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Recursos Humanos
Gestión estratégica de los Recursos
Humanos
0. Ayuda
Objetivos
6. Bibliografía
Bibliografía
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Objetivos
Procesos para organizar, recompensar, desarrollar, retener y auditar a las personas.
Objetivo General
Objetivos Específicos
En esta misma línea, González (1988) destaca la importancia del ajuste entre las estructuras
organizativas, los sistemas y procesos que vinculan las diferentes áreas con las personas que
las integran. De ahí que la función estratégica de la Dirección de RRHH deba colaborar, al
igual que las restantes áreas funcionales de la organización, en la implantación de las
acciones que marcan las directrices estratégicas de la compañía.
Albizu y Lertxundi
Dyer
Dyer (1985ª, 156-158), propone, desde una visión organizacional, una serie de
directrices que debería asumir la Dirección los Recursos Humanos, para incorporar la
función estratégica entre sus roles de actuación:
De acuerdo con la propuesta de Gómez Mejía et al. (1997), debe existir una coherencia y
adecuación entre las estrategias de RRHH, las estrategias organizativas, el entorno
empresarial, las características organizativas (cultura, estructura, recursos, etc.) y las
capacidades organizativas. De esta forma añadiremos valor a la estrategia de la compañía,
logrando así mejores resultados y un mejor posicionamiento en el mercado.
(Fuente: Gómez Mejía, L.R; Balkin, D.B y Cardy, RL (1997) Gestión de Recursos Humanos, Pretece hall, pg.59)
1.2. Elementos clave que convierten en estratégica la
Dirección de Recursos Humanos
En la literatura encontramos un conjunto de elementos claves que añaden valor a la función
de la Dirección de RRHH desde un punto de vista estratégico. Albizu y Lertxundi (2011, p.
281-283), recogen aquellos elementos que han presentado un mayor consenso:
a. “La convicción de que las personas son un recurso estratégico para la generación de
ventajas competitivas; por ello se considera que la gestión de RRHH es clave en la
consecución de los objetivos estratégicos”.
b. “La orientación de los planes hacia el largo plazo”. Como apuntan estos dos autores, el
planteamiento hacia el largo plazo ha marcado un antes y un después en el desarrollo
de área de RRHH, ya que el diseño de un plan a corto, medio y largo plazo, incorpora
una perspectiva que añade valor a la gestión de los RRHH.
c. “La interacción entre la gestión de los RRHH y los procesos estratégicos empresariales. Es
decir, debe existir una fuerte interdependencia y coordinación entre las diferentes políticas
y actividades funcionales de RRHH, y de todas las prácticas de RRHH con la estrategia de
la organización, respectivamente”.
d. “Los mandos de línea deben jugar un importante papel como elementos de transformación
estratégica de la función de RRHH y, por tanto deben tener mayores responsabilidades,
especialmente en áreas como: empleo, desarrollo de RRHH, gestión de RRHH y economía”.
1.3. Evolución del rol del Director de Recursos
Humanos
El cambio de rol que el director de RRHH ha experimentado en los últimos años se debe, no
sólo a la necesidad de formar parte en la toma de decisiones estratégicas y tácticas, sino por
adaptarse a los nuevos paradigmas empresariales que marcan las nuevas tendencias.
Por ejemplo, los cambios tecnológicos que están experimentando las organizaciones, junto
con la inmersión de las redes sociales corporativas en el seno de las mismas, ha contribuido
al desarrollo de procesos que articulen la gestión del conocimiento a escala global.
Así pues, a los objetivos de atraer, desarrollar y motivar a los trabajadores, se les suma la
necesidad estratégica de gestionar el talento que garantice, no solo la supervivencia de la
empresa sino preservar su principal ventaja competitiva.
Albizu, Lertxundi y Basterretxa (2011, p. 77), se recogen en el siguiente cuadro los nuevos
roles que el responsable/director de RRHH ha de asumir:
Creación de un entorno y cultura apropiados para que los
Gestor del capital Humano empleados quieran contribuir con sus habilidades, ideas y su
energía a la organización.
