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Marco Teórico Fundamentos Teóricos

Adolescencia

Jean Piaget, considerado como representante del enfoque cognitivista, quien enmarca su

trabajo en el desarrollo psíquico, poniendo énfasis específicamente en el desarrollo

intelectual (Domínguez, 2008; Lozano, 2014; Pérez-Luco, et al., 2014). Aquí, cobra

relevancia “la conquista de las operaciones formales”, donde el pensamiento abstracto,

hipotético y deductivo sería el que se relaciona estrictamente con la adolescencia, ya que

se comienza a complejizar la concepción del sí mismo y del mundo (Domínguez, 2008;

Lozano, 2014; Pérez-Luco, et al., 2014).

El modelo ecológico, donde se plantea que para el entendimiento de la adolescencia,

deben integrarse “(…) las diferentes influencias sociales, desde los múltiples contextos

interactuantes, aportando una comprensión más sistémica y multicausal (circular) al

proceso adolescente en diferentes familias, comunidades y culturas” (Bonfenbrener en

Pérez-Luco, et al., 2014, p. 20). Asimismo, dicho modelo va más allá del desarrollo de

la personalidad y apunta a investigar factores y contextos de riesgo, como también

aquellos elementos que facilitan un adecuado desarrollo en la adolescencia; propone

además el estudio particular de los adolescentes en contextos específicos del desarrollo

y así dejar de considerar la adolescencia de forma general y abstracta (Bonfenbrener en

Pérez-Luco, et al., 2014). Sumado a lo anterior, Rice (2000) agrega la importancia que ha

tenido la influencia de las comunicaciones –la llamada revolución informática-donde se

presenta al adolescente una sociedad cada vez más impersonal.

Cuando existen condiciones que vulneran al adolescente como de pobreza, sumado a la

fragilidad emocional, característica de este periodo de vida, donde están habitualmente

presentes la ansiedad y la depresión, además de precarios recursos personales orientados

a la adaptación social (OMS; Ávila, Jiménez-Gómez y González en Pérez-Luco, et al.,

2014).
Habilidades sociales

Según Caballo (2005) las habilidades sociales son un conjunto de conductas que permiten

al individuo desarrollarse en un contexto individual o interpersonal expresando

sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de un modo adecuado a la situación.

Mediante distintos estudios que se han realizado, se señala que las habilidades sociales

inciden en la autoestima, en la adopción de roles, en la autorregulación del

comportamiento y fundamentos en humanidades, entre otros aspectos, tanto en la infancia

como en la vida adulta. Esto es relevante, porque tiene gran influencia en distintos

ámbitos, como lo es el escolar, el familiar y el social (Betina y Contini, 2011).

Desarrollo social

Primeramente es necesario comprender que es el desarrollo social. De acuerdo con James

Midgley el desarrollo social es “un proceso de promoción del bienestar de las personas

en conjunción con un proceso dinámico de desarrollo económico”. Entonces, se entiende

por desarrollo social es un proceso que dirige al mejoramiento de lascondiciones de vida

de toda la población o sujetos en diferentes ámbitos como la salud, educación, nutrición,

vivienda, vulnerabilidad, seguridad social, empleo, salarios. Implica también la reducción

de la pobreza y la desigualdad.

El desarrollo social tiene lugar en el contacto e interacción con los que le rodean. Ese

desarrollo está estrechamente vinculado a los progresos intelectuales; el conocimiento

social, es la base de las conductas y logros en las relaciones sociales


El niño es un ser eminentemente social, necesitado de la presencia de otras personas para

su desarrollo. Es influenciado por la presencia y actuación de los demás y, a su vez,influye

y determina el comportamiento de los otros hacia él.

Los niños nacen ya con la necesidad y el deseo de relacionarse con las cosas a su

alrededor. Cuando los maestros, profesionales médicos, padres y cuidadores establecen

relaciones positivas con los niños desde el nacimiento y durante sus primeros años de

vida, y valoran sus distintas culturas e idiomas, los niños se sienten seguros, sentando

así la base para el desarrollo de la salud social y emocional. Este proceso afecta cómo los

niños conocen el mundo, se expresan, manejan sus emociones y establecen relaciones

positivas con otros.

Cada niño es único en experiencias, capacidades y necesidades. Los niños vienen de

familias y comunidades diversas y traen perspectivas y virtudes culturales y lingüísticas

enriquecidas. También vienen con enfoques y necesidades de aprendizaje diferentes a

otros. Por ejemplo, un niño puede tener una necesidad especial, retraso , mientras que

otro puede estar experimentando estrés en su hogar o comunidad causada por muchos

factores como; la violencia, trauma, abuso o negligencia. Hay que entender, comprender

y tener en cuenta las necesidades específicas de cada niño y saber el nivel de su desarrollo

puede ayudarle a ajustar su cuidado, ambiente y actividades cotidianas.

El desarrollo social y emocional envuelve varias áreas interrelacionadas de desarrollo,

incluyendo la interacción social, la conciencia emocional y la autorregulación.

Expresión y reconocimiento de emociones


El reconocimiento de emociones forma parte de lo que llamamos cognición social

(Adolph, 2001). Borod et al. (2000) mencionan que se encuentra dentro de la

comunicación social, debido a que el reconocimiento de las emociones implica la

integración de señales no verbales y verbales, incluyendo expresiones faciales, gestos

corporales, claves contextuales y prosodia verbal.

