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Traducción de GIANDOMENICO MAJONE

EDUARDO L. SuAREz

Revisión técnica de
ADOLFO DERAS QUIÑONES

Evidencia, argumentación ypersuasión


en la formulación de políticas
Estudio introductorio de
LUIS F. AGUILAR VILLANUEVA

COLEGIO NACIONAL DE CIENCIAS POLÍTICAS


Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, A. C.
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
MÉXICO
34 INTRODUCCIÓN

namental encontrarán en el libro buenos argumentos para,


sin renunciar a la exigencia de un gobierno racional y cuidado-
so de los recursos públicos, aceptar que se pueden modelar
otras opciones de acción efectiva y viable. Hallarán sobre todo I. ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS
que en el centro de la política y la acción del gobierno están Y DELIBERACIÓN PÚBLICA
presentes e influyen las informaciones, los razonamientos, las
demandas y expectativas de ciudadanos y organizaciones, a
las cuales hay que dar respuesta y explicar convincentemente . CoMo lo saben muy bien los políticos -y como los científicos
por qué se considera que la respuesta del gobierno es la más sociales olvidan con demasiada frecuencia-, la política pú-
adecuada. La gran lección consiste en reconocer que en las blica está hecha de palabras. En forma esciita u oral, la argu-
repúblicas democráticas, en las que gobierno, sociedad políti- mentación es esencial en todas las etapas del proceso de for-
ca y civil no renuncian al "espíiitu público" de buscar incansa- . mulación de políticas. Hay discusión en toda organización,
blemente el máximo beneficio colectivo y la máxima solida''~ privada o pública, y en todo sistema político, incluso en una
ridad con los conciudadanos más débiles y desplazados, las dictadura; pero se encuentra tanto en la base de la política y
razones técnicas y valorativas que motivaron la decisión de de la política democráttca, que se ha llamado a la democracia
gobierno deben exponerse con honradez, objetividad y con- un sistema de gobierno mediante la discusión. Los partidos
vicción al conjunto de la sociedad, en busca del apoyo y acaso políticos, el electorado, la legislatura, el ejecutivo, los tribuna-
el consenso de los diversos sectores y grupos. les, los medios de difusión, los grupos de interés y los exper-
El diálogo racional entre gobierno y sociedad, con sus evi- tos independientes intervienen en un proceso continuo de
dencias empíricas y argumentaciones valorativas, puede st1s- debate y mutua persuasió11 . .
citar la aceptación y el consenso político a través del largo y Este proceso, tal como lo han descrito los teóricos liberales
sinuoso itinerario del debate entre posiciones y refutaciones, desde John Stuart Mili y .Wálter Bagehot hasta lord Lindsay
malentendidos y aclaraciones. Y el diálogo racional es tan im- y Ernest Barker, .se inicia .con la expresión de preocupaciones
portante como la razón técnica de autoridades, funcionarios generales y tern1ina en decisiones concretas. Cada etapa de la
y consultores que buscan maximizar·la asignación de los re- deliberación tiene su propia función y su propio órgano. Las
cursos públicos escasos que provienen de los contribuyentes. partes exponen problemas y formulan soluciones; el electora-
En esta óptica, los debates acerca de política y administración, do analiza programas y candidatos, y se expresa mayoritaria-
democracia y burocracia, pueden encontrar un nuevo plan- mente en favor de uno de ellos; la mayoría legislativa traduce
teamiento y nivel, revisando la debatible y soc01Tida idea de los programas en leyes, en un debate constante con la oposi-
que la eficiencia administrativa está reñida con la participa- ción; por último, la discusión se traslada al jefe del ejecutivo y
ción ciudadana y que las razones técnicas de los expertos del el gabinete, donde se traduce en políticas específicas. Cada
gobierno mal se acomodan a las opiniones y razones parcia- una de las etapas y cada uno de los órganos de la deliberación
les, inmediatas e interesadas de los ciudadanos. En verdad, la pública es independiente, pero sólo dentro de los límites del
condición para que se despliegue la máxima eficacia y eficien- proceso y como parte de. éste: "lo que es libre y soberano es
cia del gobierno y de la administración pública descansa en el todo el proceso de discusión" .1
entendimiento, la aceptación y el apoyo que puedan brindar Éste es un modelo idealizado de la elaboración democráti-
los ciudadanos organizados a sus decisiones, planes, progra- ca de las políticas que no tiene en cuenta la acción del poder y
mas y regulaciones. En esto consiste la naturaleza y aspiración
1 Ernest Barker, Reflections on Government, Oxford University Press,
pública del gobierno y su administración. Nueva York, 1958, p. 37.

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36 ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA 37
la influencia, la distribución desigual del conocimiento, el - El debate sin regulación conduce con facilidad a la discusión
bajo nivel de participación ciudadana activa y muchos otros interminable e incluso a la violencia. Un or.ganismo deliberan-
factores que figuran prominentemente en las teorías moder- te q_ue carece de organización puede padecer diversas pertur-
nas de la política pública. Sin embargo, este modelo pone de baciones, tales como el obstruccionismo.
relieve algo que dichas teorías han pasado por alto: el extraor- A fin de evitar o reducir estos peligros, en todos los regíme-
dinario potencial de la persuasión y la centralidad de la dis- nes democráticos modernos se ha institucionalizado cuida-
cusión bilateral para la democracia.2 dosamente la deliberación pública. Los refinados códigos
Todo político entiende que se requieren argumentos no sólo procesales de la actualidad en los campos legislativo, electo-
para aclarar su posición respecto de un problema, sino tam- ral, administrativo y judicial son el fruto de siglos de experien-
bién para atraer más simpatizantes. Aun cuando una política cia de lidiar con los problemas prácticos de la deliberación
se explique mejor por las acciones de grupos que persiguen pública. El propósito general de estos procedimientos es
fines egoístas, quienes traten de justificarla deberán apelar al asegurar la exposición de un gran número de opiniones sin
interés público y los méritos intelectuales del caso.3 Es posi- obs~ruir _el arribo ~ 11na conclusión. Su importancia es tal, que
ble que se trate de meras racionalizaciones, pero incluso las la historia del gobierno democrático, en un sentido real, es la
racionalizaciones son importantes porque pasan a formar historia de los diversos procedimientos diseñados para insti-
parte del discurso político. Estaremos en gran desventaja si, tucionalizar y regular la deliberación pública.
