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Lecciones del Pasado

Las guerras anglo-holandesas:


dos poderes marítimos en lucha
por el predominio
C. de F. (r), Jorge Ortiz Sotelo (Ph. D.)
Academia Naval de los Estados Unidos

Entre 1652 y 1673 las Provincias Uni- pese a la cual logró alcanzar su objetivo
das e Inglaterra combatieron tenazmente político.
por definir la supremacía marítima. A lo Este artículo analizará el desarrollo de
largo de veintiún años ambas potencias se esa compleja etapa de la historia europea,
enfrentaron en tres guerras, a las que se de la cual emergió Inglaterra como la nue-
sumaron numerosos conflictos entre sus va potencia marítima mundial.
respectivas compañías comerciales por
controlar el comercio en Asia, África y La nueva potencia marítima europea:
América. La lucha fue esencialmente ma- las Provincias Unidas1
rítima, aun cuando involucró operaciones
terrestres por parte de los contendientes Desde la Baja Edad Media las ciuda-
y de sus aliados, con acciones que reper- des del norte de Europa eran abastecidas
cutieron en otras partes del mundo, en- por un núcleo de comerciantes estableci-
tre ellas nuestro país. La primera guerra dos primero en torno a ciudades alemanas
(1652-1655) fue un claro triunfo inglés, unidas en la liga hanseática, y luego en
logrando con ello notables ventajas co- la región genéricamente conocida como
merciales, pero la pronta recuperación de Flandes (hoy Bélgica y Holanda). Carlos
las Provincias Unidas amenazó esas ven- I de España y de las Indias, y V de Ale-
tajas y motivó una segunda guerra (1665- mania, recibió esta región como herencia.
1667) en la que los resultados fueron ba- Los pobladores de las ciudades y bur-
lanceados. La tercera guerra (1672-1673) gos flamencos conservaban aún un alto
concluyó con una derrota militar inglesa, sentido de identidad local que, de algún

1 Un trabajo clásico sobre el desarrollo marítimo de los Países Bajos es el de C.R. Boxer, The Dutch
Seaborne Empire 1600-1800 (Londres, Penguin Books, 1990). Puede verse también a Jorge Edmundson,
“Gobiernos de Juan de Witt y de Guillermo de Orange”, Eduardo Ibarra y Rodríguez (director), Historia
del Mundo en la Edad Moderna (Buenos Aires, Universidad de Cambridge, 1913), IX, pp. 261-307.

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modo, reflejaba el antiguo orgullo ciuda- militar y naval de esa nueva organización
dano de la Grecia clásica. Cada una de política, conocida como las Provincias
estas ciudades obtenía privilegios y era Unidas.
gobernada por una fuerte burguesía in- Por su lado, las provincias católicas
dustrial y comercial, generando un am- valonas (hoy Bélgica) también se unieron
biente liberal en el que la Reforma encon- en 1579 a través del tratado de Arras, ali-
tró campo fértil para desarrollarse. Felipe neándose con España en su lucha contra
II de España inició una fuerte persecución los protestantes.
de los protestantes, enviando a esa zona al El desvío del río Escalda y la posterior
Duque de Alba, cuya dura represión forzó decisión española de cerrar el puerto de
al levantamiento de las provincias de Ho- Lisboa al comercio flamenco (1594) im-
landa y Zeelandia en 1568. Los rebeldes pulsó a los comerciantes de las ciudades
pidieron la ayuda de Guillermo I de Oran- marítimas holandesas a organizar expe-
ge, quien inició así la larga guerra de Flan- diciones en busca de los productos que
des que sólo concluiría ochenta años más usualmente obtenían en Portugal: las es-
tarde con la firma del Tratado de Müns- pecias y los efectos de Oriente y China.
ter (1648). En el curso de esta guerra el Por la misma fecha los holandeses pene-
centro de gravedad comercial flamenco se traron en el Mediterráneo y en pocos años
desplazó de Amberes a Ámsterdam, luego habían logrado establecer vínculos econó-
que los españoles conquistaran la primera micos con el Imperio Otomano. También
de estas ciudades y desviaran el curso del iniciaron su comercio con las colonias
río Escalda (1585). españolas en América, pues a pesar de la
El carácter religioso de la lucha mo- guerra de independencia que sostenían
tivó la división de Flandes en una parte con España nunca llegaron a romper del
católica y otra protestante. Las siete pro- todo los lazos con la península ibérica2.
vincias protestantes (Holland, Zeeland, Se iniciaron así los primeros viajes a la
Friedland, Groningen, Drenthe, Overij- India y otros países de Asia, donde poco a
ssel y Gelderland) se unificaron mediante poco fueron sustituyendo a los debilitados
un tratado firmado en Utrecht, en 1579, portugueses. Entre 1595 y 1602 sesenta
encomendando la representación común y cinco buques salieron de los diversos
al estatúder o gobernador de Holanda, puertos flamencos hacia Asia, despacha-
Guillermo I. Dos años después dichas dos por asociaciones de comerciantes,
provincias se declararon independientes muchas veces rivales entre sí. Esto generó
y establecieron un complejo sistema de muchos problemas, no sólo con los gober-
gobierno a través de los llamados Estados nantes de esas tierras, que los veían a to-
Generales. Sin embargo, en la práctica, dos iguales y achacaban a unos las culpas
el estatúder de Holanda retuvo el mando de otros, sino que los precios de algunos

2 Philip Bosscher, “Shipping Economics and Trade”, Robert Gardiner, editor, The heyday of Sail. The
Merchant Sailing Sihp 1650-1830 (Londres, Conway Maritime Press, 1995), pp. 136-137.

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bienes comenzaron a caer en el mer-


cado europeo.
Ante esta situación, los comer-
ciantes se dieron cuenta que debían
presentar un frente común en su ac-
tividad en el exterior, especialmen-
te luego que en diciembre de 1600
la corona inglesa otorgara a la East
Indies Company el monopolio del
comercio con la India. Empujados
por esta necesidad, en 1602 el Gran
Pensionario, una suerte de primer
ministro de los Estados Generales,
convocó a las diversas asociacio-
nes de comerciantes para formar la
Compañía Holandesa de las Indias
Orientales (más conocida como
VOC, siglas de su nombre en holan- La flota de la compañía holandesa de las Indias convirtió
a los paises bajos en una potencia marítima que rivalizó
dés Vereenigde Oostindische Com- con Gran Bretaña.
pagnie), otorgándole el monopolio
de las rutas a la India por el cabo de nó gestora e impulsora de otorgar poderes
Buena Esperanza y por el estrecho de Ma- efectivos y reales a los Estados Genera-
gallanes. Se le facultó a nombrar goberna- les, vale decir, formar un gobierno único
dores, levantar ejércitos, construir fuertes donde hasta entonces existían diversos
y firmar tratados con otras potencias3. Los gobiernos locales). Las cuatro provincias
contraventores a dicho privilegio perde- marítimas (Holland, Zeeland, Friedland
rían tanto sus naves como la carga que és- y Groningen), a las que se sumaban otras
tas transportaban. Poco después, en 1621, tres del interior (Drenthe, Overijssel y
fue creada la Compañía de las Indias Oc- Gelderland), formaron así las Zeven Pro-
cidentales, para actuar en África, Brasil y vincien, cada una de las cuales tenía su
las Antillas. propio sistema de gobierno, con una suer-
En pocos años la Compañía Holande- te de cuerpo legislativo en el que estaban
sa de las Indias Orientales logró desplazar representados de manera dispar la noble-
casi totalmente a Portugal del comercio za, la burguesía e incluso el campesinado,
de Oriente, constituyéndose en uno de los y un estatúder o gobernador. Este cuerpo
primeros elementos de unidad nacional provincial tenía la facultad de aprobar las
para las Provincias Unidas (pues se tor- decisiones que por unanimidad tomaran

