0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
206 vistas4 páginas
Este código de conducta para artistas marciales describe nueve principios para guiar su práctica. Estos principios incluyen mantener la disciplina, ser cortés y honrado, unirse con los compañeros de clase y evitar conflictos, limitar los deseos materiales y mantener el espíritu correcto, entrenar con diligencia para mantener las habilidades, desarrollar la tranquilidad de espíritu y abstenerse de discusiones y peleas, participar en la sociedad de manera moderada y educada, y ayudar a los
Este código de conducta para artistas marciales describe nueve principios para guiar su práctica. Estos principios incluyen mantener la disciplina, ser cortés y honrado, unirse con los compañeros de clase y evitar conflictos, limitar los deseos materiales y mantener el espíritu correcto, entrenar con diligencia para mantener las habilidades, desarrollar la tranquilidad de espíritu y abstenerse de discusiones y peleas, participar en la sociedad de manera moderada y educada, y ayudar a los
Este código de conducta para artistas marciales describe nueve principios para guiar su práctica. Estos principios incluyen mantener la disciplina, ser cortés y honrado, unirse con los compañeros de clase y evitar conflictos, limitar los deseos materiales y mantener el espíritu correcto, entrenar con diligencia para mantener las habilidades, desarrollar la tranquilidad de espíritu y abstenerse de discusiones y peleas, participar en la sociedad de manera moderada y educada, y ayudar a los
Se trata de sentencias sencillas, pero que requieren de un
compromiso vital importante por parte del practicante. Y que consta de nueve (9) principios. El arte marcial, por tanto, implica el dominio de la fuerza violenta y natural para hacer de ella una aplicación práctica y controlada; es decir dar forma a aquello que se presenta de manera espontánea e impulsiva. Permanece disciplinado – Compórtate éticamente como artista marcial. El punto de partida es la disciplina. Todo te será más complicado de conseguir sin este mínimo y esencial compromiso. Comprométete en saber mantener los valores dentro del torbellino de la violencia. Aprende a domar la fuerza del hierro con el algodón de la educación y la práctica. Mantén la línea recta a pesar de los giros que haya que dar por el camino, la disciplina es como el martillo que choca una y otra vez con el hierro hasta dar forma al espada. Ejerce la cortesía y la honradez – Sirve a la comunidad y honra a tu familia. Actúa siempre como si tuviéramos a nuestra familia delante. La cortesía y la honradez. Un compromiso con la verdad y con la amabilidad. Tender la mano es algo que el artista marcial hace para ayudar, pero que sabe muy bien cuando hacerlo como una manera de defensa. Aquello que haces debe estar siempre dentro del marco de la dignidad y el honor. Marcos sencillos de trazar pero no siempre de seguir y respetar. Quiere a tus compañeros de la clase – Permanezcan unidos y evitando conflictos. Nuestros compañeros de clase son nuestros principales aliados, son ellos que nos ayudaran a recordar el camino elegido y serán un aliciente para continuar en el. La unión hace más llevaderas las tareas, buscar a los compañeros adecuados es ya una manera de alejarse del conflicto: se ejercita, además, el sentido de responsabilidad. La hermandad de sangre no es elegida, pero la del amigo y compañeros sí. Es por eso que va forjando valores esenciales para el colectivo humano. Limita tus deseos y afán por los placeres materiales – Conserva el espíritu correcto. La práctica corporal tiene que ver con el dominio de los placeres, no se trata de negaros, si no de convivir con ellos manteniendo un código de conducta: es la verdadera manera de transformar el camino del instinto en un arte, en el cual podamos hablar de gozo y deleites.- el artista marcial es un especialista en los límites – su libertad depende de ellos. Dedícate en conservar el espíritu a través de una práctica que realiza desde el santuario del cuerpo. Entrena con diligencia y conviértelo en un hábito – Mantén tus habilidades. Has del compromiso la constancia y de él también la mejora, aquello en lo que se adquiere maestría es lo que es objeto de un cuidado constante, el ejercicio nunca termina. Es parte importante de entender que lo importante está en el camino y no en el horizonte donde solemos poner el destino final. Somos eternos aprendices, pero habrá otros que necesitaran de nuestra guía. Es una manera de perfeccionarse y de descubrir los puntos oscuros que hayan quedado en la propia formación. Aprende a desarrollar la tranquilidad de espíritu – Abstente de discusiones y peleas. La serenidad es una fiel compañera de quien quiere aprender a decidir mejor, no es un regalo del exterior, no es una condición que venga de afuera: la tranquilidad se porta, es uno con nosotros. Se entrena en el arte marcial para distanciarse de las discusiones y peleas, dominando el arte de la guerra para evitar el conflicto. El camino lleva a comprender la íntima unidad entre la tranquilidad y la guerra; entre el conflicto y la serenidad, la complicidad de los polos y la unidad en la que conviven. Participa en sociedad – Se moderado, culto y educado en tus maneras. El aprendizaje de la unidad es la que conviven los contrarios que nos llevan a entender que el camino es compartido y permite también nuestro desarrollo: las pautas de este código de conducta son la moderación la cultura y la educación. La moderación en el ejercicio del auto dominio, no solo como compendio de conocimientos, si no como un ejercicio del cuidado, de la cura del otro. La educción como parte de la educación como un reflejo de los valores que acompañan el saber. Ayuda al débil y al más joven – Usa tu habilidad marcial para el bien de la humanidad. El dominio del arte marcial tiene como consecuencia el despertar los valores. Uno de ellos es la responsabilidad “la capacidad de dar respuesta”: es el camino de la mejora personal que se da de la mano con la mejora del colectivo. La manera de entender y ejercitar la responsabilidad en armonía es con la práctica individual. Transmite la transición – Preserva este arte del CAMINO- “DOJO” - y sus normas de conducta. La trasmisión de los conocimientos es un acto de generosidad merecedor de todos los honores; trasmitir es la forma de perfeccionarse.