olvidando el debate y la argumentación, tratamos de entender Aunque las reglas del debate se han vuelto institucionales
la elaboración de políticas sólo en términos del _poder, la in- en los foros tradicionales de deliberación pública, en los nue-
fluencia y el regateo. vos temas presentes en la arena de la discusión, como la se-
La argumentación es el proceso fundamental que siguen guridad nuclear, la evaluación de la tecnología y la regulación
los ciudadanos y los gobernantes para llegar a juicios morales ambiental y sanitaria, todavía no se establecen normas y pro-
y a la elección de políticas. La discusión pública moviliza el cedimientos apropiados para la argumentación. Una de las
conocimiento, la experiencia y el interés de muchas personas razones de la dificultad para institucionalizar el debate en
que centran su atención en un número limitado de proble- estas Y otras áreas de la elaboración de políticas es que los
mas. Cada uno de los participantes se siente alentado para problemas discutidos raras veces son puramente técnicos 0
ajustar su visión de la realidad, e incluso para cambiar sus va- puramente políticos. Con frecuencia son de un tipo que Alvin
lores, como resultado del proceso de la persuasión recíproca. Weinberg ha llamado "transcientífico": cuestiones de hecho
En esta forma, la discusión puede producir resultados que que pueden enunciarse en el lenguaje de la ciencia pero que, en
están más allá de los métodos autoritarios o tecnocráticos de principio o en la práctica, es imposible que ésta los resuelva.4
elaboración de políticas. Un ejemplo típico de lo anterior es la determinación de los
efectos de la radiación de bajo nivel sobre la salud. Se ha calcu-
lado que se requieren cerca de ocho mil millones de ratone's
INSTITUCIONALIZAR LA DISCUSIÓN
para establecer, mediante una experimentación directa al ni-
vel de confia11za de 95°/o, si una dosis de radiación de rayos X
Sin embargo, este potencial extraordinario sólo puede aprove- d_e 150 milirrems aumentaría en 0.5% la mutación espon-
charse con el auxilio de reglas y procedimientos apropiados. tanea en los ratones. Las limitaciones de tiempo y recursos
Charles E. Lindblom, Politics and Markets, Basic Books, Nueva York, 1977.
2
vuelven prácticamente imposible tal experimento. De igual
~lvin Weinberg, "Science and Trans-Science", en Minerva 10 núm. 2
John W. Kingdon,Agendas, Alten1atives, and Public Policies, Little, Brown,
3 4
Boston, 1984, pp. 131-134. (abnl de 1972). pp. 209-222. ' '
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modo la elección de una función de respuesta a la dosis para evaluaciones al proceso político para que en él se determine
deter~inar la cantidad "virtualmente segura" de una sustancia la respuesta política apropiada.
tóxica debe considerarse por ahora como una cuestión trans- Por ejemplo, el "tribunal científico" propuesto por Arthur
científica. Existen literalmente miles de f'.unciones ma:emá- Kantrowitz examinaría y decidiría sólo las cuestiones del
ticas que se ajustan igualmente bien a lo:' da,tos experimen- hecho científico. Una vez que las evidencias hayan sido presen-
tales, pero no hay todavía ninguna base cientifica firme para tadas, cuestionadas y defendidas, el colegio de jueces (exper-
escoger entre las diferentes posibilidades. Sm embargo, _la tos reputados en áreas adyacentes al hecho en discusión)
elección de una función particular tendrá un efecto sustancial elaboraría un informe en el que se destaquen los puntos de
sobre las decisiones reguladoras. acuerdo alcanzados por sus integrantes. El informe podría
Cuando se intersecan la ciencia, la tecr1ología Y la p~lítica sugerir también algunos proyectos específicos de investi-
entran en grave conflicto diferentes actitudes, perspectivas Y gación para aclarar los puntos en los que no se haya logrado
reglas de la argumentación. Los criterios científicos de ver- el acuerdo.s
dad chocan con las normas legales de las evidencias Y con las ¿Pero cómo se pueden separar los componentes políticos y
nociones políticas de lo que constituye una base suficiente los valorativos de los problemas que incluyan ambos? y si las
para la acción. Las conclusiones fácticas no se. p~~den sepa- cuestiones transcientíficas no se ponen a consideración del
rar fácilmente de consideraciones sobre la factibilidad de los tribunal científico, ¿para qué utilizar un procedimiento semi-
supuestos del oponente y de su selección de _evide:'"ci~s o de judicial? Si la cuestión es indudablemente científica, debe-
metodología. Y en virtud de que no parece existir mngun p;o- rían utilizarse los procedimientos de la ciencia antes que los
cedimiento objetivo para verificar las conclus10nes del anah- semilegales. Cuando las controversias no pueden resolverse
sis, la credibilidad del experto se vuelve tan importante como mediante el conocimiento científico ni con una investigación
su capacidad. que pueda realizarse con una rapidez y a un costo razonables,
Cada vez en mayor medida, el debate público acerca de las las respues.tas no podr.án dejar de ser transcientíficas, en cuyo
decisiones reguladoras, l¡¡ seguridad nuclear, la evaluación de caso la _mejor alternativa parece ser un procedimiento litigio-
la tecnología y otros problemas transcientíficos similares so que mcluya a expertos y generalistas.6
tiende a asemejarse a los procedimientos litig1os~s de un tri- La confrontación dialéctica entre generalistas y expertos
bunal, pero con una diferencia importante: no exist~1:" reglas ~ecue~temente lo~ra revelar la existencia de supuestos implí-
procesales generalmente aceptadas. Algunos participantes citos, mterpretac10nes encontradas de los hechos y riesgos
pueden aprovechar la relativa informalidad del pro~eso, p~r~ de los nuevos proyectos. Los expertos técnicos muestran una
los científicos consideran que incluso los proced1m1entos 11t1- natural parcialidad en la evaluación de sus propuestas, y tien-
giosos codificados son inadecuados y ajenos a su tr~dici~n. den a mostrarse escépticos sobre todas las evidencias de posi-
En la ciencia no se considera la credibilidad de un testigo, smo bles efectos negativos en mayor medida que alguien menos
su competencia específica -su capacidad para establecer la comprometido con ese proyecto particular. El supuesto ini-
verdad científica-, algo que no se puede fincar confiablemen- cial es que la innovación es lo que el innovador espera, sin
te mediante un litigio. Es por ello que existen diversas. pr~- · con~:cuenci~s negati:as que reduzcan el atractivo de su eje-
puestas para resolver disputas acerca de problemas_ cienti- cuc1on práctica. Por ejemplo, la toma de conciencia acerca de
ficos que tienen implicaciones en las políticas, mediante la. los peligros inherentes a la ingeniería nuclear en los Estados
cuidadosa disección de un problema en sus componentes pu- 5
ramente técnicos y los puramente políticos. Los expertos Arthur Kantrowitz, "Proposal for an Institution for Scientific J udgement"
en Science, 156, núm. 3776 (12 de mayo de 1967), pp. 763-764. '
deberían considerar sólo los aspectos técnicos y entregar sus 6
A. Weinberg, op. cit., pp. 214-216.
40 ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA
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Unidos y Europa occidental en gran medida es efecto del de- /procedimiento para aclarar las cuestiones polémicas. Porúlti-
bate público. Cuando se ha permitido el des~n;ollo ?e la tec- , mo, como proceso educativo que transforma al hombre común
nología nuclear de acuerdo con su propia log1ca, sin la res- en un ciudadan~ informado y al especialista en una persona
tricción de la crítica y la preocupación ·públicas, como ha capaz de comunicarse con sus conciudadanos.