3 Ibídem, pp. 138-139.

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los Estados Generales. Existían, además, como el ejército fueron de los pocos que
un partido republicano o popular, y otro en la Europa de esa época recibían suel-
monárquico que respaldaba las pretensio- dos con regularidad5.
nes de la Casa de Orange, y ambos bus- Ámsterdam se convirtió en el princi-
caban respaldar sus posiciones mediante pal proveedor de granos y pescados en
alianzas con Francia e Inglaterra, respec- Europa, dominando el comercio del Bál-
tivamente. A la muerte de Guillermo II tico. Sus botes de pesca sobrepasaban a
de Orange (1650), el partido republicano, los ingleses en los ricos bancos del Mar
dirigido por Jacobo de Witt y sus hijos del Norte y en las ballenerías del Atlánti-
Cornelio y Jan, se hizo del poder y abo- co y del Ártico. La mayor parte del hierro
lió el estatuderato. Entre 1653 y 1672, Jan sueco, así como un buen porcentaje del
de Witt dirigió los destinos de las Provin- carbón de Newcastle, también era trans-
cias Unidas, retornando luego la Casa de portado por buques holandeses, con un
Orange. valor que superaba varias veces a su más
Casi sin recursos naturales, totalmente cercano competidor6. Pero la vocación
dependientes del comercio marítimo y de monopólica holandesa causaba dificulta-
la actividad fabril, las Provincias Unidas des a otra potencia emergente: Inglaterra.
habían logrado importantes avances tan- En marzo de 1608, siendo ya el prin-
to en las ciencias matemáticas como en cipal transportista de Europa, Holanda
la economía, la banca y la construcción aprobó una resolución secreta señalando
naval, superando largamente en estos as- que nunca renunciaría a la libertad de los
pectos a cualquier otro estado europeo. mares en cualquier región del mundo, re-
Hacia mediados del siglo XVII contaban solución que fue ratificada por los Estados
con más de diez mil naves (dos mil qui- Generales en 1645 cuando proclamó que
nientas de las cuales estaban dedicadas “la existencia, el bienestar y la reputación
al comercio, cifra similar a la que todo el del Estado consiste en la navegación y el
resto de Europa podía reunir), ciento se- comercio marítimo”. En esencia, no debía
senta y ocho mil tripulantes y unos dos haber restricciones a la navegación, a la
millones de habitantes4. Esto les permitió pesca, al comercio con todas las naciones
levantar una importante fuerza naval, que y a la protección de los derechos neutra-
contrastaba con un ejército compuesto les en caso de guerra, debiendo limitar al
mayoritariamente por mercenarios ingle- máximo la definición del contrabando de
ses, franceses, escoceses y alemanes. No guerra. Esto atentaba contra las preten-
obstante esta debilidad, tanto la armada siones de países como Dinamarca, que

4 Para 1637 se reportó 1750 buques mercantes, fuera de los de las dos compañías de las Indias, además
de 600 pesqueros de altura [Bosscher, “Shipping Economics and Trade”…, pp. 134-135].
5 Paul Kennedy, Auge y Caída de las Grandes Potencias (La Punta, Escuela Superior de Guerra Naval,
1997), p. 123.
6 John Merriman, Modern Europe (New York, W.W. Norton, 1996), vol I, From Renaissance to the Age of
Napoleon, I, p. 265.

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exigía el pago de derechos por navegar cían un celoso imperialismo. Algo similar
el estrecho que la separaba de Suecia, y habían hecho en el caso de la boca del
también de Inglaterra, que reclamaba a su Escalda para evitar que Amberes pudiera
vez soberanía sobre el canal que la sepa- competir con Ámsterdam. Ello había lle-
ra del continente, donde pretendía poner vado a enfrentamientos con los ingleses
en práctica una ley de contrabando para en 1623, 1639 y 1650, cuando ocuparon
evitar el abastecimiento de alimentos y el cabo de Buena Esperanza. Aún retenían
municiones a sus enemigos, y ejercer el una parte importante de Brasil, domina-
derecho de registro a buques neutrales . 7
ban varias islas en el Caribe y con su co-
Inglaterra también reclamaba derechos lonia en Nueva Ámsterdam (Nueva York)
sobre las pesquerías cercanas a sus costas. se insertaban entre las colonias inglesas
Todo ello había generado extensos deba- en Norteamérica.
tes legales que sentarían las
bases del Derecho Marítimo,
en los que el holandés Hugo
Grocio defendió la libertad
de los mares en su Mare Li-
berum (1609), mientras que
el inglés John Selden replicó
con Mare Clausum (1635)
señalando que el mar sí era
pasible de tener propietario y
que el rey de Inglaterra lo era
de las aguas que rodeaban las
islas británicas. También se
produjeron actos de sobera-
nía como la prohibición a los
En el siglo XVII los países bajos y Holanda tuvieron la flota mas
extranjeros de pescar en las grande del mundo. Pese a tener un pequeño territorio, sus colonias
aguas circundantes a las islas se extendieron por todo el mundo.
británicas, decretada por Car-
los I en 1636 y renovada por Cromwell
en 1652. Inglaterra y la marina inglesa: Blake,
Pero si bien los holandeses defendían Monck y las Instrucciones de Batalla
los principios de Mare Liberum en aguas
europeas, optaban rápidamente por el Inglaterra había vivido una cruen-
concepto contrario en la costa africana y ta guerra civil entre el rey Carlos I y el
asiática, donde las Provincias Unidas ejer- Parlamento, que concluyó en 1649 cuan-

7 Boxer, The Dutch Seaborne Empire..., pp. 101-102.

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do el monarca inglés fue ejecutado y se Los buques ingleses habían evolucio-


