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Administracion Judicial de Bienes
Administracion Judicial de Bienes
CURSO:
NOMBRES Y APELLIDOS:
DOCENTE:
Tacna – Perú
ENSAYO JURIDICO DE LA ADMINISTRACIÓN JUDICIAL DE BIENES
Nos ubicamos bajo tres supuestos para solicitar la administración judicial de bienes:
Falta de padres, tutor o curador; en caso de ausencia y ante la copropiedad. En el caso
de los padres, estos tienen el deber de administrar los bienes de sus hijos [CITATION
PauCC1 \l 10250 ], sin embargo, ante la ausencia de estos, procede la administración
judicial de los bienes de sus hijos.
LA DESIGNACIÓN DE ADMINISTRADOR
Aquí la gestión indirecta es realizada por un tercero, designado por un juez dentro de
un procedimiento ordenado para dicho fin y legitimado para actuar sobre dichos bienes
comunes, a efecto de satisfacer el interés de los copropietarios en la conservación y
explotación de los mismos, sin embargo, debemos precisar que se puede presentar la
administración convencional, judicial y la ejercida de ipso por cualquiera de los
copropietarios.
En el caso de las sociedades, cualquiera sea su forma, no es posible que un socio bajo
el argumento de la supuesta "copropiedad de los bienes sociales", solicite la
designación de un administrador judicial de bienes comunes, pues los bienes sociales
no Son bienes comunes, sino bienes de la sociedad, sobre los cuales el socio no tiene
ningún derecho directo'
La solicitud para designar administrador judicial puede operar por mandato legal o
judicial. En el primer supuesto, la ley autoriza la petición. Véase el caso del ausente
que regula el artículo 54 del cc: "a solicitud de cualquiera que haya obtenido la
posesión temporal de los bienes del ausente, se procede a la designación de
administración judicial".
En caso de mediar unanimidad de los herederos con respecto a tal persona que debe
administrar los bienes, el juez procederá a designarla, al margen de que se trate de un
heredero o de un extraño. Apréciese de la redacción de la norma que solo se faculta al
juez a resolver las diferencias que se susciten entre aquellos, pero no para sustituir la
voluntad unánime de los sucesores.
Esas herramientas son conocidas en el Derecho como atribuciones y que Arata, las
distingue del concepto derecho y obligación y que a continuación citamos:
"Una atribución es tanto un poder para decidir qué hacer, de forma discrecional y según
las circunstancias que se presenten, como un deber de ejercer, oportuna y
adecuadamente, esos poderes en orden a la obtención de las finalidades para las
cuales se ha conferido al sujeto un determinado estatus jurídico.
En el artículo 774 del CPC señala que una de las principales obligaciones que tiene el
administrador judicial es la rendición de cuentas y la información de su gestión, siempre
que se le exija. El plazo para la rendición no es uniforme porque puede ser establecido
por los interesados con capacidad de ejercicio, por mandato legal y al cesar el cargo,
como el caso del tutor, quien está obligado a administrar los bienes del menor con la
diligencia ordinaria y como señala el artículo 540 del CC, está obligado a dar cuenta de
su administración anualmente o al acabar la tutela o cesar en el cargo.
A pesar de que el Código no lo precise, la rendición de cuentas puede ser solicitada por
cualquier interesado en la sucesión. El juez también puede establecer la obligación de
rendir cuentas por períodos determinados.
Agotado el plazo fijado para la presentación, será pasible de las sanciones pecuniarias
sin perjuicio de amparar la posible remoción, siempre y cuando se acredite haber
operado la intimación judicial para la rendición cuentas.
Algunas opiniones sostienen que la rendición debe hacerse en forma de planilla, con
sus respectivos comprobantes, bajo apercibimiento de declararse a su cargo las
partidas no justificadas.
Este deber también se cumplirá durante el ejercicio del cargo, con frecuencia no inferior
a seis meses, cuando lo ordene el juez civil, a pedido de cualquier sucesor. El informe y
las cuentas se entienden aprobados si dentro del plazo de caducidad de sesenta días
de presentados no se solicita judicialmente su desaprobación, en un proceso de
conocimiento.
A diferencia del artículo 774 del CPC, que regula las obligaciones del administrador, el
presente artículo está referido a las prohibiciones para el administrador, las que pueden
tener una fuente legal o judicial.
ADMINISTRACION DE BIENES DE MENORES
En la administración de bienes de menores por los tutores, el artículo 538 del CC cita
cuatro supuestos de prohibición, cuando ejercen la administración de los bienes del
menor: Comprar o tomar en arrendamiento los bienes del menor; adquirir cualquier
derecho o acción contra el menor; disponer de los bienes del menor a título gratuito;
arrendar por más de tres años los bienes del menor.