Al igual que cualquier otra área de la organización, uno de los principales retos a los que se
enfrenta la Dirección de RRHH es el de aportar resultados a la organización, que añadan
valor a su gestión. Para ello es indispensable que las acciones y prácticas desarrolladas en
dicha área se integren dentro del negocio. A este respecto se han elaborado diferentes
perspectivas:
Esta perspectiva, también denominada de “mejores prácticas”, parte de una premisa, que
existen prácticas de RRHH cuya eficacia y beneficio es un hecho constado en los resultados
empresariales, con independencia del sector o mercado en el que opere la organización
(Becker, B. y Gerhart , 1996). Pfeffer (1998, p. 74), identificó siete mejores prácticas de
RRHH:
Seguridad en el empleo.
Contratación selectiva de nuevo personal.
Equipos autodirigidos y descentralización de la toma de decisiones como principios
básicos del diseño organizativo. Retribución comparativamente alta, contingente a los
resultados organizacionales.
Formación amplia.
Reducción de distinciones y obstáculos, incluyendo vestimenta, lenguaje, distribución
del centro de trabajo y diferencias salariales entre categorías.
Amplia participación de los distintos estamentos de la empresa en la información
financiera y de los resultados.
No obstante a pesar del intento de numerosos autores por identificar las mejores prácticas
de en materia de gestión y dirección de personas, no existe un acuerdo unánime.
Wood y Menezes (1998), destaca que una
de las críticas que ha suscitado esta
perspectiva es la de que no sólo las
empresas que estén gestionadas por
mecanismos que fomenten el alto
compromiso obtienen un alto desempeño,
ya que existen otros sistemas de control y
reducción de costes que también muestran
tener éxito.
2.2. Perspectiva Contingente
Nadfler y Tushman (1980, p.40), definen la congruencia como “el grado en el que las
necesidades, demandas, metas, objetivos y/o estructura de un componente son consistentes
con las necesidades, demandas, metas, objetivos y/o estructura de otro componente”.
A diferencia del enfoque propuesto por la perspectiva universalista, esta teoría parte de la
idea de que no todas las prácticas en materia de gestión de personas son aplicables a todas
las organizaciones, y que no todas obtienen los mismos resultados, ya que en su
implantación intervienen un conjunto de factores o variables que deben ser consistente con
otro tipo de variables relacionadas entre sí.
Este enfoque plantea, no sólo la necesidad de vincular los modelos de RRHH con las
variables organizativas y estratégicas, sino que además ha de existir una buena
coherencia interna entre ellos.
Enfoque contextual
Este enfoque pone el foco en factores externos contextuales que pueden influir en el
diseño e implantación de determinadas prácticas de RRHH y lo que es más importante
en los resultados recogidos tras su implantación.
3. Modelos explicativos en torno a la relación entre la
estrategia de negocio y la estrategia del capital humano
Son numerosas las escuelas del pensamiento estratégico que han contribuido al desarrollo
de teorías y modelos entorno a la vinculación que existe entre la estrategia de negocio y la
estrategia en materia de RRHH. Estos modelos nos ofrecen diferentes enfoque de cómo
deberíamos diseñar las diferentes fases del proceso de dirección estratégica de RRHH, en
base a la coherencia que ésta presente con de las directrices que marca la estrategia de la
compañía.
Como señalan Albizu y Lertxundi (2011, p. 297), los autores del modelo consideran que el
desempeño estará “condicionado, no sólo por las prácticas de gestión de RRHH, sino también
por:
la estrategia que proponga la empresa para dar respuesta a los cambios que se suceden en
el entorno,
la estructura de la que se dota la firma,
la definición de los puestos que realice para hacer frente a los retos que tienen planteados
el contexto concreto en el que se va a desenvolver”.
Torrington y Hall (1995), recogen una de las principales críticas que ha recibido este modelo,
el de enfocar la relación existente entre la estrategia empresarial y la estrategia de materia
de gestión de RRHH, desde un punto de vista unidireccional.