estableció el llamado gobierno del Com- nado a partir de los galeones del siglo
monwealth bajo el liderazgo de Oliver XVI, pudiendo decirse que en su mayoría
Cromwell. Pese a la oposición de los Es- se trataba de grandes fragatas y navíos de
tados Generales de las Provincias Unidas, línea. Las fragatas tenían un diseño re-
el estatúder de Holanda, yerno del difunto lativamente moderno que había surgido
rey inglés, acogió y apoyó al príncipe he- durante la Guerra Civil, y si bien inicial-
redero en sus intentos por restablecer la mente contaban con una sola cubierta de
monarquía. Sin embargo, ese apoyo cesó artillería y no tenían alcázar, pronto aña-
en 1650 cuando a la muerte de ese estatú- dieron una segunda cubierta y superes-
der se restablecieron los principios repu- tructura, llegando a portar unos cincuenta
blicanos y se manifestó la resolución de cañones. Los navíos tenían tres cubiertas
las Provincias Unidas de mantener la paz de artillería, pudiendo llegar a portar un
con Inglaterra. centenar de piezas. Los buques de las Pro-
La flota inglesa había sido reorga- vincias Unidas eran de menor porte, aten-
nizada por Cromwell durante la lucha diendo al poco calado de sus puertos, y
contra los realistas, siendo puesta bajo estaban organizados en cinco almirantaz-
el liderazgo del general Robert Blake gos (Ámsterdam, Mass, Zeeland, Noor-
(1599-1657)8. Antiguo coronel de mili- derkwartier y Friesland), cada uno de los
cias, Blake nunca había servido a bordo, cuales debía aportar naves y hombres,
habiendo pasado diez años de su vida que en su gran mayoría provenía de la
estudiando griego en Oxford. Hábilmen- marina mercante. Hacia 1650 el principal
te secundado por otros generales, como buque de las Provincias Unidas, el Bre-
George Monck (1608-1670)9, Blake hizo derode, tenía 58 cañones, pero los otros
de la armada una verdadera institución, en buques eran significativamente menores,
vez de núcleos de buques estatales diri- portando entre 26 y 38 cañones. Una vez
giendo indisciplinadas naves mercantes. iniciada la confrontación con Inglaterra se
Se organizó el sistema de abastecimiento, construyeron buques cada vez más gran-
se emitieron instrucciones para el com- des y anchos, lo que mejoró su estabilidad
bate que restablecieron la disciplina y se y con ello su eficacia artillera10.
organizó la flota en escuadrones, sentan- El 9 de octubre de 1651, luego que
do las bases para el surgimiento de nuevas los Estados Generales de las Provin-
tácticas navales. cias Unidas rechazaran una propuesta

8 William B. Cogar, “Robert Blake, el almirante del Estado (1599-1657)”, en Jack Sweetman, editor, Los
grandes almirantes, Comando en el Mar, 1587-1945 (Buenos Aires, Instituto de Publicaciones Navales,
1999), pp. 73-106.
9 Antiguo oficial realista, se pasó luego al bando de Cromwell. Había servido a los holandeses en su lucha
contra España entre 1629-1638.
10 Brian Lavery, “The ship of the line”, en Robert Gardiner, editor, The Line of Battle (Londres, Conway Mari-
time Press, 1992), pp. 13-14.

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de Cromwell para establecer una alianza y, para asegurarse la ruta de la India, la


y un gran Consejo Común que reuniera Cámara de Comercio de Ámsterdam hizo
en Londres a los estados protestantes, y ocupar el cabo de Buena Esperanza. La
ante la presión de las compañías de co- lucha entre las dos repúblicas marítimas
merciantes, el Parlamento inglés aprobó se anunciaba como inevitable”13.
la primera Acta de Navegación. Dicho Debe recordarse que la posición de las
dispositivo establecía que los productos Provincias Unidas resultaba desventajosa
no europeos sólo podían ingresar a puer- respecto a Inglaterra, puesto que para salir
tos ingleses en buques con esa bandera; al mar abierto sus naves debían navegar
mientras que los de origen europeo única- por aguas británicas o cercanas a estas is-
mente podían hacerlo en buques del país las. Esto obligaba a emplear fuertes con-
de origen o ingleses; y también prohibía tingentes navales para proteger a las flotas
la pesca de naves extranjeras en aguas bri- mercantes, los cuales, a su vez, retenían
tánicas11. Esta acta era un claro ataque al mucha de la independencia de sus pro-
poder marítimo de las Provincias Unidas, vincias originales. Por otro lado, si bien
y tanto los comerciantes holandeses como tenían magníficos marinos (entre ellos
los de Zeeland se percataron de ello. Las los Tromp y Michael de Ruyter)14, no
Provincias Unidas enviaron embajadores existía una verdadera marina de guerra,
a Inglaterra para tratar que el gobierno produciéndose escandalosos actos de in-
inglés cambiase de opinión, buscando disciplina que contrastaban con casos de
restablecer las condiciones de comercio verdadero heroísmo colectivo. Tenían una
fijadas en la Magnus Intercursus, acuer- enorme cantidad de buques, más que los
do comercial suscrito por varias potencias británicos, pero a la vez las condiciones
en 1496. Sin embargo, los ingleses endu- de su mar obligaban a que éstos fuesen
recieron su postura, exigiendo que se les de calado limitado y con fondos planos,
reconociera el dominio del mar en torno a siendo por ende de menor porte.
las islas británicas, y que los buques ho- Por otro lado, debe tomarse en consi-
landeses arriasen sus velas y su pabellón deración la política francesa. Orquestada
en señal de reconocimiento cuando se en- por el cardenal Richelieu, estaba orienta-
contraran con buques ingleses en dichas da a consolidar la unión interior de Fran-
aguas12. cia tras las luchas religiosas de fines del
Ante esta situación De Witt concertó siglo anterior y a fortalecer la autoridad
una “alianza con Dinamarca, cerró las absoluta del rey Luis XIV. Tales desig-
aguas del Báltico a los mercantes ingleses nios estaban en oposición a los de la po-

11 Keith Feiling, A History of England. From the Coming of the English to 1918 (Londres, Macmillan, 1966),
pp. 499-500. Edmunson, “Gobiernos de Juan de Witt y de Guillermo de Orange”..., pp. 263-264.
12 George Edmunson, History of Holland (Cambridge, The University Press, 1922), cap. XIV.
13 Jacques Pirenne, Historia Universal (Barcelona, Océano, 1982), t. IV, pp. 1250-51.
14 Hubert Granier, L’amiral de Ruyter au combat (1607-1676). Le Zélandais qui fit trembler l’Anglaterre
(París, Económica, 1992).

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derosa Casa de Austria, que tenía bajo su fondos adicionales para triplicar su flota
control o influencia a importantes zonas (compuesta por setenta y cinco navíos) y
de Europa central. Esto llevó a Francia a enviaron al mar a Martin Tromp con un
establecer una alianza temporal con los escuadrón de cincuenta buques para pro-
estados alemanes y las Provincias Uni- teger sus líneas de comunicaciones. El 29
das protestantes, procurando anexarse las de mayo de 165216 dicho escuadrón se
posesiones españolas en Flandes -actual encontró frente a Dover con una fuerza
Bélgica-. Asimismo, la política francesa inglesa al mando de Robert Blake, quien
buscó crear un gran poder naval, que no le exigió el saludo a su bandera, como
sólo aumentase la riqueza del reino sino reconocimiento a la reclamada sobera-
que pudiese hacer frente a su vieja rival: nía inglesa sobre el estrecho. Al parecer,
Inglaterra15. A la muerte de Richelieu Tromp dispuso que sus naves llevaran a
(1642) Luis XIV asumió el control total cabo dicho saludo, pero Blake entró en
del gobierno, convirtiendo a Francia en la batalla antes que dicha orden se pudiera
mayor potencia terrestre europea. Se hizo ejecutar. Lo cierto es que ambas fuerzas
de varias posesiones, compró Dunkerque
a los ingleses y obligó a los holandeses
a devolver a los portugueses la parte del
Brasil que ocupaban (1654), lo que no
evitó que Portugal estrechara sus víncu-
los con Inglaterra. Luis XIV nombró mi-
nistro de Marina a Jean-Baptiste Colbert,
quien inició un importante programa de
construcción naval con técnicos de Malta,
Barcelona, Holanda e incluso Inglaterra.

