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LA DIDÁCTICA UNIVERSITARIA

MIGUEL A. ZABALZA BERAZA


Universidad de Santiago de Compostela

Al socaire de las dinámicas generadas por el proceso de convergencia hacia el Espacio Europeo
de Educación Superior (EEES) y la revaloración de la docencia que lleva implícita, el autor dis-
cute la naturaleza y estructura de la Didáctica Universitaria como un campo de estudios espe-
cializados sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje en la universidad. El conocimiento di-
dáctico se construye a través del estudio sistemático de las prácticas docentes. La estructura de
la disciplina viene configurada por nueve variables principales: profesores; alumnos y conteni-
dos; la relación entre profesores, entre alumnos y entre contenidos; la relación de profesores con
contenidos, de profesores con alumnos y de alumnos con contenidos. Finalmente, se analizan las
aportaciones que la Didáctica Universitaria puede hacer al proceso de convergencia.

Palabras clave: Didáctica Universitaria, EEES, Proceso de Bolonia, Calidad de la docencia


universitaria, Pedagogía universitaria, Enseñanza universitaria, Análisis de la enseñanza.

In memóriam que ver con la Didáctica. Un colega americano


sentado a su lado le preguntó comenzando la
Ambos, José Fernández Huerta y José Luis Rodrí- conferencia: «¿Qué es eso de la Didáctica?». Él
guez Diéguez, fueron mis maestros. Por los dos respondió sin pensar mucho: «La ciencia de en-
sentí una enorme admiración porque fueron per- señar». «¡Ah!», aceptó el americano, sin enten-
sonas capaces de abrir nuevos camino en la Didác- der demasiado. La conferencia siguió su curso.
tica en circunstancias no fáciles para nadie. Por eso Bastante mal. El conferenciante no desarrolló
se merecen nuestro recuerdo y nuestro homenaje. bien el asunto; las láminas estaban borrosas;
Ninguno de los que hoy continuamos en esa mis- distribuyó tan mal el tiempo que al final fue
ma trinchera seríamos lo mismo de no haber con- una carrera rápida que le obligó a dejar sin to-
tado con sus aportaciones y, para fortuna de algu- car aspectos básicos del tema, etc. En resumen,
nos, con su apoyo. Este es mi pequeño homenaje a un desastre. En un momento determinado, Ba-
dos didactas que marcaron buena parte de lo que eriswyl se volvió hacia su colega y le tocó en el
la Didáctica ha sido en el último medio siglo. hombro y le dijo: «Didáctica es lo que le está
faltando a esta conferencia». Y el americano
contestó: «Ahora entiendo bien lo que quiere
Introducción: hablar de Didáctica decir».
es hablar de docencia
Dejemos para un momento posterior la bús-
Cuenta Baeriswyl (profesor de la Universidad de queda de etimologías y explicaciones semánti-
Friburgo) que asistía a una conferencia que tenía cas y vayamos al corazón de la Didáctica y a su

Fecha de recepción: 19-03-07 • Fecha de aceptación: 15-04-07 Bordón 59 (2-3), 2007, 489-509, ISSN: 0210-5934 • 489
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sentido en el mundo universitario actual. Ha- como condición básica para la mejora del apren-
blar de Didáctica es hablar de Docencia. De dizaje de los estudiantes.
toda la docencia. No es, por tanto, hablar de pe-
dagogía o de pedagogos, sino de docencia y do-
centes. Esto es, del trabajo que todos los profe- Una cuestión previa: ¿centralidad
sores y profesoras universitarios hacemos en o marginalidad de la docencia
las clases, en los laboratorios, en la formación en la universidad?
de nuestros estudiantes.
No tendría sentido hablar de didáctica univer-
Aunque se pudiera, y en una revista como Bor- sitaria, salvo en auditorios especializados, si la
dón parecería lo más sensato, no quiero hacer cuestión de la docencia fuera irrelevante como,
aquí un discurso demasiado técnico dirigido a de hecho, lo ha venido siendo durante bastante
especialistas en educación. Justamente, por eso, tiempo. Por eso, déjenme preguntarme antes de
opto por hablar de Didáctica Universitaria y no nada, dónde está la docencia en nuestra jerar-
de Pedagogía Universitaria como se hace en el quía de prioridades, en el ático o en el sótano 3.
contexto francófono. Para evitar confusiones. ¿Qué importancia tiene realmente la docencia
Todos hacemos didáctica porque todos y todas en el conjunto del funcionamiento de una uni-
enseñamos. Ésa es, por encima de de cualquier versidad?
otra consideración, la dimensión básica de
nuestro trabajo como profesores. Me gustaría Si atendemos a lo que proclaman los candida-
reflexionar, por tanto, sobre la actuación didác- tos a rector en el proceso de elección podría-
tica del profesorado universitario, lo que tiene mos sacar la conclusión de que la docencia
de didáctico nuestra actuación docente. De lo constituye el elemento central, la sustancia del
que la Didáctica nos puede aportar para enten- quehacer universitario. Por lo contrario, si da-
der mejor la docencia y para poder mejorarla. Y mos crédito a lo que vemos en la dinámica co-
lo haré pensando en todo el profesorado. Todos tidiana de las instituciones, la forma en que se
los profesores y profesoras somos didactas y to- establecen las prioridades, la forma en que se
dos desarrollamos actividad didáctica. El hecho incentiva al profesorado o la forma en que el
de que desarrollemos esa actividad en institu- profesorado universitario construye (construi-
ciones o carreras diferentes condicionará la for- mos) nuestra identidad profesional, podríamos
ma de ejercitarla pero no quiebra la unicidad concluir que la docencia sigue siendo una di-
substantiva de lo que constituye el quehacer di- mensión bastante marginal en la acción institu-
dáctico. cional y en la actuación de muchos profesores.

De todas formas, siendo éste, la docencia en la Pero, en todo caso, y aún siendo críticos con la
universidad, un vasto territorio profesional, cen- situación actual, podríamos decir que en los úl-
traré mis reflexiones en algunos aspectos selec- timos años están cambiando las tornas. La do-
cionados que puedan resultar de interés para to- cencia va adquiriendo una relevancia progresiva
dos: a) el sentido de la docencia universitaria y en la preocupación y en los planes estratégicos
su recobrada relevancia en el momento actual de de nuestras universidades. No es, desde luego,
convergencia hacia un Espacio Europeo de Edu- una preocupación nueva. Tampoco es, de hecho,
cación Superior (EEES); b) la Didáctica Univer- el resultado de la aparición de nuevas leyes uni-
sitaria en ese contexto y su sentido para la mejo- versitarias y ni siquiera parece algo que se deri-
ra de la práctica docente; c) la demanda europea vase de los procesos de evaluación institucional
de una docencia basada en el aprendizaje y la desarrollados en los últimos años. Quiero enten-
idea de las «coreografías docentes» como enfo- derlo, más bien, como la progresiva sedimenta-
que original para conseguirlo; y d) el «silencio» ción de ideas y reclamos que fueron madurando

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en estos últimos tiempos. Y, quisiera pensar, que las cuatro siguientes que servirán de base al dis-
aunque denostados por algunos, algo hemos te- curso que después haré sobre la Didáctica Uni-
nido que ver los pedagogos en ese cambio. Han versitaria:
sido muchos años de discusiones, de conferen-
cias, de cursos de formación que muy lentamen- • La idea de que la docencia es un compo-
te han ido dejando su poso. Quizá sea una apre- nente importante en la formación de
ciación ingenua, pero consuela. nuestros estudiantes. Una buena docencia
marca diferencias entre unos centros uni-
Lo que cualquier observador neutral podría cons- versitarios y otros, entre unos profesores
tatar, en todo caso, es que en la reciente tradición y otros. Lo que los estudiantes universita-
universitaria española, la docencia en sí misma rios aprenden depende, ciertamente, de
no constituía un asunto relevante para la univer- su interés, esfuerzo y capacidades, pero
sidad como institución. Estando garantizada la también depende, y mucho, de que tuvie-
presencia de alumnado y no existiendo ninguna ran buenos o malos docentes, mejores o
presión para justificar la calidad del proceso for- peores recursos didácticos, de que se les
mativo, las universidades podían dedicarse a ope- hayan ofrecido mejores o peores oportu-
raciones más rentables que la de potenciar la do- nidades de aprendizaje.
cencia. En nombre de la libertad de cátedra y de • La idea de que la docencia pertenece a un
una cierta desidia institucional, la calidad de la do- tipo de actuación con características pro-
cencia quedaba en manos de los profesores indi- pias y distintas de otros cometidos que el
viduales o, como mucho, bajo la tutela de los De- profesorado universitario debe asumir.
partamentos. El resultado fue que cada uno de Enseñar es distinto de investigar y es,
nosotros hizo «de su capa un sayo» en las clases. también, distinto de llevar a cabo tareas
Las aulas y laboratorios se convirtieron en espa- de gestión, de extensión cultural, o de
cios «privados» y «opacos» (teaching as a lonely participar en otros proyectos profesiona-
task) en los que cada profesor imponía sus reglas les (informes, auditorías, asesorías, etc.).
y dinámicas de funcionamiento. Afortunadamen- • La idea de que ser capaz de hacer una bue-
te, las cosas van cambiando. Para mejor, desde na docencia no es una cuestión de mucha
luego. Si comparamos la universidad actual con práctica. La práctica ayuda, sin duda, pero
la universidad de hace una década, los cambios por si sola resulta insuficiente. Uno puede
fueron sustantivos y, en general, podríamos decir estar repitiendo los mismos errores. Sólo
que fue incrementándose de manera notable la cuando la práctica vaya acompañada de
calidad de la enseñanza. Y no solo porque mejo- formación y de revisión (algunos prefie-
raran las infraestructuras y recursos o se moder- ren hablar de reflexión: teachers as reflec-
nizasen los sistemas de gestión sino, sobre todo, tive practicioners, Schön, 19831; Feldman,
porque fue cambiando la mentalidad sobre el 19982) es posible conocer más a fondo las
sentido de la formación y sobre el papel de la do- entrañas de la docencia y la dinámica del
cencia en el desarrollo personal y profesional de aprendizaje de los alumno para poder, así,
los estudiantes. ajustar mejor nuestro trabajo docente a
las condiciones y los propósitos de la for-
En ese proceso de cambio de mentalidad se fue- mación.
ron asentando, sedimentando, algunas «certe- • La idea de que al final, como cualquier otra
zas» (es posible, que hablar de «convicciones» profesión, la docencia constituye un espa-
resulte más apropiado) que venían a romper o, cio propio y distinto de «competencias
cuando menos, a problematizar la imagen que profesionales»3. Esas competencias docen-
los docentes y las autoridades académicas tenían tes, también en la enseñanza universitaria,
sobre la docencia. Entre ellas podríamos destacar están constituidas por conocimientos