El inciso 8 del artículo 1366 del CC, recoge la prohibición del administrador de bienes
ajenos, adquirir derechos reales por contrato, legado o subasta pública, respecto de
bienes que, por ley o acto de autoridad pública administre. También está prohibido
tomar en arrendamiento los bienes que administra, tal como refiere el inciso 2 del
artículo 1668 del CC.
LAS PROHIBICIONES
Las prohibiciones pueden ser también impuestas por mandato judicial, en atención a
las circunstancias del caso.
El administrador puede ser facultado para retener fondos o disponer de ellos con el
objeto de pagar los gastos normales de la administración como el pago de sueldos e
impuestos (ver el inciso 2 del artículo 55 del CC); cuando se trata de gastos
extraordinarios, corresponde sean autorizados por el juez, previo traslado a los
herederos, sin embargo, hay opiniones que se ubican en el supuesto que la demora
pueda ocasionar perjuicios, en cuyo caso se sostiene que el administrador debe
informar al juzgado dentro del tercer día de realizados.
LA RENUNCIA
En el caso de la remoción del administrador este debe operar por causa justificada. En
la casuística aparecen las siguientes justificaciones para separar al administrador
cuando su actuación importare mal desempeño del cargo, como: haber dispuesto en
beneficio propio de los dineros encargados para la administración; haber perjudicado
los intereses de la sucesión, aunque el daño no sea de consideración; la retención de
fondos para gastos no autorizados; la distribución de ingresos entre algunos herederos
sin la conformidad de los otros; la oposición entre sus intereses y los de la sucesión; la
demora en la rendición de cuentas o de contestación a los pedidos de informes (ver el
artículo 774 del CPC); y en general a cualquier circunstancia sobrevenida que sea
contraria a su designación.
REMOCION
RETRIBUCION
En el artículo 778 la retribución debe asumirse como el pago que se realiza por un
trabajo o una actividad efectuada. El artículo en comentario, consagra el precepto
constitucional que "nadie está obligado a prestar trabajo sin retribución o sin su libre
consentimiento en ese sentido, aparecen en nuestra legislación, diversas opciones
para la retribución al trabajo del administrador, como las que señalan los artículos 793 y
973 del CC.
En la administración del bien común dice el artículo 973 del CC: "las obligaciones del
administrador serán las del administrador judicial. Sus servicios serán retribuidos con
una parte de la utilidad, fijada por el juez y observando el trámite de los incidentes". En
el caso del albacea encargado de administrar los bienes de la herencia, señala el
artículo 793 del CC que su remuneración no será mayor del cuatro por ciento de la
masa líquida. En defecto de la determinación de la remuneración por el testador, lo
hará el juez, quien también señalará la del albacea dativo.
La norma establece que sea el juez quien determine la retribución del administrador,
quedando a su criterio sopesar las circunstancias que van a condicionar su retribución.
Algunas opiniones consideran que la retribución debe fijarse a un tanto por ciento de
comisión sobre el monto de los ingresos obtenidos durante la administración, con
prescindencia del valor de los bienes. Otros criterios consideran que fijar del porcentaje
de ingresos no debe hacerse en forma estricta, ya que la simple conservación del
patrimonio, en algunos casos puede requerir de funciones extraordinarias, por lo que
deben tenerse en cuenta las expensas y pérdidas que se evitaron.
CONCLUSION DE LA ADMINISTRACION
En el artículo 779 nos habla de la conclusión de la administración judicial opera por dos
razones: por voluntad de los interesados o por mandato legal. En el primer supuesto, la
norma acoge la conclusión de la administración judicial en los casos que los
interesados tengan capacidad de ejercicio y así lo decidan.
Véase el caso de los menores que hayan adquirido mayoría de edad o el caso de los
interdictos, cuando haya cesado su incapacidad, siempre y cuando se acompañe la
declaración firme de rehabilitación y así lo decida el rehabilitado (ver el artículo 584 del
CPC).
LA COPROPIEDAD
Como se ve, la administración no solo recae sobre el bien sino que también puede
extenderse a los frutos, pero no a los productos. Los frutos, bajo la calificación del
artículo 890 del CC, son los provechos renovables que produce un bien, sin que se
altere ni disminuya su sustancia, a diferencia de los productos que son los provechos
no renovables que se extraen de un bien. El provecho es una productividad de carácter
físico o de carácter ideal, de acuerdo al tipo de fruto del cual se trate.