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PRIMERA BATALLA DE NANAWA

I.- DESCRIPCIÓN.

La Primera batalla de Nanawa correspondiente a la Guerra del Chaco, entre


Bolivia y el Paraguay, se libró en el Chaco Boreal desde el 20 al 26 de enero de
1933. Fue el primer intento del ejército boliviano por capturar el estratégico fortín
Nanawa que le abría las posibilidades de avanzar hacia el norte (Arce-Isla Poí) o,
en su defecto, avanzar hacia el este para salir al río Paraguay a la altura de la
ciudad de Concepción ubicada sobre la margen oriental de ese río.

II.- ANTECEDENTES.

Cuando el ejército boliviano capturó, a fines del mes de julio de 1932, los fortines
Corrales, Toledo y Boquerón, antes de que la guerra comenzara, el general
Carlos Quintanilla solicitó al general Filiberto Osorio que lo autorizara a ocupar
también los fortines Nanawa y Rojas Silva. Salamanca prohibió la ocupación de
Nanawa, en cambio Rojas Silva fue ocupado el 6 de septiembre de 1932 por la
compañía CI-3, al mando del capitán Arce y la compañía CI-4, al mando del
capitán Manchego. Ambas unidades pertenecían al batallón I/RI-14,
transitoriamente al mando del mayor Santalla, que partieron desde el fortín Arce.
El fortín Nanawa fue reforzado por el ejército paraguayo durante el mes de
agosto y se mantuvo en actitud defensiva desde el comienzo de la guerra. A
partir del 23 de diciembre de 1932, cuando el coronel José Félix Estigarribia
determinó que todo el ejército paraguayo debía pasar momentáneamente a una
"defensa activa" hasta que la relación de fuerzas permitiera volver a la ofensiva,
las defensas de Nanawa fueron mejoradas aún más.
El mando boliviano confió en los rasgos característicos de sus hombres:
soldados tímidos pero valientes, disciplinados, gracias a las cualidades del
mando subalterno.
Una vez al mando del ejército boliviano a fines de diciembre de 1932 y
equilibrado el sector Saavedra-Kilómetro 7, el general Hans Kundt puso en
marcha su plan ofensivo para capturar, con la acción de dos Cuerpos de Ejército,
los fortines paraguayos Fernández (Herrera), Corrales y Toledo, hacia el norte, y
Nanawa, hacia el sur. El objetivo final era abrirse paso hacia Isla Poí y acabar
con la presencia paraguaya en el Chaco. La estrategia de Kundt se basaba en la
utilización masiva de hombres y recursos que bastaría para hacer retroceder al
ejército enemigo.
Recursos a emplear:
Frente al sector de Nanawa, Kundt y el Teniente Coronel David Toro, Jefe del
Estado Mayor del Primer Cuerpo de Ejército, elaboraron y organizaron secreta y
personalmente la preparación de las operaciones. El presidente Salamanca,
enterado por terceras personas, consideró que era prematuro atacar antes de
haber completado la movilización total de las fuerzas bolivianas, tanto en
hombres como en armamento. Kundt tampoco aprobó la sugerencia de Toro de
reforzar la División que se iba a encargar del ataque con regimientos de la 9.ª
División que todavía no iban a ser empleados.
La 7.ª División boliviana, al mando del coronel Gerardo Rodríguez y con el
teniente coronel Secundino Olmos como Jefe de Estado Mayor fue designada
para atacar Nanawa. Esa División era, conjuntamente con la 4.ª División, la mejor
del ejército boliviano por la preparación de sus hombres y equipamiento. Para la
acción sobre Nanawa fue dividida en tres columnas:
el Destacamento Frías, formado por los regimientos RI-42, RI-16 ‘’Castillo‘’ (2
batallones), RC-5 ‘’Lanza‘’ (2 escuadrones), RC-7 ‘’Chichas‘’ y la sección de
artillería Seleme, todo al mando del teniente coronel Enrique Frías;
el Destacamento Quiroga formado por los regimientos RI-8 ‘’Ayacucho‘’, RC-1
‘’Abaroa‘’ (una sección) y una sección de artillería mixta, todo al mando del
teniente coronel Julio Quiroga;
el Destacamento Reque Terán formado por los regimientos RI-7 ‘’Azurduy‘’, RI-
26, RI-39, un escuadrón del RC-1 ‘’Abaroa‘’, la sección Ruck del regimiento RC-5
‘’Lanza‘’ y una sección antiaérea SEMAG, todo al mando del teniente coronel
Jacinto Reque Terán.
El Grupo de Artillería Divisionario, al mando del mayor Alfredo Peñaranda
Esprella, con 16 cañones y 360 artilleros, apoyarían a las fuerzas atacantes. A
estas fuerzas se agregaron una sección de zapadores, 2 secciones de
comunicaciones y 1 Compañía sanitaria con 29 camiones. Estas fuerzas
totalizaban un total de 4140 hombres y a partir del día 21 se reforzarían con 4
regimientos o sea 1200 hombres más.
La aviación boliviana colaboraría con el ametrallamiento y bombardeo a baja
altura utilizando 3 escuadrillas con un total de 9 modernos caza-bombarderos de
origen estadounidense.