3.2. Modelo de la Escuela de Hardvard
El modelo de la Escuela de Harfvard, fue desarrollado por Beer et al. (1984), y como indican
Albizu y Lertxundi (2011, p. 297), “enfatiza en las especificaciones de los sistemas de relaciones
laborales acaecidos en el seno de la empresa y las variables “soft” del entorno empresarial como
elementos catalizadores de la Dirección Estratégica de RRHH, otorgando menor importancia, a la
secuencia de actuaciones que debe seguir la empresa para conseguir sus objetivos”.
Los elementos clave de este modelo en relación con la obtención de resultados derivados de
la gestión de los RRHH en la empresa son:
a. Grupos de interés
A tener en cuenta a la hora de definir que prácticas se han de llevar a cabo en materia de
gestión de RRHH.
En base al bienestar, tanto individual como social de todas las personas que intervienen
en la actividad empresarial, así como el nivel de eficacia organizacional conseguida.
Otra característica de este modelo, es la importancia que concede al papel del directivo en
el logro de resultados por parte de los diferentes grupos de interés.
Por último destacar, como indican Albizu y Lertxundi (2011, p. 298) la importancia que los
autores del modelo conceden a la influencia sobre la gestión de la empresa, de un conjunto
de factores de carácter sociológico (expectativas de los grupos de interés, características de
la mano de obra, paradigma directivo, evolución cuantitativa y cualitativa de los mercados de
trabajo, situación de los planteamientos sindicales, etc.) y cómo éstos a su vez, intervienen
en la capacidad de respuesta de adaptación de la empresa a su entorno.
Tal y como explican Albizu y Lertxundi (2011, p. 299) “el modelo parte
del análisis del entorno general y competitivo de la compañía, para
subsiguientemente, centrarse en la definición de las características
organizativas internas que, en buena lógica, deberían posibilitar el dar
respuesta a los cambios que se suscitan en el entorno empresarial”.
En la imagen podemos apreciar, cómo estas dos dimensiones se pueden clasificar a su vez en
compañías altas y bajas en relación a sus expectativas de crecimiento corporativo y en
relación al grado de preparación para implantar la estrategia empresarial.
Cuadrante I: Desarrollo
2011, p.301
4. El contexto interno de la empresa
En concreto, el análisis interno de los recursos humanos nos aporta información sobre las
capacidades de gestión y dirección de los mismos. Es decir, la capacidad que posee la
empresa para atraer, desarrollar y motivar a las personas que la integran.
Sastre y Aguilar (2003, p. 22- 23) han querido recoger el papel de los RRHH en la generación
de la ventaja competitiva, para ver esta tabla haz clic aqui (1) .
No obstante, no debemos perder de vista que las acciones que se llevan a cabo en materia
de gestión y dirección de personas están condicionadas por la capacidad financiera que
ostente la empresa. De ahí la importancia de una planificación a corto, medio y largo plazo,
de las políticas y acciones que deberá llevar a cabo el área de RRHH para preservar su
ventaja competitiva.
Landeta y Lertxundi (2011, p. 359), recogen en el siguiente cuadro las prácticas de alto
rendimiento de la Dirección de RRHH.
Por su parte el área de marketing, proporciona una información valiosa a la hora de traducir
sus estrategias a un lenguaje competencial.
Respecto a la capacidad de investigación, desarrollo, e incorporación de nuevas tecnologías,
el área de RRHH deberá gestionar el cambio cultural y organizativo, adaptando e
incrementando las competencias y habilidades necesarias entre los trabajadores.
d. Indentificar indicadores de
información relevante
Como hemos comentado en líneas anteriores, los objetivos del área de RRHH deben ser
congruentes y consecuentes con la estrategia de la compañía y con los objetivos de cada
una de las unidades de negocio, en especial de las operativas. De ahí la importancia de que
éstos sean consensuados con cada responsable de las diferentes áreas funcionales y
operativas que integran la organización.
