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Centro de Estudios sobre Diversidad Cultural

Facultad de Humanidades y Artes - Universidad Nacional de Rosario

V JORNADAS EXPERIENCIAS DE LA DIVERSIDAD

IV ENCUENTRO DE DISCUSIÓN DE AVANCES DE INVESTIGACIÓN SOBRE

DIVERSIDAD CULTURAL

“Políticas culturales, patrimonio y diversidad cultural”.

Coordinadoras: Cecilia Benedetti, Carolina Crespo y Laura Cardini

Algunas reflexiones sobre la dinámica de los archivos y las ausencias de patrimonio en un

museo de la Comarca Andina del Paralelo 42°

Carolina Crespo1 y María Alma Tozzini2

Resumen

Esta ponencia forma parte de una investigación más amplia que tiene como propósito analizar

las prácticas de representación territorial y de construcción de alteridades étnicas en los

registros emergentes –orales, materiales, escritos, visuales, museales– sobre la historia de la

región fronteriza de la Comarca Andina del Paralelo 42° –NO de Chubut y SO de Río Negro,

en la Patagonia Argentina–. En sus distintos soportes, estos archivos están conformando los

mapas a través de los cuales, sectores oficiales y subalternos configuran y regulan las

relaciones sociales en una dimensión témporo-espacial, significan pertenencias, geografías y

derechos territoriales y organizan prácticas políticas de silenciamiento y de reclamo,

respectivamente. En este trabajo en particular, nos interesa indagar sobre espacios museales en

los que el silencio de sujetos, problemáticas y relaciones, adquieren un sentido prominente.

Abordamos el caso del museo de una de las localidades que conforman la Comarca Andina −el

Museo Histórico Regional de El Hoyo− con el propósito de analizar menos el discurso que el

1
Investigadora asistente del CONICET-INAPL-UBA. Dirección de e-mail: carolcres@hotmail.com.
2
Becaria Postdoctoral CONICET-IIDyPCa-UNRN. Dirección de e-mail: almatozzini75@gmail.com.
patrimonio ausente, menos cómo se relata que cómo se construye el silencio y configuran

ausencias sobre los pueblos indígenas.

Palabras Claves: Silenciamientos-Patrimonios ausentes- Pueblos Originarios - Museo Histórico

Regional-El Hoyo

Introducción

“El sentido dramático de la conmemoración se acentúa con los

silencios, mientras se ofrece el escenario ritual para que todos

compartan un saber que es un conjunto de sobreentendidos”3

Este trabajo se inscribe dentro una investigación más amplia que tiene como propósito analizar

cómo se configuran y representan ciertos silencios −no olvidos− vinculados con la dimensión

indígena en algunas localidades de la Comarca Andina del Paralelo 42° −en adelante Comarca

o Comarca Andina−. En esta región, que incluye a las localidades cordilleranas de Lago Puelo,

El Hoyo, Epuyén, El Maitén y Cholila en el noroeste de Chubut y a El Bolsón en el sudoeste de

Río Negro en la Patagonia Argentina, diversos archivos y registros −documentos escritos,

libros, relatos orales, estatuas, murales, espacios museales, etc.− son utilizados con intereses

divergentes y en tensión, con el propósito de reconstruir y difundir la memoria de este espacio

territorial fronterizo con el país chileno.

El interés por elaborar relatos escritos y libros, crear murales y estatuas o impulsar proyectos

museales sobre el pasado de esta zona se remonta aproximadamente a los años 1990, época en

la que este espacio se conforma oficialmente como unidad comarcal. Desde entonces se han

3
GARCÍA CANCLINI, Néstor (1992) “El porvenir del pasado”, en: Culturas híbridas. Estrategias para entrar y
salir de la modernidad, Sudamericana, México, p. 154.
editado una serie de libros4 que si bien refieren especialmente a alguna de las localidades,

siempre toman como marco general al pasado de toda la zona o al menos de varias localidades

de la región. Junto a estos libros, también se publicaron revistas que tienen como eje la historia

regional, y artículos académicos de historiadores locales que revisaron la dinámica económica

y el rol del Estado en esta región desde fines del siglo XIX hasta principios del siglo XX5. A la

par, se han diseñado esculturas y murales para referenciar a quienes se consideran los primeros

pobladores de la zona y hubo varios intentos por crear museos históricos en algunas de las

localidades que componen la Comarca –por ejemplo en El Bolsón, en Lago Puelo y en El

Hoyo6−. Además, han comenzado a exhibirse públicamente pinturas rupestres en algunos de

estos municipios.