III.- PLAN DEL ATAQUE BOLIVIANO.

El destacamento Frías atacaría frontalmente desde el sur, con el centro de


gravedad sobre el ala derecha, procurando salir a la retaguardia de Nanawa. El
grupo Suárez del RC-5 ‘’Lanza‘’ protegería el ala derecha del Destacamento
Frías, cortando la posible retirada del enemigo hacia el sureste. Por el centro, el
regimiento ‘’Ayacucho‘’ atacaría frontalmente en dirección este, efectuando la
limpieza de las posiciones enemigas de avanzada para colocarse posteriormente
a la defensiva. El Destacamento Reque Terán atacaría por el norte para caer
sobre el flanco y espaldas del enemigo. La sección Ruck avanzaría 3 kilómetros
al noreste para emboscar a todos los refuerzos de la 4.ª División paraguaya que
quisieran venir en ayuda del fortín Nanawa desde Gondra o Bullo. El escuadrón
del RC-1 ‘’Abaroa‘’ seguiría la progresión de la columna Reque Terán hasta
juntarse con el RC-5 ‘’Lanza‘’ que aparecería desde el sur por detrás del fortín
cerrando de esta manera el cerco sobre Nanawa.

IV.- PLAN DEFENSIVO PARAGUAYO.

La guarnición paraguaya que defendía Nanawa era la 5.ª División más refuerzos,
al mando del teniente coronel Luis Irrazábal que había llegado recientemente de
su curso de perfeccionamiento en Bélgica. Esta fuerza de 3000 hombres estaba
integrada por los regimientos RI-13 ‘’Tuyutí‘’, RI-7 ‘’24 de mayo‘’, RC-4 ‘’Acá-
Carayá‘’, RC-5 ‘’Acá-Verá‘’, un escuadrón divisionario y una batería de cañones
Krupp. El regimiento ‘’Boquerón‘’ se ubicó de reserva en Rancho Ocho y el grupo
de artillería ‘’General Brugués‘’ en Bullo. Irrazabal estimaba como más probable
que el ataque boliviano viniera desde sector sur pero no descartaba un ataque
por el norte aunque esto complicaría a las fuerzas enemigas ya que deberían
cuidarse de no ser atacadas por la retaguardia desde Bullo y Gondra. El coronel
Estigarribia reforzó, por las dudas, el fortín Orihuela ubicado al este de Nanawa,
en el camino hacia el río Paraguay y Concepción.
La preparación de una red de posiciones defensivas y de vías de comunicación
internas frente al "Abra de Nanawa" y en las "islas" al norte y al sur del fortín,
transformaron a Nanawa en un poderoso reducto fortificado con trincheras,
alambrados de púas, nidos de ametralladoras y morteros protegidos por
quebracho, ubicados en los bordes del bosque frente a un despejado campo de
tiro.
"Kundt no tendrá probablemente la menor idea del esfuerzo realizado por los
hombres de Irrazábal, pues no dudará en declarar, en el momento de
desencadenar su ofensiva: "Mañana a mediodía, Nanawa estará en nuestras
manos"

V.- DESARROLLO DE LAS OPERACIONES.