ocurrido en la Unión Soviética, se han establecido pocos de Esta antigua noción de la dialéctica es muy importante
los elementos de seguridad (como los contenedores de los para nuestro examen del papel del análisis en la deliberación
reactores de agua presurizada) que son ahora comunes en pública. En efecto, parece captar los elementos esenciales de
Occidente. ese papel mucho m"jor que los acostumbrados libros de tex-
Así pues, no debe esperarse que los conocimientos tecnoló- to, los ?1:ª.les nos pres:i:tan una caracte;rización estereotipada
gicos conduzcan al descubrimiento de los riesgos i,nherentes del anahs1s de las poht1cas. Como la dialéctica, este análisis
y las implicaciones sociales de las nuevas tecnologias. Exist.e p.arte de ordinario de premisas razonables, con puntos de
ahora una gran necesidad de mejorar los métodos y las condi- vista refutables y cambiantes, no de principios indiscutibles
ciones del debate crítico y de institucionalizarlo a todos los o hechos eviden_tes. Como la dialéctica, no produce pruebas
niveles de la elaboración de políticas. En efecto, el deseo de formales, smo solo argumentos persuasivos. El problema fun-
elaborar métodos de investigación crítica, adaptados al proceso d.amental de dialécticos y analistas es el de basar las inferen-
de deliberación pública, está ligado al origen de la democracia. cias razona~les en valores u opiniones cuando no se dispone
A partir de la práctica de gobierno mediante la discusión en de hec?o~ evidentes. Por último, el análisis de políticas -como
la ciudad-Estado, los griegos desarrollaron una técnica ge- la ,d~alect1ca- contribuye a la deliberación pública mediante la
neral del discurso crítico que llamaron dialéctica. Éste es un cnhca, la defensa y la educación. Un buen análisis de políti-
método de argumentación que no se caracteriza tanto por la cas es algo más que el mero examen de datos o un ejercicio
forma de razonamiento (aunque la discusión mediante pre- d~~ modelación; también provee normas para la arg~menta­
guntas y respuestas llegó a considerarse como su forma para- cion y una estructura intelectual para el discurso público.
digmática) como por la naturaleza de sus premisas y el con- Aun cuan~o no se ~cepten sus conclusiones, sus categorías y
texto social de sus aplicaciones. La lógica y las matemáticas su lengu~¡e, su crfüca de los enfoques tradicionales y su d~­
parten de axiomas o de proposiciones deducidas de axiomas, fensa de ideas nuevas afectan -e incluso condicionan- el
mientras que las premisas de la dialéctica son sólo razonables. debate de políticas.
El punto de partida de un argumento dialéctico no es un con-
junto de supuestos abstractos, sino de puntos de vista ya
existentes en la comunidad; su conclusión no es una prueba LA FUNCIÓN ARGUMENTATIVA DEL ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS
formal, sino el entendimiento compartido del asunto en discu-
sión; y mientras que las disciplinas científicas son formas El propósito de este libro es descubrír las implicaciones prin-
especializadas del conocimiento sólo al alcance de los e~per­ cipales de una concepción dialéctica del análisis de políticas.
tos, todos pueden utilizar la dialéctica porque -como dijera Deseo desarrollar una sola idea: la noción de que, en un sis-
Aristóteles- todos tenemos ocasión de criticar o defender un ten;~ de gobierno que se guía por la deliberación pública, el
argumento. . anal1s1s :--a.un el análisis profesional- tiene menos que ver
Para los griegos, la dialéctica tiene tres usos principales. Pn- con las tecmcas formales de solución de problemas que con el
mero, como método de examen crítico de los fundamentos y proceso de argumentación.
los supuestos de las diversas disciplinas especializadas. Se- . ~a tarea .de los analistas consiste, en gran parte, en la produc-
gundo, como técnica para defender las opiniones propias Y c10n de evidencias y argumentos para el debate público. Su
ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA 43
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aspecto argumentativo fundamental es lo que distingue al política pública, esta separación artificial entre los valores y
análisis de políticas de las ciencias sociales acadén1icas, por la capacidad racional es una amenaza para todas las nociones
una parte, y de las metodologías para la solución de proble- de deliberación pública y la elección de políticas defendibles.
mas, tales como ]a investigación de operaciones, por otra. Los Como veremos en el capítulo siguiente, ni siquiera los ana-
argumentos de los analistas pueden ser más o menq_s técnicos, listas técnicos de políticas pueden prescindir de la persuasión.
más o menos refinados, pero deben persuadir para que sean Por una parte, los hechos y los valores están tan entrelazados
tomados en serio en los foros de deliberación. Es por ello que en la elaboración de polfticas, que los argumentos fácticos no
los analistas -como los abogados, los políticos y otras perso- apoyados por la persuasión rara vez desempeñan un papel sig-
nas que hacen un uso funcional del lengua je- deben estar nificativo en el debate público. Por otra parte, se requiere la
familiarizados con todos los problemas técnicos del lenguaje, persuasión para aumentar la posibilidad de que el consejo
incluidos los retóricos.7 (asesoría) sea seguido así como la disposición de actuar sobre
La retórica es el arte de la persuasión, el estudio de todas pruebas que no sean concluyentes. Parte esencial de la tarea
11

las formas de hacer cosas con palabras. Los atenienses solían del analista consiste en explicar y defender un plan de acción il
hacer sacrificios anuales a la diosa de la persuasión (Peito) razonable cuando el óptimo teórico se desconoce o es prácti-
como reconocimiento del poder extraordina1io del lenguaje. camente inalcanzable.