Algunos de estos proyectos vinculados con la configuración y difusión de la historia local

forman parte de iniciativas estatales, mientras otros surgen de intereses personales; pero todos

deben leerse en el marco de una importante promoción turística de este espacio, de la

relevancia que adquirió, en estos últimos años en la sociedad en general, la reflexión sobre la

memoria social7 y de ciertos conflictos candentes en la zona.

En este trabajo, nos interesa detenernos a analizar uno de estos espacios en los que se está

configurando el pasado de la región: el Museo Histórico Regional de El Hoyo, situado en lo

4
Estos libros se caracterizan por haber sido escritos sin una metodología estrictamente histórica por pobladores de
la zona interesados en dar a conocer el pasado de la región. Los libros tienen puntos en común aunque también
algunas diferencias. Para un análisis sobre varios de estos libros editados véase CRESPO, Carolina (2008)
Políticas de la memoria, procesos de patrimonialización de los recursos arqueológicos y construcción identitaria
entre los Mapuches de la Rinconada de Nahuelpán en Río Negro, Tesis doctoral, Programa de Postgrado en
Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Mimeo; TOZZINI, María Alma (2010a) Patear el tablero.
Procesos identitarios actuales subvirtiendo alterizaciones históricas. Un análisis desde Lago Puelo, Pcia. de
Chubut, Tesis de Maestría, Programa de Postgrado en Antropología Social, Universidad Nacional de Misiones,
Mimeo y TOZZINI, María Alma (2010b) “Antepasados, historias de ocupación y “lugares de memoria” en
oposición. Etnografía de una disputa territorial en Lago Puelo, Provincia de Chubut”. En: DIMITRIU, Andrés
(comp.) ¿Nuevas fronteras con múltiples cercamientos? Hacia una revisión crítica de la política territorial y
extractiva en la Patagonia, Theomai libros/Editorial PUBLIFADECS, Universidad Nacional del Comahue,
General Roca, pp. 139-164.
5
Para un análisis de la historiografía de la zona véase Tozzini (2010ª) Op. Cit. y TOZZINI, María Alma (2012)
“Pudiendo ser mapuche”. Reclamos territoriales, procesos identitarios y Estado en Lago Puelo, Provincia de
Chubut. Tesis de Doctorado, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Mimeo.
6
Cabe señalar que, con excepción del Museo de El Hoyo, el resto de los proyectos de museos no han sido
concretados.
7
TODOROV, Tzvetan (2000) Los abusos de la memoria, Paidos, Barcelona.
que se dio en llamar “Paseo de los antiguos pobladores” dentro de esta localidad. Este Museo

ha tenido como objetivo documentar a través de objetos de uso cotidiano, fotografías y diarios

“la vida de los primeros pobladores de la región”8. Nuestra propuesta en esta ponencia es

examinar menos lo que dice, que aquello que silencia, menos su patrimonio exhibido que el

patrimonio ausente en su interior. En tal sentido, nos motiva poner de manifiesto cómo se

configuran ciertos silencios en la institución, cuáles son las omisiones sobre las que se edifica

el relato y sus implicancias.

Algunos apuntes sobre el Museo

La idea de crear un museo en El Hoyo se remonta a 1997, cuando un grupo de alumnos de la

escuela N°734 de dicha localidad, junto al profesor de un espacio curricular que tenía por

objeto analizar problemáticas locales y regionales en el marco de un secundario con

orientación en turismo, elaboran un proyecto para participar del “1er. Concurso Provincial: La

Escuela en busca de las raíces de su pueblo”, organizado por la Subsecretaría de Cultura de la

Provincia de Chubut. El proyecto se tituló “Rescate del Patrimonio Cultural Histórico de mi

Pueblo” y obtuvo el primer puesto en el concurso, lo que supuso el otorgamiento de un

subsidio que, junto a otro subsidio posteriormente recibido desde la esfera nacional, les

permitió llevarlo a cabo, esto es, realizar una serie de entrevistas a personas mayores de la

localidad, para “reconstruir” la historia de la misma. Desde entonces y en el contexto de la

conformación de grupos que en localidades vecinas estaban impulsando la organización de

museos históricos, algunos de estos docentes y alumnos involucrados en la ejecución del

proyecto, comenzaron a pensar en la posibilidad de crear un museo en la localidad.

Para darle forma a dicho anhelo conformaron rápidamente una Comisión pro-Museo con

vecinos tanto de El Hoyo como de Lago Puelo9. La Comisión no incluía a profesionales que

8
Citado en http://organismos.chubut.gov.ar/cultura/files/2011/05/DORSOespaniolweb.jpg
9
En un principio y en función de que el profesor del espacio curricular que impulsó el proyecto también trabajaba
tuvieran experiencia en la creación de este tipo de institución sino a personas con iniciativa y

voluntad de llevarlo a cabo. De manera que a lo largo de su conformación, convocó en forma

esporádica a distintos profesionales –historiadores, museólogos, arquitectos, antropólogos–

para recibir asesoramiento. En el caso específico de los antropólogos –sobre quienes nos

interesa detenernos en función de la temática de este escrito– en el año 2006 y durante sólo

diez meses, la administración provincial otorgó a una antropóloga social –una de quienes

escribe esta ponencia– una pasantía a los fines de colaborar con la concreción del Museo10.