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(sobre los contenidos disciplinares a en- escepticismo en relación a las posibilidades de


señar, sobre los propios procesos de ense- mejorar la docencia universitaria. Nadie puede
ñanza- aprendizaje), por habilidades espe- negar, en efecto, las dificultades (personales e
cíficas (de comunicación, del manejo de institucionales) que deberá afrontar la recupera-
recursos didácticos, de gestión de métodos, ción de la docencia como campo prioritario,
de evaluación, etc.) y por un conjunto de pero aun así, en ese contexto de incertidumbre y
actitudes propias de los formadores (dispo- visiones contrarias, resulta estimulante constatar
nibilidad, empatía, rigor intelectual, ética cómo muchas universidades (sus equipos recto-
profesional, etcétera). rarles, sus facultades, muchos departamentos y
numerosos profesores y profesoras) fueron com-
No se trata, desde luego, de batallas ganadas. prometiéndose en estos últimos años en iniciati-
Muchas de estas «certezas» constituyen aún es- vas interesantísimas de innovación didáctica, de
pacios de debate. Muchos colegas se muestran formación docente del profesorado, de planes
«escépticos» al respecto, cuando no claramente estratégicos para la mejora de la docencia y de
beligerantes en su contra. Pero lo importante es sus resultados, etcétera.
que, ahora sí, ya están ahí y forman parte del de-
bate universitario. Y cada vez son más los do- Pese a que aquel ministro portugués de educa-
centes y los responsables universitarios que las ción decía que «las universidades no se transfor-
asumen y hacen propias. Una interesante conse- man, se crean otras nuevas», lo que esta situación
cuencia de esa progresiva presencia de nuevas indica es que el momento actual resulta muy es-
ideas sobre la docencia en los debates sobre la timulante y permite albergar algunas esperanzas.
mejora de la calidad en la enseñanza es que se Falta ahora que las instituciones universitarias se
va facilitando la ruptura de viejos estereotipos e comprometan a generar las condiciones organi-
ideas que configuraron durante mucho tiempo zativas, financieras y culturales que estimulen
el «sentir» y «actuar» de muchos docentes uni- iniciativas de mejora de la enseñanza universita-
versitarios. Algunas de estas ideas, hoy afortu- ria. Y falta, igualmente, que cada vez seamos más
nadamente en crisis, son las siguientes: los profesores que asumamos el compromiso de
sentirnos auténticamente didactas y de mejorar,
• Que a enseñar se aprende enseñando. en la medida de nuestras posibilidades, la calidad
• Que para ser un buen profesor basta con de la docencia que impartimos. Y ahí es donde
ser un buen investigador. aparece la Didáctica Universitaria.
• Que aprender es una tarea que depende
exclusivamente del alumno. Los profeso-
res se deben dedicar a enseñar (explicar) La Didáctica Universitaria como
los temas. Si aprenden o no es cosa que espacio disciplinar
los alumnos deben resolver por su cuenta
y bajo su responsabilidad. Los opositores a plazas de Didáctica suelen afir-
• Que una universidad es de calidad no tan- mar en sus proyectos docentes que «La Didáctica
to por las clases que imparte como por los es la ciencia y el arte de la enseñanza». Frase pre-
recursos de que dispone: laboratorios, bi- suntuosa de más y que deja, desde luego, el asun-
bliotecas, ordenadores, etcétera. to sin resolver. La definición mencionada nos si-
túa ante un hecho simple: la Didáctica estudia la
No será fácil superar del todo estas viejas ideas enseñanza, lo que hacemos (o tendríamos que
que, pese a las innumerables evidencias en con- hacer) los profesores cuando enseñamos.
tra, algunos defienden como principios incon-
testables. Quizá por ese motivo, fue instalándo- La denominación de Didáctica pertenece, sobre
se en los últimos tiempos un cierto poso de todo a la tradición germánica y latina. En el

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La Didáctica Universitaria

contexto francófono, se habla más de Pedagogía en la didáctica; el proceso de aprendizaje como ac-
universitaria, como referente más global y ca- tividad central del aprendiz y propósito esencial
paz de integrar otras subdivisiones. En el mun- de la actuación didáctica.
do anglosajón se quedan sin más en la idea de
Teaching and Learning. Podemos decir, entonces, que los dos definiens
básicos de la Didáctica se refieren, por una par-
Según quien lo use y como lo haga, el término te, a la enseñanza en términos genéricos como
didáctica puede ser sustantivo o adjetivo; puede ámbito a estudiar y, por otra, a una serie de ca-
abarcar prácticamente todo el fenómeno educa- racterísticas o condiciones que tal enseñanza
tivo o quedar reducido a la simple transmisión debe poseer (que facilite el aprendizaje, que
de contenidos instructivos; puede tratarse de presente contenidos valiosos, que la presenta-
una disciplina científica (con sus reglas univer- ción se haga de modo adaptado a los aprendi-
sales y patrones contrastados de procedimien- ces, etcétera).
to) o bien de la simple práctica artesanal de lle-
var a cabo actuaciones de instrucción. Ésa es también la versión que solemos dar los
profesores de Didáctica cuando nos preguntan
«Jamás, a lo largo de la historia de la Pedagogía en qué trabajamos. En esos casos no queda
fue tan fuerte como hoy el interés por la Didácti- otra salida que hacer referencia a las dos mar-
ca». Así comenzaba Blankertz (1985)4 su análi- cas de identidad: «los didactas trabajamos so-
sis del término «didáctica» para señalar, a con- bre cuestiones refereridas a la enseñanza»; «lo
tinuación, que a pesar de eso, aún no se alcanzó nuestro es analizar cómo se podría mejorar la
un grado suficiente de precisión en su signifi- enseñanza». Ambas dimensiones, la sustantiva
cado. Su objeto de estudio se extiende a tantas y la adjetiva, constituyen nuestra imagen más
cosas que, al final, pierde precisión. Pero, en conocida.
general, parece adecuado decir que la Didáctica
y lo didáctico se refieren (como sustantivo y ad- En resumen, la Didáctica actual es ese campo
jetivo) a actividades relacionadas con la enseñan- de conocimientos, de investigaciones, de pro-
za o la formación en general. puestas teóricas y prácticas que se centran en
los procesos de enseñanza y aprendizaje: cómo
En el Diccionario de la Real Academia Española estudiarlos, cómo llevarlos a la práctica en bue-
(1970) aparece «didáctica» como «arte de ense- nas condiciones, cómo mejorar todo el proceso.
ñar». «Arte de presentar las cosas de tal forma Y ahí radica el interés básico de su proyección
que sean fáciles de aprender», concreta el Dic- sobre la enseñanza universitaria. Quién nos
cionario Larousse. Vincula también el Larousse diera poder seguir diciendo aquello que escri-
el término didáctica a la selección y presentación bía Comenio, el padre de la Didáctica, en el si-
de cuestiones o argumentos que resulten valio- glo XVII, para definirla: (la Didáctica es, decía):
sos por sí mismos (tengamos en cuenta que ya «el artificio fundamental para enseñar todo a to-
desde Platón la literatura didáctica era diferente dos. Enseñar realmente de un modo cierto, de tal
de la convencional porque trataba de asuntos va- modo, que no pueda no obtenerse un buen resulta-
liosos) y que, por eso, merecen ser aprendidos. do. Enseñar rápidamente, sin molestias ni tedio ni
para el que enseña ni para el que aprende, antes
En su etimología griega, la idea de Didáctica estu- al contrario, con gran atractivo y agrado para
vo vinculada a muy diversos significados: la di- ambos. Y enseñar con solidez, no superficialmen-
dáctica como el acto de enseñar; el didacta como te, no con meras palabras, sino encaminando al
instructor cualificado para enseñar; los manuales discípulo a las verdaderas, a las suaves costum-
y métodos de enseñanza como recursos didácti- bres, a la piedad profunda» (Comenio: Didáctica
cos; las escuelas como instituciones especializadas Magna, 1657).