En nuestros días se considera a menudo la persuasión como El análisis de factibilidad, que estudiaremos en el capítulo
un uso meramente "racionalizador" o aun deshonesto de los IV, es tal vez el mejor ejemplo de la interacción necesaria que
argumentos; es propaganda, lavado de cerebro, manipulación existe entre los argumentos empíricos y los persuasivos. El
de la opinión pública. En efecto, la persuasión puede usarse que se llegue a un entendimiento mutuo es probablemente la
en esas formas. Pero en el debate libre la persuasión es un in- contribución más importante que los analistas pueden hacer
tercambio bilateral, un método de aprendizaje mutuo mediante al debate público. Sin embargo, el cálculo de soluciones ópti-
el discurso. El verdadero debate no sólo permite que los par- 1nas o mejores dentro de las restricciones dada's ~s sólo la
ticipantes defiendan sus intereses y opiniones, sino que tam- parte estática del análisis de factibilidad; la parte dinámica y
bién, con10 consecuencia del proceso, los alie11ta a ajustar su más importante es el descubrimiento de instrumentos para
visión de la realidad y aun a cambiar sus valores. expandir las fronteras de lo posible. Esto requiere tanto el
Un argun1ento persuasivo no es una demostración lógica, análisis objetivo como la persuasión: lo posible depende a
pero no por ello se vuelve irracio11al o una mera racionaliza- menudo de lo que el sistema político considere justo o acep-
ción. La mayoría de los juicios de valor se forman en el inter- table. Muchas restricciones de las políticas sólo pueden flexi-
cambio persuasivo. Como lo ha señalado Wayne C. Booth, el bilizarse cambiando las actitudes y los valores; como antes
hecho de reducir la razón al cálculo y la prueba lógica acerca vimos, esto involucra siempre cierto grado de persuasión.
de cualquier cosa que no sea suficientemente importante para
comprometernos equivale a crear una imagen distorsiona-
da del mundo, con todos nuestros valores de un lado y todas ARGUMENTACIÓN Y EVALUACIÓN
nuestras facultades racionales del otro. 8 Dado que se requie-
ren juicios de valor para decir cualquier cosa importante en la Los argumentos persuasivos desempeñan un papel aún más
importante en el discurso evaluativo. Siempre que se conside-
7 Northrop Frye, Anatomy of Criticisn1, Princeton University Press, ren nuevos criterios de evaluación o una reforma de los anti-
Princeton, 1957, p. 331. guos, cada quien podrá proponer nuevos criterios y recunir a la
8 Modem Dogma and the Rhetoric ofAssent, University of Chicago Press,
persuasión para influir sobre los dem_ás para que los acepten.
Chicago, 1974, p. 116.
44 ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA 45
La dificultad característica de la evaluación de las políticas ejemplo, entre datos, información y evidencias) para facilitar
es precisamente la diversidad de las normas admisibles. Los la evaluación de los argumentos sobre las políticas. Podemos
ciudadanos, los legislaqores, los administradores, los J~eces, ilustrar la importancia de distinciones qUe suelen ~er pasadas
los expertos y los medios de difusión aportan sus perspectiv~s y por alto en los análisis convencionales de las políticas si nos
sus criterios particulares. Esta diversidad de puntos de vista referimos a las categorías de "evidencia" y "argumentos-". El
es inevitable en una sociedad plural, pero también es necesa- argumento es la conexión de los datos y la información con
ria para Ja vitalidad de un sistema de gobierno que se rige por las conclusione_s del estudio, y su estructura tf_pica será una
Ja discusión. Sin embargo, como ha observado Northrop Frye mezcla compleja de afirmaciones de hechos ':i evaluaciones
en el contexto de la crítica literaria, no parece haber ninguna subjetivas. Junto con deducciones matemáticas ylógicas, ha-
razón para que el mayor entendimiento de la p_olítica al que brá también inferencias estadísticas, empíricas y analógicas,
contribuyen estas perspectivas separadas siga siendo perma- referencias a opiniones de expertos, estimaciones de benefi-
nentemente invisible para los diferentes evaluadores, como lo cios y costos y aclaraciones de diversas clases. Esta inevitable
es el atolón de coral para el pólipo. complejidad vuelve imposible toda verificación directa sen-
También debería ser posible una evaluación múltiple de las cilla, del argumento: ésta deberá recurrir a diversos cri;erios
políticas. Se reconocería así la legitimidad de las difere1:ites que dependerán de los métodos analíticos empleados, de la
perspectivas, pero también se trataría de alcanz~r -:-hacien- credibilidad y robustez de las conclusiones y de ciertas con-
do que cada una de estas perspectivas cobre conciencia de las venciones sobre la adecuación y la eficacia.
otras- un nivel de entendin1iento y apreciación que sea algo La naturaleza de la evidencia resulta crucial en esta clase
más que la suma de las evaluaciones separadas. No se trat~ de verificación, ya que una evaluación incorrecta de su vigor
de constntir un gran modelo que combine todas las perspecti- y pertinencia podría conducir a conclusiones erróneas. La
vas parciales en u11 criterio general de lo que constituye una evidencia no es lo mismo que los datos o la información. Es
buena política-un "promedio ponderado": por decirlo ~sí,_ de una información seleccionada de entre el conjunto disponible
]a equidad, la eficacia, la legalidad y cualqmer ?tro cnten? Im- e introducida en cierto punto del argumento para persuadir a
portante-, sino de contribuir a un entend1m1e11to comun de un auditorio particular de la verdad o falsedad de una afirma-
las diversas perspectivas. .~ ción. La selección de datos o modelos poco apropiados su
En el capítulo VIII analizaremos en detalle la evalu~c1~n. introducción en un punto inadecuado del argumento o la eÍec-
Aquí sólo mencionaré un aspecto: la evaluación del ana;1~1s Y ció~ de.un estilo de pre~entación que no sea adecuado para el
otros tipos de la investigación relacionados con las poht1cas. auditorio al que se destma podría destruir la eficacia de la in-
La evaluación de los argumentos de políticas, como la de los formación utilizada como prueba, cualquiera que sea su valor
argumentos científicos o legales, supone ciertas formalidades. cognoscitivo intrínseco. Por tanto, los criterios utilizados en
Cuando ]os problemas que se discuten requieren patrones de la evaluación de la evidencia difieren de los utilizados en la
razonamiento complejos y grandes cantidades de informa- evaluación de los hechos.e Los hechos pueden evaluarse en
ción cuya confiabilidad y relevancia es dudosa, cobra particu- t~rminos de cánones más O.menos objetivos, pero la eviden-
lar importancia un sistema de reglas explícitas sob.re las prue- cia debe serlo de acuerdo con diversos factores peculiares de
bas. Un buen ejemplo es el derecho procesal aplicable a las una situación dada, tales como la naturaleza específica del
pruebas, con sus precisas distinciones entre las prue~as de caso, el tipo de auditorio, las reglas establecidas para el efecto
hechos, testimonios, declaraciones de oídas, presunciones, y la credibilidad del analista.