Asimismo, uno de los integrantes de la Comisión solicitó, de manera informal, eventual

colaboración a un equipo de arqueólogos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas

y Tecnológicas (CONICET) del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento

Latinoamericano (INAPL) que desde hace varios años están relevando, produciendo

conocimiento y elaborando planes de manejo para la gestión turística de sitios con arte rupestre

en la Comarca Andina. Sin embargo, la colaboración de estos académicos fue casi nula. El

equipo de arqueólogos no fue posteriormente convocado y el conocimiento producido y

difundido por ellos en la zona tampoco fue puesto a consideración11. Pero además, el trabajo de

la antropóloga social pasante también quedó trunco, ya que durante el pequeño período en el

que intervino no fue posible generar un espacio de reflexión sobre el guión; tarea a la que ésta

intentó abocarse. Las indefiniciones respecto de la dependencia administrativa del Museo, el

escaso apoyo municipal a la hora de mantener el predio en el cual se había construido el

edificio, a la vez que una idea ya predefinida respecto a la forma de concretar una muestra que

tendía a privilegiar la búsqueda de objetos que pudieran vincularse con las entrevistas que los

miembros de la Comisión habían realizado previamente, a la vez que ciertas tensiones locales

en la escuela secundaria de Lago Puelo, se habían incluido alumnos de dicha localidad en el proyecto. Sin
embargo, con el tiempo, éstos fueron desvinculándose del mismo.
10
La pasantía de la antropóloga no fue renovada y al año siguiente fue reasignada a una de las alumnas de la
Comisión que había participado en la realización de entrevistas y recolección de objetos.
11
El equipo de arqueólogos no fue convocado oficialmente por la Comisión ni tampoco por la provincia de quien
depende el Museo, sino sólo extraoficialmente por uno de los integrantes a quién le brindaron gran cantidad de
material sobre las investigaciones arqueológicas desarrolladas en la zona.
que desarrollaremos más adelante, obstaculizaron la posibilidad de abrir espacios de discusión

sobre el guión museográfico así como sobre las funciones que debería cumplir la institución a

nivel comunitario. Varios de los integrantes de la Comisión consideraron que ese guión ya

estaba resuelto con el material relevado y escrito en el proyecto escolar elaborado unos años

atrás.

El museo fue abierto en forma permanente recién en el año 201012. Históricos enfrentamientos

políticos-partidarios entre las gestiones municipales que se sucedieron hasta diciembre de

201113 y los miembros de la Comisión, hicieron imposible aunar esfuerzos en pos de llevarlo a

cabo. Sin embargo, gracias a los contactos políticos de los docentes y de otros integrantes de la

Comisión, se fueron gestionando distintos tipos de apoyo ante entes oficiales provinciales. El

más importante fue la construcción del edificio por parte del Instituto Provincial de la Vivienda

entre los años 2004 y 200514. Con el cambio de autoridades en Chubut tras las elecciones del

año 2003, comenzó además a otorgarse cierta relevancia al área “cultura” a nivel provincial15

y, más tarde, aún con escaso presupuesto, comenzó a promoverse una política activa en torno a

la creación e impulso a los museos, lo que ayudó a su concreción16.

Una vez conseguido el edificio donde desplegar la muestra, la Comisión se abocó a contactar a

algunas antiguas familias que quisiesen y pudiesen donar o prestar objetos “históricos” para

organizarla. La idea que orientó esa búsqueda era que los mismos pudiesen ilustrar aquellas

12
Fue abierto con anterioridad en el año 2005 y 2006 para un acontecimiento específico como el “día del pueblo”.
13
Con la asunción en diciembre de 2011 de la actual gestión municipal, algunos integrantes de la Comisión del
Museo han asumido cargos políticos. Es la primera vez que existe un alineamiento político entre la administración
provincial, la municipal y varios de los miembros que conforman la Comisión o personas que históricamente se
han mantenido vinculadas a la institución.
14
Este tema trajo aparejados problemas con la administración municipal que era la encargada de ejecutar el
presupuesto de obra otorgado por la provincia.
15
Para dar un ejemplo, la Subsecretaría de Cultura de dicha jurisdicción administrativa pasó a tener el rango de
Secretaría e independizarse del Ministerio de Educación.
16
Por ejemplo, a partir del año 2009, con la creación de la Dirección de Museos dependiente de la Secretaría de
Cultura de la provincia, comenzaron a relevarse y a apoyarse a las distintas propuestas de Museos de la Provincia;
entre ellas, la de El Hoyo. Así, gracias a la política provincial de crear una red de interconexión de museos de
Chubut, en noviembre de 2009 se realizó en la localidad el X Encuentro Provincial de Museos que tuvo por objeto
repensar la política de museos en esta provincia y –con el apoyo de la Secretaría de Cultura de Nación– comenzar
a pensar en normas comunes de funcionamiento.
historias de poblamiento que habían sido previamente relevadas en las entrevistas17. Con esta