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Y para conseguirlo, Comenio presentaba una se- Didáctica, en este caso de la Didáctica universita-
rie de principios básicos y reglas de instrucción ria, es que nos ayude a conocer mejor lo que su-
que deberían servir para seleccionar contenidos, cede en los procesos de enseñanza y aprendizaje
para saber llevar una clase, para conocer a los que se producen en la Educación Superior. Ello
estudiantes en tanto que aprendices, para orga- nos posibilitará crear y sistematizar un cuerpo
nizar acertados métodos de enseñanza (que, en de conocimientos y de metodologías capaces de
su opinión, debían ser simples, seguros y bien incidir en la mejora de las prácticas docentes;
estructurados). nos ofrecerá herramientas conceptuales y opera-
tivas para generar estrategias de acción capaces
Como puede constatarse, a día de hoy no han de mejorar cualitativamente los procesos de en-
variado mucho los propósitos aunque hayamos señanza-aprendizaje que llevamos a cabo en
renovado nuestros enfoques. Seguimos tratando nuestras clases o a través de mediaciones virtua-
de dar respuesta a problemas similares. Fue un les. En definitiva, que tenga algo que aportar a la
largo y tortuoso recorrido histórico en el cual los «optimización de las condiciones de aprendiza-
didactas perdimos optimismo e ingenuidad y ga- je» en la universidad, como reclamaba Fernán-
namos en empirismo, en aproximación a la com- dez Pérez (1976)7.
plejidad de las realidades que constituyen la ense-
ñanza. Lo que fue, en inicio, una consideración de Y ahí aparecen, también, los nuevos retos que
los temas desde una perspectiva ideal (iuxta pro- nos presenta en la actualidad el proceso de con-
pria principia) dejó paso a consideraciones más fe- vergencia al espacio común europeo (EEES). Es
nomenológicas. Aunque sin olvidarnos de los fácil resaltar que la nueva docencia universita-
pioneros, partimos cada vez menos del «deber ria tiene que estar centrada en el aprendizaje y
ser» y de los «a priori» pedagógicos (cómo de- en el trabajo del alumno, que debe buscar mo-
ben ser los sujetos educados o instruidos, cómo dalidades de trabajo autónomo, que debe orga-
deben definirse los conceptos, cómo debe hacer- nizarse en torno a competencias, etc. La cues-
se la enseñanza, cómo tienen que funcionar las tión está en buscar caminos contrastados que
instituciones formativas, etc.) para buscar nue- lleven a esos propósitos. Y ahí es donde la Di-
vos contextos de legitimación del conocimiento dáctica universitaria desarrolla un papel im-
y de las propuestas prácticas (qué teorías están prescindible.
disponibles, qué resultados de la investigación
son aplicables y bajo qué condiciones, qué cons-
tancias pueden extraerse de la experiencia prác- La enseñanza universitaria: ¿arte o ciencia?
tica del profesorado, qué tipo de funcionalidad y
efectividad es esperable de las diversas propues- Comenzábamos el punto anterior señalando que
tas prácticas, qué factores afectan de modo claro la Didáctica Universitaria era, en los manuales al
a los procesos de aprendizaje, etc.). Decía Shul- uso, «la ciencia y el arte de la enseñanza». Pero
man (1986)5 que las disciplinas «conversan» se trata de una definición un tanto esquizofréni-
con un cierto espacio de la realidad proyectando ca y menos aclaratoria de lo que debiera. ¿Qué es
sobre él sus dispositivos conceptuales y metodo- la enseñanza y su conocimiento, un arte o una
lógicos, buscando describirlo y, en algunos ca- ciencia? ¿Puede una actividad ser ciencia y arte
sos, configurando modelos para representarlo. al mismo tiempo? Gagné8 escribió un libro clási-
Y, por otro lado, insistió Popper (en Antiseri, co que casi consiguió la cuadratura de ese círcu-
1977: 4766) en que lo que distingue a una disci- lo. Se titulaba The scientific basis of the art of tea-
plina no es tanto su objeto de estudio (casi siem- ching. Pero la cuestión sigue estando abierta.
pre compartido), sino el tipo de problemas que Puede parecer un asunto banal o un tema de dis-
ayuda a resolver. Siendo eso así, lo que se espe- cusión para candidatos que opositan. Pero no es
ra hoy en día de la disciplina que llamamos así. Resulta un asunto clave porque según la

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posición que se adopte, nuestras actuaciones lo que escribían) porque así podrían después estu-
como docentes tendrán un carácter suficiente- diarlo y comprenderlo. En fin, un montón de
mente estable y previsible por una parte (cien- ideas particulares elaboradas a partir de la expe-
cia) o aparecerán como actividades dependientes riencia de cada uno. Experiencia personal vivida
de la situación, del estilo personal o de las parti- pero no estudiada. Todos opinamos porque na-
culares circunstancias que concurran en aquel die estaba en condiciones de poder ofrecer datos
momento (arte). Del mismo modo, si todo de- que aseguraran su «idea».
pende de la voluntad y la pericia de cada uno
(arte), queda poco espacio para un saber siste- ¿Sería posible hacer un estudio sobre los efectos
mático y poco tendría que aportar una disciplina del encerado en la percepción, en la representa-
como la Didáctica. ción mental, en la comprensión de diversos tipos
de contenidos? Y, de existir esos datos, ¿con qué
Aunque, a decir verdad, incluso el arte (las artes) legitimidad podría cada cual seguir instalado en
se han convertido en procesos fuertemente regu- su «experiencia personal», en su opinión, para
lados hoy en día y precisan de fuertes conoci- justificar su particular forma de operar con el en-
mientos científicos: conocimientos sobre la natu- cerado?
raleza de los materiales, sobre los procesos
químicos que afectan las combinaciones desea- Es verdad que existió, llegando incluso a pre-
das, sobre el funcionamientos de las herramien- valecer durante bastante tiempo, una concep-
tas informáticas en las nuevas producciones ción acientífica de la Didáctica con propuestas
multimedia, etcétera. más doctrinales y apriorísticas que empíricas,
con catálogos de normas y consideraciones no
¿Qué piensan ustedes? ¿Podrían establecerse sometidas a contraste, con escasa sensibilidad a
ciertas reglas, contrastadas por la investigación, lo que son las exigencias de rigor y precisión en
para el desarrollo de la enseñanza o por el con- el manejo de datos y situaciones. Como contra-
trario, la actividad didáctica no tiene reglas y posición a ese momento de «infancia» episte-
responde siempre a la particular pericia de cada mológica, se buscó durante el último medio si-
docente? glo un enfoque más «científico» y contrastado
de los saberes sobre la enseñanza.
Participé en una oportunidad en una mesa re-
donda sobre el uso del encerado en la enseñan- De todas formas, para muchos profesores uni-
za. Cada uno de los 5 o 6 integrantes de la mesa versitarios la enseñanza es un arte y no cabe, no
fue exponiendo sus ideas (su particular teoría) tiene sentido, intentar buscar regularidades pues
sobre el uso del encerado: para uno era impor- las acciones docentes son variadas e imprevisi-
tante incluir la máxima información posible; bles. De ahí se deriva la idea tan extendida de
otro defendía lo contrario, poca información que no existe «doctrina» o «teoría» posible so-
pero significativa; el siguiente defendió la muer- bre la enseñanza, sino que los buenos docentes
te del encerado porque no tenía sentido emplearlo nacen de la práctica. ¿Para qué formarse, enton-
teniendo como tenemos las fotocopiadoras que ces? Basta con tener experiencia. En el arte, tien-
facilitan entregar a los alumnos los materiales de a pensarse aunque no sea cierto, no existen
por escrito sin obligarlos a escribir; el que venía las reglas. De eso deriva, igualmente, el gran pre-
después defendió la idea de que no podría expli- dicamento que siempre tuvo entre los docentes
car sin encerado y que sus clases estaban centra- universitarios el valor otorgado a la «discrecio-
das en el encerado (iba poniendo allí los concep- nalidad» como criterio básico de construcción
tos o gráficos y explicándolos); otro defendió la de las competencias docentes: cada uno es libre
importancia de que los alumnos escribieran lo de hacer como mejor le parezca, pues las formas
que aparecía en el encerado (incluso sin entender posibles de actuación son infinitas y nadie tiene

