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El Girasol

¿Cómo funcionan los girasoles?

Los girasoles son plantas hermosas que parecen estar siempre mirando al sol. ¿Cuál es su
secreto? ¿Cómo lo hacen? Y, ¿por qué? En su reloj interno está la respuesta.

Imaginemos un tranquilo paseo bajo el sol, con las chicharras de fondo. A nuestro lado, un
inmenso campo de girasoles, amarillos y verdes mira hacia el sol de media tarde. Al otro lado
del camino, un campo de las mismas flores, pero con el tallo bastante más grande, mira hacia
levante. "Qué curioso", pensamos mientras seguimos caminando en el dorado de una tarde de
verano. Los girasoles son famosos por el curioso "comportamiento" de seguir al sol. Pero, ¿por
qué ocurre esto? ¿De qué manera funciona? Vamos a verlo.

Así Crecen los Girasoles

El girasol, Helianthus annuus, es una planta de la familia de las asteráceas procedente de


América Central. Sus propiedades oleaginosas y su belleza la han extendido por todo el
mundo. Pero estas son solo algunas de sus increíbles propiedades. Todas las plantas tienen
diversos juegos de hormonas destinados al correcto crecimiento celular. Gracias a las mismas
sus tejidos crecen, se engrosan o se endurecen según estas señales de origen fisiológico.
Muchas de estas hormonas son muy conocidas e incluso utilizadas en la industria
agroalimentaria. Una de esas hormonas es la auxina. Conocida como hormona del crecimiento,
la auxina se encarga señalar a la célula que debe multiplicarse de forma que la planta puede ir
creciendo. La auxina aparece en los tejidos de la planta en crecimiento de forma natural. Pero
es inhibida por la luz. Por tanto, cuando la luz da en una parte del tejido de la planta, esta deja
de producir auxina, acumulándose en las partes a oscuras.

El fototropismo hace que la planta crezca hacia la luz gracias a una hormona llamada auxina.
Esto produce un crecimiento en estas otras partes, de manera que la planta va creciendo hacia
la luz. A este fenómeno se le denomina fototropismo y es precisamente lo que ocurre con los
girasoles en crecimiento. Al darle la luz en cierta parte del tallo, crece más el tejido a oscuras
por la acumulación de estas hormonas. Así, la flor va girando "mirando" hacia el sol. Esto
ocurre de la siguiente manera: por la mañana la parte que mira al este, iluminada por el sol,
crece menos que la parte que mira al oeste, provocando el giro de la flor. Por la noche, ocurre
al revés, devolviendo la planta a su posición. Para que esto ocurra existen varios genes
implicados en el proceso. Pero claro, un detalle importante: esto solo ocurre cuando los
girasoles están en crecimiento. Cuando los girasoles han alcanzado la "madurez", se quedan
mirando hacia levante hasta el fin de sus días.

El Reloj Circadiano de los Girasoles

Pero este no es el único secreto de los girasoles. Un reciente estudio sobre estas plantas
muestran un hecho fascinante: presentan un reloj circadiano, como los animales, con el que
reaccionan a las distintas fases del día. La evidencia la han encontrado en el hecho de que los
girasoles "anticipan" la dirección del sol, de manera que comienzan a producir hormonas
estimulando el crecimiento para que la flor comience "mirando al este" siga el curso del sol y
termine encarando al oeste para volver a comenzar. Así, los girasoles emplean dos
mecanismos de crecimiento: el propio de la luz que comentábamos; y otro también controlado
por la dirección de la luz, pero regulado por el reloj circadiano de la planta. Mientras que unos
genes se expresan más durante el día, otros lo hacen por la noche, controlando el crecimiento.
Mientras que nuestro reloj circadiano se sitúa en nuestro cerebro, controlado por el sistema
nervioso central y según los estímulos (como la luz), las plantas poseen su reloj "en todo el
cuerpo de la planta". Son estos genes los que marcan los ritmos, además de los mecanismos
clásicos de las plantas para crecer. Solo de esta manera el girasol puede controlar
perfectamente el movimiento coordinado con el sol. Pero, a todo esto, ¿por qué le interesa a
un girasol estar siempre de cara al astro que nos ilumina cada día? Aunque la pregunta peca de
ser un poco... "lamarckista", y la naturaleza no hace las cosas por razones concretas, existe un
fundamento.

¿Por qué los girasoles miran al sol?

La respuesta es... la polinización. Vamos por partes. Cuando llegan a su madurez los girasoles
se quedan mirando hacia el este. Esto asegura que se calienten más por las mañanas.
Especialmente su flor. ¿Y para que les sirve? Para que sean polinizados más fácilmente. Las
abejas y otros insectos prefieren las plantas más calientes. Su visión e infrarrojo detecta más
fácilmente las plantas que despiden más calor de manera que los girasoles que miran hacia el
este son más "atractivos" para los insectos que los que miran al oeste.

Como el resto de seres vivos en la superficie de la Tierra, los ritmos están marcados por el día y
la noche. La manifestación de los girasoles es tan solo una más, interiorizada por un complejo
reloj hormonal que, en conjunto, termina dándole una ventaja a la planta. Un conjunto de
pequeños cambios que van desde lo más pequeño hasta un gran campo lleno de hermosos
girasoles girando, como en una danza, a lo largo del día bajo el sonido de las chicharras.

Sacado de: https://hipertextual.com/2016/08/girasoles

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