idea en la mira y abrevando en el imaginario oficial de la zona, en ciertos relatos difundidos en

libros e ideas sugeridas a través de las esculturas construidas y exhibidas en espacios públicos,

los integrantes de la Comisión del Museo procuraron ordenar la antigüedad del poblamiento de

acuerdo a oleadas migratorias dispuestas cronológicamente por países de procedencia. Este

ordenamiento en clave nacional supuso, y a la vez habilitó, la invisibilización de otros

colectivos sociales, relaciones y tensiones tanto del pasado como del presente. En tal sentido,

lejos de representar vacíos, esos silencios difundidos operaron como una plataforma con

implicancias políticas.

El silencio como plataforma para pensar

a. De pasados inconclusos y fronteras identitarias innombrables

Con el fin de dar cuenta de los orígenes de la región, el Museo puso en juego junto a “fórmulas

de borramiento” que suponen la supresión de eventos, objetos, relaciones y sujetos en los

relatos sobre el pasado18, una serie de “fórmulas de sustitución o reemplazo”. Esto es, recurrió

a la sustitución de algunas fechas por otras, comenzando la historia en el 1900. Reemplazó

algunos sucesos y eventos del pasado por otros, narrando sobre la creación de la escuela, la

fiesta de la fruta fina en la localidad, etc. Eludió algunos nombres y clasificaciones por otras,

apelando a fronteras nacionales para documentar la población constitutiva de esta zona19.

“Nosotros pusimos… tomamos primero todo lo que es del año 1900, de los primeros

pobladores. De acá, nacidos. Después vimos la parte del enfoque, de los ucranianos, polacos.

Todos los que vinieron a nuestro…los que llegaron a nuestro pueblo. También tenemos ese
17
Esto no significó que las personas entrevistadas fueran necesariamente aquellas que donaron los objetos. Se
aceptaron donaciones de diversos sectores sociales. La premisa era que los objetos donados pudieran ilustrar «la
vida de antes» en el pueblo, categoría cuya entidad y profundidad era construida y definida a partir de los relatos
recogidos en las entrevistas.
18
TROUILLOT, Michel-Rolph (1995) Silecing the past. Power and the production of History, Boston, Beacon
Press. Traducido por Mariela Rodríguez y Ana Ramos.
19
Esta noción acerca de la sustitución de eventos, sucesos, fechas y nombres por otros fue tomada de MENDOZA
GARCÍA, Jorge (2005) “Exordio a la memoria colectiva y el olvido social”, en: Athenea Digital N° 8: 1-26.
enfoque… Que tenemos muchas entrevistas también. Están en Cultura […] Porque los

chilenos… Los españoles…Los chilenos son los primeros habitantes de acá de la zona.

Después ya tenemos la inmigración polaca. Sí, pero los chilenos fueron los primeros en llegar

acá” (Entrevista a dos miembros de la Comisión pro Museo Histórico Regional de El Hoyo.

Abril de 2011).

A pesar de la presencia de comunidades mapuches en la localidad −la Comunidad Mapuche

Francisco Monsalve – Quiñe Folil, la Comunidad Mapuche Lorenzo Pulgar Huentuquidel y la

Comunidad Mapuche Leopoldo Quilodrán− que en años recientes −2009-2010− han

manifestado públicamente su adscripción étnica, de la existencia de pinturas rupestres y otros

vestigios arqueológicos que señalan la temprana ocupación de este espacio por población

indígena –al menos desde hace 2000 años de antigüedad20– y de la difusión de estudios

académicos realizados en la zona sobre la forma de vida de esta población en el pasado21, el

Museo evitó incluir patrimonio indígena e incluso cualquier relato que remita a su presencia en

la zona. Se dedicó a exhibir una muestra fija de objetos “antiguos” y fotos de diversas familias