El 7 de enero comenzaron las operaciones con la ocupación de los fortines


paraguayos Duarte y Mariscal López lo que significó un preaviso para los
defensores de Nanawa.
Después de constatar el perímetro defensivo mediante patrullas, el RC-7
‘’Chichas‘’ y los 2 escuadrones del RC-5 ‘’Lanza‘’ se lanzaron al asalto arrollando
los puestos de detección avanzados de los paraguayos que se retiraron a sus
líneas principales.

VI.- Ataques en la zona central y sur

Bajo una lluvia torrencial, el 20 de enero de 1933, a las 05:00 horas, la artillería
boliviana comenzó su tarea de ablandamiento sobre el fortín. Las fuerzas del RI-
8 ‘’Ayacucho‘’ salieron de sus posiciones de apronte acercándose al “Abra de
Nanawa”, detrás del cual se encontraba el fortín "antiguo" y que servía de punto
adelantado de la defensa. Por su parte, el RC-7 ‘’Chichas‘’ y el RI-42 avanzaron
dos kilómetros desde el sur sin encontrar resistencia. El combate se generalizó
en los frentes central y sur. Bajo la presión de la artillería, la aviación y los
infantes, los defensores paraguayos cedieron puestos adelantados en el centro.
El grupo Quiroga capturó la posición fortificada en la isla "Loma de Plata". Al sur,
el destacamento Frías cruzó el pajonal que tenía delante y llegó al borde del
bosque donde estaba ubicado el fortín, amenazando su flanco izquierdo. Al
atardecer, los atacantes formaban un semi-círculo que apretaba a Nanawa por
dos frentes. Todo dependía ahora de que el destacamento Reque Terán pudiera
salir por el norte, a las espaldas del fortín, para cerrar el círculo.

A.- Marcha de aproximación en la zona norte.

En su sector, el destacamento Reque Terán tuvo que enfrentar la adversa


naturaleza chaqueña que hizo penosa su larga progresión. El
destacamento había salido de su punto de partida el día 19 a las 22:00
horas y avanzó en fila india por la senda Ruck, abierta ex-profeso para esa
maniobra. La lluvia y el barro dificultaron la marcha nocturna de los
soldados que debían avanzar con el agua hasta las rodillas. Al amanecer
del día 20, dada la imposibilidad de salir al camino que une Nanawa con
Gondra, Reque Terán informó de esta situación a Kundt pidiendo un
mayor plazo para alcanzar su posición de apronte. Kunt le ordenó que
continuara su marcha pero no suspendió la hora de inicio de las
operaciones sin importarle la falta de coordinación que tendría el ataque.5
La columna norte, luego de llegar al final de la senda Ruck de 6
kilómetros, siguió avanzando a través de un monte enmarañado con la
tropa agotada por el esfuerzo de toda la noche. Mientras todavía se abría
paso sigilosamente, pudo constatar que el ataque en el frente de los otros
destacamentos ya había comenzado. Por consiguiente, salvo una
Compañía del RI-39 que alcanzó su posición a tiempo, su participación en
el ataque inicial del día 20 fue prácticamente nula. De todas formas las
acciones bolivianas en el centro y sur resultaron promisorias.

B.- Ataques desde el 21 al 23 de enero.

Al amanecer del día 21, la columna Reque Terán chocó sorpresivamente


contra lo que resultó ser el flanco derecho de sistema defensivo de
Nanawa, cuyo punto principal era una isla boscosa que los defensores
llamaban "Isla Fortificada" y que los bolivianos bautizaron como "Isla del
Diablo". Esto significaba que al girar muy pronto hacia el sureste el
envolvimiento se había transformado en una acción lateral y no en un
ataque hacia la retaguardia. En su avance por el cañadón recibió un fuerte
hostigamiento de los cañones del GA-1 paraguayo "Gral. Bruguéz" al que
se sumó el calor y la falta de agua por lo que tuvo que retroceder a la zona
boscosa. Recién a partir del medio día la acción del grupo Reque Teran
recibió la ayuda indirecta del grupo Frías que reinició su ataque por el sur.
El grupo Quiroga, en el centro, se mantuvo en su posición reorganizando
sus fuerzas debido a las fuertes bajas sufridas el día anterior recibiendo
por tal motivo el refuerzo del RI-16 "Castillo".