I Guerra (1652-1654)

A fines de 1651, tras fracasar en su La primera gerra anglo-holandesa mostró el poderio


creciente holandes que finalmente declinó en favor
intento por conseguir que Londres anu- de Gran Bretaña en el siglo XVIII.
lara la primera Acta de Navegación, las
Provincias Unidas comprendieron que se enfrentaron durante varias horas, hasta
sus intereses habían entrado en rumbo que al caer la noche Tromp logró romper
de colisión con los de Inglaterra y que lo el contacto, habiendo perdido dos de sus
mejor era prepararse para un nuevo con- naves en la acción.
flicto. Con esta idea en mente, aprobaron Al conocer estos hechos, los Estados

15 Alfred T. Mahan, La influencia del Poder Naval en la Historia. 1660-1783 (El Ferrol, Imprenta de El Correo
Gallego, 1901), p. 114.
16 Las fechas varían según el calendario utilizado, juliano o gregoriano.

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Generales intentaron detener el conflicto de esa tarea, el 16 de agosto De Ruyter


y enviaron a Adrien Pauw a Londres para batió a cuarenta naves inglesas, al mando
tratar de establecer las responsabilidades de George Ayscue, obligándolos a buscar
del enfrentamiento. Si bien Cromwell refugio en Plymouth18.
también quería una solución pacífica, la Acusado de ser monárquico, Tromp
presión popular en ambas partes era muy fue destituido del mando de la flota y re-
fuerte por la guerra, la que finalmente fue emplazado por Cornelius de Witt, quien el
declarada en julio del mismo año. 8 de octubre atacó a las fuerzas inglesas
Quienes tenían más que perder con que al mando de Blake se encontraban en
este conflicto eran las Provincias Unidas, Kentish Knock, protegiendo la boca del
cuya excesiva dependencia del mar lo ha- Támesis. La victoria favoreció a Blake,
cía vulnerable a ver afectadas la base de generando en el Consejo de Estado inglés
su economía. Los ingleses, en cambio, te- la sensación de que no volvería a haber
nían poco comercio ultramarino y, como enfrentamientos hasta después del invier-
señala la frase que se le atribuye a Monck, no. Esto los motivó a despachar una fuer-
“¿Qué importa que sea un motivo u otro? za al Mediterráneo para disputar el con-
Lo que necesitamos, por encima de todo, trol de esas aguas a una flota holandesa al
es el comercio que tienen ahora los holan- mando de Jan van Galen.
deses”17. A consecuencia de la batalla de Ken-
Poco después de declarada la guerra, tish Knock, Martin Tromp reasumió el
las fuerzas inglesas incursionaron en el mando de la flota, volviendo a hacerse a
Báltico y en el Mar del Norte, atacando la mar con ochenta naves para enfrentar
tanto al comercio como a la flota pesque- a los ingleses. El 10 de diciembre batió a
ra enemiga, dejando una pequeña fuerza las treinta y cinco naves que al mando de
para cuidar la boca del Támesis. Martin Blake se encontraban en Dungeness, lo-
Tromp, al frente de un centenar de naves, grando cortar el abastecimiento de carbón
no pudo evitar la pérdida de la flota pes- a Londres y causar grandes pérdidas al
quera ni la captura de un convoy holandés comercio inglés. Actuando con prontitud,
cerca de Calais, debiendo retornar a puer- los ingleses lograron organizar una nueva
to luego de varias semanas en el mar y tras flota, la misma que al mando de Blake se
soportar fuertes tormentas en la zona del enfrentó a Tromp el 25 de ese mes frente
Canal Inglés. Mientras Tromp se dirigía a a Portland, iniciándose la llamada Batalla
puerto, un escuadrón de veintiséis buques de los Tres Días. Tromp logró proteger a
al mando de Michael de Ruyter ponía proa los ciento cincuenta mercantes que esta-
al Canal Inglés escoltando a un grupo de ba escoltando, perdiendo en ese esfuerzo
naves mercantes, debiendo esperar a otro a varios de sus buques. En esta ocasión,
que retornaba de Asia. En cumplimiento ambas fuerzas se habían organizado en

17 Mahan, La influencia del Poder Naval…, p. 132.


18 Edmunson, History of Holland…, cap. XIV.

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divisiones. za holandesa fue rechazada, con la pérdi-


Los resultados de esta batalla, así da de treinta de sus naves, los daños que
como las pérdidas económicas de ambas lograron infringir a los buques ingleses
partes, el cierre del Báltico a los ingleses llevaron a que Monck levantara el blo-
por parte de Dinamarca y la destrucción queo. Durante el combate se presentaron
de la escuadra inglesa que estaba operan- algunos casos de indisciplina entre los
do en el Mediterráneo, llevaron a que tan- capitanes holandeses, varios de los cuales
to Cromwell como Jan de Witt, el nuevo llegaron a desertar de la línea.
gran pensionario, buscaran poner fin a la Los resultados de este combate lle-
lucha. Sin embargo, debieron enfrentar varon a Jan de Witt, gran pensionario de
una fuerte oposición interna, incluso lue- Holanda, a convencerse de la necesidad
go que Cromwell disolviera el Parlamen- de poner fin a la guerra. Similar convic-
to y asumiera el protectorado, el 30 de ción fue sentida por Cromwell, pues era
abril de 1653. conciente que insistir en la anexión de Ho-
En estas circunstancias el 12 de junio landa podía fomentar la restauración de la
se produjo un nuevo enfrentamiento entre Casa de Orange en las Provincias Unidas,
Tromp y Monck, cerca a Gabbard (boca situación que acarrearía un mayor apoyo
del Támesis) y Dover. El primero atacó a la causa de los Estuardo en Inglaterra.
con ochenta buques a los cien buques de Entre los veinticinco puntos del acuerdo
Monck, y en el segundo día de combate de paz que propusieron los ingleses se
éste fue reforzado por dieciocho buques incluyó la prohibición de que el Príncipe
al mando de Blake. Los ingleses presen- de Orange ejerciera algún cargo público,
taron una formación en línea de batalla y tema que resultaba inaceptable para las
lograron derrotar a Tromp, bloqueando Provincias Unidas, por lo que las negocia-
luego los principales puertos holandeses. ciones estuvieron a punto de fracasar. Fi-
Las Provincias Unidas pidieron la paz, nalmente, Cromwell no insistió en el tema
pero las exigencias de Cromwell resul- de la anexión holandesa a Inglaterra, pero
taron inaceptables, pues incluían su ane- planteó que el tema del Príncipe de Oran-
xión por parte de Inglaterra (los planes de ge fuese aceptado secretamente por la pro-
Cromwell habían incluido inicialmente la vincia de Holanda. De esa manera ambas
unión de ambos estados)19. partes pudieron firmar la llamada paz de
En un desesperado intento por levantar Westminster, que fue aprobada por los Es-
el bloqueo, el 4 de agosto de 1653 Tromp tados Generales el 22 de abril de 1654.
y De Witt, al frente de ciento dieciséis De acuerdo a los términos de dicha
buques, atacaron al centenar de naves de paz, las Provincias Unidas debían pa-
Monck que bloqueaban Scheveningen. Si gar una cantidad anual por el derecho de
bien Tromp falleció en la lucha y la fuer- pesca en las costas británicas, limitar su