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la legitimidad para decir a otro cómo se debe en- investigaciones no permiten aún establecer re-
señar. La libertad de cátedra, que en su origen glas rígidas como en las ciencias duras, sí per-
fue expresión y salvaguardia de la libertad de miten identificar constancias y patrones de
pensamiento del profesorado, acabó hipertro- actuación más válidos y permiten, igualmente,
fiando su espacio de aplicación para cubrir toda descartar ciertos tipos de prácticas o al menos
la actividad didáctica de los profesores: desde la ponerlos en duda desde el punto de vista de sus
metodología hasta la evaluación y la forma de efectos sobre los aprendizajes.
trato a los estudiantes. Como señala acertada-
mente el jurista Chávez (2001)9, la libertad de Siendo eso así, resulta igualmente cierta la natu-
cátedra es como la glicerina, un arma de doble raleza artística de la enseñanza. Y, por lo tanto,
filo: puede utilizarse constructivamente como no todos los acercamientos del enfoque artístico
medicamento pero también destructivamente son negativos. De él fueron derivándose gran
como mecanismo para dinamitar cualquier tipo número de iniciativas de innovación didáctica
de regla o iniciativa institucional. En ese contex- interesantes. Movimientos que rompiendo las
to, cualquier intento de «disciplinar» una activi- formas convencionales de actuación fueron bus-
dad entendida como artística acaba resultando cando otros caminos más atractivos y eficaces de
inviable. trabajo didáctico. Y así, poco a poco y no sin di-
ficultades, las universidades fueron experimen-
Pero fueron los propios hechos y la evolución tando metodologías y formas de organización de
del mundo de la enseñanza, concretamente la los procesos didácticos que consiguieron debili-
universitaria, quienes hicieron evidentes algu- tar el statu quo establecido y las rutinas tradicio-
nas insuficiencias de esa concepción artística nales, aún existentes (generalmente basadas en
excesivamente abierta y situacional. Varios fac- la lección magistral, en el aprendizaje memorís-
tores se coaligaron para apremiar en la búsque- tico y en la repetición mecánica de los aprendi-
da de caminos más equilibrados y contrastados. zajes). De ese dinamismo artístico se nutre la Di-
La aparición de los derechos de los estudiantes dáctica Universitaria con experiencias que tratan
y el emerger de su estatuto como clase o grupo de sistematizar y de extender a otros contextos.
institucionalmente poderoso, fue uno de ellos.
El profesorado ya no puede actuar tan libre- La enseñanza tiene mucho de arte pero su estu-
mente en aquellos casos que afecten a derechos dio y mejora tiene que hacerse al socaire de cri-
de los estudiantes, como por ejemplo la evalua- terios científicos de regularidad y previsión.
ción, el trato personal, la configuración de los Pero sin estar obsesionada en ese propósito
programas o la definición del nivel de exigen- pues resulta evidente que en su sentido pleno,
cias. Por otro lado, la investigación didáctica las exigencias de cientificidad de las ciencias
también fue aportando datos sobre la variabili- positivas resulta inviables aquí. En nuestro
dad en los resultados que los estudiantes obtie- caso, el concepto de «ciencia» o «científico»
nen y los factores que les afectaban. No todas puede ser tomado como un «continuum» de
las prácticas docentes resultan igualmente váli- condiciones respecto a las que deben posicio-
das para propiciar buenos aprendizajes, y sien- narse los diversos ámbitos de conocimiento y
do así, no parece ni ética ni científicamente vá- de desarrollo disciplinar (la cientificidad como
lido mantener la idea de que cualquier profesor cualidad que, dependiendo de su presencia o
puede hacerlo a su manera. Es cierto que las in- ausencia, marcaría el estatuto epistemológico
vestigaciones están aún lejos de ofrecer datos de los conceptos, las proposiciones operativas y
consistentes y regularidades estables. Son mu- los modelos de investigación existentes en las
chos los factores que afectan al aprendizaje de distintas áreas disciplinares). No es lo mismo
nuestros estudiantes y la actuación de los pro- elucubrar, opinar o impartir doctrina que pre-
fesores es sólo uno de esos factores. Pero si las sentar hechos contrastados o hacer propuestas

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apoyadas en investigaciones previas. En ese tándose como nuevas y prometedoras, inicia-


sentido, el campo de conocimiento didáctico tivas que ya decayeron por ineficaces en otros
(como espacio de la actividad humana donde se contextos. Pocos se documentan sobre lo que
construye y aplica conocimiento) será tanto se está haciendo o lo que se hizo en el ámbito
más científico cuanto más se aproxime y respe- de la docencia en otras universidades. Algo
te las condiciones de racionalidad, sistematici- que sería considerado una herejía profesional
dad y justificación de sus procesos y productos. en el propio campo de saberes (y en la inves-
tigación) no se toma en consideración en lo
Dos consecuencias principales para nuestro que se refiere a la enseñanza.
trabajo como profesores universitarios podrían
extraerse de esta reflexión sobre el dilema dis- Resulta curiosa esa carencia absoluta de refe-
ciplinar entre ciencia y arte. La primera ya fue rentes en las propuestas didácticas. Nadie se
iniciada en un párrafo anterior y tiene que ver atrevería a diseñar un proyecto de investiga-
con la libertad profesional y la discrecionalidad ción que no hubiera repasado, previamente,
con que podemos o no podemos desarrollar el estado del arte en el ámbito a trabajar. Ésa
nuestro trabajo docente. La segunda tiene que es una introducción necesaria y una condi-
ver con la forma en que, en ese contexto, pode- ción sine qua non para obtener la aprobación
mos construir conocimiento profesional. del proyecto. Pero no sucede nada parecido
en las propuestas docentes. Las presentamos
1. Los defensores del profesionalismo libre de sin necesidad alguna de revisar qué es lo que
reglas, rechazan la idea de que los procesos ya se ha hecho en ese campo, qué otras ex-
de enseñanza o de aprendizaje tengan aspec- periencias pueden servirnos de referente,
tos comunes y regularidades nomotéticas. qué resultados se obtuvieron de aquellas y
En su opinión cada situación de aprendizaje qué reajustes precisarán las nuevas iniciati-
es única y singular. Queda, por tanto, fuera vas semejantes. Nada de eso aparece como
de aplicación cualquier intento de establecer condición y justificación «científica».
normativas o patrones estables de actuación.
Varias consecuencias negativas tuvo este en- En todo caso, los avances de la investigación
foque que prevaleció durante mucho tiempo didáctica en pedagogía y psicología, en nue-
en la universidad. El más negativo es que de- vas tecnologías, etc., en ámbitos como la
sapareció cualquier intento institucional por cognición y la memoria, el desarrollo del len-
ahondar en el conocimiento de los factores guaje, las emociones, la autoeficacia, el ma-
que afectan a la enseñanza universitaria. La nejo de nuevos recursos técnicos, la gestión
comunidad profesional, e incluso la científi- de las condiciones de aprendizaje, etc., per-
ca, se dedicó a poner en marcha innumera- miten contar con certezas suficientemente
bles iniciativas pretendidamente novedosas avaladas como para recomponer un mapa de
pero sin entrar a analizar sus efectos y sin secuencias operativas generalizables. A ellas
conseguir alterar los modelos convenciona- les dedicaré el siguiente apartado.
les, especialmente cómodos en esta situación
de inercia y borrosidad doctrinal. Otra con- 2. Otro aspecto que resulta interesante en la Di-
secuencia negativa ha sido el desperdicio del dáctica Universitaria es la forma en que se
conocimiento experto, de sistemas y modali- construye el conocimiento. No existiendo
dades de actuación contrastados en el tiem- principios generales, salvo en lo que se refie-
po. Esto es muy frecuente en la enseñanza re a cuestiones de tipo ético, el conocimiento
universitaria (y en la enseñanza, en general): sobre las mejores formas de actuación nace,
parece como si cada uno tuviera que estar in- necesariamente, de la práctica. No de la prác-
ventando constantemente las cosas; presen- tica en sí (más práctica, lo sabemos todos, no

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significa mejor práctica), sino de la práctica de la documentación de nuestras propias prácti-


revisada (eso es, evaluada, reajustada, repen- cas. Tampoco contamos, es cierto, con el tiempo
sada). Toda idea o principio teórico necesita y los dispositivos técnicos para poder llevarla a
ser contrastado con práctica y toda práctica cabo. Pero resulta un tipo de competencia profe-
necesita ser revisada teóricamente para cons- sional tan importante, para la mejora de la ense-
tatar en qué medida permite alcanzar el pro- ñanza, como puede ser la planificación o el do-
pósito básico del aprendizaje (con las caracte- minio de un amplio repertorio de metodologías
rísticas y cualidades que en cada caso se hayan de enseñanza. La capacidad de mejorar la ense-
descrito: aprendizaje crítico, práctico, transfe- ñanza viene ligada a la posibilidad de documen-
rible, reflexivo, original, teórico, etcétera). tar nuestra práctica de forma tal que podamos
volver sobre ella, evaluarla, identificar sus pun-
El conocimiento didáctico (como el conoci- tos fuertes y débiles, valorar los efectos sobre el
miento profesional, en general) resulta, así, de aprendizaje, etc. Y, sobre todo, que podamos
la práctica revisada, evaluada (gráfico nº 1). compartirla de forma tal que la mejora de las
prácticas surja de un proceso de aprendizaje co-
En ese sentido, el proceso básico de construc- ral, como señalaba Vygotski. La relevancia que
ción de conocimiento didáctico sigue un proce- en el contexto internacional se les está dando a
so circular:… práctica… evaluación… ajus- los portafolios docentes, el nuevo ímpetu que es-
tes… práctica mejorada… nueva evaluación… tán tomando movimientos de mejora de la ense-
nuevos ajustes… y así sucesivamente. ñanza universitaria como el benchmarking, el
knowledge capturing, la visibilización de buenas
Efectivamente, el principal cometido de la Di- prácticas docentes, etc. tiene mucho que ver con
dáctica no sería tanto «predicar» (menos aún, la posibilidad de contar con referentes reales
obviamente, «imponer») formas de acción, (authentic materials) que podamos tomar como
cuanto ayudar a revisar y reajustar propuestas elementos de contraste con nuestra práctica.
suficientemente fundamentadas para ir consoli-
dándolas como actuaciones pertinentes y efecti-
vas. Y la principal fuente de conocimiento para La estructura del espacio disciplinar
poder hacer estas propuestas es, justamente, la de la Didáctica Universitaria
experiencia acumulada que ha sido documenta-
da adecuadamente. Los docentes universitarios, Si hemos dicho que la Didáctica Universitaria
sin embargo, no tenemos una conciencia sufi- constituye ese espacio disciplinar comprometido
cientemente sensibilizada sobre la importancia con la mejora de los procesos de enseñanza

GRÁFICO 1

La práctica evaluada da lugar a una mera práctica mejorada, la cual será a su vez evaluada y permitirá alcanzar un
nuevo ciclo de práctica cada vez de mayor calidad.