Desde la perspectiva del neurodesarrollo, los niños entre 4 y 7 meses son capaces de

identificar emociones de alegría y tristeza, cerca de los 10 años alcanzarán un nivel de

competencia equiparable al adulto y a partir de allí irá desarrollando el reconocimiento

de emociones complejas. La capacidad de inferir emociones a través de las expresiones

faciales es crítica para interpretar señales sociales importantes durante la conversación

El rostro provee información importante sobre las emociones, aunque debe considerarse

que la cultura influencia tanto en la etiqueta verbal que se designa, como en las reglas

culturales que se apliquen a la expresión (Hampson, van Anders, & Mullin, 2006), por

lo que una expresión puede llamarse «universal» no porque sea innata, sino por el

aprendizaje constante de la cultura (Izard, 1994; Matsumoto & Ekman, 2009; Matsumoto

et al., 2000).

Cada una de las emociones que se vivencian tiene una función determinada, permitiendo

que la persona realice la conducta apropiada para cada situación (Chóliz, 2005). Al

respecto, Reeve postula que la emoción tiene tres funciones principales: las adaptativas,

sociales y motivacionales (Chóliz, 2005).

Las funciones adaptativas tienen relación con preparar al organismo para un

determinado tipo de conducta según la exigencias del medio, movilizando la energía


necesaria y dirigiendo la conducta a un objeto determinado (Chóliz, 2005). De esta

manera, las emociones cuentan con un alto valor adaptativo, destinado a mejorar la

supervivencia, mediando entre la naturaleza biológica y el contexto a través de la

autorregulación (Greenberg y Paivio, 2000)

Las funciones sociales de la emoción se vinculan con facilitar la realización de conductas

apropiadas, generando expectativas acerca del comportamiento de los demás, de manera

que los sujetos puedan anticiparse y lograr procesos de relación interpersonal exitosos

(Chóliz, 2005). Izard (en Chóliz, 2005, p. 5) destaca entre otras las siguientes funciones

sociales de las emociones: “Facilitar la interacción social, controlar la conducta de los

demás, permitir la comunicación de los estados afectivos o promover la conducta

prosocial”. De esta manera, se puede señalar que las metas perseguidas por lasemociones

se relacionan directamente con la regulación de los vínculos sociales, es decir, cuando se

siente una emoción concreta la forma de actuar frente a los demás obedecerá a esta,

constituyendo las estructuras que guían nuestras relaciones con los demás (Greenberg y

Paivio, 2000).

Las emociones también funcionan regulando a los otros “En las relaciones interpersonales

la emisión y lectura constante de estados emocionales, específicamente a través de la

expresión facial, informa y regula en gran medida la interacción (Greenberg y Johnson

en Greenberg y Paivio, 2000, p. 40).

El reconocimiento de expresiones faciales emocionales (REFE) es un proceso queimplica

percibir la expresión, hacer una categorización y formación del concepto previo para cada

una de las emociones, mientras la percepción de una expresión facial involucra la

observación de cómo se muestra la expresión en el rostro (Adolphs, 2002a;


McClure, 2000). Se han propuesto seis expresiones universales de una emoción: enojo,

miedo, tristeza, alegría, asco y sorpresa (Ekman, 1972, 1994; Ekman, Friesen, & Ancoli,

1980; Ekman & Oster, 1979; Izard, 1971; Matsumoto, Keltner, Shiota, O’Sullivan, & Frank,

2008; Matsumoto & Hwang, 2011).

Autonomía

Kant decía que la autonomía de la voluntad es el único principio de todas las leyes morales

y de los deberes conforme a ellas; toda heteronomía del albedrío, en cambio, no sólo no

funda obligación alguna, sino que más bien es contraria al principio de la misma y de la

moralidad de la voluntad (Martínez Muñoz, 2007).

La autonomía es un concepto de la filosofía y la psicología evolutiva que expresa la

capacidad para darse normas a uno mismo sin influencia de presiones externas o internas.

Se opone a la heteronomía que en este caso vendría a ser la ausencia de la autonomía de

la voluntad, que se rige por un poder externo. Entonces podemos decirque autonomía

se refiere a la regulación de la conducta por normas que surgen del propio individuo.

Autónomo es todo aquél que decide conscientemente qué reglas son las que van a guiar su

comportamiento.

Bibliografía

Adolphs, R. (2001). The neurobiology of social cognition. Current opinion inneurobiology,


11(2), 231-239.

Borod, J. C., Pick, L. H., Hall, S., Sliwinski, M., Madigan, N., Obler, L. K. & Morrison, C.
(2000). Relationships among facial, prosodic, and lexical channels of emotional
perceptual processing. Cognition & Emotion, 14(2), 193-211
Caballo, V. (2005). Manual de Evaluación y entrenamiento de las habilidadessociales. (6°
Edición). Madrid: Siglo XXI.

Hampson, E., van Anders, S. M., & Mullin, L. I. (2006). A female advantage in the
recognition of emotional facial expressions: test of an evolutionary hypothe-sis.
Evolution and Human Behavior, 27, 401-416.
dx.doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2006.05.002

Izard, C. E. (1994). Innate and Universal Facial Expressions: Evidence from developmental
and Cross-cultural Research. Psychological Bulletin, 115(2), 288-299.
DOI:10.1037//0033-2909.115.2.288

Mariano Chóliz (2005): Psicología de la emoción: el proceso emocionalwww.uv.es/=choliz

Martínez Muñoz, J. (2007). eprints.ucm.es. Obtenido de


https://eprints.ucm.es/id/eprint/11331/1/Autonomia.pdf

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