19 Pirenne, Historia Universal…, p. 1252.

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número de naves, reconocer la soberanía actuaban sobre la base de la esporádica


inglesa sobre el estrecho que separa Do- cooperación de cinco almirantazgos pro-
ver y Calais, no presionar por la abolición vinciales; y c) su disposición a invertir
del Acta de Navegación y aceptar el ar- sumas considerables de dinero, en parte
bitraje en las Indias. Asimismo, las dos provenientes de lo capturado a los realis-
partes se comprometían a no apoyar a los tas, mientras que las Provincias Unidas
Estuardo ni a los Orange en sus pretensio- debían invertir lo proveniente de su co-
nes monárquicas, obligándose Holanda mercio y de su pesquería20. No obstante
a expulsar al príncipe heredero inglés, el lo señalado, el triunfo inglés fue efímero,
futuro rey Carlos II. Poco después Ingla- pues las Provincias Unidas lograron recu-
terra suscribió tratados con Dinamarca y perarse rápidamente y retomar el lideraz-
Suecia, obteniendo acceso al Báltico con go marítimo.
los mismos derechos que los holandeses Estas últimas ingresaron a la guerra
y, mediante otro tratado con Portugal, ob- con una sensible falta de preparación para
tuvo prioridad para sus buques sobre los el combate. Los largos años de lucha por
holandeses, sustrayéndolos, además, de la su independencia de España no habían lle-
competencia de la Inquisición. gado a constituir un reto sustantivo para
La guerra había durado veintidós me- innovar las organizaciones navales ni sus
ses, en los que se produjeron siete bata- tácticas, pero al enfrentar a Inglaterra se
llas navales en las que cada bando empleó vieron forzados a hacerlo. Esas lecciones
entre setenta y ciento veinte buques, can- operacionales serían aplicadas con éxito
tidad enorme si se considera que en Tra- en los años siguientes para derrotar a los
falgar tomaron parte veintisiete buques franceses (1657) y frenar a los suecos en
británicos y treinta y tres aliados. En el el Báltico (1658).
curso de estos enfrentamientos surgió la
línea de batalla, táctica naval que perdu- II Guerra (marzo 1665-1667)
raría durante todo el periodo de la vela.
Los ingleses lograron alcanzar su ob- Si bien la derrota ante Inglaterra las
jetivo político, logrando arrebatar la pri- había afectado, las Provincias Unidas lo-
macía del comercio a los holandeses. En graron reponerse rápidamente y en poco
buena medida su triunfo obedecía a tres tiempo Ámsterdam se convirtió en la
claras ventajas: a) una posición favora- capital comercial, industrial y financiera
ble, pues controlaban las aguas por donde de Europa. Como parte de ese proceso
transitaba el comercio de las Provincias la tasa de interés media se ubicó entre
Unidas; b) un mando unificado para su el 4 y el 3%, dos puntos por debajo de
armada, a través del Consejo de Esta- la imperante en Francia, alentando una
do, mientras que las Provincias Unidas suerte de guerra industrial entre ambos

20 “Dutch Wars”, en Encyclopaedia Britanica (Londres, Encyclopaedia Britanica, 1951).

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Revista de Marina

países que eventualmente


los llevaría a enfrentarse mi-
litarmente. La recuperación
de las Provincias Unidas
también se vio reflejada en
su interés por volver a tener
un papel protagónico en el
Báltico, donde Suecia había
aprovechado para expandir-
se, enviando una flota que al
mando de De Ruyter levantó
el asedio de Copenhague y
capturó Nyborg el 24 de no-
viembre de 1659.
Por su parte, habiendo
sido restablecida la monar-
quía en Inglaterra en 1662,
el nuevo rey, Carlos II, puso La segunda guerra anglo-holandesa consolidó la economía y
en marcha una política cre- comercio holandés en el mundo
cientemente absolutista y de
expansión colonial que ge- timas compañías, entre los cuales se
neró fricciones con los holandeses en la encontraban varios prominentes miem-
India y con los españoles en las Antillas. bros de la nobleza inglesa, presionaron
Durante la guerra de 1652-1654 los por- a Carlos II para romper hostilidades
tugueses habían intentado expulsar a los nuevamente con las Provincias Unidas.
holandeses de Brasil, motivando que en En la India los holandeses habían eli-
1657 las Provincias Unidas le declarasen minado todas las factorías portuguesas,
la guerra a Portugal, arrebatándole Cei- excepto Goa; mientras que en América
lán y otras posesiones. los colonos de Nueva Inglaterra logra-
La paz de 1654 no había hecho que ron que finalmente, en 1664, se expul-
cesara la lucha entre las compañías de sara a los holandeses de Nueva Ám-
comercio, que seguían enfrentándose sterdam, rebautizando la zona como
en aguas lejanas, donde lentamente las Nueva York. En la costa africana tam-
compañías holandesas habían logrado bién se presentaban una serie de inci-
recuperar su predominio e imponer dentes, pues tanto las factorías inglesas
condiciones a los gobernantes locales como holandesas buscaban controlar el
en la India y en el sudeste asiático que tráfico de esclavos, involucrando en
en la práctica cerraban esos mercados esa lucha a los jefes de las tribus lo-
a las compañías inglesas. Ante esta cales. En dicho contexto, los holande-
situación, los accionistas de estas úl- ses fueron expulsados de varios puntos

Revista de Marina N.º 2 - 2008 89


Las guerras anglo-holandesas: dos poderes marítimos en lucha por el predominio

en África, pero a finales de 1664 una de cólera y el gran incendio de Londres.


flota al mando de De Ruyter retomó La primera se desató en mayo de 1665
los puestos perdidos y luego cruzó el y causó la muerte de un gran número de
Atlántico para atacar Nueva York21. La londinenses (75.000 a 100.000 personas,
guerra había empezado de esa manera casi un quinto de la población), mientras
y su declaratoria, llevada a cabo el 14 que el segundo tuvo lugar en setiembre
de marzo de 1665, no fue más que una de ese mismo año y destruyó trece mil
formalidad. casas y edificios (75% de la ciudad).
La cancillería inglesa buscó el apoyo Todo ello afectó la economía inglesa, y
de otras potencias pero sólo el Obispo de si bien las levas forzadas lograron man-
Münster respaldó su causa e invadió las tener operativa a su flota, numerosos ma-
Provincias Unidas en agosto de 1665. rineros optaron por servir en las naves de
Por su parte, las Provincias Unidas tuvie- las Provincias Unidas por el mejor pago
ron más éxito en su búsqueda de aliados. que ofrecían. Finalmente, la simpatía de
En virtud a un acuerdo suscrito en 1662, muchos puritanos ingleses con los holan-
Francia se vio obligada a enviar tropas deses planteaba un problema adicional a
que hicieron retroceder a las del Obispo la defensa inglesa.
de Münster, y a declarar la guerra a In- En esta guerra se produjeron tres gran-
glaterra. Asimismo, Suecia se unió a la des enfrentamientos, el primero de los
causa de las Provincias Unidas (febrero cuales tuvo lugar el 13 de junio de 1665,
de 1666), al igual que el Elector de Bran- en Lowestoft, frente a Norfolk. Luego de
denburgo. De esa manera, luego que el haber incursionado en las costas holande-
Obispo de Münster se viese obligado a sas (23 de abril al 7 de mayo), el Duque
suscribir la paz con las Provincias Uni- de York (hermano de Carlos II y su suce-
das, Inglaterra se quedó sola en esta nue- sor como Jacobo II) retornó a Inglaterra
va guerra. con un centenar de buques. Tras él fue el
El alistamiento de la flota inglesa ha- almirante Jacob van Wassenaer, conde de
bía decaído de manera sensible desde el Obdam, quien había asumido el mando de
final de la guerra anterior. Muchos de sus las fuerzas navales de las Provincias Uni-
generales de mar habían dejado el ser- das en ausencia de De Ruyter, con similar
vicio o fueron reemplazados por miem- número de buques (4.869 cañones 23.200
bros de la nobleza, que con la restaura- hombres). En el enfrentamiento ambas
ción monárquica recuperó su posición de flotas formaron en línea de frente y enta-
privilegio. A ello se sumaron otros dos blaron prolongados duelos artilleros22. Al
factores que dificultaron las operaciones tercer cruce, algunos capitanes del centro
inglesas de diversa manera: la gran plaga holandés se retiraron de la formación, lo