20
BELLELLI, Cristina ; Vivian SCHEINSOHN y Mercedes PODESTA (2008) “Arqueología de pasos
cordilleranos: un caso de estudio en Patagonia Norte durante el Holoceno tardío”, en: Boletín del Museo Chileno
de Arte Precolombino volumen 13, Número 2: 37-55.
21
Resulta llamativo que en el año 2004, la presidenta del Concejo Deliberante y el Secretario de Gobierno de la
localidad de El Hoyo pidieron a la directora del equipo de arqueólogos del CONICET-INAPL, anteriormente
mencionado, la elaboración de un circuito turístico y un plan de manejo de aquellas pinturas rupestres situadas en
El Hoyo que pudiesen ser exhibidas turísticamente. El proyecto formaba parte de un subsidio pedido por la
provincia de Chubut al Banco Interamericano de Desarrollo para “la puesta en valor y diseño del circuito turístico
para sitios de Costo Estimado: arte rupestre Cerro Nadal (sic) y Valle Río Epuyén” (fuente:
www.iadb.org/projects/Project.cfm?project=AR-1004&Language=SPANISH, BELLELLI, Cristina (2007)
“Arqueología, patrimonio y turismo. Experiencias de investigación, conservación, manejo y gestión en la
Comarca Andina del Paralelo 42º y valle del Manso inferior. En: VAZQUEZ, Cristina y PALACIOS, Oscar
(Eds). Patrimonio cultural : la gestión, el arte, la arqueología y las ciencias exactas, Comisión Nacional de Energía
Atómica – CNEA, Buenos Aires, pp. 3-4). Si bien la iniciativa quedó trunca al menos hasta la fecha, lo que resulta
interesante resaltar de este proyecto es cómo se construye la temporalidad desde la política de la Secretaría de
Cultura provincial que, en lugar de intentar conectar el Museo con este testimonio, disponen la apertura de dos
espacios diferenciados –el museo y los sitios con pinturas– para representar períodos históricos y sujetos que
quedan así fuera de la historia local. De esta manera, se reproduce una discontinuidad tanto en términos históricos
como poblacionales. A su vez, la razón de mantener estos espacios “diferenciados” responde a aquellos
enfrentamientos entre la Comisión del Museo y la gestión municipal de entonces. En ese marco, el Museo era
visto como un logro “exclusivo” de la Comisión posibilitado por el apoyo de la administración provincial, en el
cual quedaba excluido el Municipio, quien sí participaba de la iniciativa en torno de los sitios con pinturas
rupestres. Esta situación devino un gran obstáculo a la hora de plantear –tal como lo propuso la antropóloga
pasante– la inclusión o al menos la referencia del sitio con pinturas rupestres en el recorrido del Museo –y
viceversa– de manera que pudiera incluirse la historia indígena y, en consecuencia, completara aquellas historias
de poblamiento y de “la vida de antes” que proponía la Comisión.
que se asentaron en El Hoyo hacia principios del siglo XX así como algunos artículos

periodísticos. Esos objetos y fotos coincidían con pobladores de origen chileno aunque también

de otras nacionalidades22 y desdibujaban diferencias étnico-culturales así como marcos

temporales de ocupación territorial más antiguos.

La idea de que la Comarca Andina tiene una corta trayectoria histórica y que sus «primeros

pobladores» han sido chilenos no es privativa de este Museo y ha sido puesta en tela de juicio

en numerosos eventos por parte de las comunidades mapuches de la región que apelan en esos

casos a relatos orales, imágenes visuales, discursos escritos, eventos performativos y, en menor

medida, a huellas materiales –material arqueológico– para testimoniar su preexistencia, su

temprana ocupación del territorio y/o ciertas prácticas culturales mapuches. Aquella idea forma

parte del discurso oficial de estas localidades, de los libros de historia locales que circulan en la

región y de buena parte de la historiografía escrita sobre la zona. Se vincula, por un lado, con la

persistente noción de «desierto», «vacío» y/o «vaciamiento producto de las campañas militares

del siglo XIX» que, bajo diferentes acepciones, ha formado parte de la forma en que se

describe el territorio andino tanto en relatos etnológicos clásicos como en relatos históricos

oficiales de estas localidades23. Por otro lado, se articula con las clasificaciones nacionales que,

desde antaño, los sectores hegemónicos utilizaron para demarcar a los pueblos indígenas de la

Patagonia, construyendo a los mapuches en tanto «chilenos» versus los tehuelches concebidos

como «argentinos». Finalmente, se relaciona con el hecho de que con posterioridad a la

«Conquista del Desierto», la población indígena que no había sido circunscripta por el Estado

en colonias pastoriles24 y se había instalado en forma «dispersa», tal como ocurrió en esta zona

fronteriza, fue desestimada a la hora de reflexionar sobre los procesos de poblamiento locales y
22
De hecho, además del edificio que alberga la muestra del museo, se cuenta en el mismo predio y como parte del
atractivo museográfico, una casa de madera que es una réplica de una “típica” casa ucraniana de principios de
siglo XX.
23
CRESPO, Carolina (2011) “Patrimonio arqueológico, memoria y territorio. Procesos de autoctonización entre
los mapuches de Lago Puelo, Chubut (Patagonia Argentina)”, en: Revista Frontera Norte vol. 23, Nº 45: 231-255
y CRESPO (2008) Op. Cit.
24
Nos referimos por ejemplo a la Colonia Cushamen -en el noroeste del Chubut- que en el imaginario regional es
el lugar por excelencia donde ha habido presencia indígena.
regionales25.