Durante el día 22, los tres destacamentos combatieron desde los puntos
que habían alcanzado en su avance inicial sin poder penetrar en la
defensa enemiga. Toro insistió en la necesidad de utilizar los regimientos
de la 9. División en el ala norte. El día 23, el destacamento Quiroga, trató
una vez más de desalojar a los paraguayos del fortín "antiguo", perdiendo
en esa ocasión al mayor Alberto Valdez y a muchos soldados.

El teniente coronel Reque Terán envió un escuadrón de 100 hombres del


RC-1 ‘’Abaroa‘’, al mando del mayor Roberto Carrasco, hacia el camino
que conecta Nanawa con Gondra a fin de cortar el aprovisionamiento de
Nanawa desde el Norte. Una fuerza paraguaya de 1000 hombres, al
mando del teniente coronel Arias, que venía a asegurar el camino de
Falcón a Nanawa, chocó imprevistamente contra esa pequeña unidad
boliviana que trató de cerrarles el paso y la aniquiló totalmente. El
comandante boliviano falleció mientras era atendido, en el campo de
batalla, por la teniente Galeano de Díaz de Bedoya, enfermera de la
sanidad paraguaya.
C.- Nuevo intento de ataque por la zona sur.

Dado que los defensores frenaban el avance por el norte y el centro,


Kundt cambió el peso del ataque hacia el sector sur pensando que era la
zona más débil. Se había observado que un camión del destacamento
Frías había realizado una misión de exploración sin recibir un solo disparo.
Lo que sucedió era que comenzaron a faltar municiones en Nanawa
debido al elevado consumo para frenar el ataque boliviano y a las lluvias
que detuvieron el flujo del abastecimiento. Irrazabal ordenó disparar sólo a
blancos seguros y que significaran un peligro real para sostener las
posiciones. Además sacó hombres de las trincheras para construir
rápidamente una pista de aterrizaje improvisada en la parte despejada del
fortín pues Estigarribia había rechazado la idea de abandonar el fortín por
falta de municiones. Esta precaria pista permitió establecer un puente
aéreo dado que el lanzamiento de municiones por paracaídas producía la
pérdida de casi el 80% del material. Varios aviones, esquivando el fuego
terrestre y la aviación boliviana, pudieron aterrizar en esa precaria pista
trayendo municiones.

El cambio que propuso Kundt de atacar por el sur lo hizo sin consultar
previamente con el comando de la 7.ª División lo que produjo inquietud y
confusión en los mandos. Ordenó que el recién llegado RI-41, al mando
del teniente coronel Pantoja, saliera al camino que une Nanawa con
Suhín, para luego atacar las espaldas del fortín. A las 06:00 horas del 24
de enero, el RI-41 cortó ese camino tomando posiciones defensivas a
ambos lados de la senda. Desde allí atacó enérgicamente hacia Nanawa
desalojando puntos defensivos ubicados en las ‘’islas‘’ y girando hacia el
oeste llegó al sector donde estaban las cocinas y la sanidad del fortín.
Pero el apoyo de la artillería que recibió Pantoja sólo sirvió para alertar a
los defensores paraguayos ya que el mayor boliviano López, encargado
de la misma, no sabía a donde apuntar los cañones.

En ese momento Irrazábal ordenó a fuerzas del regimiento RC-5 que


despejaran la retaguardia del fortín. En los combates cuerpo a cuerpo, los
fuertes y sordos ruidos de los disparos fueron reemplazados por el sonido
seco y metálico de las bayonetas bolivianas contra los machetes
paraguayos. Después de tres horas de lucha encarnizada, el escuadrón
Rodríguez del RC-5 ‘’Acá-Verá‘’, logró hacer retroceder a Pantoja a su
posición inicial y como este no recibió el apoyo de los refuerzos previstos
antes del ataque sufrió muchas bajas mientras se retiraba sin cobertura.
Las ‘’islas‘’ fortificadas ubicadas en el cañadón sur volvieron a ser
ocupadas por los paraguayos.