21 Feiling, A History of England…, pp. 545-546.


22 Esta táctica de combate, conocida como la línea de batalla, había sido formalizada por el Duque de York
en sus instrucciones de batalla, manteniendo su vigencia por más de un siglo.

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Revista de Marina

que fue aprovechado por los ingleses para la flota francesa. Monck estaba cometien-
cortar la línea enemiga y atacar por sepa- do un serio error estratégico, pues tanto su
rado a las fuerzas de vanguardia y reta- fuerza principal, formada por cincuenta y
guardia. Los holandeses perdieron dieci- seis naves, como la fuerza de contención,
nueve buques y unos siete mil hombres, eran más débiles que las flotas que debían
entre ellos Wassenaer; y varios capitanes enfrentar. En esas condiciones el 11 de
fueron condenados a muerte por falta de junio de 1666 se inició la Batalla de los
valor frente al enemigo. La derrota holan- Cuatro Días.
desa pudo haber sido mucho más costosa Dos fragatas inglesas descubrieron a
en naves y vidas, pero Cornelius Tromp la flota holandesa fondeada cerca a Dun-
logró cubrir la retirada del grueso de la kerque, llevando a Monck a lanzar un
flota mediante diversas maniobras de con- sorpresivo ataque contra la retaguardia
tención. enemiga, al mando de Tromp, mientras
Ese mismo año los ingleses volvieron despachaba una fragata para avisar a
a incursionar en el Báltico, enviando una Rupert que se le uniera. Al verse ataca-
flota al mando de Edward Montagu, con- dos, los holandeses picaron cables y la
de de Sándwich. Su intento de capturar un división de Tromp pudo refugiarse en los
convoy holandés en el puerto noruego de bajos costeros, pasando Monck a atacar
Bergen se frustró por el oportuno arribo a De Ruyter en el centro, navegando am-
de De Ruyter, proveniente de Terranova; bas formaciones al rumbo Oeste Noroes-
pero cuando dicho convoy se hizo a la te. El combate duró hasta caer la noche,
mar y fue dispersado junto con su escolta habiendo perdido los ingleses varias na-
por una tormenta, Montagu pudo capturar ves. Al amanecer del 12 Monck volvió a
varias naves. Pese a ello, las Provincias lanzarse contra la formación holandesa,
Unidas mantuvieron abiertas sus líneas pero De Ruyter logró cortarle la línea
de comunicaciones marítimas en ese mar, y ganar el viento. En esa posición or-
pudiendo así aprovisionarse tanto de hie- denó un ataque general contra la fuerza
rro como de madera, tan necesarios para inglesa, pero Tromp no se percató de la
su esfuerzo militar. señal y su división se adelantó y pron-
Si bien en el Caribe los ingleses ha- to se vio rodeada por las naves inglesas.
bían perdido algunas posesiones en ma- Pese a que otros dos almirantes holande-
nos francesas y Surinam en manos de los ses tampoco vieron su señal, De Ruyter
holandeses, el mayor peligro para Ingla- pudo rescatar a Tromp y reorganizar su
terra era que las flotas de Francia y las fuerza, trabándose una feroz lucha en la
Provincias Unidas actuaran juntas contra que cortó otras dos veces la formación
la suya. Al conocerse que ambas fuerzas inglesa. A mitad de la tarde, cuando a
planeaban reunirse en Dunkerque, Monck los ingleses sólo le quedaban veintinue-
decidió atacar a la flota holandesa, despa- ve naves en condiciones de sostener el
chando al príncipe Rupert con veinticua- combate, se avistó una cuarta división
tro naves al sur del Canal para contener a holandesa aproximándose desde el Este.
Revista de Marina N.º 2 - 2008 91
Las guerras anglo-holandesas: dos poderes marítimos en lucha por el predominio

Ante esto, habiendo perdido varias na- guardia cayó en una zona de baja presión
ves y causado también fuertes averías a quedando prácticamente inmovilizada y
sus enemigos, Monck rompió contacto y sometida a un fuerte castigo por la flota
buscó el abrigo de las costas británicas. inglesa. De Ruyter con el centro de su
Al tercer día los holandeses se lanzaron formación logró contener dicho ataque,
contra Monck entablándose nuevamente mientras que Tromp con la división de
una feroz lucha, pero en la tarde final- retaguardia cortó la línea inglesa y sepa-
mente se avistó a unos veinte buques de ró a su retaguardia, con la que entabló un
la división de Rupert, lo que puso a los reñido combate que la forzó a huir hacia
holandeses en serios aprietos, pese a lo el Oeste. Al amanecer Tromp se encontró
cual lograron mantener el viento a su fa- separado de la flota holandesa, debiendo
vor. Al amanecer del cuarto día ambas enfrentar a los buques que había persegui-
fuerzas volvieron a enfrentarse contando do el día anterior y a la flota británica que
los ingleses con sesenta y cinco naves y le cortaba el paso por el Este. Con gran
los holandeses con sesenta y ocho. Ma- habilidad logró evadir esa trampa y final-
niobrando hábilmente, estos últimos for- mente arribó al continente, mientras que
zaron a la división del príncipe Rupert De Ruyter y el resto de la flota holandesa
a abandonar la lucha, lanzándose luego debieron soportar un feroz castigo duran-
en persecución de la división de Monck, te buena parte del día, hasta que finalmen-
que finalmente pudo escapar en medio de te comenzó a soplar un viento del oeste
una cerrada niebla. En esta batalla los in- que les permitió volver a adoptar una
gleses perdieron diecisiete naves y unos formación de batalla y romper el contac-
cinco mil hombres, además de unos tres to. Si bien los holandeses perdieron sólo
mil más que fueron tomados prisioneros. dos naves, sufrieron unas cinco mil bajas
Los holandeses perdieron tres vicealmi- entre sus tripulantes, viéndose forzados a
rantes, dos mil hombres y cuatro buques, abandonar sus intenciones de bloquear el
pero ganaron el control de la boca del Támesis y el estrecho que separa Dover y
Támesis, pudiendo amenazar no sólo el Calais. Por su parte, los ingleses también
comercio inglés sino planear un ataque sufrieron importantes pérdidas, lo que
anfibio contra el astillero de Chatam, unido a las dificultades económicas de la
donde la flota inglesa se reparaba. corona, vinculadas a la gran plaga y luego
Con ese propósito, a mediados de julio al gran incendio, impidieron que sacaran
de 1666, De Ruyter se dirigió a la boca mayor provecho de su triunfo.
del Támesis con ochenta y ocho naves, Lo único que pudieron hacer en las se-
encontrándose el día 25 cerca a North manas siguientes fue una incursión al es-
Foreland con ochenta y nueve naves in- tuario del Vlie, destruyendo más de ciento
glesas al mando del príncipe Rupert. De sesenta buques mercantes holandeses me-
inmediato inició su persecución, pero un diante un ataque con brulotes incendiarios
cambio en la dirección del viento lo obli- el 9 de agosto de 1666. El resto del año
gó a dirigirse hacia el Este, donde su van- la flota inglesa permaneció prácticamente

