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Colegio Madre María Eugenia

“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, el que come de este Pan,
vivirá para siempre”. Jn 6, 51.

Sábado 21 de agosto de 2021.

ENTRADA:

Sean todos bienvenidos a esta fiesta, en esta tarde, nos hemos reunido con
alegría para celebrar la Eucaristía en la que, estos niños y niñas que a lo largo
de este año se han preparado, han superado dificultades vividas ante la
pandemia y han perseverado, hoy por primera vez, recibirán a Cristo en la
Sagrada Comunión.
Es un día muy especial para ellos, para sus familias y para la Comunidad
Educativa del Colegio Madre María Eugenia.
Este también un momento para que nosotros renovemos nuestra fe en la
presencia real de Jesucristo, presente en el Pan y en el Vino, damos gracias a
Jesús por sus familias y catequista que hemos acompañado con mucho amor
este proceso de Formación Cristiana.

Con alegría, iniciemos esta solemne Eucaristía. Nos ponemos en pie para
recibir a los niños y al sacerdote.

RITO DE ENTRADA

SALUDO:

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo


R: Amén.

La Gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del


Espíritu Santo estén con todos ustedes.
R: Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL:

Pidamos perdón a Dios Padre por nuestros pecados y los del mundo entero.
Que permitamos la entrada de la Luz de Dios en nuestros corazones, y
pidiendo perdón renovemos nuestra amistad con Jesús.

Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes hermanos que he pecado


mucho de pensamiento, palabra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a
ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor AMEN,

S: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros


pecados y nos lleve a la vida eterna.
R: Amén.

Ten piedad

ORACION COLECTA:

S: Señor, tu que recibiste con especial cariño a cuantos niños se acercaban a


Ti, recibe con bondad la sencillez de estos hijos tuyos que vienen por primera
vez a recibir Tu cuerpo y Tu Sangre. Defiéndelos de todos los peligros del
cuerpo y alma, y guárdalos siempre en Tu Amor. Te lo pedimos por nuestro
Señor Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. R: Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA.

MONICION:
Dios alimentó desde siempre a su Pueblo. A Israel le otorgó el Maná para que
pueda avanzar en medio del desierto. A nosotros nos ha dado a su propio Hijo,
Jesucristo, presente en el Pan y en el Vino de la Eucaristía, para que
caminemos y alcancemos el premio del Reino de los cielos. Escuchemos
atentos la primera lectura.

PRIMERA LECTURA: Éste es el pan que el Señor les da por alimento”.

Lectura del Libro del Éxodo 16, 2-4. 12-15


En aquellos días, toda la comunidad de los hijos de Israel murmuró contra
Moisés y Aarón en el desierto, diciendo: “Ojalá hubiéramos muerto a manos del
Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos
pan hasta saciarnos. Ustedes nos han traído a este desierto para matar de
hambre a toda esta multitud”. Entonces dijo el Señor a Moisés: “Voy a hacer
que llueva pan del cielo. Que el pueblo salga a recoger cada día lo que necesita,
pues quiero probar si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los
hijos de Israel. Diles de parte mía: ‘Por la tarde comerán carne y por la mañana
se hartarán de pan, para que sepan que yo soy el Señor, su Dios’”.

Aquella misma tarde, una bandada de codornices cubrió el campamento. A la


mañana siguiente había en torno a él una capa de rocío que, al evaporarse,
dejó el suelo cubierto con una especie de polvo blanco semejante a la escarcha.
Al ver eso, los israelitas se dijeron unos a otros: “¿Qué es esto?”, pues no
sabían lo que era. Moisés les dijo: “Éste es el pan que el Señor les da por
alimento”.
Palabra de Dios.
R: Te Alabamos Señor.

MONICIÓN AL SALMO
Dios nos regala un pan que nos hace estar siempre vivos por dentro. Ese pan
es Jesús. Por eso le pediremos junto al salmista: R. Danos, Señor, el pan de la
vida.

SALMO 144
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, Que te bendigan todos tus fieles;
Que proclamen la gloria de tu reino, Que den a conocer tus maravillas. R/
Danos, Señor, el pan de la vida.

