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Actividad n° 3: Identidad del Trabajo Docente

“Sujetos de la Formación Docente” - Com 2B- 2C Sábados 16-18 hs


Docente: Mariana Kamerman - Estudiante: Felicetti Mariano – 31176289

El maestro, que hace pasar según una progresión sabia,


adaptada al nivel de las inteligencias embrutecidas,
los conocimientos que él posee al cerebro de quienes los
ignoran, era el paradigma filosófico y, a la vez, el agente
práctico de la entrada del pueblo en la sociedad y el orden
modernos.

Jacqes Ranciére

Quizás, comenzar el análisis acerca de la identidad y el trabajo docente, requiera en un primer momento de
una frase de Ranciere, (sobre todo si “El Maestro Ignorante” no está en la bibliografía obligatoria), para
poner en cuestión ese “ser” tan cuestionado hoy en día como es el docente. Tratare de articular aquí, los
textos de Alliaud y Cols y el conversatorio de Tonucci, Sileoni y Torres con el fin de establecer algunas ideas
que se complementan y surgen a luz acerca de la identidad y el trabajo docente a traves de la nueva
normalidad escolar.

En primer lugar, la cita de Ranciere (2007) no es ajena a nuestro tiempo. En la sociedad, todavía, circula
como “sentido común” la transmisión unilateral de conocimientos del educador al sujeto de aprendizaje,
estableciéndose de esta manera el acto educativo. Esta simplificación, este reduccionismo entramado en la
sociedad genera conflictos a la hora de atender a la tarea docente. Maestros, profesores, educadores no son
los mismos ni cumplen las mismas funciones de antes. La complejidad que trajo el cambio de época, desde
hace 30- 40 años y sobre todo agudizándose en pandemia, determinó un cambio, una transformación en la
labor docente. La crisis institucional (Alliau 2017) de era posmoderna provocó el resquebrajamiento de los
pilares que sostienen la escuela como unos de los últimos bastiones de la modernidad, a decir, conformación
de un tiempo –espacio disciplinario (Foucault, 2009), división gradual y por edad, eso sin mencionar el
castigo punitivo (Pinneau, Dussel , Caruso, 2001).

En segundo lugar, el acto de re-marcar al educador como un “artesano” (Alliau 2017) o artífice genera
nuevas perspectivas sobre el trabajo docente. Cols (2008) nos recuerda que una de las metas del docente en
el acto de educar es “la construcción de sentido”, en tanto Alliaud intercambia ideas con Meireu y Dubet
sobre el “oficio” docente, y como el mismo experimenta sensaciones al enseñar, la satisfacción y la
realización forman parte de la identidad, tirando por borda la concepción moderna de transmisión unilateral
de contenidos, poniendo en énfasis la producción de conocimiento. Dicho de otro modo, el maestro es un
modificador de personas, es un “constructor de subjetividades”, un transformador de almas, a partir del
trabajo con otros. En esta línea, como afirmara Steiner, “enseñar es despertar dudas”.

Por último, al afirmar estas modificaciones en el Ser docente, Tonucci, Sileoni y Torres nos traen el problema
de la educación en pandemia. Tonucci apuesta, esperanzadamente, que la crisis transforme la realidad
impuesta hasta el momento. Sileoni, por otro lado, confía en el principio de “ Irreversibilidad del tiempo”, lo
que pasó pasó y no volverá a ser como antes. Tonucci propone algunas cuestiones, es el “buen maestro”
aquel que incomoda, complica y propone un cambio. La escuela como taller, como laboratorio, pretende
romper el formato panóptico de la organización espacial. Además, un acuerdo socioeducativo, de cuatro
patas: la familia, la escuela, el municipio y si…, los niños, basándose en el art. 12 de la Convención de los
Derechos del Niño. Todo esto nos invita a pensar que continuidades y rupturas hubo en el retorno a clases
presenciales. ¿Qué de todo lo pensado se pudo poner en práctica? El retorno a la presencialidad (plena) tiro
por tierra todo el esfuerzo educativo en lo virtual, de repente las clases por Zoom se dejaron a un lado, la
frase “la tecnología llego para quedarse” lejos estuve de ser cierta, de ambos lados del binomio, tanto
estudiantes como docentes apelaban a la presencialidad con el discurso de la socialización de las y los
estudiantes. Sin más, se volvió a lo anterior. Sin embargo, hay algo que sigue haciendo ruido, y es que tanto
en la virtualidad como en la vuelta a clases presenciales los sectores vulnerables salieron desfavorecidos ,
primero por la brecha tecnológica y falta de conectividad y segundo por lo que plantea Sileoni, gran cantidad
de jóvenes de escuelas estatales ¿estarán allí cuando volvamos? Pertinente referencia a la interrupción de
las trayectorias educativas. De aquí en más, nuestro rol se afianza como agentes de Estado a garantizar el
derecho no solo a la inclusión del sistema educativo sino a mantener las trayectorias y favorecer el egreso,
sin perder de vista la calidad educativa.

Bibliografía:

 Alliaud, A. (2017) “Los Artesanos de la Enseñanza”, Editorial Paidós, Buenos Aires – Argentina.
 Cols, E. (2008) “La formación docente inicial como trayectoria”, Documento de trabajo realizado en
el marco del Ciclo de desarrollo Profesional de Directores, INFoD, Buenos Aires – Argentina
 Foucault, Michel. (2009). Vigilar y Castigar. El nacimiento de la prisión. México. Ed. Siglo XXI editores.
 Ranciere J. (2002) “El Maestro Ignorante”, Editorial Alertes, Barcelona.
 Video-conferencia “Educación, Cuarentena Y Después” (2020) https://youtu.be/rUx36aEmMFU ,
Quilmes Educa TV, Buenos Aires – Argentina.

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