D.- Últimos intentos.

Se dictaron nuevas órdenes y contraordenes de parte de Kundt y


Estigarribia: Kundt sacó al Regimiento ‘’Sucre‘’ de ‘’Kilómetro 7‘’ para
reforzar al Destacamento Reque Terán situado el Norte. Estigarribia, a su
vez, trajo fuerzas de su 4ª División desde Alihuatá.
El 24 de enero, a las 07:30 horas y durante media hora, la batería
boliviana Torres bombardeó intensamente la ‘’Isla del Diablo‘’. Sus
ocupantes desalojaron las primeras líneas hacia otras ubicadas más atrás.
El jefe del RI-7 ‘’Azurduy‘’, mayor Eliodoro León, fue informado del
abandono paraguayo de la ‘’Isla Fortificada‘’, pero se mantuvo en su
posición esperando la orden de ocuparla. Cuando esa orden llegó (a las
08:30 horas) ya era demasiado tarde, pues al avanzar se encontró con la
fuerte resistencia de los defensores que habían retomado su posición al
cesar el fuego de la artillería enemiga. De esta manera el RI-16 y el RI-7
quedaron atrapados entre el fuego enemigo y un sol abrasador. Muchos
cayeron víctima de la metralla o de la insolación.
La batería boliviana Torres tuvo que cubrir con sus cañones la retirada de
los infantes atrapados en el pajonal, a medio camino entre sus trincheras
de partida y la posición de los paraguayos. Esta acción no sólo mostró la
falta de coordinación entre la artillería y la infantería sino la excesiva
dependencia de los oficiales bolivianos de las detalladas órdenes tácticas
de su comando, lo que les sacaba toda posibilidad de iniciativa propia.
Esta forma de conducción fue una constante en el ejército boliviano
durante gran parte de la guerra.
"Este fue el fruto de la peculiar escuela implantada por el señor general
Kundt, la cual llegó a anular casi por completo toda iniciativa personal"

VII.- ENSEÑANZAS Y EXPERIENCIAS.

El historiador norteamericano David H. Zook señala cuatro errores en la


conducción del comando de la 7.ª División boliviana en la Primera batalla de
Nanawa:

• Insuficiencia de coordinación.
• Falta de información necesaria antes de la acción.
• Violación al principio de economía de las fuerzas.
• Subestimar al adversario.

A estos aspectos el historiador Casabianca agregará otros que atribuye


esencialmente al general Kundt y al coronel Toro, como Jefe del Estado Mayor
del Primer Cuerpo de Ejército boliviano: 1) La dirección “este” dado al ataque
pues una vez capturado Nanawa se ingresaría a una zona desconocida,
pantanosa y no utilizada por la logística del ejército paraguayo. 2) El ataque
frontal a una posición fortificada, sin ninguna sorpresa, con el objeto de ocupar
territorio para afectar la moral del enemigo y levantar la propia en lugar de
apuntar a la destrucción de las fuerzas enemigas. 3) La premura por iniciar un
ataque sin haber concentrado totalmente las fuerzas y recursos y cuando el
periodo de lluvias ya había comenzado lo que afecta más al que ataca que al que
se defiende. Este hecho fue criticado oportunamente por el presidente Daniel
Salamanca. 4) Preferir el ataque frontal masivo a la maniobra. Los montes
chaqueños, debido a las largas distancias, la falta de agua y recursos para
sobrevivir, se prestaban más a las acciones de poca importancia, cercos de
puntos fortificados para aislarlos logísticamente, guerrilla, “golpes de mano” o
sorpresivos y cuatreraje o “limpieza”.
La actuación de la aviación boliviana no fue efectiva por el mal tiempo y la
densidad de los montes existentes en la zona lo que impedía detectar las
posiciones enemigas.

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