Los ojos de todos Te están aguardando, Tú les das la comida a su tiempo;


Abres tu mano generosa, Y sacias de favores a todo viviente. R/ Danos, Señor,
el pan de la vida.

El Señor es justo en todos sus caminos, Es bondadoso en todas sus acciones;


Cerca está el Señor de los que lo buscan, De los que lo invocan sinceramente.
R/ Danos, Señor, el pan de la vida

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA


Cuando participamos de una misma mesa y de un mismo pan, nos sentimos
más unidos. San Pablo nos lo dice en este pasaje que vamos a escuchar.
Cuantos comemos del mismo pan, que es Jesús, quedamos tan unidos con Él
que formamos un solo cuerpo. Escuchemos atentos la segunda lectura.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (10, 16-
17)

Hermanos: El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la


sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de
Cristo?
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo
cuerpo, porque comemos todos del mismo pan. Palabra de Dios.
MONICIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Cuando partimos nuestro pan con los demás, les damos algo de lo nuestro que
nos hace vivir. Este gesto o signo hizo Jesús en la última Cena para decir a sus
discípulos que entregaba su vida por nosotros.
Cada vez que celebramos la Misa, el sacerdote recuerda el gesto de Jesús, parte
el pan que es Jesús y nos lo entrega. Cuando lo comemos, Jesús nos une a Él,
nos da su vida y podemos vivir compartiendo nuestra vida y nuestras cosas
con los demás.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas (22, 14-16. 19-20)

Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: «He deseado
enormemente comer esta comida pascual con ustedes, antes de padecer,
porque les digo que ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino
de Dios».
Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía».
Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo: «Esta copa es la nueva
alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes».
Palabra del Señor.

RITO PARA ENCENCER LA VELA

Sacerdote: Queridos niños y niñas, este Cirio Pascual que hoy encuentra
encendido delante del Altar, representa a Jesús resucitado.

En el día de su bautismo, Jesús empezó a iluminar sus corazones. Por eso el


sacerdote entregó a sus papás y padrinos una vela que significa la luz de
Cristo. A lo largo de estos años ustedes han ido conociendo en qué consiste ser
cristianos y amigos de Jesús.

Ahora ustedes mismos van a recibir esa Luz, para decirles a todos que Cristo
es la Luz que ilumina nuestra vida y nos enseña el camino para llegar al cielo.

Monitor: En este momento se pasara a encender las velas del Cirio Pascual y
pasarán la luz a todos los niños y niñas.

RENOVACION DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO

Sacerdote: Queridos niños y niñas, cuando eran pequeños, sus papás y


padrinos prometieron en su nombre que ustedes renunciaban al mal, al
egoísmo y a la mentira y que iban a seguir a Jesús y sus enseñanzas. Hoy que
ya son más grandes y se encuentran aquí porque quieren recibirlo por primera
vez en la Comunión, los invito a que todos juntos renovemos las promesas de
nuestro bautismo y hagamos personalmente la profesión de nuestra fe católica.

Sacerdote: ¿Están ustedes dispuestos a luchar contra el pecado, que se


manifiesta entre otras cosas en el egoísmo, la envidia, la venganza y la
mentira?
Todos: Sí, estoy dispuesto.

Sacerdote: ¿Están ustedes dispuestos a perdonar a quienes los ofendan, a


amar incluso a quienes no los quieren bien, a ayudar a quienes los necesitan
aunque no sean sus amigos?
Todos: Sí, estoy dispuesto.

Sacerdote: ¿Creen ustedes en Dios, Padre Todopoderoso, creador del Cielo y de


la Tierra?
Todos: Sí, creo.

Sacerdote: ¿Creen ustedes en Jesucristo, su Único Hijo, Nuestro Señor, que


nació de Santa María, Virgen, murió, fue sepultado, resucitado de entre los
muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Todos: Sí, creo.

Sacerdote: ¿Creen en el Espíritu Santo. Señor y Dador de Vida?


Todos: Sí, creo.

