yo haré recta justicia a cada cual por mi autoridad”.
¿Habrá algo sagrado para AMLO y sus seguidores: la familia, religión o Dios? Al menos, paganos
como Tiberio Graco ofrecían su vida por los templos de los dioses o la tumba de sus padres.

AMLO diría que perseguiría la corrupción, luego, en entrevista con la periodista Aristegui, éste
propondría NO perseguir a los exfuncionarios corruptos. En el limbo quedaría el artículo 150 del
Código Penal Federal de México que castiga a quien favorezca la evasión de un criminal detenido,
procesado y condenado. Se añora un gobernante que dijera: “Yo no he cambiado de opinión,
perseguid donde quiera que esté a la iniquidad, si ella estuviese sentada junto a mí en el trono, yo
la haría bajar para sufrir su castigo”.

Se nota que ya no tenemos a un Justino, emperador de Oriente, cuando un juez quiso renunciar si
la justicia no se aplicaba a los favoritos del emperador, o Carondas, legislador griego, acusándose a
sí mismo por quebrantarla: “¿Cómo podéis exigir que sean observadas vuestras leyes, si las dejáis
burlar impunemente por el que las dictó? No vaciléis, pues, en castigarme”. Como el expresidente
Felipe Calderón anunció en su lucha contra la inseguridad: No hacer nada sería una ingenuidad.
agusperezr@hotmail.com
“La ley no debe hacer excepción de nadie. Sería injusto exceptuarme porque fui vuestro legislador;
sería, al mismo tiempo, absurdo porque yo soy tanto más culpable, cuanto que debo tener
conocimiento de la ley mejor que nadie. ¿Cómo podéis exigir que sean observadas vuestras leyes,
si las dejáis burlar impunemente por el que las dictó? No vaciléis pues en castigarme. Al mismo
tiempo que deploro mi falta, me felicito por haberla cometido, supuesto que ella me permite dar
esta prueba de veneración a mi patria y a la justicia”. Carondas, legislador, cuando por causa de
una falsa alarma, quebrantó una ley que prohibía portar armas en la plaza pública.

“El que tolera el desorden para evitar la guerra, tiene primero el desorden y después la guerra”. El
Príncipe. Maquiavelo (1513)

Código Penal Federal México. Artículo 150. Código que designa penas de seis meses a veinte años
de prisión a quien favorezca la evasión de un criminal detenido, procesado y condenado. En caso
de un servidor público las penas se elevarán en una tercera parte, será destituido y se le habilitará
para obtener otro durante un periodo de ocho a doce años.

“A lo mejor viene otro presidente y a lo mejor hace exactamente lo que tú quieres, que no se
metan, se va a quedar sentadito, calladito, volteando para otro lado, pero pensar que eso va a
acabar con la violencia o la criminalidad es una ingenuidad. Se dice de otra manera en mi tierra,
pero estamos en público”. Felipe Calderón.

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