interpretaciones y otras fuentes de información. Disciplinas como la historia y el derecho, que dependen de
En el capítulo m estableceremos varias distinciones (por una información que no puede considerarse automátican1ente
ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA 47
46 ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS y DELIBERACIÓN PÚBLICA
un actor se considerarán racionales si pueden explicarse co~o
confiable o relevante, rec01.10cen de ~are::i;:~!~ü~.:~~:~ la selección del instrumento más eficaz para alcanzar ciertos
evidencias son una categor1a concep ua a . d des de objetivos. Según esta concepción, el modelo económico de
el análisis de políticas abarca a mei:udo grandes cant1 a oble- elección es el paradigma apropiado para todos los p1°oblemas
d . d confiabilidad e importancia dudosas, pero los pr . , de políticas.
r:~~sdeela evidencia no hdan recibidoi;:~~;d~~~d~:;~~~~~ Por ejemplo, un conocido libro de texto sobre arrálisis de
p r ejemplo de acuer o con una . políticas advierte: "La forma como deben hacerse las elec-
¡~s~~~:t:~i~~~e~~~d=l~0~e~~~:\~:sf~;~ea~i~:~~a~: ~~ ciones -es decir, el problema de la distribución de recursos
escasos entre distintos fines- es el meollo de la ciencia eco-
. . "d "más exitosas. En consect1enc1a, hay una p nómica y el tema de este libro" .1 1 Pueden encontrarse afirma-
c1enc1as ur~s siderar como hechos los productos de los

;:~;~~~;~;ti~J~~~ ~~:~:~~t":s ~~~f:i::~i~~.u;~~s:s:;


ciones similares en las obras de autores influyentes como
Hitch, McKean, Enthoven y Quade.12
A fin de decidir racionalmente, el diseñador de políticas
debe especificar sus objetivos, establecer los distintos medios
la documentación de los modelos y las fuentes de datos se e~~=~~ por los que pueden alcanzarse, evaluar las consecuencias de
traen un estado increíblemente primitivo[ ... ]. La mi alatdocdul mo-
l · que no sea e au or e cada alternativa y seleccionar la acción que n1aximice los be-
tación hace imposi~~e pdara cua qu1eltraados y la ,verificación de los neficios netos. Si esta receta nos parece familiar es porque la·
d 1 1 producc10n e sus resu d
e o, a re b' 1 odelo A veces el constructor e estructura lógica de las decisiones de_.asignación de recursos es
efectos de ciertos caro ios en e 1n om~rciales É.l cliente sólo po- la misn1a independientemente.de que quienes ton1en las de-
un modelo lo patenta por razones e .
drá ver los resultados, no los supuestos.9 cisio11es sean los consun1idor~s)ndividuales, los em.presarios
privados o los administradores y creadores de políticas públi-
Tan burda omisión de las reglas más elementales ~e la e~\ cas. Así se explica el atractivo de una lógica de elección gene-
. es consecuencia directa de no reconocer e cr~~1,a ralizada que los decisionistas encuentran a la inano en la mi-
dencia ntativo del análisis de políticas. Esta om1s10n croeconomía y la teoría de decisiones. Además, en virtud de
~~~~~:;rc~;:e a su vez por la adhesión de l~ mayo~ías d;;~i~ que la lógica de la elección ha sido más estudiada en el con-
analistas a una n1etodología más preocupa a por a ~ texto de las transacciones del mercado, algunos autores han
. es que se ton1en que por la forma co1no se .tornen, o por su sostenido que el objetivo principal del análisis de políticas, si
s10n
justificación en los foros de d el.b ·' p úbhca .
1 erac1on no es que el ú11ico, es llevar los principios de la elección racio-
nal de la esfera de las transacciones económicas privadas a Ja
de la elaboración de políticas. En efecto, la elaboración racio-
EL "DECISIONISMü" nal de políticas, la toma de decisiones, la solución de proble-
mas y el análisis de políticas se vuelven casi la misn1a cosa.
Se ha llamado decisionismo a la imagen que s~ encu~:itr'.' d;tr!s Por ejen1plo, la receta para maximizar los beneficios netos
~ e esta metodología, o sea, la "visión de un numero imita o e
d , . ue tratan de hacer elecciones calculadas en- 11 Edith Stokey y Richard Zeckhauser, A Prin1er fOr Policy Analysis, W. VV.
actores poht1cos q b.d " 10 Las elecciones de Norton, Nueva York, 1978, p. 22.
tre alternativas claramente conce l as . 12 Charles J. Hitch y Roland McKean, The Econontics of Defense in the
Nucl.e.ar Age, Harvard University Press, Cambridge, 1962; Alain C. Enthoven y
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Rational Decision, Atherton, Nueva York, 1964, pp. 3-17.
48 ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA 49

puede interpretarse como una descripción de'.ª. elaboraci~n anteri~res podía~ ponerse a prueba en relación Con ejemplos
ideal de políticas 0 como una receta para el anah~is de pohti- posteriores, registrando los resultados obtenidos mientras
cas. La nocíón subyacente de racionalidad es la misma en ª.~­ se.ponían en práctica las propuestas sugeridas para el mejora-
bos casos: la racionalidad es la sublimación de algo, la elecc10n miento de las acciones y utilizando tales resultados para de-
del medio más adecuado para un fin determinado. tectar la declinación de la validez del modelo· a'medida que
La concepción del análisis de política~ ,co~o ur_ia teoría de cambiaba la situación.13
decisiones "agrandada" ejerce una atracc1on intu1t1va c~ns1de­ Una característica importante de los primeros estudios de
rable y provee un instrumento útil para la form1.'1ación de las operaciones militares e industriales era una razonable
diversos problemas prácticos: si se debe utilizar cierta.vacu- claridad en la definición del papel de los analistas y Jos toma-
na para contener una epidemia, dónde .se debe construir una dores de decisiones. A causa del secreto militar o industrial
presa 0 cómo se puede agilizar el trabajo de los bomberos en el .ª1:1-álisis ~~ hacía primordial o incluso exclusivamente par~
una ciudad grande. No es sorprendente que estos ejemplos, u oficiales militares o administradores de alto nivel. El analista
otros similares, sean los más socorridos en los libros de texto no tenía que dirigirse a ningún auditorio fuera de aquella per-
convencionales. sona o pequeño grupo de personas que, encargadas de tomar
El enfoque decisionista se desarrolló durante la segu.~da las decisiones, hubiesen ordenado el estudio. Podía suponer-
Guerra Mundial, y a principios del decenio de 1950 recib10 el se s.i.'.1 dificultad q':'e los problemas de comunicación y apli-
impulso y la presentación formal de la Rand Corporat10n y cac1on correspond1an a una autoridad jerárquica bien defini-
otras instituciones de investigación ocupadas en el estudio de da, la cual aseguraría la legitimidad y proveería los criterios de
las políticas. Se trata de un "compuesto conceptual" que incl~ye calidad y eficacia.