Sacerdote: ¿Creen ustedes en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los


Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la
Vida Eterna?
Todos: Sí, creo.

Todos: Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de


profesar en Jesucristo Nuestro Señor

Sacerdote:
Dios nuestro Padre conserve estas promesas y las haga fructificar, para que
llenos de sus bendiciones y de su gracia puedan ser verdaderos cristianos.

Todos: Amén.

ORACION DE LOS FIELES.

1. Por el Papa Francisco, por nuestros Obispos y Sacerdotes, para que les
concedas mucha sabiduría en la misión que les has confiado. Roguemos
al Señor.
2. Te damos gracias Señor, por la Comunidad Educativa de la Asunción,
por la herencia recibida de Santa María Eugenia y por tantas personas
que han acompañado a la niñez y juventud, bendice a la Congregación
con vocaciones religiosas para que continúen haciendo presente tu Reino
de amor. Roguemos al Señor.

3. Por nosotros, niños y niñas que recibiremos a Jesús por primera vez,
para que nunca nos olvidemos de este momento y seamos ejemplo de fe
para los demás. Roguemos al Señor

4. Por nuestros padres y catequistas que nos acompañan en este día, para
que sean ejemplo de fe y alegría. Roguemos al Señor

PETICIONES DE LOS PADRES:

5. Pidamos al Señor para que nosotros, como padres de estos niños,


seamos responsables de la educación de su fe y nos comprometamos a
hacer un mundo más justo. Roguemos al Señor.

6. Por nosotros, para que recordando nuestra primera comunión sepamos


renovar nuestros compromisos cristianos. Roguemos al Señor.

Sacerdote: Que tu Corazón de Padre acoja todas estas peticiones. Que Tú Hijo
Jesús viva entre nosotros y se haga realidad tu Reino en la tierra. Por
Jesucristo nuestro Señor
R: Amén.

PROCESIÓN DE OFRENDAS

Flores: Te presentamos Señor estas flores variadas que representan a nuestros


miembros de la familia que desde el cielo acompañan con amor a estos niños y
niñas que hoy recibirán a Jesús.

Uvas: Te presentamos Señor estas uvas, símbolo de unidad, amistad y alegría.

Pan: Te presentamos Señor este pan, símbolo de fuerza y de vida.

Frutas: Te presentamos Señor estas frutas son símbolo de la gratuidad de la


naturaleza, junto con ellas ofrecemos nuestros deseos de agradar a Dios con
nuestro testimonio de vida.
NÚCLEO FAMILIAR: Te presentamos Señor este núcleo familiar que
representa a las familias que han cultivado y fortalecido la fe de sus hijos e
hijas.

VINAJERAS Y COPÓN: En un día como hoy se nos recuerda que el pan es


para compartirlo, por eso te presentamos este pan y este vino para que se
conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesús y podamos recibirlo en esta
Eucaristía.

LITURGIA EUCARISTICA.
Sacerdote: Bendito seas Señor, Dios del Universo, por este pan, fruto de la
tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te
presentamos, él será para nosotros pan de vida.
R: Bendito seas por siempre Señor.

S: Bendito seas Señor, Dios del Universo, por este vino, fruto de la vid y del
trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos,
él será para nosotros bebida de salvación.
R: Bendito seas por siempre Jesús.

S: Oremos hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable
a Dios Padre Todopoderoso.

R: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de


su nombre, para nuestro bien y el de toda la Santa Iglesia.

ORACION.

S: Recibe Señor las ofrendas que te presentamos, son pruebas de nuestra


gratitud por el más precioso don que podemos recibir; Tu hijo Jesucristo. Te
rogamos que este mismo pan que te ofrecemos se convierta para nosotros hoy
en el Pan de Vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R: Amén.

PREFACIO

S: El Señor esté con ustedes.


R: Y con tu espíritu.
S: Levantemos el Corazón.
R: Lo tenemos levantado hacia el Señor.

S: Demos gracias al Señor Nuestro Dios.


R: Es justo y necesario.

