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"Pidan que les traigan con qué escribir, tras haberse instalado en un lugar que sea lo

más favorable posible para la concentración del espíritu sobre sí mismo. Entren en el
estado más pasivo o receptivo que puedan. Prescindan de su genio, de su talento y del
genio y el talento de los demás. Digan hasta empaparse que la literatura es uno de los
más tristes caminos que llevan a todas partes. Escriban rápido, sin tema preconcebido,
escriban lo suficientemente rápido para no tener que frenarse y no tener la tentación de
leer lo escrito. La primera frase se les ocurrirá por sí misma ya que en cada segundo que
pasa hay una frase, que desea salir? Sigan todo el tiempo que quieran."

André Breton en: Manifiesto del surrealismo, 1924.

ALMA ERRANTE.
Mi sombra que desaparece
Hace creer que no existo
Ni siquiera soy una proyección
A la vista de algún transeúnte
Mi voz se ha perdido
Soy ese grito de fantasma a media noche
Soy ese huérfano que se quedó sin tu caricia
Ese verbo sin conjugación
Te lo bebiste todo,
En la tienda de la esquina
Te olvidaste de darme de beber
Y no recordaste mis sedientos huesos.
Ya te veré en este lado del inframundo
Sin halarte los pies, ni la lengua
Solo esperarte para que me lances al mar
Así como lo hiciste con los otros recuerdos
Dejándome sin sombra, sin voz
Capturada por estos viscosos seres
Que me dan café
Y sueltan mis manos amarradas
Para recibir la taza rota
Cuando la llevo a la boca
Ya está vacía
El suelo todo es un charco de café
Para las hormigas
Pero estas no lo beben
Porque a ellas les gusta el chocolate.
Tú, amante de Calipso
Que abandonaste a tu esposa
No me vengas a mí con esos cuentos chinos
Y devuélveme al mar,
Sácame de tu atarraya.

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