algunos elementos de investigación de operaciones y c_1e_nc1as Sin embargo, para los años sesenta había cambiado radi-
administrativas, microeconomía y teoría de las dec1s1ones calmente la naturaleza de los problemas que estaban investi-
y un poco de las ciencias sociales y del comportam~ento. Hay gando los analistas, así como el contexto organizacional y po-
una evolución continua que va de los estud10s de tiempos de lítico en el que operaban. Los problemas que-reclamaban una
guerra en Jos campos de la oper~ción ~ilitar,b logística Y la ate~ción analítica se estaban volviendo más grandes y com-
táctica hasta las primeras aplicaciones mdustnales de los nue- pleJOS. Cada vez eran más importantes los aspectos estraté-
vos métodos cuantitativos, al análisis de sistemas y finalmen- gicos que los tácticos, mientras que la incertidumbre subjeti-
te al análisis de políticas. La eficiencia técnica ~amo meta,º va se consideraba de más trascendencia que las regularidades
criterio de elección ha sido sustituida por la efic1enc1a econo- estadísticas postuladas en los modelos anteriores. Al mismo
mica, la que a su vez ha sido atemperada por consideraciones ti~~po, el creciente p~pel del análisis en el debate público sig-
de equidad y viabilidad política. Pero todavía puede recono- n1f1caba que los analistas -que ya no eran discretos conse-
cerse claramente el marco analítico original. jeros del príncipe, sino actores en un proceso político donde
Los primeros adeptos de este enfoque se decían capaces de no podían separarse claramente la defensa y la persuasión del
idear consejos útiles mediante la aplicación del método Cien- análisis objetivo- debían prestar atención a las cuestiones de
tífico de análisis a los datos reunidos en las operaciones reales. equidad y factibilidad política.
En efecto, las situaciones analizadas por los investigadores ?e A principios de los setenta, la actividad profesional de los
operaciones durante la guerra encajaba". bien en el paradig- analistas ocupados de problemas públicos dejó de llamarse
ma de las ciencias naturales. Las operaciones militares eran análisis de sistemas y empezó a ser conocido como análisis de
consideradas como muestra de una clase de situaciones re- 13
Hylton Boothroyd, Articulate Intervention Taylor and Francis Londres
petitivas donde los modelos diseñados en respuesta a ejemplos 1978,p.113. ' ' . '
so ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA ANÁLISIS DE LAS POLITICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA 51
políticas. Este cambio trataba de sugerir una síntesis entre las cia_s pública~ en la formulación de políticas por parte de cual-
lógicas encontradas de la racionalidad económica y la racio- quier age~c1a en particular. Como veremos eri e_! _capítulo VI,
nalidad política. En la práctica, dado que la politología pare- todos los mstrumentos de políticas están en efecto limitados
cía incapaz de proveer un conjunto de conceptos y técnicas po~ consideraciones de gobierno y administración; Por tanto,
analíticos comparable a la fuerte estructura normativa de la es '?'portante que los formuladores de políticas sepan cuáles
microeconomía, la mayoría de los analistas de políticas per- va~1able~ se encuentran efectivamente bajo su control y en
manecieron firmemente leales a -una metodología decisionista. que m~d1da, y en este sentido no resulta muy útil un modelo
umtano de elaboración de políticas.
Otro supuesto fundamental es el de la inexistencia de una
LAS LIMITACIONES DEL DECISIONISMO distinción esencial entre las políticas y las decisiones, de modo
que todos los problemas sobre políticas pueden ser analiza-
Es posible que las limitaciones y los sesgos del enfoque deci- dos en el lenguaje de la toma de decisiones. Pero, como ha
sionista sean menos evidentes que sus méritos, pero afectan señalado Philip Selznick,
casi todos los aspectos de la enseñanza y la práctica del análi-
sis de políticas. Sin embargo, limitaré mis observaciones crí- "toma de decisiones" es una de esas expresiones de moda que pue-
ticas a unos cuantos puntos particularmente relevantes para d.en oscurecer n:iás de lo que ilun1inan. Tiene un aire de importan-
la discusión subsecuente. Con ello trataré de ilustrar la clase de cia, de refere~cia a acontecimientos significativos, y su mero uso
problemas y argumentos que este enfoque tiende a excluir del parece sugerir que se ha aislado científicamente algo -definido.
análisis. Pero las decisiones están siempre con nosotros, en todos los nive-
Por principio de cuentas, el enfoque decisionista supone la l~s de la experiencia, en .todos los organismos. Es posible que algún
d1a se establezcan en forma convincente las características ge-
existencia de un único tomador de decisiones o un grupo que
nerales de todas las elecciones o de todas las elecciones sociales.
actúa como una unidad, y no puede aplicarse directamente a Pero todavía habría necesidad de distinguir lo n1ás trivial de lo
situaciones en donde hay dos o más actores con objetivos di- ~en~s. trivial y, si hay algún orden en este fenómeno, tendrán que
ferentes. El modelo de elección racional que se encuentra identificarse algunas clases de decisiones, relacionándolas _con los
detrás de este enfoque ha sido elaborado para un individuo problemas o las situaciones específicas de donde surgíeron.14
que desea ser congruente y lo prueba en la forma como orde-
na sus preferencias y evalúa las probabilidades de los eventos En realidad, ,contra lo que suele creerse, la teoría de deci-
inciertos. Cuando intervienen varios i11dividuos, el modelo no s~ones no ~e aplica a la toma de decisiones en general, sino
requiere que se pongan de acuerdo sobre sus ordenan1ientos solo a un tipo especial de situaciones de elección. La decisión
y evaluaciones; pueden ser racionales (es decir, congruentes) de la teoría de decisiones es una elección que debe hacerse en
aunque sostengan opiniones divergentes. Si se requiere 11na la situación inmediata que confronta el tomador de decisio-
decisión conjunta, tendrán que resolver sus diferencias me- nes, teniendo ~n cuenta las consecuencias probables de cada
diante procesos interactivos tales como la negociación o la curso de ~~cióil _püsible en la situación presente. Por ejen1 plo,
persuasión, acerca de los cuales el modelo no dice nada. los benef1c1os futuros deben definirse en términos de su eva-
Con mayor razón, esta metodología olvida los conflictos luació11 actual, aunque no exista ninguna razón para suponer
que surgen entre los intereses y puntos de vista de diversas que tal evaluación coincidirá co11 la evaluación de los benefi-
agencias gubernamentales. Pero sien1pre que existan tales con- cios en el futuro.IS
flictos, surgirán interrogantes importantes acerca de los su- 14
Leadership in Ad1ninistration, Harper and Rovv Nueva York 1964 p 56
puestos apropiados para el comportan1iento de otras agen- 15 Amar t ya K . S en, "Rational
· ' the Behavioral
Fools: A Critique of ' ' . .