Desde fines de los años 1990 en adelante, en el marco de una mayor visibilidad étnica así como

de fuertes conflictos territoriales en la Comarca por la regularización de la situación jurídica de

la tierra, ha ido incrementándose la cantidad de familias que se han reconocido públicamente

como indígenas y que, según el caso, se han inscripto y constituido como “comunidades

mapuches” en los registros provistos por el Estado provincial y/o nacional. En sus discursos y

en performances culturales, varias de estas comunidades desafían las categorías de adscripción

que les han sido impuestas históricamente, cuestionan la chilenidad atribuida y redefinen su

historia desde una clave étnico-política26.

Quienes elaboraron el guión museográfico de la institución siguieron los cánones oficiales en

la edificación de su relato y los objetos a exhibir, omitiendo dar cuenta de estas adscripciones.

Reprodujeron aquellos discursos y acciones de los agentes estatales históricamente

preocupados por establecer la soberanía en la región que tendieron a realzar, desde principios

de siglo XX, la cuestión de la frontera nacional sobre cualquier otra frontera identitaria. En

efecto, en los archivos escritos estatales nacionales y provinciales –expedientes de tierras,

libros históricos de escuelas, censos, etc.– se ocultó hasta hace pocos años la adscripción étnica

de una parte de la población atribuyéndoles nomencladores nacionales extranjeros que

invisibilizaron fronteras étnico-identitarias y supusieron la aplicación de políticas excluyentes,

discriminatorias y desiguales a esta población respecto del resto de los ciudadanos27. La

reiteración de estas presencias y ausencias de sujetos en este nuevo contexto museal y

25
TOZZINI, María Alma (2008) “Historia y narrativa en procesos de auto reconocimiento étnico”, en: Avá
Revista de Antropología N° 13: 39-57.
26
CRESPO, Carolina y Alma TOZZINI (2009) “Entrar, salir y romper el cristal. Demandas territoriales y
modalidades de clasificación en Lago Puelo, Patagonia Argentina”, en: Boletín de Antropología vol. 23, Nº40: 55-
78.
27
Véase RADOVICH, Juan Carlos (2003) Impacto Social de grandes aprovechamientos hidroenergéticos sobre
comunidades rurales de norpatagonia, Tesis de Doctorado, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos
Aires, Mimeo, entre otros. No obstante, para dar algunos ejemplos específicos del área que compete a este trabajo,
los censo iniciales del Parque Nacional Los Alerces Anexo Lago Puelo o los permisos de pastaje de principios de
siglo, ubican a la población mapuche como chilena (Crespo y Tozzini 2009 Op. Cit.). Varios de estos documentos
fueron tomados por los estudios del área como una fuente para demostrar la “chilenidad” de los ocupantes de este
espacio (Tozzini 2012 Op. Cit.).
sociohistórico −en el que contradictoriamente se reconoce la preexistencia de los pueblos

indígenas a nivel nacional pero no en la provincia de Chubut28− fija y naturaliza hábitos de

pensamiento, formas de producción de entidades, relaciones, «realidades» e historias.

Así, a pesar de que en la actualidad quienes pertenenecen a la Comisión del Museo reconocen

la presencia mapuche en la zona, conocen los vestigios arqueológicos y los estudios

académicos que testimonian la preexistencia indígena en la región, en el Museo no se puso en

debate ni la opacidad de aquellos relatos oficiales ni sus condiciones sociales de producción,

“sus regímenes de verdad y la fuerza que portan de lo estatal, de la palabra autorizada y

legítima”29. Para contar la historia local, sus impulsores se lanzaron a realizar entrevistas a

“antiguos pobladores” que habían llegado de diferentes países a principios del siglo XX y

decidieron −según lo mencionan en una entrevista realizada− exhibir el patrimonio de aquellos

sujetos, reproduciendo relatos históricos y modalidades de clasificación de los archivos escritos

históricos oficiales. Durante una entrevista mantenida con quienes están trabajando en el

Museo, justificaron la exclusión de patrimonio indígena señalando que todavía no estaba

totalmente definida la muestra y que tanto el período histórico como los sujetos o

colectividades a incluir debían ser evaluados posteriormente por toda la comunidad.