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Revista de Marina

inactiva, mientras que su cancillería bus- siones americanas, las Provincias Unidas
caba obtener el apoyo francés para poner retuvieron sus posesiones en África y se
fin a la guerra en condiciones ventajosas. quedaron con Surinam. La soberanía in-
En marzo de 1667 se iniciaron conversa- glesa se vio reducida al Canal y las Pro-
ciones de paz en Breda, pero éstas fueron vincias Unidas adquirieron el derecho de
dilatadas por los representantes del rey reexportar los productos de las ciudades
Carlos con la esperanza de mejorar su si- alemanas y belgas. Las condiciones eran
tuación. Ante esta situación Jan de Witt, duras para Inglaterra, produciendo la caí-
gran pensionario de las Provincias Uni- da de su gobierno.
das, consideró necesario ejecutar el plan
de ataque a Chatam que había intentado La III Guerra (1672-1674)
llevar a cabo después de la Batalla de los
Cuatro Días, despachando a De Ruyter Atendiendo a las presiones de las
con sesenta naves para penetrar por el compañías de navegación inglesas, el
Támesis y luego el Medway, y atacar el rey Carlos II perseveró en su propósi-
referido astillero. El 6 de junio de 1667 to de desplazar a las Provincias Unidas
los holandeses llegaron a la boca del Tá- como la primera potencia marítima. Las
mesis y, luego de seis días de un lento dos guerras precedentes habían sido su-
avance por ese río y el Medway, atacaron mamente costosas para Inglaterra y no
y prendieron fuego el astillero de Chatam, le habían permitido alcanzar ese objeti-
incendiando trece buques, capturando el vo. El poder naval inglés no había sido
buque insignia inglés, el Royal Charles, y suficiente para ello, por lo que debía en-
a otras naves, y forzando a Monck a hun- contrar otros mecanismos que lo com-
dir a una treintena de sus pro-
pias naves. Al día siguiente la
fuerza holandesa se replegó a
la boca del Támesis, habien-
do no sólo causado la mayor
derrota que jamás ha sufrido
la marina inglesa en toda su
historia, sino un gran pánico
en Londres que llevó final-
mente a la firma de la paz el
31 de julio de 1667.
Se aplicó el principio del
Utti Possidetis con fecha 10
de mayo de 1667. Francia re-
tornó las islas capturadas en
En la tercera guerra anglo-holandesa Gran Bretaña tuvo que alíarse
el Caribe, Inglaterra se quedó con Francia para derrotar a Holanda.
con Nueva York y otras pose-
Revista de Marina N.º 2 - 2008 93
Las guerras anglo-holandesas: dos poderes marítimos en lucha por el predominio

plementaran, y Francia estaba dispuesta golpear a los holandeses antes de que se


a brindárselos. En efecto, en 1667 las declarase formalmente la guerra, atacan-
tropas francesas habían invadido los do el 12 de marzo a un convoy holandés
Países Bajos españoles, y al año si- en el Canal Inglés, siendo rechazados
guiente hicieron lo mismo con el Franco por la fuerza de cobertura. Pocos días
Condado. Las Provincias Unidas, regi- después un ejército de ciento treinta mil
das entonces por Jan de Witt, reelecto franceses se puso en marcha por el Rin
como gran pensionario de Holanda por para atacar a las Provincias Unidas, y el
cuarta vez consecutiva, se sintieron 6 de abril Carlos II se unió a Luis XIV en
amenazadas por la política expansiva de su lucha contra éstas.
Luis XIV y buscaron frenarlo tejiendo El planteamiento de las Provincias
una amplia red de alianzas, que inclu- Unidas difirió de las dos guerras previas,
yó a sus antiguos enemigos: ingleses y pues esta vez se encontraban no sólo en
suecos. La intención francesa era rea- clara desventaja numérica sino que tam-
brir el puerto de Amberes para liberarse bién estaban amenazadas desde tierra,
así del control holandés de su comercio siendo así que sus recursos deberían
exterior (la mayor parte del cual se re- aplicarse a atender ambos frentes. Por
exportaba por puertos holandeses o en ello, plantearon una estrategia marítima
naves holandesas desde puertos france- defensiva-ofensiva, sacando provecho de
ses). De esa manera, los intereses tanto sus peligrosas costas para proteger a sus
de Carlos II como de Luis XIV coinci- fuerzas y hacerlas atacar en el momento
dían, destruir a las Provincias Unidas más oportuno. El pequeño ejército de las
como una potencia marítima. Los pla- Provincias Unidas, puesto al mando de
nes de ambos monarcas incluían un ata- Guillermo III de Orange en febrero de
que francés desde el Este, para lo cual 1672, tendría bajo su responsabilidad la
logró el apoyo de algunos principados difícil tarea de defender las villas y ciuda-
alemanes, y un ataque naval combinado des de las siete provincias.
anglo-francés que permitiera abrir a la Los ingleses, por su parte, compren-
vez un segundo frente en el Oeste. dían que tenían una magnífica oportuni-
La eficiente red de espías con la que dad para golpear a sus principales rivales
contaban las Provincias Unidas le permi- marítimos de modo que dejaran de cons-
tió a De Witt conocer las intenciones de tituir una amenaza a sus intereses. Debían
sus enemigos, por lo que en febrero de hostilizarlos agresivamente, contribuyen-
1672 se planificó llevar a cabo un ataque do así al esfuerzo principal de la guerra
preventivo a la flota inglesa. Se llegó a que estaría cargo de las fuerzas terrestres.
reunir setenta y cinco navíos de línea, Sin embargo, la marina inglesa había
pero los usuales problemas de coordi- perdido a su principal almirante, George
nación entre las provincias evitaron que Monck, siendo sustituido en el mando de
dicha acción se llevara a cabo. Por su la flota por el Duque de York y el príncipe
parte, los ingleses también pensaron en Rupert; además, varios de los experimen-