'Founda.
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Cuando confronta una disyuntiva, el tomador de decisiones cienes y los resultados inmediatoS".17 Lo que señala aquí
de la teoría de decisiones escoge como si los beneficios de una Theodore Sorensen no son decisiones en el seritido de la teo-
opción fuesen mayores (o por lo menos iguales) a los benefi- ría de decisiones, sino juicios polític6s que se discuten más
cios de la otra en la situación actual. Como observa John convenientemente en el lenguaje del discurso de los que des-
Tukey, esta elección no dice nada acerca del estado real de las empeñan funciones de asesoria.
cosas ni acerca de las consecuencias de actuar en otras situa- Una_ tercera limitación del decisionisn10 es su preocupación
ciones como si la alternativa escogida fuese la mejor entre las exclusiva por los resultados y su falta de interés por los proce-
disponibles. Las decisiones de actuar en esta forma son inten- sos que los producen. En algunas situaciones se justifica esa
tos de actuar lo mejor posible en situaciones específicas, de falta de interés: si puede determinarse claramente lo correcto
escoger sensatamente entre las alternativas disponibles. i 6 Los o lo equitativo del resultado, a n1enudo carece de importancia
teóricos de la decisión gustan de citar a Bias Pascal: il faut la forma como se tome la decisión; sólo los resultados cuen-
parier, il faut choisir (es preciso apostar, es preciso escoger)'. y tan. Pero cuando las premisas fü.cticas o valorativas son oscu-
los problemas relacionados con los juegos de azar han provis- ras, cuando no existen criterios generalmente aceptados de lo
to el paradigma original de la teoría de las probabilidades y justo, el procedimiento de toma de decisiones cobra una im-
su producto moderno: la teoría de decisiones. portancia especial y no puede tratársele como algo puramente
En la vida privada, tanto como en el campo de los negocios instrumental.
y el del gobierno, surgen algunas situaciones donde los indi- Incluso en el análisis de la decisión formal, el reconocimien-
viduos escogen efectivamente bajo las condiciones previstas to explícito de la incertidumbre impone un alejamiento sus-
en la teoría. Pero en muchas otras situaciones la teoría no es tancial de una orientación estricta hacia los resultados. En
particularmente útil, ya sea en términos prescriptivos o des- condiciones de incertidumbre, diferentes alternativas corres-
criptivos. ponden a diferentes distribuciones probabilísticas de las con-
Por tanto, las decisiones importantes de políticas son algo secuencias, de m_odo que ya no se puede determinar inequí-
más que simples esfuerzos por actuar de la mejor manera po- vocamente cuál es la decisión óptima. Por lo tanto, el criterio
sible en la situación inmediata que afronta el elaborador de habitual de racionalidad -según el cual es racional una acción
políticas. Tales decisiones se toman luego de una deliberación si puede explicarse como la elección del mejor medio para
cuidadosa y se juzgan por sus efectos de largo plazo, antes lograr un objetivo- es sustituido por una noción más débil,
que por sus consecuencias inn1ediatas. Una vez tomadas, las la de la congruencia. El tomador de decisiones racionales ya
decisiones se mantienen durante algún tiempo, lo que dota de no es en sentido estricto aquel que busca la optimación. Todo
dirección y consistencia a las diversas actividades guberna- lo que se requiere ahora, y todo lo que garantiza el principio
mentales. Como dice un antiguo asesor presidencial: "La ma- de la maxirnización esperada, es que la elección sea consis-
yoría de las decisiones presidenciales son demasiado impor- tente con las evaluaciones del tomador de decisiones en lo
tantes y femasiado irrevocables como para que se tomen con locante a la probabilidad y utilidad de las diversas consecuen-
is Ad .,
apresuramiento cuando los hechos son inciertos, cuando las .
c1as._ v1ertase que 1a congruencia es un criterio procesal,
elecciones no están claras o cuando las consecuencias de lar- no-un criterio sustantivo.
go alcance no son tan fácilmente distinguibles como las reac- La preoct1pación exclusiva por los resultados es una lin1i-

~ Th~odore C. Sorensen, Decision-Making in the White House, Columbia


7
lions of Economic Theory", en Philosophy and Public Affairs, 6, núm. 4 (vera-
no de 1977), pp. 317-344. . Un1versity Press, Nueva York, 1963, p. 30.
18
16 John W. Tukey, "Conclusions Versus Decisions", en Techno111etncs, 2, Dennis W. Lindley, Making Decisions, Wiley-Interscience, Nueva York,
núm. 4 (noviembre de 1960), pp. 423-433. 1971,p.6.
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tación grave del decisionismo, porque los procesos sociales como meras racionalizaciones. Sin embargo, como veremos con
rara vez tienen sólo un valor instrun1ental para quienes par- mayor detalle en el c~pítulo siguiente, no es necesariamente
ticipan en ellos. En la mayoría de las áreas de actividad social, deshonesto o un~ mera. "racionalización" el uso de argumentos
"los procesos y las reglas que constituyen la empresa Y_de- basados e~, cons1~erac1on~s. ?iferentes de los que condujeron
finen los papeles de sus participantes importan mdepend1en- a la adopc10n de cierta pos1c10n. No hay un procedimiento úni-
temente de cualquier 'estado final' identificable que se genere co para la construcción de un argumento: los datos y las prue-
en última instancia. En muchos casos, en efecto, es el proceso bas pt1eden seleccionarse en diversas formas de entre la infor-
mismo lo que in1porta mds para quienes en él participan" .1 9 mación disponible, y existen diversos métodos para el análisis
Por ejemplo, como observara en cierta ocasión John Dewey, y ordenación de los valores. No hay nada intrínsecamente cen-
lo más importante de la votación popular y la regla de la mayo- surable en la selección de la combinación particular de datos
ría no es el resultado efectivo de la elección del votante, smo hechos, valores y métodos analíticos que parezca más apro'.
el hecho de que el proceso electoral impone la utilización pre- piada p~~a co~vencer ª. qt1ienes tienen que aceptar o ejecutar
via de los métodos de discusión, consulta y persuasión, así la de~isi~~· si.Jos analistas no quieren o no pueden proveer
como la modificación consiguiente de las opiniones para con- tales JUSt1ficaciones o explicaciones posteriores a la decisión
ciliar el punto de vista de la mino ria. 2 º quienes toman las decisiones no tendrán más remedio qu~
De nuevo, el conocimiento de los resultados, aunque puedan buscar ayuda en otra parte.