El silenciamiento de la presencia pasada y presente de la población indígena se constituye –así

y todo– en un contrapunto sugerente para repensar cómo se actualizan ciertos mecanismos de

poder en diversas instancias institucionales locales.

b. De dinámicas territoriales y relaciones ocultadas

Junto a la presencia de categorías de identificación nacionales y la ausencia de cualquier

patrimonio y memoria relativa a los pueblos indígenas, tampoco se relatan procesos

28
Tanto la reforma constitucional de Chubut en su artículo 34, como la legislación indigenista de la misma
provincia, reconocen la existencia indígena pero no su preexistencia en el territorio.
29
MUZZOPAPPA, Eva y Carla VILLALTA (2011) “Los documentos como campo. Reflexiones teórico-
metodológicas sobre un enfoque etnográfico de archivos y documentos estatales”, en: Revista Colombiana de
Antropología Número 47 (1): 13-42.
conflictivos que tienen larga data en la localidad. La repetición de presencias y ausencias de

términos y categorías históricas en el Museo deben leerse, tal como lo señala Delrio30, en

función de sus usos históricos, esto es, del contexto histórico actual en el que esos términos

adquieren sentido. Nos referimos a los problemas en torno a la tierra y los recursos naturales en

la región comarcal que no son recientes, pero mostraron cierta novedad en estos últimos años

en cuanto a la forma en que se están administrando los conflictos y reclamos.

Con posterioridad a la “Conquista al Desierto”, luego de la apropiación del espacio territorial

indígena en Patagonia por el Estado-nación, muchas familias indígenas y pequeño campesinas

ocuparon tierras sin obtener el título de propiedad. Algunas pudieron permanecer en ellas bajo

títulos precarios de ocupación, pues se trataba de tierras que, a diferencia de lo que está

sucediendo en la actualidad, no tenían en ese entonces demasiado interés para el capital. Otras

fueron desalojadas o están siendo hoy amenazadas de desalojo.

En el caso en particular de El Hoyo, las recientes apelaciones a la pertenencia mapuche se

articularon fuertemente con dos procesos vinculados con la tierra. Por un lado, con un proceso

por demás novedoso para la zona como lo es el de recuperación territorial. Dos familias

mapuches que habían sido despojadas de su territorio décadas atrás, decidieron en el año 2010

volver a sus lugares de origen desafiando formas de ordenamiento territorial oficiales vigentes

y discutiendo públicamente su raíz primigenia en el lugar y los procesos de despojo vividos.

Apelaron para ello a la memoria de sus ancestros y a recuperar no sólo el espacio territorial

sino también una forma de vida que les había sido desgajada. Por otro lado, la invocación a la

pertenencia mapuche también se articuló en el marco de proyectos de desalojo de algunas

familias de sus tierras por parte de sectores privados con fuerte poder político y económico.

La situación territorial de las tres comunidades mapuches de la localidad es por demás endeble.

Una de las familias de la Comunidad Mapuche Leopoldo Quilodrán sufrió por años un juicio
30
DELRIO, Walter (2005) “Archivos y Memorias Subalternas”, en: Estudios Historiográficos, Universidad de
Valparaíso, Valparaíso, pp. 10-17.
de desalojo bajo la acusación de “usurpación con violencia” y fue recientemente sobreseída31.

Asimismo, aquellas comunidades que volvieron a su espacio territorial son selectivamente

reconocidas por las instituciones estatales provinciales y municipales. Los mayores problemas

se entablan con la Dirección Provincial de Bosques y Parques de la Provincia y, en ocasiones,

según el caso, con la gestión municipal, que desacreditan su autoadscripción mapuche o

deniegan el control de los recursos por la falta de posesión del título de propiedad.

Los problemas de tierras, los despojos y desplazamientos forzados experimentados, los

conflictos en las relaciones interétnicas, las estigmatizaciones y subordinaciones vividas por la

población mapuche y, como lo planteamos en el apartado anterior, la preexistencia étnica, han

constituido un “no-tema” −retomando a Delrio y Ramos32 − dentro del Museo de El Hoyo. En

líneas generales, las fuertes tensiones existentes en la localidad no forman parte de lo

“contable” o “decible”33. Y si bien es posible argumentar que estas tensiones se agudizaron en

etapas más recientes no abordadas por el Museo, responden, tal como aparece señalado en las

citas y en el cuerpo del texto, a conflictos que tienen una larga historia en la región.

