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Aunque existen muchos escritos sobre la coevolución entre la sociedad humana y su entorno

natural, la historia ambiental como disciplina académica es muy reciente, y coincide con la crisis
ambiental contemporánea. Si hacemos omisión de las diferencias de enfoque entre los
historiadores ambientales, la historia ambiental tiene como propósito entender y mostrar el grado
de conflicto y eventual crisis que surge entre la especie humana y la naturaleza externa en
sociedades históricamente determinadas. En algunos casos, enfatizan el carácter intrínsecamente
depredador o degradador de la sociedad humana con su ambiente y la promoción de la
conservación; en otros casos, destacan la existencia de ciertos límites que la naturaleza impone a
la producción humana, resaltando que la destrucción de la naturaleza va en detrimento del propio
ser humano; y por último, acentúan más la causa social que la técnica de la destrucción de la
naturaleza, al señalar que los impactos en el ambiente son resultado de una determinada fase
histórica de desarrollo social con raíces en las relaciones productivas. Sin embargo, en todos los
casos, la historia ambiental se utiliza como un instrumento para pensar la situación actual, alertar
sobre posibles desequilibrios y mostrar eventuales caminos de desarrollo sustentables.

La política ambiental se refiere a las acciones que el gobierno toma para cuidar o proteger el
medio ambiente, como resultado de la interacción de los intereses políticos económicos y sociales,
para conservar las bases naturales de la vida humana y conseguir un desarrollo sostenible.

La historia ambiental de Zacatecas manifiesta la interrelación entre degradación humana y


ambiental. Si consideramos desde el enfoque social, la coevolución sociedad-naturaleza en
Zacatecas, observamos que los impactos en el ambiente son resultado de una determinada fase
histórica de desarrollo social (colonización). Es decir, el tipo de relaciones sociales mercantiles y
capitalistas condicionó la actitud depredadora hacia la naturaleza. Por tanto, la degradación
ambiental de Zacatecas es un producto social e histórico que tiene sus raíces en las relaciones
productivas en la tecnología y en las condiciones demográficas históricas que tienden a
caracterizar la dominación del sistema social. El pasado colonial de Zacatecas marcó el inicio del
desarrollo “minero” extractivo y degradante, que exhibió una ruptura metabólica entre sociedad y
naturaleza externa. Esta ruptura metabólica, se manifestó, mediante la apropiación de recursos
materiales de zonas vírgenes o explotadas por poblaciones en fases precapitalistas de desarrollo
transferencia de la riqueza de Zacatecas a España, donde la tierra fue progresivamente esquilmada
bajo la idea predominante de la obtención de ganancias. Este fenómeno se exhibió con la
especialización minera y agrícola del estado, donde los desposeídos eran atraídos como
trabajadores que dependían de la temporalidad de los ciclos productivos mineros y agrícolas. Esta
ruptura metabólica, conllevó también una reorganización ecológica, en la cual el ambiente fue
degradado de manera intensiva por la forma de explotación de los recursos.

Las características de depredación en Zacatecas se enmarcaron en una determinada modalidad de