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y aprendizaje en el contexto de la Educación Su- de la Didáctica Universitaria es que se puede


perior, necesitamos entrar de una forma más despojar de los ropajes abstractos y difusos con
concreta y específica a definir los contenidos y los que la vestimos los supuestos expertos. El es-
dinámicas de dicho espacio. Como ciencia del pacio didáctico, incluso el espacio didáctico con-
ámbito pedagógico, la Didáctica debe proveer el cebido como un espacio de teoría y no sólo de
conocimiento necesario como para llevar a cabo práctica, ha de construirse como un espacio
el diseño e implementación de «actos didácti- abierto y comprensible para todo profesor. Una
cos» valiosos. Es decir, iluminar (tanto en la di- fuente de conocimientos que le permitan cono-
mensión conceptual como en la operativa) el cer mejor su práctica docente y poner en marcha
conjunto de actuaciones que concurren en el procesos capaces de mejorarla. Con ese propósi-
«aquí y ahora» de los procesos de enseñanza- to de simplificación trato de describir aquí los
aprendizaje. Este sentido práctico de la Didácti- que, a mi manera de ver, constituirían los ejes
ca, que se había perdido, en parte, con la cons- básicos del campo didáctico.
trucción de discursos abstractos y generalistas
(sobre la formación, sobre el currículum, sobre Para iniciar ese análisis, bastaría con que tomára-
las ideologías o los paradigmas), resulta, sin em- mos el esquema más clásico y sencillo con que se
bargo, uno de sus signos de identidad. También, ha tratado de representar la definición del espa-
justo es reconocerlo, uno de los puntos de discor- cio didáctico: un triángulo cuyos vértices consti-
dia doctrinal entre los especialistas. No todos tuyen los ejes básicos de la docencia: profesores,
aceptan esta aproximación a lo práctico e inme- alumnos y contenidos, siendo el propio espacio
diato de la Didáctica y, algunos lo rechazan de del triángulo el contexto en el que se producen la
plano, puesto que en su opinión tal enfoque re- enseñanza y el aprendizaje (cuadro nº 2)10.
sulta desprotegido ideológicamente y, por tanto,
inconsistente e, incluso, ilegítimo. En mi opinión, En el cuadro aparecen los elementos funda-
ya lo dije al inicio de este texto, lo interesante mentales del acercamiento que la Didáctica ha

GRÁFICO 2. Configuración de dos elementos substantivos da acción didáctica (Zabalza, 2001)

Referentes externos

Espacio institucional

Contenidos
Política universitaria
Currículum oficial

a b
Enseñar
Aprender

Profesor Alumno
c

Orientación formativa
Empleo

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venido haciendo al conocimiento y mejora de de la formación, porque define el peso que


la enseñanza universitaria. Aunque se trata de se le va a dar a los enfoques profesionali-
un esquema excesivamente clásico y simple, re- zadores frente a los enfoques más centra-
coge bien los elementos de la problemática di- dos en la formación genérica en la defini-
dáctica de la enseñanza universitaria. Como ción del perfil y en la operativización de
puede verse en el gráfico, la enseñanza univer- los itinerarios formativos. Finalmente, los
sitaria está configurada en una estructura de referentes externos, en un mundo globali-
tres campos que se superponen y condicionan zado como el actual, actúan de fuerte me-
mutuamente: un espacio externo y extrauniver- canismo de presión sobre las instituciones
sitario que marca las condiciones en que se lle- e, indirectamente, sobre los profesores.
va a cabo la docencia; un espacio institucional Las universidades comienzan a ser com-
que define el contexto inmediato y un espacio paradas unas con otras con criterios bo-
didáctico en el que se produce el proceso de en- rrosos, los alumnos de diversos centros
señanza-aprendizaje. Cada uno de esos espa- compiten por becas o salidas profesiona-
cios tiene su propia lógica y ejerce fuertes mo- les. Incluso, muchas de las políticas insti-
vimientos de presión sobre los otros (y, tucionales de mejora de la enseñanza uni-
simultáneamente, de resistencia a sus influen- versitaria emplean cada vez con mayor
cias). Es justamente el blindaje de cada uno de frecuencia los referentes externos de
los niveles lo que hace difícil conseguir una «buenas prácticas» (benchmarking) como
transformación de la enseñanza universitaria puntos de comparación para que actúen
en su conjunto. Modificaciones en el espacio como motor de arrastre del desarrollo de
exterior no consiguen influir en los ámbitos in- la propia institución.
ternos. Y viceversa. • En el espacio institucional operan las tra-
diciones y dinámicas de cada facultad y
El gráfico podría leerse del siguiente modo: escuela universitaria: la particular cultura
institucional del centro; la distribución
• Los factores externos que afectan al desa- del poder, la forma de funcionamiento; el
rrollo de la docencia universitaria son particular equilibrio o desequilibrio entre
muchos y muy variados. Pero los selec- investigación y docencia; las tradiciones
cionados en el gráfico representan una institucionales referidas a la docencia; los
importante fuente de presiones y prede- criterios y dispositivos de evaluación y ga-
terminaciones a las que la docencia uni- rantía de la calidad (si existen), los víncu-
versitaria debe hacer frente. El currículo los con instituciones externas, etc. Son as-
oficial o la estructura predefinida de las pectos que ejercen una fuerte presión
carreras, en la medida en que condicionan sobre el espacio más interior del esquema
tanto el contenido de la enseñanza como donde aparecen las prácticas docentes.
su consecuencia y las condiciones (tem- • Siendo cierto, como hemos señalado, que
porales, de desarrollo práctico, etc.) en las no se pueden desconsiderar los factores
que se llevará a cabo. La política universi- externos e institucionales, que actúan
taria, porque va a establecer las condicio- como inputs o invariantes que condicio-
nes pragmáticas del desarrollo de la nan la actividad docente, los aspectos
docencia; financiación, ratio, recursos substanciales de la docencia residen en el
disponibles para la docencia e investiga- espacio interior del cuadro, en el triangu-
ción, incentivos y apoyos a la innovación, lo. Ese espacio interior está constituido
programas de formación e incentivación por dos tipos de elementos: estructurales
del profesorado, sistemas de evaluación y (profesor, alumnos, contenidos) y relacio-
garantía de la calidad, etc. La orientación nales (la relación que existe entre cada

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uno de ellos con los otros, esa especie de son condiciones inalterables, otros son
diálogo triangular que se produce entre elementos modificables sobre los que los
profesores, alumnos y contenidos de procesos de mejora deben actuar.
aprendizaje). De la conjunción de ambos • Los alumnos y alumnas universitarios ocu-
tipos de elementos surge la particular con- pan al otro vértice de la base del triángu-
figuración de los procesos de enseñanza- lo didáctico. Otro elemento sustantivo del
aprendizaje. Esta configuración del espacio proceso didáctico. Como en el caso del
didáctico tiene características claramente profesorado son muchos los aspectos de
situacionales (en coordenadas espaciales los alumnos que actúan como factores
concretas o en contextos virtuales). cruciales en el desarrollo de la enseñanza:
las variables demográficas y sociales
Tanto la naturaleza de cada uno de los elemen- (edad, sexo, procedencia geográfica, y so-
tos del modelo (profesores, alumnos, conteni- cial, recursos económicos, etc.), la forma-
dos y contexto institucional) como los flujos de ción previa, el nivel de expectativas y de
relación entre ellos son claramente diferentes motivación para la enseñanza, la orienta-
en la enseñanza universitaria respecto a los ción vocacional hacia la profesión, etc.
otros niveles del sistema educativo. La posibili- Los estudiantes están, desde hace algunos
dad de analizar estos componentes del espacio años, en el punto de mira de todos los aná-
didáctico tanto separadamente como en su in- lisis de enseñanza universitaria. Ellos son,
teracción es lo que dota de identidad discipli- para muchos profesores, la pieza clave del
nar a la Didáctica Universitaria. actual deterioro de la enseñanza. Se insis-
te en que ahora llegan más infantiles, me-
En el espacio didáctico, propiamente dicho, nos preparados, menos motivados. Los
nos encontramos con tres elementos estructu- datos existentes, no justifican una visión
rales y seis componentes dinámicos (gráfico nº tan negativa del alumnado. Pero lo cierto
3). Cada uno de ellos actúa con identidad pro- es que los actuales alumnos son distintos
pia e influye en el proceso de enseñanza-apren- a los que ocupaban las aulas hace 25 años:
dizaje. En total, nueve factores que es preciso son más, son más heterogéneos (en capa-
analizar (y, a veces, reconfigurar) si deseamos cidad, en motivación, en intereses profe-
mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. sionales) y traen consigo un bagaje for-
mativo más amplio y diversificado aunque
• Los profesores y profesoras constituimos la menos profundo que en épocas anteriores
pieza fundamental (junto con los alum- (debido a los cambios en la enseñanza se-
nos) de la estructura didáctica. Mucho se cundaria y en el contexto social y cultural
ha hablado en estos años sobre la impor- que viven). Como señaló King (1996)11:
tancia de contar con buenos profesores: «the key to understanding student lear-
bien formados, satisfechos, motivados (e ning is understanding student differen-
incentivados), capaces de innovar, etc. ces» (p. 220).
Los aspectos demográficos (como la edad,
el sexo, la procedencia geográfica, etc.), Recuerdo que cuando comenzamos a trabajar en
su background formativo, su experiencia la Comisión de Calidad de la Universidad de
profesional y discente, las condiciones la- Santiago, la primera conclusión informal a la que
borales e, incluso, sus características per- llegamos tras las primeras discusiones fue que
sonales y profesionales son condiciones, «el principal problema de la Universidad de San-
todas ellas, que ejercen una influencia no- tiago eran los alumnos de la Universidad de
table sobre los procesos de enseñanza que Santiago». Constatación un tanto absurda pero
desarrollan. Algunos de estos elementos que refleja bien la sensación que muchos profesores