En tal sentido, las memorias construidas y transmitidas por el Museo de El Hoyo invisibilizan

fenómenos muy traumáticos recurriendo a un silencio que si bien activo, no es olvido34. Se

trata de prácticas y relaciones de subalternización implementadas sobre las comunidades

mapuches que fueron acompañadas por situaciones de violencia tanto física como simbólica. A

la par, esas experiencias fueron generando alianzas con organizaciones y comunidades

mapuches fuera de este espacio territorial comarcal y con otros sectores organizados no

indígenas de la Comarca. A su vez, gestaron modalidades de lucha orientadas en base a

31
En febrero de este año, la Cámara del noroeste del Chubut dictó el sobreseimiento de la acusada, por
vencimiento de los tiempos procesales. De todos modos, y dado que la querella apelará a instancias superiores, el
proceso no se halla concluido.
32
DELRIO, Walter y Ana Ramos (2011) “Genocidio como categoría analítica: Memoria social y marcos
alternativos”, en: Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 1, N°2.
33
DELRIO, Walter (2005) Op. Cit.
34
LECHNER, Norbert y Pedro GÜELL (2006) “Construcción social de las memorias en la transición chilena”,
en: JELIN, Elizabeth y KAUFMAN, Susana (comps.) Subjetividad y figuras de la memoria, Siglo XXI, Buenos
Aires, pp. 17-46.
experiencias pasadas y resemantizadas por prácticas presentes. Esas historias se conocen pero

se callan y, tal como lo señalamos con anterioridad, se suplantan por otras. Así, mientras se

omite cualquier referencia a la cuestión territorial –sea de comunidades indígenas como de

pequeños campesinos–, a los despojos experimentados y a los problemas con las agencias

estatales vinculadas al bosque, otras cuestiones menos problemáticas como el proyecto de

desarrollar un taller de artesanía indígena en esta institución parece ganar −al menos en el

discurso− espacio entre los miembros del Museo. Y es que quizá, ciertas actividades y

temáticas generan menos conflictos y son por ende más abordables que otros procesos que,

viniendo del pasado, continúan todavía sin ser resueltos.

A modo de conclusión: El silencio como práctica política

En sus distintos soportes, los registros emergentes en la actualidad sobre la historia de la región

fronteriza de la Comarca Andina y, particularmente, de la localidad de El Hoyo, están

conformando los mapas a través de los cuales sectores oficiales y subalternos configuran y

regulan las relaciones sociales en una dimensión témporo-espacial, significan pertenencias,

geografías y derechos territoriales y organizan prácticas políticas de silenciamiento y de

reclamo, respectivamente.

En el actual contexto de reconocimiento y visibilidad étnica no sólo en el marco legislativo y

en programas políticos a nivel nacional y provincial, sino también de la voz de una parte de la

población local que demanda la regularización de su espacio territorial, el silencio desplegado

supone una práctica política tanto sobre una población en particular como sobre el territorio, en

tanto legitima la autoridad de la presencia del dominio estatal sobre el espacio y los derechos

de propiedad, ocultando los conflictos pretéritos y actuales en torno a la regularización de la

propiedad de la tierra, los procesos de desalojo, los desplazamientos forzados de muchas

familias indígenas y las recientes recuperaciones de espacios territoriales. Estos silencios,


existentes en otros instrumentos que han servido a la narrativización del pasado, se volvieron

de alguna forma, “silencios permitidos” por parte de los sectores hegemónicos aunque también,

como señalamos en el trabajo, “silencios cuestionados” por otros sectores sociales.

Esto es, además de que aquellos silencios son producto de ciertas estructuras objetivas de poder

y estructuradores de prácticas sociales legítimas35, también habilitaron formas alternativas de

pensar y organizar el mundo social actual en el cual ciertas fronteras sociales construidas

históricamente están siendo cuestionadas y acaso subvertidas. Las comunidades mapuches de

la zona han encontrado canales y maneras de expresar su identidad y cuestionar identidades

extranjeras impuestas. También de testimoniar temáticas, memorias, nombres y tensiones

innombradas. A veces lo hacen en el ámbito de lo privado y lo familiar, otras en situaciones

más íntimas de entrevistas testimoniales y finalmente, en espacios públicos y en los andamiajes

administrativos del Estado. Las memorias circulantes en cada una de esas instancias, en

ocasiones no son las mismas. Diferencian qué contar, con quiénes y en qué momento. En la

reconstrucción del pasado, recurren a la resignificación de archivos escritos, al intercambio con

otros sujetos indígenas, a hacer pública su voz, a realizar eventos performativos acentuados

como “prácticas culturales mapuches”, etc. Instancias todas ellas en las que lo indecible se

vuelva decible, visible, transmisible y escuchable.

35
CRESPO, Carolina (2008) Op.Cit.

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