apropiación del suelo y de la producción. La apropiación del suelo se plasmó con la concentración
de los recursos naturales (vetas y tierras) en manos de los señores y señoras mineros y los grandes
terratenientes, los cuales establecieron un sistema señorial que reunía el dominio económico con
el político, religioso y social y que fue el motivo fundamental de la empresa de conquista —la
conquista y expansión en la época colonial se realizó en función de financiamiento privado para la
empresa bélica y/o exploradora, combinado con premios, concesiones y privilegios para los
conquistadores—, y como consecuencia la base de una sociedad estratificada.
La modalidad de la producción “minera” determinó el tipo de energía utilizada en las actividades
productivas y su uso degradante. La “energía mecánica” de la zona minera de Zacatecas dependía
esencialmente de la fuerza motriz —mediante animales— para la molienda de los minerales, el
desagüe de las minas y el transporte; con la cría y utilización de esta fuerza, en la mayor parte de
las regiones mineras y sus alrededores se provocó una sobreexplotación de suelos ganaderos por
la crianza intensiva de mulares, asnos y caballares. La “energía térmica” (leña y carbón vegetal) fue
el elemento clave en el método de beneficio de fundición; éste era extremadamente costoso ya
que en las áreas mineras no había suficiente y se tenía que traer de otras regiones del actual
estado; por lo tanto, también las regiones boscosas fueron severamente afectadas por la actividad
minera. Por último, la “energía hidráulica” fue utilizada en mayor proporción en las regiones
menos desérticas del estado, para la molienda de trigo y otros alimentos, y, en algunos casos, para
moler el mineral. El tema del agua fue y es clave en la región de Zacatecas, por ser un recurso de
escasa disposición, característica de un territorio semidesértico en donde las corrientes
superficiales son fundamentalmente torrenciales, es decir, sujetas a temporales erráticos.

La minería y la degradación ambiental de Zacatecas

La actividad minera a lo largo de la historia ha generado degradación ambiental. Esta degradación


se traduce en mayor medida en contaminación de suelos y cuerpos de agua, añadiendo,
consecuentemente los efectos sobre la salud. El caso de Zacatecas no es la excepción. En el cuadro
siguiente presentamos estos tres problemas manifestados en cinco casos concretos.

La comunidad la Zacatecana se desarrolló junto a la laguna llamada el Pedernalillo. El suelo del


valle de la Zacatecana contiene jales mineros que han sido deslavados de los trabajos realizados en
las minas y que datan del periodo de la colonización española. En el pasado, ocurrieron severas
inundaciones en esa región, y el valle fue cubierto con jales mineros ricos en metales que fluyeron
hacia la laguna; los jales se acumularon en grandes cantidades sobre los escurrimientos de los
arroyos de Zacatecas y posteriormente, se dispersaron en la llanura que iba desde Guadalupe
hasta Tacoaleche, Zóquite, Lampotal y El Bordo, en una extensión longitudinal de
aproximadamente 30 kilómetros. La gran mayoría de estos jales provenían de plantas mineras
donde la recuperación de metales preciosos se llevó a cabo utilizando el mercurio para amalgamar
los elementos.

Los jales mineros de la Zacatecana tienen gran interés de beneficio, ya que el proceso de
recuperación de metales en los jales tiene una eficiencia tal que el contenido de oro y plata los
hace económicamente atractivos, no obstante, estos jales también son ricos en mercurio.

A inicio A pesar del avance que representó esta consolidación de esfuerzos de diferentes
instituciones, en el Plan de acción de la presa la Zacatecana, algunos estudios exponen problemas
ambientales no resueltos. Tal es el caso de lo expuesto por la CNA y la PROFEPA en su propio plan:
La CNA (2002) comparó las características fisicoquímicas del agua de la Zacatecana —tres
muestras: parte poniente, centro y parte oriente— con los Criterios Ecológicos de Calidad de Agua
para usos pecuario, agrícola y protección de la vida acuática de agua dulce. Encontró cuatro
parámetros que sobrepasaban la norma: fosfato total (desperdicios orgánicos y fertilizantes que
llegan a la laguna por medio de los drenes de riego); sulfatos (comúnmente se presenta en aguas
de drenaje de minas); sólidos disueltos; y sólidos suspendidos. Por otra parte, también efectuó
una caracterización del agua de acuerdo a la clasificación de Wilcox, y determinó que el agua de la
Zacatecana era altamente salina con poco sodio. Con estos resultados obtenidos, es contradictorio
que no se sancione y que se permita aún el uso que se le da al agua, considerando que la región es
una zona agrícola donde los principales cultivos son maíz y fríjol. La PROFEPA (2002) identificó otro
problema relacionado con los minerales en la Zacatecana. Efectuó un análisis CRETIB (Corrosivo –
Reactivo – Explosivo – Toxico – Inflamable - Biológico Infeccioso) de los residuos de la zona
utilizados como materia prima para la elaboración de tabique. Detectó que el plomo se
encontraba fuera del límite máximo permisible establecido en la Norma Oficial Mexicana (NOM-
052-ECOL-1993). Sin embargo, a pesar de la evidencia que representan estos hallazgos no se ha
implementado de manera formal medidas que controlen el uso de recursos contaminados en el
área. s de los años noventa, investigadores universitarios de Zacatecas determinaron la existencia
de grados relevantes de contaminación en suelos y peces. Para el año de 1995, estudios
exploratorios de la Cía. Plata Panamericana, S. A. de C. V., confirmaron la presencia de metales
pesados en sedimentos de la presa y sus alrededores.

