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niños y se fue para cumplir su cometido. Cuando regresó unos
Transcurridas veinticuatro horas, cerca de las cinco de la tarde,
días después, tuvo la impresión de entrar en una aldea muerta. Y,
en una de las entradas de la madriguera apareció un lobo adulto.
en efecto, la aldea estaba desierta. Todos sus habitantes, teme-
Le seguía los pasos una loba, y, tras ella, salieron dos lobeznos.
rosos de los “espectros”, habían huido. Con ellos había huido el
Luego, a través de sus gemelos, Singj vio salir de la madriguera
hombre encargado de velar por los niños, quienes se hallaban
un “espectro”, el cual seguía a los lobeznos avanzando a gatas.
moribundos en su rincón, desfallecidos de hambre y de sed. Con
Acto seguido apareció aun otro “espectro”, aunque sensiblemente
gran trabajo logró Singj salvarlos y conducirlos al albergue. Allí
menor que el primero. Con los gemelos se veía muy bien que no
los lavaron y les cortaron el cabello. Resultó que eran niñas.
sólo eran humanos los cuerpos de los “espectros”, sino, además,
Consideró Singj que una de ellas tendría cosa de año y medio, y
sus rasgos faciales. A juzgar por la estatura, se trataba de niños.
la otra, probablemente, unos ocho años. Llamaron a la pequeña
Había que decidir lo que se debía hacer. “Son niños —pensaba
Amala, y a la mayor Kamala. En el albergue, únicamente el
Singj—. Mi misión consiste en ayudar a todos los
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misionero y su esposa sabían de donde procedían aquellas niñas
desdichados y desamparados. He de llevar conmigo a
y qué niñas eran. Así pues, la idea abstracta de que un niño puede
estos niños y tratarlos como trato a todos los demás”.
crecer entre las fieras halló su confirmación práctica en la
El plan de captura de los “espectros” era sencillo:
realidad.
había que arrojar de su refugio a los lobos adultos y
Kamala y Amala eran criaturas humanas. Pero la vida con
recoger a los niños. Singj pudo conseguir que la gente
los lobos había dejado su impronta en la estructura de sus
de la aldea le ayudara. Al día siguiente, rodearon el cubil de los
cuerpos. Esto concernía sobre todo y en primer lugar a las
lobos y empezaron a destruirlo con grandes palas metálicas. El
particularidades de su alimentación y al modo de desplazarse.
lobo fue el primero en salir disparado y se escondió en la jungla.
Viviendo con los lobos, las niñas se alimentaban regularmente de
La loba se arrojó contra las personas y hubo que matarla a tiros.
carne cruda. Sus maxilares, especialmente en la niña mayor,
Después de ensanchar una de las entradas, unos hombres
habían alcanzado un desarrollo mucho más acentuado que en
entraron en la cueva. En el fondo, enlazados en apretado ovillo,
niños y niñas de la misma edad; también eran,
yacían las dos criaturas y los dos lobeznos.
correspondientemente, muy fuertes los músculos masticatorios.
En una de las casas de la aldea arreglaron un rincón y
Asimismo se observaban cambios en los dientes.^Kamala
colocaron a los dos niños tras una firme valla de tablas, a modo
acababa fácilmente con grandes pedazos de carne cruda y
de jaula. Acechar y capturar a los “espectros”, requirió varios
fibrosa, y sin recurrir a la ayuda de las manos dejaba los huesos
días. Singj y sus compañeros debían proseguir su camino sin
pérdida de tiempo. El misionero encargó a uno Ho 'o» «i-1 tan mondos
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y Amala llevaban un género de vida
típicamente crepuscular y nocturno,
rehuían por todos los medios la luz, sobre
todo la del sol. Durante el día buscaban el
amparo de rincones oscuros y dormían, o
bien permanecían sentadas, de cara a la
pared, indiferentes a lo que las rodeaba.
Dormían como las fieras, muy apretadas
Para desplazarse Kamala y Amala se valían de dos una contra la otra o tumbada una sobre la
procedimientos: o se arrastraban de rodillas apoyándose con las
manos o caminaban y corrían a gatas. Eran totalmente incapaces otra.
de man-, tenerse verticales sosteniéndose sobre los pies. Las Al atardecer empezaban a desplegar una notable actividad.
articulaciones de la cadena y de las piernas se les habían Se levantaban, comenzaban á arrastrarse y a andar (a gatas,
adaptado hasta tal punto para desplazarse a gatas que de desde luego). Cuando estaban hambrientas, olfateaban el aire en
momento no podían enderezarse para hacer posible la marcha el lugar en que habitualmente les daban de comer. Antes de
erecta. Los brazos fuertes, bien desarrollados, algo más largos probar bocado, olisqueaban sin falta el alimento y el agua.
que lo habitual, realizaban la función de extremidades de apoyo Tenían extraordinariamente desarrollados tanto el olfato como
y no prensoras, aunque las niñas trepaban fácilmente a los el oído. A gran distancia percibían los olores más sutiles. No
árboles. Durante el desplazamiento a gatas, los músculos del bebían en el propio sentido de esta palabra, sino que tomaban a
cuello mantenían sin esfuerzo la cabeza erguida. lengüetadas la leche o el agua de una taza puestas a cuatro
Mas los rasgos externos puramente animales, condicionados patas. Del mismo modo, a cuatro patas, comían el alimento
por haber imitado a los lobos, poco dicen acerca del nivel de sólido.
desarrollo de la conciencia. Lo más sorprendente para los obser- Al principio, antes de que empezaran a enseñarles
vadores no era, precisamente, el aspecto de las dos criaturas, activamente a familiarizarse con otros niños y a hablar, no se les
sino el tipo general de su conducta. Cuando las niñas hubieron escuchó más que una señal acústica. Baja y ronca inicialmente,
recobrado las fuerzas y se les concedió cierta libertad, no iba convirtiéndose en un aullido alto, penetrante y prolongado.
tardaron en revelarse las particularidades aludidas. Kamala Al principio, las niñas repetían con toda regularidad dicha señal,
reproduciéndola con gran exactitud a unas mismas horas: a las
diez de la noche, a la una y a las tres de la ma drugada. Es
probable que llamaran a sus educadores, los lobos. Se resistían
tenazmente a cuantas tentativas se hacían para atraerlas a los
juegos de otros niños, no manifestaban el menor interés por
aquello a que se dedicaban quienes se encontraban a su
alrededor ni le prestaban
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