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Revista de Marina

tados jefes navales que habían participa- da para detener el avance francés, al menos
do en las dos guerras previas habían sido hasta el invierno. Los ánimos en Ámster-
reemplazados por jóvenes de la nobleza. dam estaban crecientemente caldeados y
Por otro lado, la eficiencia de la flota in- muchos de sus ciudadanos se encontraban
glesa también se vio afectada por los me- descontentos por la forma como el parti-
nores fondos que le fueron asignados por do republicano, liderado por los hermanos
el Parlamento. Jan y Cornelio de Witt, habían conducido
Mientras las fuerzas francesas avan- las cosas públicas. De ello tomaron ven-
zaban por el bajo Rin, el 7 de junio de taja los partidarios de la casa de Orange
1672 De Ruyter atacó a la flota anglo- y pronto estalló una revolución que llevó
francesa que al mando del Duque de York a Guillermo III de Orange a liderar los
se encontraba fondeada en Southwold o destinos de las Provincias Unidas. Nom-
Solebay, a ochenta millas al norte del brado estatúder de Holanda el 4 de julio
Támesis. La maniobra de De Ruyter le y de Zeelandia el día 16, Guillermo III no
permitió colocarse entre los ingleses y pudo evitar que los hermanos De Witt y
los franceses, atacando a los primeros y otros jefes del partido republicano fuesen
conteniendo a los segundos. El combate asesinados por una turba. Contribuyeron a
fue favorable a los holandeses, lo que de- exacerbar los ánimos las exageradas con-
bilitó sensiblemente la capacidad de apo- diciones exigidas por los franceses, que
yo de las flotas aliadas a las operaciones obviamente fueron rechazadas.
terrestres. Los franceses no pudieron hacer ma-
Menos de una semana más tarde, las yores progresos durante el resto del año
tropas francesas penetraron en la provin- ni en los primeros meses de 1673, por lo
cia de Overijssel, avanzando luego sobre que el esfuerzo principal se concentró en
Drenthe y Gelderland. Considerando el teatro marítimo, donde la flota anglo-
que la situación era muy peligrosa para francesa debía bloquear las provincias
la supervivencia de la república, el 14 marítimas y, de ser posible, desembarcar
de junio de 1672 los Estados Generales una fuerza expedicionaria. Ese objetivo
acordaron iniciar negociaciones de paz. estratégico sería frustrado por De Ruyter
Si bien consideraba que dichas negocia- a través de tres enfrentamientos, los dos
ciones no llegarían a buen término, Jan primeros frente a Schöneveldt, el 7 y el
De Witt contaba con que servirían para 14 de junio, y un tercero en Texel, el 21
generar divisiones entre franceses e in- de agosto. En los tres casos la iniciativa
gleses. No le faltó razón, pues tanto Car- estuvo en manos del almirante holandés,
los II como Luis XIV se detestaban mu- quien tras llevar a cabo ataques sorpresi-
tuamente, y lo único que los había unido vos sobre las fuerzas inglesas logró re-
era su deseo de humillar a las Provincias tirarse con éxito a la protección de sus
Unidas. costas. El Príncipe Rupert, al mando de
Mientras esas negociaciones tuvieron la flota combinada, no estuvo a la altura
lugar, la provincia de Holanda fue inunda- de su rival, sufriendo la pérdida de varias
Revista de Marina N.º 2 - 2008 95
Las guerras anglo-holandesas: dos poderes marítimos en lucha por el predominio

naves a pesar de contar con una fuerza mantuvieron una posición importante en
superior en número. Estos resultados, el comercio europeo hasta principios del
unidos a la pérdida de Nueva York, Santa siglo XVIII, ya no fueron una amenaza a
Helena y otras posesiones23, así como más los intereses ingleses, que se beneficiaron
de quinientos cincuenta buques mercan- de esta situación.
tes capturados por corsarios de las Pro-
vincias Unidas, llevaron al Parlamento Conclusiones
inglés a demandar a su soberano llegar a
un acuerdo de paz. Carlos II, que tampo- La búsqueda del control del comercio
co deseaba que Francia ocupara los Países europeo llevó a una pujante Inglaterra a
Bajos españoles, entabló negociaciones enfrentarse a las Provincias Unidas en
convencido de que Luis XIV perseveraría tres prolongadas guerras, que concluye-
en su lucha contra las Provincias Unidas, ron con la destrucción del control casi
agotándolas económicamente, lo que a su absoluto que estos últimos ejercían sobre
vez le permitiría a Inglaterra apoderarse el transporte marítimo. Para ambos era
de la mayor parte del tráfico marítimo. De de interés vital dicho control, y es por
esa manera, el 9 de febrero de 1674 Ingla- ello que sus respectivos líderes políticos
terra y las Provincias Unidas suscribieron y navales, así como sus respectivos pue-
el Tratado de Westminster, dando fin a su blos, estuvieron dispuestos a luchar de
tercera guerra en menos de un cuarto de una manera tan enconada y perseverante.
siglo. En dicho acuerdo, las Provincias Si bien el complejo sistema político
Unidas reconocían la supremacía de la imperante en las Provincias Unidas aten-
bandera inglesa desde cabo Finisterre, en tó muchas veces contra la efectividad
España, hasta Noruega. de sus decisiones militares, tal como la
Mientras tanto, en agosto de 1673 democracia ateniense lo hiciera durante
Guillermo de Orange había logrado for- la Guerra del Peloponeso, contribuyó a
mar una alianza con España, Lorena y darle un sólido respaldo al esfuerzo que
el emperador del Sacro Imperio, toman- demandaron las referidas guerras. En el
do la iniciativa en la campaña terrestre. caso inglés, primero con el gobierno del
Ante esto, las tropas francesas se vieron Commonwealth y luego con la restable-
obligadas a desalojar las provincias ocu- cida monarquía, la población también se
padas y a sostener una larga lucha que mantuvo cohesionada en torno a la bús-
sólo concluyó en 1677. Tal como había queda de la primacía marítima.
previsto Carlos II, esta prolongada gue- Ambos contendientes pugnaron de
rra debilitó de manera sensible la econo- manera pertinaz por obtener el control del
mía de las Provincias Unidas, que si bien mar, empeñándose en sucesivos enfrenta-

23 Pritchard, James, “The Franco-Dutch War in the West Indies, 1672-1678: An Early ‘Lesson’ in Imperial
Defense”, William M. McBride, editor, New Interpretations in Naval History (Annapolis, Maryland: Naval
Institute Press, 1998), pp. 3-22.

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Revista de Marina

mientos, muy pocos de los cuales pueden tes, surgiendo en ese contexto tropas es-
ser considerados batallas decisivas. Esta pecializadas para conducir operaciones
curiosa situación llevó a que dicho con- anfibias.
trol se encontrase en una permanente y Estas tres guerras marcaron, asimis-
muy agresiva disputa, lo que unido a la mo, el nacimiento de la táctica naval que
intervención francesa terminó por dañar habría de imperar durante el resto del pe-
de manera sensible la economía de las riodo de la vela, la que si bien tenía algu-
Provincias Unidas, demasiado depen- nas ventajas en cuanto a la acumulación
diente del comercio marítimo. Esta forma de poder de fuego, recortaba en exceso la
de conducir la guerra, que bien podría lla- deseable libertad de acción que se debe
marse de desgaste, resultaría difícil de ser otorgar a los mandos subordinados.
aplicada hoy en día, pero aun así deja en De una manera u otra, esta disputa por
claro que la decisión final de este tipo de controlar el comercio marítimo se repli-
esfuerzos militares se alcanza finalmente caría en menor escala en el Pacífico Sud-
cuando se ejerce una presión que llega a americano entre el Callao y Valparaíso,
ser inaceptable para la población, afec- a partir de 1810, dando origen a varios
tando su voluntad de lucha. Y esto, por lo conflictos, entre ellos la Reconquista de
general, se alcanza con fuerzas terrestres. Chile, y las guerras de la Confederación
Así lo comprendieron ambos contendien- y del Pacífico.

Revista de Marina N.º 2 - 2008 97

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