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universitarios viven de forma intensa y perturba- de relación: cómo los profesores se relacionan
dora en casi todas las universidades. Y es bien sa- entre ellos; cómo se relacionan los estudiantes
bido que las vivencias (como los temores o los entre ellos; qué relaciones se establecen entre
celos) están fuertemente saturadas de emotivi- los contenidos. Según como se produzca esa re-
dad y son muy resistentes a cualquier tipo de lación, el desarrollo de la docencia será diversa.
desconfirmación por la vía de los hechos. Cada uno de ellos constituye, por tanto, un
nuevo ámbito de estudio y de intervención ha-
Por otra parte, también los estudiantes ac- cia la mejora de la calidad de la enseñanza.
ceden a la universidad y viven su vida Aparecen así, tres nuevos espacios de estudio:
universitaria con ideas y sensaciones que
interfieren en su motivación e implica- • Profesores-Profesores: P-P.
ción en el proceso de aprendizaje (Trillo, La relación entre los profesores marca
200412; Méndez, 200413). uno de los puntos más débiles de todo el
sistema docente universitario. Maasen y
• El tercer componente sustancial de este Postman (1990)14 acuñaron el término
triángulo didáctico son los contenidos. «burocracia profesional» para referirse a
Elemento también fundamental por cuan- los contextos institucionales, como la
to condiciona y, en casos, predetermina la universidad, formados por expertos de
orientación en que se deberá organizar el alto nivel que trabajan de manera aislada,
proceso de enseñanza y aprendizaje de los en una especie de celda de palomar (pigeon-
alumnos. Enseñar en Bellas Artes es bien hole) cerrada y autónoma. La Fundación
diferente de hacerlo en una Ingeniería o Carnegie desarrolló una amplía investiga-
en Idiomas Extranjeros. Los contenidos ción sobre profesorado de 14 países y una
imponen condiciones a la enseñanza pero de sus conclusiones (a robust finding, di-
no tantas como, a veces, se presupone. cen los autores) fue justamente ésta: los
Muchas de la exigencias vinculadas en la profesores guardaban una alta fidelidad a
actualidad a los contenidos de las carreras sus disciplinas, que era mayor, en todos
(extensión y dificultad de los programas, los países, que la fidelidad a sus departa-
modos de organización de los temas, tareas mentos y ésta también mayor que la que
vinculadas a las materias, etc.) pertenecen tenían a sus instituciones (Albach,
más a las tradiciones académicas de los 1996)15.
diversos grupos docentes o a las posturas El individualismo docente, reforzado por
de poder ejercidas sobre el currículum la idea de la discrecionalidad plena (que
desde el ámbito profesional (la libertad de cada quien haga lo que le parezca más
cátedra, las presiones desde el espacio ex- adecuado) es, sin duda, el principal ene-
terior por los colegios profesionales o los migo de la transformación de la enseñan-
empleadores sobre el espacio didáctico, za universitaria. Desarrollar un proyecto
como quedaba señalado en el gráfico 2) formativo (eso significa al final el plan de
que a las exigencias necesarias derivadas estudios: el proyecto formativo que lleva a
de los contenidos disciplinares. cabo una facultad o escuela universitaria)
requiere del trabajo coordinado y comple-
Este análisis estructural de los tres elementos mentario del grupo de profesores que par-
básicos del espacio didáctico, hay que comple- ticipa en el mismo. Por ejemplo, desarro-
tarlo con la revisión de los espacios dinámicos llar un programa formativo basado en
que se generan en ellos. Cada uno de esos com- competencias, como reclama el proceso de
ponentes actúa como un espacio dinámico en convergencia, será absolutamente imposi-
cuyo interior se producen diversas modalidades ble sin un trabajo más coordinado entre

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cuantos hacemos la docencia en una titu- integración de los contenidos académicos


lación. En definitiva, mejorar la calidad que los alumnos deben adquirir durante su
de la enseñanza requiere de la sinergia y paso por la universidad. El formato indivi-
la implicación del conjunto del staff do- dualista de actuación docente del profeso-
cente. Condición que casi parece una uto- rado se proyecta sobre el currículo provo-
pía en la cultura universitaria actual. cando una organización atomística de los
• Alumnos-Alumnos: A-A. contenidos (o puede que sea al revés: una
Otro de los elementos importantes en las concepción atomística del currículo acaba
dinámicas interactivas que condicionan la reforzando modalidades individualistas de
docencia universitaria tiene que ver con docencia). Pero lo cierto es que, en la ac-
las modalidades de relación entre los tual organización curricular de los estudios
alumnos y la cultura de competitividad o universitarios, cada disciplina actúa de for-
colaboración que se establezca entre ellos. ma aislada e independiente sin apenas re-
Hace un tiempo, comentaban unos cole- lación con las otras materias del plan de es-
gas de una facultad, que no citaré, que en tudios. Esa organización provoca fuertes
su centro no era preciso vigilar a los problemas en la integración de los apren-
alumnos en los exámenes. Ellos mismos dizajes de los estudiantes que acaban orga-
eran los más interesados en no dejar que nizando el conocimiento con la misma es-
los vecinos les opiaran. A veces, llegaban tructura rota e incomunicada en la que se
incluso a «soplar» respuestas equivocadas les suministró. Las últimas experiencias de
a propósito. Era el efecto perverso de la cambio en los planes de estudio exacerba-
competencia más brutal forzada por el sis- ron aún más el problema multiplicando las
tema desde la propia carrera (efectiva- materias y especializando sus contenidos.
mente, el expediente contaría después En algunos cursos los alumnos deben cur-
para diversos tipos de pruebas selectivas). sar cifras enormes de materias diversas.
Por el contrario, está ampliamente docu- Las nuevas propuestas didácticas tratan
mentado cómo la colaboración, el trabajo de romper con esa multiplicación innece-
en grupo, la tutoría entre compañeros saria y nefasta de las parcelas curriculares
(peer tutoring), etc., constituyen elemen- que dificultan los aprendizajes integra-
tos importantes no solo como competen- dos. Se buscan, por el contrario, diversas
cias básicas en los diversos perfiles profe- modalidades de integración: propuestas
sionales (que ahora son requeridos en el interdisciplinares; combinación de mo-
proceso de convergencia al EEES) sino mentos disciplinares y proyectos interdis-
como factores que mejoran el rendimien- ciplinares; combinación del trabajo sobre
to académico, sobre todo en tareas com- contenidos disciplinares con prácticas in-
plejas. La propia heterogeneidad de los tegradas; sistemas de trabajo por proyec-
grupos de alumnos en ciertas materias tos y aprendizaje basado en problemas;
(unos que van mucho más avanzados que planificación conjunta de varias materias,
otros en los contenidos o destrezas de etc. Las universidades ya comienzan a po-
nuestra disciplina) hace muy recomenda- ner en marcha iniciativas en este sentido.
ble esta apoyo entre iguales. Y, de la mis- Un segundo ámbito de interacciones que
ma manera, la construcción de redes y co- condicionan el proceso de enseñanza-
munidades de aprendizaje aprovechando aprendizaje aparece cuando relacionamos
el potencial de las TICs. cada uno de los elementos con los otros.
• Contenidos-Contenidos: C-C. • Profesor-Contenidos: (flecha a).
Un aspecto básico de los enfoques didácti- La particular relación entre los profesores
cos actuales tiene que ver con la forma de y los contenidos que imparten resulta un