La polémica sobre el área continuó y para el año de 1998, la situación en la laguna se politizó por
la muerte de un gran número de peces. Según informes de la SEMARNAT (2002b), este suceso era
simplemente producto de “la extracción del agua —oxigenación en los peces por la falta de agua
en la presa—”, y no tenía ninguna relación con contaminantes mineros. Esta situación demandó la
atención de las autoridades ambientales a nivel nacional, y en consecuencia, la Comisión de
Cooperación Ambiental de América del Norte intervino, impulsando la elaboración de un
diagnóstico de la presa que inició a mediados del año de 2000. Para el 2002, se elaboró un Plan de
acción de la presa la Zacatecana para la contención de metales pesados, municipio Guadalupe;
intervinieron el Gobierno del Estado, SEMARNAT, UAZ, SS, IMSS, ISSSTE, CNA, PROFEPA e INE.

A pesar del avance que representó esta consolidación de esfuerzos de diferentes instituciones, en
el Plan de acción de la presa la Zacatecana, algunos estudios exponen problemas ambientales no
resueltos. Tal es el caso de lo expuesto por la CNA y la PROFEPA en su propio plan:

La CNA (2002) comparó las características fisicoquímicas del agua de la Zacatecana —tres
muestras: parte poniente, centro y parte oriente— con los Criterios Ecológicos de Calidad de Agua
para usos pecuario, agrícola y protección de la vida acuática de agua dulce. Encontró cuatro
parámetros que sobrepasaban la norma: fosfato total (desperdicios orgánicos y fertilizantes que
llegan a la laguna por medio de los drenes de riego); sulfatos (comúnmente se presenta en aguas
de drenaje de minas); sólidos disueltos; y sólidos suspendidos. Por otra parte, también efectuó
una caracterización del agua de acuerdo a la clasificación de Wilcox, y determinó que el agua de la
Zacatecana era altamente salina con poco sodio. Con estos resultados obtenidos, es contradictorio
que no se sancione y que se permita aún el uso que se le da al agua, considerando que la región es
una zona agrícola donde los principales cultivos son maíz y fríjol.

La PROFEPA (2002) identificó otro problema relacionado con los minerales en la Zacatecana.
Efectuó un análisis CRETIB (Corrosivo – Reactivo – Explosivo – Toxico – Inflamable - Biológico
Infeccioso) de los residuos de la zona utilizados como materia prima para la elaboración de
tabique. Detectó que el plomo se encontraba fuera del límite máximo permisible establecido en la
Norma Oficial Mexicana (NOM-052-ECOL-1993). Sin embargo, a pesar de la evidencia que
representan estos hallazgos no se ha implementado de manera formal medidas que controlen el
uso de recursos contaminados en el área.

Aylin López López , después de revisar tu aportación la cual a mi punto de vista es muy completa
me gustaría complementar tu información mencionando lo siguiente:

Te comparto mis fuentes de investigación   (BIBLIOGRAFÍA, HEMEROGRAFÍA, MESOGRAFÍA,


LEGISLACIÓN)  para que puedas complementar tu actividad.
Me despido muy atentamente: (NOMBRE Y APELLIDO DEL ALUMNO)
 

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