medirse con precisión, muchas veces no es el tipo de informa- En virtud de qt1e el decisionisn10 es una doctrina coherente
ción que los ciudadanos y los diseñadores de políticas en- todas las limitaciones antes señaladas -el supuesto de un úni'.
cuentran más útil. El mero conocimiento de que los resul- co toma_dor de decisi~nes,_ la falta de interés por el proceso, la
tados son buenos o n1alos, sin conocer el proceso que los ha incapacidad para distinguir entre diversas clases de decisiones
producido, no dice mucho a los tomadores de decisiones Y a y para reconocer el papel del argumento y la persuasión en la
los críticos acerca de lo que deben hacer. Como veremos en el toma de decisiones- están estrechamente relacionadas. Su
capítulo VIII, el conocimiento del proceso es a menudo esen- efecto combinado es la generación de una versión demasiado
cial para la evaluación y el aprendizaje, ya que provee una intelectualizada del análisis de políticas, la cual destaca exce-
información que casi seguramente estará ausente en la n1ed1- s1vam,ente los aspectos más técnicos de un tema que en efecto
ción de los resultados. debena ocuparse del proceso de las políticas como un todo.
La utilidad del enfoque decisionista para quien toma deci- Los d_ecisionistas examinan los problemas de las políticas
'-fiiones públicas se ve limitada más aún por el hecho de que como. si fuesen rompecabezas para los que sien1 pre existen
en la política, como en el derecho (pero no en el mercado), soluciones correctas si hay metas claras e información sufi-
las decisiones siempre deben justificarse. Los argumentos ciente, Y tales soluciones pueden encoi1trarse mediante ciertos
justificativos desempeñan un papel importante en el debate cálculos antes que por el ejercicio de la capacidad política. Por
de las políticas, pero son ajenos al carácter del dec1s10ms~10. tanto, el diseño de políticas puede ser inteligente 0 racional
Esto se debe, en parte, al hecho de que las razones esgnm1das sólo si está precedido por un análisis sistemático de las alter-
para justificar o explicar una decisión frect1entemente son nativ~~ con ~odas sus implicaciones. Según esta concepción,
diferentes de las motivaciones o las "preferencias reveladas" la a~~io11 racional hace siempre dos cosas: elaborar un plan de
originales del tomador de decisiones, de modo que aparecen acc10n Y ponerlo en práctica. Como dice Gilbert Ryle, se trata
de hacer un poco de teoría y luego un poco de práctica.21
19 Laurence H. Tribe, "Policy Science: Analysis or Ideology?", en Philosophy
and Public Af{airs, 2, núm. 1 {otoño de 1972), p. 83. 21
20 The Public and Jts Problenis, Holt, Nueva York, 1927, pp. 207-209. The Concept of Mind, Bames and Noble, Nueva York, 1949, p. 29.
56 ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS Y DELIBERACIÓN PÚBLICA

Pero no hay duda de que es posible que el plan se trace bien


y luego se ejecute de manera estúpida. Además, de acuerdo
con el supuesto original, si se quiere que tal proceso sea ra-
cional, el mismo proceso de planeación tendría que ser prece- II. EL ANÁLISIS COMO ARGUMENTO
dido por otro proceso de planeación para planear. Esta regre-
sión infinita lleva al absurdo el principio de que, para que
una decisión o una política sea inteligente, debe estar guiada Los ANALISTAS de políticas de inclinación decisionista desea-
por una operación iñtelectual previa. Lo "inteligente" no pue- rían proyectar la imagen de personas que resuelven proble-
de definirse en términos de lo "intelectual", ni el "saber cómo" mas técnicos, no partidistas, y que plantean al gobernante las
en términos del "saber qué" .22 opciones disponibles y evalúan sus consecuencias por medio
Quien no tenga conocimientos de medicina no podrá ser un de modelos matemáticos u otras técnicas objetivas de análi-
buen cirujano, pero la excelenci~ quirúrgica no es lo mismo sis. Al analista sólo le corresponde determinar el medio más
que el conocimiento de la ciencia médica, ni es resultado di- adecuado para alcanzar ciertas metas. Debe ser neutral en lo
recto de tal conocimiento. Al igual que la cirugía, la elabora- tocante a los fines, porque la discusión de metas y valores es
ción de políticas y el asesoramiento de las políticas son ejerci- inevitableme_nte subjetiva y acientífica. El análisis que aspire
cios de capacidad, y no juzgamos la actuación talentosa por a ser objetivo y científico sólo deberá ocuparse de enunciados
la cantidad de información almacenada en la cabeza de quien fácticos. Por tanto, debe trazarse una distinción clara entre el
actúa, ni por la cantidad de planeación formal. Más bien, juz- análisis profesional de las políticas y la defensa o la delibera-
gamos la actuación por criterios tales como la oportunidad y ción de las políticas. El análisis profesional de las políticas co-
la atención de los detalles, por la capacidad de reconocer los mienza sólo después de que se han estipulado los valores re-
límites de lo posible, para sacar provecho de las limitaciones levantes, ya sea por un gobernante autorizado o mediante la
y para aprender de los errores propios, no sólo por la capaci- suma de las preferencias ciudadanas en el proceso político.
dad para mostrar lo que debe hacerse, sino para persuadir a la Esta imagen del arte del analista es muy engañosa. Quisiera
gente de que haga lo que el planeador sabe que debe hacerse. sugerir una más correcta. El analista de políticas es un pro-
Es posible que la limitación más grave de la concepción de- ductor de argumentos de las políticas, más semejante a un
cisionista no lo constituya el hecho de que sea errónea, sino abogado -un especialista en argumentos legales- que a
de que ha generado un desequilibrio en la forma como pen- un ingeniero o 11n científico. Sus capacidades básicas no son
_samos acerca del diseño de las políticas. En los capítulos si- algorítmicas, sino argumentativas: para examinar con espíritu
guientes trataremos de llegar a una concepción más realista crítico los supuestos, para producir y evaluar pruebas, para
de los usos del conocimiento y el análisis en la deliberación de conservar muchos hilos en la mano, para buscar un argumento
políticas y en una mejor apreciación de la capacidad necesaria en muchas fuentes dispares, para comunicarse efectivamente.
para transformar las ideas en acciones. El analista reconoce que se requieren juicios de valor para decir
algo importante en materia de política, juicios que deben ser
explicados y justificados, y está dispuesto a aplicar sus capaci-
dades en cualquier tema de interés para la discusión pública.
La imagen del analista como solucionador de problemas es
engañosa porque las conclusiones del análisis de las políticas
casi nunca pueden probarse en forma rigurosa. Sólo es posi-
22 Jbid., p. 32.
ble una prueba demostrativa de que debe escogerse una alter-
57

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