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GRÁFICO 3. FACTORES DINÁMICOS DE LA ENSEÑANZA

C-C

a b
Aprender
Enseñar

P-P A-A
c

factor fundamental en el desarrollo de aproximación a los contenidos más prác-


una docencia de calidad. A este ámbito in- tico y actualizado y, por lo general, consi-
teractivo pertenecen aspectos tan funda- gue trasmitir un sentido más funcional y
mentales para la enseñanza como el «co- aplicado al trabajo de la disciplina. Algu-
nocimiento de la materia» por parte de nas universidades iniciaron, incluso, pe-
los dicentes; el particular dominio del ám- riodos de practicum para profesores de
bito científico al que pertenece la discipli- forma tal que el profesorado pudiera se-
na; la capacidad y experiencia investiga- guir en contacto con la evolución del
dora del docente (no tanto porque se mundo profesional para el que se prepa-
identifiquen la competencia docente y la ran los estudiantes.
investigadora, ni los contenidos a expli- • Profesor-Alumno(s): (flecha c).
car, sino, sobre todo, por la particular ac- Las relaciones entre profesores y alumnos
titud de búsqueda constante con que los fueron siempre un punto caliente del de-
investigadores afrontan los temas que tra- sarrollo de la docencia. Para muchos pro-
bajan); la inquietud científica y relativiza- fesores (sobre todo aquellos que atienden
dota de los conocimientos, etc. La dicoto- grupos numerosos) los alumnos no exis-
mía básica en esta relación se produce ten sino como grupo indiferenciado,
entre profesores que simplemente repro- como masa. Esa situación resulta funcio-
ducen conocimientos (que toman de tex- nal para un tipo de docencia basada en la
tos o manuales) y aquellos que son capaces lección magistral y en la simple «explica-
de crear conocimiento (porque investi- ción» de las materias, pero se convierte en
gan, porque dominan ampliamente ese absurda cuando se reclaman propuestas
ámbito científico, etcétera). de aprendizaje autónomo y supervisado.
Particular relevancia se está prestando, Si los profesores debemos centrar nuestro
en este apartado, al conocimiento y ex- trabajo docente en el aprendizaje y no en
periencia profesional de los docentes. El la enseñanza, el eje de nuestra actuación
profesorado que se incorpora a la do- debe rotar 180 grados. La enseñanza
cencia tras un período de ejercicio pro- puede ser general pero el aprendizaje es
fesional o que simultánea docencia y ac- siempre individual. En este nuevo paradig-
tividad profesional mantiene un tipo de ma didáctico, los estudiantes reaparecen

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como sujetos individuales con procesos muchos profesores partían del supuesto
de aprendizaje diversos y que necesitan de que la tarea del profesor era enseñar y
de atención singular. La imagen del pro- la del alumno era aprender. Por lo tanto,
fesor o profesora experto se vincula ahora todo iba bien si cada uno se mantenía en
a la de aquel profesional que toma en con- su espacio y se responsabilizaba de su
sideración que sus estudiantes pueden en- parte del proceso. Por eso los profesores
contrar diverso tipo de dificultades para sabemos tan poco del aprendizaje, porque
alcanzar un aprendizaje óptimo y está dis- no era nuestro problema. Cada alumno
puesto a hacer lo que esté en su mano debía «buscarse la vida» y aprender lo
para evitarlo. más y mejor que pudiera. La nueva idea
Afortunadamente, en la gran parte de los de la docencia universitaria trastoca este
casos la relación entre profesores y alum- reparto de papeles. El aprendizaje sigue
nos universitarios mejoró mucho en los siendo obligación y responsabilidad del
últimos años hasta llegar a configurarse alumno pero también nuestra como pro-
un clima relacional y didáctico cálido y fesores. De hecho, la forma en que los
empático. Están dispuestos a ponerse a alumnos aprenden depende en gran parte
disposición de sus estudiantes y ayudarles de la forma en que nosotros orquestamos
en lo que esté en sus manos para que sa- el proceso de enseñanza. Especial men-
quen el máximo partido a su experiencia ción merece, en este sentido, la evalua-
universitaria. Pero, para algunos profeso- ción, como elemento de la docencia que
res, este nuevo escenario es incómodo y condiciona los aprendizajes de los alum-
perturbador. Ven en él excesivos elemen- nos (Porto, 2004)16. Enseñar y aprender
tos paternalistas y una preocupante falta aparecen así como procesos intrínseca-
de exigencias. mente vinculados.
En todo caso, será en el caldo de cultivo
de estas relaciones donde habrá que cons- Tenemos, por lo tanto, que el proceso de ense-
truir esa nueva definición del papel de ñanza-aprendizaje que construye el objeto de es-
profesores y alumnos que propugna el tudio de la Didáctica Universitaria es, también,
proceso de convergencia: un profesor me- nuestro ámbito de trabajo. Este espacio didácti-
nos «enseñante» y más asesor y tutor de co viene condicionado por todo un conjunto de
los procesos de aprendizaje de los estu- elementos que actúan como factores. La actua-
diantes. ción tanto individual (profesores/as, alumnos/as
• Alumno- Contenidos: (flecha b). y contenidos) como combinada (profesores/pro-
Desde mi punto de vista, ésta es la varia- fesores; alumnos/alumnos; contenidos/conteni-
ble didáctica menos atendida de todas las dos; profesores/contenidos; profesores/alumnos
mencionadas hasta ahora. Pero, en el fon- y alumnos/contenidos) predeterminan y definen
do, marca la tipología y la calidad del el espacio en el que se producirá el proceso efec-
aprendizaje. Los alumnos pueden relacio- tivo de enseñanza- aprendizaje.
narse con los contenidos de una forma
mecánica (aprendiéndolos de memoria) o Una vez que tenemos los factores y condicio-
significativa (tratando de entenderlos); de nes que enmarcan el proceso de enseñanza-
una forma conceptual (como campo de aprendizaje, concretados en nueve variables,
conocimientos) o práctica (como recurso deberíamos continuar ahora analizando su
para la actuación); de forma superficial o dinámica interna. Lamentablemente no po-
profunda; de forma disgregada o integra- dremos hacerlo en este texto, ya excesiva-
da; de forma reproductiva o creativa, etc. mente alargado, pero será objeto de un pró-
Las viejas teorías didácticas asumidas por ximo libro17.

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Miguel A. Zabalza Beraza

Conclusión un discurso críptico y reservado a los pocos


dominadores de la «jerga» especializada. Todo
Para concluir este pequeño texto-homenaje lo contrario, necesitamos manejar un discurso
quisiera insistir en dos o tres ideas sobre la Di- que todos entendamos y construir entre todos
dáctica Universitaria y sobre su compromiso (el propuestas válidas para las diversas situaciones
nuestro como didactas) con la mejora de la do- docentes y para el amplio abanico de especia-
cencia universitaria. Me gustaría presentarlas lidades universitarias.
como propuestas de acción concreta para nues- En realidad, estamos avanzando bastante en
tras universidades. este aspecto. Ya no resulta infrecuente escu-
char a ingenieros, físicos o médicos hablar de
a. La Didáctica Universitaria está llamada a ge- pedagogía universitaria y argumentar con
neralizar conocimiento sobre la docencia. ideas y propuestas muy próximas a las que
A día de hoy, disponemos de mucha más podría emplear un experto en Educación. Es
práctica docente que conocimiento sobre esa una generalización del conocimiento no
práctica. El hecho de que el profesorado no exento de riesgo (a veces se manejan con-
se prepare específicamente para la docencia ceptos o modelos muy anticuados o se utili-
ni muestre excesivo interés en estudiarla, zan de modo excesivamente superficial),
hace que las prácticas docentes se vayan re- pero es una fase necesaria para caminar en la
produciendo de forma rutinaria. vía de una implicación didáctica cada vez
Creo que es Elton, quien contaba que en una más amplia y convencida del profesorado
de sus conferencias sobre este tema, llegando más innovador y responsable.
ya al final de su intervención, alguien le in- Algunas universidades (más de fuera de aquí
terpeló desde la platea diciéndole que él (el que de las nuestras) están promoviendo más-
interpelante) ya tenía 30 años de experiencia teres en docencia universitaria obligatorios
como docente y que no veía posible que na- para quien desee enseñar en la universidad.
die pudiera enseñarle, a estas alturas, cómo Existen experiencias del 2º doctorado de los
hacer buena docencia. Elton le contesto: docentes: profesores ya doctores pero que ha-
«Sr. profesor, está usted seguro de que tiene cen una segunda tesis sobre alguno de los as-
30 años de experiencia. ¿No será que tiene pectos básicos de la enseñanza de su campo
un año de experiencia repetido 30 veces?». disciplinar. Algunas universidades españolas
Es, por ello, muy necesario avanzar y profun- han puesto en marcha programas de investi-
dizar en el estudio sistemático de la docencia gación sobre la docencia a los que se han ad-
universitaria y, con ello, en su conocimiento herido con entusiasmo muchos profesores de
porque solo así estaremos en condiciones de casi todas las áreas. Ése es el camino que de-
mejorarla. Ésa es una tarea que le corresponde beremos recorrer para ir teniendo cada vez
hacer a la Didáctica Universitaria y que podría mejor conocimiento sobre el proceso de ense-
conseguir con la condición de abrir el discurso ñanza-aprendizaje en la universidad.
didáctico (un tipo de discurso menos abstrac-
to y complejo del que estamos habituados a b. La Didáctica Universitaria está llamada a ilu-
hacer) a profesores no pedagogos y no espe- minar los procesos docentes: la visibilidad di-
cialistas en educación. Al final, si el objetivo es dáctica.
mejorar la calidad de la enseñanza en la uni- Como quedó señalado en un punto ante-
versidad, resultará necesario reducir en lo po- rior, la «ciencia didáctica» no se construye
sible la complejidad de los análisis e incre- desde teorías o principios generales. Es un
mentar la accesibilidad conceptual y operativa conocimiento práctico y situacional que
a las propuesta generadas desde ellos, de modo nace, justamente, del estudio de la práctica.
que hablar de la docencia no se convierta en Pero ése es un propósito imposible si la