Con esta forma de proceder, nos aseguraremos de poseer el apoyo, no sólo de la Dirección
General, sino las diferentes direcciones funcionales que integran la organización,
garantizando que la interdependencia existente entre el área de RRHH de las demás, facilite
el cumplimiento de los objetivos de todas las unidades de negocio.
En la siguiente figura hemos querido representar la relación entre los objetivos y las
estrategias de RRHH.
Figura: Relación entre los objetivos y las estrategias de RRHH con el resto de objetivos y estrategias. Fuente: Albizu y Landeta, 2011,
p.339.
“Este análisis permite conocer cuáles son las oportunidades y amenazas específicas
en el área de RRHH”.
"Este análisis permite conocer las fortalezas y debilidades asociadas a los RRHH”.
Control de la estrategia de RRHH (5)
Modelo de Porter
Michael Porter (1980), identificó tres estrategias clave para posicionar a una empresa en
lugar ventajoso frente a su competencia: el liderazgo en costes, la diferenciación y la
concentración o enfoque.
Figura: Estrategia competitiva. Porter (1984, p. 61-62). Fuente:Albizu y Landeta (2011, p.402).
Así pues, las empresas que optan por desarrollar una estrategia de liderazgo en costes
tenderán a condicionar sus prácticas de RRHH al área económica-financiera de la
empresa, “disponiendo de procesos productivos muy estandarizados, así como de estructuras
organizativas orientadas a sostener el sistema de producción elegido (Albizu y Fernández,
2011, p. 401)”.
Sin embargo las empresas que optan por desarrollar una estrategia de diferenciación,
orientará sus estrategias de RRHH a la captación, retención, desarrollo y estímulo de sus
miembros que integran la organización.
Modelo de Schuler
Schuler (1987), destaca el papel comportamental de los individuos que integran una
organización, al otorgarles un lugar destacado en la implementación de una determinada
estrategia competitiva. En concreto señala la importancia de seleccionar un conjunto de
prácticas en materia de gestión de RRHH que estimulen el desarrollo de los
comportamientos deseables.
Modelo de Gubman
En la misma línea que Schuler, el trabajo de Gubman (1995), se encuadra dentro de las
teorías del comportamiento, ya que resalta la importancia de desarrollar prácticas de
RRHH, que faciliten la adquisición de conductas, competencias y habilidades, coherentes
con las necesidades estratégicas de la organización.
En la siguiente figura hemos querido recoger las acciones que caracterizan a cada una de
estas estrategias, así como la capacidad organizativa, la de RRHH y sus políticas y
prácticas que mejor se adecuan.
Acciones que
caracterizan a Capacidad Capacidad
Políticas de Prácticas de
cada una de las Organizativ de RRHH
RRHH RRHH
diferentes a Clave
estrategias
Descripción de
Ofrecer Organizació puestos.
Liderazgo productos y n
Innovación Formación
de servicios Reclutamiento
producto. novedosos. Asignación selección e
integración.
Aplicabilida
Formación Plan
d (mayor
de Carreras.
Ofrecer eficiencia y
productos y fiabilidad y Motivación Desarrollo
Desarrollo de
Excelencia servicios fiables facilidad de y espíritu
liderazgo.
operativa coste/beneficio unos de sus corporativo. Desempeño
percibido. productos) Gestión del
Reducción desempeño.
de costes.
Comprender a las
necesidades
específicas y
cambiantes de Generación Compensación
Actitudes Compensaci
Cercanía del clientes de monetaria y/o en
positivas. ón
cliente mediante relaciones. especies.
creación de
productos y
servicios.
Albizu y Fernández (2011, p. 452) identifican las acciones que debería llevar a cabo la
Dirección de RRHH, para una correcta implementación de su plan estratégico:
2. Factibilidad (7)
3. Aceptabilidad (8)
4. Coherencia (9)
1. Enfoque cortoplacista
2. Visión segmentada
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