Biografía Corta de Juan Félix Sánchez

“El arquitecto del páramo”

Juan Félix Sánchez es quizá la representación del hombre andino, que ha ido transformando los
valles haciéndolos hermosos con realizaciones culturales de rancia estirpe andina y cuando se
habla de realizaciones culturales no es solo de edificaciones, sino todo lo que representa la
andinidad venezolana: literatura, artes, costumbres y tradiciones.

“Don Juan” nace el 16 de mayo de 1900 en el pueblo de San Rafael de Mucuchíes en el estado
Mérida ubicada el norte del estado Mérida a unos 3.140 metros sobre el nivel del mar; Hijo de
Benigno y Vicenta Sánchez, ambos agricultores, lo escriben para que realice sus estudios de
primarios y secundario pero este los abandona en 1914 para dedicarse a la labor agraria junto a
sus padres y otras ocupaciones de nivel popular como titiritero, payaso, malabarista y mago.

Transcurridos estos años, viaja a las principales ciudades de Venezuela como Maracaibo, Cumaná y
Caracas. Y fue desde 1918 hasta 1924 prefecto de su pueblo natal, al mismo tiempo que cumplia
con aquella obligación aprendía tejido con Isaina Dávila madre de Epifanía Gil quien más adelante
se convertiría en su esposa; fruto del aprendizaje del tejido teje en 1925 una cobija a la que
bautizó como “La Reinosa” con colores rojo, azul y verde y elementos construidos
individualmente, siguiendo las técnicas del tapiz 1. Para 1929 y hasta 1933 pasa a ser presidente de
la junta comunal de San Rafael de Mucuchíes, dos años después desarrolla aún más su gusto por la
talla en mármol haciendo sus esculturas “el grupo Cristo”, “Virgen” y “Magdalena” actualmente
desaparecidas, en 1936 fallece su padre y 1941 su madre, lo cual provoca que Juan y Epifanía se
muden al solo pero inmenso páramo merideño del “Tisero” en su modesta casa “El Potrero”.

Nótese el impacto que tuvo la muerte de sus padres en el desempeño de vida personal artística.
Aun así su fe y apreciación por el mundo religioso no disminuyó, por el contrario , se dedicó a
hacer distintas obras talladas en madera y otros materiales de raigambre religiosa. Vividas escenas
de la pasión reinabas en sus delicados trabajos.

Hasta 1952 desempeñó diversos oficios como productor de sombreros, cobijas, telas e incluso fue
Juez Municipal de San Rafael de Mucuchíes. Y es en este mismo año donde específicamente el día
14 de septiembre, decide rendir homenaje a la Virgen de Coromoto, haciendo la promesa de
construir una capilla al filo del Tisure. Dos años después viaja a Guanare y trae una imagen de la
Virgen, del mismo modo termina de construir la capilla que la llamó "El bohío". Sus siguientes años
los dedicaría a transformar ese sitio en el complejo religioso de El Tisure

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Por casi 30 años desarrolló varias partes de este importante complejo religioso, complejo que es
imperdible si se visita la localidad. Durante estos 30 años de desarrollo realiza un muro para cerrar
el complejo, escaleras de piedras, una segunda capilla, el pesebre, la capilla grande dedicada a
José Gregorio Hernández, mesa de altar, la torre, la talla del Cristo, y todas las tallas del Calvario
entre otros detalles.

Y ya el 15 de Abril de 1981 inicia la construcción de la capilla de piedras que hoy vemos en San
Rafael de Mucuchíes, en su elaboración no solo participó Juan Felix, sino también estudiantes de la
ULA y amigos de su infancia. La capilla es terminada en 1984.

Durante estos años y otros anteriores se dedicó a la literatura informal, pequeños poemas y
pasajes que sus descendientes guardan. Y cabe mencionar que el presidente Herrera Campins
declara su obra Patrimonio Nacional y en 1984 expuso varias de sus obras en el Museo de Arte
Contemporáneo Sofía ímber, sumado que recibió dos premios: “Aquiles Nazoa” En 1987 y “Premio
Nacional de Artes Plásticas” en 1989.

En 1995, es postulado para optar por el premio de Artesanía de la UNESCO, en la Habana Cuba,
certamen que declaro su tejido y su obra más allá de la artesanía. Es arte con el Sentimiento más
elevado del pueblo. El 14 de Junio de 1996 el Intitulo Universitario de Ejido, le entrego la mención
Técnico Superior en Turismo Honoris Causa.

Ya el 18 de Abril de 1997 a las 11:30 de la mañana, el arquitecto de la montaña quedó en silencio

para siempre, luego de una vida llena de aventuras, vivencias, religiosidad, mucha alegría y poca
tristeza o sufrimiento; este hombre pasaba al oriente eterno. Su obra es tangible y sigue presente
en aquel valle merideño, en aquel complejo religioso del tisure.

Los turistas que hoy concurren a las zonas aledañas a su antigua casa, manifiestan que se percibe
una tranquilidad dentro de las pintorescas montañas de San Rafael de Mucuchíes… es tal vez la
reminiscencia de este hombre de páramo que se confunde con el gesto inmóvil de una
impresionante combinación de capillas, terrazas, plazas, pesebre, Calvario y Santo Sepulcro; todos
integrados y amurallados.