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La Didáctica Universitaria

práctica docente es concebida y realizada Universidad de Córdoba y que se basó en


como una actividad escondida y opaca (tea- las respuestas dadas por 42 Vicerrectores
ching as a lonely task). Como recuerdan de Profesorado u Organización Académica
Austin, Brocato y La Fleur (1993) a partir de 39 universidades españolas, se destaca-
de los datos de su investigación, los docen- ba que sólo el 31,7% de las acciones lleva-
tes universitarios construyen su rol docente das a cabo por las universidades en rela-
y su conocimiento práctico especialmente a ción al proceso de convergencia estuvo
través de la socialización: observación de relacionado con la formación del profeso-
otros docentes, feed-back de sus alumnos y rado. Y sucedió eso pese a que el 95,2% de
ayudantes, trabajo docente en grupo, etc. los vicerrectores admitieron que la forma-
Esa construcción del conocimiento profe- ción de los docentes tendrá una importan-
sional es un proceso personal que no tiene cia alta o muy alta en el éxito del proceso
que ver con la práctica o la experiencia que de convergencia.
se posea (Amansen, GrySpeerdt y Moxness,
1993), sino con la apertura al exterior y el La Didáctica en general (Bolívar y Domin-
contraste con las experiencias de otros. go, 2007)20 y la Didáctica Universitaria, en
Algo que entra en contradicción con nues- particular, pueden jugar un importante pa-
tra habitual tendencia al individualismo y la pel en este sentido. En la medida en que no
docencia en solitario. se entretienen en complejos discursos con-
Aquí aparece el reto de la visibilidad como ceptuales sino que definen el acto didácti-
uno de los principales desafíos de la Didácti- co y la acción instructiva alrededor de
ca Universitaria y uno de los retos necesarios unos ejes próximos a nosotros y maneja-
a asumir hacia la mejora de la docencia. Y bles, permite centrar la formación docente
también uno de los compromisos que reco- en contextos próximos a los contenidos
gen explícitamente los documentos europeos disciplinares y a las tareas diarias, inte-
sobre la convergencia: identificar y posibili- grando conocimientos pedagógicos y disci-
tar el conocimiento e intercambio de buenas plinares. El ámbito de las didácticas espe-
prácticas docentes. cíficas tiene que ser fortalecido también
En ese compromiso nos estamos moviendo en para el nivel universitario porque es el me-
este momento bastantes equipos de investiga- jor escenario formativo para integrar los
ción. Entre otros, el GIE18 que tengo el honor conocimientos generales y los más propios
de dirigir. Junto con otras 6 universidades es- de cada especialidad, de modo tal que la
pañolas y a través de las modernas metodolo- formación sirva para buscar soluciones a
gías del knowledge capturing pretendemos res- los problemas reales de la enseñanza y el
catar las voces, las prácticas y las ideas básicas aprendizaje de los alumnos que cada pro-
de los protagonistas del compromiso con las fesor va a tener que afrontar en sus clases.
buenas prácticas docentes (en todas las áreas El impacto que este tipo de formación tie-
académicas y disciplinares) de modo tal que ne sobre la mejora de la docencia (incluido
puedan servir de referente y estímulo para el incremento de las medias en la valora-
cuantos deseamos una enseñanza universita- ción que los alumnos hacen de sus profe-
ria de la máxima calidad. sores) está abundantemente documentada
(Menges y Austin, 200121; Nasr, R. et al.,
c. La Didáctica Universitaria está llamada a arti- 199622; Wright, 199423). Lo cual, sin nece-
cular el reto de la formación del profesorado sidad de ser sobrevalorado, sí resulta un
universitario. nuevo reclamo para insistir en la impor-
En un reciente y magnifico estudio dirigi- tancia de la formación del profesorado
do por el profesor Varcárcel (2005)19 de la para alcanzar una docencia de calidad.

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Miguel A. Zabalza Beraza

Notas
1
Shön, D. A. (1983). The Refective Practitioner: How professinals think in action. New York: Basic Books. Tra-
ducción española: (1998). El profesional reflexivo. Cómo piensan los profesionales cuando actúan. Barcelona: Paidós.
2
Feldman, K. A. (1998). Reflections on the study of effective collage teaching and student rating: one conti-
nuing question and two unresolved issues, Higher Education. Handbook of Theory and Research, 13, 35-74.
3
Zabalza, M. A. (2003). Las competencias docentes del profesorado universitario: calidad y desarrollo profesional.
Madrid: Narcea.
4
Blankertz, H. (1981). Didáctica, en Speck, J. y Whele, G. (coords.), Conceptos Fundamentales de Pedagogía.
Barcelona: Herder, 130-189.
5
Shulman, L. S. (1986). Paradigms and research programs in the Study of Teaching: a contemporary perspec-
tive, en Wittrck, M. C. (dir.), op. cit., 3- 36.
6
Antiseri, D. (1977). Fundamentos del trabajo interdisciplinar. La Coruña: La Coruña.
7
Fernández Pérez, M. (1976). Didáctica III. Madrid: UNED.
8
Gargné, N. L. (1978). The Scientific Basis of the Art of Teaching. New York: Teachers College Press.
9
Chaves García, J. R. (2001). La Universidad Pública al derecho y al revés. Guía esencial del profesor a las puer-
tas de la Reforma Universitaria. León: Editorial Evergráficas.
10
Zabalza Beraza, M. A. (2001). La Didáctica Universitaria como marco de referencia para la formación del profe-
sorado y la mejora de la calidad de la enseñanza universitaria, en C. Moya y F. Vergara (eds.), Actas del II Congreso
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11
King, P. M. (1996). Student cognition and learning, en S.R. Komives y D. M. Woodard, Student services: a
handbook for the profession. San Francisco: Jossey Bass, 218-243.
12
Trillo Alonso, F. (2004). Estado de la investigación sobre docencia y Didáctica Universitaria desde la pers-
pectiva del estudiante, en C. Moya y F. Vergara (eds.), Actas del II Congreso Iberoamericano de Didáctica Universi-
taria. Chile, Osorno: Universidad de Los Lagos.
13
Méndez, R. (2004). Las actitudes de los estudiantes hacia la Universidad como indicador de calidad. Tesis doc-
toral. Univ. de Santiago de Compostela, Departamento de Didáctica y Organización Escolar.
14
Maassen, P. M. y Postman, H. P. (1990). Strategic decision making in Higher Education, Review of Higher Edu-
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15
Altbach, P. G. (ed.) (1996). The International Academic profession: Portraits of fourteen countries. Princenton,
N. J.: Carnegie Foundation for the Advancement on Teaching.
16
Porto, M. (2004): La evaluación de los estudiantes en la Universidad de Santiago. Tesis doctoral. Universidad
de Santiago de Compostela, Dpto. de Didáctica y Organización Escolar.
17
Zabalza Beraza, M. A.: La Didáctica Universitaria. Un espacio disciplinar para el estudio y la mejora de nues-
tra docencia. Madrid: Narcea (en prensa).
18
GIE (Grupo Interuniversitario de Estudios): Elicitación y representación del conocimiento experto de profesores
universitarios protagonistas de “buenas prácticas” docentes: ingeniería del conocimiento para la mejora de la calidad de
la docencia (SEJ2004-01808).
19
Valcárcel, M. (2005). Diseño y validación de actividades de formación e implicación de estudiantes y emple-
adores en la implantación del EEES [http://www.mec.es/univ/proyectos2005/EA2005-0073.pdf].
20
Bolívar, A. y Domingo, J. (eds.) (2007). Prácticas Eficaces de Enseñanza. Madrid: PPC.
21
Menges, R. J. (2001). Teaching in Higher Education, en V. Richardson (ed.), Handbook of Research on Tea-
ching, 4º ed. Washington, DC: American Educational Research Association, 1.122-1.156.
22
Nasr, T. et al. (1996). The relationships between university lecturers’ qualifications in teaching and students
ratings of their teaching performance. Paper presented in the International Consortium for Educational Development
in Higher Education. Finland: VASA.
23
Wirght, A. (1994). Successful Faculty Development: strategies to improve university teaching, en A. Wirght,
Teaching Improvement Practices: international perspectives. Boston: Auker Publisher Co.

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La Didáctica Universitaria

Abstract

The University´ Didactics

Taking into account the current Bologna process towars an European Higher Education Area
and the new emphasis on the added value of a good teaching, the author raises the discussion
around the nature and structure of the Didactics in Higher Education, conceived as a field of
study focused on teaching and learning processes. The start point is that constructing knowled-
ge about teaching requires a sistematic analysis of teaching practices and to do that we have to
consider nine central factors of the teaching-learning processes: teachers, students and contents;
the relationships between teachers, between students and between contents; and the relations-
hips between teachers and contents, between teachers and students and between students and
contents. Finally, some contributions of the Higher Education Didactics to the Bologna process
are mentioned as conclusions.

Key words: Bologna Process, Teaching and Learning in Higher Education, Didactics in Higher
Education, University Teachers and Students, Teaching Analysis.

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