S: En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias,


Padre Santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, Tu Hijo amado.
El cual, en la última Cena con los apóstoles se ofreció a ti como cordero sin
mancha, para perpetuar su pasión salvadora y tú lo aceptaste como sacrificio
de alabanza perfecta.
Con este sacramento, alimentas y santificas a sus fieles, para que lo s hombres
que habitan un mismo mundo, una misma fe los ilumines y los una un mismo
amor. Así pues nos acercamos a tu mesa, para que penetrados por la gracia de
ese admirable misterio nos transformes en imagen de tu Hijo.
Por eso, Señor todos tus criaturas, en el cielo y en la tierra te adoran cantando
un cántico nuevo, y también nosotros, con los ángeles te aclamamos por
siempre, diciendo, Santo…

PLEGARIA EUCARISTICA

S: Santo eres, en verdad Señor fuente de toda santidad, por eso te pedimos que
santifiques éstos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para
nosotros Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor.
El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada,
tomo pan, dándote gracias lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado
por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz y dándote gracias de nuevo lo
pasó a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque este es el Cáliz de mi Sangre, Sangre


de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos
los hombres para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.

Este es el sacramento de nuestra fe.

Anunciamos tu muerte, Proclamamos tu resurrección,¡Ven Señor Jesús!.

S: Así pues Padre, al recordar ahora la muerte y Resurrección de tu Hijo, te


ofrecemos el Pan de Vida y el Cáliz de Salvación y te damos gracias porque nos
haces dignos de estar en tu Presencia. Te pedimos que el Espíritu Santo
congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo.

Acuérdate Señor de tu Iglesia, extendida por toda la tierra, y con el Papa Juan
Pablo II, con nuestro Obispo, sus obispos auxiliares y todos los pastores que
cuidan de tu pueblo, llévala a la perfección por la caridad.

Acuérdate también de nuestros hermanos que se durmieron en la esperanza de


la Resurrección, en especial de los familiares de éstos niños que hacen hoy su
primera comunión, y de todos los que han muerto en tu misericordia,
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros, y así con María la Virgen Madre de Dios,
los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos,
merezcamos por tu Hijo Jesucristo compartir la vida eterna y cantar tus
alabanzas.

Por Cristo con Él y en Él a Ti Dios Padre Todopoderoso, en unidad del Espíritu


Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
R: Amén.

RITO DE COMUNION.

S: Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza nos


atrevemos a decir: Padre nuestro…

S: Líbranos de todos los males, Señor y concédenos la paz en nuestros días,


para que ayudados por tu misericordia vivamos siempre libres de pecado y
protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la venida gloriosa de
Nuestro Salvador Jesucristo.

R: ¡Tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria por siempre Señor!

NOS DAMOS LA PAZ.

S: Hermanos antes de acercarnos a recibir el cuerpo de Cristo, vamos a


reconciliarnos unos con otros y a darnos un signo exterior de esa paz que
mutuamente nos deseamos
Señor tu que dijiste a tus apóstoles. “Mi paz les dejo, mi paz les doy”, no tengas
en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y conforme a tu palabra,
concede la paz y la unidad. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amen
S: La paz del Señor esté siempre con ustedes.
R: Y con tu espíritu.
S: Démonos fraternalmente el saludo de la paz.

FRACCION DEL PAN


S: Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los
invitados a la cena del Señor.

R: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya
bastará para sanarme.

MONICIÓN ANTES DE LA COMUNIÓN


En este momento, los niños y niñas, se irán acercando de manera ordenada a
los reclinatorios y de rodillas, tras responder «Amén» al sacerdote, comulgarán
reverentemente el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Los demás pasaremos a comulgar después de ellos.
COMUNION.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION


S: Señor que la Hostia que hemos recibido en comunión nos permita
permanecer unidos a ti y dar frutos que siempre permanezcan, por Jesucristo
nuestro Señor.
R: Amén.

DESPEDIDA.
S: El Señor este con ustedes
R: Y con tu espíritu
S: La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda
sobre ustedes.
R: Amén.

Vayan en paz a servir y amar a los demás, nuestra Celebración ha terminado


R: Demos gracias a Dios.

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